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¿QUÉ HA CAMBIADO, LA SOCIEDAD O LA DIRIGENCIA POLÍTICA?

Héctor Melitón Martínez*

Imagen: 8385 en Pixabay

Disculpen si me dedico a reflexionar sobre temas que a muchos no les interesan, pero es fácil solucionarlo, no lo leo, lo borro y a otra cosa. De lo contrario, lo leo, lo reflexiono, lo debato y lo critico; estos serían los pasos más productivos para todos y especialmente para quien expone sus inquietudes.

Ante la crisis sociopolítica que vivimos, agravada con las PASO recientes, me pregunto ¿qué es lo que ha cambiado, la sociedad o la dirigencia política? Este es un importante interrogante que debe persistir entre todos los que desean la recuperación de nuestra querida Patria y da lugar a distintas hipótesis sobre los escenarios presentes y futuros para poder superarnos en base a estrategias que tengan como base acertados diagnósticos.

Para analizar este interrogante comenzaré por la sociedad: ¿Es igual la sociedad que integramos en este siglo XXI a la que conocimos en el último cuarto de siglo XX? Yo creo que no; percibo un cambio de época histórica que atraviesa la humanidad toda, un cambio como fue el paso de la Edad Media a la modernidad, ahora sería de la modernidad a la pos modernidad o a la modernidad tardía o a la modernidad líquida en términos de Zigmunt Bauman (sociólogo polaco).

Estamos transitando lo que algunos llamaron “crisis orgánica”, no sabemos si esto es una etapa final de la modernidad o ya es un tiempo nuevo tanto histórico, político, cultural, un tiempo que no termina de morir y uno nuevo que no termina de nacer. Es por eso que considero que los que transitamos la edad de la adultez mayor, se nos hace difícil de comprender ciertos paradigmas que se han instalado.

Esta etapa a la que hago referencia y que marco como un cambio de época, puede considerarse que sus inicios serían en los años de 1970, con la llamada crisis del petróleo donde pasamos de un paradigma productivo a uno financiero; otros hitos en este cambio que podemos señalar son la caída del Muro de Berlín y la crisis de la URSS, uno de los polos de ese mundo bipolar, otro hecho a considerar, y ya en este siglo sería el atentado a las torres gemelas y las consecuencias, políticas y militares que esto trajo aparejado. No olvidar también el avance de la tecnología que nos introdujo fuertemente en una globalización más pronunciada y en un cambio de los conceptos de Estado Nación.

Este cambio de época se caracterizó, entre otras cosas, por la falta de certezas, a diferencia a la modernidad que nos daba fuertes certezas, grandes continuidades; ahora entra en crisis todos los conceptos de ciencia, valores, familia, religión, etc.. Vivimos una crisis que se caracteriza por carencia de verdades absolutas de familia, de estado, de religión de cultura.

Entran en crisis los grandes relatos, los grandes paradigmas, las grandes utopías, las grandes verdades y dan paso a un relativismo, nada es absoluto. Se da una inmediatez, todo es fugaz no hay utopías hacia el futuro. Todo es ya, ahora, no interesa ni el pasado y se duda del futuro.

Prolifera el individualismo, la transformación de los Estados Nación ante la globalización hace que éste pierda centralidad y el desafío es repensar como salir del Estadocentrismo. Se profundizan la crisis del trabajo como consecuencia de la lógica financiera, en la globalización pierde centralidad el trabajo siendo sustituido por la robotización y la inteligencia virtual. La concentración económica actúa en contra de la superación del mundo de trabajo como lo conocimos en la modernidad, en una palabra, ese concepto del proletariado, tan marcado en distintas teorías ideológicas, se diluye y surge un nuevo mundo del trabajo; lo vemos en los jóvenes que trabajan virtualmente con empresas de los países centrales desde sus residencias en el país.

Las relaciones sociales se han modificado por las tecnologías de las comunicaciones; también se han profundizado las técnicas de dominación; debemos tratar que la tecnología sea un medio y no un fin en sí mismo.

