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DESPILFARRO Y POBREZA

Iris Speroni*

Foto: José Luis Santana.

Las autoridades nacionales, de puño y letra, reconocen que la inflación daña a la población.

Como todos los años, miramos el proyecto de presupuesto nacional que el Poder Ejecutivo envía al Congreso.

Al leerlo, tengo presente una nota mía del año 2019, EQUILIBRIO INESTABLE, en la cual trato de argumentar (no sé si exitosa o infructuosamente) que la situación de permanente inestabilidad económica, social y emocional es generada, promovida y sostenida por los miembros de la élite que gobiernan a la Argentina con dos fines: a) inmovilizarnos (porque estamos abrumados o desesperanzados o tristes o simplemente ocupados en mantener la nariz por encima del nivel del agua mientras hacemos equilibrio sobre la punta de los pies), b) hacerse aún más ricos y reproducir el sistema que les permite hacerlo.

Va a ser un análisis más cualitativo que cuantitativo, a diferencia de otras veces.

¿Por qué la diferencia?

Por varias razones. La primera es porque ni quienes lo elaboraron ni quienes lo van a tratar en el Congreso creen en el mismo. Para ellos es una formalidad que ninguna de las partes piensa cumplir o hacer cumplir. El segundo porque tiene enormes contradicciones en el mismo cuerpo principal del texto. En una parte dicen que van a seguir con las alícuotas reducidas de cargas sociales para las provincias del Norte del país (pág. 14; [1]) y más adelante sostienen que van a eliminar la reducción con fines recaudatorios (págs. 71 y 74; [2]). Es un presupuesto intrínsecamente contradictorio. Es ser y no ser en un solo documento. No es una cosa que uno vea todos los días.

El Mensaje al Congreso se inicia con un repaso de las variables económicas, las cuales son…tristes. Podría decir desesperanzadoras, o preocupantes o cualquier otro adjetivo. Pero que en un país tan rico, luego de haber disfrutado por más de veinte años, de los mejores términos de intercambio en el comercio internacional desde la Segunda Guerra Mundial, tener al pueblo empobrecido, indigente y con más de un tercio con trabajo fuera de la protección de la ley, sólo puede producir tristeza. O impotencia. O mucha bronca.

Para cualquiera que no sea un psicópata redomado, claro.

Razonablemente los burócratas que han escrito el Mensaje comparan los indicadores con los anteriores (cuarentena) que son levemente peores. No se los puede culpar. Intentan proteger discursivamente al gobierno. Pero ya sean los indicadores del 2020, 2021 ó 2022, son, en todos los casos, desoladores.

Página 23, Mensaje al Congreso Presupuesto 2024: «La tasa de pobreza cerró el año 2022 en 37,9% de la población, por debajo de 2021 (39,0%) y de 2020 (41,5%),…».

Efectivamente, la pobreza bajó. Pero son índices horribles.

Página 23, ídem: «…la tasa de indigencia cerró 2022 con una tasa del 8,5% de las personas, reduciéndose también respecto al año 2021 (9,5%) y al año 2020 (10,5%)».

En la misma página, reconocen que el año 2022 terminó peor para millones de compatriotas: «los registros de pobreza fueron mejores durante el primer semestre del año, con una tasa de 36,5% de la población (-4,1 p.p. interanual) ya que, en el segundo semestre de 2022, con la aceleración de la inflación y el consecuente deterioro de los ingresos reales, la tasa de pobreza se incrementó hasta el 39,2% de la población».

Terminamos 2022 con 39,2% de pobres. Con una población de 46.234.830 (según el INDEC), hablamos de 18.124.053 de compatriotas que viven en la pobreza.

Me detengo un poco en este punto. En el Mensaje, las autoridades reconocen que la inflación daña a la población. Que la inflación, en sólo seis meses, extendió la pobreza de 36,5% a 39,2% de la población. Por lo cual, traduzco, en el primer semestre del 2022 había 16.875.713 compatriotas que vivían en la pobreza. En el segundo semestre del 2022, a consecuencia de “la aceleración de la inflación y el consecuente deterioro de los ingresos reales” (pág. 23, “Mensaje…”) llevó a 18.124.053 compatriotas a vivir en esa situación. Dicho de otra manera ―perdón de ser tan densa pero quiero demostrar algo― 1.248.340 compatriotas adicionales se vieron perjudicados por las políticas monetarias del BCRA.

