Iris Speroni*
Los que se llevan todo son quienes empujan a la Argentina una y otra vez al borde del precipicio.
Artículo publicado el 25/03/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/03/aprietan-y-ahorcan.html.
Esta semana fuimos testigos de un (nuevo) sablazo a los fondos previsionales por parte del gobierno. Como si el dinero le perteneciera y no fueran cuentas separadas.
Semejante barrabasada a dos meses de la finalización del año 2022 donde Argentina tuvo el mayor volumen de exportaciones de toda su historia, por más de 88 mil millones de dólares (2022: EL AÑO QUE NO ESTUVIMOS EN PELIGRO).
No sólo eso.
Este régimen, mediante la agencia paraestatal de recaudaciones denominada BCRA, se apropió del 50% de dicha cifra mediante el desdoblamiento del tipo de cambio.
Aun así, terminó el año y en lugar de tener 88 mil millones de dólares en el BCRA (o en su defecto 44 mil millones) como reserva, tienen cero —«fortalecimiento de reservas»—.
Como si esto fuera poco, durante el año 2022 el estado nacional, mediante la agencia oficial de recaudaciones impositivas, la AFIP [1], recolectó la cifra de tributos más grande de la historia argentina por 21.540.626 millones de pesos o lo que es lo mismo por 21,5 billones (continentales) de pesos.
Esta última semana de marzo 2023 va a ser de suma zozobra para todos nosotros. Las próximas, probablemente, también.
Argentina, una vez más, está al borde de otra hiperinflación y un nuevo default. Observamos que los países limítrofes, integrantes como nosotros del Mercosur, prosperan. Paraguay, Bolivia, Uruguay y Brasil han aprovechado la oportunidad que nos dio – a todos nosotros – la economía internacional. PBUB viven en conjunto los siguientes fenómenos: crecimiento de su PBI, reinversiones de sus ganancias, mejora del salario real de la economía, desarrollo, aumento de las reservas, reducción de la deuda pública, ausencia de inflación [2]. ¿Por qué en Argentina no es igual?
¿Cómo se explica que estemos tan mal cuando la gente, a pesar de todas las barreras que pone el gobierno, trabaja, estudia y trata de vivir un poquito mejor?
Quienes nos gobiernan
Los desequilibrios que nos infligen nuestros gobernantes en forma periódica son adrede. No son “cosas que pasan”.
Quienes gobiernan:
-
- provocan inflación,
- contraen deuda pública,
- deciden gastar por encima de la recaudación tributaria,
- abandonan el mantenimiento de las obras existentes,
- se desprenden de activos inmobiliarios públicos,
- sobregravan impositivamente al sector más productivo de la economía; con ese acto frenan a todo el país,
- desestimulan las exportaciones,
- sobreestimulan las importaciones,
- propician la mudanza de industrias a Brasil,
- sobrepagan a los proveedores públicos,
- no controlan las concesiones públicas,
- fomentan la economía informal y la desocupación.
Son las consecuencias de actos conscientes de gobierno.
La corrupción como excusa
Corrupción: Por sobornos de contratistas del Estado o de concesionarios públicos o por vender bienes públicos a precio vil.
Esa explicación no convence.
Nada hace pensar que lo mismo (en diferentes grados) no ocurra en Brasil o Paraguay o Bolivia o Uruguay. De hecho conocemos numerosos escándalos entre funcionarios públicos y empresarios en Brasil o Paraguay. Aun así, ambos países progresan, aumentan las reservas de sus bancos centrales, repagan su deuda pública y no tienen inflación.
Reinversión de ganancias
EQUILIBRIO INESTABLE: «Este sistema actual de exacción de la riqueza de unos argentinos por una coalición podría durar indefinidamente, si la ganadores tuvieran mesura».
Un país produce tanto como sus factores de producción le permiten. Teorizó sobre este punto Juan Bautista Alberdi. Son tres: tierra, capital y trabajo.
Todos los años, los factores se reducen: la tierra pierde nutrientes, las máquinas sufren desgaste, los trabajadores no calificados, los artesanos y los profesionales se jubilan.
Por lo tanto todos los años la sociedad debe reponer esos factores para mantener el producto. Si se reinvierte menos que el desgaste, un país pierde factores [3].
Si se reinvierte lo mismo que el desgaste ocurrido, se mantiene el nivel de producción. Pero si aumenta la población, entonces lo que le toca a cada uno es un poco menos.
Para mantener la producción promedio por habitante, hay que invertir para que los factores (tierra, capital, trabajo) aumenten al mismo ritmo que el crecimiento de la población.
