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SIN MARCHA ATRÁS

Iris Speroni*

Tenían una opción: robar un poco menos.

No quisieron escuchar.

 

En diciembre de 2019 sostuve que «Hoy la República Argentina es inestable no por los que pierden, sino, paradójicamente, por quienes ganan». Me refería y refiero a los desequilibrios macroeconómicos [1] y físicos [2]. Desorden. Caos. Ausencia de paz interior. Lo cual se traduce en freno al crecimiento, caída del nivel de vida, desesperanza y tristeza.

Quienes gobiernan medran con el caos. Las clases gobernantes se benefician con la inflación; de comprar dólares a mitad de precio [3], un negocio de decenas de miles de millones de dólares por año; cobrar intereses del BCRA por 150 millones de dólares por día; lograr condonaciones de impuestos impagos (concesionarias de servicios); obtener concesiones de terrenos y servicios públicos con cánones irrisorios; comprar tierras públicas a precios viles; facturar al Estado el doble y triple de lo que valen las cosas; endeudar al país una y otra vez.

La clase dirigente argentina, a diferencia de otras en otras partes del mundo, no tiene límite. Son adictos terminales. No saben cómo parar.

Por eso la economía y la sociedad están desquiciadas. No existe equilibrio alguno. El poco que hay es gracias a la plebe y no a los gobernantes, en contra de toda teoría política posible.

En marzo de este año volví al tema. Nos veíamos en marzo de 2023 sin divisas para enfrentar obligaciones cuando el año 2022 fue el mejor de toda nuestra historia en volumen de exportaciones, U$D 88.446 millones.

¿Cómo podía ser que tuviéramos problemas en el mercado de cambio luego de que entrara tanta plata? ¿Por qué estábamos viviendo inflación y corridas cambiarias luego de nuestro año más próspero? ¿Por qué había argentinos que no comían cuatro comidas diarias si lo lógico era que tuviéramos un veranito de abundancia?

Los gobernantes dieron excusas, todas externas. Lo cierto es que Paraguay, Brasil y Uruguay, con el mismo contexto, tuvieron crecimiento de reservas, inflación baja y crecimiento del PBI y de los salarios reales.

La respuesta es fácil: porque no pueden parar de robar.

Los responsables

Toda la política monetaria y cambiaria es responsabilidad del Congreso de la Nación. Todos los miembros, en el Senado y en Diputados, se hacen olímpicamente los idiotas y el tema no lo tocan. Hablan de bueyes perdidos y del día del orgullo gay, jamás de que un trabajador pueda comprar este mes lo mismo que el mes pasado.

Como tampoco se ocupan de separar un poquito del dinero de lo que roban para reinvertirlo en lo que les da leche. No mantienen los caminos rurales, no arreglan el FFCC, el interior tiene mala potencia eléctrica (cuando las represas hidroeléctricas y Atucha están en el interior), no limpian los canales, no hacen riego. No brindan salud a la gente que vive en el campo. En resumen, no cuidan ni a la gallina de los huevos de oro.

Las PASO de 2023

Todo andaba bárbaro para los ladrones hasta el momento en que le preguntaron a la gente.

La impunidad hace esas cosas. Se vuelven descuidados.

Los ciudadanos tenemos pocas herramientas. Si los salimos a cazar para matarlos, vamos presos, porque la policía y los fiscales y los jueces los manejan nuestros enemigos, los gobernantes.

Así que la única herramienta es el voto.

Y vaya si se usó.

El 99,6% de las exportaciones de bienes proviene del interior del país. Sobre las mismas el BCRA cobra un peaje del 50%. Repito: en 2022 el BCRA le robó a todo el interior U$D 44.223 millones. Dinero que el BCRA luego les regaló a los amigos con los mecanismos descriptos. ¿Es de extrañarnos entonces que el mapa se haya pintado de violeta el domingo pasado? ¿Qué lugares como Chubut, La Rioja o Misiones votaran que no les birlaran el 50% de su trabajo?

