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… Y PARIÓ LA ABUELA

F. Javier Blasco*

Cada vez se hace más perceptible que un nuevo orden mundial está cobrando forma. No sabemos con exactitud cuál será su carácter sistémico pero muy probablemente se podrá interpretar que sus equilibrios de poder y sus conflictos condicionarán la realidad internacional a corto y mediano plazo.

Lo que sí se observa con mayor nitidez es que, sin menoscabar la incertidumbre en torno a qué nuevo sistema está alumbrando, la estructura de balanzas y equilibrios de poder vía consensos heredera del legado liberal plasmada después de 1945 está llegando a su fin.

Este sistema procreó organizaciones globales, normativas y reglas que, a pesar de las tensiones de la «guerra fría» y las incógnitas de la «posguerra fría», logró mantener un equilibrio de poderes vía consensos institucionales. Desplazada por la realpolitik y la visión personalista que imprimen los principales líderes mundiales, la naturaleza de la actual realidad del poder a menudo gira hacia la verticalidad, la deriva autoritaria, el desprecio por los consensos institucionales, su cooptación y neutralización, la noción de «libertad sin democracia» y el predominio de los intereses de elites «oligocráticas» cada vez más globalizadas.

La pretensión de la administración de Donald Trump por desmantelar el sistema económico internacional imperante desde hace ocho décadas implica repensar en qué quedó ese legado del liberalismo clásico que, compatibilizado con la socialdemocracia, ha estado vigente desde entonces. Sin ánimo de realizar analogías históricas que suelen interpretarse como recurso de atracción mediática, el momento que vive actualmente la democracia «social-liberal» es ligeramente similar al que experimentó el comunismo y buena parte de la izquierda mundial en su particular “travesía por el desierto” tras la desaparición de la URSS y del bloque socialista en Europa del Este entre 1989 y 1991.

En ese momento se exhortaba la tesis del «fin de la historia» proclamada por el politólogo estadounidense Francis Fukuyama y que exclamaba el triunfo definitivo del liberalismo sobre los totalitarismos. Hoy la realidad es, a grandes rasgos, distinta. Los liberales de hoy se ven aturdidos ante el afán proteccionista y «patriotero» de un empresario ícono del capitalismo global como Trump, quien en dos ocasiones ha logrado convertirse en presidente de EEUU, precisamente el centro de ese «imperio liberal».

El vuelco es significativo. El personalismo y la tendencia «trumpista» parece dar curso a una democracia de carácter delegativo que gana terreno por encima del sistema de reglas y de instituciones internacionales hasta ahora vigente. No es un modelo nuevo: ya lo instauró Hugo Chávez en Venezuela en 1999, aunque obviamente con otras perspectivas ideológicas muy diferentes a las que pregona Trump. No obstante, lo que estamos observando en este sistema internacional de 2025 aprecia otras expectativas: opciones de carácter más efectistas y cortoplacistas, que no requieran de las complicadas negociaciones propias del sistema de contrapesos de poder.

Esto no significa necesariamente que los liberales observen hoy una especie de «caída de Roma», el final de su predominio ideológico y de su imaginario colectivo. El fenómeno sigue encarnado (Javier Milei en Argentina) pero reconstruido en torno a una plataforma neoconservadora, reaccionaria y fuertemente nacionalista y proteccionista que gana terreno en EEUU, Europa y América Latina. Sea vía preservación de la seguridad (Nayib Bukele en El Salvador) o para contrarrestar la «agenda progresista e izquierdista», se está conformando lo que podríamos denominar mediáticamente como una «Internacional trumpiana», una plataforma que cobra cuerpo bajo un «cadáver» liberal cuyo «ethos» es invocado a conveniencia, aunque muchas veces con escasa convicción, sea para preservar una realpolitik que beneficia a unas determinadas elites.

Conviene igualmente reflexionar sobre la naturaleza de ese liberalismo que pregonan algunos de sus propulsores: ¿es realmente tan liberal un Milei que ha llegado a impulsar el gasto en seguridad del Estado, probablemente persuadido por mantener el apoyo de un estamento militar fuertemente asentado en diversos círculos de poder? Las opciones electorales derechistas de Kast y Káiser en Chile y la reciente victoria electoral de Noboa en Ecuador ¿implica catalogarlos de liberales clásicos o serán más bien la continuidad de este fenómeno trumpista?

 

La crisis del liberalismo en los tiempos «post-normales»

En el mundo de la prospectiva estratégica es común utilizar la teoría de los «tiempos post-normales» como mecanismo para explicar la realidad que actualmente domina la geopolítica. Acuñado por el investigador Ziauddin Sardar, director del Centro para Política Post-Normal y Estudios del Futuro, esta teoría ofrece un marco de reflexión a través de una serie de características que definen los nuevos tiempos que corren: imprevisibilidad, necesidad de entender mejor la complejidad y la teoría del caos, escenarios no lineales alejados del equilibrio, dificultad para la anticipación y prevalencia de contradicciones.

Se exponen así cuatro claves para entender en qué se basan los «tiempos post-normales»:

  1. Hechos inciertos;
  2. Valores en disputa y en crisis. Lo nuevo no acaba de surgir («ya no más»; «lo viejo se agota pero no termina de irse»; «no sabemos qué viene»; «lo nuevo no termina por venir»);
  3. Apuestas altas;
  4. Decisiones urgentes. El tiempo apremia, lo que establece un clima de presión sobre los analistas. Cambios muy rápidos y de alcance global; efectos multimodales y no lineales; réplicas simultáneas.

Mirando con lupa estas claves, la realidad actual aborda varias interrogantes sobre la crisis del «socio-liberalismo»: ¿estamos asistiendo al final del liberalismo clásico como ideología y modelo imperante?; ¿tiene cabida la socialdemocracia?; ¿por qué avanza en el mundo este modelo populista trumpiano?; ¿tiene pretensiones sistémicas o más bien corresponde a una simple política reaccionaria ante los inevitables (e imprevisibles) cambios que la hegemonía occidental está observando ante el ascenso de competidores como China?; la democracia liberal, los contrapesos de poder, ¿están cediendo definitivamente ante una nueva ola autoritaria y «oligocrática» que busca imponer su agenda? En tiempos «post-normales», ¿estamos observando la asunción de una era «post-liberal»?

Más allá del creciente éxito de liderazgos de talante autoritario que crecen precisamente en el seno de sistemas democráticos liberales cobra especial significado el papel de la nueva «oligocracia» tecnócrata global, cuyos máximos exponentes en la actualidad son Elon Musk, Bill Gates, Jeff Bezos o Mark Zuckerberg. Todos ellos también se han visto beneficiados por la expansión del capitalismo liberal a nivel global a tal punto de conforman un oligopolio donde el conocimiento científico vía nuevas tecnologías (informática, redes sociales, Inteligencia Artificial, robótica) adquiere un valor primordial. Más allá de los cortocircuitos que puedan existir entre ellos mismos así como con la administración Trump, queda claro que su protagonismo anuncia una nueva era de poder «oligocrática» que desafía claramente los cimientos de la democracia «social-liberal».

La reveladora investigación del sociólogo Peter Phillips (2019) sobre las elites que dominan el mundo adopta un concepto clave: la «Clase Capitalista Transnacional» (CCT) que, como si se tratase de un émulo de la «clase trabajadora», actúa «con conciencia de clase» en la que están integrados «ejecutivos corporativos, burócratas, líderes políticos, profesionales y élites consumistas globalizadoras» bajo la creencia compartida de que «el crecimiento continuado a través del consumismo impulsado por los beneficios acabará solucionando por sí mismo la pobreza mundial, las desigualdades y el derrumbe medioambiental».

De acuerdo con Phillips y otros investigadores como David Rothkopff, esta CCT «representa los intereses del 1% del top de la elite más rica a nivel mundial». Sus características son igualmente notorias: «un 94% son hombres, de raza blanca, predominantemente estadounidenses y europeos» cuya capacidad de influencia les permite manejar las agendas de organismos de poder como el G7, el G20, la OTAN, la OMC, el FMI y el Club Bildenberg, entre otros.

Vista esta concentración de poder claramente occidental y «atlantista», y ante la nueva realidad de cambio de poder que se anuncia, ¿aceptarían estas elites el ascenso inevitable de nuevos ricos y hombres de poder no occidentales, principalmente asiáticos como China, India e incluso Rusia?; ¿cómo lograrán equilibrar los contrapesos de poder en este reparto geopolítico y geoeconómico cada vez más «post-liberal»?; sus ideas ¿pueden convertirse en referencias en otras latitudes? Aquí partimos de un dato a tomar en cuenta. El modelo del ministerio de la Eficiencia Gubernamental de Musk ya gana adeptos en el exterior: en Portugal, que irá próximamente a elecciones generales, este modelo es defendido por la candidatura de Chega!, tildado de ser el «VOX luso» y, por tanto, un entusiasta simpatizante de esa «internacional trumpista».

