UCRANIA, PRIMERAS CONCLUSIONES TRAS DOS MESES DE GUERRA

F. Javier Blasco*

Cuando un conflicto bélico, creado y manipulado por Putin en este caso y que no le está dando los resultados esperados ni deseados, lleva ya dos meses en activo e in crescendo y en él se han empleado muchos medios y todo tipo de unidades, se puede decir que, tanto por cuestión del tiempo como por la forma, deben sobresalir un buen número de conclusiones que pongan de manifiesto gran parte de los aciertos y de los errores que se han cometido en el mismo.

En primer lugar, cabe destacar que por la parte rusa no se ha tenido en consideración ninguno de los siguientes tres ‘principios fundamentales’ que nosotros consideramos fundamentales para lograr el éxito en las operaciones.

No existía una determinada ‘voluntad de vencer’ en un ejército cuyos dos tercios, como mínimo, son de tropa de recluta, mal preparada y dotada de un material de dudosa capacidad y modernidad a la que se le sometió a más de un mes de constantes trasiegos y movimientos de distracción alrededor de las fronteras ucranias, aparentando estar de maniobras. Principio que, por el contrario, ha sido vital en las filas ucranias.

La más que necesaria ‘acción de conjunto’ de todos los medios terrestres, navales y aéreos implicados en la operación, debido a diversas circunstancias, errores y falta de previsión, munición o de entrenamiento, fundamentalmente del sector aéreo, tampoco se llevó a efecto cómo debía.

Por último, el principio de la ‘sorpresa’ nunca fue tenido en consideración, dieron tiempo a los ucranios a recibir todo tipo de información sobre el despliegue enemigo y los tres esfuerzos por donde iban a romper el frente. En definitiva, los ucranios, gracias a la inteligencia norteamericana conocían su orden de batalla y, debido a los dilatados amagos, les dio tiempo a recibir apoyos, instrucción o refuerzos, principalmente por parte de EEUU.

El ‘punto decisivo’ (aquel que se marca y define en toda operación y cuya toma, caída, mantenimiento o posesión determina el éxito o el fracaso de cualquier operación de envergadura), Kiev fue bien definido, pero no se emplearon los medios necesarios para su toma rápida, efectiva o total, tal y como estaba prevista en la maniobra inicial.

La ‘Doctrina’ rusa (documento base que marca la correcta manera de conducir el combate) es una mera evolución de la soviética de los años 30 del siglo XX. Doctrina que se basaba en el empleo en profundidad de unidades completas en masa que eran sobrepasadas cuando las de primera línea quedaban anuladas o muy desgastadas, no se puede aplicar en estos momentos, porque la entidad del ejército ruso es muy inferior a la del de la URSS.

Otro tanto sucede con la forma de ejecutar el ‘planeamiento y la conducción de la maniobra’ que, en este caso, ha sido totalmente ‘centralizada’ a pesar de haber requerido una descentralización en la ejecución, ya que esta era llevaba a cabo por tres frentes y ejes diferentes.

La pobreza de la capacidad logística del ejército ruso para alimentar la batalla en profundidad y por varios ejes diferentes, pone de manifiesto que esta lacra, arrastrada tradicionalmente por los rusos en otros enfrentamientos, no ha sido corregida ni mejorada a pesar de los fracasos pretéritos en el mismo tema, así como no ha mejorado mucho el empleo, recuperación y mantenimiento de los materiales en un terreno hostil en condiciones adversas.

Es de resaltar, que este conflicto ha puesto de manifiesto grandes cambios en los conceptos sobre el ‘valor táctico y en las formas de empleo de los carros de combate y de los buques armados’. Ambos elementos, considerados durante muchos años como auténticas y eficaces máquinas de guerra, cuasi inexpugnables, que proporcionaban un gran valor especifico a la capacidad de combate de las naciones y sus ejércitos, han demostrado una gran vulnerabilidad ante los medios modernos a base de misiles de largo alcance y elevada precisión o a los mortíferos efectos de simples drones, incluso de fabricación casera, guiados en proximidad, capaces de descargar sobre ellos bombas o artefactos explosivos de gran efectividad.

