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ENTRE LA FICCIÓN Y LA REALIDAD

Alejandro Olmos Gaona*

Debido a una denuncia efectuada por el diputado Palazzo, se conoció el envío de reservas de oro al Banco de Inglaterra, aunque también es posible que hayan partido al Banco de Pagos Internacionales de Basilea por parte del ministro Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, todo lo cual fue realizado en el mayor secreto. Al conocerse la noticia Caputo trató de justificar el envío diciendo que era para «obtener rentabilidad», aunque es sabido que esos bancos no dan renta alguna por recibir reservas de oro. En este caso se enviaron las reservas, para obtener un préstamo en dólares y utilizarlas como garantía del pago o, eventualmente, liquidarlas al precio del mercado internacional y obtener el dinero para pagar deudas. Esto de enviar reservas de oro al exterior lo hizo Federico Sturzenegger durante el gobierno de Macri y Alberto Fernández debió recomprar esas reservas, cuyo valor era de casi 460 millones de dólares. No cabe sorprenderse de estas acciones, ya que estos personajes están acostumbrados a negociar con los bienes públicos sin dar cuenta alguna de lo que hacen. Aunque Caputo debió blanquear el envío no aclaró en concepto de que se enviaron las reservas, qué tipo de rentabilidad se va a obtener, qué tiempo van a estar depositadas fuera del país, cual fue la urgencia en enviarlas y porqué se hizo sin que hubiera conocimiento público de la decisión.

Como en el gobierno se publicitan hasta las nimiedades y el vocero presidencial cuenta hasta los despidos de funcionarios y empleados comunes que son eyectados de la función pública, en este caso se prefirió el ocultamiento y eso generalmente ocurre cuando existe algo que esconder y la decisión no es transparente, ya que de lo contrario no había razón para no dar a conocer el envío del oro.

Estas acciones no deberían sorprendernos respecto a la dupla Caputo – Bausili, porque ya hicieron de las suyas durante la gestión de Macri, siendo Caputo Ministro de Economía y luego presidente del Banco Central, y Santiago Bausili Secretario de Finanzas de la Nación lo que llevó al Fiscal Federico Delgado a imputarlos penalmente por los negocios con bonos, pero la justicia determinó que las compras de bonos que hacían siendo funcionarios, no era susceptible de reproche penal, aunque era evidente que tenían información privilegiada y sabían que no corrían riesgo alguno, porque siempre iban a cobrar.

Como el presidente sostiene que el Estado es una organización criminal y que debe ser destruido y que solo los intereses privados deben ser beneficiados por las políticas públicas, porque solo ellos nos van a «salvar», no es extraño que se entreguen bienes públicos para garantizar operaciones oscuras. Lo que es inadmisible es que se pretenda justificar con argumentos insostenibles una decisión que compromete las reservas del país, sin mostrar las modalidades de la operación que siguen siendo materia de un silencio sepulcral. Además, existe el riesgo de que tales reservas sean embargadas, debido a litigios que tiene la Argentina en tribunales del exterior y en el CIADI, en caso de que hayan sido enviadas al Banco de Inglaterra.

Lamentablemente, en esto de negociar en secreto y entregar reservas de oro, sin dar a conocer las razones, hay un largo listado de gobiernos que lo han hecho, ya que son prácticas comunes que se esconden al conocimiento público. En muchos casos, porque darlos a publicidad rompería ciertas auras de progresismo y del carácter supuestamente revolucionario de ciertos gobiernos que, llegado el momento, negocian con las reservas y las comprometen imprudentemente. Lo hizo Correa en el Ecuador, Lula y Dilma en Brasil, Evo en Bolivia, como un ejemplo de personajes que hablan contra el imperialismo pero siempre terminan negociando con él.

En este momento Perú, Brasil, Ecuador, Bolivia, Venezuela, México, tienen reservas de oro en el Banco de Inglaterra, que se ha negado a entregar a Venezuela sus reservas por pedido de los opositores al gobierno.

