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LA ENSEÑANZA DE LA GEOPOLÍTICA DESDE LA ECONOMÍA Y EL ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

Diego Sande Veiga*

Imagen: daniel_diaz_bardillo en Pixabay.

 

Introducción

La Geopolítica, entendida como la disciplina que estudia la disposición del espacio y su impacto político[1], evolucionó desde su enfoque tradicional hasta convertirse en un campo multidisciplinar que incluye la interrelación entre políticas públicas, economía y dinámicas globales[2]. Esta transformación refleja la creciente complejidad de las relaciones internacionales y la interdependencia de los Estados en un contexto globalizado. Además de analizar factores geográficos y militares, la geopolítica moderna examina las implicaciones económicas de los conflictos internacionales, las políticas comerciales y las tensiones entre potencias emergentes y tradicionales.

En este contexto, la educación desempeña un papel estratégico al capacitar las nuevas generaciones para comprender las complejidades geopolíticas y económicas. Este artículo explora la relevancia de integrar la geopolítica en los sistemas educativos como herramienta para empoderar ciudadanos globales, mejorar la toma de decisiones informadas y fortalecer la cohesión social y económica. Para ello, se ha seguido la línea de los estudios previos de Sande[3], y se ha estructurado el artículo en cinco apartados: la relación entre geopolítica y economía; la inclusión de la geopolítica en los currículos educativos; su relevancia para la formación de los estudiantes; ejemplos exitosos y retos principales en su implementación; y recomendaciones para el futuro.

  1. Geopolítica y economía: una relación interdependiente

La relación entre poder político y control de recursos es central en la geopolítica. Autores como Gilpin[4] destacan como los Estados buscan maximizar su poder económico a través de las relaciones internacionales. Este enfoque ayuda a comprender la interconexión entre las decisiones geopolíticas y las consecuencias económicas.

Históricamente, potencias mundiales como Gran Bretaña en el siglo XIX o los Estados Unidos en el XX emplearon su influencia política para garantizar el acceso a los recursos y a los comprados estratégicos. En la actualidad, fenómenos como la globalización intensificaron estas interdependencias, promoviendo la integración económica y la cooperación internacional. Sin embargo, las tensiones geopolíticas contemporáneas, como las sanciones económicas impuestas a países como Rusia o Irán, evidencian como estas decisiones afectan directamente las economías nacionales, el bienestar ciudadano y la estabilidad global. El papel de países como los BRICS en el juego de la economía mundial debe ser también fruto de análisis, con especial relevancia del caso de China y su modelo de industrialización, que ha llevado al país asiático a ganar peso en economías como la española[5], las europeas y de otros países desarrollados o en vías de desarrollo, como está sucediendo en el continente africano. Además, las crisis sanitarias (como la del Sars-Covid19) y las crisis energéticas como la generada por la guerra en Ucrania subrayan la vulnerabilidad de las economías frente a las dinámicas globales.

Esta situación hace evidente la necesidad de un análisis crítico e informado sobre las implicaciones de las políticas internacionales en el desarrollo económico local y global. Por eso, la educación en geopolítica debe ofrecer a los estudiantes herramientas para comprender estas complejidades y promover soluciones innovadoras que equilibren intereses locales y globales. 

  1. La importancia de incluir la geopolítica en los currículos educativos

Integrar la geopolítica en los planes de estudio es esencial para preparar a los ciudadanos para enfrentar un mundo cada vez más interdependiente. Según Nye[6], el poder blando, como la educación, permite a los Estados proyectar valores e influir internacionalmente. En este sentido, la educación actúa como un instrumento geopolítico, moldeando las perspectivas y habilidades de los futuros ciudadanos.

En los currículos educativos, la geopolítica puede abordarse desde diversas perspectivas: como parte de la historia, la geografía, la economía o mismo las ciencias sociales. Su estudio permite a los estudiantes analizar cuestiones como los conflictos territoriales, las alianzas internacionales y los impactos del comercio o las inversiones a nivel global.

