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LA MUJER NO ES LO QUE IMPORTA

F. Javier Blasco*

“La mujer, según ellos, ha perdido el mayor tesoro que posee en exclusiva y que nadie ni nada les puede arrebatar, la maternidad”.

 

El mundo celebró ayer el día de la “mujer trabajadora”; una fiesta con repercusión en la inmensa mayoría de los países, que se anuncia y vive a pleno bombo, platillo y con mucho jubilo porque se pretende poner en valor el titulo con el que se ha bautizado el día. Reconocer el valor de la mujer que trabaja, su pleno derecho a ello y la exclusión de los tabúes, exclusiones o imposiciones que ponen trabas a dichos ejercicios y reconocimientos.

No me he confundido al decir y resaltar que se celebra así en la mayoría de los países del mundo y con dicha finalidad; solo países retrógrados, los sometidos a las mal entendidas y férreas costumbres, presiones y limitaciones religiosas no lo celebran de este modo o en algún otro, ni admiten manifestaciones en apoyo a dichos movimientos; es más, hasta se les persigue y encarcela, pudiendo acarrear penas o consecuencias de mucha trascendencia e incluso, hasta la propia muerte. Hecho que, por cierto, tristemente no es criticado con la fuerza y energía que corresponde por ningún país u organización internacional; quienes se limitan a auto felicitarse y a mirar para otro lado frente a tales abusos, olvidos y aberraciones.

Pero España, siguiendo su famoso lema, de “ser diferentes”, la fiesta del 8 M se toma con otras perspectivas muy distintas. En tan sólo cuatro o cinco años hemos conseguido que dicha fiesta y manifestación de júbilo, que unió a muchas personas en nuestras calles —aun a riesgo de provocar la expansión de la pandemia del Covid, tal y como realmente sucedió— se haya convertido en una pugna, casi a muerte, por definir cada uno a su manera, que entienden por ser mujer, sus derechos y razón de ser.

El bochornoso espectáculo lleno de insultos y exclusiones según sea el color del partido político que se integrara o acercara a ellas, dado ayer en las calles de Madrid y otras capitales de España con manifestaciones paralelas y diferentes transcurriendo por nuestras calles, casi cogidas de la mano la una de la otra; impulsadas a su vez, por los dos partidos que forman la coalición de gobierno y otra “independiente” y contraria a las anteriores para exigir los verdaderos derechos y definiciones, con escandalosas y muy dispares cifras según fuera el que proporcionara los datos del conteo de asistentes, es algo que, como no, sólo se puede dar en España; país cainita y guerra civilista sin parangón en el mundo.

Nuestro gobierno —que para más inri se auto denomina progresista— en razón a sus políticas reales y efectivas, la legislación creada y aprobada o en vías de ello en el Parlamento, demuestra cada día que vergonzosamente, se ha olvidado de la mujer, su lucha reivindicativa real y de su verdadero valor, transformándola en un ser que se pasa el día exigiendo por ley la paridad en todos los puestos de importancia sin necesidad de demostrar su valía, formación y capacidad, incluso en las grandes empresas.

En algo o alguien que solo debe pensar y anhelar en satisfacer su sexualidad, de forma autocomplaciente con masturbaciones en lugar de recurrir al acto sexual normal y mundialmente reconocido entre un hombre y ella, una mujer.

En alguien que debe pensar en hacer el amor de forma libre y sin pensar en las consecuencias y derivaciones de sus actos, para lo que se facilita el aborto de forma libre, desproporcionada y anacrónica, rompiendo toda lógica y la importancia del valor del consejo y el permiso paterno; permiso, que, sin embargo, se exige para actos tan sencillos como es ir de excursión con el colegio en un viaje de estudios.

La mujer, según ellos, ha perdido el mayor tesoro que posee en exclusiva y que nadie ni nada les puede arrebatar, la maternidad. Lo más maravilloso que puede ocurrir en este mundo, convertirse en ese ser que nos acompaña, guía, aconseja y mima durante toda nuestra vida, hasta incluso en el último suspiro, en el que la mayor parte de los humanos exhalamos un íntimo recuerdo y palabra de consuelo en busca de su cobijo redentor.