Dichas “nuevas vulnerabilidades” exigirán cambios en la forma de empleo de los mismos, en su cobertura o protección y en las mínimas distancias del enemigo a las que deben o pueden ser empleados. De lo contrario, tales costosas maquinas dotadas con todo tipo de capacidad de destrucción, quedaran al albur y a la constante amenaza y alcance de unas armas sencillas, baratas y de gran efectividad.

El empleo de unidades de mercenarios y francotiradores a sueldo o por simpatía con la causa en ambos bandos, no es una buena solución, porque si bien puede proporcionar éxitos iniciales y selectivos en algunos momentos, suelen ser soldados de circunstancias que operan por una elevada soldada, que son más bien asesinos a sueldo o depravados saqueadores y violadores a los que no les importa expandir el odio y el terror entre la población civil y los mismos combatientes tradicionales y además, a la larga, su erradicación o extermino, supondrá un grave problema para los que finalmente gobiernen los territorios en liza.

En este conflicto, convertido en una ‘guerra total’, el liderazgo y la exaltación el sentimiento patriótico vienen jugando un papel muy importante en uno y otro sentido. Sin menospreciar en nada el rol desempeñado por la ‘propaganda y la desinformación’. Uno y otro bando, han conseguido que sus públicos objetivo, hayan recibido clara y nítidamente los mensajes que se les ha querido transmitir.

La guerra cibernética y también la electrónica (que parece haber recuperado gran parte de su protagonismo en el campo de batalla), unido a la poca calidad y eficacia de los medios de comunicación propios, principalmente los rusos, no solo han logrado atacar redes de mando y control esenciales de comunicación, también, han obligado al uso de medios comerciales propios en altos mandos, lo que ha facilitado su localización y aniquilamiento por francotiradores cercanos.

El empeño y obcecación de Putin en destruir y allanar los núcleos urbanos que se le resisten, incluso en las zonas prorrusas del Donbass, ha logrado un triple efecto negativo; aumentar el odio hacia él y los rusos por parte de los que han perdido sus hogares y ciudades; facilitar su defensa favoreciendo los efectos de las líneas y puestos de defensa, la colocación de minas y trampas y que el precio de la factura para la reconstrucción de los mismos se eleve a cifras insospechadas; elementos que le llegarán a perjudicarle de forma directa o indirecta.  

Zelenski ha sabido mantener hábilmente la presión sobre los principales parlamentos en Occidente mediante programadas y bastante arriesgadas videoconferencias para que, al menos, no decayese el ánimo o la intención en su apoyo en material de guerra. Apoyo que, realmente, se inició de forma timorata y casi testimonial, para ir subiendo y completándose con materiales que realmente le interesan; aunque no cabe la menor duda de que muchos de dichos apoyos han sido a base de material de surplus o no en muy buenas condiciones.

La enorme cantidad de bajas civiles y militares ponen de manifiesto que esta guerra no ha sido ninguna broma; que los excesos, abusos y crímenes de guerra han existido —y no en pocos casos— en ambos bandos y que la Comunidad Internacional (CI) deberá tomar cartas en el asunto de forma clara, patente y seria a pesar del peso que tiene Rusia y su apoyo incondicional chino en el mundo de las finanzas internacionales y en el CSNU.

Los refugiados y desplazados internos ucranios, mayoritariamente al menos de forma inicial, muestran su deseo de volver a sus hogares de procedencia; ello será más efectivo y real cuanto mayor, mejor y más rápida sea la reconstrucción del país desolado por una guerra injusta, que para el resto del mundo, solo sirve para mantenerlo entretenido tras los televisores, viendo y viviendo en directo una cruenta guerra con cientos y miles de cadáveres, destrucción y desolación, cuando hace muy pocos meses, escondíamos nuestros propios miles de fallecidos debido a una pandemia que en general no se supo gestionar bien a nivel global ni particular.  

