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UNA GUERRA DE VEINTE AÑOS POR EL ÁMBITO SOCIAL

François Soulard*

La democracia es el único régimen que cree estar obligado por sus principios a no defenderse de sus enemigos.

Raymond Aron (Introducción a la filosofía política).

 

Un conflicto estructural no nombrado

Es difícil, por no decir imposible, entender las problemáticas profundas de Argentina sin abordar sus dinámicas conflictivas y abordarlas desde una mirada renovada. El país no enfrenta meramente el cuadro general de cualquier integrante del Sur global, teniendo que sortear las distorsiones centro-periferia como lo recordaba Raúl Prebisch, la puja de sus facciones antagonistas internas o las fragilidades heredadas de las democracias parlamentarias tal como lo describiría un observador liberal como Martin Wolf[1]. Si bien todos estos criterios pueden ser válidos, es central focalizarse sobre la conflictividad estructural, susceptible de contener conflictos derivados, pero jerarquizando a toda la sociedad con la particularidad de ser paradojalmente menos detectable desde los marcos generales de percepción y además menos regulable desde las funciones heredadas del sistema político democrático-liberal.

En definitiva, es precisamente por una falta de percepción y de determinación para enfrentar a esta conflictividad que el país transita una situación de multiplicación de conflictos latentes y ramificados, desembocando en lo que varios comentaristas suelen retratar de «decadencia», de «zona gris» o de «Estado fallido».

Una guerra social encubierta, no convencional y no armada

En efecto, la Argentina se encuentra subsumida en un estado de guerra social de larga duración, ni declarada y ni armada, pero animada de fines estratégicos y políticos como lo es cualquier guerra contemporánea. Aplicando las reflexiones polemológicas de Aron y Clausewitz, cabría entonces designar cuáles son las entidades expresando una voluntad de enfrentamiento y cuáles son los medios violentos explícitamente movilizados en el marco del conflicto. Ahí aparece un primer problema con la segunda pregunta porque si bien podemos presenciar episodios puntuales de violencia física, es evidente que no estamos ante una confrontación violenta o una guerra civil armada de alta intensidad, semejante a otras fases bélicas de la historia nacional. No se trata de una guerra convencional, sino de una guerra combinada de otro tipo, de menor intensidad, disimulada en cuanto a sus fines, ejecutada en el ámbito social y político mediante otro tipo de fisionomía y medios.

Principales actores estratégicos

La primera pregunta enunciada en el párrafo anterior es más solventable. La dialéctica de voluntades ofensivas que estructura a Argentina pone en presencia a tres actores principales: las formaciones neomarxistas, con niveles de coordinación a nivel regional, procedentes de la tradición castro-revolucionaria y reconfiguradas después de cuatro fases previas de evolución como lo recalca Pablo Anzaldi[2]; el nacionalismo estadounidense, con su imperium continental (doctrina Monroe) y global, expresado en dos vertientes (capitalismo globalista pos-crecimiento y nacional-capitalismo liberal conservador); el nacionalismo inglés, aliado al anterior y fuente del conflicto militar en la Guerra del Atlántico Sur y de la disputa de las islas Malvinas.

Otros actores, como Venezuela, Israel, Irán o China, completan este panorama. Del mismo modo, convendría mencionar a otros actores locales, como por ejemplo las familias partidarias tradicionales de Argentina (justicialismo, republicanismo liberal, socialismo, etc.) o los sectores productivos estructurados. Sin dejar de tenerlos en cuenta, los consideraremos en este análisis en un plano más segundario.

Etapa previa: lucha armada, guerra del Atlántico Sur y political warfare posterior

La lucha armada, iniciada a partir del año 1959 con el respaldo del bloque soviético, abrió el camino para la represión militar en toda la región, avalada por Washington. En 1983, agotada la violencia tanto en los grupos civiles armados como en el régimen militar, el gobierno de Ricardo Alfonsín sentó las bases de una dependencia judicial y cognitiva decisiva para trasladar el conflicto anterior a otro escenario. Asumió la propuesta, diseñada desde la inteligencia británica y traída localmente por el jurista argentino Carlos Nino, de judicializar, en el marco del derecho civil, la pacificación posterior al enfrentamiento armado. Este proceso creó un frente de disputa interna y dio viabilidad a una ofensiva judicial y cognitiva apuntando el debilitamiento de dos núcleos del Estado nacional: la justicia y las fuerzas armadas.

Londres y Washington, doble artífices de una guerra insidiosa

Londres fue el primer artífice de esta modalidad de guerra (conceptualizada en 1948 por el norteamericano George Kennan), pero cuyos fundamentos están presentes en varias culturas estratégicas. Supo entender que la fase posterior a la victoria militar en el Atlántico Sur trasladaba nuevos antagonismos al tablero sociopolítico, con el riesgo potencial de que se reconstruya un nacionalismo argentino. Incentivó el prototipo de una guerra por el ámbito social (political warfare en inglés), basada en un conjunto de acciones combinadas e implementadas esta vez en tiempo de paz: difusión de conocimiento en universidades, presencia en los medios de comunicación, «entrismo cultural», activismo judicial, sostén de formaciones políticas colusivas (campo marxista-leninista), apoyos financieros a organizaciones locales (el Centro de Estudios Legales y Sociales en particular). Sus metas fueron debilitar la unidad estratégica del Estado nacional y modelar el entorno cultural y perceptivo de la sociedad, siempre de manera furtiva a fin de no despertar respuestas defensivas.

En paralelo, otro modelaje ofensivo se fue reforzando desde los Estados Unidos en los años 1990, a través de la generación de dependencia económica y de la jerarquización del conocimiento en materia de economía, ciencias de gestión, geopolítica y polemología. En 1993 el secretario de Estado Christopher Warren sellaba una política de seguridad económica elevada como prioridad de política exterior que Carla Hills, delegada al comercio (me parece mejor “representante comercial”) de 1989 a 1993, resumía con la siguiente fórmula: «abriremos los mercados extranjeros con una barra de acero cuando sea necesario, pero con un apretón de manos siempre cuando sea posible». El alcance de este modelaje, aplicado al interior de la OTAN y en otras latitudes, es de no divulgar las herramientas conceptuales para librar estas modalidades furtivas de guerra y de focalizar la atención en otras.

Conquista del poder e ingeniería social dual

En Argentina, el año 2003 marca el punto de retorno y llegada al poder de las formaciones afiliadas a la base neomarxista latinoamericana. Los coletazos político-económicos de fines de los años 1990 fueron aprovechados para facilitar su ascensión, de modo democrático o pseudo-arbitrario. Luiz Lula da Silva y Hugo Chávez llegan por las urnas en Brasil (2002) y Venezuela (1998), el segundo habiendo ensayado un golpe de Estado (1992). Evo Morales en Bolivia y Eduardo Duhalde en Argentina llegan luego de procesos de enfrentamiento territorial que terminan desbordando a los gobiernos establecidos (renuncia de Fernando De la Rúa en Argentina, renuncia de Carlos Sánchez de Lozada y Carlos Mesa en Bolivia como consecuencia de la Guerra del gas).

De entrada, el gobierno de Néstor Kirchner pone en marcha una ingeniería social dual (negativa y positiva), apuntando a conquistar la confianza de una parte de la sociedad a costa de la activación de conflictos triangulados y la designación de enemigos internos. Los movimientos sociales, los sectores sindicales, los partidos de izquierda y de centro-izquierda, junto con las masas informales son aliados y se ven movilizados en un proceso de rearticulación transversal. Una vez estabilizado, el poder ejecutivo anula rápidamente la Ley de obediencia debida y reabre el juicio a las cúpulas militares en continuidad con la etapa previa mencionada. Los derechos humanos son elevados al rango de secretaria de Estado y sirven de escudo informacional para atacar a poderes constituidos (medios de comunicación, justicia, fuerzas armadas, inteligencia, empresariado industrial). En el plano económico, la demanda global en commodities abrió un ciclo de prosperidad fiscal hasta el año 2010.

