LA PRODUCCIÓN PESQUERA SOSTENIBLE VERSUS SOSTENIBILIDAD SIN PRODUCCIÓN

César Augusto Lerena*

En el mundo y, por cierto, en Argentina, se ha instalado una discusión que es incongruente: el de producir en forma sostenible versus reservar espacios marinos sin producir. En estos días hemos visto una publicación en Clarín que con el título catástrofe “La muerte del mar”; una activista ambientalista y una técnica promueven la instauración de Áreas Marinas Protegidas (AMP) como medio para dar sostenibilidad al medio marino y sus especies, en lugar de contribuir a que la pesca sea sostenible. Es tan reprochable la pesca insustentable como impedir la captura sostenible.

Quienes se ocupan de cuestiones ambientales, tan importantes para el cuidado del planeta, debieran estar muy capacitados en la materia que aconsejan como para contribuir a interiorizar en los productores de alimentos la necesidad de armonizar entre la generación de proteínas y el cuidado de “la Casa Común”: el ser humano y su entorno. Pero ello no parece resultar de esta nota, desde el mismo momento en que una de las opinantes, la activista Lucia Castro manifiesta, con suficiencia: «nadie sabe que una tercera parte del territorio nacional es agua» (sic); cuando la Argentina sólo de Zona Económica Exclusiva (ZEE) tiene 3.146.345 Km2 y su porción en el continente americano alcanza a 2.791.810Km2. La nota esta plagada de errores y contradicciones.

Atrasaría tanto el empresario que explote los recursos sin sostenibilidad como los fundamentalistas ambientalistas que pierden de vista que el ser humano es el administrador de la naturaleza y debe vivir en forma sostenible de ella. Gran parte de quienes estamos vinculados a esta actividad productiva, generadora de pueblos, industrias y mano de obra intensiva en el sudeste de Buenos Aires y el área del litoral patagónico de Argentina, estamos muy interesados en dar sostenibilidad y sustentabilidad a la actividad pesquera, ya que de otra manera no se podría garantizar la disponibilidad del recurso a perpetuidad. Sin producción no hay sostenibilidad y sin ésta no hay producción futura.

Para dar sustento a esto, indicaremos algunas líneas del texto comentado que realizáramos de la Encíclica Laudato Si’ “El Cuidado de la Casa Común” (César Lerena “Argentina. La Casa Común”, 512 pág. 2021) donde junto al Papa Francisco, cientos de científicos, filósofos, teólogos y organizaciones ambientalistas y sociales tratan a la naturaleza no como un hecho aislado, sino como una parte, donde se tiene a la humanidad como administradora y responsable principal en asegurar la ecología, la ecología trófica y el medio ambiente.

El mensaje de la Encíclica es suficientemente claro, la Casa Común en el sentido más amplio es el bien a proteger y el ser humano es su cuidador responsable, entendiendo por tal, a quién protege el ambiente para las generaciones venideras per sécula seculorum. Francisco pone en un justo lugar las cosas: «Si bien, no es posible aceptar un antropocentrismo depredador tampoco un biocentrismo que implicaría incorporar un nuevo desajuste que no sólo no resolverá los problemas, sino que añadirá otros». Los seres humanos son los responsables de administrar sostenidamente el planeta y, si bien son parte de éste, “el todo” carecería de sentido si el conjunto de la naturaleza no estuviese destinado a satisfacer sustentablemente sus necesidades.

Desde la ciencia “un ecosistema está constituido por seres vivos interdependientes que comparten el mismo hábitat y cuyos procesos vitales se vinculan entre sí. Este involucra a todos los elementos bióticos: los seres humanos, los animales y las plantas que conviven con los factores abióticos (temperatura, luz, humedad, etc.) del medio ambiente, de modo tal, que el ecosistema es una unidad compuesta por organismos interdependientes de cadenas tróficas o alimenticias que dependen entre sí para su supervivencia, por lo cual, cualquier desequilibrio atenta al ecosistema en su conjunto» (Tansley, A. G., 1939) y «la protección del medio ambiente debe constituirse en parte integrante del proceso de desarrollo y no considerarse en forma aislada» (Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo, 14/06/1992). En este sentido, el Papa es muy preciso respecto al rol fundamental del ser humano en relación al Cuidado de la Casa Común al entender que «no puede exigirse al ser humano un compromiso con respecto al mundo si no se reconocen y valoran al mismo tiempo sus capacidades peculiares de conocimiento, voluntad, libertad y responsabilidad».

