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LA ESTRATEGIA DE VIETNAM HACIA SU EMIGRACIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS (2010-2018)

Joy Puentes Saldise*

 

Imagen de Surendra Shekhawat en Pixabay

Introducción

Los años de guerra que arrasaron Vietnam como Estado independiente de 1945 a 1975 se caracterizaron por inmensos sufrimientos y por desplazamientos masivos de personas. En el propio año de la independencia de la nación indochina, en el año 1945, la población vietnamita residente en los Estados Unidos no sobrepasaba un par de cientos que, por motivos diversos, se habían establecido allí desde el comienzo de la insurgencia revolucionaria gestada por Ho Chi Minh. Para esta fecha los mayores asentamientos vietnamitas fuera del territorio nacional se encontraban en Francia, que fungía como metrópoli desde el siglo XIX, país adonde las familias con mayor poder adquisitivo mandaban a sus hijos a cursar estudios universitarios. Además, por ser el referente de desarrollo y prosperidad además de antigua metrópolis. Sin embargo, posterior a la década de los años 60 del pasado siglo, el patrón migratorio vietnamita giró su dirección hacia los Estados Unidos. Las razones estuvieron en la apertura estadounidense para que los hijos de empresarios de Saigón estudiasen, mientras, Francia dejaba de cubrir las expectativas de los migrantes por sus políticas discriminatorias hacia ellos. Existe otro elemento sobre este particular brindado por Stephen Castles:

Además la presencia militar estadounidense en Corea, Vietnam y otros países asiáticos estimuló la creación de vínculos transnacionales al mismo tiempo que benefició, de manera directa, el movimiento bajo la figura de las esposas del personal militar estadounidense.[1]

En los días que precedieron a la caída de Saigón, en abril de 1975, unos 140.000 vietnamitas estrechamente vinculados con el anterior gobierno de Vietnam del Sur, fueron evacuados del país y reasentados en los Estados Unidos.

Otro fue el Programa de Reasentamiento de los Refugiados Indochinos que en solo 3 semanas del año 1975, estimuló la entrada de más 140.000 indochinos, 89% de ellos vietnamitas. Además de los mencionados programas de refugiados políticos, la política estadounidense favoreció a los refugiados de países socialistas en su sistema de cuotas. Un solo ejemplo nos ilustra esa afirmación. En el año 1982, el 70% de los refugiados provenían de Vietnam y Kampuchea[2].[3]

Bajo el auspicio de un acta promulgada por el Congreso estadounidense en 1975, se permitió la entrada de los vietnamitas bajo un régimen especial de tratamiento que otorgaba facilidades para una rápida adaptación al nuevo país, facilidades en el orden migratorio y laboral, pero que contenía la aplicación de una “libertad condicional” discriminatoria a estos inmigrantes[4]. A este primer grupo de refugiados les fue bien en los Estados Unidos. La mayoría de ellos pertenecían a la clase media urbana del sur de Vietnam. De los cabezas de familia, más de la cuarta parte tenían educación universitaria y más del 40% había cursado enseñanza secundaria. Surgieron comunidades vietnamitas en California, Texas y Washington DC., y rápidamente negocios vietnamitas abastecieron a las nuevas comunidades.

Al término de 1978 el número de personas que huían de Vietnam por mar se había cuadruplicado. El 70% de los esos solicitantes de asilo eran vietnamitas de origen chino (minoría étnica Hoa). Esta nueva ola (la segunda) de refugiados vietnamitas comenzó a llegar también a los Estados Unidos en 1978. Eran los “refugiados del mar” o boat people[5] , que huían por el temor a ser reprendidos en Vietnam, especialmente los vietnamitas de etnia china. El número total de refugiados del mar vietnamitas que entraron entre 1978 y 1997 en los Estados Unidos se estima en más de 400.000 (ACNUR, 2009).

De manera especial, con la llegada a principio de los 80 de los boat people a los Estados Unidos, el gobierno tuvo que adoptar una nueva resolución respecto al tratamiento que se les daría a estos inmigrantes. En 1980 el Congreso aprobó la “Refugee Act of 1980” con la cual otorgaba el estatus de refugiados a estos emigrantes, lo que constituyó una ley de ajuste particular para los vietnamitas. Esta acta constituyó un incentivo muy fuerte para los vietnamitas que deseaban prosperar económicamente, lo que generó una explosión de boat people vietnamitas.

El 30 de julio de 1989, los gobiernos de los ESTADOS UNIDOS y Vietnam dieron a conocer una declaración conjunta en la que afirmaban que habían llegado a un acuerdo sobre la emigración de ex presos políticos y sus familias. Con ese acuerdo, las salidas al amparo del Programa de Salidas Organizadas aumentaron considerablemente, alcanzando un máximo de 86.451 en 1991. En esta cifra se incluían 21.500 ex internos de campos de reeducación y familiares, y casi 18.000 niños asiático- estadounidenses, hijos de soldados estadounidenses que habían servido al Ejército vietnamita del sur.

En resumen, de los refugiados vietnamitas que se establecieron en países occidentales entre 1975 y 1995, el 64 % fue aceptado por los ESTADOS UNIDOS, 12 % fue aceptado por Australia y el 12 % por Canadá. Entre los países europeos, Francia recibió el número más grande, aunque este número solamente representa un 3%.[6]

Esta cita explica por qué la mayoría de los emigrados vietnamitas residen actualmente en los Estados Unidos. Para Washington aceptar estos inmigrantes resultaba en un deber y en un objetivo estratégico para utilizarlos contra el gobierno de Vietnam.

En 2017, más de 1.4 millones de vietnamitas residían en los Estados Unidos, constituyendo el 3% de los 44.5 millones de inmigrantes de la nación y representando el sexto grupo de nacidos en el extranjero más grande del país. Coincidiendo con el lugar primario de asentamiento, la población vietnamita en los Estados Unidos se ubica actualmente en seis estados: California tiene el número más grande de inmigrantes (446.397, o 39,9 %), seguido por Texas (129.779, o 11,6%), Washington (49.084, o 4,4%), Virginia (37.841, o 3,4 %), Florida (37.076, o 3,3%) y Massachusetts (33.933, o 3,0%)(Terrazas, Aaron, 2008)[7]. Estos asentamientos coinciden con los centros donde los emigrados recibieron asistencia a su llegada a los Estados Unidos.