 

China, la «nueva URSS» del «trumpismo»

Todas estas interrogantes abordan un debate estructural sobre el futuro de una democracia liberal aprisionada por los embates de la geopolítica y de la realpolitik. Huyendo de los simplismos y de la necesidad existente en diversos círculos de poder por aprovisionarse de un «enemigo conveniente», resulta perceptible que, para las elites occidentales que están concentrando el poder, ese papel de «enemigo conveniente» lo ocupa China.

Así, China se erige como el rival emergente que contrarresta esa hegemonía de la «oligocracia» occidental que, sin necesariamente diluirse en las expectativas de un declive histórico, sí que observa una fuerte contestación de otro polo de poder, en este caso asiático, con importantes alianzas estratégicas a nivel mundial.

La obsesión china persigue a Trump y a la elite «oligocrática». En las primarias republicanas de 2016, Trump ganó en 89 de 100 condados precisamente afectados por la competitividad económica china. Este cambio de ciclo hegemónico y de la hasta ahora supremacía tecnológica occidental se ha visto superada por la desindustrialización en EEUU y en Europa como consecuencia de la vertiginosa industrialización de China y de su capacidad competitiva en materia tecnológica y laboral.

Como indica un estudio de los economistas David Autor y Gordon Hanson, la competitividad de las exportaciones chinas fueron responsables entre 1999 y 2014 de la pérdida de 2,4 millones de puestos de trabajo industriales en EEUU. Por tanto, la actual «guerra comercial de aranceles» lanzada por Trump supone un imperativo de carácter disuasivo con la finalidad de asestar un agresivo viraje geoeconómico estratégico, aunque sus consecuencias son bastante imprevisibles y puede que terminen siendo contraproducentes para los intereses de Trump y sus elites.

En este envite, tal y como hemos visto recientemente, China ya ha dado muestras de tener capacidad suficiente de respuesta para contrarrestar los aranceles de Trump precisamente aplicando mayores medidas proteccionistas mientras avanza en negociaciones con otros actores (Europa, África, América Latina) con la finalidad de mantener la cooperación económica y la interconexión del comercio global. China esperaba crecer un 5% este 2025 pero con la guerra arancelaria de Trump, estas expectativas se reducen a un 3,5%, un índice aún óptimo pero que no esconde las dificultades que estas medidas proteccionistas desde Washington afectan no sólo a la economía china sino también a la economía global.

Afianzado en su naturaleza de economía netamente exportadora, con importantes recursos laborales, alianzas geoeconómicas (BRICS, OCS, África, América Latina, sureste asiático, Europa) y la certificación de su capacidad tecnológica para afrontar los nuevos retos (Inteligencia artificial DeepSeek), Beijing, donde no olvidemos el poder está en manos del Partido Comunista en calidad de Partido-Estado, parece apostar más por la globalización que precisamente Washington. El efecto contraproducente de las tarifas arancelarias de Trump muy probablemente acelerará la cooperación económica entre China y el sureste asiático, reforzando así las expectativas de Beijing de conservar sus esferas de influencia regionales.

El impacto tecnológico de China ya comienza a generar irritación en las elites occidentales. En las últimas semanas, las empresas chinas han lanzado más de una decena de nuevos modelos o actualizaciones de Inteligencia Artificial. Baidu presentó Ernie X1, un sistema de conversación ideado para competir con ChatGPT. Este nuevo modelo desarrolla las respuestas más personalizadas e incorpora tratamiento de imágenes, una innovación clave para incorporarla a su buscador, el más importante de China y competidor global de Google.

El gigante tecnológico Tencent también ha anunciado que está desarrollando varios modelos de Inteligencia Artificial para incorporar a diferentes negocios como videojuegos. Alibaba tiene su modelo Tongyi Qianwen, una IA generativa que también procesa imágenes o vídeos. La empresa ha incorporado este sistema para mejorar el proceso de compra en sus plataformas, ofreciendo recomendaciones personalizadas para cada usuario. Por ejemplo, el sistema permite mantener una conversación con la IA para afinar la búsqueda que permiten al comprador conocer productos nuevos.

 

«Tambores de guerra» y el declive liberal

Las «expectativas de conflicto» y la recuperación de la noción del «enemigo conveniente» propia de los tiempos de la «guerra fría» contra la URSS y el bloque socialista son otros factores que anuncian el advenimiento de estos tiempos «post-liberales», donde los derechos sociales que tanto esfuerzo han costado en las últimas décadas corren un riesgo importante de verse degradados y suplantados en aras de la «seguridad nacional» o «colectiva».

Si observamos los titulares, declaraciones e imágenes diarias en diversos medios de comunicación en Europa parecieran persuadir de que es inevitable una especie de apocalipsis bélico, en este caso colocando de nuevo a Rusia como enemigo. A tal magnitud ha llegado este nivel de inquietud que Bruselas ha anunciado un «kit de supervivencia» de 72 horas que le permita a la ciudadanía sobrevivir ante un «desastre natural, una guerra nuclear o una pandemia».

En el Kremlin observan expectantes las secuelas del «terremoto» geoestratégico impulsado por Trump tanto a la hora de degradar su apoyo a Ucrania como en la guerra comercial de aranceles contra casi todo el mundo. EEUU y la UE están en el peor momento de su relación transatlántica toda vez Europa va preparando el camino para una «expectativa de guerra» contra Rusia, cuyo desenlace es tan imprevisible como las medidas (y contramedidas) que viene aplicando Trump con sus sanciones.

 

Mientras intenta recuperar el consenso comunitario ante la agresiva política arancelaria de Trump, la reacción europea ante este divorcio trumpiano parece más bien apostar por el rearme ante la presunta «amenaza rusa» como motor de desarrollo para el complejo militar-industrial que encarne una «nueva Unión Europea» absolutamente diferente a la instaurada a partir de 1951 con la creación de la Comunidad del Carbón y del Acero (CECA), germen institucional que ha propiciado la creación de la actual UE. En Europa ya se habla abiertamente de retomar el servicio militar obligatorio.

Observando a Rusia como su «eterno rival-enemigo conveniente», en la UE comienzan a tantear a China como un socio económico alternativo ante la guerra comercial arancelaria de Trump. Si bien este viraje europeo hacia China es igualmente impredecible, su expresión trastoca la naturaleza de la tradicional relación transatlántica con EEUU vigente desde 1941 en plena II Guerra Mundial.

Más allá de las circunstancias propiciadas por la arbitraria guerra arancelaria de Trump, Europa se ve atrapada en el pulso hegemónico de poder entre EEUU, China y Rusia, buscando recuperar margen de maniobra ante los vertiginosos cambios que se anuncian en el equilibrio geopolítico global. No obstante, acercarse a China a consecuencia de la guerra arancelaria de Trump mientras acelera el rearma contra Rusia, socio estratégico de Beijing, puede anunciar contextos aún más complejos y dilemáticos para Europa. Y aquí, el lobby “atlantista” siempre activo en la UE y la OTAN intenta cobrar protagonismo con la intención de abortar cualquier acercamiento europeo hacia un eje euroasiático sino-ruso que derrumbe los imperativos «atlantistas» vigentes desde la II Guerra Mundial.

El clima de «neo-guerra fría» entre la UE y Rusia es cada vez más latente: la vicepresidenta y Alta Representante europea para Asuntos Exteriores, la ex primera ministra estonia Kaja Kallas, advirtió a varios países de no asistir a la invitación de Putin a participar en Moscú el próximo 9 de mayo en la celebración del 80º aniversario del Día de la Victoria contra el fascismo en lo que en Rusia se conmemora como la Gran Guerra Patriótica.

Pero las fisuras en el seno de la UE también son notorias en este aspecto. El presidente eslovaco Robert Fico ya anunció que asistirá a esta invitación. Un candidato a la admisión en la UE como Serbia, el presidente Aleksandr Vučic, también confirmó su asistencia. Al desfile en Moscú también asistirán los mandatarios de China, Cuba, Brasil y Venezuela.

