LA RELEVANCIA DE CONOCER LA POLÍTICA INTERNACIONAL Y DE EMPLEAR LA INTELIGENCIA DE ESTADO. EL CASO «$LIBRA».

Marcelo Javier de los Reyes*

«Somos la primera línea de defensa de la Nación».
Página oficial de la Central Intelligence Agency (CIA)
Introducción

Para entrar en contexto, debe considerarse la relevancia que tiene la política internacional para trazar los lineamientos de la política nacional, algo que los políticos argentinos no suelen tener en cuenta. A su criterio, parecería que todo pasa por la política doméstica y que no hay nada más allá de las fronteras de la Argentina.

Con respecto a la Inteligencia de Estado, suelen confundirla con «seguridad», sin comprender que no son lo mismo y que tanto la Inteligencia, como la Defensa y la Política Exterior constituyen tres pilares fundamentales de la Seguridad Nacional. Ya lo expresó oportuna y claramente Sherman Kent (1903-1986) cuando definió la «Inteligencia»: «Es el conocimiento que nuestros hombres, civiles y militares, que ocupan cargos elevados, deben poseer para salvaguardar el bienestar nacional»[1].

Sólo me limitaré a mencionar el caso denominado «$LIBRA» sin realizar una consideración del tema, el cual se encuentra en sendos procesos judiciales en la Argentina y en Estados Unidos. El caso vincula al presidente de la Argentina, Javier Milei, a su hermana Karina Milei, toda vez que el 14 de febrero de 2025 el propio mandatario realizó un posteo en la red social X favoreciendo una iniciativa privada impulsada por el joven Hayden Davis, una criptomoneda, lo que llevó a miles de inversores a comprarla lo que terminó siendo una «criptoestafa» y el presidente eliminando su posteo. Cabe destacar que Milei no figura como acusado, testigo ni co-conspirador en el proceso que se lleva a cabo en Estados Unidos pero su nombre aparece en el expediente.

La vinculación al caso de la hermana del presidente tuvo lugar en la investigación que se lleva a cabo en los Estados Unidos mediante una presentación firmada por los letrados Max Burwick y Margaret Hoppin, quienes en una ampliación de la demanda colectiva menciona a la secretaria general de la Presidencia y hermana del jefe de Estado, Karina Milei, por primera vez en el proceso que tramita ante la Justicia federal en Estados Unidos. La mención se debe a que los registros oficiales señalarían que Karina Milei autorizó el primer ingreso de Davis a la Casa Rosada, visita que luego se habría reiterado en otras ocasiones. Del mismo modo, el propio Davis habría dado testimonio acerca de cómo controlaba al presidente a través de ella[2].

Más recientemente apareció un ciudadano singapurense de nombre «Julian Peh», de quien no existen registros de ingreso al país. Este caso muestra un entramado de conexiones que llegan al presidente de la Nación y pone en evidencia la vulnerabilidad del propio mandatario como de la propia Argentina.

El objetivo de este artículo es examinar el caso $LIBRA a la luz de los principios de la inteligencia estratégica y de la política internacional, evaluando fallas en la gestión de riesgos, transparencia y ética gubernamental.

El posteo del 14/02/2025 de Milei promocionando $LIBRA que luego fue borrado.

Una agenda presidencial sin filtros

En principio, el 30 de enero de 2025 el presidente Javier Milei recibió en la Casa Rosada al joven estadounidense Hayden Mark Davis, quien se desempeña como CEO de Kelsier Ventures, una firma de consultoría e inversiones en criptomonedas y negocios digitales. El presidente informó acerca del encuentro a través de su cuenta en X, adjuntando una foto con Davis. Tras mencionar que fue asesorado por Davis «sobre el impacto y las aplicaciones de la tecnología blockchain e inteligencia artificial en el país», Milei agregó: «Seguimos trabajando para acelerar el desarrollo tecnológico argentino y hacer de Argentina una potencia tecnológica mundial».

Extracto del extenso posteo de la cuenta en X de la Oficina del Presidente de la República Argentina (OPRA) del día 15/02/2025 confirmando las reuniones y deslindando al presidente de toda responsabilidad.

Davis no era hasta ese momento una persona reconocida en ese sector tecnológico y la empresa familiar Kelsier Ventures, a la que se apunta como la responsable del caso, borró buena parte de sus registros en la web. Aún más, la cuenta en X de la empresa, @KelsierVentures, no registra ningún nuevo posteo desde el 15 de febrero, fecha en la que se subió un video de Davis refiriéndose al caso. En el perfil de la cuenta, creada en enero de 2022, dice en inglés: «Invertimos, asesoramos y llevamos al mercado lo último en Blockchain, Crypto e IA.» («We invest, consult, and bring to market the cutting edge of Blockchain, Crypto, and AI.»). Del mismo modo, tiene un vínculo a un sitio web, kelsier.io, el cual actualmente no existe. Con respecto al dominio «.io» la empresa GoDaddy Operating Company informa: «La extensión de dominio .io se usa principalmente como una abreviatura para entrada/salida (input/output), por lo que es muy popular para las empresas nuevas del sector tecnológico. El dominio de nivel superior .io también representa el código de país para el Territorio Británico del Océano Índico».