En el campo psicosocial, cada línea de tensión o cada adversario designado viene acoplado con un grado de desautorización que apunta a instalar un margen de rechazo en la sociedad («los militares son genocidas», «Clarín miente», «la derecha es reaccionaria»). Los medios de comunicación opositores o el campo liberal-republicano abonan a la misma lógica inversa, activando así una suerte de triángulo de Karpman (círculo vicioso de persecución, victimización, salvación), participando de una mayor polarización e histerización de la sociedad. En 2008 la Resolución 125, que cuestiona a la renta agraria, constituye uno de los conflictos más agudos obligando al sector agroindustrial a definir su límite mediante un conjunto de medidas de fuerza.

Subversión y guerra informacional

En el telón de fondo, el cuestionamiento epocal de la visión positiva del desarrollo heredada de las revoluciones industriales y de la falsa pacificación asociada a la globalización, abona al diseño de una política de relativismo y de revisionismo. Bajo el paraguas del progresismo, varios puntos débiles del liberalismo son atacados (desigualdades, crecimiento por derrame, concentración de riqueza, etc.) para legitimar un «Estado presente» a la par de los derechos sociales. En la realidad profunda, este manejo de las percepciones no impide la práctica de un capitalismo tradicional y su subversión con el propósito de captar poder y recursos. Es un hecho que la mayoría de las experiencias progresistas a nivel regional demuestran un nivel inusual de predación de recursos y de maniobras concentradoras de poder.

Los derechos humanos, al igual que el indigenismo o el ecologismo, están instrumentalizados como un factor cultural e identitario de segmentación y de complejización de la sociedad, coincidiendo ahí con la vertiente globalista del nacionalismo norteamericano. Ya practicadas en otros contextos (África del Sur, Europa del Este, Medio Oriente), estas estrategias buscan cultivar un mayor grado de entropía social favorable a la desarticulación del tejido nacional. En este punto precisamente se cristaliza una colusión de objetivos entre los sistemas de influencia anglosajona y el proyecto neomarxista latinoamericano.

En el terreno del conocimiento, la veintena de universidades creadas en el conurbano bonaerense (por citar un ejemplo) extienden la búsqueda de acomodar una matriz de conocimiento compatible con la cosmovisión de estos proyectos. Es acompañado por un entrismo en las estructuras académicas existentes. A partir de 2009 se buscó desconcentrar a los grandes medios de comunicación (Ley de servicios de comunicación audiovisual) encarnados por el grupo Clarín. Fue resistida en la justicia por medidas cautelares (demandadas por el mismo grupo Clarín) y finalmente modificada en 2016 por el gobierno de Mauricio Macri.

De forma general, la arquitectura de guerra informacional desplegada abona a mantener un cerco cognitivo en la sociedad y al interior de los grupos sociopolíticos afines. Es necesario limitar los elementos de unidad nacional o distanciarse del mito liberal fundacional frustrado de haber sido una «gran nación argentina». La realidad es sistemáticamente abordada con percepciones alteradas o desviadas y, según los casos, envueltos en ofensivas informacionales de fuerte intensidad (expropiación de REPSOL-YPF, caso Alberto Nisman, causa Correo, endeudamiento con el FMI, Santiago Maldonado, ARA San Juan). El triple registro de la victimización, combinado con el de coaccionar y de rescate (formalizado por Stephen Karpman), han potenciado los alcances de la ingeniería social.

Escasez de voluntad y de ideología

Frente a esta iniciativa de demolición endógena de la sociedad argentina, ha sido notable la escasez de ideologías, de voluntad y de métodos de parte de sus contrincantes. No es propio a Argentina, sino a cualquier régimen político dejando de ser inquieto y atento a descifrar la gramática ofensiva del siglo XXI. En este sentido, el campo neomarxista ha tenido un mayor espesor estratégico en el campo subversivo e informacional. No es una casualidad que la acción judicial sobre los hechos de corrupción haya constituido el movimiento más contraofensivo para frenar estos proyectos. En Brasil, la mega-investigación judicial Lava Jato logró rebatir varias cartas políticas con el apoyo remoto del ala del nacionalismo estadounidense quien, de paso, no dudó en hacerse de las grietas vacantes para posicionar sus peones en la economía brasileña.

Hoy, una multitud de países incentivan este tipo de guerra subterránea en el tejido interno de sus adversarios, entre ellos los Estados Unidos, Reino Unido, Irán, Israel, Rusia, Alemania y China. Si el año 2023 aparece como un año de despertar en Argentina, esta matriz conflictiva seguirá su curso. Es imperativo radiografiarla con mayor precisión, armarse mentalmente y dotar la democracia de nuevas herramientas compatibles con su vocación liberal y abierta.

* Nacido en Francia, es ensayista y coordinador de la plataforma internacional de comunicación Dunia. Titular de una maestría en Ciencias de la Tierra en Francia. Se dedicó a la planificación territorial en el norte de Francia hasta el año 2003, para luego ser observador-partícipe de las dinámicas sociopolíticas en varios continentes. En 2012 fundó la plataforma Dunia en pos de brindar servicios de comunicación digital e investigar el rol estratégico de la información. Ha sido partícipe de distintos movimientos sociales en la región, en Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Es autor de «Una nueva era de guerra informacional en América Latina»; coautor del «Diccionario del poder mundial» (2015) y «Democracia digital» (2020). Tradujo al español y al inglés algunas obras del geoestratega Gérard Chaliand («Por qué Occidente pierde la guerra, Terrorismo y política, Atlas estratégico»). Desde 2020 colabora con la Escuela de Guerra Económica en Francia.

Miembro de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG.

 

Referencias

[1] The Crisis of Democratic Capitalism (2023). Penguin Random House.

[2] Diez tesis sobre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Disponible en ieeba.org.

©2023-saeeg®

LA ARGENTINA 2023: SU LONGEVA CRISIS, SUS CONFLICTOS Y ESTADOS DE GUERRA.

Heriberto Justo Auel*

“El progreso es imposible sin cambio y detrás de todo cambio subsiste un conflicto”.

F. Aznar Fernández-Montesinos (1)

 

Introducción

Desde hace décadas nuestro Instituto ―IEEBA― viene señalando que la naturaleza de nuestra centenaria crisis-decadencia* es cultural y política (2), con severas consecuencias socioeconómicas que progresivamente se agravan con el transcurrir de los años. Debemos reconocer que aramos en el mar: lo objetivo y material oculta a las causas abstractas del drama y se continúa ―cíclicamente― atacando a las consecuencias e ignorando a la causa primera de esta crítica situación calamitosa.

Lo mismo ha ocurrido con las “primarias” de Sta. Fe, en las que gran parte de la prensa interpretó ―superficialmente― que triunfó la “moderación”, cuando en verdad triunfó el “progresismo globalista”, encubierto aliado del castro comunismo (3). No hay sensores para penetrar en la “ola profunda”. Hay confusión analítica y mientras esta siga adelante, habrá crisis-decadencia. Coincidentemente con este hecho Austria expulsó a Soros, pero ello no alcanzó para relacionarlo.

Una de las principales manifestaciones de la grave situación que transitamos es la inseguridad ―pública y estratégica― y su consecuencia, el número diario de muertes inocentes que ya se hace insoportable. Sin embargo la dirigencia política ―en plena campaña electoral― no encuentra una sola idea aceptable para alcanzar la Paz Social. Por el contrario, Larreta ―candidato a la presidencia― ha dicho ―en estos días― que “la Argentina no tiene una sola hipótesis de conflicto” y que por ello propone “enviar al Ejército a las fronteras y a la Gendarmería a reforzar a las Policías”. A semejante propuesta ―en castellano antiguo― se le llama “burrada”** (4).

Estamos pagando un precio muy alto por la falta de idoneidad de quienes ocupan cargos públicos en el área de la Seguridad Nacional. Conceptualmente atrasan casi un siglo. Cuando finalizó la IIGM ―1945― y se inició la GM conocida como “Guerra Fría” ―1947― ingresa en la investigación y desarrollo ―ID― la electrónica ―la computadora―, que acelera el proceso de innovación científico-tecnológico. El mundo desarrollado ingresó rápidamente a una nueva etapa civilizatoria: “la posindustrial” o “la del conocimiento”, un salto cualitativo del “progreso” y ―consecuentemente― un cambio en la forma de producir y de hacer la guerra. Como lo expresa Aznar Fernández Montesinos (1), “con ese cambio llegaron nuevos conflictos” (5).

