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GABÓN, UN NUEVO GOLPE DE ESTADO EN ÁFRICA

Marcelo Javier de los Reyes*

Gabón es un país del litoral atlántico africano, con una población 2.389.000 de habitantes, que fue colonia de Francia hasta 1960, año en que obtuvo su independencia como tantos de los actuales países africanos. Sin embargo, esa independencia no ha sido nunca plena, dado que tanto Francia como el Reino Unido ―a través de su Commonwealth― siguieron tutelando a los nuevos países.

Formó parte del Afrique-Équatoriale française, nombre dado en 1910 al gobierno general que reagrupó a las cuatro colonias francesas de esa región: Gabón, la actual República del Congo (antes Congo Brazaville), la República Centroafricana (entonces Ubangui-Chari y por un corto tiempo también Imperio Centroafricano) y el Chad. Esa división regional se mantuvo hasta 1958 y se extendió desde el desierto del Sahara hasta el río Congo y el océano Atlántico hacia el sur y hasta los montes de Darfur hacia el oriente. A mediados de la década de 1950 la metrópoli, París, comenzó a delinear lo que serían los futuros estados. Hacia 1960 eran países poco urbanizados, carentes de infraestructura, pero luego de la independencia Francia comenzó la explotación del subsuelo, extrayendo desde 1963 el hierro de Mauritania y desde 1971 el uranio de Níger.

Léon M’ba (1902-1967) fue el primer presidente de Gabón (1960-1967) y Albert Bernard Bongo (1935-2009) asumió como vicepresidente. En 1964 se produjeron disturbios en Libreville, la capital, que llevaron a que M’ba renunciara a la presidencia pero fue repuesto en su cargo por la intervención de los «paracaidistas franceses». Falleció en noviembre de 1967 y fue sucedido por Albert Bernard Bongo, quien cambió su nombre por el de Omar Bongo Ondimba luego de convertirse al islam en 1973, a pesar de que mayoritariamente la población profesa el cristianismo. Se acercó a los países árabes y estableció una estrecha relación con el entonces líder de Libia Muamar el Gadafi.

En 1968 estableció el partido único ―paradójicamente su nombre es Partido Democrático Gabonés (Parti Démocratique Gabonais, PDG)[1]― que mantuvo el monopolio de la política hasta 1990. Desde entonces, conserva el poder en un gobierno multipartidista. Omar Bongo gobernó hasta 2009 (siete mandatos presidenciales), año en que falleció de cáncer en Barcelona. Durante su presidencia fue un fiel aliado del gobierno de París, al que acompañó en todas sus decisiones de política exterior, lo que no le impidió abrir las puertas de su país a la URSS y China, con los que estableció relaciones diplomáticas en 1973 y 1974 respectivamente. Con China estableció una fuerte relación que lo llevó a visitar Beijing en varias oportunidades.

A su muerte lo sucedió su hijo, Alain Bernard Bongo, quien pasó a llamarse Ali-Ben Bongo Ondimba tras la conversión al islam de su padre. El 7 de enero de 2019 los militares intentaron derrocarlo pero fracasaron.

Golpe de Estado

El 30 de agosto de 2023 un nuevo golpe de Estado se llevó a cabo en Gabón, el cual fue anunciado a través de la televisión, anulando los resultados de las elecciones generales celebradas el día 26 de agosto que llevarían a Ali Bongo a asumir su tercer mandato. El argumento dado por los golpistas es que las elecciones carecían de credibilidad[2]. Bongo habría obtenido el 64,27% de los votos mientras que su principal rival, Albert Ondo Ossa, alcanzó el 30,77%. Ondo había denunciado «fraudes orquestados por el bando de Bongo» dos horas antes del cierre de la votación y llegó a adjudicarse el triunfo electoral. Cabe destacar que la elección se celebró sin la presencia de observadores internacionales[3]. Por otro lado, las autoridades del país cortaron la conexión a internet e impusieron un toque de queda tras la celebración de las elecciones ese mismo sábado 26 de agosto, luego de que la oposición denunciara fraude por parte del partido del presidente, medida que se anunció que se mantendría también al día siguiente[4]. Como ya mencioné, las elecciones no contaron con la participación de observadores extranjeros y, según Reporteros Sin Fronteras (RSF), las autoridades gabonesas rechazaron todas sus solicitudes de acreditación para cubrir el proceso electoral.

No obstante, los golpes están siendo una tendencia en África desde el año 2020. Malí (2020), Chad (2021), Guinea (2021), Sudán (2021), Burkina Faso (2022), Níger (2023), a los que se ha sumado Gabón. 

Recursos

Gabón, con una superficie de 267.670 km2 y una baja densidad poblacional, es la economía número 114 por volumen de PIB y sus habitantes no gozan de una buena calidad de vida. Aunque un tercio de la población se encuentra bajo el nivel de pobreza (US$ 5,5 al día), Gabón es uno de los países más ricos de África, con un PIB per cápita de US$ 8.600.

Francia mantiene relevantes intereses económicos directos en el país africano, además de tener desplegados permanentemente unos 400 soldados, parte de ellos en la capital, Libreville[5]. Se trata de uno de los países de la Francofonía que mantiene lazos más estrechos con su ex metrópoli.

Hacia la década de 1970 los grandes recursos forestales y los hidrocarburos despertaron un fuerte interés por el país.

Según datos de la embajada de Francia en Gabón, unas 110 empresas francesas se hallan presentes en Gabón, entre las que se destacan el grupo minero Eramet, la petrolera Perenco, las empresas de petróleo y gas TotalEnergies y Maurel & Prom, Air Liquide, Spie Oil & gas, además por supuesto de Air France, empresas del rubro maderero como Groupe Rougier de Niort, el cual en abril de 2023 anunció que se encontraba estudiando transportar los troncos utilizando un dirigible eléctrico por considerarlo ecológico y con grandes perspectivas para acortar los tiempos de transporte sin impacto sobre el terreno[6].

Del mismo modo, deben mencionarse la aseguradora Axa y el fondo de inversión Meridiam. Aproximadamente una quinta parte del producto interior bruto nominal de Gabón es generado por empresas francesas con un volumen de inversiones cercano a los mil millones de dólares.

Posee grandes recursos petrolíferos y sobre todo de manganeso, mineral esencial en la industria siderúrgica ya que se lo usa en la producción de acero, en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y como agente purificador. Los principales países productores de manganeso son Sudáfrica, Gabón, Australia y China[7]. Tanto el sector petrolero como el minero constituyen los ejes de la economía del país con un 40% de los ingresos fiscales, el 52% del producto interno bruto (PIB) y el 84% de las exportaciones.

En un primer momento, los medios informaron que los militares controlaban el gobierno, y por ende de la economía del país, podría afectar el suministro de manganeso, más aún debido a que la empresa que opera la explotación de la mayor mina de ese mineral del mundo es la minera francesa Eramet S.A., empresa que pertenecería a la familia Rothschild aunque la misma no figura oficialmente en la compañía. Como consecuencia del golpe de Estado la empresa, que cuenta con 8.000 empleados en el país, detuvo inmediatamente la producción como medida de precaución. Eramet S.A., ha convertido a Gabón en el segundo proveedor mundial del metal.

A principios de 2023 la Comisión Europea propuso designar el manganeso destinado a la fabricación de baterías como materia prima estratégica, junto con metales como el cobre y el níquel, dado son elementos claves para la transición energética[8].

Las exportaciones gabonesas a Francia comprenden principalmente hidrocarburos (43%, petróleo, gas natural), minerales metálicos (24%, principalmente manganeso) y madera (31%).

