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LA HUELLA GALLEGA EN LA «GRAN GUERRA PATRIÓTICA» CONTRA EL FASCISMO

Introducción

A diferencia de otras comunidades existentes en el Estado español, como son los casos de vascos, asturianos y catalanes, la presencia gallega dentro de las fuerzas militares de la URSS que lucharon en lo que en Rusia se denomina como la «Gran Guerra Patriótica» contra la invasión nazi-fascista es mucho menor y está menos documentada. No obstante estos problemas, se han podido identificar algunos combatientes gallegos en las fuerzas soviéticas, así como otros que si bien no combatieron, se encontraban en territorio de la URSS al comienzo de la guerra.

Una de las razones principales que podría explicar por qué pocos gallegos estuvieron involucrados en las fuerzas soviéticas durante la II Guerra Mundial puede ser el hecho de que, con el golpe de Estado del general Francisco Franco el 18 de julio de 1936, la insurrección militar franquista contra la República triunfó rápidamente en Galicia.

De este modo, Galicia no fue escenario de frentes militares durante la Guerra Civil española (1936-1939), pero sí de una gran represión por parte del franquismo, aspecto que muy seguramente dificultó la posibilidad de que diversos gallegos escaparan hacia la URSS.

No obstante, el profesor Ángel Luis Encinas Moral, catedrático de Geografía e Historia y profesor del Departamento de Filología románica y eslava en la Universidad Complutense de Madrid[1], considera que una pista importante para rastrear esta huella gallega en la URSS podría darse con la posibilidad de gallegos que escaparan del franquismo vía Asturias y País Vasco, así como otros que lograran llegar a Madrid y Barcelona, entre otras ciudades, durante los primeros tiempos de la Guerra Civil española, para después salir hacia la URSS vía Francia o el Mediterráneo.

Por tanto, y si bien puede que no sea ésta la única causa, la rápida victoria de la insurrección militar franquista en Galicia muy probablemente afectó la posibilidad de que un número considerable de gallegos republicanos lograran exiliarse en la URSS, al menos en comparación con los casos de asturianos, vascos, catalanes y madrileños, entre otros. Con todo, sí existen algunos casos de gallegos «niños de la guerra».

Los gallegos que lograron escapar hacia la URSS o bien lo hicieron antes de la guerra civil española, atraídos por la construcción del socialismo en ese país, o más bien por los avatares propios del abastecimiento de víveres y armas que para la República española se realizaba desde territorio soviético y que involucraría a republicanos gallegos en las rutas de transporte marítimo.

Caso contrario fue el de la División Azul[2], también identificada como Legión Española de Voluntarios en Rusia. Aquí la presencia de gallegos es mayor y, por lo tanto, está mejor documentada. La División Azul fue enviada al frente ruso por el dictador Franco, combatiendo al lado del invasor nazi-fascista contra las fuerzas soviéticas.

El reclutamiento, forzoso o voluntario, de combatientes gallegos para la División Azul supuso una especie de devolución de favores por parte del franquismo por el apoyo nazi-fascista a sus fuerzas durante la Guerra Civil española.

No obstante, y a diferencia de los gallegos combatientes en el Ejército soviético, sí existen registros e investigaciones sobre gallegos que fueron enviados a los Gulag durante la II Guerra Mundial. Esta información permite observar aspectos relevantes sobre cómo fueron a parar algunos de estos gallegos a la URSS. En ellos destacan unos 29 gallegos, la enorme mayoría combatientes de la División Azul, así como algunos republicanos.

Con todo, es posible rastrear algunas huellas de la presencia gallega en fuerzas soviéticas que pelearon en la Gran Guerra Patria contra el nazi-fascismo.

Debe igualmente destacarse que el exilio republicano español en la URSS fue de aproximadamente 4.236 personas[3], entre marinos, aviadores, estudiantes enviados por la República española para la academia de aviación de Kirovabad (República Socialista Soviética de Azerbaiyán), los denominados «niños de la guerra» y profesores o exiliados en la URSS antes del comienzo de la II Guerra Mundial, entre otros.

Unos 700 de esos republicanos españoles se enrolaron en el Ejército Rojo para combatir al nazi-fascismo. Debe igualmente destacarse que, al principio, las autoridades soviéticas mantenían ciertas reticencias para la inclusión y reclutamiento de efectivos extranjeros en sus fuerzas armadas para la lucha contra la invasión nazi-fascista, argumentando obvias medidas de seguridad.

Combatientes gallegos en el Ejército Rojo

Como fuentes principales y referencias bibliográficas para la identificación de los gallegos combatientes en las fuerzas soviéticas, se han utilizado tres estudios imprescindibles. Estos son:

    1. El libro conjunto de Eusebio Cimorra, Enrique Zafra, Isidro R. Mendieta, El Sol sale de noche. La presencia española en la Gran Guerra Patria del pueblo soviético contra el nazi-fascismo (Editorial Progreso, Moscú, 1970);
    2. El libro de A. V. Elpátievsky, La emigración española en la URSS. Historiografía y fuentes, intento de interpretación (2008), traducido del ruso por el profesor Ángel Luis Encinas;
    3. Y finalmente el libro anteriormente mencionado de Encinas Moral, Ángel Luis, Fuentes históricas para el estudio de la emigración española a la URSS (1936-2007), Exterior XXI, 2008.

En estos textos destacan varios nombres de gallegos que combatieron en las fuerzas soviéticas durante la II Guerra Mundial. Son estos:

Nombre

Año y lugar de nacimiento

Trayectoria

Enrique Líster Forján

1907 Ameneiro (actual Ayuntamiento de Teo. A Coruña)

Líster es probablemente el personaje más destacado no sólo entre los gallegos que lucharon en la URSS sino también dentro del exilio español. De profesión cantero, ingresó en el Partido Comunista Español  (PCE) en 1931. Durante la guerra civil llegó a coronel jefe de cuerpo de Ejército. Fue general en los ejércitos de la URSS, Yugoslavia y Polonia. Es un personaje clave[4] por su participación como general en el bando republicano durante la Guerra Civil Española y como general de división del Ejército soviético en la lucha contra el invasor nazi-fascista. En el otoño de 1939, Líster comenzó sus estudios en la Academia General Superior del Ejército Rojo «M. V. Frunze» junto a otros 28 oficiales procedentes de las milicias, entre los que destacaban Juan Modesto, Valentín González «El Campesino», Pedro Mateo, Joaquín Rodríguez y Manuel Tagüeña[5].  Tras salir de la URSS, en 1968 fundó el Partido Comunista Obrero Español en desacuerdo con la actitud del PCE frente a la Primavera de Praga. Regresó a España en 1977. En 1986 reingresó en el PCE. Falleció en Madrid el 8 de diciembre de 1995.

Dositeo Sánchez Fernández

1903, Lugo.

De profesión chófer, ingresó en el PCE en 1936. Durante la guerra llegó a Jefe de Brigada. En la U.R.S.S. trabajó en Járkov, fue voluntario en el Ejército Rojo (ER), chófer en el Comité de Cultura y Bellas Artes en Moscú. Fue repatriado a España.

Manuel Martínez

?

Apodado «El Gallego», muerto en Poznan (Polonia) durante la ofensiva soviética  camino de Berlín.

