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TIRAR CON LA PÓLVORA DEL REY

F. Javier Blasco*

“Disparar (o tirar) con pólvora del Rey” es una frase bastante antigua y de uso muy frecuente, fundamentalmente, en el ámbito político. Expresión, que se suele utilizar cuando alegremente y sin reparo, se emplean muchos recursos ajenos para cubrir cualquier necesidad social, casi siempre en busca de réditos políticos y sobre todo, si el gasto se realiza aunque suponga un gran estipendio.

Es muy frecuente y relativamente sencillo ver que muchos cargos públicos emplean dichos gastos extraordinarios, que no le son propios, en novedosas y costosas iniciativas o para cubrir exigencias no programadas. Gastos, que ni siquiera pueden salir del remanente presupuestario y que para costearlos, es necesario recurrir al patrimonio ajeno con el consiguiente costo y riesgo para los que finalmente los deben sufragar.  

Supongo que etimológicamente esta frase entró en el acervo popular porque allá en tiempos pretéritos, los reyes europeos pasaban la mayor parte del tiempo guerreando por notoriedad, envidias contraídas, cubrir ambiciones personales, buscando la expansión de sus territorios o por distraerse sin más; sin importarles el hecho de que las guerras en si mismas, así como el empleo o mantenimiento de las tropas tras ellas, nunca ha sido cosa barata y pudiera darse en caso, de que algunos incautos pensaban que era el Rey quien los costeaba de sus arcas personales, sin caer en la realidad por la que siempre es al pueblo liso y llano al que, con mucho esfuerzo y gran sacrifico personal, le tocaba rellenar dichas arcas cuando estas se quedaban vacías demasiado frecuentemente.

Esta tradición y falsa expectativa de solucionarlo todo a lo grande, muy usada antaño y por desgracia, arrastrada hasta nuestros días aunque no se guerree con tanta frecuencia e intensidad, se viene usando con mayor frecuencia, por gobiernos de izquierdas; variopintas coaliciones o asociaciones de países que por contagio o por no quedare atrás, contraen compromisos, a falta de auténticos expertos, sin evaluar sus costes reales y sin conocer el verdadero alcance de las decisiones de tipo económico, social e industrial que, por separado o en coalición, se adoptan con relativa alegría y que en breve, dada su intensidad o gravedad se vuelven contra la política adoptada como un gran y peligroso boomerang.

Es el caso de la inusitada alegría mostrada, sobre todo en Europa, por y para la adopción de drásticas y sangrientas medidas —sobre todo para el bolsillo del contribuyente— en referencia a las necesarias y obligatorias actuaciones individuales y colectivas a adoptar para “hacer frente o evitar los desastres que propicia el nocivo y creciente cambio climático por la abusiva acción del hombre” principalmente, en lo concerniente a la importante reducción en la emisión de dióxido de carbono (CO2).

Tradicionalmente, los grandes productores de este componente químico como China, Rusia, La India y EEUU y alguno más de menor entidad, se vienen resistiendo al embriagador impulso del resto del mundo en aceptar los compromisos que vienen arrastrándose de las pasadas cumbres sobre el cambio climático en Kioto, Madrid o París y algunas otras más.

Aunque algunos han cambiado un tanto su actitud, muchos, siguen sin dar su brazo a torcer totalmente dado que la alternativa al uso del carbón o el gas —en un mundo en el que queda muy bonito y progre declararse “no nuclear” y cerrar las pocas y restantes centrales de este tipo, aunque sea muy “limpia”— es realmente muy costosa, dependiente de variables e incontrolados factores climáticos (viento, sol y lluvia), claramente insuficiente para cubrir las necesidades totales, aún funcionando todas ellas al unísono y a pleno rendimiento; cosa que nunca ocurre, por lo que resultan incapaces de suplir con garantías todo lo que producen los elementos que se pretende cerrar.

En el viejo Continente, la muy joven e inexperta Europa, con la Alemania de Merkel a la cabeza (quizá para evitar que la oposición le comiera la tostada a su partido a la hora de retirarse), lleva años tirando del carro de lo verde, cerrando gran parte de sus centrales nucleares (no así en Francia) y dando pronta fecha de caducidad a las restantes centrales del mismo tipo. España, como siempre, ha sido arrastrada por la alemana modalidad.

Mientras tanto, y en espera de alguna otra alternativa en ciernes como las centrales de fisión nuclear, en algunos lugares aún se mantiene el pernicioso y costoso uso del carbón para evitar su gran dependencia de la fluctuante, tanto en cantidad como en precios, importación del gas ruso o argelino con el que enfriar sus calurosos lugares turísticos o calentar sus fríos hogares y mover su gran industria mediana y pesada.

Inicial impulso aquel, del que los alemanes ya comienzan a arrepentirse o a calcularlo algo mejor; porque, como listos y buenos calculadores que son, han echado cuentas y empiezan a temblar al ver la que en breve se les avecina para sufragar los costos de la energía por el pago del CO2 emitido según la normativa europea; aunque, para evitar entrar en una espiral de precios como en España, Italia o Portugal, ya llevan tomadas ciertas medidas sobre los grandes impuestos nacionales que la encarecen.

