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NACIMIENTOS

Iris Speroni*

En Argentina hace cinco años que nacen menos y menos niños.

Cuando se trató la ley de terminación del embarazo en el Congreso, durante 2018 y 2020, se revolearon muchos números pero no se habló de nacimientos (ni de muchas otras cosas, como la cantidad de mujeres que mueren dando a luz o los niños y adolescentes que se suicidan). Mi postura sobre el aborto ya la planteé aquí por lo que no voy a aburrir otra vez con lo mismo.

Quiero hablar de cuántos niños sí nacen.

Existen algunas cifras y otras son más difíciles de recabar. Vamos a ver qué conclusiones obtenemos con las disponibles.

La tasa de natalidad indica la cantidad de niños nacidos vivos sobre el total de la población. En el cuadro a continuación la tasa indica la cantidad de nacimientos cada diez mil habitantes. Es un índice que hay que tomarlo con prevenciones, toda vez que el gobierno sabe (casi con precisión) cuántos niños nacen. No sucede lo mismo con la cantidad de habitantes, que constituye el denominador del índice. Este número se releva en el censo, cada 10 años. El resto del tiempo es estimado. Creo que el número de población argentina proyectado por el INDEC está sobreestimado (dice que es más que lo que realmente es), diferencia que dilucidaremos el año próximo cuando tengamos los primeros números del CENSO 2022.

Aún con las prevenciones del caso se comprueba que la tasa de natalidad viene cayendo sostenidamente, desde 20 nacimientos cada diez mil habitantes hace un cuarto de siglo a un estimado de 17 para los últimos años, esto es una caída del 15%.

Veamos cuántos niños nacen según el INDEC y el Ministerio de Salud.

Fuente: INDEC y Ministerio de Salud de la Nación.

Como se verá hubo una caída de nacimientos del 2000 al 2001, probablemente debida a la crisis. Luego con el gobierno de Néstor Kirchner los números temporariamente mejoraron. Sin embargo, tomaron fuerza sólo con el gobierno de Cristina Fernández hasta el 2014. A partir de entonces no paran de caer, desde 777 mil en el 2014 a 625 mil en el 2019. Es un retroceso de 20% en sólo 5 años. Una enormidad.

Tampoco es cierto que cuánto más desarrollado un país, más cae la tasa de natalidad. Por el contrario, durante todo el siglo XXI Argentina fue víctima de un plan de desindustrialización y traslado de la actividad económica a Brasil. Esto es, se des-desarrolló, y no se verifica un aumento de la tasa de natalidad.

Otro mito es que el plan AUH (Asignación Universal por Hijo) provoca el aumento de nacimientos. El mito consiste en que las familias deciden tener un niño para cobrar un subsidio estatal. Tampoco se comprueba en los números. El programa fue implementado al final de la administración de Cristina Fernández y mantenido durante el gobierno de Macri y el actual, sin que hubiera más nacimientos, sino por el contrario, menos.

En el mejor de los casos podemos aventurar que sin la implementación de la AUH, los nacimientos serían inferiores a los actuales.

Otro tema que cada tanto emerge es el del embarazo infantil o juvenil. De hecho Macri quiso justificar su proyecto de ley de aborto sosteniendo que éste evitaría los embarazos adolescentes, y nacerían 115.000 menos por año. Dos errores: 1) el aborto no impide el embarazo juvenil, las adolescentes se embarazan igual, sólo que el niño no nace, o no nace vivo; 2) no son 115.000. ¿Cuántos son?

Del 2014 al 2019 nacieron 11.784 niños cuya madre era menor de 15 años. Con un máximo de 2.918 madres púberes que dieron a luz en el 2016 y un mínimo de 1.938 en el 2019. En promedio un 0,3% del total (3 de cada mil niños nacen de madre púber). Respecto a las niñas madres, los números notoriamente por encima del promedio se dan en Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes. En la otra punta, con números tres veces menores al promedio se encuentran Tierra del Fuego, Capital y ¡Oh, sorpresa! provincia de Buenos Aires (la mitad de la media nacional). Da para revisar algunos mitos sobre el Conurbano.