Los nuevos formatos de familia, el divorcio, la ley del matrimonio igualitario, el aborto, todo esto inciden en la conformación de este nuevo formato, que trastoca el principio de familia como base de una sociedad como estaba planteada en la modernidad, con sus consecuencias en la educación inicial, que es patrimonio de la familia, agravado por la ocupación laboral de ambos conyugues.

Éstas serían algunas, no todas, de las características de esta nueva era que estamos viviendo y que no dudo que han producido cambios importantes en nuestra sociedad, creando un hartazgo de una dirigencia que no solo no soluciona sus demandas, sino que la agrava no percibiendo los cambios y sigue insistiendo en un sistema que se caracteriza por conformar un grupo de pocos, que gobiernan para satisfacer sus intereses personales, que son poder y riqueza, lo que los antiguos griegos llamaban oligarquía.

Han desaparecido los partidos, ahora son “espacios”, que se conforman con espurias alianzas, no hay programas políticos, el márquetin ha invadido la vida política, la volatilidad entre dirigentes es mayor que la de los electores, el cortoplacismo descartó las políticas de Estado, ahora solo hay políticas de gobierno que son las que se implementan para no perder las próximas elecciones, la representación está en crisis, por la falta de trasparencia y porque los funcionarios una vez legitimados por el voto dejan de representar a sus mandantes para solo obedecer a intereses que no concuerdan con las demandas del pueblo, por esta distorsión del sistema, y por mucho más es que aparecen y son elegidos estos outsiders que son catalogados como anti sistemas.

Termino diciendo que lo que ha cambiado es la sociedad, la política sigue inmutable sin entender este nuevo mundo al cual hemos entrado, viven fieles a la ya conocida “Ley de Hierro de la Oligarquía” que planteara tan sabiamente Robert Michels a principios del siglo XX, cuando explicaba la contradicción “que los sectores políticos que tendrían que ser los defensores de la democracia, no lo hacen porque tienden a transformarse en oligarquías elitistas desconociendo la representación que se les otorga en los votos.

* Profesor y licenciado en Ciencia Política, Universidad Nacional de Rosario.

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¿Y AHORA QUÉ?

F. Javier Blasco*

Aunque parezca imposible que una nueva debacle ocurriera bajo ninguna circunstancia, si ha ocurrido. Sánchez está, de nuevo, a las puertas de proclamarse presidente del Gobierno de España a pesar de todo lo dicho y hecho por el personaje, sus mariachis y el coro de babosos palmeros que viven de los réditos y prebendas derivadas de su mandato, del enchufe y sumergidas en una convulsiva, patética y preocupante ignorancia o en un apestoso conformismo o simplemente, en un dejar pasar cualquier cosa, hechos que asustan hasta el menos pintado.

Para los que nacimos, crecimos y fuimos educados en una mal llamada y siempre denostada dictadura; para los que, siendo bien jóvenes, acogimos con mucha alegría y más esperanza la llegada de una floreciente democracia basada en los «pilares» de lo que creímos firmemente y denominamos, con todo boato y máximo respeto, la Carta Magna ―por cierto, elaborada por un ramillete de amiguetes, conchabados al máximo para no herir susceptibilidades ni pisar callos sangrantes a comunistas, separatistas y todo tipo de especímenes de baja estofa, cuya meta solo tiene un claro y fuerte objetivo común, destruir España― y por supuesto, para los que hemos quemado nuestros no pocos esfuerzos personales y colectivos de los irrecuperables años productivos, no entendemos ni aceptamos la situación de desorden, conchaveo y despropósito alcanzado por los actuales dirigentes y por muchos de los moradores de un realmente invertebrado, desgastado y vetusto territorio, que no se parece en nada al otrora eje y luz del mundo, cuna de culturas, ciencias o arte y propietario de una gran lengua de proyección universal.

