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EL SUICIDIO DE JOHN MCAFEE: INTERNET Y LAS TEORÍAS DE CONSPIRACIÓN

Giancarlo Elia Valori*

Según algunos rumores, el suicidio del evasor de impuestos, partidario de bitcoin y pionero del software antivirus John McAfee (1945-2021) —estadounidense naturalizado británico— ha despertado, al mismo tiempo, condolencias y nuevas teorías conspirativas.

Después de evadir impuestos y regatear a las autoridades estadounidenses durante muchos años, un tribunal español ordenó la extradición de McAfee en primera instancia pocas horas antes de que fuera encontrado muerto. Si hubiera sido extraditado, el hombre de 75 años se habría enfrentado a cadena perpetua en los Estados Unidos de América.

El ex empleado de la Agencia de Seguridad Nacional y denunciante Edward Snowden criticó la influencia global de las fuerzas del orden de Estados Unidos y advirtió que el final prematuro de McAfee puede no ser el único. Escribió en Twitter: “Europa no debería extraditar a los acusados de crímenes no violentos a un sistema de justicia tan injusto, y a un sistema penitenciario tan cruel, hasta el punto de que los acusados en un caso judicial en los Estados Unidos de América prefieran morir antes que estar sujetos a él”.

El fundador de Cardano —un proyecto de código abierto relacionado con las criptomonedas que tiene como objetivo la creación de una plataforma pública blockchain (un registro digital cuyas entradas se agrupan en “bloques”, vinculados en orden cronológico, y cuya integridad está garantizada por el uso de criptografía) para la gestión de protocolos informáticos que facilitan, verifican o hacen cumplir, la negociación o ejecución de un contrato, a veces permitiendo la exclusión parcial o total de una cláusula contractual (contrato inteligente), Charles Hoskinson, elogió a McAfee por su contribución a la informática, llamándolo “una de las personas más misteriosas e interesantes en la historia de la criptomoneda y la informática”. “También es una persona profundamente problemática”, agregó Hoskinson, señalando el trauma personal bien documentado de McAfee por sus problemas de abuso de sustancias.

“La razón del suicidio parece ser obvia: McAfee tenía 75 años y era probable la extradición a los Estados Unidos de América. De ser declarado culpable, se habría enfrentado a más de treinta años de prisión y es seguro que también habría sido encarcelado […] Parecía bastante decidido a elegir poner fin a su vida en una prisión española en lugar de una estadounidense. El influencer y podcaster de Bitcoin Anthony Pompliano recuerda que McAfee era “amable, divertido y muy inteligente”.

“Una vez tuve la oportunidad de pasar un día con el legendario McAfee en un barco en las Bahamas. Siempre recordaré ese día. Tengo un respeto unánime por una de las personas más singulares del mundo”.

Kim Dotcom, un empresario e informático alemán con ciudadanía finlandesa, es un empresario de Internet que está luchando contra los cargos de extradición de Nueva Zelanda a través de su red de intercambio de archivos megaupload. Lamenta que el abuso de drogas de McAfee lo haya privado de su potencial. Dijo: “Fue un pionero de la seguridad de los datos. Siempre pensé que era demasiado difícil para él estar junto con otras personas. Debería haber evitado tomar drogas y en su lugar centrarse en usar siempre su ingenio. Cuando estaba lúcido, se dedicaba a la libertad de todos”.

Aunque el representante legal de McAfee en España dijo a Reuters que McAfee se suicidó, prefiriendo la horca en lugar de enfrentar la cadena perpetua, es predecible que Internet esté lleno de teorías de conspiración que afirman que McAfee no se suició.

Poco después de que la cuenta oficial de McAfee en Instragram compartiera la imagen de la letra “Q”, se levantaron controversias y acusaciones, encendiendo la fantasía de los teóricos de la conspiración de QAnon, según la cual existe un hipotético complot secreto organizado por un supuesto Estado Profundo (identificable en algunos poderes ocultos) que habría actuado contra el ex presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump y sus partidarios.

