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EL PAPEL DESEMPEÑADO POR LOS BRICS EN LA RESPUESTA A LOS DESAFÍOS INTERNACIONALES MEDIANTE EL FORTALECIMIENTO DE LA GOBERNANZA MUNDIAL

Giancarlo Elia Valori*

Imagen de GDJ en Pixabay.

 

La construcción de una asociación BRICS más completa, estrecha, pragmática e inclusiva tiene como objetivo lograr un desarrollo mundial más fuerte, más verde y más saludable. La situación internacional es actualmente compleja y severa y la recuperación de la economía mundial está plagada de incertidumbres.

Como importante mecanismo de cooperación entre los mercados emergentes y los países en desarrollo, los BRICS se han convertido en la clave para fomentar el crecimiento económico mundial, promover la reforma de la gobernanza y mantener la paz y la estabilidad internacionales.

David Monyaei, profesor asociado de la Universidad de Johannesburgo en la República de Sudáfrica, espera que los BRICS utilicen su creciente confianza política mutua, su complementariedad económica y su vasto mercado para «ayudar a la recuperación de la economía mundial en la era posterior a la pandemia y promover el orden político y económico internacional para desarrollarse en una dirección más justa y razonable».

Paulo Robert, profesor asistente del Centro de Investigación de Políticas de los BRICS, en Brasil, dijo que desde el establecimiento del Mecanismo de Cooperación de los BRICS, los logros se han implementado continuamente y se han ampliado los campos de cooperación en agricultura, ciencia y tecnología, así como en energía. Además, la promoción de la cooperación con los BRICS sigue logrando nuevos resultados.

Los BRICS son importantes países en desarrollo en sus regiones, y una fuerza motriz que no puede ser ignorada en la economía mundial, impulsando el crecimiento económico y comercial regional e internacional. Hay grandes esperanzas de que la cooperación entre los BRICS se fortalezca con miras a lograr el beneficio mutuo y los consiguientes resultados beneficiosos para todos, el fortalecimiento de la cooperación económica y la expansión del comercio y la inversión en innovación tecnológica, medio ambiente verde con bajas emisiones de carbono y otros ámbitos.

El fortalecimiento de la unidad y la cooperación entre los BRICS dará un mayor impulso al desarrollo en la comunidad internacional. De hecho, el mecanismo de cooperación de los BRICS responde a las expectativas de los mercados emergentes y de los países en desarrollo de promover la paz y el desarrollo en el mundo y crear un futuro mejor.

Como mencioné en mis artículos anteriores, los BRICS son una fuerza decisiva en el escenario internacional y tienen la capacidad de desviar la situación económica mundial de la niebla de la incertidumbre e infundir confianza en la economía mundial.

Los BRICS son fundamentales para acelerar la implementación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, promover constantemente la implementación de iniciativas importantes y construir conjuntamente una comunidad adecuada para estos propósitos. Elevar la cooperación de los BRICS a un nivel superior es un paso muy esperado, y los miembros originales y nuevos discuten plenamente, mejoran la coordinación y promueven la cooperación en muchos campos, como las finanzas, la economía y el comercio, la innovación científica y tecnológica, y la prevención y el control de enfermedades infecciosas.

La recuperación económica mundial es actualmente frágil y débil. La brecha de desarrollo se está ampliando y desafíos como el cambio climático y la gobernanza digital son lo suficientemente graves como para empujar a la comunidad internacional a abordar los desafíos reales.  

Marcos Deoli, editor en jefe del Business Herald de Brasil, dijo que en los últimos años los países BRICS han logrado resultados notables en la cooperación en los campos de la economía y el comercio, la innovación, la educación y el desarrollo sostenible.

