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DOS DÉCADAS DE IMPACTOS GEOPOLÍTICOS

Alberto Hutschenreuter*

Llevamos apenas poco más de dos décadas en el siglo XXI y ya atravesamos impactos geopolíticos mayores, es decir, disrupciones internacionales desestabilizantes con base o características político-territoriales.

No deberíamos sorprendernos: hace un siglo, la política internacional ya había experimentado la guerra ruso-japonesa, el caos en los Balcanes, la gran catástrofe de 1914-1918, el desafío que implicaba para los países el establecimiento de un régimen revolucionario en Rusia, el derrumbe de cuatro imperios, y el gran desafío que suponía construir un orden internacional tras una guerra (además de una pandemia que causó 50 millones de muertos).

A partir de allí, casi todo el siglo XX estuvo signado por la geopolítica, al punto que, parafraseando una de las principales obras del gran Raymond Aron, fue “un siglo de geopolítica total”: comenzó con una pugna relativa con territorios entre Rusia y un ascendente Japón, y acabó con el gran desplome político-territorial del siglo, la desaparición de la Unión Soviética.

¿Será el siglo XXI otra centuria de geopolítica total? Seguramente, aquellos que conceden a los “nuevos temas” (robótica, redes digitales, inteligencia artificial, comercio, “blockchain”, movimientos y relaciones sociales interestatales, informática, genética, “vida 3.0”, etc.) un lugar de cambio de la historia relativizan la relevancia de la geopolítica (como también de la anarquía internacional y su “regulador”, la guerra), del mismo modo que lo hicieron aquellos que en los noventa vieron el comercio, la tecnología y la globalización como realidades superadoras de los fenómenos internacionales fragmentadores.

Pues bien, ojalá les acompañe la razón y el mundo finalmente marche hacia un auténtico orden mundial-aldeano basado en la confianza, la cooperación y la justicia internacional. Nada amparará más a la humanidad frente a las disrupciones o grandes apagones estratégicos que una configuración u orden internacional, esto es, un régimen de convivencia entre estados que (como nos sugiere la experiencia) más nos aproximará a aquello que denominamos paz.

Pero los hechos internacionales vividos en estas dos décadas del siglo XXI no nos permiten demasiado suponer que nos encontramos relativamente próximos a un ancla que sujete las relaciones internacionales a ese bien público mundial que es el orden.

Tampoco podemos asegurar que será otro siglo de geopolítica integral. Pero hasta hoy los acontecimientos con base en el factor geopolítico han sido categóricos. Volviendo a Aron, para este autor los órdenes internacionales son órdenes territoriales. Podríamos decir, por tanto, que los desórdenes internacionales implican desórdenes territoriales.

En este sentido, el siglo XXI se inició con un acontecimiento geopolítico mayor: el ataque perpetrado por el terrorismo transnacional sobre el territorio más protegido del planeta, Estados Unidos. El ataque implicó un notable cambio en la naturaleza geopolítica de este actor fáctico o no estatal, es decir, el terrorismo el 11-S alcanzó su mayor resultado desde que en los años noventa abandonó su territorio clásico de acción, el norte de África y Oriente Medio, para proyectarse a cualquier parte del mundo, particularmente al territorio y dominios del por entonces poder predominante del mundo, Estados Unidos, como así a otros sitios apóstatas.

De modo que, si por geopolítica consideramos intereses políticos volcados o proyectados sobre determinados territorios con propósitos relativos con la obtención de ganancias de poder, el ataque el 11-S fue resultado, ante todo, de un cambio de escala en el sentido o nuevo rango territorial de un fenómeno no estatal.

Pero también el siglo XXI comenzó con la ampliación de la OTAN, un hecho de fin de la década del noventa, aunque acaso fue, por lo que ha sucedido después, el primer acontecimiento del nuevo siglo.

La ampliación de la Alianza Atlántica hacia el este y el sur de Europa en términos prácticamente indefinidos explica, en gran medida, la guerra en Ucrania y el estado de “no guerra” entre Rusia y Occidente, pues el acercamiento de la OTAN a la frontera rusa y la ambigüedad de Bruselas en relación con las demandas de Kiev de sumarse a la cobertura política-militar disparó lo que en Rusia denominan “medidas contraofensivas de defensa”, consideradas por el Kremlin ante amenazas externas como la aproximación de alianzas militares a sus fronteras o situaciones internas en las ex repúblicas que puedan afectar el interés nacional de Rusia (dichas amenazas se encuentran en los documentos relativos con la concepción estratégica rusa).

