LA FEDERALIZACIÓN MARÍTIMA, FLUVIAL Y PESQUERA PARA EL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANIA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

César Augusto Lerena*

La Argentina tiene un territorio continental americano de 2.791.810 de Km2, una de ZEE de 3.146.345 Km2, una plataforma continental extendida de 1.782.000 Km2, un continente antártico de 965.314 Km2, un troncal fluvial Paraguay-Paraná de 3.442 km navegables desde Puerto Cáceres hasta Nueva Palmira y un Río de la Plata de 30.212 Km2 de superficie y 290 km hasta el acceso al Atlántico Suroccidental. Dentro de éste la Provincia de Buenos Aires tiene una jurisdicción marítima (mar territorial, ZEE y Plataforma Continental extendida) de 338.848 Km2 y el resto de las provincias del litoral marítimo un mar territorial de 12 millas marinas. No obstante, el Reino Unido de Gran Bretaña tiene invadidos y explota los recursos naturales argentinos en 1.639.900 Km2 de archipiélagos argentinos (Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y otros); disputa con nuestro país 1.430.367 Km2 de la plataforma continental extendida y 2.426.911 Km2 de la Antártida Argentina y sus aguas correspondientes. Espacios marítimos en los que anualmente extrae a través de licencias ilegales otorgadas a buques extranjeros 250.000 toneladas de recursos pesqueros argentinos y ha iniciado exploraciones petroleras al norte de Malvinas que se estiman del orden de los 791 millones de barriles de crudo de petróleo.

Amén de ello y como consecuencia de la ocupación británica que atrajo el interés de las flotas extranjeras por la pesca en el Atlántico Suroccidental entre 350 y 500 buques chinos, coreanos, taiwaneses, españoles y otros pescan unas 750.000 toneladas anuales de recursos pesqueros migratorios originarios de la ZEE argentina. Todo ello causa un daño territorial, económico, biológico, social, ambiental y a la soberanía nacional de enormes proporciones (para más detalles recurrir a publicaciones que obran en www.cesarlerena.com.ar).

En atención a ello, entre otras, se propone llevar adelante las siguientes acciones que en forma sintética se enuncian:

  1. Fortalecer el control naval disuasivo en la ZEE y fuera ella, con el objeto de asegurar la pesca de la flota pesquera argentina más allá de las 200 millas marinas de los recursos migratorios y asociados en alta mar.
  2. Reformar la Ley de Pesca 24.922 con el objeto principal de federalizar la administración de los recursos pesqueros; reformular el Consejo Federal Pesquero; establecer la “Unidad Económica Pesquera”; ampliar la distribución pesquera; triplicar la producción nacional; desarrollar la acuicultura y maricultura; eliminar el costo del Estado en las tareas de administración; investigación y control naval y terrestre.
  3. Acordar con la Provincia de Buenos Aires la explotación por parte de ésta de los recursos naturales en la jurisdicción marítima provincial (Mar Territorial y ZEE) conforme la Constitución Nacional (art. 31º, 121º y 124º); Pactos Especiales (San José de Flores); Constitución de la Provincia de Buenos Aires (art. 28º); Ley Nacional de Espacios Marítimos y Líneas de Base (23.968/91 art. 5º); Ley de Pesca de la Provincia de B.A. (11.447/93 art. 1º y 2º); Ley de ratificación de la CONVEMAR (ley 24.543/95 art. 2º); Ley Nacional de Pesca (24.922/98 art. 3º, 4º, 5º, 21º a 23º); Ley de adhesión a Ley Nacional de Pesca 24.922 (12.558/00 art. 4º) (ver César Lerena “El Saqueo. La Apropiación de la Nación de los Recursos Pesqueros de la Provincia de Buenos Aires” Ed. Fundación Agustina Lerena, 249 pág. 2024).
  4. Establecer Acuerdos bilaterales para la Captura en Alta Mar (ver César Lerena “Los Acuerdos Pesqueros en Altar Mar en el Atlántico Suroccidental”, 2024) con el objeto de erradicar la pesca ilegal de los recursos migratorios originarios de la ZEE y asociados en alta mar y consolidar una administración de los recursos en esa Zona, desalentando la pesca extranjera en Malvinas; a la par de generar recursos económicos, comerciales y proteicos derivados de los acuerdos, asegurando la sostenibilidad del ecosistema marino.
  5. Iniciar acciones legales civiles y penales a los buques extranjeros que pescan sin habilitación argentina en las aguas correspondientes de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur por aplicación de las Leyes 22.415; 24.922 y 27.564 y la Resolución de la ONU 31/49.
  6. Establecer los Acuerdos pertinentes de administración de la red troncal fluvial Paraguay-Paraná y del Rio de la Plata entre las provincias del litoral; a la par de llevar adelante las obras del Canal Magdalena. Todo ello con el objeto de promover el desarrollo regional y de las Provincias de Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Misiones y Santa Fe; reducir el costo del transporte y comercio de las citadas Provincias y nacional; devolver a estas provincias los recursos de sus territorios fluviales y terminar con la dependencia del comercio argentino con el Puerto de Montevideo.
  7. Educar a la población sobre el mar y sus recursos naturales; el hábito en el consumo de productos pesqueros, la formación de oficios; a partir de la estructura existente en la Escuela Nacional de Pesca y otras que se creen en el país con el objeto de promover la cultura marítima y pesquera en un país donde el mar es el 64% del territorio nacional, aumentando el consumo de 4,8 Kg per cápita a 9,8 Kg. y triplicando la mano de obra directa en todo el territorio nacional.

