VOLVER A LA HISTORIA

Nicolás Lewkowicz*

El “momento unipolar,” creado a partir de la disolución del bloque comunista a finales de la década de los 80’, le otorgó a la potencia dominante la posibilidad de crear un sistema de intercambio global basado en normas que sirvieran a promover sus intereses geoeconómicos y geopolíticos.

La justificación que se daba para establecer un sistema político internacional basado en normas comunes (rules-based international order) era que “la historia había terminado”. Según Francis Fukuyama, luego de la caída del comunismo no se podía concebir una mejor forma de organización que la democracia liberal y el sistema de intercambio capitalista.

La era de la globalización creó una división cada vez más estricta entre

1) las naciones que son sujeto pasivo de la historia (como los países de América Latina y Europa);

2) las naciones que imponen reglas de conducta comunes para el mundo globalizado y

3) los países revisionistas, que tratan de reducir la influencia de los países hegemónicos sobre su espacio interno.

Los países no-hegemónicos que se unen al mundo globalizado no pueden ser sujetos activos de la historia. A los sujetos pasivos de la historia les está vedado incidir en la manera en las cuales se configuran las reglas de conducta común. A estas naciones también les cuesta rechazar los valores culturales que son parte integral del proceso de expansión geopolítica de la potencia hegemónica. Acatar la norma impuesta por la potencia imperante implica renunciar a tener poder y autonomía en cuestiones de política exterior.

Tanto Europa como América Latina viven, cada cual a su manera, dentro del modelo economicista que les impone la idea del “fin de la historia” y la pertenencia al área geoestratégica comandada por los Estados Unidos.

Europa teme regresar a la historia por el recuerdo todavía fresco de las dos conflagraciones devastadoras del siglo veinte. Por otra parte, le es difícil a Europa salir de la jaula geopolítica impuesta por Estados Unidos, establecida luego del fin de la Segunda Guerra Mundial. La potencia dominante necesita tener una presencia militar importante en Europa para no perder control de la “Isla-Mundo” y los puntos de navegación que son vitales para el comercio internacional, como el Estrecho de Gibraltar y el Estrecho de Suez. Los altos niveles de prosperidad de los cuales goza la población europea, hacen que la falta de poder de las naciones del Viejo Continente no sea sentida de manera tan pronunciada.

En el caso de América Latina, vemos un espacio post-histórico en el cual la mayoría de las naciones del continente no pelean entre sí y buscan unirse al sistema de intercambio promovido por los sujetos activos de la historia. A diferencia de Europa, la pobreza en la cual se encuentra sumida el continente hace que se note mucha más la falta de poder y los efectos negativos que implica la falta de autonomía en las decisiones políticas que afectan al espacio interno y a la relación con otros países.

En las próximas décadas, podríamos ver una creciente fragmentación de la capacidad de la potencia dominante de comandar su área de influencia estratégica en Europa y América Latina.

Existen varias razones para aducir que en las próximas décadas viviremos en un mundo con una globalización más fragmentada y un sistema internacional mucho más anárquico, pero con mucha más libertad de acción para los países que hoy no son sujetos activos de la historia.

Primero: existe una interferencia cada vez mayor de potencias revisionistas como China y Rusia en Europa y América Latina. Esta situación hace que se cuestione el alcance que deben tener las normas que emanan de la potencia hegemónica, sobre todo si estas no producen un efecto económico positivo.

Segundo: la capacidad de acción de la potencia dominante está condicionada a las necesidades de las corporaciones transnacionales, las cuales precisan de la musculatura geopolítica de los Estados Unidos, pero que operan de acuerdo a un principio de utilidad económica que redunda cada vez menos en beneficio de la población estadounidense. La posible falta de reconciliación de los intereses del sector público y privado podría erosionar la legitimidad de la acción geopolítica de los Estados Unidos de manera cada vez más pronunciada.

Tercero: a la potencia hegemónica le será cada vez mas difícil expandir valores que emanan de un espacio social en el cual cohabitan distintos conceptos de justicia.  El proceso de expansión geopolítica de los Estados Unidos convirtió al país cada vez más en imperio y cada menos en nación. No esta garantizado que las distintas versiones del concepto de justica puedan ser reconciliadas. La falta de cohesión en el espacio domestico tendrá una influencia importante en la manera en la cual la potencia hegemónica buscará ordenar el sistema internacional en el futuro próximo.