China recibe un tercio de las exportaciones gabonesas y es el principal socio comercial del país desde hace nueve años. En 2022 el comercio bilateral alcanzó los US$ 4.500 millones, lo que significó un aumento interanual del 50,8%. Tanto China como Marruecos han hecho fuertes inversiones en Gabón durante los últimos años y hoy se encuentran presentes en el país más de 60 empresas chinas, un 50% de las cuales son estatales. Estas empresas se orientan hacia la explotación de hidrocarburos, madera (más de la mitad de los bosques gaboneses) y manganeso.

Por su parte, Marruecos, es el séptimo proveedor de inversiones extranjeras directas en Gabón por un importe de poco más de US$ 500 millones, poniendo el foco en el sector minero (oro), banca y seguros, telecomunicaciones, transportes y obras públicas.

Gabón en la Commonwealth

Al igual que Francia, el Reino Unido se aseguró de mantener bajo su tutela a sus ex colonias una vez que lograran la independencia y, a esos efectos, en 1949 a través de la Declaración de Londres creó la Mancomunidad Británica, la Commonwealth, integrada por 54 países, algunos de los cuales mantienen al monarca británico como jefe de Estado, como Australia, Nueva Zelanda y Canadá, mientras que Barbados decidió en 2021 convertirse en república despojando en su momento a la reina Isabel II de estar al frente de esa pequeña nación caribeña aunque no dejó de pertenecer a la Mancomunidad. Actualmente otros estados miembros estarían dispuestos a seguir los pasos de Barbados.

En junio de 2022 la Commonwealth incorporó como miembros a Gabón y Togo, países que habían sido colonias francesas en oportunidad de la cumbre celebrada en Ruanda. Cabe aquí hacer una digresión y recordar que Ruanda fue una colonia alemana hasta que finalizada la Primera Guerra Mundial fue entregada en mandato por la Sociedad de Naciones a Bélgica hasta que obtuvo su independencia a principios de la década de 1960. Luego del genocidio de 1994 y bajo el gobierno del presidente Paul Kagame, Ruanda comenzó a tomar distancia tanto de Bélgica como de Francia ―que tuvo un papel muy controvertido durante esa matanza― y comenzó a quedar bajo la influencia del Reino Unido. El régimen de Kagame, que lejos está de ser un modelo de democracia más allá de los logros económicos y en materia de seguridad y desarrollo que muestra, recibe un claro apoyo de Estados Unidos y del Reino Unido. No puede soslayarse que recientemente el gobierno de Londres había planeado deportar a Ruanda a los solicitantes de asilo con la intención de disuadir a los inmigrantes que se arriesgaran a cruzar el Canal de la Mancha y que en junio de 2023 un tribunal británico declaró ilegal ese plan. Los jueces del Tribunal de Apelación consideraron que ese país africano no puede considerarse un «tercer país seguro» al que enviar a los migrantes. Decisión judicial que fue criticada por la secretaria de Interior, Suella Braverman[9]. En este punto, cabe aquí aclarar que tanto Gabón como Togo también son miembros de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCAS), de la que también forman parte la Argentina, Brasil y Uruguay por el litoral atlántico americano.

Cabe mencionar que en 1995 Mozambique, una excolonia portuguesa, fue el primer país sin lazos históricos con el Reino Unido en adherir a la Commonwealth[10].

Ruanda fue incorporada a la Commonwealth en 2009 y Gabón y Togo son los primeros países que se integran desde entonces. Con respecto al golpe de Estado, la Mancomunidad expresó que es «profundamente preocupante» la situación en Gabón, «recordando al país sus obligaciones en materia de respeto de la democracia», algo que parece no tener en cuenta respecto al régimen de Kagame en Ruanda y de otros miembros de la Commonwealth, incluso en el caso del propio Gabón que pareció ser patrimonio de la familia Bongo por más de medio siglo. De ese modo, la secretaria general de la Mancomunidad, Patricia Scotland, recordó que sus miembros deben respetar «el Estado de derecho y los principios de la democracia».

Del mismo modo, el gobierno del Reino Unido condenó el golpe de Estado en Gabón e instó a las autoridades militares y a los ciudadanos a «seguir los procesos legales y constitucionales» para resolver «cualquier disputa electoral»[11].

Evolución de la situación en Gabón desde el golpe

Del golpe participaron militares, miembros de la guardia presidencial y agentes de policía. Los militares golpistas designaron al general Brice Clotaire Oligui Nguema, comandante en jefe de la Guardia Republicana, para que condujera la transición. Este general fue ayudante de campo de Omar Bongo, el padre del presidente derrocado. Al asumir Ali Bongo habría habido conflictos entre ellos por lo que el militar fue enviado como agregado militar de la embajada gabonesa en Marruecos y luego en Senegal. Al parecer, el militar no tomó a bien esta separación sino que sintió que fue forzado al exilio[12]. Siendo coronel y luego de la apoplejía que afectó al presidente, en 2018 regresó al país para hacerse cargo del servicio de Inteligencia y luego sustituyó al general Grégoire Kouna como jefe de la Guardia Republicana, la guardia presidencial. El ahora general y presidente, «primo»[13] del fallecido presidente Omar Bongo, no estaría fuera del sistema corrupto de la familia Bongo.

Inmediatamente después de la toma del poder por los militares, varios gobiernos procedieron a condenar el golpe como lo ha manifestado un portavoz del Ministerio alemán de Asuntos Exteriores, si bien admitió que las elecciones carecieron de transparencia. Lo propio hizo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a través de su portavoz, Stéphane Dujarric[14].

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos emitió un breve comunicado de prensa expresando que «sigue de cerca la evolución de la situación en la República Gabonesa». Cabe consignar en este punto que el general Oligui Nguema recibió instrucción militar en Marruecos.

En el mismo sentido se han expresado también los gobiernos de Rusia y China. En el caso del gobierno de Beijing, que mantenía una estrecha relación con el presidente derrocado y anteriormente con su padre, ha solicitado que se garantice la seguridad del presidente Ali Bongo, a la vez que manifestó ―como otros gobiernos― que seguía atentamente la evolución de la situación en Gabón y que pedía el pronto retorno a la normalidad[15].

El gobierno de Estados Unidos hizo lo propio a través del portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby. El portavoz consideró como «profundamente preocupante» la sucesión de golpes de Estado en África en los últimos años[16].

De más está decir que el gobierno de Francia condenó el golpe militar a través del portavoz del gobierno, Olivier Véran y agregó que desde París siguen la evolución de la situación. Sin embargo, el líder de La France insoumise, Jean-Luc Mélenchon, acusó al presidente de Francia, Emmanuel Macron, de haber «comprometido una vez más a Francia al apoyar lo insoportable hasta el final», refiriéndose al apoyo dado al presidente gabonés Ali Bongo.

Por su parte, Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la Unión Europea, marcó una diferencia entre el golpe militar en Gabón con el ocurrido en Níger a fines de julio. Según Borrel los militares gaboneses intervinieron tras una elección plagada de «irregularidades» y agregó que «en Gabón, pocas horas antes del golpe militar, hubo un golpe institucional porque se robaron las elecciones». Aun fue más allá al expresar: «No puedo decir que Gabón fuera una verdadera democracia con una familia que había gobernado el país durante 50 años»[17]. Parecería denotar cierta «consideración» hacia los militares gaboneses.

Una de las primeras medidas que adoptaron los militares fue la prohibición provisional de la emisión de los medios de comunicación francófonos France 24, RFI y TV5 Monde, considerando que carecían de objetividad y de equilibrio en la información. La prohibición fue rápidamente levantada y se restablecieron las transmisiones de los medios franceses por orden del general Oligui Nguema. El general afirmó en una entrevista que el presidente derrocado «no tenía derecho a cumplir un tercer mandato» porque fue violada la Constitución.