Frente a ello, parece una actitud empírica y paternalista que quienes no tienen la responsabilidad de sostener las estructuras productivas del país y el desarrollo de las regiones más postergadas y desconocen estas actividades, sean los que proponen acciones para supuestos efectos negativos, que ellos mismos indican, no estar suficientemente probados. En la Argentina, es el Estado, los empresarios, trabajadores y expertos —en esa visión del Papa— quienes deben hacer la actividad sostenible y “sustentable” y las opinantes en la nota de Clarín, flaco favor le hacen a la causa de proteger ambientes y especies cuando, por un lado, fundan en forma errónea los motivos por los cuales el mar argentino estaría en peligro y, por el otro, omiten las más importantes razones de depredación marina y pesquera en la región. En realidad, con un planteo tremendista, el objetivo de las ambientalistas opinantes en este medio, no parecieran tener otro objetivo que el de establecer Áreas Marinas Protegidas (AMP) en el mar argentino, debilitando la capacidad de generación de proteínas de Argentina, mientras en paralelo el Reino Unido ocupa y explota sin control alguno 1.639.900 Km2 del mar argentino, proponiendo a la par la creación de AMP alrededor de todas las colonias de ultramar que forman parte de la llamada Comunidad de Naciones.  

Recordemos que el recurso pesquero es del Estado. Este otorga en concesión la explotación a empresas que deben cumplir con las normas legales (Ley de Pesca 24.922, resoluciones del CFP y leyes provinciales) que, en su articulado, establecen claramente, que la Autoridad de Aplicación es la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, quien preside el Consejo Federal Pesquero que, como en casi ninguna otra actividad productiva, tiene entre sus miembros a un experto en medio ambiente en representación del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la legislación que cuenta el país, además de explicitar las especies, el estado de desarrollo, las formas de captura, zonas, épocas y tiempos, tiene en el Instituto de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) los científicos y expertos más importantes de Suramérica, quienes anualmente determinan, en base a la investigación de las especies y el ecosistema, la Captura Máxima Sostenible, según la especie que se trate; es decir, lo máximo que se puede capturar de cada especie por año para asegurar su reproducción, desarrollo y descendencia. Parece que anunciar una supuesta “muerte en el mar”, prediciendo una catástrofe ambiental con la expresión de meras generalidades y sin información, es poco serio y desacredita el muy útil trabajo de cuidado ambiental.

La Argentina tiene habilitados unos 520 buques pesqueros de distinto porte que desembarcan unas 800 mil toneladas de pescados, crustáceos y moluscos por año. Un número similar al de las embarcaciones chinas, coreanas, taiwanesas, españolas y británicas, etc., que pescan un millón de toneladas anuales en forma ilegal (INDNR) en alta mar y Malvinas; al que deberíamos agregarle otras 300 mil toneladas por descarte ilegal si se equiparase la información disponible en la ZEE (INIDEP, AGN, FAO), a la par de la gravísima depredación que implica; tratándose de un único ecosistema, provoca un daño impredecible a los recursos migratorios originarios de la ZEE, pero también sobre stock disponible en ésta. Cuestión, que está totalmente fuera de control por parte de la Argentina (al menos sin acuerdos) y accesoriamente, pero muy importante, cuando unas pocas potencias desarrolladas se hacen de los recursos de los Estados ribereños, se les quita los alimentos para la sobrevivencia a una Argentina con 40% de pobres e impiden el normal desarrollo intelectual de las futuras generaciones. Nos preguntamos dónde están los ambientalistas cuando estas naciones le extraen recursos a Suramérica y el Caribe por un valor de 12.000 millones de dólares anuales. Ciertamente, un hecho depredador, muchísimo más grave que todas las capturas, cualquiera fuese la forma que se realicen en la ZEE; donde la Autoridad de Aplicación cuenta con mayores herramientas de fiscalización, tanto a partir de sistemas satelitales o acciones directas que se realizan durante las extracciones y en el desembarco; aunque tampoco se deba tolerar.

Podemos coincidir que los controles en la ZEE son insuficientes y deficientes y podríamos dar una larga lista de motivos; pero en alta mar o en Malvinas directamente no existe ningún tipo de control presencial. Aquí incluiríamos la presencia de redes, cajones y otros elementos en el mar y sus playas, cuya responsabilidad podría resolverse con la identificación de todos los elementos que se usen en el mar. Sin embargo, afirmar, como lo hace la activista Castro que: «es parte del trabajo en alta mar echar al agua aquello que no sirve y se encuentran cajas plásticas en las playas de Chubut o redes que aparecen flotando que matan ballenas» parece de charla de café y no una nota técnica. Manifestar temerariamente que «descartar es parte del trabajo»; además de no distinguir entre ZEE y alta mar y englobar todo bajo el término “descarte” que, en la pesca se utiliza para referirse a la devolución ilegal de especies no comerciales o resultantes de la pesca incidental y, no para describir a aquellos deshechos plásticos (cajones, redes, etc.) que voluntaria o accidentalmente pueden ser tirados al mar, es al menos desconocer la actividad y el entorno. Ambas prácticas están prohibidas por Ley, pero no son lo mismo. Como no es de la misma responsabilidad la pesca en la ZEE que en alta mar, donde la Argentina no tiene jurisdicción, aunque le asistan derechos respecto a los recursos migratorios originarios de la ZEE en ese espacio marítimo.