No será porque algunos, aunque pocos analistas de la política, no hayamos venido anunciando los temores y preocupaciones de que esto pudiera volver a suceder e incluso llegara a degenerar aún más. Situación, que se auguraba por la gran capacidad de resiliencia real de un perillán que lleva años demostrando que mientras le quede alguna pluma colgando de su cuero cabelludo, no se le puede dar por desplumado y es impensable que, en dicha situación, se le dé por muerto o fuera de combate.

Hombre que resiste por su labia, tejemanejes y a base de tremendas e infumables mentiras (denominadas ahora, por él mismo, cambios de opinión); pero no por su brillantez ni por su acierto en hacer las cosas y mucho menos, en manejar la economía de un país al que ha sumido en una deuda y un déficit sin parangón a lo largo de la historia; alguien que nunca aparece como culpable a los ojos propios y trata ocultarlo a los de los demás; que busca siempre cabezas de turco sobre las que descargar toda responsabilidad, para luego sacrificarlos en la plaza pública si fuera menester; que carece de escrúpulos y de dignidad y cuyo narcisismo, egocentrismo y carácter dictatorial hace que siempre obre por su cuenta, saltándose los cánones y preceptos mínimos y necesarios en una democracia; que dice una cosa y su contraria en una misma conferencia, discurso o entrevista sin inmutarse mínimamente; que miente reiterada y descaradamente, mientras acusa de hacerlo a sus contrincantes políticos, sin que se le mueva un solo musculo de la faz

Un petimetre con profundas raíces felonas, que es capaz de aliarse con todos y cada uno de los mayores enemigos de España ―y hasta con el mismísimo diablo, si fuera preciso― por mantener su trasero bien acomodado en un sillón que jamás le ha correspondido real, aunque sí, legalmente.

Y para colmo, es un personaje que se pavonea por el mundo como si fuera capaz de arreglar todos los problemas internacionales de calado, como un adelantado al tiempo; en definitiva, un visionario que siempre tiene la razón y que, sin duda, interpreta y está convencido de que el resto de dirigentes de su entorno, tarde o temprano, acabarán copiando sus mágicas pócimas y recetas.

Pero en esta tarea no está solo, conoce a la perfección las bajezas, necesidades y los costosos caprichos de los separatistas, terroristas y de los pobres de espíritu y volubles regionalistas a los que convierte en peleles y férreos aliados a nada que les muestre u ofrezca una morterada de millones gratis total, tremendas condonaciones de deuda o increíbles concesiones en el uso y exigencia de las lenguas, los trenes de cercanías o el control de la circulación por carretera; u otros asuntos no menores como la expulsión de la guardia civil de determinados territorios y funciones ―expulsión, realizada con nocturnidad, alevosía y plagada de humillaciones― o el oscuro y cochambroso espectáculo de las transferencias de competencias legales, incluido el control de los presos a los que, previamente, ha cambiado de ubicación para facilitarle la labor y por último, como guinda de un apestoso pastel, aparece la impagable labor de propaganda y de robo de escaños que le proporciona Vox a lo largo de los procesos electorales tanto en sus fases previas, como en plena campaña.

Hace años que sesudos analistas políticos, demoscópicos e insignes periodistas aseguran que el problema de la derecha española está en Vox. Problema, que no solo viene derivado de la escisión de los votos entre dos partidos ―cosa que también ocurre en la izquierda e incluso de forma más agravada― sino del espíritu revanchista, casi guerra civilista que hace patente en sus programas y discursos, en su forma desproporcionada y más que exigente a la hora de solicitar compensaciones en sillones y cargos de responsabilidad por sus escuálidas aportaciones en escaños ―a pesar del reciente e inútil gesto, cuando todo el pescado está vendido, de apoyar al PP sin pedir entrar en el gobierno― y por las discrepancias patentes que plantean los acogidos a tales privilegios nada más entrar en sus respectivos gobiernos.

