EL COLLAR DE PERLAS BRITÁNICO EN EL ATLÁNTICO SUR. UNA AMENAZA A LA SEGURIDAD REGIONAL.

Marcelo Javier de los Reyes*

 Foto: Histamar

Introducción

El actual escenario internacional nos muestra varios puntos en los que se producen fuertes tensiones, como en Siria, Iraq, la región Afganistán-Pakistán, Ucrania, Mar de China, norte de África, pero se observa que el centro de gravedad de la confrontación en el Golfo Pérsico —nodo relevante para el control del flujo petrolero internacional— se trasladó al océano Índico.

La expansión de China a través del Índico se ha consolidado a través de la construcción de lo que se ha denominado “el collar de perlas”, una serie de bases y puertos militares y de inteligencia que le aseguran la provisión de las materias primas necesarias y rutas seguras para continuar su desarrollo económico, principalmente el abastecimiento de petróleo.

Frente a ello, las potencias occidentales y la India han hecho lo propio y asumen una posición crítica respecto a ese pretendido dominio del Índico por parte de China.

Sin embargo, el Atlántico Sur es el espacio en el que se estableció el “collar de perlas británico”, un remanente del imperialismo británico que encierra una amenaza latente para los países del litoral atlántico meridional, que alcanzaría una gravedad mayor si estallara un conflicto en el Índico. La presencia británica en el Atlántico Sur representa la presencia de un bloque ajeno a esta región: la OTAN.

Intereses en juego

Durante la visita que el 16 de mayo de 2015 realizó a China, el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, manifestó la posición crítica de su gobierno con referencia a las disputas territoriales en el mar de China Meridional y a la política de Beijing al respecto. A través de Kerry, la Casa Blanca expresó su preocupación respecto al “ritmo y el alcance de la reclamación territorial de China” en ese espacio oceánico e instó al gobierno de Beijing a emprender acciones que reduzcan las tensiones y permitan alcanzar soluciones diplomáticas” al conflicto. Los intereses de China chocan con los de Brunei, Filipinas, Indonesia, Japón, Malasia, Taiwán y Vietnam, países que comparten pretensiones territoriales en algunos archipiélagos en disputa: Paracel/Xinsha, Diaoyu/Senkaku, Natuna y Spratly/Nansha.

Por su parte, el Ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, reafirmó la posición de su país y manifestó que su país no dará marcha atrás a su proyecto de construir islas artificiales en la zona marítima en disputa porque “entra dentro de la soberanía china”[1].

Estados Unidos, siempre aludiendo a sus intereses —que incluyen su asociación estratégica con Filipinas y su apoyo a Taiwán—, ha internacionalizado un conflicto regional. Cabe mencionar que en enero de 2015 la India se unió a Estados Unidos en su “Visión Estratégica Conjunta para la Región de Asia-Pacífico y el Océano Índico”.

China está incrementando su presencia naval en el Índico y como parte de su estrategia ha desarrollado lo que se denomina el “collar de perlas”, el establecimiento de puertos que garantizan su abastecimiento de petróleo y su comercio internacional: Hong Kong, que posee el tercer centro financiero del mundo, un puerto y una terminal petrolera; Sanya, en la isla Hainan de China, con una base aérea y una base de submarinos nucleares, en cavernas bajo las rocas, protegidos de la detección de los satélites espías[2]; isla Woody (islas Paracel, reclamadas por China, Vietnam y Taiwán), en donde hay un puerto y una base aérea y se desarrollan proyectos turísticos; Islas Spratly (reclamadas por Brunei, China, Filipinas, Malasia, Taiwán y Vietnam, en las que se realizan prospecciones gasíferas y petroleras, además de exploraciones submarinas; Sihanouville (Campong Som) y Ream (Camboya), donde se realiza la ampliación de puertos, acceso naval; el istmo de Kra (Tailandia), proyecto de corredor estratégico (autopista, ferrocarril, oleoducto, canal marítimo); islas Coco, en el mar de Andamán, territorio de Myanmar desde finales del siglo XIX pero que ha cobrado especial relevancia geopolítica desde la década de los noventa con la supuesta presencia militar china en dichas islas; Kyaoukyu, también perteneciente a Myanmar, con un puerto, una terminal petrolera y un proyecto de corredor estratégico para China, que incluye un oleoducto, ferrocarril y carretera; Chittagong, perteneciente a Bangladesh, donde China colaboró en desarrollar el mayor puerto de ese país a cambio de emplazar una amplia estructura para el transporte de contenedores; Hambantota, en Ceilán, donde el gobierno chino invirtió millones de dólares en la construcción de un puerto próximo a la costa de la India a cambio de ayuda para liberar a Sri Lanka del terrorismo tamil; Marao, en las islas Maldivas, en donde se realizan exploraciones marinas y se proyecta la construcción de una base militar; Gwadar, Pakistán, área en la que China construyó un puerto a sólo 180 millas náuticas del estrecho de Ormuz y que motivó una protesta por parte de la India; un puerto en Sudán del Norte, con una terminal petrolera, un corredor estratégico que incluye un oleoducto y una base de inteligencia; Sittwe, en Myanmar, donde China construye un oleoducto que transportará petróleo de Sittwe a Kunming, capital de la provincia china de Yunnan, y que constituye otro punto del conflicto potencial entre China e India. Por otro lado, en junio de 2011 China National Petroleum Corporation —la compañía petrolera más grande de China— inició sus operaciones en el campo petrolífero de Al-Ahdab en Iraq, la mayor explotación de China en Medio Oriente[3].

El almirante estadounidense Alfred Thayer Mahan (1840-1914) expresó que “quien domina el mar, domina el mundo” y se le atribuye, asimismo, haber enunciado: “quien controle el océano Índico controla Asia. Este océano es la llave de siete mares en el siglo XXI. El destino del mundo se decidirá en esta agua”. En su estrategia no incluía las posesiones que Estados Unidos obtuvo luego de provocar la guerra hispano-estadounidense (Guam, Filipinas, Cuba, o Puerto Rico) sino el control de la zona de un canal transoceánico y el arriendo de, al menos, un buen puerto en América Central o América del Sur.

En principio, debe reconocerse el alto valor geopolítico de la visión de Mahan, sobre todo en el presente contexto que la muestra como una profecía autocumplida. La proyección de China sobre el mar, la apertura de enclaves en el Índico, su expansión sobre África y América se corresponde a una actitud imperialista dispuesta a rivalizar con el imperialismo de Estados Unidos y disputarle su hegemonía en determinadas regiones.

Tanto la India como las potencias occidentales se han ocupado de establecer sus propios collares de perlas en el Índico, como por ejemplo la base Diego García, Camp Lemonnier en Yibutí, el despliegue de la operación “Atalanta” de la Unión Europea con la intención de enfrentar el terrorismo y la piratería en el golfo de Adén, la isla Mayotte de Francia controlando el canal de Mozambique, Reunión —también de Francia— y tantas otras.

La teoría del poder marítimo de Mahan se basó en el despliegue del Reino Unido que, por entonces, tenía bajo su control las importantes vías marítimas entre Europa, Asia y África y las rutas comerciales de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. En el esquema de Mahan era relevante la construcción de un canal en el Istmo de Panamá para unir el Atlántico con el Pacífico. En un momento en el que la injerencia es normal, bien vale recordar que luego de haber generado un conflicto en territorio colombiano, en mayo de 1901, los Estados Unidos y el Reino Unido firmaron el tratado Hay-Pauncefote por el que se desconoció la soberanía de Colombia en el istmo y se otorgó el estatus de “zona de importancia internacional”.