Por mucho que Trump intente alterarlos, los nudos transatlánticos son difíciles de desenredar. EEUU es un mercado clave para la UE, con una relación comercial que alcanza intercambios diarios de bienes y servicios por más de 4.200 millones de euros. Europa también se enfrenta a una situación delicada en términos políticos y estratégicos: tras romper su dependencia del gas ruso por la invasión de Ucrania, la UE depende ahora en gran medida del gas natural licuado estadounidense, lo que limita su capacidad para aplicar represalias en ese sector.

Los aranceles de Trump para Europa tienen más variables, como la posibilidad de que los mismos redirijan las exportaciones de China hacia el mercado europeo, inundándolo con productos baratos y generando nuevas presiones económicas. Esto podría obligar a Bruselas a tomar medidas proteccionistas adicionales, elevando aún más las tensiones comerciales internacionales. En perspectiva, proteccionismo sobre el libre comercio.

Como elemento irónico, las sanciones occidentales impuestas a Rusia desde 2022 con la invasión de Ucrania le permiten a Moscú, por el momento, ser uno de los pocos países inmune a la ofensiva arancelaria de Trump. Mientras la inquietud y la incertidumbre domina la relación transatlántica, el equipo negociador de EEUU y Rusia sigue reuniéndose en Arabia Saudita y Turquía con la finalidad de normalizar la relación diplomática y avanzar en la resolución ad hoc de conflictos como el de Ucrania.

Por cierto, en lo que en Moscú califican como la «nueva realidad» determinada por el regreso de Trump, poco se habla del eventual alto al fuego en Ucrania. Putin anunció que no negociará si no se toman en cuenta las demandas rusas, cuyos intereses en Ucrania permanecen intactos mientras la población asume como improbable el final del conflicto a corto plazo.

Por otro lado, desde 2023 crecen las denuncias sobre el autoritarismo del presidente ucraniano Volodymir Zelensky quien, con la excusa de la guerra, ya suspendió en mayo de 2024 las elecciones presidenciales en su país. En este contexto, poco atendido por los mass media internacionales entre los que destacan la matriz de opinión de la «oligocracia», y más allá de los compromisos militares y geopolíticos con Kiev, el irrestricto apoyo europeo y de la OTAN a Zelensky también pone en entredicho la calidad democrática de los líderes de la UE.

Pero no es sólo Ucrania, si cabe, el único centro de atención geopolítico y militar. El conflicto en Yemen llama también la atención por su ubicación geoestratégica en el Mar Rojo, lo cual confirma la deriva belicista que se está observando en Occidente. Por allí transita el 12% del comercio marítimo mundial y el 30% del petróleo crudo.

Yemen vuelve a escenificar un conflicto regional con repercusiones globales. Los hutíes, un grupo insurgente, son respaldados por Irán y luchan contra un gobierno central apoyado por Arabia Saudita. En solidaridad con los palestinos de Gaza, los hutíes han lanzado ataques de misiles contra Israel. En represalia, Trump ha prometido «exterminar a los hutíes» como un émulo de la limpieza étnica que Netanyahu, su aliado irrestricto, realiza contra los palestinos en Gaza y Cisjordania.

Así mismo, Trump ha amenazado a Irán con represalias militares si la milicia hutí Ansar Allah no deja de atacar territorio israelí y a los buques que surcan el Mar Rojo y el estrecho de Bab el Mandeb, próximo a los estratégicos Cuerno de África y el Golfo de Adén. Como respuesta inmediata, el jefe de los pasdarán, Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, Hosein Salami, ha advertido que si EEUU se atreve a dar ese paso la respuesta será «dura, decisiva y devastadora». Si bien Washington ha asestado golpes tácticos contra Ansar Allah, ha evitado realizarlos directamente contra Irán, a pesar de la insistencia de su aliado israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu.

En este contexto dominado por la realpolitik, el pragmatismo táctico parece imponer también su ritmo: bajo el argumento de la amenazada del programa nuclear iraní y la tensión regional, emisarios estadounidenses e iraníes negocian directamente en Omán muy probablemente sin dejar de mirar a Yemen como un foco de convulsión geoeconómica. Los negociadores iraníes también se han dirigido a Moscú para coordinar acciones conjuntas (Rusia e Irán firmaron en diciembre pasado un acuerdo de cooperación estratégica por 20 años) antes de afrontar la nueva ronda de negociaciones con EEUU a celebrarse en Roma este 19 de abril. Dejando Oriente Medio, y para mantener en pie sus intereses en esferas de influencia como Asia Central, Rusia acelera los preparativos para reconocer la legitimidad del régimen Talibán en Afganistán.

Más allá de estas tensiones geopolíticas y el nuevo reacomodo mundial, el desprecio por la legalidad internacional incentiva la impunidad, otra variable que degrada esa herencia «social-liberal» hoy cuestionada por líderes políticos cada vez más autoritarios.

Tras recibir en Budapest a Netanyahu, el presidente húngaro Viktor Orbán ha anunciado el retiro de Hungría de la Corte Penal Internacional (CPI). Netanyahu tiene una orden de arresto internacional por crímenes de guerra en Gaza. La Hungría de Orbán, como otros países europeos, ha sido prolífica en denuncias de violaciones de derechos humanos contra refugiados sirios y de otros países durante la crisis migratoria de 2015.

Fuera de estas fronteras, el gobierno nacionalista hindú de Narendra Modi en India también ha iniciado políticas coactivas hacia las minorías religiosas, especialmente musulmanas, otro aspecto que socava los principios liberales de respeto a la diversidad religiosa y comunitaria.

Trump, Orbán, Xi, Netanyahu, Putin, Musk, Modi. Nombres propios que parecen anunciar la pretensión por enterrar el orden «social-liberal» que hasta ahora ha definido la realidad internacional. El mundo entra en una nueva era donde los populismos «iliberales» buscan reorganizar el mundo y los equilibrios de poder en este nuevo siglo.

Volviendo a las analogías históricas tan controvertidas, el historiador inglés Timothy Snyder comparó los tiempos actuales «con la Europa de la década de 1930», una época condicionada por la depresión económica de 1929 y el auge de los totalitarismos que presagió la II Guerra Mundial. Mucho ha cambiado el mundo desde entonces pero el orden «post-liberal» aún en ciernes anuncia una colisión y repartición de poder entre la troika de grandes potencias (EEUU, China, Rusia) y elites «oligocráticas» por mantener y ampliar sus esferas de influencia geopolíticas y geoeconómicas, donde el pulso por el control de los avances tecnológicos (IA, robótica) adquirirán un peso cada vez más preponderante incluso por encima de las tensiones políticas.

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE UU y América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

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LA TRADICIÓN MILENARIA DEL PENSAMIENTO DE XI JINPING Y LAS DISPUTAS ENTRE CHINA Y LA UE

Giancarlo Elia Valori*

Foto: Spanish.Xinhuanet.Com

El 70º aniversario de la promulgación de los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica es un gran acontecimiento para la comunidad internacional. También es de gran importancia que el presidente Xi Jinping lleve adelante la tradición milenaria de China de cooperación amistosa entre los ciudadanos de todos los países para promover la paz y el desarrollo mundiales. La República Popular China no está de acuerdo con la teoría de que un país fuerte debe buscar la hegemonía. El pueblo chino no lleva en la sangre el gen de oprimir a otros pueblos a través del militarismo o del llamado poder blando condicionante, o a través de bombas humanitarias que traen «libertad».

Hace setenta años, durante el movimiento de descolonización que surgió después de la Segunda Guerra Mundial, la causa de la independencia y la liberación nacional floreció en los países afroasiático-americanos, y esos nuevos países aspiraban a establecer relaciones internacionales igualitarias con aquellos Estados que hasta entonces habían dictado e impuesto sus leyes de manera imperial-colonialista.

Los países recién independizados siguieron esa tendencia histórica y defendieron conjuntamente los Cinco Principios chinos de respeto mutuo, soberanía, integridad territorial, no agresión mutua y no injerencia en los asuntos internos, sobre la base de la igualdad y el beneficio mutuo de la coexistencia pacífica.

Ya en 1954, la República Popular China y algunos países asiáticos emitieron declaraciones conjuntas en las que confirmaban que esos Cinco Principios se aplicarían en sus relaciones mutuas y en las relaciones de sus respectivos países con otros países de Asia y de todo el mundo. Se trata de una iniciativa importante en la historia de las relaciones internacionales y una contribución histórica a la creación de un nuevo tipo de relaciones internacionales justas y razonables.

Mirando hacia atrás, el presidente Xi Jinping no sólo expresa su profunda gratitud a la primera generación de líderes de China Popular, sino que también desarrolla y reafirma que estos Cinco Principios son una forma de respeto y solidaridad con las personas con visión de futuro en varios países que han insistido durante mucho tiempo en promover los valores de igualdad e independencia en el mundo.