Acciones dirigidas a utilizar a la comunidad vietnamita residente en el exterior como parte de su desarrollo integral.

El tratamiento del Partido Comunista y el gobierno vietnamitas hacia la comunidad radicada en el exterior ha ido en aumento. Desde hace más de 40 años los líderes de la nación del Sudeste Asiático han puesto su empeño en resarcir y borrar cualquier huella de rencor que todavía tengan los emigrados hacia el sistema político vietnamita. Se esfuerzan también en enfocar a estos en la necesidad de avanzar juntos en aras de la independencia y unidad nacional.

De acuerdo con cifras oficiales de 2018 (Oficina General de Estadísticas de Vietnam, 2018), más de cuatro millones y medio de vietnamitas viven actualmente en más de 100 naciones de todo el mundo. Aunque en un primer momento la dirigencia vietnamita subvaloró los aportes que podría proporcionar la comunidad vietnamita en el exterior, hoy están claras la estrategia y las tácticas para trabajar con los mismos. El tratamiento a la comunidad vietnamita en el exterior ha tomado auge e importancia con el transcurso de los años[8]. En 1976 en el IV y luego en el V Congreso del Partido Comunista de Vietnam (PCV, 1980) se recogen los puntos de vista de la dirigencia vietnamita y su valoración a futuro de los aportes que podría brindar este sector.

Durante los años transcurridos, nuestros compatriotas residentes en el extranjero, siempre se han dirigido hacia su patria querida y han contribuido activamente a la lucha patriótica contra la agresión norteamericana. En la nueva etapa seguramente sumarán los esfuerzos a sus compatriotas en el país por restaurar y desarrollar la economía, la cultura, la ciencia y las técnicas y aportar contribuciones más importantes en la reconstrucción del país.[9]

La celebración del VI Congreso del Partido, en 1986, marcó un hito en la historia de la República Socialista de Vietnam, porque trazó las premisas de la reforma que cambiaría el rumbo hacia el desarrollo del país, la Renovación o Doi Moi, y se esbozaron algunas ideas para hacerle entender a los emigrados la importancia de su aporte al desarrollo de su país natal.

Crear condiciones favorables para que los vietnamitas residentes en el extranjero edifiquen el bloque de unión comunitaria incorporándose a la sociedad del país donde residen y al mismo tiempo ligándose estrechamente a la tierra natal, para contribuir de esa manera a la construcción nacional.[10]

Para llevar a cabo la estrategia hacia la comunidad en el exterior, el gobierno vietnamita ha implementado una serie de tácticas para la consecución de sus planes. Estas medidas del gobierno vietnamita están encaminadas a contrarrestar las campañas de difamación impulsadas, principalmente, en los Estados Unidos y sus críticas a los Derechos Humanos y lograr en la comunidad emigrada una percepción favorable a la gestión de las autoridades vietnamitas. El presente trabajo tiene como propósito  identificar y analizar las medidas más importantes que componen la estrategia del gobierno vietnamita hacia la comunidad residente en el exterior, particularmente en los Estados Unidos, en el período 2010-2018.

Análisis de los discursos de los dirigentes vietnamitas hacia la comunidad vietnamita en los Estados Unidos

Según Xuan (2004) el gobierno vietnamita tuvo que resolver tres problemas fundamentales a la hora de normalizar sus relaciones con la comunidad vietnamita emigrada, los aspectos psicológico, legal y político, además del reconocimiento de algunos errores cometidos por el gobierno. Todo esto constituía parte de la agenda que debía llevar este para ganarse la confianza de su emigración.

Con la eliminación del bloqueo económico y financiero estadounidense hacia Vietnam en 1994 y el establecimiento de las relaciones entre Vietnam y Estados Unidos en 1995, la política de Vietnam hacia sus emigrados comenzó a llegar de manera directa a través de la embajada y consulado instalados en este territorio. Esto permitió que la comunidad vietnamita en la nación americana conociera de primera mano las disposiciones implementadas por Vietnam hacia ellos, escuchara por primera vez el discurso de los diplomáticos vietnamitas y conocieran de primera mano la realidad de su país de origen. La Resolución 36 del Partido Comunista de Vietnam del 2004, fijó las líneas del tratamiento de las autoridades vietnamitas hacia sus emigrados:

La política sobre vietnamitas en el extranjero debe reflejar la tradición de la unión nacional, que está basada en el nacionalismo , el patriotismo y el orgullo nacional además de los objetivos comunes de cada vietnamita que son asegurar la independencia nacional e integridad territorial.

Esta resolución marca claramente la intención de los dirigentes de alejarse del discurso con enfoque marcadamente ideológico para llevarlo a uno más nacionalista, con el objetivo principal de captar la mayor cantidad de emigrados en pos del desarrollo de Vietnam.

Desde el establecimiento de las relaciones y el desarrollo de  visitas oficiales de líderes vietnamitas a los Estados Unidos, se destacó una línea marcada de sostener encuentros con la comunidad residente  en ese país, incentivadas por el Partido Comunista de Vietnam. Estos encuentros con intelectuales, empresarios, etc., se enmarcaron en una tarea para lograr sensibilizarlos hacia su país de origen y tocó los temas fundamentales de la política de Vietnam hacia sus emigrantes, enfocando los aportes que podría hacer este sector (dígase inversión, remesas y transferencia de tecnología) en las esferas prioritarias para el desarrollo de Vietnam.

En el año 2007 la visita del entonces presidente vietnamita Nguyen Minh Triet a los Estados Unidos fue un acontecimiento importante que contribuyó a fijar aún más las bases de cooperación entre Vietnam y la comunidad vietnamita radicada en los Estados Unidos. Desde su llegada al aeropuerto el presidente vietnamita anunció, como medida favorable para una mejor relación entre las  comunidades vietnamitas en el exterior y el gobierno, la eliminación de visado para la entrada a Vietnam a partir de septiembre de ese año.

