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INDEMNIZACIONES LABORALES

Iris Speroni*

Hablamos de U$D 4.034.107.584 anuales

Algunas consideraciones sobre el actual sistema de indemnizaciones por despido.

– Desprotección del trabajador en el sistema actual

El sistema en curso desprotege a gran parte de los trabajadores que se desempeñan en el sector privado. Queda claro que si el empleador es Coca-Cola, el trabajador eventualmente va a cobrar su indemnización por despido. ¿Pero qué sucede si el empleador es un taller o una fonda? Puede ser que quiebre antes de que sea efectivo el pago. No hay seguridad alguna de cobro si el empleador es una Pyme o una persona física.

– Cementerio de PyMes

Actualmente, el statu quo pone a todo empresario pequeño o mediano, todo taller, incluso una familia que contrate personal doméstico, a un escalón de la muerte económica. Un solo juicio laboral puede hacer quebrar a la empresa. Son varios los factores: la imprevisibilidad del costo de la indemnización, las tasas de actualización de los juicios laborales y los innumerables factores que hacen al monto base del reclamo. Todo eso hay que despejarlo y hacerlo previsible. No hablo acá de quitarle derechos al trabajador sino a que el número final sea previsible y no arbitrario o caprichoso.

– El imaginario del trabajador en relación de dependencia

Esto es interesante y absolutamente subjetivo. Todo trabajador calcula permanentemente en su cabeza el monto indemnizatorio. Considera el dinero de la indemnización como un crédito contra su empleador, aun cuando sea él quien renuncie o se jubile. Tramita la jubilación y luego hace juicio laboral. Este imaginario es el que tomo en cuenta al hacer la presente propuesta.

– El costo para las grandes empresas

No es un costo importante para las grandes empresas, las cuales tienen gran capital y poco costo laboral (con excepciones). Además, la propia rotación de personal les da erogaciones mensuales que las tienen asimiladas al costo laboral corriente. Situación totalmente diferente al de las PyMes. Inconvenientes: a) no descontar del impuesto a las ganancias las provisiones por futuras indemnizaciones, b) contratar estudio jurídico especializado para administrar la cartera de juicios, c) costo administrativo interno. En el caso de querer vender la empresa, el costo de indemnización ―imprevisible― se deduce del precio, lo que es un incordio.

La UIA hace años que trata de imponer un seguro de desempleo como actualmente existe el seguro de riesgos de trabajo. Esta iniciativa tiene un problema muy grave, que la industria del seguro conoce bien: favorece al que peor se comporta. En este caso favorecería a quien tiene mayor rotación de personal en detrimento de los buenos empleadores. Asimismo sería un subsidio de todos los que pagan el seguro a quienes, adrede, desean deshacerse de los trabajadores con mayor antigüedad (para bajar el costo total de las contingencias laborales). Por lo que propongo algo diferente: el ahorro indemnizatorio.

La actual ley de indemnizaciones por despido implica un mes de indemnización por cada año trabajado (antigüedad), un mes de preaviso y completar el mes en curso, más las vacaciones y aguinaldos proporcionales. Entonces, una persona que trabajó 3 años cobraría una indemnización de 5 sueldos más vacaciones y sueldo anual complementario.

Sobre esto hay varios problemas. Si el trabajador alega haber trabajado en negro (aunque sea por un día; u horas extras), puede pedir la duplicación del monto. Asimismo la tasa de actualización de las sumas reclamadas es distinta en el fuero laboral que en el civil y comercial. Un despropósito.

Además, la conformación del fuero laboral está hecho en base a recomendaciones de sindicalistas y de abogados laboralistas. Esto es muy grave, no sólo porque la parcialidad desmerece el funcionamiento del fuero, sino porque en este sistema político bipartidista, el nombramiento de los favoritos en el fuero laboral por parte del Partido Justicialista es hecho a cambio de regalarle a la UCR los fueros federales y nacionales. El Deep State.

Y, además, el sistema actual no protege al trabajador de la insolvencia ―real o inventada― del empleador. Además, seamos francos, si un trabajador logra una indemnización que hace quebrar a una pyme, él, tal vez, cobre una buena suma, pero deja al resto de sus compañeros sin trabajo.

Objetivos del nuevo sistema
  1. Previsibilidad en la suma de la indemnización para ambas partes.
  2. Seguridad de cobro para el trabajador.
  3. Posibilidad para las empresas de descontar de ganancias el costo indemnizatorio.
  4. Ahorro para el trabajador.
  5. Ahorro general para la República Argentina.
  6. Descomprimir los juzgados laborales.
  7. Recaudación del ANSES y/o sindicatos.

Con este esquema los únicos perjudicados serían los abogados laboralistas que verían una disminución de los casos a su cargo.

Propuesta

Por lo que propongo un sistema de ahorro de la indemnización, con una cifra única en todos los casos y que no llegue a los tribunales laborales.

Básicamente, que el empleador adelante el monto de la indemnización.

La indemnización se divide en a) mes en curso y b) preaviso + mes por antigüedad con sus adicionales de vacaciones y aguinaldo.

La antigüedad es un sueldo por año, esto es 8,33% del sueldo. Sería un sueldo anual complementario adicional.

