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ESPERANDO A TRUMP

Roberto Mansilla Blanco*

Hay una carrera contra reloj en la política internacional que lleva como fecha clave el próximo 20 de enero de 2025. Ese día asumirá Donald Trump por segunda vez la presidencia de los EEUU hasta 2029. Con un poder prácticamente absoluto tras ganar los votos electoral y popular, manteniendo la mayoría y el control de las dos Cámaras, la de Representantes y el Senado (lo cual a priori evitaría cualquier perspectiva de bloqueo legislativo y político) y un poder judicial neutralizado (viene de desestimar dos demandas en su contra), los principales actores a nivel global comienzan a posicionarse ante este nuevo período en la Casa Blanca con un Trump visiblemente reforzado.

Trump ya comenzó a diseñar las señales de identidad de su próximo gobierno, que por cierto no eran ningún secreto: aranceles comerciales del 25% contra Canadá y México y del 15% contra China. El proteccionismo económico será una baza estratégica de Trump abriendo la veda de una guerra comercial, especialmente con Beijing.

Europa está a la expectativa, tan desconcertada como inerte particularmente ante lo que pueda suceder con los compromisos «atlantistas» vía OTAN de Trump y el futuro de una guerra en Ucrania que aumenta en intensidad tras los recientes ataques con misiles de mediana y larga distancia por parte de Washington y Moscú.

No escapa de la atención el escenario político en países motores de la UE como Alemania, cuya caída del tripartito en manos del socialdemócrata Olaf Schölz anuncia elecciones anticipadas para febrero de 2025, con la perspectiva de un posible giro político hacia una eventual reconfiguración de fuerzas entre la derecha (CDU) y la ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD), considerado en algunos sectores políticos y medios de comunicación como un presunto aliado del Kremlin.

El «europeísmo» obtuvo una pírrica victoria en las recientes elecciones presidenciales en Moldavia; el pasado 24 de noviembre fue el turno de la vecina Rumanía donde la sorpresa saltó con la victoria de un «outsider», Calin Georgescu, acusado desde Occidente de ser presuntamente «prorruso y antisemita». Un candidato que no tenía ni el 5% de la intención de voto pero que terminó ganando con el 21% de los votos y deberá ahora disputar la segunda vuelta el 8 de diciembre contra la periodista de centroderecha Elena Lasconi, la presumible candidata del establishment europeísta y «atlantista» que ve a Rumanía como un aliado clave en el entorno del Mar Negro y de Europa Oriental.

Las acusaciones de interferencia rusa no se hicieron esperar tras esta inesperada victoria electoral de Georgescu. Pero valdría la pena preguntarse: con escasa atención mediática antes de las elecciones, esas presuntas interferencias del Kremlin, identificadas vía redes sociales (campaña electoral en TikTok) y constante desinformación, ¿realmente terminaron siendo tan decisivas para la inesperada victoria de Georgescu? ¿O más bien otros factores como el descontento, la crisis económica, terminaron siendo más determinantes en ese resultado electoral?

Cambiando de entorno geográfico, un aliado irrestricto de Trump (pero también de Biden) como el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, fue objeto de orden de captura por parte de la Corte Penitenciaria Internacional (CPI) acusado de genocidio en Gaza contra la población palestina. Se desconoce si este anuncio afectará políticamente a Netanyahu pero es un síntoma de que las guerras que Israel ha lanzado en Oriente Próximo desde octubre de 2023, en Gaza y Líbano, sin menoscabar la confrontación inicialmente híbrida pero cada vez más directa contra Irán, aparentemente no están cumpliendo estrictamente con los objetivos trazados por el establishment militar y político israelí.

Aunque descabezados en sus respectivos liderazgos a causa de los ataques «quirúrgicos» israelíes, Hamás y Hizbulá siguen en pie sin dar síntomas de desintegración. Tras destituir al ministro de Defensa Yoav Gallant por «una crisis de confianza», Netanyahu anunció este 26 de noviembre una tregua de sesenta días con el movimiento islamista libanés Hizbulá; la guerra en cámara lenta con Irán entra en la fase de estancamiento. En el plano interno, el gobierno israelí anunció medidas contra el diario Haaretz, muy crítico contra Netanyahu.

Quedan en esta ecuación Putin y Xi Jinping, el eje euroasiático que tras la cumbre de los BRICS de octubre pasado en Kazán configuró las bases de un poder global menos hegemónico para Washington.