En España, país en el que estamos acostumbrados a la chapuza u ocurrencia del momento, al parche mediático aunque poco meditado o improvisado y a hacer las cosas mal con demasiada frecuencia, nos encontramos en este aspecto en una situación de caos y crisis total. Situación, que supone un hándicap para un gobierno que se pasó bastantes años en la oposición criticando a su antecesor porque la política energética de aquel suponía un gran desencuentro con la sociedad tras subir, en aquellos tiempos, los precios en un pequeño porcentaje y se hartó de hacer vanas promesas de corregirlos seriamente y proteger a los más necesitados de tales desmanes. Promesas, que trató de cumplir nada más hacerse con el poder y que ha olvidado por completo en menos de dos años. A fecha de hoy, y al menos en la Comunidad de Madrid, decenas de miles de familias siguen sin percibir en este 2021 una de las ayudas prometidas por el Gobierno de Pedro Sánchez, el Bono Social Térmico.

Resultado, el precio de la luz, impulsado por diversos factores endógenos y exógenos, es hoy en día cuatro veces más caro que cuando ellos prometían la arcadia energética (en estos días el megavatio llegará a los 200 euros, y al alza, en su hora punta), sube a todos por igual y no respeta ni a los ciudadanos que viven de un pequeño sueldo, una subvención o una pensión, ni tampoco a las pequeñas o medianas empresas, ni a las grandes industrias que consumen grandes cantidades de energía; por lo que incrementos tan importantes como los presentes, suponen una subida de sus precios de producción difíciles de absorber a costa de los cada vez, más reducidos beneficios de las industrias energéticas.

Por si fuera poco, a los mayores costos mencionados hay que añadir el gran incremento del coste de los derivados del petróleo (líquidos y gaseosos) lo que supone un encarecimiento indirecto de los precios de la producción de energía eléctrica y repercuten directamente en los del transporte, mantenimiento del ciclo del frio, el almacenamiento de los productos y su misma distribución. En consecuencia, el IPC sube proporcionalmente a lo anterior, lo que influye directamente en la capacidad y el nivel de consumo de los ciudadanos y a corto plazo, en los compromisos adquiridos por el gobierno para el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios mínimos y pensiones en próximas revisiones. 

Sufrimos un gobierno que a pesar de confesar ser socialista y comunista hasta la medula, vive de, por y para los impuestos. Allá donde atisba un resquicio de donde sacar un céntimo al ciudadano y al pequeño o al gran empresario, se lanzan a su captura incumpliendo con ello su promesa de sólo freír a impuestos a los que más tienen; hoy en día, todos sufrimos su vorágine recaudatoria y sus sucesivos zarpazos.

Ha sido precisamente en el precio a pagar por la energía (de cualquier recibo de la luz, la Hacienda pública recauda casi el 60% de su importe) y de los carburantes, que no por su valor real, donde el gobierno ha encontrado uno de sus mayores filones recaudatorios. Impuestos que, unos son heredados, otros nuevos y la mayoría como resultado de concesiones o pagos a cuenta de ofertas anteriores para imponer determinados cambios en la forma de obtener la energía.

A pesar del enorme bocado que llega a las arcas del Estado por este concepto y en lugar de reducirlos a límites más razonables, tras muchas presiones, tiras y aflojas, el gobierno ha optado por un doble juego; bajarlos temporalmente —cómo mucho hasta abril del año que viene para volverlos a recuperar trascurrida dicha fecha— y meterle un palo a los beneficios de las empresas eléctricas quitándoles una serie de ingresos (posiblemente también temporal), que por cierto, habían sido pactados con ellas hace años a cambio de diversas y costosas inversiones y modificaciones en la red para hacerla más competitiva por su actualización y mayor eficiencia.

Como todo lo que suele vendernos el gobierno y sobre todo, su presidente, no solo gira en el entorno de la mentira, casi siempre es provisional, lo suele rectificar y se encuadra en los parámetros de lo que se conoce como “el pan para hoy, pero el hambre del mañana” porque al ser temporal su aplicación, la vuelta a los mismos parámetros transcurrido cierto tiempo, supone simplemente un traslado en tiempo del mismo problema sin haberlo solucionado.

Por otro lado, toda drástica e hiriente medida adoptada contra lobbies o empresas multimillonarias, enlazadas con fuertes inversores o importantes entidades bancarias afincadas en diversos territorios con tendencia al independentismo o la autosuficiencia, legislada de forma precipitada, populista, drástica, en caliente y sin escuchar a todas las partes implicadas, puede y debe tener repercusiones inmediatas o a corto plazo en la estabilidad económica, la seguridad jurídica a futuro, e incluso, también en la estabilidad parlamentaria, dado que aquellos territorios y los partidos políticos de corte nacionalista o separatista que los gobiernan, son contrarios al interés general del Estado, muy recelosos de las empresas en ellos afincadas y hasta, como sucede en este caso, forman parte sustancial de la alcayata en la que se apoya el gobierno de la nación para seguir adelante en su mandato o para aprobar sus necesidades legislativas.

El precipitado Decreto aprobado esta semana por el ejecutivo supone un mazazo a las eléctricas  a base de recortar unos 4.000 millones los beneficios a las eléctricas y dejar de percibir las arcas de Hacienda unos 2.000 millones de euros aunque será de forma provisional, ha tenido una rápida respuesta bursátil en los dos primeros días desde su publicación; dichas compañías ya habían perdido más de 7.500 millones en su cotización.