Ya no se lucha por desterrar para siempre aquellas situaciones extrañas en las que las mujeres no obtenían jamás el reconocimiento de su labor en las labores de la casa, en el apoyo a su pareja en los trabajos de labores en el campo, las explotaciones mineras o en la construcción y el mantenimiento del hogar familiar.

Nadie se acuerda de aquellas mujeres que han trabajado durante años sin ser dadas de alta en la seguridad social, incluso cuando la empresa o el negocio estaba regentado por su propio cónyuge. Aún hoy día, seguimos escuchando noticias en las que se resalta el fallo de los tribunales reconociendo las compensaciones laborales por aquellos trabajos prestados fuera del hogar, sin compensación alguna ni tributación, para ayudarlas cuando se vean solas o a su jubilación por edad.

Tampoco tenemos en mente que, durante siglos y siglos, han sido las mujeres las que se hacían cargo de todas las tareas de la casa y las laborales para mantener sus hogares y la marcha del país mientras sus maridos se desplazaban durante varios años lejos de aquellos para guerrear, ni de que muchas de ellas, se vieron obligadas a continuar en esa tarea porque su pareja, como resultado de tales guerras, no volvió a casa jamás o lo hicieron lisiados e imposibilitados para trabajar.

La mujer, esa pieza imprescindible en el hogar familiar, no sólo por el papel que juega en las tareas cotidianas de la madre, ama de casa y la que con su esfuerzo laboral aporta su granito a la economía familiar, tampoco es bien ponderada ni reconocida en ese papel más que importante que supone el acomodarse al trabajo del marido en el caso de ser este el principal que sustenta el hogar conyugal; acomodación, que en muchos casos incluye el traslado durante años en otro lugar diferente —lejos de amigos y familiares— dentro o fuera de España.

No recordamos que las mujeres llevan muchos años, muchísimos, reivindicando sus derechos laborales y sociales, sin distinción de su raza, convicción religiosa ni ideario político. Que los éxitos o hitos importantes logrados en sus reivindicaciones y luchas se reparten entre izquierdas, derechas y neutros en partes muy equivalentes. Cosa que no explica y sorprende, que sea ahora la izquierda la que tome la bandera de la feminidad y excluya e incluso expulse, de forma burda y reiterativa. a todo aquel, que siendo políticamente de signo diferente, quiera unirse a una causa que debería ser totalmente transversal.

Dentro de los múltiples agradecimientos y reconocimientos que se le debe a la mujer, está el haber prestado durante muchos años el cuidado de sus progenitores o parientes políticos cuando les ha llegado la edad de precisar una atención más grande de lo habitual. Durante siglos han debido compaginar sus muchas tareas con dichos cuidados y mimos; cosas, que hoy por diversos motivos, empiezan a ser difíciles de encontrar, ni siquiera para aquellas que dieron muchos años al cuidado de los demás.

Puede que el mundo se sienta feliz por estas celebraciones y fastos; que muchas se sientan identificadas y agradecidas a los esfuerzos y sacrificios realizados por un puñado de mujeres solas o acompañadas por unos pocos hombres que las entendían y aplaudían a lo largo y ancho del mundo; principalmente, en Occidente; pero lo que no es de recibo, es ver en que hemos convertido este día de júbilo y fiesta sanamente reivindicativa, principalmente en aquellos países gobernados por retrógrados, patéticamente contrarios a la igualdad entre sexos o por gobiernos como el de España, que ha convertido la diferencia de sexos en una batalla por rascar votos y un afán de protagonismo por aquello del ¿Quién da más?

En dichos países, y en algunos más aunque no lo aparentan, la mujer no es lo que importa; sigue siendo una pieza más de mercadeo y subasta a la que muchas de ellas se prestan de forma muy poco reflexiva por no entender, que sus verdaderos sentimientos y capacidades quedan limitados o cercenados con falsas promesas y cánticos de sirena, y que son llevadas a manifestarse por los platós, mítines, las calles y plazas de forma poco ortodoxa, nada edificante y las conviertan en peleles, que metódicamente, abrazan actos, gestos y hechos en los que creen encontrar su felicidad, sin darse cuenta, que con ellos pierden su verdadera identidad.

