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PENSAMIENTO FLEXIBLE: INDISPENSABLE PARA UNA BUENA LABOR DE INTELIGENCIA (Parte 3)

Marcelo Javier de los Reyes*

El autoconocimiento

Se considera que una de las serias limitaciones que enfrentan los analistas de inteligencia es la falta de conocimientos sobre sí mismos, es decir, su autoconocimiento. Desconocen el funcionamiento de su propia mente porque, en general, al analista no se le enseña a autoconocerse. Por tanto, sería apropiado que también aprenda a conocer el cerebro y su funcionamiento y los procesos mentales que pueden conspirar en su labor.

Se le atribuye a Sócrates la célebre frase “conócete a ti mismo” (γνωθι σεαυτόν) y aquí cabe recordar que conocemos su pensamiento a través de la obra de Platón. Sin embargo esa frase podía ser encontrada en algunos templos, como el de Apolo de Delfos. Ese enunciado también se encuentra en latín, Nosce te ipsum, y ésta es una parte de una más extensa que reza: Nosce te ipsum et nosces universum et deos: “Conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses”.

Se le atribuye a Aristóteles la frase: “El conocimiento de uno mismo es el primer paso para toda sabiduría”.

En esta misma línea de pensamiento se puede citar a Paul Watzlawick (1921-2007), psicólogo, filósofo y teórico de la comunicación, austríaco nacionalizado estadounidense, autor y psicoterapeuta de referencia dentro de la Terapia Sistémica. Este autor nos ha legado la siguiente frase:

Llegar a ser conscientes de quiénes somos realmente exigirá salir fuera de nosotros mismos y vernos objetivamente.

Paul Watzlawick (1921-2007)

Quizás estaríamos tentados de preguntarle al psicólogo Paul Watzlawick, “¿por qué, para conocerme, para verme objetivamente, debo salir de mí mismo?”

La respuesta que nos daría sería que porque nos desconocemos por completo. En general, vivimos ajenos a nuestra realidad interior, no procedemos a realizar una introspección, y este desconocimiento nos lleva —con frecuencia— a caer en errores y en crisis existenciales. Entonces, invirtiendo el razonamiento, el autoconocimiento le permitirá al analista sobrellevar ciertos errores y, a la vez, tener confianza en sí mismo, saber controlar sus emociones —las que intervienen en su razonamiento— y comprender que un analista no tiene que tener razón sino llegar a la verdad.

Conocerse a sí mismo ofrece la gran ventaja de conocer las propias fortalezas, nuestras habilidades, así como las propias debilidades o vulnerabilidades. Como expresa el doctor Daniel López Rosetti en su libro Equilibrio, “determinar las fortalezas nos permite enfatizarlas, mejorarlas y aumentar la seguridad en nosotros mismos”[1]. A su vez, contribuye a disminuir nuestras debilidades y el identificar a éstas es fundamental para darles la dimensión apropiada y manejarlas adecuadamente[2]. Se trata entonces de un ejercicio que nos lleve a observar cómo actúan las emociones ante determinadas circunstancias, así como las repercusiones físicas que de ellas puedan derivarse.

El autoconocimiento nos permite una mejor comunicación verbal y, del mismo modo, una mejor comunicación no verbal.

El conocimiento de nuestros talentos es un camino cierto para nuestro crecimiento personal, profesional y espiritual, porque a partir de ello no estaremos como una hoja de papel sometida a los diversos vientos que soplen. Pero aquí es importante considerar que debemos evitar caer en la soberbia y recordar aquella sentencia que dice que “la vanidad es el peor enemigo del hombre de inteligencia”.

En este aspecto es fundamental, a partir de lo expresado, que el analista —y en general el hombre de inteligencia— aprenda a escuchar atentamente —más que hablar— y sin adelantarse en las respuestas de su o sus interlocutores. Del mismo modo, a fundamentar sus respuestas —nada es “porque sí” o “porque no”— cuando sea necesario darlas.

El autoconocimiento nos proporcionará una mayor seguridad, una autorregulación de nuestras emociones —lo que se traducirá en una mayor adaptación a las circunstancias que debamos enfrentar— y nos evitará enviar “mensajes” erróneos, contradictorios o inadecuados a través de la comunicación no verbal. En definitiva, nos brindará una mayor confianza en sí mismos, un mayor manejo del estrés, un eficiente aprovechamiento del tiempo, una mayor automotivación y, por tanto, una mayor profesionalidad en nuestra labor.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia en la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional, Universidad Nacional de La Plata. Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

 

Referencias

[1] Daniel Lóperz Rosetti. Equilibrio. Cómo pensamos, sentimos y decidimos. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Planeta, 2020, p. 206.