Todos los que en estos años no abrieron la boca sobre la emisión del BCRA, las tasas de LELIQs de tres dígitos, el desdoblamiento cambiario o que un camionero tenga que pagar IIGG pero un magistrado no, hoy, tienen fruncidos hasta los poros.

Tenían una opción: robar un poco menos.

No quisieron escuchar.

El futuro

No sé quiénes entrarán al balotaje (suponiendo que ninguno gane en primera vuelta, lo que a este ritmo puede pasar).

Pero que la ciudadanía rechazara a “Baldosita” Larreta y a un saltimbanqui como Lousteau, es una alegría que me durará mucho tiempo.

Ahora somos nosotros los que le tenemos que decir a toda esta gente, que no son solamente los que vemos en la tele, sino todos aquellos a los que les financian las carreras políticas: Ocaña, Yedlin, Larreta, Massa, De Mendiguren, Kulfas, Dante Sica, Vizzotti, Ginés, Lousteau, Recalde, Donda, Prat Gay, Redrado, Heller, Garré y tantos otros, que ellos y sus patrones robaron por demás.

Que estamos cansados de pagar una fiesta a la que nunca estamos invitados, mientras ellos se atienden en el Otamendi y se van de vacaciones a Europa o Miami y andan por todos lados con chofer y custodia.

No creo que ni aún luego de este domingo donde no les entra un alfiler, hayan entendido que tienen que robar un poco menos.

El paso adelante de Milei

Muchos analizaron las elecciones. No seré yo la que descubra algo nuevo. Excepto que es el único que habla de los problemas que le quitan el sueño a las personas de a pie: que la plata no alcanza, que la inflación es un robo de los ricos a los pobres (y no hablo del almacenero), que la escuela pública es una risa, cuando los maestros no van y si van enseñan la Pacha Mama, que hablar de universidad gratuita cuando el 50% no termina el secundario (es decir, no puede llegar a la vereda de la facultad) es una tomadura de pelo, o que sos pobre, hacés el esfuerzo de recibirte en la facultad y te matan en la puerta de tu casa para robarte un auto modelo 2017.

Los únicos que hablaron de lo que le preocupa a la población, ya sea en economía, seguridad o los servicios que el Estado debe brindar y no brinda [4], fue la dupla M-V.

A uno puede gustarle o no lo que proponen, pero el resto de los candidatos esos temas no los menciona.

De eso no se habla

Hay un solo tema que ninguno, incluidos M-V, toca y en algún momento lo vamos a tener que tratar abiertamente: el tratado de Versalles que sufrimos y nos sofoca.

No podemos ahorrar, porque todo el dinero se va con la deuda que nos inventaron.

No podemos industrializarnos, porque nos impusieron que la industria se mudara a Brasil.

Padecemos un embargo de armas, por lo que no podemos tener pertrechadas a nuestras FFAA.

No podemos desarrollar los FFCC ni una flota propia, porque la contraparte del tratado no quiere que se puedan movilizar ni tropas ni abarrotes.

Ni siquiera pudimos construir un FFCC hasta Vaca Muerta.

Nos dejaron hacer el gasoducto sólo cuando requirieron el gas desde Europa. Caso contrario lo dejaban morir.

Nos mandan las ONGs piratas para boicotear todo desarrollo económico, como la explotación off-shore.

Bueno, en algún momento, lo tenemos que hablar.

El futuro

Nuevamente, Argentina enfrenta un ciclo económico internacional largo y propicio, con buenos precios internacionales que están para quedarse.

Si hacemos las cosas bien (tipo de cambio libre, aranceles aduaneros flat y bajos, simplificar y bajar impuestos) vamos a exportar U$D 300.000 millones por año y la más beneficiada será la industria ―nadie se perjudica más por el cambio atrasado que la industria―. Implicará pleno empleo, altos salarios e inversiones.

Hay que implantar riego en los ⅔ del país que es árido (ver el plan del Ing. Aníbal Colombo).

Levantar los estándares de educación y formar más ingenieros, enfermeros, odontólogos.