Por otra parte, la movilidad estudiantil y la colaboración internacional entre instituciones educativas son ejemplos prácticos de como la educación puede ser una herramienta para fortalecer la cooperación global. Factores geopolíticos, como el Brexit, también impactan en las oportunidades de intercambio académico, afectando tanto a las instituciones como a los estudiantes. Promover una educación que incluya la geopolítica contribuiría a enfrentar retos como los cambios globales, las crisis económicas y los conflictos internacionales desde una perspectiva integradora y colaborativa.

  1. La relevancia de la geopolítica para la formación de los estudiantes

La inclusión de la geopolítica en la enseñanza no solo contribuye a la comprensión del mundo globalizado, sino que también fomenta competencias clave como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la inteligencia emocional. Estas habilidades son fundamentales para abordar situaciones complejas y adaptarse a los constantes cambios del contexto internacional.

Por ejemplo, un estudiante formado en geopolítica puede analizar las causas y consecuencias de un conflicto internacional, evaluar sus impactos económicos y sociales y proponer soluciones basadas en el diálogo y la cooperación. Además, esta formación fomenta el respeto por la diversidad cultural y la capacidad de comprender diferentes perspectivas, facilitando así el trabajo en contextos multiculturales y promoviendo una ciudadanía global más consciente y comprometida.

En definitiva, la educación en geopolítica no solo prepara a los estudiantes para carreras profesionales en un mundo interconectado, sino que también los dota de las herramientas necesarias para ser agentes de cambio positivo en sus comunidades y a nivel global.

  1. Ejemplos exitosos y retos en la implementación

Casos de éxito como la integración de la educación geopolítica en los sistemas educativos nórdicos destacan por su capacidad para fomentar la colaboración internacional y la adaptación a los cambios globales. Estos países implementaron programas que combinan el análisis crítico de temas globales con la participación en proyectos internacionales, promoviendo una formación más práctica y comprometida.

Otros ejemplos incluyen iniciativas en países como Canadá y Alemania, donde las políticas educativas se centran en la inclusión de temas como el desarrollo sostenible, los derechos humanos y los conflictos internacionales, integrando así la geopolítica como una disciplina transversal.

A pesar de casos exitosos como los anteriores, la integración de la geopolítica (y de la geoeconomía) en los sistemas educativos se enfrenta a retos significativos. Entre ellos destacan la falta de recursos en las escuelas, la resistencia ideológica -que puede limitar el enfoque crítico o globalizador-, y las diferencias estructurales entre sistemas educativos ―que dificultan la homogeneidad en su aplicación―. Superar estos retos requiere un enfoque colaborativo, en el que se promuevan aspectos como la cooperación internacional, la inversión en la formación docente y la adaptación de los contenidos a las necesidades locales. Todo ello sin perder de vista a perspectiva global. Una tarea no exenta de dificultad. 

  1. Conclusiones y recomendaciones

En un mundo marcado por fenómenos como la multilateralidad, el friendshoring o el nearshoring, la integración de la geopolítica en los sistemas educativos representa una oportunidad para preparar a los estudiantes frente a los retos de un mundo interconectado.  Siendo esta tarea relevante, se establecen una serie de recomendaciones general para abordarla con mayores posibilidades de éxito, entre ellas:

    • Fomentar una educación integral, que combine teoría y práctica, desarrollando habilidades transversales como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la capacidad de análisis contextual.
    • Impulsar la educación intercultural, promoviendo el respeto por la diversidad y la comprensión global mediante lo estudio de casos reales y el intercambio de experiencias.
    • Fortalecer la cooperación internacional, mediante el intercambio de buenas prácticas, la movilidad estudiantil y la colaboración en investigación, fomentando así una perspectiva global compartida.
    • Promover la educación digital, proporcionando herramientas y recursos que favorezcan el acceso a la información global, el aprendizaje autónomo y la colaboración en línea.
    • Fomentar procesos de evaluación de la política internacional y de sus repercusiones a nivel de los países y a nivel regional, internacional y global. Para ello, poner el foco de los análisis en aspectos como la política exterior, la cooperación internacional, los sistemas financieros o la integración de las cadenas de valor se antojan como algunos de los aspectos clave de interés.

