EL TEMIBLE ÓMICRON YA ESTÁ ENTRE NOSOTROS

Agustín Saavedra Weise*

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay 

La aparición de una nueva variante del Coronavirus en el sur de África ha provocado alarma mundial debido a su insólita capacidad de generar múltiples mutaciones genéticas. Varios países ya han cerrado fronteras y otros se disponen a hacerlo. Justo cuando la gente —a nivel global— comenzaba a respirar con un poco más de calma por haberse vacunado gran parte de la población urbana y todo parecía encaminarse hacia una nueva etapa menos tensa, reaparece el demonio viral en una cepa nueva, más mortífera y contagiosa. Por su lado y desde el primer día del anuncio de esta nueva subespecie del Covid-19, los fabricantes de vacunas se apresuraron a ponerle las manos encima para probar si sus productos recientemente lanzados al mercado seguirán siendo útiles ante esta macabra y flamante andanada de un virus que tiene al mundo en ascuas desde marzo de 2020.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio la alarma formalmente la semana pasada y nos alertó sobre la variante B.1.1.529, ahora conocida como “ómicron”, que tiene una preocupante variedad de mutaciones. El drama es saber si las vacunas ya lanzadas al mercado servirán para la última variante o si tendrá que recomenzarse de cero. Todo esto significará el gasto de enormes cantidades de dinero, mayor incertidumbre internacional en las esferas de la salud pública e inclusive en los campos social, político y económico, incertidumbre que se vive desde hace casi dos años como consecuencia de un terrible virus que -está visto- nos brinda desagradables sorpresas cada tanto.

Cuando ya estábamos satisfechos con la vacuna (quienes hemos podido ser vacunados) y había cierto optimismo con respecto al futuro inmediato, ahora surgen nuevas sombras que seguirán dificultando el poder remontar a todos los perjudicados por la pandemia y así rehabilitar a la economía global.

De venir con fuerza la ola Omicron, surgirán nuevos enormes perjuicios a escala universal. Hay temor por que las mutaciones de la flamante variante podrían hacer que sea más transmisible que la variante Delta (dominante hasta ahora) y también es más probable que eluda la protección inmunológica conferida previamente por las vacunas.

Tendremos que esperar resignadamente que el Omicron pueda ser debidamente tratado y que su capacidad epidemiológica, es decir, su velocidad de traslado de un lugar a otro, no sea tan veloz y permita a los hombres de ciencia que trabajan en el tema descubrir una cura definitiva o bien reforzar exitosamente las vacunas existentes. La salud de la comunidad mundial queda en manos de estos científicos y de las empresas del ramo. Cabe esperar que, como humanidad, podamos salir airosos de tan preocupante situación.

 

* Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/el-temible-omicron-ya-esta-entre-nosotros_257551

TRAVIATA

Juan Martín Perkins

El pueblo se come todos los amagues.

En un video de los años 80/90 que circuló por las redes durante esta semana, el periodista Bernardo Neustadt entrevista al líder montonero Mario Firmenich y cuando hablan sobre el asesinato del ex presidente Aramburu después de su secuestro y etapa de cautiverio, Firmenich interrumpe al periodista y lo corrige: “No fue un asesinato, fue un ajusticiamiento”.

Tuvo su correspondiente juicio, se lo declaró culpable y fue ejecutado por decisión del pueblo que lo sentenció”.

La cámara toma un primer plano de la cara de Firmenich expresando su descargo y endosando al pueblo toda la responsabilidad. Lo hace con total frialdad y control de la situación, ante el periodista más avezado y atrevido de la época, que no repregunta.

Reflexionando después de ver a Firmenich y atento a todo lo que ha venido pasando desde antes del “operativo independencia”, ¿se podría seguir justificando las aberraciones responsabilizando alegremente al pueblo?

No me cae nada simpático Firmenich, es más, me indigna que se pasee impunemente siendo un asesino, pero gracias al relato, el curro de los DDHH y la indiferencia del pueblo, Firmenich se ha quedado con el monopolio de la razón y la justicia.

El pueblo hoy, sigue dictando sus “ajusticiamientos” cuando convalida con el voto al socialismo por el que Firmenich ponía bombas matando inocentes, cuando vota por candidatos que adscriben exclusivamente al relato de Firmenich, Verbitsky, madres, abuelas, maestros, intelectuales, medios de comunicación, etc…

El pueblo se come todos los amagues, especialmente la clase media acomodada que entregó sin chistar sus hijos al relato, sirviéndolos a un sistema educativo que los adoctrina y les mata el espíritu crítico.

