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XXXIII CUMBRE DE LA UNIÓN AFRICANA: SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS E INTEGRACIÓN CONTINENTAL

Yoslán Silverio González*

Según las normas establecidas por la organización continental africana, a principios de año, la Unión Africana (UA) celebra su máxima reunión a nivel de Jefes de Estado y Gobierno en su sede en la capital etíope. En esta ocasión, la XXXIII Cumbre de la UA tuvo como lema principal “Silenciar las armas: crear condiciones propicias para el desarrollo de África”. Una vez más, los líderes africanos se reunieron para discutir y analizar sobre los principales retos en materia de seguridad que enfrenta el continente. En este sentido, el tema fundamental fue profundizar en la reducción y/o eliminación de los conflictos armados que aun aquejan a diferentes regiones del continente y adoptar políticas encaminadas a fortalecer el diálogo político y la mediación por parte de los organismos africanos, sin interferencias extranjeras. Las discusiones sobre las causas de los conflictos, sus consecuencias y las maneras de solucionarlos, han estado siempre dentro de la agenda de los diferentes cónclaves africanos. Este año 2020, la UA centrará todo su esfuerzo en lograr una mayor reducción de los enfrentamientos armados.

El segmento de alto nivel de la XXXIII Cumbre de la UA, desarrollado entre el 9 y el 10 de febrero de 2020, estuvo presidido por las sesiones del Comité de Representantes Permanentes – 21 y 22 de enero –, la reunión del Consejo Ejecutivo – los días 6 y 7 de febrero – que reúne a los Ministros de Relaciones Exteriores, así como debates en diferentes sesiones, donde los principales funcionarios de la Comisión y otros órganos de la UA presentaron sus respectivos informes.

Entre las cuestiones abordadas por los máximos líderes africanos destacaron la condena al llamado plan estadounidense “Acuerdo del Siglo” con respecto a Palestina. En su discurso inicial, el Presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat casi dio inicio a su intervención criticando este plan de Estados Unidos. Planteó que éste constituía una violación de múltiples resoluciones de la ONU y que desconocía los derechos del pueblo palestino. Señaló que su aplicación generaría más tensiones en la región del Medio Oriente. De igual manera, se ratificó el apoyo de la UA a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y la necesidad de trabajar en conjunto con la ONU para lograr la autodeterminación del pueblo saharaui.

Entre los problemas abordados por Moussa Faki estuvieron las afectaciones ocasionadas en varios países producto de desastres naturales: las inundaciones en Zimbabwe, Malawi y Mozambique, la plaga de la langosta en Etiopía, Uganda y Kenya —la cual comenzó a afectar a Sudán del Sur— y amenazas de hambrunas en otros países de la región del África Austral. El alto funcionario expresó su solidaridad con el pueblo chino por la pandemia del coronavirus. También hizo en repaso por los principales conflictos en la región, en particular el tema del terrorismo, sobre el cual señaló que estaba muy lejos de ser erradicado. Con respecto al conflicto libio se opuso a una solución militar de la crisis y que se debían implementar las iniciativas del Comité de Alto Nivel de la UA sobre Libia presidido por el mandatario Denis Sassou Nguesso, de acuerdo con el principio defendido por la UA de aplicar soluciones africanas a los problemas africanos, sin interferencias extranjeras.

Otros de las cuestiones abordadas en las intervenciones de los mandatarios fue el relacionado con el empoderamiento de la mujer, el logro de la paridad e igualdad de género —es decir lograr la paridad en los porcentajes de la mujer en cargos decisorios—, y su protección frente a la violencia. En este sentido, el mandatario sudafricano Cyril Ramaphosa, en su discurso de aceptación del cargo como Presidente pro témpore de la UA, planteó que el decenio 2020-2030 fuese declarado como “Década sobre la Inclusión Económica y Financiera de la Mujer Africana” e hizo un llamado a fortalecer el trabajo de la Organización Panafricana de Mujeres (PAWO, por sus siglas en inglés) que fuera creada incluso un año antes de la OUA, en 1962. Ramaphosa declaraba la necesidad de que las mujeres fuesen incorporadas a las estructuras de toma de decisión en gobiernos, parlamentos y otros sectores, obteniendo, al menos, una representación de hasta el 50%.

También se realizó por parte del Presidente de la Comisión un balance de los avances alcanzados en 2019 en el trabajo de la organización. Se siguió el proceso de reforma institucional con la restructuración y mejoría en la rendición de cuentas dentro de las estructuras de la Comisión, se avanzó en la división de funciones entre la Comisión y las Comunidades Económicas Regionales (RECs, por sus siglas en inglés), así como en la implementación del nuevo sistema de financiamiento de la UA, que busca disminuir su dependencia de los donantes extranjeros. Para el 2020 se deben seguir los pasos hacia la culminación del proceso de implementación del Área de Libre Comercio Continental (AfCFTA, por sus siglas en inglés) para lo cual es necesario seguir desarrollando las infraestructuras.

Sin embargo, quedaba pendiente la adopción del Protocolo de Libre Movimiento de Personas y Bienes. Este instrumento ha sido firmado por 33 países, pero solo cuatro Estados lo han ratificado. De igual forma, otro tema por concluir sería el relacionado con el completamiento de los cargos del Secretariado General del AfCFTA, el cual va a radicar en la capital ghanesa. En esta Cumbre se decidió nombrar como Secretario General del AfCFTA al sudafricano Wamkele Mene. El presidente de Ghana, Nana Addo Dankwa Akufo-Addo, afirmó que el Secretariado General estaría ya en completo funcionamiento para finales de marzo del presente año para lo cual su país había contribuido con 3 millones de dólares y organizado, durante el mes de diciembre de 2019, seis reuniones diferentes sobre el AfCFTA. Están realizando todos los esfuerzos para que el Área de Libre Comercio Continental entre en funcionamiento en julio del presente año. Con vistas a ajustar la implementación de dicha zona de libre comercio, Sudáfrica acogerá una Cumbre Extraordinaria de la UA, el 1 de julio próximo.

En el plano político, Moussa Faki destacó que al concluir el año 2020 se debían de haber organizado un total de 40 procesos electorales en 31 países, sumando los realizados ya en 2019. Este es un tema importante, porque muchas veces, la celebración de los comicios constituye una de las vías por excelencia para la solución de las crisis políticas y los conflictos. Por lo tanto, la buena ejecución de los mismos y en los calendarios previstos, es una garantía para que no se produzcan o agudicen posibles crisis políticas por problemas electorales.

A pesar de la continuación de determinados conflictos en el continente, el Presidente de la Comisión indicó ciertos avances experimentados por ejemplo en Sudán. En este país, el proceso de mediación africano condujo al acuerdo que estableció las Instituciones de Transición: el Consejo Soberano y el Gobierno Civil, los cuales están en negociación con los diferentes grupos armados. Hizo un llamado a que Estados Unidos eliminara a Sudán de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. Como sabemos, esta lista es realizada de manera unilateral por Washington. Con respecto a Somalia indicó los esfuerzos realizados por la Misión de la Unión Africana en este país (AMISOM, por sus siglas en inglés) en su lucha contra el terrorismo del grupo Al Shabaab. También reconoció los discretos avances en materia de reconciliación dentro de Sudán del Sur desarrollados sobre todo por la IGAD en la formación de un gobierno de Unidad Nacional, aunque todavía quedaba mucho por hacer. Sudáfrica, en el marco del tema que la UA priorizará durante este 2020, dará prioridad a las acciones en torno a la gestión de los conflictos de Sudán del Sur y Libia. Con este propósito, en la ciudad de Johannesburgo se celebrará una Cumbre Extraordinaria, en el mes de mayo, para perfilar la hoja de ruta a seguir en torno a los diferendos africanos más críticos.