Quisiera finalizar este pequeño trabajo de agradecimiento y reivindicación a la mujer con una mención muy especial a aquellas mujeres, como la mía, que habiendo dado todo durante su vida laboral, familiar, afectiva y de entrega a los demás, debido a problemas físicos o mentales se encuentran ahora lejos de su hogar, en manos profesionales y más especializadas, que les proporcionan una vida más sencilla, metódica y ordenada a la que son más que merecedoras, aunque por desgracia, no a todas ellas les llega para ello con las ayudas que los gobiernos dan en estos casos de extrema necesidad. Entiendo que, por esto, sí que habría que luchar.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

DE PERDIDOS, AL RIO

F. Javier Blasco*

Si bien el gobierno social-comunista —presidido por Sánchez— no ha parado de legislar durante todo su periodo de vigencia hasta el momento y todo apunta a que continuará haciéndolo, parece ser que en estos últimos meses —lo que en Estados Unidos se conoce cómo el periodo del “pato cojo”— el frenesí legislativo del gobierno —sea como sea, a trancas y barrancas, saltándose los periodos y procedimientos necesarios legal, moral y prudentemente para parir leyes de calado, que influyen directamente en un gran espectro de la población y que no pueden ser tomadas a la ligera por sus repercusiones— se ha desatado una especie de “sea como sea” y las cámaras legislativas se han convertido en un horno industrial para sacar como churros o barras de pan un elevado número de leyes trascendentales y en derogar aquellas que le dificultan, contradicen o impiden el paso a estas nuevas.

No importa los chascos y chapuzas ya probadas y que influyen negativamente en la convivencia general del pueblo y en la forma natural de entender las cosas. Tampoco se tiene en consideración la docta opinión de los auténticamente versados en el tema ni de las organizaciones serias y sesudas que, a diferencia de los grupos o círculos de perroflautas, desviados sexuales o fumadores de todo tipo de hierbas y substancias nocivas para el cerebro, presentan correctas alegaciones y pruebas de la barbarie que supone lo que se está legislando o se pretende legislar.

Ni que decir tiene, que ya son varios, casi todos, los países, que habiendo sido considerados más avanzados, precedieron a España en dichos caminos tortuosos y que, tras años de puesta en práctica tales lides, ahora dan marcha atrás, derogan aquellas leyes, las suspenden o revisan. Incluso, en algún país ha supuesto la renuncia de su primera ministra, querida por su pueblo y considerada, durante años, como muy progresista, liberal y muy avanzada en sus formas de pensar.

Para el peculiar Sánchez y su troupe, ver las “barbas del vecino afeitar” no supone ni el más mínimo síntoma de alerta, de reflexión o de pensar que ya son muchos los charcos y jardines enlodazados en los que se han metido, que les está costando mucho salir de ellos o rectificar sus posturas y decisiones y que, sin duda, sufren por ello, una enorme pérdida de votos cada día y ya veremos si llegarán a arrepentirse de haberlo dejado pasar.

La necesidad personal de Sánchez por contar con el apoyo de comunistas, separatistas y filo terroristas para mantenerse en el sillón hasta que personalmente disfrute la figura de la rotatoria de la presidencia de la UE; que no es más un escaparate más de los muchos que hay, que tiene un valor simbólico y que realmente solo sirve para gastar un dinero que no tenemos y aparecer en las portadas de los medios, puede llegar a ser contraproducente si esta situación de estar en primera plana, se acompasa con graves problemas del país en cuestión con la propia Unión, tal y como parece ser el caso con varios jardines abiertos con dicha organización con respecto al costo de las energías, el control y el gasto real de las subvenciones europeas, variados problemas de intervencionismo con el poder judicial, la veracidad de los informes económicos remitidos desde España y algún que otro punto de fricción en el aspecto de las relaciones internacionales y la postura común europea.

Parece que a Sánchez le da todo igual, ha pasado del “no poder dormir”’ por las noches si se emparejaba con los comunistas podemitas, a permitirles que le toreen en público y hasta le critiquen abiertamente a plena luz del día, con luz y taquígrafos, y le hagan aprobar leyes que contienen preceptos que, el propio parrido socialista ha rechazado desde los albores de su historia.

