RECHAZO AL PROYECTO BRITÁNICO PARA LA SECESIÓN FUEGUINA, EN FAVOR DE LOS KELPERS, QUE IMPULSA UN MIMADO DE LA CANCILLERÍA ARGENTINA

El pasado martes 5 de Julio, el escritor y fundador de la Unión Malvinizadora Argentina (UMA), Luciano R. Moreno Calderón, presentó un proyecto en la Legislatura fueguina con dos objetivos: (1) alertar sobre un especialista, Dr. Marcelo Kohen, enquistado en el poder nacional que propone dividir la provincia para convocar un referéndum kelper en Malvinas —usando el art 2 de la Ley 23.775 que Moreno propone derogar desde el 2016 para evitar estas interpretaciones— y (2) que el parlamento manifieste el repudio y rechazo de la propuesta, de la persona que lo propone y su expulsión de todo lugar de toma de decisión oficial, relacionado con la Cuestión y la Causa Malvinas. Una iniciativa que aún duerme en el seno legislativo.

El fueguino fundador de la Unión Malvinizadora Argentina (UMA), Luciano Rodrigo Moreno Calderón, presentó un proyecto en la legislatura fueguina para solicitar el repudio a la propuesta de Marcelo Kohen que busca dividir la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y darle un referéndum a los kelpers para que, si así lo quieren, puedan quedarse con esos territorios.

En efecto, el especialista en Derecho Internacional, integrante del Consejo Nacional de Malvinas y nominado por la actual Cancillería para integrar la Corte internacional de Justicia, planteó en las Islas Malvinas desmembrar el territorio como «solución a la disputa de soberanía por las Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y sus espacios marítimos correspondientes».

La iniciativa presentada en Malvinas, fue ratificada por Marcelo Kohen en una disertación —filmada— llevada adelante en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), en marzo de 2018, en la cual explicita que «las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, deberían constituir una provincia especial, separada», que obtendría todos los recursos, incluso con mayores derechos que las actuales provincias sobre la plataforma continental argentina —más allá de las 12 millas—; luego brindar la suficiente ‘autonomía’ a la nueva provincia, que le permita participar de organizaciones de ordenamientos pesqueros OROP´s, dándole derechos sobre los recursos como si fuera un estado ribereño o una transición a convertirse en uno; establecer un sistema inmigratorio propio que prohíba a los argentinos establecerse y terminar realizando un referéndum entre los isleños luego de 30 años».

Según resalta Moreno, el especialista respondió la Declaración del pueblo fueguino en esa misma charla de marzo de 2018 en CABA, quien no hacía muchos meses explícitamente había repudiado todo intento de dividir la provincia, mediante una Resolución (la Res. Nº250/2017 del 24 de agosto de 2017) surgida por iniciativa de Moreno, e impulsada y perfeccionada por todos los bloques de aquel entonces (FPV-PJ*, UCR-Cambiemos* y MOPOF*).

Según explica con contundencia probatoria el malvinero fueguino, la resolución de agosto de 2017, que explicitó el «rechazo categórico a todo proyecto por promueva que las islas Malvinas se constituyan en una nueva provincia, por resultar contrario a la integridad del territorio provincial» y «reafirmando los derechos de jurisdicción fueguina sobre los territorios argentinos usurpados por el Reino Unido», fue respondida en marzo de 2018 por Marcelo Kohen con total desprecio al pueblo fueguino, de la siguiente manera (según puede escucharse en el video que moreno adjunta): «En primer lugar, las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, deberían constituir una provincia especial, separada. Este es un punto que tiene que quedar muy en claro. Y si hay amigos fueguinos en esta sala, yo quisiera recordarles que la Ley de Provincialización de Tierra del Fuego en su art 2 dice que podrá hacerse y que no requiere el consentimiento de la provincia. Esto es un punto muy importante para aclarar, porque si hay una solución a la cuestión Malvinas, la solución no va a ser que Malvinas formen parte de la provincia de Tierra del Fuego. Lo digo con total respeto y cariño».

