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BOLIVIA QUEDÓ HERIDA Y HUMILLADA

Editorial de El Deber*

El mes de agosto quedará en la historia como el tiempo en el que Bolivia fue atacada y humillada por una demanda sin sentido. El país fue paralizado por los bloqueos ordenados desde organizaciones que obedecían una consigna partidaria antes que por una reivindicación social. La pelea era por la convocatoria a elecciones nacionales. Al principio pedían que se mantenga la fecha del 6 de septiembre, después terminaron aceptando que sean en octubre, aunque para no dar el brazo a torcer, que se realicen una semana antes de la fecha propuesta por el Tribunal Supremo Electoral. Es decir, en la última etapa se buscó, aunque sea, una victoria pírrica.

En cambio, los bloqueos le causaron un grave daño a Bolivia. Murieron más de 30 personas por falta de oxígeno, no se sabe cuántas quedaron con otro tipo de daños porque este material escaseaba en los hospitales y no podía ser trasladado debido a los cortes en las carreteras. Hubo rehenes secuestrados en los puntos de concentración de quienes protestaban, hombres y mujeres que fueron golpeados y amenazados. Hubo alambrado de púas en Yapacaní donde se humillaba a los transeúntes que debían pasar de rodillas por el lugar. Esta movilización ha causado escasez de alimentos con la consiguiente elevación de precios de la canasta familiar. Los choferes del transporte pesado denunciaron que les negaron la venta de alimentos, les tiraron aceite a las vías. Por si lo anterior fuera poco, entre los bloqueadores afines al MAS aparecieron hombres encapuchados y armados, amenazando con guerra civil y con usar sus municiones para exigir la renuncia de la presidenta.

¡Cuánto daño causado a Bolivia! ¿Qué consiguieron los afines al MAS? EL Tribunal Supremo Electoral y la Asamblea Legislativa acordaron la aprobación de una ley que asegure la realización de elecciones en octubre (no se termina de definir si el día 11 o el día 18). Ese compromiso ya estaba resuelto desde que el Órgano Electoral dio a conocer el cambio de fecha. Lograron que no sea el Tribunal Supremo Electoral el que sancione al MAS porque su candidato divulgó la Ley de Régimen Electoral que lo prohíbe y que dispone como castigo la suspensión inmediata de la sigla. El asunto está en manos del Tribunal Constitucional que aún no ha definido al respecto. Es decir, nada concreto se ha conseguido en la materia.

¿Sabrán los movilizados que estuvieron en los caminos a cambio de nada que no sea el financiamiento de las movilizaciones? ¿Se darán cuenta de que los sacaron a bloquear a base de mentiras? ¿Será que son conscientes que hirieron de muerte al país al que dicen amar?

Esta protesta de 12 días deja también la certeza de que Bolivia está en manos de una clase política que no se interesa por el país, partidos y dirigentes que usan a esta nación para sus propios intereses. No se puede entender de otra manera el rol inicial de la bancada del MAS en la Asamblea Legislativa o el discurso electoral de la presidenta cuando insistió que los bolivianos deben elegir entre quienes bloqueaban y los que no.

Los candidatos, uno a uno, usaron la movilización para sus propios fines. Carlos Mesa pretendiendo mostrarse cauto y desoyendo el clamor de diálogo lanzado desde el Poder Ejecutivo; Jorge Quiroga desde el silencio o Luis Fernando Camacho pretendiendo reeditar glorias pasadas en base a la convocatoria a la confrontación.

Todo lo acontecido tiene herida a la patria. Que los bolivianos sean conscientes de ello.

 

* Editorial de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Boliva, https://eldeber.com.bo/opinion/bolivia-quedo-herida-y-humillada_195906  

¿CÓMO AGASAJAMOS AL PAÍS EN SU 195 ANIVERSARIO?

Jorge Santistevan Justiniano (El Deber)*

En los 195 años del nacimiento de la República de Bolivia, no hay momento más propicio que hoy para darle lo que más urge y necesita: Una buena democracia, porque sin ella nada funciona; los principales actores son los políticos y la sociedad boliviana. 

En el Siglo I el filósofo griego Epícteto decía: “La función del político se ha reducido, a levantarse por la mañana, saludar al César, ver a quién le puede dar un discurso, a quién le puede mandar un regalo y a quién le puede gratificar”. A su vez, Eurípides hacía referencia “a la ignorancia del pueblo, como la razón fundamental por la cual la democracia no puede funcionar”. Si bien hay ciudadanos con determinada sensatez y decoro, cuando estos se unen a la muchedumbre son fáciles de manipular. 

En el Estado boliviano la democracia esta menguando por algunas causas, como la ceguera que hay en los denominados “movimientos sociales” (las masas), cuya mezcla de ignorancia, ego, pasiones populares y de halagos, no permite plantear los problemas reales, ni permite que se les diga verdades desagradables, menos que deben soportar sacrificios y, cuando se intenta cortarles determinados privilegios a la que están acostumbrados, hacen lo que saben hacer mejor: bloquear, destruir, amenazar, y terminan defenestrando a cualquier autoridad; porque la masa se irrita no soporta que la contradigan, y además porque tiene gente que le promete, le adula, y sabe excitar su ego, esos son los políticos, sin escrúpulos cargados de demagogia que saben cómo aprovechar la ignorancia para manipularlos. 