Coincidentemente, en 1945 ―cuando finalizó la IIGM― en el ámbito político-estratégico internacional ingresó la posibilidad de la hecatombe*** ―con la presencia de las armas de destrucción masiva QBN― que ampliaron enormemente el espectro del conflicto, cumpliéndose así la sentencia clausewitziana que dice: “cada tiempo tiene su forma peculiar de guerra”. Dos años más tarde ―1947― se inició una GM absolutamente diferente, la citada Guerra Fría y ―en nuestro Hemisferio Sur― las primeras y sorpresivas guerras “diferentes”, asimétricas/híbridas, que los argentinos peleamos sin conocerlas ―una sublimitada y otra limitada―. A pesar de estos hechos, para gran parte de nuestra dirigencia nada ha cambiado en el ámbito de la Seguridad Nacional.

La mayoría de quienes manejan las palancas se forma en nuestras universidades. En ellas los conocimientos polemológicos, estratégicos o geopolíticos no tienen cabida en la currícula de Ciencias Sociales, o bien solo se desarrollan a través un barniz, de programas elementales. Lo mismo ocurre en el campo de la investigación académica y en los posgrados de estos conocimientos específicos.

Los Institutos Militares Superiores ―que capacitan a los Oficiales de Estado Mayor― no cuentan con posgrados especializados y la Universidad Nacional de la Defensa no vertebra su oferta académica sobre un eje belígero ―de cuarto nivel―. El resultado de estos graves atrasos curriculares ―en los niveles formativos y de perfeccionamiento― es la total falta de idoneidad en la alta conducción de la Seguridad Nacional, como lo hemos padecido en las últimas cuatro décadas y se lo comprueba ―sin lugar a duda― con la escandalosa situación alcanzada hoy, en esa área.

La ignorancia en la alta dirección de la Seguridad Nacional se agrava con la presencia de “la revolución” en los gobiernos ―desde el ‘83 en adelante― que de hecho crean zonas liberadas al delito organizado ―el narcoterrorismo― como principal sostén financiero del castro comunismo (6).

El cuerpo social ―“desinformado e indefenso”― paga diariamente ―y en aumento progresivo― una dolorosa cuota de sangre por las carencias conceptuales, legislativas, organizacionales, disuasivas y operativas del Estado, frente a las nuevas formas del delito y/o de la agresión.

El trastocamiento de la victoria táctica argentina frente al castro comunismo ―en los ‘70― se transformó en derrota política-estratégica ―en los ‘80― inducida por la inteligencia británica con una maniobra estratégica-jurídica de aproximación indirecta, ejecutada por los sucesivos gobiernos argentinos desde 1983. Desde entonces la Argentina se autodestruye.

Las dirigencias ignoran totalmente los actuales “estados de guerra” retenidos por los enemigos que agredieron a la Nación Argentina en la segunda mitad del siglo XX, se ignora la gravedad de la situación estratégica presente y se oculta al soberano el conocimiento de los nuevos riesgos y amenazas estratégicas activas en Iberoamérica y en nuestro país.

Los cambios civilizatorios llegaron, sus correlativos e inéditos conflictos también, pero el progreso no llega pues los conflictos continúan, la decadencia continúa y la disgregación está a la vuelta de la esquina. Si el soberano vota en las elecciones presidenciales como lo hizo en Santa Fe, el castro comunismo continuaría en el poder, con otros ropajes. No habrá pacificación nacional. Se agravará el conflicto.

Se homologaría ―en nuestro país― lo ocurrido con la sucesión Uribe-Santos en Colombia, que finalizó con Petro en el poder. El “topo” Santos apuñaló a su padre político, produjo un “Tratado de Paz” falso y la “revolución” logró llegar al poder ―siendo minoría―. Lo que no pudieron las bandas armadas más importantes de Iberoamérica ―las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC-EP), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Movimiento Diecinueve de Abril (M-19)―, a lo largo de décadas, lo alcanzó la hipocresía. La “revolución” tiene buena memoria: recorre los caminos que ya le han sido exitosos.

La longeva crisis

Luego de esta apretada y necesaria introducción, ingresemos ahora a nuestro subtema 2. Las Crisis ―como puerta de ingreso al conflicto―. La situación general de un país ―su statu quo****― no es estable, inmóvil o permanente. Por el contrario ―desde 1945― es altamente dinámica: cambia aceleradamente. Si nuestra dirigencia ideologizada no percibe la naturaleza y el ritmo de esos cambios civilizatorios, tenemos una crisis dirigencial y consecuentemente una crisis generalizada, que se origina en las universidades. Estas no son “universitas”*****, sino politécnicas. Cunas de avanzadas juveniles ideologizadas, desarraigadas y posmodernas. En consecuencia, una mayoría de nuestras elites intelectuales se transculturizan y son extemporáneas. Viven en el ayer. Pierden su identidad y buscan su bienestar, con lo cual todos perdemos el bien vivir.

El origen etimológico del término “crisis”, es griego y podría traducirse como “cambio” o “decisión”. El sentido lato que le damos hoy ―en las Ciencias Sociales― es descriptivo de “un sentido situacional peligroso, que exigiría tomar fuertes decisiones para recuperar una normalidad”. Como respuesta a esta probabilidad, los Estados Modernos han organizado sus mecanismos de “prevención, control y conducción de crisis”. Los Estados anticuados y burocratizados ―como lo es el nuestro― pueden sentir ―en un momento dado― la gravedad de no contar con la información o los medios que exige un hecho sorpresivo de crisis, como lo vivimos en 1959 o en 1982 que, si hoy se repitieran, sus consecuencias serían aún mucho más graves.

En términos militares, crisis es el estadio previo al desencadenamiento de un conflicto. Cuando existen mecanismos de “prevención” es posible desactivar una escalada de la crisis a conflicto armado, como lo hemos comprobado en los Balcanes Europeos en los últimos años. Cuando esos mecanismos están ausentes y las declaratorias de una parte escalan ―como lo vemos entre nosotros por parte de quienes hoy perciben perder el poder y prometen sangre― la natural interacción de las partes genera una dinámica de acción/reacción, con un empleo progresivo eventual de fuerza, hasta que una de las partes se imponga.

Otra forma de desescalar una crisis y evitar el conflicto, es el gatopardismo: Por ejemplo: privilegiar la “unidad” y simular el “cambio”, presentando nuevas apariencias: una coalición ampliada que incorpora al enemigo, pero con otro vestuario (6). Las coaliciones electorales ―que para ganar elecciones aceptan en su organización “quintas columnas”― pierden gobernabilidad: no habrá cambio. Se agravará el conflicto: lo vemos en el Brasil de Lula, el Chile de Boric o la Colombia de Petro.

Iberoamérica ingresó a una nueva etapa de crisis “revolucionaria” a partir del momento en que el Foro de San Pablo ―FSP― reunido en Caracas ―XXV Encuentro― el 24 de julio de 2019, lanzó su “contraofensiva revolucionaria” para:

    • ocupar nuevamente los gobiernos perdidos en elecciones libres o
    • retener los que podría perder, por ineptitud ―que es nuestro caso―.

La “contraofensiva” se inició de inmediato, con dos modos de acción diferenciados:

    • la aplicación del “hard-power” ―vía sedición― en Colombia, Ecuador y Chile (5) y
    • la aplicación del “soft-power” ―vía judicial― en Brasil (5).

Todos estos países se encuentran hoy ―con el agravamiento de sus respectivas crisis políticas― en el umbral del conflicto, aunque sus gobiernos llevan muy poco tiempo en el poder.