[2] Ídem.

©2022-saeeg®

 

 

PROPUESTAS PARA RECONSTRUIR LA ARGENTINA

Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales  SAEEG

«Sirvo a la patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro».

Manuel Belgrano

 

La Patria nos está necesitando en un momento en que la mayoría de la población opta por uno o por otro de los que conforman la casta política que, tras casi cuatro décadas de una falsa democracia, ha sumergido a la República Argentina en la miseria, en la corrupción, en una falta de futuro para los jóvenes —quienes prefieren emigrar— y en la imposibilidad de delinear un proyecto para quienes se quedan. Como si esto fuera poco, el narcotráfico se apodera del Territorio Nacional mientras se destruye el sistema de defensa, las fuerzas de seguridad y la Inteligencia.

Todos tenemos el diagnóstico de la enfermedad, pero debemos trabajar sobre sobre las “medicinas” que deben suministrarse. Frente a este estado de anomia y caos, deben hacerse propuestas, una hoja de ruta para empezar a peregrinar hacia la “Tierra Prometida” que para un verdadero argentino no es otra que la Patria misma.

Para reconstruir la República no se debe emparchar sino proceder a un proyecto estratégico de reordenamiento y reorganización nacional.

A los fines de llevar adelante una propuesta estratégica debemos debatir acerca de qué modelo de país queremos construir para fijar los Objetivos Nacionales. No cabe duda que Argentina debe ser reconstruida prácticamente desde cero y para ello se debe trabajar para que:

    1. surja una nueva dirigencia nacional en todos los órdenes;
    2. poner fin a la corrupción, un “impuesto” que a la sociedad argentina la somete a la pobreza y a restarle recursos —por ejemplo— a la Educación y a la Salud. En este sentido, se debe tener en claro que el problema de la Argentina no es económico, sino de falta de ética por parte de la clase dirigente;
    3. la población logre tomar conciencia de la crítica situación del país y tome conocimiento de la necesidad de abordar temas que, aunque parezcan distantes, son fundamentales para mantener/recuperar/defender la Integridad Territorial. Uno de ellos es reclamado por la sociedad, la Seguridad, el otro es la Defensa.

 

«Una buena estrategia comienza con tener el objetivo correcto».

Michael Porter

 

El principal problema de la Argentina no es económico sino ético por lo que se debe, en principio, combatir la corrupción en todos los órdenes.

Para ello es importante recomponer el Poder Judicial, herramienta fundamental para reordenar la Nación, ya que tiene una gran responsabilidad en el estado de anomia que existe en el país.

 

«La planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes».

Peter Drucker

 

A continuación, nuestras propuestas por orden alfabético:

