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EL ACCESO A LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA AL MARGEN DEL INTERÉS NACIONAL

César Augusto Lerena*

Imagen: MercoPress (29/03/2018) https://en.mercopress.com/2018/03/29/falklands-argentine-professor-visits-stanley-and-offers-proposal-to-end-the-dispute

El hombre del sombrerito gris no levantó la vista y continúo caminando, mirando las baldosas húmedas. Caían las primeras gotas, el “frente de todas las tormentas” enrarecía el ambiente y comenzaba a temer que no llegase a cumplir con esa ambición que ya llevaba treinta años, con la misma convicción de los que se entienden predestinados a cosas personales importantes por encima de los intereses nacionales.

Marcelo Kohen recuerda que él era desde 2016 “el primer no europeo electo como secretario general en casi 150 años del Instituto de Droit International”, una entidad que en 1904 obtuvo el Premio Nobel a la Paz, «por sus esfuerzos como organismo no oficial al formular los principios generales de la ciencia de la ley internacional». Nada que tenga que ver con el proyecto personal de este jurista que reside y trabaja hace más de veinte años en Ginebra, en un Instituto que ocupa el nada destacado Nº 2.940 en excelencia entre el ranking de universidades en el mundo y, claro está, muy lejos de este Premio Nobel a la Paz que se considera uno de los más controvertidos, ya que muchos de sus ganadores han sido muy criticados: por ejemplo Henry Kissinger (1973); Aung San Suu Kyi (1991); Yasser Arafat (1994); Wangari Mathai (2004) y otros. Nunca se le otorgó a Mahatma Gandhi a pesar de haber sido nominado varias veces y no se le dio el debido reconocimiento en el país a Adolfo Pérez Esquivel a quien se lo otorgaron en 1980 en su carácter de “fundador de organizaciones de derechos humanos no violentas para luchar contra la Junta Militar que gobernaba el país” y a Carlos Saavedra Lamas que lo recibió en 1936 por su actuación como “Presidente de la Conferencia de Paz que logró el armisticio entre Paraguay y Bolivia poniendo fin a la guerra del Chaco en 1935” y que, por una rara casualidad, estaba vinculado a nuestro ascendiente Gilberto Lerena, ya que ambos se casaron con las hijas del Presidente Roque Sáenz Peña; Rosa con Saavedra Lamas y Ciprianita con Lerena. En fin, los Premios Nobel a las personas y a las organizaciones, no se transfieren por ósmosis a los descendientes ni mucho menos a directivos de las instituciones. Solo podría heredarse alguna vieja fotografía.

Las luces de la ciudad confunden a los más obscuros personajes y suelen presentarse a destiempo de las circunstancias que viven los pueblos que, como la Argentina, viven dificilísimas décadas económicas y sociales. Tal vez sea el caso de Marcelo, que Cecilia Degl’Innocenti (Perfil, 26/04/2022) lo presenta como “el jurista que busca romper con 30 años de ausencia argentina en la Corte de La Haya” y que dice está “impulsado por la Cancillería para ocupar un lugar en el tribunal” y que “ha representado al país durante el conflicto de las papeleras sobre el río Uruguay y el caso de la Fragata Libertad”. El primer caso, perdidoso, porque la Corte entendió que Uruguay no violó sus obligaciones para evitar la contaminación ambiental y la planta de Botnia sigue produciendo, al igual que otras que se agregaron con posterioridad y, el segundo, liberó la fragata después de más de 60 días, cuando los actuantes se dieron cuenta que en lugar de recurrir al Tribunal de Comercio de Ghana podrían haber invocado el artículo 95º y 96º de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar ante el Tribunal Internacional del Derecho del Mar para liberarla. Para no mencionar y olvidar, su rol de asesor del equipo juristas que perdió ante Chile el reclamo de Bolivia de la salida al mar.