* Experto en Atlántico Sur y Pesca – ex Secretario de Estado. Presidente del Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana (CESPEL). Web: cesarlerena.com.ar

LA ÚLTIMA BATALLA DE VO NGUYEN GIAP

Agustín Saavedra Weise*

General Vo Nguyen Giap. Foto: vtv.vn

El presente artículo fue publicado el 13/10/2013 y procedemos a publicarlo nuevamente en homenaje a quien fuera un relevante miembro del CEID y de la SAEEG, el gran Agustín Saavedra Weise  (1943-2021).

 

Al recordar los 100 años de vida del legendario Vo Nguyen Giap, publiqué una nota en septiembre de 2011. Nacido el 25 de agosto de 1911, el célebre general perdió una última batalla contra la irremediable muerte el pasado 5 de octubre a sus 102 años de edad. Rendiré un postrer homenaje a este maestro estratega ubicado en la historia entre los mejores. La diferencia fundamental es que Giap sólo luchó por la libertad de su pueblo, al revés de otros grandes estrategas que se embarcaron en conquistas más allá de la defensa de lo propio.

Vo Nguyen Giap fue vencedor de Francia y de los Estados Unidos en los largos conflictos post coloniales e ideológicos sufridos por Vietnam el siglo pasado. Su campaña culminó espectacularmente el 30 de abril de 1975 con la toma de Saigón ―capital del entonces Vietnam del Sur― por el Ejército de Liberación Nacional (Vietcong). Ese mismo día se reunificó Vietnam y se rebautizó a Saigón como ciudad Ho Chi Min, en homenaje al líder fallecido que políticamente articuló las pautas de la larga lucha.

Von Nguyen Giap sabía que en una guerra convencional jamás podía vencer al ejército estadounidense. En paralelo con el hábil uso de la guerrilla ―al estilo de George Washington contra los ingleses durante la lucha por la independencia y que sus generales contemporáneos olvidaron―, Giap utilizó al máximo en contra de su poderoso rival la dimensión social de la estrategia.

Giap tenía que concretar algo impactante que llegue al corazón mismo del pueblo norteamericano y lo ponga en contra de una intervención militar de por sí poco popular. Ante la sorpresa mundial y la de sus oponentes, Vo Nguyen Giap lanzó en 1968 a lo largo del Vietnam la fuerte ofensiva del Tet. Ese crucial momento marcó un punto de inflexión clave: la moral colectiva estadounidense giró decisivamente.

La guerra estaba perdida, nadie puede librar combates exitosos sin apoyo popular. La opinión pública se volcó contra un conflicto que llevaba diariamente por la TV a los hogares sus terribles imágenes y exigió que se termine el drama.

En 1972 Le Duc Tho y Henry Kissinger firmaron los acuerdos de paz en París. La contienda siguió hasta 1975, cuando el gobierno títere del sur colapsó.

Si algo mostró el general Giap a lo largo de sus campañas fue que las 4 clásicas dimensiones de la estrategia (operacional, logística, tecnológica y social) dosificadas sabiamente eran imbatibles.

