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EL AGUA SERÁ SIEMPRE EL RECURSO MÁS VALIOSO

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de Rony Michaud en Pixabay

Para un proyecto del grupo estadounidense “Quartz”, acerca de cómo será el mundo de aquí a 50 años, se le preguntó a un grupo de expertos (empresarios, artistas, activistas y académicos) cuál sería el recurso más valioso del orbe en 2070. Casi todos repitieron una sola palabra: agua. Luego del aire que respiramos por medio de la atmósfera terrestre y sin el cual falleceríamos en pocos minutos, el agua será siempre el recurso más valioso. Nuestros propios cuerpos contienen más de un 70% de agua. Naturaleza y vida humana están impregnadas y penetradas por el agua; lo propio sucede en nuestras actividades, desde el quehacer cotidiano hasta los procesos industriales más complejos. Y eso que apenas tenemos en materia de agua dulce un 3% del total planetario, ya que el resto es agua salinizada de los mares. Y aun sabiendo eso desperdiciamos el agua continuamente, un verdadero pecado que se suma a las diversas aberraciones en materia de empobrecimiento y maltrato del medioambiente que hoy sufrimos a nivel global.

Para el sector privado en general -desde los fabricantes de bebidas de toda naturaleza hasta las manufacturas más sofisticadas- la oferta disponible de agua es una cuestión de triunfar y ganar dinero o quebrar con grandes pérdidas. La escasez de agua es pues un problema urgente y requiere de incentivos adecuados para resolverse. ¿Qué tan urgente? Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la mitad de la población mundial vivirá en áreas de alto estrés hídrico para 2030 y la escasez de agua desplazará a millones de personas que emigrarán de su lugar de origen en busca del precioso elemento en otras latitudes. El cambio climático es una de las principales causas de esta escasez, aunque está lejos de ser la única. Las empresas multinacionales finalmente se están dando cuenta de la importancia de gestionar la escasez de agua dulce para poder enfrentar una inminente crisis hídrica. El agua, su disponibilidad, calidad y capacidad para infligir daño o dar vida, se ha convertido silenciosamente en un problema clave para la comunidad mundial. Por otro lado, en lugares donde hay abundante agua no se la utiliza debidamente, se la desperdicia o se la administra mal. Un claro ejemplo: Manaos, la capital del estado Amazonas del Brasil, está asentada sobre las orillas del río homónimo, el más caudaloso del mundo y, sin embargo, en varias zonas de esa localidad escasea el agua como consecuencia de su pésima administración. Hay ejemplos similares en muchas otras partes, particularmente en Sudamérica, pese a la abundancia hídrica proveniente de las cuencas fluviales, precipitaciones y deshielos cordilleranos.

El agua es valiosa, pero su precio comercial e industrial es bajo; encima de ello, se la desperdicia y no se la valora debidamente. El conjunto de factores negativos está alimentando una crisis planetaria que, de no cambiar las actuales pautas hídricas de consumo y de administración, generará un problema universal de graves consecuencias para la humanidad. En fin, recordemos siempre que el agua es vida, pero también puede ser muerte si la tenemos en exceso (inundaciones) o si debemos pelear por ella. Ojalá encontremos un punto sustentable de equilibrio apto para satisfacer las múltiples necesidades en las que el agua es factor vital.

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

 

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, <https://eldeber.com.bo/161709_el-agua-sera-siempre-el-recurso-mas-valioso>.

NEPOTISMO O LOS PELIGROS DE LA FAMILIA

Agustín Saavedra Weise*

 

Se cuenta que el legendario Julio César, mientras era apuñalado en las escaleras del Capitolio romano, observó que su hijo adoptivo estaba entre los asesinos y al morir exclamó: “¡Tú también, Brutus!”. Desde antes de esa época y hasta nuestros días, el ingreso de los familiares a la vida pública de los políticos siempre tuvo ribetes peligrosos.

El nepotismo ha sido y es parte integral de la administración pública en cualquier país del planeta; no hay quien se salve. Los poderosos de turno siempre nombran en cargos oficiales a algunos de sus parientes. La palabra “nepotismo” deriva del latín “nepote”, sobrino en castellano. El término se popularizó para referirse genéricamente al nombramiento de familiares en cargos estatales. El nepotismo sería menos malo si se nombrara parientes por su capacidad. Lo penoso es cuando el parentesco pasa a ser prioridad y de último va la eficiencia. Por otro lado, debe reconocerse que hay parientes “tranquilos” que —eficaces o no— transitan por cargos de prebenda sin mayores problemas y, por tanto, más allá de la irregularidad de sus designaciones, disfrutan de sus “pegas” sin ocasionarle desventuras al soberano de turno.

El inconveniente surge cuando el miembro de la familia en un cargo público se transforma en algo embarazoso para el mandatario, sea este dictador, monarca, presidente o cacique. La historia —antes y después de la tragedia del César— es pródiga en anécdotas de parientes conspiradores y/o creadores de problemas. Quién no recuerda las vicisitudes de Ricardo Corazón de León que, mientras luchaba en las Cruzadas, debía vérselas en Inglaterra con su pérfido hermano Juan. Una ancestral leyenda británica cuenta que el Rey Arturo cayó destruyendo a Camelot, a sí mismo y a su mítico reinado, por las intrigas de su hermana Morgana en combinación con su hijo Mordred. Son innumerables las historias —en la antigüedad y el presente— de líderes caídos en desgracia por causas familiares. También en la Iglesia católica, el Papado cometió muchos actos de nepotismo en el pasado.