El segundo rango de edad de la madre que clasifican el INDEC y el Ministerio de Salud es de 15 a 19 años. Ahí los porcentajes bajan de 14% (2014) de los nacimientos a 11% (2019) en una caída sostenida. De acá puede venir el error del ex presidente Macri. En el año 2014 nacieron 108 mil niños de madre menor de 20 años. Se redujo paulatinamente y sin pausa hasta los 70 mil de 2019. Un tema adicional que puede inducir a error. Los cuadros estadísticos son presentados en rangos de 5 años (lo que es lo habitual y está bien; 0-4; 5-9; 10-14; 15-19; etc.). Pero para la ley argentina, a partir de los 18 años un individuo es adulto, desde la modificación establecida durante el gobierno de Cristina Fernández (antes era 21). Para la ley argentina nosotros somos niños desde la concepción hasta que tenemos 17 años y 364 días. Por lo tanto, en estos números (108 mil, 97 mil, 92 mil, 85 mil, 70 mil) hay madres menores (15; 16; 17 años) y adultas jóvenes (18 y 19 años). Si aplicamos ley de tres simple (que creo sobreestima el problema, ya que es más probable que haya más madres de 19 que de 17), entonces los embarazos de madres menores de edad rondarían los 50 mil casos anuales de un universo de 600 mil nacimientos.

 

El 69% de los niños que nacen tienen madres entre 20 y 34 años, lo que es fantástico, y 14% tienen mamás entre 35 y 39 años. La mayoría de los niños nacen con mamás en sus mejores años para garantizar la salud de ambos.

¿Es importante algo de todo esto?

En política hay dos temas importantes: Política Exterior y Demografía. Así lo entendieron Alberdi, Roca y Perón, para dar algunos nombres.

¿Es importante la cantidad de nacimientos?

Sí. Argentina tiene cada vez menos niños. Les muestro la pirámide poblacional que surge del CENSO 2010.

Cada barra horizontal indica la cantidad de personas que existen en rangos de cinco años. La de más abajo incluye todos los habitantes de 0 a 4 años, la segunda de 5 a 9 años, y así. A la izquierda están los hombres y a la derecha las mujeres.

Como apreciarán la banda más ancha es la de adolescentes y adultos jóvenes de 15 a 19 años (recuerden que para la ley argentina los individuos de 18 y 19 son adultos mayores de edad y responsables de sus actos). A partir de ahí, para abajo, las barras se achican. Esto es que nacieron menos niños en los cinco años siguientes y luego menos aún. Corresponde al año 2010. Como vemos, la situación empeora desde el censo 2010 a la fecha.

Cuando la base es menor que el medio de la pirámide, como sucede en el gráfico del CENSO 2010, se dice que tiene forma de urna funeraria. En realidad tiene forma de ánfora, pero urna funeraria tiene un dejo funesto, que es lo que se busca. Nos avisa que cada vez seremos menos. Y eso no es malo; es muy malo.

Dentro de poco tendremos los datos del CENSO 2022. Probablemente veamos una mejora en la segunda barra (los niños nacidos 2010-2015) para luego disminuir.

Esto quiere decir que sobrarán las escuelas existentes y que cada vez necesitaremos menos maternidades, y que cada vez todo será menor, más chiquito, más mezquino.

 

Escuela sin niños, de la película «CHILDREN OF MEN».

No debemos resignarnos a esto.

Por eso, cuando hagamos planes económicos, es necesario ofrecer a nuestros compatriotas un futuro mejor: con casa propia, empleo bien pago, pero sobre todas las cosas, ilusiones. De tal forma que queramos traer más argentinos al mundo, para que disfruten, como dice la constitución, de los “beneficios de la libertad”.

Dentro de pocos días será Navidad, cuando la Cristiandad festeja el aniversario del Nacimiento del Niño Jesús. A todos los creyentes, a todos los hombres de bien, creyentes o no, a todos los argentinos, les deseo lo mejor para ustedes y los suyos. Festejemos la Navidad, porque todo nacimiento es motivo de celebración y con más razón en este caso.

Siempre que llovió paró y como decía el General San Martín, el enemigo se ve más grande si se lo mira de rodillas.

Les deseo una ¡Feliz Navidad! junto a los que aman.

