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ORIENTE MEDIO EN LLAMAS

F. Javier Blasco*

Los términos “Oriente Próximo” y “Oriente Medio” se refieren a la misma región de sudoeste de Asia que incluye: Arabia Saudí, Bahréin, Chipre, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán, Israel, Cisjordania y la Franja de gaza (Territorios Palestinos), Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Omán, Catar, Siria, Turquía y Yemen. Una parte del mundo que ya desde el imperio romano se la viene definiendo como el Oriente o el lugar por donde, cada día, aparece el sol.

Una región que crece y se desarrolla en torno al también denominado Mediterráneo oriental y sus tierras aledañas. Región, que ha sido origen y fuente de culturas, riquezas, imperios, desarrollos de la ciencia o religiones y sobre todo, de enfrentamientos no solo entre los aborígenes y vecinos del lugar sino, en muchas ocasiones, con implicaciones del resto de Europa y en los últimos cien años, también de EEUU.

No hace falta ser un lince ni un especialista en geopolítica para saber que dicha zona es constantemente una caldera hirviendo donde se cuecen muchos acuerdos, convenios, tratados e implicaciones internacionales y que ha incrementado su interés, importancia o enjundia desde el descubrimiento del petróleo y sus derivados energéticos.

Basta con ojear la prensa y tener unos pocos conocimientos de la historia reciente para entender que las tensiones políticas y enfrentamientos bélicos por reivindicaciones territoriales o por la explotación de recursos en el área, aumentan y disminuyen de forma constante entre los diferentes países de la zona y con implicaciones más o menos fuertes, directas o indirectas de Organizaciones Internacionales o países no aborígenes, que mantienen o fomentan cambiantes apoyos o reacciones en función de sus sustanciosos intereses creados en la zona.

Plagada de importantes y cruentas guerras abiertas durante décadas o cerradas en falso; estados fallidos; peligrosas alianzas; constantes aspiraciones para el logro del dominio zonal; una constante búsqueda y explotación de recursos energéticos o del dominio de los vecinos; fratricidas luchas religiosas; necesidades de crear zonas de protección o amortiguamiento entorno a su fronteras; inusitadas y desproporcionadas carreras de armamentos —Arabia Saudí fue el mayor comprador de armamento del mundo el año pasado— y la muy perseguida búsqueda e incremento o mejora del arma nuclear a través de laboratorios de enriquecimiento o centrales de dicho tipo, que les proporcionen el necesario combustible.

Zona donde las tradicionales grandes potencias (Rusia y EEUU) mantienen políticas encontradas, basadas en su propia permanencia, prestigio internacional, punto de proyección y como medio de fomentar la necesidad de crear los necesarios apoyos en su búsqueda de mercados armamentísticos y dependencias prolongadas en tecnologías, protección y seguridad. Un amplio y cada vez más rico mercado donde poder comprar y exportar productos de todo tipo, por lo que últimamente empieza a despertar el interés del principal negociante a buen precio, China, que trata de satisfacer sus inagotables necesidades energéticas y de fomentar diversas inversiones para de este modo, poder establecerse de forma permanente rellenando los huecos y espacios que el resto pueda dejar.

Con demasiados gallos en un mismo o acotado corral (Israel, Turquía, Irán y Arabia Saudí) pretendiendo dominarlo o, al menos, propiciarse de los beneficios derivados de la extracción de sus productos petrolíferos sin límite en el tiempo y en grandísima cantidad. Con la aparición relativamente reciente en la arena internacional de países que no eran nada más que pobres espacios desérticos y un sinfín de secanos arenales con algún que otro palmeral; pero que ahora, tras la aparición del petróleo y sus derivados se han convertido, en muy pocos años, en países ricos y punteros que hablan de tú a tú al resto del mundo y ya se atreven con todo, hasta con escudriñar el mundo espacial (Irán, Emiratos Árabes e Israel).

Aunque son muchos los países y conflictos en la zona, no obstante, me gustaría resaltar algunos de ellos que por su idiosincrasia, trascendencia e importancia, siguen engordando y dando la lata, ya que algún día nos pueden salpicar y porque de no pararse o finalmente apaciguar, pueden ir evolucionando a peor o de tal manera que sus complicaciones puedan acarrear resultados nefastos para el resto de la humanidad.

En primer lugar, citar los inagotables y siempre calientes conflictos en Siria y Libia que se han internacionalizado aún mucho más y en los que el papel de Erdogan toma cada día mayor importancia ya que se le acaban las excusas para participar en ellos y que se ve obligado, sobre todo en Libia, a desplegar fuerzas propias disfrazadas de mercenarios, para que no les lluevan mayores críticas desde la Comunidad Internacional.

La propia Turquía y su deriva hacia la rigurosa religiosidad islamista, al contrario del legado de Atatürk, país que no cesa de buscarse conflictos internos y externos con todos sus vecinos y aliados como su empeño en el exterminio de los kurdos o con EEUU con la compra de armamento a Rusia (S-400) en una especie de intento de Erdogan de recuperar parte o la totalidad del poder y el dominio que ejerció durante más de seis siglos el Imperio Otomano, imperio que alcanzaba la frontera con Marruecos por el oeste, Budapest por el norte, la frontera oriental de Irán por el este y la punta más occidental al sur de la Península Arábiga.