Putin tenía varios ‘objetivos marcados en los niveles geoestratégicos, geopolíticos y geográficos’. Contrariamente a lo que se piensa, porque así le interesa lanzarlo a la CI, ya ha logrado algunos de ellos.

Está a punto de ocupar todo el Donbass y unir la península de Crimea con Rusia a través de aquellos y otros puntos neurálgicos. Le falta poco para denegar el acceso a Ucrania al mar con lo que le corta un gran lazo de unión con el exterior para exportar sus productos.

Machaconamente, se nos viene repitiendo el mantra de que se ha logrado un gran efecto positivo en los organismos de la CI como la OTAN, la UE y la ONU; cosa que no es así del todo o más bien lo contrario.

Podríamos afirmar que la OTAN se ha fortalecido, aunque parcialmente al aumentar su “intención” de gastar más en defensa y en despertar ante la comprobación de que el enemigo, que la originó, sigue vivo y con deseos de expansión. Pero, por otro lado, esa manifiesta piña, proclamada a todos los vientos, ha sido fruto y entorno a una falacia que denota una gran debilidad individual y colectiva y una alarmante falta de compromiso ante los excesos de los sátrapas contra las personas, la cultura y la democracia en territorios vecinos a su área de interés y responsabilidad. Falacia que realmente consiste en hacer creer al mundo que la Alianza no entra ni entrará en el conflicto para evitar que se desencadene una tercera guerra mundial; guerra que con mucha probabilidad podría degenerar en un conflicto de índole nuclear.

La ONU y la UE han demostrado su ineficacia e inutilidad para afrontar e influir en este tipo de conflictos y, al día de hoy, se puede asegurar que varios miembros de la propia Unión son los que le están subvencionando la guerra a Putin al seguir comprándole gas y petróleo para mantener su esfera de confort; lo que está provocando no pocos conflictos y diferencias en la misma UE a la hora de decidir cómo y cuándo se deben o no, cortar dichos suministros.  

La capacidad de ‘disuasión del empleo o amenaza del arma nuclear’ por parte de Putin ha logrado el efecto deseado; la CI debido al miedo creado con ello, ha decidido sin pestañear ni dudarlo por un instante, dejar solos a los ucranianos frente al invasor y calmar sus conciencias a base de prestarles información y algo de adiestramiento y que sean ellos los que desgasten o incluso, de ser posible derroten —al falazmente proclamado por todos los occidentales como super poderoso ejército ruso— con un importante derramamiento de su sangre, en sus propias tierras y ciudades a cambio de unas palmaditas en la espalda, el envío de pequeñas cantidades de armas y con visitas guiadas del tipo de campaña electoral o de propaganda política indigna de quienes presumen de lo que no saben, ni son.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

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PENSAMIENTO FLEXIBLE: INDISPENSABLE PARA UNA BUENA LABOR DE INTELIGENCIA (Parte 3)

Marcelo Javier de los Reyes*

El autoconocimiento

Se considera que una de las serias limitaciones que enfrentan los analistas de inteligencia es la falta de conocimientos sobre sí mismos, es decir, su autoconocimiento. Desconocen el funcionamiento de su propia mente porque, en general, al analista no se le enseña a autoconocerse. Por tanto, sería apropiado que también aprenda a conocer el cerebro y su funcionamiento y los procesos mentales que pueden conspirar en su labor.

Se le atribuye a Sócrates la célebre frase “conócete a ti mismo” (γνωθι σεαυτόν) y aquí cabe recordar que conocemos su pensamiento a través de la obra de Platón. Sin embargo esa frase podía ser encontrada en algunos templos, como el de Apolo de Delfos. Ese enunciado también se encuentra en latín, Nosce te ipsum, y ésta es una parte de una más extensa que reza: Nosce te ipsum et nosces universum et deos: “Conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses”.

Se le atribuye a Aristóteles la frase: “El conocimiento de uno mismo es el primer paso para toda sabiduría”.

