LA INTELIGENCIA, LA SEGUNDA PROFESIÓN MÁS ANTIGUA DEL MUNDO

Marcelo Javier de los Reyes*

Josué 2:1-7. Rajab cubriendo a los espías. Fuente: Evangelizadoras de los apóstoles.

En mis clases de Inteligencia siempre hice una primera clase referida a los orígenes de esta profesión que, como muchos sabrán es la segunda más antigua de la humanidad. Creo que no cabe mencionar la primera, porque la conocen, y si no agudicen su imaginación.

En textos tan antiguos como la Biblia o El Arte de la Guerra de Sun Zi se hace referencias a los espías. Entre los libros de la Biblia pueden mencionarse el del Génesis, el de Josué y el de Números 13:1-2. Precisamente, en el libro de Josué 2:1-7 es cuando se cruzan las dos profesiones más antiguas: el espionaje y la prostitución. Claro, por esa época no se usaba el término “inteligencia”, actividad que tiene su origen en la que llevaban a cabo los espías.

Ambas profesiones, o más específicamente la Inteligencia y el sexo, se cruzaron a lo largo de la historia y, quizás, se sigan cruzando…

El primer caso, en la Biblia

La labor de los espías —la cual es sólo una parte de la actividad de inteligencia—, es decir la observación, está considerada como la segunda profesión más vieja del mundo. Como todos sabemos la prostitución es la que se considera más antigua.

En la Biblia, en el libro de Josué 2:1-7, dice:

Josué, hijo de Nun, mandó en secreto a dos espías desde Setim, diciéndoles: “Id a explorar la tierra y Jericó”. Ellos fueron y entraron en la casa de una mujer prostituta que se llamaba Rajab, y pasaron la noche allí. Entonces avisaron al rey de Jericó, diciendo: “Unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para explorar la tierra”. Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab: “Saca a los hombres que han venido a ti y han entrado en tu casa, porque han venido para explorar todo el país. Pero la mujer, que había tomado a los dos hombres y los había escondido, dijo: “Es verdad que vinieron a mí unos hombres, pero yo no sabía de dónde eran. Cuando iba a ser cerrada la puerta de la ciudad, siendo ya oscuro, esos hombres salieron y no sé a dónde se han ido. Perseguidlos aprisa y los alcanzaréis”. Pero ella los había hecho subir a la azotea y los había escondido entre unos manojos de lino que tenía ordenados sobre la azotea. Entonces los hombres los persiguieron por el camino del Jordán, hasta los vados. Y después que salieron los que los perseguían, cerraron las puertas de la ciudad.[1]

Este relato bíblico continúa pero solemos recurrir a esta parte al introducirnos en las clases de Inteligencia ya que es interesante por las siguientes razones:

  1. A través de él podemos apreciar como las que serían las dos más viejas profesiones se relacionan e interactúan. Por un lado, tenemos a los espías israelitas infiltrados en Jericó enviados por Josué y por el otro a Rajab, la prostituta.
  2. Se trataría de los primeros espías documentados de la Historia.
  3. Se menciona la actividad de inteligencia y la de contrainteligencia que respondía al rey de Jericó y que intentó apresar a los espías en la casa de Rajab.

La relación entre las dos profesiones más antiguas del mundo, o entre el espionaje y el sexo, se encuentra en toda la historia de la inteligencia y continúa. Los ejemplos son numerosos.

La Primera Guerra Mundial: la “Agente H21”

La Primera Guerra Mundial incrementó considerablemente las actividades de inteligencia, incluyendo el sabotaje, el espionaje, la interceptación de comunicaciones, con varios casos de codificación, interceptación y decodificación de información. Una de las más célebres fue la que puso fin a la carrera del “Agente H21” —“H” por la inicial de su coordinador, Hoffmann—, el nombre clave asignado por la inteligencia alemana a la mítica Mata Hari (“Ojo del día”), nombre real Margaretha Gertrudis Zelle, nacida en los Países Bajos[2]. Durante la Gran Guerra mantuvo relaciones íntimas con jerarcas de ambos bandos beligerantes: militares, empresarios, banqueros y políticos. Estas relaciones eran relevantes por “la información privilegiada que buscan los gobiernos enfrentados en el conflicto. Por este motivo su persona atrae la atención de varios servicios secretos”[3].

Mata Hari (“Ojo del día”). Nombre real: Margaretha Gertrudis Zelle.

En 1915, cuando residía en los Países Bajos fue reclutada por Karl Cramer, un conocido suyo que trabajaba en el consulado alemán, quien le ofreció la posibilidad de viajar a París para adquirir ciertos conocimientos de inteligencia[4]. Los franceses observaron sospechosamente esas relaciones. Fue entonces cuando se le asignó la denominación “Agente H21”. En París obtuvo información sobre una ofensiva que los franceses llevarían a cabo en la semana siguiente y se la transmitió a los alemanes. Viajó a Frankfurt para recibir un mayor entrenamiento por parte de Elsbeth Schragmüller, la espía “Fräulein Doktor”[5], quien se instaló en Bruselas y se dedicó a la interceptación de correspondencia tras la ocupación alemana.