El Kremlin vigila de cerca cuáles son las intenciones de Trump en Ucrania. Para complicar el asunto, Biden autorizó al cada vez más insignificante presidente ucraniano Volodymir Zelenski el uso de misiles ATACMS contra territorio ruso. La respuesta de Moscú no se hizo esperar: inauguraron el lanzamiento de sus propios misiles hipersónicos de largo alcance Oreshnik contra posiciones en Ucrania. Por otro lado, desde Moldavia hasta el Cáucaso, Putin vuelve a reconstruir sus intereses y alianzas dentro de las esferas de influencia rusas, buscando alejar a Occidente de estos escenarios.

Mientras, los mass media occidentales repiten hasta la saciedad sobre la presunta presencia de 10.000 soldados norcoreanos en la región de Kursk como posible aliciente para hacer de Ucrania una guerra global que sirva de antesala al regreso de Trump a la Casa Blanca y que implique, al mismo tiempo, atar compromisos estratégicos para el próximo gobierno estadounidense vía lobbies militaristas.

Por último, y como había hecho en mayo pasado en Europa, Xi realizó una estratégica gira por América Latina con la cumbre de los COP25 en Brasil como epicentro. El interés de Beijing es tantear los equilibrios políticos en una región de escaso interés para Trump salvo por la presencia económica china, sin desestimar la de Rusia e Irán.

La reciente aprobación en Washington de la Ley Bolívar concebida para aislar aún más al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, evitando cualquier tipo de transacción especialmente petrolera, y la certificación del cubano-estadounidense Marco Rubio cómo próximo Secretario de Estado de la Administración Trump son medidas que apuntan claramente contra los aliados hemisféricos de China y Rusia, particularmente Venezuela, Cuba y Nicaragua, y que también se amplían cara los intereses continentales de Irán y del Hizbulá.

En definitiva, el regreso de Trump trastoca las piezas y los equilibrios geopolíticos a nivel global haciendo del final de este 2024 una carrera contra reloj para reposicionar los intereses de los principales actores de la política internacional. Un escenario inquietante para este mundo que, como Trump, se afirma tan volátil como impredecible.

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE UU y América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

 

Artículo originalmente publicado en idioma gallego en Novas do Eixo Atlántico: https://www.novasdoeixoatlantico.com/agardando-a-trump-roberto-mansilla-blanco/

 

LAS ELECCIONES DE BRANDEBURGO Y AUSTRIA CONFIRMAN EL FUERTE ASCENSO DEL NACIONALISMO EN LOS DOS PAÍSES DE LENGUA ALEMANA

Enric Ravello Barber*

«Hay que rechazar cualquier regurgitación neonazi», fue la precipitada y poco democrática reacción de Antonio Tajani, (de la conservadora Forza Italia) actual ministro de Exteriores italiano a la victoria del partido social-patriota FPÖ (Freiheitliche Partei Österreichs – Partido de la Libertad de Austria) en las elecciones legislativas austriacas. Tajani que también es vice-presidente del consejo de ministros hizo un llamamiento a «aislar al FPÖ»[1]. Matteo Salvini, presidente de la LEGA, partido socio en la Cámara de Bruselas de la vencedora fuerza política austriaca, respondió con la serenidad requerida a cualquier político respetuoso con la democracia y las decisiones populares afirmando: «Es ridículo. Ninguna alarma».

La sobreactuación de Tajani es una muestra más del desconcierto de las clases dirigentes europeas que ven con asombro, rabia e impotencia el ascenso de lo que ellos llaman «extrema derecha» y que se ha convertido en la opción política más votada por las clases trabajadoras europeas.

Brandeburgo: AfD sigue creciendo en el este de Alemania

El 22 de septiembre se cerraba el ciclo electoral en tres de los Länder del este alemán. Tras la victoria en Turingia y el segundo puesto en Sajonia, la AfD confirmaba su potencia electoral en esta zona del país logrando un segundo puesto con el 29,23% de los votos, sólo por detrás de los socialdemócratas que llegaban al 30,85%. Una impresionante movilización de última hora evitó que la AfD se alzara con el triunfo, el SPD logró el voto de los jubilados (41%), mientras que AfD se confirmaba como la primera fuerza entre los trabajadores (47%) y los jóvenes (35%).

Los otros dos Länder del este —tradicionalmente muy favorables a las opciones nacionalistas— celebrarán elecciones el 2026 en Sajonia-Anhalt y en 2025 en Mecklemburgo-Pomerania, donde la más reciente encuesta predice una clara victoria para AfD con un 25% frente 21% de la CDU y el 20% del SPD[2].