Este perjuicio efectuado por el gobierno contra el Pueblo de la Nación presenta el agravante de que gran parte de este casi 1,25 millones de nuevos pobres son en su gran mayoría niños o ciudadanos muy ancianos; personas vulnerables a las acciones dañinas del Estado.

El mecanismo lo describí con lujos de detalles en SEIS LATITAS DE ATÚN.

Según la reforma constitucional de 1994 es el Congreso el responsable y quien debe instruir al BCRA sobre qué política monetaria y cambiaria adoptar. Cito:

«CAPITULO CUARTO. Atribuciones del Congreso. Artículo 75.- Corresponde al Congreso: … 

    1. Establecer y reglamentar un banco federal con facultad de emitir moneda, así como otros bancos nacionales.

    1. Hacer sellar moneda, fijar su valor y el de las extranjeras;

    1. Proveer lo conducente…, a la defensa del valor de la moneda, …».

Entonces, fue una acción concreta del Estado, decidida por sus gobernantes, la que llevó a la pobreza en solo seis meses a más de un millón de personas.

Esto sucede por acción del poder ejecutivo, tanto el Ministro de Economía, como las autoridades del BCRA, como por la omisión de Diputados y Senadores, responsables constitucionales de cuidar que esto no suceda. Son los custodios constitucionales de la “Defensa del valor de la moneda” tarea en la que fallaron miserablemente.

Y acá es donde quiero ir. Una acción concreta de funcionarios del gobierno genera un perjuicio concreto y mensurado a más de un millón de argentinos.

Los miembros de la Corte Superman opinan sobre casi todo ―aunque no debieran― y el presidente de la CSJN habló sobre la moneda hace pocas semanas, pero del art. 75. incs. 19, hacen mutis por el foro.

¿Qué correspondería hacer? Por lo pronto, cualquiera de los 1.248.340 de argentinos que se vio perjudicado y lo pueda demostrar, por ejemplo que tuvo ingresos fijos en un contexto inflacionario y que eso lo llevó de no cubrir la cota de “pobreza” definida por el INDEC, esto es, pasó de no-pobre a pobre, puede demandar a:

    • ministro de Economía, por generarle un perjuicio concreto,
    • directores del BCRA, por lo mismo,
    • diputados y senadores por no cumplir con su responsabilidad constitucional de defender “el valor de la moneda”.

Y, por lo tanto, podría pedir un resarcimiento civil (dinerario), más allá de las penas por abuso de autoridad o incumplimiento de deberes que la justicia determine. Claramente puede pedir que le compensen por el daño causado. Y puede ir contra su patrimonio personal.

Se puede ir contra ellos porque son las autoridades las que dicen que la causa de la caída de más de un millón de personas en la pobreza es la inflación y son las autoridades las responsables de la inflación. Por lo tanto son las autoridades las responsables de condenar más de un millón de personas a la pobreza en un solo semestre. Dichas personas pueden reclamarles daños y perjuicios.

Desde 1983 hemos soportado un eterno refrito judicial, donde el Estado Argentino resarció económicamente a miles de personas porque el Estado les perjudicó. Por someterlos a secuestros, tormentos o por asesinar a sus familiares; a lo que se le suma la ignominia de ocultar sus cuerpos. Fue un tema vivo 7×24 desde 1983 a la fecha, película de Darín incluida. Pero a lo que voy es que el Estado gastó miles de horas-hombre de magistrados para determinar quiénes fueron perjudicados, cómo fueron perjudicados y de qué manera había que compensar a las víctimas. Es lo que @Lohengrin82 llama EL MITO FUNDACIONAL. La insistencia discursiva tuvo por objeto justificar su permanencia en la administración pública y, por sobre todo, servir de excusa para desarmar a las FFAA, tarea para la cual fueron contratados. Pero todo eso es otra historia. Volvamos a la parte dineraria del asunto.

Es hora de que apliquemos la misma energía y rigor en determinar qué daño ejerció el BCRA contra todos nosotros en general y contra los más vulnerables en particular. Que la Justicia determine quiénes fueron perjudicados, en cuánto lo fueron, quiénes perpetraron los crímenes contra el Pueblo Argentino, en cuánto hay que resarcir a las víctimas y si la indemnización la va a pagar el Estado Argentino o los funcionarios responsables del daño. Ya que estamos podríamos determinar quiénes se beneficiaron, si no es mucho pedir.