¿Qué sucede cuando en una nación se corroe la base del sistema democrático?, se crean clientelas político-electorales y se acumula una enorme deuda nacional con profundo debilitamiento de la clase media y sucede que el Estado es menos soberano, menos libre y menos independiente porque son instancias externas las que marcan su política. 

Si bien hay modelos democráticos que están vigentes, no siempre son la mejor opción para el país; por ejemplo: 1. Un gobierno con “ropaje” democrático pero autoritario, para mantener de alguna forma independencia nacional, patriota que hable con la verdad y con crudeza sobre la realidad. 2. Un gobierno democrático, donde todos votan libremente por el partido y por la figura política que quieran, pero su política está absolutamente subordinada a instancias internacionales porque el país tiene una “gran deuda” y un gasto “clientelar” aparejado a la corrupción tan grande que no podrá hacer otra cosa, y en esa línea parecería que Bolivia está avanzando y 3. Lo ideal para el Estado boliviano, es la posibilidad de hacer correcciones inmediatas para que la democracia se sanee y sobreviva, lo que implica una serie de condiciones, como que el Estado deje áreas que ha invadido en favor de los ciudadanos; ello implica reducción del gasto público, reducción de los impuestos y renunciación a las clientelas electorales, incluso hacer un gran esfuerzo para educar a la sociedad civil, a las masas, para que dejen de convertirse en “rebaño” electoral de proyectos demagógicos, que solo endeudan y empobrecen cada vez más al país. 

Finalmente, que las elecciones se lleven a cabo cuando la situación lo permita, no así cuando los políticos lo impongan; que el candidato ganador administre el Estado, sobre la base de un cuerpo dirigente bien estructurado con sensibilidad estratégica, honradez y sabiduría en la toma de decisiones.

* Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/como-agasajamos-al-pais-en-su-195-aniversario_194998

URGE CONSENSUAR TEMAS ECONÓMICOS Y FINANCIEROS

Agustín Saavedra Weise*

Los líderes de la Unión Europea (UE) aprobaron el pasado mes de julio un acuerdo con miras a la recuperación de las economías afectadas por el Covid-19 y pandemia subsiguiente. La UE subvencionará a sus miembros más debilitados y se endeudará en miles de millones de euros para recuperar el crecimiento de la región. El pacto deberá ser confirmado por los respectivos parlamentos.

Y mientras algo tan positivo sucedió en la UE (el conjunto es la segunda economía mundial) en nuestro país —con una economía mucho más pequeña y menos compleja— las autoridades no se ponen de acuerdo casi en nada. Siguen los problemas y éstos se van acumulando por la falta de decisiones concretas o por el “impasse” entre poderes legislativo y ejecutivo. Un claro ejemplo es el tema de los diferimientos de créditos, que al no disponer hasta ahora de una definición concreta, ha sembrado incertidumbre entre las propias entidades financieras y sus deudores. Como es sabido, se pretende extender dicho diferimiento hasta diciembre por un proyecto de Ley ya aprobado en Diputados y que pende como una especie de espada de Damocles que no se sabe al final hacia qué lado apuntará. En la Asamblea Legislativa hasta ahí por ahora llegó la cosa, no se sabe qué pasará en el Senado y de su lado, el Ejecutivo no dijo ni “mu”. Todo lo demás es especulación y eso no es bueno. De la misma manera, hay otros temas tales como la aprobación parlamentaria de los préstamos internacionales y el nuevo bono de 500Bs, condicionado a que esa aprobación se concrete.

En el asunto tan sensible del diferimiento de créditos, hay que procurar un equilibrio. No puede dejarse a los bancos en la estacada cuando esas entidades deben cumplir con sus ahorristas, pagando intereses y protegiendo el dinero de los depositantes. Por otro lado, la pandemia provocó graves distorsiones entre diversos sectores productivos y comerciales que con un poco de ayuda podrán cubrir sus obligaciones crediticias sin entrar en colapso. Por tanto, se justifica el diferimiento, pero fijando plazos razonables, sin demagogias, en marcos flexibles y consensuados previamente entre el sistema financiero con las autoridades pertinentes. Este tipo de problemas no se soluciona con la simple aplicación dura de una disposición legal. Si se procede así, muchos podrían salir lastimados. Tiene que haber previamente diálogo y concertación para lograr una “dieta balanceada” que no comprometa la estabilidad macroeconómica del país.

Creemos con ánimo constructivo que el Ministerio de Economía y el Banco Central tienen a su alcance medidas paliativas y de estímulos que pueden coadyuvar con el sistema financiero en la actual coyuntura. Asimismo, cabe tratar de evitar futuros diferimientos; ello será posible con mayor generación de confianza y medidas inteligentes. Todo debe hacerse con visión global, sin que medien razonamientos sesgados o, peor, esperar el garrote para luego ver qué se hace. Mucho perjudica la pugna entre un Ejecutivo que quiere gobernar y un Legislativo que persiste en una oposición ciega.

El ejemplo europeo demuestra que con voluntad dialogadora e imaginación creativa los problemas se resuelven. Una vez se cuente con bases económicas sólidas que generen fuentes de empleo y se hayan superado álgidos problemas de coyuntura, se podrá pensar en actividades partidarias y electorales. Ahora prima el interés nacional.

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Debe, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/urge-consensuar-temas-economicos-y-financieros_194392