CRIPTOMONEDAS: LA TECNOLOGÍA PUJANTE DE ESPALDA AL SISTEMA ARTESANAL

Matías Iachini*

Imagen de MichaelWuensch en Pixabay

El autor agradece al Director de la Carrera de Contador Público de la Universidad Abierta Americana (UAI), Sede Regional Rosario, Prof. CPN Alex Padovan, la lectura y corrección de los originales.

 

La Real Academia Española (2022) define a la “criptomoneda” como una moneda virtual gestionada por una red de computadoras descentralizadas que cuenta con un sistema de encriptación para asegurar las transacciones entre usuarios. En esta línea, las criptomonedas, son herramientas que, en base a los principios de la criptografía, permiten que una red de personas que no se conocen genere dinero y lo haga circular ante la ausencia de una autoridad central para validar sus transacciones.

En los sistemas de criptomonedas, las bases de datos de los bancos individuales se reemplazan por un solo libro mayor, que comprende un registro de todas las transacciones, actualizado minuto a minuto por una red de miles de contribuyentes anónimos en todo el mundo. La tecnología que hace posible todo este sistema descentralizado es la Blockchain, conocida comúnmente como cadena de bloques, que es una base de datos distribuida entre todos los usuarios, cuyos elementos se trabajan y modifican de manera interdependiente. Blockchain es un libro mayor compartido e inmutable para registrar transacciones, rastrear activos y generar confianza[1].

Es inevitable, llegado a este punto, mencionar al Bitcoin como la criptomoneda pionera. No obstante la misma tuvo precursoras, éstas no llegaron a tener aceptación e interés, ya que, si bien se inclinaban solamente a la parte técnica de dicha tecnología con algún liviano tinte comercial, carecían de enfoques políticos y económicos. Acontecida la crisis financiera de las hipotecas sub-prime originada en Estados Unidos en 2008, los creadores de Bitcoin, decidieron buscar una alternativa distinta para evitar futuros desvíos contraproducentes en la política monetaria y económica mundial. Como consecuencia, en el mismo año, se registra el dominio de internet bitcoin.org., del cual podemos extraer que Bitcoin es de código abierto, su diseño es público, nadie es dueño o lo controla y todo el mundo puede participar. Esto nos introduce al fundamento y funcionamiento  de las criptomonedas.

Fundamento y funcionamiento de las Criptomonedas

Inexorablemente, debemos tratar en conjunto ambos puntos, para poder alcanzar de esta manera una comprensión clara y completa sobre los mismos.

Las criptomonedas poseen particulares características, que devienen de la conocida criptografía, la cual nos brinda la principal pista sobre dicho tema. En su origen griego, el prefijo –Cripto-, significa secreto. Dicha técnica se utiliza para enviar mensajes seguros entre las partes intervinientes, lo cual permite que quien remita el mensaje pueda cifrarlo para hacer oculto el contenido a los terceros no intervinientes.

A continuación, mencionaremos y definiremos brevemente las principales características de las criptomonedas.

    • Seguridad: la existencia de claves privadas y firmas digitales utilizadas en el envío de las monedas permite proteger la autenticidad de la transacción y evitar además el robo de información personal.
    • Descentralización: esta es la principal característica de las criptomonedas y la que la diferencia de las monedas emitidas por entes gubernamentales, ya que no dependen de ningún gobierno ni de ningún banco. Se trata de una red entre pares en la cual los usuarios negocian entre ellos sin la necesidad de intermediarios.
    • Confidencialidad: el uso de las criptomonedas para fines lícitos se realiza bajo el anonimato. Es decir, las cuentas de los usuarios y las transacciones jamás serán vinculadas con su identidad en el mundo real, por ende, ningún dato personal de los usuarios será de dominio público.

Ahora bien, todo esto se fundamenta, bajo la necesaria e importante tecnología Blockchain. Como se mencionó, esta tecnología genera una base de datos compartida a la que tienen acceso sus participantes, los cuales pueden rastrear cada transacción que hayan realizado y donde cada uno mantiene una copia idéntica del “libro contable” donde quedan asentadas las operaciones. Es como un gran libro de contabilidad inmodificable y compartido, en donde una importante cantidad de ordenadores, van escribiendo de forma simultánea. Todos los participantes que utilizan la base de datos compartida son “nodos” conectados a la cadena de bloques. Un nodo es una copia de la información de Blockchain alojada en una computadora.  La información que se almacena en dicha red dependerá del propósito para el que haya sido creada. Puede tratarse de una red que almacene datos de pago, como criptomonedas, información médica, datos logísticos o de trazabilidad de alimentos e inclusive recuento de datos electorales.

La diferencia que hay entre Blockchain y una red centralizada —un servidor tradicional que almacena datos—, es que la red de Blockchain se ejecuta en múltiples ordenadores distribuidos por todo el mundo y no en un sitio único. Esto hace que la red Blockchain presente una serie de ventajas como la privacidad, seguridad, descentralización o no dependencia de un ejecutor centralizado. El carácter programable y abierto de esta tecnología permite innovar el sector financiero y los procesos administrativos para que sean más eficientes y transparentes.