La película de Darín la podemos pasar por alto.

Veremos si después de los juicios siguen tan felices bailando en la cubierta del Titanic.

Existen numerosos temas relevantes en el Presupuesto 2024, por lo que analizaré algunos de ellos en futuras entregas.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

Fuente

Mensaje al Congreso, Proyecto de Presupuesto 2024.

https://www.economia.gob.ar/onp/documentos/presutexto/proy2024/mensaje/mensaje2024.pdf 

Notas

[1] Página 14 de “Mensaje al Congreso”, Proyecto de Presupuesto 2024:

“El Régimen de Promoción de Generación de Empleo en el Norte Grande, orientado a compensar las inequidades territoriales respecto al agregado nacional que presentan las provincias de Catamarca, Chaco, Corrientes, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Salta, Santiago del Estero y Tucumán, a través del refuerzo de la estructura productiva de la región, ofrece una reducción de las contribuciones patronales vigentes para empleadores/as del sector privado que contraten nuevas trabajadoras/es, por tiempo indeterminado, con mayores reducciones en el caso de que sean mujeres o población trans”.

[2] Página 71, op. cit.:

“CONTRIBUCIONES A LA SEGURIDAD SOCIAL,…6. Norte Grande. Decreto 191/2021…”.

Página 74, op. cit.:

“CONTRIBUCIONES A LA SEGURIDAD SOCIAL, Regímenes de reducción de contribuciones…”.

Lecturas relacionadas

El mito fundacional (Por @Lohengrin82)

https://restaurarg.blogspot.com/2018/08/el-mito-fundacional.html

Equilibrio inestable

https://restaurarg.blogspot.com/2019/12/2020.html

Decime cuánto me querés

https://restaurarg.blogspot.com/2023/01/decime-cuanto-me-queres.html

Seis latitas de atún

https://restaurarg.blogspot.com/2022/04/seis-latitas-de-atun.html

 

Artículo publicado el 18/11/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/11/despilfarro-pobreza-y-tristeza.html.

IMPUESTAZO

Iris Speroni*

Por más psicópata que sea un gobernante, siempre se les escapan sus intenciones.

 

Hace unos días, el gobierno envió al Congreso el Presupuesto 2024 para su consideración.

Firman el presupuesto el Ministro de Economía Sergio Massa y el Jefe de Gabinete Agustín Rossi.

Si bien el Presupuesto es una especie de ley muerta, que ningún poder ejecutivo respeta desde hace décadas ―recordemos a Marcos Peña burlándose del mismo al día siguiente de su aprobación― es interesante siempre por lo que dice y por lo no que no dice.

Porque, por más psicópata que sea un gobernante, siempre se les escapan sus intenciones, algunas de las cuales se cuidan de verbalizar.

Dentro del presupuesto 2024 hay mucha tela para cortar. Por ejemplo, manifiestan la intención de prolongar el gasoducto desde Vaca Muerta (bien). Esto debería significar más oferta de gas en la Argentina, el cual se necesita, y mucho, para los hogares, para incrementar la cantidad y potencia de usinas termoeléctricas a gas ―energía limpia― y deberíamos producir más fertilizantes, para nosotros y para exportar. A medida de que uno continúa la lectura, se encuentra que no, que el gas es para Brasil.

Los gastos fueron presupuestados como si fuéramos Suiza y acá anduviera todo sobre ruedas. Da lugar para una nota per se.

El presupuesto 2024 presentado da un déficit del 1,6% del PBI. La élite gobernante vive en Narnia.

Presupuesto de Ingresos Tributarios

Hace un par de años se incorporó un concepto rebuscado: el de “gastos impositivos”.

Burócratas de escritorio se tomaron el trabajo de calcular cuánto dinero la AFIP deja de recaudar (según ellos) por las exenciones impositivas y los diferenciales de alícuotas. En realidad, es una ficción burocrática, porque la sanción de cualquier impuesto incluye la definición de la base imponible y las alícuotas a aplicar. Que un burócrata diga que es un “gasto”, que se cobre 8% y no 9%, es un abuso de parte de los tecnócratas. El tema de fondo, creo, es que ellos consideran que todo es de ellos y que si cobraron 8% y no 9%, entonces sacaron 1% de su bolsillo para entregárselo al contribuyente y por lo tanto es un “costo” o “gasto”. Es un razonamiento propio de un psicópata, que es lo que son.