Los comicios de Brandeburgo tuvieron consecuencias en la escena política alemana más allá de la victoria nacionalista. Dos miembros de la coalición gubernamental tuvieron resultados absolutamente catastróficos lo que les ha llevado a un replanteamiento interno sobre su situación actual y futura estrategia. El Partido Liberal (FDP) hizo claramente el ridículo al quedarse en el 0,8% de los votos. Su vicepresidente, el polémico Kubicki, declaró que tomarán decisiones en otoño y puso en duda que la colación gubernamental pueda llegar hasta Navidad[3]. Los Verdes no logran superar el 5% y perdieron toda su representación en el Parlamento regional; pocos días después una encuesta les daba el 9,5% para las elecciones nacionales —el nivel más bajo desde 2017[4]— un cúmulo de circunstancias que provocó la dimisión de la dirección del Partido Verde, que —de momento— permanece en una muy debilitada coalición gubernamental[5].

Alemania encara ahora las decisivas elecciones legislativas de otoño de 2025 y la situación hasta entonces parece endiablada para la coalición gubernamental que se enfrenta a una situación de muy difícil gobernabilidad, en la que convergen factores externos: la complicada situación económica de Alemania y el creciente problema de la inseguridad ligada a la inmigración y la debilidad y la desconfianza de los socios de la misma[6]. Scholz encara la recta final de su más que mediocre mandato en una Alemania que cambia claramente de signo político[7]. Tampoco se presenta fácil para el principal partido de la oposición, la cristiano-demócrata CDU: las encuestas le dan un claro triunfo pero una incómoda posición para pactos gubernamentales, AfD se sitúa en el 20% nacional y segunda fuerza política, dada la debilidad de Verdes y Liberales, la única opción que le quedaría a la CDU parece ser una gran colación con un desgastado SPD, o un gobierno en minoría apoyado por los socialdemócratas; malas opciones para una Alemania que pide un cambio profundo en la dirección política.

Es más que probable que el ambiente político de aquí a otoño se crispe y radicalice. 37 diputados del Bundestag —el número mínimo necesario— de diversos partidos han dado su firma para iniciar un proceso de ilegalización de la AfD[8], en caso de no conseguirlo piden que se retire cualquier financiación pública a la que el partido nacionalista tiene derecho por su número de electos y de votos. Sara Wagenknecht, la dirigente del partido neo-comunista crítico con la inmigración (BSW) ha calificado este intento de ilegalización de estúpido especialmente en un año de campaña electoral[9].

Las primeras tensiones consecuencia de la fuerte presencia de AfD en ambas cámaras regionales las hemos visto estos días: mientras que en Turingia todos los partidos se han puesto de acuerdo para que AfD no lograra la vice-presidencia del Parlamento que le correspondía por número de votos; el parlamento de Sajonia sí tendrá vice-presidente nacionalista: André Wendt fue elegido con los votos de todos los diputados de su partido más el de algunos miembros de la CDU y de la BSW[10].

Primera victoria social-patriota en Austria desde 1945

«Austrian far-right party wins first national election since World War II»[11] fue el poco elaborado titular de gran parte de la prensa mundial, especialmente anglo-sajona, para anunciar el triunfo del FPÖ en las elecciones legislativas austriacas. Por su parte, Le Grand Continent, el think-tank ligado al Presidente francés Emmanuel Macron, tampoco hace gala de originalidad y titula de forma parecida «En Austria se impone la extrema derecha por primera vez desde la posguerra»[12]. En realidad, parece que se trata de un copia y pega del titular que se usó para comentar el triunfo de la AfD en las regionales de Turingia; parece que la «plantilla» —que ya no asusta a nadie— la tendrán que usar varias veces más en un próximo futuro.

Efectivamente el 29 de septiembre, el partido social-patriota —como ellos mismos se han definido— FPÖ se hacía con el triunfo electoral en el país germanófono alpino al sumar el 29, 1% de los votos (+13%) por delante de los liberal- conservadores del ÖVP (Die Volkspartei – el Partido Popular) 26,3% (-11,1%) y a mayor distancia del socialdemócrata SPÖ 20,6% (-0.6%). La traducción en diputados de esos resultados significa: 57 actas (+26) para los nacionalistas, 51 para los liberal-conservadores (-20), y 41 (+1) para los socialistas; es decir Austria se enfrenta a dos posibles coaliciones para formar un gobierno estable:

ÖVP + FPÖ 109 diputados

ÖVP + SPÖ 93 diputados.

Matemáticamente habría una tercera opción:

FPÖ + SPÖ que sumaría 97 diputados, pero el SPÖ ha negado cualquier posibilidad en este sentido.