Pero como en la Argentina se cultiva la ficción y la realidad siempre es disimulada para sostener el relato, el presidente Milei ha enfatizado reiteradamente el logro del superávit financiero de los últimos seis meses. Los 518.000 millones de enero, los 338.112 de febrero, los 276.638 en marzo, los 154.990 millones de abril, 1.148.634 millones en mayo y 238.189 en el mes de junio, lo que totalizan la suma de $ 2.673.573 millones.

Milei se cuidó muy bien de mostrar los fundamentos del superávit y nada dijo de los recortes en subsidios, de la licuación de salarios y jubilaciones. Tampoco de las disminuciones de transferencias de capital a las provincias, los recortes a la obra pública, subsidios económicos, las prestaciones de la seguridad social. Cuando mes a mes se fueron conociendo estas cifras, desde los miembros del gabinete, hasta muchos comentadores complacientes de los medios, salieron a festejar estas cifras que no se conocían desde hace más de una década. Consideraron los números como un «éxito» del presidente, olvidándose de que se suprimió y a quienes se afectó para conseguirlas. Los mayores recortes fueron en enero, pero siguieron adelante los meses siguientes hasta la actualidad. Ahora bien ese superávit, es lo que quedó  después del pago de los intereses de la deuda, que siempre es la gran prioridad de los gobiernos de turno.

Otra de las cuestiones de las que no se habla, es del enorme crecimiento de la deuda pública en los últimos seis meses: 10.662 millones de dólares en enero, en febrero aumentó 5.259 millones de dólares, en marzo 16.501 millones en el mes de abril 11.019 millones y al 30 de mayo 21.606 millones de dólares, lo que hace un total en seis meses de 65.047 millones de dólares. El 48% está en moneda local indexada y el 52% de la deuda en moneda extranjera. Hay vencimiento de aquí a diciembre por 7.000 millones de dólares y en 2025 por más de 15.000 millones de dólares, no existiendo fondos para pagarlos, por lo cual resulta inevitable que deban realizarse nuevas negociaciones para ver de qué manera se cumple con los acreedores.

¿Cómo es posible que ante una deuda de semejante magnitud, que se está acrecentando al trasladar los pasivos del Banco Central, se guarde silencio y el locuaz presidente y sus ministros no digan una palabra, como tampoco el presidente del Banco Central? Siempre la negación es una forma de no tomar conciencia del problema y suponer que de algún modo podría resolverse, pero en este caso los compromisos contraídos con los acreedores suponen que en algún momento tendrán que sentarse a negociar nuevamente y ver cuáles son la exigencias que estos pretenden, ante esta nueva suspensión de pagos.

Solo se exhibe el superávit financiero de estos seis meses pero del crecimiento desmesurado de la deuda pública se guarda silencio. Tampoco hay referencias a su aumento indetenible, ni cómo se va a pagar, y así vamos, en un gobierno cuyas ficciones se van cayendo una a una.

El último informe del Ministerio de Economía muestra que la deuda pública al 30 de junio es de 442.605 millones de dólares, sin contar con los cupones atados al PBI, que importan 12.000 millones de dólares aproximadamente. Existen cuestiones pendientes con los holdouts, por 2.500 millones de dólares que se vienen arrastrando desde hace años y no hay información sobre el estado de esos reclamos.

Unas son las ficciones sobre los éxitos económicos proclamados por el presidente, que solo se traducen en haber bajado la inflación, pero más allá de esos índices, los problemas estructurales de la economía persisten y la deuda pública es el más grave de todos, por las enormes sumas que deben afrontarse para el pago de los intereses de la misma. A esa complicada situación debe sumarse el enorme aumento de la pobreza, de la indigencia, la baja cada vez más notable en el consumo, las pymes que van desapareciendo, el trabajo registrado que ha caído abruptamente, ya que el Banco Central hace dos semanas informó que se habían desactivado 330.000 cuentas sueldo, y el hecho comprobable de la falta de un plan económico que pueda hacer salir a la Argentina de la situación de crisis en la que se encuentra.