Trataré de explicar de qué se trata el “gasto impositivo”. No es fácil.

Ejemplo IVA: hay, según la ley, diferentes alícuotas de IVA, las cuales se aplican según cada caso.

La mayoría de los bienes cargan una alícuota de 21%. Sin embargo, para el consumidor final de electricidad, la alícuota es 27%. Por el contrario, la leche y la carne, cargan un 10,5%. Todas las empresas, ya sea SA o SRL o familiar o un profesional, cargan IVA a sus ventas (por lo general 21%), pero el Estado, las asociaciones civiles como los clubes o las fundaciones, no cargan IVA (alícuota 0%).

Los burócratas se dedicaron a calcular cuánto menos recaudan, por ejemplo con la leche, por cargar 10,5% en lugar de 21%. Me los imaginé como el avaro de Dickens, lamentando lo que no entra en el saco, mientras está sentado en una pila de dinero.

Dan muchos ejemplos, doy otro más. Las Obras Sociales Sindicales (que son entidades sin fines de lucro) no pagan IVA sobre las facturas de médicos, estudios de laboratorio y todas las prestaciones que contratan en general. Los tecnócratas consideran que el estado “se pierde” de recaudar el IVA sobre las facturaciones de privados a las OOSSSS.

Es la codicia por la codicia en sí.

A páginas 60-66 del mensaje al Congreso, enumeran lo que ellos creen que son “gastos tributarios” que no es otra cosa que lo que podrían recaudar si aumentaran las alícuotas, o extendieran la base tributaria o eliminaran reintegros.

A página 168 vuelven sobre el tema y proponen al Congreso un aumento generalizado de impuestos.

En forma ladina, lo que sostienen es que hay que eliminar exenciones y subir alícuotas especiales.

Las excusas son dos. La primera es que dado que el presupuesto presentado conlleva un déficit de 1,6% del PBI, la única solución propuesta es subir los impuestos (o recortar exenciones); la segunda es que las exenciones impositivas favorecen a los privilegiados. El objetivo, por lo tanto, es (pág. 168) reducir exenciones que “…favorecen particularmente, a grandes firmas y corporaciones…”.

Ahora bien, a continuación (págs. 169/172), lista la totalidad de lo que consideran “gastos tributarios”, impuesto por impuesto y separan lo que corresponde por exenciones de lo que es por alícuota reducida.

Por ejemplo, a página 172, enuncian que la exención de la actividad minera le privará de recaudar 55.560,1 millones de pesos durante 2024.

Luego a páginas 173 proponen al Congreso cuáles alícuotas modificar y cuáles exenciones eliminar.

Y ahí la gran sorpresa: ¡no tocan a ninguna “gran firma” ni ninguna “corporación”.

En efecto, las propuestas, por el contrario son:

  • Llevar el IVA de 10,5% a 21% de alimentos como leche y carne.
  • Cargar el impuesto a las ganancias a los clubes, otras asociaciones civiles, a las cooperativas, fundaciones y mutuales.
  • Eliminar la reducción de alícuotas de los aportes patronales sobre los salarios para las provincias del Norte y de la Patagonia.
  • Eliminar las exenciones del “Régimen para el fortalecimiento de la micro, pequeña y mediana empresa” (PyMes).
  • Ampliar la base imponible de ganancias para la ganadería (cobrar sobre la tenencia de terneritos, a pesar de no tener valor económico).
  • Ampliar la base imponible de bienes personales para incluir las propiedades rurales (como si los productores no pagaran suficientes impuestos).
  • Ampliar la base imponible de bienes personales para incluir depósitos en entidades bancarias.
  • Eliminar las exenciones de ganancias de magistrados y la totalidad de poder judicial.

Como verán, van a aumentar los impuestos a los más pobres, los consumidores (al comprar leche con IVA 10,5% que subirá a 21%), a las pymes, a las cooperativas, a las cuotas sociales de los clubes, al productor agropecuario (*) y al ahorrista.

De “grandes firmas y corporaciones”, nada.

Así que ya sabemos, la élite que nos gobierna tiene toda la intención de continuar abusando de nosotros. Y lo dice.