Lo que propongo es:

  • Que se pague en la totalidad de los casos:
    • Despido con causa,
    • Despido sin causa,
    • Renuncia,
    • Jubilación,
    • Fallecimiento del empleado y/o empleador,
    • Invalidez, ya sea por accidente de trabajo o por cualquier otra razón.

En resumen, no importa la causa, el trabajador cobra.

  • No hay duplicación de indemnización por trabajar en negro. Si hubo una contratación en negro y queda efectivamente demostrada, se ampliarán los años de indemnización a los que correspondan, pero no habrá duplicación. Sí tendrá que pagar el empleador al ANSES los años no aportados (habrá que poner una tasa de actualización razonable para este ítem y no una tasa de interés punitoria).
  • El empleador pagará a un tercero el 8,33% del sueldo o el SAC quien será el depositario del monto indemnizatorio. Este tercero podría ser el ANSES o el sindicato del trabajador. El control sobre el ahorro por parte del administrador de ese fondo debe ser muy estricto.
  • El trabajador, cuando termine el contrato laboral, cualquiera sea la razón, cobrará un sueldo mensualmente hasta extinguir el fondo acumulado.
  • En el caso de jubilación o invalidez, una vez obtenido el cobro de su beneficio social por parte del ANSES, podrá retirar todo el dinero acumulado.
  • Se pueden evaluar casos especiales. Por ejemplo: permitir retirar hasta el 30% del fondo acumulado si la persona tiene un trabajo estable cuando el dinero se destine a la compra de un terreno o de una casa, como pago inicial.
  • No entran en el sistema los empleados públicos.
  • La historia laboral del empleado:
    • En el caso de la antigüedad acumulada previa al inicio de funcionamiento (*) se permitirá que las empresas conformen el fondo indemnizatorio en la cuenta de ahorro de los trabajadores con el siguiente esquema:
      • Dos años para las empresas grandes
      • Cinco años para las PyMes.
      • Conformar un moratoria y/o jubileo para el trabajo no declarado:
        • Dar la oportunidad de blanquear antigüedad no registrada para los empleadores. La patronal deberá conformar los fondos de ahorros de los trabajadores según la situación blanqueada.
        • Darle un año a los trabajadores para denunciar las situaciones no registradas. Algo tipo “hable ahora o calle para siempre”.

Esto de “ahorrar” toda la historia laboral es importante. Si no se hiciere, si se armara un caso de “a partir de las nuevas contrataciones” se creará una categorización de trabajadores “con la nueva ley” o “con la antigua ley” y las empresas estarán tentados a deshacerse de los empleados antiguos y librarse de la contingencia de los juicios laborales. Por eso propongo que las empresas conforme el ahorro de los trabajadores existentes para que exista una única categoría de trabajadores en el sector privado. Considero relevante esta distinción.

  • Por lo tanto quedarán fuera de los tribunales todos los reclamos de despidos sin causa porque en todos los casos el trabajador cobrará. En cuanto al monto del sueldo (horas extras en negro, por ejemplo), debe haber una obligación del trabajador de hacer una denuncia en plazos acotados. No puede ser una situación abierta. Y el reclamo será en unidades de sueldo y no montos con tasas de actualización delirantes.
  • El fuero laboral quedará para otro tipo de situaciones: empresas que no respetan las medidas de seguridad o maltrato en el ámbito laboral. No para ver si la persona cobra o no cobra, porque cobrará siempre.
  • Todas las demandas, por cualquier razón, se determinarán en moneda dura (el peso oro por ejemplo, o alguna divisa) y la tasa de actualización no podrá ser mayor al 4% anual.
  • Algunos empleadores dirán que aumentar un 8,33% el costo laboral es una barbaridad. Es un aumento por única vez, muy inferior a la inflación.
  • Las ventajas para el empleado son obvias: cobra indemnización en cualquiera de los casos de disolución de la relación laboral, y tiene garantía de cobro aún si el empleador quebrara.
  • Los empleadores deducen el costo de la liquidación de ganancias.
  • Elimina todo incentivo para deshacerse de los empleados con mayor antigüedad (y hoy con mayor contingencia) con lo que ayuda a garantizar la continuidad laboral.
¿De cuánto dinero estamos hablando?

Hablamos de un ahorro a administrar de U$D 4.034.107.584 anuales.

Según las estadísticas del ANSES “CUADRO 1.1.2.b APORTANTES AL SIPA EN RELACIÓN DE DEPENDENCIA SEGÚN RÉGIMEN. MARZO 2023”, a marzo 2023 había 5.918.928 trabajadores en el sector privado con una masa salarial de 1.464.035.719.215 pesos.

En dólares, con el blue a 393 pesos el 31/03/2023, hablamos de una masa salarial de U$D 3.725.281.728.

Mi propuesta es aportar el 8,33% de ese monto a este fondo de ahorro. Entonces hablamos de U$D 310.315.968 mensuales, U$D 4.034.107.584 anuales.

[$ 1.464.035.719.215÷393 $/U$D x 0,0833 x 13 ] = U$D 4.034.107.584 anuales.

Éste sería el monto a administrar anualmente (cobrar, adjudicar a las cuentas individuales, pagar las liquidaciones, invertir). Monto que se acumula, obviamente. Y que si logramos poner dentro del sistema a todos los que hoy están afuera, tendrá valores superiores.