¿Por qué venimos aquí? Porque queremos expresar nuestras opiniones y sentimientos y deseamos conocer los suyos. Somos vietnamitas. Debemos cerrar el pasado. Así que vamos a entendernos y unámonos porque somos descendientes de la misma madre: Vietnam. Nosotros debemos hacer a nuestro país más y más poderoso. (Nguyên Hô, Hoáng, 2009)

En el año 2015, por primera vez en la historia de las relaciones diplomáticas un secretario general del Partido Comunista de Vietnam visitó oficialmente Estados Unidos y se entrevistó con el entonces presidente Barack Obama quien le reconoció como la máxima figura política del país. Durante su estancia en Estados Unidos el político vietnamita sostuvo numerosos intercambios con la comunidad vietnamita residente en el exterior en especial con figuras influyentes dentro del mismo, recalcando la importancia que les concede el partido a sus emigrados para el desarrollo del país.

En su visita oficial a los Estados Unidos en 2017 el primer ministro Nguyen Xuan Phuc ofreció una recepción para varios empresarios e intelectuales de ascendencia vietnamita. En la reunión, el primer ministro habló de los esfuerzos y contribuciones realizados por empresarios e intelectuales vietnamitas en el extranjero para acelerar de manera integral las relaciones Vietnam-Estados Unidos, así como también, mejorar la reputación de la comunidad vietnamita en territorio estadounidense. Xuan Phuc informó a los delegados sobre el desempeño socioeconómico de Vietnam en los últimos años, reiterando la política del partido, el Estado y gobierno de considerar siempre a los vietnamitas en el extranjero como parte integral de la nación. El jefe del gobierno instó a los residentes en el exterior a interesarse por el desarrollo del país, afirmando que siempre respeta y escucha sus opiniones constructivas.

Trabajo con los jóvenes vietnamitas nacidos en el exterior

Uno de los retos actuales de la política vietnamita hacia sus emigrados se encuentra en hacer perdurable el apoyo de estos en el tiempo. Como ya se abordó, Vietnam apeló a los fuertes sentimientos patrióticos de los emigrados hacia su país de origen en los primeros años de implementación de medidas hacia su comunidad en el exterior. En la actualidad constituye un desafío inculcar estos sentimientos a las nuevas generaciones hijos de emigrados.

Si bien la comunidad vietnamita residente en el exterior ha propiciado el cultivo de las tradiciones en especial el aprendizaje de la lengua, resulta más difícil para los hijos de los emigrados (permeados ya por la cultura del mundo occidental) asimilar los valores y costumbres de la cultura de sus ancestros. Se presenta entonces para las autoridades vietnamitas el reto de incentivar el interés y el amor de los jóvenes hacia la Patria de sus padres. Por estas razones Vietnam desde los años 90 ha incorporado dentro de sus objetivos de trabajo con la comunidad emigrada, el captar la masa de hijos emigrados a favor del desarrollo del país y sobre todo en el conocimiento de la realidad de Vietnam. Es importante lograr estos fines, ello representa mantener la continuidad de las relaciones entre los emigrados y Vietnam y por ende el apoyo al desarrollo del país.

La Resolución 36 del Partido Comunista de Vietnam en el 2004 perfiló las líneas de trabajo que se seguirían para lograr el fin propuesto. En la consecución de estos planes el partido delegó la ejecución de las medidas al Frente de la Patria pero sobre todo a la Unión de Jóvenes Comunistas Ho Chi Min con la máxima de: reunir a los jóvenes y estudiantes vietnamitas en el extranjero para edificar una comunidad solidaria que preserve la identidad cultural vietnamita.

Es necesario mantener la lengua vietnamita y la cultura vietnamita viva dentro de la comunidad vietnamita en el exterior, sobre todo entre la generación más joven. (…) movilizar a los vietnamitas en el extranjero a que apunten sus ayudas hacia la Patria especialmente motivar a los jóvenes emigrados en esta tarea sobre la base voluntaria y de conformidad con las leyes y costumbres de su país de residencia.

A criterio del autor, las acciones más utilizadas por las autoridades vietnamitas en su trabajo con los jóvenes son:

  • Celebración anual de campamentos de verano para jóvenes emigrados. En estos campamentos además de realizarse actividades culturales, se les brinda una información actualizada de los logros y retos de Vietnam. Este encuentro sirve también para establecer un diálogo entre las autoridades vietnamitas y los jóvenes emigrados.
  • Realización de giras culturales por los asentamientos de vietnamitas en el exterior. Estas giras están integradas por los artistas más afamados de Vietnam. Las mayores giras realizadas, han tenido lugar en los Estados Unidos país donde se lleva a cabo esta acción de manera sistemática. A su vez las autoridades vietnamitas han promovido la realización de eventos artísticos de los artistas emigrados en su país natal.

Actualmente el número de estudiantes vietnamitas emigrados ronda la cifra de 500 mil, la mayoría de ellos cursando estudios universitarios y técnicos y radicados en países del primer mundo. Representan estos jóvenes para Vietnam, entonces, su mayor inversión a futuro. Realizar acciones efectivas con ellos representará la perdurabilidad del apoyo de la comunidad vietnamita emigrada al desarrollo de Vietnam y sobre todo un canal efectivo para que se conozca la realidad de Vietnam.

Estímulo a las remesas

Una de las prioridades de Vietnam respecto a su emigración radicada en el exterior son las remesas enviadas por estos, ya que constituyen un factor importante para el  desarrollo del país. La importancia de las mismas radica en que actúan como agente principal para lograr en las familias un mayor poder adquisitivo, además constituyen un elemento principal para la estabilidad de los hogares y la eliminación de la pobreza. Las medidas para incentivar el envío de estas a través de los años han sufrido muchas modificaciones, encaminadas a eliminar barreras reguladoras de su flujo. Para las autoridades vietnamitas la comunidad radicada en los Estados Unidos representa una prioridad debido a la cantidad de emigrados en dicho país y sobre todo del desarrollo de esta comunidad en el país de residencia.

En el año 2002, el entonces primer ministro Phan Van Khai, firmó la decisión 78/2002 / QD – TTg que enmendó y complementó la decisión 170/1999 / QD – TTg del 19 de agosto de 1999 (referida a las cuestiones de la remesa) con el objetivo de animar a los vietnamitas en el extranjero a transferir dinero hacia Vietnam, fortaleciendo esta medida.