Valentín Fernández

?

El libro El Sol sale de noche hace referencia a sus orígenes gallegos (p. 319-320).

 Leopoldo Canitro José

1923, Ourense

De profesión campesino. Canitro José combatió con las fuerzas republicanas españolas enroladas en el Ejército soviético en la localidad de Krasny Bor, en Leningrado, en 1943. Posteriormente, fue detenido y enviado al Gulag de Karagandá, en Kazajstán.

José Abuin Somoza

1905, Pontevedra

Llego a la U.R.S.S. en el barco Cabo San Agustín. En el Partido Comunista desde 1940. Trabajó en Odessa, Voroshilovgrad, Alma-Atá. Voluntario en el ER, obrero en Simferópol, pensionista. Falleció en Simferópol en 1971.

Aparicio Rodríguez Sol

1899, Pontevedra

Mecánico de aviación. Ingeniero. En el PCE desde 1936. Oficial de mecánicos de Cuatro Vientos. Durante la guerra civil fue jefe del aeródromo de Los Llanos (Albacete), jefe de mecánicos  del grupo de aviación soviético en Teruel. En la U.R.S.S. trabajó en Kramatorsk, Tashkent, voluntario en el ER, estuvo en guerrilleros, después mecánico en un garaje del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) Se fue a México.

Alberto Casal Broullón

1912, Vigo.

Marinero. En el PCE desde 1937. Durante la guerra civil luchó en la flota en el crucero «Miguel de Cervantes». En la U.R.S.S. trabajó en Gorki, voluntario en el ER, teniente mayor de zapadores, condecorado con la orden «Guerra Patria». Después de la guerra salió de la U.R.S.S., estuvo 14 años en la cárcel de Burgos. Trabajó en Cuba. Volvió a Moscú en 1976. Repatriado.

Valentín Fernández González 

1912, Lugo

Albañil. Ingresó en el PCE en 1936. Durante la guerra civil fue comandante en la brigada 100 de la 11 División. En la U.R.S.S. trabajó en Mitichi, Kokand, voluntario en el ER, tornero en la fábrica Krasni Proletari de Moscú. Cayó en las guerrillas en España.

Ezequiel Fernández Moreira

1909, Lugo

Sastre y camarero. Ingresó en el PCE en 1965. Marinero del barco «Cabo San Agustín». En la U.R.S.S. trabajó en Rostov, Alma Atá, voluntario en el ER, obrero en la fábrica 30 de Moscú. Falleció en Moscú en 1970.

Antonio Frians Brions

1899, A Coruña

Marinero en el «Cristóbal Colón». Durante la guerra vino a la U.R.S.S. en el barco «Juan Sebastián Elcano». Trabajó en Kramatorsk, voluntario en el ER, obrero en Crimea, Kíev, pensionista. Se repatrió en 1971.

Francisco Funqueiriño Joves

1904, A Coruña

Marinero, llegó a la U.R.S.S. en el barco «Inocencio Figaredo». Trabajó en Rostov, Ordzhonikidzhe, Aktiubinsk, voluntario en el ER. Obrero en Crimea, Dniepropetrovsk, en el PCE desde 1969-70. Falleció en 1983.

José Gabin Villamarín

1909, A Coruña

Fogonero de barcos. Miembro del PCE desde 1944. Llegó a la U.R.S.S. en el barco «Inocencio Figaredo». En la U.R.S.S. trabajó en Rostov, voluntario en ER, estuvo en guerrilleros, obrero en la fábrica 30 de Moscú. Se repatrió en 1965.

Rafael García Souza

1905, A Coruña

Empleado. En el PCE desde 1935. Durante la guerra civil fue jefe de la 139 Brigada. En la U.R.S.S. trabajó en Kolomná, Kírov, voluntario en el ER, obrero en la fábrica Nº 30 en Litkarino (región de Moscú) traductor en Cuba, pensionista. Falleció en marzo de 1978.

José Antonio Mauricio García  

1917, Pontevedra

Durante la guerra civil fue marinero del «Jaime I». Ingresó en el PCE en 1944. Vino a la U.R.S.S. en misión especial en el barco «Juan Sebastián Elcano», a Odessa. Trabajó en Rostov, Ordzhonikidze, Aktiubinsk, voluntario en el ER, obrero en Moscú. Se repatrió.

José Núñez Edreida

1917, A Coruña

Marinero. Trabajó en Cheliábinsk, Samarcanda, voluntario en el ER. Se repatrió.

Jorge Fernández Anania

1917, Ourense

Artillero en la Armada. En el PCE desde 1936-70. Durante la guerra llegó a la U.R.S.S. en el barco «Cabo San Agustín». En la U.R.S.S. trabajó en Gorki, voluntario en el ER. Obrero en Leningrado.

Gustavo Pérez Bonet

1917, A Coruña

Llegó a la U.R.S.S. a la escuela de pilotos, trabajó en Kolomná, Kokand, voluntario en el ER, Crimea, obrero en Moscú. Fue repatriado

Antonio Prieto Montero

1905, A Coruña

Obrero de la construcción. En el PCE desde 1928-70. Durante la guerra teniente en el Quinto Regimiento, después en el SIM (aviación). En la U.R.S.S. trabajó en Rostov, Ordzhonikidze, voluntario en guerrilleros, educador de jóvenes en la RU de Krasnogorsk, en Izium (Járkov), obrero en Moscú, empleado en la Embajada cubana. Se repatrió en octubre de 1980

Pedro Prado Mendizábal

1902, Lugo

Comandante del crucero «Méndez Núñez», jefe de EM de la Marina, asesor naval del EM, general, coronel, capitán de primer rango en el EM de la flota soviética, empleado en la Editorial de Literatura Extranjera, especialista en Cuba. Se repatrió desde Cuba en 1977.

Avelino Rey Carro

1913, A Coruña

Electricista en la marina de guerra. Durante la guerra civil fue miembro del Comité comarcal de Cartagena. En la U.R.S.S. trabajó en la fábrica Lijachov, voluntario en el ER, estudió en Nagórnaya, obrero en la imprenta del Consejo de Ministros (Gosisdat), en la imprenta de la Universidad de Moscú. En el PCE desde 1938-70. Se repatrió.

Manuel Rodeiro Pereira 

1911, Ferrol

A la U.R.S.S. llegó en 1937 en el barco mercante «Cabo San Agustín» y hasta 1939 trabajó en la flota del Mar Negro. Obrero en Odessa, Rostov, voluntario en el ER, especialista en explosivos, jefe de sección en la fábrica de Riazán y residió en Moscú, pensionista. Falleció en 1987

José Rodríguez Casanova

1917, Lugo

A la U.R.S.S. llegó en el barco «Cabo San Agustín» el 24 de septiembre de 1937. Trabajó en Járkov, Cheliábinsk, Samarcanda, Voluntario en el ER, obrero en Moscú. Se repatrió

Ramón Silva González

1886, A Coruña

Contramaestre en el barco «Cabo San Agustín» en el que llegó a la U.R.S.S. Obrero en la producción, sargento mayo en el ER, obrero en el sovjós de Crimea. Falleció en 1963.