De todas maneras, persisten los conflictos armados de diferentes características y alcance dentro de África, cuyas consecuencias humanitarias todavía no logran ser mitigadas. Moussa Faki, en otra parte de su discurso, detalló como parte de las tensiones que se generan en determinados escenarios políticos en África las disputas pre y postelectorales, los conflictos intercomunitarios, el deterioro de las condiciones climáticas y los trastornos en los sistemas de economía tradicional, lo cual incrementa la competencia por el acceso a recursos vitales para dichas comunidades. Incluso hizo referencia a las disputas entre Estados africanos, al menos en el plano político-diplomático. La combinación de todos estos factores, junto a su manipulación por parte de algunas élites con fines políticos —planteó Moussa Faki— crean las condiciones para el aumento de la violencia.

En el 2013, la UA había adoptado un Plan de Acción con el propósito de terminar con los conflictos armados en el 2020, impulsando su propia agenda de seguridad. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, este objetivo no pudo ser cumplido y dadas las condiciones existentes en los países afectados por estos conflictos, es poco probable que se logre su completa eliminación en el corto plazo. Sin embargo, persiste la voluntad política en avanzar, en todo lo que se pueda, para alcanzar este objetivo. Al respecto, la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (UNECA), la camerunesa Vera Songwe planteó en su intervención, que el número de países africanos con conflictos armados, en alguna parte de su territorio, se había triplicado en los últimos 15 años, desde 2005.

Esta afirmación la realizó al citar datos del Instituto de Investigaciones para la Paz de Oslo. Según este centro, en 2005, seis países africanos tenían conflictos activos y siete conflictos armados. Para el 2019, según este mismo informe, 17 países africanos tenían un conflicto armado, por lo tanto, la situación había transitado para peor. La UA al respecto afirma que se ha producido una reducción en el número de los conflictos en la última década, en comparación con períodos anteriores, mientras existen solo unos pocos que ya llevan más de 30 años, Somalia, y el este de la República Democrática del Congo (RDC), desde 1996, que son de larga data. Según directivos de la UA, el número de conflictos activos en África asciende a la cifra de 14.

Una valoración objetiva de la situación de los conflictos en África —que sigue siendo una realidad— no puede sustentarse solo en números redondos, puesto que las situaciones en las que se dan estos conflictos son muy variadas. Primero habría que preguntarse cuáles serían los presupuestos para definir un conflicto armado, una guerra civil, acciones terroristas o enfrentamientos intercomunitarios. Por lo tanto, se está en presencia de un proceso mucho más complejo que habría que analizar caso por caso. Por solo citar dos ejemplos, en 2005, Sudán todavía no se había dividido en dos países y en Côte d´ Ivoire había una guerra civil (2002-2007) que ya concluyó. Por lo tanto, mientras en unos países se activaban los conflictos armados en otros concluían. También, una parte de ese supuesto incremento —indicado por el dicho Instituto en Oslo — tiene que ver con el terrorismo que comenzó a tomar fuerza en el Sahel occidental a partir de 2007 y 2014, en países como Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad y Camerún, con acciones muy puntuales y concentrando sus ataques en las zonas rurales y más apartadas. De todas maneras, a pesar del aumento del terrorismo, no es un fenómeno que se haya comportado por igual en todos los países ni que se haya generalizado en el continente.

Por otra parte, se han mantenido los mismos conflictos armados —estructuralmente más complejos y de mayores dimensiones— en Somalia, en la República Centroafricana, en el este de la RDC, Sudán y desde 2013, en Sudán del Sur. Si hacemos un análisis con una perspectiva histórica mucho mayor, tendríamos que se ha producido una reducción drástica de la cantidad de conflictos desde la década de 1990 hasta la actualidad. También se han eliminado prácticamente los golpes de Estado: en 2019 solo hubo una sola acción militar que derrocó a Omar al Bashir en Sudán.  Mientras, la tendencia ha sido al surgimiento de crisis políticas coyunturales que han sido oportunamente abordadas y solucionadas. En estos resultados, han desempeñado un rol decisivo, los mecanismos de integración subregionales y de la UA, en cuanto a los procesos de mediación y al envío de misiones de observación durante el desarrollo de los comicios. Aun así, mientras exista un solo conflicto en el continente, la UA seguirá adoptando todas las medidas políticas pertinentes para lograr su erradicación, por lo que silenciar las armas en África estará dentro de las principales prioridades de los líderes africanos.

Un momento significativo dentro de la Cumbre fue la elección del nuevo Presidente de turno de la UA. Las riendas de la organización pasaron por segunda vez —la primera fue en 2002 cuando se creara la UA— a manos de Sudáfrica, como ya se indicó. El presidente egipcio Abdel Fattah el Sisi entregó el liderazgo continental al presidente sudafricano Cyril Ramaphosa. Sudáfrica también asumió la dirección del Mecanismo Africano de Evaluación Periódica (African Peer Review Mechanism, APRM) hasta el 2022 e hizo un llamado a que el resto de los países africanos ratificasen este mecanismo donde hay solo 40 Estados africanos. El mandatario ruandés, Paul Kagame fue electo presidente de la Agencia para el Desarrollo de la UA —Nueva Asociación para el Desarrollo de África (African Union Development Agency— New Partnership for Africa’s Development, AUDA-NEPAD), aprovechando su experiencia al frente de varios procesos políticos dentro de la organización, entre ellos, haber dirigido el relacionado con la reforma institucional.

Sudáfrica también será la sede de dos Cumbres extraordinarias: una en el mes de mayo para debatir el tema del año —sobre cómo silenciar las armas en el continente— y la 13 Cumbre Extraordinaria del AfCFTA a desarrollarse el 1ro de julio. Como parte del proceso de reforma institucional la Cumbre ordinaria de medio año que celebraba la UA fue eliminada, por lo que el resto de las que se convoquen tendrán carácter extraordinario y se pueden hacer en cualquier fecha que se decida. Bajo la presidencia de Sudáfrica, la UA seguirá apostando por el multilateralismo y el fortalecimiento de las relaciones con la ONU. En la arena internacional, uno de sus retos mayores será seguir presionando por lograr una reforma dentro del Consejo de Seguridad de la ONU y alcanzar una mayor representatividad africana dentro del Consejo e incluso alanzar derecho al veto. También los líderes africanos plantearon sus esfuerzos por hacer cumplir el Acuerdo de París sobre Cambio Climático y trabajar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU. Con este fin, también acompañan a Sudáfrica como parte de la Troica de la UA, Egipto como presidente saliente y la República Democrática del Congo, al ocupar la Vicepresidencia de la UA. Esto indica que la Presidencia de la UA en 2021 pasará a ser ejercida por Félix Tshisekedi, presidente de la RDC. El actual mandato de la Comisión concluye en este 2020, por lo que el 2021 será además un año de elección o ratificación de los principales cargos que conducirán el trabajo diario de la UA en la próxima etapa.