Según una encuesta realizada por el Instituto Central de Gestión Económica (Informe del Centro de Gestión Económica, 2018), alrededor del 57% del importe total de remesas provienen de la diáspora radicada en Estados Unidos, un 8.4% de Canadá, 6% de Alemania y el 4% de Francia.

Las remesas sirven como una valiosa fuente de inversiones en organizaciones benéficas para niños, personas mayores, familias de bajos ingresos, iglesias y escuelas. En segundo lugar, esta es una fuente estable de suministro de divisas, lo que ayuda a financiar la economía real. Según el Banco Estatal de Vietnam (2018) siete de cada 10 dólares que recibe el país por vía de las remesas se invierten en empresas. Casi el 16% de las remesas de los vietnamitas en el extranjero se invierten en negocios y el 20% en bienes raíces. El primero de julio de 2015,  la Ley de Vivienda permitió que los no residentes compraran casas y terrenos en Vietnam. Esta apertura permitió un mayor desarrollo del sector inmobiliario en el país. Según los expertos, entre las razones que alientan a los expatriados a enviar e invertir más dinero en Vietnam figuran una economía próspera —en el 2018 creció 7,08%— y un sistema de leyes que les permite tanto a ellos como a extranjeros comprar propiedades y casas.

Vietnam se sitúa entre los 10 países receptores de remesas en importancia en el mundo. Hasta diciembre de 2018, el dinero enviado por los connacionales desde el extranjero alcanzó los 5.200 millones de dólares estadounidenses, aumentando un 6% en relación con el 2017. Si antes los emigrados destinaban este capital a sus familiares, ahora prestan más atención a desarrollar negocios según el modelo familiar o la asociación inversionista. Por eso, el aumento de las remesas y las inversiones de esta comunidad reviste un significado importante para el avance de Vietnam, cuyos logros en los últimos años cuentan con una aportación muy trascendental de los compatriotas en ultramar.

Inversión Directa de vietnamitas emigrados

La inversión de capital foráneo para Vietnam resulta de vital importancia como para cualquier país del mundo que se encuentre abierto a la inversión, pues estos contribuyen a la generación de puestos de trabajo y a la producción de bienes sociales. Sin embargo, para el gobierno vietnamita resulta de mayor utilidad que dicho capital provenga de sus emigrados porque siguiendo su propia manera de hacer política resulta más fácil hacerle entender a un compatriota las particularidades de la inversión en el país, lo cual incentiva los vínculos con su patria y constituye un puente para que otros inversores vietnamitas (o no) radicados en el exterior inviertan en Vietnam. La Ley de Inversión Extranjera y de Empresas de 2010 ha pasado por varias modificaciones —las más recientes aprobadas fueron en el 2014— buscando siempre adaptar las mismas a las condiciones objetivas del momento, persiguiendo los siguientes objetivos:

  • Para recaudar más fondos en forma de inversiones en el extranjero y atraer la experiencia de gestión para mejorar las posibilidades de creación de empresas;
  • Fomentar las relaciones comerciales entre locales y empresas internacionales para compartir habilidades y tecnologías.

La diáspora vietnamita también invierte en el desarrollo de la agricultura y el procesamiento de mariscos como productos de “comercio étnico”, es decir, exportación de bienes para el consumo de los emigrados asentados en otros países. Esto proporciona a los exportadores vietnamitas un nicho estable en el segmento de comercio de exportación. Estados Unidos es el mayor importador de panga de Vietnam y la tasa de crecimiento anual de la oferta de mariscos a los Estados Unidos es del 10%. La producción de mariscos se ha convertido en una fuente importante de ingresos en la economía nacional. Empresas y negocios de este tipo con emigrados predominan en el sur como Ho Chi Minh, Dong Nai y las provincias de Binh Duong. Una de las razones importantes para ello es que es el sur de Vietnam es el hogar de muchos de ellos o de sus padres.

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Vietnam (MOFA 2018), declaró que la diáspora vietnamita invirtió, en el año 2018, en más de 3.200 proyectos en Vietnam con un monto aproximado de 5.7 mil millones de dólares. La mayor parte de la inversión fue hacia los negocios vinculados a los servicios, el turismo y el sector agroalimentario.

Utilización de recursos humanos formados en el exterior

En el 2004 con la promulgación de la Resolución 36 se impulsó la implementación de nuevas políticas, destinadas a captar la ayuda de los intelectuales vietnamitas radicados en el exterior:

Crear nuevas políticas con el fin de atraer a nuestros intelectuales radicados en el exterior, dirigidas a la causa del desarrollo nacional; desarrollar un mecanismo satisfactorio de incentivos y recompensas para expertos vietnamitas en el extranjero e intelectuales que acumulen novedosos conocimientos y destrezas y que puedan asesorar el gobierno en la dirección, la transferencia de la tecnología, las artes nacionales y el desarrollo cultural.

Para Vietnam resulta imprescindible contar con los intelectuales para su desarrollo, dadas las aspiraciones de convertirse en un país desarrollado para el 2020, por lo que utilizar el know how de este sector es una prioridad. Hasta 1999 la dirigencia vietnamita encargaba al Ministerio de Ciencias y Tecnologías la elaboración de medidas destinadas a facilitar el regreso de los intelectuales vietnamitas radicados en el extranjero para trabajar en su país. Como iniciativa para introducir las experiencias de los intelectuales residentes en los Estados Unidos en Vietnam, ambos países (a instancia de los emigrados vietnamitas y el propio gobierno de Vietnam) a finales del 2000 firmaron un acuerdo[11]. En este acuerdo el gobierno estadounidense se comprometía a recibir y brindar educación.

El Ministerio de Ciencias y Tecnologías de Vietnam a partir del 2008 preparó una nueva estrategia para estimular el regreso de los intelectuales emigrados. Los incentivos del plan estaban encaminados a proponer un paquete salarial más atractivo para los científicos, ofrecer ayuda estatal para la financiación de proyectos de investigación y gradualmente la compra de equipos de avanzada tecnología. La estrategia costó 80 millones de dólares aproximadamente (70% aportado por el Estado vietnamita) enfocado en aumentar los sueldos, brindar transporte y las exenciones de visa a los intelectuales emigrados que presten servicio en Vietnam.