Su gran paso internacional en el aspecto religioso ha sido convertir Santa Sofía, 15 siglos después de su construcción como la Basílica de Constantinopla en mezquita, habiendo sido en las últimas décadas patrimonio de la humanidad al centrar su uso y empleo como museo abierto a toda persona con independencia de su raza o religión. Un lugar muy  conocido mundialmente, que ha sido lugar de culto tanto para cristianos ortodoxos y católicos como para musulmanes, ha estado bajo dominio de diferentes imperios y sufrido reiteradas transformaciones.

Pero, quizá los temas más candentes actualmente en sus manos, sean los acuerdos con Rusia en materia del paso de ductos por su territorio y la polémica suscitada por la explotación de los recursos energéticos bajo las aguas chipriotas o griegas. Asunto este último, que podría desencadenar cualquier tipo de enfrentamiento militar entre ambos países con involución de la UE (Francia se encuentra ya verdaderamente implicada en el conflicto con material naval y aéreo desplazado a la zona) a pesar de que los dos pertenecen a la OTAN.

Conviene mencionar la evolución y ebullición política interna y externa de los países árabes y persa, así como con el tema de la confrontación encubierta en Yemen dando cabida a una cruenta guerra por el predominio, expansión y asentamiento final de la religión, según su propia interpretación y las suspicacias creadas esta misma semana con el acuerdo —anunciado por Trump— entre Israel con los Emiratos Árabes Unidos (EAU) para sellar la paz entre ambas partes y establecer relaciones diplomáticas con intercambio de embajadas.

El acuerdo constituye un giro geoestratégico sin precedentes en un cuarto de siglo a cambio de lograr la normalización de los lazos israelíes con un tercer Estado del mundo árabe —después de Egipto (1979) y Jordania (1994)—. Aunque aún queda mucho por desarrollar, aclarar, definir y amarrar; según el propio acuerdo, Israel acepta suspender (oficialmente, dilatar en el tiempo) la anexión parcial de Cisjordania tal y como estaba previsto en el plan de paz elaborado bajo el mecenazgo del presidente norteamericano y presentado en Washington el pasado mes de enero.

El acuerdo, además de suponer una gran baza política a nivel interno para Trump —envuelto en un proceso electoral que se le ha puesto muy cuesta arriba por su pésima gestión del COVID 19 con el mayor número de muertos totales a nivel mundial (170.000) y el hecho de que la economía norteamericana no marche todo lo bien que se esperaba— persigue establecer una nueva hoja de ruta para Oriente Medio con la idea de desbloquear y poner en marcha el “gran potencial económico de la región”.

Aunque los pasos previos no eran muy conocidos, este acuerdo no ha aparecido por generación espontánea; la actitud e implicaciones diversas de Irán en el tema de la seguridad en la región y la debacle del tan cacareado pacto nuclear —denunciado últimamente por varios de sus firmantes y el OIEA, por lo que se le puede considerar muerto de facto— ha ido moviendo, primero soterradamente y luego de forma más oficial, a Israel y a las monarquías del Golfo a mantener desde hace décadas, relaciones en temas de cooperación económica, pero fundamentalmente, en aquellos relativos a la seguridad.

Es muy posible que este acuerdo de paz y cooperación árabe-israelí haya sido acelerado, entre otra serie de factores internos, por la creciente presencia militar de Irán en los conflictos de Siria y Yemen así como por sus apoyos a Hezbollah (Líbano) y Hamás (Gaza), lo que supone una mayor necesidad del acercamiento de posiciones entre ambos actores para afrontar la emergencia de un enemigo común que, además actúa o despliega a las puertas de sus respectivas fronteras.

Este acuerdo de paz y normalización de relaciones representa, en principio, una mala noticia para Irán, país, que rechaza toda relación o contacto con Israel y aboga permanentemente por la eliminación material y física del “Estado de Israel” debido a la ocupación de la Palestina histórica. Tampoco ha servido de bálsamo de fierabrás para calmar los enrarecidos ánimos políticos en Israel (inestabilidad del gobierno tras tanto proceso electoral fallido y la gestión del Covid) ni ha sido bien acogido por gran parte de su población a consecuencia de la mencionada cesión en la aspiración territorial, aunque se la vista de un carácter de temporalidad y sin embargo, en cuestión de horas, si ha sido muy celebrado y aplaudido tanto por la ONU, como por la UE.

La reciente explosión de toneladas de viejo material altamente explosivo, mal almacenadas y sin control en el puerto y ciudad de Beirut, ha supuesto una catástrofe sin precedentes en el azotado país; se precisarán ayudas externas valoradas inicialmente en más de 20.000 millones de dólares para su reconstrucción.