Acá los dejo, con el maestro Breccia y su “Navidad Criolla”.

De yapa: Caravaggio.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Lecturas relacionadas

El mito fundacional

http://restaurarg.blogspot.com/2018/08/el-mito-fundacional.html

A donde vayan los iremos a buscar

http://restaurarg.blogspot.com/2020/12/a-donde-vayan-los-iremos-buscar.html

Fuentes:

Nacidos vivos 2000

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/serie5nro44.pdf 

Nacidos vivos 2001

http://deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2016/01/Serie5Nro45.pdf

Nacidos vivos 2002 

http://deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2016/01/Serie5Nro46.pdf

Nacidos vivos 2003

http://deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2016/01/Serie5Nro47.pdf

Nacidos vivos 2004 

http://deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2015/12/Serie5Nro48.pdf

Nacidos vivos 2005  

http://deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2016/01/Serie5Nro49.pdf 

Nacidos vivos 2006 

http://deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2016/01/Serie5Nro50.pdf 

Nacidos vivos 2007  

http://deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2016/01/Serie5Nro51.pdf 

Nacidos vivos 2008  

http://deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2016/01/Serie5Nro52.pdf 

Nacidos vivos 2009  

http://deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2016/01/Serie5Nro53.pdf 

Nacidos vivos 2010  

http://www.deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2015/12/Serie5Nro54.pdf 

Nacidos vivos 2011  

http://deis.msal.gov.ar/wp-content/uploads/2016/01/Serie5Nro55.pdf 

Nacidos vivos 2012

https://www.msal.gob.ar/images/stories/pdf/indicadores-basicos-2012.pdf 

Tasa natalidad

https://datosmacro.expansion.com/demografia/natalidad/argentina?anio=2010

Edad madres de nacidos vivos 2019

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/boletinnro163.pdf

 

Artículo original publicado el 18/12/2021 en Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2021/12/nacimientos.html

LAZOS

Iris Speroni*

En una palabra: seducir.

Varias veces escuché decir, por lo general a gente con estudios y bien intencionada, que el problema de la Argentina es la Educación, con mayúscula, como un ente abstracto y autoportante. Error ya que su forma, alcance y contenido son decididos desde el poder.

Si queremos educar a nuestro gusto, para el engrandecimiento de la Nación y la felicidad del Pueblo, tenemos primero, como nos sugirió la ex-presidente y actual vicepresidente, formar un partido y ganar las elecciones. Como comprobó Donald Trump (y Juan Domingo Perón y Matteo Salvini tantos otros antes que él), muchas veces ganar las elecciones no alcanza.

Sugerí en varias oportunidades que hay que empezar a diseñar qué educación necesitamos en caso de que ganemos el poder. Estamos hoy lejos de ese punto. Muy lejos.

¿Qué hacer mientras tanto?

Propuestas de columnistas de Restaurar:

  1. EDUCACIÓN PARA LA POBREZA (@Betsiebook y @Lohengrin82),
  2. PREPPERS II (@Lohengrin82),
  3. ENDURO (mía), 
  4. SIN SECUNDARIO (mía).

Una aclaración respecto al secundario. Así como está (desde Alfonsín a hoy) es una estafa. Para las familias, que gastan dinero en el púber/adolescente que igual queda borrico; para los alumnos que salen sin las herramientas mínimas para ganarse el sustento. Por eso aplaudo la decisión del 50% de ellos (números pre-cuarentena y pre suspensión de clase por parte de las autoridades) de abandonar. Los niños no quieren ser cómplices del fraude. Ni darles de comer a toda una organización de bribones conformada por autoridades de los ministerios de Educación y de las escuelas, profesores, consejeros escolares y sindicalistas, más los que cobran del BID y BM[1]. Todas las estrategias para “retener” alumnos, no tienen por objeto enseñarles algo sino que no baje la nómina de inscriptos, variable que se utiliza para definir los presupuestos. Fue descripto con crudeza en la serie “The Wire”.

Frente a ello una opción de sentido común es que la primaria sea de excelencia y que los niños salgan con todos los conocimientos imprescindibles (“obligatorios”); tras lo cual brindar la opción de escuelas de oficios, de tal manera que a partir de los 16 años los adolescentes tengan serias oportunidades laborales bien pagas. Pero eso será cuando gobernemos. ¿Ahora? Ahora ENDURO.