José Trigo Rey

 

1897, Vilaxoán (Pontevedra)

Marinero mercante, llegó a la U.R.S.S. en el barco «San Agustín». Trabajó en Odessa, Kramatorsk, Tashkent, voluntario en el ER, obrero en Tashkent, Crimea, Simferópol. Ingresó en el PCE en 1947. Falleció en Simferópol en 1967.

El libro El Sol sale de noche también hace referencia a otros nombres de republicanos españoles enrolados en las fuerzas soviéticas cuyos apellidos pueden sugerir la posibilidad de origen gallego. Son estos los de José Estrela, Juan Otero, Freixas (peleó en el frente de Rzhev), Freire, Cartabón, Meroño, Secundino Pozo y Celestino Alonso, este último Comisario del Comisariado Popular de Asuntos Interiores (p. 253 del libro de Elpátievsky). No obstante, no ha sido posible verificar la autenticidad del posible origen gallego de todos ellos.

Un nombre frecuente en ambos libros es el del Comandante Joaquín Feijóo Fernández, del Ejército Obrero Rojo y Campesino. Si bien Elpátievsky confirma su origen sevillano (p. 245) y de su desaparición física durante la ofensiva soviética en Crimea (p. 260), es de destacar que el apellido Feijóo revela una posible ascendencia gallega.

Los combatientes españoles, y por tanto los gallegos involucrados en las filas del Ejército Rojo participaron en misiones y frentes de combate en Bielorrusia, Rusia Central, Krasnodar, Ucrania (Járkov), así como la defensa de Leningrado, Stalingrado, Smolensk, la cabeza de puente del Kubán (en el Cáucaso), Krasny Bor (donde pelearon contra la División Azul) y Crimea (Shúbino). Estos republicanos estuvieron enrolados en la 4º Compañía y la 989º Regimiento del Ejército Rojo.

Con respecto a los gallegos que se encontraban en la URSS durante el conflicto, sea como «niños de la guerra» o exiliados[6], pero que no fueron combatientes aunque algunos de ellos contribuyeron con el «esfuerzo de guerra», podemos identificar los siguientes:

Nombre

Año y lugar de nacimiento

Trayectoria

Ramón Barros Santos

1910, A Coruña

Ingresó en el Partido Comunista Español (PCE) en 1936. Electricista. Durante la guerra civil fue dirigente de la Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en el Ejército del Centro y responsable de cuadros de la Comisión Ejecutiva de la JSU. En la U.R.S.S. trabajó en la fábrica Lijachov. Fue repatriado.

Ernesto Lamarca Rafales

1912, Vigo

Telegrafista. En el PCE desde 1937 y en el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) desde 1957. Durante la guerra civil fue oficial de transmisiones, jefe de Estado Mayor de la 60ª División, comandante. En la URSS educador en la casa de niños de Járkov, Instituto de Maquinaria, candidato y doctor en ciencias técnicas, jefe de laboratorio en Voroshilovgrad.

Nieves Álvarez González

1905, Ourense

Maestra. En el PCE desde 1931. Durante la guerra directora de una guardería en Barcelona. En la U.R.S.S. trabajó de maestra en Pirogóvskaya, en la fábrica Lijachova, Kokand, Crimea, Dniepropetrovsk, pensionista en Yalta. Casada con Francisco Barbado. Se repatrió en diciembre de 1958.

José Aparicio Pérez

1913, Vigo

Marinero. En el PCE desde 1946. Vino a la U.R.S.S. en el barco Cabo San Agustín. Trabajó en Odessa, Voroshilovgrad, Alma-Atá, Crimea y Kíev. Falleció en Kíev en 1978.

Talin Barbado Álvarez

1936, Ourense.

Moscú, Kokand, Dniepropetrovsk, agrónomo en Crimea.

José Conde Galinanes

1905, Pontevedra

Marinero. En el PCE desde 1957-70. Durante la guerra cabo artillero en el acorazado «Jaime I». Fue a la U.R.S.S. en el barco Juan Sebastián Elcano. Trabajó en Rostov, Ordzhonikidze, Kazajstán, Crimea y Kíev. Falleció en en mayo de 1989.

Esther Cruz Gil

1911, Lugo

Miembro del PCE desde 1936. Esposa de Antonio Muñoz Díaz. Vivían en el Lux. Se repatrió.

Juan Del Río García

1898, Pontevedra

Marinero del barco «Inocencio Figadero». Kramatorsk, Kíev. Se repatrió.

Manuel Fernández Cortinas

1905, Lugo

Campesino. En el PCE desde 1928. Encarcelado en 1931, 1933 y 1934. Condenado a muerte en 1935. Organizador de comités de radio en Madrid, dirigente de las MAOS de Madrid. Durante la guerra comandante, teniente coronel, miembro del CP de Madrid, condecorado con 3 medallas: del Valor, de sufrimiento por la patria y del Deber. En la U.R.S.S. estudió en Kusnarienko, obrero en Crimea y Dniepropetrovsk, pensionista. Falleció en Dniepropetrovsk el 22 de junio de 1978.

Manuel Fernández Soto

1912, Ferrol

Cabo de artillería de la Marina. Ingresó en el PCE en 1937. Tomó en el asalto al crucero «Miguel de Cervantes», luchó en el Ciscar y miembro del CP de Murcia. En la U.R.S.S. Estuvo en guerrilleros. Regresó a España.

José García Pérez

1894, Pontevedra

Marinero del barco «Juan Sebastián Elcano», Odessa, Rostov. Falleció en Aktiubinsk en 1943.

Antonio Lago Santos

1910, A Coruña

Fue a la U.R.S.S. en calidad de marino en el cañonero «Dato». Trabajó en un koljós de la región de Rostov, Crimea, Azov. Ingresó al PCE en 1978. Falleció en 1987.

José López González

1916, A Coruña

Trabajó de armador metálico para el cementerio de Artiómovsk. Falleció en marzo de 1984.

Carmen Martínez Aguyón

1930, Pontevedra

Óbninskoye, Sarátov, Tarásovka, EO de Noguinsk y Krasnogorsk, costurera en Moscú. Repatriada en 1992.

Pepita Martínez Aguyón

1928, Pontevedra

Óbninskoye, EO de Krasnogorsk. Se repatrió.

Teófilo Martínez Aguyón

1932, Pontevedra

Óbninskoye, Sarátov, Tarásovka. Se repatrió.

Antonio Méndez Fernández

1928, A Coruña

Odessa, Sarátov, EO de Podolsk, casa de inválidos N.6 (región de Moscú). Se repatrió.

Justo Nogueira Gordaliza

(190?) Monforte de Lemos (Lugo)

Trabajó de maestro en Eupatoria, Sarátov, Najávino. Instituto de Lenguas Extranjeras. Ingresó en el PCE en 1931. Se repatrió en 1972.

Serafín Noche López

1916, Villalba (Lugo)

Marino. Fue a la U.R.S.S. en el barco «Juan Sebastián Elcano». Ingresó en el PCE en 1961. Trabajó en Odessa, Rostov y Aktiubinsk. Se repatrió en diciembre de 1979.

José Juan Pena Seigido

1928, A Coruña

Pravda, Sarátov. Murió en 1947 en Noguinsk.

Andrés Pena Seigido

1928, A Coruña

Pravda, Sarátov, Bolshevo, Universidad. Actualmente trabajó en la revista Tiempos Nuevos. Falleció en Moscú en junio de 1990.