Cabe aquí destacar que Schragmüller —conocida por los franceses como “Mademoiselle Docteur”— fue la primera mujer que dirigió el Departamento Alemán de Espionaje contra Francia y la primera que dotó a esos servicios secretos de una mejor conexión y organización[6].

Instalada nuevamente en Francia, Mata Hari fue contactada por el capitán Georges Ladoux con la intención de reclutarla para la contrainteligencia francesa, convirtiéndose en doble agente. Entre sus “objetivos” se encontraban el gobernador militar de la Bélgica ocupada y el hijo del káiser.

En Madrid intimó con el agregado militar de la embajada de Alemania, Arnold Kalle, quien le proporcionó información falsa acerca de un submarino que desembarcaría en Marruecos, mensaje que Mata Hari entregó a los franceses. Cayó en la trampa. El servicio alemán envió un cable a Berlín, utilizando un código que los franceses habían logrado decodificar: “Agente H21 acaba de llegar tras enrolarse en el servicio francés. Pide instrucciones y dinero”. Desde Berlín respondieron que dejaban US$ 5.000 en el banco Comptoir National d’Escompte, en París, mensaje que fue interceptado por el servicio francés. Fue capturada, sentenciada y ejecutada en el castillo de Vincennes.

Un famoso caso de la Guerra Fría

Otro caso muy famoso en el que se mezcló el sexo y el espionaje fue el “caso Profumo”, que toma su nombre del Secretario de Guerra del Reino Unido, John Profumo, del gobierno del primer ministro Harold McMillan. Una noche de julio de 1961 Profumo participó en una fiesta en la casa de campo de Lord Astor a la que asistieron la joven Christine Keeler —camarera nudista del club nocturno Murrays del Soho de Londres—, su compañera de trabajo Mandy Rice Davis, el osteópata Stephen Ward y el jefe del MI5 —el servicio de inteligencia británico— Roger Hollis. Profumo, quien estaba casado con la actriz Valerie Hobson, se involucró en un romance con Keeler quien, a su vez, mantenía una relación con el agregado naval soviético Eugene Ivanov, en realidad espía de la Unión Soviética. En el marco de la Guerra Fría, el involucramiento de un agente de inteligencia soviético fue lo que agravó el caso, el cual derivó en un serio escándalo que salió a la luz en 1962. La relación de la joven Keeler con Ivanov despertó las sospechas del MI5, el servicio de Inteligencia británico, por lo que estaba siendo vigilada.

Christine Keeler en 1963. Fuente: STF AP

Profumo, en principio, manifestó ante la Cámara de los Comunes que sólo eran amigos pero finalmente reconoció la verdad en el Parlamento y renunció el 5 de junio de 1963, alejándose así de la política. Poco después, a causa de este escándalo, el primer ministro, Harold McMillan, presentó su renuncia.

El doctor Stephen Ward era un importante vínculo entre las élites políticas y sociales del Reino Unido, para algunos en realidad un proxeneta porque relacionaba a hombres poderosos con jóvenes. De hecho, fue acusado de proxenetismo. Murió de una sobredosis de pastillas para dormir pocos días después que el jurado anunciara su veredicto.

El “caso Profumo” también salpicó a la corona británica, algo que no dejó pasar por alto la serie de Netflix “The Crown”. Stephen Ward también tenía sus amigos en la monarquía e integraba el selecto grupo de hombres poderosos que formaban parte del “Club de los Jueves”, en el que se llevaban a cabo fiestas clandestinas y al que asistía el príncipe Felipe de Edimburgo, el esposo de la reina Isabel II.

John Profumo, Secretario de Guerra del Reino Unido
El caso “Vanunu”

Un caso relativamente reciente es el del técnico nuclear israelí Mordechai Vanunu, judío nacido en Marruecos, quien ingresó a trabajar en 1976 en la central nuclear de Dimona, localizada en el desierto de Neguev.

En 1985 renunció a la central nuclear, que tenía una cobertura de planta textil, y se marchó de Israel. Luego de viajar a Nepal se estableció en Sydney, Australia, ciudad en la que se convirtió al anglicanismo. Allí entró en contacto con un grupo antinuclear y entró en contacto con un periodista que lo incentivó a divulgar su información sobre el plan nuclear israelí. Vanunu se había ido al exilio llevando unas fotos que había tomado de la planta de Dimona.

En septiembre de 1986 Vanunu le reveló al The Sunday Times que su país estaba en capacidad de producir armas nucleares. Esa publicación fue la primera en revelar los secretos nucleares de Israel al mundo después de que el periódico publicara filtraciones proporcionadas por el técnico israelí.

Establecido en Londres, fue cautivado por una joven israelí. En realidad se trataba de una joven judía estadounidense, Cheryl ben Tov, quien se había ido a vivir a un kibbutz y que había contraído matrimonio con un analista del Aman —el servicio de inteligencia militar de Israel—. La joven fue destinada a conocerlo en Londres, cautivarlo e invitarlo a viajar con ella a Roma donde supuestamente vivía su hermana. Allí los agentes del Mossad lo secuestraron, lo drogaron y lo enviaron a Israel por mar en un carguero.

El 5 de octubre de 1986, el diario británico The Sunday Times reveló los secretos del arsenal nuclear de Israel.