Mientras el fracaso del experimento mileista es cada vez más evidente la oposición está cada vez más fragmentada y los grupos llamados «dialoguistas» se ven en una encerrona de la que les cuesta salir. Si no se elaboran propuestas serias para enfrentar al gobierno y terminar con tantos desvaríos libertarios, la decadencia de la Argentina será cada vez más indetenible.

 

* Historiador, Investigador. Especialización en tratados internacionales, bilaterales y deuda pública. Profesor de la Cátedra de Deuda Externa de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Autor de numerosos libros, entre los que se destacan: «la deuda odiosa. Una doctrina jurídica para solución política» (Ediciones Peña Lillo-Continente. Buenos Aires. 2005), «Deuda o soberanía. Verdades ocultas sobre la dependencia» (Ed. Peña Lillo-Continente, Buenos Aires, 2021), «El FMI y la deuda» (Editorial Peña Lillo- Continente. Buenos Aires, abril de 2022) y «El FMI y el derecho internacional» (Universidad de la Punta, San Luis, 2023).

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SIN DEUDA

Iris Speroni*

El mecanismo de dominación en Argentina es la deuda.

 

Hoy quiero hablar de deuda pública, tema que en Restaurar, otros autores y yo hemos tratado en varias oportunidades.

El 20 de agosto de 2022 escribí DEUDA PÚBLICA. Expongo conclusiones sobre números públicos (*). Invito a releerla. Entonces sostuve que con las exportaciones de 2022 (88.446 millones de dólares) fácilmente podríamos haber entrado en un camino de repago de la deuda y caída del volumen de los intereses. Los intereses son la verdadera razón del déficit fiscal, razón que nadie o casi nadie nombra.

Hoy no quiero hacer cuentas (**) sino hablar en términos abstractos y conceptuales.

Deuda

Sobre la deuda soberana argentina se han escrito muchos libros de todos los colores ideológicos. Algunos basados en información sólida, otros no.

Lo cierto es que la deuda soberana ha sido una vaca en brazos para nuestro país desde el empréstito que contrajo Rivadavia con la Baring Brothers (***). Tuvo dos cancelaciones: 1) total después del final de la Segunda Guerra Mundial (cuyo final coincidió con el gobierno de Perón, pero que se dio ―la cancelación― durante la guerra); 2) casi total, durante el gobierno 1973-1976. En el primer caso, con un agravante: el Banco de Inglaterra era depositario de toneladas de oro de propiedad del Estado Nacional argentino, las cuales nunca devolvió. Arguyeron “no hay plata” luego de la guerra ―lo que era cierto― y Argentina le condonó la deuda (****). Ironías.

Por lo que la deuda actual, dólar más, dólar menos, se inicia en 1976.

Acá voy a plantear una diferencia que tengo con varios compañeros del sector nacional. Ellos arguyen que la deuda es “el” problema de la economía nacional y que si no lo resolvemos, la Argentina no tiene futuro.

Sí y no. Voy a tratar de justificarlo.

Sí, el peso de la deuda impide toda capitalización privada y pública y por lo tanto no permite crecer. Esto es porque el servicio a la deuda se lleva toda la rentabilidad y nos deja sin excedentes para reinvertir. Los argentinos que “fugan” dinero, en realidad lo que hacen es escamotear su rentabilidad para que no sea aplicada al servicio de la deuda: o dicho de otra manera, que la deuda la paguen otros.

Así que desde lo técnico, la aseveración es correcta. Mientras tengamos semejante deuda nunca vamos a crecer; por lo tanto nunca vamos a resolver problemas estructurales como déficit fiscal, crecimiento, desocupación, pobreza, dependencia tecnológica, etc.

Hasta ahí, de acuerdo.

Acá empiezan mis diferencias.