Volver a educar en oficios: herreros, albañiles, colocadores de tejas, mecánicos, plomeros, gasistas, soldadores, costureros, talabarteros, carpinteros, ebanistas, calderistas. Reconstruir los colegios perito mercantil y normal (maestros). Cinco años y a la cancha.

Que todo el mundo se pueda comprar un terrenito y hacerse una casa.

Vivir en todo el país y no todos amontonados para viajar una hora y media para llegar al trabajo.

En resumen, podemos ser felices. Está al alcance de la mano.

Pero como dije en APRIETAN Y AHORCAN a principios de este año:

«Necesitamos orden, paz, unión, estabilidad para crecer, prosperar, capacitarnos, invertir, crear, cuidar a nuestras familias».

Mientras que quienes provocan el caos permanente estén al frente de la Nación, nada bueno lograremos.

Hay que echarlos».

Estamos en eso. No hay que poner marcha atrás.

Excepto para pisarlos, claro.

Lecturas relacionadas

2022: el año que no estuvimos en peligro

http://restaurarg.blogspot.com/2023/02/2022-el-ano-que-no-estuvimos-en-peligro.html

Aprietan y ahorcan

http://restaurarg.blogspot.com/2023/03/aprietan-y-ahorcan.html

Equilibrio inestable

http://restaurarg.blogspot.com/2019/12/2020.html

 

Notas

[1] Inflación, balanza de pagos, deuda, cuentas fiscales, crédito, tasa de interés.

[2] Huelgas, cortes de calles, falta de insumos y suministros, cortes de luz, inundación por falta de mantenimiento en la canalización, delincuencia común desbocada, falta de vacantes y de mantenimiento en las cárceles, demora en la justicia y largos etcéteras.

[3] El negocio de los amigos del gobierno es: 3.1. comprar dólares a mitad de precio en sí para importar, ejemplo: en 2022 compraron varios aviones privados, la mitad la pusieron ellos, la mitad la puso algún gringo que hace algodón en el Chaco o los que hacen maní en Córdoba; 3.2. girar dividendos con dólares comprados a mitad de precio; 3.3. dibujar créditos (back-to-back) para comprar dólares a mitad de precio y girarlos al exterior, a lo que denominan “cancelar créditos externos privados”; 3.4. importar maquinaria con falsos precios siderales cuando en realidad es maquinaria totalmente amortizada y el único costo es la desinstalación, el traslado y la instalación, seguro lo vieron a Massa inaugurando plantas industriales que supuestamente salieron cientos de millones de dólares, bueno, la mitad de lo que dicen que costó lo pusimos nosotros; 3.5. la sobrefacturación de importaciones en general; 3.6. pago de supuestos servicios ―o servicios verdaderos― como intereses, honorarios, seguros o flete, todo con dólares que compran a mitad de precio.

[4] Los políticos no se dieron cuenta que los trámites de los abuelos los hacen los nietos por internet. Los chicos saben todo. Saben del maltrato de los burócratas de PAMI, ANSES, etc. a sus padres y abuelos. Saben que el ANSES tarda dos meses en dar un turno. Que conseguir un turno de PAMI es para el próximo solsticio, y así todo. Los chicos saben todo. Por otro lado, ―en el interior es más pronunciado―, uno ve que en los pueblos la oligarquía son los empleados de PAMI, ANSES, BAPRO, Banco Nación, AFIP, Aduana, que ganan 5 veces lo que el resto y encima maltratan a los que tienen que atender. De seguridad ya hablé el domingo pasado.

 

Artículo publicado el 19/08/2023 en Restaurar, https://restaurarg.blogspot.com/2023/08/sin-marcha-atras.html.

A FUEGO LENTO

Iris Speroni*

La seguridad que los gobiernos nos brindan.

Se comprueba que no es que no saben o no pueden o no les importa, sino que están en esos lugares para administrar el delito.

 

El caos y el orden es un tema tratado en Restaurar bajo diferentes autores con distintas visiones.