Habiéndose desarrollado lo fundamental de la Blockchain, es menester, describir brevemente su funcionamiento.

Cada entrada en una cadena de bloques, es una transacción que representa un intercambio de valor entre los participantes. Es así que, cuando un participante desea enviar valor a otro, todos los demás nodos de la red se comunican entre sí mediante un mecanismo predeterminado para comprobar que la nueva transacción es válida. Este mecanismo se conoce como algoritmo de consenso, donde Prueba de trabajo (PoW) o Prueba de participación (PoS), serían los de mayor conocimiento y utilización dentro del ecosistema cripto. Dicho algoritmo permite la verificación de esas transacciones y una vez que la red ha aceptado una transacción, todas las copias del libro contable se actualizan con la nueva información. Cada bloque contiene información que hace referencia a bloques anteriores y, por lo tanto, todos los bloques de la cadena se unen en copias idénticas distribuidas.

Los nodos participantes pueden agregar transacciones nuevas con marca de tiempo, pero los participantes no pueden eliminar ni alterar las entradas una vez que han sido validadas y aceptadas por la red. Si un nodo modificara un bloque anterior, no se sincronizaría con el resto de la red y se excluiría de la cadena de bloques. Por lo tanto, una cadena de bloques que funcione correctamente es inmutable a pesar de carecer de un administrador central.

Existen dos tipos principales de Blockchain, denominadas Públicas y Privadas, las que a continuación describiremos brevemente:

    • Cadena de bloques pública: es una red de infraestructura pública; es decir, que cualquier persona tiene la libertad de unirse a una red sin permiso alguno. Los participantes que se encuentran en la red pueden visualizar e incluso participar y validar las transacciones. Las principales serían Ethereum y Bitcoin, entre otras. Mayormente la cadena de bloques pública es para aquellas aplicaciones abiertas al público general, en las que se requiere una transparencia y descentralización total.
    • Cadena de bloques privada: las cadenas de bloques que son privadas permiten o admiten participantes que han sido invitados a la red previamente. Lo que significa, que una entidad central asigna o permite qué participantes realizan algún tipo de transacción o labor extra de creación de bloques dentro de la misma. Son redes convenientes para organizaciones, empresas o negocios que buscan tener un acceso limitado y privado a los registros; con el fin de mantenerlo fuera del alcance del público. Como casos de usos de esta, podemos citar a, la gestión de la cadena de suministro, votaciones internas, auditoria.
Criptomonedas Vis a Vis Dinero Fiat

Considerando el sucinto abordaje de base, sobre el funcionamiento y fundamento de las criptomonedas, vamos a darle continuidad al desarrollo de las criptomonedas desde la óptica financiera y económica.

Como mencionamos al inicio de este artículo, las criptomonedas, son monedas virtuales, por lo tanto, es dinero. Si hacemos un viaje por la historia del dinero, podríamos notar cómo fue mutando el mismo, y antes de que exista el dinero Fiat[2] tal como lo conocemos y utilizamos actualmente, se utilizaron varios bienes y metales como medios de intercambio. No obstante, antes de calificar determinantemente a las criptomonedas como dinero, debemos detenernos a verificar si realmente cumplimentan con las funciones básicas del dinero, siendo estas las siguientes tres:

    • Medio de Pago o de Intercambio: el mismo debe ser aceptado comúnmente, generar la necesaria confianza y, además, ser fácilmente transportable, divisible, no perecedero, inalterable en el tiempo y difícil de falsificar.
    • Unidad de Cuenta: cumple la función de determinar las unidades de valor, o los precios, que tienen los bienes, productos y servicios.
    • Depósito o reserva de Valor: debe contar con la capacidad de ser almacenado de forma fiable, y recuperado en el tiempo. Por otra parte, debe ser predecible y utilizarse como un medio de intercambio cuando se recupera.

Podemos reconocer en las criptomonedas el cumplimiento de las funciones básicas del dinero, por lo que sostenemos que las mismas son dinero y que forman parte de esa gran línea temporal de la historia del dinero.

Sin embargo, nos topamos razonablemente con el dinero Fiat. Esta moneda es emitida por el Banco Central de cada país y no tiene valor intrínseco, lo que quiere decir que su valor depende de la relación entre oferta y demanda de la misma, en conjunto con la estabilidad del país emisor. Lo que en la mayoría de las veces sienta bases únicamente sobre las decisiones políticas de los gobiernos, quebrantando arbitrariamente, la economía y los mercados.

En la actualidad, el dinero Fiat representa la interacción más dominante del dinero. Sin embargo, como la historia ha demostrado, el dinero evoluciona y con la llegada de la tecnología Blockchain y las Criptomonedas, aparecen los nuevos sistemas mundiales de dinero y de valor[3]. El dinero Fiat está controlado por los Estados, quienes, mediante sus Bancos Centrales, pueden imprimir billetes y monedas según su necesidad, lo que lo hace ilimitado. Esto quiere decir que actualmente no es posible determinar cuánto dinero de más se producirá y cómo será distribuido. Esto trae grandes problemas aparejados como el contratiempo que causa la inflación, la devaluación de la moneda y por consiguiente su pérdida de poder adquisitivo.