Mordejai Vanunu fue condenado a 18 años de cárcel por “espionaje al Estado” y “traición” y sometido a un aislamiento e incomunicación total durante once años. Fue liberado en 2004 pero sometido a restricciones y vuelto a detener esporádicamente.

En 2010 Mordechai Vanunu, sentado entre dos guardias de la prisión, a la espera de comparecer ante el tribunal acusado de violar las condiciones de su liberación de 2004. Foto: Dan Balilty / AP.
El mentor de los “Romeos”

El jefe del servicio exterior del Ministerio de Seguridad del Estado (Ministerium für Staatssicherheit), más conocido como Stasi, el servicio de inteligencia de la República Democrática Alemana, Markus Wolf, da cuenta en su libro autobiográfico El hombre sin rostro del uso de los “Romeos”, es decir agentes destinados a “conquistar el corazón de las mujeres con el fin de llegar a los secretos estatales y políticos a los cuales sus ocasionales compañeras tenían acceso”[7].

Markus Wolf y su libro “El hombre sin rostro. La autobiografía del gran maestro del espionaje comunista”.

El propio Wolf afirma que él no inventó “el vínculo entre el idilio y el espionaje” sino que se remonta a tiempos inmemoriales y que los servicios de seguridad lo utilizaron “para acercarse a las figuras interesantes”. En su capítulo ocho, titulado “El espionaje por amor”, hace mención al mencionado relato bíblico de la prostituta Rajab y expresa que él no habría tenido a Mata Hari en su “nómina de pagos” ya que la consideraba “una espía lamentable”.

Vale citar un párrafo interesante de por qué formó a sus Romeos:

En este siglo, las mujeres comenzaron a ser útiles para los organismos de inteligencia en papeles que no eran los de prostituta de buen corazón y seductora. Asumieron las tareas que antes habían sido masculinas como secretarias de importantes figuras, y con el ascenso del feminismo ellas mismas se convirtieron en secretarias de Estado, consejeras de los políticos, académicas importantes y depositarias de secretos estatales. De modo que no es sorprendente que apareciese la contraparte masculina de Mata Hari, es decir, el Romeo convertido en espía.[8]

Cabe recordar que la actuación de su servicio de Inteligencia tuvo lugar en el marco de la Guerra Fría, en el marco de la confrontación ideológica que separaba a la República Democrática Alemana de la República Federal Alemana, en donde se encontraban sus principales objetivos.

Cuenta que su primer Romeo —cuyo seudónimo era Félix— comenzó a trabajar a principios de la década de 1950. Era un joven estudiante que fue instruido en los diferentes métodos para verificar si era seguido, apelando a los diferentes ángulos visuales desde los cuales es posible practicar la vigilancia y cómo evitar ciertas posiciones en una multitud. Como señala Markus Wolf, “la regla fundamental, incluso para el espía más cuidadoso, es no creer jamás que uno no está vigilado”[9].

A lo largo de varias páginas menciona operaciones llevadas a cabo por sus Romeos, los cuales llegaron a infiltrarse en la cancillería de la República Federal. En algunos casos se procuraba reclutar a la mujer que tenía acceso a la información de interés. Wolf destaca que en la década de 1950 había numerosas mujeres maduras y solitarias que esperaban con anhelo tener a un compañero a su lado y esto era debido a “la escasez de hombres típica de una posguerra”.

En otros casos, el trabajo llevaba a un enamoramiento real y cuando el agente Romeo corría riesgos a causa de la contrainteligencia de la República Federal, había que extraerlo repentinamente, destruyendo afectivamente a la mujer —quien nunca más sabría de su novio— y debiendo consolar al agente. Pero Wolf lo tenía claro, pues “si se trataba de elegir entre salvar a un agente y salvar un idilio, yo no tenía más remedio que ser cruel[10].

Gracias al trabajo de “Félix” logró acercarse a la Cancillería Federal, por entonces encabezada por Hans Josef Maria Globke (1898 – 1973), abogado que fue Subsecretario de Estado y Jefe de Gabinete de esa Cancillería alemana en Alemania Occidental del 28 de octubre de 1953 al 15 de octubre de 1963. Globke tenía un importante pasado nazi y era un íntimo confidente del canciller Conrad Adenauer, además de un acérrimo enemigo del comunismo.

La operación fue llevada por la propia astucia de “Félix” quien encontró el modo de infiltrarse en el personal de la Cancillería a partir de esperar el ómnibus en una parada cercana al edificio. Allí conoció a Norma, con la que primero estableció una amistad que luego se convirtió en romance. Pero con el tiempo “Félix” debió ser extraído de la República Federal y se debió emplear a otro agente que debió vincularse con otra mujer sugerida por el propio “Félix”. Sin entrar en detalles, la operación fue exitosa y con la información obtenida se logró llevar a cabo la campaña contra Globke, quien debió renunciar en 1963. De ese modo se pudo eliminar del gobierno a un gran antagonista de la República Democrática y se despertó en Occidente la atención acerca de un numeroso grupo de nazis que servían al gobierno de la Alemania Occidental. Sin embargo, la puja entre ambas alemanias no concluyó en la década de 1960 sino que se prolongó hasta el derrumbe del Muro de Berlín.

Policías británicos encubiertos

En 2011 salió a la luz el caso de un policía británico que trabaja encubierto infiltrándose entre sus investigados[11]. El agente de la Policía Metropolitana de Londres Mark Kennedy se hacía pasar por Mark Stone y era conocido como “Flash”.