Todos los gobiernos populistas, que gastan a manos llenas un dinero que no tienen y tiran de dicho recurso como antaño se hacía con la pólvora del Rey, acaban encontrando en esto su talón de Aquiles por lo que, tarde o temprano, los imprudentes y felices tiempos del “pan y circo” se tornan contra ellos, porque al pueblo, por muy vago, comprado o con pocas luces que tenga, cada vez pide más pan y le gusta menos el circo.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

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COMENTARIOS SOBRE EL MARKETING DEL PARTIDO COMUNISTA CHINO

Julio C. Ferrari Freyre*

Dr. Zhang Weiwei, profesor de Relaciones Internacionales y Director del Instituto de China de la Universidad de Fudan en Shanghai. Foto: China.org.cn.

El 31 de mayo de 2021 se celebró la Trigésima Sesión de Estudio del Politburó del Partido Comunista Chino (PCCh), dedicada a “contar bien la historia de China” y “promover la voz de China en el escenario mundial”.

De las treinta Sesiones de Estudio ya celebradas, solamente la Decimosegunda, realizada el 25 de enero de 2019, versó sobre el tema de las comunicaciones, tratando “la promoción de los valores correctos dentro de la sociedad china”, según las normas actuales del PCCh, especialmente en los medios sociales electrónicos tan populares entre los ciudadanos chinos. La prensa ya está bien educada en este sentido a pesar de algunos rebeldes en Shanghai y Guangzhou.

Las Sesiones de Estudio se realizan, desde 2002, al mismo tiempo que las reuniones generales del Politburó del PCCh, normalmente en el Salón Huairen dentro de Zhongnanhai, la sede central del PCCh y del Gobierno de la República Popular China. Suelen tratar un tema puntual de actualidad (y se supone preocupante) y asisten integrantes del Politburó y algunas autoridades del gobierno.

Los presidentes Jiang Zemin y Hu Jintao consideraban que las sesiones ayudaban a comprender los temas bajo discusión, mientras que el actual presidente XI Jinping las utiliza para impulsar sus ideas políticas y apuntalar su autoridad[1].

En la última Sesión, el Dr. Zhang Weiwei (张维为), profesor de Relaciones Internacionales y Director del Instituto de China de la Universidad de Fudan en Shanghai, realizó una presentación y pocos días después, el día 21 de junio pasado, publicó un artículo en el Diario de Beijing titulado “Es totalmente posible contar la historia de la política china de una manera más precisa y emocionante”[2]. Se supone que el mismo es una versión adaptada de la presentación que realizó frente a los asistentes de la Trigésima Sesión, habiendo alcanzado una notable repercusión en la prensa de Asia oriental y en medios académicos relacionados con esa región.

No es extraño que el profesor Zhang haya sido invitado a exponer en la Sesión ya que es uno de los intelectuales públicos preferidos del PCCh y su interpretación de como contar la política china ha sido uno de los temas favoritos del presidente Xi Jinping desde que asumió en 2012. Es considerado uno de sus ideólogos y una de las personas que pueden influir en las más altas autoridades del gobierno chino. A la luz de esta predilección podemos inferir que el Presidente no está muy satisfecho con los numerosos mecanismos de propaganda del Estado chino, entre ellos la agencia Xinghua, los Institutos Confucio y la Diplomacia del Poder Suave (Soft Power).

El Profesor Zhang Weiwei estudió Relaciones Internacionales en la Universidad de Fudan, en la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing y en la Universidad de Ginebra donde obtuvo su maestría (1990) y doctorado (1994). Fue traductor de inglés de la cancillería china entre 1983 y 1988 y trabajó con Deng Xiaoping y Li Peng en este carácter. Ha publicado cuantiosos artículos en revistas especializadas y en la prensa, además de numerosos libros en chino e inglés. También tuvo programas de televisión y presentaciones en Youtube. Es sin duda uno de los más mediáticos, mejor conocidos y más populares profesores universitarios del país. Sin embargo, cabe destacar que Zhang, más allá de sus credenciales académicas, no es popular entre sus pares ni entre los “intelectuales públicos” chinos[3].

En su artículo, Zhang describe cinco líneas que China y el PCCh deberían seguir para contrarrestar las posiciones críticas de algunos Estados y de los medios de prensa occidentales:

  1. Renunciar al clásico paradigma de “democracia versus dictadura” y en su lugar emplear el de “buena gobernanza versus mala gobernanza”.
  2. Comparar el desenvolvimiento institucional de la República Popular China con el de tres tipos de Estados: países en desarrollo, países con economía en transición (emergentes) y los países occidentales.
  3. Relato o narrativa cultural demostrando la profunda tradición de las decisiones políticas tomadas por China.
  4. Perspectiva moderna: Comparación de muchos de los logros modernizantes que sobrepasan los de Occidente y la relación entre estas modernizaciones y el sistema político chino, para hacer más convincente y persuasiva la historia reciente de China.
  5. Comunicar al mundo las normas chinas: detrás del crecimiento chino se evidencian una serie de ideas y métodos probados que se deben depurar para que sean reconocidas como normas internacionales.

Sin duda, preocupa al Partido el deterioro de la visión que tiene el mundo de la República Popular China. Este desprestigio es manifiesto en la prensa internacional, especialmente en revistas y periódicos de circulación masiva o de referencia para la toma de decisiones a nivel estatal o empresarial.