El avance de los Estados Unidos y la puja con China por el control del Pacífico pone en evidencia que el gobierno estadounidense está dispuesto a recuperar su rol hegemónico en la región del Pacífico, para lo cual deberá apartar a las naciones asiáticas que integran los BRICS[4] [5]. Para ello también cuenta con una herramienta geopolítica que le proporcionó el Congreso al aprobar la ley para la creación del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), la que le brinda poderes especiales para negociar con mayor libertad tratados comerciales internacionales sin que el Senado pueda enmendar detalles o utilizar minorías de bloqueo.

El “collar de perlas británico”

La ristra de bases británicas funcionales a la OTAN en el Atlántico Sur es una continuidad de las que están establecidas en el hemisferio norte, como el peñón de Gibraltar (España), las islas portuguesas de las Azores y las propias colonias del Reino Unido, Francia y los Países Bajos en el Caribe y las Antillas. Debe recordarse que estas potencias integran la OTAN.

Entre África y América del Sur existe una serie de bases que, de alguna manera, pareciera que —obviamente de forma figurada— cortan los “puentes” que podrían establecerse entre ambos continentes.

De norte a sur se encuentran Ascensión, Santa Helena, Tristán da Cunha y en el Atlántico Occidental la ocupación ejercida sobre las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, reclamadas por la República Argentina.

Ascensión, con una superficie de 91 kms2, es un territorio británico de ultramar que forma una dependencia junto con Santa Helena y Tristán da Cunha, gobernado desde Santa Helena, donde reside el gobernador.

A pesar de que los portugueses descubrieron la isla en su camino hacia la India, nunca la ocuparon en forma efectiva. Cuando Napoleón Bonaparte fue derrotado definitivamente tras su aventura de los “cien días”, en 1815, fue capturado por las tropas británicas y enviado confinado a la isla de Santa Helena, en donde falleció en 1821. Durante su cautiverio, el gobierno británico consideró que la deshabitada isla de Ascensión podría ser usada como una base en un intento para rescatarlo por lo que decidió su ocupación efectiva en octubre de 1815[6].

En 1939 fue establecida una estación de radio HF/DF para cubrir las rutas comerciales. Cuando Estados Unidos declaró la guerra al Eje, durante la Segunda Guerra Mundial, construyó una pista de aterrizaje y en 1942 aterrizó el primer avión. En 1943, en acuerdo con el gobierno británico, fue construido el primer aeródromo que fue abandonado al concluir la guerra. En 1956 Estados Unidos volvió a otorgarle valor estratégico a la isla por lo que procedió a reabrir el aeródromo en 1957. En 1960 —en plena Guerra Fría— la pista fue alargada y ensanchada para posibilitar la operación de aviones de gran porte. En 1967 la NASA estableció instalaciones para seguimiento de satélites en Cat Hill, al sur de Georgetown, sede del administrador de Ascensión, dependiente del gobernador de Santa Helena.

En 1982, como consecuencia del Conflicto del Atlántico Sur, la Royal Air Force centró sus operaciones militares y luego continuó siendo utilizada como escala para los vuelos con destino a las islas Malvinas.

En la actualidad la base presta servicios a las fuerzas aéreas estadounidense y británica. Posee una pista de asfalto de 3.054 metros de longitud.

En 1990 fue cerrado el puesto de observación de la NASA pero se inició la construcción de otra estación de observatorio para el cohete espacial Ariane en el marco de los proyectos de la Agencia Espacial Europea[7].

Los residentes de la isla Ascensión imputan al gobierno británico la intención de forzarlos a abandonar la isla para, supuestamente, establecer allí nuevos objetivos militares de Estados Unidos. Los habitantes locales se quejan de que las empresas que ejecutan servicios militares y civiles en la isla están remplazando gradualmente a las familias nativas con trabajadores contratados de fuera. Se observa que en los últimos años se ha reducido casi en una cuarta parte la población nativa de la isla[8].

Las revelaciones del analista estadounidense Edward Snowden dejaron al descubierto que desde Ascensión, ubicada a 2.500 kilómetros de Recife, Brasil, se espiaban las conversaciones telefónicas, intercambio de correos electrónicos y mensajes en las redes sociales. Los técnicos de la NSA, una de las agencias de inteligencia de Estados Unidos, espiaban las conversaciones de la presidente Dilma Rousseff y de algunos de sus ministros más cercanos. La estación de interceptación de señales (SIGINT) forma parte de los Five Eyes —la alianza de espionaje electrónico integrada por los cinco países anglófonos, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelanda— o red Echelon y es utilizada para monitorear en tiempo real todas las comunicaciones de la región, particularmente las de Brasil, Argentina, Uruguay, Colombia y Venezuela. Su capacidad le permite capturar, aproximadamente, dos millones de mensajes por hora[9].

Las antenas de Ascensión consiguen captar los mensajes inmediatamente después de ser producidos, antes incluso que lleguen a los satélites para ser distribuidos[10]. En la isla también se encuentra un equipo del servicio de inteligencia criptológica británica (GCHQ), estaciones de monitoreo de pruebas nucleares y una de las dos estaciones de la emisora de radio The Counting Station, llamada “Cynthia”, por la cual la CIA se comunica con sus agentes secretos dispersos por América del Sur y África[11]. La “E05 Cynthia”, “CynthIA”, habría iniciado sus operaciones en 2003[12].

La isla Santa Helena, con una superficie de 121 kms2, fue descubierta en 1502 por João da Nova, navegante gallego al servicio del rey de Portugal, quien regresaba de un viaje desde la India y llamó así a la isla por Helena de Constantinopla, emperatriz romana y, posteriormente, proclamada como santa de las Iglesias católica y ortodoxa. En 1588 llegó el primer inglés, Thomas Cavendish, al que le siguieron, en 1593, el capitán Abraham Kendall y en 1593 sir James Lancaster, quien regresó en 1603 en su primer viaje para la Compañía Británica de las Indias Orientales. En 1645 desembarcaron los holandeses pero en 1651 la isla fue transferida a la mencionada compañía que estableció un destacamento y, en 1658, construyó un fuerte al que llamó Jamestown en honor al duque de York, Jaime II. En 1673 los holandeses tomaron posesión de la isla pero pocos meses después fueron expulsados. En 1810 la compañía trasladó ciudadanos chinos desde Cantón y, como ya se ha mencionado ut supra, entre 1815 y 1821 fue confinado Napoleón. Durante la guerra contra los Boers, los británicos enviaron a Santa Helena a algunos prisioneros, entre ellos al general Piet Cronje, quien permaneció allí entre 1900 y 1902.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Santa Helena fue utilizada como base para las patrullas que perseguían a los submarinos alemanes.

La isla se encuentra situada a 2.800 kilómetros de la costa de Angola, en África, a 5.500 kilómetros al noroeste de Buenos Aires y a 6.134 km de Puerto Argentino, islas Malvinas. En noviembre de 2011 se firmó el contrato por el que el gobierno del primer ministro David Cameron emprendió la construcción de un aeropuerto que será la alternativa de Londres frente a los vuelos que parten desde Punta Arenas, Chile, hacia las islas Malvinas[13]. El costo de la obra se estimó en US$ 314,6 millones y estaría a cargo del gobierno británico. Tras el anuncio de la firma del contrato, medios estadounidenses mencionaban la posibilidad de establecer un puente aéreo Santa Helena – Malvinas, cuyo vuelo demandaría 07:40 hs. La construcción le fue adjudicada a la empresa sudafricana de ingeniería Basil Read, la que luego administrará y operará la terminal aérea[14]. La pista tendrá unos 2.250 metros de longitud, lo que permitirá el aterrizaje de aviones Airbus A320 y Boeing 737-800, con capacidad de hasta 200 pasajeros cada uno.