Articulación del Territorio Nacional
  • Fortalecer la integridad territorial.
  • Potenciar y revalorizar la Dirección Nacional de Vialidad.
  • Reapertura de las escuelas técnicas dependientes de la Dirección Nacional de Vialidad.
  • Se implementará un Plan Ferroviario Nacional que incluirá el transporte de pasajeros, el de mercancías, el estratégico y el de turismo. Por las mismas vías nacionales podrán transitar ferrobuses nacionales, provinciales o privados que permitirán las conexiones interurbarnas y el desarrollo de pueblos y ciudades.
  • Fortalecer y renovar la empresa Líneas Aéreas del Estado (LADE).
  • Crear nuevamente la Marina Mercante, es decir, una empresa como ELMA y una Flota Fluvial del Estado.
  • Potenciar el transporte aéreo con un eficiente servicio de Aerolíneas Argentinas hacia el exterior e interior, transformándola en una empresa competitiva. 
Atlántico Sur y Antártida
  • Cumplir en forma irrestricta con la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional.
  • Mantener incólume el alegato del Embajador José María Ruda de “persuadir a la comunidad internacional de que las mencionadas Islas son parte integrante del territorio argentino y que el deber jurídico y moral de Gran Bretaña es devolverlas a su verdadero dueño, afirmándose así el principio de la soberanía y de la integridad territorial de los Estados…” (1964).
  • Sostener con firmeza las cinco resoluciones concatenadas de las Naciones Unidas que han fortalecido y fortalecen la posición soberana argentina respecto a Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur: la Res. 1514 (XV) del 14/12/1960; la Res. 2065 (XX) del 16/12/1965; la Res. la 3160 (XXVIII) de 14/12/1973; la Res. 31/49 del 01/12/1976 y la Res. 41/11 del 27/10/1986.
  • Trabajar con ahínco con el objeto de institucionalizar esta Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCAS).
  • Impulsar políticas activas en el Atlántico Sur, declarando a este espacio de interés ambiental, social y de desarrollo económico de la Argentina y Suramérica.
  • Dotar a la Armada Argentina, a la Prefectura Naval y a la Fuerza Aérea de los recursos indispensables para ejercer la Soberanía Nacional en el Atlántico Sur.
  • Realizar una intensa campaña de vigilancia del Mar Argentino para contrarrestar la pesca ilegal.
  • Ampliar las medidas destinadas a la conservación de especies en la zona.
  • Establecer el Comando Antártico en Tierra del Fuego.
  • Mantener y ampliar la presencia Argentina en la Antártida fomentando las actividades científicas.
  • Ampliar el presupuesto del Instituto Antártico Argentino incorporando nuevos elementos científicos y de transporte marítimo y aéreo.
  • Beneficiar el desarrollo de la industria naval y la producción de nuestros astilleros.
  • Favorecer la radicación de la población y de industrias en la Patagonia.
  • Dotar al puerto y a la base aérea de Rio Grande y Ushuaia de las mejores condiciones para operar toda la flota mercante, pesquera y militar.
  • Otorgar beneficios a la industria pesquera nacional.
  • Prohibir en las provincias del litoral marítimo la instalación de aeropuertos privados con capacidad para operar aviones de gran tamaño o militares y desactivar los existentes. 
Defensa
  • Adquisición de material (buques de superficie y submarinos, aeronaves, blindados) para que las FFAA puedan cumplir con su misión de defender la Soberanía Nacional.
  • Incrementar la presencia de las FFAA en la Patagonia.
  • Recrear la Industria de la Defensa Nacional.
  • Implementar el desarrollo de material sensible a los efectos de lograr la independencia respecto de tecnologías externas.
  • Potenciar la labor del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF).
  • Fortalecer el área de Ciberdefensa.
  • Desarrollar y profesionalizar las Unidades QBN (Químicos, Biológicos, Nuclear).
  • Incrementar considerablemente el número de efectivos de las FFAA.
Economía
  • Elegir como motor de la economía a las exportaciones agropecuarias e industriales.
  • Tomar medidas para lograr pleno empleo y alza de salario real.
  • Invertir en infraestructura para a) movimiento de mercaderías (FFCC, rutas y autopistas, aviones de carga, flota fluvial y marítima mercante de bandera argentina), b) conectividad que permita la venta de servicios en cualquier punto del país.
  • Conquista del Desierto II: plan de riego en la Diagonal Árida, reservorios y contención para evitar la inundación en la Pampa Húmeda.
  • Generar infraestructura que garantice el bienestar de la población que se traslade al interior del país (salud, educación, seguridad, banca).
  • Baja de impuestos, liberar tipo de cambio, fomentar inversiones. Facilitar acceso a propiedad de la tierra rural a familias en unidades rentables.
  • Fomentar la colocación de producción local en mercados no convencionales.
  • Bajar la carga impositiva al 25% de la economía.
  • Eliminar la emisión monetaria (y por lo tanto la inflación), acabar con el crédito cuasifiscal, reducir la deuda estatal.
  • Federalizar los recursos impositivos. Regla 10% IVA, 10% ganancias (sólo sobre empresas y destino 100% a las provincias), 10% cargas sociales.
  • Prosperidad en las provincias.
  • Traslado al interior de toda oficina estatal que no sea un ministerio (movimiento semicompulsivo de población).
  • Nacionalización de la salud y la educación.
  • Refortalecer Fabricaciones Militares y la industria militar argentina para uso propio y exportación.
  • Inversión en centrales eléctricas (nuclear, termoeléctrica, represas hidroeléctricas). Inversión en explotación de hidrocarburos para uso doméstico en una perspectiva de incremento de la actividad.
  • Fomento de subsidios a las familias para incremento de la tasa de natalidad.
  • Fortalecimiento de todos los eslabones de la cadena productiva con un criterio de bajar el nivel de vulnerabilidad frente a conflictos externos.
  • Facilitar acceso a las familias a la vivienda propia de una planta con predios de tamaño tal que permita huerta, gallinero, árboles y jardín al frente.
  • Facilitar la fabricación de automóviles y utilitarios de bajo precio para acceso masivo de familias. Ídem sistemas alternativos de cocción y calefacción familiar.
  • Acceso a la propiedad por parte de las familias, no sólo de viviendas sino de bienes de producción para volver a generar una masiva clase propietaria (contracorriente de la Agenda 2030). 
Educación
  • Desideologizar la Educación.
  • Inculcar el respeto de los Símbolos Nacionales y el amor a la Patria.
  • Infundir los valores nacionales y el respeto a la autoridad.
  • Implementar un programa de evaluación de docentes.
  • Introducir las cátedras de Educación Cívica y Educación Democrática en el nivel secundario para formar ciudadanos.
  • Crear la materia Ética Pública en los niveles secundario y universitario para poner en valor la honradez y educar a los ciudadanos acerca de las graves consecuencias de la corrupción para sociedad.
  • Cumplir con la obligatoriedad de la educación impuesta por ley.
  • Fundar el “Instituto José Hernández” con el objetivo de difundir la lengua española y la cultura argentina en el exterior. El mismo contará con un Órgano Rector integrado por el Ministerio de Educación y el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, además de aquellos organismos que se consideren pertinentes.
Gestión de residuos