Sin duda que Rusia transgredió el derecho internacional al invadir Ucrania, y hoy se registra en ese país y en los países vecinos de Europa del este un serio descenso de la seguridad humana, e incluso aumentó el riesgo en el nivel de la seguridad estratégica; pero si no se considera que la ampliación indefinida de la OTAN supone la ruptura de la concepción de seguridad indivisible, pues Occidente pretende incrementar su seguridad en detrimento de la seguridad de Rusia, un actor de más alta sensibilidad territorial que cualquier otra potencia preeminente, se deja de lado la clave (básicamente geopolítica) para comprender esta innecesaria crisis y guerra.

Más allá de las advertencias que reputados expertos en Occidente realizaron cuando la OTAN comenzó a extenderse, recientemente analistas y personalidades en Estados Unidos y Europa han remarcado que la situación actual fue resultado de lo que podemos denominar “transgresiones estratégicas y geopolíticas” por parte de Occidente. Por caso, Thomas Friedman prestigioso analista estadounidense, ha sostenido que “Esta es la guerra de Putin, pero Estados Unidos y la OTAN no son enteramente inocentes”. El analista cita largamente a George Kennan, quien en 1998 advirtió que la ampliación de la OTAN era un error estratégico. Por su parte y más recientemente, Javier Solana, ex secretario general de la OTAN (1995-1999) y Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE (1999-2009), sostuvo que “vivimos las consecuencias de sugerir que Ucrania entraría a la OTAN”.

El ascendente político-territorial es tan fuerte en esta cuestión que ha conmocionado al mundo, que la única posibilidad de lograr un cese de fuego en Ucrania radica en la renuncia de Kiev a ser (eventualmente) parte de la OTAN, es decir, alguna forma de neutralidad o neutralización político-territorial del país que elimine toda posibilidad de que Rusia limite al oeste con fuerzas y capacidades de la OTAN.

Por supuesto que desde comienzos de siglo y hasta hoy hubo otros numerosos hechos y nuevas situaciones de cuño eminentemente geopolítico, por caso, el establecimiento de Estados Unidos en la zona del Golfo Pérsico cuando en 2003 desplegó capacidades para luchar contra el terrorismo; la proyección de Rusia hacia el Ártico; el impulso de China a través de la “tierra orilla” del sur de Asia y de la masa terrestre de Asia central; la relocalización del terrorismo en zonas de África; la pugna entre las potencias medias regionales en Siria; la reafirmación territorial de los estados en tiempos de la pandemia; la creciente relevancia del territorio virtual como nueva dimensión de la geopolítica; la nueva fase del “imperialismo de suministros”; los crecientes requerimientos de materias primas por parte de la nueva “industria limpia” y las nuevas tecnologías; la posible emergencia de “custodios” de territorios sensibles para el mundo; las alteraciones geográficas con fines relativos con el poder; la creciente importancia de la “geopolítica popular” (que incluye el papel de medios y otros modos de cultura popular); el avance en materia de “geopolítica subterránea” o “vertical”, etc.

Prácticamente, dos décadas de “geopolítica total”. Pero, además, los estudios relativos con escenarios (realizados antes de la actual guerra en Ucrania) son bastante preocupantes. Por ejemplo, el último Informe del Foro Mundial relativo con los “Riesgos globales 2022” y más allá es altamente preocupante en relación con lo que podría aguardar a la humanidad. https://www.weforum.org/reports/global-risks-report-2022

Desde nuestro campo de estudio, la geopolítica prácticamente domina los temas del informe, que remarca la temática medioambiental como el segmento de mayor preocupación. Pero hay dos territorios no menos inquietantes en relación con lo que podría suceder en ellos: ciberespacio y el espacio exterior.

Respecto del primero, se estima que los ataques en territorio digital se multiplicarán sensiblemente en los próximos años. Las acometidas implican las relaciones entre estados, pero también el comercio electrónico. Se considera que para 2024 el valor global del comercio digital ascenderá a 800.000 millones de dólares, es decir, como advierte el analista de “World Politics Review” Stewart Patrick, habrá una mayor superficie para ataques.