Lohengrin

Hegeliano

Santiago González 

Juan Martín Perkins

Curtis Yarvin

reaxionario el amigo de ustedes

 

Vemos el delito común no ya como el fruto de fuerzas al azar que un Estado impotente no sabe controlar o moderar sino como el resultado provocado y buscado por parte de los poderosos para tercerizar en los delincuentes la violencia contra los ciudadanos.

Ésa y no otra es mi postura respecto al desamparo que vivimos.

El objetivo es mantener a los vecinos que trabajan y estudian en vilo; en permanente zozobra, como forma de desestabilización emocional, abuso psicológico y físico y para facilitar las tareas de control de la sociedad mediante el debilitamiento deliberado del tejido social y familiar.

Más psicótico no se consigue. 

La ideología que presta un maquillaje a este accionar es el progresismo la cual vende el laissez-faire, laissez-passer.

No es impericia u holgazanería o dejadez o indiferencia. No.

Son políticas activas que buscan enardecer y condonar a los delincuentes comunes.

Asimismo el poder político delimita a estos actores libres (los delincuentes) en su accionar. Se puede matar en la parada del colectivo a un aprendiz de panadero (caso real), pero se mira con malos ojos asesinar a un diputado que trota por la mañana. Un caso se castiga (el del diputado), el otro, no.

Por lo tanto no es un caos donde ciertas partes de la población se ven desprotegidas, sino ―y ésa es mi hipótesis― los delincuentes comunes (caóticos, indisciplinados, desorganizados u organizados, bajo el efecto de substancias o no) son utilizados como armas contra las personas comunes por parte de los políticos.

Dicho más sencillo: los políticos atacan a los ciudadanos y utilizan para sus ataques a descastados, de tal forma de tener a la población en perpetuo estado de acobardamiento.

Cientos de delincuentes, esclavos de la droga, deben salir todos los días a buscar el dinero para su próxima dosis. En algún punto es como la ley de la sabana: depredador que no sale a cazar, se queda con el estómago vacío. Y no puede elegir no hacerlo, porque viven día a día.

Estos hombres (y algunas mujeres), con ese marco mental, son los que los políticos sueltan sobre nosotros todos los santos días. Y lo saben.

No sólo no toman una sola medida para atemperar la situación sino que son proactivos en: a) agravar el problema mediante aumentar la cantidad de personas en esta situación, que tengan armas a su disposición y flujo continuo de droga, b) toman todas las medidas necesarias para reprimir cualquier acto reflejo de defensa por parte de los depredados.

Las medidas gubernamentales contra los ciudadanos de a pie son diversas: persecución policial y judicial en caso de actos defensivos contra los delincuentes, intentos de control de armas y aumento de los costos de los permisos para los ciudadanos no-delincuentes, hostigamiento mediático, ausencia de paliativos para los costos colaterales del delito (gastos médicos y judiciales).

Los circuitos delictivos permitidos por el poder a los delincuentes desestabilizan la vida familiar de las personas comunes (víctimas). 

Con la política actual, el ciudadano siente miedo en sus lugares más preciados y donde el Estado debería garantizar la tranquilidad de las personas.

Después de todo, la obligación de los gobernantes es “consolidar la paz interior” (Constitución Nacional). Los lugares liberados son los hogares en sí, los trayectos rutinarios del hogar a la escuela o trabajo o club o locales comerciales cercanos. Claramente es hacer sentir al ciudadano en intranquilidad permanente, lo cual produce daño mental y emocional.

¿Por qué sostengo que es adrede? Porque lo que uno ve es una supuesta apatía o ineptitud para sofocar o reprimir al delito común. Sin embargo es muy distinta la actitud que asumen los mismos agentes del poder (los mismos individuos) frente a los ciudadanos que osan defenderse. Tanto jueces, fiscales como políticos profesionales sofocan cualquier vestigio de rebelión individual ante los abusos delictivos. Las personas comunes que se defienden o los miembros de las fuerzas policiales que se protegen o protegen ciudadanos son hostigados mediática cuando no judicialmente.