El partido sanchista se ha convertido en una “manada de borregos agradecidos” que ya no necesitan ni unas pinzas en la nariz a la hora de depositar sus votos para aprobar todo tipo de aberraciones, medidas desproporcionadas o exagerados conceptos caducos, fuera de lugar y propios de países nada democráticos, en manos de líderes engreídos que solo piensan en agradar a sus seguidores más cafeteros, sin importarles el mal que dichas decisiones puedan acarrear para el resto del personal, que en realidad, suman muchos más.

Aunque no lo parezca, esta vorágine legislativa desarrollada y presentada por la parte más izquierdosa o peligrosa de gobierno o por sus socios de legislatura, no es más que una “trampa saducea” en la que ha caído el “resiliente” Sánchez, por la que esos otros partidos se reafirman ante su público y galería para garantizar que volverán a recibir sus votos dada la necesidad de ellos para Sánchez al haberles demostrado que lo que en su día les prometieron, es posible a la vista de la aprobación de leyes elaboradas y presentadas ellos, aunque estas asusten o escandalicen a propios y extraños; en definitiva, a la mayoría de personas moralmente normales y con unos prejuicios y limitaciones intelectuales que cualquier persona bien formada debe conocer y cultivar.

Sánchez no va a poner los pies en la pared ante nada ni nadie; no tiene fuerza ni valor moral para enfadar de verdad a sus socios y por tanto, cederá en todo con tal de mantener una nociva coalición aunque haya llevado a España a la perdición.

Mucho es el trecho andado y aún mucho más lo que queda por andar. Si alguien piensa que con lo recientemente aprobado —para el cambio de sexo a edades excesivamente tempranas o para abortar libremente, incluso niñas, sin que sea necesario nada ni nadie para llevar a cabo dichos actos sin la más mínima y necesaria información, asesoramiento o consentimiento paterno— se equivoca de plano.

Ahora, le toca el turno a los separatistas y filo terroristas que, aunque ya han recogido muchos frutos en aspectos políticos, económicos y legales, aún les quedan otros muchos puntos por cultivar y ganar; puntos tales, como el blanqueo total de sus lideres de antaño —de siempre considerados como auténticos enemigos de España— el derecho de autodeterminación y su separación del solar patrio sin problemas o medidas coercitivas y legales que les puedan llegar a incomodar.

Estos, como justa correspondencia a sus apoyos a los podemitas en sus alocadas pretensiones, cuentan con el beneplácito y el visto bueno de aquellos en las mencionadas aspiraciones con las que culminarán sus ansiadas pretensiones y luego, cuando todo pase, se acabe la presidencia de la UE, Sánchez buscará un acomodo internacional debidamente pagado y de lo que quede de España, Dios dirá.

Veremos si alguien, con la suficiente entereza y capacidad de convicción y gestión, será capaz de enmendar tanto entuerto sembrado por un gobierno, que ahora justifica su elevado número de carteras dado que había mucho que destrozar. Hasta la ‘inocente’ Ley del deporte, se descafeinó y aprobó en vísperas de saberse el escándalo azulgrana para evitar dañar a uno de los tres pilares sobre los que se sostiene Cataluña y lo catalán.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

 

LA CAIDA DEL ÚLTIMO BASTIÓN

F. Javier Blasco*

La defensa y resistencia a los ataques externos de todo país, coalición o alianza de ellos se basa en un territorio más o menos extenso, vigilado y dominado por una serie de puntos fuertes o bastiones de diversa entidad y fortaleza natural o artificial donde hacerse lo suficientemente fuertes para resistir los embates de cualquier enemigo que quiera hacerse con el domino del territorio en cuestión. Evitar que caigan la totalidad de los mismos o al menos, los más importantes o transcendentales, es vital para la subsistencia del anterior.

Desde la llegada al poder de la coalición social-comunista, sin tapujos ni cortapisas, unos con mayor claridad que otros, anunciaron la necesidad del “asalto a los cielos” y hacerse con el dominio de los medios de propaganda y comunicación y los poderes del Estado para hacer de su capa un sayo mediante su transformación —desde dentro de la democracia— en algo que ni se le parece.