Finalmente, integrar la geopolítica en la enseñanza no solo reforzará la comprensión del mundo contemporáneo, sino que también contribuirá a formar ciudadanos más conscientes y comprometidos con el desarrollo sostenible y la paz global. Objetivos sin duda deseables para todos.

 

* Diego Sande Veiga es doctor en Economía y Empresa y profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Santiago de Compostela. Colabora con el Grupo de Investigación ICEDE, con el IDEGA y es coordinador de la Línea de investigación en Economía del IGADI. Es funcionario de la Consellería de Cultura, Educación y Universidad de la Xunta de Galicia.

 

Referencias

[1] Martín, Carmen. «¿Qué es la geopolítica?»  El Orden Mundial, 10/02/2023 (Publicado originalmente: 24/03/2020, https://elordenmundial.com/que-es-geopolitica/.

[2] Valton Legrá, Elaine. «Geopolítica y Geoconomía, una visión sistémica». Política Internacional, vol. 3, núm. 4, 2021, Internacionales del Instituto Superior de Relaciones Internacionales «Raúl Roa García», La Habana, Cuba, https://portal.amelica.org/ameli/journal/332/3322884011/html/.

[3] Sande, Diego. «La Geopolítica y el sector educativo: una perspectiva desde la Economía y las políticas públicas» (Capítulo 7). En: Lois, R.C. & Martins, B., Geopolítica desde la base. Tendencias internacionales, participación social y sector educativo, Universidade de Santiago de Compostela: Santiago de Compostela, 2025.

[4] Gilpin, Robert. Global political economy: Understanding the international economic order. New Jersey: Princeton University Press, 2001, 423 p.

[5] Sande, Diego. «El intercambio tecnológico en la relación bilateral España-China» (Capítulo 8). En: Ríos, X. ¿China? La Asociación Estratégica Integral España-China XX aniversario (2005-2025).

[6] Nye, Jospeh S. «Soft power and American Foreign Policy». Political science quarterly, vol. 119, n°. 2 (Summer, 2004), p. 255-270.

 

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LA FECHA DE LA NAVIDAD

Julio Ferrari Freyre*

Hemos pasado el tiempo litúrgico de Adviento, es decir en las postrimerías del año calendario gregoriano, momento en que los cristianos celebramos la Asunción de la Virgen María, la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, fiesta de la Sagrada Familia, de María Madre de Dios y el Año Nuevo, más el Día de los Reyes Magos. Y para otros será, el Janucá de los judíos el 25 de diciembre (25 de Klisev), o el año nuevo Lunar, el 29 de enero de 2025, también llamado Seollal, Tsagaan Sar, Losar, Tết, Año Nuevo Chino o (según el Partido Comunista Chino) Festival de Primavera[1]. Toda una colección de feriados y festividades para alegrar el cierre de un ejercicio y el comienzo de uno nuevo: lamentar lo que no pudimos hacer y alegrarnos porque tenemos un año para concretar múltiples proyectos, pero primero las vacaciones veraniegas que tanto nos gusta a nosotros y a nuestras familias.

En estos días se puede escuchar de mucha gente, cultos y no tanto, cristianos serios y no tanto, ateos o agnósticos, que la fecha de la Natividad de Nuestro Señor fue erigida por los primeros seguidores de Cristo para «tapar» una festividad pagana romana; pero nadie se pregunta de qué festividad pagana se trata. ¿Tenía que ver con la religión greco-romana de la época? ¿Se celebraba algún hito en la historia de la República o del Imperio? ¿Se conmemoraba alguna fecha especial del complicado calendario romano o el «inventado» por Julio César y usado en el Imperio?