En la investigación aparecen otros nombres, Manuel Terrones Godoy, Mauricio Novelli y Julian Peh, este último de la firma KIP Protocol.

El caso de Julian Peh es sumamente llamativo ya que apareció en el evento Tech Forum Argentina 2024, «el foro sobre tecnologías disruptivas más importante del país» según expresa el sitio oficial de la Argentina[3]. El sitio informa: «El evento contó con la disertación del presidente de la Nación, Javier Milei, quien tras considerarse un “tecno optimista” sostuvo que “la tecnología es la mayor muestra de las capacidades que tiene el ser humano, tanto a nivel individual como colectivo”, y que “cada innovación tecnológica es un paso que ha dado el hombre en solucionar un problema, permitiéndose tener tiempo ocioso para resolver el siguiente”». Quien desee leer el discurso completo del presidente en oportunidad de ese evento puede encontrarlo en la página oficial de la Casa Rosada[4].

En la foto del Tech Forum Argentina 2024 se encuentra el presidente de la Nación y el tercero a su izquierda es «Julian Peh». Delante, agachado, Charles Hoskinson, uno de los referentes más influyentes del mundo cripto.

Antes de avanzar con «Julian Peh», cabe mencionar que Charles Hoskinson, fundador de la plataforma Cardano, quien oportunamente se unió al equipo de Trump en una alianza que prometía cambios profundos para la industria crypto e inauguró el Tech Forum de Buenos Aires, no bien saltó el escándalo $LIBRA denunció que el entorno de Javier Milei le pidió coimas[5]. Hoskinson se negó a pagar por reunirse con Milei por lo que no tuvo ningún contacto con el presidente y todo quedó reducido a la foto del Tech Forum. Sin embargo, las denuncias de coimas para reunirse con el presidente también tuvieron eco en The New York Times y otros medios del exterior[6].

Con respecto a «Julian Peh», imputado por el fiscal Eduardo Taiano y la jueza Servini de Cubría, en su momento contó con el respaldo de la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, quien rápida de reflejos salió inmediatamente en defensa del presidente, atacó a la oposición y con respecto a la empresa de «Julian Peh» expresó: «No es una empresa que salió de la nada, estaba en una feria», con referencia al evento Tech Forum Argentina[7].

«Julian Peh» fue recibido el 19 de octubre de 2024 por Javier Milei en el Hotel Libertador ―donde se desarrolló el Tech Forum―, propiedad del Grupo IRSA (Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima) ―empresa argentina líder en el sector inmobiliario―, cuyo presidente es el empresario Eduardo Elsztain, hotel en el que Milei estuvo hospedado en campaña desde el 22 de octubre de 2023 hasta el 8 de enero de 2024, casi un mes después de haber asumido la presidencia. Como puede apreciarse, la reunión no tuvo lugar ni en la Casa Rosada ni en la Quinta Presidencial de Olivos.

Según se estima, el ciudadano de Singapur ha visitado en más oportunidades la Argentina e, incluso, habría estado en oportunidad del lanzamiento de la criptomoneda pero no hay certeza de si se reunió nuevamente con el presidente. Sin embargo, cuando el fiscal Taiano solicitó a la Dirección Nacional de Migraciones información acerca del ingreso y salida de la Argentina de «Julian Peh», no existía ninguna información sobre sus movimientos migratorios, ni siquiera con el número de documento que habría proporcionado para su encuentro con el presidente. Tras lo informado por Migraciones, el fiscal Taiano ordenó que se solicitara la colaboración a la «Embajada de Singapur» en Argentina, además de solicitar la información al Departamento de Interpol de la Policía Federal Argentina para recabar información de Peh a través de su par de Singapur. Según informaron los medios, la «Embajada de Singapur» en Argentina respondió que no contaba con información sobre el ciudadano «Julian Peh». En este punto, cabe destacar que Singapur sólo cuenta con un Consulado Honorario en Buenos Aires y que el embajador designado para la Argentina es «no residente» pues reside en Singapur, tal como lo expresa el sitio oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores del país asiático.

Página oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Singapur en la que destaca que el Embajador Dr. LEONG Horn Kee es «no residente» y que su sede está en Singapur. Fuente: https://www.mfa.gov.sg/Overseas-Missions/Find-A-Singapore-Overseas-Mission?letter=a

Por su parte, el sitio web de la Embajada Argentina en Singapur informa que el embajador de Singapur ante la República Argentina, Dr. LEONG, Horn Kee, presentó sus cartas credenciales el día 2 de septiembre de 2020 «de manera virtual» ante el entonces vicecanciller, Embajador Pablo Anselmo Tettamanti «en una ceremonia celebrada de manera conjunta en la Sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto en Buenos Aires, y en la sede de la Embajada Argentina en Singapur. El Embajador Federico Barttfeld, en representación del Sr. Vicecanciller, recibió en Singapur copia de las referidas cartas credenciales»[8].