Yo creo que la deuda es sólo un mecanismo de control. Si se quiere, de dominación. No es el fin de la pelea, es sólo un medio.

De hecho he escrito y dicho en varias oportunidades que con un aumento sostenido de las exportaciones podríamos cancelar la deuda total de la Argentina en diez años.

El tema, a mi entender, no es que tengamos deuda o cómo pagarla, sino por qué Argentina está endeudada.

Muchas veces, en los medios de comunicación, los políticos sostienen que nos endeudamos porque tenemos déficit fiscal, por lo tanto hay que reducir el déficit fiscal para no tener deuda (supongamos). Yo no creo que sea así; creo que los políticos generan déficit fiscal para tener la excusa para endeudarnos. ¿Por qué? Por diversas razones. La deuda soberana es:

  • nuestro grillete respecto a intereses financieros locales y extranjeros,
  • un muy buen negocio para privados y para aquellos políticos que acepten sobornos,
  • un argumento para justificar la mala administración (“me hubiera gustado invertir en FFCC pero teníamos vencimientos de X”; se puede substituir FFCC por cualquier otra cosa; Alberto Fernández nos empachó con dicha excusa),
  • la herramienta de sumisión frente al orden internacional vigente.

Cuando sostengo que la deuda es sólo un medio (para controlarnos) y no un fin, trataré de argumentar.

Existen otros medios de control de un país que no implican deuda. Alemania construyó un gasoducto desde Rusia para obtener gas barato. Cuando Biden asumió la presidencia advirtió que ese gasoducto nunca se iba a utilizar. Trump, durante su gobierno, afirmó que se oponía a su construcción, lo que fue desoído por el gobierno alemán. ¿Qué sucedió? Una vez finalizado, boicotearon el gasoducto. Fue hecho público a través de un periodista. Un aliado. Sin embargo, el gobierno alemán ni chistó. ¿Por qué? Porque tiene once bases militares extranjeras en su país. Así de simple. El mecanismo acá no es deuda. El resultado es el mismo.

Volvamos a lo nuestro. El mecanismo de dominación en Argentina es la deuda. Creo que si empezamos a razonarlo así, tal vez empecemos a salir de este atolladero. A pensarlo como una herramienta y no el problema en sí.

Nuevamente, si se instrumenta una política de aumento de exportaciones y de aumento de los superávits comerciales, tendremos las divisas necesarias para recomprar deuda, pagar capital e intereses, bajar las tasas vigentes ―por lo tanto reducir el peso del servicio de la misma― y, como dije, en una década, librarnos de toda deuda. Recuerdo, nuevamente, que gran parte de la deuda soberana argentina es propiedad del propio Estado (Banco Nación, BAPRO, gobiernos provinciales), por lo que el universo a cancelar no es tan monstruoso como nos quieren hacer creer. Eliminar la deuda es posible. El problema es que los gobernantes no tienen el objetivo de hacerlo. No al menos luego de María Estela Martínez.

La deuda es la excusa servida en bandeja para que los políticos lleven adelante agendas contrarias a los intereses nacionales. El último ejemplo es la ley de aborto, impuesto desde el exterior y con la deuda como palanca para forzar su aprobación.

Deuda soberana en otros países

Veamos la evolución de la deuda en otros países.

EEUU

Evolución deuda EEUU 1940-2020 en dólares y en % del PBI.

Francia

Deuda de Francia como % del PBI.

Rusia

Deuda de Rusia en euros y en % del PBI.

Como pueden ver, Rusia tiene una deuda del 17% del PBI, una de las más bajas del mundo, sólo igualada por países exportadores de petróleo de Medio Oriente.

¿Cómo llegó de la situación catastrófica post Glasnot a la situación actual? Recordemos que Rusia entró en default y que el servicio de la deuda fue crítico. Simple. Empezó a exportar. Empezó a producir todo aquello que fuera exportable y sostenidamente canceló sus obligaciones. Aumentó el PBI, lo que le permitió aumentar el nivel de vida de la población (convengamos que de un piso misérrimo) y se dedicó a) cancelar deuda, b) reinvertir en su producción. Los resultados están a la vista.