En cuanto al segundo, se teme que pueda suceder una crisis en el espacio exterior, “territorio” que ha adquirido enorme relevancia como consecuencia de la cantidad de satélites en órbita. Se estima que en los próximos veinte años podría haber 70.000 satélites, tráfico que expande las posibilidades de incidentes, pero también abre posibilidades para la denominada guerra asimétrica. Asimismo, como bien advierte el autor citado, los marcos regulatorios que existen para el espacio exterior son hoy insuficientes para cuestiones como la explotación de recursos en dicho “territorio”.

Concluyendo, podemos observar tres impactos geopolíticos en poco más de dos décadas. Pero, además, hay otras muchas realidades y situaciones nuevas que responden a la lógica que asocia política, territorio y poder. No sabemos si será otro siglo de “geopolítica total”, pero hasta ahora, la geopolítica, que nunca se fue, mantiene un protagonismo categórico.

 

* Doctor en Relaciones Internacionales (USAL). Ha sido profesor en la UBA, en la Escuela Superior de Guerra Aérea y en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación. Su último libro, publicado por Almaluz en 2021, se titula “Ni guerra ni paz. Una ambigüedad inquietante”.

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RUTAS MARÍTIMAS PETROLERAS

Giancarlo Elia Valori*

  1. Las formas de envío de petróleo

Hay tres tipos de clasificación de envío de petróleo. El primero es de acuerdo con la forma en que opera el barco, incluidas las rutas regulares y no programadas. Las rutas regulares (programadas) se utilizan principalmente para transportar mercancía general y se refieren a barcos específicos. Van a puertos específicos en fechas fijas y operan actividades de pasajeros y carga a tarifas de flete estándar. Las rutas no programadas se refieren a rutas seleccionadas temporalmente en función de las necesidades de transporte de mercancías. Los buques, los horarios de navegación y los puertos de escala no son fijos. Estas son rutas que operan principalmente actividades de transporte de carga a granel y de bajo costo.

El segundo tipo se basa en la clasificación por distancia, incluidas las rutas oceánicas y costeras. Las rutas oceánicas se refieren a rutas marítimas de larga distancia y barcos que cruzan los grandes mares desde el Lejano Oriente hasta Europa y las Américas y viceversa.

El tercer tipo se basa en clasificar según la navegación, incluidas las rutas del Atlántico, el Pacífico, el océano Índico y las rutas globales como tales.

  1. Rutas de hidrocarburos

Aquí están las principales rutas de envío de petróleo.

Asia Occidental (Estrecho de Ormuz) – Mar Arábigo – océano Índico – estrecho de Malaca / estrecho de Lombok (60 kilómetros de largo, 40 kilómetros de ancho y 250 metros de profundidad) – Países de Asia Oriental (República Popular China, Japón, Corea del Sur, etc.). Los mayores flujos marítimos provienen del petróleo crudo de Oriente Medio en el Golfo Pérsico. Esta ruta es la mejor manera para que los países de Asia Oriental importen petróleo crudo.

I. Asia Occidental (estrecho de Ormuz) – mar Arábigo – océano Índico – África Oriental – Estrecho de Mozambique – Cabo de Buena Esperanza – Océano Atlántico – Europa Occidental / Costas Orientales de las Américas. La profundidad del agua a lo largo de la ruta prácticamente no tiene restricciones en el tipo de barcos y tanto los superpetroleros (Very Large Crude Carriers) como los mega-petroleros (Ultra Large Crude Carriers) pueden navegar libremente.

II. Golfo Pérsico – estrecho de Ormuz – mar Arábigo – golfo de Adén – Bāb al-Mandab – mar Rojo – canal de Suez – mar Mediterráneo – estrecho de Gibraltar – océano Atlántico – norte de Europa – costa este de América del Norte. A diferencia de la segunda ruta mencionada anteriormente, esta tiene un tiempo de envío más corto, pero debido al poco calado del Canal de Suez, es difícil que pasen barcos grandes y la capacidad de carga es relativamente pequeña.

III. Mar Mediterráneo del norte de África – estrecho de Gibraltar – Países del norte de Europa (Amberes, Rotterdam, etc.). El petróleo crudo de Libia y otros países del norte de África se transporta principalmente a lo largo de esta ruta.