Por su parte podemos agregar a lo dicho, que las criptomonedas tienen una cantidad limitada de monedas creadas, por lo que el valor aumenta cuando hay más demanda únicamente,  evitando el riesgo de inflación que genera la parte emisora, es decir, quien crea la oferta de monedas. Además, la existencia de las criptomonedas es completamente real, se representan a sí mismas y no son creadas a partir de una deuda, tal y como sucede con el dinero Fiat que le crea consecuentemente una deuda a su emisor, un título de deuda pública, en dicho caso. Tampoco podríamos dejar de hacer mención al gran costo que trae aparejado la intermediación del sistema bancario tradicional para operar, además de su característica burocracia asociada al funcionarismo actuante.

Reconocimiento implícito de las criptomonedas

A este punto, cabe considerar las similitudes con la representación digital del dinero Fiat. Ésta, bajo la denominación de Central Bank Digital Currency (CBDC), tal como lo expresa su acrónimo, es creada por los bancos centrales pertenecientes a los Estados o la unión de ellos, mediante tecnología Blockchain o en una Tecnología de Libro mayor Distribuido (DLT).

La principal diferencia con las criptomonedas yace en su regulación y centralización. No obstante, estas monedas son de curso legal desde su comienzo y su tratamiento en los diversos aspectos que conciernen a toda moneda de curso legal, ya están definidos. Lo que, en gran parte, nos conduce a la peculiar idea de competencia, de estas mismas con las criptomonedas.  Si bien tienen intereses desencontrados, en este artículo queremos dejar reflejado las ventajas de utilizar dicha tecnología y por lo tanto creemos firmemente que la vitalidad que poseen las criptomonedas es de gran importancia para este ecosistema.

En Argentina puntualmente, mediante la comunicación “A” 7506 el Banco Central prohíbe a las entidades financieras comercializar criptomonedas, ya que las mismas no se encuentran reguladas por el Estado ni autorizadas por la entidad central[4]. Esta decisión se enlaza con el comunicado emitido un año antes en conjunto con la Comisión Nacional de Valores (CNV), en donde hacen mención de los Criptoactivos definiéndolos como: una representación digital de valor o de derechos que se transfieren y almacenan electrónicamente mediante la DLT u otra tecnología similar. Y aclara que, si bien estas tecnologías podrían contribuir a promover una mayor eficiencia e innovación financiera, los Criptoactivos no son dinero de curso legal.

En ambos comunicados, se deja en claro que quien decida operar con criptomonedas, debe evaluar los riesgos previamente. A raíz de esto, es necesario aclarar que inicialmente las Criptomonedas fueron creadas con el propósito de ser un eficiente medio de pago, pero debido a su crecimiento en el uso y los vaivenes del contexto, las mismas fueron apropiándose de nuevas finalidades, tales como inversión, especulación o simplemente atesoramiento. Pero éstas siguen siendo monedas, pese a sus distintas clasificaciones y justificativos de creación. Comparten la innovación tecnológica y se orientan a mejorar la ineficiencia que posee gran parte del sistema tradicional actuante. Como vimos anteriormente, al mencionar las CBDC, estas serían el reconocimiento implícito de las criptomonedas, y consideramos a dicho proyecto como un gran avance. Pero también consideramos la necesidad de una regulación generalizada de las criptomonedas, ya que las mismas existen y presentan interesantes proyecciones. Es de estimar, que la implementación de las CBDC pueda acarrear una indirecta regulación de las criptomonedas mediante el control sobre el capital y las transacciones. Esto sería simplemente un accionar natural de cómo deben y van a evolucionar las economías y las finanzas.

Cabe destacar que se está tomando un camino a la inversa, dado que en primera instancia se debería dar reconocimiento y regulación a las criptomonedas y su tecnología, mediante acuerdos globales, para luego incorporar adecuadamente las monedas digitales centralizadas pertenecientes a los Estados, de lo contrario, estaríamos obviando encajar las piezas correspondientes al rompecabezas, generando grandes desequilibrios y considerables fallas estructurales que llevan sistemáticamente  a un pronunciado retroceso.

 

* Contador Público, graduado en la Universidad Abierta Interamericana (UAI).

 

Bibliografía:

BCRA (2021). Alerta del BCRA y la CNV sobre los riesgos e implicancias de los criptoactivos. Disponible en: https://www.bcra.gob.ar/noticias/alerta-sobre-riesgos-implicancias-criptoactivos.asp

BCRA (2022). Comunicación A 7506. Servicios complementarios de la actividad financiera y actividades permitidas. Operaciones con activos digitales. Disponible en: https://www.bcra.gob.ar/Pdfs/comytexord/A7506.pdf

Forbes Argentina. Crypto. (2022). Disponible en: https://www.forbesargentina.com/

IBM (2022). ¿Qué es la tecnología de blockchain? Disponible en: https://www.ibm.com/ar-es/topics/what-is-blockchain

IEBS Business y Tech (2022). Del dinero Fiat a las criptomonedas: ¿Cómo ha evolucionado? Disponible en: https://www.iebschool.com/blog/dinero-fiat-criptomonedas-evolucion-diferenciasfinanzas/

 

Referencias

[1] IBM (2022). ¿Qué es la tecnología de blockchain? Disponible en https://www.ibm.com/ar-es/topics/what-is-blockchain.