El Mecanismo de Cooperación de los BRICS en varios campos, como la seguridad alimentaria, la economía verde y la innovación científica y tecnológica, tiene amplias perspectivas y un gran potencial. Desde su creación, el Mecanismo de Cooperación de los BRICS ha estado estrechamente vinculado al destino de un gran número de mercados emergentes y países en desarrollo. Hace años, el presidente de China, Xi Jinping, propuso el modelo de cooperación «BRICS+», que recibió un apoyo proactivo y una respuesta entusiasta de todas las partes, aumentando así el valor de esta nueva agrupación ampliada. Además, la propuesta de iniciar el proceso de expansión continua de los miembros del BRICS sigue en la agenda.

Kritan Bahana, editor en jefe de la revista sudafricana Foreign Affairs, dijo que la expansión de los BRICS no solo demuestra la imagen abierta e inclusiva de estos países, sino que también cumple con las expectativas de los mercados emergentes y en desarrollo y contribuye a mejorar la representatividad e influencia de estos países, así como a proporcionar mayores contribuciones a la paz y el desarrollo mundiales.

Los BRICS continuarán expandiendo su influencia y profundizando la cooperación y se convertirán en una de las fuerzas más importantes en la promoción del crecimiento económico global y la mejora de la gobernanza mundial.

La ampliación de la membresía de los BRICS no solo contribuye a promover la apertura y la inclusión de la cooperación, sino que también fomenta un mayor fortalecimiento de la voz de los países en desarrollo a través de la cooperación Sur-Sur y la promoción de la prosperidad y la estabilidad de cada miembro en la comunidad internacional.

Los BRICS persiguen el concepto de cooperación abierta e inclusiva y atraen a cada vez más países a participar. Esto demuestra una vez más que la gran iniciativa de construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad es correcta y oportuna. El modelo «BRICS+» enriquece la connotación de cooperación entre países y pueblos, amplía la red de alianzas globales y fortalece la solidaridad y la cooperación entre estos países y otros mercados. El mecanismo de cooperación de los BRICS se ajusta al mundo a la tendencia en desarrollo de la multipolarización y la globalización económica. Por lo tanto, se espera que los BRICS aporten nuevas y mayores contribuciones a la promoción de la creación de un nuevo orden político y económico internacional que sea más justo, igualitario, equitativo y democrático.

Esto se debe a que el Mecanismo de Cooperación de los BRICS es una plataforma importante para la cooperación. Cuanto más se desarrolle el mecanismo de cooperación de los BRICS, más podrá fortalecer el poder de la paz y el desarrollo mundiales, y más podrá desempeñar un papel más importante en la salvaguardia de los intereses de todos los países, incluidos los que están dentro y fuera de la agrupación, y los países en desarrollo.

Últimamente, la comunidad internacional ha prestado mucha atención a la expansión de los BRICS. Desde el 1° de enero de este año, Arabia Saudí, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán se han convertido en miembros oficiales de los BRICS y el número de Estados miembros ha aumentado de cinco a diez. Después de la ampliación, los BRICS ganarán en calidad y peso y una mayor cooperación entre ellos desempeñará un papel más importante en la promoción de la paz y el desarrollo en el mundo y en la protección común.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

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EL MUNDO ÁRABE, ISLÁMICO Y SUS RELACIONES CON OCCIDENTE

F. Javier Blasco Robledo*

Con independencia de que hoy España haya sido víctima de una de las mayores felonías que haya sufrido jamás, si no la mayor de ellas. Cosa, de la que pronto espero escribir y denunciar largo y tendido, y de que, en lo personal, recientemente, haya tenido que lidiar con la mayor pérdida que un hombre casado puede tener en su vida, hoy quisiera presentar un tema totalmente ajeno a lo dicho y que llevaba en el tintero y en mi ordenador cierto tiempo.   

Por suerte o por desgracia para unos u otros, el núcleo duro y más importante de los árabes e islamistas se concentra en la región conocida como Oriente Medio o Próximo. Una región, antaño un páramo desértico y cuasi estéril y hoy en día, llena de posibilidades tras haberse encontrado en sus confines las mayores reservas de petróleo y de gas mundiales, conocidas hasta la fecha.