IV. Ruta atlántica a Europa Occidental y América del Norte.

V. África Occidental a través del cabo de Buena Esperanza a los países de Asia Oriental.

VI. África Occidental – estrecho de Malaca – estrecho de Taiwán – China continental. Esta ruta se utiliza para transportar petróleo crudo desde Angola, Nigeria y otros países de África Occidental a China.

VII. Ruta del Caribe: América Latina – canal de Panamá – costa americana del Atlántico Norte.

VIII. Ruta desde el Mar del Norte y América del Sur a China, a través del Cabo de Buena Esperanza.

IX. La costa este de las Américas cruza el océano Atlántico, rodea el cabo de Buena Esperanza y se dirige a los países de Asia Oriental; la costa oeste cruza el océano Pacífico y se dirige a Asia.

X. Ruta desde el sudeste asiático hasta el este de Asia. Esta ruta es principalmente para el transporte de corta distancia. Los buques utilizados son principalmente buques tanque Panamax (buques cuyo tamaño les permite pasar por las esclusas del Canal de Panamá).

  1. Los bastiones geopolíticos de estrechos, canales y canales

Las fortalezas petroleras estratégicas de transporte marítimo son una parte importante de la seguridad energética y geopolítica mundial. Echemos un vistazo más de cerca a ellos.