En las próximas décadas, el gradual declive geopolítico de los Estados Unidos obligará a la Argentina a regresar a la historia. Para ello, urge crear una pedagogía basada en la idea de que sin la capacidad de ejercer poder en forma autónoma no habrá crecimiento económico sostenido ni un Estado que pueda monopolizar el uso de la fuerza y proteger al país de amenazas internas y externas.

Los planteamientos economicistas, centrados en la inserción del país en un sistema político internacional basado en normas comunes, nos han dejado sin poder y sin economía. Por ello, es de esperar que un futuro no muy lejano comience la lenta pero inevitable vuelta del país a la historia.

 

* Realizó estudios de grado y posgrado en Birkbeck, University of London y The University of Nottingham (Reino Unido), donde obtuvo su doctorado en Historia en 2008. Autor de Auge y Ocaso de la Era Liberal—Una Pequeña Historia del Siglo XXI, publicado por Editorial Biblos en 2020.

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AFGANISTÁN: ¡TODO EL MUNDO EN CASA! PERO EL PAÍS ESTÁ AL BORDE DE LA GUERRA CIVIL

Marco Crabu*

Toda la operación de Italia costó más de € 8 mil millones

 

¡Ya está hecho, todo el mundo en casa! Anoche, el último de nuestros soldados que seguía desplegado en Herat regresó a Italia. Así lo comunica el propio Lorenzo Guerini, ministro de Defensa italiano, mientras estrecha la mano de Gen. Beniamino Vergori, comandante del contingente italiano en Afganistán, que acaba de aterrizar en el aeropuerto militar de Pisa.

Fonte: Difesa.it

“Con el regreso del último ejército italiano, que tuvo lugar en cumplimiento de la seguridad de nuestro contingente, la misión italiana en Afganistán terminó oficialmente —dijo el Ministro— quiero recordar con gratitud a los 723 heridos y con profunda emoción a las 53 víctimas italianas que perdieron la vida al servicio de la República”. Guerini luego especificó: “Sin embargo, el compromiso de la comunidad internacional, Italia en primer lugar, para Afganistán, que continuará en otras formas, comenzando con el fortalecimiento de la cooperación para el desarrollo y el apoyo a las instituciones republicanas afganas, no termina”.

Estas declaraciones son de gran importancia, sobre todo porque cuando los Estados Unidos y la OTAN anunciaron el 14 de abril que todos los contingentes occidentales se retiraban de Afganistán, muchos en el país asiático revivieron en su imaginación la tormentosa retirada de las tropas de la antigua Unión Soviética en la década de 1990, con todo lo que ello había implicado. Y en el pueblo afgano, que todavía está luchando por metabolizar por qué la decisión aliada de abandonar el país en este momento, hay un creciente temor de que la retirada final de las últimas tropas extranjeras sea un caos.

Alemania, además del Reino Unido, también ha completado la retirada de sus tropas de Afganistán, mientras que Estados Unidos muy probablemente completará la operación para el 4 de julio (antes de los datos del 11 de septiembre previamente anunciados), un día festivo nacional para Estados Unidos.

Fonte: DoD USA

Pero Italia y los países aliados no abandonarán a Afganistán para su suerte, sino que cambiarán el tipo de asociación y las reglas de compromiso. Este es el objetivo de los esfuerzos diplomáticos del Presidente Ashraf Ghani hacia la comunidad internacional, especialmente tras su reciente visita a Washington el 25 de junio, para anunciar con ello un nuevo comienzo en las relaciones mutuas. En esta ocasión, la delegación asiática, compuesta también por el jefe del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán (HCNR), Abdullah Abdullah, se reunió en la Casa Blanca con el presidente Joe Biden, quien les representó la nueva política exterior estadounidense, basada en el apoyo político, económico e incondicional a las Fuerzas nacionales de seguridad y defensa afganas (ANSDF).

Por lo tanto, Estados Unidos proporcionará US$ 3.3 mil millones en ayuda para la seguridad de Afganistán, sobre todo porque si el ejército afgano se doblega ante la amenaza de los fundamentalistas talibanes y los grupos terroristas, esto no solo será un fracaso del ANSDF, sino también una derrota para las Fuerzas Aliadas que han intentado durante 20 largos años construir un sector de seguridad legítimo y sostenible en el país, lo suficientemente resistente para hacer frente a los duros desafíos del presente.