Han contribuido a este deterioro la agresividad de su diplomacia (Wolf Warrior Diplomacy), la actitud adoptada ante los cuestionamientos por los derechos humanos en la provincia de Xinjiang, las belicosas demonstraciones de fuerza y agresividad hacia Taiwán, las continuas acciones contra la Iglesia Católica china más la persecución de la secta budista Falun Gong, y la evaporación de las libertades democráticas en Hong Kong contenidas dentro de la formula “Un País, Dos Sistemas”, junto a la constante erosión del acuerdo firmado en 1997 con el Reino Unido. Más recientemente, la confusa y a veces contradictoria relación de los acontecimientos que llevaron a la pandemia del SARS-Covid-19, sumado al recuerdo de otros problemas de salud e higiene del pasado inmediato, también han afectado al prestigio de China en el mundo.

Zhang insiste en sus publicaciones que en China debe educar al resto del mundo para que puedan comprender la especial posición del país, su historia, tradiciones, filosofía y normas. Sin este conocimiento, los demás países no podrán entender el ejemplo que significa China y los tremendos esfuerzos realizados desde el comienzo de la política de apertura de Deng Xiaoping en 1978[4].

Además, considera que existen cinco razones por las cuales China ha logrado un colosal progreso en las últimas cuatro décadas:

  • Gobernanza de partido único: modelo tradicional en China ya que desde su primera unificación en 221 a.C. siempre tuvo un gobierno centralizado similar a la actual administración de un solo partido.
  • Centralismo neo-democrático: sistema superior al concepto leninista de centralismo democrático, porque el pueblo (los que participan excluyentemente del PCCh) participa en el diseño de los planes quinquenales y otros asuntos de gobierno.
  • Creación de demandas. Las expectativas de la población frente a los planes quinquenales y el progreso del país han creado demandas que pueden ser programadas a mediano y largo plazo.
  • Administración del desarrollo: más que administración pública, China tiene administración del desarrollo encauzada dentro de los planes quinquenales y de las conferencias económicas del PCCh y dentro del esquema de la “economía socialista de mercado”, sistema únicamente aplicado en China.
  • Filosofía china de gobernanza: minyi versus minxin. El filósofo Mencio (372-289 a.C.) diferenciaba entre los conceptos de minyi u “opinión pública” que puede variar a muy corto plazo, y minxin o sea “el corazón y la mente del pueblo” o intereses permanentes o de más largo plazo de la nación.

Las construcciones de Zhang Weiwei son sumamente interesantes, aportando una ventana que nos permite observar, en buena medida, las creencias y aspiraciones de la dirigencia china o, al menos, lo que él recomienda que ésta deba hacer. Podemos imaginarnos que existe una comunidad de ideas entre el profesor y el presidente teniendo en cuenta que el mismo Presidente Xi lo eligió para hacer su presentación en la Sesión de Estudio de mayo del año en curso.

Con justa razón Zhang, y todo el pueblo chino, está orgulloso del gran avance que ha experimentado su país desde 1978. El nivel económico y social de millones de personas ha mejorado con trabajo, viviendas decentes, servicios básicos (agua, electricidad, comunicaciones, etc.), al punto de que buena parte del complejo industrial se dedica a la producción de bienes para una población cada vez más ávida de artículos de consumo, aun cuando hay importantes áreas del país que siguen inmersas en el subdesarrollo.

Este orgullo se ha traducido en un nacionalismo claramente fomentado por el PCCh y se ha constituido en una herramienta para legitimar al gobierno del mismo Partido. El pueblo lo acompaña ya que su nivel de vida continúa creciendo.

Esa legitimación es una de las principales preocupaciones del gobierno de Beijing frente a las crecientes demandas de participación del pueblo, especialmente de los que han alcanzado niveles superiores de educación, los que han logrado un mayor ingreso (clase media) y los que han viajado a países con una mayor participación popular en el gobierno. Aun cuando se ha experimentado con elecciones de autoridades a nivel más bajo (en las aldeas rurales), resta mucho camino por andar.

Probablemente por las anteriores razones Zhang menciona la necesidad de cambiar el “paradigma democracia/dictadura” por el de “buena gobernanza/mala gobernanza”. Considera que la oportunidad de “buena gobernanza” que ofrece el partido único es superior a la ofrecida por un sistema democrático con su pluralidad de partidos políticos, elecciones, legislaturas, etc., siendo que, de cualquier manera, el “centralismo neo-democrático” permite la participación del pueblo.

Zhang menciona el desenvolvimiento institucional y la administración de desarrollo que bien podríamos traducir como planificación centralizada. Sin duda, en este aspecto China tiene una gran ventaja sobre los países en desarrollo y occidentales, contando con medios económico-financieros muy importantes y con la suficiente fuerza la autoridad para concretar obras públicas, zonas industriales, instalaciones de transporte, etc., sin la oposición de responsables locales o de la población que muy rara vez puede manifestarse en contra de los planes del gobierno.

En otro aspecto institucional, China fue el primer país del mundo en incorporar un sistema de ingreso a la administración pública por medio de exámenes. Las exigencias de éstos incluían conocer las obras de Confucio a la perfección y el sistema político chino. El aparato burocrático rara vez pudo extraerse del pensamiento confuciano; esta rigidez de conceptos creó a su vez una inamovilidad en la administración del imperio generando también una inflexibilidad de pensamiento al entrar en contacto con otras naciones o etnias. El sistema burocrático chino también creo un pensamiento elitista afectado por el peculado y la corrupción.

En el caso de China, la meritocracia se ha convertido justamente en rígida, tecnocrática y corrupta. Afortunadamente, el Presidente Xi Jinping ha realizado una importante “limpieza” eliminando a centenares de corruptos del partido y de la administración. Es posible que entre éstos hayan sido afectados otros con ideas no tan favorables al actual gobierno.