Argentina

Si organizamos el país para exportar y una parte de lo producido lo destinamos a:

  1. reinvertir en la actividad,
  2. aumentar el nivel de vida de la población,
  3. cancelar deuda,

entonces, en poco tiempo estaremos en un proceso de crecimiento similar a Brasil, Paraguay o Uruguay.

El tema no es operativo. Brasil, Paraguay y Uruguay le encontraron el agujero al mate.

El tema es qué se quiere hacer y con quién.

O dicho de otra forma: no se cancela la deuda porque no se quiere. El gobierno de Cristina Fernández 2015-2019 es una clara muestra.

Por lo tanto, el objetivo político a encarar sería: explicar a la población por qué la deuda es tan nociva y por qué es importante no tenerla nunca jamás. Ni en el país, ni en los hogares. El segundo objetivo sería generar los consensos políticos para trazar una ruta de crecimiento con cancelación de deuda. Volver a tener un proyecto nacional. Es el mejor sistema inmunológico contra intereses ajenos.

El país, su integridad territorial, se encuentra bajo enormes amenazas, incluida la discordia interna. Seamos inteligentes. Seamos pillos. Y hagamos la nuestra.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

(*) El de entonces: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/presentacion_grafica_1t22.pdf.

El más reciente: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/presentacion_grafica_iiit_2023.pdf.

Todos: https://www.argentina.gob.ar/economia/finanzas/datos-trimestrales-de-la-deuda

(**) Si el público lo pide, rehago el análisis de agosto 2022 con los últimos números emitidos.

(***) A partir del Centenario, los servicios de la deuda no fueron gravosos para el próspero y pujante estado argentino.

(****) No fue exactamente así, requirió una ingeniería financiera más alambicada, pero el resultado final fue ése.

 

Lecturas relacionadas

Deuda sin sustento (#BAJENELGASTOPUBLICO

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La deuda y las mentiras verdaderas, Baron Bodissey.

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Deuda pública, Speroni.

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Nuestra tragedia: cancelar en 1982 nuestro proyecto de Nación, Speroni.

https://iris-speroni.blogspot.com/2019/06/nuestra-tragedia-cancelar-en-1982.html 

Superdeuda, Speroni.

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2022: el año que no estuvimos en peligro, Speroni.

https://restaurarg.blogspot.com/2023/02/2022-el-ano-que-no-estuvimos-en-peligro.html

De Néstor Kirchner a Mauricio Macri: cambios y continuidades en el tratamiento de la deuda externa pública argentina, Fernando Allario

https://saeeg.org/index.php/2019/06/13/de-nestor-kirchner-mauricio-macri-cambios-continuidades-en-el-tratamiento-de-la-deuda-externa-publica-argentina/

 

Publicado el 06/01/2024 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2024/01/sin-deuda.html.

EL TREN FANTASMA

Iris Speroni*

Desarrollismo Temporada 64 Episodio 27.

Estos últimos diez días hemos vivido una larga transición ministerial. Un golpe cortesano.

Guzmán se fue, en primer lugar, porque su trabajo terminó. Él tenía que lograr que el Congreso aprobara el acuerdo con el FMI. Mientras eso no sucediera el crédito otorgado a la Argentina era repudiable (que se podía repudiar) y la continuidad laboral de los sobrepagados burócratas del Fondo pendía de un hilo. Lo logró; no iba a perder un segundo más en estas tolderías pestilentes.

El ministro de la producción Kulfas debió renunciar luego del discurso de la vicepresidente del 20 de junio de 2022. Ella se quejó del “festival de importaciones” —en realidad de a quién Kulfas autorizaba vender dólares a mitad de precio— y el susodicho voló por la ventana. Momento propicio para que Guzmán hiciera mutis por el foro.