En este sentido, Moreno Calderón propuso a la Legislatura fueguina declarar mediante resolución el repudio a este a esa propuesta en todos y cada uno de sus puntos «por atentar de manera directa e insultante contra los intereses nacionales y la integridad territorial de la provincia».

Asimismo, solicitó dos pedidos de informes. Uno al gobierno provincial, junto con su público posicionamiento sobre el proyecto en cuestión y la presencia del especialista en el Consejo Nacional de Malvinas; y otro a la Cancillería para solicitar explicite su posicionamientos en relación con la propuesta en cuestión, «que contraría la Constitución nacional, y que aun así coloca a su impulsor en el Consejo Nacional de Malvinas y a la Corte Internacional de Justicia, a donde el mismo especialista quiere también llevar el conflicto», para, como dijo explícitamente en el CARI: «dividir la provincia, entregar sus recursos a los kelpers, prohibir ingreso de argentinos y generar un referéndum luego de 30 años de entrega».

En esta línea, el fundador de la UMA exigió la «retractación del Dr. Marcelo Kohen por sus dichos y propuestas, y consultar a los fueguinos en el Consejo Nacional de Malvinas si es dable analizar la posibilidad de pedir la expulsión de dicho cuerpo asesor, si este especialista formal y realmente es parte de él».

Por último, solicitó emitir una Resolución «expresando el interés del pueblo fueguino porque el congreso nacional, que es quien tiene la potestad modificar las leyes nacionales, cuanto antes, comience el proceso constitucional que requiere avanzar en la derogación del art 2 de la ley 23.775», por ser este artículo el que cita el Consejero Nacional, y otros, como aval jurídico para realizar la secesión del territorio provincial y el futuro referendum kelper.

Para fundamentar el proyecto, Moreno Calderón adjuntó un documento de unas 100 páginas en donde los legisladores podrán consultar en profundidad todas las argumentaciones e incluso, mediante un código QR, escuchar la disertación de Kohen ante al CARI en donde propone dividir la Provincia.

«No puede seguir esta legislatura, y tampoco el Ejecutivo Provincial, en aquiescente silencio. Se debe poner un límite y solicitar al especialista que ratifique o rectifique públicamente lo que dijo en Malvinas y en el CARI, para luego, inmediatamente, pedir su expulsión del Consejo Nacional de Malvinas, y si a pesar de lo que dice la página oficial de la Cancillería, no fue aún designado, debe dejarse claro que la provincia rechaza el ingreso como consejero de toda persona que públicamente haya puesto en duda la recuperación de ejercicio pleno de soberanía y/o planteado la necesidad de separar el territorio usurpado -argentino y fueguino- para luego darles un referéndum a la colonia», apuntó.

«Tampoco puede seguir la Universidad Nacional Tierra del Fuego AeiAS, ya avisada al respecto, sin protestar, la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) le dé una Cátedra llamada  Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, para dirigirla junto con sus pupilos entregadores, como ser el Dr Facundo Rodriguez para enseñarle a las nuevas generaciones que la solución es dividir la provincia para darle Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y la Antártida a la los británicos, algo que la UNTDF sabe y aparentemente avala sin problema alguno».

Por último, el malvinero fueguino, expresó que empezó elaborar, junto con especialistas, entre los cuales se encuentra, Cesar Lerena y Eduardo Barcesat un proyecto para derogar el Art 2 de la Ley de provincialización fueguina que se está trabajando con el Senador Nacional Pablo Daniel Blanco (integrante de Consejo nacional del Malvinas); una labor a que se sumaron técnicos del Senador Nacional Matías Rodríguez.