En esta misma línea de pensamiento se puede citar a Paul Watzlawick (1921-2007), psicólogo, filósofo y teórico de la comunicación, austríaco nacionalizado estadounidense, autor y psicoterapeuta de referencia dentro de la Terapia Sistémica. Este autor nos ha legado la siguiente frase:

Llegar a ser conscientes de quiénes somos realmente exigirá salir fuera de nosotros mismos y vernos objetivamente.

Paul Watzlawick (1921-2007)

Quizás estaríamos tentados de preguntarle al psicólogo Paul Watzlawick, “¿por qué, para conocerme, para verme objetivamente, debo salir de mí mismo?”

La respuesta que nos daría sería que porque nos desconocemos por completo. En general, vivimos ajenos a nuestra realidad interior, no procedemos a realizar una introspección, y este desconocimiento nos lleva —con frecuencia— a caer en errores y en crisis existenciales. Entonces, invirtiendo el razonamiento, el autoconocimiento le permitirá al analista sobrellevar ciertos errores y, a la vez, tener confianza en sí mismo, saber controlar sus emociones —las que intervienen en su razonamiento— y comprender que un analista no tiene que tener razón sino llegar a la verdad.

Conocerse a sí mismo ofrece la gran ventaja de conocer las propias fortalezas, nuestras habilidades, así como las propias debilidades o vulnerabilidades. Como expresa el doctor Daniel López Rosetti en su libro Equilibrio, “determinar las fortalezas nos permite enfatizarlas, mejorarlas y aumentar la seguridad en nosotros mismos”[1]. A su vez, contribuye a disminuir nuestras debilidades y el identificar a éstas es fundamental para darles la dimensión apropiada y manejarlas adecuadamente[2]. Se trata entonces de un ejercicio que nos lleve a observar cómo actúan las emociones ante determinadas circunstancias, así como las repercusiones físicas que de ellas puedan derivarse.

El autoconocimiento nos permite una mejor comunicación verbal y, del mismo modo, una mejor comunicación no verbal.

El conocimiento de nuestros talentos es un camino cierto para nuestro crecimiento personal, profesional y espiritual, porque a partir de ello no estaremos como una hoja de papel sometida a los diversos vientos que soplen. Pero aquí es importante considerar que debemos evitar caer en la soberbia y recordar aquella sentencia que dice que “la vanidad es el peor enemigo del hombre de inteligencia”.

En este aspecto es fundamental, a partir de lo expresado, que el analista —y en general el hombre de inteligencia— aprenda a escuchar atentamente —más que hablar— y sin adelantarse en las respuestas de su o sus interlocutores. Del mismo modo, a fundamentar sus respuestas —nada es “porque sí” o “porque no”— cuando sea necesario darlas.

El autoconocimiento nos proporcionará una mayor seguridad, una autorregulación de nuestras emociones —lo que se traducirá en una mayor adaptación a las circunstancias que debamos enfrentar— y nos evitará enviar “mensajes” erróneos, contradictorios o inadecuados a través de la comunicación no verbal. En definitiva, nos brindará una mayor confianza en sí mismos, un mayor manejo del estrés, un eficiente aprovechamiento del tiempo, una mayor automotivación y, por tanto, una mayor profesionalidad en nuestra labor.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia en la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional, Universidad Nacional de La Plata. Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

 

Referencias

[1] Daniel Lóperz Rosetti. Equilibrio. Cómo pensamos, sentimos y decidimos. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Planeta, 2020, p. 206.

[2] Ídem.

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MI ÚLTIMO VUELO CON GENDARMES

Tte Cnel (RE) D Pedro A. Obregón* (Revista Tiempo GNA 69)

El 15 de abril de 1982 nos ordenan volar a Río Gallegos para cruzar a las islas con el helicóptero Chinook AE-521 y el Puma AE-505. Iniciamos el cruce en vuelo directo en una operación que implicaba cierto riesgo porque se realizaba con una autonomía que era solamente para llegar, no contando con alternativas, además en vuelo visual sin ayudas a la navegación. Esto último era por no tener navegador ni otro sistema instrumental ADF VOR por la distancia.