Con esta medida el gobierno de Vietnam aseguró: primero una llamada a sus intelectuales emigrados a que brinden sus servicios a la patria y segundo impulsar el sector de las tecnologías en Vietnam. Según la agencia de noticias VNA (2019) alrededor de 200 expertos e intelectuales versados en materias prioritarias para el desarrollo de Vietnam, visitan su país natal cada año con el propósito de transmitir sus experiencias y conocimientos a sus homólogos en Vietnam. El 30.31% de estos intelectuales de ultramar tienen residencia en los Estados Unidos por lo que se hace necesario y prioritario continuar las políticas de Vietnam hacia esta comunidad por los beneficios que pueden aportar.

Actualmente, de los más de 3 millones de vietnamitas radicados en el exterior, cerca de 300 mil emigrados son universitarios o técnicos calificados, incluidos personal que ostenta cargos importantes en centros de investigaciones y organizaciones internacionales. La mayoría de ellos se encuentran radicados en los Estados Unidos, a criterio del autor constituyen un puente apreciable para que Vietnam conciba tecnologías de punta, extienda sus lazos económicos y se inserte positivamente a nivel internacional.

Una nueva estrategia gubernamental ha sido la creación de un foro temático “Los vietnamitas de ultramar”, intelectuales y expertos aportan opiniones a la desarrollo e integración económica del país durante el período 2016-2020.  Más de 100 vietnamitas en el extranjero (especialistas en economía de las universidades de Estados Unidos, Francia, Australia y Japón u organizaciones internacionales, etc.) se unieron a sus colegas domésticos para discutir los desafíos de la reestructuración de la economía, mejora de la administración, reforma del sistema financiero, del sistema y educación superior, con el objetivo de una formación cualificada y desarrollando la política industrial, la agricultura, y negocios.

En abril de 2016 el gobierno anunció un plan de acción para promover la implementación de la Resolución Nº 36-NQ / TW del noveno Buró Político del Partido Comunista sobre los vietnamitas en el extranjero de 2016 a 2020.  El 19 de mayo, el Buró Político emitió la Instrucción No. 45- CT / TW para acelerar la implementación de la Resolución No. 36-NQ / TW el 26 de marzo de 2004 sobre vietnamitas en el extranjero.

Para lograr los objetivos establecidos por el Buró Político, el gobierno solicitó a los ministerios, agencias y comités populares provinciales y municipales que realizaran e implementaran la resolución y la instrucción. Los objetivos incluyeron ayudar a los vietnamitas en el extranjero a tener vidas estables e integrarse en sus países de adopción, modificando y perfeccionando políticas y leyes relacionadas con su bienestar, y ayudándoles a mantenerse conectados con el idioma y la cultura vietnamita. Se alienta a las provincias y ciudades a intensificar las actividades para conectar a los vietnamitas en el extranjero, facilitar los procedimientos que les permitan regresar a Vietnam y coordinar con las agencias de seguridad para protegerlos. Se alienta a los ministerios a proponer medidas para fortalecer la protección y la gestión de los ciudadanos vietnamitas en el extranjero —los trabajadores y estudiantes que estudian en el extranjero— y la adopción y matrimonio con personas extranjeras.

Conclusiones

La comunidad vietnamita radicada en los Estados Unidos constituye para Vietnam un sector estratégico a trabajar dentro de la totalidad de sus emigrados en general, debido a su ascenso económico en ese país y la ascendencia política en sus localidades de residencia.

La estrategia seguida por Vietnam con sus emigrados en los Estados Unidos, está destinada a incentivar sus contribuciones en el desarrollo de su país y en propagar la realidad vietnamita.

Las autoridades vietnamitas han implementado una serie de medidas con el fin de lograr un acercamiento con sus emigrados. Estas tácticas van dirigidas a explotar sectores prioritarios para la economía de Vietnam (remesas, inversión y acceso a nuevas tecnologías).

Incentivar el flujo de remesas constituye uno de los principales ejes de la estrategia de Vietnam hacia sus emigrados. Estas remesas han ayudado a combatir la pobreza y los problemas sociales en el país, además de elevar el nivel de vida de las familias receptoras. Por ello el gobierno vietnamita desde 1980 viene implementando medidas con el fin de estimular su flujo. Especial atención le merece al gobierno el envío de remesas desde los Estados Unidos, pues representan un gran porcentaje del total. Por estas razones los lideres vietnamitas en sus discursos hacia la emigración distinguen el aporte realizado por la comunidad emigrada por esta vía como una manera patriótica de ayudar a su país de origen.

Para un país en desarrollo como Vietnam la inversión extranjera directa representa un pilar estratégico en su perfeccionamiento. El estímulo a la inversión de sus emigrados, se centra particularmente en los radicados en los Estados Unidos. Esta deferencia se debe a la pujanza económica que tiene dicha comunidad en ese país y también porque Estados Unidos es el principal socio comercial de Vietnam fuera de la región del sudeste asiático.

La implementación de medidas para estimular la cooperación de los intelectuales emigrados representa una de las tácticas más importantes para que Vietnam acceda a nuevas tecnologías y conocimientos técnicos en diferentes campos de la ciencia en general. Resulta primordial establecer una cooperación efectiva con este sector, pues representa un puente para la introducción al país de nuevas tecnologías, nuevos conocimientos en ramas prioritarias para el desarrollo del país.

 

Anexos

Anexo 1. Población de inmigrantes vietnamitas en los Estados Unidos, 1980-2017.

Fuente: https://www.migrationpolicy.org/article/vietnamese-immigrants-united-states-5.

Anexo 2. Principales estados de residencia para los vietnamitas en los Estados Unidos, 2012-16.

Fuente: https://www.migrationpolicy.org/article/vietnamese-immigrants-united-states-5.

Anexo 3. Trabajadores ocupados en la fuerza laboral civil (mayores de 16 años) por ocupación y origen.

Fuente: https://www.migrationpolicy.org/article/vietnamese-immigrants-united-states-5.

Anexo 4. Llegadas de refugiados vietnamitas e inmigrantes vietnamitas otorgados como residencia permanente legal (LPR, por sus siglas en inglés) como refugiados y asilados o por medio de vínculos familiares, 1975-2016.