El golpe contó con el respaldo de buena parte de la población y muchos de sus habitantes salieron con sus autos tocando las bocinas en señal de festejo y adhesión a los militares. Incluso algunos bailaron en las calles con policías y militares.

El 4 de septiembre el general Brice Oligui Nguema pronunció un discurso anunciando un ambicioso programa de reformas destinado a transformar a Gabón en una nación próspera y unida, poniendo el eje en la reconciliación nacional, la educación, la justicia social y el desarrollo económico. Entre esas medidas destacó facilitar el regreso al país de todos los exiliados políticos y una amnistía a los presos de conciencia[18]. Al otro día de este anuncio fue liberado Jean Rémy Yama, presidente de la mayor coalición sindical del país, Dynamique unitaire (DU).

El día 5, cuando se dirigían en coche a Guinea Ecuatorial, fueron detenidos Mike Jocktane y Therence Gnembou Moutsona. Mike Jocktane ―obispo pentecostal y político― fue nombrado en 2005 asesor personal y jefe de misión del entonces presidente Omar Bongo, y en enero de 2009 asumió como jefe adjunto del gabinete presidencial. Fallecido el presidente en junio del mismo año, Jocktane consideró que el país podría transitar hacia una verdadera democracia, por lo cual se sumó al líder de la oposición, André Mba Obame ―fallecido en 2015 en Yaoundé, Camerún―, y criticó duramente al gobierno de Ali Bongo. En 2021, tras dejar el partido Union Nationale, anunció su candidatura presidencial con su partido Gabón Nouveau pero resignó su aspiración y se sumó a Alternance 2023, espacio que reunía a los principales partidos de oposición. En el mismo aceptó ser el director de campaña de Albert Ondo Ossa durante la campaña electoral. Thérence Gnembou es fundador y presidente del Parti du Réveil Citoyen (PRC) y vicepresidente de Alternance 2023. Ambos fueron acusados de llevar una carta dirigida al vicepresidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mangue, y supuestamente firmada por el candidato presidencial Ondo Ossa quien, en una entrevista, niega ser el autor de la carta a la vez que afirma que el tenor de la misma no justificaba ese arresto[19]. La carta contendría una petición de ayuda a Malabo para que respaldara su posición en la crisis política y para «restaurar el orden constitucional». Ambos detenidos fueron encarcelados en la prisión de Oyem, localidad situada en el norte de Gabón.

Ondo Ossa, profesor de economía, parecería haber optado por la discreción ante el gobierno del general Oligui Nguema y se mantiene en su casa, rodeado por sus asesores, a la espera de que el gobierno lo convoque.

El 7 de septiembre el presidente de la transición en Gabón, el general Oligui Nguema, designó como primer ministro de la transición a Raymond Ndong Sima, economista, opositor al presidente derrocado, quien ocupó ese mismo cargo entre los años 2012 y 2014, para luego distanciarse acusando al gobierno de mala administración[20]. En las elecciones presidenciales de 2016 se presentó como candidato a la presidencia y en estas últimas elecciones de 2023 se retiró antes de las mismas[21]. Raymond Ndong Sima informó que presentaría una propuesta de gobierno de transición al general Oligui Nguema. Del mismo modo, existiría el propósito de convocar a las diferentes fuerzas vivas del país y de avanzar en la redacción de una nueva Constitución. El designado primer ministro consideró que la transición no debería superar el período de 24 meses.

Con respecto al presidente derrocado, Ali Bongo, quien se encontraba bajo arresto domiciliario, el general Oligui Nguema comunicó que tendría libertad de movimiento y que, «dado su estado de salud» ―sufrió un grave derrame cerebral en 2018―, podía viajar al extranjero para recibir atención médica pues el ACV le ha dejado secuelas físicas[22].

El 9 de septiembre el gobierno nombró a Mays Mouissi como ministro de Economía. El analista de economía, de 37 años, quien es muy activo en las redes sociales y dirige un blog de análisis económico, abandonó París tras el golpe del 30 de agosto para instalarse en Libreville[23].

El día 11 Joseph Owondault Berre fue nombrado vicepresidente de la transición por el presidente. En la actualidad se encuentra jubilado y mantiene un bajo perfil, por lo que es poco conocido por el pueblo de Gabón. Se graduó de ingeniero en el Institut National des Sciences Appliquées (INSA) de Lyon y fue director general de la Société Gabonaise d’Entreposage de Produits Pétroliers (SGEPP) entre diciembre de 1980 y septiembre de 1985.

El 18 de septiembre el general Oligui Nguema inició su día visitando las tumbas de Léon Mba y de su sucesor Omar Bongo Ondimba («OBO»), de quien fue ayudante de campo. También rindió homenaje a Rose Francine Rogombé, ex jefa del Senado y presidenta interina tras la muerte de OBO[24]. El mismo día el presidente de la transición, acompañado de la primera dama, Zita Oligui Nguema, llegó a Malabo, República de Guinea Ecuatorial, en el marco de una visita oficial. Se reunió en el Palacio del Pueblo de Malabo con Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, presidente de Guinea Ecuatorial y presidente fundador del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial. Ambos discutieron acerca de cuestiones de cooperación bilateral entre Libreville y Malabo, así como temas de interés común. Luego mantuvo un encuentro con la comunidad gabonesa residente en ese país[25].

Gabón es uno de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, por un período de dos años hasta finales de 2023, por lo que el designado primer ministro, Raymond Ndong Sima, se dirigió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante el cual pidió el fin de la guerra en Ucrania[26].

El nuevo gobierno ha redactado una Carta de Transición que prohíbe a los miembros del gobierno provisional presentarse a las próximas elecciones, incluido Raymond Ndong Sima, pero no excluye explícitamente al general Oligui de presentarse a la presidencia.

La presencia de China

Ya se ha mencionado la estrecha relación que se generó entre ambos países desde la presidencia de Omar Bongo y del creciente interés de China en términos económicos mediante la presencia de sus empresas. En 2024 se cumpliría el 50° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Gabón[27].

En abril de 2023 ambos países decidieron elevar la relación a la categoría de asociación estratégica de cooperación internacional. Ali Bongo fue el primer jefe de Estado recibido por Xi Jinping luego de su elección como presidente chino en el mes de marzo, según la información proporcionada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de China[28].

El 8 julio de 2023, poco antes del golpe militar, el 43° grupo de trabajo de escolta naval chino llegó de visita a Gabón, atracando en el puerto de Owendo. La llegada de estos buques dio lugar a una serie de reuniones tanto protocolares como específicamente militares[29].

Según ha informado el sitio de investigación Africa Intelligence, el presidente depuesto Ali Bongo había dado su consentimiento para instalar una base militar china y el complejo militar habría sido confiado a la Armada del Ejército Popular de Liberación, que debería haber establecido su primera base en la costa atlántica y la segunda en el continente, después de la de Yibuti[30]. La localización de la base habría tenido lugar en península de Mandji, en Port-Gentil. El sitio informa que Estados Unidos y Francia ya habían expresado su preocupación al respecto. En este sentido, el almirante Pierre Vandier, ex jefe de Estado Mayor de la Armada francesa, fue enviado por el gobierno de Francia a Libreville para intentar disuadir a Ali Bongo. Queda por ver ahora si el gobierno militar mantiene el consentimiento verbal que había dado el presidente derrocado.

