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LOS FONDOS MARINOS Y LAS AMBICIONES TECNOLÓGICAS DE CHINA EN MATERIA ENERGÉTICA RENOVABLE

Susana B. García*

Imagen de PAVM en Pixabay 
Introducción

Los fondos marinos albergan recursos de gran interés económico debido a que desempeñan un rol preponderante en las metas de las principales economías globales que pujan por liderar la Cuarta Revolución Industrial. El desarrollo de una amplia variedad de tecnologías, pero en particular las vinculadas a las denominadas energías verdes, requieren que estos actores detenten el dominio del ciclo tecnológico completo: recursos+ I+D (investigación y desarrollo) y producción. El desarrollo productivo se encuentra además estrechamente atado a la capacidad y aseguramiento de generación energética que, a diferencia de las anteriores revoluciones industriales, debe encuadrarse en las demandas de la comunidad internacional que giran en torno a la protección del medio ambiente.

En esta puja internacional se destacan dos factores. Por un lado, el rol dominante que China desempeña en la cadena de suministro de recursos, considerados críticos para el desarrollo tecnológico del futuro, es percibido como una vulnerabilidad o incluso una amenaza para la satisfacción de las apetencias de poder de sus contrapartes occidentales, como Estados Unidos, la Unión Europea y asiáticos, como Japón y Corea del Sur. Y en segundo lugar el crecimiento de la demanda global de una categoría específica de recursos que resultan vitales para alcanzar los niveles de eficiencia y performance de las nuevas energías verdes: las Tierras Raras. Y en este punto, los fondos marinos, como fuentes alternativas de provisión de recursos críticos, han adquirido mayor relevancia en esta nueva dinámica tecno-geoeconómica.

Tierras Raras y Fondos Marinos

Las tierras raras o “elementos de tierras raras” (REE) son 17 elementos químicos (ver Fig. 1), formados por el escandio, itrio y los otros quince elementos del grupo de los lantánidos, entre ellos el neodimio, el disprosio y el holmio.

Figura 1. Ubicación de las Tierras Raras en la Tabla Periódica

Su “rareza” se explica por la condición de no encontrarse en altas concentraciones en la naturaleza, en comparación a otros elementos, ni en estado puro. Generalmente forman parte de óxidos o silicatos y muchas veces son impurezas. Sus propiedades electroquímicas y magnéticas los hacen muy preciados para una enorme variedad de sectores productivos de alta tecnología (ver Tabla 1). Durante años existió la creencia que su relevancia estratégica estaba dada por su uso en tecnologías de aplicación militar. Si bien es cierto que, en diferentes combinaciones, se utilizan en el desarrollo de plataformas, sistemas de armas, radares y sensores, plantas de poder, sistemas de comunicaciones, sistemas de puntería, etc; a medida que se obtuvo mayor conocimiento sobre estos materiales las potencialidades duales se hicieron más evidentes.

Actualmente se encuentran en el centro de la disputa tecnológica entre Estados Unidos y China. Según datos de 2019, Estados Unidos importa alrededor del 80% de las tierras raras a China. La capacidad de producción del primero ronda las 15 mil toneladas y, pese a ser una de las más elevadas después de Australia, representa una cifra insignificante en comparación a las 120 mil toneladas anuales producidas por China (ver Fig.2). Esta situación, sumada a las aplicaciones que tienen estos materiales en productos de energía renovable, ha generado una preocupación mundial por la concentración casi monopólica que tiene el país asiático en toda la cadena de suministro de REE desde 2009.

Figura 2. Países con Reservas y Capacidad de Producción de Tierras Raras

Los yacimientos comerciales de estos minerales están asociados fundamentalmente a cuatro tipos de rocas: Carbonatitas, que son unas rocas ígneas con un contenido superior al 50% de carbonatos, como los yacimientos de Bayan Obo en Mongolia y Mountain Pass en Estados Unidos,  Rocas ígneas alcalinas, como el yacimiento de sienitas nefelinicas de Lovozero en Rusia, Arcillas lateríticas (resultado de la alteración in situ de los yacimientos anteriores) como los casi 250 yacimientos de este tipo que se explotan en el sureste de China y Depósitos tipo placer, como el de las monacitas de  Matamulas en Ciudad Real en España.

Listado de REE

Aplicaciones Principales

Lantharum (La)

Lentes de cámaras, catalizadores para refinado de petróleo, vehículos eléctricos, cristales ópticos, baterías recargables

Cerium (Ce)

Catalizadores para refinerías de petróleo, pantallas color, LCD, aleaciones metálicas, PET, filtros UV en cristales, protección de radiación

Praseodymium (Pr)

Colorantes en cristales, pantallas color, LCD, refrigerantes criogénicos, iluminación energía-eficiente, discos duros, láseres, imanes, pigmentos, electrónica portátil, pequeños motores, técnicas de radioterapia

Neodymium (Nd)

Discos duros, vehículos eléctricos, magnetos permanentes, tratamiento de cáncer, colores en cristales y cerámicas

Promethium (Pm)

Pinturas iridiscentes, baterías nucleares

Samarium (Sm)

Láseres, magnetos, vehículos eléctricos

Europium (Eu)

Biodiagnóstico por imágenes, pantallas color, LCD, iluminación energía-eficiente y fluorescente, láseres, electrónica portátil y pequeños motores

Gadolinium (Gd)

Láseres, chips de memorias, captura de neutrones, aditivos de acero

Terbium (Tb)

Terapias contra el cáncer, pantallas color, LCD, celdas de combustible, lámparas fluorescentes, motores eléctricos de alta potencia, láseres, chips de memorias

Dysprosium (Dy)

Motores eléctricos de alta potencia, láseres, vehículos livianos

Holmium (Ho)

Terapias contra el cáncer, láseres, magnetos, estándares para espetrofotómetros ópticos

Erbium (Er)

Tecnología de fibra óptica, láseres, aplicaciones de salud, acero

Thulium (Tm)

Láseres

Ytterbium (Yb)

Agentes de reducción química, láseres IR,

Luletium (Lu)

Catalizadores, lentes de alta refracción. LED

Yttrium (Y)

Cerámicas, pantallas color, LCD, lámparas fluorescentes compactas, superconductores de alta temperatura, láseres, LED, filtros micro-ondas

Scandium (Sc)

Aleaciones para componentes aeroespaciales, iluminación para cámaras, catalizadores, pantallas color, LCD, agentes de detección radiactiva en refinerías de petróleo, super aleaciones, tubos de rayos X.

Tabla 1. Listado de REE y sus aplicaciones más conocidas

Aunque los REE (ver Fig. 3) no son tan “raros” en la superficie terrestre, su proceso de obtención y posterior tratamiento es muy complejo y costoso. Para su obtención se emplean procesos agresivos al medio ambiente como la extracción mediante disolventes orgánicos, la separación magnética o a muy elevadas temperaturas (alrededor de 1000 grados). Es común la pérdida de material durante el proceso de separación que, en algunas oportunidades alcanza el 50%. También preocupa la presencia de elementos radiactivos de Torio y Uranio como residuos colaterales del proceso de extracción. Estas cuestiones, sumadas a que la formación geológica de los yacimientos existentes de REE ha sido completamente distinta, razón por la cual los métodos de extracción no pueden ser exportados a otros países, ha ralentizado la carrera por estos recursos a muchos de los países que cuentan con reservas potenciales considerables.

