Archivo de la etiqueta: Guerra Cibernética

LA MENTE HUMANA COMO OTRO DOMINIO DE LA GUERRA

Marcelo Javier de los Reyes*

Imagen de dlsd cgl en Pixabay

 

«El arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar».

Sun Zi

 

Las agencias de noticias y los medios se ocupan de las guerras cinéticas, sobre todo de aquellas que atañen a los grandes intereses internacionales, pero existen otras guerras que hoy son ignoradas u olvidadas, como por ejemplo la guerra civil de Sudán ―que estalló el 15 de abril de 2023 en el territorio de la República de Sudán, cuando se produjeron los primeros combates entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido en todo ese país― y otros tantos conflictos que se están produciendo mientras leemos este texto. Sin embargo, otras guerras no son ni ignoradas ni olvidadas, sino que no son percibidas o sólo son percibidas por muy pocos. Se trata de dos tipos de guerra, la guerra híbrida y la guerra cognitiva.

En la antigüedad la guerra operaba sobre dos dominios, la tierra y el mar. Con la aparición de los aviones, que tuvieron su primera acción bélica en la primera guerra balcánica de 1912 y 1913, aparece el tercer dominio, el dominio del aire, que tuvo un mayor desarrollo en la Primera Guerra Mundial.

Más recientemente se incluyeron dos nuevos dominios, el espacio y el ciberespacio que es un dominio global dentro del entorno de la información.

Ahora la guerra se libra en un sexto dominio: la mente humana por lo que la seguridad de un Estado debe operar sobre seis dominios: aire, tierra, mar, espacio, ciberespacio y la mente humana.

La guerra híbrida

Se trata de un concepto que comenzó a utilizarse hace pocos años y que es motivo de debate debido a que sus métodos no son nuevos, sino que residen en lo que se conoce como guerra irregular y asimétrica adaptada a estos tiempos[1] [2].

Con este concepto sucede lo mismo que con el «nuevas amenazas» que comenzó a usarse en los años 90 del siglo pasado, como consecuencia de la implosión de la Unión Soviética en 1991 y del proceso de globalización. Este concepto se refería a las amenazas que afectaban la estabilidad de los Estados, la seguridad regional o global y que engloba al terrorismo, el narcotráfico, al crimen organizado, al tráfico de armas y personas, etc. Sin embargo, ninguna de estas amenazas era nueva. Si nos referimos al terrorismo podemos ir a la Biblia y allí nos encontramos con uno de los discípulos de Jesús, Simón el «Zelote», término que aparece mencionado varias veces en el Nuevo Testamento y que se refiere a los que integraban un partido nacionalista judío del siglo I, en tiempos de Jesucristo, quienes no dudaban en hacer uso de la violencia, por lo que para algunos historiadores representan uno de los antecedentes del terrorismo. Dentro de ese movimiento había algunos que podían ser más violentos y que se los conocía como sicarios, denominados así por asesinar con una sica, puñal o daga pequeña que podía ser escondida bajo la túnica.

En el Imperio ruso el zar Alejandro II sobrevivió a cinco atentados hasta que murió a consecuencia del perpetrado el 1° de marzo de 1881. Ejemplos como estos podrían citarse muchos.

Respecto del narcotráfico podemos remitirnos a la Guerra del Opio, conflicto que mantuvieron China y el Reino Unido entre los años 1839 y 1842, a partir de la introducción en China de opio cultivado en la India y comercializado por la compañía británica de las Indias Orientales.

De tal manera que con el concepto de guerra híbrida sucede algo similar, pero vamos a aceptarlo más allá de que no hay una clara definición sobre el mismo. En ella se emplean amenazas tradicionales, recurre a acciones incruentas pero que pueden combinarse con otras que sí lo son y que procura aprovecharse de las vulnerabilidades y debilidades del enemigo. Se lleva a cabo a través de:

    • la desinformación y manipulación de la información,
    • propaganda,
    • intervención electoral,
    • sabotaje,
    • acciones económicas,
    • acciones diplomáticas,
    • tácticas convencionales o no convencionales,
    • promoción de disturbios sociales,
    • el uso del ciberespacio,
    • la utilización de proxys 
    • la interferencia en los sistemas de comunicación

y demás acciones que tienen por objeto esmerilar las capacidades del enemigo y provocar el desánimo de su población. Se trata entonces de una evolución en las formas de hacer la guerra pero que tiene su raíz en los conflictos asimétricos.