El mejor residuo es el que no se genera

Consumo Responsable. Descarte Responsable.

  • Reflexionar sobre el tema de los residuos.
  • Adoptar conductas responsables que tiendan a cuidar el ambiente que es finito.
  • El uso final de los bienes y servicios impacta directamente en el ambiente. Sin olvidar la fabricación de los insumos que utilizan muchísimos materiales de descarte.
  • instauración de conciencia individual y colectiva por parte la sociedad, que es el basamento fundamental para la disminución de los residuos, para ello hay que comenzar desde las bases.
  • Creación de hábitos cotidianos que estén incorporados en la sociedad que tienden al gasto desmesurado e innecesario de agua, energía.
  • Favorecer a la concientización y reflexión, para el cambio de conductas.
  • Regulación desde nivel central sobre “El reciclado responsable y sostenido” base de la educación a la población en general.
  • Diseñar las directrices necesarias y el apoyo a las instituciones para su implementación. Teniendo que estar en agenda prioritaria. 
Inteligencia
  • Recrear la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) o crear el Ministerio de Inteligencia de la Nación (MIN).
  • Sancionar una nueva Ley de Inteligencia que garantice la Defensa, la Seguridad y el bienestar de la población
  • Desarrollar la Inteligencia Estratégica en función de los Objetivos Nacionales.
  • Reclutar y capacitar a un personal profesional para cumplir funciones esenciales para la Nación.
  • Implementar la Inteligencia Interior, la Inteligencia Exterior y la Contrainteligencia poniendo el foco exclusivamente en los Intereses Nacionales.
  • Crear en el ámbito de SIDE o del MIN la Subsecretaría de Inteligencia Competitiva que deberá implementar “bases regionales” (por ejemplo: Cuyo, Patagonia, Centro, NOA, NOE) con el objetivo de contribuir al desarrollo de las economías regionales.
  • El organismo de Inteligencia absorberá la Secretaría de Asuntos Estratégicos a los efectos evitar la duplicación de funciones y reducir el gasto público. 
Migraciones
  • Derogación de la actual Ley de Migraciones 25871.
  • Reforma y actualización constitucional.
  • Anulación de tratados internacionales de Constitución.
  • Inmigración regulada por el Estado a puntos estratégicos.
  • Cupos de inmigración a países con sistemas totalitarios.
  • Tratados de reciprocidad para temas: salud y educación.
  • Reciprocidad en la implementación del sistema de visas.
  • Retención y expulsión de migrantes que delinquen.
  • Procesos judiciales sumarísimos para delitos aberrantes.
  • Poder de policía a la Dirección Nacional de Migraciones.
  • Incrementar recursos y medios a «control de permanencia».
  • Los Inmigrantes deben jurar nuestra Constitución y Símbolos Patrios.
Poder Judicial
  • Debe ser verdaderamente autónomo.
  • Poner fin al “garantismo”.
  • Debe ser la herramienta para atacar la corrupción, retomar el Estado de Derecho y garantizar el funcionamiento de las instituciones y de la República.
  • Los fiscales deben defender al pueblo y no a los delincuentes.
Política Exterior
  • Desarrollo de una política exterior abierta pero basada en los Intereses Nacionales.
  • Favorecer la presencia argentina en la mayor cantidad posible de países.
  • Contribuir al desarrollo de la Integración Regional por sobre las ideologías.
  • Constituir un Poder Blando para la Argentina.
  • Poner énfasis en el Comercio Exterior.
  • Ver al mundo exterior como una oportunidad para el desarrollo del potencial argentino.
  • Recuperar la gravitación y la credibilidad regional y global.
  • Buscar entablar conversaciones con el Reino Unido sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
  • Promocionar el Comercio Exterior como forma de asegurar el ingreso de divisas. Participación activa de las Representaciones Diplomáticas y Consulares en la promoción del comercio exterior. Centralización de las instancias administrativas de promoción del comercio exterior.
  • Mantener y ampliar la participación Argentina en misiones de mantenimiento de la paz dentro de los programas de Naciones Unidas y de otros organismos internacionales.
  • Promocionar el intercambio de profesionales y estudiantes a nivel universitario entre los países latinoamericanos.