 

Nota

“Bienes personales” sólo es abonado por personas físicas. Ninguna empresa paga bienes personales. Por lo tanto en el caso de las propiedades rurales, pagarían las familias que explotan campos, pero no las Sociedades Anónimas que realizan la misma actividad.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Fuente

https://www.economia.gob.ar/onp/documentos/presutexto/proy2024/mensaje/mensaje2024.pdf

 

Artículo publicado el 15/11/2023 en Restaurar, https://restaurarg.blogspot.com/2023/11/impuestazo.html

COMPRO Y VENDO

Iris Speroni*

Quienes gobiernan, más las patronales que los apoyan, desean continuar con el statu quo, que hambrea al pueblo y engrosa los ya gordos bolsillos de quienes mandan en la Argentina.

Los funcionarios del gobierno de Alberto Fernández (2019-2023) se han caracterizado por responsabilizar a eventos externos de nuestras desgracias económicas internas. Las imputaciones más usuales son la Guerra de Ucrania, la sequía, el COVID y supongo que ahora agregarán la guerra en Israel-Palestina.

Lo cierto es que esos mismos eventos impactaron en todo el mundo; ninguno de ellos con los resultados desastrosos locales.

Es más, los países del Mercosur, los han sufrido a pleno, incluida la sequía. Aun así, sus gobernantes han contado con más habilidades para superar los contextos internacionales y climático. Al punto tal que tanto Brasil, Uruguay como Paraguay controlaron la inflación, aumentaron sus reservas y acrecentaron sus respectivos PBIs, lo que se correlaciona con un sostenido aumento de los sueldos promedio de la población.

Otra de las excusas más frecuentes de los funcionarios es que nuestros males nacen de la “falta de dólares”. La repitió el miércoles 8 de noviembre el Jefe de Gabinete, Agustín Rossi, en la oportunidad del debate de candidatos a vicepresidentes.

Ahora bien, ¿Hay escasez de dólares?

Veamos algunos números.

Balanza Comercial 2019-2022

En los últimos veintitrés años, el superávit comercial argentino consolidado es de U$D 190.405 millones. Su contrapartida debería ser la acumulación de reservas por igual monto. Pero no.

Superávit comercial consolidado 2020-2022 (Alberto Fernández) en millones de dólares:

2020:                    12.528

2021:                    14.750

2022:                      6.923

Consolidado:       34.201

Por lo tanto, el presidente Alberto Fernández debería haber acumulado a fines de 2022 reservas por 34.201 millones de dólares.

No sucedió por:

    • pago de intereses de deuda pública
    • pago de intereses y capital de deuda privada
    • pago de servicios (seguros, fletes internacionales, consultoría, etc.)
    • uso de dólares por parte del gobierno para “controlar” la cotización del dólar paralelo.

No hubo amortizaciones netas de capital de la deuda (por el contrario, se acrecentó).

En cuanto a la deuda privada, es muy difícil discernir entre deuda genuina por parte de personas físicas y jurídicas y cuánto es fraude ―es decir, inventar deudas inexistentes o autodeudas (en inglés back-to-back)― ya que el deudor compra dólares a precio oficial. Existe un enorme incentivo para a) endeudarse, b) simular endeudarse, ya que en ambos casos se generan las condiciones para comprar dólares a mitad de precio.

Recuerdo a los lectores que no existe mejor negocio en la Argentina que comprar dólares a precio oficial, que comprar dólares a mitad de precio. Es un negocio más suculento que traficar armas, drogas o personas. En 2022 se embolsaron U$D 44.223 millones de dólares.

En cuanto a los servicios, hay genuinos (fletes) y otros de imposible control. ¿Por qué habría de contratarse una consultoría o publicidad o cualquier otro servicio en el exterior? Una razón puede ser que no se brinde en el país (tecnológicas), otra que sea mandatoria respecto a líneas de crédito, y la otra directamente inventar empresas en el exterior que vendan servicios y permitan al contratante justificar la compra de dólares a mitad de precio para ser girada al exterior.

Fíjense que ahora la mayoría de las publicidades de automóviles en TV son importadas, cuando históricamente se hacían acá. Que la publicidad de Coca-Cola durante el mundial era importada. Eso sucede porque la pagan a dólar oficial. Argentina se cansó de ganar premios en publicidad. Así defiende el gobierno el trabajo argentino “de calidad y con valor agregado”.