Con esa doble vara a la vista de todos se comprueba que no es que no saben o no pueden o no les importa, sino que están en esos lugares para administrar el delito y para reprimir toda señal de defensa o contraataque por parte del rebaño. Los políticos nos sueltan los lobos y se ocupan muy bien de que las ovejas no saquen colmillos.

Otra vuelta de tuerca

Nada de lo que ha sucedido aquí ha sido diseñado en la Argentina. Aplican un manual de procedimientos escrito en el exterior. Eso se verifica simplemente. Las mismas leyes son repetidas en uno y otro lugar, con los mismos resultados. Son promovidas por las mismas organizaciones más o menos con los mismos argumentos.

Quienes en el exterior lo diseñan y ordenan su implementación cuentan con la inestimable colaboración de los funcionarios locales, a los que considero interventores. 

En el caso particular de las leyes cuentan con la inestimable colaboración de las facultades de derecho y de organizaciones pseudonogubernamentales (de derechos humanos y similares, como el CELS, Amnistía, Human Rights Watch y sucedáneos locales).

También tienen operadores disfrazados de periodistas que sostienen su implementación.

Para resumir lo que ha pasado en Occidente (tanto en EEUU, Australia, Canadá, Guatemala, España, Inglaterra, Irlanda como en la humilde Argentina) es que quienes gobiernan decidieron subvertir el orden existente hasta la segunda guerra mundial y paso a paso han modificado los códigos penales, civiles y de procedimiento al igual que reglamentaciones internas de las fuerzas de seguridad. Lo hicieron despacio, consolidando un cambio para pasar a otro.

Hay que reconocerles que han sido efectivos.

La ley de salud mental

Es la otra cara de la moneda y persigue los mismos objetivos. Siempre es útil ver a los norteamericanos, porque cualquier cosa que nos inflijan a nosotros, siempre la han aplicado contra el pueblo de los EEUU en forma previa.

Actualmente las grandes ciudades de EEUU, en particular si su intendente es demócrata, tienen cientos de psicóticos deambulando por las calles. Naturalmente son ingobernables, pobre gente.

Con antelación se modificaron las leyes que permitían recluirlos. Por lo que ahora ―como siempre― son un peligro para ellos mismos y para terceros y ahora no se los puede guardar. Atacan a la gente al azar, porque son paranoicos y agresivos. La población previamente ha sido desarmada para encarar el problema. 

No solo los ciudadanos no llevan armas en su trayecto al trabajo (a diferencia del siglo XIX, por ejemplo) sino que se derogaron todas las leyes y normativas que exculpaban las acciones violentas defensivas. Nadie lleva armas encima porque no podría usarlas.

Quienes pensaron todo esto lo fueron armando de a poco.

En cuanto a los locos, el estado ha dejado sin herramientas a las familias.

Los transeúntes están atados de pies y manos. Si por casualidad decide encarar alguna maniobra defensiva, para sí, o su familia o un vecino, el estado cae con todo el peso de la ley (oportunamente modificada).

Hay numerosos ejemplos en California y uno reciente que ha tenido cobertura mediática en Nueva York.

En estas tolderías, un psicótico atacó con un cuchillo a un agente de policía en la vereda de la Av. Figueroa Alcorta, de esta capital. Ni allí, ni acá, se evaluó modificar la ley de salud mental. Justamente, porque es un elemento más para llevar caos y zozobra a la población.

Ahora no sólo tenemos que cuidarnos de los chorros, sino de los locos.

Estamos peor que los que se adentran al Bosque de Sherwood. A nosotros no nos permiten ingresar armados.

No es casual. Es planificado. Acá sólo implementan un libreto ajeno.

Consecuencias

Familias rotas, miedo generalizado y ubicuo, intranquilidad, desamparo e injusticia. Daños materiales (lo robado, lo destruido, gastos médicos) y emocionales (ansiedad, tristeza, etc.).