El ahorro
  • Propongo que el ahorro del trabajador (el 8,33% del sueldo) al igual que el historial que pondrá al día el empleador en dos o cinco años se invertirá según la elección de cada trabajador en las siguientes opciones:
    • oro (que puede ser gramos de oro o pesos oro – oro 900) sin actualización.
    • divisas (dólar, euro, yuanes) sin actualización, a elección del trabajador.
    • cartera de divisas (⅓ dólar; ⅓ euro; ⅓ yuan) sin actualización.
    • bonos del Tesoro en divisa con garantía de recaudación aduanera con 4% de actualización anual.
    • bonos hipotecarios por viviendas del mercado argentino en divisa.
    • Algún mix de las anteriores pero no más de dos opciones (50% A y 50% B).
    • Podrán cambiar de opción una vez al año.

Estoy en contra de que con el ahorro de los trabajadores se compren bonos del gobierno o acciones y obligaciones negociables de empresas. Eso ya lo vivimos con las AFJPs (**) y resultó que la llenaron de títulos públicos, y los papeles privados no eran de calidad, pero como había que cumplir una cuota, se terminaba comprando cosas que no era kosher; sólo porque la ley así lo obligaba. Así que propongo la compra de oro o divisas.

  • El costo de administrar el fondo no se cobrará al trabajador. Si lo administra el ANSES, asumirá el costo la Administración; si lo hace el sindicato, el costo administrativo lo abonarán los empleadores con algún cargo mensual.
  • Se puede pensar en un sistema administrativo mixto del ANSES y los sindicatos. El ANSES tiene una experiencia informática que pocos hoy pueden igualar.
  • Es una fuente de ahorro adicional para la Nación.
Cargas Sociales

Actualmente la diferencia entre el costo de un trabajador y el sueldo de bolsillo es abismal. El sistema actual logra dejar insatisfechos a empleado y empleador por igual. Al empleador le genera un costo que no siempre puede descargar, de ahí que se cuida en ofrecer empleo, y el trabajador recibe la mitad del costo, lo que a todas luces es insatisfactorio.

Por lo que propongo eliminar toda carga laboral y empezar de cero.

  • el empleador pagará al fondo indemnizatorio (8,33% del sueldo).
  • el empleador pagará el seguro de riesgo de trabajo como actualmente.
  • el resto de las cargas para el empleador se eliminan.
  • el empleado abonará 10% para el fondo jubilatorio (ANSES).
  • el empleado abonará la cuota sindical.
  • el resto de la retenciones laborales se eliminan.

Las Obras Sociales Sindicales quedarán como administradoras de servicios de salud, como actualmente, pero el dinero vendrá del gobierno nacional, responsable del pago de salud, que deberá recuperar toda la salud nacional. A las OOSS no les afecta, porque el dinero lo reciben igual que ahora, pero no del bolsillo del trabajador o del empleador.

PAMI se financiará con dineros públicos.

Será una forma de devolver, en parte, el dinero que el estado nos viene quitando en los últimos años.

Estas medidas reducirán la brecha entre costo del empleado y el sueldo de bolsillo.

Terminar con el problema de los despidos, permitirá eliminar una de las grandes barreras al trabajo formal.

El objetivo debe ser:

  1. pleno empleo,
  2. buenos sueldos,
  3. 100% de los trabajadores en blanco.

Entiendo que la presente es una propuesta que beneficia a todas las partes, pero en particular a los trabajadores. Puede ser que alguno cobre buen dinero luego de un juicio. Por lo general es plata que viene tarde y mal con muchos comiendo en el medio. El trabajador necesita la seguridad de que va a llevar un plato a la mesa de su familia al mes siguiente de perder el trabajo. Este sistema se lo garantiza. Siempre es mejor plata en mano. Ése es el verdadero derecho del trabajador.

Por otro lado, una propuesta como la presente, permitirá reducir la actividad del fuero laboral en forma notoria.

Por la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

Nota

(*) Supongamos que el sistema comienza a funcionar el 30/06/2024. Una persona trabaja para un banco desde el 2014. Ya tiene 10 años de antigüedad. La patronal comienza a aportar a partir del 01/07/2024. ¿Qué sucede con los 10 años acumulados? Son 10 sueldos más su aguinaldo (SAC).

Por ser una gran empresa, tiene dos años para conformar ese dinero (10 sueldos con aguinaldo). Si es una PyMe, hay que concederle más tiempo. Con eso limpian su historial de contingencias. Eso será dinero adicional a administrar además de los U$D 4 mil millones anuales.

También hay que hacer un jubileo respecto de la historia en negro. El sistema actual es absurdo. Basta haber pagado una hora en negro hace diez año y el trabajador puede reclamar doble indemnización.

Si se trabajó en negro, la única obligación del trabajador es cubrir el pago previsional.

Ni siquiera el de la OOSS, porque luego de un tiempo (¿dos años?) el reclamo debe prescribir. 

Lo mismo con el trabajo en negro. Luego de un año, no hay reclamos.