Finalmente, en los primeros días de agosto de 2025, la Dirección Nacional de Migraciones confirmó que el verdadero nombre de «Julian Peh» es Peh Chyi Haur, que ingresó a la Argentina el 16 octubre de 2024 y abandonó el país cuatro días más tarde, el 20[9]. Esta información también pudo haberse recabado desde la Dirección General de Asuntos Consulares de la Cancillería Argentina, la cual debe tener acceso a la base de datos de migraciones, como en otra época lo tenían ciertas áreas de la Secretaría de Inteligencia hasta que luego le fue inhabilitado ese acceso.

La utilización de una identidad falsa debería perjudicar la situación judicial del ciudadano de Singapur pero, asimismo, al entorno presidencial que favoreció la llegada de Peh Chyi Haur al presidente Milei. Para más inri, según la investigación llevada a cabo por The new York Times, Davis declaró a los asistentes del Tech Forum que «tenía control sobre Milei y podía negociar acuerdos’» y que en un mensaje de audio dirigido a otro empresario afirmó que podía conseguir «todo, desde los tuits de Milei» hasta «todo el papeleo de Milei, básicamente, aparecer en eventos, etc. Tengo control sobre muchos de esos mecanismos»[10]. Del mismo modo, según lo manifestado por los empresarios en la investigación del The New York Times, Davis agregó que «hay un costo», el cual podría ser de millones de dólares, a la vez que ofrecería una reunión con Milei y una asociación con el gobierno argentino a cambio de unos US$ 90 millones en criptomonedas en 27 meses[11].

Algunas observaciones finales

Lo descrito ut supra pone en evidencia que la dirigencia política argentina no sólo carece de conocimientos acerca de la política internacional y de la necesidad de una Inteligencia de Estado sino que, asimismo, carece de criterio.

Con respecto al caso $LIBRA debe considerarse no sólo la irresponsabilidad del presidente de prestarse a la difusión de una «iniciativa tecnológica» que despierta más dudas que certezas, sino sobre todo la gran irresponsabilidad del entorno del presidente, de la Casa Militar ―a cargo de la seguridad del presidente, dependiente de Secretaría General de la Presidencia, a cargo Karina Milei― y de los funcionarios que conducen ―supuestamente― la Seguridad Nacional y la Inteligencia Nacional.

El presidente no es la primera vez que incurre en la difusión de una iniciativa de este tipo y que queda expuesto. Como diputado nacional hizo lo propio en febrero de 2022 cuando elogió en sus redes el activo digital de la empresa de videojuegos Vulcano, un emprendimiento de quien hoy aparece nuevamente vinculado al caso $LIBRA, Mauricio Novelli. Por otro lado, todo lo relacionado a las criptomonedas y activos digitales están en la esfera de la especulación financiera en manos de unos pocos y lo que debe hacer un presidente de la Nación es difundir todo aquello que favorezca la producción nacional, ya sea del sector agropecuario como del sector industrial y del sector tecnológico y científico. Esos son los sectores fundamentales para el desarrollo nacional.

Las experiencias ajenas parecen que no son tenidas en cuenta por las «personas de confianza» del presidente, quienes le presentan sujetos de dudosa moralidad que incluso esconden sus verdaderas identidades. Queda en evidencia que esas «personas de confianza» no resguardan la seguridad ni la imagen del presidente. Con respecto a esas experiencias ajenas, vale recordar la desafortunada presencia del presidente Fernando De La Rúa en el programa Videomatch de Tinelli, en el año 2000, cuando entre varios desaciertos y torpezas fue increpado por un joven del público que lo cruzó frente a las cámaras para pedirle por los presos en huelga de hambre. En esa oportunidad, el presidente De la Rúa fue tan mal asesorado por su entorno como hoy lo es el presidente Milei. A eso debe agregarse la responsabilidad de los funcionarios del gobierno que están a cargo de la seguridad y de la imagen del presidente y de la Nación.

En el caso de los funcionarios, una vez más, la ministra Bullrich demuestra no estar a la altura de encabezar el Ministerio de Seguridad Nacional. Los desaciertos son numerosos pero en este caso se destaca la defensa que hizo inmediatamente que estallara el escándalo $LIBRA de la empresa de «‘Julian’ Peh», sin siquiera informarse acerca de la identidad del «empresario».

El desconocimiento cultural y de todo lo referido a las cuestiones internacionales ya es visible ―y hasta risible― cuando comienzan a buscar los antecedentes de «‘Julian’ Peh», sus ingresos y egresos del país con ese nombre. «‘Julian’ Peh» es un nombre occidentalizado usado por un ciudadano asiático del que ni las autoridades de Singapur podían suministrar información. Es común que los ciudadanos chinos y de otros países asiáticos procedan a adoptar nombres usados occidentales como Benito, Jimmy, Carlos, Jason, etc., para facilitar la pronunciación de sus nombres a los occidentales.