Campo y Ciudad

Algunas personas del complejo y variado mundo rural sostuvieron estar preocupados por la mala prensa del sector y por la incomprensión de sus tareas por parte de la población urbana. Ensayaron varias estrategias para morigerar o combatir esta situación, con resultados flacos hasta el momento.

En el espíritu de encontrar el camino vía prueba y error, va esta propuesta modesta para empezar de chiquito a mayor.

Propuse en su momento que la educación futura —el día que seamos gobierno— tenga que incluir educación rural para el 100% de la población (una mini exposición a los contenidos de las escuelas agrarias). Probablemente quincenal o semanal. Que desde chicos todos los habitantes, aunque vivan en un departamento de dos ambientes en el centro de Buenos Aires, de Córdoba Capital o de Rosario, o vivan en una casa de un barrio de Gregorio de Laferrère, vayan periódicamente a recibir instrucción de los ciclos de la vida domesticados por el hombre, en el campo argentino.

Ver el proceso de cultivo y la preparación de los suelos. Aprender a cuidar animales. Tener en brazos un cabrito o un corderito, darle de comer a las gallinas. Fascinarse con las máquinas enormes, subirse a una cosechadora. Se busca la construcción de recuerdos felices e imborrables. Los ingredientes son i) ingresar a un mundo, en algunos casos desconocido para ellos, ii) sol, árboles, verde, extensión, diversión, iii) ponerse en una posición de cuidador y dador, que genera satisfacción y autoestima, iv) abundante y buena comida. Esto último es imprescindible. La comida fija los recuerdos en el cerebro como nada lo hace (pregúntenle a @TodosGronchos que es un experto en temas comunicacionales).

Esperar a los niños con abundante desayuno con mate de leche y tostadas con dulce de leche y manteca; mediodía asado y flan casero; tarde con pasta frola y pastelitos. Lo más importante: la cajita feliz con dulce, miel, pan casero, queso más algún muñequito alusivo. Algo para llevar a los hermanitos y tener la excusa para contar su día al resto del entorno más un memento. Los niños más grandes con el tiempo podrán aprender a ordeñar, hacer quesos y dulces, etc. Paso a paso.

Para algunos de ustedes parecerá una tontería. Ahora imaginen un niño que vive en un barrio complicado, en Quilmes o en Barracas o en las afueras de Rosario, con el papá preso, el hermano mayor drogón, la mamá que trabaja de lo que puede, y duermen cuatro hermanitos en una pieza y el muchacho o muchacha en cuestión comparte colchón con un hermanito. ¿Ustedes creen que muchos niños comen asado asiduamente? Éste día debe quedar como sinónimo de una ventana a la felicidad, un recuerdo de cariño y atención que la/lo acompañe toda la vida. Tender una mano a un futuro distinto y mejor.

¿A esa persona quién le va a imponer en el futuro algún prejuicio?

De menor a mayor

Esta idea es para aplicar a la totalidad del sistema cuando seamos gobierno. Hoy es una quimera.

¿Qué se puede hacer? Casos piloto.

Para no entorpecer el día a día de las escuelas agrarias (que no están preparadas para recibir contingentes), tratar las visitas de los colegios como “excursiones” a lugares ad-hoc. Apuntar a un día al año para cada grado. Al menos una vez en la vida. Eventualmente preparar como sedes algunos campos que se alquilen para tal fin o las sedes de las SRA’s de las localidades que puedan recibir a los grupos, armar un asado y tener animales variados para que los niños conozcan y acaricien. Eventualmente (sé que es muy complicado) que tengan contacto con caballos. Todo esto requiere buenas medidas de seguridad y seguros contratados.

Probablemente los colegios públicos de algunas provincias no puedan participar del proyecto por negativa de las autoridades, más si está el oficialismo, como es el caso de provincia de Buenos Aires. Entonces empezar por colegios parroquiales que no se opondrán, por el contrario facilitarán la puesta a punto.