Un territorio montañoso, extremadamente cálido y ampliamente desértico que, antes de la mencionada aparición, no era objeto de deseo o codicia por parte de las potencias colonizadores occidentales, salvo por aquello, muy en boga en tiempos pretéritos, de sumar metros cuadrados a sus bastos imperios, a los que realmente, difícilmente podían atender con los recursos y medios de la época; máxime, si estos eran casi o totalmente baldíos.

Un terreno hostil de por sí, al que, además había y hay que añadir que es un auténtico avispero en ebullición, un lugar donde las rencillas por cuestiones de raza, religión, vecindad o por la mera imposición de vecinos no deseados, como Israel, hacen que sea prácticamente imposible la convivencia o la paz, ni encontrar una postura común duradera y férrea en los aspectos económicos, industriales que abra un camino de proyección hacia un próspero futuro socio cultural.

Allí y desde hace muchas décadas, unos por otros, las guerras, las intrigas, los ataques y las múltiples traiciones están a la orden del día. Los conflictos en la zona van en aumento en número e intensidad. Por otro lado, son perennes, arraigados y tan fratricidas que los lleva a sacrificar a pueblos enteros por cualquier causa inconcebible para alguien ajeno al lugar, pero que, a sus ojos o creencias, está mucho o totalmente justificada.

Una vez puesto a correr a borbotones y por doquier el maná del petróleo y sus derivados en ese mundo de constantes y largas guerras entre hermanos o vecinos, Occidente supo encontrar rápidamente su sitio para hacer negocios sucios con ellos mediante la imposición de cambios en sus modos y usos de vida o la instrucción de sus fuerzas armadas y la venta masiva de armamento moderno primero y después, de tecnología para que ellos mismos pudieran desarrollarlos bajo su patente o especial apoyo, a cambio de diversos tipos de concesiones energéticas y contratos muy beneficiosos para el foráneo.

En el campo del mecenazgo interesado, el doble mando o simplemente la tutela disfrazada ―tras el fin de la II Guerra Mundial― fueron los EEUU los primeros en ver y usar sin tapujos las posibilidades de negocio e influencia sobre una zona muy rica casi a perpetuidad, una vez comprobado que ellos no jugaban ningún papel en la vergonzosa partición de tales bastos territorios conocidos hasta entonces por el Medio Oriente Otomano; partición, que fue llevada a cabo en secreto por dos sicarios, cuando con el consentimiento de Rusia, el francés François Georges-Picot y el británico Mark Sykes negociaron el ahora conocido y famoso Acuerdo Sykes-Picot (1916).

Acuerdo que no solo supuso un simple reparto de unos baldíos y casi despoblados territorios, sino de facto, una partición y brusca separación de pueblos, razas, religiones y costumbres; partición y separación, que se siguen arrastrando o, por ende, son la causa de provocar la mayor parte de los conflictos en la zona, desde entonces. 

Así pues, EEUU no solo ha venido jugando un papel de explotador encubierto mientras necesitaba el petróleo que allí se producía, sino también de mecenazgo e influencia total, forzando el cambio de sus usos y costumbres en países que no los apoyaban como el propio Irán, lo que llevó a la revolución de 1979 con el derrocamiento del Sha Mohammad Reza Pahleví y la restauración de la República, al cambio radical de los modos que aquel trajo y desde entonces pasó a convertirles en un eterno e irreconciliable enemigo de los norteamericanos y de todos aquellos que le bailan el agua.

A pesar de tal traspiés, EEUU ha seguido manteniendo sus acciones en una amplia área de influencia en la zona, llevándole a invadir Iraq en defensa de Kuwait y principalmente en apoyos de todo tipo a Israel, Jordania y Arabia Saudí, con los que mantiene vínculos inquebrantables tal y como se percibe en todos y cada uno de los conflictos en los que interviene alguno, varios o todos de los citados anteriormente.

Rusia por su lado, tampoco se ha rezagado en buscar sus áreas de influencia, negocio y expansión y así clavó sus ojos y esfuerzos en Siria y sus tiránicas dinastías reinantes que, si aún permanecen en pie, es solo y gracias al inquebrantable apoyo ruso a cambio de permitirles a estos poder establecerse en lugares y puertos estratégicos, lo que les da una buena cobertura a sus despliegues, principalmente navales, en el Mediterráneo.