Esto significa explorar la mejor manera de llevar adelante el establecimiento de un nuevo tipo de relaciones internacionales y construir juntos un orden mundial basado en la cooperación de beneficio mutuo.

Los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica se desarrollaron en Asia porque heredan la tradición ideológica de los pueblos asiáticos que abogan por la paz. Pueblos que nunca han intentado imponer sus ideas en otros continentes, ni en niveles políticos y económicos de pensamiento diferente, como sabemos que sucedió en Europa, que durante siglos se consideró la fuente de la verdad en todos los niveles, desde el social hasta el religioso.

La nación china siempre ha apoyado conceptos armoniosos en los que no debe haber uniformidad ni violencia que los impongan. No en vano, los países asiáticos siempre han defendido conceptos como la benevolencia, la caridad y la paz. Tagore, el gran poeta indio, escribió: «¿Crees que puedes lograr la amistad a través de la guerra? La primavera se escurrirá ante tus ojos».

El Presidente Xi Jinping siempre ha sostenido que los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica reflejan vívidamente las metas y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y les ofrecen una connotación visible, factible y alcanzable. No sólo representan las nuevas expectativas de los países asiáticos en materia de relaciones internacionales, sino que también encarnan el espíritu del estado de derecho internacional que debe unificar los derechos y las obligaciones, así como las responsabilidades de todos los países del mundo.

A través de esos principios, ya en el decenio de 1950, la República Popular China y algunos países asiáticos resolvieron viejas controversias. Por ejemplo, en la década de 1960, China y Myanmar (Birmania) resolvieron adecuadamente la cuestión fronteriza: los dos países firmaron un tratado fronterizo, que fue el primero de este tipo firmado por Nueva China con los países vecinos. Los dos países también firmaron el Tratado de Amistad y No Agresión, que nuevamente fue el primer tratado de paz y amistad entre países asiáticos.

Desde finales de la década de 1960, los Cinco Principios no sólo han echado raíces en Asia, sino que también se han arraigado profundamente y se han extendido por todo el mundo. El presidente Xi Jinping cree que, resumiendo la práctica de las relaciones internacionales, los Cinco Principios tienen una fuerte vitalidad. La propia India declaró hace poco que si se reconocieran los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica en las relaciones entre todos los países, casi no habría conflictos ni guerras en el mundo.

Es indiscutible que desde la época del liderazgo del Presidente Xi Jinping, los Cinco Principios, como principios abiertos e inclusivos del derecho internacional, han resistido la prueba de las vicisitudes de la situación mundial y encarnan los valores de la soberanía, la justicia, el estado de derecho y la democracia, entendida como la independencia de los Estados frente a la voluntad opresiva de los Estados más poderosos y no en el sentido propagandístico liberal como expresión política de partidos que representan a las clases privilegiadas y explotadoras que manejan el capital financiero.

De hecho, los Cinco Principios se están convirtiendo en las reglas fundamentales de las relaciones internacionales. Enmarcan científicamente las características esenciales del nuevo tipo de relaciones exteriores. Son una unidad interconectada, que se refuerza mutua e indivisiblemente, y son aplicables a las relaciones entre países de diversos sistemas sociales, niveles de desarrollo y tamaños.

En 1955, por ejemplo, los Diez Principios adoptados por la Conferencia de Bandung fueron una extensión y desarrollo de los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica. El Movimiento de los Países No Alineados, que surgió en el decenio de 1960, adoptó los Cinco Principios como guía fundamental. Las declaraciones pertinentes adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1970 y 1974 aceptaron los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica. Estos han sido adoptados por una serie de organizaciones internacionales y pactos y tratados en el mundo actual y han sido ampliamente reconocidos y respetados por la comunidad internacional.

De hecho, los Cinco Principios salvaguardan los derechos e intereses de los países en desarrollo. La esencia de los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica es que todos los países tienen la misma soberanía y se oponen al monopolio de cualquier país en los asuntos internacionales. Esto proporciona una poderosa arma ideológica para que los países en desarrollo defiendan su soberanía nacional y su independencia. Se convierten en una bandera para que estos países se unan, cooperen y se fortalezcan mutuamente a través de la solidaridad militante, que profundiza el entendimiento y la confianza mutuos, promueve la cooperación Sur-Sur, al tiempo que desarrolla y aumenta la cooperación Norte-Sur. El objetivo principal de los Cinco Principios es actualmente su contribución al establecimiento de un orden político y económico internacional más justo y razonable. Los Cinco Principios rechazan la ley de la selva en la que los fuertes pueden aprovecharse de los débiles. Ha sido un claro signo antiimperialista y anticolonialista desde las independencias de la década de 1960 que aceleraron el colapso del sistema colonial formal. En el contexto de la Guerra Fría, las «esferas de influencia» y otros métodos no lograron gestionar adecuadamente las relaciones entre los países, lo que llevó a conflictos regionales periféricos por la creciente interferencia. En marcado contraste, los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica abrieron un nuevo camino para la resolución pacífica de problemas de larga data y controversias internacionales entre países.

El mundo actual está experimentando cambios profundos y complejos. La tendencia de los tiempos de paz, desarrollo, cooperación y situaciones de ganar-ganar se está convirtiendo cada vez más en una comunidad de destino donde «nosotros estamos entre vosotros y vosotros estáis entre nosotros». Al mismo tiempo, la injusticia y la desigualdad en las relaciones internacionales siguen siendo evidentes, los desafíos globales están surgiendo uno tras otro, y varios conflictos regionales y guerras locales están teniendo lugar en muchos países sin la pantalla de las ideologías, pero con un claro intento de apoderarse de territorios ricos en recursos. Las personas, especialmente los niños, siguen viviendo en el fuego de la guerra, y muchos países en desarrollo siguen en las llamas de la guerra. La gente sigue padeciendo hambre y frío. Todavía queda un largo camino por recorrer para mantener la paz mundial y promover el desarrollo común.

En esta situación, el espíritu de los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica no es obsoleto, sino que sigue siendo plenamente pertinente. El significado de los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica no se diluye, sino que se profundiza; no se debilita, sino que se fortalece con el tiempo. La soberanía es el símbolo fundamental de la independencia nacional y la manifestación básica y garantía fehaciente de los intereses nacionales. La soberanía y la integridad territorial no pueden ser violadas y los países deben respetar los intereses fundamentales y las principales preocupaciones de los demás. Estas son verdades duras que no se pueden eludir en ningún momento y nunca debemos vacilar ante ellas.

El presidente Xi Jinping afirma que los países, grandes o pequeños, fuertes o débiles, ricos o pobres, son todos miembros iguales de la comunidad internacional y tienen los mismos derechos para participar en los asuntos internacionales. Los asuntos de cada país deben ser manejados por el pueblo de ese país. Debemos respetar los sistemas sociales y las vías de desarrollo elegidas independientemente por cada país y oponernos al uso de medios ilegales para subvertir el poder político legítimo de otros países por intereses u opiniones egoístas.

Además, la seguridad debe ser universal. Todos los países tienen derecho a participar en los asuntos de seguridad internacional y regional en pie de igualdad, y todos tienen la responsabilidad de mantener la seguridad internacional y regional.

Debe defenderse el concepto de seguridad común, mundial, cooperativa y sostenible y debe respetarse y protegerse la seguridad de cada país. Un país no puede estar seguro mientras otros países no lo estén, mientras que algunos países son seguros y otros no, por no hablar de la llamada seguridad absoluta a expensas de la seguridad de los demás. Por lo tanto, debemos fortalecer la cooperación internacional y regional, responder conjuntamente al creciente número de amenazas no tradicionales a la seguridad, luchar resueltamente contra todas las formas de terrorismo y erradicar su caldo de cultivo.

Cuando se trata de diferencias y controversias entre países, debemos insistir en resolverlas pacíficamente mediante el diálogo y la consulta, aumentar la confianza mutua mediante el diálogo y no recurrir a la fuerza ni amenazarla. La voluntad de usar la fuerza es un signo de pobreza moral. Solo la seguridad basada en la ética puede tener una base sólida y ser verdaderamente duradera. Tenemos que promover la construcción de una nueva arquitectura para la cooperación en materia de seguridad en Asia y el Pacífico que sea abierta, transparente y justa, y alentar a todos los países a salvaguardar conjuntamente la paz y la seguridad regionales y mundiales.