(**) Trabajé 10 años en una AFJP, y se trataba de una muy correcta y que seguía las reglas al pie de la letra. Las reglas estaban mal, porque obligaban a comprar papeles en la bolsa. Tarde o temprano ―en cualquier bolsa, pero más aún en la nuestra que es diminuta― uno termina comprando basura. Por eso: oro, plata o divisas o bonos en dólares con garantía de recaudación aduanera.

Artículo publicado el 23/09/2023 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2023/09/indemnizaciones-laborales.html.

UNA VISIÓN PARA LA NACIÓN ARGENTINA

Iris Speroni*

Llenemos el país de familias propietarias.

Antecedentes:

EQUILIBRIO INESTABLE

LA PARTICIPACIÓN DEL CAMPO EN LA VIDA PÚBLICA ARGENTINA

 

Estamos en los momentos previos a una nueva elección.

Los precandidatos junto a su equipo de “expertos” exponen al público cómo piensan arreglar la economía en caso de ser electos.

Más allá de que a las palabras se las lleva al viento, es interesante ver qué nos proponen para los siguientes problemas:

    • inflación,
    • aumento de empleo,
    • mejora del salario promedio,
    • crecer la economía,
    • exportaciones,
    • Leliqs.

La única forma que tenemos hoy de salir de este callejón es con el aumento de las exportaciones. Por la simple razón de que la clase política eliminó otras herramientas posibles como motor de la economía (mercado interno, inversiones, gasto público).

El sistema vigente actual, que tiene décadas de funcionamiento se puede resumir así: se le quita la rentabilidad al campo, al punto de dejarlo en el mínimo de cubrir sus gastos corrientes (por lo tanto se lo descapitaliza) y se inhiben numerosas explotaciones por no llegar al punto de equilibrio (*).

Todo ese dinero se destina a otros agentes de la economía argentina. Los beneficiarios han cambiado con el tiempo. No son los mismos los beneficiarios de la década del ‘50 que los actuales. Lo único constante es: a) el Estado como el instrumento para sacarle a algunos y darle a otros, por lo que se vuelve imperativo para los agentes beneficiados controlar el Estado; b) el que pone la plata es b.1.) siempre el campo y b.2.) intermitentemente los trabajadores.

Por lo que podemos hablar de una política de Estado que se mantiene vigente en gobiernos radicales, peronistas, conservadores/militares por las últimas décadas.

Ésta es la razón por la cual el discurso tanto de FdT como de JxC, con matices, es el mismo. “Sáquemosle el dinero al campo y gastémoslo en…”. La segunda parte de la fórmula cambia, pero no mucho. Como JxC, en particular el PRO, busca el voto del productor agropecuario, entonces disfraza sus intenciones. Pero eso queda descubierto con escarbar un poco.

El gobernante para justificar el expolio debe vender un discurso público y una imagen del damnificado (b.1. y b.2.) por el cual el abusado “merece” el tratamiento (**).

Para construir la imagen de “campo malo”, distintas facciones del partido político único “VIVAMOS TODOS DEL CAMPO”, usa diversas justificaciones. Las mismas se generan y se expanden primero en las facultades (todas las nacionales y la mayoría de las privadas) y luego los repiten los políticos y lo reproducen los medios de comunicación [del pensamiento del poder]. (***).

Luego hay apelaciones al imaginario de la década del ‘30, hablando de las 1.000 familias, en desconocimiento de la historia de hace 100 años atrás (****).

Hoy al campo —desde Jujuy-Misiones a Tierra del Fuego— el Estado le quita ingresos mediante (*****):

1) diferencia de tipo de cambio;

2) DEX;

3) impuestos generales;

4) peajes, tasas, permisos.

Los beneficiarios son hoy, por orden de magnitud: 

a) la banca local y externa;

b) los contratistas del Estado —los que proveen al Estado— dentro de los cuales están las constructoras y las farmacéuticas entre otros;

c) los concesionarios públicos (transporte, rutas, distribuidoras de energía —gas y luz—);

d) las automotrices, terminales extranjeras;

e) los empresarios subsidiados (subsidios directos, préstamos a tasa inferior a la inflación, compra de dólares a mitad de precio);

f) la burocracia estatal que tiene sueldo promedio el doble de los trabajadores del sector privado;

g) las familias beneficiarias sociales. (A la que se les compensa por el desastre que los anteriores —de la a) a la f)— generan).

En fin, las excusas son numerosas y habría que hacer un compendio de las mismas. Lo importante es el futuro y acá quiero entrar.

Las próximas elecciones

Actualmente hay una política de Estado, que es VIVAMOS TODOS DEL CAMPO.

Este esquema es sustentado por todos los beneficiados, pero el responsable del sostén ideológico y discursivo es la UIA (******).

Igual, todo es posible, porque el Estado recauda y el club de los beneficiarios (EQUILIBRIO INESTABLE) es quien gobierna.

La pregunta es: ¿alguno de los postulantes quiere realmente acabar con esto?

El FdT claramente quiere seguir como está. El ministerio de Massa es el ministerio de la UIA, es el ministerio de VIVAMOS TODOS DEL CAMPO, donde Tombolini da permisos para importar cosas a mitad de precio y De Mendiguren reparte créditos blandos —por ejemplo para comprar maquinaria agrícola brasileña— y Massa hace negocios con canje de deuda y LELIQs que pagan tasas superiores al 100%.