Fue bajo la presidencia de Trump cuando, a la vista de la decreciente y casi nula dependencia o necesidad norteamericana del petróleo de Oriente Medio y fundamentalmente por el costo que suponían los mencionados apoyos en inversiones, despliegues militares y demás acciones económicas o comerciales cuando EEUU empezó a recoger velas y ―al igual que ha ocurrido en Afganistán― amplias zonas y gobiernos de diverso pelaje han quedado abandonados a su suerte con lo que, en consecuencia, han aumentado los conflictos en la zona y, como de costumbre, cada vez que una potencia abandona el control o mecenazgo un estado o región, otro u otros rápidamente, tienden a heredar dicha influencia y en este sentido vemos claramente que Rusia trata de mejorar sus constreñidas posiciones y también a un Erdogan, el turco, que tampoco descarta convertirse en un líder político religioso apareciendo y tratando de influir de una forma u otra, como el perejil en todas las salsas.

Biden que recogió el guante de su predecesor en la política de abandonos consumando algunos muy notables, parece que se está viendo forzado a recuperar posiciones, al menos por el momento, debido al presente conflicto entre Israel y las importantes guerrillas de Hamás en Gaza y de Hezbollah en el Líbano que, a modo de pinza militar, han forzado y están llevando a Israel a protagonizar un nuevo y quizá el más importante conflicto de su historia reciente. Guerrillas, que ya nadie duda que han sido creadas, alimentadas, entrenadas y protegidas por Irán con la finalidad de mantener la inestabilidad en Israel, su mayor enemigo, y en busca de una desproporcionada reacción de los israelíes que vuelva a poner en su contra a todos o a la mayoría de los pueblos árabes de la zona. Nunca hay que olvidar que es Irán quién mantiene viva su ferviente e inquebrantable promesa de erradicar del mapa a Israel como pueblo y nación.

Los demás actores occidentales como Francia, Italia o Reino Unido, no han podido o sabido mantener sus zonas de acción o influencia y algunos, como Francia, decidieron buscar pingües beneficios en zonas más al sur adentrándose en África, zona que, por cierto, se está complicando mucho desde hace unos años, por lo que ahora parece estar decidida a abandonarles a su suerte, por carecer de la capacidad militar que se requiere para tamaña empresa.

Por su parte, otros países, como Arabia Saudí o Qatar, han sabido encontrar en el aprovechamiento de sus recursos naturales, la fuente de diversificar sus economías en la creencia y convencimiento de que el petróleo, hoy por hoy inagotable, en un día no muy lejano, va a contar con un menor mercado o reclamo dados los rápidos cambios hacia otros medios de energías no fósiles y por tanto, más limpias y menos contaminantes que, poco a poco, se van introduciendo en la mente y en la economía de todos los países, hasta que el consumo de aquellos llegue a reducirse al mínimo.

Con este panorama por delante, va creciendo por momentos la apertura de muchos de sus moradores hacia Occidente y aunque sus intereses fuera de zona inicialmente eran mínimos; hoy en día, abarcan muchos aspectos del mundo industrial, el deporte de elite, la generación de espacios verdes, importantes obras de arquitectura e infraestructura en lugares donde no había nada salvo arena o agua de mar, el aprovechamiento de todo tipo de recursos y sobre todo la compra de importantes empresas, patentes de medios y máquinas con las que se aseguran un puesto en el desarrollo y la búsqueda del confort propio y ajeno en fechas próximas, cada vez menos lejanas.

A pesar de que las fobias siguen siendo mayores e irreconciliables entre ellos y la existencia de un enemigo, prácticamente común (Israel), al que durante los últimos sesenta años han combatido y asediado en diversas ocasiones, tanto de forma individual como colectiva, es la religión y su diversa interpretación del Corán (chiitas y sunnitas), a lo que hay que unir la problemática derivada de la ubicación o del libre acceso a las cuidades sagradas en su obligatoria peregrinación ―al menos una vez en su vida― lo que más les lleva a su exacerbado distanciamiento.