  1. El estrecho de Ormuz se encuentra entre Omán e Irán, conectando el golfo Pérsico, el golfo de Omán y el mar Arábigo (30 kilómetros de ancho, con una profundidad media de 80 metros). Es una de las rutas más importantes del mundo. En 2020, registró un volumen de comercio de petróleo de 18 millones de barriles por día, lo que representa casi el 50% del volumen total del comercio de petróleo por mar para ese año. Según los datos de BP Energy, Qatar exportó 3,7 billones de pies cúbicos de gas natural licuado (GNL) a través del estrecho en 2016, lo que representa más del 30% del comercio mundial de GNL.
  2. Situado entre Indonesia, Malasia y Singapur, el estrecho de Malaca es una importante ruta de transporte que conecta el Océano Índico, el Mar del Sur de China y el Océano Pacífico. El estrecho tiene aproximadamente 930 kilómetros de longitud, con una anchura mínima de 38 kilómetros y una profundidad media de 25 metros. El número de petroleros que ingresan al Mar del Sur de China (desde Singapur hasta el vecino Taiwán) a través del Estrecho de Malaca es tres veces mayor que el del canal de Suez y cinco veces mayor que el del canal de Panamá. Es el salvavidas marítimo de los países asiáticos. El estrecho de Malaca es la ruta más corta que conecta el Medio Oriente y los mercados asiáticos, incluidos China, Japón, Corea y todo el Pacífico. Los envíos de petróleo a través del estrecho aumentaron a 16 millones de barriles por día en 2016, frente a 14,5 en 2011, con el petróleo crudo representando entre el 85 y el 90 por ciento, lo que lo convierte en el segundo puesto de avanzada más ocupado del mundo..
  3. El estrecho de Singapur sigue el estrecho de Malaca al sureste: tiene 114 kilómetros de largo y 16 kilómetros de ancho, con una profundidad media de 22 metros. Forma un cuello de botella natural en el transporte marítimo, lo que aumenta las posibilidades de colisiones de buques o derrames de petróleo. También se ha convertido en una de las últimas zonas activas para los piratas. Si el estrecho de Malaca se cerrara, casi la mitad de los barcos del mundo deberían moverse por Indonesia. Esto afectaría a la capacidad mundial de transporte, aumentando así los costos de transporte y ejerciendo una presión al alza sobre los precios mundiales de la energía. El volumen de petróleo crudo transportado a través del Estrecho de Malaca representa aproximadamente el 15% del consumo mundial.
  4. El canal de Suez se encuentra en Egipto y conecta el Mar Rojo y el Mar Mediterráneo. Es una ruta estratégica para el petróleo y el gas natural desde el Golfo Pérsico hasta los mercados europeos y norteamericanos. Es la frontera entre Asia y África y el paso de agua más directo entre Asia y África y Europa. La longitud total del canal es de 193,3 kilómetros; el ancho de los canales paralelos es de 205-225 metros, y la profundidad promedio es de 22 metros. El tonelaje máximo que pasa por ella es de 210.000 toneladas. Según la compañía Kpler-Leading Commodity Data & Analytics Solutions, 1,74 millones de barriles por día (bpd) de los 39,2 millones de bpd de petróleo crudo importado por mar en 2020 pasaron por el Canal de Suez. Debido a los límites de profundidad, el Canal de Suez no puede ser cruzado por superpetroleros y megapetroleros. Cuando la Autoridad del Canal de Suez extendió la profundidad del canal a 66 pies en 2010, se crearon los barcos Suezmax, es decir, los barcos cuyo tamaño permite su paso por el canal de Suez. Celebró su 150º aniversario. La mayor parte de los flujos de petróleo que pasan por el canal de Suez se dirigen al norte a los mercados europeos y norteamericanos, y al sur a los mercados asiáticos. Las exportaciones de petróleo de los países del golfo Pérsico representan el 84% de los flujos hacia el norte. Las exportaciones de petróleo de Rusia representan el 17% de los flujos hacia el sur, seguidas por Turquía, Argelia y Libia, que en conjunto representan el 12% de los flujos hacia el sur. Los flujos totales a través del canal de Suez han estado creciendo constantemente desde 2009, con aumentos en 2015 y 2016 que reflejan el aumento de la producción y las exportaciones de la OPEP. El oleoducto de transporte Suez-Mediterráneo de 200 millas (Sumed), inaugurado en 1977 y construido por las empresas italianas Saipem y Snamprogetti (ENI Group) y por Montubi y Cimi de Finsider, transporta petróleo crudo desde el mar Rojo hasta el Mediterráneo. La capacidad total del oleoducto es de 2,34 millones de barriles por día. Cuando los barcos no pueden navegar por el Canal de Suez, el oleoducto Sumed es la única ruta alternativa que puede transportar petróleo desde el Mar Rojo hasta el Mediterráneo. Si el oleoducto Sumed se cerrara, los petroleros deberían desviarse al Cabo de Buena Esperanza en el extremo sur de África, agregando miles de millas a los envíos de Arabia Saudita a Europa y hasta los Estados Unidos de América Si el oleoducto Sumed se cerrara, los petroleros deberían desviarse al cabo de Buena Esperanza en el extremo sur de África, agregando miles de millas a los envíos de Arabia Saudí Europa y hasta los Estados Unidos de América.