Business Insider informó que los influencers de QAnon en Telegram tienen cientos de miles de seguidores y están compartiendo publicaciones que sospechan historias de suicidio.

Los tuits de McAfee se han vuelto a publicar desde el día de su muerte, y uno de ellos se remonta a diciembre de 2019, cuando McAfee afirmó que el gobierno había amenazado con asesinarlo, por lo que hoy muchos no creen ninguna versión de su suicidio.

Otros teóricos de la conspiración siguieron una publicación de junio de 2019 en la que afirmó tener un tesoro de datos de 31 TB y más que contenían evidencia de corrupción gubernamental.

Cada millonario excéntrico que se pelea con el gobierno afirma tener pruebas de corrupción, y si la tragedia los golpea, todo se hará público. Al final, la tragedia recae sobre muchos de ellos, pero la evidencia nunca se entrega a los medios de comunicación, como a menudo sucede en las películas del otro lado del Atlántico.

Vale la pena mencionar que McAfee no era ajeno a las declaraciones audaces y extrañas, incluida la promesa de que si el precio de Bitcoin no superaba el millón de dólares estadounidenses para 2021, devoraría a sus partidarios en la televisión nacional.

En las últimas semanas de su vida, los tuits de McAfee en prisión también se habían vuelto cada vez más sombríos. En mayo de 2021, reveló que había discutido el suicidio con un compañero de celda: “Hoy una persona que se enfrenta a una situación difícil me preguntó si conozco un método de suicidio indoloro. Tengo poca experiencia en este campo y no soy muy útil. Sorprendentemente, el tono de la discusión se deslizó en cómo pasar el tiempo”. Vale la pena señalar que el empresario no tenía razones particulares para suicidarse. El hecho es que la decisión del tribunal español sobre la extradición no fue definitiva, por lo que McAfee podría intentar más tarde apelar esa decisión. Es alarmante en esta historia que incluso el otoño pasado McAfee declarara que no se suicidaría bajo ninguna circunstancia.

Javier Villalba, un abogado español de McAfee, dijo a Reuters que creía que McAfee simplemente no podía tolerar ser encerrado: “Este es el resultado de un sistema cruel. No hay ninguna razón por la que esta persona mayor permanezca en prisión durante tanto tiempo”.

En los Estados Unidos, las teorías de conspiración están en plena floración. Tal vez menos personas creen en la “conspiración lunar” que, después de todo, es un tema de orgullo nacional. El resto de las historias son similares: vacunas y VIH, una conspiración de las compañías farmacéuticas; el calentamiento global; una conspiración de climatólogos; Kennedy fue asesinado por los servicios especiales; también organizaron los ataques y masacres del 11 de septiembre en escuelas, etc.

La historia de Bill Gates y el chipping circulatorio gracias a las vacunas contra el COVID-19 también se ha vendido bien: según las últimas encuestas, el 44% de los miembros del Partido Republicano creen en ella.

El problema es que tales opiniones, a veces ingenuas, a veces extrañas y a veces salvajes, a menudo tienen consecuencias. Algunas personas piensan que las torres 5G realmente están propagando el coronavirus y van a quemarlas. Otros se niegan a vacunar a los niños tan masivamente que la OMS lo incluyó por primera vez en la lista de amenazas para la salud humana. Con el advenimiento de la vacuna COVID-19, esto podría convertirse en un problema aún mayor.

Es vano pensar que las teorías de conspiración son sobre otra persona y no sobre las personas más inteligentes y definitivamente no sobre ti y tu entorno. Una encuesta de 2018 mostró que el 67% de los rusos cree en un “gobierno mundial” secreto (en 2014 era el 45%), y de estos el 68% tiene una educación superior.

Las teorías de la conspiración no son una historia coherente para creer o no. Más bien, se trata de una multitud de interpretaciones de hechos individuales, cada una de las cuales puede ocupar cualquier lugar en una escala que va desde el puro absurdo hasta la evidencia científica. Algunos podrían considerar que la esclavitud de la humanidad por parte de los extraterrestres es increíble, pero se oponen a la vacunación, o viceversa. Entre los hechos científicos y las teorías de conspiración explícitas, hay una gran área gris, dentro de la cual para cada uno de nosotros hay una explicación completamente lógica del mundo, que para otra persona parecerá una teoría de la conspiración.