Amparo Pena Seigido

1930, A Coruña

Pravda, Sarátov, Tarásovka, Schólkovo. Actualmente reside en Cuba a donde fue después de repatriarse en 1957.

Darío Pena Seigido

1932, A Coruña

Pravda, Sarátov, residió en Moscú trabajando de traductor. Falleció en Moscú en 1989.

María Pérez Pérez

1926, A Coruña

Járkov, Stalingrado, Ufá, técnico de medicina de Sérpujov, enfermera en Stúpino, Instituto de medicina de Yaroslavl, médica en Tula y Cuba, en el P. desde 1960. Volvió en 1974 a la U.R.S.S. Falleció el 20 de enero de 1998.

Manuel Rial Formoso

1894, Pontevedra.

Marinero en el barco «Juan Sebastián Elcano». Navegó en el Mar Negro hasta 1944, fogonero en el combinado Karagandá úgol. Se repatrió.

José Manuel Ríos Amigo

1910, Vigo

Marinero, fue  a la U.R.S.S. a Sebastópol en 1939 en un barco. Trabajó en los barcos «Armenia» y «Kursk» hasta 1942, cargador en Buzuluk (Chkálov) y en Kúybyshev. En el PCE desde 1959-70. Falleció en octubre de 1980.

Marina Sendín López

1916, Lugo

Mecanógrafa, miembro del PCE desde 1935. En la U.R.S.S. trabajó en la fábrica Lijachov, en la IC, Instituto 205 y en ediciones, falleció en Rumania en 1974.

Rogelio Trillo Caneda

1907, Corcubión (A Coruña)

Marinero. En el PCE desde 1934. Lllegó a la U.R.S.S. en el barco «Inocencio Figaredo». En la U.R.S.S. trabajó en Odessa, Tuapse, Krasnovods, Poblodar, sovjós Feodosiski (Crimea), Dniepropetrovsk, pensionista. Se repatrió en 1970.

Gallegos en el Gulag

A diferencia de los combatientes gallegos en el Ejército Rojo, sí existen mayores registros sobre gallegos deportados a los Gulag, algunos de ellos combatientes de la División Azul, y otros no combatientes que formaban parte de las listas de españoles que pasaron por los campos de trabajos forzados soviéticos.

Según el historiador Secundino Serrano, unos 185 republicanos españoles fueron enviados a los Gulag por las autoridades soviéticas[7]. Entre ellos estarían algunos de los considerados «niños de la guerra» así como marinos y pilotos republicanos.

Debe destacarse que varios de estos gallegos tuvieron contacto con la URSS (y posteriormente quedaron a vivir allí) gracias al envío de material de guerra y de víveres desde puertos soviéticos hasta la España bajo dominio republicano durante la Guerra Civil. Esta ruta se hacía por el mar Mediterráneo y llegaban a puertos del mar Negro.

La ruta debía sortear la costa italiana, bajo control del régimen fascista de Benito Mussolini, aliado de Franco en la guerra civil, así como el Norte de África, en particular Libia, entonces bajo dominio italiano. A la mayoría de ellos, el final de la guerra civil española les sorprendió estando en la URSS como parte de estas labores de transporte de mercancías.

Una fuente imprescindible para rastrear la huella de los republicanos españoles en el Gulag es la historiadora Luiza Iordache Cârstea[8], profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la UNED. La profesora Iordache facilita el listado de 21 marinos gallegos detenidos en Odessa en junio de 1941. Fueron internados en los campos de concentración de Norilsk, Karagandá (Spassk y Kok Uzek), Odessa y en otros campos occidentales de la URSS.

La lista de gallegos deportados a los Gulag aportada por la profesora Iordache es la siguiente:

Nombre

Año de Nacimiento y localidad (Provincia)

Profesión

Incidencias

Pedro Armesto Saco

1912. Pobra de Brollón (Provincia de Lugo)

Alumno náutica

Repatriado el 2 de abril de 1954

Ángel Castañeda Ochoa

1909. Catoira (provincia de Pontevedra)

Mozo

Repatriado el 2 de abril de 1954

José Castañeda Ochoa.

1901. Catoira  (Pontevedra)

Marinero

Repatriado el 2 de abril de 1954

Juan Antonio Castro López

1906. Pobra do Caramiñal (provincia de A Coruña)

Engrasador

Repatriado el 2 de abril de 1954

José Diz Rivas

1904. Vilaxoán (Pontevedra)

Marino

Internado en el Gulag desde junio de 1941 a 1948. Fallecido en el campo de Odessa, el 22 de agosto de 1948.

José García Santamaría

1913. Palmeira (A Coruña)

Ayudante de cocina

Repatriado en 1954.

Juan Gómez Mariño

1911. Ribeira (A Coruña)

Marinero

Repatriado en 1954.

Antonio Leira Carpente.

1912. Pontevedra

Marinero artillero. Cargo: sirviente alza

Repatriado en 1954.

José López González.

1916. A Coruña

Mozo artillero

Internado en el Gulag (27 de junio de 1941-agosto de 1948); destino desconocido.

José Pérez Pérez

1897. De Pobra do Caramiñal (A Coruña)

Marinero

Repatriado en 1954.

Enrique Piñeiro Díaz

1912. Buenos Aires (Argentina) De padres gallegos.

Apuntador

Repatriado en 1954.

Manuel Rodríguez Tejeiro

1910. Ferrol (A Coruña)

Cabo de artillería. Cargo: apuntador.

Liberado en agosto de 1948, fallecido de tuberculosis en Alupta el 2 de agosto de 1954.

Joaquín Trigo Sayans

1906. Figueirido (Pontevedra)

Marino

Liberado en agosto de 1948, repatriado en 1956.

José García Gómez

1911. Palmeira (A Coruña)

Marinero

Repatriado en el buque Semíramis, el 2 de abril de 1954.

Vicente García Martínez.

1893. Pobra do Caramiñal (A Coruña)

Marinero

Repatriado en el Semíramis, el 2 de abril de 1954.

Manuel Dávila Eiras

1900. De Pobra do Caramiñal (A Coruña)

Tripulante del vapor Rosa.

Marinero repatriado en 1954.

Manuel Dópico Fernández

Ferrol. Año desconocido

Desconocida

Fallecido en el campo de concentración de Karagandá (actual Kazajstán) en 1945.

Ricardo Pérez Fernández

1893, en Pobra do Caramiñal (A Coruña)

Marinero

Fallecido en el campo de Odessa, en 1949.

José Plata Loira

1904. Pontevedra

Fogonero

Falleció en Norilsk, en 1941.

Domingo García Meitas

1910. Pobra do Caramiñal (A Coruña)

Maquinista

Detenido en 1940

José Núñez Edreira

1917. A Coruña

Marino

Acusado de espionaje. Repatriado en 1957.

En 2013, durante una visita a Kazajstán por parte del entonces presidente de gobierno español Mariano Rajoy, su anfitrión el presidente kazajo Nursultan Nazarbayev entregó unos cuadernos con las fichas de españoles recluidos en uno de los cuatro gulags de Karagandá, en el número 99, de Spassk. De los 152 españoles de la lista, catorce son gallegos.