La constitución austriaca indica que es el presidente quien tiene que llamar a los líderes de los partidos para iniciar el proceso de formación del nuevo gobierno. El actual presidente austriaco Alenxader von der Belten (ex del Partido Verde) elegido sucesivamente presidente en 2016 y 2022, en ambos casos contra un candidato nacionalista, es un conocido enemigo del FPÖ y ya ha anunciado que no llamará al partido patriótico en primer lugar, sino que abrirá conversaciones con los liberal-conservadores del ÖVP, con la esperanza de que éstos puedan formar gobierno al margen del FPÖ. En cualquier caso, FPÖ y ÖVP ya han anunciado los vetos mutuos con lo que enfrentaría cualquier negociación en aras de formar gobierno.

– El FPÖ como partido más votado no va a renunciar al puesto de Canciller en beneficio del ÖVP, que es el gran derrotado político de los comicios.

– El ÖVP, en boca de su presidente, Karl Nehammer, actual Canciller del país, personaliza su veto en el presidente del FPÖ Herbert Kickl; el ÖVP podría estar dispuesto a converger con los nacionalistas siempre que Kickl quedara fuera del gobierno. Hay que señalar que conservadores y nacionalistas forman coalición en tres de los nueve Länder austriacos.

De confirmarse no sería la primera vez que ÖVP y FPÖ comparten gobierno en Austria, aunque en las dos anteriores el ÖVP tenía más votos que el FPÖ, por lo que en ambas ocasiones el puesto de Canciller estuvo en manos liberal-conservadoras.

El primer gobierno ÖVP-FPÖ se concretó tras el ascenso electoral en los comicios de 1999 de un FPÖ entonces liderado por el carismático Joerg Haider, en unas elecciones ganadas por los socialdemócratas, pero en las que la suma ÖVP ―tercera fuerza― y un imparable FPÖ daban holgada mayoría. Las negociaciones para formar gobierno tuvieron lugar en enero de 2000, las enormes presiones de la UE, Estados Unidos e Israel, obligaron al FPÖ a darle la cancillería al conservador, Wolfgang Schessel, pero eso no paró las impresionantes presiones contra Austria y Haider ―quien había hablado públicamente en términos positivos de la política económica del III Reich― y el FPÖ tuvieron que salir del gobierno ese mismo año. Joerg Haider, hijo de un militante de las SA nacionalsocialista, protagonista de una gran transformación del FPÖ en línea social y nacional, e impulsor de una tercera vía en política internacional ―se llegó a reunir con Sadam Husein en Irak y con Gadafi en Libia― murió en un accidente de tráfico poco claro en 2018.

Diecisiete años después, ÖVP y FPÖ vuelven a constituir juntos un gobierno para Austria, el puesto de Canciller sería para del ÖVP ―ahora sí, el partido más votado del país― y el de vice-canciller para el también carismático Heinz-Christian Strache (FPÖ). En esta ocasión las presiones de la UE y el eje atlantista fueron aparentemente menores y el gobierno funcionaba de forma razonablemente eficaz. Todo cambió en mayor de 2019, el día que se publicó un vídeo filmado en un apartamento de Ibiza, en el que HC Strache y Johann Gudenus ―número 2 del FPÖ― compartían una conversación personal con una joven rusa, que se auto identifica como hija de un millonario ruso durante sus vacaciones estivales de 2017; fue el llamado «Ibiza-Affäre». El asunto, que no pasaba de ser una conversación en una casa privada filmado de forma ilegal, fue oportuno y orquestadamente difundido por la prensa. HC Strache, de forma honorable e intentando evitar cualquier daño político a su partido, dimitió de inmediato, el Canciller Sebastian Kurz convocó elecciones inmediatas de la que salió un nuevo gobierno del que quedó fuera el FPÖ.

Para determinadas instancias y grupo de poder, HC Strache se había convertido en un «problema» que amenazaba con desbordar la dimensión del de Haider. Como vice-canciller austriaco estaba aproximando su país a la Hungría de Orban y a la Rusia de Putin; había un «peligro» añadido en esos momentos, estaba comenzando su andadura política AfD, el partido no tenía aún estructura y le faltaba solidez formativa y organizativa, hubo unos primeros contactos entre la entonces dirección de AfD y Strache[13], nada más peligroso para el gobierno alemán con una prolongación del FPÖ en su país. Mantengo una gran amistad personal con HC Strache, él insiste en que el «Ibiza-Affäre» estuvo organizado fundamentalmente por los servicios alemanes y la operación les llevó mucho tiempo, instalar cámaras en su apartamento de verano en Ibiza no es algo que se pueda improvisar en pocos días. La justicia austriaca inició una investigación para averiguar quién había filmado ilegalmente ese material privado, el hecho de que se detuviera en Berlín al detective privado Julian Hessentahler, abonaría la tesis del propio Strache. Austria pidió su extradición por filmar un vídeo ilegal, por chantaje y por tráfico de drogas, por lo que fue posteriormente condenado por la Corte austriaca[14]. A Strache se le abrieron 13 juicios, durante estos años ha presentado batalla en los tribunales, siendo de momento declarado inocente en 11 de ellos[15] y con toda probabilidad lo será de los dos restantes. 11 de los 13 juicios, sus gastos judiciales han superado con creces medio millón de euros.