Figura 3.  Los Elementos de Tierras Raras

China comenzó la explotación de REE a mediados de la década del 80 y superó muy rápidamente a a Estados Unidos, que lideraba la producción desde 1990. Desde 2009 China ejerce el monopolio. Estados Unidos intentó reactivar sus niveles de producción entre 2012 y 2015, pero su contribución al volumen global apenas alcanzó el 4% en ese período.

Esta situación generó que la demanda global de REE y su producto el óxido de tierras raras (REO) aumentara hasta casi triplicarse en la última década.

Gradualmente, los países altamente industrializados liderados por Estados Unidos fueron buscando fuentes alternativas de provisión de REE y dirigieron su atención a los fondos oceánicos, donde también había llegado China.

Minería en los fondos oceánicos

Las continuas exploraciones de los fondos marinos, incrementadas en la última década, arrojaron evidencia no sólo de la existencia de REE en los Océanos Pacífico e Indico, sino de sus elevadas concentraciones. En comparación los dos sitios terrestres más grandes concentran el 1% de REE, mientras que en los nódulos polimetálicos y costras de ferromanganeso del Pacífico, ricos en cobalto, la cantidad de REE pesados alcanzaría el 26%. En India, se obtienen REE livianos en un 70-75% de las playas y las áreas costeras y offshore.

Si bien los nódulos polimetálicos se conocen desde hace 50 años, estudios recientes demostraron que los sedimentos no consolidados de los fondos marinos pueden ser buenos candidatos de recursos REE. No obstante existen todavía pocas investigaciones que incluyan evaluaciones cuantitativas de los minerales considerados críticos en las profundidades oceánicas. Por otra parte, las actividades en minería oceánica, se remontan a la década del 60,  pero su impulso se perdió con el paso del tiempo debido a múltiples factores como las fluctuaciones en los precios de los metales, el acceso relativamente fácil a materias primas sobre la superficie terrestre, dificultades técnicas por falta de tecnología adecuada e incertidumbre jurídica.

En los fondos oceánicos existen principalmente tres tipos de recursos de gran interés económico: Nódulos polimetálicos (NP), Costras ferromagnesianas (CFM) y depósitos masivos de sulfuros, generados por las fumarolas hidrotermales. Descubiertos en 1870, permanecieron indiferentes al desarrollo tecnológico durante casi un siglo. El interés económico en los NP impulsó la formación de un consorcio integrado por Alemania, EEUU, Canadá, Japón, Francia, Bélgica, Italia entre otros. Este consorcio en las décadas del 60 y 70 se concentró en la evaluación de los depósitos de minerales del Pacífico, en Clarion Clipperton, así como en el desarrollo de tecnologías de extracción. Con la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) en la década del 80 y la entrada en vigencia de la Autoridad Internacional de Fondos Marinos (ISA) en los 90, las actividades de exploración comenzaron a estar reguladas mediante contratos. Estas actividades eran realizadas principalmente por agencias gubernamentales hasta que a partir de 2010 llegan los actores privados a la industria de los minerales submarinos.

Su importancia ha adquirido nueva relevancia debido a cambios geopolíticos y a una mayor demanda del sector de las energías renovables no convencionales. Al primer trimestre de 2021 se han confirmado 31 contratos de exploración minera ubicados en los océanos Pacífico, Atlántico e Índico que involucran a 21 contratistas de todo el mundo entre empresas, autoridades gubernamentales e institutos de ciencia y tecnología (ver Tabla 2). Se encuentran presentes, a través de esos organismos y empresas, países como China, Francia, Alemania, India, Japón, Corea del Sur, Rusia y la Organización Conjunta Interoceánica (un consorcio integrado por Bulgaria, Cuba, República Checa, Polonia, Rusia y Eslovaquia), así como pequeños estados como las Islas Cook, Kiribati, Nauru, Singapur y Tonga.

Estado patrocinante de la Minería Oceánica

Empresa privada o Institución

China

China Minmetals Corporation

Islas Cook

Cook Islands Investment Corporation

Reino Unido

UK Seabed Resources Ltd

Singapur

Ocean Mineral Singapore Pte Ltd.

Bélgica

Global Sea Mineral Resources NV

Kiribati

Marawa Research and Exploration Ltd.

Tonga

Tonga Offshore Mining Limited

Nauru

Nauru Ocean Resources Inc.

Alemania

Federal Institute for Geosciences and Natural Resources of Germany

India

Government of India

Francia

Institut français de recherche pour l’exploitation de la mer

Japón

Deep Ocean Resources Development Co. Ltd.

Tabla 2. Listado de participantes en los de principales contratos

China, el mayor consumidor e importador de minerales y metales es un actor de peso que, no sólo participa en la mayoría de los contratos sino que ejerce presión para la creación de un código de minería “preventivo” a nivel internacional. Según Nugent, director del Pew Charitable Trusts Seabed Mining Project, no sólo se trata de interés económico sino de prestigio, “Xi Jinping tiene tres metas de profundidad: en el espacio, en el océano y en la tierra”. Esto puede ser un indicador de los recursos que China estaría dispuesta a aplicar a la consecución de estos objetivos.

También a esta altura resulta menester señalar algunos aspectos de la capacidad científico tecnológica de China en relación con la actividad de minería oceánica. A fines de 2020 China presentó un video en el cual su vehículo sumergible Fendouzhe (Ver Fig. 4) habría descendido a los 10.909 metros en Mariana Trench. Las características de este vehículo dan cuenta de algunas de las capacidades tecnológicas chinas en relación con los fondos oceánicos. Su estructura de titanio soporta la presión oceánica a una profundidad de 10.000 metros (+ de 32000 pies), está potenciado por baterías de litio y puede tomar muestras con sus brazos robóticos extensibles y operar con precisión de un centímetro.

CGTN 2020
XINHUA 
Figura 4. Vehículos Sumergibles chinos para exploración de fondos oceánicos.

Se observa un avance notable desde la presentación de su primer vehículo sumergible en 2012, Jialong. Posteriormente presentó el Deep Sea Warrior, que operaba a 7000 metros de profundidad. Desde que fue puesto en servicio llevó a cabo 43 inmersiones y condujo investigaciones geológicas, geoquímicas y biológicas. En 2019, después de una onerosa modernización, volvió al servicio activo el vehículo sumergible Jialong con el ambicioso propósito de realizar una travesía alrededor del mundo. Su misión sería investigar la ubicación e identificación de sedimentos marinos en busca de REE, cobre, níquel, manganeso y cobalto para satisfacer los requerimientos futuros de tres de sus principales sectores productivos: la electrónica, la energía solar y la energía eólica. Algunos analistas sostienen que, sin importar cuanto tiempo resta para el agotamiento de las reservas terrestres de minerales críticos, los océanos ofrecen un caudal aún desconocido del que podrá abastecerse sin incurrir en los costos derivados de conflictos con otros actores.