En el año 2000 se infiltró en una organización de activistas ecológicos con el propósito de recolectar evidencia acerca de supuestas actividades ilícitas que pudieran conducir a juicio y condena de sus integrantes.

Kennedy pudo informar a sus superiores que existía un plan para que un grupo de activistas tomaran por unos días la estación de Ratcliffe-on-Soar, una generadora de energía a base de carbón en las proximidades de Nottingham, como protesta contra el calentamiento global.

En abril de 2009 se llevó a cabo una redada que terminó con el arresto de 114 personas acusadas de “conspirar para cometer allanamiento agravado de morada”. De ese modo la policía pudo actuar antes de que los activistas tomaran la mencionada estación.

La Fiscalía de la Corona (CPS) inició un proceso contra seis de los detenidos pero derogó el caso cuando tomó conocimiento que Mark Kennedy estaba dispuesto a brindar testimonio a favor de los acusados. Al parecer Kennedy, tras diez años involucrado en el movimiento verde del Reino Unido, actuaba más como un instigador de actividades ecologistas que como oficial policía inmerso en una operación.

Sin embargo, la cuestión derivó inesperadamente cuando ocho mujeres de la organización ecologista denunciaron que varios policías se habían involucrado sentimentalmente con ellas[12]. Durante más de nueve años las estuvieron engañando respecto a su identidad y, a juicio de ellas, de forma deliberada y consciente, lo que entra en contradicción con lo expresado por las autoridades policiales acerca de que sus agentes secretos no están autorizados “bajo ninguna circunstancia” a dormir con las personas a las están espiando.

El agente de la Policía Metropolitana de Londres Mark Kennedy se hacía pasar por Mark Stone.

En el caso puntual de Mark Kennedy, las denunciantes afirman que mantuvo relaciones con tres de ellas, aunque él admitió haber tenido dos amantes.

Kate Wilson había establecido lo que consideraba una relación normal de pareja con Mark Stone hasta que encontró un pasaporte en la guantera de la camioneta a nombre de Mark Kennedy y fue así que descubrieron que era un policía encubierto enviado para espiar su círculo de amigos activistas. Pero luego se supo que Kennedy tuvo varias relaciones bajo su identidad falsa.

La policía pidió disculpas y ofreció una indemnización a las mujeres denunciantes, quienes alegan que no se trata de una cuestión de dinero, sino que las situaciones que han debido vivir les han ocasionado traumas de por vida porque han vivido cuestiones íntimas y familiares y han recurrido a ellos en momentos personales muy difíciles.

 

Como puede apreciarse, desde la antigüedad el espionaje y el sexo se han involucrado y no necesariamente en cuestiones vinculadas a la prostitución. En algunos casos el amor se despertó entre el espía y su objetivo, dañando a ambos. En otros casos, obedece a una práctica “institucional” no reconocida, como en el caso de la policía británica que ahora se sabe que lleva más de cuarenta años recurriendo a la infiltración clandestina de sus agentes en grupos ecologistas y políticos. Esto pone sobre la mesa una vez más los límites éticos y legales en que deben operar los servicios de inteligencia para alcanzar sus objetivos.

A pesar de ello, esta práctica antigua sin duda no desaparecerá porque es en la intimidad donde se pueden obtener los secretos mejor guardados. 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Referencias

[1] Josué 2:1,7.

[2] Josep María Ràfols, Lluís Riera. Primera Guerra Mundial. 100 años (Vol. 8 “Leyendas y espías”). Barcelona: Luppa Solutions, 2014, p. 21 y ss.

[3] Ibíd., p. 23.

[4] Ídem.

[5] Ibíd., p. 24.

[6] Laura Bondía. “Una espía alemana contra Francia.”. En: El Reservado, 18/07/2010, <http://www.elreservado.es/news/view/246-los-lectores-opinion-portada/334-una-espia-alemana-contra-francia>, [consulta: 15/08/2014].

[7] Markus Wolf. El hombre sin rostro. Buenos Aires: Javier Vergara Editor, 1997, 388 p. Ver el capítulo 8 “El espionaje por amor”.

[8] Ibíd., p. 146.

[9] Ibíd., p. 147.

[10] Ibíd., p. 149.

[11] “El policía encubierto que se unió a sus investigados”. BBC Mundo, 11/01/2011, <https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/01/110110_reino_unido_policia_encubierto_ecologistas_wbm>, [consulta: 17/02/2013].

[12] “Ocho mujeres denuncian a cinco policías británicos por ‘infiltrarse’ en sus camas”. El Mundo, 16/12/2011, <https://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/16/internacional/1324059426.html>, [consulta: 17/02/2013].

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GUAYANA ESEQUIBA: NULO E ÍRRITO EN SU ORIGEN, INVÁLIDO EN EL TIEMPO

Abraham Gómez R.*

La injusticia perpetrada ayer, jamás debe replicarse hoy.

De entrada, deseo manifestarles la inmensa expectativa que ha venido creciendo en nuestro país en cuanto a la reclamación centenaria por la extensión territorial que nos arrebataron y usurparon con vileza.