En los niveles operacionales superó a sus rivales de West Point. En la dimensión logística Giap fue magistral pese a su enorme inferioridad de recursos. Tecnológicamente pudo hacerle frente en esa misma dimensión a los EEUU más allá de la abrumadora mayoría de medios y del dominio aéreo norteamericano. Ese dominio del aire lo neutralizó Giap mediante túneles utilizados para abastecimiento y movimiento de tropas, lo que hizo casi inocuos los bombardeos desde el punto de vista militar, generando al mismo tiempo resentimientos contra EEUU por parte de la perjudicada población local.

Finalmente, en lo social, Vo Nguyen Giap fue acompañado por su pueblo, al revés de lo ocurrido en Estados Unidos donde la gente se opuso a la contienda. Honor y gloria al gran Vo Nguyen Giap.

 

*Natural de Santa Cruz de la Sierra (1943). Fue Embajador y Diplomático de Carrera del Servicio Exterior de la Nación de Bolivia. Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. Falleció el 26/12/2021.

SEIS IMPACTOS GEOPOLÍTICOS PARA REFLEXIONAR

Alberto Hutschenreuter*

Imagen: geralt en Pixabay

El prestigioso experto chino en temas internacionales, Yan Xuetong, considera que la geopolítica como disciplina que estudia la relación entre intereses políticos aplicados sobre territorios se encuentra en franca devaluación, pues el sitio que concentra cada vez más atención y acción es el segmento digital. Si bien las fuerzas armadas de su país mantienen su formación sobre la base de patrones territoriales, Yan asegura que en no mucho tiempo deberán reorientar su enfoque militar hacia el campo digital.

No está equivocado el analista de la universidad de Tsinghua, pero tal vez es apresurado asegurar tal devaluación, pues si echamos una mirada a los acontecimientos que han tenido y tienen lugar durante esta casi la primera mitad de la década actual, nos sorprendería el fuerte ascendente político-territorial que hay en ellos.

Más todavía, la «galaxia» digital no es más que otro «territorio» que se suma a los clásicos, es decir, se trata casi de una de regularidad en esta centenaria disciplina la ampliación de los territorios sobre los que los Estados y los actores no estatales vuelcan sus intereses con el fin de lograr ventajas o ganancias de poder.

Hasta principios del siglo XXI, la tierra y el mar eran los espacios sobre los que los Estados, tanto en ideas como en la práctica, proyectaban su poder. Poco a poco, los adelantos tecnológicos incorporaron el segmento aéreo y el espacio ultraterrestre.

De modo que la emergencia del gran «continente» digital en el siglo XXI supone un nuevo ciclo de pluralización del componente que da vitalidad a la geopolítica: el territorio, un territorio inconmensurable, sin duda, pero que funge como campo de cooperación y pugna internacional, las dos fuerzas encontradas de la política entre Estados, como así de «nuevo medio de acción» por parte de agentes y poderes fácticos (crimen organizado, ciberdelitos, hackers patrióticos, etc.).

Con el fin de evidenciar a través de hechos la vigencia y pertinencia de la geopolítica, consideremos seis situaciones bajo el categórico influjo de la ecuación vital de la disciplina: intereses políticos, territorios y poder.

En primer lugar, el factor territorial en las dos guerras que tienen lugar en la placa de Europa del este y en Oriente Medio, o en las «dos guerras y media», si nos atenemos a la situación de discordias o de «no guerra» en la enorme placa del Pacifico-Índico, particularmente la que confrontan a China y Estados Unidos.

Sin duda que existen muchas causas para comprender esos enfrentamientos militares, pero en buena medida son los intereses políticos volcados sobre territorios los que nos aportan algunas respuestas sobre las guerras.

En el caso de Rusia-Ucrania (para tomar el principal caso de violencia interestatal), en sus memorias Henry Kissinger nos proporciona reflexiones muy pertinentes sobre el significado del factor territorial en Rusia. El desaparecido estadista se refiere a la Rusia zarista y soviética, pero sus reflexiones «aplican» para la Rusia actual.

Según Kissinger, la experiencia ha llevado a Moscú a identificar seguridad con aumentar la distancia, pero también con alcanzar predominio. En Ucrania es clara esta identificación, pues la predominancia rusa en el este y sur del país pretende aumentar la distancia frente a las intenciones de la OTAN de continuar su marcha hacia el este.

En segundo lugar, siempre en clave geopolítica, la rivalidad Rusia-OTAN tiene un capítulo que implica una victoria occidental categórica: la transformación del mar Báltico en un «OTAN Lake», situación que revirtió el estado de predominancia rusa que existía allí desde la batalla de Poltava en el siglo XVIII cuando Rusia derrotó al imperio sueco. Hoy aquel viejo reino es la OTAN (y Suecia es miembro de la Alianza).