Al igual de lo que sucedió en la Alemania nazi para que Hitler pudiera hacerse con el dominio total, Sánchez no ha dejado de aumentar su flaco poder mediante una transformación profunda de las capacidades del mismo, lo que le ha permitido legislar a su antojo y necesidad y obviar o derogar todo lo previamente establecido en defensa de la democracia y de la Constitución, para llegar a hacerse fuertes e insensibles a las críticas ajenas con el imprescindible y muy necesario apoyo directo e interesado de los mayores enemigos de España.

Dicho y hecho, a diferencia de lo que ocurre cuando gobierna la taciturna avergonzada, lenta y siempre recelosa derecha y a pesar de haber prometido de mil maneras a propios y extraños que esto nunca iba a ocurrir, la izquierda gobernante se puso manos a la tarea en menos de veinticuatro horas y pronto pudimos comprobar como la mayor parte de aquellos bastiones, en los que se apoyaba nuestra democracia, iban cayendo uno detrás de otro paulatinamente y sin solución de continuidad.

Ante tan alarmante progreso, algunos observadores acostumbrados al análisis desde el pensamiento crítico, pronto comenzamos a anunciar que la maquinaria de demolición ya estaba en marcha, que en breve a aquellas primeras conquistas —a las que la mayoría no daba importancia— les seguirían otros bastiones más importantes o por entendernos mejor, fundamentales para la marcha del Estado democrático.

La verdad, es que aquellas protestas o voces de alarma, al igual de lo que sucede con las predicas en el desierto, no hicieron mucha mella en la conciencia de los pocos que se atrevían escucharnos y, la mayoría de ellos nos tachaban de alarmistas, exagerados o personas con incontinencia mental.   

No creo que llegado a este punto sea preciso recordar toda la legislación desarrollada o derogada, los derechos conculcados, pisoteados y los puestos, cargos ocupados obscena o abusivamente por la forma de llegar a ellos o por los frutos y desarrollos posteriores llevados a cabo por aquellos babosos “perros fieles” que, como tales, harían lo que le mandase la voz de su amo, que para eso les mantuvo y mantiene en puestos bien remunerados y que además, sirven de trampolín o rampa de lanzamiento para, en su día, poder optar a otros puestos de mayor rango y remuneración, dentro de España o fuera de ella entre los muchos emboscados en la inmensa y casi inagotable maraña internacional.  

Vimos como los medios de información privada, la TVE y organismos que forjan la opinión como el CIS y otros variopintos institutos como el INE, la CMNV eran copados uno a uno de forma obscena y sin la menor resistencia. Cosa que ha ocurrido con el Consejo de Estado, la Abogacía del Estado, la fiscalía general, el defensor del Pueblo y otras entidades que se dedican a la administración de justicia. Tan solo restaba el Consejo General del Poder Judicial y el tribunal Supremo (ambos a punto de claudicar) y como verdadero fulcro o punto de apoyo, el más importante de todos ellos, el Tribunal Constitucional (TC).

El sistema político, que no de mérito —que erróneamente nos dimos o dejamos que nos impusieran con Felipe González y nunca corregido por las derechas— para cubrir los puestos en estos últimos órganos referidos, hace que la alternancia de sus miembros vaya en consonancia, aunque con cierto retraso, con el color del partido gobernante; o sea, de izquierdas o de derechas, con personajes mal llamados progresistas o conservadores respectivamente.

A lo largo de nuestra corta historia democrática, a pesar de la facilidad que dan los escaños y los apoyos para gobernar, siempre se ha mantenido un cierto reparo y vergüenza para que no se vieran claramente los plumeros de los jueces de los altos tribunales de forma ostensible y vergonzosa.

Pero dicha norma no escrita, como otras muchas más, aunque estén bien escritas y recogidas en leyes que hoy ya son papel mojado, no se ha aplicado por el gobierno sanchista, lo que le ha imprimido una forma de gobernar que da vértigo por los plazos y caminos que emplea para legislar y por los cambios de criterio aplicados a la legislación o normas en uso y vigentes por no estar no derogadas.