Si bien las estimaciones preliminares aseguraban que el aeropuerto estaría finalizado para 2015, ahora se calcula que será inaugurado en 2016. Al presente el único vínculo de Santa Helena con cualquier continente es con África del Sur, a través de una conexión por barco que se realiza mensualmente. En julio de 2015 la empresa británica Flight Calibration Services Ltd., junto con Thales, la empresa responsable del equipamiento del aeropuerto, realizarán un primer vuelo para comprobar los equipos de navegabilidad y complementos que se están terminando de instalar en el aeropuerto[15].

Actualmente Santa Helena cuenta con una población de 6.500 habitantes y recibe anualmente un presupuesto cercano a US$ 30 millones por parte del gobierno de Londres.

Tristán da Cunha lleva el nombre del navegante portugués que la descubrió en 1506. Al igual que Ascensión, el gobierno británico decidió ocuparla para evitar que se utilizara de base para una operación de rescate de Napoleón.

Es un archipiélago situado a 3.360 kilómetros de América del Sur y a 2.820 kilómetros de África del Sur. El territorio habitado más cercano es Santa Helena, a 2.161 km al norte. Tiene una superficie de 207 kms2 y una población de 302 habitantes, lo que hace que existan solamente ocho apellidos en el archipiélago debido a la endogamia. En su isla principal, Tristán da Cunha, se encuentra el pico más alto del Atlántico Sur, el Queen Mary, un volcán de 2.062 metros de altura, cubierto por la nieve durante el invierno.

A Tristán da Cunha primero llegó internet y luego la televisión, en 2001. No posee ningún aeródromo y su contacto exterior se limita a la llegada anual de un buque que abastece a la población de productos, como medicinas, libros, videos, revistas y correo. Es el lugar habitado más remoto y alejado de cualquier otro lugar habitado del planeta.

Las islas Malvinas (Falklands para los ocupantes británicos) fueron descubiertas en 1520 por Esteban Gómez, tripulante de la nave San Antonio, uno de los barcos de la expedición de Magallanes, y pertenecieron a España por la delimitación de tierras establecida por la bula menor Inter caetera, otorgada por el papa Alejandro VI en 1493 en favor de Fernando e Isabel, reyes de Aragón y Castilla.

Con posterioridad, navegantes de diversas potencias desembarcaron en las islas. En 1690 el capitán de la marina británica John Strong navegó por el estrecho de San Carlos, que separa a las islas mayores, y lo llamó estrecho de Falkland en memoria de sir Lucius Cary, segundo vizconde de Falkland[16].

En 1764 se procedió a una ocupación francesa por parte de Luis de Bougainville, quien fundó el puerto de San Luis en la isla oriental. Como estos franceses procedían del puerto francés de Saint Maló, denominaron a las islas Malouines, del que se tomó el nombre de “Malvinas”.

En 1770 fueron ocupadas por británicos, quienes debieron abandonarlas ante el reclamo diplomático de la corona de España, la que, en adelante, fijó su dependencia de la gobernación de Buenos Aires. Entre 1774 y 1810 España designó a sucesivos gobernadores hasta que, con la independencia de las Provincias Unidas, Buenos Aires envió la fragata La Heroína en 1820 para una posesión definitiva de las islas. En 1825 el Reino Unido reconoció la independencia argentina y no formuló ningún reclamo sobre las islas Malvinas. En 1829 el gobierno de Buenos Aires nombró gobernador a Luis Vernet, quien en 1828 había recibido una concesión para formar una colonia.

El 31 de diciembre de 1831 se produjo el ataque del buque de guerra estadounidense USS Lexington a Puerto Soledad. Su capitán, Silas Duncan, junto a su tripulación, desembarcaron en el establecimiento de Puerto Soledad y procedieron a la destrucción de la colonia fundada por Luis Vernet.

En 1833 una fuerza expedicionaria británica a bordo de la corbeta HMS Clio invadió las Malvinas y expulsó a las autoridades argentinas. Desde entonces, la Argentina no ha dejado nunca de reclamar su soberanía sobre el archipiélago.

Durante la Primera Guerra Mundial la flota alemana del Pacífico del vicealmirante Maximilian Graf von Spee, tras la batalla de Coronel, se dirigió hacia el Atlántico y se aproximó a las islas Malvinas, donde fue avistada por los británicos, quienes enviaron a una fuerza naval para enfrentarla. La victoria fue para los británicos y en esa batalla del Atlántico Sur von Spee murió combatiendo junto a sus hijos, los tenientes Otto Ferdinand y Heinrich Franz[17].

A raíz de un incidente que se produjo en Grytviken, en las islas Georgias del Sur, el gobierno militar argentino procedió a la recuperación por la fuerza de las Malvinas el 2 de abril de 1982. Las Fuerzas Armadas ocuparon pacíficamente las islas y desalojaron al gobernador británico, estableciendo una gobernación militar argentina y cambiando el nombre de la capital de Puerto Stanley por el de Puerto Argentino. El gobierno británico envió una fuerza de tareas dando origen a un conflicto armado que concluyó el 10 de junio del mismo año con una nueva ocupación británica de las islas.

Desde 1982, los británicos realizaron fuertes inversiones en materia de defensa, otorgándole al espacio marítimo circundante a las islas una relevancia que no había tenido hasta ese momento. Hasta 2007, sin contar los gastos correspondientes al esfuerzo de guerra, las inversiones en materia de defensa fueron de, aproximadamente, US$ 5.000 millones. Parte de ese monto (US$ 500 millones en 1986) estuvo destinado a la construcción del complejo militar Mount Pleasant Complex (MPC) —conocido asimismo como RAF Mount Pleasant o como Mount Pleasant Airport (MPA)—, en el que se estableció un aeródromo con capacidad para operar diurna y nocturnamente bajo cualquier condición meteorológica, siguiendo las normativas implementadas por la OTAN para sus bases militares[18].

El complejo comprende residencia para los militares destinados en esa base e instalaciones con capacidad para alojar hasta 4.000 efectivos. MPC está localizado a casi 50 kilómetros al sudoeste de Puerto Argentino (Stanley para los británicos), capital de las Malvinas. Cuenta con dos pistas de asfalto de 2.590 y 1.525 metros, áreas para la práctica de diversas actividades deportivas, peluquería, un centro médico, un centro educacional, un café y una tienda[19]. En proximidades del complejo se construyó Mare Harbour, base naval de aguas profundas, en la que pueden atracar y ser atendidas varias naves en forma simultánea[20].

Los británicos han desplegado en las islas una flotilla de aviones Eurofighter Typhoon, una pequeña flota de helicópteros Sea King, al menos un buque de la Royal Navy y se cuenta con información de que se ha destinado un submarino a propulsión nuclear con capacidad para transportar armamento nuclear.

El sistema de comunicaciones instalado asegura la comunicación, mediante la isla Ascensión, con el Reino Unido. La red de radio enlace del sistema TRIFFID, conformado por dieciocho estaciones repetidoras, diseñada en anillo, permite integrar las principales islas del archipiélago[21]. El 22 de octubre de 2010, los británicos iniciaron la instalación, en Prado del Ganso, Islas Malvinas, de un radar HF, con el apoyo del British Antarctic Survey y la Universidad de Leicester, el que habría comenzado a operar a partir del 10 de diciembre de ese año. El parque de antenas que conforma este sistema está constituido por dieciséis mástiles de quince metros de alto. Existen cinco radares de este tipo instalados en la Antártida e islas subantárticas. Integra la red mundial de radares de alta frecuencia (HF), conocida como Super Dual Auroral Radar Netwok (SuperDARN), constituida por veintiocho estaciones emisoras / receptoras de ondas en las frecuencias mencionadas, cuya finalidad sería el estudio científico de la alta atmósfera en las regiones polares[22]. Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Japón, Canadá, África del Sur, Australia y Nueva Zelanda poseen estas estaciones[23]. Militarmente, este sistema está siendo utilizado para ejecutar tareas de vigilancia, reconocimiento y control marítimo y aéreo de una amplia zona del Atlántico Sur y América dek Sur, complementando la red de alerta temprana que el Reino Unido ha desplegado en las Malvinas[24].