FPÖ AfD: confluencia en los mensajes. La «Remigración» como lema principal.

Tres han sido los factores que explican el éxito de estas dos formaciones en sus respectivos países.

– La denuncia de las políticas de aislamiento y privación de libertad relacionadas con el COVID. AfD y FPÖ fueron especialmente beligerantes con todo tipo de medidas restrictivas de la libertad de movimiento y de obligación de vacunación que tomaron los gobiernos de Berlín y Viena.

– La oposición a la guerra y la negativa a seguir ayudando militar y económicamente a Ucrania. AfD ha señalado en repetidas ocasiones el riesgo militar de un enfrentamiento con Rusia[16], el negativo impacto económico que ha supuesto el corte de relaciones comerciales y sobre todo energética con Moscú, y lo absolutamente intolerable que es seguir ayudando a quienes han realizado un ataque a los intereses y la soberanía de Alemania como fue la operación de volar el Nord Stream en el Báltico[17]. El vencedor de las elecciones en Turingia, Björn Höcke (AfD) llamaba abiertamente a votar a su formación para sacar una «tarjeta roja a los belicistas» que pretenden mantener involucrada a Alemania en una guerra contraria sus intereses nacionales[18]. Destacados dirigentes del partido como Beatrix von Storch han sido directos y contundentes al denunciar que Alemania se ha convertido en una simple marioneta de los intereses estadounidenses[19].

El FPÖ ha mantenido una política muy semejante a la de AfD en la cuestión de la guerra ruso-ucraniana, pero añadiendo un argumento que tiene mucha fuerza en el país alpino: Austria no es miembro de la OTAN y el FPÖ insisten en mantenerse fuera y continuar con la política de neutralidad[20]. Recientemente los nacionalistas fueron el único partido del Parlamento austriaco que votó a favor del alto el fuego en Ucrania[21]. Es más que previsible que si el FPÖ logra entrar finalmente en el gobierno, Viena se una a otras cancillerías de la Mitteleuropa ―Hungría y Eslovaquia― en buscar una salida rápida y pacífica a la guerra en Ucrania.

– Remigración en grandes líneas significa que las políticas de «contención de inmigración» o de limitarse a una «inmigración legal y contralada» son, dadas la situación demográfica y de inseguridad, absolutamente insuficientes y que es necesario dar un firme paso más hablando de la repatriación de inmigrantes; es decir, no sólo no admitir la llegada de más sino expulsar a inmigrantes ya instalados en territorio europeo. El concepto está presente desde hace tiempo en ambientes ideológicos del nacionalismo radical europeo, pero ha sido este último año cuando lo han adoptado abiertamente partidos de fuerte impacto electoral como parte de su programa[22]. Las juventudes de AfD han popularizado varios vídeos virales con canciones cuyo lema central es la remigración, Klickl (FPÖ) ha hecho del término Remigración[23] y del lema «Austria fortaleza»[24] los elementos centrales de su campaña electoral.

El término es todavía más un eslogan que un concepto claro y definido. Hay quien habla de «remigración de los delincuentes», otros de «la repatriación de millones de inmigrantes», dando a entender que ya no se trata simplemente de expulsar delincuentes sino de revertir la situación demográfica y políticos como el diputado neerlandés Thierry Baudet (Forum voor Democratie – FvD)[25] que habla abiertamente de un programa de repatriación de inmigrantes de hasta cuarta y quinta generación, obviamente con el acuerdo de los países de origen y presentándolo como una ventaja tanto para Europa como para las zonas de procedencia. La realidad demográfica irá definiendo el significado concreto del término.