Hay casi unanimidad en todos los sectores, a los cuales se ha pulseado la opinión hasta ahora, para que se mantenga viva nuestra lucha reivindicativa para alcanzar a satisfacción tan noble e histórico objetivo.

Nos conseguimos con ideas y conjeturas que, circunstancialmente, diseñan y proponen caminos y procedimientos distintos para llegar al mismo fin; pero, sin embargo, se acoplan y calzan en una única mirada para la defensa de nuestros legítimos derechos en esa séptima parte de nuestra geografía.

Elogiamos el trabajo que se adelanta desde la vicepresidencia y la cancillería de Venezuela, a través de sistemáticas y serias consultas a los entes representativos de la sociedad civil, a las Academias, a las universidades, a los expertos y estudiosos del litigio. Nos agrada que así se lleve esta tarea; porque, en un país democrático cada ciudadano debe expresar su opinión; con mucha más razón, en el asunto que nos ocupa de tanta trascendencia e importancia.

Caeríamos en un gravísimo error —imperdonable, según los criterios de la comunidad internacional— si pretendiéramos coartar o dividir a la gente entre patriotas o desleales; o impregnar la contención, que ya se encuentra en la Corte Internacional de Justicia, de los problemas internos o embadurnarla de ideologías partidarias.

Ya lo he mencionado, en bastantes ocasiones: “el pleito chiquito queda para después, puede esperar”.

Otra consideración la expongo así: los pueblos no pueden ser relegados a la condición de simples objetos. Este aserto me permito explicarlo en párrafos sucesivos.

Acaso no resulta interesante compartir, de modo pleno, con quienes sostienen la posición que la cuestión reclamativa por la Guayana Esequiba debe tratarse libre, abierta y públicamente; por lo que se hace inaplazable insistir en las jornadas de concienciación en los más recónditos lugares de la nación, para que nuestros compatriotas asuman con entereza el compromiso de juntar voluntades, inteligencias y soluciones.

Lo que menos aspiramos es a la adhesión ciega y automática de quienes aún desconocen lo que ha venido sucediendo con el citado asunto; por el contrario, requerimos que haya un consenso generalizado, producto de conocimientos sostenidos y densamente constituidos; tanto en Caracas, como en Tucupita, Barcelona, San Cristóbal, Maracaibo, Valencia, Puerto Ordaz, Mérida, Margarita; en fin, toda la Patria hablando el mismo idioma.

La expresión que hemos venido divulgando “no hay nada de que temer”, no comporta un exagerado optimismo o un ardid con efecto placebo. Lo que decimos, lo divulgamos con sobrada justificación; porque poseemos los Justos Títulos que respaldan lo que pronto mostraremos y demostraremos —aportación de Parte— ante el Alto Tribunal de La Haya: dígase la más grande tropelía que se haya perpetrado contra un país pobre e indefenso para la época, frente a la arrogancia y soberbia del Imperio Inglés.

El Laudo Arbitral de París, del 03 de octubre de 1899, nace viciado de nulidad absoluta. Tal adefesio vergonzoso e infeliz está desprovisto de elementos esenciales para que pueda ser considerado jurídicamente válido.

Hoy, se hace preciso destacar el significativo aporte para el mundo del reconocido jurista sueco Gillis Weter, quien, en un enjundioso estudio de cinco tomos, denominado “Los Procedimientos Internacionales de Arbitraje” (Edición-1979); precisamente en su 3er. tomo, dedicado al arbitraje entre Venezuela y la Gran Bretaña, concluye que: “…Ese laudo Arbitral constituye el obstáculo fundamental para que se consolide la fe de los pueblos en el arbitraje y en la solución de controversias por vías pacíficas. Tal sentencia adolece de serios vicios procesales y sustantivos, y fue objeto de una componenda de tipo político”

Cada vez que profundizamos, una y otra vez, en examinaciones al Laudo Arbitral, conseguimos muchas causales para desecharlo, pensar y preguntarnos, en purísima realidad, sobre qué elementos objetivos se atreverá a preparar la Motivación y Fundamentación la Corte para una posible sentencia.

Jamás podemos imaginarnos; resulta impensable en estricto derecho, que ese Laudo —como pide la contraparte guyanesa— puede producir Cosa Juzgada (res Judicata) cuya fuerza sea oponible a Venezuela; en el supuesto de que nuestro país se haga Parte del Juicio, y conceda jurisdicción a la Corte Internacional de Justicia, a partir del (26) de este mes, cuando hemos sido citados para entrevistas.

Cabe aquí desempolvar una antiquísima máxima del Derecho Romano, que cobra validez y vigencia en el Derecho Internacional Público: “Lo que ha resultado nulo desde su inicio, no puede ser convalidado por el transcurso del tiempo”.

Si la CIJ sentenció el pasado (18) de diciembre, y se autoconfirió —con dudas y sospechas— jurisdicción y competencia para conocer el fondo del Recurso interpuesto por Guyana en nuestra contra (“el carácter válido y vinculante del Laudo); nosotros, que sabemos que esa mencionada tratativa tramposa es perfectamente desmontable y develable su perversión, nos permitimos exponer, en síntesis, lo que en ese escrito quedó urdido.

No hubo participación directa de Venezuela (nos asistieron dos abogados estadounidenses) en las escasas discusiones; por cuanto la representación inglesa cuestionó la delegación nuestra por considerarnos “ignorantes, negros y hediondos”.