Nos dice Cecilia que “en 2023 la Argentina tendrá la posibilidad de contar con un juez en la Corte Internacional de Justicia tras más de 30 años de ausencia de representación nacional en el órgano judicial de mayor peso a nivel internacional” y, nosotros creemos, que no se trata de incorporar simplemente un argentino a ese Tribunal sino de hacerlo con el adecuado, ya que mientras en 1973 se incorporaba a esta Corte el jurista y diplomático José María Ruda que integró ese cuerpo hasta 1991 y lo presidió en los últimos tres años, quien tuvo una participación superlativa en favor de la Nación Argentina, entre otras obras, con su fundado alegato y destacado rol que dio lugar a la sanción de la Resolución 2065 (XX) de las Naciones Unidas, un hito histórico político y jurídico en la Cuestión Malvinas; mientras que el citado Marcelo Kohen en 2018 (Infobae, 22/03/2018) les proponía a los isleños un plan que, de haberse llevado adelante, entre otras cosas les habría de permitir a estos a los treinta años reivindicar la soberanía británica sobre los archipiélagos de Malvinas, contrariando la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional Argentina, la integridad territorial argentina y el sentimiento mayoritario de los argentinos.

A la hora de elegir el perfil de los representantes argentinos ante la Corte, es muy interesante destacar que mientras Ruda tenía una clara posición de representante de los intereses políticos nacionales y los traducía en claras y comprometidas acciones jurídicas y diplomáticas, la posición de Kohen parece la de un técnico a ultranza. Por un lado, el articulista refiere a que Kohen cuenta con el apoyo del gobierno nacional, sin embargo, las declaraciones de éste son reveladoras respecto a su compromiso con el Estado Argentino. Al preguntarle la periodista: «¿Cómo surgió su candidatura?» no refiere Kohen a que fue apoyado por el Gobierno actual, sino que fue «una propuesta de destacados colegas y amigos de todo el mundo que consideran que mi presencia como juez sería una contribución positiva para el trabajo de la Corte… no son los estados los que proponen a los jueces…soy profesor, no diplomático ni político, y pienso de manera independiente…No soypro tal estado o tal otro” sino pro-derecho internacional, lo que me importa es que los estados lo respeten… Mi compromiso como candidato es con la independencia de todo estado, presión o interés; poner el respeto del derecho internacional por encima de todo… poner todo el esfuerzo y la experiencia de trabajo en el derecho internacional al servicio de la justicia». Toda una autodefinición de un Técnico al servicio de la técnica, en un mundo, donde los intereses hegemónicos de las grandes potencias queda cada día más de manifiesto y, en especial, cuando este técnico forma parte del cuerpo de asesores del Consejo Nacional de Malvinas, que tiene como función principal prestar su conocimiento jurídico al Presidente Fernández, el Canciller Cafiero y el Secretario de Malvinas Guillermo Carmona, quienes deberían esperar que sus aportes estén destinados a recuperar el ejercicio pleno de Malvinas y no a escuchar una clase teórica del derecho internacional público al servicio de la justicia.

Llamativamente menciona Kohen en el artículo de Perfil a los muy destacados juristas argentinos Carlos Calvo y José María Drago, ambos diplomáticos de Julio Argentino Roca y omite a José María Ruda, embajador en las Naciones Unidas durante la presidencia de Arturo Illia, cuyos aportes respecto a la Cuestión Malvinas como vimos fueron relevantes y también, entre otros, a uno de los jurisconsultos más importantes de Argentina, el profesor Hugo Caminos, que entre otras cosas fue miembro de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires y el Tribunal Internacional del Derecho del Mar, quién cuando integraba el Institut de Droit International acuñó una frase derivada del artículo 2º del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia que dejaba en claro su calidad moral: «no se puede avalar el ingreso a quienes carecen de integridad moral». Esto viene a colación, porque para los cargos internacionales no deberían ser tenidas en cuenta solo las capacidades técnicas que, por cierto, son absolutamente imprescindibles, sino fundamentalmente la trayectoria de los postulados en favor de los intereses nacionales del candidato que el gobierno promueva. No a quien se presenta como: No soypro tal estado o tal otro”.