[2] El dinero Fiat es la moneda que tradicionalmente usamos para adquirir bienes y servicios, como lo es, solo por citar algunas de ellas, el Dólar, el Euro, el Real, el Peso.

[3] IEBS Business y Tech (2022). Del dinero Fiat a las criptomonedas: ¿Cómo ha evolucionado?  Disponible en: https://www.iebschool.com/blog/dinero-fiat-criptomonedas-evolucion-diferencias-finanzas/

[4] BCRA (2022). Comunicación A 7506. Servicios complementarios de la actividad financiera y actividades permitidas. Operaciones con activos digitales. Disponible en: https://www.bcra.gob.ar/Pdfs/comytexord/A7506.pdf

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LUZ, CÁMARA, ACCIÓN – A LA BÚSQUEDA DE AMIGOS Y SOCIOS

Iris Speroni*

¿Quiénes son nuestros amigos? ¿Quiénes nuestros socios? ¿Quiénes deberían serlo? Esas son las preguntas a hacernos.

 

Nuestra clase dirigente tiene la mente fija en un pasado que no existe más. No sólo es una visión obsoleta, sino contraproducente. El noratlantismo (EEUU+Unión Europea) no es más el centro del universo.

Comentario previo: el artículo tiene varias notas al pie, que explican (o tratan) las afirmaciones vertidas. Sin perjuicio de ello, se puede leer sin recurrir a las mismas.

 

La Argentina debe pensar su comercio exterior en el marco de su política general de relaciones exteriores. O al revés. Pensar sus relaciones exteriores en base a sus intereses comerciales.

Los intereses políticos e ideológicos y los comerciales no siempre coinciden, por lo cual es una línea fina que se debe sortear. Hay que pensar y pensar mucho, para no equivocarse.

Argentina durante un siglo tuvo de principal socio comercial a Europa [1]. Por razones culturales y lazos comerciales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, la dirigencia argentina siempre ha mirado a Europa como socio político y comercial. Hace mucho que eso no es verdad.

Durante los viejos buenos años de intercambio comercial argentino con Europa (1890-1950), los argentinos supimos transformar esa riqueza en:

    • enriquecimiento de las familias (no de la oligarquía como erróneamente expone la izquierda, sino los pequeños patrimonios personales: la casita, el almacén de ramos generales, la fábrica de ladrillos, la flota de camiones, mandar al hijo a la facultad, comprar el campo si se arrendaba, genética animal, maquinaria agrícola, maquinaria metalmecánica, etc.) y,
    • gran inversión pública: miles de escuela-palacio en todo el país, hospitales que eran de punta en su momento, el Instituto Malbrán (1916), universidades, fundación de ciudades, edificios públicos, palacios de tribunales, teatros, FFAA bien pertrechadas y formadas.
El divorcio

A partir de la década del ‘50, la entonces Comunidad Económica Europea decide autoproveerse de alimentos [2].

Es por todo esto que la segunda mitad del siglo XX es, en comercio exterior, un largo peregrinar en el desierto para nosotros, los argentinos. Inventamos lo imposible e intentamos todo. Encerrarnos sobre nosotros (substitución de importaciones), en una reproducción especular de la demencia europea. No funcionó. Buscar nuevos mercados (exportamos carne a Sudáfrica y Rusia); funcionó a medias.

Mientras Henry Kissinger explicaba que quien controla los combustibles y los alimentos, controla el mundo, los gobernantes argentinos se abocaron a reducir las producciones de ambos [3].

Y de repente todo cambió

A principios del siglo XX China ingresó como compradora al mercado mundial de alimentos en particular y de materias primas en general (combustibles, minerales). Con sus excedentes de exportación compró (y compra) oro y bonos de los tesoros norteamericano y europeos.

Al tiempo ingresaron al mercado mundial como demandantes India, Indonesia, Viet Nam, Pakistán.

Empujaron a la suba los precios de alimentos, forraje, combustibles y minerales. Es un ciclo largo que está para quedarse. Y gran parte del comercio y el poder internacional mutó del Atlántico Norte (EEUU+Europa Occidental) a Asia.

En ese lugar estamos.

Nos quedamos en el andén

Argentina ya desperdició 20 años de bonanza, con la cual hubiéramos podido construir nuestro capital privado y público.

En el siglo XXI la clase política no dejó que los privados se armaran de su capital y no invirtió en bienes públicos [4].

Todo ese dinero desapareció.