Aparte de que no hubo Motivación para la sentencia, la misma además excedió los límites trazados en el compromiso arbitral, previamente suscrito el 02 de febrero de 1897. Hubo ultra petita y ultra vires: fueron mucho más allá de lo que se les estaba pidiendo y supra abarcaron con su determinación lo que les estaba permitido, según acuerdo contraído.

No hubo Investigación de los estudios y orígenes cartográficos ni de los Títulos Traslaticios que nuestros abogados consignaron; y entendemos que ese jurado arbitral no procedió a los análisis respectivos, dado que en una confrontación de esa naturaleza los coagentes del Imperio Inglés no saldrían en nada favorecidos. Como hasta hoy Guyana, que no tiene el más mínimo documento —de cesión histórica de derechos de nadie—que puedan oponer en la Corte. En lo único que asientan su demanda es en el ineficaz Laudo de París.

Diremos más, para que la comunidad Internacional sepa en qué basará el Tribunal de La Haya el Proceso conducente a sentenciar el fondo del litigio; aunque comparezcamos o no, en esos actos jurídicos.

Añádase que el jurado arbitral, de ingrata recordación, en ningún momento mostró interés en admitir la esencia jurídica del Principio del Iutis Possidetis Juris, el cual estructuraba la legítima posesión de Venezuela. Desestimó a todo evento tan irrebatible argumento.

El jurado arbitral eludió la aplicabilidad del Principio de Prescripción Adquisitiva; no obstantes, habiéndose establecido, con antelación, el compromiso para considerarlo en las deliberaciones (que no fueron muchas, por cierto, ni de gran trascendencia; por cuanto, allí prelaron más los arreglos políticos y diplomáticos de rusos e ingleses con bastantes subterfugios).

Se supo, por las memorias de Mallet-Prevost, que el presidente del jurado arbitral ya tenía el escrito sentencial pre elaborado, el cual alcanzó hacerlo unánime mediante extorsión, presión y amenaza al resto de los jueces; para terminar travestido —con todo y su fama— en un vulgar prevaricador.

Por eso hemos dicho, muchas veces, en todas nuestras conferencias en las universidades, que si la Corte se dispone a examinar los hechos en estricto derecho; y que si el Laudo Arbitral de París en efecto es el objeto de fondo de la segunda etapa del Proceso, se presenta la mejor ocasión a Venezuela para desenmascarar y denunciar la perversión jurídica de la cual fuimos víctima; y que la Parte guyanesa no ha hecho otra cosa que pretender torcer tamaña e inocultable realidad histórica para sus propios intereses y en comparsa con insaciables empresas transnacionales.

Guyana aspira ganar sin las mejores cartas, ni tener con qué; y nosotros solicitamos e invocamos que la Corte haga justicia al hacernos justicia.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro de la Fundación Venezuela Esequiba. Miembro del Instituto de Estudios de la Frontera Venezolana (IDEFV). 

Publicado originalmente en Disenso Fértil https://abraham-disensofrtil.blogspot.com/

 

LA ESTRATEGIA DEL CONSEJO NACIONAL DE MALVINAS. PARTE 1.

César Augusto Lerena*

El 6 de noviembre de 2020 el presidente Alberto Fernández, en oportunidad de conmemorarse el 200° aniversario del izamiento de la Bandera Argentina en Malvinas, participó de la primera reunión del Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los Espacios Marítimos e Insulares correspondientes. Foto: Cancillería Argentina.

 

Del pensamiento de sus integrantes podemos imaginarnos el futuro de Malvinas.

 

Para que podamos imaginarnos qué política puede diseñar el Consejo Nacional de Malvinas (el día que se ponga en funciones), trataré de analizar el perfil de sus integrantes. Iniciaré la saga con el experto en derecho internacional público Dr. Marcelo Kohen, y tendré en cuenta para ello, sus declaraciones a Infobae, del 22/03/2018, que adquieren hoy especial significación como miembro del Consejo Nacional de Malvinas.

Coincido con Kohen que es necesario tener un plan a la hora de llevar adelante un hipotético encuentro para negociar, no ya sobre la soberanía, que es innegociable por lo prescripto en la Constitución Nacional, sino, sobre la forma en que el Reino Unido cesaría su ocupación en Malvinas; aunque, no deja de llamarme la atención la ventilación que hace de los pormenores. La pregunta que uno debería hacerle —al ahora miembro del Consejo Nacional— es, si esta propuesta —que incluso explicitó ante los isleños— sigue estando vigente, porque en toda negociación, como en el juego de truco, uno no debe mostrar todas sus cartas y él ya ha dicho a los cuatro vientos, cuánto estaría dispuesto a ceder y, por cierto, en varias de sus concesiones estoy en total desacuerdo.

Por cierto, que una cosa es ser un libre pensador frente a una cátedra (como Kohen) y otra un negociador del gobierno. Los especialistas o expertos no necesariamente deben ser los que fijan las políticas, sino que son aquellos que dan sustento técnico a aquellas tácticas destinadas a cumplir con la estrategia ya explicitada en la Constitución. Vemos entonces que, contrariamente a lo que manifiesta Kohen, en la Argentina sí hay una “Política de Estado” y es la que se indica en la Disposición Transitoria Primera de nuestra Carta Magna: La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”. El problema, en todo caso, es que en varios de los gobiernos desde 1994 a la fecha, se han apartado de este objetivo.