En este sentido, las investigaciones realizadas hasta ahora concluyen que en la relación de presos españoles se diferencian dos «grupos». Si eran redirigidos desde Odessa, se trataba de republicanos: marinos o pilotos, entre otras profesiones. Por el contrario, si procedían de Kolpino, Krasny Bor o Leningrado (actual San Petersburgo) y Nóvgorod, eran de la División Azul, ya que esos fueron frentes de guerra donde lucharon.

En esa lista, facilitada igualmente por la Embajada de Kazajstán en Madrid, figuran tres gallegos republicanos: el marinero-motorista José Trole Castelo (A Coruña, 1912); el piloto y también carpintero y chófer José Carreira Romero (Ourense, 1917); y el marinero-artillero Manuel Rodríguez Tegueiro (Ferrol, 1918). Los tres habían ingresado en el año 1948 en el campo de Odessa.

Además de los tres gallegos republicanos, en este listado figuran también once combatientes gallegos de la División Azul, que fueron enviados al Campo Nº 99 en Karagandá. Fueron posteriormente repatriados a España entre 1954 y 1959, tras la muerte de Stalin y durante el mandato de Nikita Jrushchov.

Esta lista de once personas se divide así:

Nombre

Fecha nacimiento, localidad (Provincia)

Profesión

Detención

Juanín Gullón Antonio

1923, Mondariz (Pontevedra)

Mecánico

Detenido en 1943 por el Ejército Rojo en Kolpino (región de Leningrado).

José Manuel Ferreiro

1921 (Pontevedra)

Campesino

Detenido en Kolpino.

Vicente Román Constante

1916. A Guarda (Pontevedra)

Hornero

Capturado en 1943 cerca de Leningrado.

Federico Dobal del Río

 

1923. Vilagarcía de Arousa (Pontevedra)

Zapatero

Capturado en Krasny Bor en 1943. Desde 1954 trabajó como carpintero. Se afilió al Partido Comunista en 1966.

Domingo Pérez Elisio

San Juan de Ourense (Ourense)

Mercader

Detenido en Kolpino.

Graña Rebociño

1924 Ourense (Ourense)

Peón

Detenido en Kolpino.

Leopoldo Canitro José

1923. Ourense

Campesino

Combatió en Krasny Bor (Leningrado), donde fue detenido.

Manuel Bousa Carias

1924, Monforte de Lemos (Lugo)

Desconocida

Desconocida

Eusebio Calavio Belicillo

1917, Lugo.

Mercader

Detenido en Nóvgorod.

José García Eugenio

1921. Ferrol (A Coruña)

Carpintero

Detenido por el Ejército Rojo en Kolpino

Vicente Calvo González

1913. Betanzos (A Coruña)

Radista

Detenido en Kolpino.

Deben igualmente destacarse otros casos de gallegos a los que la II Guerra Mundial les sorprendió en la URSS y posteriormente fueron reenviados a diversos Gulags y campos de trabajos forzados, considerados por las autoridades soviéticas como posibles «espías» y «traidores a la URSS», sospechosos de ser agentes internacionales. Son ellos:

José Ramón Carreira, natural de Ourense, dirigente de la Unión General de Trabajadores (UGT), piloto de aviación que llegó a Leningrado en 1938 en un buque mercante. Durante la guerra fue enviado al Gulag de Norilsk hasta su repatriación a España en 1954.

Julián Fuster Ribó, natural de Vigo, cirujano, enviado al Gulag de Kengir y que fue repatriado a España en 1959. El Premio Nobel Alexander Soljenitsin menciona en su obra maestra Archipiélago Gulag al «español Fuster».

José Calvo, enviado por la República española a formarse de aviador en Kirovabad y posteriormente enviado al Gulag durante la guerra.

Ricardo Pérez Fernández, tripulante de buques, enviado al Gulag de Odessa en febrero de 1949.

Durante el año 1937, estas personas realizaron transportes de material de guerra y víveres entre la España republicana y la URSS, pero debido a las dificultades del tráfico marítimo por el Mediterráneo y otras circunstancias bélicas, el final de la Guerra Civil les sorprendió a varios de ellos en distintos puertos soviéticos.

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE UU y América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

 

Fuentes utilizadas y lecturas recomendadas:

  1. Ensayos y artículos:

Alted Vigil, Alicia; Nicolás Marín, Encarna; Gonzalez Martell, Roger. Los niños de la guerra de España en la Unión Soviética. De la evacuación al retorno (1937 – 1999). Madrid, 1999.

Alted Vigil, Alicia. «El exilio español en la Unión Soviética». Revista Ayer. Ver en:http://www.revistaayer.com/sites/default/files/articulos/47-6 ayer47_ExiliosEspanaContemporanea_Lemus.pdf.

Encinas Moral, Ángel Luis. Fuentes históricas para el estudio de la emigración española a la URSS (1936-2007), Exterior XXI, 2008.

Arasa, Daniel. Los españoles de Stalin. Barcelona, 2005.

A.V. Elpátievsky. La emigración española en la URSS. Historiografía y fuentes, intento de interpretación, Exterior XXI, 2008.

Carmen Calvo Jung. Los últimos aviadores de la República. La cuarta expedición a Kirovabad. Coeditado por el Ministerio de Defensa y la Fundación Aena.

Eusebio Cimorra, Enrique Zafra, Isidro R. Mendieta. El Sol sale de noche. La presencia española en la Gran Guerra Patria del pueblo soviético contra el nazi-fascismo. Moscú: Editorial Progreso, 1970.

González Martínez, Carmen y Nicolás Marín, María Encarna. «’Rojos y azules’ españoles en la Unión Soviética», Historia Actual online, 40, (2), 2016, p. 7-28.

Iordache Cãrstea, Luzia. Cartas desde el Gulag. Juan Fuster Ribó, un español en la Unión Soviética de Stalin. Alianza Editorial, 2020.

Iordache Cãrstea, Luzia. Republicanos españoles en el Gulag (1939-1956). Institut de Ciències Polítiques i Socials, 2008.

Iordache Cãrstea. Luzia, En el Gulag. Españoles republicanos en los campos de concentración de Stalin. RBA, 2014.

Juárez, Javier. Patria. Una española en el KGB. Barcelona: Random House Mondadori, 2008.

Secundino Serrano. Españoles en el Gulag. Republicanos bajo el estalinismo. Península, 2011.

Torres, Francisco. Cautivos en Rusia. Los últimos combatientes de la División Azul. Editorial Actas, 2018.

    1. Medios de comunicación

Faro de Vigo:

https://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2013/10/16/gallegos-gulag/896958.html  

https://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2014/09/14/fuerza-gallega-reto-stalin/1093792.html

La Voz de Galicia

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2019/08/19/29-gallegos-gulags-stalin/0003_201908G19P6994.htm

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/cultura/2013/10/12/gulag-estuvieron-presos-22-gallegos-cuatro-fallecieron/0003_201310G12P42991.htm

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/santiago/2011/08/21/diecisiete-anos-bajo-yugo-stalin/0003_201108SX21P2992.htm

El País (España)

«El hombre del siglo”, El País (España), 16 de abril de 2007. Ver en: https://elpais.com/diario/2007/04/16/galicia/1176718702_850215.html

Nueva Tribuna (España)

“Españoles en el Ejército Rojo”

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura—ocio/9mayo-victoria-nazismo-europa-espanoles-ejercito-rojo/20200508084414174600.html

Diario de León (España)

“Rusia envió a 185 republicanos españoles al gulag sin juzgarlos”, Diario de León, 20/10/2011. Ver en: https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/rusia-envio-185-republicanos-espanoles-gulag-juzgarlos/201110200400021208855.html

    1. Otros ensayos de interés

Luis Reyes. Españoles en la II Guerra Mundial. Ilustraciones de Dionisio Álvarez Cueto. Audaba Ediciones, 1990.