La tecnología para la minería de fondos oceánicos se encuentra en transición de la etapa de experimentación a la de operaciones comerciales. Y la ventaja parece recaer nuevamente en China que posee vasta experiencia en prospección oceánica, aunque en tecnología de extracción se encuentre detrás de Japón, Corea y otras naciones occidentales como Francia y Estados Unidos. Pero la experiencia en adquisición de conocimiento por las investigaciones realizadas durante los últimos cuarenta años y su capacidad tecnológica en robótica todavía pueden darle una ventaja.

Los últimos dos Planes Quinquenales (12 de 2011-2015 y 13 de 2016-2020) dejaron en claro la intención del gobierno chino de participar activamente en el desarrollo de capacidades de explotación de recursos en fondos oceánicos. En la versión decimocuarta del Plan Quinquenal (2021-2025) se incluye un apartado especial sobre los océanos que por primera vez incluye la palabra “sostenible” para referirse a las actividades económicas. Ese podría resultar un indicio de que China pretende llevar sus nuevas ideas medioambientales a los océanos, atento a las implicaciones que estos tienen para las relaciones internacionales y la gobernanza de los denominados “global commons”. Estos últimos, los fondos marinos que quedan fuera de la jurisdicción de un país, han sido objeto de intensas actividades de exploración durante la década pasada.

También sus propuestas de regulación de actividades de minería oceánica están bajo observación internacional. China aprobó en 2016 la Ley de Minería en el Océano Profundo en 2016, seguida de otras normas para otorgar licencias en cumplimiento de lo acordado con la Autoridad Internacional de Fondos Marinos. China viene desempeñando un rol preponderante en este organismo desde su ingreso en 1996, a sólo dos años de su creación.

Las ambiciones y los avances de China en el campo de las “energías verdes”

Existe una estrecha relación entre los REE y su contribución al desarrollo del sector de las energías renovables. La atención internacional sobre el XIV Plan Quinquenal de Desarrollo Económico y Social de China estuvo concentrada en el compromiso del país asiático con la cuestión climática. Sin duda, la preocupación general rondaba en torno a la forma en que el principal emisor de gases invernadero del planeta podría dar cumplimiento a su decisión de alcanzar la neutralidad del carbono en 2060. Así lo había anunciado el presidente Xi Jinping en septiembre 2020, durante la 75ª Asamblea de Naciones Unidas. El documento en cuestión fue finalmente aprobado en marzo 2021, pero no logró despejar las dudas sobre la intención china de acelerar su contribución a reducir los efectos del cambio climático.

No obstante el desaliento de la comunidad ambiental, algunos expertos señalan que el objetivo del 2060 puede alcanzarse mediante un objetivo intermedio: la transición energética eficiente. Si China continúa el ritmo de avance alcanzado en el campo de las energías renovables, quizás pueda llegar a cumplir otra de las promesas de Xi Jiping: la efectuada en Dic 2020 en la Cumbre de Ambición Climática. Allí anunció que su país elevará la capacidad instalada de energía solar y eólica a más de 1200 millones de kilovatios (triplicando su capacidad actual) y a aumentar la participación de los combustibles no fósiles en el consumo de energía primaria en un 25%; ambas intenciones con una deadline en 2030.

Según datos de Trading Platforms, la capacidad de energía renovable instalada en el mundo alcanzó los 2.799 GW en 2020, frente a los 2538 acumulados en 2019. Un tercio de ella se concentra en China, que lidera el mercado mundial de energía renovable con 895 GW, secundado a una distancia considerable por Estados Unidos con 292 GW. El total de energía renovable producida en China no es superado ni sumando la capacidad de los cinco países que le siguen en la lista: Estados Unidos, Brasil, India, Alemania y Canadá. Todos ellos juntos alcanzaron una capacidad combinada de 809 GW en 2020. Japón fue el último país que tuvo una capacidad superior a 100 GW, mientras que España, Italia y Francia apenas lograron capacidad de 59 GW en el caso español, y de 55 GW en los otros dos en 2020.

Las distintas tecnologías renovables también experimentaron distintos niveles de crecimiento. En 2020, la energía hidroeléctrica, la bioenergía y la geotermia experimentaron un crecimiento modesto de entre el 1% y el 2%. Sin embargo, la energía eólica como la solar experimentaron un crecimiento interanual significativo (8,67%) en 2020. La eólica experimentó un crecimiento interanual de casi el 18%, mientras que la solar tuvo un crecimiento interanual del 21,6%.

A los fines del presente análisis nos limitaremos a considerar los avances de China en energía eólica y su relación con la potencialidad de provisión de recursos que ofrecen los fondos marinos.

Energía Eólica y Energía Eólica Marina

Según la empresa británica Wood Mackenzie, especializada en inteligencia de mercados, el camino de China hacia la neutralidad en carbono para 2060 puede resultar complementaria otras dos metas, la seguridad energética y los objetivos económicos. China intentará equilibrar los objetivos de la comunidad internacional con sus intereses en seguridad energética y sus ambiciones…¿sólo económicas?

Cumplir con su objetivo de carbono neutral requerirá un aumento del 75% de la demanda eléctrica actual para reemplazar los combustibles fósiles que, traducido en dólares implican 6.400 millones de inversión en energías renovables. Se prevé que ese crecimiento venga de la mano principalmente de la energía eólica y solar, así como de su almacenamiento.

Producir lo necesario para estas metas no representará una gran dificultad. China ya es el mayor fabricante mundial de turbinas eólicas y domina la producción mundial de módulos solares, con alrededor de dos tercios de los paneles fotovoltaicos producidos en el país. Sin mencionar la capacidad de los productores chinos en el exterior. China también lidera el suministro y procesamiento de la mayoría de las materias primas necesarias para baterías y otras tecnologías de cero carbono. Tres cuartas partes de la producción mundial de baterías de iones de litio, la mitad de los vehículos eléctricos del mundo y casi el 70% de todos los paneles solares se fabrican en China.

Sin embargo el principal desafío que enfrenta es garantizar el suministro seguro y competitivo de materias primas para este crecimiento. Y ese desafío ronda alrededor de cinco metales esenciales: cobre, aluminio, níquel, cobalto y litio. A pesar de una década de inversión china en activos de cobre en el extranjero, las grandes mineras occidentales continúan dominando. La dependencia de China de los mineros extranjeros para su suministro de cobre es una gran preocupación, razón por la que sus esfuerzos estarán dirigidos a alcanzar un mayor control de otras materias primas. La producción nacional y extranjera de cobre, esencial para la transmisión eléctrica, el cableado y las turbinas eólicas, a partir de sus reservas nacionales apenas alcanza el 16% del total que requiere. Tras una década de inversión en activos de cobre en el extranjero no ha podido revertir el dominio de las grandes mineras occidentales. Es así que el logro de las metas chinas en energías renovables dependerá en gran medida del acceso a recursos tanto terrestres como oceánicos.