Nos deja claro Marcelo, cuando responde a la periodista, sobre cuál sería su rol en la Corte en el caso que la Argentina presentase la cuestión Malvinas: «Para que la cuestión Malvinas llegue a la Corte por vía contenciosa, haría falta que ambos Estados estén de acuerdo y acepten la jurisdicción de la Corte para resolver su controversia». Al respecto, en Clarín (Natasha N. 19/12/21) es un tanto dubitativo: “ha aconsejado a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner de llevar a los británicos hasta la CIJ, lo que después ha desaconsejado por su propia experiencia” y, su mirada política un tanto lábil, ya que proveniente de una familia comunista, conmemora y pondera el “Acuerdo de Comunicaciones con el Reino Unido” de 1971 que llevó adelante la llamada Revolución Argentina del presidente de facto Alejandro Lanusse, donde confiesa que «el Acuerdo contribuyó significativamente a la prosperidad de los isleños» (Perfil, 29/06/21), lo mismo que propició Macri con el Pacto de Foradori-Duncan en 2016, pacto que aún permanece vigente pese a su asesoramiento en el Consejo Nacional de Malvinas.

Está claro que el autopostulado Marcelo Kohen no es político ni diplomático, ni ha sido juez, es un docente de derecho internacional público y así le va a la Argentina en su errática política para recuperar el ejercicio pleno de la soberanía en Malvinas.

Por los frutos se conoce el árbol (San Mateo 7,16 y San Lucas 6,44).

 

* Presidente de la Fundación Agustina Lerena (fundada 21/10/2002). Presidente Centro de Estudios para la Pesca (CESPE). Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex-Secretario de Estado. Ex-Asesor en la H. Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación. Autor de “Malvinas 1982-2022. Una gesta heroica y 40 años de entrega” (2021).

MI ÚLTIMO VUELO CON GENDARMES

Tte Cnel (RE) D Pedro A. Obregón* (Revista Tiempo GNA 69)

El 15 de abril de 1982 nos ordenan volar a Río Gallegos para cruzar a las islas con el helicóptero Chinook AE-521 y el Puma AE-505. Iniciamos el cruce en vuelo directo en una operación que implicaba cierto riesgo porque se realizaba con una autonomía que era solamente para llegar, no contando con alternativas, además en vuelo visual sin ayudas a la navegación. Esto último era por no tener navegador ni otro sistema instrumental ADF VOR por la distancia.

Una nueva misión

Antes de salir, me reuní con la tripulación de mi helicóptero, el Chinook AE- 520. El vuelo lo haría con el Sarg Mec Av Alfredo Romero que también era mecánico de Puma. Nos trasladamos a la zona de embarque, que era una cancha de fútbol frente a la casa del Gobernador británico para el cambio de tripulación del Puma AE-508, que en ese momento ya estaba cargado y en marcha. Antes del despegue, el jefe de la patrulla a transportar, 2do Cte GNA Jorge Enrique San Emeterio, me muestra en la carta el lugar del desembarque, que era Monte Kent.

En ese momento el J B Av Comb me ordena abortar el despegue porque se había detectado en el radar, una PAC (patrulla aérea de combate) enemiga. En el período en que apagué los motores coordinamos con el 2do Cte San Emeterio algunas medidas de seguridad a tomar durante la operación, como la seguridad y alerta temprana contra las PAC que pudiésemos encontrar durante el vuelo (días atrás una PAC había derribado tres helicópteros). Por ello se puso un observador en cada lado de la aeronave que volaría con las puertas abiertas. En un lado, el Sarg GNA Miguel Víctor Pepe y en el otro el Sarg GNA Justo Rufino Guerrero y el Sarg Romero, que hacía de copiloto observaría hacia arriba y adelante a fin de poder dedicarme únicamente al vuelo.