Además, ya el 14 de junio del año pasado en Bruselas, en la última cumbre de la OTAN, a la que asistieron 30 Jefes de Estado miembros, se volvió a subrayar el apoyo al pueblo afgano, sus instituciones y sus fuerzas armadas, incluso después de la retirada de las tropas occidentales, al tiempo que se promovían los resultados de los últimos 20 años que tanto les ha costado conseguir. En la declaración final de la cumbre, dos artículos (18 y 19) están dedicados a la cuestión del Afganistán. Por lo tanto, los países de la OTAN continuarán sus actividades de cooperación y en el entrenamiento y fortalecimiento de las fuerzas de seguridad afganas.

Por lo tanto, todos en casa, pero ¿cuánto le costó a Italia la misión de veinte años en Afganistán?

 

Fonte: Osservatorio Mil€x

El Observatorio Mil€x sobre el gasto militar italiano ha elaborado un informe en el que estima el coste de la operación para nuestro Gobierno. Esta estimación, actualizada a 2020, se sitúa en torno a los 8,4 billones de euros. Pero, dada la retirada completa de todas las tropas que acaba de tener lugar, el coste va a aumentar y es probable que supere los 8,5 billones de euros. El año en el que el gobierno pagó más es 2011, cuando Italia marcó su número récord de tropas presentes en Afganistán, unos 4.250 como se verá en el gráfico relativo.

Pero no podemos olvidar, más allá de estas enormes cifras, los éxitos italianos que nos reconocen, especialmente las poblaciones locales y que distinguen a Italia del resto de la coalición.

En estos 20 largos años, se han preparado y completado más de dos mil proyectos (fuente: Il Sole 24ore) con un valor total de 58 millones de euros, en diversas áreas que incluyen: educación (27%), salud (11%), infraestructuras como carreteras, instalaciones de agua (800 pozos), apoyo a las fuerzas de seguridad afganas, agricultura y ganadería.

Construimos y reconstruimos un centenar de escuelas, más de 40 hospitales y al menos 30 edificios que albergaban los cuarteles de las fuerzas locales. Luego evacuamos, a través de la Operación Aquila, al personal civil de apoyo, incluidos los antiguos intérpretes y sus familias, que serán incluidos en el programa de integración por el Ministerio del Interior.

¿Y ahora? ¿En qué situación dejamos al país afgano?

Hasta la fecha, las fuerzas armadas afganas están asumiendo la responsabilidad de la lucha contra los talibanes, así como la lucha más insidiosa contra Al-Qaeda, Isis y otros grupos terroristas más pequeños. Y aunque ANSDF ha hecho progresos operacionales considerables y ha adquirido un nivel decente de capacidad estratégica, sus sistemas de gestión y estructuras logísticas y de apoyo, siguen siendo débiles y en general subdesarrollados.

Fonte: SouthFront.org

Los talibanes son cada vez más emprendedores y continúan su marcha para apoderarse del territorio enfrentándose con las fuerzas regulares.

Los últimos eventos son los siguientes (Fuente: Southfront.org):

– El 27 de junio, según los informes, los talibanes capturaron el distrito de Rustaq en la provincia de Takhar.

– El 27 de junio, según los informes, los talibanes capturaron el distrito de Chak en la provincia de Wardak.

– El 27 de junio, según los informes, los talibanes capturaron el centro de la ciudad del distrito de Mughur, en la provincia de Ghazni.

– El 28 de junio, las autoridades locales anunciaron la reconquista de las aldeas de Khof Dareh, Sang Atash, Khavaki, Khosdeh y Derbi Ahoo en el distrito de Farkhar de la provincia de Takhar.

– El 28 de junio, el ejército afgano y las fuerzas de movilización popular recuperaron las zonas de Khajeh Souri, la montaña Piazak, la montaña Haji Ghafoor y las aldeas de Pakbar, Khaneghah y Abjasia en el distrito de Chahar Kint en la provincia de Balkh.

– El 29 de junio, los talibanes reclamaron el control de los distritos de Waghaz y Giro en la provincia de Ghazni.

– El 29 de junio, los talibanes capturaron el distrito de Khakriz en la provincia de Kandahar235 Militantes talibanes murieron y otros 161 resultaron heridos como resultado de las operaciones del ejército afgano en las provincias de Nangarhar, Laghman, Nuristan, Kunar, Ghazni, Kandahar, Zabul, Balkh, Faryab, Helmand, Baghlan, Badakhshan, Kunduz y Kapisa durante las últimas 24 horas, según el MOD afgano.

Han pasado veinte años desde que las fuerzas estadounidenses y de la OTAN llegaron a Afganistán, y ahora están dejando atrás a un país al borde de la guerra civil total.