En la Argentina la fecha clave al respecto será el 22 de octubre de 2023 ―día de las elecciones presidenciales― pues en esa fecha se juega la continuidad “revolucionaria” o el cambio hacia la normalidad constitucional. El proceso de crisis provocado por el desgobierno kk indica que perderán nuevamente el poder y la “contraofensiva revolucionaria” prevé ambos modos de acción, que ya cursan las fases operativas preliminares:

    • el “soft-power” se ha encaminado en el frente judicial con el pedido de juicio político a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con la sorpresa Marijuan, los retiros de querellantes e incontables “chicanas” en las causas pendientes de Ella.
    • El “hard-power” continúa su gimnasia preparatoria con los refuerzos de los “piquetes”, con los paros de transportes, las marchas, los acampes y los “taponamientos” diarios en la CABA y la “insurgencia sediciosa” en Jujuy (6) que cumple un mes de actividad continua, extendida a toda la provincia, bajo conducción de Casa Las Fuerzas Federales incumplen decisiones de la Justicia Federal jurisdiccional.

La percepción de hartazgo social crece sin pausa y surge ―naturalmente― el temor al contacto con el umbral del conflicto generalizado. En ese ambiente tensionado, Schiaretti inculpa a Macri y Bullrich de ¡¡“profundizar” la grieta!! Justamente él, que se prestó como móvil de la “puñalada trapera” (8) de Larreta. Parafraseando a Cicerón, le decimos “Quousque tandem abutere, Schiaretti, patientia nostra?”******.

Recordemos al Sr. Gobernador que “la hipocresía es el colmo de las maldades”. Schiaretti, Ud. y los socialdemócratas que lo invitan ingresar a Cambiemos ¡SON LA GRIETA! Uds. son los que votaron las leyes kk, fueron sus ministros, provienen de las formaciones armadas de los ‘70, de la Juventud Comunista, de los Socialismos. Uds. son lobos disfrazados de ovejas. Partidarios de la ideología de género, del aborto, de la eutanasia, de la política de los DD.HH. y de toda contracultura proveniente del globalismo progresista.

Se lo voy a decir también en cordobés básico: “!dejen de joooder alaaargentina, Schiaaretti¡”. Si quieren terminar con la grieta, organicen el Partido Socialdemócrata Argentino y preséntense en las elecciones, no infecten como quintacolumnistas a Cambiemos. ¡La mayoría de los argentinos no quieren ser castro comunistas ni vivir en un narcoestado! El horno no está para bollos Gobernador y los liceístas de todo el país lo estamos observando. Algunas “ovejas negras” hemos tenido, pero aquello fue antes de la caída del muro.

Los conflictos presentes

Violencia y violar reconocen una misma etimología. Para el sociólogo Wright Mills, “el poder es ―en esencia― violencia”. En el ámbito de la sociedad posmoderna muchos conceptos se han desdibujado, contribuyendo a una incertidumbre generalizada y a la erosión identitaria. De este modo el concepto de conflicto se ha ampliado, conteniendo al de las nuevas guerras y como resultado de la pérdida de poder de los Estados, que no siempre ostentan el monopolio de la violencia/fuerza ―como lo estamos viendo en el caso del Grupo Wagner en Rusia―. Es la evolución que dio origen a las Guerras de 4ta. Generación.

Los conflictos del siglo XXI son complejos, diversificados, fragmentados. Se han multiplicado sus formas y sus actores y se difuminan las fronteras entre sus diversas tipologías. Veamos el conflicto actual en Jujuy: hay insurgencia, sedición, violencia étnica, confesional, comunitaria, criminal transfronteriza e ideológica. ¿Será esa la razón por la que Larreta no los ve? (9).

Aparece una “zona gris” entre guerra y paz, lo interno y lo externo, los negocios y la política, lo estratégico y lo delictivo o lo público y lo privado y su consecuencia es la presente situación de inestabilidad. La legitimidad, la legalidad y la moralidad configuran un espacio difuso, de contornos inciertos y con un núcleo común. La perfección moral pone en riesgo a la seguridad frente al conflicto y la búsqueda constante de soluciones ―ante esta dinámica evolución― crea nuevos conceptos y nuevas organizaciones, sin solución de continuidad.

La parálisis política argentina ―en las últimas cuatro décadas― está signada por una doble situación de posguerras, controladas por nuestros enemigos del siglo XX. En el ámbito de la Seguridad Nacional dichos enemigos ―en colusión― nos han impuesto una legislación que inmoviliza a las FF.AA. ―espiritual y materialmente― y controla políticamente a las FF. S y P, alcanzando un nivel de inseguridad e indefensión inéditos en nuestra historia (10).

Los estados de guerra o de beligerancia, activos ******* 

La Argentina retiene ―en sus posguerras― dos “estados de guerra” o “estados de beligerancia”. En el caso de la guerra sublimitada “contrarrevolucionaria” ―1974/1989― el “estado de guerra” correspondiente es retenido por la actitud hostil del agresor ―a lo largo de siete campañas sucesivas ―1959/2023 (10)― y actualmente, travestido en kk, gobierna desde el 2003. En el caso de la guerra limitada provocada por el Reino Unido ―1982― el “estado de guerra” es sostenido por Londres, por cuanto no cumple con la Resolución 2065 XX de la Asamblea General de la ONU ―1965― que le obliga a negociar la soberanía de las Islas usurpadas y refuerza constantemente a la FT Conjunta establecida en el Atlántico Sur (11).

Sobre estos “estados de guerra” ―que nuestra dirigencia no “vive”― se enanca la maniobra en acto de la “contraofensiva revolucionaria” que conduce el FSP ―en su cuarto año de desarrollo― que en nuestra Patria tiene en las próximas elecciones presidenciales su momento álgido. Vivimos en estos días ―de junio, julio y agosto de 2023― las “preliminares” de la batalla por el poder.

Los “revolucionarios” somatizan los efectos del desastroso gobierno kk. Llegaron “para quedarse” pero todo indica que serán expulsados, por ello actúan con la reserva ―la quinta columna socialdemócrata enquistada en Cambiemos―. Ella ―la Cte― podría así llegar a las elecciones con dos fórmulas propias. Presenciamos tres hechos sorpresivos que apuntan en esa dirección: la puñalada “trapera” de Larreta, el incidente insurgente jujeño ―provocado en territorio “propio”― y la sorpresa electoral de Santa Fe ―Carrió mediante―, mientras la opinión pública se concentra en el juego de Massa con el FMI. Hay ansiedad, hay desinformación conducida, hay irresponsabilidad y “los buenos”, que son más, pueden suicidarse electoralmente. Si así no fuere, se echará mano al modelo chileno: al temido “hard power sedicioso”.

 

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.

 

Aclaraciones

* Decadencia: período histórico en el que un movimiento artístico o cultural, un Estado, una sociedad va perdiendo su fuerza expansiva o los valores que lo constituyen e identifican y se debilita, hasta desintegrarse.

** Burrada: dicho o hecho necio, torpe o disparatado.

*** Hecatombe: suceso trágico en el que se produce una gran destrucción y muchas desgracias humanas y materiales.

**** Statu quo: expresión latina con que se hace referencia al estado o situación de ciertas cosas, como la economía, las relaciones sociales o la cultura, en un momento determinado.

***** Universitas: el conjunto de todas las cosas.

****** Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?: frase pronunciada por Cicerón en la primera oración de la Primera Catilinaria”. Se traduce del latín al español como “¿Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?”