  • Crear un programa de becas para estudiantes universitarios de países en vías de desarrollo, especialmente de América Latina y de África.
  • Mantener y ampliar el programa de Cooperación Argentino FOAR.
  • Creación de la Subsecretaría de Asuntos Consulares dentro del Ministerio de Relaciones exteriores teniendo en cuenta la amplia cantidad de Argentinos residentes en el exterior.
  • Insistir en el respeto de los Derechos Humanos en todas sus facetas en todos los países tanto en las relaciones bilaterales como dentro de los Organismos Internacionales.
  • Coordinación de los programas de las Provincias con el exterior con la Cancillería.
  • Racionalización de la estructura de la Cancillería eliminando oficinas creadas en su momento por “estar de moda”, buscando la plena eficiencia ante los desafíos internacionales.
  • Coordinación de las actividades de la Cancillería con el Ministerio de Defensa y con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
  • Promover la participación de la Cancillería en el intercambio de información sobre cuestiones de delitos económicos, terrorismo, narcotráfico y crimen transnacional, etc.
  • Centralizar las actividades argentinas con los organismos internacionales en la Cancillería. 
Producción y Desarrollo
  • La reducción del gasto público favorecerá que el Estado sea el motor del desarrollo nacional a falta de inversiones nacionales y extranjeras.
  • Fomentar el desarrollo de las economías regionales a través de incentivos a la producción y reconstrucción de las vías de comunicación.
  • Disponer de los organismos de Ciencia y Tecnología para favorecer el Desarrollo Regional y Nacional.
  • Colaborar con la producción de los astilleros, los talleres ferroviarios y la industria aeronáutica.
  • Beneficiar las exportaciones.
  • Estimular la producción con valor agregado. 
Reforma del Estado
  • Reducir la cantidad de ministerios a un máximo de 10.
  • Reducir el número de secretarías y subsecretarías de Estado.
  • Contar con el personal de carrera con experiencia para los principales cargos directivos.
  • Reducir el gasto político. 
Salud
  • Recordar que la salud es un derecho y como tal corresponde a cada ciudadano, con la ética como rectora de todas las acciones desarrolladas por la salud pública.
  • Desarrollar una Salud pública mediante un enfoque integral e integrado, con un análisis específico poblacional basado en grupos humanos o poblacionales.
  • Identificar las necesidades de la salud de la población organizando los servicios sanitarios globales con una base poblacional específica y definida.
  • Identificar las poblaciones vulnerables para el desarrollo local de atención.
  • Fortalecer la APS (Atención Primaria de la Salud).
  • Educar para la salud. 
Seguridad
  • Modificar la Ley de Seguridad Interior por la Ley de Seguridad Nacional.
  • Reconstruir la Policía Federal Argentina y extender su presencia a todo el territorio nacional.
  • Reintegrar las Fuerzas de Seguridad a sus funciones originales.
  • Emprender una lucha contundente contra el narcotráfico, sus finanzas y vínculos, para lograr su erradicación definitiva.
  • Enfrentar con dureza el crimen organizado.

 

«En medio del caos, también existe la oportunidad”.

Sun Tzu

 

Marcelo Javier de los Reyes

Equipo de colaboradores (por orden alfabético)

Mariano Carrara (Desarrollo)

Julio Ferrari Freyre (Política Exterior, Planificación Estratégica)

César Augusto Lerena (Atlántico Sur, Pesca) 

Sergio Mikonos (Migraciones)

Adriana Nigliazzo (Salud)

Antonio Eduardo Palacios (Política)

Silvia Perazzo (Política Exterior)

Iris Speroni (Economía, Política Fiscal, Producción)

©2022-saeeg®

 

PENSAMIENTO FLEXIBLE: INDISPENSABLE PARA UNA BUENA LABOR DE INTELIGENCIA (Parte 2)

Marcelo Javier de los Reyes*

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay 

La labor del analista de Inteligencia consiste en moldear toda la información sin evaluar, es decir los datos “crudos” pero que considera de interés en función del tema que está investigando, descubrir la información significativa y producir —o si se prefiere “crear”— inteligencia para poner sobre la mesa del decisor.