Las Cumbres de la UA constituyen un momento importante para evaluar el trabajo de la organización y plantearse nuevos objetivos. En este foro se seleccionan o ratifican los principales cargos, se adopta el presupuesto para el año en curso y se establecen las líneas de trabajo y los objetivos a cumplir hasta el próximo período. Las cumbres también se confirman como el foro de concertación política más importante del continente y un momento crucial para la coordinación de las agendas y la valoración de los avances realizados en temas cruciales para el continente. Uno de estos temas neurálgicos, además de la eliminación de los conflictos, será el fortalecimiento del proceso de integración económica a nivel continental, manteniendo el principio de african solutions to african problems.

 

Bibliografía consultada

“AfCFTA Secretariat Will Be Operational By 31st March” – President Akufo-Addo Assures AU.  9 February 2020. Disponible en: http://presidency.gov.gh/index.php/briefing-room/news-style-2/1493-afcfta-secretariat-will-be-operational-by-31st-march-president-akufo-addo-assures-au?fbclid=IwAR2okeuxlWdAfT0x8ZP9H92YLWdrGrxV6E4r7xwKVfJyp50d7nJnojZjxeQ

Acceptance Statement by South African President H.E. Cyril Ramaphosa on assuming the Chair of the African Union for 2020. February 09, 2020. Disponible en: https://au.int/en/speeches/20200209/acceptance-statement-south-african-president-he-cyril-ramaphosa-assuming-chair

Arranca en Addis Abebala 33ª Cumbre ordinaria de la UA con presencia del Presidente saharaui. Addis Abeba, febrero 09, 2020. Disponible en: https://www.ecsaharaui.com/2020/02/arranca-en-addis-abebala-33-cumbre.html

AU leaders reject US Middle East Peace plan during Summit. 10/02/2020. Disponible en: http://www.rfi.fr/en/international/palestine-israel-african-union-au-leaders-reject-us-middleast-peace-plan-during-summit

President Ramaphosa assumes chairmanship of African Union monitoring agency. South Africa, 9 February 2020. Disponible en: https://www.iol.co.za/news/south-africa/president-ramaphosa-assumes-chairmanship-of-african-union-monitoring-agency-42378874

President Ramaphosa officially assumes chair of AU for 2020. Disponible en: https://ewn.co.za/2020/02/09/president-ramaphosa-officially-assumes-chair-of-au-for-2020

Sabiiti, Daniel. AU Elects Kagame to Drive Africa 2063 Agenda. February 09, 2020. Disponible en: https://www.ktpress.rw/2020/02/au-elects-kagame-to-drive-africa-2063-agenda/

Statement of H.E. Moussa Faki Mahamat, Chairperson of the African Union Commission at the 33rd Ordinary Session of the Assembly. February 10, 2020. Disponible en: https://au.int/en/speeches/20200210/statement-he-moussa-faki-mahamat-chairperson-african-union-commission-33rd

* Jefe Grupo de África y Medio Oriente. Centro de Investigaciones de Política Internacional. Cuba.

EL REINO JÁZARO. SU INFLUENCIA DENTRO Y FUERA DEL CÁUCASO

XXVI Simposio Electrónico Internacional

Cáucaso Meridional.

Un espacio dinámico, relevante en las relaciones internacionales.

Junio de 2014 

República de Georgia – República de Armenia – República de Azerbaiyán

საქართველოს რესპუბლიკა  – Հայաստանի Հանրապետություն – Azərbaycan Respublikası

Marcelo Javier de los Reyes*

El reino kázaro, jázaro, cázaro o khazaro, tuvo su origen a partir de las oleadas de pueblos asiáticos que se expandieron bien temprano a comienzos de nuestra era.

Del pueblo jázaro poco se conoce y la información que poseemos en la actualidad proviene de la historiografía árabe, judía, armenia y del arte bizantino, de antiguas leyendas de esclavos y, sobre todo, por la gran cantidad de restos arqueológicos que dejaron y que permitió la reconstrucción de su sistema socioeconómico[1].

Respecto de sus orígenes étnicos, existen numerosas teorías pero lo cierto es que se trataba de tribus turcas —que nada tienen que ver con lo que hoy conocemos como “turco”— que, al igual que todas las naciones de ese origen, se dividían socialmente entre “jázaros blancos” o ak-jázaros y jázaros “kázaros negros” o kara-jázaros, sin que el color exprese una cuestión racial. Estas tribus consideraban como “blanco” a la nobleza, a los guerreros y a la clase dirigente y como “negro” a las clases más bajas de la sociedad, es decir, a los artesanos, a los plebeyos y a los burgueses.

Étnicamente se los han vinculado a los hunos o a una mistura de hunos con otras tribus turcas, a los uigur de China, a los búlgaros, pero no se ha podido establecer con precisión su componente. Una de las tesis sobre los orígenes de este pueblo es la de Dunlop, autor del libro The History of the Jewish Khazars (1954), quien vincula a los jázaros, lingüísticamente, con la rama ugrofinesa y con el antiguo búlgaro[2].

La hipótesis más probable, sin embargo, continúa siendo la de un origen turcomano, probablemente mixto, habida cuenta que los turcomanos nunca constituyeron un grupo étnico homogéneo ya que su costumbre era incorporar cada población conquistada. Asimismo, el nombre “khazar” parece derivar de la raíz turca “* qaz”, que significa “errante”, lo que coincidiría con su origen nómada[3].

Se estima que se asentaron en la región septentrional del Cáucaso, entre los mares Negro y Caspio, hacia el siglo V. Entre los años 550 y 620 los jázaros estuvieron bajo el dominio del imperio turco de los kokturks pero luego de una serie de guerras civiles, que terminaron disolviéndolo, lograron su autonomía.

Con posterioridad instauraron el Kaganato de Jazaria[4], cuya existencia se extendió hasta el siglo XI. Los jázaros, bien pronto, comenzaron a cambiar sus hábitos nómadas por los de un pueblo sedentario, sin dejar de lado sus virtudes guerreras típicas de los países asiáticos.

Desde ese lugar llegaron a dominar la península de Crimea, la cuenca de los ríos Dniéper, el Don y el Volga. En su momento de mayor expansión llegaron a controlar una amplia región que abarcaba parte de Kazajstán, sur de Rusia, la parte oriental de Ucrania, todo el Cáucaso Septentrional y los territorios de las actuales Georgia y Azerbaiyán, en el Cáucaso Meridional. Debido al control que ejercieron sobre los mares Aral y Caspio, los árabes y persas los llamaron Bahr-ul-Khazar y Daryaye Khazar, respectivamente.

La consolidación del kaganato se produjo mientras reinaba el emperador bizantino Constante II (641-668) lo que, en un primer momento, pareció una situación amenazante para el imperio porque puso en peligro la política bizantina de estados satélites. Los búlgaros fueron desalojados, en primer lugar, de la estepa rusa meridional del Azov por los kázaros y empujados hacia el sur[5].