******* Estado de Guerra: se da durante el lapso en que la voluntad de luchar se manifiesta de modo suficiente.

 

Citas bibliográficas

  1. Aznar Fernández-Montesinos. Entender la Guerra en el Siglo XXI. Ed. Complutense, enero de 2011.
  2. J. Auel. “La cultura, la civilización y la guerra: continuidad y cambio”. IEEBA, diciembre de 2001, www.ieeba.org.
  3. J. Auel. “¿Reencontrará ―la dirigencia occidental― el sendero de la ‘Paz Westfaliana’ en el siglo XXI”? IEEBA, 24/05/2023, www.ieeba.org.
  4. J. Auel. “Las claves de la inseguridad nacional”. IEEBA, 18/07/2018, www.ieeba.org.
  5. J. Auel. “La dirigencia argentina frente a los desafíos de la Seguridad Nacional en el siglo XXI”. IEEBA, agosto de 2015, www.ieeba.org.
  6. J. Auel. “La contraofensiva revolucionaria iberoamericana en el 2019”. IEEBA, 26 de noviembre de 2019, www.ieeba.org.
  7. J. Auel. “20 Jun 23. Jujuy: “Insurgencia “ y “Sedición” impunes”. IEEBA, 09/07/2023, www.ieeba.org.
  8. J. Auel. “Una puñalada trapera, que veíamos venir”. IEEBA, 12/06/2023, www.ieeba.org.
  9. J. Auel. “La dirigencia argentina frente a las guerras del siglo XXI”. IEEBA, diciembre de 2020, www.ieeba.org.
  10. J. Auel. “El futuro de la Argentina exige el sinceramiento del actual sistema de representación”. IEEBA, 21/04/2023, www.ieeba.org.
  11. J. Auel. “Un análisis sociológico-político de la crisis-decadencia de la Argentina”. IEEBA, julio de 2020, www.ieeba.org.

UNA “PUÑALADA TRAPERA”* QUE VEÍAMOS VENIR.

Heriberto J. Auel

“La hipocresía es el colmo de las maldades”.

Molière. 1662 – 1673

 

 

  1. A diez días de la presentación de candidatos en la interna de “Cambiemos”.
  2. … ¿Que veíamos venir?: “Lo único que NO hará el enemigo, es quedarse quieto”.

 

1. A diez días de la presentación de candidatos en la interna de “Cambiemos”.

 

Y…ocurrió un imponderable**. Lo que la racionalidad de la conducción de “Cambiemos” no hizo —en forma oportuna— para “sincerar” la representación homogénea de la coalición, lo “forzó” la situación y lo hicieron mandantes “externos” —el Foro de San Pablo (FSP), la Open Society Foundation y la Internacional Socialista— a través de su quinta columna infiltrada. No sabemos si la Coalición apartará o no a sus “palomitas”, pero todo se ha transparentado.

Los citados mandantes habrían ordenado a sus mandatarios —Carrió, Morales, Larreta y Lousteau— “patear el hormiguero”, inconsultamente, por variadas razones —que nadie desconoce— y que pasamos a enumerarno sin antes dejar de señalar que a la primera de los nombrados, máxima ególatra, la frase de Molière le cae de medida—:

Causal 1: tener conocimiento que el FSP pierde en la elección primaria —con los estalinistas titulares kk o con sus infiltrados socialdemócratas en Cambiemos— y con ello la posibilidad de continuar impidiendo las reformas estructurales, indispensables para abandonar el curso impuesto por la caótica gestión actual —dependiente del castrocomunismo—.

Causal 2: intentar facilitar el ingreso al ballotage de la enclenque candidatura presidencial kk —hasta hoy relegada al tercer puesto en las mediciones de opinión— y con ello posibilitar un número de bancas —en ambas Cámaras Legislativas— que puedan continuar evitando los “cambios estructurales” que permitan torcer el rumbo.

Causa 3: intentar evitar la eventual recuperación institucional del Estado Nacional,  reteniendo la Política de Derechos Humanos —Juicios de lesa— y la legislación de Inseguridad Nacional, facilitando así las operaciones de la “contraofensiva revolucionaria del castro comunismo aliado al globalismo internacional, con el sostén del narcoterrorismo”.

Causa 4: intentar retener la presencia de las “quintas columnas encubiertas” en las coaliciones y partidos “conservadores”, devaluando la actitud de los “halcones” al relacionarlas con “la sangre en las calles”, el “terrorismo de Estado” y “las dictaduras”.

Causa 5: intentar salvar la inversión —política— millonaria del castro comunismo en petro y narco dólares— en la Argentina, a través de la creación de una nueva narrativa —falacia política o relato— que sostenga —luego de las elecciones— el statu—quo en curso, bajo el falso discurso de la “unidad” y de una “nueva mayoría” que permita evitar —en el Congreso Nacional— una futura y eventual mayoría —por la sumatoria de votos “halcones” y “libertarios”— en los recintos.

Causa 6: retener suficiente presencia en el gobierno argentino —a partir del 2024— que impida la gobernabilidad de “la derecha” —como ya lo hicieron en el “1er. Tiempo” de Macri— de cualquier modo, teniendo en cuenta las graves y crecientes crisis internas de los gobiernos de Lula, Petro, Boric, Arce y Ortega, adscriptos al castro comunismo. La pérdida eventual de alguna variante de control del FSP, en el poder en la Argentina, actuaría como acelerador de las graves crisis del castrochavismo en la región.

Pasadas las 72 horas del hecho político electoral “trapero” y a pesar de que hemos dicho “que nadie desconoce sus causas superficiales”, no ha existido en los medios —hasta hoy— una sola cita políticamente incorrecta” de analistas y periodistas especializados que hayan descubierto que en la presentación de candidatos para la elección primaria de Cambiemos existió una audaz maniobra ilegítima que puso en superficie a los infiltrados “revolucionarios castro chavistas”, que conocemos como meros progres de izquierda. Del “tabú revolucionario” no se habla.

La “puñalada trapera” —hasta hoy— falló y los velos cayeron aquí, en Buenos Aires, tal como ocurriera en Brasil hace unos días cuando Lula pretendió rescatar —en reserva— en una reunión internacional, al “demócrata respetuoso de los DD.HH.” Maduro y el charrúa Lacalle Pou lo desnudó públicamente, mostrando así la verdadera identidad del veterano cofundador del FSP.

Sabemos que Schiaretti no ingresará a Cambiemos antes de las elecciones internas y que luego ya no tendrá ningún interés en hacerlo, pues su problema cordobés —después del 14 de junio— ya estará resuelto y él seguirá votando con los kk, como siempre lo hizo. Larreta se dará cuenta que su encendida defensa del “rejunte” solo sirvió para radiografiarlo como “cuerpo extraño” en su partido: es un progre de derecha —digno discípulo de Antonio Gramsci—.

Así se lo comprueba por su permanente y nefasta actividad contracultural en la CABA. Luego de semejante “parricidio”, “Geniol” debería mudarse de partido y convivir con sus pares de izquierda. Además, luego de mostrar su crasa ignorancia en asuntos belígeros, al decir que la Argentina “no tiene hipótesis de conflictos” y proponer “que el Ejército reemplace a la Gendarmería en las fronteras y la Gendarmería las Policías”, debería ser retirado de su postulación a la Presidencia de la República. ¡Vaya estratega civil!!…

Pichetto mostró de nuevo sus “lapsus” de olfato político —como ya lo mostrara en la cuestión de los fueros de “Ella”. O bien sus viejos sentimientos partidarios están nublando su razón política. Con un discurso que lo ha colocado —desde que lo convocara Macri— a la derecha de Patricia, se alineó sorpresivamente con los cuatro traperos enmascarados que habitan en sus antípodas ideológicas y que —en el lance— no lograron el apoyo ni de sus secretarias. ¿Qué hace allí el veterano Senador, como una mosca en la leche?

Carrió, parafraseando a Aníbal —el nuestro, no el cartaginés— confirmó su egolatría y su capacidad de daño y —además— su condición de señora despechada y resentida. Atacó gratuitamente a Mauricio —que siempre la respetó— y a Patricia, que nunca blasonó —como ella— de ser una suprema virtuosa, posicionándose en el Olimpo de los Estadistas. Su interpretación del “concepto orden” —hoy inexistente— no es otra cosa que la versión platónica, idílica e idealizada del pacifista*** que inexorablemente lleva siempre a la violencia. Patricia aplica su sentido de la realidad, Lilita el de su soberbia y el de su ideología.

En su mensaje trapero ignoró a la necesaria disuasión frente a las amenazas presentes y nos recordó a Séneca —que el siglo I d. C.— decía: “Peor que la guerra, es tenerle miedo a la guerra”. Ella que se horroriza por un eventual futuro derramamiento de sangre de agresores o delincuentes, es la irresponsable causante y sostén de la actual situación de absoluta inseguridad e indefensión nacional, con creciente número de muertos a diario que deberíamos cargar en su cuenta y en la de sus pares.