«Espero esta legislatura, una vez más, de manera transversal, se ponga firme en la reivindicación de nuestros derechos e intereses nacionales y provinciales, y ayude a despejar toda confusión o mal intención que pretenda dividirnos para el Reino Unido y su colonia en nuestro Atlántico Sur, y ponga límite claro a un colonialismo que hace décadas no esconde que su próximo paso, desde Malvinas, es a la Antártida Argentina, que también es fueguina», finalizó Moreno.

 

1- MALVINAS, ARGENTINAS Y FUEGUINAS (pedido 1º parte) (20 paginas)

https://drive.google.com/file/d/12OV787OsmHBOAf8mqsARF0RZDaH8Ue-L/view  

 

2_ ANEXO (100 páginas)

https://drive.google.com/file/d/1YAgHX51_6GdeRDox7ZNtnllQU1D9bHZ3/view?usp=sharing

 

VIDEO DEL MIMADO DE LA CANCILLERÍA ARGENTINA (Marcelo Kohen)

PROPONIENDO:

1- Dividir Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur

2- Crear una provincia kelper con Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur

3- Darle todos los recursos de la provincia y la mitad de la nación

4- Sist Inmigratorio propio para que argentinos no puedan ir o establecerse en la nueva provincia sin autorización de la asamblea kelper

5- Luego de 30 años de esto, avalar un referendum para que si quieran los kelpers puedan obtener la soberanía plena sobre los territorio de la nueva provincia que son 1.500.000 de Km2, argentinos y fueguinos.

Artículo publicado originalmente en PAL’SUR, https://palsur.com.ar/nota/1089/—–zwj——–rechazo-al-proyecto-britanico-para-la-secesion-fueguina–en-favor-de-los-kelpers–que-impulsa-un-mimado-de-la-cancilleria-argentina/

DE LA ESPADA DE BOLÍVAR A LA DE SAN MARTÍN

Iris Speroni* (El Manifiesto**)

El 11 de agosto EL MANIFIESTO publicó “La Espada” de Sertorio, autor por quien siento admiración y respeto. Sin embargo, mi visión sobre el proceso que nosotros los americanos, denominamos “La Independencia” y que los españoles peninsulares ven, con justa razón, como el desmoronamiento de un Imperio, necesariamente discrepa.

Debo aclarar que mi opinión es la mayoritaria, con matices, entre todos los historiadores profesionales y aficionados argentinos. Aquellos que añoran el dominio español son pocos y no muy bien vistos. En general, estamos muy orgullosos de nuestra gesta emancipadora del tirano Borbón.

Discrepo en la importancia dada a la injerencia inglesa en general y la influencia que pudo llegar a tener la Leyenda Negra en particular. Se denomina así a la propaganda creada por Inglaterra y Holanda, mayormente para uso interno, con poco asidero fáctico. Resultaba poco creíble para quienes vivían en América a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, quienes sí tenían bien en claro cómo eran las relaciones con indígenas, negros, mulatos, mestizos y zainos en esos tiempos. Gente pragmática que jamás compraría fantasías insustanciales. Esta fábula, como todo lo whig, fue retomada por el marxismo, el cual nunca se caracterizó en ser apegado a los hechos. En Argentina, la Leyenda Negra entró en circulación a partir de la segunda mitad del siglo XX de la mano de intelectuales universitarios de izquierdas. La acompañan con una Segunda Leyenda Negra sobre la Conquista de la Patagonia (Conquista del Desierto). 

La Guerra por la Independencia fue una guerra civil. De español contra español. La divisoria de aguas era si se renovaba la lealtad al monarca o no, luego de la vergonzosa abdicación ante Napoleón. Los sustentos ideológicos principales fueron la teoría de la reversión de la soberanía al pueblo del padre jesuita Francisco Suárez y los iluministas franceses. Recomiendo la obra de José Carlos Chiaramonte, “Ciudades, provincias, Estados: Orígenes de la Nación Argentina (1800-1846)”, Editorial Ariel, Buenos Aires, 1997. 

¿Por qué nos quisimos divorciar de los Borbones?