Ondear la bandera del miedo en España con el lema de que «viene la derecha» es algo de lo más sencillo y fructífero que se puede hacer para restarle votos al único partido de centro derecha, que trata de ser equilibrado y sopesado ante tanto despropósito individual y colectivo.

En los dos recientes procesos electorales ha quedado bien patente que, de no alcanzar una mayoría absoluta, el Partido Popular por sí mismo, es imposible gobernar por las trabas y exigencias de Vox, las excentricidades y declaraciones pasadas de tono de muchos o la mayoría de sus dirigentes y por los programas de mínimos que asustan a todos los que prevén una gobernanza en coalición entre ambos partidos.

En esta ocasión, Sánchez tras no haber ganado las elecciones, pero al ser consciente de que con sus votos y el rebaño de todos aquellos a su izquierda y algo de derecha (al menos formalmente -PNV y Junts) le basta y sobra para volver a la Moncloa, aunque en esta ocasión, su apuesta Frankenstein sea aún más fuerte que las anteriores y, sobre todo, mucho más patética y dura para la existencia y supervivencia de España o la solvencia de sus arcas, en momentos que ya apuntan hacia un mayor grado de dificultad.

Tras mentirnos a todos, ha hecho las maletas y se ha ido de vacaciones con su familia, cerrando las puertas y oídos a todos, incluso a aquellos que ganaron las elecciones y que le ofrecen la única posibilidad de eludir tener que vender o poner aun en mayor riesgo la integridad y la solvencia de España. Además, lo ha hecho viajando de improviso a Marruecos, un país con el que es público y notorio que lleva mucho tiempo en deuda y que no baja el pistón de presión y exigencias hacia España a pesar de las muchas concesiones ya realizadas por Sánchez. Concesiones graves casi todas, realizadas sin consultar con nadie y, ni siquiera, con los organismos que disponemos para estos menesteres y con los que el preceptivo realizar dichas consultas.

Los separatistas, golpistas, terroristas e incluso el gobierno de Gibraltar y muchos de los países al otro lado del charco, celebran que Sánchez tenga todas las de ganar en este embate, mientras la mitad de los españoles, nos quedamos con un palmo de narices, esperando que nuevas desgracias nos va a acarrear esta «agravada» situación y tratando de explicarnos que falló el pasado 23 a pesar de que todas las encuestas, incluso las del CIS, no daban este resultado ni por aproximación.

Fuimos nosotros y nuestra manía o chovinismo de no escuchar nunca a los que realmente saben de política, los que a pesar de los continuos decrecientes resultados de Vox, siguieron confiando en apostar a caballo perdedor ―aún a pesar del ejemplo de la honrosa retirada de Ciudadanos del proceso electoral, para facilitar la situación y que no se perdieran más votos contra el sanchismo― los que hemos facilitado que esta situación se repita y agrave sin darnos cuenta de que con este tipo de «juegos», llevamos el mismo camino que aquellos otrora países democráticos que, desde la dictadura de Pinochet hasta nuestros días, han protagonizado diversos procesos políticos internos ―de entre los que destacan las maniobras de Erdogan y Putin, más una larga lista de países latino americanos como Venezuela y otros del entorno bolivariano― con el resultado de la desaparición de diversas democracias por defunción de las mismas. Defunción que no suele acaecer de forma súbita o con el pueblo en armas en la calle, sino con el avance de un lento y progresivo mal, que empieza con el debilitamiento de las instituciones y organismos esenciales del Estado, a lo que se le une el férreo control de los medios y la prensa y acaba con la putrefacción de las formas, modos, usos y costumbres de las normas políticas tradicionales y puramente democráticas para convertir aquellos países en entes autocráticos, gobernados, en todo el proceso, por ególatras tiranos de gran tirón popular.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

 

COMBUSTIBLES, VACA MUERTA Y EXPORTACIONES AGROPECUARIAS Y AGROINDUSTRIALES

Iris Speroni*

Foto: DinamicArg.