Un puma en acción

A las 9 de mañana, cuando finalizó el alerta roja (amenaza aérea), despegamos, esta vez con el helicóptero Puma AE 508. El vuelo fue a baja altura y tratando de ir por las sombras de los pequeños cerros. Al llegar a la proximidad de monte Kent, saqué el tren de aterrizaje y realicé el control previo para el aterrizaje que respondió normalmente. En ese momento sorpresivamente, pierdo potencia en los motores y el helicóptero se desploma a tierra en los últimos dos o tres metros de altura. La máquina cae y pega con la panza, destruyendo el tren de aterrizaje, rebota y da un rolido a la derecha, produciéndose un incendio. Cuando el helicóptero queda inmóvil, veo al 2do Cte San Emeterio y al Sarg Romero que estaba sobre mi cuerpo, éste último logra abrir la puerta de emergencia.

Por ella salimos los tres junto con el Sarg 1ro GNA Ramón Gumercindo Acosta. Aturdido por el golpe, pude ver el helicóptero envuelto en llamas. No sabía que había ocurrido y mi desconcierto era total. Por el golpe había perdido el casco que luego encontré roto en dos partes. En ese momento el 2do Cte San Emeterio nos grita: “Ayudemos a sacar al resto”. Se refería a los hombres atrapados, eso nos sacó del shock haciéndonos reaccionar y comenzamos con el rescate. Recuerdo que cuando salió el Subalférez Aranda, la campera se le estaba prendiendo fuego y el Subalférez Guillermo Nasif había muerto.

Por esas cosas que uno hace, se me ocurrió dar una vuelta alrededor del helicóptero y así es como veo al Sarg Guerrero del otro lado del helicóptero entre la cabina y el rotor principal, gravemente herido en sus piernas. Cuando lo estaba arrastrando alejándolo del fuego, se rompió la campera de donde lo estaba tirando. Al no poder continuar, le avisé el 2do Cte San Emeterio, quien con el Sarg Pepe lo cargaron y lo pusieron a salvo.

Una vez que la tarea de sacar a los sobrevivientes finalizó, teníamos decidir qué hacer. Se coordinó que el 2do Cte San Emeterio y el Sarg Pepe se quedarían con el Sarg Guerrero que estaba incapacitado de moverse por sus heridas y yo conduciría al resto de la patrulla de regreso a Puerto Argentino. Por la dirección del vuelo sabía que debíamos caminar hacia el oeste, el Sarg 1ro Acosta, como buen comando GNA, rápidamente se puso rodilla a tierra, colocó en posición la brújula y me indicó la dirección en la que teníamos que dirigirnos. Como posiblemente deberíamos pasar unos campos minados, decidí que caminaríamos en columna de a uno y a 5 metros de distancia entre hombre y hombre. Así caminamos hasta que nos encontramos con las primeras tropas argentinas, eran infantes de marina y casualmente estaban minado el sector. Allí a través de la radio que ellos disponían me comuniqué con Puerto Argentino informando lo sucedido y solicité el auxilio para el herido. Pocos instantes después pasó por arriba nuestro el helicóptero UH1H con el Tte Ramírez y el Cbo 1ro Corsini en dirección a Monte Kent. Cuando vieron el humo del helicóptero en llamas se dirigieron y rápidamente rescataron al herido. Por los nervios y la fuerte experiencia vivida, teníamos mucha sed, una vez que descansamos, volvimos a caminar y por suerte encontramos un camión Unimog que nos llevó de regreso en los últimos kilómetros que nos faltaban.

Al mediodía llegamos a Puerto Argentino. A la noche, fui al hospital a interiorizarme del estado del Sarg Guerrero, hasta ese momento yo creía que lo ocurrido había sido producto de un accidente por una falla técnica o algo así. Pero este Suboficial viajaba con una puerta abierta observando y cuando me cuenta lo que había visto, tomé conciencia de lo ocurrido. La explosión del motor, cuyas esquirlas lo hirieron gravemente, había sido producto del impacto de un misil que él vio claramente cuando se acercaba veloz.