En tercer lugar, Europa y su curso intensivo de geopolítica como consecuencia de los hechos en Crimea y Ucrania.

En gran medida, Europa está preocupada por no haber desarrollado una concepción y práctica geopolítica propia cuando terminó la Guerra Fría. Optó entonces por continuar bajo la protección estadounidense y seguir perfeccionando su modelo institucional. Ese camino la llevó a alejarse de una realidad internacional que no es la del «modelo institucional» sino la del «modelo relacional» o de «poder».

Por tanto, Europa difícilmente alcance el estatus de «potencia de clase mundial» si no logra desplegarse en todo el espectro del poder agregado y más aún, es decir, no sólo ser poderosa en todos los segmentos de poder, desde el institucional hasta el energético, pasando por el comercial, el tecnológico, el geopolítico, etc., sino meditar estratégicamente desde sus intereses político-territoriales.

En cuarto lugar, en efecto, el «territorio» digital, un avance que ha «reducido» significativamente el mundo. El grado de conectividad ha creado una situación totalmente nueva y favorable para el ser humano y para las relaciones internacionales, pues las autopistas ciberespaciales contribuyen a expandir el comercio internacional, una actividad que se ha convertido, más todavía con el creciente mercado digital, en un «bien público internacional» que, si bien no elimina, sí aleja las posibilidades de confrontación militar entre Estados.

Sin embargo, esa conectividad y sensible «reducción» del espacio no implica que se haya ampliado la seguridad, pues el escenario digital está atravesado por muy altos riesgos, lo que se denomina «geopolítica de red», al punto que, por manipulación o por incidentes, podrían precipitarse situaciones de conflicto mayor entre grandes poderes.

Fareed Zakaria lo plantea como un «trilema» del mundo actual: contamos con más conexión, más velocidad, pero no disponemos de más seguridad.

En quinto lugar, el impacto de la inteligencia artificial coloca a la humanidad en un lugar donde jamás ha estado: ante un horizonte poshumano.

Pero aquí el escenario es muy incierto. De lo que sí podemos estar bastante seguros es que la IA no «derramará» sobre los múltiples problemas locales, internacionales y globales, y los superará. Proporcionará muchos aportes, sin duda, pero el lado no democrático que tendrá la IA, es decir, el relativo con el desarrollo de IA para obtener ganancias de poder entre actores mayores, particularmente entre China y Estados Unidos, posiblemente creará nuevas desestabilizaciones; incluso podrían reaparecer los bloques geoestratégicos, configurados ahora sobre la base de una rivalidad inter-IA.

Finalmente, el impacto de la geopolítica sobre el comercio internacional, acaso la última barrera que existe hoy entre los países para evitar una colisión.

El comercio de mercancías y servicios es muy elevado; sin embargo, como consecuencia de las guerras y tensiones internacionales hay datos que provocan inquietud, por caso, en el abultado intercambio comercial entre Estados Unidos y China: como advierte la experta Gita Gopinath, la participación de China en las importaciones estadounidenses disminuyó en ocho puntos porcentuales entre 2017 y 2023 tras un recrudecimiento de las tensiones comerciales. Durante el mismo período, la participación de Estados Unidos en las exportaciones de China cayó alrededor de cuatro puntos porcentuales.

Es cierto que el comercio internacional se ha pluralizado, es decir, al modo clásico de comercio entre Estados y los nuevos modos del comercio, se ha ido sumando el comercio electrónico, la automatización, la robotización, el teletrabajo, entre otros, hecho que estaría impulsando una reglobalización. Pero la falta de configuración internacional y el hecho que los poderes mayores se hallen confrontados, ha llevado a pensar en el escenario pre 1914 cuando existía un auge comercial global en el que Reino Unido y Alemania (hoy Estados Unidos y China) rivalizaban cada vez más.

En suma, sin duda es prematuro asegurar que la geopolítica se devaluó, pues tenemos varios impactos de cuño mayormente geopolítico en un breve tiempo: las principales placas del mundo atravesadas por guerras y discordias, mientras que los nuevos tópicos presentan grandes oportunidades, pero también riesgos y cursos inciertos.

 

* Miembro de la SAEEG. Su último libro, recientemente publicado, se titula El descenso de la política mundial en el siglo XXI. Cápsulas estratégicas y geopolíticas para sobrellevar la incertidumbre, Almaluz, CABA, 2023.

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