El grave incidente se unió a la inestabilidad política que durante muchos meses viene reinando en El Líbano. Su inopinada aparición supuso un incremento de la misma al propiciar importantes levantamientos de la población civil. Así, las quejas y algaradas civiles que siguieron al hecho, supusieron la rápida y forzada dimisión en bloque del gobierno y ya veremos si, en un futuro próximo, no sirve de acicate o punto de entrada para que Hezbollah vuelva a tomar las riendas o tomar parte importante en la inestabilidad política del país y, por consiguiente, de toda la región.

La citada explosión es un claro ejemplo y una muestra patente de la frágil situación existente en una zona en la que todo anda manga por hombro, cogida por alfileres y en la que basta cualquier tipo de chispa para que se provoque una catástrofe de graves consecuencias locales y de alcance a nivel mundial.

En Irán, a los problemas ya mencionados y los derivados del constante incumplimiento por su parte del famoso Programa nuclear acaecidos tras el abandono del mismo por EEUU en mayo de 2018, hay que añadir el ya prolongado tema referente a los apresamientos y señalamientos de petroleros por los iraníes en su paso por el estrecho de Ormuz o, recientemente, de sus propios buques apresados por los norteamericanos cuando pretendían suministrar derivados del petróleo a Venezuela. Además de lo anterior, hay que resaltar que Teherán sigue empeñado en continuar con sus programas de armamento y misiles de diversos tipos y alcances.

Los largos y cruentos conflictos latentes, aunque bien calientes, tanto en Siria como en Libia permiten a varios actores llevar a cabo sus agendas más o menos ocultas. De entre todos los actores destacan Rusia y Turquía. El primero, busca ocupar los espacios de liderazgo abandonados por EEUU y mejorar su paso al Mediterráneo, así como su afincamiento en el mismo mediante el establecimiento de bases permanentes en Siria; por su parte Turquía, lleva a cabo acciones de acoso y exterminio contra los kurdos en la franja fronteriza con Siria como el modo de debilitar al partido de los trabajadores kurdos (PKK) que tantos problemas le acarrea en su país y como forma de intervenir en la solución internacional de conflictos zonales para mostrar su predisposición a optar al mencionado liderazgo a imagen y semejanza del papel desarrollado durante el Imperio Otomano.

Además, Rusia tiene un gran interés en mejorar y ampliar sus crecientes relaciones con Turquía al ser consciente de que ello le hará más fácil el paso por los Dardanelos e indispondrá aún más a un engorroso y a la vez, potente aliado, dentro del seno de la OTAN. Organización que, como bien es sabido, últimamente no está muy interesada en la zona y además, no atraviesa por sus mejores momentos en aspectos de financiación, cohesión y hasta de cara al porvenir de la misma en un futuro no muy lejano que, aunque solo sean posturas o rumores, han ido dejando huellas bien claras desde hace más de dos años y que ya hasta se plasman por escrito, aunque sea en un trabajo literario de memorias personales[1].

Sin pretender alargar mucho más el relato, conviene tener presente que Oriente Medio no es una zona caliente aislada en un mar en calma chicha y lleno de prosperidad. Por el este, cuenta con Afganistán, Pakistán y la India con sus correspondientes problemas locales y de vecindad que se arrastran durante muchos años y, que de vez en cuando, resurgen como el Ave Fénix para sembrar de inquietud la paz mundial. Al suroeste, linda con el Sahel, zona caliente y en ebullición donde los problemas tras el traslado de los terroristas yihadistas del Estado Islámico y las diferentes marcas procedentes de la antigua Al Qaeda siembran el horror entre los pueblos y tribus locales; tribus o pueblos que, ya estaban enzarzados de por sí en conflictos de diversa intensidad y que son el origen de la mayor parte de la inmigración que alcanza Europa por el sur. Su flanco oeste lo constituye el norte de África; zona que viene sufriendo una serie de cambios y revoluciones importantes tras la muerte y/o el derrocamiento de viejos líderes que durante muchos años mantuvieron férreamente sus posiciones y que ahora, pueden ser el germen de otra serie de conflictos internos o en sus relaciones y pretensiones vecinales a modo de guerra santa o simplemente por hacerse notar.

Sin olvidarnos del mismo Marruecos; país que lleva años en una desenfrenada carrera de compra de armamentos y firmando ciertos acuerdos de cooperación industrial y militar, principalmente con Francia y EEUU y que para más inri, acaba de acordar un sistema de apoyos y hasta ejercicios militares mutuos con el Reino Unido para convertir sus relaciones en preferenciales tras el Brexit, a modo de pinza con Gibraltar al norte. Sus recientes escaramuzas o cortas incursiones en el espacio aéreo y ciertas reclamaciones unilaterales sobre las aguas jurisdiccionales españolas —que incluyen gran parte de la islas Canarias— basadas en determinadas pretensiones de explotación de recursos del subsuelo y que van contra todo tratado y convenio internacional sobre el tema, no es un tema baladí, ni forman parte de un programa de diversión personal del monarca marroquí o para mantener distraído a su pueblo. País que arrastra desde 1975 el conflicto sobre el Sahara y su independencia, que aún sigue arrinconado en los cajones de la ONU, pero que se ha convertido en un gran grano o divieso que algún día puede explotar.