¿Por qué se quiere invertir en infraestructura para Vaca Muerta y no se hace en la vaca lechera viva que nos da de comer a todos?

El 26 de julio de este año 2023, el diario Clarín publicó una nota sobre las expectativas de exportación de GNL (Gas Natural Licuado) desde Vaca Muerta. Título: “GNL, la alternativa para el gas de Vaca Muerta que pone a la Argentina en el centro del mundo”. Págs. 2 y 3 del suplemento “DINAMICARG”, ejemplar Nº 5 [1].

A continuación enumera todas las bonanzas que dicha actividad económica acarrearía, para luego entrar al objetivo de la nota: justificar todas las razones por las cuales habría que aprobar un régimen especial cambiario y tributario a favor de la exportación de GNL. En otro artículo, Dinamicarg habla de “Otra Pampa Húmeda [2].

Notas de similar tenor salieron en casi todos los medios, por lo general en tonos más neutros que el citado.

Veamos qué dice DINAMICArg. Básicamente que si se exportara GNL, el monto sería de más de 27 mil millones de dólares anuales, un tercio de las exportaciones totales de Argentina durante 2022. Que Argentina tiene reservas de gas, gracias a Vaca Muerta, por 70 años y que por lo tanto hay excedentes exportables.

Que esto le permitiría a la Argentina no sólo incrementar las exportaciones totales del país sino que sería ingresos despegados del efecto climático. Lo pone como un punto a favor del GNL respecto a la exportación de granos, ya que con las exportaciones de granos y carnes el país padece las reducciones eventuales provocadas por sequías e inundaciones.

A continuación pasa a defender el proyecto de ley actualmente ante diputados, el cual sería una réplica del régimen especial minero. Por 30 años, con exenciones y facilidades impositivas (aranceles de exportación reducidos y estables, amortización acelerada para pago de ganancias) y lo más interesante de todo: el gobierno garantiza la libre disponibilidad del 50% de las divisas obtenidas por las exportaciones.

Agrego el cable de Télam citado, donde la ministra Rayón, a cargo de energía, les informa a los diputados que el plan de YPF-Petronas, es de licuar gas, primero en barcos licuadores (“licuafactores”) y posteriormente levantar una planta a tal fin.

Ministra Flavia Royón

Volvamos a Dinamicarg. Hay varios puntos flojos.

    • Resulta que esos montos de exportaciones se lograrán luego de cinco a siete años. Mientras tanto hay que invertir para lograr dichos volúmenes.
    • Los combustibles no sufren altos y bajos climáticos pero sí de precios. Alcanza con ver las fluctuaciones de los últimos treinta años. Por lo que el monto de dólares esperado dentro de 7 años puede ser 27 mil millones, el doble o la mitad, si uno toma en cuenta el carácter de la fluctuación de precios del barril de petróleo y otros combustibles, como el gas natural o el gas natural licuado.
    • ¿Cuánto le costará al país que privados inviertan en una actividad redituable?
    • ¿Por qué hay que instaurar exenciones impositivas para que alguien se digne a invertir?
    • ¿Por qué al resto de los mortales no se les garantiza un marco impositivo por 30 años?
    • ¿Por qué a las petroleras, que van a conseguir el 30% de las exportaciones dentro de cinco o siete años sí, y a quienes ya traen el 100% de las exportaciones (como la gente que produce maní, arroz, aceite de oliva, arándanos, cerezas, alfalfa, carne de cerdo y aviar, aluminio, acero, cajas de cambio, carne vacuna, tractores, cosechadoras, vino fino malbec, miel, carteras, cinturones, monturas y aperos, botas de montar, cascos de polo, zapatos, bujías, paneles solares, aberturas, muebles), no? ¿Por qué?
Una mentira que se cae a pedazos

Si el gobierno (éste u otro) quisiera aumentar las exportaciones en 27 mil millones de dólares en un año (no en cinco o en siete), sólo tiene que dejar en manos de los productores (aluminio, tractores, tolvas o alfalfa) el 50% de las divisas para su libre disposición, y los mismos aranceles de exportación del que gozan las mineras. El aumento de las exportaciones superará rápidamente esas cifras. ¿Por qué no lo hacen?