Si un agente externo (ej. el Estado o los ladrones a mano armada) se queda con toda o parte de la rentabilidad, entonces comercios, industrias, familias no pueden reinvertir en lo que cada uno hace. Si el estado, el dinero que saca a las familias, no lo reinvierte en mantener bienes públicos (ej. FFCC, hospitales), éstos se pierden paulatinamente.
Baja la producción, somos todos más pobres.
Si el Estado le da todo ese dinero que le saca a la población a unos pocos (funcionarios venales, contratistas del Estado, proveedores del Estado, concesionarios, capitalistas de amigos) y estos lo convierten en moneda dura y lo sacan del país o lo gastan en banalidades (ej. el ministerio de la mujer, filmar películas que nadie ve, Télam, intereses), entonces el país consistentemente pierde capital, cada vez produce menos, es cada vez más pobre.
Es un tobogán de reducción permanente.
Finalmente, quienes se apropian de la riqueza, llega un punto en el que no tienen nada más que quitarle a la población. En ese caso lo que hacen es endeudar el país, para tener un tesoro para llevárselo. Toman el dinero prestado, se lo llevan a sus cuentas personales y nos dejan la cuenta a pagar.
¿Por qué sucede esto último? Porque el monto del robo anual es mayor que la rentabilidad anual de la economía, por lo que comprometen – también – la rentabilidad futura.
El tamaño del expolio es lo que explica que el Estado se haya quedado con 44 mil millones de dólares de las exportaciones y con 1,6 billones de pesos de derechos de exportación durante 2022 y llegado mediados de marzo de 2023 no tenga dinero para hacer frente a los compromisos: porque se llevaron más que las cifras consignadas.
Los perdedores de este juego somos los de siempre: los trabajadores, los que hacen changas en negro, los jubilados, las clases medias que tratan de sobrevivir, los que tienen un taller o un comercio, las pymes, algunas empresas grandes, todos los que producen para exportar (industria, servicios, agropecuario). Toda esta gente muerde fuerte y prosigue: trabaja, estudia, sobrevive.
Somos quienes damos estabilidad a la Argentina: por el simple hecho de estar ahí. Conducir una ambulancia, sembrar maíz, recoger huevos, reparar un automóvil, expender nafta, reponer mercadería, jugar un deporte, ir a la cancha, mantener el pasto de dicha cancha, llevar a los hijos a entrenar o a la escuela o al conservatorio de música, dar clases, alimentar a los animales. Todos los que contribuyen a que haya módico orden y normalidad.
Luego están los que administran la Argentina y los amigos del poder. Los que se llevan todo. Son quienes empujan a la Argentina una y otra vez al borde del precipicio —en forma absolutamente innecesaria—. Todos ellos, los únicos beneficiarios del sistema, con su codicia desbocada, provocan una y otra vez el caos.
Porque, como dije en diciembre de 2019: «Hoy la República Argentina es inestable no por los que pierden, sino, paradójicamente, por quienes ganan».
Hay que echarlos.
Porque necesitamos orden, paz, unión, estabilidad para crecer, prosperar, capacitarnos, invertir, crear, cuidar a nuestras familias.
Mientras que aquellos, quienes provocan el caos permanente, estén al frente de la Nación, nada bueno lograremos.
Hay que echarlos.
Notas
[1] El BCRA es la agencia paraoficial de recaudación de impuestos federales; la AFIP es la agencia oficial de recaudación de impuestos federales.
[2] Más allá de los actuales problemas de Bolivia de las últimas dos semanas.
[3] Las formas de perder factores son infinitas: a. repongo odontólogos pero la formación es inferior, b. no hay suficientes peritos mercantiles nuevos para cubrir los puestos administrativos, c. hay disturbios en zonas turísticas que interrumpen rutas, destruyen posadas, etc., d. no se mantienen las vías férreas, e. no se compran nuevos vagones de subte, f. no se repone la fibra óptica/cables de luz/cañerías de gas que se rompen, g. no se hace el mantenimiento de las generadoras de electricidad por lo cual hay que aumentar los márgenes de seguridad (reducir la producción máxima), h. roban una vez por semana en la panadería del barrio, i. asesinan trabajadores en las paradas de colectivo.
Referencias
AFIP. Recaudación 2022
https://www.afip.gob.ar/institucional/estudios/serie-anual/
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http://restaurarg.blogspot.com/2023/02/2022-el-ano-que-no-estuvimos-en-peligro.html
Equilibrio Inestable