Voy a hablar únicamente por el Virreinato del Río de la Plata. Mi conocimiento de Bolívar es mínimo por lo que me limitaré a lo que me apasiona que es la historia de mi Patria. Nosotros, quienes admiramos a los Generales Don José de San Martín, Martín Miguel de Güemes y al Almirante Guillermo Brown miramos con cortesía y cierta condescendencia al prócer de Colombia y Venezuela. Prosigo.

El final de la Casa de los Austrias fue trágico para América. Las reformas que implementó Carlos III —que, convengamos, fue el mejor de todos los Borbones— fueron devastadoras para los españoles en América. Enumeraré los errores principales: 

  1. Apoyo a la Independencia de los Estados Unidos. Fue costoso para los reinos de Francia y España. Para Francia, significó la bancarrota y finalmente la pérdida del trono. Para España, una sangría de dinero que solventó América, reforma impositiva mediante. 
  2. El decreto real que diferencia a los españoles nacidos en América y en la Península. Durante los Austrias, los súbditos nacidos en América tenían la misma jerarquía que los nacidos en Europa. Era razonable. Los servidores reales desarrollaban una carrera burocrática en diferentes ciudades del Imperio. Ejemplo: cuatro años en Manila, cuatro en El Callao, cuatro en Cartagena de Indias y así. Eran hombres casados cuyos niños nacían en el camino. Muchos, de adultos, entraban al servicio del Rey como sus padres. La incomprensible decisión de Carlos III dejaba fuera de la carrera profesional a decenas de miles nacidos a donde el Rey había enviado a sus padres. En términos modernos equivaldría a negarle a los hijos de un ejecutivo de una multinacional nacido azarosamente en Singapur poder ingresar a una universidad de la Ivy League y luego hacer carrera en Wall Street. 
  3. La expulsión de los jesuitas. Creo que ésta es la más fuerte de todas. Los jesuitas formaron a la mayoría de las élites españolas en América. Pusieron el cuerpo en la colonización de enormes áreas, los peores lugares a donde el resto no quería ir. Si el Rey le dio la espalda a quien le fue tan fiel (según ojos americanos), ¿por qué no lo haría con el resto de sus fieles súbditos? Más aún cuando, se supuso, fue una decisión tomada por pedido del Borbón francés.
El Virreinato del Río de la Plata 

La historia nuestra es particular, respecto a otros virreinatos. Para empezar, éramos pobres —comparados con Manila, Nueva España o Perú—. 

Parte del territorio del Virreinato estaba bajo la administración de los jesuitas sin perjuicio de las concesiones a muchas otras órdenes religiosas y a particulares. Especial mención las Misiones Jesuíticas Guaraníticas, al Noreste de la hoy Argentina. Eran una barrera de contención contra los intentos imperiales de Portugal. Al punto que el Rey dio dispensa legal para armar y entrenar a los indios guaraníes —cosa prohibida—, quienes derrotaron una voluminosa expedición portuguesa (Guerra Guaranítica 1754-1756). Así mismo administraban amplias extensiones en Córdoba y Salta, colegios secundarios y universidades en Córdoba y en el Alto Perú.

La expulsión de los jesuitas fue avisada con antelación al rey de Portugal quien preparó una invasión luego de que la decisión real fuera efectiva. El Imperio de Brasil se apoderó de kilómetros cuadrados que hoy integran el sur de ese país (actualmente Río Grande del Sur), además de apresar miles de guaraníes como esclavos y matar otros tantos. Dicho de otra forma: el rey abandonó a sus súbditos a manos de un imperio extranjero. Porque antes, cuando los Austrias, los guaraníes eran súbditos que merecían la protección real (remito al testamento de Isabel la Católica).