En relación con la oposición que hace el Profesor Zhang entre los conceptos de minyi y minxin, ésta carece de mucho sentido; el primero trata la opinión pública que puede ser más o menos educada (para Zhang es necesariamente poco culta y equivocada), y conforma un importante elemento de medición del accionar del gobierno y de la opinión del pueblo sobre una cuestión dada. En cuanto al minxin, cabe destacar que “el corazón y la mente del pueblo” es una de las razones por las cuales un gobierno se constituye o se moldea como democrático, autoritario o dictatorial, ya que el interés nacional debe estar siempre presente en el accionar del gobierno, siendo traición actuar contra de él.

Que se celebren Sesiones de Estudio del tipo descripto es muy positivo ya que permite a expertos explicar cuestiones que posiblemente se le escapan a un gobernante y/o a los miembros de su gabinete. El mecanismo bien podría adoptarse en otros países con la participación de académicos y profesionales, preferentemente de diversas opiniones y escuelas, para ilustrar a los gobernantes y así poder definir el minxin del país a largo plazo.

 

 

 

* Julio Ferrari Freyre estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Sophia (Tokio, Japón), Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador y Economía en la Universidad de Deusto (Bilbao, España). Egresó del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (1984) y como Diplomático ha cumplido funciones como Cónsul en Bilbao, en la Embajada Argentina en la R.P.China y como Cónsul General en Guangzhou (R. P. China). Se retiró del Servicio Exterior de la Nación como Ministro Plenipotenciario de Primera Clase en 2018.

 

Referencias

[1] CAI, Jane. “China’s leaders turn to outspoken ‘true believer’ to help improve country’s image internationally”. South China Morning Post (Hong Kong), 26/06/2021, https://www.scmp.com/news/china/politics/article/3138770/chinas-leaders-turn-outspoken-true-believer-help-improve

[2] ZHANG, Weiwei. “It is Entirely Possible to Tell the Story of Chinese Politics in a More Accurate and Exciting Way”, “完全有可能把中国政治故事讲得更透彻、更精彩,” originalmente publicado en Beijing Ribao (北京日报 – Diario de Beijing), 21/06/2021. Traducido por el Profesor David Ownby y publicado en Reading the China Dream. https://www.readingthechinadream.com/zhang-weiwei-on-telling-chinas-story.html

[3] CHEN, Kimbal. “The Politburo’s Recent Study Session: Who is Zhang Weiwei?”. US-China Perception Monitor, Carter Center, Atlanta, EE.UU., 09/06/2021, https://uscnpm.org/2021/06/09/who-is-zhang-weiwei/

[4] ZHANG, Weiwei: “The Five Reasons Why China Works”. The Huffington Post, 26/02/2014. https://www.huffpost.com/entry/the-five-reasons-china-works_b_4859899

 

Bibliografía

NAKAZAWA, Katsuji. “Xi’s ‘lovable’ China is wolf in sheep’s clothing”. Nikkei, 10/06/2021,  https://asia.nikkei.com/Editor-s-Picks/China-up-close/Analysis-Xi-s-lovable-China-is-wolf-in-sheep-s-clothing

CAI, Jane. “China’s leaders turn to outspoken ‘true believer’ to help improve country’s image internationally”. South China Morning Post (Hong Kong), 26/06/2021, https://www.scmp.com/news/china/politics/article/3138770/chinas-leaders-turn-outspoken-true-believer-help-improve

CHEN, Kimbal. “The Politburo’s Recent Study Session: Who is Zhang Weiwei?”. US-China Perception Monitor, Carter Center, Atlanta, EE.UU., 09/06/2021, https://uscnpm.org/2021/06/09/who-is-zhang-weiwei/

ZHANG, Weiwei. The China Wave: The Rise of a Civilizational State. World Century Publishing Corporation, Hackensack, New Jearsey, 2012.

ZHANG, Weiwei. “It is Entirely Possible to Tell the Story of Chinese Politics in a More Accurate and Exciting Way”, “完全有可能把中国政治故事讲得更透彻、更精彩,” originalmente publicado en Beijing Ribao (北京日报 – Diario de Beijing), 21/06/2021. Traducido por el Profesor David Ownby y publicado en Reading the China Dream. https://www.readingthechinadream.com/zhang-weiwei-on-telling-chinas-story.html

ZHANG Weiwei. “Legitimacy flows from prosperity and competence”. 01/03/2017, Zocalo Public Square, https://www.zocalopublicsquare.org/2017/03/01/chinas-one-party-rulers-legitimacy-flows-prosperity-competence/ideas/nexus/

ZHANG, Weiwei: “The Five Reasons Why China Works”. The Huffington Post, 26/02/2014. https://www.huffpost.com/entry/the-five-reasons-china-works_b_4859899

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RIÑAS

Iris Speroni (gab: https://gab.com/Iris_Speroni)

Cristina Fernández explica cómo entiende que funciona el tipo de cambio.

Sus ideas son relevantes porque reflejan la ideología predominante en la mayoría de legisladores, políticos, funcionarios y economistas.

 

La vicepresidente de la Nación escribió dos cartas abiertas entrelazadas entre sí, una de octubre de 2020 y la actual, del 16 de septiembre de 2021.

La más interesante en lo que respecta a mis obsesiones es la primera de ellas. Quien fuera dos veces presidente de la Argentina explica cómo entiende que funciona el tipo de cambio. Es relevante porque su percepción no sale de la nada sino que refrita ideas que están vigentes por lo menos desde el gobierno de Illia. Me fue machacado mañana, tarde y noche cuando estudié en la UBA donde debí sufrir profesores en su mayoría radicales que a su vez recomendaban textos de radicales. Es lo que ellos autodenominaban estructuralismo.