Como señalamos en el artículo anterior publicado en esta web[26], los respectivos éxitos electorales refuerzan aún más la sinergia entre los dos partidos identitarios nacionalistas germanófonos y consolidan con fuerza la bisagra austro-alemana como eje principal del nacionalismo europeo. Las felicitaciones mutuas y los mensajes de apoyo solidaridad y complicidad entre las direcciones de AfD y del FPÖ han sido una constante en las celebraciones de los triunfos electorales. También recogemos el argumento señalado en nuestro anterior artículo de que este fortalecimiento juega en contra del rol del RN de Marine Le Pen como referencia principal en este terreno político. Hay que recordar que Le Pen atacó abiertamente a AfD por usar el término «remigración» que ella consideraba inaceptable[27] y que esto fue uno de los motivos para expulsar a AfD del grupo europeo que ella lideraba. El problema se le plantea ahora cuando es precisamente un miembro de su nuevo grupo de la Eurocámara (Patriots of Europe), el FPÖ quien también usa la «remigración» como lema principal, un nuevo grupo europeo en el que ella ya no tiene el liderazgo ―que ha pasado a manos del húngaro FIDEZS― y donde, si entra en el gobierno de Austria, el FPÖ tendrá un enorme peso. Un FPÖ que ―como es lógico por cuestiones identitarias, históricas y geopolíticas― mira con mejores ojos a la AfD alemana que al RN francés. Una ascendente AfD que marca perfil propio en el contexto europeo y que hace públicas sus distancias con la línea que está marcando Giorga Meloni en Italia[28].

 

* Enric Ravello Barber (Valencia 1968). Licenciado en Geografía e Historia (UV). Doctorando en Historia. Oposición del Ministerio de Economía Español en tributación aduanera y comercio internacional. Realizados cursos de Geopolítica y Análisis internacional en LISA Institute y GEDEGYS. Especialista universitario en Historia y Filosofía de las Religiones (UNED).

Ha participado en diversas iniciativas culturales, y metapolíticas del ámbito nacionalista. Director de las revistas Tierra y Pueblo e Identidad. Artículos publicados en diversas revista y webs europeas. Ha sido secretario del think tank EurHope con sede en el Parlamento europeo.

Conferencias en múltiples ciudades europeas junto a Guillaume Faye, Pierre Vial, Jean Haudry. Organizador de un encuentro sobre América del Sur en el Parlamento europeo.

Presidente de la Asociación de Amistad Euro Sudamericana (AAESA), https://aaesa.org/.

 

Notas

[1] https://www.ansa.it/sito/notizie/mondo/europa/2024/09/30/austria-tajani-isolare-rigurgiti-neonazisti-escludere-fpo_4dcceb48-1ada-485c-b617-4ea801c8ebc2.html

[2] https://electomania.es/fr/encuesta-mecklemburgo-pomerania-occidental-insa-25s-afd-lidera-con-cdu-spd-y-bsw-siguiendole/

[3] https://legrandcontinent.eu/es/2024/09/22/record-de-participacion-en-brandeburgo-la-extrema-derecha-no-logra-superar-al-spd-pero-entre-los-jovenes-la-afd-es-el-partido-lider/

[4] https://x.com/EuropeElects/status/1838309796107186619

[5] https://www.lavanguardia.com/internacional/20240925/9967438/dimite-cupula-verdes-alemania.html

[6] https://www.diario.red/articulo/internacional/ingobernabilidad-asoma-alemania-despues-elecciones/20240902162439034705.html

[7] https://elpais.com/internacional/2024-09-23/scholz-afronta-el-fin-de-la-legislatura-debilitado-y-con-una-alemania-derechizada.html

[8] https://www.diariosur.es/internacional/europa/alemania-abre-debate-sobre-ilegalizacion-ultraderecha-20241001142254-ntrc.html

[9] http://lionelbaland.hautetfort.com/apps/m/archive/2024/09/30/sahra-wagenknecht-est-opposee-a-la-proposition-d-interdictio-6516850.html

[10] http://lionelbaland.hautetfort.com/apps/m/archive/2024/10/02/andre-wendt-de-l-afd-est-reelu-vice-president-du-parlement-d-6517175.html

[11] https://www.smh.com.au/world/europe/austria-s-first-far-right-national-election-win-since-world-war-2-20240930-p5kefv.html

[12] https://legrandcontinent.eu/es/2024/09/29/en-austria-la-extrema-derecha-se-impone-por-primera-vez-desde-la-posguerra/

[13] https://www.welt.de/politik/deutschland/article156137960/Das-Gipfeltreffen-von-AfD-und-FPOe-auf-der-Zugspitze.html

[14] https://www.blueprintforfreespeech.net/en/news/ibizagate-source-julian-hessenthaler-convicted-by-austrian-court

