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DÚCTIL Y MALEABLE

F. Javier Blasco*

Cuando hablamos del adjetivo «ductilidad» generalmente nos referimos a ciertas cualidades específicas que poseen solo determinados minerales que les permiten grandes deformaciones mecánicas en frío sin llegar a romperse y que mecánicamente hasta se pueden extender en forma alambres o hilos.

Cualidades estas que también se aplican a las personas para definir a los que difícilmente mantienen sus pensamientos y actuaciones de forma seria o racional, sino más bien al contrario; es decir los que en realidad son conformistas, acomodadizos, condescendientes o acomodaticios.

Por otro lado, se dice que un material es «maleable» siempre que sea capaz de batirse y extenderse en planchas o láminas o al que se le puede dar otra forma bien distinta a la original sin llegar a romperlo. Cualidad que, por similitud y cercanía a la ductilidad, se aplica también a las personas que son fáciles de convencer o de dominar si con ello encuentran algo que les rente.

No es fácil encontrar personas que posean ambas cualidades en grado elevado o que las ejerzan con asiduidad, sin pestañear, sin que se les mueva un pelo al hacerlo y que no duden en justificar sus cambios de opinión al instante, olvidando todo lo dicho con anterioridad, aunque dicho cambio de opinión o certeza se haya producido en cuestión de escasas horas o en un simple manojo de minutos.

Aquí, donde tenemos de todo, no podían faltar este tipo de personas y los encontramos con mucha asiduidad entre la casta política; seguramente debido a su deformación personal y moral, escasa predisposición a la sinceridad o como una forma de subsistencia o supervivencia personal o de partido, cosa que maman desde sus primeros pasos en los mismos.

Las asiduas plebes o manadas de borregos que les siguen, aplauden o jalean, son totalmente conscientes de que en cuestión de segundos todo puede cambiar, incluso el prontuario o discurso base mantenido hasta hace bien poco y defendido con arrojo y valor. Sí este se cambia total o parcialmente, no importa, se lanzan a encajar y ensalzar el nuevo mensaje con la misma o superior fuerza y entusiasmo que el anterior plan, incluso, da igual que este hecho llegue a ser un acto realizado frecuentemente o en breves espacios de tiempo. 

Creo que hoy en día, entre nosotros, ya no queda nadie por vacunar sobre este mal que afecta tanto a nuestra política, como a los poco sensibles políticos que lo acogen, ejercen y ejecutan con encomiable facilidad, aún a sabiendas que están mintiendo, que cualquier persona cabal no les cree y, que no puede ser verdad una cosa y la contraria al mismo tiempo.

Es muy fácil escuchar por doquier a nuestro ínclito presidente del gobierno o a su cohorte de mamporreros líderes en ser sobones, repetidores a pies juntillas de los argumentos de este, los que no son otra cosa que meros seguidores de su amado líder con inusitada fuerza norcoreana, unos auténticos especialistas en la más dura clá (término empleado ―hoy en día ya en algo desuso― para definir a un grupo de personas contratadas por la empresa para que aplaudan desaforadamente, sea cual sea el resultado, en los espectáculos sobre todo, en las salas de teatro o en la ópera). Todos ellos viven y medran en el fácil y contagioso asentimiento corporal a raudales y la falsa y forzada sonrisa enseñando su bien cuidada y blanqueada dentadura.

Tanto en España como allende sus fronteras, son más que sobradamente conocidos los juegos de trilero, los engaños y los autodefinidos como «cambio de criterios u opinión» de Sánchez en todo lo que propone, compromete en campaña electoral o en cualquier foro internacional, frente una desgracia natural o no y los resultados reales de todos aquellos compromisos o promesas.

Es un auténtico especialista en hacer lo contrario a lo prometido, propuesto o presentado en sus programas; su palabra hace ya mucho tiempo que ha dejado de tener valor alguno y lo malo de todo ello, es que no le importa lo más mínimo, ni a él ni a sus mencionados babosos seguidores; auténticos cómplices de sus patrañas, mentiras, falsas esperanzas y de embaucar a los más necesitados en, a sabiendas fraudulentos, canales de esperanza aun siendo sabedores y conscientes de que nunca se cumplirán o de que sus resultados finales distarán mucho de lo que seria y formalmente se comprometió en su día.

Desconozco si esta situación y forma de vida es el feroz resultado de algún tipo de enfermedad mental grave, o tan solo una forma de subsistencia política y económica para los que se acercan al sol que más calienta en determinados momentos con la esperanza de obtener pingues beneficios, fama o como el camino de perpetuarse bien calentitos en el único lugar acomodado donde pueden hacerlo, ya que sus capacidades y cualidades reales, no dan para mucho más que para el fingimiento, hacerse el loco o seguirle la corriente a un iluminado que vive del cuento, el bulo, la mentira y de aprovecharse de forma personal y familiar del lugar que ocupa por egocentrismo, desviación mental o auténtica convicción siempre  inmerso en el camino del mal y el engaño.