Imaginen niños de Quilmes que vuelvan contentos y le cuenten a los hermanos y a los padres y a los vecinos. Ése es un verdadero nexo entre campo y ciudad.

Una vez aceitado el mecanismo, para incluir a los niños que coexisten en un sistema hostil, preparar excursiones para los fines de semana, de tal forma que puedan concurrir niños de colegios públicos. Mostrarles lo que es una jineteada. Mostrarles un desfile de algún centro tradicionalista. Que vean, anhelen, disfruten y se llenen la panza.

Las visitas anuales a la exposición de la SRA sirven; pero requieren un adulto que desee llevar a los niños. Quedan afuera aquellos que los padres: a) no tienen plata para el colectivo, b) no tienen tiempo, c) tienen prejuicios ideológicos, d) les gustaría pero creen que no es un lugar para ellos —la extrema pobreza plantea también barreras mentales—. Al tratar el tema con la escuela —o con los “referentes” del barrio, se incluyen a esos niños también. Que es el objetivo.

En una palabra: seducir. Empezar con uno o dos casos hasta que se gane confianza. No es barato, en particular si no se logra financiación oficial (que sería lo ideal). Pero, si sale bien, es una inversión a largo plazo que puede pagar mejor que muchas otras.

Todo sea por la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación.

FIN

 

Advertencia:

¡A no dejar que los pingüinos ganen de mano!

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas Relacionadas:

Educación para la pobreza 

http://restaurarg.blogspot.com/2021/05/educacion-para-la-pobreza.html

Preppers II 

https://restaurarg.blogspot.com/2020/04/preppers-ii.html 

Enduro

http://restaurarg.blogspot.com/2021/01/enduro.html

Sin secundario 

http://restaurarg.blogspot.com/2020/12/sin-secundario.html 

Las élites, la Nación, el pueblo

http://restaurarg.blogspot.com/2021/01/las-elites-la-nacion-el-pueblo.html

 

Nota

[1] Me van a salir con ejemplos individuales. Ciertamente mi categorización no incluye al 100% de los casos. Existen personas que reman en el dulce de leche. A esos pocos: mis respetos.

Artículo publicado originalmente el 11/12/2021 en Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2021/12/lazos-campo-ciudad.html

LA CASTA Y EL FONDO

Santiago González

Negociar con un dealer es inmoral, no hacerlo es por lo menos imprudente

 

Los cambiemitas se ufanan sin el menor rubor de haber contraído una deuda astronómica con el Fondo Monetario Internacional, el préstamo más grande que ese organismo haya concedido en toda su historia, y los kirchneristas se aprestan con impostado disgusto a renegociar ese préstamo impagable. Aunque una cosa es consecuencia de la otra, las dos son igualmente inmorales, similares al tráfico con un vendedor de droga. El FMI ha sido el dealer de la Argentina desde 1976 y, como suelen hacer los dealers, amenaza con usar de la fuerza a fin de asegurarse el cobro, y no le importa si para eso es necesario matar a un jubilado, o a millones de jubilados.

No hay nada moral envuelto en el trato con el FMI porque el FMI tiene la moral de un dealer. Un prestamista profesional jamás le habría entregado 50.000 millones de dólares al gobierno de Mauricio Macri. Al dealer no le importan las cualidades de su cliente, sólo le interesa mantenerlo abastecido y con vida mientras siga consumiendo y pagando. En realidad, el FMI tiene menos moral que un dealer, porque el dealer en definitiva está haciendo un negocio para obtener una ganancia, mientras que el propósito del FMI no es cobrar intereses sino afianzar la dependencia y sumisión de sus clientes, manteniéndolos endeudados en beneficio de terceros. No fue creado para eso, pero se convirtió en eso.

A mediados de los 70, los Estados Unidos acababan de abandonar el patrón oro, y estaban en proceso de imponer el dólar como divisa mundial de atesoramiento y referencia. Mediante complejos mecanismos financieros descriptos con todo detalle en media docena de libros por el economista estadounidense Michael Hudson, lograron ordenar la economía mundial en función de sus propios intereses, convirtiendo en satélites al resto de los países desarrollados y condenando al atraso permanente a las naciones en desarrollo. El gran instrumento para la consecución de esos fines fue el endeudamiento, y sus operadores los organismos multilaterales como el FMI.