Algunos países se están volviendo cada vez más ricos, mientras que otros siguen siendo pobres y atrasados desde hace mucho tiempo. Esta situación es insostenible. Debemos salvaguardar y desarrollar conjuntamente una economía mundial abierta, promover conjuntamente un crecimiento fuerte, sostenible y equilibrado de la economía mundial, promover la liberalización y la facilitación del comercio y la inversión, adherirnos a la cooperación regional abierta, oponernos a todas las formas de proteccionismo y oponernos a cualquier política de asistencialismo y chantaje.

Xi Jinping sostiene que debemos combinar los intereses nacionales de cada Estado con los intereses comunes de todos los países y esforzarnos por ampliar la convergencia en todas las direcciones posibles, porque no se trata de resolver un problema y dejar otro sin resolver, sino de encontrar soluciones aceptables para todas las partes. Tenemos que establecer activamente el nuevo concepto de ganar-ganar y ganar múltiplemente, y renunciar al viejo enfoque basado en la idea de que tú pierdes, yo gano y el ganador se lo lleva todo.

Teniendo esto en cuenta, los derechos y las responsabilidades deben ser compartidos, trabajar juntos para abordar los crecientes problemas mundiales como el cambio climático, la seguridad energética y de los recursos, la seguridad de las redes y los grandes desastres naturales, y para proteger conjuntamente la tierra, nuestro hogar, del que depende la humanidad.

El respeto del derecho internacional es la base de los principios fundamentales universalmente reconocidos de las relaciones internacionales. Utiliza normas uniformemente aplicables para distinguir el bien del mal, promover la paz y buscar el desarrollo. En la comunidad internacional, el derecho debe ser la norma común. No hay ley que se aplique solo a los demás pero no a nosotros, y no hay ley que se aplique solo a nosotros pero no a los demás. No debe haber dobles raseros en la aplicación de la ley. Debemos salvaguardar conjuntamente la autoridad y la seriedad del derecho internacional y el orden internacional, que han sido violados en los últimos años. En nombre del estado de derecho, todos los países deben ejercer sus derechos de conformidad con la ley y oponerse a la distorsión del derecho internacional y a la violación de los intereses legítimos de otros países y a la amenaza a la paz y la estabilidad.

En cuanto al desarrollo de las tesis de Xi Jinping, cinco años después de la pandemia, el reciente viaje a Francia ―con motivo del 60º aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y Francia―, Hungría y Serbia, dio al líder chino la oportunidad de reafirmar sus tres iniciativas para el desarrollo global, la seguridad global y la civilización global, señalando la dirección de la sociedad humana hacia estas tres dimensiones, proporcionar orientación estratégica a las relaciones internacionales de China.

Xi Jinping ya ha argumentado recientemente que la recuperación económica mundial es frágil y débil. Uno tras otro están surgiendo varios desafíos de seguridad. Siguen existiendo malentendidos, distanciamientos e incluso conflictos entre diferentes civilizaciones, y los déficits en materia de paz, desarrollo, seguridad y gobernanza siguen aumentando.

Centrándose en promover el desarrollo y el progreso de la sociedad humana, en los últimos años el presidente Xi Jinping ha contribuido a la mejora del escenario internacional y a la gestión y mediación en los desafíos globales y la solución de problemas.

La paz, la estabilidad, la abundancia de materiales y la riqueza espiritual son los objetivos fundamentales del desarrollo. El desarrollo es la base material de la seguridad y la civilización, y la seguridad es el requisito previo fundamental para todo esto. El presidente Xi Jinping enfatiza que se complementan y unen a la comunidad internacional para fortalecer la cooperación y abordar los desafíos juntos, una vez que se cree un amplio consenso que beneficie a todos, pero que sea equilibrado, coordinado e inclusivo.

Más de 100 países y organizaciones internacionales han apoyado la Iniciativa para el Desarrollo Mundial; más de 70 se han unido al Grupo de la Iniciativa de Desarrollo Global, y casi 30 países y organizaciones internacionales han firmado memorandos de entendimiento sobre cooperación con la República Popular China. Además, la Iniciativa para el Desarrollo Mundial está plenamente en consonancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y sigue de cerca las necesidades más urgentes de los países en desarrollo para satisfacer las necesidades de subsistencia de las personas, promueve la creación de plataformas de cooperación y asociaciones en ámbitos clave como la reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria, la industrialización y la conectividad en la era digital, así como profundizar la cooperación práctica y fortalecer el intercambio de conocimientos sobre el desarrollo en beneficio de la mayoría de los países en desarrollo.

Además, tenemos que insistir en la promoción de la paz y la negociación sobre cuestiones candentes como la crisis ucraniana y el conflicto palestino-israelí, y encontrar soluciones políticas a nuevas crisis mundiales, como la cuestión climática.

La Iniciativa para la Civilización Mundial aboga por el respeto de la diversidad de las civilizaciones del mundo, la promoción de los valores comunes de toda la humanidad, la importancia del patrimonio y la innovación de las civilizaciones, el fortalecimiento de los intercambios internacionales y la cooperación entre los pueblos, y la promoción de la coexistencia inclusiva, los intercambios y el aprendizaje mutuo entre las diferentes civilizaciones.

Las tres iniciativas propugnadas por el Presidente Xi Jinping han echado raíces y están llevando a la comunidad internacional en la dirección correcta del desarrollo común, la paz y la estabilidad a largo plazo. De cara al futuro, China seguirá trabajando con todas las partes para aplicar activamente las tres iniciativas encaminadas a una comunidad mundial de futuro compartido.

En cuanto a las fricciones comerciales entre China y la Unión Europea, surge la siguiente pregunta: ¿cooperación o confrontación? Por lo tanto, la UE se encuentra en una encrucijada crítica en sus relaciones con China.

El «Financial Times» del Reino Unido informó el 27 de enero que muchas empresas fotovoltaicas europeas han anunciado recientemente el cierre de fábricas, y que la UE está considerando imponer aranceles punitivos o investigaciones antidumping a los productos fotovoltaicos chinos, así como implementar subsidios para alentar a los países a mantener las fábricas en funcionamiento.

En este sentido, los medios de comunicación alemanes criticaron el hecho de que las empresas fotovoltaicas europeas no tengan ventajas técnicas evidentes y que las llamadas «subvenciones» no tendrán ningún efecto sustancial. Incluso la Asociación Alemana de Energías Renovables advirtió que apuntar ciegamente a la inversión y a las empresas chinas podría amenazar a los trabajadores empleados en trabajos relacionados en Europa.

Europa se beneficia del sistema multilateral de comercio. En un artículo dos días después, «The Wall Street Journal» afirmaba que esta era precisamente la razón por la que Bruselas podría reintroducir el sistema trumpiano, que persigue el «America First» y la antiglobalización. La elección del presidente de Estados Unidos causa preocupación. Algunos observadores creen que la repetida defensa de la Comisión Europea de que la «reducción del riesgo» no equivale a un «desacoplamiento» demuestra que la UE cree que «desacoplar y desconectar» la economía china no le conviene. Tanto el Parlamento Europeo como los Estados Unidos celebrarán importantes elecciones este año. Cómo llevarse bien con China pondrá a prueba la sabiduría política de los líderes europeos. Como es bien sabido, China está dispuesta a entablar un diálogo con la UE sobre la estabilidad de la cadena de suministro para eliminar las dudas mutuas. Y se cree que mientras Europa se adhiera a la independencia estratégica, el mundo no repetirá los errores de la Guerra Fría y la confrontación de bloques.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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RELEVANCIA ECONÓMICA DE LA REPÚBLICA DE COREA EN EL ACTUAL ESCENARIO INTERNACIONAL

Ruvislei González Saez*

Imagen: Big_Heart en Pixabay, https://pixabay.com/es/photos/bandera-coreana-2639315/

La República de Corea se ha catalogado como uno de los casos más llamativos de transformación socioeconómica en el mundo. En la década de los cincuenta del pasado siglo el país pasó de ser uno de los más pobres, hasta convertirse 30 años después en uno de los actores protagonistas del escenario económico y tecnológico global. Una de las claves del éxito ha estado relacionada con el énfasis en la educación. Actualmente el país ha logrado estándares importantes relativos a la seguridad ciudadana, al desarrollo científico-tecnológico, a la atención al medio ambiente, pero también enfrenta grandes retos como el envejecimiento poblacional, la baja tasa de fecundidad, entre otros.