Algunas consideraciones

Es evidente que Francia está perdiendo su poder sobre los países que fueron sus colonias en el continente africano pero el golpe de Estado en Gabón parecería de una índole diferente a la de los que tuvieron lugar en Níger y en los países del Sahel. Quizás, en este caso, Josep Borrell tenga razón al decir que en Gabón no había una verdadera democracia. Sin embargo, no la hubo durante más de medio siglo y no la hubo ni en Gabón ni en muchos otros países de África y del mundo con los cuales la Unión Europea, como los Estados Unidos y el Reino Unido se relacionan. La Commonwealth hace también sus recomendaciones sobre la democracia en Gabón pero cuando éste país se incorporó a la Mancomunidad ya presentaba un déficit democrático, del mismo modo que lo presenta la tan elogiada Ruanda de Kagame.

Respecto del golpe en Gabón, parecería ser claramente un cambio de gobierno para mantener el régimen a través de otros actores. A diferencia de lo ocurrido en Níger y en otros países, en Gabón no hay una presencia del grupo Wagner ni se vio entre la población el despliegue de banderas rusas.

El general Oligui Nguema es un miembro del círculo de la familia Bongo y, por lo que se aprecia, intenta mantener una continuidad respecto al gobierno anterior: en este caso no hubo un discurso anti francés, no se emplazó al embajador de Francia para que se retirara del país y las empresas francesas habrían retomado prontamente sus actividades.

En función de lo desarrollado, se aprecia que China avanza sobre el continente a través de su poder blando, a través de sus empresas pero también procurando lograr un emplazamiento militar en el Atlántico Sur, algo que resulta inadmisible para la angloesfera y la Unión Europea, aún más habida cuenta de que el Reino Unido ha avanzado sobre los países que fueron colonias de Francia y de Bélgica como Ruanda, Gabón y Togo, incorporándolos a la Mancomunidad. Sin duda que el ingreso de los dos últimos a la esfera británica también tiene un interés estratégico en función de asegurarse el control sobre el Atlántico Sur, ya que esos dos países ―tal vez no casualmente― son miembros de la ZPCAS y eran de los que respaldaban a la Argentina en sus reclamos soberanos sobre las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.

Ahora bien, teniendo en cuenta que no solo Francia está perdiendo el control sobre los países que integran la Francofonía en África, sino que también a raíz de la guerra proxy que la OTAN ha provocado en su intento de expansión en Europa ―más concretamente entre Ucrania y Rusia―, los propios países denominados occidentales han perdido su cuota de control sobre ciertos países del Sur Global. Esto ha acelerado determinados procesos geopolíticos que favorecieron el acercamiento de Rusia y China y un creciente interés por los BRICS, lo que ha llevado a que varios países se estén acercando a un «nuevo orden mundial 2.0» que vendría a quebrar aquel «nuevo orden mundial» bajo control de la angloesfera y de la Unión Europea.

En tal sentido, el golpe de Estado en Gabón claramente podría ser diferenciado de los producidos en la región del Sahel y podría hacerse sobre el mismo una lectura «gatopardista». Las elecciones en las que se ha considerado triunfador a Ali Bongo han sido fuertemente cuestionadas. En estas últimas elecciones no ha habido observadores internacionales, el fraude ha parecido evidente, inmediatamente se impuso un toque de queda y el opositor Ondo Ossa estaba ya proclamando su triunfo. Como se ha mencionado, se ha llamado a integrar el gobierno a opositores pero, hasta el momento, no a quien encarnaba la mayor oposición al frente del espacio Alternance 2023. Asimismo, inmediatamente, el gobierno autoriza al presidente derrocado a viajar al exterior en atención a su estado de salud, y él mismo decide quedarse para colaborar en la transición. Tampoco se han esgrimido fuertes cargos contra el presidente depuesto.

De tal manera que podría considerarse al golpe en Gabón, de la mano de un militar allegado a los Bongo, como un golpe palaciego que seguramente ha venido a cortar cualquier posibilidad de un golpe que verdaderamente hubiera provocado un cambio de régimen y, quizás, un viraje de Gabón que favoreciera a otras potencias.

Aún es temprano para lograr una lectura completa, pero todo indicaría que aquí, y teniendo en cuenta hasta lo manifestado por el propio Borrell, el golpe en Gabón podría considerarse una mise en scène que daría continuidad al régimen y garantizaría las inversiones de Francia en el país.

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

Referencias

[1] El PDG fue fundado en 1953 como una coalición que se denominó «Bloque Democrático Gabonés», que se mantuvo desde la independencia que devino en un régimen de partido único en 1968 hasta 1990.

[2] «Golpe de Estado en Gabón sigue a tomas militares en excolonias francesas en África». France24, 30/08/2023, https://www.france24.com/es/áfrica/20230830-golpe-de-estado-en-gabón-sigue-a-tomas-militares-en-excolonias-francesas-en-áfrica, [consulta: 02/09/2023].

[3] «Nuevo golpe en África: militares toman el poder en Gabón». Deutsche Welle, 30/08/2023, https://www.dw.com/es/nuevo-golpe-en-África-militares-toman-el-poder-en-gabón/a-66668204, [consulta: 02/09/2023].

[4] «Gabón suspende acceso a internet e impone toque de queda». Deutsche Welle, 26/08/2023, https://www.dw.com/es/gab%C3%B3n-suspende-acceso-a-internet-e-impone-toque-de-queda-tras-elecciones/a-66639724, [consulta: 02/09/2023].

[5] Francia tiene en Gabón una de las cuatro bases militares permanentes en África. Las otras se encuentran en Senegal, Yibuti y Costa de Marfil.

[6] «Le Groupe Rougier à Niort veut transporter les grumes de bois par dirigeable». Le Courrier de l’Ouest, 25/04/2023, https://www.ouest-france.fr/nouvelle-aquitaine/niort-79000/le-niortais-groupe-rougier-veut-transporter-les-grumes-de-bois-par-dirigeable-3dae0d64-e34d-11ed-a544-66056eec5fd3, [consulta: 02/09/2023].

[7] Mark Burton y Francois de Beaupuy. «¿Por qué el golpe de Estado en Gabón amenaza el suministro global de manganeso?» El Financiero, 30/08/2023, https://www.elfinanciero.com.mx/mundo/2023/08/30/por-que-el-golpe-de-estado-en-gabon-amenaza-el-suministro-global-de-manganeso/, [consulta: 03/09/2023].

[8] Ídem.

[9] Carlos Fresneda. «Un tribunal británico declara “ilegal” el envío de refugiados a Ruanda». El Mundo, 29/06/2023, https://www.elmundo.es/internacional/2023/06/29/649d565ffdddffdfab8b457d.html, [consulta: 03/09/2023].

[10] «Togo y Gabón admitidos en la organización». ANSA, 25/06/2022, https://ansabrasil.com.br/americalatina/noticia/ultimo_momento/2022/06/25/togo-y-gabon-admitidos-en-la-organizacion_a35951d0-9c2a-45bc-b3ec-244cab37e2eb.html, [consulta: 03/09/2023].

[11] «Gabón. Reino Unido insta a “seguir los procesos legales” para resolver “cualquier disputa electoral” en Gabón». Notimérica, 31/08/2023, https://www.notimerica.com/politica/noticia-gabon-reino-unido-insta-seguir-procesos-legales-resolver-cualquier-disputa-electoral-gabon-20230831024736.html, [consulta: 04/09/2023].

[12] «¿Quién es el general Brice Oligui Nguema, nombrado presidente de la Transición en Gabón?» RFI, 31/08/2023, https://www.rfi.fr/es/africa/20230831-quién-es-el-general-brice-oligui-nguema-nombrado-presidente-de-la-transición-en-gabón, [consulta: 04/09/2023].