Asimismo, es gravísimo que alguien que se reunió con el presidente ―en este caso Davis― manifieste que podía manipular al presidente mediante pagos. Claro que alguien podrá decir que no se puede controlar lo que diga Davis pero si debe cuidar quien se acerca al presidente.

Es evidente que el presidente no es protegido ni por las Fuerzas de Seguridad ni por el Ministerio de Seguridad Nacional ni por la Inteligencia. Es inconcebible que el entorno presidencial ―más propenso a emprender negocios oscuros que a cuidar a quien consideran su «amigo» o «líder»― esté por encima de la seguridad del presidente. Nadie hace un perfil (un informe de antecedentes) de estos supuestos empresarios que concurren a entrevistarse con el presidente ni tampoco una investigación acerca de sus supuestas empresas. Si la Inteligencia Nacional funcionara, si la ministra de Seguridad se dedicara a los riesgos y a las amenazas a la Seguridad Nacional en lugar de vender siempre humo o hacer un video sobre cómo evitar los robos de celulares ―un ministro de Seguridad Nacional debe ocuparse cuestiones más importantes en un país cuyas fronteras son un colador y en el que el narcotráfico se expande considerablemente― todo esto se habría podido prevenir. De hecho, si hubiera personal capacitado en esas áreas no habrían estado buscando a «Julián», a quien de hecho no investigaron.

Cabe agregar que ambos sujetos, Davis y Peh, llegaron nada menos que al presidente con la intención de cometer una estafa pero de la misma manera podrían haber llegado a él para cometer un atentado. Sin duda, si infelizmente eso hubiera ocurrido, hoy nos encontraríamos ante una situación en la que se estaría buscando a los responsables en la seguridad o en la inteligencia, sumado esto a la complicada situación institucional en que hoy se hallaría nuestro país. No obstante, a estas alturas ya nada de esto importa, pero sí el grado de inseguridad en que nos encontramos con inoperantes al frente de la Inteligencia Nacional y del Ministerio de Seguridad Nacional. Obviamente, nadie renuncia y todo sigue como que nada ha pasado. Este caso también revela la falta de coordinación entre los diferentes organismos del Estado Nacional.

La Inteligencia debe servir al Interés Nacional, no a intereses particulares, y cuidar al presidente de la Nación ―de quien depende―, es una de sus tareas y debe imponerse por sobre los allegados a quien ejerce la primera magistratura de la República. De ese modo también estará cuidando las instituciones.

Queda en evidencia que la destrucción de la Inteligencia y de la Seguridad, el echar o jubilar al personal de carrera de áreas tan importantes es algo que resulta sumamente peligroso para nuestra Argentina. No hay análisis, no hay controles, no hay evaluación de amenazas y quedan expuestas las fallas en la gestión de riesgos, pero también en la transparencia y en la ética gubernamental.

Sirva esta situación para reconsiderar la profesionalidad del personal de las áreas de incumbencia a la Seguridad Nacional porque queda demostrado que menospreciar al «sistema inmunológico» de la Nación ― Inteligencia, Seguridad, Defensa y Cancillería― tiene un costo alto y que formar a profesionales lleva muchos años y, mientras tanto, la Argentina se encuentra en un grave estado de vulnerabilidad.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro «Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones», Buenos Aires: Editorial Almaluz, 1ª edición 2019, 2da edición 2024.

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Sherman Kent. Inteligencia Estratégica. Buenos Aires: Pleamar, 1967, p. 9.

[2] Hugo Alconada Mon. «». La Nación, 30/07/2025, <https://www.lanacion.com.ar/politica/caso-libra-amplian-la-class-action-en-eeuu-y-mencionan-por-primera-vez-a-karina-milei-nid30072025/>, [consulta: 05/08/2025].

[3] «Tech Forum Argentina 2024», <https://www.argentina.gob.ar/noticias/tech-forum-argentina-2024>, [consulta: 06/08/2025].

[4] «Palabras del Presidente de la Nación, Javier Milei, en el Tech Forum Argentina 2024, Hotel Libertador». Sitio oficial de la Casa Rosada, 19/10/2024, <https://www.casarosada.gob.ar/informacion/discursos/50731-palabras-del-presidente-de-la-nacion-javier-milei-en-el-tech-forum-argentina-2024-hotel-libertador>, [consulta: 06/08/2025].

[5] «Criptogate. Un líder mundial de las cripto denunció que el entorno de Javier Milei le pidió coimas». El Ancasti, 16/02/2025, <https://www.elancasti.com.ar/politica-y-economia/un-lider-mundial-las-cripto-denuncio-que-el-entorno-javier-milei-le-pidio-coimas-n576848 >, [consulta: 05/08/2025].

[6] «Milei, $Melania and Memecoins». The New York Times, 28/02/2025. <https://www.nytimes.com/2025/02/28/world/americas/argentina-crypto-scandal-president.html?smid=url-share>, [consulta: 01/03/2025].