Es “más de lo mismo”.

Es lo de siempre.

Con matices, es lo que postula gente como Vallejos o Kicillof (fue lo que hizo durante su ministerio). No pareciera que otras vertientes como Scioli, pensaran diferente. En resumen, más de lo mismo. Ni siquiera atisban a escuchar a algún gobernador de su propio partido que proponga eliminar las DEX. A todos los gobernadores les conviene un tipo de cambio libre y eliminación de DEX. Es más actividad económica en las provincias y mayor recaudación de IIBB provinciales y de IVA y Ganancias (coparticipables). A lo que debemos agregar que ninguno de los gobernadores participan en el mega curro de las LELIQs.

La otra gran coalición es JxC. Arrancó en 2015 reduciendo parcialmente las DEX, pero continuó con la manipulación del tipo de cambio (no con cepo sino con sobreoferta de divisa) y tipos de interés del 80%. Esto es: continuó con la política de Cristina Fernández/Axel Kicillof. Además, para demostrar su falta de convicciones, volvió a subir las DEX en cuanto el FMI se lo solicitó. Cuando hoy sus principales exponentes (Larreta, Bullrich, Lousteau, Manes) sostienen: van a bajar las DEX pero poquito y en el tiempo, van a acabar con el cepo, pero no inmediatamente, nada dicen de las LELIQs. En el caso de Manes/Dal Poggeto directamente propone subir la alícuota de DEX.

¿Entonces?

Por último, el tercero en discordia, Milei. Con su “cierre del BCRA” dice lo siguiente: a) no voy a manipular el tipo de cambio, que sea lo que Dios quiera, b) no voy a seguir con el curro de las LELIQs. Ambas medidas no resuelven per se el problema de país, pero constituyen un paso imprescindible para el lado correcto. El tipo de cambio libre y eliminar las DEX es el combustible que necesitamos para: a) aumentar las exportaciones agropecuarias, b) bajar las importaciones industriales y comenzar a exportar productos industriales, c) poner a toda vela las inversiones en hidrocarburos sin necesidad de subsidios estatales. No es el todo, sólo el principio. Hay cosas que no me convencen, como que probablemente quieran privatizar YPF y Banco Nación, que los considero imprescindibles para el IMPERIO AUSTRAL. Dicho esto a) y b) son ineludibles para empezar a andar. Sobre el resto, me reservo opinión.

Un plan para la Nación Argentina

Hoy tenemos el Estado gobernado por los beneficiarios (*******) del status quo. En los últimos 20 años, la política económica la diseñó Lavagna que fue toda su vida un contratado de la UIA. Hoy tenemos un país cada vez más pobre, cada vez más descapitalizado y cada vez más endeudado.

Por lo tanto, la tarea de quienes no estamos conformes con el statu quo es:

    1. Arrebatarle el control del Estado a los beneficiarios del expolio.
    2. Demoler los instrumentos del saqueo (quitarles a unos para dárselo a otros; cobrar IVA para darle U$D 534 millones a Roggio y Macri, por ejemplo). En otras palabras, cambiar el sistema impositivo, cambiario y monetario y tener un diferente criterio para el gasto público (más armamento para las Fuerzas Armadas, menos para el Instituto del Cannabis).
    3. Demoler el aparato legal del statu quo el cual consiste en leyes, burócratas ubicados en lugares claves, procedimientos, reglamentaciones, aparatos de propaganda.
    4. Perseguir políticamente a los actuales beneficiarios, quienes no descansarán hasta voltear el gobierno resultante. No se equivoquen: la planificación del golpe de estado comienza el día de la asunción.
  1.  

Pero previamente hay que llegar a I. Por lo tanto hay que ofrecerle al país, a la ciudadanía, a la población, una visión que sea esperanzadora, apetecible y posible.

El productor agropecuario, lo que debe pedir es una sola cosa: tener el mismo tratamiento que sus pares paraguayos, brasileños y uruguayos. No pide la luna, pide que un tambero argentino gane como un tambero brasileño. Esa falta de igualdad de condiciones es lo que hace que no exportemos carne de oveja y los uruguayos, sí.

Para el productor, hay mucho que pedir, porque la cancha está inclinada, pero no es tan complejo: mismas condiciones que en países limítrofes en política cambiaria e impositiva, relaciones justas con la cadena de valor (abusos oligopsónicos, oligopólicos, carlelización de proveedores o clientes) y poco más. Pero eso no deja de ser un reclamo sectorial. Es como el sindicato de camioneros pidiendo mayores sueldos. Le sirve a los camioneros y a nadie más.

Un plan para el sector debe comprender buenos salarios para los trabajadores del rubro, una política de acceso a la propiedad de la tierra, riego en todo el país, inversiones en instalaciones (cobertizos para los animales en la Patagonia, por ejemplo), canales propios de comercialización, colocación de productos en el exterior, fabricación en Argentina de toda la cadena completa, desde los fertilizantes a los barcos mercantes al packaging de los productos finos. Producir maquinaria agrícola para nosotros y para el mundo. Todo, cuestión de que podamos sostener la actividad en la situación más adversa.