A lo que voy es que las ideas de la señora vicepresidente ex presidente ex diputada nacional ex senadora nacional es la ideología predominante en la mayoría de los legisladores, políticos, funcionarios y economistas tanto del radicalismo, su derivados (PRO, CC, etc.) y de esta fusión radical-alianza-izquierda que conforma el Frente de Todos. En resumen, es la ideología dominante.

Es importante en cuanto refleja su cosmovisión en base a la cual toman decisiones que nos afectan a todos.

Otra aclaración. Voy a tomar los dichos de la vicepresidente bona fide. Obviamente, es una política y veterana. Debe de haber cosas que no dice pero no voy a pensar que tiene otra idea del tipo de cambio, manejo del BCRA, comercio exterior, ahorro, diferentes a las que manifiesta.

Entremos al texto.

26 de octubre 2020

TERCERA CERTEZA

Sin embargo, la restricción externa —léase: escasez de dólares o excesiva demanda de dicha moneda; según como se mire— que apareció luego de haber soportado 6 corridas cambiarias —la última durante el año 2011, en el que fui electa por segunda vez consecutiva Presidenta de la Nación— motivó la regulación cambiaria que los medios hegemónicos bautizaron “cepo”.

Todos los políticos y economistas hablan siempre de “escasez de dólares”.

Sin embargo omiten, todos ellos, ya sea por desconocimiento o malicia, que nunca escasearon dólares en Argentina. Lo que sucede es que el BCRA los vende a un precio inferior al que los agentes económicos (las familias y las empresas) están dispuestos a pagarlo.

Lo digo de otra manera. Un Mercedes Benz clase E está alrededor de US$ 128.000 más impuestos. Si mañana un concesionario se volviera loco y los vendiera a US$ 22.000 le sacan las existencias de las manos. Al final del día no le quedaría ninguna unidad.

Bueno, eso es lo que le pasaba al BCRA con Cristina Fernández. Vendían a $ 10 un dólar que en la calle querían comprar a $ 15.

Alguien les hizo creer a los políticos (el 98% de los economistas) que si “retrasaba” el dólar, influirían en la inflación, por lo tanto en el poder de compra de los asalariados, jubilados y pensionados y por lo tanto ganarían las elecciones.

Por lo que el funcionariado de CF pasó años haciendo malabarismos vendiendo dólares baratos por un lado y luego tratando de llenar un balde sin fondo. Les consumió energía, mala sangre, les distrajo de la tarea de gobernar y al final del camino, CF perdió las elecciones de mitad de término y Scioli no ganó las generales.

¿Por qué perdió Macri? Porque hizo exactamente lo mismo que Cristina Fernández: endeudó al país para tener dólares para venderlos “baratos”. Léase, para venderlos a menor precio que el que el público estab dispuesto a pagar.

No hace falta repetir que el gobierno de Alberto Fernández (en estos temas cruciales para la economía argentina) siguió los lineamientos de Mauricio Macri que siguió los del último gobierno de Cristina Fernández, en un contínuo desde el 2011.

Cristina Fernández sostiene que hubo una disrupción, ya que MM subió las tarifas que ella había retrasado (“Cuatro años de tarifazos impagables en los servicios públicos, cierre masivo de PyMES, pérdida del salario y jubilaciones”). Le da entidad a una política económica que no la tiene (excepto en los gastos del Tesoro). Porque el asalariado lo que no gasta en una cosa, la gasta en otra. Si yo pago $ 200 una cuenta de electricidad que debería valer $ 1000 y el Estado pone los $ 800 de diferencia, yo esos $ 800 los gasto en otra cosa. En un contexto inflacionario y con precios relativos distorsionados, lo único que hago es desplazar la actualización de precios a otro producto; al final del camino el índice de inflación da igual ¿cuánto da? Exactamente el porcentaje de emisión monetaria.

Pero vaya uno a explicar esto a un político. Lo que para CF fue la piedra basal de su mandato (la contención ficticia de las tarifas de servicios públicos) resultó al ñudo. ¿Cómo la puede uno convencer? Se va a morir creyendo que fue un acierto[1].

Vuelvo al tipo de cambio. Cristina Fernández con el auxilio de los ministros de economía Lorenzino y Kicillof y los presidentes del BCRA Marcó y Vanoli pusieron toda la política económica al servicio de contener ficticiamente el valor en pesos del dólar. Con una inflación del 25% (CF dixit).

“26 de octubre 2020…TERCERA CERTEZA…La inflación, medida por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, no superaba el 25% anual”.

¿Para qué tanto contorsionismo? Nos endeudó con China, retrasó los pagos de gas a Bolivia, subsidió exportaciones. El listado de decisiones demenciales en pos de “mantener” el dólar fijo en un contexto inflacionario fue innumerable. ¿Por qué? Porque los economistas educados en la UBA sostienen que la inflación es de costos, que el valor nominal en pesos del dólar (el tipo de cambio en criollo) “forma” los costos y que si uno ancla, fija, amura, el tipo de cambio, no va a haber inflación. Si no hay inflación, los obreros van a estar felices y la van a votar. Ésa es la fantasía radical (radical de UCR) que enseñaban en la facu.

Los resultados son otros.