En tal sentido podría considerarse que se trata del empleo tanto de fuerzas convencionales como de tácticas irregulares.

En los Estados Unidos este concepto fue teorizado por el general James N. Mattis ―quien fue secretario de Defensa entre los años 2017 y 2019 y que en 2005 publicó, junto con el teniente coronel Frank G. Hoffman, La guerra del futuro: la llegada del conflicto híbrido― y en Rusia por el general Valery Gerasimov[3].

Guerra cognitiva

El concepto de guerra cognitiva es una forma de guerra híbrida y se refiere a una guerra no convencional que se vale de herramientas cibernéticas

    • para alterar los procesos cognitivos del enemigo,
    • explotar los sesgos mentales y el pensamiento irreflexivo
    • y provocar distorsiones en su pensamiento para influir en la toma de decisiones y entorpecer sus acciones. Esto tanto a nivel individual como social.

El objetivo es atacar e incluso destruir la forma en que el individuo construye su propia realidad, su autoconfianza mental. Su propósito es degradar el proceso de conocimiento y el uso del conocimiento. De esta manera se erosiona la confianza que sustenta a una sociedad.

La guerra cognitiva se vale de la información, pero de aquella que recolectan las grandes corporaciones tecnológicas y la vigilancia masiva para explotar el Big Data, es decir la información que nosotros proporcionamos estemos donde estemos. Cabe agregar la definición que la Unión Internacional de Telecomunicaciones proporciona para ese concepto: «Big Data es un paradigma para hacer posible la recopilación, el almacenamiento, la gestión, el análisis y la visualización, potencialmente en condiciones de tiempo real, de grandes conjuntos de datos con características heterogéneas»[4]. A través de estos datos obtienen nuestros perfiles y, a partir de ellos, operan para cambiar nuestra forma de pensar.

La guerra cognitiva tiene un alcance global y afectan tanto al individuo como a los Estados y las organizaciones multinacionales y procura el control del ser humano.

La OTAN financió un estudio titulado Cognitive Warfare, publicado en noviembre de 2020, elaborado por el militar francés François du Cluzel ―actualmente jefe de servicio en Innovation et Entrepreneuriat ISAE-SUPAÉRO, Toulouse, Francia― quien expresa que

la naturaleza de la guerra ha cambiado. La mayoría de los conflictos actuales permanecen por debajo del umbral de la definición tradicionalmente aceptada de guerra, pero han surgido nuevas formas de guerra, como la guerra cognitiva (CW), mientras que la mente humana ahora se considera como un nuevo dominio de guerra.[5] [6]

La guerra cognitiva se basa en el «papel cada vez mayor de la tecnología y la sobrecarga de información» que llevan a que «las habilidades cognitivas individuales ya no serán suficientes para garantizar una toma de decisiones informada y oportuna».

Acerca del concepto «sobrecarga de información», se refiere que nunca el hombre tuvo acceso a tanta información como en el presente. Hay un exceso de información y ya en la década de los 90 hablábamos de infoxicación.

La atención es un recurso limitado y desde este sistema se trata de ganar la atención para que no la obtengan otros. Por eso se recurre a denostar al que piensa diferente.

La guerra cognitiva no está asociada a las armas, por lo menos a las tradicionales, y su campo de batalla es el cerebro. Recurre a un nuevo tipo de armas, las armas neuronales o neuroarmas. De tal manera que la mente humana es el nuevo dominio de la guerra.