Son personas que no aman a nadie salvo a ellos y unos pocos de su entorno, que desprecian el bien común y general, que gastan a manos llenas y con gran lujo para todos ellos sin preocuparse por la deuda ocasionada o de lo que sucederá el día de mañana y que persiguen con entusiasmo todo y solo lo que les reporta beneficios económicos o falsos laureles personales de pura y fútil vanagloria. Aunque en realidad, sus complejos llevan encerrados una parte negativa que los llevan a vivir atemorizados en un cascarón tremendamente reforzado para evitar que ningún reproche físico o moral les llegue; no entienden que nadie les escupa a la cara, les vocifere u ose a llamarles felón o algo peor.

Además, debido a esos miedos, se suelen asustar fácilmente en los tumultos o ante cualquier reacción ciudadana poco o nada favorable; y si esto ocurre, rápidamente deben ser protegidos como niños desvalidos para evitar que se llegue a romper la campana de cristal bajo la que se mueven o en la que se cobijan a diario.

Su ira, propia de cualquier autócrata o del peor y más tirano dictador, aparece rápidamente ante el menor desprecio, disconformidad o puesta en duda de sus capacidades personales o de la eficacia del plan por presentado por simple que sea. Todo es culpa del contrario o adversario político; la autocorrección y la reflexión entonando el mea culpa no existen en su vocabulario ni en la forma de pensar o actuar, por lo que es muy difícil que algún día llegue a reaccionar como se espera de un mandatario formado y cabal.

Eso sí, si hace falta, no necesita mucho tiempo para cambiar sus decisiones, palabras, promesas y planes ni para negar lo que hasta hace poco había mantenido. Lo dicho, un claro ejemplo de dúctil y maleable a más no poder.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

 

REFLEXIONES SOBRE LA TRAGEDIA DE VALENCIA. LO QUE NADIE SE ATREVE A DECIR.

Enric Ravello Barber*

Recuerdo que en el año 90 el catedrático de Geografía de la Universidad de Valencia, Vicent Rosselló, explicando el caso de la presa de Tous, nos dijo esa situación se repetiría porque se deja construir donde no se debe por interés urbanístico, pero la fuerza del río y del agua es imparable cuando llega el momento. Advirtió que volvería a haber muchos muertos.

Aparte de los errores imperdonables de PP-VOX a nivel autonómico, y del PSOE si también los hay a nivel estatal: la derecha echa la culpa a la izquierda porque todo el problema es la «Agenda 2030»; la izquierda culpa a la derecha porque todo es consecuencia del «negacionismo climático». Pero, claro nadie dice la verdad, en este caso la culpa es que la lógica liberal del mercado libre se ha impuesto a la lógica del interés común y la conservación del equilibrio ecológico y urbanístico. Es decir, la culpa es que el Estado ha dejado de regirse por intereses nacionales, populares y comunitarios y se han impuesto los intereses del capitalismo liberal. Es la realidad que nadie va a denunciar.

El capitalismo y el liberalismo matan si no están controlados y sometidos por un Estado social y nacional.

Por eso durante el Franquismo (que tenía algún elemento social en su concepción estatal) y sobre todo el alcalde de Valencia tras la riada de 1957, Rincón de Arellano (fundador de las JONS), quien sí tenía una gran conciencia social, realizó una obra hidráulica que ha salvado miles de vidas, sin importarle destruir los intereses de los constructores de la zona sur de Valencia y de Chirivella…. Algo que nadie es capaz de hacerlo hoy. En estos tiempos el capitalismo liberal manda y mata.

Voy a parafrasear a Goebbles: «cada vez que oigo hablar de Agenda 2030 saco mi P38», y no por lo que pensáis, sino porque veo que la derecha/extrema derecha usa ese «enemigo» para jamás hablar del problema real la globalización del gran capitalismo.

Es como lo de hablar de «inmigración controlada» para callar sobre el problema real: la sustitución demográfica.

No compréis discursos adulterados, son cómplices del mal y del enemigo.

 

* Enric Ravello Barber (Valencia 1968). Licenciado en Geografía e Historia (UV). Doctorando en Historia. Oposición del Ministerio de Economía Español en tributación aduanera y comercio internacional. Realizados cursos de Geopolítica y Análisis internacional en LISA Institute y GEDEGYS. Especialista universitario en Historia y Filosofía de las Religiones (UNED).

Presidente de la Asociación de Amistad Euro Sudamericana (AAESA), https://aaesa.org/.

 

Artículo publicado el 01/11/2024, https://euro-sinergias.blogspot.com/2024/11/reflexiones-sobre-la-tragedia-de.html.