[7] «Escándalo cripto: Patricia Bullrich salió en defensa de Javier Milei y apuntó contra la oposición». Letra P, 15/02/2025, <https://www.letrap.com.ar/politica/escandalo-cripto-patricia-bullrich-salio-defensa-javier-milei-y-apunto-contra-la-oposicion-n5414120>, [consulta: 21/07/2025].

[8] «Presentación de cartas credenciales del Embajador No Residente de Singapur ante la República Argentina, Dr Leong Horn Kee». Sitio oficial de la Embajada de la República Argentina ante Singapur, 03/09/2020, <https://esing.cancilleria.gob.ar/es/presentación-de-cartas-credenciales-del-embajador-no-residente-de-singapur-ante-la-república>, [consulta: 06/08/2025].

[9] «Caso $LIBRA: Migraciones confirmó la verdadera identidad de Julian Peh, el CEO cripto que se reunió con Javier Milei». MDZ, 08/08/2025, <https://www.mdzol.com/politica/caso-libra-migraciones-confirmo-la-verdadera-identidad-julian-peh-el-ceo-cripto-que-se-reunio-javier-milei-n1310589>, [consulta: 08/08/2025].

[10] Federico Rivas Molina. «‘The New York Times’ revela una trama que exigía pagos para reunirse con Milei». El País (España), 28/02/2025, <https://elpais.com/argentina/2025-03-01/the-new-york-times-revela-una-trama-que-exigia-pagos-para-reunirse-con-milei.html>, [01/08/2025].

[11] Ídem.

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PUTIN «RECONQUISTA» ALASKA

Roberto Mansilla Blanco*

No hay que ser un experto para analizar que, observando lo que sucedió en la cumbre de Alaska entre Vladimir Putin y Donald Trump este 15 de agosto, el verdadero ganador de este encuentro es el Kremlin.

Más allá de las expectativas sobre lo que se había hablado de Ucrania, incluso sin declaración oficial en lo relativo a la posibilidad de alcanzar un acuerdo para su resolución, queda claro que Putin rompió en esta cumbre con más de tres años de aislamiento internacional por parte de Occidente. Hasta el propio mandatario ucraniano Volodymir Zelenski acepta ahora una cumbre trilateral con Putin y Trump.

La puesta en escena estaba servida para el triunfo diplomático, geopolítico y propagandístico de Putin. Como procede en el caso del anfitrión, Trump lo recibió con «alfombra roja» e incluso aplausos al único actor con cartas de poder clave para definir el equilibrio en el conflicto ucraniano; un tema que por cierto pasó prácticamente desapercibido, degradado en su atención cuando menos oficialmente, lo cual evidencia las expectativas a priori de Trump y Putin por propiciar un clima de distensión.

En otro alarde de simbolismo propagandístico en clave de poder, el ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov llegó a Alaska portando una sudadera con las siglas «CCCP», en referencia a la URSS. La presentación ante los medios tras casi tres horas de cumbre entre Trump y Putin reforzó aún más esta sintonía entre dos líderes que solo entienden el lenguaje del poder: «espero poder verlo pronto», le dijo Trump a Putin. «La próxima vez en Moscú», replicó un Putin que sale de Alaska con póquer ganador en su mano.

Ese lenguaje de poder que Trump y Putin tanto saben manejar evidencia porqué Ucrania no tiene la capacidad de decidir su destino ni siquiera con el apoyo de la UE y de la OTAN. Obviamente, Trump buscará manejar equilibrios geopolíticos entre Rusia, Ucrania, la UE y la OTAN para intentar asegurar lo que espera sea un triunfo diplomático de su gestión, quien sabe si pensando en que le den el Premio Nobel de la Paz.

Por su parte, Putin consigue de facto que EEUU, hasta ahora el principal apoyo de Zelenski, reconozca los dominios territoriales rusos obtenidos en el frente ucraniano. Está por verse si la apertura exterior de Trump vía cumbre de Alaska verificará también la posibilidad de la reducción de las sanciones estadounidenses contra Rusia en aras de beneficiar una economía rusa que, fuera del colapso como vaticinaban en Occidente con el comienzo de la guerra en 2022, sigue en pie aunque obviamente sin no menores problemas. No es por tanto casualidad que el Kremlin, previo a la cumbre de Alaska, adelantara que las conversaciones tratarían principalmente las oportunidades económicas que se abren para Rusia y EEUU dentro del nuevo contexto.

La cumbre Trump-Putin también tendrá incidencia en otras latitudes geopolíticas, especialmente China. Es por todos conocido que el estridente mandatario estadounidense busca crear un quiebre en la relación estratégica entre Moscú y Beijing, un eje euroasiático con capacidad suficiente para contrarrestar la hegemonía estadounidense y «atlantista». El objetivo de Trump es intentar romper esa alianza sino-rusa atrayendo a Putin a su redil para distanciarlo del gigante chino. Ya lo intentó en 2017 cuando llegó a la presidencia. Pero en 2025 con una guerra prácticamente directa entre Rusia y OTAN en Ucrania, el contexto es visiblemente distinto. Putin, hábil negociador, muy seguramente intentará manejar los equilibrios con su irrestricto aliado chino, principal apoyo ruso durante estos años de guerra en Ucrania, evitando que el actual clima de distensión con EEUU implique un alejamiento innecesario en la relación sino-rusa.