En marzo de 2015 la prensa sensacionalista británica ha informado que, ante el temor de un ataque por parte de la Argentina con el abastecimiento militar de Rusia, el Ministerio de Defensa británico decidió reforzar la defensa de las islas. El ministro de esa cartera, Michael Fallon, informó que invertirá unos US$ 270 millones “para la protección de los isleños ante cualquier amenaza que pueda surgir de Argentina”.

Es importante destacar que, a partir de este acondicionamiento en términos de defensa, los británicos han dado la posibilidad de que fuerzas de la OTAN concurran a las Malvinas para realizar entrenamiento en un escenario de zona fría.

Consideraciones finales

El despliegue de posesiones y bases militares británicas en el Atlántico Sur, con sus vinculaciones con la parte septentrional del mismo océano, obedece a la relevancia geopolítica que tanto el Reino Unido como la OTAN le otorgan a este espacio. A través del “collar de perlas británico” se ejerce una estricta vigilancia económica y militar no sólo sobre el espacio marítimo sino también sobre la parte continental del hemisferio sur, habida cuenta del control que desde estos territorios de ultramar se ejerce sobre las comunicaciones de nuestros países.

Estas islas permiten no sólo el control de las riquezas oceánicas —petróleo, gas, pesca y, particularmente en la plataforma epicontinental argentina, nódulos polimetálicos compuestos de magnesio y manganeso, hierro, níquel, cobalto, silicio ferroso, cromo y potenciales yacimientos minerales incluso de oro y de diamantes— sino también el de dos relevantes pasos bioceánicos, Pacífico y Atlántico y Atlántico e Índico. Este último es sumamente importante porque por allí transita buena parte del transporte de petróleo proveniente del Golfo Pérsico.

Como ya se ha destacado, las tensiones en el Índico y en el Mar de China podrían derivar en un conflicto que podría extenderse al Atlántico Sur o, al menos, favorecer una fuerte militarización de la OTAN en ese espacio marítimo. Asimismo debe considerarse que una escalada del conflicto Rusia – OTAN podría afectar al Atlántico meridional.

En la cumbre de la alianza atlántica de Cardiff, Gales, que tuvo lugar a comienzos de septiembre de 2014, los responsables de la misma contemplaron que en caso de que se produzca una crisis “en las fronteras exteriores de la OTAN” podrá ser movilizada una fuerza de acción rápida en un término de pocos días. La mención de las “fronteras exteriores” podría estar contemplando al conflicto de Ucrania pero también podría estar considerado a todo lo que esté más allá del espacio que fundacionalmente había determinado esa alianza militar. Cabe destacar que la Unión Europea incluyó en la misma a los territorios de ultramar, conteniendo asimismo a los que están sometidos en función de una relación colonialista.

Para la OTAN su preocupación es lo que sus miembros denominan “el expansionismo ruso”. Para los países africanos y americanos del litoral atlántico, que en numerosas oportunidades se manifestaron en contra de la militarización y la presencia de armas de destrucción masiva en el Atlántico Sur, la amenaza es la expansión de la OTAN y el traslado de un conflicto ajeno a la región.

Esto debe ser tenido en cuenta atento a que en la cumbre de Cardiff se habló de una “reorientación de la OTAN” que “va mucho más allá de la crisis entre Ucrania y Rusia”. Entre los miembros de la alianza “existe consenso acerca de que la OTAN no puede volver a ser solo una alianza de defensa puramente euroatlántica, sino que no puede perder de vista crisis y conflictos fuera de Europa y cuestiones de seguridad cooperativa”[25]. Si bien parece no estar claro su rol a futuro lo que si se percibe claramente es la intención de asumir un protagonismo en cuestiones de seguridad global y, de hecho, ya ha dado claras muestras de ello. Las catástrofes humanitarias y los Estados que se desintegran son y serán un pretexto para su intervención.

Ante un conflicto de alcance global, el Atlántico Sur no estará exento de convertirse en un teatro de operaciones militares. El “collar de perlas británico” es una amenaza para la seguridad regional en tanto se han instalado bases militares que, llegado el caso, estarán al servicio de la OTAN.

En tal sentido y como forma preventiva, los países con mayor capacidad militar de la región, Brasil, África del Sur, Argentina y Uruguay, deberían asumir la responsabilidad de controlar el Atlántico Sur para mantenerlo fuera de las ambiciones de potencias extra regionales. De lo contrario, la presencia de la OTAN se incrementará y el conflicto se les impondrá a como dé lugar.

 

Referencias.

[1] Alma López Figueiras. “Washington y Pekín dejan claras sus discrepancias en las disputas del mar de China Meridional”. El Mundo (España), 16/05/2015, <http://www.elmundo.es/internacional/2015/05/16/5557431f22601dc7708b4576.html>, [consulta: 20/06/2015].

[2] Hans M. Kristensen. “New Chinese SSBN Deploys to Hainan Island”. En: Federation of American Scientists (FAS), 24/04/2008, <http://fas.org/blogs/security/2008/04/new-chinese-ssbn-deploys-to-hainan-island-naval-base/>, [consulta: 26/04/2008].

[3] Edward Wongjune. “China Opens Oil Field in Iraq”. En: The New York Times, 28/06/2011, <http://www.nytimes.com/2011/06/29/world/asia/29chinairaq.html?_r=0>, [consulta: 19/06/2015].

[4] “EE.UU. desea «expulsar» a Rusia, China y la India de Asia”. En: RT, 28/06/2015, <http://actualidad.rt.com/actualidad/178778-eeuu-expulsar-rusia-china-india-brics-asia-ttp>, [consulta: 28/06/2015].

[5] Автор Агата Бестужева. “США хотят ‘выгнать’ Россию, Индию и Китай из Азии”. En: RIA Novosti (РИА Новости), 27/06/2015, <http://ria.ru/radio_brief/20150627/1090764769.html>, [consulta: 28/06/2015].

[6] “Ascension”. En: Misterra Magazine, <http://www.mysterra.org/webmag/ascension-island/history.html>, [consulta: 25/06/2015].

[7] Ídem.

[8] “La isla Ascensión, ¿punto de apoyo de la expansión imperialista de EE.UU.?”. En: RT, 13/09/2013, <http://actualidad.rt.com/actualidad/view/105586-isla-ascension-expansion-imperialista-eeuu>, [consulta: 18/06/2015].

[9] Claudio Dantas Sequeira y Josie Jeronimo “Como eles espionam”. En: Istoé, n° de edición 2286, 06/09/2013, <http://www.istoe.com.br/reportagens/323087_COMO+ELES+ESPIONAM>, [consulta: 12/04/2014].

[10] Ídem.

[11] Ídem.

[12] “E05 Cynthia – CIA Numbers Station”. En: Numbers Station. Research and Information Center, <http://www.numbers-stations.com/E05>, [consulta: 12/04/2014].

[13] “Un aeropuerto en la mitad del Atlántico sería la conexión británica a Malvinas”. En: La Nación, 29/01/2012, <http://www.lanacion.com.ar/1444373-un-aeropuerto-en-la-mitad-del-atlantico-seria-la-conexion-britanica-a-malvinas>, [consulta: 20/06/2015].

[14] “St. Helena airport a key Falklands link”. En: United Press International, 07/11/2011, <http://www.upi.com/Business_News/Security-Industry/2011/11/07/St-Helena-airport-a-key-Falklands-link/UPI-78911320686806/>, [consulta: 20/06/2015].