Si escarbamos la memoria hacia atrás y hacia el presente, en el país y en el exterior, tanto usted estimado lector como el que escribe, podríamos citar muchos ejemplos más de políticos que se sometieron a los peligros de la familia y pagaron caro por ello.

El nombramiento de parientes es una especie de mecanismo de protección que se remonta a la primitiva formación de tribus y clanes. La designación en ciertas posiciones de familiares cercanos le aseguraba al jefe permanencia y la seguridad de no ser traicionado. No siempre las cosas han sucedido de esa manera, tal como hemos visto. En realidad, el nepotismo puede traer más inconvenientes que ventajas.

El nepotismo nació con la organización social humana y seguramente permanecerá. Existe hasta un país explícitamente nepotista. Tal el caso de Arabia Saudita, donde el nombre del Estado obedece a la familia reinante: los Saud. En otras naciones se intenta ser menos desvergonzados y los casos de nepotismo se los disimula o no son tan notorios, pero, repetimos, no hay quien se salve: la secular regla de gobernar con familiares sigue vigente.

Conviene tener “in mente” los ejemplos de la historia y dosificar el nepotismo. El príncipe que confía en sus parientes quizá hoy no tenga final trágico, pero aun así los peligros de la familia persisten. Un tendal de gobernantes perjudicados a lo largo del tiempo es prueba demoledora de que poner familiares en cargos públicos casi siempre acarrea lamentables consecuencias.

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://www.eldeber.com.bo/160511_nepotismo-o-los-peligros-de-la-familia

VERDADES ENERGÉTICAS QUE NO PERCIBIMOS

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de James Armbruster en Pixabay

Por gentileza de Ricardo Vásquez López —destacado ingeniero boliviano que ejerce funciones en Abu Dabi— he recibido un artículo de Mark Mills titulado “41 inconvenientes verdades acerca de la economía de la nueva energía” que vale la pena comentarlo con nuestros lectores. Aquí está la fuente: https://fee.org/articles/41-inconvenient-truths-on-the-new-energy-economy/.

Independientemente de la opinión acerca de por qué se requiere una transformación energética, la física y la economía combinadas con la realidad dejan en claro que una nueva economía energética no será rápidamente alcanzada. Bill Gates expresó en su momento que para comprender las realidades energéticas debemos incorporar a la aritmética.

Almacenar el equivalente energético de un barril de petróleo (aprox. US$ 57) requiere 8.000 kilos de baterías Tesla que cuestan US$ 200.000. ¿Qué tal? Aún estamos lejos de abandonar los combustibles fósiles, por muchos avances que se hayan logrado en términos de energía solar y eólica. Las llamadas energías “limpias” cubren solo el 3% del consumo mundial. El tan odiado carbón sigue siendo utilizado en abundancia e implica un 15-20% del consumo energético mundial. Y guste o no, los hidrocarburos colectivamente suministran el 84% de la energía planetaria.

Hoy se cree que estamos en la cúspide de una revolución energética que impulsada por la tecnología reemplazará rápidamente al carbón, al petróleo y al gas. Ello se basa en la creencia generalizada de que las tecnologías de energía eólica, solar y el almacenamiento de baterías están experimentando el mismo tipo de dinámica usual en informática y comunicaciones. Pero Mark nos advierte que esta analogía pasa por alto las profundas diferencias entre los sistemas que producen energía y los sistemas que producen información. Lamentablemente, no será posible que el mundo pueda transitar en el corto plazo hacia un nuevo contexto energético.

Mark asegura que los científicos aún tienen que descubrir algo tan notable como los hidrocarburos en términos de combinación de bajo costo, alta densidad de energía, estabilidad, seguridad y portabilidad. Las tecnologías solares han mejorado, continuarán siendo más baratas y eficientes, pero aún les falta mucho. Asimismo, la energía eólica también ha mejorado, pero sus límites físicos en materia de captura de energía siguen siendo limitados.

La producción anual de Giga Factory de Tesla (la fábrica de baterías más grande del mundo) apenas podría almacenar tres minutos de la demanda anual de electricidad en los Estados Unidos y se necesitarían 1.000 años de producción de baterías para la demanda de electricidad en ese país durante ¡¡Apenas dos días!!

Así sucesivamente, Mills desgrana las 41 razones para no ser optimistas. Su artículo es un baño de agua fría —inclusive para mí mismo— pero la única verdad es la realidad y es esa realidad la que nos presenta este experto contra los optimismos de ecologistas y ambientalistas quienes -con buena intención- pregonan un rápido cambio por energías limpias, aunque eso aún esté lejos en el horizonte. Nos guste o no, las energías fósiles y el carbón están aquí para quedarse por varias décadas más…

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/159777_verdades-energeticas-que-no-percibimos