¿Qué nos espera de la nueva conformación?

Lo mismo de siempre. Desarrollismo Temporada 64 Episodio 27. Van a hacer lo mismo de siempre, con la misma gente de siempre para obtener los mismos resultados de siempre. Que es, justamente, lo que quieren

El elenco

Parcialmente definido. De Mendiguren, ex Ministro de Producción, ex Presidente de la UIA, ex diputado, ex presidente del BICE. Hace unos meses trajinó los canales de televisión, en carácter de presidente de banco estatal (BICE) queriéndonos vender dos proyectos que evidentemente eran caros a su corazón. Uno: los chanchos chinos. El segundo, prorrogar la exención impositiva a la minería, próxima a vencer. Sería interesante saber qué lo movía a defender esos intereses. Ahora será secretario de producción, la persona que autorizará las importaciones a dólar a mitad de precio (lo que hacía Kulfas). Si alguien desea participar de este fabuloso negocio (comprar a $ 140 lo que vale $ 280) necesitará contar con el aval de nuestro amigo De Mendiguren. Un trabajo que le va como anillo al dedo.

Otro viejo conocido es Daniel Marx. Especialista en renegociación de deuda externa. Marx es una persona de confianza de los acreedores. No nos equivoquemos. No es un servidor público para negociar los intereses de la nación frente a la contraparte sino la persona de confianza de la contraparte ante nosotros. Las renegociaciones de deuda son un negocio fenomenal. Nuevas emisiones. Honorarios de estructuración y colocación. Consultoras para calificar los bonos. La renegociación es un negocio en sí. Sólo en honorarios facturados es una millonada. Además se agregan intereses capitalizados, a veces “con premio”. (Para hacer los más atractivos, como fue el “bono de crecimiento” de Nielsen/Lavagna).

El resto son todos de la teta de Lavagna, cuyo handler es la UIA. Veremos ahora lo que harán sus pupilos. Lo de siempre. Maximizar el dinero en manos del Estado (probablemente algún nuevo impuesto o aumento de alícuotas o reducción de bases imponibles o eliminación de reintegros, o todo esto junto) para disponer de más recursos para quienes son los que sostienen éste y todos los gobiernos:

  • obra pública (Cámara Argentina de la Construcción – Club de la Obra Pública);
  • subsidios/privilegios a la industria automotriz (ADEFA),
  • compras a las farmacéuticas, a proveedores públicos en general,
  • créditos blandos que no se devuelven o lo hacen tarde y mal, dólares baratos para supuestos insumos, privilegios impositivos, subsidios directos e indirectos para la UIA,
  • minería (con régimen cambiario propio y exenciones impositivas) y
  • la industria petrolera, la que nos iba a salvar y que hasta ahora no es más que un cementerio de subsidios.

Todo financiado con el IVA que pagan las familias (las empresas no pagan IVA) e impuesto a las ganancias (que gran parte es soportado por las familias). En resumen, este estado caro, en manos de los proveedores de Estado, que cae sobre las espaldas de los ciudadanos de carne y hueso.

Hay dos grupos empresariales más a los que el nuevo ministro Massa responde: los concesionarios públicos y los bancos. Ambos son parte de la alianza gobernante.

  • Desde Néstor Kirchner a hoy quienes manejan concesiones públicas (electricidad, gas, ferrocarriles, rutas) y empresas de transporte público se han acostumbrado a que sus ingresos provengan en su mayoría del Estado (subsidios). Esto ha generado una relación malsana que tiene por consecuencia un pésimo servicio (cuyo mayor exponente es el estrago de Once) y una cofradía inadmisible entre políticos y empresariado (los juicios por los sobornos de los concesionarios de rutas por peaje son muestra). A punto tal que la opinión pública sospecha que el golpe palaciego que lo sentó a Massa en este lugar fue organizado y ejecutado por dichos concesionarios. El tiempo dirá si es verdad o no.
  • Desde hace once años, desde el segundo mandato de Cristina Fernández, los bancos son beneficiados por un continuo de altas tasas de interés y tipo de cambio atrasado, lo que maximiza las ganancias en dólares. El momento de mayor éxtasis fue con Sturzenegger y sus intereses al 80% anual; sin embargo el actual 60% anual no es de despreciar. No es sólo el interés que se le carga al Estado sino que a su vez les autoriza a cobrar tasas altas a las pymes (descuento de cheques) y a las familias (saldo impago de tarjetas de crédito). Réditos que convierten en divisa a un dólar atrasado.
La parte operativa