A esta altura, la pregunta que se hace Kohen de ¿qué pasaría si mañana el Reino Unido accediera al pedido argentino de “negociar” que se repite desde hace 36 años? parece extemporánea, ya que, para formulársela, el gobierno argentino debiera transitar previamente varias cuestiones, de modo de no llegar a ese momento en la situación de extrema y creciente debilidad en la que se encuentra: no podemos olvidar que el Reino Unido violenta la Res. 2065 (XX) ONU del 16/12/1965, donde la Asamblea invitó “a los Gobiernos de Argentina y el Reino Unido (…) a proseguir sin demora las negociaciones…”; la Res. 1514 (XV) ONU del 14/12/1960, en especial los párrafos 1ro. y 6to. donde la Asamblea General declara que: “1. La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación y explotación extranjeras constituye una denegación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y de la cooperación mundiales (…) 6. Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas”; y también, la Res. 31/49 ONU del 01/12/ 1976 donde la Asamblea General declara que: “4. Insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las Islas están atravesando por el proceso recomendado en las resoluciones arriba mencionadas”.

Es en la elaboración de las tácticas previas, donde el Consejo de Malvinas debiera trabajar. “La carencia argentina de una propuesta concreta hace que el vacío se llene con las ideas más recalcitrantes” dice Kohen, aunque, mostrar a los isleños británicos, en este estado de cosas, una posición absolutamente concedente, me permite imaginar que las eventuales contraofertas significarían una cesión aún mayor a la que ya se propicia, a mi juicio inaceptable.

Respecto a la propuesta de Kohen de escindir las Malvinas de la Provincia de Tierra del Fuego, fundado en lo dispuesto en el art. 2º de la Ley 23.775 (provincialización del 26/04/1990) parece incompatible con lo prescripto en el art. 13º de la Constitución Nacional y los art. 1º, 2º, 81º y 87º de la Constitución Provincial de Tierra del Fuego y su Disposición Transitoria Décimo Segunda donde “La Provincia reivindica la plenitud de sus derechos jurisdiccionales, económicos, políticos y sociales y denunciará los pactos, tratados, contratos y convenios firmados con anterioridad a la asunción de las primeras autoridades provinciales constitucionales, en tanto no se ajusten a los principios de esta Constitución o afecten sus intereses” y, el art. 14º de la propia Ley 23.775 que establece: “Las normas del territorio nacional de la Tierra del Fuego vigentes a la fecha de promulgación de la presente ley, mantendrán su validez en el nuevo estado, mientras no fueren derogadas o modificadas por la Constitución de la nueva provincia, la presente ley, o la Legislatura provincial, en cuanto sean compatibles con su autonomía”.

Además de ello, ¿no escuchar la voluntad de los fueguinos respecto a separar de la Provincia de Tierra del Fuego a Malvinas? y, también, habría que preguntarse, ¿en qué estado quedarían las Georgias del Sur, Sándwich del Sur y la Antártida? Por otra parte, juntar esta iniciativa de Kohen de escindir la Provincia con la que a la vez postula, de que transcurridos treinta años “organizar un referéndum para decidir si se mantiene la situación acordada o si los isleños pueden asumir una soberanía plena” es verdaderamente —con todo respeto— propia de un novato o una propuesta probritánica (aunque no haya sido su intención) porque dada a los isleños la autonomía territorial y económica; todos los beneficios relativos al modo de vida y reconociéndoles a los 30 años los derechos a su libre determinación y siendo las autoridades locales (su propuesta) quienes aceptarían la radicación o no de argentinos continentales en la isla, es obvio esperar que la mayoría de británicos radicados en Malvinas opten por su soberanía plena. La unión de estas dos iniciativas de Kohen, es lisa y llanamente la entrega de las islas a los británicos, quienes, por aplicación de la CONVEMAR, al día siguiente reivindicarán las 200 millas, la plataforma continental e insistirán con la proyección antártica. Un suicidio.

En la idea que propicia Kohen, de crear una nueva Provincia, debería aprobarse una Constitución; aprobar y/o ratificar las leyes existentes y designar o dar continuidad de los jueces naturales, por lo cual, prever “un mecanismo de solución de controversias en caso de conflictos sobre la interpretación del acuerdo, que prevea la participación de los países garantes y a la Corte Internacional de Justicia como tribunal de alzada”, carecería de sentido y debilitaría la posición soberana de Argentina. Ya me he manifestado, por ejemplo, sobre mi posición contraria a “ir a través de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Opinión Consultiva a la Corte Internacional de Justicia de la Haya para plantear nuestro caso, que, en este escenario, podría tener los mismos efectos nefastos que invadir Malvinas y ciertamente irreversibles”.