Por ser fin de año dejé de lado la imponente Espasa Calpe que decora mi biblioteca y fui al deficiente y tendencioso pero útil y práctico Wikipedia para sacarme la duda. Allí leí que: «la celebración de esta fiesta el 25 de diciembre se debe a celebraciones mediterráneas relacionadas con el solsticio de invierno, principalmente el Sol invictus y la Saturnalia que habrían sido adaptados por los cristianos en el siglo III» y que «El papa Julio I pidió en 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha y finalmente el papa Liberio decreta este día como el nacimiento de Jesús de Nazaret en 354»[2].

Según esta versión, la fecha de Navidad se debió a una operación de contra inteligencia para atacar las festividades de los malvados paganos que pululaban por el Imperio Romano.

Sin embargo, mi curiosidad no estaba satisfecha y seguí investigando el tema con interesantes hallazgos para esclarecer mis propias dudas surgidas, tal vez, por una deficiente educación religiosa o por el bombardeo de propaganda laicista del momento que nos toca vivir.

Así encontré que tenemos dos festividades romanas a fines de diciembre, a falta de una, a ser censurada por ser pagana. Entre el 17 y 23 de diciembre el pueblo romano celebraba Saturnalia. Con la ayuda de Wikipedia descubrí que este festejo comenzó en el año 217 a.C. dedicado a Saturno, dios de la agricultura, y que simbolizaba el fin del trabajo en el campo, o sea la cosecha. Incluía un banquete público «intercambio de regalos, continuo festejo, y un ambiente de carnaval en el que se producía una relajación de las normas sociales»[3].

La otra festividad romana a ser censurada era día del “Sol Invicto”, Dies Natalis Solis Invicti en latín, que se empezó a agendar en 274 y fue un invento del Emperador Aureliano para fortalecer y en cierta medida extender los festejos de la Saturnalia. El Sol Invictus se celebraba el 25 de diciembre según algunas fuentes como Wikipedia, o el 27 de diciembre según otras[4]. Ahora bien, en el año 221 Sexto Julio Africano, un muy respetado historiador, fija la fecha del nacimiento de Nuestro Señor el 25 de diciembre en su monumental Chronographiai, medio siglo antes de la invención del Sol Invictus [5].

Esto lleva a pensar más bien que la celebración del Sol Invictus se haya inventado por la creciente influencia del festejo del nacimiento de Cristo y por lo tanto esta fecha pagana carece de influencia directa en el día que celebramos la Navidad.

Más aún, antes de esas fechas Telésforo, segundo Obispo de Roma entre 125 y 136, había declarado a los feligreses que la Natividad de Nuestro Señor debería festejarse a fines de diciembre[6].

En la correspondencia de San Cirilo de Jerusalén (348-386) y el Papa San Julio I (337-352), aquel le pide al Sumo Pontífice que le asigne al Nacimiento de Jesús su verdadera fecha «tomándola de los documentos del censo traídos por Tito a Roma». En 350 el Papa Julio I fijó que el nacimiento de Cristo fuera celebrado el 25 de diciembre y cuatro años después; el Papa Liberio decreta ese día como el nacimiento de Jesús[7].

Algunas versiones sostienen que Jesús no podría haber nacido en diciembre porque los pastores y sus ovejas no pueden estar a la intemperie con las bajas temperaturas de fines de otoño y principios de invierno. Sin embargo, los pastores israelitas de nuestros días no tienen problema en cuidar sus rebaños en pleno invierno bajo el cristalino cielo de Medio Oriente.

De cualquier manera, ¿tiene alguna importancia que la fecha de nacimiento de Jesús, y que nosotros como cristianos celebramos, sea coincidente con una celebración pagana? Pareciera que no.

Considerando que muchas sociedades dan poca relevancia al día del nacimiento de una persona, no sería de extrañar que los Evangelistas ni siquiera hayan pensado en poner fechas exactas en el Nuevo Testamento. En realidad, hay muy pocas referencias a fechas puntuales en la Biblia. Porque finalmente, ¿qué es más importante: que nuestro país sea independiente o la fecha en que se logró esa condición?