Pese a los desafíos, la República de Corea ha sabido sobreponerse en la que ofrece experiencias y también oportunidades a otras naciones subdesarrolladas. Ha devenido en uno de los países con mejores capacidades tecnológicas. La receta de la innovación surcoreana tiene muchos ingredientes. Abarca desde una posición de vanguardia en inteligencia artificial («la» tecnología de 2023) más conocido liderazgo en materia de automatización: Corea del Sur es junto a Japón el país con más robots per cápita del mundo, algo en parte promovido debido a una población que envejece rápidamente y que se está empezando a reducir. En las denominadas «ciencias de la vida» el país tiene centenares de startups y un reconocido liderazgo en medicina de precisión[1].

Desde el punto de vista de sus capacidades y rol internacional, según el Instituto australiano Lowy que emite anualmente un ranking de índice regional de diplomacia la medida más fuerte de Corea del Sur sigue siendo las redes de defensa, mientras ocupa el quinto lugar en tres medidas (capacidad económica, capacidad militar y relaciones económicas), lo que refleja su papel como uno de los países más grandes y prósperos de Asia. El país ejerce más influencia en la región de lo esperado dados sus recursos disponibles[2].

La nación asiática es una de las 15 mayores economías del mundo en la que sobresale por su capacidad de exportación de semiconductores, coches, pero también de entretenimiento. En relación con este último debe destacarse que, en 2022 las exportaciones de contenido surcoreano (contenido K), incluido el K-pop, alcanzaron los 12.450 millones de dólares en 2021 con la ayuda de la ola coreana. Los efectos económicos directos de K-pop están mejor representados en tres áreas: 1) ventas de música y plataformas de streaming, 2) industrias derivadas, y 3) publicidad y marketing. (…) La razón principal detrás de esto es el bien establecido mercado de la música digital. Corea del Sur cuenta actualmente con 13 plataformas de streaming disponibles que dan a los surcoreanos accesos a la escucha de música (VIBE, Melon, Bugs, Soribada, Genie Music, Kakao Music, FLO, Bandcamp, Spotify, Apple Music, Soundcloud, TIDAL, YouTube music y DEEZER). La digitalización permite que la música sea más accesible[3].

El impacto de K-pop en la economía de Corea del Sur se refleja en el producto interno bruto (PIB) del país. Según datos de la Agencia Coreana de Contenido Creativo, el valor de exportación de los productos y servicios relacionados con K-pop aumentó de aproximadamente 40 millones de dólares en 2003 a más de 5.000 millones de dólares en 2018, lo que representa una tasa media anual de crecimiento del 31,9%. La contribución de K-pop al PIB de Corea del Sur también ha aumentado significativamente a lo largo de los años. Según un informe del Instituto de Investigación Hyundai, la industria de K-pop aportó aproximadamente el 1,7% del PIB de Corea del Sur en 2018, frente al 0,3% de 2009[4]. Podría esperarse que su contribución en los últimos dos años haya crecido a alrededor del 3% del PIB especialmente tras los crecientes éxitos de varios grupos y artistas, especialmente el de BTS. Ello sin mencionar el aporte al empleo en otras industrias vinculadas al sector.

Para el logro de los objetivos propuestos, el gobierno surcoreano ha desarrollado una serie de acciones. Particularmente el análisis de su política comercial no puede desligarse del conjunto de instrumentos de la política, ni de la forma en que se aplicaron. Las políticas comercial, industrial y tecnológica se ejecutaron de manera integral con base en los objetivos que los organismos de planificación fijaron para cada período de desarrollo económico. (…) El éxito de la nación asiática como país exportador de tecnología se explica por la acumulación gradual de capital humano e institucional que permitió ampliar sus capacidades tecnológicas. El desarrollo de la producción exportable y de la actividad comercial de Corea del Sur en los mercados externos estimuló el esfuerzo tecnológico nacional. La estrategia de promoción de exportaciones intensificó la competencia industrial, lo que al paso del tiempo propició cambios dinámicos en las ventajas comparativas hacia industrias más intensivas en tecnologías[5].

Una de las características principales de la política comercial surcoreana fue su complementación con otras políticas para integrar una estrategia económica coherente y sostenible en el largo plazo. La estabilidad macroeconómica, el ajuste de los precios internos, el orden cambiario con devaluaciones recurrentes en favor de los exportadores nacionales, la política de promoción industrial y tecnológica, la reforma educativa y la calificación de la fuerza laboral, así como la regulación activa del gobierno entre otros factores, crearon un ambiente propicio para el éxito del programa de promoción de exportaciones y rápida inserción de Corea del Sur en el proceso de globalización económica mundial[6].

En las actuales circunstancias hay que destacar que el país enfrenta retos también como el alto costo unitario de la mano de obra, la competencia internacional, especialmente en su entorno más inmediato, China, las políticas proteccionistas de países occidentales, entre ellos Estados Unidos con el que en varios momentos han mantenido conversaciones serias, así como otros procesos internacionales que generan amenazas. El país a pesar de su fuerte política ambiental debe importar combustibles fósiles por no poseer recursos naturales y constituye uno de las diez naciones más contaminantes del mundo[7].

El sector tecnológico ocupa un lugar importante en el país. No es casual que en la clasificación global 2023 por pilar de innovación la República de Corea, obtuviese el primer lugar a nivel global en cuanto a capital humano e investigación, el segundo líder en innovación en Asia después de Singapur y el décimo a nivel global[8]. Por otro lado, con el propósito de desarrollar las ciudades inteligentes y otros procesos asociados a la Cuarta Revolución Industrial, la nación del este de Asia figura entre las más adelantadas en el desarrollo de la 5G y la 6G. Según estudios del primer trimestre de 2023, la República de Corea fue el segundo país con internet de 5G más rápido del mundo después de Arabia Saudí con 507,59 Mbps[9].

GlobalDatas 3i Innovation Framework identifica el potencial de innovación de las empresas utilizando nuevas fuentes de datos, incluyendo patentes, archivos, puestos de trabajo y ofertas y los clasifica sobre 19 indicadores clave de calidad de la innovación y fortaleza. Patentes es el principal conjunto de datos utilizado, y para cada empresa calculan indicadores de calidad de la innovación utilizando nuestro exhaustivo conjunto de datos de patentes, con más de 130 millones de patentes. Los indicadores se agrupan en tres pilares principales: Intensidad: una actividad de innovación de la empresa y enfoque, Impacto: el impacto de una innovación de una empresa en otros innovadores dentro y fuera de su sector e Ingenio: la originalidad de las invenciones e inversiones de una empresa en tecnologías disruptivas[10]. En ese sentido podrían distinguirse las diez mayores empresas vinculada a la innovación los siguientes en la imagen uno.

Imagen 1: Ranking de compañías surcoreanas de innovación 2023

Fuente: (Duke, 2023)

En ese entorno hay que señalar que en el proceso de desarrollo del país ha sido importante el rol tanto de las grandes compañías nacionales, como las de las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Particularmente estas últimas tienen una gran importancia por su número y el empleo que proporcionan (más del 90% de la población activa), pero tienen una cierta dependencia en su actividad de los conglomerados dada la importancia de estos en muchos sectores y se han visto afectadas por las subidas del salario mínimo. Varios organismos internacionales achacan la baja productividad de este tipo de empresas a la escasa inversión en innovación y su pequeño tamaño.

Entre los grandes conglomerados que son reconocidos internacionalmente pueden señalarse a:

  • Samsung. Principalmente participa en la industria electrónica, pero también en otros sectores como la construcción civil y naval; centros médicos y hoteles; seguros y otros servicios financieros; e incluso automoción, con una participación cercana al 20% en la empresa Renault Samsung Motors. Samsung Electronics Co. es la empresa del grupo que registra los mayores beneficios. No se puede absolutizar al comparar en elementos particulares, pero si se puede decir que esta compañía está entre las cinco mayores del mundo por su dominio en varios mercados, incluyendo electrónica de consumo y fabricación de semiconductores (imagen 2). Su división de semiconductores representó una parte significativa de los 235.000 millones de dólares en ingresos anuales de la compañía en 2022. El brazo semiconductor de Samsung produce una amplia gama de chips, incluyendo chips de memoria, chips lógicos y sensores de imagen. Estos chips son componentes esenciales en todo, desde teléfonos inteligentes y televisores hasta dispositivos médicos y sistemas de automoción[11]. 

Imagen 2: 10 mayores fundiciones de semiconductores globales 2023.