La supina ignorancia —de esta blonda pacifista— en los temas centrales de Seguridad Nacional, la llevó en el pasado reciente a ANULAR —desde el poder Legislativo— las leyes de Pacificación Nacional y a reabrir el “estado de guerra civil contrarrevolucionario”, hoy en acto, que retiene al Nüremberg criollo “sine die” desde hace décadas— mientras que, con una hipocresía —“colmo de maldades”—  sin igual, les manifiesta a los militares retirados su solidaridad con nuestros centenares de ancianos prisioneros políticos, juzgados con el Código Penal, siendo veteranos soldados de combates que se ganaron y de una guerra que argentinos “traidores a la Patria” declararon perdida, creando al citado Nüremberg “sine die”, en el que los derrotados juzgan a las FF.AA. argentinas victoriosas, tergiversando al concepto de “lesa humanidad”, al Art 18 de la Constitución Nacional y a todos los principios del Derecho Penal. Allí es donde revistan las “palomas” que empuñaron —en estos días— el puñal trapero.

 

  1. … ¿Que veíamos venir?: “Lo único que NO hará el enemigo, es quedarse quieto”.

Sabíamos —pues sobraban los indicios— “que no se quedarán quietos” —nunca lo hicieron— y que Macri no tropezaría dos veces con la misma piedra —lo publicó en dos libros— y Milei “gritó” a los cuatro vientos: “No ingreso a la Coalición Cambiemos mientras allí revisten los kk de buenos modales”, los socialdemócratas o “comunistas vegetarianos”, infiltrados. Es decir: se sabía que había aliados que no lo eran, se sabía quiénes eran y que en algún momento actuarían. 

Los comunistas rústicos —carnívoros o estalinistas— bajo el rubro “Frente de Todos” y con licencia peronista, están en el Gobierno —que bien podríamos llamar desgobierno— dándole continuidad a la “invasión del 59/60”. Nuestros sucesivos ensayos mensuales de los últimos años lo advertían, al señalar que somos un país en “doble posguerra”, que transita dos “estados de guerra” y que en los últimos 20 años los kk han llevado a un nivel de decadencia moral y socioeconómico desastroso, desconocido en nuestra historia.

Nuestra dirigencia se forma en las universidades colonizadas por la intelectualidad marxistoide. No debe extrañarnos entonces que —sin saberlo— razone con parámetros exclusivamente relacionados con la “dialéctica materialista”, entendiendo que la raíz de nuestros problemas de arrastre está en la economía. El diagnóstico errado, agrava a la enfermedad. Allí está la clave por la que los recurrentes ciclos decadentes se repiten desde principios del siglo XX y son cada vez más dramáticos.

No tenemos economía por carencia de sostén político y no tenemos una Gran Política por carencias culturales. Nuestra Identidad está licuada. El relativismo moral nos lleva a la corrupción de las personas y estas a la ausencia de Ética Social y Política, a la podredumbre institucional, a la ausencia de credibilidad/confianza y del Buen Vivir.

Decíamos hace pocos días, el 24 de mayo de 2023 (1):

“Las coaliciones y los partidos —infiltrados por “la progresía globalista”— que no logren sincerar —con homogeneidad— a su conducción, antes de las elecciones, carecerán mañana de gobernabilidad frente a la descomposición cultural preexistente, la creciente inseguridad “revolucionaria” y el narcoterrorismo rampante —sostén financiero y logístico del sigiloso castrocomunismo—. La constante aproximación a las fechas programadas para las “primarias” muestran —cada vez con mayor claridad— la toma de posiciones —en el ámbito político y en los medios— para llevar a las urnas a los mandantes  con relatos y argumentos totalmente ajenos a la verdad, por parte de los infiltrados. Las actitudes y decisiones de los candidatos frente a los hechos que ocurren diariamente así lo comprueban y sería dramático que quienes miran, no vean y que los que oyen, no escuchen”. En el mismo ensayo señalábamos: “el FSP no dejará de actuar” y así ocurrió:

El FSP habría apelado —a solo días de las primarias— a su reserva encubierta y “quemó las naves” ordenando “patear el hormiguero”. El sorpresivo hecho se ejecutó con una “puñalada trapera” a plena luz del día, y con ello:

    • se perdió el sigilo de los infiltrados progres encubiertos, de derecha e izquierda,
    • los cuatro ejecutores —1ra línea de la política de DDHH— quedaron con las manos “manchadas” y con alguna tropa en dispersión y/o deserción,
    • el electorado percibió el hecho trapero como una “traición”, que tendrá ineludibles consecuencias electorales, por efecto “boomerang”,
    • por “ser del palo”, Geniol —émulo de Marco Bruto— carga con la tacha periodística de “parricida y filicida”. Debiera prever su exilio partidario, si pierde la interna.
    • La coalición JxC está quebrada, pero por el “timing”, siguen aparentemente “unidos”.

A pesar de lo descripto, la gran prensa derrama litros de tinta y horas de TV, transitando la orilla de la boca del mate, sin encontrar el agujero. Tanta “corrección política” debe tener sus relevantes motivos, pero no salimos de la noche si “de eso no se habla”. El “puñal trapero” —clavado por la progresía dependiente del FSP entre los omóplatos de los halcones— abrió una herida que no sanará por largo tiempo y las “manos traperas”, manchadas, están a la vista del electorado.

Con este hecho político se terminó el “entrismo encubierto” en el siglo XXI. Aun así, sepamos que “la revolución llegó para quedarse” y que el neo-marxismo vegetariano —ahora en superficie— rechazado por las nuevas mayorías de derecha, deberá acercarse con sus pares del castro comunismo, con el que comparte desde  hace años el comando revolucionario iberoamericano, desde el FSP. Es el camino que le queda: “unidos” o “juntos”, pero con las otras viejas izquierdas las “carnívoras-estalinistas”. Ello ya ocurrió en Brasil, cuando Cardoso concurre con el PT en las últimas elecciones presidenciales. Dios nos ayude para que el soberano asuma la realidad de nuestra situación cuando vaya a las urnas, el cuarto domingo de octubre de 2023.

A continuación citaremos “cómo lo veíamos venir” en los últimos tiempos:

 

Diciembre de 2021: “Es el castro-comunismo…estúpidos”:

En la misma fecha en que el FSP y Ella operaban en Plaza de Mayo, el “International Institute for Democracy” y la “Fundación Internacional para la Libertad” desarrollaban en Florida —EE.UU.— un Seminario para repasar la situación institucional del subcontinente. El Premio Nobel Mario Vargas Llosa sintetizó su exposición diciendo: “Todo el continente está amenazado”. Si bien los presentes eran académicos de las Ciencias Sociales y políticos, desde un punto de vista estratégico hubo totales coincidencias conceptuales entre las exposiciones —todas referidas a la continuidad del proceso revolucionario en curso— y nuestros ensayos del IEEBA. Si a los argentinos nos quedaba alguna duda acerca de que nuestro gobierno nos ausentó del mundo y de la región, en este seminario, que congregó a numerosas personalidades de primer nivel internacional y particularmente regional, la Argentina no fue considerada. Nadie la representó ni se planteó su situación. Solo el boliviano Dr. Sánchez Berzaín —director ejecutivo de la casa— citó al pasar a nuestro país, en el cierre del seminario: “el castrochavismo no es otra cosa que el castrismo del siglo XX, aggiornado al siglo XXI… creando gobiernos para dictatoriales en países como Argentina, Méjico y Perú, donde los presidentes responden a ese sistema dictatorial transnacional”. Fue el único expositor que se aproximó así al concepto de “revolución castro comunista”. A la idea polemológica. A la visión estratégica del drama continental.

 

Febrero de 2022: “Absoluta prioridad en el año 23: la recuperación del Estado Institucional”.