El país es más que los productores agropecuarios. 

Por lo cual debemos ofrecerle al país una visión.

Una imagen, un imaginario de una Argentina próspera y con lugar para todos.

Por un lado no es difícil proponer algo mejor. Tenemos a las actuales autoridades que ofrecen inflación al trabajador asalariado y al jubilado; que lo baleen en la parada del colectivo a un vecino; un salario basura a un enfermero, policía, médico, guardaparque; imposición sobre imposición para el pobre monotributista; imposibilidad de comprarse una casa o un palmo de tierra; es un dolor de muelas cambiar un cheque para cualquier pyme; inestabilidad monetaria y política; un país desguarnecido en la defensa; corredores abiertos para la droga; desatención de los familiares enfermos mentales; sistema de transporte horrible, ya sea las rutas, los trenes suburbanos o los colectivos y autobuses de larga y media distancia; un grupo de hippies al frente de la administración de justicia quienes nunca mueven un dedo y si lo hacen es para el lado incorrecto; la atención hospitalaria es deficiente; debemos soportar a una troupe de burócratas soberbios quienes en conjunto con periodistas a sueldo nos dicen a todos cómo tenemos que vivir y cómo debemos educar a nuestros hijos. Todo montado sobre altos impuestos y salarios de hambre.

No es difícil mejorar la oferta.

Quienes gobiernan hoy, los beneficiarios del desfalco, no se limitan con quedarse con el dinero, sino que hacen todo lo que está de su mano para dificultarle la vida a todos: jubilados, trabajadores, comerciantes, profesionales, propietarios por igual.

Por lo que todo plan que uno ofrezca a la ciudadanía debe ser lo contrario:

    • buenos sueldos,
    • actividad económica plena,
    • salud de las finanzas estatales (superávit, cero deuda, cero tasa, reservas en oro y plata),
    • crecimiento y progreso tecnológico,
    • inversiones privadas y públicas,
    • una familia, una vivienda propia (propiedad plena),
    • una familia, una hectárea propia (para el retiro y la vejez),
    • incentivar el ahorro de las familias,
    • control de áreas estratégicas (nuclear, patentes, insumos agropecuarios, farma),
    • reconstruir el aparato de Defensa, tanto las FFAA como FFMM,
    • jerarquizar y apoyar a las FFSS,
    • repagar la deuda pública en su totalidad,
    • acumular reservas de oro y plata,
    • cerrar la frontera a la droga,
    • atender a los enfermos mentales,
    • atender a todos los enfermos,
    • incentivar la natalidad,
    • pagar buenos sueldos al personal público de servicios (FFAA, FFSS, salud),
    • invertir en transporte interno, fluvial y de ultramar,
    • recuperar las Malvinas,
    • 200 millones de cabezas de ganado vacuno y 60 millones de ganado ovino,
    • montar un buen sistema de transporte,
    • riego para el desierto argentino,
    • ser el lugar de refugio para todos los cristianos perseguidos del mundo,
    • relaciones exteriores de potencia mundial,
    • ocupar nuestro lugar como octava potencia mundial, trabajar para ese objetivo.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

(*) Se denomina punto de equilibrio cuando una actividad económica gana para cubrir los costos. Por abajo del punto de equilibrio se pierde plata; por arriba se gana plata.

(**) Es en todos los órdenes. Las personas no están desocupadas o subocupadas porque el manejo de la economía es desastroso sino porque la persona es “vaga” (Obama, Macron). El expolio al productor es porque reciben unas imaginarias “rentas extraordinarias”, argumento que no enarbolan frente a Pfizer o frente al crecimiento patrimonial de los funcionarios.

(***) Cosas como “ganancias extraordinarias” repetidas hasta el hartazgo durante la controversia por la 125 (escuchamos hablar con absoluta suficiencia a diputados y concejales, a los cuales si les pidiéramos una definición, empezarían a balbucear; tienen la suerte de que los periodistas argentinos jamás repregunta). Sin embargo es un verso viejo, inventado en épocas de la CEPAL. La CEPAL, bien anticampo, es una organización inventada por el Departamento de Estado de EEUU, que tuvo por primera autoridad a Prebisch. Ellos hablaron de “ganancias extraordinarias” y “latifundios” como mal hispanoamericano. Quien bien desbarata las mentiras de la CEPAL es Osvaldo Barsky en su libro “Historia del Agro Argentino” que recomiendo enfáticamente.

(****) Nuevamente, mirar el estudio del registro de la propiedad de provincia de Buenos Aires que hace O. Barsky, que demuestra con claridad que la gran mayoría del campo bonaerense estaba en propiedades de entre 100 y 300 has.

(*****) Dejo en claro que no es el campo el único que paga impuestos. Los impuestos federales argentinos están en cabeza de los más pobres (IVA). Pero sí soportan, como agregado, cambio manipulado y DEX, que nadie más sufre.

(******) No quiere decir que todos sus socios estén implicados, ni que todos los industriales se vean beneficiados por este estado de cosas. Muy por el contrario, el Mercosur y las políticas cambiarias/impositivas de los últimos 40 años fueron el cementerio de varios de ellos. Ni siquiera los más beneficiados son los industriales argentinos, que no pueden crecer o deben vender sus firmas. Nadie más beneficiado, por ejemplo, que las terminales automotrices, 100% extranjeras. Es sólo para simplificar el argumento.