Por otra parte, la energía eólica marina se consolida como una de las tecnologías más relevantes para descarbonizar el sistema energético y lograr neutralidad cero neto. El  Banco Mundial señala que, con la tecnología disponible en la actualidad, el potencial eólico marino a nivel mundial es de 71.000 GW, por lo que este recurso será clave para mantener el calentamiento global por debajo de los niveles preindustriales de 1,5 ° C, además de la generación de importantes beneficios económicos. Acelerar la comercialización de la energía eólica marina flotante en esta década también será crucial para desarrollar el sector. 

En relación con la energía eólica marina (Ver Fig. 5) a nivel mundial, podemos señalar que este segmento industrial tuvo su segundo mejor año en 2020 con la instalación de más de 6 GW nuevos, según datos de otra empresa de inteligencia de mercados, GWEC. A pesar de los impactos de la pandemia que afectaron a otros sectores energéticos, este segmento logró mantener su tasa de crecimiento gracias al impulso de China. Por tercer año consecutivo se ubica en la cima del sector global, y sólo en 2020 la capacidad instalada supera el 50% del guarismo mundial. Aparte de China (50,45%), sólo se destacan algunos países europeos, como Holanda y Bélgica (24,62% y 11,59%), Corea del Sur (0,99) y Estados Unidos (0,20) con nuevas capacidades instaladas. Portugal fue el único país que instaló una plataforma flotante de energía eólica marina en el mismo período.

La capacidad eólica marina global ahora supera los 35 GW, un aumento del 106 por ciento solo en los últimos 5 años. China ha superado a Alemania en términos de instalaciones acumuladas, convirtiéndose en la segunda eólica marina más grande a nivel mundial, detrás del Reino Unido que ocupa el primer lugar

China Daily News
Figura 5.  Plataforma Eólica Marina

Los expertos prevén que el crecimiento récord continúe en China durante el 2021 de cara a su meta de neutralidad cero. Una importante contribución vendrá de la provincia de Shandong que prevé asignar un total de 23 GW de proyectos eólicos para 2025. Este objetivo podrá potenciarse gracias al reciente acuerdo celebrado entre el gigante energético europeo noruego EQUINOR con el astillero chino CIMC RAFFLES para desarrollar proyectos eólicos marinos frente a la mencionada provincia.

El apetito internacional por las Tierras Raras

La posición dominante de China en el mercado de las tierras raras, tanto en la oferta como en la demanda, no es una preocupación nueva en el ámbito internacional.  La producción correspondiente a la minería y al refinado en el país asiático está controlada por cuotas asignadas a seis empresas estatales, que están altamente integradas en toda la cadena de suministro de tierras raras.

Los peores temores se hicieron evidentes en 2010 a causa de un incidente diplomático por los territorios en disputa del Archipiélago Diaoyu o Islas Senkaku entre Japón y China. Este último decidió como medida coercitiva imponer un embargo a la entrega de metales de tierras raras a los puertos japoneses, generando un aumento en el precio internacional cercano al 700% (ver Fig. 6).

 


CSIS China Power Project 
Figura 6. Evolución de precios internacionales de Tierras Raras 2000-2020

A pesar del impacto que causó el incidente de 2010 y cuyas consecuencias se extendieron hasta 2014, el acceso a este mercado no ha sido fácil para ningún país. Recién en 2015 se comienza a observar una tenue participación por parte de otros actores internacionales y en 2020 comenzaron a surgir actores no procedentes de China en el segmento de producción de concentrados de minerales de tierras raras, pero gran parte de esta materia prima fue absorbida por el mercado interno chino. Más allá de los pronósticos de crecimiento y recuperación post-Covid del sector que rondan un 10% interanual, la apuesta fuerte viene impulsada por la “Agenda Verde”. En efecto, los productos de tierras raras se emplean en la generación de energía renovable y en el trasporte de “emisión cero” mediante el uso de imanes permanentes en turbinas eólicas y en los sistemas de transmisión de vehículos híbridos y eléctricos, entre otras aplicaciones.

En este sentido, a partir de mediados de 2019 se observa en algunos países, particularmente Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Australia, una tendencia a acelerar los esfuerzos para reducir esta dependencia mediante la implementación de nuevas estrategias. Como mencionamos anteriormente, el año 2020 con la pandemia COVID-19 ha resaltado aún más el grado de dependencia de Occidente de los recursos estratégicos y de los productos refinados provistos por China. 

Teniendo en cuenta que los REE se encuentran presentes en una variedad de minerales, esto no significa que tengan la misma viabilidad económica para iniciar la extracción conforme a los precios actuales y la tecnología disponible. Si un país determinado tuviera la intención de aumentar la demanda nacional de REE deberá implementar diferentes estrategias que incluyen la localización de reservas geológicas adicionales, reducir los costos de la extracción de REE a partir de otros minerales, aumentar las tecnologías disponibles para producir REE a través de procesos de reciclado y aumentar la sostenibilidad de los REE para cada uso específico, entre otros. No obstante ello, el incidente de 2010 entre China y Japón, que se extendió hasta 2014, dejó sus huellas. Alrededor de 15 países se lanzaron tras la exploración de los REE, llegando a iniciar alrededor de 40 grandes proyectos de exploración que suman una cantidad estimada de recursos en 3000 millones de toneladas métricas. Como consecuencia de ello, hasta 2017 se registraban cerca de una decena de sitios de extracción de REE (ver Tabla 3).

Nombre del Sitio

Origen

Recursos en TM

Mount Weld

Australia

23,9

Buena Norte

Brasil

—-

Bayan Obo

China

800

Daluxiang

China

15,2

Maoniuping

China

50,2

Mar del Sur de China

China

—-

Weishan

China

—-

Karnasurt

Rusia

—-

Mountain Pass

EEUU

16,7

Dong Pao

Vietnam

—-

USGS 2017

Tabla 3. Sitios de Extracción Activos a 2017.

Unión Europea

La Unión Europea, con un sector tecnológico altamente dependiente de las importaciones, no relacionó esta dependencia con las Tierras Raras hasta 2008 cuando la Comisión Europea (CE) formalizó una Iniciativa de Materias Primas que recién se plasmó en un planeamiento estratégico en 2011. Ese año se adoptó una estrategia dirigida a garantizar el acceso a materias primas en mercados globales a precios no distorsionados, potenciar un suministro sostenible de fuentes europeas y reducir el consumo de materias primas primarias.


Comisión Europea 2017
Figura 7 – Distribución de países productores de materias primas críticas para la UE

Sin embargo recién en 2017 la CE presenta el Informe “CRM List” ( “Lista de materias primas críticas para la UE”) (Ver Fig. 7) donde no sólo los elementos de Tierras Raras Livianas y Pesadas encabezan la lista, sino que le otorgan la máxima calificación en relación con su importancia económica y el nivel de riesgo asociado a la provisión de estos recursos, dejando bien en claro que existe un muy bajo a inexistente margen de sustitución para estos materiales. En 2020 lanzó su Plan de Acción sobre Materias Primas Críticas y puso en marcha la Alianza Europea de Materias Primas. Esta alianza se centrará en las necesidades más apremiantes a las que se enfrenta Europa: aumentar la capacidad de recuperación de la UE en las cadenas de valor de las tierras raras y los imanes, que son vitales para los ecosistemas industriales de Europa. Las medidas tienen por objeto promover la transición de la UE a una economía ecológica y digital, y aumentar la capacidad de recuperación de Europa en las tecnologías clave necesarias para esa transición. 