Para el Kremlin, el espacio euroasiático es su «extranjero contiguo», su «patio trasero» que mantiene bajo influencia con su aliado chino para intentar repeler la presencia occidental. Mientras Trump y Putin se daban a mano en Alaska se celebraba en Kirguistán un estratégico Consejo Intergubernamental Euroasiático en la que Rusia tiene un papel protagónico.

Por cierto, el pasado 8 de agosto en la Casa Blanca, Armenia y Azerbaiyán sellaron su compromiso de firmar un tratado de paz, un éxito diplomático de Trump que Putin, el líder chino Xi Jinping e incluso Irán, el otro actor de este eje euroasiático, observan con lupa intentando interpretar si EEUU quiere volver a ocupar un rol protagónico en Eurasia, complicando así los intereses del eje euroasiático.

En 1867, el zar Alejandro II vendió Alaska a EEUU. Entonces el Imperio ruso argumentó dificultades económicas y expectativas de que ese inmenso territorio rico en petróleo y minerales no terminara cayendo en manos del Imperio británico, para entonces el principal enemigo ruso. En 2025, Putin, el nuevo «zar», se convierte en el primer líder ruso en pisar ese territorio para precisamente asegurar los imperativos geopolíticos de la nueva Rusia que quiere volver a pisar con fuerza en el escenario internacional.

 

* Analista de Geopolítica y Relaciones Internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) y colaborador en think tanks y medios digitales en España, EEUU e América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

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EL REPARTO DE UCRANIA Y EL NUEVO «RAPTO DE EUROPA»

Roberto Mansilla Blanco*

Un sinfín de expectativas comienzan a aparecer en torno a la cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin a celebrarse en Alaska este 15 de agosto. Si miramos el contexto internacional, el clima no invita precisamente al optimismo. Mientras Perú y Colombia viven un conato de tensión fronteriza en torno a la soberanía sobre la isla de Santa Rosa en el Amazonas, Israel acelera los preparativos de anexión de Gaza y de expulsión de los palestinos ante el oprobio de la mayor parte de la comunidad internacional que, irónicamente, tampoco toma cartas en el asunto.

La posibilidad de que la cumbre Trump-Putin implique eventualmente un cese al fuego en Ucrania (aunque sin presencia ucraniana en este encuentro) abre el compás para una posible resolución, al menos a priori, del conflicto ruso-ucraniano iniciado en 2022 y que, con el paso del tiempo, se ha convertido prácticamente en una confrontación entre Rusia, la OTAN y la Unión Europea (UE).

Debemos recordar que es la primera vez que ocurre un encuentro entre un mandatario ruso y otro estadounidense desde 2021. Entonces la cumbre fue en Ginebra, que acogió a Putin y al antecesor de Trump, Joseph Biden.

Cuatro años después el contexto ha cambiado drásticamente. Las guerras en Ucrania y Gaza han trastocado el equilibrio de la seguridad mundial toda vez que la alianza euroasiática entre Rusia y China y el regreso de Trump han contrariado severamente la unidad «atlantista» de la OTAN como factor predominante de la hegemonía occidental. Incluso Europa se encamina a afrontar su futuro de seguridad vía rearme sin depender del paraguas militar estadounidense. Biden se ha convertido en un suspiro al lado de la estridencia del retorno de un Trump más convencido de saltar por los aires el (des) orden internacional de la «posguerra fría».

Por otro lado, debe destacarse el papel protagónico del enviado estadounidense Steve Witkoff como artífice diplomático de esta cumbre Trump-Putin. Sus constantes viajes a Moscú para tantear el escenario con el mandatario ruso han permitido avances significativos como las reuniones en Estambul entre emisarios rusos y ucranianos a la hora de negociar intercambios de prisioneros y ceses esporádicos de las hostilidades.

¿Una cumbre antecesora de otra posible guerra europea?

Previo a esta cumbre de Alaska, el pasado 8 de agosto se formalizó en Washington, en presencia de Trump, un acuerdo de paz aún preliminar entre Armenia y Azerbaiyán en el que se comprometen a renunciar a sus reivindicaciones territoriales (Nagorno Karabaj). Este conflicto caucásico implica igualmente a Rusia, expectante ante este nuevo escenario de paz entre Bakú y Ereván que, visto en perspectiva, contribuye a priori en recrear un clima de distensión previa a la cumbre de Alaska.

No obstante, este borrador de acuerdo armenio-azerí determina igualmente una vía de presencia y de influencia de Washington en el Cáucaso, el tradicional «patio trasero» ruso, en un contexto de tensiones entre EEUU e Israel con Irán en Oriente Medio; un escenario que crea obvias preocupaciones en Teherán. Este acuerdo podría fortalecer la posición regional de Azerbaiyán, incluso mirando con perspectivas geopolíticas el conflicto en Ucrania. Bakú ya anunció el envío de ayuda humanitaria a Ucrania, probablemente negociada con anterioridad con Trump.