El kaganato kázaro estaba emplazado en un área estratégica desde el punto de vista comercial. Las rutas caravaneras cruzaban en sus alrededores por lo que supieron construir su dominio sobre el comercio y la libre circulación de mercancías —maderas, pieles, sal, esclavos, caballos, piedras preciosas, sedas, especias, etc.—, ejerciendo la protección del tránsito de las caravanas mediante el cobro de una moderada tasa del 10%. Para llevar a Europa ciertos productos, como la seda, las especias y los perfumes de la India y del Lejano Oriente, los bizantinos tenían dos puntos de contacto para el tráfico comercial con Asia: Trebisonda, puerto del mar Negro, era el centro del comercio con Persia y Bagdad; Chérson, en el sudoeste de la península de Crimea, era el punto de contacto con el kanato kázaro[6] [7].

Las rutas que atravesaban el Cáucaso en camino a Damasco o a Bagdad, así como las que franqueaban los mares Caspio y Aral hacia el Hindu Kush por Samarcanda, pasaban por la capital del kanato, Itil, ubicada junto al Volga inferior.

Los jázaros no fueron un pueblo de comerciantes sino que vivían de los impuestos que gravaban las mercancías en tránsito

Además de Itil, fundaron otras ciudades como Balanjar y Dagestán y, junto al mar Caspio, Samandara.

La conversión

Si bien era un pueblo de las estepas que practicaba una religión chamánica basada en la adoración de Tingri —el dios creador de la naturaleza—, en 740 el rey Bulán se convirtió al judaísmo y con él la dirigencia kázara y la mayor parte de la población. El filósofo y médico judío español Yehudah Ben Samuel Halevi, nacido en Navarra en 1075 y fallecido en Jerusalén en 1141, reconocido como uno de los máximos exponentes de la literatura hispanohebrea, escribió el Libro del Jazar (El Kuzarí), originalmente escrito entre 1130-1140 en árabe bajo el título de Kitab alhuyya wa-l-dalil fi nusr al-din al-dalil, en el que en cinco discursos emprende una defensa de la “religión menospreciada”. En El Kuzarí, Halevi presenta a un rey pagano —el rey de los jázaros— quien desea conocer la verdadera religión y que tras citar a filósofos aristotélicos, a cristianos y a islámicos, sólo encuentra la verdad en las fuentes bíblicas del judaísmo, de las que ya tenía conocimiento pero que sólo un sabio judío ortodoxo desvela en toda su verdad e integridad. El Kuzarí es una verdadera apología del judaísmo y de lo que Halevi llama “la verdadera revelación”. Sin embargo, es evidente que las razones que llevaron al jan Bulán a su conversión también, o más probablemente, fueron políticas y económicas pues adoptando el judaísmo no quedarían dependientes del Imperio Romano de Oriente ni del Califato de Bagdad.

Cabe destacar que pese a que sus dirigentes se convirtieron al judaísmo, en Jazaria existió una tolerancia religiosa y dentro de su territorio pudieron convivir cristianos, islámicos y paganos.

Obadia, nieto de Bulán, consolidó la nueva religión atrayendo a rabinos y construyendo numerosas sinagogas. La conversión favoreció el asentamiento en el territorio, intensificó el proceso de urbanización y fomentó la economía basada en la pesca, la ganadería y la agricultura. Del mismo modo, los kazares recibieron a numerosos emigrantes judíos perseguidos en Grecia[8].

La máxima autoridad era el jan o kagán, el rey, pero existía otra institución de gobierno, un tribunal, que contaba con dos jueces judíos, dos cristianos, dos musulmanes y un bárbaro[9].

Después de 830 el judaísmo se habría convertido en la religión del Estado pues los hallazgos arqueológicos rebelan nombres hebreos en la numismática (Zacarías, Isaac, Josef, Abdías, etc.), que serían los nombres elegidos por cada jan al momento de su coronación.

Jazaria y el Imperio Romano de Oriente

Prácticamente desde su fundación el kaganato kázaro fue un aliado del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino. En el siglo VII el imperio vivía una situación crítica cuando los persas sasánidas acechaban en Siria, Egipto y Asia Menor. El reino ávaro presionaba desde los Balcanes empujando a los eslavos constantemente hacia el sur y los propios ávaros llegaron hasta las murallas de Constantinopla[10]. Cuando todo parecía perdido para el imperio, en 622 el emperador Heraclio (610-640) en persona inició la contraofensiva bizantina contra los persas, respaldada por un tratado de paz con los ávaros y apoyada por un fuerte fervor religioso en Constantinopla, sólo comparado con el que se vivió en época de las Cruzadas. Heraclio emprendió una peligrosa estrategia ofensiva, estableció su base de operaciones en territorio de Armenia y del Cáucaso[11]. Desde allí se lanzó a atacar el centro del poder persa recuperando no sólo sus antiguas provincias sino también sumando nuevos territorios de Armenia[12].

Los jázaros, entre los años 622 a 628, apoyaron al emperador Heraclio en tres campañas contra los persas, un enemigo común, y tomaron Ctesifonte. Luego regresaron por Harrán, Armenia y Tiflis, llevando consigo a pobladores judíos, rabinos incluidos, quienes tenían en Harrán una comunidad numerosa, a los que establecieron en las ciudades kázaras.

Heraclio culminó su campaña en la Batalla de Nínive —ya no contaba con los kázaros, quienes se habían retirado— en la que los bizantinos vencieron al ejército persa comandado por Rhahzadh. Entonces Heraclio marchó hacia Mesopotamia y el oeste de Persia, saqueando Takht-e Soleiman y el palacio de Dastugerd, donde recibió noticias del asesinato de Cosroes II.

El tratado entre los jázaros y Heraclio, en 626, abrió las puertas a una estrecha colaboración entre las partes que se mantuvo hasta el siglo IX y en la que los jázaros apoyaron la lucha defensiva del imperio contra los árabes mediante ataques en los flancos de la región caucásica y Armenia[13].

Por razones políticas se celebraron dos matrimonios entre princesas jázaras con miembros de la casa imperial bizantina. Una fue esposa de Justiniano II (741), la otra de Constantino V (775)[14]. De esta última unión nació León (León IV), conocido como “León el Jázaro”.

La alianza con los jázaros contra el Islam le aseguró al Imperio Romano de Oriente la frontera oriental de Asia Menor.

Durante el reinado de Teófilo (829-842), a petición del jan jázaro, fueron enviados especialistas y obreros a través del mar Negro, hasta el Don, donde levantaron una fortaleza en Zarkel, la llamada fortaleza de “Los Ladrillos Blancos”, defendida por 500 soldados, que constaba de una ciudadela, cuatro torres y dos puertas además de poseer espacio para albergar caravanas y viajantes, un centro para habitantes, además de haber servido para el asentamiento humano y el desarrollo de industrias a su alrededor debido a la relativa seguridad que brindaba la fortaleza. Esta importante expedición fortaleció la colaboración militar entre jázaros y bizantinos con los árabes[15].

Esta alianza en la que los jázaros impedían el paso de los árabes a través del Cáucaso impidió su invasión a Europa Oriental. 