[13] En África el término «primo» es de uso coloquial tanto para designar a un pariente lejano como así también a los individuos que se encuentran unidos por una amistad estrecha. Habría entre el presidente derrocado y el general algún grado de parentesco pero se desconoce en verdad cuál es.

[14] «Gabon: les militaires putschistes nomment le général Brice Oligui Nguema chef de la transition». France24, 30/08/2023, https://www.france24.com/fr/afrique/20230830-gabon-un-groupe-d-officiers-de-l-armée-affirme-à-la-télévision-avoir-pris-le-pouvoir, [consulta: 02/09/2023].

[15] Ídem.

[16i] Ídem.

[17] «Para la Unión Europea los golpes en Gabón y Níger no son “equivalentes”». Télam, 31/08/2023, https://www.telam.com.ar/notas/202308/638710-union-europea-golpe-gabon-niger.html, [consulta: 04/09/2023].

[18] Freddy Moussounda. «Transition: Oligui Trace la Voie de la Réconciliation et du Développement du Gabon». Medias241, 05/09/2023, https://medias241.com/transition-oligui-trace-la-voie-de-la-reconciliation-et-du-developpement-du-gabon/, [consulta: 08/09/2023].

[19] Freddy Moussounda. «Affaire Mike Jocktane : “Je ne reconnais pas avoir écrit une telle lettre” – Albert Ondo Ossa». Medias241, 08/09/2023, https://medias241.com/affaire-mike-jocktane-je-ne-reconnais-pas-avoir-ecrit-une-telle-lettre-albert-ondo-ossa/, [consulta: 10/09/2023].

[20] «Gabón: Raymond Ndong Sima, opositor a Bongo, nombrado primer ministro de la transición». France24, 07/09/2023, https://www.france24.com/es/áfrica/20230907-gabón-raymond-ndong-sima-opositor-a-bongo-nombrado-primer-ministro-de-la-transición, [consulta: 10/09/2023].

[21i] Ídem.

[22] Ídem.

[23] Jeanne Le Bihan. «Dix choses à savoir sur Mays Mouissi, le nouvel économiste en chef de Brice Oligui Nguema». Jeune Afrique, 14/09/2023, https://www.jeuneafrique.com/1482347/politique/dix-choses-a-savoir-sur-mays-mouissi-le-nouvel-economiste-en-chef-de-brice-oligui-nguema/, [consulta: 17/09/2023].

[24] Jeanne Le Bihan. «Oligui Nguema, les “enfants d’Omar” et le coup d’État au Gabon». Jeune Afrique, 19/09/2023, https://www.jeuneafrique.com/1484095/politique/oligui-nguema-les-enfants-domar-et-le-coup-detat-au-gabon/, [consulta: 21/09/2023].

[25] Paul Essonne. «Le Président de la Transition, le Général de Brigade Brice Clotaire Oligui Nguema en visite officielle à Malabo». 7jours info, 20/09/2023, https://7joursinfo.com/actualites/le-president-de-la-transition-le-general-de-brigade-brice-clotaire-oligui-nguema-en-visite-officielle-a-malabo/, [consulta: 21/09/2023].

[26] «Le Premier ministre gabonais issu du coup d’Etat à la tribune du Conseil de sécurité de l’ONU». VOA, 20/09/2023, https://www.voaafrique.com/a/le-premier-ministre-gabonais-issu-du-coup-d-etat- à-la-tribune-du-conseil-de-sécurité-de-l-onu/7276916.html#:~:text=Le%20Premier%20ministre%20du%20Gabon,deux%20ans%20jusque%20fin%202023, [consulta: 21/09/2023].

[27] «China, Gabon elevate relations to comprehensive strategic cooperative partnership». CGTN, 19/04/2023, https://news.cgtn.com/news/2023-04-19/China-Gabon-lift-relations-to-comprehensive-strategic-cooperative-partnership-1j8xbJYVR6w/index.html, [consulta: 21/09/2023].

[28] Ídem.

[29] Tang Siyu and Wu Kangci. «43rd Chinese naval escort taskforce visits Gabon». Ministry of National Defense of the People’s Republic of China, 11/09/2023, http://eng.mod.gov.cn/xb/News_213114/OverseasOperations/16236380.html, [consulta: 14/09/2023].

[30] «Gabón: fuentes de prensa, el presidente depuesto Bongo había dado su consentimiento para instalar una base militar china». Agenzia Nova, 07/09/2023, https://www.agenzianova.com/es/news/gabon-fonti-stampa-il-presidente-deposto-bongo-aveva-dato-il-consenso-ad-installare-una-base-militare-cinese/, [consulta: 14/09/2023].

 

Artículo publicado el 25/09/2023 por el Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional (IGADI), https://www.igadi.gal/es/analise/gabon-un-nuevo-golpe-de-estado-en-africa/.

EL JEFE DEL PENTÁGONO EN ANGOLA: IMPACTOS AFRICANOS EN EL ATLÁNTICO SUR

Del Blog de Jonuel Gonçalves

Foto: Centro da Imprensa da Presidência da República da Angola (CIPRA), Governo de Angola.

 

La reciente visita a tres países africanos (Yibuti, Kenia y Angola) del secretario estadounidense de Defensa, general Austin, llamó fuertemente la atención sobre puntos clave del continente africano, como siempre sucede en momentos de fuerte crisis mundial. Es así desde el siglo XVII.

Este movimiento suscita un importante debate en Angola, en el que destaco el artículo muy reproducido de mi amigo de Benguela, Jaime Azulay, uno de los más grandes periodistas angoleños y excombatiente de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (FAPLA).

Entonces, también me uno a la conversación y veo los siguientes puntos:

Francia debilita su influencia (al menos por ahora), Rusia amplía su presencia militar y China mantiene su fortaleza económica. Estados Unidos está avanzando para llenar el vacío francés y contrarrestar a los rusos en el plano militar y a los en el económico.

Después de la visita del general Austin, Angola espera una poderosa delegación agrícola estadounidense. Recientemente en Hanoi, Joe Biden se refirió una vez más a las inversiones o financiación previstas por su país en energía solar en Angola que, de implementarse plenamente, convertirían a este país en el mayor productor africano en este sector.

Todo esto causa cierta sorpresa a escala mundial en la medida en que mucha gente todavía ve a Angola como era durante la intervención cubana, economía marxista, partido único, etc.

La definición de Estados Unidos como primer socio de Angola se hizo explícita en el discurso de toma de posesión del presidente João Lourenço (Jlo) en 2017. Por otro lado, si la Constitución angoleña prohíbe las bases militares extranjeras, el mismo artículo dice que Angola puede participar en sistemas de defensa colectiva.

El impacto angoleño en toda África Austral y Central es evidente, extendiéndose a todo el Atlántico Sur gracias a sus 1.650 kilómetros de frente marítimo.

En términos de imagen política internacional, JLo fue elegido con el 51% de los votos, perdió en la capital y la oposición prepara un proceso de destitución sin que los proponentes sean detenidos.

En comparación con la mayoría de los países africanos, es una diferencia monumental. La situación social no es diferente y tanto el gobierno angoleño como sus aliados tienen el imperativo de mejorar esta situación rápidamente. De lo contrario, la estabilidad interna y la sostenibilidad de los acuerdos estarán expuestas a perturbaciones en cualquier momento.

También en la comparación africana, los occidentales desconfían mucho de Sudáfrica. En lo que respecta a las instituciones políticas, porque el ANC (Congreso Nacional Africano) podría verse controlado por su tendencia más antioccidental o incluso perder las elecciones frente a una alianza liderada por el partido Luchadores por la Libertad Económica (EFF) de Julius Malema. En cuanto a los militares, porque la Armada sudafricana llevó a cabo maniobras conjuntas con sus homólogos de Rusia y China.