Federación Rusa

Rusia, dentro de sus planes estratégicos relativos al sector minero, contempla una iniciativa para incrementar la producción doméstica de REE no sólo para preservar una porción de la innovación tecnológica global. Su mayor preocupación gira en torno a la relación “inestable” que existe entre Estados Unidos y China, dado que sabe que las crecientes tensiones políticas entre estos dos actores pueden generar presiones geopolíticas a las que no estará ajena. Tiene previsto realizar inversiones por valor de 1.500 millones de dólares en actividades de extracción de tierras raras e infraestructura asociada. Según sus estimaciones, prevé obtener alrededor de 12 millones de toneladas en esos materiales, que representan alrededor de una décima parte de la producción global. En la actualidad produce 1,3% del total mundial de tierras raras, con previsiones de aumentar su participación en un 10% durante la próxima década.

Estados Unidos

Estados Unidos fue el principal productor de REE entre 1960 y 1985, concentrando toda la actividad en la mina de Mountain Pass en California (Ver Fig. 8). A mediados de la década del 80 cierra las operaciones en Mountain Pass, y coincidentemente China inicia sus operaciones de extracción de REE. El país asiático se convirtió rápidamente en el principal productor, llegando en 2010 a producir el 85% de REE y ofrecer al mercado internacional el 95% de productos REE procesados, del volumen total mundial.

A partir de ese momento Estados Unidos importaba el 80% de los compuestos y metales REE a China y el 20% restante proveniente de terceros países eran derivados de otras importaciones chinas. A pesar que Estados Unidos aún contaba con reservas nacionales, hasta 2019 importaba el 100% de lo que consumía en REE y exportaba parte de los concentrados de REE para procesamiento en el exterior debido a la falta de plantas locales de procesamiento.

En 2020 Estados Unidos inició acciones tendientes a revertir esta situación o al menos reducir en parte su dependencia de China. Impulsa un desarrollo forzado de su industria con fondos federales y reducciones impositivas, en paralelo con la diversificación de sus fuentes, para lo cual apela a todo su arsenal tecnológico, drones y sensores especialmente, con la finalidad de localizar potenciales reservas en su territorio. Fortalece sus alianzas con Canadá y Australia mediante el despliegue de proyectos conjuntos destinados al refinado de los REE. Recordemos que Canadá es un productor líder de níquel y cobalto además de integrar la recientemente creada Iniciativa de Gobernanza de Recursos Energéticos (ERGI), destinada a encontrar nuevas fuentes de materiales críticos fuera de China. Sin embargo, según los expertos esta reanudación de actividades en el sector de las REE no será suficiente para librarse de China, al menos en el mediano plazo.

En 2019 la producción de tierras raras en Estados Unidos aumentó un 44%, lo que significó pasar del cuarto al segundo puesto en el tablero global. Incluso a pesar de sus esfuerzos, su participación del mercado no superó el 12%, una cuota muy distante del 63% que detenta China según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos para 2019. El incremento obedeció a la reapertura de su principal y única mina de REE, Mountain Pass en California. Tras años de cierres y aperturas el sitio volvió a la actividad en 2017. Anteriormente había estado activo entre 2012 y 2015, a raíz del affaire diplomático sino-japonés, pero su contribución a la producción global de REE sólo fue del 4% en todo el período. El principal caudal de REE siempre provino de este sitio que, en 2002 debió cerrar por filtración de residuos radiactivos de torio y uranio como consecuencia de la explotación de REE.

USGS 2020
Figura 8. Sito Mountain Pass en California, EEUU

El reinicio de operaciones de 2017 de Mountain Pass fue posible, paradoja mediante, gracias a un acuerdo de inversores en el que también participó la empresa china Shenghe Resources, uno de los principales actores del sector. La incomodidad de Estados Unidos con el dominio chino llevó a asignar a los REE la categoría de “recursos imprescindibles para la seguridad nacional y económica”, según House Mountain Partners, una consultora de materias primas con sede en New York. Durante las negociaciones con Shenghe Resources, impuso la condición que China debía comprar dos tipos específicos de tierra raras a Estados Unidos: escandio e itrio, con aplicaciones en el área de defensa, aeronáutica y fabricación de televisores. El objetivo norteamericano fue fortalecer su industria local en primer término, porque la producción norteamericana de estos dos materiales en el sitio californiano todavía es incipiente.

En agosto 2020 una publicación del Wall Street Journal daba cuenta de las intenciones, no concretadas, del expresidente Trump de comprar Groenlandia, una región autónoma de Dinamarca. La isla es rica en recursos naturales, especialmente en REE.  En esa localización se desarrolla el proyecto Kvanefjeld, liderado por la australiana Greenland Minerals, donde también participa la empresa china Shenghe Resources. Este proyecto prevé en el futuro suministrar entre un 20-30% de la demanda global de esos metales.

Estados Unidos continúa asediado por la amenaza de una escalada de China en el conflicto comercial bilateral que pueda derivar en una suspensión de las exportaciones de diferentes minerales críticos para vastos sectores industriales que motorizan la economía norteamericana.

En este punto, se revaloriza la relación de Estados Unidos con Australia, poniendo a este último en una situación geoestratégica complicada. Muchos son los acuerdos comerciales que ha mantenido con China durante las décadas pasadas, importantes son las reservas de REE en Australia y lo que su desarrollo podría significar para la economía de ese país, pero también importantes y de muy larga data (desde la Primera Guerra Mundial) son los lazos geopolíticos y militares que la unen a Estados Unidos. 

Australia

Se estima que Australia es la sexta reserva mundial en REE. En 1990 casi se desconocía la potencialidad de su territorio en relación con estos materiales pero, en la actualidad y gracias a las nuevas tecnologías, existirían más de 26 millones de toneladas en reservas estimadas, de las cuales sólo 4 millones de toneladas tendrían valor económico. El gobierno australiano tiene en ejecución una política firme de desarrollo de nuevas capacidades industriales con estos materiales. En ese sentido, lanzó su Estrategia de Minerales Críticos y estableció en enero 2020 una Oficina de Asesoramiento para las Actividades relacionadas con estos recursos, con el objetivo de facilitar las inversiones, los planes de financiación y acceso a los mercados.

En noviembre 2019, con la intención de contrarrestar la potencial amenaza china, Estados Unidos y Australia, a través de Geoscience Australia y el US Geological Service, decidieron formalizar una asociación específicamente destinada al desarrollo de nuevas fuentes de minerales críticos, incluidos los REE, el cobalto y el tungsteno.