El flete marítimo de todas las cosechas argentinas, así como las exportaciones de carnes, aceros, aluminio, otros productos industriales y las exportaciones de petróleo crudo se efectúa con flotas extranjeras. Lo mismo sucede con las importaciones. Eso significa un gasto en divisas entre 5.000 y 6.000 millones de dólares por año.

Un barco de ultramar es relativamente barato. Menos de 100 millones de dólares y mucho menos si es usado. Sin embargo, ni el estado ni los privados han querido arriesgarse a incursionar en lo que hoy es una actividad abandonada. A pesar de que tenemos escuela profesional de Marina Mercante. Una pena.

Es mucho mejor comprar dólares a 350 pesos y pagarle el flete a un tercero.

En cuanto al flete aéreo, AA cubre una fracción mínima del total.

Volvamos a la balanza comercial.

El superávit consolidado de los primeros tres años de Alberto Fernández superó los 34 mil millones de pesos. ¿Qué sucedió en enero-septiembre del 2023?

Sufrimos un déficit comercial de 6.960 millones de dólares.

¿Por qué? Según el gobierno, por dos razones: bajaron las exportaciones por la sequía y subieron las importaciones de combustibles, por el aumento internacional de los precios.

¿Es verdad? Sí, a lo primero. Más o menos a lo segundo. Las importaciones de combustible del período fueron de U$D 6.731 millones, 12% del total.

Existen otros productos extra “Región Pampeana” que podrían haber propulsado las exportaciones, tanto los productos industriales, como los cultivos de secano o patagónicos.

El retraso cambiario (el BCRA paga a 350 lo que vale 900) deprime las inversiones en esas áreas y vuelve no competitivas las exportaciones de otros productos, por ejemplo, los vinos finos. Las bodegas que durante años trataron de desarrollar una marca internacional de “Vinos Argentinos”, en particular malbec, se encontraron que no pueden cubrir los costos, y que cuanto menos exportan menos pierden.

Lo mismo sucede con productos industriales, que no ven el incentivo en desarrollar mercados externos para luego quedar presos del arbitrio de los funcionarios, tanto del BCRA como de la Aduana.

El gobierno ha entendido con claridad que el problema era y es el tipo de cambio, por eso inventó los cambios múltiples (“Dólar soja”), que ha dado lugar a su correlato de abusos dentro de la cadena de comercialización.

En estos meses en que el dólar oficial ha estado por el piso, se ha incrementado la demanda de importaciones, tanto necesarias como ficticias. El gobierno eligió reprimir la demanda de importaciones por cantidad (“usted sí, usted no, usted sí pero por este monto”).

¿Cuál es la solución sensata? Dejar que el tipo de cambio vaya al valor que tenga que ir (dado el precio deprimido, subirá) y esto será algún valor intermedio entre el oficial y el libre.

Entonces serán los agentes económicos los que decidan si importar o no a ese precio o dedicarse a exportar o no a ese precio. También se evitarían problemas intergubernamentales, como cuando el gobierno de Córdoba acudió a la justicia para comprar dólares a mitad de precio (oficial).

Es una verdadera pena que el gobierno cordobés no actuara en defensa de los exportadores cordobeses con la misma diligencia que lo hiciera para el Tesoro de la provincia.

Por último, y con esto dejo el tema por hoy, Paraguay, Bolivia, Uruguay y Brasil no cobran derechos de exportación (mal llamados “retenciones”). En realidad, casi ningún país del mundo lo hace.

Paraguay, Bolivia (*), Uruguay y Brasil no controlan el tipo de cambio. En realidad, casi ningún país del mundo lo hace.

No es un tema ideológico. No pusieron esos controles ni Lula ni Bolsonaro, ni Mujica ni Lacalle, ni el gobierno conservador de Paraguay, ni el socialista de Bolivia.

A cambio de esas políticas de sentido común, nuestros cuatro países amigos disfrutan prosperidad creciente, aumento de reservas, caída de deuda, bajas tasas de interés y no tienen inflación.

Mientras tanto, todas las patronales que apoyan al gobierno, desean continuar con el statu quo, que hambrea al pueblo y engrosa los ya gordos bolsillos de quienes mandan en la Argentina.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Nota

(*)  Bolivia está con un problema puntual ahora. No controló el tipo de cambio en todo el gobierno de Evo Morales.

 

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