Es una guerra silenciosa que se lleva a cabo a través de ataques sutiles y persistentes. Es diferente a la guerra de información y no se trata de un control mental sino de algo peor. Esta guerra no trata de cambiar lo que pensamos sino la forma en cómo pensamos y se vale tanto del emocionalismo como del infatilismo. Se afirma que nuestra sociedad actual sufre un proceso de infantilismo que comienza ya en los años 1960 y hoy se hace evidente en la escasa lectura de libros, en la forma en que nos expresamos, en la forma que escribimos a partir de las nuevas tecnologías y de las redes sociales. Nuestra sociedad actual también ha tendido a la pérdida de memoria o, mejor expresado, a no memorizar. La tecnología contribuye notablemente a la pérdida de nuestra memoria y a lo que tendemos es a saber buscar la información. Podemos recordar la información sin mayores detalles pero sí sabemos dónde podremos recuperarla.

Se produce entonces una atrofia de nuestras capacidades intelectuales. Se ha perdido el pensamiento crítico a partir de la imagen

Además del emocionalismo y del infantilismo, el hombre tiene una necesidad inmediata de la esperanza, del placer. Las redes sociales favorecen esto con algo tan sencillo como los «me gusta». De ahí la dependencia que el hombre moderno tiene por las tecnologías y por la conexión a las redes sociales, a una hiperconectividad. Todo este sistema provoca una adicción que opera sobre las emociones. En este sentido, es importante saber que la toma de decisiones no se basa en la razón sino en las emociones.

Se trata de que las personas adopten la «actitud correcta» y para ello utiliza la Inteligencia Artificial, los algoritmos. Recordemos el caso de la consultora Cambridge Analytica que trabajó en la campaña a favor del «Vote Leave» que derivó en el Brexit y en la campaña electoral de Donald Trump en 2016. Los servicios de la compañía fueron contratados en campañas electorales en la República Checa, India, Italia, Kenia, Nigeria, Rumania e incluso en las elecciones celebradas en 2015 en Argentina —por el partido del ex presidente Mauricio Macri—, entre otros países.

Cambridge Analytica se había especializado en la recopilación y en el análisis de datos que serían utilizados en campañas publicitarias y políticas. En combinación con información obtenida de Facebook, la consultora británica afirmó que tenía 5.000 puntos de datos en casi todos los votantes en Estados Unidos. Con ese cúmulo de información podía crear perfiles psicográficos de los usuarios y sus contactos, es decir que con ellos podía clasificarlos según sus actitudes, aspiraciones y otros criterios psicológicos con el objetivo de encontrar rasgos comunes en grupos para efectuar una segmentación sobre la base de algunos de sus aspectos psicológicos. Luego se centró en los llamados «persuables» —los «persuadibles»—, es decir, en aquellas personas que en una campaña electoral se denominan «indecisos», las cuales fueron blanco de un bombardeo de mensajes personalizados a los efectos de influir en su decisión.

El caso Cambridge Analytica llevó a que la Federal Trade Commission (FTC) —Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos—, en marzo de 2018, abriera una investigación luego de que se revelara que Facebook había vendido a Cambridge Analytica los datos de los usuarios recolectados mediante un test de personalidad. La red social fue acusada de haber compartido de manera inapropiada los datos de 87 millones de usuarios con Cambridge Analytica. Tras más de un año de investigaciones, la FTC le aplicó una multa de US$ 5.000 millones a Facebook por malas prácticas en el manejo de la seguridad de los datos de los usuarios, ya que fueron vendidos sin su consentimiento y sin su conocimiento.

Se trata entonces de un verdadero hackeo de la mente. El hombre es inoculado con una nueva forma de pensar y de esa manera también se convierte en un arma que favorece a la guerra cognitiva porque, a su vez, propaga el mensaje recibido. Así como los libros de autoayuda nos inducían a cambiar nuestras percepciones sobre nosotros mismos a través de pensamientos que nos llevaban a generar creencias, la guerra cognitiva nos lleva a generar creencias pero en un sentido negativo. Lleva que el ser humano acepte como lógico lo ilógico.