El analista debe facilitar los conocimientos que permitan reducir las incertidumbres que se presentan en los diferentes niveles en donde deberán tomarse las decisiones para enfrentar amenazas, solucionar situaciones conflictivas o anticiparse a crisis, entre un amplio abanico de contextos que pudieran presentarse. El analista considerará los escenarios que podrían derivarse de determinadas situaciones, de acciones que ejecutarían determinados actores (estatales, individuos, organismos, organizaciones del crimen organizado, etc.) o, incluso, de no tomarse decisiones ante determinadas circunstancias. En síntesis, deberá responder a preguntas como “qué ocurriría si…”, “cómo evolucionará o involucionará determinada situación”, “cuál sería el o los escenarios ante…”. De ahí que el analista debe, siempre o en la medida de sus posibilidades, adelantarse a los hechos y formular algún análisis prospectivo. En este punto es necesario aclarar que la Prospectiva es una disciplina que permite anticipar y pronosticar el futuro mediante el análisis correspondiente, con el objetivo de tomar las decisiones que permitan construir un futuro en base a nuestros intereses.

En la actualidad existe un particular interés por los analistas de Inteligencia, tanto en el ámbito del Estado como en el privado, dada la incertidumbre que caracteriza al mundo del siglo XXI. Se trata de un profesional que debe anticiparse a los riesgos y amenazas a los que se exponen los diversos actores, estatales y privados (empresas, bancos, grandes corporaciones).

Cuando se habla de análisis de inteligencia se hace referencia al proceso que permite evaluar y transformar los datos e información (“información cruda”, “información sin procesar”) en un conocimiento útil para la toma de decisión.

Cabe aquí recordar la definición de inteligencia proporcionada por Sherman Kent (1903-1986):

Es el conocimiento que nuestros hombres, civiles y militares, que ocupan cargos elevados, deben poseer para salvaguardar el bienestar nacional.[1]

De forma sintética podríamos definir inteligencia como “información procesada”. Para ello se recurre a un proceso conformado por diversas fases para el tratamiento de la información, proceso que se denomina ciclo de inteligencia, mediante el cual se obtiene información, se transforma en inteligencia y se pone a disposición del decisor o de los usuarios.

A partir de ello podemos definir análisis de inteligencia como el

Proceso mediante el cual se analiza de manera objetiva la información o una determinada situación, para luego confeccionar un informe que permita una mayor comprensión a los fines de tomar una decisión.

Este proceso de tratamiento de datos requiere de técnicas y herramientas de análisis para abordar el asunto de interés. La metodología empleada en el análisis de inteligencia es similar al método científico pero se diferencia en algunas cuestiones como el tiempo de la investigación (habitualmente acotado o que requiere un seguimiento a lo largo del tiempo), no conlleva un logro personal como podría ser en el ámbito científico y también por las temáticas a analizar, que podrían sintetizarse en general riesgos, amenazas, eventualidades u oportunidades como así también tendencias. A estos aspectos tradicionales del análisis de inteligencia, en este siglo XXI se suman otros desafíos como el de la Inteligencia Artificial y el análisis de Big Data.

En este proceso se abordan temas que se caracterizan por su incertidumbre y de los que pueden tenerse escasa información, información heterogénea, de diversas fuentes, con diferentes niveles de credibilidad, proveniente de o sobre diversos actores, etc.

Otra peculiaridad que diferencia a este análisis del científico es que será realizado en forma confidencial, por lo que no se difundirán públicamente los resultados de su investigación.

¿Quién lleva a cabo el análisis de inteligencia?

Una persona, un ser humano con todas sus subjetividades, con emociones y sentimientos que pueden influir en su objetividad, muchas veces influido por la intuición. Sin embargo, es precisamente por esto que se trata de un análisis de inteligencia, porque todo los que se realice a través de diversos medios tecnológicos (SIGINT, ELINT, RADINT, etc.) no es más que recolección de información.

El analista de inteligencia debe, en general, confrontar a un gran cúmulo de información que hace difícil su análisis. Además debe proceder a una constante actualización y contar con una gran agilidad para responder a los requerimientos de información.