Nuestra imagen del mundo está influenciada por configuraciones bastante antiguas del cerebro y la psique. Está influenciada por escenarios arcaicos del cerebro y la psique: detector de intenciones aparentes y no sustanciales, miedo a la incertidumbre, generaciones de historias y desconfianza en los extraños.

Cuando el sujeto se enfrenta al estrés debido a circunstancias externas, el pensamiento corre el riesgo de volverse más conspirativo y, por lo tanto, desarrollar las cuatro características antes mencionadas.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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DE PETER DRUCKER: SEIS REGLAS PARA GOBERNANTES

Agustín Saavedra Weise*

Tiempo atrás el analista estadounidense Peter Drucker (1909-2005) enumeró (mediante el “Wall Street Journal”) las reglas que deberían seguir los presidentes norteamericanos para cumplir adecuadamente con sus mandatos. Las realidades de América Latina en general y de Bolivia en particular son muy diferentes, pero aun así vale la pena reproducir y comentar los juicios de Drucker, pues de alguna manera pueden ser válidos para cualquier administración.

La primera regla se refiere justamente a lo que es necesario hacer. No se hace lo que uno quiere o cree que debe hacer, sino lo que verdaderamente hay que hacer, en función de las circunstancias propias del momento y de las situaciones puntuales que se presenten.

La segunda exigencia es: concéntrese, no se diversifique. Drucker considera que puede haber más de media docena de respuestas en torno a lo que es necesario hacer, pero un gobernante tiene que ser capaz de arriesgarse en torno a una sola cuestión esencial y llevarla a cabo. Caso contrario fracasará. Drucker el caso de Lyndon Johnson, que quiso lidiar simultáneamente con su proyecto de la “Gran Sociedad” para erradicar la pobreza y con la guerra de Vietnam. Como es sabido, terminó perdiendo en los dos campos.

No apueste jamás sobre una cosa segura, es la norma número tres. Según Drucker “siempre falla el tiro”; no hay que creer jamás que lo propuesto o empujado, saldrá adelante como si fuera una operación matemática. Muchos presidentes han cometido errores en este sentido, desde el legendario Franklin Delano Roosevelt hasta hoy en día. En el tórrido mundo de la política de alto nivel, nada es seguro.

La cuarta regla es fundamental pero muchas veces olvidada: un presidente efectivo no “microadministra”. Es aquí, en la multiplicidad de datos que escapan hasta a la persona más inteligente y organizada, donde muchos jefes de Estado fracasan. La tendencia al detalle, a revisar lo mínimo, hace perder perspectiva global, desperdicia la labor de sus principales colaboradores y se termina fracasando lamentablemente.

Esto no le pasó a Reagan, que desdeñaba la mini administración pero sí perjudicó grandemente a Johnson y a Jimmy Carter, ambos detallistas en exceso, con tendencia a participar hasta de las más pequeñas decisiones. Los dos olvidaron esta regla, que significa que lo que el presidente no tenga por qué hacer, sencillamente no debe hacerlo. Un primer mandatario es el ejecutivo principal y supervisor global, no un jefe de operaciones, que sí debe sumirse en la maraña de información. Para eso están los ministros y otros funcionarios. Un presidente debe saber delegar.

La quinta regla es también muy importante y el no acatarla puede precipitar lamentables consecuencias: un presidente no tiene amigos en la administración. No se puede confiar en los amigos del presidente: tarde o temprano se verán tentados a usar de su influencia o terminarán siendo perjudiciales. El “amiguerío” ha probado ser funesto, tanto en EEUU como en muchas otras latitudes.

La sexta y última regla es el consejo de Harry Truman al entonces flamante presidente John Kennedy en 1960: “Una vez que uno resulta electo, deja de hacer campaña”. Es decir, hay que ponerse a trabajar en serio, con pragmatismo y dedicación. Gobernar para todos, ya no seguir con los lemas previos a la elección y ciertamente, tomar en cuenta las otras cinco normas.