A mediados de los 70 la Argentina era el país más promisorio de América latina, con estadísticas de desarrollo humano comparables con las de las naciones avanzadas, el sistema de defensa más poderoso de Sudamérica y desarrollos propios en áreas críticas de la ciencia y la tecnología, desde la energía nuclear y la cohetería hasta la medicina y la genética. Contaba con todo lo necesario para dar el salto: energía, praderas, agua, todos los minerales imaginables y una sociedad educada y sin conflictos. Hacía gala además de una inquietante tendencia al comportamiento independiente, como lo comprobó Henry Kissinger en la famosa conferencia sobre población de 1974. En suma, la Argentina reunía todas las condiciones como para ser blanco de un ataque. Y lo fue.

El golpe militar de 1976 tuvo el propósito declarado de combatir a la guerrilla, y el objetivo oculto de acomodar la economía argentina al orden mundial gestionado desde los Estados Unidos. El asesoramiento brindado por el Comando Sur (y también por algunos ex miembros de la OAS francesa) sobre la forma de reprimir la insurgencia, las señales ambiguas de Washington respecto de Malvinas, el flujo constante y generoso de dólares en préstamo asegurado por David Rockefeller, y las políticas económicas del ministro José Martínez de Hoz se combinaron en una sinergia letal. Cuando los militares volvieron a sus cuarteles en 1983, dejaron un país sin guerrilleros pero desarticulado, indefenso, endeudado como nunca antes en su historia, y herido en su estructura productiva. Es decir, lo dejaron en manos del FMI.

La Argentina ya había requerido los auxilios del Fondo en 1958, 1959, 1960, 1961, 1962, 1967, 1968, 1975 y 1976 (antes del golpe): se trataba de pequeños préstamos puente destinados a salvar ocasionales desajustes financieros, tal como había sido el propósito original del FMI. A partir de 1976, cuando la Argentina comienza a endeudarse seriamente con la banca privada y a recibir inversiones extranjeras, el FMI se convirtió de hecho en garante de que los prestamistas pudieran cobrar sus créditos y las empresas retirar sus dividendos en divisas fuertes sin inconvenientes. Ése fue el propósito central en los acuerdos firmados con el Fondo en 1976, 1977, 1983, 1984, 1987, 1988, 1989, 1991, 1992, 1996, 1998, 2000, 2003 y 2018, todos los cuales incluyeron recomendaciones o exigencias de política económica.

El FMI es un dealer de dealers, proveedor pero también agente de seguridad para otros proveedores y, al estilo de Barceló y Ruggierito en la Avellaneda del siglo pasado, servicial custodio de los consumidores sociales. El economista Hudson lo describió así en una reciente entrevista: “Otra vez la Argentina está a punto de defaultear o repudiar la deuda que tiene con el Fondo Monetario Internacional, que esencialmente es un arma de la política exterior norteamericana. El FMI le presta plata a un país como la Argentina para solventar la fuga de capitales. Hace posible que las empresas norteamericanas y las familias ricas de la Argentina saquen fuera del país sus fondos en pesos, o escudos, o lo que usen allí, convertidos en dólares.” Hudson no conoce muy bien la Argentina: duda sobre la denominación de su moneda. Pero la cita como ejemplo sobre cómo funciona el FMI, cuáles son sus políticas respecto de cualquier país.

El ex presidente Macri, probablemente de manera involuntaria, le dio la razón al académico estadounidense cuando confió en un reportaje que “la plata del FMI la usamos para pagarles a los bancos comerciales que se querían ir porque tenían miedo de que volviera el kirchnerismo”. Las críticas que suscitó esa declaración le obligaron entrar en detalles que no hicieron más que ratificar su admisión inicial: “La plata de la deuda fue para pagar uno a uno los préstamos que iban venciendo, porque el que tenía ese préstamo no lo quería renovar”, dijo y añadió: “El FMI nos prestó para que podamos pagar y no entrar en default, y seguir administrando la transición política hasta el segundo mandato”.