Tras ciertos retrasos y traspiés varios, finalmente Sánchez ha logrado poner en la presidencia del TC a aquel fiscal general que con Zapatero se hizo famoso por su sectaria forma de aplicar la Ley y por una frase famosa por la que justificaba sus deshonrosas actuaciones “en ocasiones las togas debían ensuciarse con el polvo del camino”. Frase que resumía todo, explicaba la catadura moral del individuo y dejaba entrever hasta qué punto podría llegar el sujeto en un futuro, si es que llegaba a ocupar un cargo de mayor enjundia.

Tal y como era de esperar y por desgracia, suele suceder, los viles servicios prestados por dicha persona le dieron la puerta de entrada al TC, y como cuando él accedió al tribunal las izquierdas estaban en minoría, su papel fundamental hasta el presente ha consistido en dinamitar la labor del propio TC, desprestigiar a sus compañeros o sus resoluciones, plagar de votos particulares en contra todo lo aprobado por la mayoría de sus “colegas” e insistir machaconamente en recusar a la inmensa parte de estos ante la menor sospecha de sombra o creencia sobre sus compañeros.

Hace pocas fechas, Sánchez consiguió su ansiado sueño forjado a pachas con Iglesias, obtener la mayoría de izquierdas en el TC y poner a la cabeza del mismo a su mayor y mejor perro fiel, el susodicho Conde Pumpido. Quien ha imprimido una inusitada celeridad en resolver casos atascados durante más de una década como el recurso planteado hace más de doce años por el Partido Popular a la famosa ley sobre el aborto de Zapatero, conocida como la Ley de plazos.

No ha hecho falta ni un segundo de discusión, un tema que era tan difícil o delicado y que sucesivos TCs no se atrevían a dilucidar, ha sido avalado en su totalidad por ideología partidista, sin cambiar ni una coma, a pesar de las recusaciones de cuatro de sus miembros (una presentada de forma voluntaria por una jueza de derechas); recusaciones de libro que implican al mismo presidente del tribunal y a su vicepresidenta y que, sin discusión alguna ni pestañear, fueron rechazadas de plano por el propio tribunal alegando determinadas triquiñuelas, a pesar de que sus casos están claramente recogidos en la legislación vigente sobre el tema.

Estos gestos y actuaciones de falta de escrúpulos y conciencia ponen de manifiesto el peligro que se corre en España a partir del momento presente. El TC claramente ha perdido su origen y razón de ser y actuará en beneficio de Sánchez, el sanchismo y todos los bodrios de leyes que son y serán aprobados por un consejo de ministros, desnortado, incompetente y totalmente parcial, con derivas peligrosas hacia un rancio comunismo del que ya conocemos sus “grandes frutos” en América Latina.

Da la casualidad que esto sucede el mismo día en el que el gobierno consigue —sobre el toque de campana— que se apruebe en las Cortes la Ley del Bienestar animal con lo que la casualidad o la causalidad hacen coincidir en una misma fecha el aval a una ley que ayuda a la desaparición de unos cien mil seres vivos al año, con otra por la que se protege a los animales hasta extremos de vértigo, que enrojecen al más pintado y con un mínimo de dignidad.

España un país con crecimiento decreciente se permite el lujo de perder a tantos conciudadanos por la parte de debajo de la curva, y al mismo tiempo, con la también aprobada ley de Eutanasia lo hace por la parte de arriba, a lo que habrá que sumar los casos a mayores que se producirán cuando se apruebe, sin ningún tipo de dudas, la nueva Ley del aborto por la que el acto podrá ser libre, sin control ni permiso paterno desde muy corta edad y circunstancia.

Que el TC haya caído en las manos en las que está, en el que una gran parte del mismo se nutre de estómagos agradecidos y personal bien alimentado y el resto de los de izquierdas son totalmente fieles a lo que pregone Sánchez, hace que “los agoreros” que veíamos llegar este momento y sus consecuencias, prediquemos ahora, que dicho organismo dejará de ser el último bastión o dique de contención que, como venía haciendo, pare los delirios de un presidente y un gobierno totalmente desnortado, incapaz y fuera de sus casillas.

Y yo me pregunto, ¿Qué hace y que hará la UE ante estos abusos de poder tan poco democráticos? La respuesta es bien sencilla, nada. España no es ni Hungría ni Polonia y seguro que Sánchez, como de costumbre, les convencerá a base de mentiras y dándoles buenas promesas a la larga, que nunca se podrán comprobar.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.