Una nueva misión

Antes de salir, me reuní con la tripulación de mi helicóptero, el Chinook AE- 520. El vuelo lo haría con el Sarg Mec Av Alfredo Romero que también era mecánico de Puma. Nos trasladamos a la zona de embarque, que era una cancha de fútbol frente a la casa del Gobernador británico para el cambio de tripulación del Puma AE-508, que en ese momento ya estaba cargado y en marcha. Antes del despegue, el jefe de la patrulla a transportar, 2do Cte GNA Jorge Enrique San Emeterio, me muestra en la carta el lugar del desembarque, que era Monte Kent.

En ese momento el J B Av Comb me ordena abortar el despegue porque se había detectado en el radar, una PAC (patrulla aérea de combate) enemiga. En el período en que apagué los motores coordinamos con el 2do Cte San Emeterio algunas medidas de seguridad a tomar durante la operación, como la seguridad y alerta temprana contra las PAC que pudiésemos encontrar durante el vuelo (días atrás una PAC había derribado tres helicópteros). Por ello se puso un observador en cada lado de la aeronave que volaría con las puertas abiertas. En un lado, el Sarg GNA Miguel Víctor Pepe y en el otro el Sarg GNA Justo Rufino Guerrero y el Sarg Romero, que hacía de copiloto observaría hacia arriba y adelante a fin de poder dedicarme únicamente al vuelo.

Un puma en acción

A las 9 de mañana, cuando finalizó el alerta roja (amenaza aérea), despegamos, esta vez con el helicóptero Puma AE 508. El vuelo fue a baja altura y tratando de ir por las sombras de los pequeños cerros. Al llegar a la proximidad de monte Kent, saqué el tren de aterrizaje y realicé el control previo para el aterrizaje que respondió normalmente. En ese momento sorpresivamente, pierdo potencia en los motores y el helicóptero se desploma a tierra en los últimos dos o tres metros de altura. La máquina cae y pega con la panza, destruyendo el tren de aterrizaje, rebota y da un rolido a la derecha, produciéndose un incendio. Cuando el helicóptero queda inmóvil, veo al 2do Cte San Emeterio y al Sarg Romero que estaba sobre mi cuerpo, éste último logra abrir la puerta de emergencia.

Por ella salimos los tres junto con el Sarg 1ro GNA Ramón Gumercindo Acosta. Aturdido por el golpe, pude ver el helicóptero envuelto en llamas. No sabía que había ocurrido y mi desconcierto era total. Por el golpe había perdido el casco que luego encontré roto en dos partes. En ese momento el 2do Cte San Emeterio nos grita: “Ayudemos a sacar al resto”. Se refería a los hombres atrapados, eso nos sacó del shock haciéndonos reaccionar y comenzamos con el rescate. Recuerdo que cuando salió el Subalférez Aranda, la campera se le estaba prendiendo fuego y el Subalférez Guillermo Nasif había muerto.

Por esas cosas que uno hace, se me ocurrió dar una vuelta alrededor del helicóptero y así es como veo al Sarg Guerrero del otro lado del helicóptero entre la cabina y el rotor principal, gravemente herido en sus piernas. Cuando lo estaba arrastrando alejándolo del fuego, se rompió la campera de donde lo estaba tirando. Al no poder continuar, le avisé el 2do Cte San Emeterio, quien con el Sarg Pepe lo cargaron y lo pusieron a salvo.