No es un secreto que Donald Trump intervino personalmente para que el FMI aceptara conceder a la Argentina, contra la opinión de los socios europeos, un préstamo de magnitud sin precedentes. Pero, ¿con qué intenciones? ¿Arrojarle un salvavidas a un amigo o, como supone Hudson, amarrar todavía más a la Argentina con los lazos de la deuda? Macri no tiene dudas. Piensa que Trump “se portó muy bien con nosotros” y cree en las bondades del Fondo: “No están para ganar plata, sino para que a la Argentina le vaya bien. Necesitan que todos los países del mundo se fortalezcan y contribuyan a mejorar la calidad de vida de los habitantes de este planeta. El FMI pide un plan. Si hay un plan, esto se refinancia.” El FMI pidió y obtuvo un plan en cada uno de los acuerdos citados, pero a la Argentina nunca le fue bien.

Hudson describe así la naturaleza de los planes solicitados: “Y entonces el FMI deja que la moneda local colapse, de hecho insiste en que la moneda colapse. Porque dice que cuando uno no puede pagar sus deudas, la manera de hacerlo es imponer la austeridad, bajar los salarios y recortar la inversión en infraestructura, detener el gasto público. Y así, el resultado de esta política del FMI, con el Banco Mundial detrás, es reducir cada vez más la capacidad de los países para pagar sus deudas. Y así es cómo se endeudan cada vez más, y se vuelven cada vez más dependientes del crédito oficial estadounidense. Los préstamos del FMI y esencialmente la deuda se usan internacionalmente para empobrecer a otros países, tal como se está empobreciendo ahora la economía norteamericana.”

Pero se necesitan dos para bailar el tango. El FMI no tendría poder sobre la Argentina si no hubiese encontrado aquí su pareja en la casta política. La coreografía entre el dealer y el adicto es así: la casta primero endeuda al país para cubrir su propio desorden presupuestario, para proveerse de dólares baratos que se vende a sí misma y a sus amigos, y para brindar oportunidades a los expertos en triquiñuelas financieras; como no puede pagar sus vicios, algo que tanto el FMI como la casta saben de antemano, acto seguido renegocia el pago de la deuda en condiciones cada vez más lesivas para el país pero que aseguran el mantenimiento del sistema.

El endeudamiento es una estafa a la Nación, siempre lo ha sido. Desde el último cuarto del siglo pasado, la Argentina se ha endeudado de manera multimillonaria (y también ha pagado deuda de manera multimillonaria), pero el crédito no se advierte en inversiones ni en infraestructura ni en desarrollo. El único efecto palpable del endeudamiento ha sido el de paralizar el desarrollo argentino, abaratar el trabajo argentino y rebajar el precio de los activos argentinos. Y aumentar los impuestos.

En 1975, la deuda externa argentina sumaba 7.947 millones de dólares y representaba un 35% del PBI. Al término del primer semestre de este 2021, la deuda alcanzó los 257.643 millones de dólares y representó un 70% del PBI. Entre una fecha y otra se suscribieron 17 acuerdos con el FMI, cada uno acompañado de sus pertinentes recetas sanadoras. O el médico no acierta con el diagnóstico, o el adicto no tiene cura, y le están robando la plata con tratamientos inútiles mientras lo mantienen convenientemente abastecido. El fallecido diputado Mario Cafiero dejó documentado ese robo en dos trabajos cuya consulta es aleccionadora. El primero figura como anexo del llamado “informe Carrió” sobre lavado de dinero, emitido en 2001 por una comisión investigadora especial de la Cámara de Diputados. El segundo se titula “El FMI y la debacle argentina (1976-2003)”, y también se lo encuentra en los archivos de la cámara.

La economía argentina no recuperó la salud con las recetas del Fondo, dice Cafiero en el segundo informe citado. Pero, en cambio, “el FMI logró en Argentina un resultado concreto; obtuvo una profunda transnacionalización de su economía, en beneficio directo, casualmente, de las empresas e intereses del grupo de países del G7, que controlan el FMI”. Y agrega: “los resultados de estas políticas, que se miden en dramáticos costos sociales, económicos y humanos, han recaído y siguen recayendo sobre las espaldas del pueblo argentino, en especial de los más desprotegidos y pobres”. En el anexo al “informe Carrió”, Cafiero muestra cómo el pago de los intereses de la deuda representaba en 2001 el 20% del déficit fiscal; ahora la proporción se redujo a casi el 16% pero sólo porque el gobierno incrementó el déficit en todos los demás rubros.