Refiere el artículo a las “Redes de Arrastre” y no indica si las que se cuestionan son las “Redes de Arrastre de Fondo”, lo cual es una importante imprecisión, porque esta última clasificación, a la que no refieren las ambientalistas, está relacionado a las especies que se capturan y su eventual acción sobre los fondos.

Por su parte, la Coordinadora Diana Friedrich del Proyecto Patagonia Azul de la Fundación Rewilding de Douglas (1943-2015) y Kristine Tompkins, indicaron en la nota que la Argentina se comprometió en 2010 a proteger el 10% del mar y en 2022 el 30%, como si hubiese incumplido, sin ponderar que en la actualidad la Argentina de los 6.247.842km2 que conforman la ZEE continental e insular y, la parte meridional del Atlántico Sur que linda con la Antártida, tiene un 51,26% vedada o restringida la captura como producto de la ocupación británica de Malvinas; su unilateral reserva ecológica de 1,07 millón de km2 alrededor de las Georgias y Sándwich del Sur; los 100.000 Km2 de las AMP Namuncurá-Banco Burdwood I-II y Yaganes y producto de la conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CRVMA). Es decir, ha superado largamente cualquier pauta razonable de conservación aunque, erróneamente, Castro refiera que Argentina tiene solo protegido un 8% del mar; ignorando los espacios referidos y los que el propio INIDEP tiene en veda permanente o transitoria. Destacar a la panameña Shirley Binder, a la que Castro califica como una de las responsables de la “gran gesta panameña” en la protección de más de la mitad de su ZEE (54,33%) es un hecho mucho menor a lo que ocurre en la Argentina que, como dijimos, tiene muchos más km2 vedados a la captura nacional. La ZEE panameña alcanza a un 10% del total de la ZEE Argentina. Aunque, para evaluar con rigor científico a las AMP/Vedas, deberíamos referirnos a la carga biológica que protegen y no a una mera proporcionalidad de territorio, que podría carecer de todo efecto biológico. La propia Friedrich lo ratifica: «Las dos únicas áreas protegidas que tenemos, están en una zona donde casi nadie pescaba» (sic); aunque hay quien entiende que esos espacios son reservorios de especies que migran a Malvinas y son capturadas con licencia británica. A esta altura, uno debería preguntarse para qué se estableció un AMP “donde casi nadie pescaba”. En vez de sancionar leyes habría bastado una Resolución del Consejo Federal de Pesca, con el aval del INDEP, estableciendo las vedas que fueran necesarias.

Afirma también Friedrich que «el sector pesquero insiste con que las zonas de veda permanente son como AMPs», lo que rechaza: “las zonas de veda no son AMPs» y, por su parte, Castro indica: «no se conoce ni se ha probado un método que las suplante». Respetuosamente, estas ambientalistas muestran una cierta dificultad para interpretar textos, ya que la Ley 27.037 establece en sus artículos 2º y 4º que «se consideran AMPs a los espacios naturales establecidos para la protección de ecosistemas, comunidades o elementos biológicos (…) que en razón de su rareza, fragilidad, importancia merecen una protección especial para el aprovechamiento y goce de las presentes y futuras generaciones…», nada diferente a una Veda que es un acto administrativo establecido por la Autoridad de Aplicación con dictamen del INIDEP, en el que está prohibido capturar o extraer un recurso hidrobiológico en un área determinada por un espacio de tiempo (temporaria o permanente). Habiendo varios tipos de veda: biológica: prohíbe capturar/extraer con el fin de resguardar los procesos de reproducción y reclutamiento de una especie hidrobiológica. Entendiéndose por reclutamiento la incorporación de individuos juveniles al stock; extractiva: prohíbe capturar/extraer en un área específica por motivos de conservación; extraordinaria: prohíbe capturar/extraer, cuando fenómenos oceanográficos afecten negativamente una pesquería. Nosotros entendemos que Mientras el AMP es una fotografía tomada sobre un área, en un determinado tiempo, la veda permite a la Autoridad de Aplicación efectuar las acciones correctivas correspondientes no solo sobre los espacios sino, fundamentalmente, sobre el comportamiento de las especies en el área vedada.