20 años después los británicos reconocieron el uso del misil estadounidense “Stinger” tierra-aire, por parte de tropas del SAS para derribar al Puma AE 508. Esta experiencia dejó en Guerrero y en mí un lazo de afecto y hermandad que duró por años. Él siempre recordaba que al primero que pudo ver luego de la caída fue como yo lo tironeaba de la campera. Por ello, cada vez que venía a hacerse atender de las secuelas que le quedaron nos reuníamos en mi casa. Tengo de él los mejores recuerdos, unos de los mejores soldados que conocí y hoy su hijo, el Tte Guerrero que también es comando como su padre, está destinado en la Compañía de Comandos.

Misil tierra-aire “Stinger”
El final

Cuando se produce la caída de Puerto Argentino, no se destruyeron los helicópteros propios por una orden directa del J B Av, pues luego hubo que realizar vuelos para buscar tropas aisladas, observadores adelantados de artillería y de la Fuerza Aérea, también otro tipo de misiones. La zona del Aeropuerto fue el lugar donde se reunió a los prisioneros de guerra. 

Relato inglés

Fuente: Mercopress, 12 de abril de 2002 (textual)

“El misterio que rodeaba el derribo del helicóptero Puma Argentino AE 508 durante la guerra de las Falklands de 1982 fue resuelto 20 años después de que las hostilidades cesaron. Se ha revelado que los miembros del SAS británico usaron el misil norteamericano superficie-aire Stinger para derribar a dicho helicóptero con la pérdida de 6 vidas. El 30 de mayo de 1982 entre 9 y 10 AM, el Puma estaba siendo empleado por los argentinos en la Montaña Kent, llevaba miembros de Gendarmería Nacional y por lo menos otros 4 helicópteros argentinos estaban operando. Transportaba no sólo hombres sino una inmensa cantidad de munición que estalló en las llamas en el impacto. Aún después de 20 años, el área donde se encuentra la máquina destruida sigue chamuscada y puede verse, junto con la sección de la cola, las palas del rotor.

Las pocas personas que han visitado el sitio, no pueden creer que sólo hayan perecido 6 personas. Finalmente el misterio fue resuelto y los autores del derribo fueron comandos del SAS ocultos en las colinas cercanas que admitieron haber usado en misil Stinger disparado desde el hombro”.

 

* El autor de la nota es paracaidista militar y fue el piloto del helicóptero derribado en esa ocasión.

RECOMIENDA EL GOBIERNO A LOS PERIODISTAS CÓMO TRATAR LA INVASIÓN BRITÁNICA DE MALVINAS

César Augusto Lerena*

Hemos leído en estos días un documento de la Secretaría de Malvinas de la Cancillería por el que se recomienda a los Periodistas argentinos el tratamiento adecuado de lo que llama “la disputa de soberanía con el Reino Unido” sobre Malvinas e Islas del Atlántico Sur.

Ya opinará la prensa sobre recibir recomendaciones del gobierno para dar un tratamiento adecuado a éste u otros tantos temas que son parte de las relaciones internacionales del país. Nosotros nos ocuparemos de lo que dice y no dice este documento que, según se informa, es parte de la “Agenda 40 Años”.

En contrario a la forma en que se titula esta “Recomendación” de la Secretaría de Malvinas, la Argentina no tiene una disputa de soberanía en Malvinas, sino que tiene un amplísimo territorio marítimo e insular ocupado en forma prepotente por el Reino Unido y la cuestión “a tratar” por los funcionarios del gobierno, es la recuperación de dichos territorios y “el ejercicio pleno de la soberanía (Filmus, Daniel. Infobae, 10/06/2020). Recordemos que la Nación Argentina «ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional» (Disposición Transitoria Primera C.N. 1994).

Dice este informe “Malvinas e Islas del Atlántico Sur”, sobreentendiendo que estas últimas, comprenden las Georgias del Sur, Sándwich del Sur y otras; aunque ello, no sea una cuestión menor, ya que el Reino Unido mantiene en éstas una ocupación y administración independiente-ilegal y desde ellas su pretensión de proyección a la Antártida.