(*******) Y no me refiero a los beneficiarios de planes sociales, quienes, a cambio del silencio o la complicidad, reciben el 1%  de lo que muerden la banca o los contratistas del Estado. Me refiero a los beneficiarios a) a f).

 

Lecturas asociadas

Vivamos todos del campo

La participación del campo en la vida pública argentina

http://iris-speroni.blogspot.com/2020/03/la-participacion-del-campo-en-la-vida.html

 

Equilibrio inestable

http://restaurarg.blogspot.com/2019/12/2020.html

 

Artículo publicado del 10/06/2023 en Restaurar, https://restaurarg.blogspot.com/2023/06/una-vision-para-la-nacion-argentina.html

NO LA PASAMOS BIEN

Iris Speroni*

Desde principios del siglo XXI el país vive un ciclo largo de prosperidad.

 

El viernes 2 de septiembre de 2022 autoridades de la provincia de Buenos Aires dieron una conferencia para repudiar el atentado a la vicepresidente de la Nación. Me quiero detener en las palabras de la presidente del Senado y vicegobernadora, Verónica Magario:

«…Es hora de que los dirigentes nos pongamos el saco que nos corresponde ponernos, peleemos por nuestro pueblo. Nuestro pueblo no la está pasando bien. Y hoy debemos estar abocados a eso. … Nos convocamos acá para decirle al pueblo bonaerense que…creemos que es momento de estar a la altura de las circunstancias y ponernos al lado de cada uno …».

La negrita es de mi autoría.

Antes de analizar las palabras quiero adelantar mi opinión sobre la señora vicegobernadora, en particular frente a lo que voy a decir a continuación. Fue una buena intendente (dicho desde varios kilómetros de distancia). Parece (nuevamente de lejos) una persona inteligente, sensata y una servidora pública responsable. Me atrevo a aventurar que, en todo caso, trata de hacer lo mejor que puede desde el lugar que le tocó. Por lo que no me voy a ocupar de lo que ella hace o hizo, sino de lo que el resto de la dirigencia del país hizo y hace.

Pasemos, ahora sí, a sus palabras. «Nuestro pueblo no la está pasando bien. … debemos estar abocados a eso».

Son ciertas ambas premisas. El pueblo la está pasando mal. Y es responsabilidad de las autoridades procurar el bien común, como lista el Preámbulo de la Constitución Nacional. Sus obligaciones son, entre otras:

«…consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general…».

De ninguna se ocupan.

Vamos al bienestar general. Desde principios del siglo XXI el país vive un ciclo largo de prosperidad en el que las cosas que Argentina vende son bien pagas. Los dirigentes argentinos se pasaron 50 años diciendo que nuestro país retrocedía porque los términos de intercambio eran desfavorables a nuestro país.

«Términos de intercambio desfavorables» quiere decir que lo que nosotros vendemos se paga mal y lo que nosotros compramos cuesta caro.

Desde el inicio del siglo XXI se dio vuelta la tortilla. Hace 20 años que en Argentina entra dinero con una pala mecánica (usando los términos de la señora Cristina Fernández).

En resumen, deberíamos estar nadando en prosperidad. Nada de hambre, todos con vivienda propia, todos con buenos sueldos. Los niños bien comidos, clases todos los días. Seguridad. Administración de justicia.

¿Qué pasó? Nuestra clase dominante es lo que pasó.

Tienen todo armado para que ese dinero entre y a nosotros no nos toque ni una moneda. Una parte la reparten a los políticos para que se callen la boca o sean cómplices (mayoría), o agentes activos (minoría selecta).

«La angustia, la tristeza nos envuelve», «Nuestro pueblo no la está pasando bien». Al menos lo reconoce. Bien por Magario.

¿Por qué el pueblo no la pasa bien? Porque el dinero no le alcanza. ¿Por qué no le alcanza? a) Porque los sueldos son miserables (300 DÓLARES); b) la mitad del sueldo/jubilación/beneficio social se destina a impuestos; c) hay inflación. La diferencia mensual en pérdida de poder de compra, es un impuesto que imponen los políticos: el impuesto inflacionario. (SEIS LATITAS DE ATÚN).

La comida que este mes «el pueblo» no puede comprar es la consecuencia de una decisión política, señora Magario. Voy a tratar de explicarlo. El BCRA emite pesos, lo cual provoca inflación. El sueldo o jubilación o plan social de este mes es igual al del anterior; sin embargo, por la inflación, compro menos cosas. Los bienes que no pude comprar quedan en poder del BCRA (su dinero equivalente). ¿Qué hace el BCRA con la recaudación del impuesto inflacionario? Sencillo: se lo da a los bancos.

Elaboración: Ricardo Inti Alpert en base a información del BCRA.

El BCRA le da a los bancos $ 13.570.695.625 todos los días. [El número se obtiene de sumar los intereses de LELIQ+NOTALIG por $ 11.719072.625 y los de PASES por $ 1.851.623.000]. Ese dinero se lo quita el BCRA al pueblo argentino. El mismo que según Magario siente angustia y no la está pasando bien.