Si se quisiera aumentar las exportaciones (o sustituir las importaciones, como sugiere la ministra de Energía, que habla en primer lugar de dejar de importar gas), es fácil. Hay mil formas.

Un barco cerealero nuevo sale 70 millones de dólares. Con una mínima fracción de nuestras exportaciones, privados argentinos pueden comprar barcos mercantes, con lo cual completarían el ciclo. No sólo administrarían puertos y concesiones ferroviarias, serían propietarios de sus frigoríficos o acopios, sino que podrían tener su propia flota. Si le ofrecen amortización acelerada a quien haga un gasoducto o alquile barcos licuadores (licuafactores), ¿por qué no amortización acelerada a quien compre barcos mercantes para sacar nuestras cosechas y demás productos? Nos ahorraríamos U$D 6.000 millones anuales. Un cuarto del supuesto beneficio del GNL dentro de cinco a siete años.

En cuanto a la rapidez de respuesta del sector agropecuario y agroindustrial, es fácil verlo. En el año 2020, Argentina exportó U$D 54,9 mil millones. En el 2022, U$D 88,4 mil millones. En sólo dos años U$D 33,5 mil millones de aumento (si bien subieron los precios por el conflicto bélico en Ucrania).

¿Por qué se quiere invertir en infraestructura para Vaca Muerta y no se hace lo mismo con la vaca lechera viva que nos da de comer a todos, incluidos los fastuosos sueldos de toda la burocracia política?

No se invierte en caminos rurales; sólo una mínima parte de la carga terrestre se mueve por FFCC cuando debería ser del 40% del total; las rutas son, antes que nada, angostas, además de caras; somos monodependientes del camión, que es un sistema carísimo; no tenemos flota mercante ni fluvial y marítima (la mercadería a la Patagonia debería ir en barco y no en fila india por la RN Nº 3). Las cerezas de Los Antiguos no consiguen bodega en avión, que necesitan sólo una vez al año.

No se invierte ni un peso, ni un dólar, ni un dracma, en aumentar la frontera agropecuaria mediante riego. No como iniciativa general del país en un plan consolidado, al menos. Si alguien, individualmente, encara la inversión, no cuenta con “amortización acelerada” como pretende este proyecto impulsado por la Ministra Royón.

Si no se invierte en el sector agropecuario, es lo mismo que no darle de comer a la vaca lechera. Tarde o temprano empieza a tener rendimientos decrecientes. Y un día se muere.

Como último tema. Creo que está muy bien invertir en ser autosuficientes en combustibles. Me alegra que haya reservas de gas para varios años. No me importa si un “poquito” se exporta. Pero nosotros no somos Arabia Saudita o Venezuela. El petróleo o el gas no están a dos metros de la superficie. La extracción acá es cara.

Por lo que creo que hay que saber administrar las existencias. Tenemos que tener gas para todo el país para las próximas décadas con la mente en los siguientes usos:

    • Energía eléctrica barata y poco contaminante, como son las termoeléctricas a gas (*). Eso estimulará la producción industrial. Ése fue el motor de crecimiento de la industria alemana en los últimos 20 años: el gas barato.
    • Debemos dimensionar esta necesidad no sólo con nuestro tamaño actual sino con una pauta de crecimiento poblacional e industrial ambiciosa.
    • Cubrir a todo el país con gas natural y no como ahora, donde se privilegian sólo algunas urbes.
    • Usar el gas como combustión automotor: limpio y barato y ya existe una red de estaciones de servicio ad-hoc; la inversión ya fue hecha.
    • Por último, lo que entiendo es lo más importante de todo esto: Argentina debe ser autosuficiente en la provisión de fertilizantes. No deberíamos tener que importarlos. Si hay que invertir en algo, no debería ser en plantas de GNL sino de fertilizantes, para nosotros y para el mundo; para nosotros y para nuestra posteridad.
    • ¿Quieren divisas? Exporten fertilizantes. Ahí se industrializa el gas.
Preguntas sin respuesta

Llama la atención el encono contra el sector productor agropecuario el que produce la mayor parte de las exportaciones y, como reconoció el ministro de Economía en su discurso en la SRA este año, es el único motor de la Argentina. (El ministro fue a la SRA a hablar de combustibles, hermoso).