Antonio Vilanova. Los olvidados. Los exiliados en la URSS, Ruedo Ibérico, 1960.

Eduardo Pons Prades. Republicanos españoles en la II Guerra Mundial. La Esfera de los Libros, 2000.

Roque Serna Martínez. Heroísmo español en Rusia. 1941-1945, 1981.

José Gros, Relatos de un guerrillero comunista español, A.T.E, 1977.

 

Referencias

[1] Debe destacarse que el profesor Ángel Luis Encinas Moral obtuvo la convalidación de su título de Master of Arts en Historia por la Universidad Lomonósov de Moscú en 1987. Es Doctor en Geografía e Historia, y profesor de Historia y Cultura de los Pueblos Eslavos, de Literatura Rusa y de Relaciones Literarias Hispano-Rusas de la Titulación de Filología Eslava en la Universidad Complutense de Madrid. Domina con fluidez idiomas de interés científico como el ruso, ucraniano, búlgaro, ruso y eslavo antiguo y eslavo eclesiástico.

[2]En 2016, el Instituto de Estudios Vigueses (https://www.ievigueses.com/gl), bajo la dirección de su presidente Xosé Carlos Abad, comenzó una investigación para recopilar información sobre vigueses que lucharon en la II Guerra Mundial, principalmente bajo la División Azul. Se estimaron cifras de unos 216 vigueses que lucharon en las fuerzas alemanas y algunos en las fuerzas soviéticas. Se estima igualmente que medio millar de gallegos fueron enrolados por la División Azul para combatir en el frente ruso. Más información en: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/vigo/2016/07/24/instituto-estudios-vigueses-busca-testimonios-miembros-division-azul/0003_201607V24C5995.htm. Debe mencionarse igualmente la existencia de la Hermandad Gallega de la División Azul Spansky Jarasho, fundada en 1960 en A Coruña, y que sigue en funcionamiento en una segunda etapa. Ver en: https://www.adiantegalicia.es/costa-da-morte/2019/09/23/la-hermandad-gallega-de-la-division-azul-condecora-a-un-ex-militar-de-vimianzo.html

[3] Esta es la cifra que podemos encontrar en el libro del profesor Encinas Moral, Ángel Luis, Fuentes históricas para el estudio de la emigración española a la URSS (1936-2007), Exterior XXI, 2008.

[4] «El hombre del siglo», artículo publicado en El País (España), el 16 de abril de 2007, con motivo del homenaje a Enrique Líster. Ver en: https://elpais.com/diario/2007/04/16/galicia/1176718702_850215.html.

[5] Alted Vigil, Alicia. «El exilio español en la Unión Soviética», Revista Ayer. p. 140-141. Ver en: http://www.revistaayer.com/sites/default/files/articulos/47-6-ayer47_ExiliosEspanaContemporanea_Lemus.pdf

[6] Utilizamos como fuente principal el libro de Encinas Moral, Ángel Luis, Fuentes históricas para el estudio de la emigración española a la URSS (1936-2007), Exterior XXI, 2008.

[7] «Rusia envió a 185 republicanos españoles al gulag sin juzgarlos». Diario de León, 20/10/2011. Ver en: https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/rusia-envio-185-republicanos-espanoles-gulag-juzgarlos/201110200400021208855.html.

[8] La historiadora Luiza Iordache es autora de libros sobre los españoles en la URSS como Cartas desde el Gulag; Republicanos españoles en el Gulag (1939-1956), y En el Gulag. Españoles republicanos en los campos de concentración de Stalin. Correo electrónico: luiza.iordache@gmail.com.

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UCRANIA, RUSIA Y LA INCIERTA «PAX TURCA»

Roberto Mansilla Blanco*

Muchas expectativas y especulaciones han dominado el clima existente en torno a la infructuosa negociación sobre la paz en Ucrania prevista para este 15 de mayo en Estambul. Lo que podía constituir un escenario clave para acordar, cuando menos, un cese al fuego en la cada vez más estéril guerra ruso-ucraniana y que, al mismo tiempo, podría suponer para Turquía un papel protagónico como mediador diplomático e interlocutor válido, se ha súbitamente degradado en medio de las sinuosas arenas de los intereses geopolíticos.

Los precedentes al eventualmente fallido encuentro en Estambul entre los mandatarios Vladimir Putin y Volodimyr Zelenski anunciaban la posibilidad de apertura de una negociación. En una inédita conferencia de prensa en Moscú durante la madrugada del 11 de mayo, dos días después del histórico «Desfile de la Victoria» que conmemoraba el 80º aniversario de la «Gran Guerra Patriótica», Putin lanzó una propuesta de negociación directa con su homólogo Zelenski poniendo fecha el 15 de mayo en Estambul. El escenario estaba servido: Turquía, miembro de la OTAN, ha ejercido una relevante capacidad de interlocución entre Rusia y Ucrania.

La respuesta inmediata del mandatario ucraniano aceptando la propuesta de Putin también daba pie a la posibilidad de este histórico encuentro, con la única condición de que Moscú decretara un alto al fuego a partir del 12 de mayo, una propuesta que el Kremlin ha rechazado de plano.

El juego de intereses precedente a la cumbre

Desde entonces hemos asistido a un rifirrafe de declaraciones y presiones en torno a la posibilidad de este encuentro Putin-Zelenski en Estambul.

Tras la oferta del mandatario ruso, el presidente ucraniano se reunió en Kiev con su homólogo francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz y el primer ministro británico Kein Starmer. Este encuentro significó la puesta en escena de la «troika» europea de apoyo a Ucrania para intentar frenar las aspiraciones rusas de sacar la mejor tajada de una eventual negociación en Estambul sobre el final del conflicto.

Ante la persistencia de Putin de que la negociación sólo debía darse directamente con Zelenski, la cumbre de Kiev reveló que Europa y la OTAN no quieren quedar fuera del protagonismo, exigiendo también sus cartas. Mientras la atención estaba enfocada en la posibilidad de esa cumbre Putin-Zelenski en Estambul, los ministros de Exteriores de la OTAN se reunían los días 14 y 15 de mayo en la localidad turca de Antalya. En esta reunión, la Alianza Atlántica sentó las bases para aumentar a un 5% del PIB el gasto militar hasta el 2032, con la mira puesta en la presunta «amenaza rusa».

Desde Washington, Trump presionó a Zelenski con la finalidad de que aceptara la negociación pero también advirtiendo a Putin de no buscar atajos. El mandatario estadounidense es consciente de que la clave de la negociación es convencer al presidente ruso. «Si fracasa la negociación entre Trump y Zelenski, EEUU y Europa ya saben en qué condiciones está la situación y actuaremos en consecuencia», dijo Trump poco antes de iniciar una estratégica gira por Oriente Próximo que le llevó a Arabia Saudita y Qatar.