Ahora, la propuesta de escisión de Kohen no es novedosa ya que el 24 de agosto de 2017 por Resolución 250/17 la Legislatura de la Provincia de Tierra del Fuego había “procedido a rechazar (Art.1º) categóricamente el proyecto ‘Provincia de Malvinas, Provincia 24’ llevado a cabo por un grupo de periodistas egresados de la Universidad Nacional de la Plata, encabezados por el Licenciado en Comunicación Social, Marcelo Constanzo y el Prof. Santiago Albarracín, ganador del concurso nacional “Malvinas en la Universidad” organizado por el Ministerio de Educación de la Nación junto con la Secretaria de Asuntos Relativos a Malvinas del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación en el año 2015, en lo que respecta a promover que las Islas Malvinas se constituyan en una nueva Provincia resultando contrario al principio de integridad de nuestro Territorio provincial”.

Además de ello, el rechazo del citado audiovisual lo efectuaron todos los partidos políticos de Tierra de Fuego y entre ellos el FPV y PJ y, lo notable, que —como refiere la Resolución— este proyecto fue premiado en el Programa de Investigación “Malvinas en la Universidad” organizado junto al Ministerio de Educación por la Secretaria de Asuntos Relativos a Malvinas, entonces presidida por el actual secretario de Malvinas Daniel Filmus. Rara decisión (¿o no?), de Filmus de convocar al Prof. Kohen al “Consejo Nacional de Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes”, a sabiendas, de las ideas que promueve y que tanto rechazo causaron en los fueguinos y —conocidos sus proyectos a nivel nacional— en muchos argentinos que trabajan para que la Argentina alcance el ejercicio pleno de la soberanía en Malvinas y, ello queda de manifiesto en el reciente artículo de Luciano Moreno Calderón “Una propuesta a medida del deseo kelper y los intereses británicos en el seno del Consejo Nacional de Malvinas”, donde en forma muy fundada deja de manifiesto su indignación sobre el proyecto del Dr. Marcelo Kohen.

Por otra parte, el eslogan “soberanía argentina, autonomía isleña” con el que presenta Kohen el Plan parece muy atractivo; pero, como he dicho, a poco de andar se distorsiona totalmente la cuestión soberana, cuando les da a los isleños la posibilidad de “a los treinta años, organizar un referéndum”. Ello se agrava, cuando al referirse al régimen migratorio precisa que “La autoridad de la provincia decidirá quién puede residir ahí y quién no”. Además de contrario a la Constitución Nacional (Preámbulo, artículos 14º, 20º, 22º, 25º), con este mecanismo, todo será irreversible en treinta años.

“Respetar” el modo de vida de sus habitantes no puede implicar —de ningún modo— impedir los derechos del resto de los argentinos a transitar, radicarse, invertir, etc. en Malvinas, de otro modo se trataría de una soberanía quimérica. Kohen, apoyando la idea de que las autoridades de la Provincia sean quienes autoricen o no a residir en las islas, manifiesta que “es una manera de preservar el modo de vida de sus habitantes”; pero, no se trata de “preservar” (conservar en su estado) sino de “respetar” las prácticas y costumbres habituales, es lógico suponer que con el correr de los años esos modos de vida se transfiguren, aunque conservando ciertos hábitos culturales, alimenticios, etc. como ha ocurrido con las distintas colectividades (galesas, irlandesas, inglesas, alemanas, italianas, españolas, etc.) radicadas en el continente argentino. Hay muchas formas de “respetar” el modo de vida; entre otras, manteniendo el idioma inglés (junto al castellano, ambos deberían ser obligatorios en la educación). Nadie duda que Suiza es un país que mantiene sus costumbres, aunque los idiomas oficiales sean el alemán; el francés; el italiano y, el retorrománico. También, otra forma de “respetar” el modo de vida, es mantener vigente toda la legislación respecto a la convivencia en los ámbitos urbanos y rurales, sin que ello implique no actualizarla conforme la evolución de la sociedad. Una forma de “no respetar” los hábitos fue cambiar en 1982 la circulación obligatoria de los vehículos por la derecha en lugar de por la izquierda como era la costumbre inglesa en Malvinas, lo que provocó gran confusión entre los isleños. Respecto a los nombres de los lugares, calles etc. es evidente que ello también pertenece al legado cultural; pero, todo tiene un límite, seguramente un monumento, calle o plaza con el nombre de Margaret Thatcher sería inaceptable. Por naturaleza las personas suelen adoptarse a las comunidades en las que se radican y ello puede observarse perfectamente en los pueblos del interior respecto a los grandes conglomerados urbanos.

Finalmente, estoy absolutamente en contra de promover las Organizaciones Regionales de Ordenamiento Pesquero (OROP) que propicia Kohen, ya que son un instrumento destinado a que los Estados de Bandera se apropien de la administración de los recursos de los Estados ribereños y por cierto de fortalecer la posición británica en Malvinas.

Por supuesto, que la idea de avanzar en las negociaciones desde el Estado con los isleños que promueve este experto va en contra de todo lo sostenido hasta hoy por Argentina y lo que me pareció una idea imprudente en 2018, hoy adquiere una especial significación ya que el referido Marcelo Kohen, como sabemos, es uno de los principales asesores del secretario de Malvinas Daniel Filmus en el Consejo Nacional de Malvinas.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Provincia de Corrientes). Ex Profesor Universidad UNNE y FASTA. Asesor en el Senado de la Nación. Doctor en Ciencias. Consultor, Escritor, autor de 24 libros (entre ellos “Malvinas. Biografía de Entrega”) y articulista de la especialidad.

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