[15] “Aeropuerto en St Helena a inaugurarse en 2016”. En: Mercopress, 10/03/2015, <http://es.mercopress.com/2015/03/10/aeropuerto-en-st-Helena-a-inaugurarse-en-2016>, [11/03/2015].

[16] Adriana Patricia Galván. “Títulos argentinos y los alegados títulos británicos”. En: Gustavo Barbarán. La cuestión de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. Salta: Universidad Católica de Salta, 2015, p. 55 y ss.

[17] Marcelo Javier de los Reyes. “O Atlântico Sul: seu pasado recente, cooperação e perspectivas de potenciais conflitos”. En: Jonuel Gonçalves (organizador), Atlântico Sul XXI. África Austral e América do Sul na virada do milênio. São Paulo: UNESP, 2009, p. 17.

[18] Marcelo Javier de los Reyes. “Las islas Malvinas y el Atlántico Sur. Configuraciones estratégicas y económicas”. En: Revista Militar, Nº 791 (edición especial), 2012, Buenos Aires, Editorial Grl. Alberto Capdevila, Círculo Militar, p. 74-83.

[19] Ídem.

[20] Ídem.

[21] “Despliegue militar británico en el Atlántico Sur”. Web oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, República Argentina, 10/02/2012, <http://www.mrec.gob.ar/node/34957>, [consulta: 18/02/2014].

[22] Ídem.

[23] Ídem.

[24] Ídem.

[25] Karl-Heinz Kamp. “La OTAN ante nuevos desafíos”. En: Magazin Deutschland, 3/2004, p. 14-15.

* Licenciado en Historia graduado en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente del Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID).Profesor de Inteligencia en la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de la Plata, jreyes1@ceid.edu.ar

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CAOS EN SIRIA: DESACUERDOS INTERNACIONALES Y EL AVANCE DEL CALIFATO

Isabel Stanganellli*

 

Introducción

A pesar de haber transitado su “primavera árabe” en 2011, en 2013 el presidente sirio Bashar al Assad mantenía un firme control sobre Damasco y gran parte del país, aunque los rebeldes ya habían logrado dominar varias regiones del territorio sirio[1].

Sin embargo en abril 2015 diversos grupos de derechos humanos calculaban que el conflicto ha resultado en la muerte de más de 220.000 personas y millones de refugiados.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Gutiérrez, advirtió ya en 2013 que en caso de una guerra civil en Siria sería imposible contener las consecuencias humanas, políticas y de seguridad. La organización no gubernamental británica Save the Children indicó que cada vez más menores estaban siendo reclutados por los dos principales grupos combatientes y UNICEF anunció que casi 2 millones de menores de 18 años enfrentaban una situación de extrema pobreza, que casi 800.000 menores de 14 años no tenían hogar y más de 500.000 niños habían dejado Siria debido a la violencia[2].

La posibilidad de una intervención externa que lograra finalmente derrocar a al Assad podía llevar al caos por lo que era una decisión de alto riesgo que Occidente no deseaba tomar, dados los resultados de las restantes revoluciones en el mundo árabe en 2011. En Siria, la oposición podía enfrentarse entre sí, pues abarcaba un gran espectro que incluía a algunos grupos radicalizados y si esta situación ocurría, podía tener consecuencias regionales que cambiaran el panorama estratégico. Además podían dar lugar a la distribución de armas químicas a países vecinos o a ataques con las mismas[3]. Otra posibilidad era la de que Siria se desintegrara en numerosos Estados[4].

El presidente sirio al Assad sostenía que entre los rebeldes predominaban los jihadistas y que estaban relacionados con al-Qaeda.

En septiembre 2013 Vladimir Putin lanzó una iniciativa sobre Siria para evitar un ataque militar estadounidense y al mismo tiempo eliminar la amenaza de las armas químicas de Siria. La adopción de tal iniciativa fue considerada un éxito rotundo de Putin e hizo que se evaluara otorgarle el premio Nobel de la Paz ese año.

La iniciativa también ofrecía al presidente Obama la posibilidad de evitar acciones militares que la mayoría de los estadounidenses no aprobaban —así como Rusia, China y otros Estados—[5].

Tanto la ONU como la Unión Europea y el Vaticano respaldaron la búsqueda de una solución política en Siria. Bashar al Assad anunció que pondría las armas químicas de su país bajo control internacional y que remitiría a la ONU la documentación necesaria para preparar un acuerdo sobre dichas armas[6]. El gobierno de Bashar al Assad aceptó destruir este arsenal como parte de un acuerdo con Estados Unidos y Rusia.

La situación parecía estar bajo control.

El año 2014 cambió toda la situación estratégica

1.- La destitución del presidente ucraniano Viktor Yanukovich en Ucrania, el plebiscito en Crimea en marzo —considerado ilegal por la UE y EEUU— y la posterior incorporación de la península a la Federación de Rusia hizo que la OTAN suspendiera en marzo sus relaciones militares con Rusia. Como consecuencia fue suspendida la primera operación conjunta OTAN-Rusia, una misión de escolta naval rusa para el buque estadounidense Cape Ray, usado para recibir y eliminar con seguridad las armas químicas de Siria. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen confirmó que “Rusia no participará en el acompañamiento de la nave estadounidense”[7]. Aun así, a fines de ese mes el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, declaró que confiaba en que la crisis de Crimea no dañaría la cooperación con Rusia en los esfuerzos internacionales para destruir las armas químicas de Siria.

A mediados de marzo 2014 Kerry confirmó que aproximadamente la mitad del arsenal de armas químicas de Siria ya había sido entregada o destruida dentro del país. “Eso es significativo, pero es importante que eliminemos todas las armas (químicas)”, dijo[8].

2.- Se produjo la separación irreconciliable de los grupos relacionados con al Qaeda, especialmente Jabhat al-Nusra, de los que conformaban el ISIL. Si bien ambos son sunnitas, sus objetivos difieren radicalmente. Y el primer escenario de este conflicto dentro del conflicto fue Siria, pronto ampliado al norte de Iraq.

3.- Desde febrero 2014 se estaban aplicando sanciones internacionales contra Moscú, —antes del plebiscito en Crimea— dirigidas por EEUU y pronto emuladas por la UE y otros Estados como Noruega y Japón, mientras algunos altos funcionarios de EEUU dudaban si la cuestión de Crimea justificaba el deterioro de las relaciones con Moscú y al mismo tiempo perjudicaba los intereses geopolíticos a mediano plazo de Washington.

La diplomacia rusa sirvió enormemente a los intereses de Washington en esta crisis de Medio Oriente. Sin la oportuna intervención de Rusia, Bashar al Assad nunca habría accedido a renunciar a su arsenal de armas químicas. El Kremlin apoya al actual gobierno sirio, entendiendo que la alternativa sería una guerra civil que podía conducir a una victoria de jihadistas[9].

4.- Occidente redobló sus esfuerzos para deponer a al Assad. En mayo 2014 Rusia calificó de «destructivos» a los países occidentales y árabes que acordaron aumentar el apoyo a los opositores de Bashar al Assad. El Viceministro de relaciones exteriores, Mikhail Bogdanov, respondió que «A diferencia de algunos de nuestros socios occidentales, trabajamos con todas las partes sirias, no apoyando a una contra la otra. (…) Para nosotros, el enfoque de Londres es destructivo”[10].