También hay costos económicos generalizados. Una economía para invertir necesita estabilidad macroeconómica (estabilidad monetaria e impositiva, por ejemplo), y tener ganancias a las cuales reinvertir o expectativas futuras de rédito.

Pero sobre todas las cosas, necesita paz interior.

Argentina no arrancó a crecer hasta que no acabó con los malones. Mientras uno se pusiera a trabajar y cayera un malón y se llevara todo, no se podía avanzar. Era remar en el dulce de leche. A partir del fin del malón se pudo crecer y reinvertir y que los únicos riesgos fueran la sequía y las inundaciones.

Si mover mercadería de un lado al otro es hoy una operación más complicada que trasladar armas en Iraq, si una PyMe se desarma porque el gerente de operaciones fue baleado en una entradera, si toda una guardia de un hospital está de luto porque mataron a un familiar de una enfermera o a un médico (ocurrencias diarias), no se crece.

Es muy simple: la Argentina creció en el período de Paz Interior. Y dejó de hacerlo cuando lo perdimos.

Las leyes modificadas por los interventores en estos 40 años son eso: una subversión del orden natural, donde nos quieren decir que un ladrón es una víctima, de la misma forma que nos dicen que un hombre es una mujer o matar un bebé está bien.

Solucionarlo es fácil: hay que revertir lo actuado.

Pero recordemos lo que siempre nos dice Don Líbranos del Mal: a ellos los juzgaremos con la jurisprudencia establecida por ellos para nuestro sometimiento.

¿Nosotros?

Nosotros nos guiaremos por nuestras leyes y nuestras costumbres. Las que fueron de siempre y no son de ahora.

 

Notas relacionadas

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Unidad y patriotismo, http://restaurarg.blogspot.com/2021/10/unidad-y-patriotismo.html

 

Artículo publicado el 12/08/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/08/a-fuego-lento.html

¿QUÉ HA CAMBIADO, LA SOCIEDAD O LA DIRIGENCIA POLÍTICA?

Héctor Melitón Martínez*

Imagen: 8385 en Pixabay

Disculpen si me dedico a reflexionar sobre temas que a muchos no les interesan, pero es fácil solucionarlo, no lo leo, lo borro y a otra cosa. De lo contrario, lo leo, lo reflexiono, lo debato y lo critico; estos serían los pasos más productivos para todos y especialmente para quien expone sus inquietudes.

Ante la crisis sociopolítica que vivimos, agravada con las PASO recientes, me pregunto ¿qué es lo que ha cambiado, la sociedad o la dirigencia política? Este es un importante interrogante que debe persistir entre todos los que desean la recuperación de nuestra querida Patria y da lugar a distintas hipótesis sobre los escenarios presentes y futuros para poder superarnos en base a estrategias que tengan como base acertados diagnósticos.

Para analizar este interrogante comenzaré por la sociedad: ¿Es igual la sociedad que integramos en este siglo XXI a la que conocimos en el último cuarto de siglo XX? Yo creo que no; percibo un cambio de época histórica que atraviesa la humanidad toda, un cambio como fue el paso de la Edad Media a la modernidad, ahora sería de la modernidad a la pos modernidad o a la modernidad tardía o a la modernidad líquida en términos de Zigmunt Bauman (sociólogo polaco).

Estamos transitando lo que algunos llamaron “crisis orgánica”, no sabemos si esto es una etapa final de la modernidad o ya es un tiempo nuevo tanto histórico, político, cultural, un tiempo que no termina de morir y uno nuevo que no termina de nacer. Es por eso que considero que los que transitamos la edad de la adultez mayor, se nos hace difícil de comprender ciertos paradigmas que se han instalado.