Para extrañeza total, la técnica citada indica: «no hay estudio de impacto ambiental» y acota la activista Castro: “la ley federal de pesca no prohíbe la pesca de arrastre…está poco estudiado el impacto que hay sobre el fondo marino argentino»; pero, a renglón seguido se contradice: los efectos son «equivalentes a la tierra deforestada». Cabe, entonces preguntarse: si no hay estudios de impacto ambiental o son insuficientes ¿con que rigor científico determinan que la red de arrastre ocasiona un efecto equivalente a la deforestación? Y en este punto, termina diciendo Castro: «la pesca de arrastre es 100% legal, pero el descarte está prohibido». Y no necesariamente la pesca de arrastre supone descarte. Deberían leer estas ambientalistas, entre otros, los incisos n) y ñ) del artículo 21 de la Ley 24.922; porque el desembarque en porcentuales más altos de los permitidos puede implicar una penalización. Un cuento de la “buena pipa” que la Autoridad de Aplicación no ha sabido resolver: si se desembarcan especies de tamaño chico o mayor volumen se penaliza y si se descarta en el mar se penaliza.

Por si faltaba algo, la activista Castro concluye: «se necesitan AMP en estos frentes productivos», denominación que se parece más a la de un espacio político pero que no buscaría una producción sostenible sino atacarla. Absolutamente distinta a la mirada evolucionada del Papa y de los más de quinientos técnicos que elaboraron la Encíclica “El Cuidado de la Casa Común”; una Encíclica que, modestamente, considero un compendio extraordinario socio-ambiental donde se designa al ser humano administrador universal para el aprovechamiento sostenible de la naturaleza. No guardar un debido equilibro, no contar con una información científica rigurosa e impedir la pesca en los “frentes productivos” sería provocar un daño más grave aún que el que se pretende proteger.  

Que el árbol no les impida ver el bosque.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente de la Fundación Agustina Lerena (Fundada el 21/10/2002), Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana, CESPEL (Fundada el 02/04/1989).

Autor de “Malvinas 1982-2022. Una gesta heroica y 40 años de entrega” (2021) y de “Pesca Ilegal y Recursos Pesqueros Migratorios Originarios de los Estados Ribereños de Latinoamérica y El Caribe” (2022).

 

LA VISITA DEL PRESIDENTE DE COREA DEL SUR A VIETNAM Y SU IMPACTO ESTRATÉGICO INTEGRAL.

Ruvislei González Saez*

Los presidentes de Vietnam, Vo Van Thuong, y de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, visitan el lago Hoan Kiem (Fuente: VNA).

 

Introducción

Recientemente entre los días 22 y 24 de junio, el presidente de la República de Corea, Yoon Suk Yeol, realizó una visita de Estado a Vietnam, en respuesta a una invitación de su homólogo anfitrión, Vo Van Thuong. Se trató de la primera visita oficial del presidente Yoon Suk Yeol a esta nación, la cual es a su vez, el primer país del Sudeste Asiático que visita después de su asunción como mandatario sudcoreano.

La gira de Estado del presidente Yoon se produjo a menos de un año, cuando ambas naciones conmemoraron el 30 aniversario de las relaciones diplomáticas y elevaron posteriormente los lazos a nivel de Asociación Estratégica Integral. Un tipo de relaciones que solo Hanoi tiene con China, Rusia e India. En 2022 el entonces presidente vietnamita Nguyen Xuan Phuc visitó Seúl para conmemorar el aniversario de los lazos diplomáticos. 

Antecedentes

En los años setenta del siglo pasado en momentos en que Vietnam se encontraba en plena guerra con Estados Unidos, soldados sudcoreanos participaron en ésta apoyando a Washington. De ellos más de 3.000 sudcoreanos perdieron la vida y otros 8.000 fueron heridos (Giné, 2009). A pesar de las diferencias en momentos de la guerra, de la no existencia de relaciones diplomáticas con Seúl y el reconocimiento vietnamita a la República Popular Democrática de Corea, tras el fin de la guerra entre 1975 y 1983 se iniciaron las relaciones comerciales. En 1980 comenzó el proceso de acercamiento entre las empresas sudcoreanas que llegaron a Vietnam mediante la Cámara de Comercio e Industria. Entre ellas se destacaron las compañías Samsung, Daewoo, Lotte, Hyundai, por citar solo algunos casos.