Las relaciones con los árabes y la desaparición del reino jázaro

Entretanto, las hostilidades con el Califato continuaron y se produjeron incursiones a uno y otro lado del Cáucaso. El príncipe Khazar Barjik, al mando de las tropas jázaras, invadió el noroeste de Irán y, en 730, derrotó a las fuerzas omeyas en Ardabil. Siete años más tarde, el príncipe murió cuando las huestes del califa ocuparon brevemente Itil, oportunidad en la que, probablemente, obligaron al jan a convertirse al Islam. La propia inestabilidad de los omeyas impidió mantener la ocupación de la capital jázara por lo que el reino recobró su autonomía. Es luego de este hecho que se adopta el judaísmo por lo que algunos historiadores consideran que la idea de tomar el judaísmo como religión de Estado significó una reafirmación de la independencia del janato.

Si bien los jázaros mantuvieron alejados de Europa del este a los árabes durante varios años, ante la fuerte presión de las tropas enemigas fueron obligados a retirarse al oeste de la región del Cáucaso, una zona limitado por el mar Caspio al este, desde las estepas al norte del Mar Negro y el Dniéper, en el oeste. En ese sitio lograron reconstruir sus fuerzas logrando que los abasíes y los omeyas decidieran poner fin a las hostilidades. En 758 el califa abasí Abduláh al-Mansur ordenó a Yazid ibn Usayd al-Sulami, el gobernador militar abasí de Armenia a desposar a una noble jázara y, de ese modo, sellar la paz. Por razones que se desconocen, probablemente en un parto, la joven princesa murió y sus asistentes retornaron a Itil con la convicción de que alguna facción del califato la había envenenado. Ante esto su padre reaccionó y el general jázaro Ras Tarkán invadió el Noroeste de Irán, saqueando la región durante varios meses. Desde entonces las relaciones entre las partes mejoraron, lo que permitió que Jazaria lograra su mayor apogeo hacia el siglo IX, convirtiendo a los eslavos orientales, magiares, pechenegos y otras tribus en sus tributarios. El país logra un desarrollo y una riqueza de consideración en el mundo de su época. Muchos artefactos jázaros fueron encontrados en todas las áreas de Medio Oriente y en muchos sitios arqueológicos de los Balcanes[16].

En el siglo X se conformó una alianza de pueblos escandinavos y eslavos —que dieron origen al pueblo ruso—, los que en 966, bajo la conducción del príncipe de Kiev Svyatoslav Igorevich, atacaron a los jázaros provocándoles su mayor derrota y la destrucción de la fortaleza de Zarkel. Dos años después cayó Itil y las fuerzas rusas lograron arrinconar a los jázaros en la península de Crimea hasta que, en 1016, una expedición combinada ruso-bizantina puso fin al reino.

A partir de ese momento los jázaros comenzaron a dispersarse por Europa (Polonia, Rusia, Ucrania, Hungría) mientras que los restos del reino desaparecieron en el siglo XIII ante el avance de Genghis Khan.

El mapa muestra la expansión de los jázaros desde el 650 hasta alcanzar su mayor apogeo

En el siglo IX, cuando los cruzados se instalaron en Jerusalén, procedieron a la expulsión de los judíos de la comunidad caraíta[17] de Jerusalén. Un número considerable de caraítas se establecieron en Jazaria cuando el rey se convirtió al judaísmo pero esa comunidad tuvo mayor presencia en Crimea, último reducto jázaro, con motivo de esa expulsión de Jerusalén.

Arthur Koestler y la decimotercera tribu

La Biblia nos dice que Isaac, hijo de Abrahán, casado con Rebeca, tuvieron dos hijos: Esaú y Jacob. Este último, astuto y cuyo nombre significa “el impostor” o “el que suplanta”, tuvo doce hijos que se convirtieron en las doce tribus de Israel. Tras su arrepentimiento y conversión Dios le cambió el nombre a Jacob por el de Israel, que significa “el que lucha con Dios” (Gn 32, 29).

El libro del Génesis relata los orígenes del pueblo de Israel. Las doce tribus descienden de los doce hijos de Jacob pero en la región del Cáucaso existió un pueblo que adoptó el judaísmo como su religión y sobre el cual escribió Arthur Koestler en su libro “La decimotercera tribu” (1976).

Arthur Koestler nació en 1905 en Budapest, Hungría, en el seno de una familia de clase media. Hacia la década de 1930 se incorporó al Partido Comunista y en 1932 viajó a Rusia donde escribió Of White Nights and Red Days, libro de propaganda financiado por la Internacional Comunista[18]. Luego del triunfo de Adolf Hitler en Alemania, Koestler se sumó al grupo de alemanes exiliados en París, donde trabajó con Willi Münzenberg (Erfurt, Alemania, 1889, – Saint-Marcellin, Isère, Francia, 1940), activista político comunista, quien fue el primer presidente de la Internacional Comunista de la Juventud en 1919-1920 y luego de ser un destacado propagandista del Partido Comunista Alemán (KPD) durante la República de Weimar, se desencantó de su ideología tras la gran purga de Stalin, llevada a cabo en la década de 1930. En 1936, Koestler viajó a España, probablemente como espía de Munzenberg, donde fue arrestado por sus actividades políticas y liberado luego de la intervención del gobierno británico en ese sentido[19]. En 1938 renunció al Partido Comunista por los mismos motivos que Willi Münzenberg, aunque siguió creyendo en la utopía bolchevique hasta que la bandera nazi fue izada en el aeropuerto de Moscú y la banda del Ejército Rojo ejecutó Horst Wessel Lied en honor del ministro de Asuntos Exteriores de Hitler, Joachim von Ribbentrop, quien llegaba a la Unión Soviética para firmar el pacto germano-soviético[20]. Durante la guerra fue confinado en Francia, donde escribió su libro El cero y el infinito, en el que denunció los abusos realizados en nombre de la ideología. Liberado de su confinamiento se trasladó al Reino Unido, alistándose en el Pionner Corps. Luego pasó a desempeñarse en el Ministerio de Información para realizar la propaganda antinazi, lo que le permitió obtener la ciudadanía británica[21].

Arthur Koestler

Hacia 1948 dictó varias conferencias en los Estados Unidos, en las que criticaba la política de Stalin y exhortaba a los jóvenes a abandonar su radicalismo de izquierda a la vez que reclamaba un mayor compromiso de los intelectuales progresistas en los destinos de la nación y les solicitaba “que ayudasen a la elite del poder en su misión de gobernar”[22]. En esa oportunidad mantuvo contactos con William Donovan, quien fue el responsable de la Office of Strategies Services (OSS) durante la Segunda Guerra Mundial y de la creación de la CIA. La inteligencia estadounidense mostró su interés por Koestler, al igual que por numerosos intelectuales de izquierda desencantados del comunismo, y lo incorporó a su “campaña cultural”, el “Congreso por la Libertad Cultural”, una tapadera de la CIA destinada a difundir la libertad de expresión como la posesión más preciada de la democracia liberal. Koestler participó de ese espacio junto a otros célebres intelectuales y militantes anticomunistas como Franz Borkenau, Melvin Laski o Arthur Schlesinger[23].

En lo que se refiere al tema de este texto es relevante destacar otra etapa de su apasionante vida. Luego de la caída de la “Comuna húngara”, del derrocamiento del gobierno comunista de Béla Kun, asumió el gobierno el almirante Miklós Horthy, quien desempeñó el cargo de Regente de Hungría desde marzo de 1920 hasta octubre de 1944. Durante esos años encabezó un régimen calificado como “sistema autocrático conservador” con algunos “elementos esenciales del fascismo”. Koestler escapó de Hungría con su madre y se instaló en Viena y entre 1922 y 1929 se integró al sionismo como seguidor de Zeev Jabotinsky. Partió hacia Palestina donde vivió y trabajó en un kibutz. A su regreso a Berlín, ingresó clandestinamente en el Partido Comunista en 1931.