Desde 1983, hasta hoy, la revolución explota intensamente sus éxitos estratégicos de posguerra. Habiendo transcurrido cuatro décadas de explotación de sus éxitos estratégicos, ¡¿cómo es posible que nuestra dirigencia política no lo vea?! Nos hemos preguntado —reiteradamente— ¿Es ignorancia, miopía o “compromiso”? ¿Le temen a la “revolución castro-comunista”? ¿O simpatizan con ella? ¿Tienen conciencia de que somos un país en doble posguerra y con dos estados de guerra activos? ¿Tienen como enemigo al neoliberalismo? ¿O aún están atascados en los odios del pasado? Al respecto, el periodismo “converso” —feroz enemigo de la corrupción— cuando debe citar hoy al enemigo terrorista revolucionario, retiene el antiguo discurso aprendido en los ´80, plagado de palabras simbólicas: “dictadura”, “represores”, “desaparecidos”, etc.… ¿No les llama la atención que los derechos humanos estén en manos comunistas en nuestra Patria? ¿No se apercibieron que el Nüremberg argentino cumple cuarenta años y aún continúa…? Compatriotas dirigentes: ¿No les parece que hay que despertar? “Civitas filia temporis” ¿Uds. no oyen a los clarines que llaman a reunión?… ¿o creen que el “golpe institucional” del 1º de febrero de 2022 —del Ejecutivo y del Legislativo— contra la SCJ, fue por los motivos que se aducen? Las falacias oficiales hace mucho tiempo que no son creíbles ni viables. Por ello vale la pena insistir —una vez más— en la concientización de la verdad a través de una breve síntesis de la situación estratégica que algunos miran y no ven —o no quieren ver—. Es insoslayable salir de la confusión, cuanto antes.

 

Febrero de 2022: “La recuperación del núcleo duro del Estado Nacional: las FF.AA. argentinas.”

Hay fuertes indicios que ha llegado el tiempo de reaccionar luego de cuatro décadas de falacias revolucionarias que han manipulado el cerebro de la ciudadanía. No se puede mentir “todo el tiempo”, pues la realidad siempre estará presente y la niebla —naturalmente— se ha despejado. El indicio central de la reacción han sido las elecciones legislativas. El 70% del electorado ha dicho ¡basta! Contamos con casi dos años para organizar la salida de la larga noche castro-comunista, sin olvidar que “¡Zapatero, a tus zapatos!”, también llegó la hora de exigir idoneidad. Miles de muertos inocentes testimonian el drama provocado por el resentimiento, el odio de argentinos extraviados y caraduras ignorantes que aceptan cargos para los que no están capacitados. La confusión de los dirigentes siempre ha llevado al fracaso de sus pueblos.

 

Marzo de 2022: “El choque de las culturas en el 2022.”

Desde nuestro punto de vista, dirigentes occidentales culturalmente —poco formados— han cometido graves errores de apreciación geopolítica y han acometido decisiones políticas y estratégicas totalmente equivocadas e inoportunas. Quienes hayan estudiado los recientes discursos del ex KGB son conscientes del desprecio que siente —el tirano presidente ruso— por una Europa que abandonó su identidad fundacional como núcleo fundador del Occidente Cristiano. El Estado de Bienestar y la 4ta Internacional en los sesenta y la progresía amoral de los ochenta, llevaron a una Europa —autodestruida en sus guerras civiles— a la actual situación de impotencia frente a los desafíos de la hora. Ya el 28 de noviembre de 2007, en el Nro. 1039 de Libertad Digital, los europeos demostraban ser conscientes de su situación, que trasladaron a su apéndice iberoamericano.

 

9 de junio de 2022: “Soberanía e Identidad Nacional en el actual contexto mundial: visión geopolítica del desarrollo”.

La transculturación —la relativización de valores— nos ha acarreado inmoralidad pública y privada, licuación de las instituciones, irradiación de desconfianza y de incredulidad. A su vez, la resistencia frente a la “supremacía” de las civilizaciones victoriosas, nos ha llevado a la citada anomia social, a la parálisis política, al retroceso económico y a la percepción de un futuro caótico y violento. Aparece aquí con fuerza la tesis de Ernest Nolte cuando plantea la dimensión del actual conflicto transversal planetario, provocado por el llamado “progresismo revolucionario”. La crisis iberoamericana es de origen esencialmente cultural y político y su consecuencia es económica—financiera y socialmente conflictiva. Por último: en nuestra querida Patria Argentina no tendremos desarrollo nacional mientras mantengamos los “estados de guerra” que ignominiosamente soportamos desde 1983. La pacificación nacional debe llegar en 2023 con un futuro gobierno que debería entender que la etiología de nuestra crisis-decadencia es cultural y política, a pesar que todas las miradas estén puestas hoy en la economía, en la inflación y en la pobreza, consecuencias de aquellas causas primeras Es necesario atacar a esas causas. Es imprescindible sincerar las coaliciones de gobierno. “No es la sociedad en la que se vive la que os salva, sino la manera de vivir… Adán se pierde en el Paraíso y Lot se salva en Sodoma”.

 

Septiembre de 2022. “Los militares, los sacerdotes, los políticos y los magistrados en la creación y consolidación de la Nación y del Estado”.

Sabemos que “llegaron para quedarse” y que no tienen límites, pues fueron y son terroristas, hoy disfrazados de corderos. También sabemos que tienen aliados al otro lado de la grieta. Son los que conviven —mimetizados— con quienes defendemos nuestra identidad, nuestra Constitución y a la República. Los hemos llamado siempre “quintacolumnistas”, fácilmente localizables. Son “las palomas” que hablan de “igualitarismo”, de “globalismo”, de “multilateralismo”, de “mundialismo” o de “progresismo”. Son los moderados políticos “light”. Los “transversales”.

Estos últimos son mucho más peligrosos —aunque herbívoros presentables— que los abiertamente “revolucionarios estalinistas” —carnívoros indecorosos— del antiguo “entrismo” en los partidos tradicionales, hoy ya inexistentes. Se han incorporado al “Foro de San Pablo”, al “Grupo de Puebla” y revistan en los nuevos gobiernos regionales establecidos con posterioridad al lanzamiento de la última contraofensiva revolucionaria —24 de julio 2019— (6). Mayoritariamente son socialdemócratas. Otros no pasan de ser “condottieris” criollos. Con alguna indulgencia el periodismo los cita como “palomas”. Objetivamente son —simplemente— “colaboracionistas del castro-chavismo” que las crisis y la acción ponen en evidencia ante el soberano. El encubrimiento ya no es válido y el sigilo se ha quebrado. Llegó la hora de la realidad, pues los velos han caído. Las coaliciones deben higienizarse. La escoria debe lanzarse por la borda e incorporar a aquellos que “respetan a la ley” y que no han renegado de su ser hispano, criollo, católico.

 

20 de julio de 2022. “La amenaza híbrida en la quinta campaña”.

La “quinta campaña revolucionaria” tiene por delante un significativo agravamiento como etapa sanitaria. Se avecina una etapa económica caótica que desembocaría en un profundo estado de necesidad generalizado. Necesariamente conduciría a una situación de sangrienta inseguridad, con inexorables y serias consecuencias en la subsiguiente etapa política. Esta objetiva y conflictiva situación ¿es consecuencia de la pandemia o está  fogoneada desde el instituto patria? En el mismo ensayo describíamos así a las sucesivas campañas que —sin solución de continuidad— se adaptaron siempre a las cambiantes situaciones internacionales y propias:

1ra. Campaña: 1959/1974: desarrollo de la “doctrina foquista” del Che. Fracasa.

2da. Campaña: 1974/1983: terrorismo revolucionario urbano. Fracasa.

3ra. Campaña: 1983/1989: Decreto 158/83. Se judicializa la política —guerra—. Éxito Revolucionario.

4ta. Campaña: 1989/1998: Atq RIMec 3-Amnistías-Derogación del Punto Final. Limbo.

5ta Campaña: 1998/2020: Los kk en el “chavismo”. Vicentín. Declinación kk.

6ta. Campaña: 2020/2022: Ataque kk al remanente Poder Judicial, que se agravará a partir de la solicitud de sentencia en la causa “Vialidad”. Se percibe una “reacción por impotencia” en la gestualidad  y en los dislates discursivos de la Cte. revolucionaria.