A pesar de que la “Recomendación a los Periodistas” de la Secretaría dice: “Una comunicación responsable no debe obviar el territorio en disputa y sus cuantiosos recursos naturales(sic) este documento omite la invasión, ocupación y explotación del Reino Unido de 1.639.900 km2 de los espacios marinos argentinos, que representan un porcentual equivalente del 52% de la Zona Económica Exclusiva Argentina; la extracción de 250.000 toneladas anuales de especies pesqueras argentinas del área de Malvinas, un equivalente a entre 650 y 1.000 millones de dólares por año y la explotación petrolera offshore. Todo ello, violando la Res. 31/49 de las Naciones Unidas que deberían haber impedido al Reino Unido avanzar sobre los territorios argentinos ocupados y, que este documento oficial no menciona para conocimiento de todos la prensa y todos argentinos.

Además, de referir erróneamente (¿?) que la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) con sede en las Naciones Unidas “recomendó” los 1.782.500 km2 presentados por la Argentina, esa Comisión solo recomendó 351.633 km2 ya que 1.430.367 km2 no fueron tratados por la referida Comisión por entender que estos kilómetros de plataforma se encuentran en disputa con el Reino Unido. Omitió también que los trabajos sobre la plataforma se iniciaron en 1996, no en 2009 que es la fecha de presentación y ello debiera destacarse, porque esta labor se constituyó en una de las pocas políticas de Estado que han llevado adelante todos los gobiernos desde 1996 a 2016.

Por otra parte, llama la atención que no elaborase en pleno esta “Recomendación” el Consejo Nacional de Malvinas y solo tres de sus miembros lo hayan hecho; tanto desde el punto de vista político, como, por que conocemos, la Ley 27.558 aprobada en 2020 requiere que toda aprobación en este Cuerpo debe tomarse por consenso en todos aquellos temas que se difundan a la prensa: «(b) Colaborar en la elaboración del sustento de la posición argentina en la disputa de soberanía en sus aspectos geográficos, ambientales, históricos, jurídicos y políticos; (c) Proponer y llevar adelante actividades de docencia e investigación que aporten conocimiento al pueblo argentino sobre la justicia del reclamo del ejercicio pleno de soberanía sobre las Islas Malvinas (…); (d) Realizar acciones destinadas a colaborar en la difusión y promoción de los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas (…) y (e) Proponer estrategias que aporten al reconocimiento permanente de los Ex Combatientes de Malvinas y caídos en combate y de sus familiares» (sic).

El punto 7 del informe recomienda denominaciones para los isleños y para seudo instituciones británicas que ocupan ilegalmente Malvinas y termina refiriéndose “al conflicto del Atlántico Sur” en lugar de conmemorar el 2 de abril los 40 años de la recuperación de Malvinas, lo que los isleños británicos harán el 14 de junio próximo. En 1982 los británicos ocupaban 11.410 km2 de los archipiélagos más tres millas marinas a su alrededor. Hoy hay una “invasión británica del Atlántico Sur” que ocupa 1.639.900 km2 de territorio marítimo argentino y nos disputan la plataforma continental y la Antártida. ¿No hubiese sido prudente hacer un “copia y pegue” del repudio a la guerra y a la violación de territorial de Ucrania y hacerlo igualmente al Reino Unido respecto a Malvinas? Entendemos, que no se puede construir un “tratamiento mediático de los hechos(sic) relatando solo antecedentes históricos o jurídicos ¿o no se ha hecho nada más en estos 40 años? Probablemente no. El presidente de la Nación se refirió preocupado días pasados a “la guerra contra inflación” y este documento no cita ni una sola vez “la guerra de Malvinas”, quitándole relevancia a la recuperación de Malvinas y al 2 de abril, que conmemora “el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas”.