Encontrar la forma de hacer daño a sus incomodos o irredentos vecinos es la norma imperante en una zona del mundo que gasta ingentes cantidades de dinero en combatir o amenazar directamente o, como ya se ha mencionado, en crear, alimentar, mantener y entrenar miles de terroristas concentrados en unos pocos, pero compactos y bestiales grupos terroristas, que son tan extremistas que no les importa sacrificar lo que fuera menester, con tal de hacer daño a quien les molesta o les pueda interferir en un futuro.

En definitiva, creo que a pesar de que sus conflictos no solo se mantienen sino que aumentan en volumen o intensidad, las relaciones comerciales, industriales, políticas y sociales entre Oriente Medio y Occidente irán incrementando el cambio de sentido y cada vez serán más y mayores las búsquedas en los aspectos y facetas de inversión o negocio que provenga de ellos hacia nosotros, que, a la inversa, como tradicionalmente ha venido ocurriendo.

En el capítulo de los intermediarios vemos que China, por primera vez, aparece con fuerza en este campo y lugar de actuación. Las causas de ello son varias y principalmente apuntan a que Xi Jin Ping quiere jugar un papel de mayor protagonismo en la pacificación de los conflictos internacionales, quiere aparecer como un hombre de paz junto a Biden, a pesar de los grandes y calientes problemas que tiene en sus fronteras y por su imparable expansión por el mar meridional de China y quizá también, como una forma de proteger su renovada Ruta de la Seda. Protagonismo emergente y con fuerza que puede que sea una causa más para que Turquía, Jordania y Qatar hayan cambiado recientemente, la intensidad y hasta el rumbo de sus apoyos pacificadores en este conflicto.

Es necesario recalcar de nuevo que en el aspecto de futuros encontronazos o verdaderos conflictos, no tiene pinta de que vayan a decrecer en número ni en intensidad, más bien lo contrario, tenderán a aumentar en ambos aspectos y por ello, la zona será mucho más conflictiva; fundamentalmente, cuando Irán sea oficialmente admitido por la Comunidad Internacional como una potencia nuclear ―ya lo es de facto por el abandono, dejadez o intereses ocultos de EEUU―, lo que sin duda obligará a Israel a aumentar sus arsenales nucleares y la capacidad y precisión de los actuales y, con alto grado de probabilidad, algún país rico como Arabia Saudí y otros, a la vista de que su acérrimo enemigo Irán vaya por delante en materia ofensiva de tal calado, se anime a unirse y se suba al carro, con lo que la zona constituirá un hervidero de artefactos nuclear en manos de lunáticos, ineptos o irreconciliables enemigos.

 

* Coronel de Ejército de Tierra (Retirado) de España. Diplomado de Estado Mayor, con experiencia de más de 40 años en las FAS. Ha participado en Operaciones de Paz en Bosnia Herzegovina y Kosovo y en Estados Mayores de la OTAN (AFSOUTH-J9). Agregado de Defensa en la República Checa y en Eslovaquia. Piloto de helicópteros, Vuelo Instrumental y piloto de pruebas. Miembro de la SAEEG.

EL EJE DE LA RESISTENCIA Y LAS PROBLEMÁTICAS DE SEGURIDAD NACIONAL ISRAELÍ

Salam Al Rabadi*

En principio, las guerras complementan la política, pero en Israel las guerras siguen siendo absolutamente la norma y la política es la anomalía. Ha quedado claro que el Estado ocupante no puede mantener su seguridad excepto acumulando medios de fuerza, lo que profundiza su alienación y aumenta la imposibilidad de aceptarla. La fuente de las contradicciones sigue siendo la alienación fundamental y radical de Israel del entorno árabe al que se impuso. En la práctica, esta realidad es insostenible, ni intentando aumentar el poder ni mediante alianzas (públicas y secretas), incluida la firma de inútiles acuerdos de paz.