Australia espera beneficiarse con esta asociación, ya que sabe que la implementación unilateral de una industria de REE no es una tarea fácil. Las actividades de minería de REE son a menudo difíciles en términos ecológicos y económicos. La factibilidad de estos recursos se determina por múltiples factores, como el grado de pureza, costo de procesamiento y concentración relativa de  REE. También preocupan al gobierno los grupos ambientalistas australianos. La incidencia de estos en la opinión pública es más fuerte que los grupos chinos, y la explotación de REE contiene residuos radiactivos de Torio y Uranio, un tema que sin duda generará conflictos internos.

Australia no posee capacidad de procesamiento instalada que justamente es la principal fuente de ingresos de China. Pero Lynas Corporation, el mayor proveedor australiano de REE fuera de China, posee una planta de procesamiento en Geben, Malasia. Esta planta, próxima al Puerto de Kuantan, ha sido objeto de denuncias y protestas exigiendo su cierre por temor a la radiación contaminante. También es propietaria de Mount Weld, uno de los sitios mineros con REE de mejor calidad del mundo, ubicado en Australia Occidental, y de la Planta de Concentrados que inició actividades en 2011. Según Reuters, el Departamento de Defensa de Estados Unidos se encuentra en negociaciones con el gobierno de Australia para instalar una nueva planta de procesamiento de REE.

Conclusiones

Lo primero que debemos dejar en claro es que la cuestión presentada en este artículo representa solamente una de las múltiples aristas que tiene el complejo entramado de elementos que fluctúan dentro del triángulo estratégico que conforman los intereses tecnológicos, económicos y de poder de los dos principales antagonistas, China y Estados Unidos. Pero podemos destacar que, dado el rol crítico que se les asigna, las REE en tierra o en los fondos marinos serán un tema recurrente.

La vasta experiencia de China en investigación y exploración de los fondos marinos durante la década pasada, así como la evolución de las capacidades tecnológicas asociadas, colocaría a China en posición de ventaja frente a otros actores para alcanzar un mejor aprovechamiento de los recursos alojados en las profundidades oceánicas. Pero habrá que observar cuán sustentable es el compromiso de su discurso ecológico llegado el momento en que se produzcan las primeras señales de agotamiento de las reservas terrestres de minerales críticos para su desarrollo tecnológico industrial.

También resultaría favorable la situación en la que se encuentra en el mercado global con respecto a la cadena de suministro de tierras raras a pesar de las percepciones negativas que la misma despierta en sus contrapartes occidentales y vecinos asiáticos. No parece que en el mediano plazo surjan competidores fuertes en este terreno.

Los minerales críticos, como las tierras raras, son tan vitales para el desarrollo económico vinculado al dominio de tecnologías avanzadas para China como para cualquier otro país con los mismos intereses pero muy particularmente, para Estados Unidos. China por su parte no pareciera tener prisa en la resolución de este conflicto, porque su cuota de poder en este terreno todavía es sólida. Y si llegara a cumplir las metas propuestas de neutralidad cero, mediante un fuerte impulso a sus ya avanzadas capacidades en energías renovables volvería a colocarse un paso más adelante de Estados Unidos, pero esta vez logrando el tan ansiado reconocimiento internacional en la lucha contra el impacto del cambio climático. Tema que para Estados Unidos todavía está pendiente.

En los últimos tiempos se ha vinculado el tema de las tierras raras en los fondos oceánicos con los reclamos de soberanía de China en el Mar del Sur de China. Si bien no podría descartarse que sea un argumento más para que el país asiático intente justificar su reclamo, no se observan elementos que permitan determinar la preeminencia de este tema por encima de los ya conocidos. La idea de que existe una amenaza a los recursos sumergidos en esa zona por el momento sólo proviene de Occidente.

En definitiva China parece haber aprendido y comprendido la narrativa occidental y se muestra proclive no sólo a jugar el mismo juego, sino a esperar que su contrincante mueva primero. Y si éste último quiere ganar la partida, va a necesitar nuevas técnicas de negociación-coerción para sorprender al gigante asiático del siglo XXI.

 

* Consultora Independiente en Riesgos Tecnológicos. Profesora en la Diplomatura de Ciberseguridad y Ciberdefensa de la Escuela Superior de Guerra Conjunta.

Referencias

 

Artículo publicado en Boletín Nª3 del Observatorio Estratégico de los Mares de China de la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas, https://www.esgcffaa.edu.ar/maresdechina/boletin/boletin3-05-2021_Tendencias%20Los%20fondos%20marinos%20y%20las%20ambiciones%20tecnologicas%20de%20China.pdf

EL HIDRÓGENO PODRÍA SER UN ACTOR CLAVE EN EL PLAN DE RECUPERACIÓN Y RESILIENCIA

Giancarlo Elia Valori*

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Gracias al aporte de vacunas, la pandemia de Covid-19 está comenzando lentamente a disminuir y poco a poco va perdiendo su agresividad, con la consiguiente reducción de su impacto en la salud de las personas en todo el mundo. Sin embargo, mientras que los efectos sobre la salud de la pandemia parecen estar desapareciendo, los efectos económicos negativos de un año y medio de confinamiento y cierre forzado de muchos negocios se están sintiendo fuertemente a nivel mundial y parecen destinados a durar mucho más allá del final de la emergencia sanitaria.

Con el fin de apoyar y fomentar la “reactivación” de la economía, la Unión Europea ha puesto en marcha un “Plan de Recuperación y Resiliencia”, asignando una enorme cantidad de fondos que se utilizarán en los próximos años no sólo para ayudar a los países en dificultades con medidas contingentes, sino también para estimular el crecimiento económico y productivo capaz de modernizar los modelos de producción con referencia específica al equilibrio ambiental, que se enfrenta cada vez más a una crisis debido al uso de fuentes no renovables, altamente contaminantes.

Italia recibirá más de 200 mil millones de euros en fondos europeos para desarrollar sus propios proyectos para salir de la crisis económica de la pandemia y, con razón, quiere utilizarlos no solo para tapar las fugas causadas por los diversos ‘lockdowns’ en el tejido productivo nacional, sino también para poner en marcha proyectos estratégicos capaces de hacer más eficientes no solo los sectores productivos sino también la administración pública y los sistemas sanitarios y judiciales.

En resumen, el “Plan de Recuperación y Resiliencia” que está saliendo a la historia puede resultar una poderosa fuerza impulsora para el desarrollo y la modernización de Italia.

Los proyectos presentados por Italia a las instituciones de la UE incluyen una asignación inicial de más de 200 millones de euros —de los 47 mil millones de euros previstos para la próxima década— para promover la investigación y el desarrollo en el campo de las energías renovables y, en particular, en el sector del hidrógeno.

¿Por qué hidrógeno?

El hidrógeno es potencialmente la fuente más abundante de energía “limpia” en el universo. Es versátil, seguro y fiable; cuando se obtiene de fuentes de energía renovables, no produce emisiones nocivas para el medio ambiente.

Sin embargo, no está disponible en la Naturaleza en su forma gaseosa —que es la única que se puede utilizar como fuente de energía— ya que siempre está unida a otros elementos, como el oxígeno en el agua y el metano como gas.