La guerra cognitiva es silenciosa, es global, apunta a enemigos y propios y es permanente. Su costo económico es mucho menor que el de una guerra cinética, se lleva a cambo sin que el objetivo tome conciencia de cómo se está operando sobre él pero es diseñado por un equipo de profesionales que estudian a los individuos y a las sociedades sobre las que se va a operar. Se vale de las ciencias (neurobiología, informática, biotecnología, psicología) y de la tecnología (inteligencia artificial, digitalización, Big Data).

Para enfrentar esta guerra debemos desarrollar una gran capacidad de discernimiento para poder distinguir lo verdadero de lo falso, desarrollar la intuición, así como un proceso de «alfabetización mediática» que nos permita recuperar el «pensamiento crítico» para poder reflexionar acerca de la información que nos llega, verificar las fuentes y, sobre todo, volver a la lectura de libros.

Finalmente, también es importante ofrecer resistencia al «torrente mediático» y tener la valentía de expresar nuestra opinión personal en medio de la «manada».

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata. Autor del libro «Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones», Buenos Aires: Editorial Almaluz, 1ª edición 2019, 2da edición 2024. Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Sobre este debate, ver: Guillem Colom Piella. «Guerras híbridas. Cuando el contexto lo es todo». Revista Ejército, n° 927, junio 2018, p. 38-44, https://www.ugr.es/~gesi/Guerras-hibridas, [consulta: 17/10/2021].

[2] También aborda este debate el general Fabián Sánchez García. «El conflicto híbrido ¿Una nueva forma de guerra?». El enfoque multidisciplinar en los conflictos híbridos, Ministerio de Defensa, Instituto Español de Estudios Estratégicos, 2012, Colecciones: Seguridad y Defensa, 51, España, ISBN: 978-84-9781-753-0.

[3] Sobre este tipo de guerra en Rusia sugiero la siguiente lectura: Marcos Kowalski. «Conflictos híbridos y la Doctrina Gerasimov». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG), 10/07/2021, https://saeeg.org/index.php/2021/07/10/conflictos-hibridos-y-la-doctrina-gerasimov/.

[4] Media Centre. «Los Miembros de la UIT acuerdan una norma internacional para los grandes volúmenes de datos (Big Data)». Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), https://www.itu.int/net/pressoffice/press_releases/2015/66-es.aspx, [consulta: 14/02/2024].

[5] François du Cluzel. «Cognitive Warfare». ComCiência (Laboratório de Estudos Avançados em Jornalismo, Labjor de la Unicamp de la Unicamp, en sociedad con la Sociedade Brasileira para o Progresso da Ciência, SBPC), junio-noviembre 2020, https://www.comciencia.br/wp-content/uploads/2022/11/Guerra_Cognitiva_Cluzel_OTAN.pdf, [consulta: 14/02/2024].

[6] François du Cluzel. «Keynote 3: Cognitive Warfare, a Battle for the Brain». NATO, 2022, https://www.sto.nato.int/document/keynote-3-cognitive-warfare-a-battle-for-the-brain/, [consulta: 18/02/2024].

 

©2025-saeeg®

 

EL DESARROLLO DEL CIBERESPACIO BÉLICO EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Giancarlo Elia Valori*

Las armas y el equipo son la base de la capacidad de combate militar y un factor importante para determinar el resultado de las guerras. En la situación actual de competencia cada vez más feroz entre las principales potencias y de militarización cada vez más evidente del ciberespacio, todos los países han aumentado la inversión de capital; fortaleció el desarrollo y el despliegue de armas y equipo en el ciberespacio; promovió la investigación y el desarrollo, así como la transformación y la aplicación de tecnologías emergentes; y trató de dar forma a nuevas tecnologías para el desarrollo militar y las operaciones futuras.

Como concepto para integrar los sistemas de guerra cibernética, el Comando Cibernético de los Estados Unidos creó la Arquitectura Conjunta de Guerra Cibernética (JCWA) para guiar las decisiones de adquisición e inversión de la guerra cibernética, con el objetivo de permitir que las fuerzas cibernéticas ejecuten decisiones de comando y control, así como capacitación para tener acceso, a través de una plataforma unificada, a las amplias tareas del sistema. Desde 2021 el ejército de los Estados Unidos ha seguido utilizando la JCWA como guía y confía en varios servicios para desarrollar y mejorar los sistemas y herramientas de guerra cibernética.