A todo esto, habrá que añadir los peligros y derivadas, aún no totalmente desarrollados en el conjunto de la zona, provenientes de la pandemia del Covid-19, pandemia que de hacerse más fuerte y altamente desarrollada, provocará sin duda, movimientos masivos de personal infectado hacia el norte o el oeste, según los casos, en busca de salvación y apoyos en sanidad.

La UE no se encuentra en situación ni dispuesta a hacer nada en la arena internacional. Al haber dejado este apartado en manos de Borrell, se aseguraron de la imposibilidad de que en los próximos años, que serán muy duros y de pocos gastos para fastos a la vista de lo visto, salvo los necesarios para salvar el propio pellejo de la Unión en el aspecto económico; por lo tanto, no se moverá más allá de las buenas palabras, bien quedas, buenos deseos, las recomendaciones y poco más.

España, que tiene parte del problema bien cercano o incluso metido en casa ya, sigue silbando y mirando para otro lado, con una ministra de exteriores muy mal preparada para temas de profundidad o enjundia y con un gobierno incapaz de manejar ningún tipo de crisis nacional o internacional. Un gobierno que nos ha llevado a las mayores cotas de incapacidad de previsión y gestión, con el mayor número de muertos y contagios y que ha convertido al país en un apestado desde el que, en estos días aciagos, huyen los pocos turistas que se habían arriesgado a venir y al que la inmensa mayoría de países amigos o aliados le han puesto en la lista negra de aquellos lugares a los que sus ciudadanos no deben o pueden visitar.

No somos nada ni política ni económicamente en el mundo ni en Europa, nos hemos convertido en un pelele y, para colmo, tenemos un presidente falsamente sonriente, que deambula por los corrillos en Bruselas y acepta todo lo que le regalan o dan; totalmente dependientes de la ayuda de los socios europeos y sin capacidad de invertir en temas de defensa y ni de seguridad propia o colectiva. Pero además, puede que en estas situaciones de dificultad, nos encontremos solos y aislados si, alguna vez, parte de lo descrito en este quilombo de riesgos y amenazas, nos afecta directamente y a alguien se le ocurre pasarnos la cuenta y hacérnosla pagar.

* Coronel de Ejército de Tierra (Reserva) de España.  Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

Artículo publicado originalmente en https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/oriente-medio-en-llamas

 

Referencias

[1] “Bolton advierte de que un segundo mandato de Trump podría significar el fin de la OTAN”. Europapress, 07/08/2020, <https://www.europapress.es/internacional/noticia-bolton-advierte-segundo-mandato-trump-podria-significar-fin-otan-20200807103245.html>.

CAOS EN SIRIA: DESACUERDOS INTERNACIONALES Y EL AVANCE DEL CALIFATO

Isabel Stanganellli*

 

Introducción

A pesar de haber transitado su “primavera árabe” en 2011, en 2013 el presidente sirio Bashar al Assad mantenía un firme control sobre Damasco y gran parte del país, aunque los rebeldes ya habían logrado dominar varias regiones del territorio sirio[1].

Sin embargo en abril 2015 diversos grupos de derechos humanos calculaban que el conflicto ha resultado en la muerte de más de 220.000 personas y millones de refugiados.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Gutiérrez, advirtió ya en 2013 que en caso de una guerra civil en Siria sería imposible contener las consecuencias humanas, políticas y de seguridad. La organización no gubernamental británica Save the Children indicó que cada vez más menores estaban siendo reclutados por los dos principales grupos combatientes y UNICEF anunció que casi 2 millones de menores de 18 años enfrentaban una situación de extrema pobreza, que casi 800.000 menores de 14 años no tenían hogar y más de 500.000 niños habían dejado Siria debido a la violencia[2].

La posibilidad de una intervención externa que lograra finalmente derrocar a al Assad podía llevar al caos por lo que era una decisión de alto riesgo que Occidente no deseaba tomar, dados los resultados de las restantes revoluciones en el mundo árabe en 2011. En Siria, la oposición podía enfrentarse entre sí, pues abarcaba un gran espectro que incluía a algunos grupos radicalizados y si esta situación ocurría, podía tener consecuencias regionales que cambiaran el panorama estratégico. Además podían dar lugar a la distribución de armas químicas a países vecinos o a ataques con las mismas[3]. Otra posibilidad era la de que Siria se desintegrara en numerosos Estados[4].

El presidente sirio al Assad sostenía que entre los rebeldes predominaban los jihadistas y que estaban relacionados con al-Qaeda.

En septiembre 2013 Vladimir Putin lanzó una iniciativa sobre Siria para evitar un ataque militar estadounidense y al mismo tiempo eliminar la amenaza de las armas químicas de Siria. La adopción de tal iniciativa fue considerada un éxito rotundo de Putin e hizo que se evaluara otorgarle el premio Nobel de la Paz ese año.