Los procesos tradicionales utilizados para “separar” el hidrógeno del oxígeno en el agua y del metano consumen grandes cantidades de electricidad, lo que hace que los procesos no solo sean muy caros, sino también altamente contaminantes, con la paradoja de que, para producir energía limpia, el medio ambiente queda «contaminado» de todos modos, especialmente si – como ha sido el caso hasta hace poco – la electricidad necesaria se produce con fuentes de energía no renovables tradicionales (carbón, gas y petróleo).

La mejor fuente de hidrógeno en forma gaseosa es el mar. La electrólisis puede separar fácilmente el hidrógeno del oxígeno y almacenarlo en forma gaseosa para su uso como fuente de energía.

Las células electrolíticas utilizadas para desarrollar el proceso consumen grandes cantidades de energía y, afortunadamente para nosotros, la ciencia está encontrando la manera de producirla sin contaminar, utilizando energía solar, eólica y, sobre todo, de las olas del mar. El uso de la energía marina crea una especie de “economía circular” para la producción de hidrógeno: de la fuente primaria prácticamente inagotable de agua oceánica, el hidrógeno se puede extraer con la energía proporcionada por el movimiento de las olas y las mareas.

El cuarenta por ciento de la población mundial vive a menos de 100 kilómetros del mar, lo que demuestra el potencial de la energía de las olas y las mareas marinas como motor del desarrollo sostenible en términos económicos, climáticos y ambientales.

Hoy en día se dispone de herramientas modernas y no invasivas para extraer electricidad de las olas del mar, como el “pingüino”, un dispositivo fabricado en Italia, que —situado a 50 metros de profundidad— produce electricidad sin dañar la flora y la fauna marinas.

Otro ejemplo de la inteligencia y creatividad de los científicos italianos es el Convertidor Inercial de Olas marinas (ISWEC), un dispositivo alojado en el interior de un casco de 15 metros de largo que, ocupando un área marina de solo 150 metros cuadrados, es capaz de producir 250 megavatios de electricidad al año, lo que permite reducir las emisiones a la atmósfera en 68 toneladas de CO2.

Con estos dispositivos y los otros que la tecnología desarrollará en los próximos años, será posible alimentar células electrolíticas para la producción de hidrógeno en forma gaseosa a escala industrial, a niveles que —en los próximos 15 años— conducirán a la producción de al menos 100.000 toneladas de hidrógeno “verde” al año, lo que permite reducir significativamente la contaminación atmosférica, con efectos positivos en la economía, el ambiente y el clima.

En el verano de 2020, la Unión Europea puso en marcha un proyecto denominado “Estrategia del Hidrógeno”, con una financiación de 470 mil millones de euros, destinado a proyectos de investigación y producción capaces de equipar a los países de la UE con herramientas de electrólisis para producir al menos un millón de toneladas de hidrógeno “verde” a finales de 2024.

La lucha contra las emisiones de CO2 continúa sin cesar: en Estados Unidos que, tras la Presidencia de Trump, ha reafirmado su compromiso con la reducción de emisiones; en China que, en su último plan quinquenal, ha pronosticado una reducción del 65 % de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera para finales de 2030; en Europa, que siempre ha estado a la vanguardia en la creación de dispositivos para producir energía de las olas y las mareas y exporta sus tecnologías a Estados Unidos, Australia y China.

Según el Consejo del Hidrógeno, una asociación de más de 100 empresas de todo el mundo que comparten una visión común a largo plazo para una transición al hidrógeno, en el futuro Europa y China competirán y cooperarán en la producción de energía obtenida de las olas y mareas y la producción relacionada con el “hidrógeno verde”.

Con su 14º plan quinquenal, China, en particular -después de haber sido durante décadas una de las principales fuentes de emisiones de CO2 a la atmósfera y de contaminación global- ha asumido el compromiso de “desarrollar y promover la coexistencia armoniosa entre el hombre y la naturaleza, mediante la mejora de la eficiencia en el uso de los recursos y un equilibrio adecuado entre la protección y el desarrollo”, como ha indicado claramente su Ministro de Recursos Naturales Lu Hao.

Puede sonar como frases dulces de un político en una conferencia. Sin embargo, en el caso de China y su Ministro de Recursos Naturales, las palabras se han convertido en hechos.

Como parte de la Hoja de Ruta 2.0 para la tecnología de ahorro de energía y los vehículos de nueva energía, China ha establecido el objetivo de un millón de vehículos de combustible de pila y dos millones de toneladas de producción de hidrógeno al año para finales de 2035.

El Informe de desarrollo de la industria de la energía del hidrógeno de China 2020 prevé que, para finales de 2050, la energía del hidrógeno satisfará el 10 por ciento de las necesidades energéticas, mientras que el número de vehículos de combustible de pila de hidrógeno aumentará a 30 millones y la producción de hidrógeno será igual a 60 millones de toneladas.

Con miras a dar contenido a estas perspectivas, China ha establecido el “Centro Nacional de Tecnología Oceánica” en Shenzhen y ha desarrollado —junto con el “Grupo Mundial Internacional” italiano— el “Proyecto de cooperación China-Europa para la generación de energía y la producción de hidrógeno a partir de las olas del mar y de otras fuentes de energía renovables”.

Se trata de proyectos concretos en los que —gracias a la creatividad italiana y a la racionalidad y el pragmatismo chinos— debemos seguir invirtiendo y trabajando, sobre todo para dar a la tercera revolución industrial una cara más limpia que la de la segunda revolución industrial, teñida de carbón.

Estos proyectos parecen estar en línea con los previstos tanto a nivel europeo como italiano por el “’Plan de Recuperación y Resiliencia”, que debería guiarnos para salir del estancamiento económico de la pandemia. Merecen ser financiados y apoyados, ya que no sólo pueden contribuir a la recuperación y reactivación de la economía, sino también a la reconstrucción de un mundo más limpio y habitable (demostrando así que el bien siempre puede salir del mal).

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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CHINA, LA ENERGÍA BIOMARINA Y SUS JUGADORES

Giancarlo Elia Valori*

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En el futuro, China y Europa competirán y cooperarán en el campo de la energía oceánica y de la producción de energía de hidrógeno verde. Esta es la razón por la que este aspecto es crucial para construir un puente de cooperación y amistad entre China y Europa.

La energía de las olas en China es generalmente baja y representa sólo una séptima parte de la energía de las olas en Europa. Fujian Smart Energy Technology Co., Ltd. tiene una nueva tecnología patentada que puede aumentar la energía de ondas en el área operativa en más de 10 veces, causando cambios insignificantes en el medio ambiente. Es una tecnología respetuosa con el medio ambiente que no afecta a la libre circulación de la vida marina y puede aumentar la generación de energía de onda en más de 100 MW. Sin duda es innovador, ingenioso y atrevido. Requerirá un fuerte apoyo del Ministerio de Recursos Naturales.

Las “Contribuciones Nacionales Independientes” son planes nacionales no vinculantes que describen las acciones climáticas, incluidas las metas, políticas y medidas relacionadas con el clima que los gobiernos tienen la intención de implementar en respuesta al cambio climático y como contribución al logro de los objetivos mundiales establecidos en el Acuerdo de París del 12 de diciembre de 2015.