En julio 2014, Rusia elogió a al Assad en su lucha contra los terroristas a los que ambos consideraban agentes extranjeros trabajando para derrocar al gobierno legítimo. Como se divulgó en diversos medios que la campaña de al Assad era una guerra sectaria contra los musulmanes sunitas, los medios rusos indicaron que era la oposición, no el régimen, quien estaba llevando a cabo una guerra sectaria.[11]

5.- En junio, el embajador de Rusia ante la ONU, Ambal Vitaly Churkin, dijo que con los avances del grupo Estado Islámico en Iraq y el Levante (ISIL) había brotado un estado terrorista que se extendía desde la segunda ciudad de Siria, Alepo, hasta la capital de Iraq, Bagdad.

Efectivamente, a fines de junio el ISIL declaró un califato islámico (sunnita) constituido por territorios de Iraq y Siria, donde impuso la sharia. El objetivo declarado del ISIL es el establecimiento de un califato que respete los límites máximos del califato abásida durante el gobierno de Harum al-Rashid (786-809)

Un mes más tarde y basado en un borrador de declaración redactado por Rusia, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó por unanimidad cualquier venta de petróleo de Siria o Iraq por parte de grupos terroristas apuntando específicamente a dos ya sujetos a sanciones de la ONU: Jabhat al-Nusra, asociado a al Qaeda y uno de los más poderosos grupos de rebeldes en Siria, y el ISIL, que se había apoderado de una amplia franja de territorio en Siria Oriental unificándola con Iraq occidental y pasó a denominarla Estado Islámico (EI)[12].

[13]

Ambos grupos se habían apropiado de yacimientos petroleros y oleoductos en Siria e Iraq que podían generar ingresos económicos que facilitarían sus esfuerzos de reclutamiento y su capacidad operativa para organizar y llevar a cabo ataques terroristas. El primer borrador de la resolución sólo mencionaba los yacimientos de petróleo en Siria, pero se añadieron los de Iraq durante las negociaciones sobre el texto final.

Armas para Siria

Aunque los ciudadanos estaban convencidos que Washington no estaba colaborando con armas para los rebeldes, después se supo que desde abril 2013 la CIA sí lo estaba haciendo[14].

Ya en marzo 2013 el Reino Unido y Francia habían solicitado levantar el embargo de armas impuesto a Siria para permitir a Europa ofrecer armas a los grupos rebeldes que se oponían a al Assad, aún corriendo el riesgo de militarizar el conflicto.

Junto a la iniciativa europea, un mes más tarde EEUU aportó $ 500 millones de dólares para las facciones opuestas a Bashar al Assad para “entrenar y equipar a la oposición armada de Siria para defender el pueblo sirio, estabilizar las zonas bajo control de la oposición, facilitar la prestación de los servicios esenciales, contrarrestar las amenazas terroristas y promover las condiciones para una solución negociada”, dijo en un comunicado la Casa Blanca[15].

Sergei Lavrov confirmó a mediados de abril 2015 que Rusia está armando a Iraq y Siria para ayudarlos a combatir el EI, considerando a ese grupo radicalizado la principal amenaza contra la seguridad de su propio país. Rusia ha criticado los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos contra posiciones del Estado Islámico en Siria e Iraq sin la anuencia del presidente y alentó a Washington a trabajar con al Assad. «Estamos ayudando más que ningún otro Estado a Iraq y Siria, al proveer armas a sus ejércitos y fuerzas de seguridad «, dijo Lavrov[16].

Un alto funcionario del Pentágono dijo que los ataques aéreos de Estados Unidos contra el ISIL solo lograron interrumpir parcialmente su avance. William Mayville Jr, director de comunicaciones del estado mayor conjunto de EEUU, advirtió que “Es poco probable que estos ataques afecten las capacidades globales de ISIL o sus operaciones en otras zonas de Iraq y Siria”[17].

Según Obama, los ataques aéreos de Estados Unidos podrían continuar durante meses, pero Georgy Mirsky, investigador en el Instituto de economía mundial y relaciones internacionales de Moscú señaló que el islamismo radical es una amenaza para Rusia y también para Occidente y requiere tareas conjuntas. Esto es más difícil pues la situación entre Rusia, Estados Unidos y Occidente en general se deterioró aún más con los dichos y pedido de asilo político del ex contratista de inteligencia estadounidense Edward Snowden.

A mediados de agosto el senador John McCain, conocido por sus posturas aguerridas, pidió ataques en contra de ISIL en Siria. Irónicamente, en 2012 McCain pidió que Estados Unidos lanzara un ataque contra el gobierno de al Assad que estaba luchado contra lo que actualmente es el ISIL.

El necesario acuerdo no llega

En la Conferencia de la OTAN en Gales en septiembre 2014, los líderes de la Alianza reconocieron que necesitaban ayuda rusa para superar el extremismo islámico en Siria e Iraq. Mientras los líderes norteamericanos han buscado apoyo para sus objetivos en Siria e Iraq, pasando por alto a Rusia, aliado clave con el que numerosos Estados árabes tienen estrechas relaciones[18].

Los conflictos del Medio Oriente entraron en una nueva era el 24 de septiembre de 2014 cuando Estados Unidos, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Bahrein y Qatar iniciaron ataques aéreos en Siria contra el ISIL y el frente al-Nusra (el ala sirio de al-Qaida).

Rusia ha cuestionado la legalidad de la participación de Estados Unidos en Siria, pero hasta Teherán desde hace varios meses había mostrado disposición a trabajar con EEUU y Occidente. El presidente iraní Hassan Rouhani se reunió con su par ruso a principios de septiembre con el objetivo de mejorar vínculos bilaterales, que incluyen mayor apoyo para Siria.

A pesar de la crisis, las desinteligencias continúan

Mientras nos acercamos a fines de 2014, Rusia, junto con Irán e Iraq, han buscado rehabilitar la imagen de Bashar al Assad. En cambio Estados Unidos ha afirmado categóricamente que busca su destitución. Esta posición tan radical es insostenible y afecta los intereses estadounidenses de derrotar al Estado Islámico y sus afiliados[19].

Ante las atrocidades atribuidas al Estado Islámico podríamos preguntarnos si los analistas en Washington evaluaron que tal vez, el presidente Vladimir Putin tenía razón sobre Siria. Por supuesto, dada la actual situación internacional, tal reconocimiento es improbable. Desde el comienzo la lógica rusa respecto de Siria ha sido más sólida que la estadounidense. La lógica estadounidense para Siria fue empañada por la visión que Estados Unidos tiene de sí mismo y que puede sostener debido a su enorme potencia militar y a la influencia que ejerce sobre numerosas potencias y Organizaciones aliadas. Desde su posición, Estados Unidos podría fácilmente destituir a al Assad. Rusia, por el contrario ha experimentado caos y humillación tras los cambios de régimen hasta en su propio territorio.

Rusia ha sostenido que al Assad no podía simplemente renunciar o ser depuesto mientras la guerra civil hacía estragos en el país, porque había una clara posibilidad de que alguien aún peor aprovechara el caos y rápidamente llenara ese vacío. Rusia sostuvo que tenía más sentido tratar con actores estatales, como al Assad, que son más previsibles que los actores no estatales. Y fueron los rusos quienes, desde el principio, advirtieron sobre diversos grupos rebeldes en Siria, señalando que algunos eran extremistas o tenían vínculos con organizaciones extremistas en la región.

Las recientes victorias militares del Estado Islámico han avalado la lectura de Rusia[20].

Pero la posición de EEUU tiene seguidores. La visita del presidente ruso a Turquía a fines de noviembre 2014 fue fructífera, pero se mantuvieron importantes diferencias sobre Siria. El presidente turco, Tayyip Erdogan, se opone al respaldo de Rusia a Bashar al Assad[21]. De hecho ya en junio la propuesta de Australia, Luxemburgo y Jordania de permitir el ingreso de ayuda humanitaria a Siria a través de Turquía, Iraq y Jordania había sido rechazada por Estambul[22].