Un biógrafo de Koestler, David Cesarani, lo definió como una “mente sin hogar” que, antes de afiliarse al Partido Comunista, asumió la causa sionista del revisionista Zeev Jabotinsky y trabajó en Palestina, hasta que se desencantó de los pasos que daba la dirigencia israelí[24]

Para cerrar el capítulo de su vida, cabe mencionar que en marzo de 1983 Koestler, a los setenta y siete años, se suicidó en su casa de Londres luego de ingerir una dosis mortal de barbitúricos junto a Cynthia Jefferies, su tercera mujer. Sufría la enfermedad de Parkinson pero una leucemia linfática crónica en fase terminal agravó su cuadro. Durante los últimos años de su vida había defendido la eutanasia a través de la organización Exit, que patrocinaba el derecho a la muerte voluntaria[25].

Koestler, en su obra La decimotercera tribu de Israel, dice que en la misma época en que Carlomagno se hacía coronar emperador de Occidente, “el extremo oriental europeo que va desde el Cáucaso al Volga, se hallaba dominado por un Estado judío, conocido por el nombre de imperio jázaro”[26]. El país de los jázaros que tuvo su período de apogeo entre los siglos VII y X, dice Koestler, era un “pueblo étnicamente turco” que “ocupaba una estratégica posición entre el Caspio y el mar Negro, sobre los extensos caminos de paso en que confluían las potencias orientales de la época”.

Arthur Koestler y su tercera esposa, Cynthia, pocos meses antes de su suicidio. (British Library Board Random House)

Koestler confirma lo que dice la historia acerca de que el reino jázaro servía como un “Estado-tapón” que protegía a Bizancio de las invasiones de las tribus bárbaras septentrionales (búlgaros, magiares, etc.), luego de los vikingos y rusos, así como también de los ataques de los árabes cuando se lanzaron a llevar el Islam a otras tierras luego de la muerte del profeta Muhammad, en 632. Los ejércitos jázaros frenaron el paso de los árabes hacia Europa del este en el Cáucaso del mismo modo que Carlos Martel los detuvo en la batalla de Poitiers en 732.

Koetsler se vale de historiadores como D. M. Dunlop, quien afirma que las guerras entre árabes y jázaros duraron más de cien años. Del mismo modo cita al historiador marxista Antal Bartha, autor del libro A IX-X Szàzadi Magyar Tàrsadalom (1968), quien narra en un párrafo la conversión de los jázaros y agrega que “indudablemente, la aceptación del judaísmo como religión de Estado de un pueblo étnicamente no judío podría ser objeto de interesantes especulaciones”.

Koestler luego dice:

En cambio, lo que sí puede discutirse es la suerte de los kázaros judíos tras la destrucción de su reino, hacia los siglos XII o XIII. En este punto las fuentes muestran una gran debilidad. No obstante, se mencionan distintos establecimientos kázaros, a fines de la Edad Media, en Crimea, Ucrania, Hungría, Polonia y Lituania. De las diferentes referencias fragmentarias podemos obtener una visión de conjunto: la de una migración de tribus y grupos kázaros hacia las regiones de la Europa oriental —principalmente Rusia y Polonia—, exactamente donde habrían de encontrarse, al alba de los tiempos modernos, las mayores concentraciones de judíos. De ahí la hipótesis formulada por varios historiadores, según la cual buena parte, si no la mayoría, de los judíos de Europa oriental —y, en consecuencia, de los judíos del mundo entero— serían de origen kázaro y no semita.

El mismo Koestler se refiere a las “consecuencias de semejante hipótesis” y las “precauciones” de los historiadores respecto a este tema, “cuando no lo evitan deliberadamente”. A esos efectos menciona que en la edición de la Encyclopaedia Judaïca correspondiente al año 1973, el artículo “Kázaros” estaba firmado por Dunlop mientras que el que se refiere a “los judíos kázaros tras la caída del reino” estaba firmado por los editores. En esa sección se afirma que “los karaítas (secta tradicionalista judía), de lengua turca de Crimea, Polonia y otros lugares, han afirmado que estaban emparentados con los kázaros, lo que posiblemente confirmen los testimonios extraídos del folklore y de la antropología, como también de la lengua”.

A través de sus investigaciones y de reiteradas citas de autores que lo precedieron en este estudio, Koestler intenta demostrar que los judíos de los grandes centros de Europa, de Estados Unidos e incluso de Israel descienden de los jázaros. Koestler afirma que “genéticamente estarían más emparentados con los hunos, los magiares, que con la simiente de Abraham, de Isaac, de Jacob”. A continuación asevera que “si esto fuera así, la palabra ‘antisemitismo’ carecería de sentido: únicamente testimoniaría un malentendido compartido a partes iguales por víctimas y verdugos”.

Michael Scammell, autor de una biografía de Koestler, Koestler: The literary and political odyssey of a twentieth-century skeptic, dice que él sufrió mucho a causa del antisemitismo en su juventud y que a pesar de su desencanto en Palestina, la cuestión del Holocausto fue “lo que restauró el interés y la compasión de Koestler por los judíos de Palestina; fue un defensor firme e influyente de un Israel independiente”. Afirma que “nunca fue acrítico en su apoyo a Israel, e irritó a gran cantidad de judíos dentro y fuera de Israel con su teoría de que los judíos de la diáspora debían trasladarse a Israel (cumpliendo la promesa de estar ‘el año que viene en Jerusalén’) o asimilarse, diciendo que era la única forma de acabar con el antisemitismo”[27].

Con su intención de desmantelar el concepto de antisemitismo a partir del origen jázaro, Koestler fastidió a los judíos de la diáspora y su teoría fue utilizada por los líderes árabes y por quienes se oponen a la existencia del Estado de Israel ya que si los actuales judíos no son herederos de los hebreos bíblicos no tienen derecho a ocupar esa tierra.

Como dice Scammell, esa no era lo que pretendía Koestler pero a pesar de haber reafirmado su apoyo a Israel, “reforzó la idea de que el propio Koestler era un antisemita: una ironía amarga”[28].

Nuevas investigaciones

La difusión del libro de Koestler abrió una seria controversia debido a que los judíos askenazi son los descendientes de los jázaros y conforman una considerable mayoría de la actual población judía.

Claramente los sefaradíes son los descendientes de los judíos que llegaron a la península ibérica y al Norte de África a través de siglos de migraciones pero las dudas se ciernen sobre los askenazi.