 

* Licenciado en Ciencias Sociológicas, Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Bolonia. Especialista en Seguridad, Geopolítica y Defensa.

 

Artículo publicado originalmente el 01/07/2021 en OFCS.Report – Osservatorio – Focus per la Cultura della Sicurezza, Roma, Italia, https://www.ofcs.it/internazionale/afghanistan-tutti-a-casa-ma-il-paese-e-sullorlo-di-una-guerra-civile/#gsc.tab=0

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor.

CONFLICTOS HÍBRIDOS Y LA DOCTRINA GERASIMOV

Marcos Kowalski*

Foto: © Sergey Guneev ©  Sputnik

Actualmente, en la época de la globalización, del debilitamiento de las fronteras entre estados, del desarrollo de los medios de comunicación, el cambio de las formas de resolver las contradicciones entre estados ha pasado a ser un factor de la máxima importancia. En los conflictos contemporáneos es cada vez más frecuente que se dé prioridad a un uso conjunto de medidas de carácter no militar, políticas, económicas, informativas y de otro tipo, que se ponen en práctica con el sostén de la fuerza militar. Son los llamados métodos híbridos

Jefe del Estado Mayor General ruso, Valeri Gerasimov

 

En el mundo contemporáneo la línea que separa a la guerra de la paz es cada vez más difusa, dentro del campo de análisis de la defensa y de la seguridad de las naciones; ocupa un lugar de importancia la “hibridación” de los conflictos armados y las amenazas transnacionales, esto demanda, sin duda una particular atención

La referencia al conflicto hibrido, apunta a la heterodoxa forma de guerra que plantea un eventual oponente que abandona los cánones tradicionales e integra diversas formas de combate y también, por otra parte, la amenaza puede ser híbrida en sí misma, en función de sus características intrínsecas, con independencia de su circunstancial protagonista. A priori, puede decirse que una amenaza híbrida combina, en cierto grado, características propias de al menos dos amenazas en su formato “puro”, o de una amenaza en estado puro y otro fenómeno o situación, de ribetes claramente diferenciados.

Las amenazas híbridas como explicaba el Coronel español Calvo Albero en 2009, en la “Guerra Híbrida” … al menos uno de los adversarios recurre a una combinación de operaciones convencionales y guerra irregular, mezclada esta última con acciones terroristas y conexiones con el crimen organizado

Desde hace bastante tiempo especialistas occidentales, estimaban que cualquier actor, que quisiera enfrentar en el plano armado a una superpotencia, debería echar mano a una variedad de combinaciones tecnológicas y tácticas para compensar la superioridad de su enemigo.

Los conflictos híbridos expresan una “metamorfosis de la violencia” que para muchos analistas irrumpe en el escenario internacional en el año 2006, momento en que sus rasgos son suficientemente nítidos para permitir su identificación y la consecuente elaboración de una tipología. La ocasión para esa novedad fue, para la mayoría de los estudiosos del tema, la llamada Segunda Guerra de El Líbano, denominación que se aplica usualmente a la “Operación Recompensa Justa”, ejecutada por Israel contra la organización chiita Hezbollah en suelo libanés.

Los estudios que realizó en 2007 el teniente coronel Frank G. Hoffman sobre el caso libanés definieron como guerra híbrida a “una combinación de la letalidad de la guerra estatal con el fanatismo de la guerra irregular”. En otras palabras, a la conjunción de modos de combate clásicos e irregulares, por parte de actores no estatales, en su enfrentamiento con instrumentos militares más poderosos, con el objetivo de lograr efectos favorables, no solo físicos, sino también psicológicos.

Es decir que la guerra híbrida se asemejaría más a lo que se concibe como un conflicto multimodal, en el que al menos uno de los contendientes utiliza en forma simultánea y complementaria formatos asimétricos para conseguir una mayor letalidad en sus acciones.

Así definido este tipo de guerra, observamos que tanto China como Rusia, con doctrinas propias, incursionan con estrategias estatales de hibridación de conflictos, echando mano a recursos heterogéneos. Esas estrategias involucran acciones en el límite de lo permitido por el Derecho Internacional, incluyendo formatos que obligan a replantear el concepto de paz vigente.

La versión china de guerra híbrida difiere tanto de la concepción rusa como de la de Occidente; su rasgo más notorio consiste en excluir la violencia directa y en Estados Unidos se le dio el nombre de guerra irrestricta, traducción no literal del libro que en 1999 redactaron los coroneles Qiao Ling y Wang Xiangsui. Transformada recientemente en doctrina oficial china al ser adoptada por el Ejército Popular de Liberación.