El sector productor agropecuario trabaja en el punto de equilibrio o a pérdida debido al abuso estatal por: i) diferencia de tipo de cambio, ii) impuestos y iii) cargas aduaneras. Dinero que el Estado (Aduana, AFIP y BCRA) se da vuelta y entrega a manos llenas a toda suerte de amigos.

Mientras, el productor a veces entrega toda su ganancia y a veces más que eso, esto es, trabaja a pérdida. Por lo tanto, cuando vienen tiempos malos (seca, inundación), no tiene resto. La falta de rentabilidad; por ello no reinvierten gran parte de sus ganancias: no las tienen.

Los burócratas planean toda suerte de exenciones a mineras y petroleras, pero si alguien osa mencionar que hay que soltar un poco el freno (**) al productor agropecuario, la clase política y empresarial (De Mendiguren) ponen el grito en el cielo como un solo hombre. ¿Por qué?

Duplicar las exportaciones agropecuarias y agregar algunas que hoy no figuran (zapatos, por ejemplo; o maquinaria agrícola) requeriría muy poco esfuerzo: tipo de cambio normal y bajar los DEX. O, como poco, igualar el marco impositivo que hoy negocian con las petroleras. ¿Por qué no lo hacen?

Veo dos razones posibles:

    1. Es más fácil negociar sobornos con sectores concentrados que con un universo de 200.000 productores, todos peleados entre sí. No estoy diciendo que las petroleras ofrezcan sobornos sino que para los políticos es un escenario más propicio para solicitarlos si los interlocutores están concentrados.
    2. Llevar a los productores agropecuarios a la asfixia genera un marco favorable para la compra de campos; es más, campos baratos. Como el valor de un campo es la expectativa de ingresos futuros, si el ingreso es todo confiscado por un tercero (en este caso el gobierno), el precio del campo se abarata.

Así, hoy todo el campo de Ucrania está en manos de pocos fondos de inversión (BlackRock es uno de ellos); desde el 2000 a hoy, el 20% de los campos arables de Francia cambió de manos (a favor de los fondos de inversión), una de las estructuras de propiedad más estables del mundo en los últimos 250 años; los granjeros de EEUU (farmers) están vendiendo sus campos, porque los hijos ganan más siendo funcionarios del gobierno federal que cultivando la tierra (¿les suena?); y quedamos nosotros.

Veamos cómo creció Brasil los últimos 20 años. 54 mil millones de dólares se los regalamos nosotros, y eso fue parte del motor de su crecimiento. Pero el motor más potente fueron sus exportaciones agropecuarias. Lula, sí el de izquierda, sí, el nacional y popular, sí el zurdo, favoreció las exportaciones agropecuarias, con tipo de cambio alto, créditos blandos para maquinarias y mejoras y compras de campo por parte de pequeños y medianos productores, nunca tuvieron DEX y tienen un sistema impositivo benigno. Lula lo hizo y Bolsonaro lo continuó. Si bien hay un par de empresas grandes con enormes extensiones y la exportación de carne está concentrada, todo el sur del país está dominado por pequeñas y medianas explotaciones, que generaron una próspera clase media rural.

La base de este crecimiento fue:

a) el aumento de precios internacionales desde el año 2000,

b) un tipo de cambio alto favorable a las exportaciones,

c) cero DEX,

d) impuestos moderados,

e) políticas de estímulo/protección al pequeño y mediano productor.