Los medios oficiales angoleños destacan el carácter de defensa y seguridad de esta visita. El jefe del Pentágono mencionó la cooperación en el ámbito del cambio climático y la lucha contra la pesca ilegal.

Lo más probable es que la delegación agrícola se centre en estos dos puntos adelantados por Austin, añadiendo a ellos la seguridad alimentaria, centro neurálgico para toda África y para reducir la inflación global.

Quizás estas negociaciones nos aporten datos concretos sobre inversiones o financiación en energía solar y su posible extensión a la energía eólica.

El futuro, a corto o mediano plazo, nos dará información sobre el contenido y alcance de la citada asociación estratégica.

 

Artículo publicado el 28/09/2023 en Blog do Jonuel, Edição de Panguila-Niterói, http://jonuel34.blogspot.com/2023/09/chefe-do-pentagono-em-angola-impactos.html

Traducido del portugués por el Equipo de la SAEEG.

UNA NUEVA ERA DE CONFRONTACIÓN INFORMACIONAL EN AMÉRICA LATINA

François Soulard*

Imagen: geralt en pixabay

Las batallas político-económicas en el hemisferio sudamericano, particularmente intensas desde el comienzo del milenio con el despertar de la ola «progresista», han abrazado decididamente el terreno informacional. Al igual que en otras partes del mundo, la información está percibida ahora como una fuerza capaz de alterar las relaciones geoeconómicas, políticas e incluso culturales, en formas que no son totalmente nuevas desde una perspectiva histórica, pero cuyo alcance, articulación y profundidad sí han configurado una nueva realidad conflictiva. Las potencias tutelares, encabezadas por los Estados Unidos, Europa y China, pero también Irán, Rusia e incluso Israel, están en la primera línea de este conflicto. Sin embargo, otros actores, menos fuertes en apariencia pero igual de potentes, también han aprendido a posicionar sus cartas en este partido. El ensayo[1] Una nueva era de confrontación informacional en América Latina, recientemente publicado en español por Ciccus (Argentina), ofrece una visión general de la cuestión y plantea la hipótesis de una renovación estratégica.

Dicha renovación radica en una serie de observaciones.

El fracaso de una revolución de colores en Venezuela

A partir de 1999 y a lo largo de aproximadamente veinte años, Venezuela ha logrado desbaratar las fases sucesivas de una revolución de color, orquestada desde los Estados Unidos en connivencia con los opositores al chavismo. Mestizo y militar formado en la escuela bolivariana y castro-comunista, Hugo Chávez fracasó inicialmente en su intento de golpe de Estado con el Movimiento Revolucionario Bolivariano en 1992. Tras convertirse en líder de un nuevo movimiento político (MVR) mediante el cual llega a la jefatura del Estado en 1999, es víctima de una tentativa de golpe de Estado en su contra diez años después (2002). Tiene que luchar contra una ofensiva de múltiples niveles y dimensiones apuntada a derrocarlo, fragmentar a sus bases y someter al país a la voluntad de Washington. Con la generosa ayuda de las agencias norteamericanas, el arco opositor construye una modalidad híbrida de combate: demonización del chavismo mediante un periodismo militante, provocaciones violentas en ámbito urbano (guarimbas), soporte a candidatos y «plataformización» de la oposición, acompañadas por diversas presiones internacionales y sanciones económicas.

El régimen venezolano consigue derrotar a este embate, desarrollando una estrategia creativa que combina acción subversiva, organización social y territorial, ingeniería sociopolítica, guerra informacional y control militar y económico (recurriendo inclusive a la violencia y a la arbitrariedad), estrategia que será continuada por su sucesor Nicolás Maduro. El adversario es el imperium norteamericano, designado como potencia neocolonial e intervencionista. Cuba, China y Rusia son sus aliados. Gracias a su cultura combativa y a la renta petrolera, Venezuela ha sido el artífice de una verdadera contrainfluencia norteamericana en el continente y el pivote de consolidación del movimiento neomarxista. El altísimo precio de esta confrontación (estado fallido, emigraciones, retroceso económico) es similar a la de un enfrentamiento armado.

Guerra del gas y autogolpe de Estado en Bolivia

En Bolivia, el Movimiento al Socialismo (MAS) es una fuerza contestataria, también de cepa revolucionaria, que inicia su conquista del poder en 2003 a partir de un foco de conflicto cristalizado en torno a la «guerra del gas». La venta de gas boliviano, transitando por Chile (adversario histórico) con destino a los Estados Unidos, es utilizada como un pretexto moral para enardecer la fibra nacionalista, movilizar a los sectores sociales combativos y alimentar una serie de enfrentamientos territoriales que acabaron provocando la caída de dos gobiernos (el de Gonzalo Sánchez de Lozada y luego el de Carlos Mesa). El movimiento es apoyado en la sombra por Venezuela y por el ala globalista de los demócratas estadounidenses, en particular la estructura de George Soros. Una vez electo en la cima del ejecutivo (2005), el MAS emprende un ambicioso proceso de reconfiguración sociopolítica: asamblea constituyente, despliegue socialista como contrapunto a un sistema liberal debilitado, promoción del indigenismo y del anti-occidentalismo, unificación de los tres poderes republicanos, aprovechamiento de las fallas del sistema liberal-democrático y creciente connivencia con el narcotráfico.

En octubre de 2019, tras quince años en el poder, el presidente Evo Morales teatraliza hábilmente un autogolpe de Estado con el objetivo de eludir la responsabilidad del fraude electoral que acaba de cometer y volcar la ilegitimidad del poder sobre sus opositores. La maniobra pivotea en torno a muchos movimientos comunicacionales (demonización de los adversarios, exposición de sus contradicciones, trampa y provocación, negación de la realidad, red de influencia regional, etc.). Al final, el MAS vuelve al poder en octubre de 2020 pese a importantes fracturas internas y al deterioro del Estado de derecho. Logró mantener su ventaja, cueste lo que cueste, sobre una oposición política y unas potencias regionales menos preparadas estratégicamente.

La cruzada anticorrupción en el «Reino del Medio» sudamericano

En 2012 Brasil sufre una grave crisis económica, con una caída de 4% del PIB, un aumento del desempleo y una devaluación monetaria del 40%. El Partido de los Trabajadores (PT), al frente de la coalición gobernante desde 2002 y eje del movimiento progresista latinoamericano, esquiva las reformas económicas mientras mantiene el control de una extensa red de depredación de los recursos nacionales (desviando entre un 10% y 20% del PIB). Un grupo de jóvenes abogados brasileños elabora entonces un plan de investigación judicial conocido como el «Lava Jato», comparable al «Mani pulite» italiano de los años 1990. Formados y apoyados de forma remota por los Estados Unidos, estos juristas están decididos a enderezar la moral de las élites brasileñas y luchar contra la corrupción endémica («fisiologismo») que asola el país. Desde el punto de vista geopolítico, el año 2014 aparece como un momento oportuno para desestabilizar a los gobiernos de izquierda más articulados regionalmente y recalcitrantes a Washington.

La operación «Lava Jato» va durar siete años, de marzo de 2014 a febrero de 2021. Se convierte inmediatamente en una cruzada política e informacional que desencadena una verdadera sangría en toda la esfera económica y política, incluida extramuros en la medida en que el capitalismo de connivencia se extiende a nivel regional y mundial. En complicidad con los grandes medios de comunicación, se filtran regularmente informaciones confidenciales del sistema judicial para generar escándalos en los ámbitos políticos y mediáticos. Este vínculo íntimo entre las dos esferas permite que el centro de gravedad de la emoción y la opinión pública sea directamente afectado, el impacto informacional superando ampliamente el de la acción judicial.

