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EL RETO

F. Javier Blasco Robledo*

A la vista de las alarmantes noticias, los titulares y el nerviosismo que impera a nivel político en las cancillerías de gran parte del mundo, parece que estamos al borde de empezar la III Guerra Mundial, cuando en realidad no creo que de ninguna manera eso se pueda dar.

Llevamos años observando la arena internacional y a los muchos gallos que pretenden gobernar el único gallinero que hay en el mundo, porque hoy en día, debido a la rápida expansión de las cosas, la globalización y el que todo se nos queda corto o estrecho, ya nadie se contenta con su Imperio por grande o fructífero que éste pueda llegar a ser o alcanzar.

Hace tiempo, demasiado quizás, que China, Corea del Norte, Rusia, Irán compiten, cada uno a su manera y según sus capacidades armamentísticas, políticas o económicas en tratar de desplazar al Tío Sam de su posición de líder mundial.

EEUU, a pesar de que desde la última década o algo más, rehúye de los conflictos, no los reducen e incluso, podíamos decir, que los aumentan en entidad, capacidad de molestar y en el grado de riesgo en el que incurren si los abandonan, dejan enquistar o pretenden que no se expandan aún más de lo que ya lo están.

El Nobel de la Paz Obama pasó por el mundo dando discursos sonados y esquivando todo compromiso e implicación bélica seria para acogotar, de una vez por todas, a quien le quiso estornudar.

Su seguidor, el bocazas Trump empastró el ambiente internacional amagando, pero no dando nunca jamás. Sembró la semilla de las vergonzosas retiradas de Oriente Medio y Afganistán y mostró de nuevo el verdadero valor que tiene la palabra de Washington a quien les jura fidelidad y les creen de verdad.

Biden, el anciano caduco, débil física —por mucha carrerilla que haga frente al público cuando se dirige a un estrado o a la escalerilla del avión— y hasta puede que mentalmente, ha tenido que completar las chapuzas inacabadas de su antecesor con ambas retiradas más que vergonzosas y totalmente impropias de la primera potencia mundial y ahora se encuentra empeñado en lanzar su mirada y esfuerzos hacia el mar de China para frenar la expansión de dicho país sobre el mismo y en mantener cierto ojo sobre el Ártico, sin descuidar la guerra de las galaxias o del más allá.

Mucho tomate para tan poco huevo como diría el clásico, máxime cuando está más que demostrado que empeñarse en combatir seriamente en más de un frente, histórica y realmente, a la larga, nunca ha sido muy beneficioso para el que se ha empeñado o visto forzado a luchar.

Biden está sufriendo grandes y graves reveses internos y personales, por lo que debe andarse con pies de plomo si no quiere terminar como el rosario de la aurora y pasándole los trastos anticipadamente a Kamala Harris. Un traspiés gordo en la arena internacional, sería fatal para sus intereses personales. Sabe bien que la otrora orgullosa población norteamericana, ya no se traga tan a ciegas el ir repartiendo o imponiendo democracia por el mundo al precio y coste que sea.

En definitiva, el todavía líder mundial, se encuentra en situación de franca debilidad y no es casualidad que todos los gallitos mencionados anteriormente, lleven tiempo armando mucho ruido, solos o a la par.

Corea del Norte, lanzando misiles a diario para demostrar que está ahí, que mejora sus capacidades y para avisar a todo el que quiera meterse con ellos de que, ese asunto, le puede ir mal.

Irán, con su nuevo gobierno, gobernando un país empobrecido, lleno de drogadictos y resistencias internas, pero demostrando bemoles ante el mundo en general y EEUU en particular; porque sigue sin apearse de su programa nuclear, por mucho que los perros ladren tras él y las trompetas de Jericó anuncien la caída de sus murallas.

China, sigue con su expansionismo por el Mar de China, el continente africano y Suramérica, sin olvidarse para nada del espacio y el Ártico por si puede pescar algo allí también. Amenaza a Hong Kong y a todo aquel que ose invadir lo que considera su espacio aéreo o marítimo, sin miramientos ni consideración y por toda respuesta está el no rechistar.

Y solo faltaba el último ingrediente a este cocido, la Rusia de Putin, un país que lleva su cruz particular, que resuelve todo problema interno por la fuerza, que domina junto a China el mundo de la amenaza cibernética. Manejada por un dictador que pretende eternizarse en el poder a cualquier precio y que debe hacer un poco de ruido y/o mover alguna ficha en un tablero, que lleva mucho tiempo congelado y recibiendo veladas amenazas de EEUU y la OTAN por su flanco sur y oeste a la par.

Putin, poco a poco aumenta su expansión en territorios americanos y comparte muchos intereses con China en África, le dio un gran zarpazo a Ucrania en 2014 y consiguió que nadie moviera un dedo de verdad por aquella vergonzosa y flagrante invasión y anexión territorial.