Max Bery pone en duda la conversión masiva de los jázaros al judaísmo y dice:

La teoría de la conversión en masa quedó vigente hasta los años 90. En 1993, en una de las primeras utilizaciones del marcador del cromosomo – Y -, unos científicos italianos compararon el ADN de Ashkenazim y Sefaradim con no-judíos viviendo en Checoslovaquia, supuestamente representando los posibles descendientes de gentiles de la Europa del Este. Si los judíos eran conversos eslavos las mutaciones tendrían que ser similares. La repuesta fue sorprendente por otros motivos. Por la primera vez había una evidencia poderosa de que los judíos alrededor del mundo compartían un linaje común, procediendo del Medio y Cercano Oriente, prácticamente libre de conversiones. El linaje masculino de los judíos tenía más en común con él de los libaneses que con él de los checos no judíos. Los genetistas estimaron que la contribución de no-judíos masculinos a los genes ashkenazim es muy baja, menos del 1% por generación. Esto fue la primera evidencia genética de que los judíos ashkenazim de hoy día no descienden mayoritariamente de conversos.[29]

Bery no brinda ninguna referencia acerca de esa investigación científica. Sin embargo, nuevas investigaciones abonan la teoría de Koestler.

El historiador israelí Shlomo Sand, profesor de Historia de Europa en la Universidad de Tel Aviv y autor del libro Cuándo y cómo se inventó el pueblo judío, cuestiona algunos principios de la historia sionista oficial. En una entrevista publicada en Publico.es el profesor Sand dice que la Biblia “no es un libro histórico, es un libro de teología” y que “fueron los protestantes, y luego los judíos, los que convirtieron la Biblia en un libro de historia” por lo que, según él, el pueblo judío es una invención cristiana. Dice que el exilio del pueblo judío tras la destrucción del Templo por los romanos, en el año 70 d.C. no existió ya que “los romanos nunca exiliaron a pueblos, algo que sí hicieron los asirios y los babilonios con algunas elites”[30]. Lo que los romanos no permitieron a los judíos es que vivieran en Jerusalén. A su juicio

la historia sionista tomó un mito cristiano del mártir Justino, que fue el primero que dijo, en el siglo III, que Dios había castigado a los judíos con el exilio porque no aceptaron a Jesús. Esa es la primera vez que afirma que los judíos fueron deportados.[31]

Estas afirmaciones no invalidan que los judíos hayan emigrado por el Mediterráneo pero ponen en duda la hipótesis de la “tribu perdida” que bien podría justificar la genética semítica de los jázaros.

Sand habla de un drástico decrecimiento de la población judía desde la época de Adriano, en el siglo II, porque muchos se convirtieron al cristianismo. Sin embargo, a pesar de negar la deportación de los judíos durante el período romano y su emigración masiva, aporta un hecho relevante al afirmar que “es el judaísmo, y no los judíos, el que se expande”. Es decir que alude a una época en que el judaísmo buscaba expandirse, era proselitista. Esta es la razón por la que los jázaros se convierten al judaísmo. En este sentido, Sand agrega que “es curioso que el sionismo reconoce la importancia de los jázaros hasta 1967, y después deja de ser una tesis legítima”[32]. Añade que los judíos de Polonia y de otros países de Europa oriental “sólo pueden venir de los jázaros”. Esto invalida la teoría de que los judíos de esa parte de Europa provinieran de Alemania porque —afirma— en los siglos XII y XIII apenas había sólo unos cientos de judíos en Alemania.

Aunque reconoce que expresar esto hoy es un escándalo, el profesor Sand menciona que en 1918 Yitzhak ben Zvi —quien fue el segundo presidente de Israel— y David Ben Gurion escribieron juntos un libro en el que afirmaban que los palestinos son los auténticos descendientes de los judíos.

Otra investigación corresponde al genetista molecular e investigador postdoctoral del Departamento de Salud Mental de la Universidad de Johns Hopkins, de origen judío, Eran Elhaik, quien llevó a cabo una investigación que sugiere que no hubo una emigración seminal a Alemania o, al menos, el factor alemán no explicaría el origen de la mayoría de los judíos europeos. Eran Elhaik sostiene que procederían del Cáucaso, más precisamente del imperio jázaro[33].

Su estudio, recientemente publicado en internet por la revista online Genome Biology and Evolution de Oxford, titulado “The missing link of Jewish European Ancestry” (“El eslabón perdido de la ascendencia judía europea”), en el que concluye que el genoma de los judíos europeos es una combinación de poblaciones antiguas que incluyen jázaros judaizados, grecorromanos y judíos de la Mesopotamia y su estructura de población se formó en el Cáucaso y en las orillas del Volga, con raíces que llegan a Canaán y a las orillas del Jordán.

Eran Elhaik basó su conclusión en lo que describe como la “hipótesis de khazar” —la que propuso Koestler— que él acepta como una hipótesis razonable que debe ser comprobada. Para su estudio analizó los datos de 1.287 individuos no relacionados “de 8 poblaciones judías y 74 poblaciones no judías”.

Con esos datos genéticos, Elhaik realizó cinco diferentes análisis y todos le llevaron al origen judeo-jázaro de la mayor parte de los alrededor de 13 millones de judíos del mundo. Utilizó la frecuencia de alelos —alternativas de un mismo gen— diferentes entre distintos grupos poblacionales y, tomando a judíos palestinos y caucásicos (armenios, georgianos o azeríes) actuales como base para establecer el linaje, comprobó que el 70% de los judíos originarios de Europa central y occidental y todos los orientales compartían más con los segundos que con los primeros. Sorprendentemente un 15% de los judíos de Europa central son similares a los drusos y a los chipriotas[34].

Su investigación lleva al doctor Elhaik a señalar que existe una fuerte evidencia que los judíos europeos y las poblaciones de Cáucaso tienen un origen común. Considera que “la conversión religiosa de los jázaros abarcó a todos los ciudadanos del Imperio y a las tribus subordinadas y se prolongó durante los siguientes 400 años … los judeo-jázaros huyeron a Europa del este y más tarde emigraron a Europa Central y se mezclaron con las poblaciones vecinas”[35].

Es importante citar en este debate la explicación que el periodista, historiador y genealogista Narciso Binayán Carmona (1928-2008) —quien se desempeñó por muchos años en el diario La Nación de Buenos Aires— brinda acerca del origen étnico de los armenios:

Por tipo racial, en cambio, son esencialmente caucásicos. Los aportes de otras naciones son varios, pero numéricamente débiles: persas desde el este, georgianos por el norte y muchos otros grupos pequeños del mismo núcleo caucásico. El gran mundo de los semitas casi no participa en esta discreta mezcla salvo en el suroeste de la Armenia histórica y ello a través de los asirios. Es típico de la extrema originalidad armenia que esta pequeña nación asiria, hoy prácticamente reducida a tema de historia antigua, sea la única de origen semita con participación numéricamente significativa en el reducido grupo de pueblos vecinos que dieron parte de su sangre al pueblo armenio. Por el contrario, los árabes o los judíos, naciones semitas mucho más importantes y mucho más grandes, prácticamente no aparecen en la mezcla armenia y tampoco tienen ni tuvieron allí presencia numérica de algún monto. Los judíos que había los llevó a Persia el emperador Shapur en 368. A la vez, aquellos armenios con mezcla semita se encontraban sobre sobre todo en las provincias de Mush y de Bitlis, de las que casi no quedaron sobrevivientes en 1915.[36]

De este modo, al determinar quiénes son los armenios, Narciso Binayán Carmona deja en claro que en Armenia, como prácticamente en todo el Cáucaso, la existencia de miembros de comunidades semitas es bastante escasa. Menciona como un caso excepcional a los asirios y dice que se trata de un “tema de historia antigua” porque además de que esa comunidad —que profesa el cristianismo— se fue reduciendo a lo largo de historia, un considerable número de sus miembros perdió la vida junto con los armenios en ocasión del genocidio llevado a cabo por los turcos, que comenzó a fines del siglo XIX y que se agudizó con la llegada de los Jóvenes Turcos al poder, en 1908, tras derrocar al sultán Abdul Hamid II (1842-1918). Entre 1915 y 1924 se produjo la mayor matanza de armenios, en la que también murieron miembros de esa comunidad asiria. Los Jóvenes Turcos fueron liderados por quien se convirtió en presidente de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Atatürk, el “padre de los turcos”, quien al igual que varios de esos jóvenes había sido un converso pues pertenecía a la secta secreta dönmeh, sefaradíes conversos al Islam seguidores del profeta Sabbatai Zevi. Pero esta es otra historia y forma parte de otra discusión.