Anexo 5. Flujos de remesas anuales a Vietnam, 2000–17.

 

Fuente: https://www.migrationpolicy.org/article/vietnamese-immigrants-united-states-5.

* Licenciado en Derecho, Universidad de la Habana. Instituto Superior de Relaciones Internacionales de Cuba.

 

Referencias

[1] Castles, Stephen “Coyuntura y debate. Las nuevas migraciones del continente asiático”. 2001, <http//www.castles.migrations/doc/pdf>, [consulta: 2009].

[2] Hoy Reino de Camboya

[3] Álvarez Acosta, María Elena. Siglo XX: migraciones humanas. La Habana: Editora Política, 2005.p. 132.

[4] “The Indochina Migration and Refugee Act”. Uno de los principales promotores de esta acta, fue el senador Ted Kennedy. Para ver una valoración de dicha ley: Silverman, Edwin B. “Indochina Legacy: The Refugee Act of 1980”. Publius, 10, no. 1, Winter 1980, p. 27–41.

[5] Término con el que se conoce a los más de 2 millones de vietnamitas que, a bordo de embarcaciones precarias, trataron de emigrar entre 1975 y 1992. Aunque es difícil precisar cifras exactas por los que perecieron en el mar (naufragios, accidentes, desnutrición o piratería), los Boat People fueron la mayor diáspora marítima en calidad de refugiados del siglo XX, muy por delante de los balseros cubanos y las pateras africanas. Tras abandonar Vietnam, algunos fueron rescatados por buques y cargueros extranjeros en aguas internacionales y otros trataron de alcanzar las costas de países próximos como Tailandia, Malasia, Singapur e incluso Filipinas.

[6] Merli, M. Giovanna. “Estimation of international migration for Vietnam, 1979-1989”. Center for Studies in Demography and Ecology, Department of Sociology, University of Washington. <http://csde.washington.edu/downloads/97-4.pdf>, [consulta: 2019].

[7] Terrazas, Aaron. “Vietnamese Immigrants in the United States”. Migration Policy Institute, 12/08/2008, <https://www.migrationpolicy.org/article/vietnamese-immigrants-united-states-0>.

[8] Las primeras referencias sobre el trabajo hacia la comunidad vietnamita en el exterior se encuentran en los documentos escritos por Ho Chi Minh al final de su vida. En eso documentos Ho Chi Minh abogaba por la unidad de Vietnam territorial, cultural y vincular a los de afuera con el desarrollo del país. En el período de 1975 a la actualidad las autoridades vietnamitas buscaron en este sector apoyo para enfrentar los problemas económicos que afectaban el país.

[9] Documentos, IV Congreso del Partido Comunista de Vietnam, 1977. p 152.

[10] Documentos VI Congreso del Partido Comunista de Vietnam, 1977. p 74.

[11] Ley nº 106-334, 12/12/2000, sección 206.

LA TRANSICIÓN Y EL PROYECTO PESQUERO NACIONAL

César Augusto Lerena*

Imagen de Claudio Bianchi en Pixabay

Cuando los funcionarios se están yendo, ni los ordenanzas les sirven café. Miran a su alrededor y la soledad del despacho los abruma y los devuelve a la miserabilidad de la que provienen. El propio Borges decía “no vale un subsecretario, más que un sueño” y, es que los cargos no hacen a los hombres, sino estos a aquellos. Que otra cosa puede esperarse de un obscuro burócrata encumbrado en Secretario de Estado, más que esté a la espera de recibir órdenes o satisfacer sin más a sus poderdantes. Triste rol, de quien tiene en sus manos una porción del desarrollo nacional, la industrialización de una Nación, la preservación de los recursos naturales y el trabajo y bienestar de miles de hombres, mujeres y sus familias.

El Subsecretario saliente, de la nada llegó y sin gloria se habrá de retirar, transcurriendo, por impericia o con mandato, a una de las etapas más decadentes de entrega nacional, concentración económica, depredación y pérdida de fuentes de trabajo.

Apelará este Señor a datos estadísticos falsos, basados en una mono-explotación de un recurso, cuya disponibilidad biológica, ni siquiera pueden predecir a mediano plazo los técnicos y, reconocerá su incapacidad de evitar la depredación y el descarte, la explotación española, británica y china de los recursos pesqueros argentinos, la prestación logística a los buques extranjeros ilegales en los puertos de Uruguay y su total falta de participación en defensa de los intereses pesqueros y su explotación sostenible, en aquellas cuestiones inherentes al ambiente marino (las licitaciones de hidrocarburos offshore y las áreas marinas protegidas); el Acuerdo de Nueva York y del Atún que regionalizan y facilitan la intervención del Reino Unido, en el Atlántico Sur, e impiden actuar en forma soberana a la Argentina como Estado ribereño en la protección de nuestros recursos migratorios y la transferencia de información biológica sensible a los invasores y ocupantes de 1,6 millones de kilómetros cuadrados de nuestro territorio marítimo y extractores ilegales de cientos de miles de toneladas anuales de nuestros recursos.

Si habremos visto posiciones vacilantes en los últimos 50 años de explotación pesquera. Y cómo los distintos funcionarios de turno pusieron el recurso en manos extranjeras. Desde los Acuerdos de Madrid, nunca la pesca estuvo tan al servicio de la consolidación de los británicos en Malvinas. Y frente al Brexit —una oportunidad inigualable para la Argentina— el gobierno (y este funcionario en lo suyo) hace oídos sordos a las asociaciones mixtas británico-españolas en Malvinas, recibe el consejo de los depredadores españoles y, muy especialmente gallegos, a quienes les promete una sostenibilidad que no practican y les investiga el área pesquera austral para garantizar su permanencia en el Atlántico Sur, nuestra Zona Económica Exclusiva (el área ocupada por los ingleses también lo es) y nuestros recursos migratorios, que han permitido a los británicos sostenerse todos estos años.

No hay tal “transición ordenada” como dice el gobierno saliente, y es que el desorden en el que dejan los asuntos públicos mal puede entregarse ordenadamente a los entrantes.

Los expedientes pendientes, se habrán concluido, mal y pronto, de urgencia.