En primer lugar están las consecuencias de un dólar “atrasado”, que traté muchas veces pero voy a repasar.

En segundo lugar están los costos de mantener la ficción.

Empiezo con las consecuencias de un tipo de cambio artificialmente retrasado.

– Desestimula las exportaciones, lo que provoca que haya menos dólares disponibles. Por lo tanto una de las razones de la “escasez” es, justamente, la decisión del BCRA de pagar $ 1 lo que vale $ 2. Un dólar bajo equivale a menos exportaciones. Hay menos exportaciones porque un dólar retrasado baja la rentabilidad de las producciones destinadas a la exportación y por lo tanto se opta o por no invertir o por dedicarse únicamente al mercado interno. Eso va para la gente que plantó 4 hectáreas de tulipanes en Chubut para exportar en contraestación a Holanda y ahora lo usa de atracción turística “porque los números no dan”, o para las pequeñas producciones de arroz de Entre Ríos que se volcaron a otros cultivos. Ni hablar del sector metalmecánico. En diez años las exportaciones de maquinaria agrícola bajaron de US$ 200 MM a US$ 60 MM cuando debieron crecer a US$ 2000 MM.

– Subsidia el costo de las importaciones. En efecto, al tener “barato” el dólar, salen baratos los productos importados. Tanto para substitución de insumos como para importación de productos finales. Constituye una competencia desleal con quienes producen en Argentina. El estado, a través de su política cambiaria, hace dumping de las importaciones respecto a lo producido en el país porque hace que el producto importado salga menos sólo porque vende los dólares a menor precio. Un ejemplo claro de la segunda presidencia de Cristina fue la importación de maquinaria agrícola de Brasil. No porque ésta fuera realmente más barata y ciertamente no es de mejor calidad, sino porque el dólar valía $ 15 y el BCRA lo cobraba $ 10. Por lo que el comprador obtenía un “descuento” de 33% financiado por el BCRA. La contracara era que los exportadores le vendían al BCRA a $ 10 lo que valía $ 15.

– Estimula al consumidor de comprar bienes y servicios importados. De ahí el boom de venta de autos caros importados del final del gobierno de CF, y el paseo por Europa de funcionarios públicos de tercera y cuarta categoría[2].

En resumen, con un dólar artificialmente retrasado se estimulan las importaciones y se desestimulan las exportaciones porque ambas actividades buscan su equilibrio en el precio del dólar que el BCRA fija.

Lo último, que no es menor, es la oportunidad para negocios o la especulación por la diferencia de valor entre el tipo de cambio que debía ser y el que era. Al final del gobierno de Cristina Fernández el dólar BCRA valía $ 10 y el libre $ 15. Cuando el BCRA se quedó sin dólares para vender, se dedicó a vender promesas de dólares (dólares futuros). Uno podía hacer la siguiente operación en el día: comprar dólares futuros vendidos por el BCRA a $ 10 y en el mismo día vender esa promesa en NY a $ 15. Por lo que ganaba un 50% sólo con esta intermediación. Fue una sangría fatal para el BCRA y por supuesto, de resultados nulos[3].

En la carta del 26 de octubre de 2020 continúa la vicepresidente:

“Dicha regulación establecía un tope para la compra de dólares para ahorro que era de USD 2.500 por mes. Si, tal como se lee: USD2.500 por mes”. 

En realidad lo que hace es administrar el privilegio de vender dólares a menor precio que el comprador está dispuesto a pagar.

Es como si el concesionario de Mercedes Benz del ejemplo dijera: “Vendo a US$ 22.000 lo que vale US$ 128.000, pero sólo uno por persona”.

¿Por qué el Estado debería vender a un precio menor un bien que tiene un valor público? Al privilegiar a unos ciudadanos sobre otros, resulta injusto, arbitrario y desleal.

No hay privilegiado bueno o privilegiado malo. Los exportadores con un dólar atrasado financiaron la compra de BMW a sectores acomodados, el giro de US$ 100 de familias bolivianas desde Liniers a La Paz, el viaje a Tailandia del muchacho del mostrador de tribunales y la compra de automóviles VW a Brasil[4].

La otra gran argumentación es que con un dólar contenido, los insumos importados no generan inflación. En una economía donde las importaciones constituyen el 20% del PBI, se le da más entidad de lo que tiene. Somos una economía cerrada; no nos engañemos, no tiene ninguna importancia en la generación de costos. Lo que sí importa son los impuestos (50% de la economía) y la inflación.

Continúa la carta:

«Tercera certeza: la Argentina es ese extraño lugar en donde mueren todas las teorías. Por eso, el problema de la economía bimonetaria que es, sin dudas, el más grave que tiene nuestro país, es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina. Nos guste o no nos guste, esa es la realidad y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla”.

No coincido con la señora vicepresidente. La economía bimonetaria no es el problema de la Argentina. El problema es querer vender dólares a menor precio del que los argentinos estamos dispuestos a pagar. El problema es la inflación del peso.

Y les recuerdo que tanto el tipo de cambio como defender el valor de la moneda propia (peso) son responsabilidad del Congreso (art. 75 incs. 11 y 19). No se requiere un gran acuerdo de sectores sociales, mediáticos, económicos, políticos, celestiales, galácticos o caprinos. Se necesita que las autoridades electas cumplan con la Constitución de 1994; Fernández fue la vicepresidente de la Asamblea Constituyente.