La JCWA incluye varios programas de adquisición, así como herramientas y sensores cibernéticos para respaldar las operaciones cibernéticas. Según el presupuesto 2022 del Departamento de Defensa de Estados Unidos, la Fuerza Aérea estadounidense es responsable de solicitar al Comando y Control Cibernético Conjunto (JCC2) un presupuesto de 79 millones de dólares, más del doble de los 38,4 millones de dólares del año anterior debido a una serie de programas, incluido el proyecto Intercambio de Claves de Internet (IKE), es decir, una herramienta habilitada por inteligencia artificial que proporcionará una nueva forma para que las fuerzas cibernéticas comprendan el marco operativo común en la guerra.

Los fondos se transferirán al proyecto y el desarrollo del software IKE ha pasado de la fase de planificación a la de ejecución.

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos es responsable de la Plataforma Unificada (UP) para el año fiscal 2022. El presupuesto de investigación y desarrollo es igual a 101,8 millones de dólares. El Ejército de los Estados Unidos también será responsable del presupuesto de investigación y desarrollo del Entorno de Entrenamiento Cibernético Persistente (PCTE) para el año fiscal 2022, que asciende a 52.9 millones de dólares. El presupuesto para la Plataforma Conjunta de Acceso Común (JCAP) del Ejército de los Estados Unidos hasta ahora se ha mantenido en secreto.

El Ejército de los Estados Unidos ofreció el PCTE, versión 3, en el segundo trimestre de 2021, luego del lanzamiento de la versión 2 al Comando Cibernético de los Estados Unidos en octubre de 2020. La versión 3 de PCTE proporcionará a los usuarios canales de respuesta adicionales y proporcionará a los administradores de capacitación una visión general del estado de la red. También incluirá un repositorio de contenido para alojar escenarios anteriores creados por curadores de contenido o capacitación. Esto hace que sea más fácil entrenar o simular las actividades. Security Insider (https://www.secrss.com/) dice que el Ejército de los Estados Unidos planea desplegar y distribuir la versión 4 de la plataforma PCTE al Comando Cibernético de los Estados Unidos en el primer trimestre de este año. La versión proporciona un motor más intuitivo para descubrir actividades de entrenamiento, ejercicios o módulos disponibles para las tropas, diseñados para reducir la redundancia y permitir un mejor entrenamiento individual y de equipo.

El Ejército también continúa liderando el Cyber Innovation Challenge para adjudicar contratos y aplicar nuevas tecnologías a la plataforma PCTE. El último contrato, adjudicado en febrero de 2021, incluye características y funcionalidades de “evaluación mejorada” y “generación de tráfico” que se incorporarán a la versión 5 del PCTE. La “evaluación mejorada” es fundamental para el Comando Cibernético de los Estados Unidos, ya que ayuda a mejorar los informes de preparación de la fuerza. Por otro lado, la “generación de tráfico” también es una capacidad clave que ayuda a las fuerzas cibernéticas en áreas que incluyen “espacio amigable”, “espacio gris” y “espacio rojo”, que operan en todo el entorno de TI e inteligencia, no solo en ciertas redes.

En junio de 2021, el principal ejercicio anual del Comando Cibernético de los Estados Unidos, es decir, Cyber Flag 21-2, utilizó nuevamente la plataforma PCTE, lo que permitió al Comando Cibernético de los Estados Unidos expandir el ejercicio de las actividades.

El equipo de PCTE está aplicando las lecturas del ejercicio a eventos futuros para versiones posteriores de la plataforma. El PCTE y el equipo del proyecto han desarrollado estudios para apoyar y monitorear miles de eventos diarios, incluso los más insignificantes, y ponerlos a disposición del otro gran servicio Cyber Yankee también.