Cada uno de los anteriores, ha lanzado su reto a Biden. Pero, Putin ha querido ir un poco más lejos que los demás; sabe que si mueve el cajón de los ratones y saca a pasear sus viejos medios acorazados y mecanizados, la gente se echa a temblar y muchos débiles muestran enseguida su poca fortaleza y casi ruindad.

La UE de la que es mejor no hablar en estos temas, con Borrell a la cabeza, no está ni se la espera, por mucho que sus mandatarios frunzan el ceño y digan lo que digan sobre el papel que debe desempeñar la Unión, aunque en estos temas, solo sea un convidado de piedra.

El recién estrenado canciller alemán y el decreciente presidente francés, rápidamente han sacado la bandera blanca y, sin mediar palabra, están dispuestos a negociar lo que sea sin más. A Sánchez ni le han llamado porque, tras quedarse en un rincón calladito y sonriendo, solo hará más que sacar pecho y molestar.

La OTAN juega al sí, pero no; moviendo buques y aviones de aquí para allá, porque Ucrania no es miembro de la alianza y por tanto no hay que defenderlo si fuera atacado externamente y, además, porque precisamente para no enfadar a Rusia, lleva años posponiendo la adhesión de este país en modo y forma que se está haciendo patética y demencial.

Solo el juerguista del primer ministro británico ha sacado los pies del tiesto porque sabe que tras tanta juerga durante la pandemia, su culo peligra y si se entra en conflicto, su expulsión hasta se podría llegar a olvidar.

Firmemente, no creo que vaya a suceder nada, salvo lo que ya se palpa claramente: un destrozo más en la economía; que la energía suba un peldaño más; que Putin tenga garantías de que va a vender más; no le van a molestar más con sus ductos; sea considerado como un “hombre de paz” y de una vez por todas, le dejemos de molestar con su forma de manejar la CEI, la adhesión de Crimea y de algunos territorios más.

Ucrania, se quedará, de nuevo sola, llamando a la puerta de la OTAN y de la UE. Habremos montado el pollo, desviado la atención sobre la crisis económica y financiera que se nos viene encima, aunque la hayamos ayudado a hundirla un poco más; concederemos a Putin casi todo lo que pida y algunos partidos volverán a sacar sus consignas caducas y fuera de tono para contentar a su parroquia, que está un poco harta ya.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

©2022-saeeg®

 

OCASO LÍQUIDO DE ZYGMUNT BAUMAN. (A CINCO AÑOS DE SU DESAPARICIÓN).

Abraham Gómez R.*

Zigmunt Bauman fotografiado por Bartlomiej Kudowicz / Forum

Acababa de cumplir 90 años, pero tenía tanta fascinación por la vida y por seguir teorizando que era capaz de enlazar dos y hasta tres vuelos en un solo día para ir de una ciudad a otras, con el único objetivo y entusiasmo de dictar una conferencia.

Abrigaba, sin descanso ni retorcidas retóricas, la intención de insistirnos que estamos viviendo en “una modernidad y una sociedad líquida”: su Tesis Mayor. Su apuesta indesligable y propositiva, en tanto guiatura para este tramo epocal.

Sentía plena emoción nuestro siempre consultado filósofo Bauman al pronunciar que no tenemos sino “Una vida caracterizada por no mantener un rumbo determinado, pues al ser líquida no mantiene mucho tiempo la misma forma. Y ello hace que nuestras vidas se definan por la precariedad y la incertidumbre. Así, nuestra principal preocupación es no perder el tren de la actualización ante los rápidos cambios que se producen en nuestro alrededor y no quedar aparcados por obsoletos”.

Detestaba dar respuestas simples a cuestiones complejas; por eso justificaba que se extendiera ante cada explicación que se le solicitara.

En su libro La vida líquida (2007), el diagnóstico sobre la sociedad de consumo en la que vivimos es demoledor por certero.

Zygmunt Bauman había sido considerada una figura de referencia de la sociología contemporánea. Su denuncia de la desigualdad creciente, su análisis del descrédito de la política o su visión nada idealista de lo que ha traído la revolución digital lo había convertido también en un faro para el movimiento global de los indignados, a pesar de que no dudaba en señalarles las debilidades.

Al momento de recibir el Premio Príncipe de Asturias, en 2010, en la mención Comunicación y Humanidades, expuso su clara definición sobre la Sociedad Moderna Líquida, en los siguientes términos: “es aquella sociedad donde las condiciones de actuación de sus miembros cambian antes de que las formas puedan consolidarse en unos hábitos y en una rutina determinada. Esto, evidentemente, tiene sus consecuencias sobre los individuos porque los logros individuales no pueden solidificarse en algo duradero, los activos se convierten en pasivos, las capacidades en discapacidades en un abrir y cerrar de ojos.