Unidos por una profunda hostilidad hacia los islamistas, el presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi —cuyas relaciones con EEUU son cada vez restringidas— y su par de Rusia fortalecieron su compromiso a luchar contra la amenaza del terrorismo.

En marzo de 2015 la relación del Medio Oriente sunnita con Rusia se redujo notablemente. Contribuyeron con ello por una parte la visita del presidente ucraniano Petro Poroshenko a Abu Dhabi —considerada un desaire para Rusia— y el ascenso del rey saudí Salman al trono y por otra la visita del Secretario de Consejo de seguridad ruso, Nikolai Patrushev, a Egipto y los Emiratos Árabes —muy críticos sobre cualquier acuerdo nuclear de Rusia con Irán— para discutir la situación en Libia y los avances en la relación con Irán y Siria molestaron a Washington.

La República Islámica busca apuntalar su posición en el Levante y Yemen. Moscú tendrá a Irán como un aliado en su apoyo a al Assad mientras los Estados árabes del Golfo continuarán culpando a Moscú de apoyar a los chiítas contra los sunitas[23].

Fracaso de propuestas de paz en 2015

La ronda de conversaciones sobre el conflicto de Siria realizada con el gobierno de Damasco en Moscú, que terminó el 29 de enero de 2015, fue rechazada por la oposición política en Siria y por no incluir a los principales grupos insurgentes en el país, esperaba que una nueva ronda en abril 2015 aportara soluciones[24].

La nueva ronda celebrada entre el 6 y el 10 de abril 2015 para poner fin al conflicto en Siria y centrarse en cuestiones humanitarias resultó boicoteada por Coalición Nacional Siria, la pro occidental y con sede en Estambul, que anunció que participaría en ellas sólo si las conversaciones conducían a la renuncia de al Assad[25].

El ministro de relaciones exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que la ausencia de este grupo de la oposición no debía sobrevaluarse.

A pesar que Rusia advirtió que luchar contra el terrorismo en Siria debía ser prioritario y del pedido a la oposición de colaborar con al Assad a tal fin, esta reunión también fracasó. Las delegaciones acordaron en la necesidad de luchar contra el terrorismo y poner fin a la intervención extranjera pero discreparon sobre exactamente qué significaba esta conclusión[26].

Conclusiones

El teórico militar del siglo XIX Carl von Clausewitz dio una definición clásica de guerra como la «continuación de la política por otros medios». Teniendo en cuenta la estrategia de Occidente durante varias crisis en los últimos años, parece que los líderes estadounidenses y europeos han revisado radicalmente esa idea y ven a la guerra no tanto como una continuación de la política sino como una alternativa a ella. La más reciente confirmación de esta observación son los bombardeos de Washington contra el Estado Islámico, iniciados en septiembre 2014 -junto con el Reino Unido y posiblemente Francia- en una campaña que podría durar varios años. Por cierto, los bombardeos no resolverán la cuestión del extremismo islámico en Siria e Iraq como no lo lograron en Libia o Afganistán.

La campaña de bombardeos inevitablemente seguirá alimentando al mismo extremismo islámico que Occidente está intentando eliminar.

Dada su proximidad y mayor conocimiento, la comunidad mundial no puede lograr una solución duradera al extremismo en Medio Oriente sin la participación de Siria, Irán y Rusia. Parece que la única solución viable es la de formar la coalición lo más amplia posible para aislar a los extremistas y dar paso a grupos moderados tanto sunnitas como chiítas, tanto en Siria como en otros escenarios conflictivos en Medio Oriente.

* Profesora de Geografía de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Magister en Relaciones Internacionales graduada en la UNLP. Doctora en Geografía, UNLP. Secretaria académica del CEID.

NOTA: Ponencia oficial del XXVII Simposio Electrónico Internacional “Medio Oriente y Norte de África: problemáticas actuales en un escenario cambiante”, organizado por el Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID), mayo de 2015.

 

Referencias 

[1] Para más información véase Stanganelli, Isabel. “Repercusiones regionales e internacionales de la primavera árabe: Siria y la cuestión de las armas químicas”. En XXV Simposio Electrónico Internacional, CEID, Buenos Aires, mayo 2013.

[2] Jonathan Marcus. “Siria: dos años de un conflicto que no parece tener salida”. BBC Mundo, 16/3/13 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/03/130315_siria_aniversario_dos_anios_conflicto_men.shtml

[3] Bob Rigg. “West faces chemical fait accompli in Syria”. En Asia Times, abril 11 de 2013, http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MID-02-110413.html

[4] Rusia tiene presencia en el mar Mediterráneo oriental con el puerto Tartus, en Siria.

[5] Rosenberg, Steven. “Siria: Rusia un paso adelante de EE.UU.”. En BBC Mundo, sept. 12 de 2013. Disponible en http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/09/130912_siria_rusia_diplomacia_am Sitio visitado abr. 25, 2015

[6] Siria declaró ante la ONU poseer 1.300 toneladas de armas químicas.

[7] “NATO Suspends Military Relations With Russia”. En The Moscow Times, mar. 07, 2014. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/495758.html? V. mar.10, 2014.

[8] “Kerry Hopes Crimea Won’t Hit Russian Cooperation on Syrian Weapons”. En Reuters, mar. 25, 2014. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/496724.html? V. mar 26, 2014

[9] Lozansky, Edward.  “7 Reasons Obama Should Forget About Crimea”. En TMT, abr. 01, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/497152.html? V. abr 3, 2014.

[10] “Russia Criticizes Western Support for Syrian Opposition”. En Reuters, may. 16, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/500222.html? V. may 20, 2014.

[11] Miller, James. “Putin Practiced His Ukraine Strategy in Syria”. En TMT, jul. 16, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/503581.html? V. jul 18, 2014-

[12] “UN Adopts Russian Statement Condemning Terrorist Oil Sales”. En The Associated Press, jul. 28, 2014.  http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/504207.html? V. jul. 30, 2014.

[13] diarioelprisma.es Sitio visitado el 25 de abril de 2015.

[14] Jared Metzker. “Cold War lessons applied to Syria”. En Asia Times, 24/4/13. http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MID-02-240413.html

[15] Dolgov, Anna “White House Wants $1 Billion War Funding to Help ‘Friends’ Like Ukraine”. En TMT, jun. 27, 2014. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/502609.html? V. jun 30, 2014.

[16] “Russia Arming Iraq and Syria to Fight Islamic State, Lavrov Says”. En Reuters, abr. 22, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/519573.html? V. abr. 24, 2015

[17] Nechepurenko, Ivan «Can Radical Islamists Drive Russia and the West Back to Each Other?”. En TMT, ag. 12, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/505021.html? V. ag. 15, 2014.

[18] Petro, Nicolai N. “Russia and NATO Should Be Allies, Not Enemies”. En TMT, sep. 29, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/508063.html? V. sep. 30, 2014.

[19] Karasik, Theodore y Galustian, Richard. “Middle East Threat Must Unite Russia and U.S.” En TMT, oct. 07, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/508581.html? V. oct. 9, 2014.

[20] Antonova, Natalia. “Russia Is Right About Syria”. En TMT, oct. 12, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/509291.html? V. oct. 13, 2014.

[21] “Putin Heads to Ankara to Deepen Energy Ties With Turkey”. En Reuters, nov. 30, 2014. http://www.themoscowtimes.com/top_stories/article/newsletter/512052.html? V dic. 3, 2014.

[22] “Australia´s UN Envoy Criticizes Russian Plans to Boost Syria Aid”. En Reuters, jun. 20, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/502232.html V. jun. 22, 2014.

[23] Karasik, Theodore. “Middle East Is Keeping a Cautious Eye on Russia”. En TMT, mar. 23, 2015. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/517897.html V. mar 24, 2015.