 

*Julio Ferrari Freyre estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Sophia (Tokio, Japón), Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador y Economía en la Universidad de Deusto (Bilbao, España). Egresó del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (1984), siendo Cónsul en Bilbao (1989-94), integrante en la Embajada Argentina en la República Popular de China (1997-2003) y Cónsul General en Cantón (2011-2016). En Cancillería fue Director de Documentación de Viaje en la Dirección General de Asuntos Consulares y Representante Especial para Asuntos de Terrorismo. Se retiró del Servicio Exterior como Ministro Plenipotenciario de Primera Clase en 2018.

 

Bibliografía

Ferrari Freyre, Julio C. «Año Nuevo Chino». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG), 06/02/2024, https://saeeg.org/index.php/2024/02/06/ano-nuevo-chino/.

Prada, Juan Manuel de. «Feliz Solsticio de invierno». Asociación Almedrón, 28/12/2024, https://www.almendron.com/tribuna/feliz-solsticio-de-invierno/

Smith, Jeb: «Celebrating Christmas: A Response to Evangelicals». The Postil Magazine, 18/12/2024, https://www.thepostil.com/celebrating-christmas-a-response-to-evangelicals/.

Enciclopedia Católica:, https://es.catholic.com/encyclopedia.

Wikipedia, https://es.wikipedia.org/.

 

Referencias

[1] Ferrari Freyre, Año Nuevo Chino.

[2] Wikipedia: Navidad, https://es.wikipedia.org/wiki/Navidad.

[3] Wikipedia, Saturnales,  https://es.wikipedia.org/wiki/Saturnales.

[4] Wikipedia, Sol Invictus, https://es.wikipedia.org/wiki/Sol_Invictus.

[5] Wikipedia, Sexto Julio Africano, https://es.wikipedia.org/wiki/Sexto_Julio_African.o

[6] Smith, Celebrating Christmas.

[7] Enciclopedia Católica, Navidad, https://ec.aciprensa.com/wiki/Navidad.

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TODOS SOMOS VIAJEROS

Francisco Carranza Romero*

Imagen: iamangela9 en Pixabay

Nuestra vida, desde que nacemos, es un viaje. Todos hacemos nuestro propio camino. Sin embargo, somos también la continuación del viaje que nuestros antepasados iniciaron hace milenios y siglos. Hay dos tipos de viajeros y viajes:

Viajeros y viajes con metas definidas

Caminan silenciosos día a día superando las dificultades y dando significado a sus vidas. Estos viajeros, aun recorriendo largos caminos, se consideran aprendices porque reflexionan sobre su trayectoria y sus metas inmediatas y mediatas.

Quienes se preocupan por conocer el mundo externo viajan y reflexionan sobre lo que captan sus sentidos. Si, además, quieren conocer su mundo interno para conocerse a sí mismos, hacen el viaje de inmersión en la búsqueda de la verdad. Hay alegorías referentes al viaje hacia el interior de uno mismo, hacia nuestra mismidad, hacia nuestras raíces: Gilgamesh penetra en el mundo de los muertos buscando a su amigo Enkidu. El túnel de Platón. El viaje de Dante por el purgatorio e infierno. El viaje de san Patricio por el purgatorio.

En el mundo andino hay relatos del paso de la frontera invisible que separa esta dimensión con la otra dimensión que también es conocida como el mundo encantado. Como los relatos son invenciones humanas, los seres de la otra dimensión están antopomorfizados:

Ayra. Mujer que mora en la laguna y catarata. Es la Yaku Mama (Madre Agua).

Waraqllay. Duende que se manifiesta en las primeras horas matinales. También es conocido como Ichik Ullqu (El pequeño Varón).

Piñiñiku. Joven del submundo que ayuda y dialoga con los pastores solitarios.

Estos seres pasan la frontera para comunicarse con algunos seres humanos a quienes los invitan a visitar sus moradas luminosas, aunque estén en los interiores de este mundo. No son seres agresivos ni hacen maldades. Ellos ayudan a quien busca la explicación de su existencia.