Los grandes problemas que enfrenta el nuevo ministro de economía.

  • Vencimientos en la deuda externa y falta de reservas.
  • Leliqs.
  • Dólar desdoblado/dólar retrasado.

La falta de reservas en un ciclo largo de exportaciones excepcionales es inadmisible. Las exportaciones durante 2020 fueron de U$D 54 mil millones, en 2021 de U$D de 75 mil millones y en el primer semestre del corriente año U$D 44 mil millones (INDEC). Nunca en su historia Argentina exportó tanto. ¿Cómo se explica que no tengamos reservas luego de 30 meses de superávit comercial ininterrumpido por un total de U$D 30 mil millones? En el mismo período Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia incrementaron las suyas.

Por las escasas declaraciones efectuadas el nuevo equipo se dispondrá —¡Oh, sorpresa!— a posponer la solución del problema. Pedirá a los traders (empresas cerealeras que exportan oleaginosas y cereales, en su mayoría extranjeras) a que le adelanten fondos. Es una práctica que inició Néstor Kirchner y que siempre exigió contraprestaciones en forma de privilegios o autorización para operaciones no kosher. Es una alianza fuerte entre los funcionarios y las empresas comercializadoras, que en general coluden contra el productor —más atomizado y por lo tanto inerte para responder a los abusos—. Esto explica por qué la agroindustria (traders, aceiteras, molineras, elaboradoras de alimentos) rápidamente abandonaron la asociación con productores agropecuarios y se abrazaron al poder político apenas asumió Alberto Fernández. El otro mecanismo del gobierno será postergar vencimientos de deuda.

Leliqs. Si no solucionan la deuda del BCRA nada servirá. Es hoy una amenaza que cuelga sobre la cabeza de todos, y en este caso, incluye a los funcionarios —que por lo general se libran de los problemas del hombre común—. Es la razón de la inflación. Es lo que puede acabar con la carrera política de varios de ellos. Hoy Massa no tiene ningún problema más importante a solucionar que éste.

Dólar desdoblado. El dólar a mitad de precio es una transferencia brutal de unos argentinos a otros. De los misioneros, que venden su té a mitad de precio (el 90% de la producción se destina al exterior) y que ese dinero termina en las manos de los dichosos beneficiarios de la compra de dólares a mitad de precio que Kulfas/De Mendiguren hubieren autorizado. Algunos venden su té a mitad de precio; otros compran su avión privado a mitad de precio. Dios te da; Dios te quita. La compra de dólares a mitad de precio es tan tan buen negocio que nadie lo quiere terminar. ¿Lo abortará Sergio Massa?

¿Cuál es la idea de quienes pusieron a Massa en funciones? Que tocando dos o tres cosas, todo puede seguir como siempre. Como siempre fue, como es y como será. Veremos si lo logran. Por lo pronto, hace décadas que nos vienen arruinando el patrimonio, el presente y los sueños de futuro a todos nosotros.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Lectura relacionada

Buenos muchachos, http://restaurarg.blogspot.com/2022/02/buenos-muchachos.html

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Emitir sin crear valor, http://restaurarg.blogspot.com/2022/08/emitir-sin-crear-valor.html

Equilibrio inestable, http://restaurarg.blogspot.com/2019/12/2020.html

 

Artículo publicado originalmente el 06/08/2022 en Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2022/08/el-tren-fantasma.html