A mediados de 2016, la presidenta Dilma Rousseff es destituida legalmente por el Congreso, con el respaldo simbólico de los medios. Luiz Lula da Silva, líder indiscutible del PT, es declarado inelegible por la justicia en abril de 2018 y luego detenido. El outsider liberal Jair Bolsonaro, anecdótico al principio en el ecosistema de la prensa brasileña, logra agujerar el espacio informacional con muy pocos recursos y gana las elecciones a finales del mismo año. Su cooperación temporaria con el juez principal del Lava Jato, Sergio Moro, lo va a asociar de entrada a un plan conspirativo contra el PT y se vuelve rápidamente el blanco de varias campañas a nivel global que exacerbarán su gestualidad brutal y ácida (homofóbico, anti-indígena, ultra-derecha, etc.).

En junio de 2019 todo cambia cuando un pirata informático (Walter Delgatti Neto) filtra las comunicaciones de uno de los principales fiscales del «Lava Jato». El portal online de periodismo militante The Intercept ―cofundado por Glenn Greenwald y apoyado por los agentes financieros de los demócratas norteamericanos― transforma este contenido en una auténtica contraofensiva, rigurosamente secuenciada en el tiempo, que llevará al punto de fisurar la credibilidad de la investigación judicial. A primera vista aislado, el hacker será posteriormente defendido ante los tribunales por un abogado simpatizante del PT. En agosto de 2023 declara que Jair Bolsonaro le pidió manipular el sistema de voto electrónico para las elecciones de octubre de 2022. Este giro inesperado libera el camino para la victoria electoral de Luiz Lula da Silva en octubre 2022, en el telón de fondo del apoyo de los medios de comunicación occidentales y de la diplomacia norteamericana al candidato petista.

En paralelo a los escándalos políticos, los grupos energéticos y agroalimentarios norteamericanos (General Electric, Halliburton, Cargill) aprovechan el reflujo brasileño para adquirir partes de las empresas nacionales, mientras se usan selectivamente las pruebas de corrupción para alejar a los competidores europeos (Techint, Skanska, Siemens, etc.). Por otra parte, Washington posiciona sus cartas en la Amazonia bajo el pretexto de avanzar en los objetivos de seguridad y de protección ambiental.

Insurrección fomentada en Chile y guerra por el ámbito social en Argentina

Además de estos tres casos (recorrido en detalle en el libro mencionado en la introducción), prácticamente todos los demás países latinoamericanos transitan por secuencias similares.

En Chile, el masivo levantamiento estudiantil de principios de octubre de 2019 pone en el banquillo de los acusados ciertos puntos ciegos del modelo chileno. La protesta va girando hacia un movimiento urbano insurreccional gracias, entre otros factores, al empuje de un contingente de unos 2.500 agentes irregulares, despachados por las formaciones neomarxistas de países vecinos, en pos de disparar las acciones de desestabilización y la violencia. El objetivo es intensificar la confrontación, empujar a las autoridades políticas a un punto de ruptura y obligarlas a negociar. La comunicación guerrillera practicada por los insurgentes expone a las fuerzas militares y policiales en pleno acto de represión, mientras las imágenes se difunden en todas las pantallas del mundo. En noviembre del mismo año, se logra pactar la organización de un referéndum constitucional. En diciembre, el candidato del movimiento estudiantil, Gabriel Boric, vence en las elecciones generales.

Por último, Argentina ilustra una dinámica de conflicto en la intersección entre modelaje cognitivo, guerra económica e ingeniería político-informacional. Más atrás en el tiempo, el enfrentamiento militar del Atlántico Sur (1982) dio al Reino Unido la ventaja para orientar el proceso de pacificación posterior a la guerra civil[2] y la dictadura militar (1976-1983). Las élites argentinas aceptan la premisa de confiar al derecho penal y al poder judicial el papel de inquisidor del brazo armado de la nación, mientras las facciones de la lucha armada contornan a la justicia y se reconstituirán gradualmente en los partidos políticos tradicionales. En el frente económico, el país abraza la promesa de prosperidad económica propuesta en la creación del Mercosur en 1991. El nuevo bloque económico regional, cuyo proyecto viene discretamente inspirado por los centros de influencia anglosajona (Comisión trilateral[3]), encubre en realidad la transferencia de sectores enteros de la industria argentina a Brasil y la erosión del tejido sindical argentino. Mientras tanto, Argentina delega contratos con actores privados al ámbito del Banco Mundial (CIADI).

Por un lado, Londres y Washington, junto con la socialdemocracia europea, se aseguran a largo plazo del control del Atlántico Sur, mientras que por otro lado trabajan para crear un entorno propicio a la desintegración del Estado argentino: jerarquización del conocimiento en materia de derechos humanos, defensa, polemología, economía y ciencias de la gestión; desindustrialización y agenda de las instituciones financieras y de las Naciones Unidas para la aplicación de una agenda que favorece la permeabilidad del Estado y su dependencia exterior («globalismo»), subversión cultural a través de la influencia de corrientes revisionistas e indigenistas, apoyo de fundaciones europeas al cuestionamiento de las políticas industriales en el Cono Sur en nombre del humanismo y del ambientalismo, apoyo indirecto de agencias británicas y norteamericanas a grupos neomarxistas locales que trabajan para marginar el brazo armado de la nación y el poder judicial.

En 2003 este movimiento aprovecha las turbulencias provocadas por la crisis política y económica de 2001 para conquistar el poder. Desde entonces, el proyecto llevado a cabo se basa estrechamente en una doble lógica, operando en el doble terreno del espacio informativo y de la ingeniería social. Por un lado, se dibuja un horizonte progresista y pseudo-patriótico, favorable a la justicia social y hostil a las voracidades del neoliberalismo experimentado durante el periodo político anterior. Por otro, una facción política minoritaria organiza la concentración discrecional del poder, la fragmentación selectiva de la sociedad y la captura de alrededor de una quinta parte de la riqueza nacional (más o menos como en el caso de Brasil, pero paralizando las dinámicas de crecimiento). La construcción de una «realidad paralela» mediante un fuerte activismo informacional facilitó el ocultamiento de todas las maniobras en los demás sectores estructurales.

Consideraciones estratégicas

Este breve recorrido general abre sobre una serie de consideraciones estratégicas. El énfasis puesto en el ángulo informacional enriquece la reflexión de una dimensión teleológica, es decir de una lectura de los objetivos perseguidos en las maniobras realizadas en el terreno comunicacional, susceptible de completar el análisis geopolítico y polemológico tradicional.

Reflujo de la hegemonía norteamericana

En primer lugar, estos itinerarios confirman que la hegemonía del orden liberal, tal como lo propagó los Estados Unidos desde el triunfalismo posterior a la Guerra Fría, ya no tiene suficiente influencia para homogeneizar su hemisferio sur e imponerse frente a proyectos contestatarios o alternativos. La debilidad ideológica de la democracia liberal norteamericana, su duplicidad (en la medida en que la mayoría de las sociedades latinoamericanas ha sufrido sus ofensivas encubiertas) y su monolitismo ―es decir su incapacidad para responder a la dialéctica unidad-diversidad de las sociedades― son patentes. Los recursos informacionales para mantener esta hegemonía ―los conglomerados mediáticos, los repetidores intelectuales, las universidades y los partidos tradicionales― se enfrentan ahora con sistemas competidores.