  1. El estrecho llamado Bāb al-Mandab, que significa en árabe la “Puerta de la Lamentación” o la “Puerta de las Lágrimas”, es una fortaleza marítima entre el Cuerno de África y oriente Medio y un enlace estratégico entre el Mediterráneo y el océano Índico. Situado entre Yemen, Yibuti y Eritrea, el estrecho conecta el Mar Rojo, el Golfo de Adén y el Mar Arábigo. El estrecho tiene aproximadamente 26-32 kilómetros de ancho y tiene una profundidad máxima de 310 metros, con algunas islas volcánicas dispersas. La isla de Perim divide el estrecho en dos canales, el más pequeño de los cuales, en el lado asiático, conocido como estrecho de Alejandro, tiene unos 3,2 kilómetros de ancho y 30 metros de profundidad. El canal más grande, conocido como Dakt al-Mayun, está en el lado africano, con un ancho de unos 28,8 kilómetros y una profundidad de agua de 323 metros, y es difícil de navegar debido a los numerosos arrecifes y rápidos. Como se ha visto anteriormente, la mayoría de las exportaciones de petróleo del golfo Pérsico llegan a través del canal de Suez y el oleoducto Sumed a través del estrecho de Bāb al-Mandab. En 2018, unos 6,2 millones de barriles por día de petróleo crudo y productos refinados similares pasaron a través del estrecho de Bāb al-Mandab a Europa, Estados Unidos de América, frente a los 5,1 millones de barriles por día en 2014. En julio de 2018, dos superpetroleros saudíes fueron atacados por los rebeldes chiítas hutíes de Yemen (Ansar Allah), suspendiendo así los envíos de petróleo en el mar Rojo y planteando preocupaciones del mercado sobre la seguridad del transporte en el estrecho de Bāb al-Mandab. Este cruce de comunicación se ha convertido en una ruta importante para el tráfico marítimo general también entre los océanos Pacífico, Índico y Atlántico. Algunos lo llaman el corazón estratégico del mundo, ya que es una ruta marítima muy concurrida: la zona también es un refugio para los piratas somalíes. El cierre del estrecho permitiría a los petroleros del golfo Pérsico llegar al canal de Suez o al oleoducto Sumed y luego desviarse hacia el sur hacia el extremo sur de África. Esto aumentaría en gran medida el tiempo y los costos de transporte.
  1. Los estrechos turcos, que incluyen el Bósforo y los Dardanelos, separan Asia de Europa. El Bósforo (del griego: “estrecho del ganado” o “vado de buey”) es una vía fluvial de 31 kilómetros de largo, 700 metros de ancho y 121 metros de profundidad que conecta el mar Negro con el mar de Mármara. Los Dardanelos (el antiguo Helesponto, conocido en turco como estrecho de Çanakkale) es una vía fluvial de 61 kilómetros de largo, con una anchura mínima de 1,2 y una profundidad media de 60 metros. Conecta el mar de Mármara con el mar Egeo y el mar Mediterráneo. Ambas vías fluviales suministran petróleo de Europa occidental y meridional de Rusia y otros países euroasiáticos, incluidos Azerbaiyán y Kazajstán. Se estima que 2,4 millones de barriles por día de petróleo crudo y productos derivados del petróleo navegaron a través del estrecho turco en 2016, más del 80% de los cuales era petróleo crudo. Los envíos de petróleo a través del estrecho turco disminuyeron desde los 2,9 millones de barriles por día registrados en 2011. El tráfico a través de los dos estrechos ha disminuido constantemente en la última década. Es probable que los envíos de petróleo aumenten en el futuro a medida que aumente la producción de crudo de Kazajstán, ya que el país exporta más petróleo crudo a través del mar Negro. Los estrechos turcos se encuentran entre las vías fluviales más difíciles del mundo, con unos 48.000 barcos que pasan a través de ellos cada año, lo que convierte a la zona en uno de los bastiones marítimos más concurridos del mundo. De hecho, la congestión del tráfico está causando problemas a los petroleros.
  2. El canal de Panamá es una ruta vital que une el océano Pacífico, el mar Caribe y el océano Atlántico. El canal tiene 82 kilómetros de largo, 90/150-240/300 metros de ancho y 12 metros de profundidad como máximo. Los buques de carga Panamax antes mencionados generalmente pueden transportar de 65 a 80.000 toneladas pero, debido al límite de calado del canal, su capacidad máxima de carga está limitada a aproximadamente 52.500 toneladas y el resto de la carga se transborda. Más de 12.525 barcos pasaron por el Canal de Panamá en 2021, transportando 287.486.205 toneladas de carga. Las rutas marítimas alternativas al canal de Panamá incluyen el estrecho de Magallanes, el cabo de Hornos y el estrecho de Drake en el extremo sur de América del Sur, pero tales opciones aumentarían significativamente el tiempo y los costos de tránsito. Aunque el petróleo y los productos derivados del petróleo representaron el 30.1% de las principales mercancías que fluyen a través del canal de Panamá en 2021, no es una ruta importante para tales envíos. El petróleo y los productos refinados en dirección norte (del Pacífico al Atlántico) en esta ruta representan apenas el 6.9% de todos los envíos de carga; mientras que el 42,7% del petróleo refinado y sin refinar se envió al sur desde el Atlántico hasta el Pacífico el año pasado.
  1. El estrecho de Dinamarca es el canal que une el mar Báltico y el mar del Norte. Tiene 480 kilómetros de largo y 290 kilómetros de ancho en su punto más estrecho. Es una ruta importante para las exportaciones de petróleo ruso a Europa. En 2016, unos 3,2 millones de barriles de productos petrolíferos fluyeron a través del estrecho de Dinamarca todos los días. Después de abrir el puerto de Primorsk en 2005, Rusia trasladó la mayor parte de sus exportaciones de petróleo a los puertos bálticos. Las exportaciones de petróleo de Primorsk a través del estrecho de Dinamarca representaron casi la mitad de las exportaciones totales en 2011, pero cayeron al 32% en 2016. Pequeñas cantidades de petróleo de Noruega y del Reino Unido (menos de 50.000 barriles por día) también fluyen hacia el este a través del Estrecho a los mercados escandinavos.
  2. El cabo de Buena Esperanza se encuentra en el extremo sur de Sudáfrica y es un importante punto de tránsito para el tráfico mundial de petroleros. Los envíos de petróleo crudo alrededor del cabo de Buena Esperanza representan aproximadamente el 9% de todo el petróleo comercializado por mar. La Administración de Información de Energía de los Estados Unidos estimó que los flujos de petróleo que rodeaban el cabo de Buena Esperanza en 2016 fueron de aproximadamente 5,8 millones de barriles por día, lo que representa casi el 9% del comercio marítimo mundial. El cabo de Buena Esperanza es otra ruta alternativa para los barcos que navegan hacia el oeste para evitar el golfo de Adén, Bāb al-Mandab y el Canal de Suez, pero con un mayor costo y tiempo de tránsito.