[15] https://www.europapress.es/internacional/noticia-absuelto-nuevamente-ex-vicecanciller-austriaco-strache-condena-15-meses-corrupcion-20230110192630.html

[16] https://euro-sinergias.blogspot.com/2024/05/ex-coronel-de-la-afd-en-la-conferencia.html

[17] https://euro-sinergias.blogspot.com/2023/02/explosion-del-nord-stream-las-preguntas.html

[18] https://euro-sinergias.blogspot.com/2024/08/beatrix-von-storch-afd-alemania-como.html

[19] https://euro-sinergias.blogspot.com/2023/05/bjorn-hocke-afd-saquen-la-tarjeta-roja.html

[20] https://euro-sinergias.blogspot.com/2023/01/el-fpo-en-el-parlamento-de-la-ue-el-ovp.html https://euro-sinergias.blogspot.com/2022/03/programa-de-cinco-puntos-del-fpo-para.html

[21] https://euro-sinergias.blogspot.com/2024/09/solo-el-fpo-voto-favor-de-un-alto-el.html

[22] https://euro-sinergias.blogspot.com/2024/03/la-remigracion-politica-y-moralmente.html

[23] https://www.letemps.ch/suisse/la-remigration-concept-defendu-par-le-fpo-bien-connu-en-suisse

[24] https://elpais.com/internacional/2024-09-29/el-lider-ultra-que-quiere-convertir-a-austria-en-una-fortaleza-frente-a-los-migrantes.html

[25] http://lionelbaland.hautetfort.com/archive/2024/10/03/le-president-du-forum-voor-democratie-thierry-baudet-sur-tv-6517315.html.

FvD tiene actualmente 3 diputados en el Parlamento neerlandés. Rechazaron formar parte del gobierno tras la victoria electoral del PVV (Partij voor de Vrijheid – Partido por la Libertad) de Geert Wilders, por considerar insuficientes sus políticas de inmigración y acusarlo de sumisión a la UE. Las encuestas anuncian una subida en los próximos comicios. Recientemente se han incorporado al grupo europeo creado por AfD y otros partidos nacionalistas. https://euro-sinergias.blogspot.com/2024/09/el-partido-holandes-fvd-se-une-al-nuevo.html

[26] https://saeeg.org/index.php/2024/09/09/el-impacto-de-las-elecciones-regionales-en-turingia-y-sajonia/

[27] https://www.lemonde.fr/politique/article/2024/02/29/marine-le-pen-face-a-l-afd-une-fermete-teintee-d-hypocrisie_6219189_823448.html

[28] https://euro-sinergias.blogspot.com/2024/06/el-colider-de-la-afd-arremete-contra-la.html https://euro-sinergias.blogspot.com/2024/01/a-meloni-no-le-gusta-la-afd-no-habra.html

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LOS BRICS Y EURASIA DEJAN SU HUELLA

Roberto Mansilla Blanco*

Los últimos acontecimientos en la polarizada Europa y el convulsionado Oriente Próximo están descifrando algunas de las claves geopolíticas que observaremos con mayor intensidad en los próximos años. Entre ellas destaca el cambio estructural de poder que se va definiendo cada vez más a favor de Asia y el corredor euroasiático.

Bajo un contexto simultáneo de tensiones militares con la ofensiva ucraniana en Kursk y de los avances rusos en el Donbás, India y China impulsaron sendas iniciativas de negociación tendientes a buscar una salida al estancado conflicto ucraniano. Con la mirada igualmente puesta en las elecciones presidenciales estadounidenses, en agosto pasado el presidente indio Narendra Modi visitó Kiev toda vez el primer ministro chino Li Qiang estuvo en Moscú.

Resulta significativo que sean dos miembros de los BRICS como India y China (al mismo tiempo dos potencias nucleares que mantienen rivalidades geopolíticas y militares con reclamaciones fronterizas incluidas) los únicos con capacidad para impulsar iniciativas de negociación en la guerra ruso-ucraniana. Una expectativa de negociación que no se observa ni en Washington ni por parte de sus aliados «atlantistas» en la OTAN y en la UE, mucho más enfocados en «solucionar» el conflicto por la vía militar, pasando éste por asestar una derrota «humillante» para Rusia que, a todas luces, se ve claramente incierta a estas alturas.

Incluso este «atlantismo-europeísta» observa reveses electorales derivados de su intransigente política pro-ucraniana, tal y como se verificó con el histórico avance de la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD) en los recientes comicios regionales en Turingia y Sajonia. Por cierto, el presidente Joseph Biden y el canciller alemán Olaf Schölz habrían acordado para 2025 el despliegue de armamento nuclear en territorio alemán, una medida claramente disuasiva contra Rusia que rompe por completo el equilibrio nuclear desde el final de la II Guerra Mundial.