La iniciativa también ofrecía al presidente Obama la posibilidad de evitar acciones militares que la mayoría de los estadounidenses no aprobaban —así como Rusia, China y otros Estados—[5].

Tanto la ONU como la Unión Europea y el Vaticano respaldaron la búsqueda de una solución política en Siria. Bashar al Assad anunció que pondría las armas químicas de su país bajo control internacional y que remitiría a la ONU la documentación necesaria para preparar un acuerdo sobre dichas armas[6]. El gobierno de Bashar al Assad aceptó destruir este arsenal como parte de un acuerdo con Estados Unidos y Rusia.

La situación parecía estar bajo control.

El año 2014 cambió toda la situación estratégica

1.- La destitución del presidente ucraniano Viktor Yanukovich en Ucrania, el plebiscito en Crimea en marzo —considerado ilegal por la UE y EEUU— y la posterior incorporación de la península a la Federación de Rusia hizo que la OTAN suspendiera en marzo sus relaciones militares con Rusia. Como consecuencia fue suspendida la primera operación conjunta OTAN-Rusia, una misión de escolta naval rusa para el buque estadounidense Cape Ray, usado para recibir y eliminar con seguridad las armas químicas de Siria. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen confirmó que “Rusia no participará en el acompañamiento de la nave estadounidense”[7]. Aun así, a fines de ese mes el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, declaró que confiaba en que la crisis de Crimea no dañaría la cooperación con Rusia en los esfuerzos internacionales para destruir las armas químicas de Siria.

A mediados de marzo 2014 Kerry confirmó que aproximadamente la mitad del arsenal de armas químicas de Siria ya había sido entregada o destruida dentro del país. “Eso es significativo, pero es importante que eliminemos todas las armas (químicas)”, dijo[8].

2.- Se produjo la separación irreconciliable de los grupos relacionados con al Qaeda, especialmente Jabhat al-Nusra, de los que conformaban el ISIL. Si bien ambos son sunnitas, sus objetivos difieren radicalmente. Y el primer escenario de este conflicto dentro del conflicto fue Siria, pronto ampliado al norte de Iraq.

3.- Desde febrero 2014 se estaban aplicando sanciones internacionales contra Moscú, —antes del plebiscito en Crimea— dirigidas por EEUU y pronto emuladas por la UE y otros Estados como Noruega y Japón, mientras algunos altos funcionarios de EEUU dudaban si la cuestión de Crimea justificaba el deterioro de las relaciones con Moscú y al mismo tiempo perjudicaba los intereses geopolíticos a mediano plazo de Washington.

La diplomacia rusa sirvió enormemente a los intereses de Washington en esta crisis de Medio Oriente. Sin la oportuna intervención de Rusia, Bashar al Assad nunca habría accedido a renunciar a su arsenal de armas químicas. El Kremlin apoya al actual gobierno sirio, entendiendo que la alternativa sería una guerra civil que podía conducir a una victoria de jihadistas[9].

4.- Occidente redobló sus esfuerzos para deponer a al Assad. En mayo 2014 Rusia calificó de «destructivos» a los países occidentales y árabes que acordaron aumentar el apoyo a los opositores de Bashar al Assad. El Viceministro de relaciones exteriores, Mikhail Bogdanov, respondió que «A diferencia de algunos de nuestros socios occidentales, trabajamos con todas las partes sirias, no apoyando a una contra la otra. (…) Para nosotros, el enfoque de Londres es destructivo”[10].

En julio 2014, Rusia elogió a al Assad en su lucha contra los terroristas a los que ambos consideraban agentes extranjeros trabajando para derrocar al gobierno legítimo. Como se divulgó en diversos medios que la campaña de al Assad era una guerra sectaria contra los musulmanes sunitas, los medios rusos indicaron que era la oposición, no el régimen, quien estaba llevando a cabo una guerra sectaria.[11]

5.- En junio, el embajador de Rusia ante la ONU, Ambal Vitaly Churkin, dijo que con los avances del grupo Estado Islámico en Iraq y el Levante (ISIL) había brotado un estado terrorista que se extendía desde la segunda ciudad de Siria, Alepo, hasta la capital de Iraq, Bagdad.

Efectivamente, a fines de junio el ISIL declaró un califato islámico (sunnita) constituido por territorios de Iraq y Siria, donde impuso la sharia. El objetivo declarado del ISIL es el establecimiento de un califato que respete los límites máximos del califato abásida durante el gobierno de Harum al-Rashid (786-809)

Un mes más tarde y basado en un borrador de declaración redactado por Rusia, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó por unanimidad cualquier venta de petróleo de Siria o Iraq por parte de grupos terroristas apuntando específicamente a dos ya sujetos a sanciones de la ONU: Jabhat al-Nusra, asociado a al Qaeda y uno de los más poderosos grupos de rebeldes en Siria, y el ISIL, que se había apoderado de una amplia franja de territorio en Siria Oriental unificándola con Iraq occidental y pasó a denominarla Estado Islámico (EI)[12].