¿Cómo son los mecanismos decisorios que llevan a esta gigantesca transferencia de dinero desde el pueblo a la banca? No van los banqueros casa por casa y le piden mil pesos a cada familia. Este trabajo se lo dejan a los autoridades monetarias, intermediarios entre las familias y la banca. Son quienes le sacan de caño la plata a asalariados, pensionados, jubilados, beneficiarios de planes sociales, cuentapropistas y se la dan —todos los santos días— a los bancos. Por esa tarea los políticos son muy bien remunerados. En los términos de la vicegobernadora no estarían «a la altura de las circunstancias».

¿Quiénes tienen autoridad para implementar esta transferencia de dinero y, de igual manera, cortarla de un día para otro? Formalmente, el Congreso de la Nación. Acá le hablo a Magario como autoridad del partido gobernante: El mayor bloque de diputados nacionales pertenece a la Provincia de Buenos Aires. Ni uno solo de sus miembros propuso desactivar este mecanismo de empobrecimiento. Tampoco los tres senadores nacionales por la provincia. Se ocupan de cualquier cosa menos de la «angustia… tristeza» del pueblo.

Dejemos el BCRA de lado. Acaba de asumir un nuevo equipo económico, 100% UIA, incluido el ex-presidente de la Casa, De Mendiguren. ¿Qué va a hacer el nuevo equipo? Lo de siempre. Diferentes dólares o dólar atrasado que perjudica a los productores de bienes exportables pero permite entregar los «dólares baratos» a los empresarios y/o ejecutivos de empresas multinacionales: en resumen, sus mandantes; los mismos que los pusieron en ese lugar.

No hay mejor negocio en Argentina que comprar dólares a $ 145. Mejor que traficar armas, drogas o personas. Mejor que vender órganos (ajenos). Ese dinero que le quitan a unos, se lo dan a otros. A días de asumir la UIA pidió una reunión en el ministerio para garantizar su cuota de dólares «baratos».

Nuevamente, el responsable teórico del tipo de cambio es el Congreso de la Nación. Recuerdo a los lectores que 70 diputados de los 257 representan (o deberían representar) al «angustiado, triste pueblo que no la está pasando bien» de la Provincia de Buenos Aires. Ninguno de ellos presentó una propuesta para remediar este expolio.

Algunas aclaraciones adicionales que pueden interesarle a Magario, que (creo) actúa de buena fe. La provincia de Buenos Aires es la que más exporta, un 35% del total. En el primer semestre de 2022 se exportaron 44 mil millones de dólares (INDEC). (REGIÓN PAMPEANA). A la provincia le corresponden estimativamente US$ 15.400.000.000 (dólares quince mil cuatrocientos millones). Dinero que le pertenece al pueblo de la provincia. Pero…el BCRA se quedó —de caño— con la mitad de ese dinero: unos US$ 7.700.000.000 ¡en un semestre! El BCRA le robó al pueblo bonaerense US$ 1.833.000.000 por mes. Le pregunto, señora Magario: ¿Las autoridades bonaerenses están a la altura de las circunstancias?

Y no es algo que empezó con Alberto Fernández. Hace dos décadas que la clase dominante se está quedando con el buen momento internacional sin dejar ni migajas «al pueblo que no la está pasando bien». Los últimos 20 años fueron los mejores de la historia argentina, mejores que los anteriores a la primera guerra mundial, mejor que la Argentina de posguerra que gobernó Perón: nunca disfrutamos un momento mejor. Sin embargo, la mitad del pueblo trabaja en negro, decenas de miles de empresas quebraron, el 80% de la elaboración y comercio de alimentos está en manos extranjeras (en lo que el kirchnerismo fue muy activo), 100.000 familias productoras agropecuarias fueron expulsadas de sus campos en los últimos 15 años; el kirchnerismo propició la sojización —aunque diga lo contrario—, dañó la ganadería en 10 millones de cabezas y dejó sin trabajo a decenas de miles de peones rurales, más los 18.000 trabajadores de la carne que perdieron su trabajo por el cierre de exportaciones durante los gobiernos de NK y CF.

Este ciclo de prosperidad fue aprovechado por nuestros vecinos: Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay. Mayor empleo, inversiones, mejora general del nivel de vida, sin inflación y con reservas en sus respectivos bancos centrales.

Por el contrario, kirchneristas y macristas actuaron en contra de los intereses del pueblo argentino. No en momento de crisis sino en el mejor momento del país. La crisis que menciona la vicegobernadora es enteramente facturada por la dirigencia política argentina y sus amigos capitalistas (crony capitalism); exactamente los mismos que financian las campañas electorales.

No hay ninguna razón para que estemos en crisis, angustiados y tristes excepto la incompetencia, soberbia y venalidad de nuestra clase dominante, la cual incluye, pero no se limita, a los políticos.

Lo siento, Magario. Todavía está a tiempo de desmarcarse y defender los intereses del pueblo. Después de todo, los gobernantes de Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay lo hicieron y lo hacen y ahí están: en el poder y ricos. No es tanto sacrificio, después de todo.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

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Artículo publicado el 03/09/2022 en Restaurar.org, http://restaurarg.blogspot.com/2022/09/no-la-pasamos-bien.html