Pero vayamos al quid de la cuestión. Independientemente de cuál sea el resultado efectivo de esta cumbre, en Alaska de alguna u otra forma se decide el futuro de Ucrania. Y se decide precisamente sin la parte ucraniana presente. Trump y Putin entienden un lenguaje claro: el del poder. Saben que tienen las claves («las cartas ganadoras», Trump dixit) para dar un vuelco a un conflicto que, pese a los avances rusos y a la derrota de facto ucraniana, determina una situación de estancamiento en el frente bélico.

La cumbre Trump-Putin no escapa del paralelismo histórico, un recurso a veces obsesivo y frecuentemente erróneo que busca explicar (y en ocasiones legitimar) un status quo determinado, así como ciertas acciones del presente que no pasarán desapercibidas en esta cumbre.

Algunos han intentado «animar» el carácter histórico de esta cumbre buscando referencias en pactos como el de no agresión establecido entre Hitler y Stalin en 1939 previo a la II Guerra Mundial y en el que la Alemania nazi y la URSS se repartieron Polonia y Europa Oriental en zonas de influencia.

Obviamente, el contexto de 2025 es diametralmente opuesto al de 1939 pero la dinámica geopolítica no descansa. Algunos líderes advierten sobre una posible nueva guerra en Europa en los próximos años, con Rusia como enemigo pretendido.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, declaró en junio que Rusia podría estar lista para atacar a la alianza en un plazo de cinco años. En mayo de 2025, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IIES) estimó un plazo más corto: Rusia podría representar una «amenaza militar significativa para los aliados de la OTAN» para 2027. Algunos economistas calculan que una guerra entre Rusia y la OTAN podría costar a la economía mundial US$ 1,5 billones.

La realpolitik del conflicto ucraniano en 2025 obliga a observar desde una perspectiva netamente realista las posibilidades existentes en cuanto a una resolución condicionada pero muy probablemente no definitiva. Por mucho que se esfuercen la OTAN y la UE, es altamente improbable una contraofensiva militar ucraniana para recuperar los territorios conquistados por Rusia. El propio alcalde de Kiev, Vitali Klichkó (un probable pretendiente a suceder a Zelenski en la presidencia) ya advirtió en abril pasado sobre la posibilidad de ceder territorios a cambio de la paz porque la «guerra está perdida». Dejando atrás su retórica de no retroceder ante el enemigo ruso, Kiev incluso ha ofrecido una especie de cese al fuego aéreo con Rusia, evidenciando así la superioridad de la aviación rusa en sus ataques en el frente.

Previo a la cumbre con Trump, Putin no pierde el tiempo para ganar posiciones territoriales con una ofensiva a gran escala para asegurar el control de Prókovsk y asegurar así el anillo de acero y el cinturón de seguridad en torno al Donbás y el corredor que lleva a Crimea, bajo control ruso desde 2014. Con esta realidad deberá negociar en Alaska un Trump que no esconde los artilugios efectistas y mediáticos al declarar previamente que tendrá claro «si habrá acuerdo o no en los primeros cinco minutos de reunión con Putin» y que, si las cosas salen bien, irá a una segunda cumbre ya con Zelenski.

El Kremlin, como la Casa Blanca, no juega a los dados y mucho menos cuando se le presenta una oportunidad propicia para asegurar sus intereses como lo es esta cumbre con Trump. Sabe bien que las cartas de poder, esas mismas que le espetó Trump a Zelenski en febrero pasado durante la rocambolesca comparecencia en la Casa Blanca, las tiene Rusia a su favor y no negociará nada por debajo de sus intereses estratégicos, definidos en torno a la necesidad de asegurar a Ucrania como bastión de seguridad y esfera de influencia lejos del alcance de la OTAN.

Por su parte, Trump busca degradar el «dossier Ucrania» heredado de Biden intentando desligarse de la ayuda a Kiev (y, por lo tanto, de la dependencia militar europea de EEUU que permite asegurar la ayuda a Zelenski) para concentrarse en el reto estratégico que le impone China, aliado de Rusia. Trump tiene también en la mesa la crisis de Oriente Medio, toda vez que Israel pretende la anexión completa de Gaza y la expulsión de los palestinos a Sudán del Sur mientras Francia y Gran Bretaña presionan a Netanyahu con reconocer al Estado palestino en caso de no alcanzarse un alto al fuego en Gaza.

Con todo, Trump no viaja a Alaska para congraciar a Putin. Fiel a su estilo chantajista, antes de esta cumbre advirtió de «severas consecuencias» para Rusia en caso de no aceptar la paz. Como medida de presión ajustó sanciones arancelarias a India por comprar petróleo ruso. Pero Trump sabe que cualquier arreglo en Ucrania pasa por la posibilidad de negociar con Putin un reparto de esferas de influencia y una salida del poder para un Zelenski cada vez más tratado como un paria y con escaso margen de maniobra.