Desde la organización —Estado o empresa— es fundamental que se le garantice al analista apoyo constante, una capacitación permanente, es decir, un constante crecimiento y desarrollo de sus capacidades.

Dado el crecimiento de la información digital y del empleo de profesionales expertos en tecnología de la información (TI) —ingenieros, informáticos, etc.— no resulta conveniente para la organización poner en un mismo espacio a estos profesionales con analistas de inteligencia, porque sus áreas de trabajo y sus métodos son diferentes y tenderán a desalentar a los segundos. Si bien el trabajo en equipo es esencial, debe cuidarse de no mezclar a estos profesionales.

Con respecto a la información necesaria para nutrir al analista, éste la puede recibir del área de reunión del organismo de Inteligencia y/o puede reunirla él mismo.

Con la información delante, el analista de inteligencia la evaluará, desechará la que no considere apropiada y luego la procesa con el objetivo de formular hipótesis que le permitan explicar los sucesos, las conexiones ocultas, las redes de contacto, las diversas interrelaciones entre los actores involucrados en el asunto en cuestión o entre diferentes hechos que a veces, a primera vista, no parecerían tener ligazón.

Cabe aquí agregar que algunos analistas también obran como “perfiladores”, es decir, confeccionan los perfiles de determinados individuos: datos personales, gustos, gastos, redes de contactos, vulnerabilidades, etc.

Los perfiladores estudian detalles de los individuos a través de los cuales se pueda definir primordialmente su comportamiento. Para ello recurren a la evaluación de los discursos, a la comunicación no verbal, y todo aquello que pueda brindar información acerca de la persona.

Este analista procura ir más allá “de la máscara”, leer lo que no se ve, y requiere eliminar los preconceptos, evitar la intervención de las emociones o de los egos al momento de su evaluación y agudizar sus sentidos.

Según la Dra. Judith Orloff —psiquiatra estadounidense, autora de varios libros y que estudia los vínculos entre la salud física, emocional y espiritual—, una de las técnicas requiere observar las señales del lenguaje corporal:

La investigación ha demostrado que las palabras representan solo el 7 por ciento de la forma en como nos comunicamos, mientras que nuestro lenguaje corporal (el 55 por ciento) y el tono de voz (el 30 por ciento) representan el resto. Aquí, la rendición para centrarse en dejar ir es, esforzarse demasiado por leer las señales del lenguaje corporal. No te vuelvas demasiado intenso o analítico. Mantente relajado y fluido. Siéntate cómodamente y simplemente observa.[2]

Esta observación requiere que se preste atención a la apariencia (vestimenta, formal o informal, ropa seductora; un dije como una cruz o Buda que indica valores espirituales de quien lo porta[3]), a la postura (si tiene la cabeza en alto mostrando seguridad; su forma de caminar, por ejemplo encorvado mostrando una baja autoestima; si saca pecho mostrando un gran ego); los movimientos físicos (hacia quienes se inclina o de quienes se aleja; si tiene las piernas cruzadas, posición en la que se tiende “a apuntar los dedos de los pies de la pierna superior hacia la persona con la que están más a gusto”[4]; si muestra o no sus manos, porque cuando las ocultan indicarían que están ocultando algo; si se muerde o lame los labios o recoge las cutículas, lo que sería indicativo de que está “tratando de calmarse bajo presión o en una situación incómoda”[5].

Asimismo, es importante interpretar la expresión facial, porque las emociones se reflejan en nuestras caras. Por ejemplo, “las líneas profundas del ceño sugieren preocupación o pensamiento excesivo. Las patas de gallo son las líneas de la sonrisa de la alegría. Los labios apretados indican ira, desprecio o amargura. Una mandíbula apretada y rechinar los dientes son signos de tensión”[6].

Otra técnica requiere de escuchar nuestra intuición. Esto demanda ir más allá de la lectura del lenguaje corporal y del análisis de las palabras. Como indica la Doctora Judith Orloff, “la intuición es lo que siente tu intestino, no lo que dice tu cabeza”[7]. Se trata de información no verbal que se percibe mediante imágenes y revelación, en lugar de lógica. La intuición permite ver más allá de su apariencia, de lo obvio.