Estos autores sostienen que, simultáneamente a la reducción relativa de la violencia militar en el tablero internacional, se incrementa la violencia en los ámbitos políticos, económicos y tecnológicos, violencia que se ejerce a través de la desinformación o información errónea para controlar sectores sensibles de la sociedad.

La rusa, también conocida como doctrina Gerasimov en referencia a su creador y actual Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Rusas Valeri Gerasimov, que introdujo esta doctrina en su discurso “El valor de la ciencia radica en la anticipación” publicado por Voienno-Promyshlenny Kurier en 2013 donde formula una novedosa versión de la guerra no lineal.

En un ulterior discurso en 2016, incluye por primera vez en el léxico militar ruso el término “hibrido”. Para Gerasimov, la guerra actual se desarrolla simultáneamente en los planos legal, económico, comunicacional, cibernético y mediático, creando una confusión y logrando la fragilidad de los adversarios mediante campañas psicológicas utilizando herramientas tecnológicas de avanzada.

En este discurso Gerasimov analiza que en los conflictos contemporáneos ya no existe una distinción entre zonas aliadas y enemigas y que en la actualidad tienden a diluirse los límites claros entre paz y guerra, por eso le otorga una altísima importancia a las capacidades no militares del contendiente que persigue un objetivo político o estratégico subrayando que en un conflicto de este tipo se aplican cuatro veces más medidas no militares que militares.

La doctrina describe la nueva forma de guerra con utilización de represalias económicas, propaganda, subversión política y operaciones psicológicas, por lo tanto, para lograr el triunfo se tiene que conseguir supremacía en el manejo de la información y comunicación estratégica.

Se postula que la ventaja de las acciones de carácter “hibrido” es que dificulta la identificación por parte del oponente en razón de los limites difusos de la paz y la guerra, pudiendo los Estados amenazarse y agredirse sin echar mano al instrumento militar que se deja para una incorporación en una segunda etapa del conflicto y para explotar lo logrado con las políticas antes descriptas.

Las reflexiones de 2013 estaban basadas en una serie de experiencias ajenas, mientras que los últimos años han ofrecido a las Fuerzas Armadas rusas numerosas ocasiones prácticas para poner a prueba conceptos, procedimientos y materiales. El caso icónico, fue la crisis desatada en Ucrania en el año 2014, que culminó con la anexión de Crimea donde la doctrina Gerasimov se puso en práctica, explotando Rusia intensamente los planos psicológicos y mediáticos, incluyendo las denominadas redes sociales, alcanzando con eficacia casi todas sus metas.

Las acciones que se realizaron consistieron en desacreditar a su oponente y erosionar su imagen internacional, explotar las diferencias étnicas de la población ucraniana para fragmentar el cuerpo social, promocionar los éxitos de los rebeldes pro rusos, y envolver en un halo de misterio las acciones de unidades de combate propias, las acciones bélicas estuvieron ejecutadas por unidades especiales y milicias locales.

En los términos de la estrategia militar rusa, los hechos fueron efectuados dentro del concepto de “maskirovka” (mimetización, enmascaramiento) con operaciones de engaño y distracción para favorecer las acciones de la propia tropa, capitalizando el efecto sorpresa y confundiendo al enemigo.

En la utilización de esta doctrina se utilizan un abanico de opciones que incluyen la generación de inestabilidad interna del país oponente, la presión externa al régimen para impedir que utilice la fuerza en el restablecimiento del orden interno, La asistencia militar y económica a las insurgencias y grupos opositores y recién, de no ser suficiente, el uso de la fuerzas militares propias.

En el discurso de Gerasimov, la discusión sobre los procedimientos híbridos ocupa un lugar central. Podemos añadir que, en la práctica, Gerasimov llega casi a identificar “métodos híbridos” con “subversión”. De hecho, entiende que las “revoluciones de colores” son magníficos ejemplos de acciones híbridas.

Aunque el concepto “revolución de color” empezó a utilizarse para nombrar revoluciones incruentas (o casi) en el espacio postsoviético, Gerasimov lo amplía para incluir en él fenómenos similares ocurridos en otros países. En particular, caracteriza como “revoluciones de colores” los movimientos ocurridos en diversos países del Norte de África y Oriente Medio durante la llamada “primavera árabe”.