Esta etapa a la que hago referencia y que marco como un cambio de época, puede considerarse que sus inicios serían en los años de 1970, con la llamada crisis del petróleo donde pasamos de un paradigma productivo a uno financiero; otros hitos en este cambio que podemos señalar son la caída del Muro de Berlín y la crisis de la URSS, uno de los polos de ese mundo bipolar, otro hecho a considerar, y ya en este siglo sería el atentado a las torres gemelas y las consecuencias, políticas y militares que esto trajo aparejado. No olvidar también el avance de la tecnología que nos introdujo fuertemente en una globalización más pronunciada y en un cambio de los conceptos de Estado Nación.

Este cambio de época se caracterizó, entre otras cosas, por la falta de certezas, a diferencia a la modernidad que nos daba fuertes certezas, grandes continuidades; ahora entra en crisis todos los conceptos de ciencia, valores, familia, religión, etc.. Vivimos una crisis que se caracteriza por carencia de verdades absolutas de familia, de estado, de religión de cultura.

Entran en crisis los grandes relatos, los grandes paradigmas, las grandes utopías, las grandes verdades y dan paso a un relativismo, nada es absoluto. Se da una inmediatez, todo es fugaz no hay utopías hacia el futuro. Todo es ya, ahora, no interesa ni el pasado y se duda del futuro.

Prolifera el individualismo, la transformación de los Estados Nación ante la globalización hace que éste pierda centralidad y el desafío es repensar como salir del Estadocentrismo. Se profundizan la crisis del trabajo como consecuencia de la lógica financiera, en la globalización pierde centralidad el trabajo siendo sustituido por la robotización y la inteligencia virtual. La concentración económica actúa en contra de la superación del mundo de trabajo como lo conocimos en la modernidad, en una palabra, ese concepto del proletariado, tan marcado en distintas teorías ideológicas, se diluye y surge un nuevo mundo del trabajo; lo vemos en los jóvenes que trabajan virtualmente con empresas de los países centrales desde sus residencias en el país.

Las relaciones sociales se han modificado por las tecnologías de las comunicaciones; también se han profundizado las técnicas de dominación; debemos tratar que la tecnología sea un medio y no un fin en sí mismo.

Los nuevos formatos de familia, el divorcio, la ley del matrimonio igualitario, el aborto, todo esto inciden en la conformación de este nuevo formato, que trastoca el principio de familia como base de una sociedad como estaba planteada en la modernidad, con sus consecuencias en la educación inicial, que es patrimonio de la familia, agravado por la ocupación laboral de ambos conyugues.

Éstas serían algunas, no todas, de las características de esta nueva era que estamos viviendo y que no dudo que han producido cambios importantes en nuestra sociedad, creando un hartazgo de una dirigencia que no solo no soluciona sus demandas, sino que la agrava no percibiendo los cambios y sigue insistiendo en un sistema que se caracteriza por conformar un grupo de pocos, que gobiernan para satisfacer sus intereses personales, que son poder y riqueza, lo que los antiguos griegos llamaban oligarquía.

Han desaparecido los partidos, ahora son “espacios”, que se conforman con espurias alianzas, no hay programas políticos, el márquetin ha invadido la vida política, la volatilidad entre dirigentes es mayor que la de los electores, el cortoplacismo descartó las políticas de Estado, ahora solo hay políticas de gobierno que son las que se implementan para no perder las próximas elecciones, la representación está en crisis, por la falta de trasparencia y porque los funcionarios una vez legitimados por el voto dejan de representar a sus mandantes para solo obedecer a intereses que no concuerdan con las demandas del pueblo, por esta distorsión del sistema, y por mucho más es que aparecen y son elegidos estos outsiders que son catalogados como anti sistemas.

Termino diciendo que lo que ha cambiado es la sociedad, la política sigue inmutable sin entender este nuevo mundo al cual hemos entrado, viven fieles a la ya conocida “Ley de Hierro de la Oligarquía” que planteara tan sabiamente Robert Michels a principios del siglo XX, cuando explicaba la contradicción “que los sectores políticos que tendrían que ser los defensores de la democracia, no lo hacen porque tienden a transformarse en oligarquías elitistas desconociendo la representación que se les otorga en los votos.

* Profesor y licenciado en Ciencia Política, Universidad Nacional de Rosario.

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