De hecho, China es el principal rival geopolítico que aprovecha este reflujo de influencia con una estrategia de desborde basada en factores económicos y en parte en factores informacionales. Su objetivo consiste también en establecer dependencias estructurales. Por necesidad, por afinidad ideológica, pero también por inadvertencia estratégica, estas dependencias están siendo buscadas por gobiernos reacios al predominio estadounidense (aumento generalizado de los acuerdos estratégicos con Pekín que se ha convertido en el principal inversor en el continente desde 2015).

Dependencia y equilibrio estacionario

El otro indicador de este reflujo es el hecho de que Washington esté jugando la carta de una connivencia paradójica con los regímenes contestatarios, en particular los que están conducidos por las formaciones que han reciclado el marxismo-leninismo apoyado anteriormente por la URSS y combatido durante la Guerra Fría. Excepto para algunos aliados clave, el objetivo ya no es alinear ideológicamente a los regímenes políticos locales con el modelo de democracia liberal. Esta connivencia objetiva resalta que la prioridad se ha inclinado hacia su vertiente realista, es decir hacia la búsqueda para reducir la potencia e instalar dependencias estratégicas, cualquiera sea la naturaleza del sistema político con el que haya que tratar y siempre que este vacío de potencia no sea ocupado por el rival chino o europeo.

Es cierto que el proselitismo democrático sigue siendo un escaparate universal para Washington. En la práctica, aparece cada vez más como una estratagema minimalista para encubrir una realpolitik de mantenimiento de regímenes porosos y dependientes. El escenario a evitar es el de la constitución de Estados latinoamericanos fuertes, asentados en niveles consistentes de soberanía, de recursos y nacionalismo. Es precisamente aquí donde China va alterando el equilibrio estratégico y obliga a su rival occidental a innovar en sus modos de influencia. Por el momento, los Estados Unidos necesitan mantener a los principales estados industriales (Argentina, Brasil, México y Venezuela) geoeconómicamente dependientes y en un estado lo suficientemente estacionario como para evitar que caigan en otras esferas de influencia o en la situación más aleatoria de zona gris.

Ampliación de la naturaleza de los enfrentamientos

En segundo lugar, el escenario latinoamericano demuestra que algunas minorías determinadas y organizadas han sido capaces de instrumentalizar las grietas (o las crisis cíclicas) de la arquitectura de la democracia liberal y subvertirla cultural, política y económicamente. El arma informacional ha sido una palanca decisiva. Como lo hemos visto, ha permitido traspasar umbrales de intensidad conflictiva, volver interoperables los distintos terrenos de confrontación, revertir la correlación de fuerzas, exponer a plena luz las contradicciones de un adversario, multiplicar el impacto en la opinión pública, o ocultar toda una serie de maniobras, inclusive partes enteras de la realidad detrás de una fachada moral virtuosa.

En este sentido, todo ocurre como si la geografía de la política tendiera a ampliarse y solaparse con la de la guerra multiforme de la información. Esta evolución hace eco a la perspectiva clausewitziana de la guerra en la medida en que el uso ofensivo de la información se inscribe como continuidad de la política. Sin embargo, en el terreno político, así como también en lo económico, mediático o judicial, no recubre los mismos objetivos de aplastar, aniquilar o subyugar al adversario, que serían las metas más específicas a una confrontación convencional. El combate informacional remite a un registro diferente de la dialéctica entre fines y medios. En otras palabras, se trata menos de una cuestión de ganador y perdedor en términos absolutos que de dinámica de modificación de correlación de fuerza, de movimientos de cercamiento y neutralización, etc. La propia naturaleza de la confrontación y el entorno estratégico se han ampliado.

Un nuevo arte ofensivo en continuidad con el pasado

De hecho, los contextos latinoamericanos antes resumidos distan mucho de reducirse al funcionamiento pacífico de la mediación política y a los métodos clásicos de propaganda o persuasión de masas de los aparatos tradicionales. La arena política se ha enriquecido con una gramática ofensiva, nueva en su intensidad y grados de combinación. La practican tanto los actores débiles como los fuertes, con el objetivo de influir en la fisiología, la potencia, la legitimidad o la estructura cognitiva de un sistema político adverso, desde dentro o desde fuera, según las oportunidades y las circunstancias. No es una casualidad que este arte de combate haya sido practicado por excelencia por los herederos de las antiguas formaciones revolucionarias, por los gobiernos contestatarios y por las potencias anglosajonas.

En la misma línea, podemos ver que el terreno geoeconómico se ha enriquecido de un arte del combate basado en la combinación de la acción informacional y la depredación económica. Históricamente, las sociedades latinoamericanas han sufrido con frecuencia los artilugios comunicacionales utilizados para cubrir el flanco de la violencia económica. Esta violencia parece estar adquiriendo ahora nuevos artificios con metas similares de ocultación de su proyecto depredador. El ecologismo (agenda climática y transición energética), la lucha contra la corrupción, la ayuda humanitaria, la cooperación humanista, la apertura económica o la comunidad mundial de destino (China) figuran entre los principales frentes de una guerra económica practicada en simbiosis en ambos terrenos. El establecimiento de dependencias duraderas (tecnologías, conocimientos, normas) amplía este abanico ofensivo. Su impacto real o potencial en términos de destrucción del tejido social e industrial es indiscutible. Valdría la pena compararlo con el de los conflictos armados.

Una batalla cognitiva con frente inverso

El hecho de que ciertos tipos de ofensiva hayan sido totalmente interiorizados por las propias élites de los países blancos apunta a otra realidad profunda de este ensayo polemológico. ¿Sigue siendo pertinente la idea de guerra cuando ya no existen fronteras claramente establecidas entre enemigo y aliado, entre tiempo de paz y confrontación, o entre terrenos de batalla? Conviene recordar de paso que, cualesquiera sean las hostilidades expresadas, la situación de las sociedades latinoamericanas no puede separarse de una falta de profundidad estratégica y de una dificultad para adaptarse al equilibrio de poder recurriendo a su propio sustrato cultural. Tal vez el «extremo occidente» sudamericano se haya quedado demasiado ligado a la órbita occidental para poder salir de su corsé estratégico.

Esta observación lleva a otra conclusión evidente. Los casos analizados muestran cómo una modalidad aún más indolora y sigilosa ha ampliado el alcance de la guerra informacional. Sin ninguna declaración de guerra, ni distinción clara entre interior y exterior, ella consistió en moldear la estructura cognitiva de un rival con el fin de hacerlo actuar según la voluntad del beligerante, sin resistencia ni reflejo defensivo. Esta maniobra tomó la forma de una batalla a frente inverso entre competidores. El conocimiento y la percepción han sido sus blancos principales. Si bien se ha abordado una noción similar en los trabajos epistemológicos sobre el occidentalismo (a través por ejemplo de la idea de la «colonialidad del saber»), aún queda por establecer un pleno vínculo con la polemología.

* Autor de «Una nueva era de la confrontación informacional en América Latina» (edición Ciccus, septiembre de 2023). Miembro de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG.

 

Referencias

[1] Redactado por François Soulard con la contribución de Véronique Avril, Vincent Cassard, Jean-Rémy Dubois, Lucile Federeci y Mathieu Meyer (estudiantes de la Escuela de guerra económica (EGE) en Francia).

[2] Algunos analistas prefieren hablar de guerra «molecular» en el sentido propuesto por Hans-Magnus Enzensberger.

[3] Henry Kissinger decía en el 1985: «O la Argentina acepta su papel de exportador de materias primas, o procederemos a su libanización». Citado en Marcelo Javier de los Reyes, «La apremiante necesidad de recuperar la industria de la defensa». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG, 12/12/2020, https://saeeg.org/index.php/2020/12/12/argentina-la-apremiante-necesidad-de-recuperar-la-industria-de-la-defensa/.

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