Como se puede inferir del análisis anterior, bloquear una de estas fortalezas es suficiente para dañar a un país o un área geopolítica bien definida. En tal caso, la talasocracia tendría más posibilidades que una telurocracia que ignora las alianzas prospectivas en vista de probables crisis de escenarios.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

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FRANCESCO ROCCA, UN ITALIANO EN LA CIMA DE LAS ACTIVIDADES INTERNACIONALES DE APOYO Y SOLIDARIDAD

Giancarlo Elia Valori*

Las personas que son menos conocidas y aún menos mencionadas en los medios de comunicación, en lugar de aquellas que son conocidas por razones “ambientales” y por la voluntad de los partidos políticos, honran y sirven a Italia y al mundo. Estos últimos a menudo no tienen habilidades o incluso calificaciones para su papel, reduciéndose así a meros hombres útiles para los intereses locales y no generales.

Hoy quiero hablarles de una persona que honra a Italia, aunque su nombre y rostro no le resulten tan familiares, como sucede en la mayoría de estas ocasiones en las que manda la aporía.

Francesco Rocca es actualmente el Presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y Presidente nacional de la Cruz Roja Italiana. El trabajo voluntario siempre ha sido fundamental para su vida, incluso como estudiante universitario en la Facultad de Derecho.

Sus primeras experiencias de voluntariado fueron para los más vulnerables, aquellos que viven en las zonas grises y marginadas de nuestra sociedad, como las personas sin hogar y los migrantes.

A partir de finales de la década de 1980, Rocca comenzó su participación en el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) en Roma: de 1988 a 1993, primero como voluntario y más tarde como Jefe del Dormitorio de San Saba.

El JRS es una organización católica internacional con la misión de acompañar, servir y apoyar a los refugiados y a las personas desplazadas por la fuerza, para que puedan curarse, aprender y determinar su propio futuro. El JRS fue fundado en noviembre de 1980 como un instituto de la Compañía de Jesús y registrado oficialmente como fundación en la Ciudad del Vaticano el 19 de marzo de 2000.

Durante el mismo período, de 1988 a 1990, Rocca también fue voluntario en el centro de alojamiento para menores de Caritas y, de 1988 a 1991, en la Piccola Casa della Divina Provvidenza “Cottolengo” para la asistencia a personas con discapacidad grave.

En 1990 se graduó y tres años más tarde se convirtió en abogado. Desde 1990 hasta 1995 trabajó como operador y luego auditor de cooperativas vinculadas a Cáritas, en particular la llamada “Partire dagli ultimi” (Comenzando con el último) y continuó realizando trabajo voluntario en el centro de asistencia jurídica de Cáritas para migrantes y solicitantes de asilo de 1991 a 1995.

De 1990 a 2003 ejerció la abogacía. En particular, en la segunda mitad de la década de 1990, fue uno de los abogados a la vanguardia en la lucha contra la mafia y por esta razón ha estado viviendo bajo escolta durante cinco años.

Paralelamente a su labor como abogado, continuó su labor de voluntariado en la ONG Hansenian’s Ethiopian Welfare Organization (HEWO), de la que también fue Director General —gratuitamente— durante un corto período de tiempo, de 2003 a 2007, con operaciones directas sobre el terreno.

HEWO, que está activa en Etiopía y Eritrea, es una realidad jurídica que no tiene términos de comparación, compuesta por comunidades autogestionadas de personas comunes en dificultades que luchan juntas para salir de las dificultades y el sufrimiento. Durante más de cuarenta y cinco años, HEWO ha estado proporcionando servicios de apoyo gratuitos en África a comunidades de personas afectadas por la miseria y el abandono y por enfermedades graves (principalmente lepra, tuberculosis, VIH-SIDA y enfermedades causadas por graves deficiencias nutricionales).