Fuente: Lu (2023)[12]

  • SK. Abarca sectores tales como las telecomunicaciones, semiconductores, energía, química, construcción y servicios. SK Hynix es un actor importante en el mercado de semiconductores de memoria. Con unos ingresos anuales de 34.000 millones de dólares, los productos de la empresa son parte integral de la informática moderna y la electrónica de consumo. Los chips de memoria de SK Hynix son la columna de almacenamiento y procesamiento de datos en dispositivos que van desde teléfonos inteligentes y computadoras portátiles hasta centros de datos. El compromiso de la empresa para producir productos de memoria de alta calidad sustenta la infraestructura digital del mundo moderno[13].
  • LG. Sector de electrónica, química, telecomunicaciones y servicios.
  • Lotte. Especializado en el sector de alimentación, distribución (supermercados, franquicias, grandes almacenes, tiendas de conveniencia, franquicias), hoteles, y servicios financieros.
  • Hyundai. Actúa en el sector de la automoción (Hyundai Motors, Kia y otras empresas de componentes pertenecientes al grupo); material ferroviario (Hyundai Rotem); construcción naval y civil (Hyundai Heavy Industries).
  • Posco. Pohang Iron & Steel Corporation tiene una gran parte de la industria siderúrgica y petroquímica, que es uno de los pilares históricos del desarrollo industrial de Corea del Sur. Se ha convertido en uno de los principales productores a nivel mundial, manteniendo su accionariado surcoreano.

Otros grandes grupos son SPC (alimentación y distribución-franquicias), Hanwha (construcción, servicios financieros, químicos, energía, distribución comercial), Doosan (maquinaria, equipos, vehículos industriales), Hanjin (transportes y logística, propietario de Korean Air[14]) y Kumho Asiana (aviación, construcción, petroquímica, farmacéutica)[15].

En términos comerciales, se debe resaltar que Corea del Sur constituye el sexto mayor exportador de bienes del mundo después de China, Estados Unidos, Alemania, Países Bajos y Japón. Su economía es la decimotercera más grande a escala mundial y la quinta más grande de Asia. Los principales sectores económicos son la construcción naval, la fabricación de automóviles y la electrónica. Los principales socios comerciales de Corea del Sur en términos de exportaciones en 2022 fueron: China, Estados Unidos, Vietnam, Japón y Hong Kong (China)[16].

Los productos que más exporta Corea del Sur son semiconductores, petroquímicos, piezas de automóviles y autos, lo que le convierte en un país estratégico en las condiciones actuales de competencia tecnológica entre Estados Unidos y China. Desde el punto de vista de las importaciones, constituye el quinto país mayor importador global después de Estados Unidos, China, Japón y Reino Unido. Las mayores compras están centradas en petróleo crudo y productos derivados, también importa semiconductores y gas natural[17].

Los principales socios comerciales de la República de Corea se encuentran en Asia. Particularmente China constituye el principal socio comercial por encima de los Estados Unidos. Sorpresivamente en los últimos dos años, Vietnam desplazó a Japón como el tercer socio comercial (gráfico 1). En ese sentido, es importante resaltar la relevancia de estos tres países en la producción y comercialización de los microchips. 

Gráfico 1: Principales socios comerciales de la República de Corea en 2023 en miles de dólares.

Fuente: elaboración del autor con datos de (KITA, 2024)[18]

Para fortalecer el comercio internacional, la República de Corea se ha insertado en varios acuerdos comerciales bilaterales parciales o tratados de libre comercio (TLC) siendo esta última los más negociados. En marzo de 2023, la nación asiática tenía 21 TLC en vigor, abarcando el comercio con 59 países, incluyendo Estados Unidos, y 92 tratados bilaterales de inversión. Las negociaciones para un TLC bilateral con Filipinas han concluido, pero el acuerdo aún no está firmado. Las contínuas negociaciones del TLC incluyen uno trilateral con China-Japón, así como bilaterales con Ecuador, Mercado Común del Sur (MERCOSUR), Rusia, Uzbekistán y Malasia[19].

Por otro lado, se están negociando para ampliar los servicios de TLC y el capítulo de inversiones de la República de Corea y China para mejorar los TLC existentes con la ASEAN, la India y Chile. La República de Corea también acordó iniciar negociaciones del TLC con la Unión Económica Euroasiática (Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán y Kirguistán) y la Alianza del Pacífico (México, Perú, Colombia y Chile). Por separado, el primer acuerdo de asociación digital con Singapur entró en vigor en enero de 2023. Ha iniciado las negociaciones de adhesión para el Acuerdo de Asociación para la Economía Digital (DEPA). A la vez está creando las condiciones para solicitar su adhesión al Acuerdo Global y Progresista de Asociación Transpacífica (CPTPP) y participa activamente en las negociaciones del Marco Económico Indo pacífico (IPEF)[20].

Particularmente con la solicitud al CPTPP se ha demorado, dado que existe cierto rechazo interno teniendo en cuenta que podría generar afectaciones al sector agrícola fundamentalmente. Existe el desafío de convencer a varios sectores contrarios al tratado, en especial el mencionado agrícola, que subsiste gracias a las subvenciones y se muestra convencido de que la apertura de mercados que supondrá el CPTPP les generará grandes afectaciones.

En el sector de las inversiones extranjeras directas (IED), la República de Corea es una gran receptora, especialmente vinculadas en las áreas de alta tecnología, aunque se caracteriza por ser más un país oferente que receptor. Cuando se compara con otros países en recepción tanto China, Singapur, Indonesia o Vietnam mayor volumen. Por industria, la IED prometida al sector manufacturero en 2022 recibió un monto de 11.900 millones de dólares. Mientras tanto, las promesas de IED al sector de los servicios crecieron un 7,3% en 2022 respecto al 2021, hasta los 17.800 millones de dólares, impulsadas por la inversión del fondo soberano de Arabia Saudí y grandes compañías financieras y de seguros[21].

En 2022 el mayor inversionista en la nación asiática fue la Unión Europea (UE) con valores de 6.200 millones de dólares, seguido por Estados Unidos con 6.100 millones de dólares, Reino Unido con 3.600 millones de dólares y China con 3.100 millones de dólares (un aumento interanual del 65,6%). Sin embargo, la IED de Estados Unidos y Japón disminuyó de manera interanual (-29,4%) y 1.3 mil millones de dólares (-14,7%), respectivamente, debido a los efectos básicos de las grandes inversiones en 2022. Con respecto a la IED estadounidense, se declararon grandes proyectos de inversión a través de otros países que ofrecían tipos impositivos más bajos o en países donde se encontraban las empresas mixtas, lo que dio lugar a una cantidad mínimamente inferior[22].

La República de Corea como oferente de IED se ubica entre los diez mayores inversionistas globales (gráfico 2). Centrado en el desarrollo de manufactura electrónica, infraestructuras entre otros se ha erigido como un gran inversor en Asia y América Latina y el Caribe. Debe resaltarse que en el 2022 los principales receptores de IED surcoreana fueron Estados Unidos con el 26% del total, China con el 18%, Vietnam con el 7% e Islas Caimán con el 6%.

Gráfico 2: Los 10 principales inversionistas en el mundo en el período 2021-2022 en miles de millones de dólares.

Fuente: UNCTAD, 2023.

En cuanto a las reservas internacionales de divisas, la República de Corea es el octavo país con mayor volumen acumulado a nivel global en 2023. Por delante se encuentran en primer lugar China con 3,2 billones de dólares, seguido por Japón con 1,1 billón de dólares, Suiza con 733,6 mil millones de dólares, India con 533,4 mil millones de dólares, la región administrativa especial Hong Kong (China), Rusia con 414,2 mil millones de dólares y Arabia Saudí con 413,1 mil millones de dólares. Las reservas no son absolutas y varían de manera mensual (imagen). Particularmente en el año 2023 una reducción continua de enero a octubre, hasta que comenzó a recuperarse (imagen 3)[23].

 Imagen 3: Reservas internacionales de Divisas de la República de Corea en el 2023

Fuente: CEIC Data, 2024.

Desde el punto de vista de los vínculos económicos y el ambiente de negocios, existen algunas diferencias incluso con aliados tan importantes como Estados Unidos. A pesar de los acuerdos fiscales formales y los mecanismos de resolución de disputas, los inversionistas estadounidenses han expresado su preocupación por la discriminación y la falta de transparencia en las investigaciones fiscales de las autoridades surcoreanas. Registrar una empresa sigue siendo un proceso complejo que varía según el tipo de negocio, y requiere interacción con KOTRA, registros judiciales y oficinas fiscales[24].