En estos proyectos, China ha propuesto que las emisiones de dióxido de carbono alcancen su punto máximo alrededor de 2030, esforzándose —como parte interesada— por alcanzar este objetivo lo antes posible. En 2030, las emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB se reducirán entre un 60 y un 65% en comparación con 2005 y el consumo de energía primaria se centrará en la energía no fósil.

El porcentaje ha alcanzado alrededor del 20% y el volumen de existencias forestales ha aumentado en unos 4.500 millones de metros cúbicos en comparación con 2005. El apoyo a este proyecto puede permitir a China alcanzar este objetivo antes.

Shenzhen (un centro subprovincial de la República Popular China perteneciente a la provincia de Guangdong) está situado como una ciudad central oceánica global. China planea iniciar proyectos de producción de hidrógeno ondulado en Shenzhen y establecer su sede allí.

En este sentido, la Unión Europea invertirá 470.000 millones de euros en energía limpia en los próximos 25 años, centrándose en el sector de la energía del hidrógeno. La Unión Europea ya lanzó su Estrategia de Energía del Hidrógeno en el verano de 2020. A finales de 2024, la Unión Europea construirá un lote de equipos de electrólisis de hidrógeno renovable con una capacidad única de 100 megavatios y la producción anual en toda Europa superará el millón de toneladas.

El objetivo es promover esta tecnología en Europa y más adelante en el mundo a través de la Iniciativa cinturón y carretera, es decir, la Nueva Ruta de la Seda reclamada por el presidente Xi Jinping. Hay planes para construir cien plantas de energía de olas de 600 MW y cien proyectos de producción de hidrógeno de onda con una producción anual de 100.000 toneladas en los próximos 15 años.

La hoja de ruta 2.0 de China para la tecnología de ahorro de energía y los vehículos de nueva energía prevé que a finales de 2035 el número de vehículos de pila de combustible ascenderá a un millón y la demanda de hidrógeno alcanzará los dos millones de toneladas. El proyecto de potencia de ondas de 600 MW del Grupo Mundial Internacional producirá 103.000 toneladas de hidrógeno verde al año.

El proyecto puede satisfacer la demanda de hidrógeno de China hasta 2035 y proporcionará energía de hidrógeno verde y renovable.

El Informe de Desarrollo de la Industria de Energía del Hidrógeno de China de 2020 pronostica que, a finales de 2050, la energía de hidrógeno representará el 10% del consumo final de energía, el número de vehículos de pila de combustible de hidrógeno será de 30 millones y la demanda de hidrógeno será igual a 60 millones de toneladas.

El proyecto del Grupo Mundial Internacional puede proporcionar un flujo constante de energía de hidrógeno verde para 30 millones de vehículos. El Acuerdo de Cooperación Estratégica Sinoeuropeo para el Desarrollo de la Energía Oceánica tiene una primera y una segunda fase. El primero verá el establecimiento de un centro mundial de investigación y desarrollo de tecnología energética oceánica y luego un centro sinoeuropeo de investigación y desarrollo de tecnología energética oceánica en Shenzhen.

Al mismo tiempo, la tecnología de energía oceánica se centrará en su generación: desde el movimiento de las olas, desde la energía mareomotriz sin presas, desde los sistemas eólicos marinos y también desde la energía solar marina.

El costo de producir hidrógeno a partir de agua de mar es menor que el costo de producir hidrógeno a partir de océanos y se refiere a una tecnología avanzada.

Zhisheng Energy posee actualmente patentes de invención para la generación de energía de onda de 100 MW, así como para la generación de energía mareomotriz respetuosa con el medio ambiente, y la generación de energía eólica de 10 MW.

En la tarde del 16 de abril, el presidente Xi Jinping celebró una videoconferencia en Pekín con el presidente francés Macron y la canciller alemana Merkel. Los líderes de los tres países mantuvieron un profundo intercambio de opiniones sobre la cooperación para hacer frente al cambio climático, las relaciones entre China y la UE, la cooperación anti-epidemia y las principales cuestiones internacionales y regionales.

El presidente Xi Jinping declaró que China se esforzaría por alcanzar las emisiones máximas de carbono para 2030 y la neutralidad del carbono para 2060. Esto significa que China, como el país en desarrollo más grande del planeta, completará la reducción de la intensidad de carbono más alta del mundo en un plazo más corto que cualquier otro. Esto contrasta con otros poderes en los que los discursos electorales de los candidatos presidenciales prometen respeto por el medio ambiente, pero de hecho no hacen más que confirmar viejos sistemas de producción de energía.

El presidente dijo que China decidió aceptar la Enmienda Kigali de 15 de octubre de 2016 al Protocolo de Montreal de 26 de agosto de 1987 para reforzar el control de gases de efecto invernadero distintos del dióxido de carbono, como los HFC (gases refrigerantes que contienen hidrofluorocarbonos).

Argumentó que responder al cambio climático debería ser la causa común de toda la humanidad y no debería ser un chip de negociación para la geopolítica, un objetivo para atacar a otros países o una excusa para levantar barreras comerciales.

Durante la videoconferencia, el presidente también dijo que China se adheriría a los principios de equidad, responsabilidades comunes y responsabilidades diferenciadas por las capacidades respectivas, así como promovería la aplicación de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático del 4 de junio de 1992 y del Acuerdo de París y llevaría a cabo activamente la cooperación Sur-Sur sobre el cambio climático.

Añadió que esperaba que las economías desarrolladas llevaran el ejemplo de la reducción de las emisiones y tomaran la iniciativa en el cumplimiento de sus compromisos financieros climáticos, a fin de proporcionar un apoyo técnico y de creación de capacidad adecuado a los países en desarrollo para hacer frente a estos cambios energéticos que hacen falta.

Unas pocas palabras son ahora apropiadas sobre el colaborador más importante de Xi Jingping en temas ambientales: los Ministros Lu Hao y Huang Runqiu.

Específicamente el Ministro de Recursos Naturales, Lu Hao (nacido en 1967), fue el gobernador provincial más joven de China, gobernando la provincia de Heilongjiang (población: 38.312.224 habitantes en 2010) de 2013 a 2018. Lu Hao también se desempeñó como Primer Secretario de la Liga de las Juventudes Comunistas y vicealcalde de Beijing. A la edad de 20 años, fue elegido Jefe del Sindicato de Estudiantes Universitarios, convirtiéndose en el primer presidente del sindicato estudiantil, elegido por votación popular desde la Revolución Cultural. Es licenciado en Economía y Negocios por la Universidad de Pekín.

Lu Hao se convirtió en Jefe de la Oficina Administrativa de Zhongguancun en 1999, comenzando así su carrera en la Administración Pública. El área es conocida como el Silicon Valley de China, rica en start-ups tecnológicas. También sirvió de oficio como Presidente de la Universidad Juvenil de Ciencias Políticas de China. Antes de Lu Hao, varios pesos pesados políticos, incluyendo los ex líderes del partido Hu Yaobang y Hu Jintao, así como el Primer Ministro Li Keqiang, habían servido en esa posición.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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