Los pedidos ya se habrán cumplido, antes del abandono del barco.

La basura debajo de la alfombra. Que todo parezca normal.

Pero no se trata la transición de un momento en que se cuenten, café de por medio, amablemente, las dificultades, las limitaciones, las presiones y otras yerbas. Se trata de que el Subsecretario de Pesca saliente le entregue al entrante una sola carpeta, de unas cien páginas, donde diga: 1) La trazabilidad de los permisos, cuotas y autorizaciones de captura; 2) El incremento del esfuerzo pesquero a partir de las transferencias; 3) El Rendimiento Máximo Sostenible y el cumplimiento de los proyectos pesqueros, según las cuotas asignadas; 4) La depredación pesquera extranjera y la depredación nacional a partir del descarte; 5) Las acciones que se efectuaron para incrementar el valor agregado; 6) Las medidas tomadas para eliminar el trabajo no registrado; 7) Las acciones que se tomaron para financiar la renovación de los buques y reactivar toda la capacidad instalada nacional; 8) La promoción efectuada del consumo nacional; 9) el desguace de los buques que entorpecen las operaciones portuarias; 10) qué asesoramiento le prestó a la Cancillería sobre los Acuerdos de Madrid y el Acuerdo Foradori-Duncan; 11) qué acciones llevó adelante para desalentar la pesca ilegal; 12) qué asesoramiento prestó al gobierno desde el punto de vista pesquero sobre el reciente pre-acuerdo con la Unión Europea, entre otras cuantas cosas. En síntesis: qué medidas se tomaron para cumplir con el artículo 1º de la Ley 24.922 que dice “La Nación Argentina fomentará el ejercicio de la pesca marítima en procura del máximo desarrollo compatible con el aprovechamiento racional de los recursos vivos marinos. Promoverá la protección efectiva de los intereses nacionales relacionados con la pesca y promocionará la sustentabilidad de la actividad pesquera, fomentando la conservación a largo plazo de los recursos, favoreciendo el desarrollo de procesos industriales ambientalmente apropiados que promuevan la obtención del máximo valor agregado y el mayor empleo de mano de obra argentina”.

La palabra “transición” viene del latín transitio y significa “acción y efecto de estar entre lo viejo y lo nuevo”. Sus componentes léxicos son: el prefijo trans– (de un lado a otro), itus (ido), más el sufijo –ción (acción y efecto). Los daños de lo viejo en biología suelen ser irreversibles o reversibles a muy largo plazo y, los efectos sociales de las pésimas políticas implementadas, son devastadores, porque quiebran la moral de los emprendedores y la ilusión y el sustento a los pueblos.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Provincia de Corrientes). Ex Profesor Universidad UNNE y FASTA. Asesor en el Senado de la Nación. Doctor en Ciencias. Consultor, Escritor, autor de 24 libros (entre ellos “Malvinas. Biografía de Entrega”) y articulista de la especialidad.

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EL CONSENSO PARA LA REFORMA PESQUERA EL DESARROLLO Y LA OCUPACIÓN DEL ATLÁNTICO SUR.

César Augusto Lerena*

Imagen de Claudio Bianchi en Pixabay

Es de tal gravedad la situación general y sectorial, que la Argentina no admite más la aplicación de viejos modelos fracasados, el aprovechamiento de los recursos del Estado para fines personales o la mala administración por parte de los servidores públicos. Se requiere de funcionarios y dirigentes reflexivos, abocados en un nuevo plan de desarrollo productivo que priorice el bienestar del trabajador y su familia, la previsibilidad y renta empresaria, la explotación racional y eficiente del recurso, la generación de divisas y empleo y, también, diferenciar al agente público eficiente del que entorpece el desarrollo de la actividad, ya sea por acción, omisión o prácticas ilegales.

No será posible la recuperación soberana del Atlántico Sur y Malvinas si no ocupamos el Mar Argentino, explotamos sus recursos y, los migratorios o asociados. Y, sí esperamos transformar la producción primaria pesquera en una industria, como precisa el artículo 2º de la Ley 24.922 generando mayores divisas, valor agregado y empleo, será indispensable efectuar una reforma consensuada de la actividad pesquera, cambiando el modelo extractivo que prima desde la década del 70.    

No es un momento fundacional, en el que se desandan las buenas acciones, sino el de una reforma fundada y sostenible, de nuevos planes basados en el conocimiento de la biología, la explotación,  la administración del recurso, el mercado, las necesidades de la empresa y el trabajador, el gerenciamiento de la actividad marítima, pesquera, naval, exportadora y de consumo, que deben rápidamente ponerse en movimiento, para eliminar la inequidad y el desaliento, generar nuevas inversiones, mayor valor agregado y trabajo, divisas para el país y ratificar la presencia de los productos de calidad en todo el mundo y en la dieta de los argentinos.

Sería necesario en ámbito nacional:

1) Extraer la mayor cantidad de recursos disponibles en forma compatible con una óptima reproducción, multiplicación y desarrollo de las especies y el mantenimiento de la biomasa a perpetuidad para asegurar su explotación actual y el de las próximas generaciones.

2) Buscar acordar la explotación de los buques extranjeros de nuestros recursos migratorios y, a la par, promover los incentivos necesarios para que toda la flota pesquera congeladora argentina y, muy particularmente la potera, se haga de nuestros recursos en todo el atlántico sudoccidental.

3) No depredar ni descartar ninguna captura, de modo que desembarquemos el más alto volumen posible, para generar nuevas industrias, y que, las existentes, puedan disponer de materias primas en forma regular, aumentando la demanda laboral y la rentabilidad empresaria, a la par, de aprovechar esta esencial proteína en un país con una altísima tasa de desocupación, pobreza e indigencia.

4) Establecer reglas y controles ciertos sobre la asignación de cuotas y autorizaciones de captura, que se ajusten a los proyectos aprobados de explotación, respecto a la radicación territorial e industrial, generación de valor, ocupación de mano de obra, afectación de la flota a las capturas asignadas, su renovación y actividad, la utilización de medios y redes selectivas y la pesca en las áreas autorizadas, la sustentabilidad del recurso y del ambiente, la responsabilidad social empresaria y, el cumplimiento de toda la legislación pesquera y del proyecto presentado por la Empresa, que diera lugar a la concesión de la captura, industria y comercio de los productos pesqueros.