[24] “Putin and Egypt’s Sisi Reaffirm Commitment to Fighting Terrorism”. En Reuters, feb. 11, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/515734.html? V. feb. 12, 2014.

[25] “Expectations Low After First Day of Russia-Hosted Syria Talks”. En Reuters, abr. 06, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/518680.html? V. abr 8, 2015.

[26] “No Hope for Peace as Syria Talks End in Moscow”. En Reuters, abr. 10, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/518919.html? V abr. 11, 2015.

 

PENSAMIENTO CRÍTICO Y ANÁLISIS ESTRUCTURADO

F. Javier Blasco Robledo*

Hoy en día la información que nos llega es mucha y por muy diferentes canales; nos enfrentamos a lo que se viene denominado “infoxicación”. Para lograr un análisis adecuado somos incapaces de reaccionar ante ella mediante las herramientas normalmente aplicadas hasta ahora porque dicha información no solo es mucha, sino que en la mayoría de los casos está dirigida o adulterada para que de ella saquemos lo que el autor quiere que entendamos. Esta es la razón fundamental por la que precisamos ser muy críticos con todo lo que nos llega o queremos decir.

El pensamiento crítico es un rico concepto que ha venido desarrollándose durante más de 2.500 años aunque tomó su verdadero valor a mediados del siglo XX. Existen numerosas definiciones sobre el tema, pero esta engloba la mayoría de las diferentes acepciones: “juicio —sobre cualquier tema, contenido o problema— mediante el cual se mejora la calidad del propio pensamiento al emplear las estructuras inherentes del acto de pensar, pero sometiéndolas a un procedimiento predeterminado y al grado de cumplimiento de determinados estándares intelectuales”.

Consiste en un método mental, ordenado, que nos hace mejorar nuestras capacidades de discernir lo que otra persona trata de inculcarnos en cualquier contexto hablado o escrito para deducir nuestras conclusiones y así poder actuar en consecuencia.

Para llegar a ello, en toda información a analizar, debemos ser capaces de descomponer y encontrar los siguientes factores:

  • siempre genera o es fruto de un propósito
  • nos plantea preguntas
  • usa información
  • utiliza conceptos
  • hace deducciones (inferencias)
  • formula suposiciones
  • genera implicaciones
  • incorpora uno o varios puntos de vista

Cuando pensamos, escribimos o hablamos tenemos un propósito con un punto de vista o intención clara, basado en suposiciones que llevan a deducciones y consecuencias. Aprender a analizar por separado los referidos ocho factores que definen el pensamiento requiere cierta práctica. Cada uno de ellos tiene implicaciones en los demás y si alguno cambia, cambian sino todos, la mayoría de los restantes.

El análisis de lo que nos llega no será completo si no estudiamos y definimos las cualidades inherentes del elemento, noticia, información o del autor sujeto a nuestra consideración o evaluación; estas cualidades son:

  • claridad
  • exactitud/corrección
  • precisión
  • relevancia
  • profundidad
  • amplitud de miras y de conceptos
  • lógica
  • significancia
  • imparcialidad

El pensamiento crítico es una herramienta que además nos ayuda a vencer los principales errores en los que cualquier analista suele caer. Errores que se desprenden de: la tendencia humana a la simplificación, al anclaje en la primera impresión o idea recibida y a la tendencia a buscar sistemáticamente confirmaciones de nuestras primeras impresiones obviando nuevas pruebas o conclusiones que se aparten, aunque sea ligeramente de las anteriores. A lo que hay que añadir una serie de barreras derivadas de: determinadas limitaciones humanas básicas (coeficiente intelectual, agudeza de los sentidos etc.), del conocimiento y uso del lenguaje en el que nos llega la información, las influidas por defectos en la percepción lógica (problemas de concentración, cansancio, carga de trabajo, tiempo asignado a la tarea etc.) y las que se producen como resultado de problemas psicológicos o de adaptación.

El objetivo del pensamiento crítico es evitar los errores propios y las presiones o barreras laborales y sociales que llevan a la simplificación, la estandarización y al conformismo.

Con esta técnica y sus procedimientos derivados debemos ser capaces de analizar la información que nos llega para poder entender lo que realmente se nos quiere decir, cuál es el mensaje que encierra la noticia o el hecho y cómo se conectan e interrelacionan unas cosas con otras de tal manera que, mediante métodos simples, podamos deducir de forma crítica y completa lo que puede ocurrir o cual es la realidad del mensaje. Consiste, por tanto, en una forma de analizar lo que se nos presenta por diversos medios sin que nos dejemos influir por los habituales errores y barreras o lo nuestro normal proceder nos llevaría a pensar.

En definitiva, el objetivo del pensamiento crítico es evitar los errores propios y las presiones o barreras laborales y sociales que llevan a la simplificación, la estandarización y al conformismo. El pensador crítico busca entender cómo reconocer, mitigar o evitar dichas barreras y errores naturales o adquiridos y los engaños a los que cualquiera está sometido cotidianamente. Por eso, desconfía de las fuentes de información ya que, generalmente, suelen ser intencionadas o dirigidas o tienden a distorsionar la realidad. La premisa del pensamiento crítico es poner en tela de juicio todo lo que se lee o escucha, para acercarse o descubrir con mayor precisión los datos objetivos y/o el significado real de cualquier mensaje.

Una vez adquirido este espíritu crítico y en base a él, tras el análisis crítico de las informaciones, deducimos una serie de consecuencias, hipótesis o conclusiones. Estos elementos deben, a su vez, ser tratados o analizados de forma estructurada para llegar a la respuesta definitiva o a las diferentes alternativas al problema. Unas veces llegaremos a ello siguiendo un procedimiento matemático y otras será fruto de deducciones lógicas, pero siempre alcanzaremos una respuesta. Respuesta que, en muchas ocasiones, podrá estar muy alejada de aquella a la que mediante un razonamiento simple, que es el que normalmente empleamos en nuestras relaciones y aprendizajes, adoptaríamos sin dudarlo.

Para el desarrollo del análisis estructurado se usan herramientas como las técnicas del brain storming, el análisis y la síntesis, el proceso sistémico del pensamiento, el pensamiento convergente y divergente, el método de valoración por importancia de la noticia o información, la evaluación y calidad de la fuente de procedencia, el empleo de matrices de evaluación y de asociación y el análisis mediante la competición (confrontación y comparación) de hipótesis. Todos y cada uno de ellos tienen una metodología comprensible y que, en algunos casos, precisa de sencillos cálculos estadísticos. Una vez conocidos, dependerá de nuestras preferencias o de la situación, cuál de ellos elegir como apoyo en la decisión a adoptar.

Las aplicaciones del pensamiento crítico y del análisis estructurado son múltiples y variadas y proporcionan un importante valor añadido en cualquier proceso de aprendizaje (fundamental para la infancia) hasta el conocimiento, la investigación y el desarrollo de cualquier tipo de profesión dado que es muy importante para la toma de decisiones de alto nivel, en la formulación de los propios informes y en el análisis y valoración de la inteligencia (industrial y militar). De hecho, gran parte de las universidades anglosajonas de prestigio y los analistas de los mejores servicios de inteligencia del mundo se someten a este tipo de adiestramiento con la finalidad de que su personal sea capaz de discernir las verdaderas intenciones, valor y fiabilidad de las informaciones que les llegan, dado que el mundo que nos rodea puede someternos a muchas trabas, sobre todo desde el fuerte impulso de Internet, los ciberataques y el descontrol de las numerosas redes sociales.

*Coronel en la Reserva. Experto en Seguridad y Defensa. Diplomado en Pensamiento Crítico y Análisis Estructurado.

Pensamiento crítico y análisis estructurado, artículo publicado por ACEF, 29/09/2014

Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales

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