El resto, se arregla solo: si no emiten, no va a haber inflación. Si deja que todo el mundo compre y venda dólares al precio que se les ocurra, van a subir las exportaciones y se van a moderar las importaciones y los viajes a Europa. Se va a comprar un BMW solamente aquél al que le dé el cuero.

MM siguió con esta política, pero la financió de otra manera: con deuda. Nos endeudó en dólares para poder vender dólares a un precio menor. El mecanismo fue: endeudar al país en dólares, volcarlos al mercado por lo que la sobreoferta de divisas tiraba su precio a la baja. Lo hizo de dos maneras: convenciendo a fondos de inversiones externos a traer sus dólares, venderlos baratos por pesos, poner los pesos a 80% en LEBACs (Sturzenegger). Duró hasta que se asustaron, vendieron sus LEBACs y compraron dólares. Luego siguió (Caputo) endeudando el país en dólares, para repagar a los fondos de inversión que se fueron y para seguir con una sobreoferta pública de dólares. Endeudó al BCRA, al Tesoro y a YPF.

Alberto Fernández siguió con esta política. Dólar deprimido (a mitad del precio del dólar libre), elección de compradores privilegiados (amigos del poder), desestímulo de exportaciones y estímulo de importaciones —limitadas por la caída del poder adquisitivo de la población—, altas tasas de interés, deuda cuasifiscal.

Acá está la explicación de por qué el país no crece desde hace 10 años y por qué el salario actual es igual que en el 2002/2003. Acá está la explicación de por qué perdieron las elecciones.

Cuando digo que mantener la ficción de un tipo de cambio atrasado es costosa me refiero justamente a todo esto: PBI que no crece, desestímulo de inversiones, estímulo de importaciones, compra de bienes suntuarios, endeudamiento, déficit comercial eterno con Brasil, transferencia de riqueza desde el interior a las manzanas que van desde el BCRA a la AFIP.

Diez años de tipo de cambio atrasado nos destruyeron. Sin embargo, los políticos, todos, creen que una práctica conveniente.

Dos puntos adicionales.

Tangencialmente la vicepresidente toca el tema de los dólares como refugio de valor y fuga de capitales.

«26 de octubre…Tampoco es una cuestión de clase: los dólares los compran tanto trabajadores para ahorrar o para hacer una diferencia que mejore el salario, como empresarios para pagar las importaciones necesarias para hacer funcionar su empresa, para ahorrar y también, bueno es decirlo, para fugar formando activos financieros en el exterior, siendo esta última actitud una de las que más han contribuído a las crisis cíclicas de la Argentina».

Fuga de capitales es tanto depositar dólares en un banco extranjero como tener dólares en la caja de seguridad del banco. Es trasladar riqueza desde la moneda local a una extranjera y en lugar de invertirla, mantenerla como tesoro (inmóvil).

Llegamos a la razón principal por la cual los políticos mantienen el dólar retrasado. Porque el mejor negocio de la Argentina es comprar el dólar al precio que el BCRA lo vende y mantenerlo como tesoro o venderlo a precio libre. Los políticos atesoran (encanutan) el dinero robado en dólares. Si pueden comprar el dólar a mitad de precio, duplican los montos robados. Y la tasa de robo de dineros públicos se consolidó en 25% a partir del SXXI. Por lo que el tipo de cambio atrasado es el mejor negocio de la Argentina. Pero si el dólar fuera vendido por el BCRA a su valor, otras inversiones empezarían a ser más interesantes, incluso para los políticos corruptos que compran departamentos en Miami. Por lo que “fugar … activos financieros al exterior … actitud … que más ha contribuido a las crisis cíclicas” es una consecuencia de la política del BCRA y no la causa de la crisis.

En resumen, ¡oh, sorpresa!, las crisis cíclicas de la Argentina son consecuencia de las decisiones políticas de manejo del BCRA. Y una vez más, desde 1994, es responsabilidad indelegable del Congreso de la Nación; responsabilidad que a la fecha no ha asumido.

En su carta del 16 de septiembre de 2021 la vicepresidente revista estos temas, habla mucho de sus diferencias palaciegas con el Presidente (ajo y agua) pero lo que me interesa es lo que no dice. Sostiene que el Congreso le aprobó un déficit fiscal al ejecutivo que éste podría gastar en repartir entre los ciudadanos (supongo que para que los voten). De lo que no habla la vicepresidente es de cuánto dinero se gasta en pagar intereses. Que gran parte de los impuestos y del endeudamiento y de la caída de sueldos públicos y jubilaciones se destina a pagar billones de pesos en intereses. Lo cual sucedió en su gobierno, en el de Macri y en el actual.

Pero claro, del pago de intereses a la banca no se habla.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Referencias

[1] Por si hay algún distraído, aclaro lo que pienso respecto a las tarifas. Que las cosas hay que cobrarlas lo que valen. Que el precio de la electricidad debe ser uno solo en todo país, considerando que tenemos un sistema interconectado. Que las tarifas deben ser libres de todo impuesto. Que las personas deben ganar buenos sueldos que le permitan pagar la garrafa de gas y el Kwh lo que vale producirlos.

[2] El turismo externo es una importación de servicios para las cuentas públicas.

[3] Lo explico en una entrevista que me hicieran @oconaf y @reaxionario https://youtu.be/Jjpwx_SFcCM

[4] De hecho los 12 años de kirchnerismo 2003-2015 nos costaron un déficit comercial con Brasil de US$ 55.000 millones.

 

Artículo publicado originalmente el 18/09/2021 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2021/09/rinas.html