¿Por qué hace referencia al intestino? Deberíamos aquí pensar por qué usamos expresiones como “siento mariposas en el estómago”, “siento un nudo en el estómago”, “se me revuelve el estómago”, y otras similares. La ciencia hoy da respuestas a esas y otras expresiones populares. Hoy se sabe que en el intestino se hallan localizados entre 100 y 200 millones de neuronas (mucho menos que en el cerebro que contiene unos 85.000 millones) y que este sistema nervioso entérico se comunica de manera estrecha con el sistema nervioso central. Por tal motivo, algunos lo denominan —quizás incorrectamente— como el “segundo cerebro”. También en nuestro intestino se encuentra el 90% de la serotonina que tenemos en nuestro cuerpo, molécula bastante neuroactiva cuyos bajos niveles en el cerebro se han asociado a estados anímicos bajos, depresión, o la adicción[8].

Según la Doctora Judith Orloff debemos escuchar lo que dice nuestro intestino, “especialmente durante las primeras reuniones, una reacción visceral que ocurre antes de tener la oportunidad de pensar”. Nos transmitirá si estamos a gusto o no, si podemos confiar en la gente[9].

Imagen: “7 trucos para leer el lenguaje corporal de las personas”. Aprende.mas, https://www.aprendemas.com/es/blog/idiomas-y-comunicacion/7-trucos-para-leer-el-lenguaje-corporal-de-las-personas-76872

Del mismo modo nos sugiere “sentir la piel de gallina”, que “son maravillosos hormigueos intuitivos que se transmiten cuando resonamos con las personas que nos mueven o inspiran o están diciendo algo que llama la atención” o cuando experimentamos un deja-vu, un reconocimiento de que hemos conocido a alguien antes, aunque nunca lo hayamos visto[10].

Asimismo nos sugiere prestar atención a los destellos de perspicacia y a la empatía intuitiva, “sentir los síntomas físicos y las emociones de las personas” en nuestro cuerpo, “lo cual es una forma intensa de empatía”.

Una tercera técnica es sentir la energía emocional. Destaca que “las emociones son una expresión impresionante de nuestra energía”, la cual emitimos generando un “ambiente” que es registrado con la intuición. Esta energía —invisible— nos hace estar cerca o lejos de determinadas personas; hay ciertas personas que nos consumen nuestra propia energía.

Esto es claramente comprendido en la medicina tradicional china que habla de un tipo de energía, llamado qi (pronunciase “chi”) que fluye por el cuerpo a través de unas vías llamadas meridianos.

Existen ciertas estrategias para leer la energía emocional, como sentir la presencia de la gente (sentir la energía que emiten las personas, no necesariamente congruente con las palabras o el comportamiento; si la persona nos atrae o tiene mala vibración); mirar los ojos de las personas porque transmiten una energía poderosa (al igual que el cerebro, transmiten una señal electromagnética que se extiende más allá del cuerpo); observar la sensación de un apretón de manos, un abrazo y un tacto; escuchar el tono de la voz y la risa, pues indican mucho sobre nuestras emociones. Cabe destacar que las frecuencias de sonido crean vibraciones, por lo que debemos observar cómo nos afecta, por ejemplo, un tono de voz[11].

El analista de inteligencia en este avanzado siglo XXI debe hacer el trabajo que ya hacía un analista pero debe ampliar su horizonte, debe ser capaz de identificar las emociones, las que también juegan un rol importante en las relaciones interpersonales y en la toma de decisiones.

Las neurociencias nos dicen hoy que el ser humano no es un ser racional sino que es un ser emocional que razona. La inteligencia es un área en la que convergen diversas disciplinas y la complejidad del mundo actual lleva a que el analista de inteligencia incorpore nuevos conocimientos y, en este sentido, el incorporar conocimientos provenientes de la inteligencia emocional y de las neurociencias potenciará su labor, tanto en el ámbito privado como en el del Estado.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia en la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional, Universidad Nacional de La Plata. Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

 

Referencias

[1] Sherman Kent. Inteligencia estratégica. Buenos Aires: Pleamar, 1967, p. 9.

[2] Judith Orloff M.D. “Tres técnicas para leer a las personas El arte de leer a las personas para destapar tus supersentidos”. Psichology Today, 29/06/2020, https://www.psychologytoday.com/es/blog/tres-tecnicas-para-leer-a-las-personas, [consulta: 12/11/2021].

[3] Ídem.

[4] Ídem.

[5] Ídem.

[6] Ídem.

[7] Ídem.

[8] “El intestino no es nuestro segundo cerebro”. Cuaderno de Cultura Científica, 09/12/2016, https://culturacientifica.com/2016/12/09/intestino-no-segundo-cerebro/, [consulta: 12/11/2021].

[9] Judith Orloff M.D. Op. cit.

[10] Ídem.

[11] Ídem.

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