El camino de la negociación y el proceso de paz árabe-israelí (desde el Acuerdo de Camp David en 1978, pasando por la Conferencia de Paz de Madrid en 1991, los Acuerdos de Oslo de 1993, el Tratado de Wadi Araba en 1994 y los llamados Acuerdos de Abraham con algunos estados del Golfo en 2020) ha demostrado su fracaso y su total incapacidad para disuadir a Israel y cambiar su comportamiento en materia de seguridad.

La política de acomodación, alianzas de seguridad y maximización de la cooperación económica no condujo a ningún resultado significativo en términos de cambiar las posiciones hostiles de Israel. Al contrario, ha aumentado su rigidez y obstinación. El Estado ocupante ha estado y todavía está enfrentando sus problemas de seguridad a través de una estrategia basada en el rechazo habitual («No») que reflejan sus constantes de seguridad, las más importantes de las cuales son:

    • No a la retirada completa a las fronteras de 1967.
    • No a un Estado palestino con plena independencia.
    • No a detener las operaciones de asentamiento y desmantelar los asentamientos.
    • No al retorno de los refugiados palestinos.
    • No a que ningún país árabe o regional tenga un programa nuclear.
    • No a cualquier desequilibrio en el equilibrio del poder militar.

En consecuencia, la superioridad militar sigue siendo el principal elemento del que depende el Estado ocupante para mantener su existencia. Su singularidad en este ámbito sigue siendo el verdadero pilar de su protección, incluso en caso de que se logre la paz. Donde la teoría de la seguridad nacional israelí siempre se basará en el principio de que la entidad ocupante se basa en un área geográficamente limitada. Por lo tanto, mientras exista vulnerabilidad a nivel de profundidad estratégica, es necesario confiar en una fuerza disuasoria de ataque que preserve la continuidad de Israel.

Sin embargo, como resultado de las victorias estratégicas del eje de resistencia en la guerra de julio de 2006, a través de las guerras de Gaza (2008-2021) y de la guerra global contra Siria (2011-2019), se han producido cambios radicales que conllevan amenazas que tendrán repercusiones muy graves en el destino y en la existencia del Estado ocupante israelí.

En este contexto, las victorias de la resistencia palestina en Gaza en octubre de 2023 fueron una extensión de esta tendencia ascendente en términos de restablecer el equilibrio estratégico entre el eje de resistencia y el Estado ocupante, la cual sufrió varias derrotas severas que la llevaron al escenario de absoluta impotencia. Esta nueva realidad es inseparable del proceso de victorias desde la guerra de julio de 2006 y sus secuelas, que dieron lugar a muchos acontecimientos geopolíticos relacionados con la creciente fuerza del eje de resistencia, entre ellos:

    • Adquirir experiencia de combate no convencional: este eje se ha vuelto capaz en el futuro de librar batallas multinivel que requieren una coordinación logística masiva.
    • Cambiar el concepto militar basado en el desgaste y la defensa y sustituirlo por una estrategia ofensiva preventiva: basada en el principio de penetrar en los territorios ocupados y lanzar incursiones con miles de misiles al mismo tiempo desde varios frentes diferentes. Cambiando así radicalmente la ecuación de disuasión mutua con Israel.

Esto es lo que realmente se vivió en pequeña medida sobre el terreno en la guerra de Gaza de 2021, donde el eje de resistencia, a través del movimiento Jihad Islámico y del movimiento Hamás, pudo adoptar esta estrategia que demostró su eficacia. Las capacidades militares israelíes fueron incapaces de afrontar e interceptar cientos de cohetes que fueron lanzados desde Gaza al mismo tiempo y desde diferentes lugares. Por lo tanto, estos desafíos plantean verdaderos interrogantes que giran en torno a la siguiente pregunta:

¿Es el Estado de ocupación israelí capaz de afrontar todos estos desafíos en cualquier guerra futura?

