PERROS PROTECTORES DE GANADO, OVEJAS Y AVES

Agustín Saavedra Weise*

Vivimos esta ya iniciada tercera década del siglo XXI bajo el signo de un sano conservadurismo. Hay que conservar la naturaleza, debe conservarse el medio ambiente, tenemos que conservar especies salvajes en vías de extinción, etc. Y todos nosotros —en mayor o menor grado— participamos de esa política: queremos conservar y no destruir, acrecentar lo bueno y disminuir lo malo. En este contexto, uno de los principales problemas que se le presenta a la gente de campo criadora de animales es la protección de estos. Obligados muchas veces por ese legítimo afán de proteger sus diversos hatos, sectores rurales optan por lo más simple: matar o poner trampas. Sin embargo, hay otras soluciones mucho más humanas e imaginativas.

Al respecto, una iniciativa interesante que en la actualidad impulsa el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de la Argentina (INTA) en asociación con otras entidades internacionales de protección de la vida silvestre, es la de usar perros entrenados para cuidar ganado, especies originarias, ovejas y hasta diversos tipos de aves. Así se evita el acoso de animales silvestres y que los productores forzadamente los eliminen. Cuando los perros detectan una presencia extraña adoptan actitudes de defensa, con movimientos y ladridos amenazantes dirigidos al intruso de turno. Esto generalmente interrumpe el comportamiento de caza del animal de turno —o de potenciales cuatreros humanos— y evita el acercamiento al ganado. Los grandes felinos de la región sudamericana (puma y jaguar) por lo general se asustan ante la presencia de perros y aunque en un enfrentamiento podrían destrozarlos, su instinto de prudencia los hace fugar para evitar ser lesionados por querer conseguir su presa.

Los perros son pues una excelente manera de crear un incontestable mecanismo de disuasión, que además no es muy caro y procura el equilibrio de las especies, o sea, preserva el valor de la conservación del medio ambiente.

Por supuesto que no se trata de cualquier tipo de perro. Hay que procurar la mejor raza para cada tipo de protección. Un excelente perro múltiple como el ovejero alemán (y su primo el ovejero belga) es altamente recomendado para todo menos para proteger aves, sean gallinas, palomas, avestruces o pavos. Parece ser que el ruido de las alas excita su instinto primitivo de cazador y el resultado es contraproducente. Salvo esta excepción, hay varias razas caninas establecidas por siglos para proteger ganado vacuno u ovino y para espantar a quienes quieren aprovecharse de alguna vicuña o animal nativo que se quiere preservar, como también para cuidar gallineros y palomares. Es más: los perros pastores viven con los hatos y rebaños, pasando a formar parte de ellos.

En el oriente boliviano se usan perros tanto para cuidar como para cazar, pero falta el elemento cualitativo; el 90% de esos canes son “chapis” criollos. La línea de sangre y la raza que se use para cada caso es factor fundamental. Si bien cualquier noble pichicho debidamente entrenado puede hacer el trabajo, no es lo mismo que canes que ya llevan en su instinto el condicionamiento para proteger.

Nuestros productores pecuarios deberían tomar contacto con el INTA en Buenos Aires y coordinar algún tipo de asistencia que les permita mejorar la calidad de sus perros guardianes y de paso, evitar así la matanza forzada de animales silvestres. Con ello ayudarán a mantener el equilibrio natural del medio ambiente sin tener que eliminar al depredador, sobre todo ahora que el cazador supremo —el icónico e imponente jaguar— está en peligro de extinción.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

 

Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, https://eldeber.com.bo/opinion/perros-protectores-de-ganado-ovejas-y-aves_226793