Un querido amigo me cuenta que su hija tiene que obtener una nota alta en el colegio (privado) para calificar e ingresar en determinada universidad. La profesora que dicta la materia y toma la prueba es kirchnerista y el tema es “la dictadura”, por lo tanto, la llave para obtener un 9/10 es tener respuestas fieles y acordes al relato kirchnerista… ¿y qué querés? Lo que importa es pasar… y disimularte dentro de la post verdad.

Viene de años y años en los que nadie cuestiona nada. ¿Para qué? Nadie sabe ni pregunta sobre los bombardeos a Plaza de Mayo… ni los peronistas saben cuántas víctimas hubo ni por qué murieron…

No interesa porque ardieron las Iglesias, quién se robó el cadáver de Eva, quién cortó las manos de Perón, quien asesinó al padre Mujica, quien dejó a Ignacio Rucci como una Traviata… ¿A quién le puede importar si hay 2.000 viejos presos políticos sin condena pudriéndose en los calabozos con el alma seca?

Un amigo, de esos que no fallan, dice que nadie combatió en el monte tucumano, y que el ejército dispuso efectivos en la puerta de los cabarets de Tucumán para reducir a los terroristas que bajaban del cerro a buscar putas. Lo dice y no se le mueve un pelo porque cree que todos compartimos la idea de que el operativo independencia fue una joda para showmatch.

Nadie sabe quién fue el Capitán Cáceres y nunca oyeron hablar del “Aquí no se rinde nadie, carajo” del soldado Hermindo Luna.

No es falta de memoria. Es peor, mucho peor. Es nuestro gran y siniestro pecado capital que nos mantendrá en el fracaso y la frustración hasta que entendamos que tenemos que redimirnos de él. No tendremos destino como sociedad hasta que no haya verdad.

Mientras tanto, es justo reconocer que el Malevo Ferreyra hizo bien en volarse la cabeza sentado en la torre del tanque de agua de su finca en Tucumán. Su suerte estaba echada, el curro de la justicia y la orga de DDHH venía por la industria del juicio y las indemnizaciones.

En un punto se juntan el Malevo y Firmenich, tienen razón en que el pueblo ajusticia y condena de forma implacable.

Se come todos los amagues… eso no es gratis.

 

Publicado por Restaurar.org el 28/11/2021, http://restaurarg.blogspot.com/2021/11/traviata.html

POR LUIS DOMINGO MENDIOLA

Juan José Santander*

Luis Domingo Mendiola

Con Luis se fue un colega cabalmente ajustado a la mítica de la carrera en el más noble de sus sentidos; nos ha dejado por aulas y salones de recepción más elevados, dignos de su decoro y compostura.

Me resisto a abundar sobre las posiciones que debió ocupar como diplomático, en todas las cuales pudo ser tomado como ejemplo de solvencia, responsabilidad e ingenio. Dejo eso a los registros burocráticos, ajenos a los méritos.

Sí deseo subrayar sus cualidades como amigo y colega —ejercicios no siempre emparentados—, y su capacidad intelectual como pensador de la política y la realidad internacionales, con un arraigado sesgo en pos de los altos intereses de la Argentina que, aunque a veces no parezca y duele, sin duda están ahí y son merecedores de nuestros mejores esfuerzos. Capacidad que también mostraba, apareada a su generosidad, para apreciar las ideas de otros, coincidieran o no con las suyas.

Su desempeño a cargo del Comité de África del Norte y Medio Oriente en el CARI —Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales— brindó efectivo y duradero testimonio de lo que afirmo.

Había pensado comenzar este recuerdo diciendo que con Luis Mendiola se nos fue uno de esos raros colegas con quien podía hablarse de algo que no fuera golf, recepciones, puestos por un motivo u otro apetecibles, curvas femeninas, ascensos o promociones, sin desmedro al afecto personal por todos los colegas, administrativos y empleados locales con quienes me ha tocado compartir servicio, pero decidí que eso habría disonado con su bonhomía y discreción, recordando mi habitual respuesta a las damas que tildaban el elogio que les dirigía de ‘diplomático’: en realidad los diplomáticos estamos si acaso obligados por cortesía a no ser desagradables, pero no a ser agradables, así que lo que le digo es porque lo pienso.

Como pienso todos y cada uno de los retazos que con todo afecto dedico a tu memoria, colega y amigo que ya extrañamos.

Los diplomáticos Juan José Santander y Luis Domingo Mendiola.

 

* Diplomático retirado. Fue Encargado de Negocios de la Embajada de la República Argentina en Marruecos (1998 a 2006). Ex funcionario diplomático en diversos países árabes. Condecorado con el Wissam Alauita de la Orden del Comendador, por el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, M. Benaissa en noviembre de 2006). Miembro del CEID y de la SAEEG.