[13]

Ambos grupos se habían apropiado de yacimientos petroleros y oleoductos en Siria e Iraq que podían generar ingresos económicos que facilitarían sus esfuerzos de reclutamiento y su capacidad operativa para organizar y llevar a cabo ataques terroristas. El primer borrador de la resolución sólo mencionaba los yacimientos de petróleo en Siria, pero se añadieron los de Iraq durante las negociaciones sobre el texto final.

Armas para Siria

Aunque los ciudadanos estaban convencidos que Washington no estaba colaborando con armas para los rebeldes, después se supo que desde abril 2013 la CIA sí lo estaba haciendo[14].

Ya en marzo 2013 el Reino Unido y Francia habían solicitado levantar el embargo de armas impuesto a Siria para permitir a Europa ofrecer armas a los grupos rebeldes que se oponían a al Assad, aún corriendo el riesgo de militarizar el conflicto.

Junto a la iniciativa europea, un mes más tarde EEUU aportó $ 500 millones de dólares para las facciones opuestas a Bashar al Assad para “entrenar y equipar a la oposición armada de Siria para defender el pueblo sirio, estabilizar las zonas bajo control de la oposición, facilitar la prestación de los servicios esenciales, contrarrestar las amenazas terroristas y promover las condiciones para una solución negociada”, dijo en un comunicado la Casa Blanca[15].

Sergei Lavrov confirmó a mediados de abril 2015 que Rusia está armando a Iraq y Siria para ayudarlos a combatir el EI, considerando a ese grupo radicalizado la principal amenaza contra la seguridad de su propio país. Rusia ha criticado los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos contra posiciones del Estado Islámico en Siria e Iraq sin la anuencia del presidente y alentó a Washington a trabajar con al Assad. «Estamos ayudando más que ningún otro Estado a Iraq y Siria, al proveer armas a sus ejércitos y fuerzas de seguridad «, dijo Lavrov[16].

Un alto funcionario del Pentágono dijo que los ataques aéreos de Estados Unidos contra el ISIL solo lograron interrumpir parcialmente su avance. William Mayville Jr, director de comunicaciones del estado mayor conjunto de EEUU, advirtió que “Es poco probable que estos ataques afecten las capacidades globales de ISIL o sus operaciones en otras zonas de Iraq y Siria”[17].

Según Obama, los ataques aéreos de Estados Unidos podrían continuar durante meses, pero Georgy Mirsky, investigador en el Instituto de economía mundial y relaciones internacionales de Moscú señaló que el islamismo radical es una amenaza para Rusia y también para Occidente y requiere tareas conjuntas. Esto es más difícil pues la situación entre Rusia, Estados Unidos y Occidente en general se deterioró aún más con los dichos y pedido de asilo político del ex contratista de inteligencia estadounidense Edward Snowden.

A mediados de agosto el senador John McCain, conocido por sus posturas aguerridas, pidió ataques en contra de ISIL en Siria. Irónicamente, en 2012 McCain pidió que Estados Unidos lanzara un ataque contra el gobierno de al Assad que estaba luchado contra lo que actualmente es el ISIL.

El necesario acuerdo no llega

En la Conferencia de la OTAN en Gales en septiembre 2014, los líderes de la Alianza reconocieron que necesitaban ayuda rusa para superar el extremismo islámico en Siria e Iraq. Mientras los líderes norteamericanos han buscado apoyo para sus objetivos en Siria e Iraq, pasando por alto a Rusia, aliado clave con el que numerosos Estados árabes tienen estrechas relaciones[18].

Los conflictos del Medio Oriente entraron en una nueva era el 24 de septiembre de 2014 cuando Estados Unidos, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Bahrein y Qatar iniciaron ataques aéreos en Siria contra el ISIL y el frente al-Nusra (el ala sirio de al-Qaida).

Rusia ha cuestionado la legalidad de la participación de Estados Unidos en Siria, pero hasta Teherán desde hace varios meses había mostrado disposición a trabajar con EEUU y Occidente. El presidente iraní Hassan Rouhani se reunió con su par ruso a principios de septiembre con el objetivo de mejorar vínculos bilaterales, que incluyen mayor apoyo para Siria.

A pesar de la crisis, las desinteligencias continúan

Mientras nos acercamos a fines de 2014, Rusia, junto con Irán e Iraq, han buscado rehabilitar la imagen de Bashar al Assad. En cambio Estados Unidos ha afirmado categóricamente que busca su destitución. Esta posición tan radical es insostenible y afecta los intereses estadounidenses de derrotar al Estado Islámico y sus afiliados[19].