Los extranjeros pueden entrar en el mercado estableciendo una empresa de inversión extranjera, una empresa individual (corporación local), una sucursal local u oficina de enlace. Cada tipo de empresa tiene diferentes requisitos de registro y obligaciones fiscales. La creación de corporaciones locales por una persona o empresa extranjera está regulada por la Ley de promoción de la inversión extranjera (FIPA) y la Ley de comercio. Las oficinas de rama y de enlace están reguladas por la Ley de transacciones cambiarias. Aunque el registro se puede presentar en línea, no hay una ubicación centralizada en línea para completar el proceso. Para las PYME y microempresas, el proceso de registro de empresas en línea dura aproximadamente tres o cuatro días y se completa a través de sitios web en coreano. Las inscripciones se pueden completar a través de la página web de Smart Biz, Invest Korea, organismo nacional establecido en virtud de KOTRA, la Comisión de Asociación Empresarial de Corea y el Ministerio de Igualdad de Género y Familia están encargados de mejorar el entorno empresarial para las minorías y las mujeres[25].

El gobierno de la República de Corea ofrece los siguientes incentivos generales para los inversores extranjeros:

  • Incentivos en efectivo para inversiones extranjeras cualificadas en zonas francas, zonas de inversión extranjera, zonas económicas francas, complejos industriales e instalaciones similares;
  • Incentivos fiscales y en efectivo para la creación y expansión de lugares de trabajo para empresas de alta tecnología, fábricas y centros de investigación y desarrollo;
  • La reducción del alquiler de terrenos y de la preparación del terreno;
  • Subvenciones para el establecimiento de instalaciones comunitarias para extranjeros;
  • Alquiler reducido para bienes públicos o estatales; y
  • Apoyo financiero preferencial para invertir en grandes proyectos de infraestructura.

Además, el gobierno de la República de Corea ofrece incentivos para inversiones que aumentarían la producción de materiales, piezas y equipos basados en la ROK en seis sectores industriales críticos: semiconductores, pantallas, automóviles, electrónica, maquinaria y productos químicos. El gobierno metropolitano de Seúl proporciona apoyo separado a las PYME, las empresas de alta tecnología y la industria biomédica[26].

Muchas empresas estatales surcoreanas siguen ejerciendo un control significativo sobre la economía. Hay 32 empresas estatales activas en los sectores de energía, bienes raíces e infraestructura (es decir, construcción de ferrocarriles y carreteras). Tradicionalmente, el sistema jurídico ha garantizado un papel para las empresas estatales como líderes sectoriales, pero en los últimos años, la República de Corea ha tratado de atraer más participación privada en los sectores inmobiliario y de la construcción. Las empresas estatales están actualmente sujetas a las mismas regulaciones y políticas fiscales que los competidores del sector privado y no tienen acceso preferencial a contratos, recursos o financiamiento del gobierno[27].

Consideraciones finales

La República de Corea es un actor relevante en la economía global al ser una de las 15 mayores economías del mundo y una de las cinco primeras de Asia. Por otro lado, debe resaltarse su relevancia tecnológica, así como gran inversionista y nación que le dedica atención al medio ambiente. En su compromiso con la comunidad internacional eleva sus inversiones y préstamos con condiciones preferenciales a países subdesarrollados, dado que se ha convertido en el único país que ha pasado de ser receptor de ayuda internacional a oferente en menos de 50 años.

El país enfrenta retos en la economía, a partir de la actual coyuntura internacional. Constituye un actor relevante como exportador e importador global, así como gran inversionista. Un país que se encuentra entre las 10 mayores naciones poseedoras de reservas internacionales de divisas y con capacidades para emprender grandes proyectos. La actividad inversionista se debe en lo fundamental al rol de los grandes conglomerados económicos y tecnológicos que tienen un papel importante en el escenario internacional, pero las PYMES también son relevantes en las cadenas de suministros. El actual gobierno se proyecta fortalecer sus capacidades tecnológicas y especialmente la industria de los microchips para transformarse en 2030 en el mayor productor global ante la fuerte competencia de China y la provincia china de Taiwán.

 

* Investigador Titular del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de Cuba. Director del Programa Sectorial de Relaciones Internacionales. Vicepresidente de la Asociación de Amistad Cuba-Vietnam. Investigador de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG de Argentina.

 

Referencias

[1] Campanario, Sebastián. «El país más futurista del mundo; La meca de la innovación, por dentro». La Nación, 23/09/2023, https://www.lanacion.com.ar/economia/negocios/el-pais-mas-futurista-del-mundo-la-meca-de-la-innovacion-por-dentro-nid23092023/.

[2] 2023 Lowy Institute Poll. Lowy Institute (Australia), https://poll.lowyinstitute.org/, 2023.

[3] Park, Jinheon. «From Cultural Export to Economic Engine: Examining the Role of K-Pop in the Growth of the South Korean Economy». Open Journal of Business and Management, Vol.11, n° 5, September 2023, https://doi.org/10.4236/ojbm.2023.115121

[4] Falidio, Romadhoni. «How Kpop is Driving South Korea’s Economic Growth and Job Creation». Medium, 13/04/2023, https://medium.com/writers-blokke/how-kpop-is-driving-south-koreas-economic-growth-and-job-creation-6a1879f49c63.

[5] Gómez Chiñas, Carlos & Piñeiro Santana, Rubén. «La estrategia comercial de Corea del Sur: una retrospectiva». Revista de Comercio Exterior, diciembre de 1996, http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/329/8/RCE8.pdf.

[6] Ídem.

[7] «¿Qué países son los mayores contaminadores de carbono del mundo?». Climate Trade, 17/05/2021, https://climatetrade.com/es/que-paises-son-los-mayores-contaminadores-de-carbono-del-mundo/.

[8] «Índice Mundial de Innovación de 2023: Suiza, Suecia y los Estados Unidos lideran la clasificación mundial de innovación; la innovación se muestra sólida, pero la financiación de las empresas emergentes es cada vez más incierta». Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Ginebra, 27/09/2023, https://www.wipo.int/pressroom/es/articles/2023/article_0011.html.

[9] Fernández, Silvia. «Estos son los 10 países con la conexión 5G más rápida: España se queda fuera del top». La Vanguardia, 20/12/2023, https://www.lavanguardia.com/andro4all/tecnologia/estos-son-10-paises-conexion-5g-mas-rapida-espana-se-queda-fuera.

[10] Duke, Sam. «Revealed: the top 100 most innovative companies in South Korea in 2023». Mining Technology, 2023, https://www.mining-technology.com/innovation-ranking/rankings/revealed-the-top-100-most-innovative-companies-in-south-korea-in-2023/.

[11] Lindsay, Mickell. «The 5 Largest Microchip Companies in the World». All Things Supply Chain, 23/08/2023, https://www.allthingssupplychain.com/the-5-largest-microchip-companies-in-the-world/.

[12] Lu, Marcus. «Ranked: Largest Semiconductor Foundry Companies by Revenue». Visual Capitalist, 20/112023, https://www.visualcapitalist.com/semiconductor-foundry-companies-ranked/.

[13] Lindsay, Mickell. Op. cit.

[14] El regulador antimonopolio de la Unión Europea (UE) aprobó en febrero de 2024, de forma condicional, la fusión entre Korean Air Co. y Asiana Airlines Inc., despejando un importante obstáculo en el proceso de consolidación entre las dos compañías aéreas surcoreanas de servicio completo.

[15] Oficina Comercial de España en Seúl. Ficha País Corea del Sur», 2022.

[16] «World’s Top Exporters And Importers – Updated 2024». World Option, 2024, https://uk.worldoptions.com/news/worlds-top-exporters-and-importers.

[17] Ídem.

[18] «Trade Balance in 2023». KITA, https://kita.org/kStatistics/country/countries/countriesList.do.

[19] «Agreements of the Republic of Korea». Ministry of Foreign Affairs (MOFA), Corea del Sur, 2023, http://www.mofa.go.kr/www/wpge/m-3834/contents.do.

[20] Ídem.

[21] «Global Investment Report». UNCTAD, 2023, https://unctad.org/system/files/official-document/wir2023_en.pdf.

[22] «Foreign Direct Investment in South Korea Hits All-Time Highs for Both Pledges and Arrivals in 2023». Invest Korea, 2024. https://www.investkorea.org/ik-en/bbs/i-468/detail.do?ntt_sn=490794.

[23] «Foreign Exchange Reserves». CEIC Data, 2024. https://www.ceicdata.com/en/indicator/korea/foreign-exchange-reserves.

[24] «Investment Climate Statements South Korea». Departamento de Estado de Estados Unidos, 2023, https://www.state.gov/reports/2023-investment-climate-statements/south-korea/.

[25] Ídem.

[26] Ídem.

[27] Ídem.

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