Visto el panorama, el Kremlin decidió dar un golpe de timón en torno a su presencia en Estambul, probablemente con la finalidad de no arrojar pistas sobre cuál sería la dinámica de la negociación. Horas previas al encuentro confirmó que ni Putin ni su ministro de Exteriores Serguéi Lavrov asistirían a Turquía al «cara a cara» con un Zelenski que ya viajaba a Estambul. Tras reunirse con el anfitrión, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, Zelenski decidió no reunirse con una delegación rusa de carácter técnico, probablemente persuadido por las presiones de sus aliados europeos. La cumbre, por tanto, ya no sería de alto nivel entre Putin y Zelenski sino que quedaría relegada a sendos equipos técnicos de negociadores.

Desde Riad, la capital saudita, Trump declaró su intención de asistir a Estambul probablemente con la expectativa de influir en el finalmente infructuoso «cara a cara» entre Putin y Zelenski. Previamente, la Casa Blanca anunció que a Estambul viajará el 16 de mayo el secretario de Estado Marco Rubio junto con el enviado especial para Oriente Próximo, Steve Witkoff, quien ya se había reunido con Putin semanas atrás en Moscú.

En medio de este clima de incertidumbre, la Unión Europea aprobó un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, una decisión que lejos de acercar posiciones incrementó aún más la desconfianza y la tensión con Moscú.

La clave geoeconómica

Sin menoscabar las interpretaciones que puedan existir en torno a porqué lo que parecía una cumbre de alto nivel comenzó a desvanecerse hacia un resultado incierto, algunos eventos pueden ayudar a explicar qué podría estar detrás de lo que está por negociarse en Estambul.

El clima internacional ya venía condicionado por el impasse entre India y Pakistán que llevó al borde de la guerra entre estas dos potencias nucleares, finalmente abortado in extremis por la diplomacia de EEUU. Con un Israel preparándose para la anexión de Gaza, la atención estaba concentrada en la posibilidad de una reducción de tensiones entre Rusia y Ucrania que, al menos, implicara una tregua temporal de las operaciones militares.

El desfile del pasado 9 de mayo en Moscú con motivo del 80º aniversario de la «Gran Guerra Patriótica» en la II Guerra Mundial reunió en la capital rusa a más de 30 jefes de Estado y de gobierno, la mayor parte asiáticos, africanos y latinoamericanos. Ese mismo día en Kiev, los ministros de Exteriores de la UE renovaron públicamente su apoyo a Zelenski con la intención de contrarrestar el ambiente festivo en la capital rusa.

Con todo, la presencia de mandatarios internacionales en la Plaza Roja de Moscú le permitió a Putin obtener un importante as geopolítico orientado a retomar la iniciativa, esta vez en el terreno diplomático, para dar paso una negociación en Ucrania bajo sus condiciones. Un día después de este desfile, Putin sorprendió anunciando su propuesta de negociación con Ucrania en una conferencia de prensa ante corresponsales extranjeros. Ese mismo día, EEUU anunciaba un acuerdo con China para suspender por 90 días la guerra arancelaria iniciada por Trump meses atrás. El clima se veía, por tanto, distendido.

Aquí entran en juego algunas interpretaciones que podrían arrojar claves sobre cuál era el sentido real de la propuesta de Putin y que, más allá del terreno militar, tienen un olor a intereses geoeconómicos. Es posible que durante las reuniones bilaterales en Moscú entre Putin, el presidente chino Xi Jinping y mandatarios africanos (como fue el caso de Ibrahim Traoré de Burkina Faso, país estratégico para los intereses rusos en el Sahel) entre otros, se abordara esta posibilidad de propiciar una negociación de paz en Ucrania para intentar amortiguar la posible recesión económica que se avecina por la guerra comercial de Trump, en especial en lo relativo al alza del precio de los alimentos.

Siendo Rusia y Ucrania los principales productores de trigo y cereales, la eventual paralización del conflicto ruso-ucraniano podría suponer la normalización de la actividad comercial de los puertos rusos y ucranianos del mar Negro (Novorosísk y Odessa principalmente) para exportar estas materias primas, esenciales para varios países africanos y de Oriente Próximo ante la inminencia de un verano que anuncia sequías y posible desabastecimiento.

Y aquí entraría en juego Turquía y la razón de la cumbre en Estambul, más allá del hecho de su capacidad de interlocución entre Rusia y Ucrania, la OTAN y la UE. Erdogan observó en este contexto la posibilidad de fortalecer el peso geoeconómico turco como facilitador de unas negociaciones que podrían normalizar el transporte de alimentos y mercancías desde estos puertos rusos y ucranianos y su salida vía estrecho de los Dardanelos hacia el Mediterráneo, el Magreb, Oriente Próximo y el Atlántico para asegurar el abastecimiento alimenticio. Visto en perspectiva geoeconómica, Putin y Erdogan se aseguraban una jugada maestra que obligaba a Europa y la OTAN a reaccionar, bien aceptando el plan de paz de Putin o profundizando en el rearme a Ucrania.

Debe recordarse que Estambul ya acogió a mediados de 2022 una serie de negociaciones directas entre representantes rusos y ucranianos con la finalidad de alcanzar un alto al fuego y un acuerdo humanitario, que finalmente fueron abruptamente suspendidas. Algunas fuentes han argumentado presuntas presiones indirectas por parte de Europa y EEUU (entonces bajo la presidencia de Joseph Biden) para boicotear la posibilidad de un acuerdo entre Kiev y Moscú.

Tres años después el contexto militar y geopolítico ha cambiado drásticamente, con un conflicto estancado, una Ucrania si bien resiliente pero exhausta y cada vez más dependiente de unos aliados occidentales igualmente desgastados y defraudados con la guerra en Ucrania. Y en todo ello un Putin con cartas geopolíticas más a su favor, a pesar de las tensiones que sigue manteniendo con Occidente, manejando un sórdido juego de paciencia táctica con elementos disuasivos y de «tira y afloja», tendente precisamente a socavar el apoyo occidental a Ucrania. Por otro lado, mientras se discutía la posibilidad de la cumbre en Estambul, Washington y Moscú avanzaban en las negociaciones para restablecer el suministro de gas natural ruso hacia Europa.

Así mismo, Erdogan ha jugado a varias bandas en el conflicto ucraniano con la velada intención de mantener difíciles equilibrios y evitar posicionamientos incómodos. Mientras mantiene una táctica alianza geopolítica con Rusia, Ankara le ha vendido drones a Ucrania para ser utilizados en el frente. En 2023, Erdogan medió entre Moscú y Kiev en cuanto a la apertura de los puertos ucranianos y rusos en el Mar Negro para la exportación de cereales vía puertos turcos, un precedente que probablemente entró en juego en el actual contexto. Con ello, Erdogan mostraba su disposición para utilizar la diplomacia económica como factor disuasivo entre Rusia y Ucrania.

Trump vuelve a la escena: la alianza con Arabia Saudita

Con la atención enfocada en la infructuosa reunión Putin-Zelenski en Estambul, desde la capital saudita Riad, Trump y el príncipe Mohammed bin Salmán firmaron un estratégico acuerdo de defensa entre EEUU y Arabia Saudita con importantes implicaciones para el contexto geopolítico regional. Trump también anunció la suspensión de todas las sanciones contra Siria, con cuyo presidente Ahmed Hussein al-Shar’a se reunió en Riad en el que aprovechó para persuadirle a «reconocer a Israel».