El nuevo modelo de héroe es el triunfador que aspira a la fama, al poder y al dinero…, por encima de todo, sin importarle a quién se lleva por delante”.

Acaso será temprano todavía para conferirle razón plena a nuestro laureado Bauman, cuando caracteriza a La modernidad líquida por su flexibilidad y la falta de estructuras sociales perdurables, sin darnos cuenta que determina y condiciona las relaciones y costumbres de los ciudadanos.

Y ahora cabría preguntarnos, en las claves narrativas de Bauman: ¿Cómo llegamos a este “tiempo líquido”?

Vivimos en un mundo en donde la incertidumbre debilita los sistemas de seguridad de los individuos, existe miedo por conformar relaciones a largo plazo, se postergan las relaciones por el Éxito, las redes sociales toman un rol fundamental a la hora de establecer vínculos, los individuos se insensibilizan y miden sus relaciones en término de Costo/beneficio, pero al mismo tiempo los sujetos se vuelven frágiles y vulnerables, todos estos factores comienzan a desmoronar la solidez de una sociedad, cambiando la rigidez de las estructuras por la flexibilidad de las mismas, las torna volátiles y transitorias; no existe la presencia de referencias y hay un completo desarraigo afectivo.

La expresión, acuñada por Zygmunt Bauman que acompañó toda su existencia filosófica, da cuenta con precisión del tránsito de una modernidad sólida, estable, repetitiva a una «líquida», flexible, voluble.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV).

Publicado originalmente en Disenso Fértil, 10/01/2022, https://abraham-disensofrtil.blogspot.com/

POSIBILIDADES CONCRETAS DE ENERGÍA EÓLICA

Agustín Saavedra Weise*

La energía del viento —al igual que la solar— es barata, respetuosa con el clima y pronto será uno de los pilares del futuro suministro de energía no contaminante. Al igual de lo sucedido con los paneles solares, las turbinas de último modelo son más eficientes, mucho más baratas y generan hasta 20 veces más electricidad que hace 25 años. Según diversa información confiable, generar energía eólica a partir de nuevas plantas cuesta hoy un 72% menos que en 2009. Es una de las fuentes de energía más baratas del planeta.

No es la primera vez que lo comento pero lo haré una vez más. Con todos estos adelantos en materia de menores costos, menor contaminación y mayor rendimiento de la energía producida por los vientos, resulta casi incomprensible que en una urbe tan ventosa, como sin duda lo es Santa Cruz de la Sierra, no haya podido verse hasta ahora mayores desarrollos en este campo de las energías renovables. Una ciudad que supo crecer con rapidez y desarrolló buena infraestructura, no incursionó en una energía que está al alcance diario de la población y de las industrias. Según información válida, la electricidad generada eólicamente tiene un costo promedio de solamente 0,4% de euro mientras la energía producto del carbón llega a 0,16% de euro por unidad generada. La diferencia es enorme. Es más: investigadores del tema energía asumen que la energía eólica y solar se volverán más baratas a medida que se desarrolle la tecnología.

Diversas publicaciones señalan que en opinión de los expertos, entre la energía eólica y la solar podría cubrirse más del 95% de la demanda energética global planetaria en un futuro próximo. Un estudio reciente de la revista Energy descubrió que lo más barato sería generar un “mix” de alrededor del 76% de la demanda mundial de energía con energía solar y un 20% con energía eólica. En regiones con poco sol, sin embargo, la proporción de energía eólica obviamente sería bastante mayor: más del 90% en el norte de Rusia, 81% en el medio oeste de EEUU, 72% en el norte de China y alrededor del 50% en países del centro y norte de Europa, como Polonia, Holanda, Gran Bretaña y Francia. En esas regiones el viento suele ser la mejor alternativa. Por ahora, cabe recalcar que apenas el 7% de la demanda mundial de electricidad se satisface con energía eólica.

Estos datos y otros que hemos recogido de diversas publicaciones serias sobre el tema, nos hacen preguntarnos una vez más cómo andamos por casa. Y la verdad es que prácticamente no andamos nada, la energía eólica sigue siendo ignorada en Bolivia pese a su enorme potencialidad. Un poco menos sucede con la energía solar, aunque esta también se encuentra aún en niveles muy bajos de desarrollo concreto. Nuestro país tiene zonas de sol casi eterno y zonas de grandes vientos, ambos factores esenciales para factores energéticos basados en el sol y en los vientos. Sin embargo, no pasa nada o pasa muy poco. Así andamos…

 

* Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/posibilidades-concretas-de-energia-eolica_260416