Es lógico decir que la naturaleza de los desafíos que enfrenta el Estado ocupante a nivel de estructura y concepto de su seguridad nacional ha cambiado de manera dramática y fundamental y entre esos desafíos se encuentran:

    • El eje de resistencia cuenta ahora con enormes capacidades armadas que pueden cubrir todo el territorio del Estado de Israel.
    • El ejército sirio y Hezbolá tienen experiencia militar ofensiva fruto de la guerra de guerrillas con movimientos terroristas apoyados por Occidente e Israel.
    • El eje de resistencia desarrolló su estrategia militar basada en atacar la superioridad aérea y marítima de Israel.

Aquí hay que reconocer que las victorias del eje de la resistencia sobre Israel en las guerras del Líbano, Gaza y Siria han llegado a representar un punto de inflexión estratégico y un verdadero desafío para Israel en términos de su poder disuasivo y el trabajo de sus servicios de inteligencia. Actualmente sufre la pérdida de sus elementos de disuasión más importantes. Por tanto, cualquier nuevo enfrentamiento militar será complejo y alcanzará todas las zonas de toda el área de Israel (desde el río hasta el mar).

Parece que el Estado ocupante nunca estuvo tan amenazado como hoy, como resultado del desarrollo y madurez de las experiencias del eje de resistencia, que ha demostrado que ahora posee una visión militar y política con un enfoque lógico y racional (a nivel de pensamiento y práctica). Podemos decir que las guerras perdidas de Israel y su incapacidad para lograr cualquiera de sus objetivos en Siria, Gaza o el Líbano son evidencia concluyente de la superioridad del eje de resistencia en todos los niveles.

En este contexto, se puede enfatizar que la posibilidad futura es inevitablemente la opción de la guerra y la confrontación integral. La cual no será (como era el caso anteriormente) una guerra convencional que se desarrolle únicamente en tierras árabes y se decida por la superioridad militar israelí. Al contrario, esta vez será una guerra en la que el Estado ocupante no tendrá la iniciativa. Quizás el Estado ocupante pueda iniciar esa guerra, pero lo más importante es cómo la gestiona y le pone fin. Ciertamente no podrá resolverlo en absoluto, pero más que eso, es probable que esta guerra llegue inevitablemente a todas las calles del propio Israel.

En principio, según el patrón de desarrollo de la estrategia del eje de resistencia, es posible enfatizar la posibilidad y capacidad del eje de resistencia de lanzar un ataque integral contra Israel (y no simplemente adoptar una política defensiva), ya sea mediante una andanada de drones y misiles desde todos los frentes (Irán, Irak, Yemen, Líbano, Siria, Gaza), que irá acompañada de un ataque electrónico, de modo que el sistema defensivo «Cúpula de Hierro» sea incapaz de afrontar plenamente un ataque tan grande. Embestida a gran escala capaz de atacar y perturbar bases aéreas y navales, centros militares e infraestructura en todo Israel. Sin mencionar que esto coincidió con la posibilidad de lanzar un ataque terrestre a gran escala a través de todas las fronteras dentro de los territorios palestinos ocupados.

Por ejemplo, según informes y estudios publicados por centros de investigación e instituciones militares israelíes, Hezbollah en particular tiene enormes capacidades militares que le permiten ocupar la región de Galilea en el norte de Israel, con consecuencias nefastas para la entidad israelí. Por lo tanto, si se aborda la ecuación que está ligada a las enormes capacidades misilísticas de la resistencia que fueron activadas en la guerra de julio de 2006 (Haifa y después de Haifa), y si se añade la ecuación de los drones y las capacidades navales (Karish y después de Karish), entonces es lógico que el próximo enfoque futuro sea, al menos de acuerdo con la ecuación: ¡¡el control total de Hezbollah sobre la región de Galilea y más allá de Galilea dentro de la propia entidad israelí!!

* Doctor en Filosofía en Ciencia Política y en Relaciones Internacionales. Actualmente preparando una segunda tesis doctoral: The Future of Europe and the Challenges of Demography and Migration, Universidad de Santiago de Compostela, España.

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