Una vez que la tarea de sacar a los sobrevivientes finalizó, teníamos decidir qué hacer. Se coordinó que el 2do Cte San Emeterio y el Sarg Pepe se quedarían con el Sarg Guerrero que estaba incapacitado de moverse por sus heridas y yo conduciría al resto de la patrulla de regreso a Puerto Argentino. Por la dirección del vuelo sabía que debíamos caminar hacia el oeste, el Sarg 1ro Acosta, como buen comando GNA, rápidamente se puso rodilla a tierra, colocó en posición la brújula y me indicó la dirección en la que teníamos que dirigirnos. Como posiblemente deberíamos pasar unos campos minados, decidí que caminaríamos en columna de a uno y a 5 metros de distancia entre hombre y hombre. Así caminamos hasta que nos encontramos con las primeras tropas argentinas, eran infantes de marina y casualmente estaban minado el sector. Allí a través de la radio que ellos disponían me comuniqué con Puerto Argentino informando lo sucedido y solicité el auxilio para el herido. Pocos instantes después pasó por arriba nuestro el helicóptero UH1H con el Tte Ramírez y el Cbo 1ro Corsini en dirección a Monte Kent. Cuando vieron el humo del helicóptero en llamas se dirigieron y rápidamente rescataron al herido. Por los nervios y la fuerte experiencia vivida, teníamos mucha sed, una vez que descansamos, volvimos a caminar y por suerte encontramos un camión Unimog que nos llevó de regreso en los últimos kilómetros que nos faltaban.

Al mediodía llegamos a Puerto Argentino. A la noche, fui al hospital a interiorizarme del estado del Sarg Guerrero, hasta ese momento yo creía que lo ocurrido había sido producto de un accidente por una falla técnica o algo así. Pero este Suboficial viajaba con una puerta abierta observando y cuando me cuenta lo que había visto, tomé conciencia de lo ocurrido. La explosión del motor, cuyas esquirlas lo hirieron gravemente, había sido producto del impacto de un misil que él vio claramente cuando se acercaba veloz.

20 años después los británicos reconocieron el uso del misil estadounidense “Stinger” tierra-aire, por parte de tropas del SAS para derribar al Puma AE 508. Esta experiencia dejó en Guerrero y en mí un lazo de afecto y hermandad que duró por años. Él siempre recordaba que al primero que pudo ver luego de la caída fue como yo lo tironeaba de la campera. Por ello, cada vez que venía a hacerse atender de las secuelas que le quedaron nos reuníamos en mi casa. Tengo de él los mejores recuerdos, unos de los mejores soldados que conocí y hoy su hijo, el Tte Guerrero que también es comando como su padre, está destinado en la Compañía de Comandos.

Misil tierra-aire “Stinger”
El final

Cuando se produce la caída de Puerto Argentino, no se destruyeron los helicópteros propios por una orden directa del J B Av, pues luego hubo que realizar vuelos para buscar tropas aisladas, observadores adelantados de artillería y de la Fuerza Aérea, también otro tipo de misiones. La zona del Aeropuerto fue el lugar donde se reunió a los prisioneros de guerra. 

Relato inglés

Fuente: Mercopress, 12 de abril de 2002 (textual)

“El misterio que rodeaba el derribo del helicóptero Puma Argentino AE 508 durante la guerra de las Falklands de 1982 fue resuelto 20 años después de que las hostilidades cesaron. Se ha revelado que los miembros del SAS británico usaron el misil norteamericano superficie-aire Stinger para derribar a dicho helicóptero con la pérdida de 6 vidas. El 30 de mayo de 1982 entre 9 y 10 AM, el Puma estaba siendo empleado por los argentinos en la Montaña Kent, llevaba miembros de Gendarmería Nacional y por lo menos otros 4 helicópteros argentinos estaban operando. Transportaba no sólo hombres sino una inmensa cantidad de munición que estalló en las llamas en el impacto. Aún después de 20 años, el área donde se encuentra la máquina destruida sigue chamuscada y puede verse, junto con la sección de la cola, las palas del rotor.

Las pocas personas que han visitado el sitio, no pueden creer que sólo hayan perecido 6 personas. Finalmente el misterio fue resuelto y los autores del derribo fueron comandos del SAS ocultos en las colinas cercanas que admitieron haber usado en misil Stinger disparado desde el hombro”.

 

* El autor de la nota es paracaidista militar y fue el piloto del helicóptero derribado en esa ocasión.

Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales

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