La renegociación del crédito exorbitante que el FMI concedió al gobierno de Macri no es un simple trámite financiero como el ex presidente sugiere con desconcertante puerilidad. Sus condiciones pueden afectar seriamente la capacidad de decisión de cualquier gobierno respecto del manejo de su economía. Hay que reconocer que la vicepresidente tuvo una mirada más cautelosa sobre el asunto: “Nuestro país tiene el peso inédito de una deuda también inédita con el FMI. Es un momento histórico de extrema gravedad, y la definición que se adopte y se apruebe puede llegar a constituir el más auténtico y verdadero cepo de que se tenga memoria”, escribió Cristina Fernández hace algunos días. Y descargó la responsabilidad, correctamente, en el Congreso nacional.

No se trató, sin embargo de un republicanismo tardío de la líder kirchnerista, sino de una olímpica lavada de manos: “No es Cristina”, dijo hablando de sí misma en tercera persona. “Es el titular del Poder Ejecutivo quien lleva adelante las negociaciones, en ejercicio de su responsabilidad constitucional en esta materia” y “son los 257 diputados y los 72 senadores quienes tienen la responsabilidad legal, política e histórica de aprobar o no cómo se va a pagar y bajo qué condiciones la deuda más grande con el FMI de todo el mundo y de toda la historia”. Si después vienen los reproches, nunca está de más preparar de antemano el “yo no fui” y el “yo avisé”. Resguardos que toma cualquier político avisado.

Alberto Fernández, por su lado, pretendió hacerse el duro: “Antes de cerrar un nuevo acuerdo”, intimó a Kristalina Georgieva, “haga su evaluación de lo que fue el fallido programa por el que se desembolsaron 44.000 millones de dólares que se mal utilizaron en pagar deuda insostenible y en financiar salida de capitales”. Fernández le alcanzó su propia evaluación, pero no era necesario. Antes de que el presidente argentino lanzara su desafiante exigencia, el Fondo ya tenía preparado el balance sobre la utilización del préstamo que ahora debe renegociar, algo rutinario en estos casos. “Hemos trabajado hasta ahora de manera constructiva, pero aún queda mucho por hacer”, lo sofrenó Georgieva, instándolo a “trabajar por un programa que mejore significativamente los fundamentos macroeconómicos de la Argentina y la coloque en una senda sólida para recuperarse de esta crisis”.

Mauricio, Alberto, Cristina y Kristalina pueden estar tranquilos: la casta política va a aprobar la renegociación, como lo ha hecho desde 1983, con algún tira y afloja irrelevante sobre sus términos y condiciones como para salvar la cara y entretener a la tribuna.

“Como siempre ocurrió en la historia argentina, y ahora no será excepción —escribió el consultor Marcelo Posada—, el acuerdo con el FMI es a favor de la perduración del endeudamiento de mediano plazo, a favor de que la casta siga su juego y, por consiguiente, a favor de prolongar la agonía de la sociedad. Cada intervención del FMI ‘a favor del país’, como la de 2018, es en contra de la sociedad, y ésta será lo mismo. Los parches de estos ‘acuerdos’ sólo sirven para impedir cualquier reforma estructural del Estado. Y no sólo cualquier reforma: también inciden para asegurar el mantenimiento de la presión impositiva. Al buscar mantener elevados los ingresos públicos (para destinarlos al pago de la deuda), el FMI se opone a la reducción de impuestos”.

5Negociar con el Fondo es inmoral, no hacerlo es por lo menos imprudente: lo sabe cualquiera acostumbrado a tratar con dealers. O abonado a Netflix. La casta parasitaria entiende muy bien el mensaje mafioso contenido en las cifras del “riesgo país”, la amenaza que agitan cada noche los noticieros televisivos.

 

Artículo originalmente publicado el 10/12/2021 por Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2021/12/la-casta-y-el-fondo.html

Tomado a su vez de https://gauchomalo.com.ar/la-casta-y-el-fondo/