En 1806 una flota militar británica toma Ciudad del Cabo al sur de África luego de una batalla encarnizada en la cual miles de Boers perecieron. Luego de aprovisionarse zarpa para la desembocadura del Río de la Plata. El virrey abandonó la ciudad con el fin de proteger el tesoro (no está mal). La tropa real era escasa y no pudo defender la plaza la cual cayó rápidamente ante el invasor. El comportamiento inglés fue nefasto. Pillaje en conventos, iglesias, comercios y casas de familia, violaciones de mujeres, vejación de monjas de clausura. Lo usual. Tras 47 días de violencia y abusos, tropas venidas del interior junto a civiles armados retomaron la ciudad con un alto costo en sangre. Lo llamamos La Reconquista. Las banderas apoderadas al 71º Regimiento de Highlanders son exhibidas desde entonces hasta la actualidad en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario y Convento de Santo Domingo, de la orden dominica, en Buenos Aires.

Existe una segunda invasión en 1807, El lapso entre ambas expediciones fue empleado por los porteños para entrenar milicias civiles y pertrecharse. La rendición de los ingleses tras el segundo desembarco fue inmediata.

Estos hechos aunados conforman en la población la convicción de que al rey no le importa la protección de sus súbditos, única obligación de un monarca absoluto.

La invasión de la Península por el ejército napoleónico

¿Qué puede esperar un pueblo de un rey que deja ingresar a su territorio a un ejército extranjero y de tal forma poner el patrimonio y la vida de sus súbditos y la virtud de sus súbditas a riesgo? ¿Qué clase de persona es? ¿Por qué alguien querría ser vasallo de un monstruo traidor semejante?

El gobierno de Cádiz a partir de 1808 más la resistencia que duró seis años fueron financiados desde América, en particular desde el Perú. Uno a uno los virreinatos decidieron autogobernarse mientras el Rey estuviera en Valençay, con excepción de Perú que respondía a la Junta de Cádiz.

Fernando VII, reinstaurado al trono por potencias extranjeras, se negó a jurar la Constitución de 1812. Ordenó fusilar a quienes se lo pedían, a pesar de haber cuidado el reino en su nombre y resistido al invasor, cosa que él no hizo. Mandó ejércitos a América a recuperar su territorio. Resistimos, cual aldea de Astérix, las Provincias Unidas del Río de la Plata con sede en Buenos Aires. También Asunción (la cual se había emancipado en 1810). Hasta Montevideo había caído.

La Independencia de las Provincias del Río de la Plata se declara en 1816. Fue luego de largas negociaciones entre nuestra máxima autoridad Don Juan Martín de Pueyrredón y el embajador del rey. Nuestra única exigencia para renovar la lealtad era que Fernando VII aceptara la Constitución de Cádiz. Meses se demoró la Declaración de la Independencia a la espera de estas tratativas. El rey no dio el brazo a torcer. Nosotros nos divorciamos el 9 de julio de 1816 de la Corona Española y diez días después de toda potencia extranjera.

Nos peleamos con el ejército realista durante diez años. En la frontera norte, en el Río de la Plata (Batalla de Montevideo). El Ejército de los Andes liberó Chile y Perú. Guerreamos contra los portugueses (a quienes les ganamos en Ituzaingó y Carmen de Patagones), rechazamos invasiones francesas e inglesas que bloquearon el Río de la Plata intermitentemente durante dos décadas.

Estamos orgullosos de nuestra herencia católica, de nuestro idioma y de nuestro acervo todo. Nuestra constitución reza: “Artículo 2º.- El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano”. Su preámbulo “….invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia…”. Y no hace falta enumerar las contribuciones argentinas a la lengua castellana en los últimos doscientos años.

Nos hemos peleado con los ingleses todas las veces que fue necesario y lo volveremos hacer hasta recuperar nuestras Islas Malvinas.

Creo que los historiadores modernos españoles recargan las tintas sobre los ingleses porque es autoexculpatorio. Es fácil echarles la culpa de todos los pesares a los ingleses y hacer la vista gorda a los errores propios. “El imperio no se desmoronó por los Borbones, sino porque Gran Bretaña es mala”. Muy fácil.