El superávit comercial de 189 mil millones de dólares 2000-2022 se esfumó.

El Futuro

Según los intercambios comerciales de 2022, nuestro principal socio comercial como grupo es el Mercosur y como individual, Brasil. Esto sucede, en gran parte, porque al tener arancel cero, el comercio se desvía a Brasil [5].

El segundo socio es China, con quien tenemos un gran déficit. Dos razones: exportamos poco (no tenemos excedentes de carne de cerdo, el gobierno deja exportar carne vacuna con cuentagotas, otros productos no son competitivos por el tipo de cambio —vino fino—, o sin inversión suficiente —cereza, frutas finas, acuicultura—) y subvencionamos las importaciones con un tipo de cambio barato, lo que hace que el mercado nacional se inunde de baratijas donde el Estado pone la mitad del precio. Sin un tipo de cambio subsidiado, si el importador pagara el precio real, gran parte de las importaciones chinas de productos terminados bajaría notablemente. De todas formas la apuesta tiene que ser a crecer y no a caer. Deberíamos exportar U$D 4.000 millones de carne porcina [6], U$D 4.000 de quesos, ver que la pesca sea exportación local y no captura por izquierda. Con dos o tres toques podemos compensar la balanza comercial.

El tercer socio comercial es EEUU. Exportamos varias cosas, desde aluminio, petróleo crudo a carne vacuna (!). Es un muy buen indicio. Históricamente el intercambio entre nosotros fue pequeño. Es una relación comercial que hay que cultivar y las oportunidades para crecer, de ambas partes, son abrumadoras.

Los países de la Unión Europea no tienen peso en forma individual pero el bloque constituye un poco más del 20% del intercambio total de nuestro país. Con la tesitura extremadamente restrictiva del bloque, parece difícil acrecentar los volúmenes, y tal vez ni valga la pena la energía que esto implica. Están llenos de requisitos, desde dominar sobre el Amazonas hasta cómo tratamos a los pueblos indígenas. Tal vez sea mejor destinar toda esas horas-hombre de negociación a mercados más benignos, como son Medio Oriente, el Magreb y la estrella: el sudeste asiático. Eso no quita que uno cumpla con las formalidades y los protocolos, en caso de que los europeos bajen un poco las pretensiones.

Chile es un muy buen cliente nuestro y hay que conservarlo.

Las niñas bonitas de nuestro comercio exterior, con quien tenemos superávit, además de Chile, son el Magreb, Medio Oriente, India, Vietnam más el resto del sudeste asiático. No sólo eso, sino que lo que exportamos actualmente es sólo una fracción de nuestras posibilidades.

Dos mercados posibles con poco volumen actual: países asiáticos de la órbita norteamericana (Japón, Corea del Sur, Taiwán) y África sub-sahariana. Podrían ser grandes clientes nuestros. Es cuestión de ponerse el mameluco. En el caso de alimentos con los países asiáticos citados, tienen altos estándares sanitarios. Paraguay ya está en proceso de verificación. En el caso de África, es saber qué necesitan y mejorar la oferta. Es un mercado en crecimiento (algunos son petroleros, otros exportan a China e India y cuentan con recursos).

Resumen

La nueva política de Relaciones Exteriores y Comercio Exterior necesita un cambio de la estructura mental de los gobernantes. O un cambio de gobernantes.

Necesitamos que quien esté al frente de los destinos de la Nación se saque el embeleso por los países del Atlántico Norte (EEUU+Unión Europea). Dejar de ser alcahuetes abyectos. Por varias razones:

    1. porque un país de la OTAN tiene ocupado parte de nuestro territorio,
    2. porque la UE es un cliente difícil y nuestro intercambio es deficitario,
    3. porque existe un mundo mucho más grande ahí afuera.

Debemos ingresar a los BRICS. El futuro está ahí. Son nuestros clientes, nos apoyan en la ONU por nuestros reclamos en Malvinas, creen que somos gente valiosa (lo dijo con claridad el presidente chino hace unos meses). Con cautela y sin casarse con nadie, es por ahí.

Continuar el intercambio con países de América Hispana (Chile y Perú son muy buenos clientes).

Aumentar las exportaciones a Medio Oriente y Magreb. Tener representaciones comerciales sólidas, permanentes y con recursos, asistir a todas las ferias, dar a conocer nuestros productos, entender sus necesidades, fomentar en lo posible.

Abrir África.

Aumentar el comercio con Japón. Las nuestras son economías complementarias con enorme potencial, tenemos una historia de amistad desde la segunda presidencia de Roca a hoy. Es un mercado para cortejar.

Pero uno no puede entender el comercio exterior en el vacío sino con sus limitantes geopolíticas, culturales, religiosas, militares.

Por lo tanto creo que la base debe ser volver a las fuentes de política internacional que estableció el presidente Roca: amigos de todos, casados con nadie. ¿Nosotros? Neutrales. Esta línea internacional nos permitió sobrevivir relativamente indemnes ambas guerras mundiales.