Ante las atrocidades atribuidas al Estado Islámico podríamos preguntarnos si los analistas en Washington evaluaron que tal vez, el presidente Vladimir Putin tenía razón sobre Siria. Por supuesto, dada la actual situación internacional, tal reconocimiento es improbable. Desde el comienzo la lógica rusa respecto de Siria ha sido más sólida que la estadounidense. La lógica estadounidense para Siria fue empañada por la visión que Estados Unidos tiene de sí mismo y que puede sostener debido a su enorme potencia militar y a la influencia que ejerce sobre numerosas potencias y Organizaciones aliadas. Desde su posición, Estados Unidos podría fácilmente destituir a al Assad. Rusia, por el contrario ha experimentado caos y humillación tras los cambios de régimen hasta en su propio territorio.

Rusia ha sostenido que al Assad no podía simplemente renunciar o ser depuesto mientras la guerra civil hacía estragos en el país, porque había una clara posibilidad de que alguien aún peor aprovechara el caos y rápidamente llenara ese vacío. Rusia sostuvo que tenía más sentido tratar con actores estatales, como al Assad, que son más previsibles que los actores no estatales. Y fueron los rusos quienes, desde el principio, advirtieron sobre diversos grupos rebeldes en Siria, señalando que algunos eran extremistas o tenían vínculos con organizaciones extremistas en la región.

Las recientes victorias militares del Estado Islámico han avalado la lectura de Rusia[20].

Pero la posición de EEUU tiene seguidores. La visita del presidente ruso a Turquía a fines de noviembre 2014 fue fructífera, pero se mantuvieron importantes diferencias sobre Siria. El presidente turco, Tayyip Erdogan, se opone al respaldo de Rusia a Bashar al Assad[21]. De hecho ya en junio la propuesta de Australia, Luxemburgo y Jordania de permitir el ingreso de ayuda humanitaria a Siria a través de Turquía, Iraq y Jordania había sido rechazada por Estambul[22].

Unidos por una profunda hostilidad hacia los islamistas, el presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi —cuyas relaciones con EEUU son cada vez restringidas— y su par de Rusia fortalecieron su compromiso a luchar contra la amenaza del terrorismo.

En marzo de 2015 la relación del Medio Oriente sunnita con Rusia se redujo notablemente. Contribuyeron con ello por una parte la visita del presidente ucraniano Petro Poroshenko a Abu Dhabi —considerada un desaire para Rusia— y el ascenso del rey saudí Salman al trono y por otra la visita del Secretario de Consejo de seguridad ruso, Nikolai Patrushev, a Egipto y los Emiratos Árabes —muy críticos sobre cualquier acuerdo nuclear de Rusia con Irán— para discutir la situación en Libia y los avances en la relación con Irán y Siria molestaron a Washington.

La República Islámica busca apuntalar su posición en el Levante y Yemen. Moscú tendrá a Irán como un aliado en su apoyo a al Assad mientras los Estados árabes del Golfo continuarán culpando a Moscú de apoyar a los chiítas contra los sunitas[23].

Fracaso de propuestas de paz en 2015

La ronda de conversaciones sobre el conflicto de Siria realizada con el gobierno de Damasco en Moscú, que terminó el 29 de enero de 2015, fue rechazada por la oposición política en Siria y por no incluir a los principales grupos insurgentes en el país, esperaba que una nueva ronda en abril 2015 aportara soluciones[24].

La nueva ronda celebrada entre el 6 y el 10 de abril 2015 para poner fin al conflicto en Siria y centrarse en cuestiones humanitarias resultó boicoteada por Coalición Nacional Siria, la pro occidental y con sede en Estambul, que anunció que participaría en ellas sólo si las conversaciones conducían a la renuncia de al Assad[25].

El ministro de relaciones exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que la ausencia de este grupo de la oposición no debía sobrevaluarse.

A pesar que Rusia advirtió que luchar contra el terrorismo en Siria debía ser prioritario y del pedido a la oposición de colaborar con al Assad a tal fin, esta reunión también fracasó. Las delegaciones acordaron en la necesidad de luchar contra el terrorismo y poner fin a la intervención extranjera pero discreparon sobre exactamente qué significaba esta conclusión[26].

Conclusiones

El teórico militar del siglo XIX Carl von Clausewitz dio una definición clásica de guerra como la «continuación de la política por otros medios». Teniendo en cuenta la estrategia de Occidente durante varias crisis en los últimos años, parece que los líderes estadounidenses y europeos han revisado radicalmente esa idea y ven a la guerra no tanto como una continuación de la política sino como una alternativa a ella. La más reciente confirmación de esta observación son los bombardeos de Washington contra el Estado Islámico, iniciados en septiembre 2014 -junto con el Reino Unido y posiblemente Francia- en una campaña que podría durar varios años. Por cierto, los bombardeos no resolverán la cuestión del extremismo islámico en Siria e Iraq como no lo lograron en Libia o Afganistán.

La campaña de bombardeos inevitablemente seguirá alimentando al mismo extremismo islámico que Occidente está intentando eliminar.

Dada su proximidad y mayor conocimiento, la comunidad mundial no puede lograr una solución duradera al extremismo en Medio Oriente sin la participación de Siria, Irán y Rusia. Parece que la única solución viable es la de formar la coalición lo más amplia posible para aislar a los extremistas y dar paso a grupos moderados tanto sunnitas como chiítas, tanto en Siria como en otros escenarios conflictivos en Medio Oriente.