Toda vez que EEUU está casi absolutamente concentrado en sus elecciones presidenciales de noviembre próximo, es patente la falta de iniciativa de Washington para intentar reconducir los conflictos globales. El pulso electoral Trump-Harris gana en decibelios toda vez la escalada de tensiones militares entre Israel e Irán en Oriente Próximo alcanza ahora al Líbano, con los ataques israelíes contra posiciones del grupo islamista Hizbulá.

Como coletazo de última hora determinado por las expectativas electorales de apuntalar el camino de Harris hacia la Casa Blanca, la administración Biden anunció un ultimátum a Israel y Hamás para alcanzar un alto al fuego que, en ningún momento, implica sanción alguna contra la masacre en directo que lleva a cabo en Gaza un Netanyahu que vuelve a observar protestas internas pidiendo un alto al fuego con Hamás. A comienzos de agosto, en clara maniobra disuasiva contra Teherán, Biden anunció el envío al Golfo Pérsico de buques de guerra y portaaviones. Paralelamente, la OTAN abrió la veda para el envío a Ucrania de los F-16 con la expectativa (por cierto poco realista) de quebrar la superioridad militar aérea rusa.

Volviendo a los BRICS, este organismo multilateral que cobró un inesperado impulso con la guerra de Ucrania avanza en el diseño de una nueva arquitectura financiera que implique el final del predominio del dólar. Rusia, uno de los principales productores en materias primas como petróleo, gas natural y minerales, busca fortalecer sus lazos vía BRICS con la perspectiva de mantener una especie de salvavidas financiero ante cualquier eventualidad dentro de las tensiones permanentes con Occidente.

Los BRICS, que comenzó 2024 con una audaz ampliación de miembros como Arabia Saudí, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía, recibe ahora una nueva solicitud de admisión por parte de otra potencia euroasiática, Turquía, estratégico miembro de la OTAN pero que debe navegar toda serie de equilibrios mientras adopta una política autónoma que se aleja de los imperativos geopolíticos occidentales.

Con estas cartas en la mesa, India y China trazan iniciativas paralelas para posicionarse como los actores geopolíticos que marcan la línea de este siglo. Pero esto no es sólo en perceptible Ucrania y Oriente Próximo. Otro de los miembros principales de los BRICS, Brasil, impulsa junto a México y Colombia una mediación para solucionar una crisis postelectoral en Venezuela que amenaza con aumentar las tensiones internas y regionales y cuyas expectativas de éxito son escasamente previsibles tomando en cuenta el reforzamiento del autoritarismo y la represión por parte del presidente Nicolás Maduro. En 2023, otro miembro de los BRICS, Sudáfrica, casi en conjunto con su socio brasileño, impulsó una iniciativa de negociación en Ucrania que, pese al beneplácito de Beijing y Moscú, fue claramente neutralizada por Washington y el eje atlantista.

La revitalización del eje euroasiático y de los BRICS implica para un Occidente cada vez menos hegemónico la necesidad de quebrar internamente su cohesión, atizando las rivalidades sino-indias que comienzan también a verificarse ante las recientes tensiones militares en el espacio aéreo entre China y Japón, todo esto sin desestimar la creciente cooperación militar entre India y Japón que obviamente implica a Beijing y abre un nuevo equilibrio de poder en Asia. Con anterioridad, Occidente propició esas expectativas de quiebra interna dentro de los BRICS alentando al presidente argentino Javier Milei a no ingresar en ese organismo, asegurando así el regreso argentino al eje atlantista-occidental ampliado con las simpatías del propio Milei con Israel.

Paralelamente, Beijing remodela su iniciativa geopolítica de las Rutas de la Seda que, como señala el analista Emir Sader en un reciente artículo, reivindica ese peso histórico que Eurasia tuvo antes de la aparición de un hegemón occidental que hoy apuesta claramente por el militarismo a ultranza por encima de la negociación y el diálogo.

 

* Analista de geopolítica y relaciones internacionales. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela, UCV), Magister en Ciencia Política (Universidad Simón Bolívar, USB) Colaborador en think tanks y medios digitales en España, EE UU y América Latina. Analista Senior de la SAEEG.

 

Este artículo fue publicado en versión original en idioma gallego en https://www.novasdoeixoatlantico.com/os-brics-e-eurasia-marcan-a-sua-pegada-roberto-mansilla-blanco/