Objetivos comerciales

Plantearse como primer objetivo llegar a los U$D 300.000 millones anuales de exportaciones, para luego aspirar a U$D 500.000 millones. 

Lograr amplios excedentes de balanza comercial. Invertirlos en oro y plata (reservas), infraestructura y pertrechos para las FFAA, las cuales deberán estar en su mejor nivel posible por una sola razón: no ser arrastrados a ninguna guerra que las potencias provoquen.

No van a ser las actuales autoridades (FdT o JxC) quienes planteen esto a la población. Hacerlo requiere enormes cambios internos que no están dispuestos a promover. Para llevar las exportaciones de carne de U$D 4.000 millones anuales a U$D 40.000 millones, tenemos que triplicar el rodeo. Para poder hacerlo hay que:

    • Reactivar FFCC.
    • Dejar que el sector privado invierta en frigoríficos en todas las localidades del interior.
    • Que los privados tengan rendimientos suficientes los cuales justiquen el riego e inversión en instalaciones.
    • Tener un dólar competitivo.
    • Invertir dineros públicos en caminos rurales. Sacar los impuestos al combustible.

Son una gran cantidad de cambios concatenados que los actualmente enquistados en el poder no van a realizar.

Podemos ir caso por caso con las aberturas de aluminio, las cerezas, muebles de madera, arvejas, miel, o material quirúrgico. Todo requiere un ordenamiento distinto del país opuesto al que ambas coaliciones gubernamentales nos ofrecen: tipo de cambio atrasado, alta tasa de interés (Leliqs), emisión para cubrir gasto público, planes sociales para mantener a la mitad de la población en negro, no invertir ni una moneda en infraestructura, controlar el precio de los alimentos para que la población no los ahorque. Esta película la conocemos. Es la que vemos desde hace décadas.

Otra Película

¿Y si filmamos esta otra, la que yo propongo, aquélla en que exportamos el triple, la gente gana U$D 1.400 mensuales de promedio, hay pleno empleo, poblamos el interior; hay caminos rurales, FFCC, puertos, flota; y somos todos felices?

Luz, cámara, ¡Acción!

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

[1] Contrariamente al mito popular de que el único destino de las exportaciones era Gran Bretaña, ésta recibía aproximadamente el 50% del total. El destino del otro 50% era mayormente Europa Continental y Brasil.

[2] Varios factores influyen en esa decisión. El miedo al hambre sufrido en la segunda guerra mundial, la necesidad de apaciguar a los votantes del interior agrícola francés, darle un mercado cautivo a la industria química de fertilizantes y a la metalmecánica de maquinaria agrícola alemana. Así De Gaulle logró consolidar una parte de su base electoral y Alemania alambró un mercado cautivo. Ganar-Ganar.

Esa decisión fue catastrófica en varios frentes. Los primeros damnificados fueron los países proveedores de alimentos a los países de la CEE (EEUU, Argentina, Uruguay). La cantidad de damnificados se amplió cuando el Reino Unido ingresó a la Comunidad. Por esa acción quedaron afuera, además, Canadá, Australia y Nueva Zelanda; los que fueron beneficiados por un período de adaptación de 10 años en el cual gozaron de cuotas decrecientes. 

Debido a los altos subsidios a la producción, la zona de CEE comenzó a tener excedentes (granos, manteca, aceites, carnes) los cuales vendieron a precio dumping en el mercado, generando distorsiones; o lo “donaron” a África vía organismos internacionales.

En el primer caso el precio dumping perjudicó aún más a los países productores genuinos, ya nombrados. Tuvimos (EEUU, CAN, AUS, NZ, ARG, URU) no sólo que salir a buscar nuevos mercados sino a competir con productos europeos subsidiados. Una pesadilla.

En el segundo caso, lo que en un primer momento puede verse como un gesto de buena voluntad y caridad cristiana (“donamos alimentos a los países pobres de…”), en realidad provoca una ruptura gravísima y a veces irreparable de las estructuras productivas internas de los lugares de destino. ¿Qué hace un labriego congoleño cuando el gobierno reparte trigo/maíz gratis entregado por FAO/UNICEF/etc.? Quiebra. Pierde su tierra. Debe emigrar a la ciudad.

A EEUU no le fue mejor. Los estados productores de alimentos se vieron largamente perjudicados por la política europea. Tuvo enormes consecuencias internas que resurgieron brutalmente durante la campaña electoral de 2016 la cual dio por ganador a Trump. Sin embargo se trata de movimientos internos de décadas de maduración. Los estados productores de alimentos perdieron importancia política y económica dentro de la Unión, al sufrir una retracción del precio relativo de su producción. El gobierno de EEUU, a través de la influyente Secretaría de Agricultura, ensayó diferentes soluciones para evitar las quiebras masivas de productores: subsidios directos, biodiésel y alconafta como forma de estimular la demanda y así subir el precio, compras para el sistema de seguridad social (en 2016 los EEUU tenían 50 millones de planes sociales). Aún, a pesar de todas las políticas aplicadas, esos estados perdieron (hasta ahora irreversiblemente) el poder que mantenían hasta mediados del SXX. Esto fortaleció a las aristocracias de Nueva Inglaterra y la Costa Oeste y desplazó a la insignificancia al Sur y al Medio Oeste.