¿Quiso Inglaterra medrar con el Imperio Español? Seguro que sí. ¿Aprovechó las luchas civiles americanas? Sí. ¿Trató que América fuera su mercado luego de perder Estados Unidos? Sí. ¿Contribuyó a la Revolución francesa? Probablemente. Eso no quiere decir que hayan podido hacer mucho. No pusieron ni plata ni hombres ni dinero, excepto en situaciones marginales (Cochrane en Chile y con plata chilena). Sí tuvimos contribución por parte de oficiales napoleónicos en el exilio, pero eso es otra historia. La Independencia fue financiada por nosotros, bañada con nuestra sangre, por decisión nuestra. Porque creímos y creemos que cualquier suerte es mejor que estar bajo un Borbón.

Nos habrá ido bien, mal o regular, pero estamos orgullosos de nuestra costosa elección. Subo la apuesta: Argentina volverá a crecer y ser una nación orgullosa bajo la faz de la tierra. Seremos, una vez más, el refugio de todo cristiano, quienes serán perseguidos en Europa cuando ésta caiga indefectiblemente en el paganismo si continúa el actual derrotero.

Porque así, ahora como antes, seremos un lugar de resistencia, integrado por hombres y mujeres bravos.

En cuanto a España, no soy yo quien para decir qué está bien o mal. Pero a Fernando VII debieron decapitarlo cuando volvió. La Casa de Borbón ha sido la promotora de la disolución general, con la pérdida de Florida, Puerto Rico, Cuba y la disgregación actual de la Península. Cuanto antes se desentiendan de esa gente, mejor.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

** Artículo publicado originalmente el 28/08/2022, en El Manifiesto.com, https://elmanifiesto.com/identidad/418444338/De-la-espada-de-Bolivar-a-la-de-San-Martin.html

 

LA ESPADA

Sertorio (El Manifiesto*)

En la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia se hizo desfilar la espada de Bolívar. Y don Felipe no se levantó. Habría sido un miserable si lo hubiese hecho.

Uno de los inconvenientes del aggiornamento progre de la Casa Real española es que el participar en todos los aquelarres de la izquierda global, indigenista y separatista, sólo le va a servir para acumular insultos y para convertirse en una escupidera coronada. Por mucho que Felipe VI haya abandonado todo matiz tradicional en su imagen y se haya convertido en un reyecito escandinavo, hay cosas que a España no se le perdonan. Y don Felipe de Borbón no representa sólo, como a él le gustaría, a la España moderna y democrática, sumisa y ejemplar taifa sin historia de la Unión llamada “Europea”. Don Felipe encarna a su pesar, contra su voluntad, malgré lui, a la España histórica y a su legado. No es sólo cómo se ve él, es cómo le ven los demás.

Felipe VI se parece a Fernando el Católico, a Carlos V o a Felipe II como un huevo a una castaña. Lo mismo que la Monarquía Hispánica era algo muy distinto del vegetativo Estado de las Autonomías en el que nos hallamos tan mal arrejuntados como bien divididos. Sin embargo, el fantoche de la España clerical y conquistadora, origen de todos los males de “Latinoamérica”, es el mito central del liberalismo y de la izquierda revolucionaria en América, la justificación de las emancipaciones, cuyo padre fundador fue Bolívar. Por eso, España no puede tener nada bueno, su herencia nefasta ha condenado a las ya no tan jóvenes repúblicas americanas al subdesarrollo; las ha tarado de manera congénita, como si se tratara de una enfermedad hereditaria, de un pecado original. En definitiva, la mitología de la independencia se nutre de dosis colosales de Leyenda Negra, porque las secesiones americanas fueron, no hay que olvidarlo, una iniciativa británica, ejecutada contra la nación que en esos años era su mejor aliada y que se dejaba la sangre en los campos de batalla luchando contra Napoleón. La propaganda antiespañola ya llevaba dos siglos funcionando a pleno rendimiento: a los padres de las patrias americanas les dieron un producto muy eficaz; tanto que hoy sigue siendo más dogma de fe que nunca entre los políticos de aquellas latitudes.