La gira de Trump en Oriente Medio evidencia el imperativo de Washington por fortalecer la influencia saudita en la geopolítica regional y global y, al mismo tiempo, condicionar el emergente peso geopolítico turco en la Siria post-Asad. No se debe descartar que Trump espere resucitar los Acuerdos de Abraham de 2020 con la vista puesta en un histórico reconocimiento diplomático entre Arabia Saudita e Israel, con implicaciones geoestratégicas de elevado nivel para Oriente Próximo y, especialmente, para los intereses turcos y de Irán, ambos aliados de Rusia y China.

Ante los retrasos de Putin y Zelenski por materializar su plan de paz para Ucrania, Trump ha apostado por romper el equilibrio en Oriente Próximo estrechando lazos con Arabia Saudita para contrarrestar esa influencia turca vía cumbre en Estambul. Consciente del revisionismo de Erdogan en cuanto a sus relaciones con Israel y sus tácticos acercamientos con Rusia, Irán y China, Trump apuesta por ejercer contrapesos vía Arabia Saudita que le permitan mantener el escudo de apoyos a favor de Israel y de los intereses estadounidenses en la región.

Previo a la cumbre en Estambul, Erdogan se había anotado un histórico avance al certificarse oficialmente la disolución del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), lo cual pone punto final a casi cinco décadas de lucha armada contra el Estado turco. La disolución del PKK era un fait accompli desde que se iniciaron las negociaciones para su desarme en 2013 y que se confirmó el febrero pasado cuando su líder histórico Abdulah Oçalan (en cadena perpetua en una prisión turca) pidió abandonar las armas.

Neutralizado el PKK, Erdogan refuerza sus posiciones regionales con respecto a frenar el irredentismo kurdo y establecer un mecanismo de seguridad desde Siria hasta Irak, un escenario que podría contrariar los intereses de EEUU, Israel y Arabia Saudita. Falta ver si la cumbre de Estambul, ya sin Putin ni Zelenski, le permita a Turquía recuperar posiciones ante los vertiginosos cambios que observa en sus esferas de influencia.

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE.UU. y América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

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CITA COMPLICADA EN ESTAMBUL

Alberto Hutschenreuter*

Este jueves 15 de mayo se reunirían en Estambul los presidentes de Ucrania y Rusia, países en estado de guerra desde febrero de 2022, cuando el segundo, considerando la «guerra silenciosa» en el este de Ucrania y apreciando que existía una amenaza a su seguridad nacional como consecuencia del posible curso de Ucrania hacia la OTAN, puso en marcha lo que denominó «Operación Militar Especial», una medida basada en la concepción rusa de «defensa contraofensiva». Para el derecho internacional y los principios «onusianos», sin ambages fue un acto de fuerza contra otro país, una invasión.

Tras más de tres años de guerra, la fatiga ha hecho mella en los contendientes, principalmente en Ucrania, que se mantiene por la gran ayuda financio-militar que le aporta Occidente. En cuanto a Rusia, la guerra ha hecho funcionar casi a pleno la industria militar, pero los efectos de la misma y de las sanciones en la economía civil (salarios, inflación, etc.) se hacen sentir, al tiempo que, una vez más, se posterga la necesaria modernización de su estructura económica «fósil», como peyorativamente la denominan en Occidente en relación con los productos que Rusia obtiene de la tierra.

Pero Rusia es Rusia, es decir, un poder mayor y eminentemente terrestre (condición que, en buena medida, explica su alta sensibilidad y su reacción ante la aproximación de poderes extranjeros hacia sus fronteras) que intentará cobrarse en «moneda dura» el desafío que le planteó Ucrania apoyada por la OTAN, esto es, la pretensión de marchar hacia la Alianza Atlántica sacudiéndose su sitio geográfico y geopolítico selectivo, es decir, el de ser un actor «pivote», status que implica o exige por parte del mismo sostener una diplomacia de deferencia, no de sumisión, en razón de encontrarse al lado del hegemón geopolítico.

Por su parte, con su incesante marcha, Occidente también omitió o transgredió los códigos geopolíticos y estratégicos que rigen las relaciones entre los poderes «que cuentan» en las relaciones internacionales.

En pocas palabras, se trata de alta geopolítica, y sabemos, por tanto, que los intereses nacionales son los que acaban precipitando las acciones para preservarlos.

Algo de ello parece deducirse de lo que ha dicho el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en relación con que es necesario «hablar sobre las causas profundas del conflicto».

Es muy posible que en Estambul Rusia no se salga en un ápice de su posición, es decir, el control de los territorios del este y sur de Ucrania, los que han sido unilateralmente incorporados a la Federación Rusa.

Además, sostendrá que Ucrania deberá adoptar un estatus de neutralidad internacional (cuestión abordada en el «Comunicado de Estambul» de mayo de 2022), condición que eliminará la posibilidad de limitar Rusia con la OTAN en Ucrania, una situación que, de haberse dado, no sólo habría reafirmado la victoria de Occidente en la Guerra Fría, sino la victoria occidental frente a Rusia, la continuadora de la URSS y fuertemente sospechada de reparo y revisionismo geopolítico.

Esto suma complicación en la cita, pues si se diera lugar a sus demandas Rusia obtendría una victoria no ya frente a Ucrania, sino ante la OTAN, algo prácticamente inaceptable para Occidente, sobre todo para Europa, la otra principal derrotada o no ganadora junto a Ucrania. Para Estados Unidos, se trata de un escenario preocupante, pero es posible que parte del Partido Republicano considere que es necesario volver a mantener un equilibrio en las relaciones con Rusia y, además, evitar que este país acabe por forjar una verdadera alianza estratégica con China.

Ucrania corre con desventaja en Estambul, pues tiene parte de su territorio férreamente ocupado por Rusia y depende militarmente de Estados Unidos y (después) de Europa. Esta última ha dicho que continuará ayudando a Kiev si fracasan las conversaciones, pero ¿hará lo propio Estados Unidos? El presidente Trump advirtió que retiraría sus esfuerzos por un arreglo si hay fracaso. Ahora, ¿qué significa exactamente retirar? Porque si abandonara Washington la búsqueda de la paz y también el apoyo a Kiev, es posible que Ucrania colapse, pero si retirarse implica continuar asistiendo a Kiev e incrementar la ayuda militar (recientemente envió 130 misiles de mediano alcance y 100 misiles defensivos Patriot), la guerra proseguiría y se volverían a plantear escenarios de escalada (también recientemente, el presidente Putin recordó que hasta el momento no fue necesario el uso de armas nucleares).

En Estambul tal vez se alcance un acuerdo sobre una tregua, lo cual es por demás necesario. Pero es difícil considerar que se darán pasos de escala, pues las posiciones de todos están muy encontradas, hay fuertes sospechas en materia de intenciones y nadie quiere quedar asociado a una capitulación.

 

* Miembro de la SAEEG. Su último libro, recientemente publicado, se titula La Geopolítica nunca se fue, Editorial Almaluz, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2025.

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