7ma. Campaña: 2022/…Se inicia con la reciente solicitud de sentencia de los Fiscales de la causa “Vialidad”. Jaque a la reina. La revolución —conducida desde el Foro de San Pablo, el Grupo de Puebla y la CELAC— ha iniciado el apoyo internacional de Ella, ignorando sus delitos de corrupción. Los kk inician las preliminares de una “probable insurgencia” —a iniciar antes o al tiempo de la próxima sentencia—. Se abre un período de movilización permanente, desórdenes urbanos y agitación prerrevolucionaria ocasionada por una minoría interna, con los viejos objetivos de los ´70, pero con una actualizada instrumentación híbrida de sus maniobras. La incomprensión de lo ocurrido al débil Piñera —octubre de 2019— frente a la acción insurgente revolucionaria que llevó a Chile a la situación actual, puede repetirse en Buenos Aires. ¡¡¡Por ello nos preocupan las confrontaciones internas del PRO!!!.

 

1º de febrero de 2023. “La “Celac”, la “Unasur” y el “Consejo de Defensa Sudamericano”.

La oposición política —que ya está en campaña electoral— no toca este tema central —“la revolución”—. Hace más de un año que, mes a mes, venimos repitiendo que deben eliminarse en las futuras coaliciones de gobierno a los socialdemócratas infiltrados. Ellos están presentes en el Foro de San Pablo y con mayor influencia desde el regreso de Lula al Planalto. Son quintas columnas que impiden la gobernabilidad y los imprescindibles cambios estructurales en nuestros cuasi fallidos Estados Nacionales. El FSP ya ha organizado “la caldera y el pistón”, pero carece de “vapor”. ¿Lo entenderán así los verdaderos opositores? … En ese mismo febrero de 2023 se nos solicitó una recensión sobre un trabajo coordinado por el Dr. Barcia: “El resurgir de la Argentina”, en él afirmábamos: Pero quienes nos ocupamos de la “Seguridad Nacional” notamos la ausencia de un ensayo desarrollado por un Polemólogo y/o Estratega para que, con idoneidad, nuestros candidatos tomen aunque fuere un elemental conocimiento de los reales riesgos y amenazas estratégicas propias, en el siglo XXI, logren la urgente “pacificación” de la Argentina y dejen de “dormir con el enemigo”.

 

Abril de 2023. “El futuro de la Argentina exige el sinceramiento de su sistema de representación”.  Vencida en combate, la “revolución castro-comunista” se enmascaró con sigilo.

Vivimos días agitados por las circunstancias socioeconómicas que nos afligen. Ello va en desmedro de la reflexión profunda sobre los temas axiales que permitirían revertir a la crisis-decadencia argentina y repensar el futuro. Fijar los objetivos del largo plazo. Esta carencia acarrea un inconveniente central: en los próximos comicios no buscaremos al pensador-estadista, sino que nos aturdimos con el anecdotario del escándalo diario y —probablemente— solo aparecerán candidatos de vuelo bajo, alquimistas que resuelven todo en lo inmediato, sin un pensar a la “Nueva Argentina Posindustrial”. No se está planteando un destino geopolítico y consecuentemente no se despiertan grandes esperanzas que movilicen a la ciudadanía. El espanto emotivo —la bronca— llama al “cambio” de rumbo, pero sería imprescindible que la razón política sea la que mueva a la voluntad colectiva. En nuestros ensayos mensuales —desde hace años— venimos insistiendo en la necesidad de “higienizar a la política partidaria” y “purgar a las coaliciones”, infiltradas por el “entrismo castro-comunista”, la “Cuarta Internacional”, la “socialdemocracia gramsciana” y las fuerzas sigilosas del “globalismo” —actuando a veces asociadas— que impidieron e impiden la gobernabilidad de los regímenes de centro, centro-derecha y derecha, que enfrentaron y enfrentan la ciclópea tarea de reconstrucción del Estado Institucional y de la Gran Política para una Iberoamérica arrasada —a lo largo de más de medio siglo— por la revolución estalinista fracasada, encubierta en los años 2000 con los trotskismos nacional-populistas. Y… como lo expresáramos en el título de este ensayo, esos enmascaramientos nos dicen que “la hipocresía es el colmo de las maldades”. Decíamos ayer… 14 de diciembre de 2022, en nuestro ensayo titulado “La Argentina rumbo al “estado de naturaleza”: la inconsciente irresponsabilidad o el compromiso de nuestros dirigentes políticos de la oposición real deben abandonar su espacio de confort y su corrección política. Como lo han hecho los fiscales y jueces de la causa Vialidad —en su correspondiente ámbito— deberán en el suyo y a la brevedad asumir sus responsabilidades con coraje y llamar a las cosas por su nombre. No es hora para los Isidorito Cañones… ni para los cobardes. Lo único que NO hará el enemigo, es quedarse quieto.

 

15 de marzo de 2023. “La Argentina en marzo de 2023: bien orejano, mostrenco y en la estacada”.

La Nación quedó indefensa. El espejismo legislativo ya ha chocado con la realidad: ¿Qué haremos —en un año electoral— con nuestras palomitas, que quieren dialogar y acordar con el narcoterrorismo revolucionario? ¿Los votaremos? Porque dicen ser los dialoguistas, los moderados, los verdaderos demócratas? ….

 

9 de junio de 2022. “Globalismo, soberanía de los Estados e identidades nacionales”. 

En nuestra querida Patria Argentina no tendremos desarrollo nacional mientras mantengamos los “estados de guerra” que ignominiosamente soportamos desde 1983. La pacificación nacional debe llegar en 2023 con un futuro gobierno que debería entender que la etiología de nuestra crisis-decadencia es cultural y política, a pesar que todas las miradas estén puestas hoy en la economía, en la inflación y en la pobreza, consecuencias de aquellas causas primeras. Es necesario atacar a esas causas. Es imprescindible sincerar las coaliciones de gobierno.

“No es la sociedad en la que se vive la que os salva, sino la manera de vivir… Adán se pierde en el Paraíso y Lot se salva en Sodoma”. San Juan Crisóstomo (347/467 d. C.).

 

* Oficial de Estado Mayor del Ejército Argentino y del Ejército Uruguayo. Ha cursado las licenciaturas de Ciencias Políticas, de Administración, la licenciatura y el doctorado en Relaciones Internacionales. Se ha desempeñado como Observador Militar de la ONU en la Línea del Cese de Fuego del Canal de Suez. Comandó tropas de llanura, montaña, aerotransportadas y mecanizadas.

 

Citas y aclaraciones

*. Puñalada trapera:herida, lesión o desgarrón grande, hechos con un puñal, un cuchillo o algo semejante” y “traición, jugarreta, mala pasada”. Existen dos teorías acerca del origen de la expresión: en la primera, un Trapera hiere a un Aranda. Este se refugia en una Iglesia justo en el momento de la consagración y en plena celebración de la eucaristía, asestó la puñalada definitiva, acabando con el malherido Aranda. En la segunda teoría estas familias comienzan a arreglar sus diferencias, cuando llega de visita a Úbeda un importante Obispo. Uno de los Trapera ofrece a uno de los Aranda recibir ambos al citado Obispo, por el bien de la ciudad, pero al ver que Aranda tomaba protagonismo —en un ataque de ira— asesta una puñalada mortal —por la espalda— a Aranda, cuando iban a despedir al Obispo.

**. Imponderable: que sucede de manera inesperada e inevitable y que tiene consecuencias que no se pueden conocer o precisar.

***. Pacifista: es toda corriente de pensamiento y acción que aspira a hacer posible las condiciones para que la ausencia de guerra sea un estado permanente de las relaciones humanas, tanto entre los Estados, naciones y pueblos, como entre las personas. Siempre obtienen un resultado opuesto.

 

(1). H. J. Auel. “¿Reencontrará —la dirigencia occidental— el sendero de la Paz Westfaliana en el siglo XXI?”. IEEBA, 24 de mayo de 2023, www.ieeba.org. En SAEEG: https://saeeg.org/index.php/2023/06/20/reencontrara-la-dirigencia-occidental-el-sendero-de-la-paz-westfaliana-en-el-siglo-xxi/