[3] Por más de 70 años no hubo ninguna política seria de aumentar la producción agropecuaria y las políticas energéticas fueron más que volubles, llenas de marchas y contramarchas.

El presidente Perón, en 1973, en la presentación del Plan Trienal, sostuvo que debíamos abrazarnos a la actividad agropecuaria y ser líderes mundiales en la exportación de alimentos. Llevar riego a las zonas áridas, convertir todo el Chaco en una zona fértil y regada (un tomo entero del Plan Trienal está dedicado al Chaco), triplicar los rodeos vacunos, ovinos y caprinos. Generar excedentes exportables de carne vacuna mediante la sustitución en el mercado doméstico con carnes rojas de otros animales. En fin, todo se dijo en tiempo y forma.

[4] Ni siquiera hay caminos rurales. Ni siquiera compran forraje para la vaca que les da la leche y que tienen atada.

[5] Ejemplo: si un VW en Brasil sale U$D 12.000 y en Alemania U$D 10.000, pero en el primer caso tengo arancel cero y en el segundo 30%, entonces tengo que el brasileño cuesta U$D 12.000 [U$D 12.000 x (1+0%)] y el alemán U$D 13.000 [u$D 10.000 x (1+30%)]. Termino comprando a Brasil cuando es un producto más caro (y probablemente de peor calidad). En situación no deformada de comercio compraría el auto en Alemania. Gran parte del comercio con Brasil se explica por este “desvío”.

[6] Hecha por productores locales en granjas de no más de 200 madres y si es posible 50, para darle lugar al pequeño y mediano productor.

 

Notas relacionadas

2022: el año que no estuvimos en peligro

https://restaurarg.blogspot.com/2023/02/2022-el-ano-que-no-estuvimos-en-peligro.html

Una ventana al mundo

http://restaurarg.blogspot.com/2022/10/una-ventana-al-mundo.html

Exportar es el único boleto a la prosperidad

http://iris-speroni.blogspot.com/2018/12/exportar-es-el-unico-boleto-la.html

 

Fuente

INDEC – Comercio exterior – Vol. 7, n° 1. Intercambio comercial argentino – Cifras estimadas de diciembre de 2022

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ica_01_23044100BE61.pdf

 

Artículo publicado originalmente el 11/02/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/02/luz-camara-accion-la-busqueda-de-amigos.html

GUAYANA ESEQUIBA: UNA EXCEPCIÓN PRELIMINAR CONSIGNADA CON RACIONAL OPTIMISMO.

Abraham Gómez R.

El escrito contentivo de interposición de acciones de Guyana contra nuestro país lo conocemos en su totalidad.

Ha sido leído con precisión; analizado de manera  individual, como también  en las distintas reuniones y conferencias, en sus múltiples implicaciones; así además, me  he permitido  estudiarlo académicamente, para saber de qué estamos hablando en tal asunto controversial; por lo que debo decir —para conocimiento público— que su elemento más resaltante, concerniente a  Pretensión Procesal, se resume en  solicitarle  a la Corte Internacional de Justicia que confirme “la validez legal y efecto vinculante del Laudo Arbitral de París, dictado el 3 de octubre de 1899”; documento que siempre ha sido considerado por Venezuela como írrito y nulo. Calificaciones con las cuales hemos improntado, desde sus orígenes, a esta vergonzosa tratativa política-diplomática.

Ese “laudo” resultó inexistente, no nacido a la vida jurídica. Por lo que no ha adquirido nunca la validez ni la eficacia jurídica; y es —impensablemente— la causa de pedir de la contraparte. Es nulo de nulidad absoluta.

El rechazo definitivo a la precitada decisión arbitral quedó consumado cuando la propia representación del Reino Unido (Michael Stewart) y de la Guayana Británica (Forbes Burnham) admiten y suscriben, junto con nuestro excelso canciller Ignacio Iribarren Borges, el Acuerdo de Ginebra, el 17 de febrero de 1966 (documento que arriba a sus 57 años de plena vigencia); en cuyo artículo primero destaca:

Se establece una Comisión Mixta con el encargo de buscar soluciones satisfactorias para el arreglo practico de la controversia entre Venezuela y el Reino Unido surgida como consecuencia de la contención venezolana de que el Laudo arbitral de 1899 sobre la frontera entre Venezuela y Guayana Británica es nulo e irrito”.

Acaso se requiere una inteligencia superior para interpretar y concluir que el aludido “laudo” quedó invalidado, a partir de ese acto jurídico; y, por lo tanto, jamás debió considerarse oponible para efectos posteriores.

No hay causa que se haga obligacional o compromisoria —para nosotros— de ninguna manera y para nada.

Frente a lo anteriormente descrito, prestemos atención a este otro detalle: nuestro país permanentemente ha querido solucionar este pleito entre Estados vecinos, acudiendo a las vías pacíficas directas (autocomposición) conforme a la normativa consagrada en el Derecho Internacional Público.