De 1996 a 2004, Rocca fue Presidente y Comisionado del Instituto Público de Asistencia y Caridad “Santa María en Aquiro”, y de 2001 a 2003, Presidente del IPAB Asilo della Patria, liderando la transición de orfanatos a hogares familiares para niños vulnerables. De 2003 a 2008, siguió siendo director de esta organización.

En 2003-2004, se especializó en la Scuola Superiore della Pubblica Amministrazione (Escuela de Graduados de Administración Pública) como director general de hospitales. En esos años recibió muchas asignaciones profesionales sensibles. En 2003, fue nombrado Comisionado Extraordinario del Hospital Sant’Andrea en Roma y luego, hasta 2007, se desempeñó como Gerente General de ese hospital. En 2007 fue nombrado Jefe del Departamento de Operaciones de Emergencia de la Cruz Roja Italiana. De 2005 a 2009 fue miembro del equipo de evaluación del Instituto Nacional del Cáncer – IRCSS Pascale Foundation de Nápoles. De 2007 a 2010 fue miembro del comité directivo del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas “Lazzaro Spallanzani” en Roma.

En 2008, después de un breve período como Jefe del Departamento de Salud y Actividades Sociales de la Municipalidad de Roma, se le pidió que dirigiera la Cruz Roja Italiana en la fase de Comisionado y reforma. Aceptó el cargo de Comisionado Extraordinario del CICR, enorgulleciéndose de representar a la organización voluntaria más grande de Italia y del mundo. En 2009, durante la Asamblea General en Kenya, fue elegido miembro de la Junta Directiva de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

En 2010, fue nombrado Comisionado Extraordinario de ASL Nápoles 2.

En enero de 2013 fue elegido Presidente Nacional de la Cruz Roja Italiana. Nuevamente en 2013, en la Asamblea General de Sydney, fue nombrado Vicepresidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

En la primavera de 2015, Rocca fue seleccionada para el puesto de Directora General del Instituto Dermatológico IDI en Roma. En 2016, los voluntarios de la Cruz Roja Italiana lo reeligieron como Presidente Nacional, después de completar la reforma histórica de la Asociación, que así hizo que volviera a la corriente principal del Movimiento Internacional, ya no siendo un organismo público, sino una asociación completamente en manos de los voluntarios. En noviembre de 2017, la Asamblea General de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja elevó a Rocca a la Presidencia durante las reuniones estatutarias celebradas en Antalya, Turquía.

Finalmente, en mayo de 2020, fue confirmado como Jefe de la Cruz Roja Italiana.

Durante sus años como miembro de la Cruz Roja, tuvo la carga y el honor de coordinar y representar a la Asociación a nivel nacional e internacional. Desde el conflicto en Georgia en 2008, hasta los terremotos en Italia (L’Aquila, Emilia, Italia Central) que se sucedieron a lo largo de los años, a las misiones a Siria durante la guerra, al terremoto que azotó Haití y el conflicto armado en Palestina, y particularmente en la Franja de Gaza, a la misión a Kenia, durante la sequía muy severa que había devastado el área de Turkana, en particular, Rocca siempre ha tratado de estar en el campo tanto como sea posible para comprender las necesidades de las personas y estar cerca de los voluntarios y operadores italianos.

Italia acogió dos importantes eventos internacionales: en 2009 las celebraciones de Solferino por el 150 aniversario de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, y en 2014 la 9ª Conferencia Europea en Florencia. En su calidad de Vicepresidente, representó a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en muchas ocasiones, incluida la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York y las reuniones internacionales sobre migración.

Francesco Rocca tiene un observatorio privilegiado sobre lo que está sucediendo en el mundo, por la razón adicional de que, con su compromiso diario, puede tomar medidas en favor de aquellos que son vulnerables y necesitados.

Como italianos, estamos orgullosos de que Rocca represente la organización humanitaria más grande del mundo, tanto a nivel nacional como internacional.

Por otro lado, nos sorprende y duele que, al mismo tiempo, personas en el apogeo de su mediocridad estén invadiendo los medios de comunicación en Italia con discursos y declaraciones que son la suma de la ignorancia, la presunción, la arrogancia, la jactancia y la inanidad.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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