Doscientos años son un plazo más que razonable para enmendar la historia y salir de la dependencia y el subdesarrollo. Sobre todo cuando la malvada España hace centurias que nada pinta por esas pampas, sertones y llanos. Para hacernos una idea, según el informe Relaciones bilaterales España-Latinoamérica y Caribe (2021) de la Secretaría de Estado de Comercio (Subdirección General de Iberoamérica y América del Norte), el 73% de nuestras exportaciones están destinadas a Europa, mientras que a la América que habla latín se va sólo un 4,4%. En cuanto a las importaciones, el 61 % de lo que compramos viene de Eu-ropa, mientras que sólo el 4,7% llega del otro hemisferio. De nuestros treinta primeros socios comerciales, sólo dos: México y… Brasil están en la lista. Para la España actual, Portugal, Marruecos o los Países Bajos son socios de mucha mayor importancia que todas las naciones “hermanas” juntas. Es decir, las monsergas que se nos cuentan habitualmente sobre el papel de España como potencia neocolonial y demás paparruchas son mera retórica, flatus vocis, fuegos de artificio. Los lazos del idioma, de la sangre y de la cultura compartida son los únicos que mantienen la presencia de España en América, que es algo muy importante y a lo que no creo que se pueda llamar imperialismo, sino parentesco; pero precisamente la herencia de Bolívar consiste en cortar esas ligaduras. Y ahí es donde don Felipe, como siempre, se vio condenado a hacer un papelón.

En la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia se hizo desfilar la espada de Bolívar. Y don Felipe no se levantó. Hizo muy bien. Bolívar representa como muy pocos el odio a España, tanto que proclamó la guerra a muerte contra españoles y canarios y decretó el exterminio de hombres, mujeres y niños peninsulares. Algo en lo que sólo le igualó el Cura Hidalgo, al masacrar a todos los gachupines que tenían la desgracia de caer en sus manos.

Todavía hoy, el grito nacional de los mexicanos es “¡Mueran los gachupines!”. Es decir, nosotros. Posiblemente nadie haya odiado tanto a nuestro país como Simón Bolívar, con la patética, pueblerina e impotente excepción de Sabino Arana. Felipe VI habría sido un miserable si se hubiera levantado. Afortunadamente para el muy baqueteado honor de nuestra nación, se negó a hacerlo.

La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿qué pinta el rey de España en un acto en el que va a desfilar la espada de uno de los peores enemigos de España, uno de los hombres que con mayor intensidad odió no sólo a nuestra nación en abstracto, sino a sus naturales de carne y hueso, cuyo exterminio predicaba? ¿Para qué sirven los centenares, miles, de asesores del Gobierno? ¿Nadie se informó de la naturaleza de las ceremonias que se iban a celebrar? Quizás si los dirigentes españoles viajaran menos y no quisieran salir en todas las fotos, no sucederían estas cosas. ¿Hacía mucha falta llevar al rey a ese sarao? ¿Tan importante es España para Colombia como para mandar allí al Borbón? La catástrofe de imagen es grave, porque la leyenda dorada de Bolívar es casi una religión en algunas de esas repúblicas y se han levantado voces indignadas contra la actitud del rey, la única honorable para un español. Pero, aunque Felipe VI se hubiese levantado, los bolivaristas de toda América seguirían maldiciendo a España, la difamada nación que les dio lo poco que les une todavía: la lengua, la fe y el odio al padre.

No toda la culpa, sin embargo, es de los progres. También la tienen la estupidez y la incultura de los carcas

* Artículo publicado originalmente el 11/08/2022 en El Manifiesto.com, https://elmanifiesto.com/tribuna/501302474/La-espada-de-Bolivar-el-carnicero.html