Interesantes en verdad estas seis reglas. Dejamos ahora en manos del amigo lector detectar cuáles de ellas han sido cumplidas (o violadas) por los mandatarios bolivianos del pasado y del presente.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/de-peter-drucker-seis-reglas-para-gobernantes_249490

DIVAGANDO ACERCA DE LA IGUALDAD

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de falco en Pixabay 

“Libertad, igualdad, fraternidad”, era el lema revolucionario francés en 1789. Sigue siendo manipulado hoy, casi siempre demagógicamente. De esta trilogía, sobresale nítidamente la igualdad, objeto de chorros de tinta y millones de discursos. Desde el punto de vista jurídico, la igualdad formal es inobjetable. Sabiamente, el Libertador Simón Bolívar manifestó que “la igualdad jurídica es imprescindible para que sirva de contrapeso a la desigualdad física, de suyo inevitable”.

Así, pues, todos somos idénticos en lo que son nuestros derechos y obligaciones pero ¡ah! bien sabemos que hay algunos “más iguales que otros”, como sentenciaba George Orwell en Rebelión en la Granja. He aquí uno de los primeros puntos de discrepancia: la desigualdad real creada arbitrariamente mediante odiosos privilegios para unos y restricciones para otros mientras formalmente se proclama la “igualdad”. Uno de los más grandes documentos políticos, la Constitución original de los Estados Unidos de América, se contraponía a la realidad de un país esclavista y racista que surgió así a la vida independiente en 1776. Tuvo que ocurrir una sangrienta guerra civil y mucho tiempo más para que la letra de la Constitución norteamericana sea compatible con su espíritu y puesta en práctica. Recién en los últimos 50 años negros estadounidenses e indoamericanos han logrado incorporarse progresivamente a la sociedad estadounidense; hoy surgen antipáticas discriminaciones y segregaciones que son de conocimiento público.

Hay otros múltiples documentos legales que proclaman la igualdad, pero casi siempre de boca para afuera y sin que ella se cumpla. Por otro lado, en nuestros días el que se refiere a la desigualdad corre el riesgo de que le corten la cabeza. Sin embargo, forzoso es reconocer que no todos somos iguales. No en vano Karl Marx expresó “de cada cual según su capacidad y a cada cual según su necesidad”, dejando clara la noción de una desigualdad inherente a los seres humanos que está ahí, es real y cotidiana, pero la mayoría se niega a admitirla como si tal cosa fuera un pecado. Somos desiguales, pues tenemos distintos talentos, distintas falencias; el medio ambiente y las mayores o menores condiciones de vida nos otorgan también mayores o menores condiciones de progreso y así sucesivamente.

Frente a esta inherente desigualdad, la igualdad ante la ley pasa a ser realmente imprescindible. Sin embargo, existe algo tan o más importante que la igualdad jurídica y que raras veces se aplica, en particular acá en Bolivia y en otras latitudes semidesarrolladas. Me refiero a la igualdad de oportunidades, a la posibilidad de que todos tengan el mismo punto de partida y la misma posibilidad de llegar. Tal como en una carrera de caballos, habrá un ganador, un segundo, un tercero y un último, pero al final, todos tuvieron idéntica chance: largaron del mismo lugar (y al mismo tiempo) sobre un espacio uniforme. El que llegó primero lo hizo en base a sus cualidades particulares para “x evento” o situación que lo resaltó sobre los demás. Pero repito, todos tuvieron la misma oportunidad.

Más allá de la base fundamental de la igualdad legal, ésta —la igualdad de oportunidades— es la igualdad más idónea que debemos impulsar. Todo el resto tiene poco valor frente a dicho impulso. Asimismo, al reconocer la desigualdad admitámosla como algo hoy por hoy inevitable y que debe paliarse de varias maneras. Una de ellas es la generación de igual oportunidad para todos; la otra, de más largo aliento, tiene que ver con la creación de mejores condiciones de vida Pero esa es otra historia…

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/divagando-acerca-de-la-igualdad_248633