* Profesora de Geografía de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Magister en Relaciones Internacionales graduada en la UNLP. Doctora en Geografía, UNLP. Secretaria académica del CEID.

NOTA: Ponencia oficial del XXVII Simposio Electrónico Internacional “Medio Oriente y Norte de África: problemáticas actuales en un escenario cambiante”, organizado por el Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID), mayo de 2015.

 

Referencias 

[1] Para más información véase Stanganelli, Isabel. “Repercusiones regionales e internacionales de la primavera árabe: Siria y la cuestión de las armas químicas”. En XXV Simposio Electrónico Internacional, CEID, Buenos Aires, mayo 2013.

[2] Jonathan Marcus. “Siria: dos años de un conflicto que no parece tener salida”. BBC Mundo, 16/3/13 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/03/130315_siria_aniversario_dos_anios_conflicto_men.shtml

[3] Bob Rigg. “West faces chemical fait accompli in Syria”. En Asia Times, abril 11 de 2013, http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MID-02-110413.html

[4] Rusia tiene presencia en el mar Mediterráneo oriental con el puerto Tartus, en Siria.

[5] Rosenberg, Steven. “Siria: Rusia un paso adelante de EE.UU.”. En BBC Mundo, sept. 12 de 2013. Disponible en http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/09/130912_siria_rusia_diplomacia_am Sitio visitado abr. 25, 2015

[6] Siria declaró ante la ONU poseer 1.300 toneladas de armas químicas.

[7] “NATO Suspends Military Relations With Russia”. En The Moscow Times, mar. 07, 2014. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/495758.html? V. mar.10, 2014.

[8] “Kerry Hopes Crimea Won’t Hit Russian Cooperation on Syrian Weapons”. En Reuters, mar. 25, 2014. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/496724.html? V. mar 26, 2014

[9] Lozansky, Edward.  “7 Reasons Obama Should Forget About Crimea”. En TMT, abr. 01, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/497152.html? V. abr 3, 2014.

[10] “Russia Criticizes Western Support for Syrian Opposition”. En Reuters, may. 16, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/500222.html? V. may 20, 2014.

[11] Miller, James. “Putin Practiced His Ukraine Strategy in Syria”. En TMT, jul. 16, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/503581.html? V. jul 18, 2014-

[12] “UN Adopts Russian Statement Condemning Terrorist Oil Sales”. En The Associated Press, jul. 28, 2014.  http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/504207.html? V. jul. 30, 2014.

[13] diarioelprisma.es Sitio visitado el 25 de abril de 2015.

[14] Jared Metzker. “Cold War lessons applied to Syria”. En Asia Times, 24/4/13. http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MID-02-240413.html

[15] Dolgov, Anna “White House Wants $1 Billion War Funding to Help ‘Friends’ Like Ukraine”. En TMT, jun. 27, 2014. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/502609.html? V. jun 30, 2014.

[16] “Russia Arming Iraq and Syria to Fight Islamic State, Lavrov Says”. En Reuters, abr. 22, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/519573.html? V. abr. 24, 2015

[17] Nechepurenko, Ivan «Can Radical Islamists Drive Russia and the West Back to Each Other?”. En TMT, ag. 12, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/505021.html? V. ag. 15, 2014.

[18] Petro, Nicolai N. “Russia and NATO Should Be Allies, Not Enemies”. En TMT, sep. 29, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/508063.html? V. sep. 30, 2014.

[19] Karasik, Theodore y Galustian, Richard. “Middle East Threat Must Unite Russia and U.S.” En TMT, oct. 07, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/508581.html? V. oct. 9, 2014.

[20] Antonova, Natalia. “Russia Is Right About Syria”. En TMT, oct. 12, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/509291.html? V. oct. 13, 2014.

[21] “Putin Heads to Ankara to Deepen Energy Ties With Turkey”. En Reuters, nov. 30, 2014. http://www.themoscowtimes.com/top_stories/article/newsletter/512052.html? V dic. 3, 2014.

[22] “Australia´s UN Envoy Criticizes Russian Plans to Boost Syria Aid”. En Reuters, jun. 20, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/502232.html V. jun. 22, 2014.

[23] Karasik, Theodore. “Middle East Is Keeping a Cautious Eye on Russia”. En TMT, mar. 23, 2015. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/517897.html V. mar 24, 2015.

[24] “Putin and Egypt’s Sisi Reaffirm Commitment to Fighting Terrorism”. En Reuters, feb. 11, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/515734.html? V. feb. 12, 2014.

[25] “Expectations Low After First Day of Russia-Hosted Syria Talks”. En Reuters, abr. 06, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/518680.html? V. abr 8, 2015.

[26] “No Hope for Peace as Syria Talks End in Moscow”. En Reuters, abr. 10, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/518919.html? V abr. 11, 2015.