El Ejército de los Estados Unidos también está explorando la integración de PCTE con otros componentes de JCWA para permitir la interoperabilidad de las fuerzas de la misión cibernética de los Estados Unidos. La integración anterior no solo reduce el acceso y las cuentas para múltiples sistemas, sino que también alimenta sin problemas la respuesta de datos a la plataforma de combate. Por ejemplo, las fuerzas armadas de los Estados Unidos están llevando a cabo un trabajo piloto inicial para ingresar e incorporar los datos de PCTE en el componente JCC2-Project IKE.

El Pentágono entregó formalmente el Proyecto IKE al Comando Cibernético de los Estados Unidos en abril de 2021 y está sirviendo como punto de referencia para herramientas cibernéticas clave para su fuerza de misión cibernética. El proyecto IKE es considerado un precursor del JCC2, uno de los pilares del JCWA, a disposición del Cyber Command estadounidense.

El JCC2 busca integrar datos de una variedad de fuentes para ayudar a informar y apoyar la toma de decisiones de los comandantes; evaluar la preparación hasta el nivel individual; visualizar el ciberespacio y dar conciencia situacional a todos los niveles de fuerzas de combate.

El proyecto IKE permite a los usuarios de toda la cadena de mando planificar, preparar, ejecutar y evaluar las operaciones de ciberseguridad. IKE se utilizará para mapear la red y evaluar la preparación de los equipos cibernéticos y las fuerzas de comando en el ciberespacio. IKE permite a los comandantes comprender el estado de los equipos ofensivos y defensivos, así como de las fuerzas amigas y enemigas en el ciberespacio, que es fundamental para su mando y control, y garantizar la disolución de las crisis en los conflictos entre equipos de combate. IKE ya es utilizado por las tropas de combate estadounidenses y actualmente tiene miles de usuarios militares.

El Comando Cibernético de los Estados Unidos planea migrar sus diversos componentes de red de servicio al JCAP. Le proporcionará la infraestructura para misiones ofensivas para el año fiscal 2024. Las fuerzas cibernéticas de servicio se moverán en plataformas de crisis, utilizando las herramientas separadas que ahora operan de manera proactiva y vinculan sus respectivas actividades en el ciberespacio más estrechamente. El Ejército planea retirar sus actuales herramientas cibernéticas ofensivas en 2024 y luego pasar al JCAP. El Ejército está desarrollando la herramienta para el Comando Cibernético de los Estados Unidos y el Ejército, que se desplegará en cuatro comandos de operaciones de misión conjunta: el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y el Cuerpo de Marines, que ya han firmado un memorando de entendimiento.

El JCAP utiliza un enfoque innovador de adquisición de software y el sistema se actualiza trimestralmente para agregar nuevas funcionalidades, dando así al Ejército la libertad de continuar repitiendo y agregar gradualmente más funcionalidades al sistema en sí. En diciembre de 2020, Mattel Technologies anunció que se había adjudicado un contrato de 265 millones de dólares estadounidenses para respaldar el proyecto durante 42 meses.

Además, el Ejército de los Estados Unidos otorgó un contrato de 2.400 millones de dólares a 14 empresas para proporcionar servicios de TI para el complejo nacional de rango cibernético. Las compañías proporcionarán planificación y ejecución de incidentes, seguridad y protección del sitio, gestión de TI y servicios de modernización del alcance, así como soporte operativo para los militares en misiones cibernéticas. El National Cyber Range es, por lo tanto, un programa del Ejército de los Estados Unidos centrado en mejorar la resiliencia del campo de batalla mediante la creación de un entorno ciberespacial operacionalmente representativo para las respectivas pruebas de misión, entrenamiento y simulaciones. Como parte del Conjunto de Capacidades 21, el Ejército planea implementar una herramienta llamada Conciencia Situacional Cibernética para preparar a las unidades para el combate tan pronto como este año. Cyber Situational Awareness es una herramienta diseñada específicamente para comandantes en el terreno, no destinada a su uso en operaciones en el ciberespacio, sino para ayudar a los comandantes a percibir mejor las situaciones cibernéticas y electromagnéticas para tomar decisiones más informadas. (1. continuación)

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

©2022-saeeg®