5) Establecer una Unidad Económica Pesquera que asegure el sostén económico y social de las pequeñas y medianas embarcaciones e industrias y dé, mayor certeza a estas y sus trabajadores, promoviendo inversiones y el desarrollo de nuevos proyectos, evitando la quiebra, el desempleo y la reformulación de buques menores en otros de mayor capacidad con la consiguiente inequidad e incremento del esfuerzo y la depredación. Ello, acompañado de políticas que faciliten la exportación y el comercio interno de las pequeñas y medianas empresas para dar mayor probabilidad de subsistencia.

6) Promover una mayor industrialización de las materias primas, incentivando el valor agregado y desalentando la exportación de commodities que extranjeriza la mano de obra argentina y reduce el ingreso de divisas el país.

7) Erradicar el trabajo no registrado, a través de sistemas de cruzamiento de datos que fácilmente detectan la irregularidad y, a la par, efectuar las correcciones impositivas necesarias para evitar que el régimen imperante desaliente la registración o el pago parcial en negro.

8) Aumentar el consumo nacional de pescado, que se encuentra entre los más bajos del mundo y, por tal motivo no se genera mayor valor agregado, empleo y mejora de la dieta de los argentinos.

9) Asegurar la diversidad de la explotación de las especies, no solo para obtener un mayor equilibrio biológico, sino, además, para que la actividad no esté sujeta a una monocaptura poco previsible como la del langostino, cuya caída, provocaría una de las más graves crisis del sector.

10) Llevar adelante una política de federalización de la explotación de los recursos originarios, para asegurar una industrialización de las provincias del litoral marítimo.

11) Dar autonomía a la investigación pesquera el INIDEP no solo para asegurar la perpetuidad de las especies, sino para poner el desarrollo tecnológico al servicio de las empresas.

12) Llevar adelante una política de renovación y de seguridad de los buques para reducir los naufragios y promover, buscando los medios de financiamiento, la construcción de embarcaciones pesqueras, transporte, investigación, petroleros, defensa, etc. en los Astilleros nacionales.

13) Colaborar con la Autoridad Portuaria para promover la construcción y/o mejora de los puertos para facilitar la operación de los buques pesqueros y, actuar sobre los propietarios o tenedores de buques pesqueros abandonados en los puertos para mejorar en estos su operatividad.

14) Generar la necesaria confianza internacional en los organismos nacionales de control y certificación para asegurar la colocación de los productos pesqueros en el mundo, acreditándolo ante nuestras propias certificadoras y las calificadoras internacionales.

Será necesario en materia internacional:

15) Promover la creación de una Comisión Revisora de los Acuerdos de Madrid con el objeto de retrotraer a 1982 todas las cuestiones que, pese a la fórmula aplicada del paraguas, el Reino Unido incrementó unilateralmente respecto a la ocupación original de Malvinas y de los aspectos relativos a la explotación de los recursos naturales originarios de Argentina en el Atlántico Sur desde esa fecha.     

16) Llevar adelante una política de preeminencia, en nuestro carácter de Estado Ribereño, sobre los Estados de Bandera (extranjeros) de acuerdo a la CONVEMAR, tomando las acciones precautorias para evitar la depredación del Atlántico Sur y, en especial, la captura de especies migratorias del mar argentino.    

17) Prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (Pesca INDNR) haciendo valer en el concierto internacional el ejercicio de los derechos soberanos de Argentina como Estado Ribereño, acordando o sancionando, a todos los buques extranjeros que pesquen ilegalmente los recursos argentinos en el Atlántico Sur, evitando la captura de más de 350 buques extranjeros ilegales en el Mar Argentino y sobre las especies migratorias en el área adyacente, privando a la Argentina de un millón de toneladas anuales de pescados y calamares que le permitirían a nuestro país duplicar las exportaciones, triplicar la mano de obra y mejorar la dieta de los argentinos.

18) Llevar adelante una política de explotación nacional del calamar destinada a mejorar las condiciones de explotación selectiva de esta especie por parte de los buques nacionales y reducir su extracción con buques de arrastre y/o con embarcaciones licenciadas por el gobierno ilegal británico.

19) Concretar Acuerdos con Uruguay para eliminar las operaciones portuarias en ese país por parte de buques extranjeros ilegales que extraen recursos en el Atlántico Sur y posibilitar una integración rioplatense para defensa y explotación económica del Atlántico.

20) Promover el rechazo del Acuerdo de Nueva York y del Atún evitando regionalizar el Mar Argentino y nuestro debilitamiento como país ribereño ante los buques Extranjeros y el Reino Unido en Malvinas.

21) Dejar sin efecto el Acuerdo Foradori-Duncan, en lo relativo al incremento de vuelos a San Pablo y la investigación conjunta con el Reino Unido del mar argentino y la pesca.

22) Promover la revisión del reciente pre-acuerdo con la Unión Europea, con el objeto entre otros de establecer, que los productos originados en el Atlántico Sudoccidental (Área FAO 41 y 48) o migratorios o asociados a ésta deben encontrarse certificados por la Argentina, o la República de Uruguay en su caso, para su ingreso a la Unión Europea, sufriendo las mismas limitaciones arancelarias o sanitarias que pudieran aplicarse a la Argentina.

23) Llevar adelante políticas activas en el Atlántico Sur, controlando la defensa nacional y considerando a este espacio, de interés ambiental, social y de desarrollo económico para todos los argentinos.             

La acción y la vocación del gobierno y la cooperación y solidaridad de todos los actores del sector serán vitales para revertir esta grave situación, contribuir a la reafirmación de la soberanía y al desarrollo nacional desde esta actividad, para generar divisas, valor agregado, empleo, radicación industrial y el bienestar de todos los argentinos.   

                  

* Experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Ctes) ex Profesor Universidad UNNE y FASTA, Asesor en el Senado de la Nación, Doctor en Ciencias, Consultor, Escritor, autor de 25 libros (entre ellos “Atlántico Sur, Malvinas y Reforma Federal Pesquera”, 2019) y articulista de la especialidad.