Entre las características de los “métodos híbridos”, el ruso destaca la dificultad para prever las consecuencias de su uso. Algo que contrastaría con la predictibilidad de los efectos de los métodos militares tradicionales, pero el factor que subraya, el Jefe del Estado Mayor General ruso, es la importancia que en la “guerra híbrida” tiene la “guerra informativa”. Sus efectos, son comparables a los del uso masivo de tropas.

También destaca esta doctrina un gran interés por la Defensa Territorial siempre en el contexto de hacer frente a posibles amenazas híbridas, que se materializarían probablemente como “revoluciones de colores” como en la práctica, el interés ruso por la Defensa Territorial parece ser aún muy limitado y, en cualquier caso, inferior al que puede advertirse en otros países postsoviéticos, como Bielorrusia o Ucrania.

Al menos en publicaciones abiertas rusas, las referencias a la defensa territorial son excepcionales y no parecían existir en 2014 estudios sobre ejemplos clásicos de sistemas de defensa territorial, como la Defensa Popular Total y Autoprotección Social yugoslava o la Guerra de Todo el Pueblo cubana. Por eso, Gerasimov pide a los pensadores militares agrupados en la Academia de Ciencias Militares que dediquen una atención mayor a este tema.

Recordemos que hace dos décadas, se desarrolló en Estados Unidos un interesante debate sobre la utilidad de las inversiones en medios militares de alta tecnología cuando la probabilidad de un enfrentamiento con ejércitos bien equipados era muy baja y el uso normal de las Fuerzas Armadas sería en operaciones contra la insurgencia, como las de Iraq o Afganistán.

Precisamente, el concepto de “guerra híbrida” surge, al menos en parte, como consecuencia de este debate. No se podían abandonar las costosas inversiones en material militar de alta tecnología porque guerra regular y guerra irregular no constituían necesariamente dos opciones alternativas, sino que podían ser las dos caras de una misma moneda. Gerasimov llega a una conclusión similar.

Tras analizar los rasgos definidores del entorno de los conflictos del siglo XXI, Gerasimov concluye que es necesario para Rusia un enfoque integral de la Defensa y Seguridad como habilitador para las acciones hibridas en las guerras futuras, recomendando un esfuerzo gubernamental para que se integre el aparato militar con las actividades de otros organismos y departamentos del Estado ruso, considerando esta cooperación cívica- militar como la base de las medidas en la resolución de los conflictos.

En la IX Conferencia de Seguridad Internacional en Moscú, entre el 23 y el 24 de junio de 2021, organizada por el Ministerio de Defensa de Rusia, en la que se discuten temas como las amenazas y los retos modernos para la seguridad en Europa, Asia, África y América del Sur. Donde los participantes del coloquio internacional abordaron cuestiones como el control de armamentos, la cooperación militar, la transparencia de la actividad militar, así como la ciberseguridad, la desinformación y la prevención de la propagación del covid-19.

Valery Gerasimov, consultado en su condición de Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, expresó su preocupación por el desarrollo de armas de destrucción masiva, las nucleares, biológicas y químicas, e hizo hincapié en la necesidad de tratados internacionales para mantenerlas bajo control, pero califico al arsenal nuclear de Rusia como “puramente defensivo”.

Sin embargo, consideró que si bien la política de Rusia no es ser agresiva con ese tipo de armas, señaló que el país “se reserva el derecho de implementar el uso de armamento de destrucción masiva, como el nuclear, como respuesta a una situación provocada por otro país si se utilizaran armas de destrucción masiva, nucleares o de otro tipo, o incluso en casos de agresión con armas convencionales contra Rusia o sus aliados si se pone en peligro la existencia del Estado.

El 3 de julio de 2021, el actual presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, aprobó la estrategia de la seguridad nacional de Rusia y el documento entró en vigor a partir de la fecha de su firma. Es un documento básico de planificación estratégica que define los intereses nacionales y las prioridades estratégicas del país, así como los objetivos y medidas en el campo de la política interna y externa en aras de fortalecer la seguridad nacional y garantizar el desarrollo sostenible de Rusia a largo plazo.

En este nuevo instrumento se ve reflejada claramente que la estrategia de Defensa de los rusos se basa en la doctrina Gerasimov toda vez que prioriza en el mismo la colaboración cívico-militar, sobre todo en materia de información, ciberguerra, comunicaciones, incluyendo acciones en casi la totalidad de los organismos rusos, incluida la salud pública.

 

* Jurista USAL con especialización en derecho internacional público y derecho penal. Politólogo y asesor. Docente universitario. Aviador, piloto de aviones y helicópteros. Estudioso de la estrategia global y conflictos. 

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Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales

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