Si el brillo del mundo exterior es bello. El brillo del mundo interior es también bello y grandioso. La apreciación de la belleza integral nos lleva a la verdad. Los buenos pensamientos y obras son valores que alumbran la vida. Por la apreciación y conocimiento de la belleza exterior e interior nos acercarnos a la verdad.

Si al ser humano lo comparamos con un árbol, podemos decir: Aunque los malvados y ladrones le arrebaten sus frutos, arranquen sus hojas, corten sus ramas y talen su tronco y hagan leña; el árbol seguirá vivo si la acción bárbara no llega hasta sus raíces. Por eso, cuando el viajero llega hasta sus raíces puede hacer brotar y revivir al árbol, aunque haya estado semioculto desde hace milenios o 500 años. Entonces sí el viajero podrá decir con alegría y orgullo sanos: Nunc nosco me impsum (Ahora me conozco a mí mismo). Así el principio «Nosce te ipsum» sigue sonando como el mejor consejo y reto para cada ser humano viajero en esta vida.

Viajeros y viajes sin metas definidas

Ambulan sin preocupación de las metas porque sus objetivos son el logro de algo de la forma más fácil e inmediata sin importarles el cómo. Son los que, aunque avancen poco, desean llamar la atención como sea y con lo que sea.

Los que hacen el viaje sólo por el mundo exterior lo conocen según la captación de sus sentidos. Pero, no contentos de sus experiencias sensoriales, captan imágenes y sonidos con las máquinas. Y en estos días digitales usan las redes sociales para enviar sus fotos jactándose de sus andanzas. Así, demuestran sus conocimientos superficiales del mundo y caen en la vanidad y en el exhibicionismo.

Los vanidosos y exhibicionistas sienten alegría sólo ante el brillo exterior sin importarles el origen y el efecto del brillo. Se desesperan por mostrar sus joyas brillantes y costosas que pueden ser resultados de compra, regalo, préstamo, alquiler, trueque y hasta de robo. Confunden el precio con valor; precio con aprecio. Ellos no sienten la emoción ante la lenta aparición de los primeros rayos solares; ni ante el paisaje crepuscular. Quizás no conozcan ni comprendan las expresiones «rubicundo Apolo», «rosicler de la aurora».

Intiqa llapan patsata atskin, quñutsin: El sol alumbra y abriga a todo el mundo. Un principio universal, aquí en quechua y en castellano. Es el pensamiento y actitud en donde el astro es considerado un padre común o un bien común. Sin embargo, si los pragmáticos comerciantes hubieran podido apoderarse de los rayos solares, ya lo habrían mercantilizado sin ninguna consideración ética.

Los vanidosos también confunden la cantidad y tamaño con la cualidad. Ellos ignoran que no toda casa grande y costosa es un ambiente donde sus residentes viven con gran amor y con gran apertura mental y afectiva. Sin embargo, una humilde choza puede ser de amplitud infinita y de elegancia sin límites, y donde sus moradores podrían estar viviendo con amor, aunque compartiendo la estrechez e incomodidad. Y si allí llegara, repentinamente, un viajero cansado y hambriento, le podrían ofrecer su pequeño espacio y su escasa comida. Asimismo, no toda urbe grande es el escenario de la práctica del amor y justicia.

Los exhibicionistas prefieren el ruido porque no saben apreciar el sonido melódico y mesurado; por eso, prefieren vehículos (motocicletas o automóviles) que producen el máximo ruido posible. Para escuchar la música ponen el equipo a volumen alto aun estando dentro del automóvil o dentro de la habitación porque su objetivo es llamar la atención. Esta conducta es la demostración de su vacuidad mental y espiritual.

Y, como la vida es viaje, tiene principio y fin. El canto fúnebre quechua, que se entona ante el cadáver o ante la tumba, expresa la fugacidad existencial. Aquí está una estrofa:

Kayllam naani, musyallaashun;

kawaq naani, ushakaq naani.

(Una sola vía, aceptemos: / vía de vida, vía que acaba).

 

* Investigador del Instituto de Estudios de Asia y América, Dankook University, Corea del Sur.

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