Ej: el ministerio de Agricultura sostiene que un tambo de 40 vacas debe ser redituable y que el precio mínimo debe reflejar esa estructura de precios. Si otros tienen una mejor, bien por ellos. Brasil se prepara para ser uno de los grandes exportadores de lácteos (leche en polvo, quesos, sueros) del mundo y reemplazará lentamente a Holanda, Alemania y España. Hacen eso mientras dejan vivir y comer a un gaúcho que tiene 40 vacas. Vivir y dejar vivir.

Conclusiones

Hay que exportar petróleo crudo y GNL. Un excedente circunstancial, diría que sí.

Creo que hay que poner toda la carne en el asador para ser un país petrolero (ojalá como EEUU, Rusia o Uzbekistán). Exportar petróleo refinado, fertilizantes, y productos industriales a base de energía limpia y barata. Trabajo y “valor agregado” como le gusta decir a la dupla Massa-De Mendiguren.

Hay que echar a estos tipos (todos) y como país ponerle toda máquina a exportar 300.000.000.000 dólares al año, en productos industriales, agropecuarios, agroindustriales y combustible. Y servicios. Todo.

En fin, creo que estoy más sola que Margaret Thatcher en Cosquín.

Dios dirá.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Nota

(*) Me refiero a si alguien propone eliminar los Derechos de Exportación o Derechos Aduaneros o DEX, mal llamados “retenciones”.

(**) Además, en paralelo, invertir en centrales nucleares, como sugiere sensatamente la Dra. Laura Canale.

 

Lecturas asociadas

2022: el año que no estuvimos en peligro

http://restaurarg.blogspot.com/2023/02/2022-el-ano-que-no-estuvimos-en-peligro.html 

La nueva Conquista del Desierto

http://iris-speroni.blogspot.com/2018/08/la-nueva-conquista-del-desierto.html 

Sobre ruedas

http://restaurarg.blogspot.com/2023/06/sobre-ruedas.html 

Reforma agraria

http://restaurarg.blogspot.com/2021/03/reforma-agraria.html

Argentina un país nuclear, Dra. Laura Canale

http://restaurarg.blogspot.com/2020/12/argentina-un-pais-nuclear.html

Qué sabemos del uranio, Dra. Laura Canale

  1. http://restaurarg.blogspot.com/2022/09/que-sabemos-del-uranio-primera-entrega.html
  2. http://restaurarg.blogspot.com/2022/09/que-sabemos-del-uranio-segunda-entrega.html
  3. Uranio enriquecido http://restaurarg.blogspot.com/2022/09/uranio-enriquecido-tercera-entrega.html

 

Referencias

DinamicArg, Nº 5.

https://dinamicarg.com/gnl-alternativa-gas-vaca-muerta-que-pone-argentina-centro-del-mundo/

DinamicArg

https://dinamicarg.com/gnl-alternativa-gas-vaca-muerta-que-pone-argentina-centro-del-mundo/

Inversiones y Exenciones Impositivas GNL, Clarín.

https://www.clarin.com/economia/economia/economia/plantas-gnl-proyecto-ley-especial-permitira-dejar-mitad-dolares-afuera_0_DPE32OXGBP.html

Perfil, https://www.perfil.com/noticias/politica/vaca-muerta-diputados-comienza-a-tratar-la-ley-de-promocion-de-gas-natural-licuado.phtml

Télam, https://www.telam.com.ar/notas/202307/633574-royon-diputados-inversiones-gnl.html

iProfesional, https://www.iprofesional.com/negocios/384993-gnl-en-vaca-muerta-presentan-proyecto-para-blindar-inversiones

Río Negro, https://www.rionegro.com.ar/energia/proyecto-de-gnl-los-10-puntos-clave-para-entender-de-que-se-trata-y-su-impacto-en-vaca-muerta/

 

Artículo publicado el 29/07/2023 en Restaurar, https://restaurarg.blogspot.com/2023/07/combustibles-vaca-muerta-y.html