Tras haber asegurado en la reciente cumbre de la OTAN de La Haya el aumento del gasto militar al 5% del PIB y de prácticamente humillar a Europa posteriormente con un acuerdo comercial impositivo y edulcorado ante los efectos de la guerra arancelaria, Trump está dispuesto a asestar a la UE el golpe geopolítico definitivo negociando con Putin el futuro de Ucrania … sin Ucrania ni Europa presentes.

La toma de contacto previa a la cumbre de Alaska por parte de Zelenski con Trump y posteriormente del cuestionado presidente ucraniano con los líderes europeos constituyó un «canto de cisne» de escaso eco para los oídos de Trump, consciente de la falta de realismo en cuanto a las demandas europeas de no negociar con Putin una paz en Ucrania «a cualquier precio».

Más allá de que la cumbre sea un éxito para la paz en Ucrania, un paréntesis o incluso un nuevo fracaso, la toma de contacto entre Trump y Putin augura cambios de mayor calado en la política mundial.

El tácito reparto de esferas de influencia entre EEUU y Rusia en Ucrania puede incluso alcanzar a Venezuela, donde la Casa Blanca ha vuelto a colocar precio a la cabeza del presidente Nicolás Maduro (aliado de Putin) por US$ 50 millones para su captura por delitos de narcotráfico. El Kremlin maneja con paciencia los tiempos y recursos y si bien no parece persuadido a dejar caer al aliado venezolano, la realpolitik puede finalmente dictar sentencia.

El tratado de paz armenio-azerí, un éxito para la diplomacia de Trump, también supone levemente una ventaja para Putin al asegurarse la estabilidad en el flanco sur caucásico, donde Occidente ha intentado perfilar un «nuevo Maidán» en Georgia toda vez Moscú que ha logrado fortalecer sus intereses vía gobierno prorruso en Tbilisi, paralizando las negociaciones georgianas de admisión a la UE iniciadas en diciembre de 2023.

Pero como se indicó con anterioridad, la perspectiva de una histórica paz entre Armenia y Azerbaiyán implica una especie de retorno de Washington a la hora de manejar sus intereses en el espacio contiguo ruso en el Cáucaso e incluso Asia Central, hasta ahora degradado en la atención geopolítica estadounidense. Un contexto que a mediano plazo (e incluso dependiendo de lo que se acuerde sobre Ucrania) puede significar cambios en los equilibrios de poder no necesariamente favorables para los intereses rusos.

De allí que para el Kremlin, la posibilidad de concretar con Trump en Alaska un acuerdo favorable sobre Ucrania signifique una victoria propagandística incluso dirigido hacia la propia sociedad rusa que, más allá de la retórica oficial y sus intentos por mediatizar la realidad, sufre y observa en silencio lo qué está sucediendo en el frente ucraniano.

El fin de la inocencia

Hace exactamente un año (agosto de 2024) los medios occidentales reproducían con algarabía la ofensiva militar ucraniana sobre la región rusa de Kursk. En ese momento, con una ofensiva en territorio ruso, las expectativas occidentales especulaban con que llevar la guerra de Ucrania a la propia Rusia serviría para la posible capitulación de Putin.

Un año después de esta surrealista ofensiva que significó más bien la «huida hacia adelante» de Zelenski alentado ingenuamente por la UE y la OTAN en vísperas del regreso de Trump a la Casa Blanca, el escenario es distinto. Putin y Trump negocian en Alaska el futuro de un país, Ucrania, en el que ni sus propios dirigentes ni sus aliados exteriores tienen actualmente capacidad efectiva para decidir su futuro, cada vez más laminado por los intereses geopolíticos de Rusia y de EEUU. Incluso las protestas han regresado a Kiev por parte de una población cansada de la guerra y de la corrupción rampante por parte de sus propias autoridades.

Pero esas protestas también vuelven a Tel Aviv impulsadas por sectores de la sociedad israelí descontentos con los resultados militares en Gaza y con un genocidio deliberado por parte de Netanyahu y sus aliados que ha provocado la consecuente pérdida de credibilidad y de caída de la imagen internacional de Israel. Incluso dentro del Alto Mando militar israelí comienzan a surgir grietas sobre la efectividad de la invasión total a Gaza, cuestionando incluso la draconiana narrativa oficial de Netanyahu y de la ultraderecha supremacista sobre el «legítimo derecho a la defensa» que lo mantiene en el poder pero que no tiene reparos en impulsar impunemente y en vivo y directo una limpieza étnica en Gaza.

En lo que respecta a Ucrania, probablemente no veamos en Alaska un acuerdo histórico más allá de una toma de contacto donde Moscú y Washington marcarán sus respectivas «líneas rojas», aunque ahora definidas en torno a una mayor capacidad de sintonía. Pase lo que pase, Trump y Putin habrán negociado puntos de conexión que permitirán trazar las directrices del nuevo equilibro geopolítico mundial que se está redefiniendo para las próximas décadas.

 

* Analista de Geopolítica y Relaciones Internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) y colaborador en think tanks y medios digitales en España, EEUU e América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

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