Como dijimos (Lerena, César “La Reconquista de Malvinas del 2 de abril de 1982”, 24/01/2022) el gobierno no quiere (y yo tampoco) atribuir esta Reconquista al dictador Galtieri; pero, en este esfuerzo intelectual fallido y autoritario, que se deja de manifiesto en esta “Recomendación a la Prensa” confunde las motivaciones espurias de Galtieri; la falta de oportunidad y de disponibilidad del armamento indispensable; la pésima planificación y conducción de los principales responsables; la incapacidad estratégica y la falta de consentimiento nacional y autorización de los representantes legítimos del pueblo, entre otras razones (que podrían ser detalladas con mayor precisión y amplitud), con la Gesta Heroica de quienes ejecutaron la recuperación de Malvinas y la posterior defensa del territorio nacional, combatiendo y cumpliendo fielmente con el juramento de “seguir constantemente la bandera y defenderla hasta perder la vida”.

Depreciar la Reconquista, es desvalorizar el esfuerzo de los soldados, suboficiales, oficiales, mercantes, civiles y hasta pescadores combatientes y de sus familiares. Es hacer caer en abstracto y devaluar todas las condecoraciones y reconocimientos a los Veteranos de Guerra. Es una sanción que no puede alcanzar a quienes combatieron con honor y su ocultamiento es una condena explícita y una desmalvinización que se cumple hasta nuestros días devaluando a los combatientes que defendieron el espacio argentino con honor y es mantener a la Nación y a los argentinos postrados ante la Infame Falange de Albión; quien no solo utilizó todo su poderío militar durante la guerra, sino que después de ella nos dice y desculturiza poniéndonos de rodillas: “olviden los argentinos las derrotas británicas de 1806, 1807, 1845 y 1982”. Confraternicemos. ¿Porque no nos referimos a las derrotas infringidas por la diplomacia argentina mediante el Pacto de El Pacto Roca-Runciman (1933), los Acuerdos de Madrid (1989/90), el Pacto de Foradori-Duncan (1916) y otros tantos acuerdos infames, algunos de los cuales mantenemos en vigor, al igual que la Ley 24.184 de protección y promoción de las inversiones británicas.

Está claro que, según lo dicho, Galtieri y otros generales y almirantes merecen la mayor de las humillaciones, pero ésta no puede trasladarse a los combatientes y al conjunto de los argentinos. ¿Por qué los gobiernos, por sancionar legítimamente y justo rigor a Galtieri, privan a los combatientes de Malvinas y a todos los argentinos de semejante orgullo nacional equiparable —o aún más— a la Reconquista de las 40 manzanas de Buenos Aires ocupadas en 1806 en manos de españoles, orientales y criollos? O la resistencia efímera y adversa de la batalla de la Vuelta de Obligado que en un día terminó en derrota argentina, con 250 muertos y 400 heridos. ¿Los detractores del Brigadier Juan Manual de Rosas deberían entonces rechazar la conmemoración de esta fecha como el día de la Soberanía Nacional? (Ley 20.770).

¿No está acaso en la voluntad popular recuperar la soberanía plena de Malvinas? «La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía (…) constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino» (C.N., 1994). ¿No se llenó acaso la Plaza de mayo para repudiar a Galtieri y también para festejar la recuperación de Malvinas? Ningún gobierno puede estar en contra de la Constitución Nacional, de la voluntad popular y del honor eterno que merecen nuestros héroes nacionales.

Vaciar de contenido es quitar «Su memoria, junto con la de quienes combatieron en el conflicto con la legítima convicción de defender el interés nacional, merece ser honrada» (de la “Recomendación para Periodistas” Secretaría de Malvinas, 3/2022).

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Ex Secretario de Bienestar Social (Corrientes). Ex Profesor Universidad UNNE y FASTA, Ex Asesor en la H. Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación- Autor de 28 libros, el último “Malvinas. 1982-2022. Una Gesta Histórica y 40 años de Entrega. Pesca la moneda de cambio”.