UNA «EURO» PARA LEONOR

Roberto Mansilla Blanco*

Existe una perceptible vinculación entre la Eurocopa recientemente ganada por España y el lifting que los poderes del Estado están realizando para «popularizar» a la Monarquía española. Los festejos tras la consecución de la cuarta Eurocopa para España son sintomáticos a la hora de analizar este proceso integral de «blindaje» para la monarquía borbónica, personificada ahora en una línea de sucesión en manos de la Infanta Leonor, Princesa de Asturias, en un momento de contestación al entramado constitucional simbolizado en el procés catalán y la Ley de Amnistía.

El fútbol tiene esa dimensión cultural y sociopolítica tan poderosa en la que otros ámbitos de la vida, como la política, pocas veces puede competir. Incluso hay una sincronía tan clara entre fútbol y política que permite fortalecer a los poderes fácticos y al «Estado profundo». La reciente Eurocopa de Alemania es un ejemplo claro. Una remozada y joven selección española en la que brillaron como estrellas dos jugadores, Lamine Yamal y Nico Williams, claros exponentes de la inmigración ‘integrada’ en los colores nacionales españolistas hace causa común con el simbolismo de la monarquía borbónica, tan cuestionada y contrastada en los últimos tiempos.

Más allá del carácter oficial que tiene el Rey Felipe VI como Jefe de Estado para estar presente en la final de Berlín, su presencia junto a la otra Infanta Sofía dio a entender esa simbología estatal que busca reverdecer los fastos monárquicos dentro del imaginario social en estos tiempos de crisis. Los festejos en el Palacio de la Zarzuela con el Rey y, ahora sí, las Infantas Leonor y Sofía vestidas para la ocasión con la camiseta de la selección española completaron ese proceso; por cierto muy diferente a la opacidad y las visibles «caras largas» de algunos jugadores (Carvajal y Joselu) durante la recepción en el Palacio de la Moncloa con el presidente de gobierno Pedro Sánchez.

Un día después, durante el acto en la Escuela Naval de Marín (Galicia), el rey agasajó a esta institución con una camiseta de la selección española en presencia de su hija Leonor con palabras categóricas animándola «a ganarse los galones». Debe acotarse que la Infanta continuará a partir de agosto en Marín su formación militar.

La victoria sobre Inglaterra también despertó ese sentimiento nacionalista y españolista, principalmente en las redes sociales y muchas veces con sentido irónico, en algún caso hasta reivindicativo y agresivo. El foco de los agravios históricos estaba más que «cantado»: Gibraltar, el bastión tantas veces reclamado por Madrid para su soberanía y un reducto del Brexit en la península ibérica que no calza con la urgente recuperación exprés de un europeísmo que desde Bruselas la mandamás de la UE, Úrsula von der Leyen, quiere revitalizar en este contexto político tan crítico derivado de la guerra en Ucrania, de la potencial «amenaza rusa» y del avance de la ultraderecha de Le Pen, Meloni y Orbán.

Siguiendo con el simbolismo político del triunfo español en la Eurocopa, las críticas también llegaron a VOX, ese refugio nostálgico «patriota» que viene de romper con su ¿ex? aliado, el PP, en distintos gobiernos autonómicos tras la aprobación de la reforma de la Ley de Estranxería. Una aprobación que define el mejor ejemplo de la sintonía «de lealtad institucional» expresada por PSOE y PP tras la reforma del poder judicial, todo ello con la más que probable «tutoría» de von der Leyen. Las referencias como los «nuevos patriotas» hacia Williams (jugador del Athletic de Bilbao, emblema del nacionalismo vasco) y Yamal (del F.C Barcelona, insignia del nacionalismo catalán) fueron constantes en las redes sociales en el sentido de ridiculizar la intransigente política migratoria del partido de Santiago Abascal, tan calcada de sus socios Le Pen y Meloni.

En definitiva, la Eurocopa sirve para a los intereses de la monarquía, hoy tan simbolizada en Leonor, así como de la pretendida unidad estatal en torno a la idea de España que permita consolidar el blindaje que el estabishment está fomentando en torno a la Infanta heredera al trono como garantía de continuidad monárquica y de unidad estatal. Una unidad «inquebrantable» poco comprensible con los derechos de los nacionalismos periféricos (vascos, catalanes, gallegos…), por mucho que el autor del gol victorioso contra los ingleses fue precisamente obra de un vasco, Oyarzábal, cuya vivienda familiar fue «vandalizada» por presuntos nacionalistas vascos.

Y no olvidemos que este 2024 conmemora el décimo aniversario de la entronización como monarca de Felipe VI, una «transición» que permitió a su padre, el «Rey Emérito» Juan Carlos, disfrutar de un exilio Orient Express precisamente para también «blindarse» de cuanta polémica judicial aparezca en su contra.

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE UU y América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

 

* Artículo publicado en gallego en Novas do Eixo Atlántico, 16/07/2024, https://www.novasdoeixoatlantico.com/unha-euro-para-leonor-roberto-mansilla-blanco/.