A modo de conclusión

Los jázaros, cuya historia es poco conocida, tuvieron una gran importancia en la región del Cáucaso al punto que controlaron la Ruta de la Seda y, como pudo apreciarse, su territorio constituyó una zona estratégica por las numerosas rutas caravaneras que lo cruzaban.

Como todo pueblo proveniente de las estepas asiáticas estaba inspirado por un espíritu guerrero que quedó demostrado en su enfrentamiento con el imperio persa y contra los árabes que procuraban cruzar a través del Cáucaso.

Ciertamente, de no ser por el reino jázaro la historia de Europa hubiese sido otra y el Imperio Romano de Oriente hubiese sucumbido algunos siglos antes.

La singularidad de los jázaros fue su conversión al judaísmo, lo que pone en evidencia la actitud proselitista de los judíos de esa época, más aún cuando su número se reducía a causa de la expansión del cristianismo y, a partir del siglo VII, del Islam.

Es probable que por esta razón los judíos jázaros se dispersaran por el resto de Europa llevando no sólo su creencia sino también su cultura, pero perdiéndose en medio de las demás pueblos del continente.

Arthur Koestler, a pesar de las críticas que recibió, sacó a la luz un pueblo que sólo se encontraba en las profundas investigaciones llevadas a cabo por un reducido número de académicos y científicos. Su intención de argumentar contra el antisemitismo puso sobre el tapete un tema que parecería ser que debía mantenerse oculto. Sacarlo a la luz significaba desarmar los argumentos de la dirigencia sionista, la cual es la heredera del pueblo jázaro. Es por esto que puede afirmarse que durante la existencia del reino jázaro su poder y su influencia se proyectaron sobre el Cáucaso y fuera de la región pero, ya desaparecido, siguió perviviendo en las comunidades que se fueron consolidando en Europa oriental y central durante siglos. En la actualidad sobrevive en la dirigencia israelí que aspira a conquistar el Gran Israel —Eretz Yisrael Hashlemah—, el territorio que se describe en el pacto de Dios con Abrahán en el libro del Génesis 15,18:21, el que se extiende desde el Nilo al Éufrates. Sin embargo, la sombra del Israel actual se proyecta también sobre el Cáucaso, como un intento de influir en lo que fuera el reino jázaro.

Para finalizar, desde un punto de vista religioso, puede considerarse que, a partir de lo expresado por los estudios que precedieron al libro de Koestler y por los que se han llevado más recientemente —en este caso coincidiendo con lo expresado por el profesor Shlomo Sand—, los judíos actuales constituyen una comunidad espiritual, cultural y política —en el caso de Israel— en la que no existe un fenotipo reconocible.

 

* Licenciado en Historia (Universidad de Buenos Aires). Postgrado en Política Exterior Argentina (Universidad del Salvador). Profesor de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata. Presidente del Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID).

 

Referencia

[1] Lawrence M.F. Sudbury. “Khazari. Il popolo dimenticato che difese l’europa”. En: Instoria (Rivista online di storia & informazione), N. 7, julio de 2008 (XXXVIII), <http://www.instoria.it/home/khazari.htm>, [consulta: 20/05/2014].

[2] Ídem.

[3] Ídem.

[4] También se utilizan los términos kanato y janato.

[5] Franz Georg Maier. Las transformaciones del mundo mediterráneo. Siglos III-VIII. Madrid: Siglo XXI, p. 302.

[6] Franz Georg Maier. Bizancio. México: Siglo XXI Editores, p. 107.

[7] Jan Dhondt. La alta edad media. Madrid: Siglo XXI, 1978, p. 124.

[8] Ricardo de la Cierva. El tercer Templo: qué es el sionismo en la historia de Israel. Barcelona: Planeta, 1992, p. 77-78.

[9] Idem.

[10] Franz Georg Maier. Bizancio. México: Siglo XXI Editores, p. 70.

[11] Ídem.

[12] Ídem.

[13] Franz Georg Maier. Las transformaciones del mundo mediterráneo. Siglos III-VIII. Madrid: Siglo XXI, p. 303.

[14] Ídem.

[15] Franz Georg Maier. Bizancio. México: Siglo XXI Editores, p. 121.

[16] Lawrence M.F. Sudbury. Op. cit.

[17] Comunidad antitalmúdica. Sus seguidores reconocen la Tanaj como única máxima autoridad, en oposición a los seguidores de la tradición.

[18] Francés Stonor Saunders. La CIA y la guerra fría cultural. Madrid: Debate, 2001, p. 94.

[19] Ibíd., p. 95.

[20] Ídem.

[21] Ídem.

[22] Ibíd., p. 96.

[23] Sobre este tema ver el mencionado libro de Frances Stonor Saunders.

[24] David Cesarani. The Homeless Mind. Estados Unidos: Heinemann, 1998, 496 p.

[25] Joseba Louzao. “Arthur Koestler: la biografía atípica del siglo XX”. En: Fronterad Revista Digital (12/05/2011), <http://www.fronterad.com/?q=arthur-koestler-biografia-atipica-siglo-xx>, [consulta: 27/05/2014].

[26] Arthur Koestler. La decimotercera tribu de Israel. Santa Fe: Garetto Editor, 2007, 250 p.

[27] Daniel Gascón. “Michael Scammell: Koestler, intelectual en movimiento”. En: Letras libres, noviembre 2011, <http://www.letraslibres.com/revista/entrevista/michael-scammell>, [consulta: 20/05/2014].

[28] Ídem.

[29] Max Bery. “Los Ashkenazim, ¿Conversos o hijos de Abraham?” En: Organización Sionista Argentina Filial Córdoba, 22/05/2012, <http://soysionista.blogspot.com.ar/2012/05/los-ashkenazim-conversos-o-hijos-de.html>, [consulta: 10/05/2014].

[30] “El pueblo judío es una invención”. En: Publico.es, <http://www.publico.es/internacional/121692/el-pueblo-judio-es-una-invencion>, [consulta: 12/05/2014].

[31] Ídem.

[32] Ídem.

[33] Seth J. Frantzman. “Terra Incognita: The return of the Khazar myth”. En: “The Jerusalem Post”, 01/02/2013, <http://www.jpost.com/Opinion/Columnists/Terra-Incognita-The-return-of-the-Khazar-myth>, [consulta: 13/04/2014].

[34] Ídem.

[35] Ídem.

[36] Narciso Binayán Carmona. Entre el pasado y el futuro: los armenios en la Argentina. Buenos Aires, 1996, p. 30.

 

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