Sin embargo, nos conseguimos que la excolonia británica, con la cual sostenemos la centenaria contención, jamás creyó en las gestiones de los Buenos Oficiantes: McIntyre, Jackman, Girvan y Nylander quienes tuvieron a bien desempeñarse para arreglar la controversia.

Todo el trabajo de esos funcionarios fue saboteado desde la cancillería guyanesa.

Siempre entendíamos que sus respectivos gobiernos, de cualquier signo político-ideológico, en ningún momento prestaron la debida atención a las iniciativas de los mencionados Buenos Oficiantes, designados por la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas; atendiendo al contenido, alcance e intención del artículo 33 de la Carta del precitado ente internacional:

“…Las partes en una controversia cuya continuación sea susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales tratarán de buscarle solución, ante todo, mediante la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección…”

Nótese que hay etapas establecidas en sucesividad hasta alcanzar la resolución del caso.

He sostenido que Guyana aguardó la ocasión, en una especie de emboscada jurídica, para demandar a Venezuela ante la Corte Internacional de Justicia; yéndose, directamente al “arreglo judicial”, contrariando el orden de prelaciones establecido en la citada norma, para zanjar el litigio.

Lo digo, porque una vez que el actual Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, remite el caso a la Corte, el día 19 de enero de 2018; ya Guyana —con bastante antelación— tenía preparada la demanda contra Venezuela, la cual consignaron el 29 de marzo del mismo año, todo urdido con premeditación y vileza.

En las distintas plataformas, medios de comunicación y conferencias en las universidades, nos preguntan, con insistencia ¿qué hemos hecho y en cuál situación nos encontramos hoy?

Para abreviar en la explicación, digo que el 7 de junio del año pasado Venezuela consignó en la Corte una Excepción Preliminar; acto procesal al cual tenemos derecho, en condición de parte demandada; para resistir y oponernos a la acción interpuesta en nuestra contra. Toda Acción trae en consecuencia una Excepción.

Una Excepción Preliminar es un mecanismo de defensa de los Estados, la cual es legítimamente admitida por la comunidad internacional y utilizada en algunas oportunidades en la Corte Internacional de Justicia, de conformidad con el artículo 79 de su Reglamento.

Hay suficiente base doctrinal y jurisprudencial al respecto.

La Excepción Preliminar entregada (y ratificada en las audiencias públicas en noviembre pasado) por nuestra honorable delegación está basada en formalizar serios cuestionamientos al burdo escrito presentado —unilateralmente— por Guyana.

¿Qué perseguimos, en lo inmediato, con una Excepción Preliminar?

Que la Corte, en sentencia adelantada —de previo pronunciamiento que esperamos prontamente— desestime la demanda, porque constituye un fraude legal y procesal.

Con nuestra Excepción Preliminar nos permitimos advertir a la Sala Juzgadora que la situación es mucho más compleja de lo que la parte demandante ha hecho saber.

Debemos ser enfáticos en pronunciar con insistencia al mundo que no le estamos quitando las dos terceras partes del territorio de Guyana, como ellos “arguyen”, ante el Cuerpo Jurisdicente y en sus vocinglerías por los medios de comunicación a nivel internacional.

Nuestra nación ha sido la víctima, hace más de un siglo, de la usurpación perpetrada con mala fe y añagaza jurídica.

Nosotros tenemos enjundiosa documentación, en tanto títulos jurídicos y respaldo histórico y cartográfico: pruebas constituidas y constituyentes para demostrar que fue el Imperio Británico que nos usurpó y despojó, de una séptima parte de la geografía venezolana, mediante trampas a finales del siglo XIX; incluso tenían la aviesa intención de arrebatarnos hasta el Delta del Orinoco y una considerable parte del estado Bolívar.

Lo que hemos descrito, de manera somera —la demanda guyanesa contra Venezuela— es lo que vergonzosamente ellos emprendieron; que pensaron que el mandado estaba hecho; que nos quedaríamos de brazos cruzados y bocas silentes.

Resultó que la inteligencia nuestra analizó y puso en ejercicio la Excepción Preliminar como elemento extraordinario de defensa; que, no obstante, la hemos asimilado con racional optimismo en este asunto litigioso, sin exageradas exultaciones.

Si la Corte no admite la demanda de Guyana, nos corresponde fijar otras estrategias, que informaremos en su debida oportunidad. Entiéndase que como Política de Estado no todo puede darse a conocer públicamente.

Por lo pronto, lo que sí debe saber la población venezolana en general es que nos encontramos en espera de la sentencia de la Sala, —en una u otra probabilidad decisoria— para lo cual nos hemos declarado en jornadas de investigación documental, concienciación nacional y trabajo permanentes, con el objetivo de afinar el posible Memorial de Contestación o de nombrar nuestros delegados, en caso de que haya que renegociar directamente.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Asesor de la Comisión de Defensa del Esequibo y la Soberanía Territorial. Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV). Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba.

Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales

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