En el período 1983-1988 hubo un incremento de las visitas bilaterales entre ambas partes, justamente en el momento en que en 1986 se inició el proceso de Renovación vietnamita y un año después en 1987 se aprobó la primera Ley de Inversión Extranjera por parte de la nación del Sudeste Asiático. En 1989 se realizó la primera visita oficial de un organismo gubernamental vietnamita a Corea del Sur. El ministro de Industria Ligera de Vietnam realizó una gira en 1989 y a partir de ahí se iniciaron conversaciones hasta que se acercaron en 1991.

Tras el reconocimiento oficial de los dos coreas por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en septiembre de 1991, los países socialistas China, Laos y Vietnam comenzaron a establecer las relaciones diplomáticas con la República de Corea en diferentes momentos. Ello evidenció un cambio de postura en relación a la etapa de la Guerra Fría. La propia Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) antes de derrumbarse, eliminó el veto en el Consejo de Seguridad de la ONU al ingreso de Corea del Sur y estableció relaciones diplomáticas con Seúl en 1990.

Ambas partes mantuvieron conversaciones no oficiales antes de hacer el anuncio. Con la visita del canciller sudcoreano el 22 de diciembre de 1992, se concretó la firma en Hanoi de las relaciones diplomáticas plenas entre ambas partes. China fue el primero en cambiar su posición tras el reconocimiento de la comunidad internacional de dos países en la península coreana y establecer lazos oficiales con la República de Corea el 24 de agosto de 1992, mientras que Vietnam, lo hizo varios meses después el 22 de diciembre del propio año. Laos tardó un poco más, pero finalmente lo hizo en 1995. 

Evolución de las relaciones bilaterales

Aunque Hanoi y Seúl establecieron sus relaciones diplomáticas en 1992, posteriormente el capítulo de la Guerra de Vietnam y la presencia sudcoreana continuó incidiendo de manera negativa. Dos semanas antes del inicio del viaje de tres días del entonces presidente Lee Myung-bak a Vietnam en 2009, las autoridades de Hanoi manifestaron su molestia por un proyecto de Ley sudcoreano hecho público el nueve de septiembre de ese año, que otorgó a los veteranos que participaron en la guerra vietnamita los mismos reconocimientos y derechos que a los veteranos de la guerra de Corea (1950-1953). La cuestión se suavizó tras una rápida visita del entonces ministro de Asuntos Exteriores, Yu Myung-hwan a Hanoi el 11 de octubre.

Lee Myung-bak salió hacia Hanoi el 20 de octubre de 2009. Se entrevistó con los principales líderes vietnamitas de ese momento, el presidente Nguyen Minh Triet, con el primer ministro Nguyen Tan Dung y con el secretario general del Partido Comunista de Vietnam (PCV), Nong Duc Manh. Más allá de algunas discrepancias políticas puntuales, las relaciones bilaterales económicas y comerciales han crecido considerablemente en la última década, especialmente desde que Seúl firmó en 2007 un primer tratado de libre comercio (TLC) con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) de la que Hanoi es miembro.

Cuando iniciaron las relaciones diplomáticas en 1992, Vietnam era el 12º socio comercial de Corea del Sur y éste el sexto de Vietnam. Posteriormente el comercio bilateral alcanzó los 9,8 mil millones de dólares en 2008, 20 veces más que los 490 millones de dólares en 1992. Ya en 2021 y a pesar del impacto de la pandemia de la Covid-19 el intercambio mercantil ascendió en torno a los 80 mil millones de dólares[1].

Para Corea del Sur, en el año 2021 Vietnam constituyó el cuarto socio comercial global después de China, Estados Unidos y Japón. Mientras en 2022 Hanoi pasó a ser el tercer socio comercial con un volumen comercial de 87.700 millones de dólares. (Yonhap, 2023a). La tendencia ha sido creciente incluso en 2020 a pesar de la ralentización global del comercio debido a los impactos de la pandemia. La interdependencia económica entre las partes ha conducido a que los principales productos que exporta Corea del Sur a la nación del Sudeste Asiático han sido circuitos integrados (21%), teléfonos (19%) y accesorios de transmisión (4,9%), entre otros. Mientras las importaciones principales sudcoreanas procedentes de Vietnam han sido similares, pero añadiendo ordenadores (3,3%); además de teléfonos (17,3%) accesorios de transmisión (7,27%). (OEC, 2022).

Ya en 2022 se destacó un incremento del comercio bilateral como fue mencionado anteriormente. En julio del propio año, el incremento en las exportaciones anuales de Corea del Sur hacia Vietnam fue dado principalmente por un incremento en las exportaciones de maquinarias eléctricas, equipos y piezas. (484 millones de dólares o 21,0%), vehículos (45 millones de dólares o 47,7%), cobre y productos derivados (35,8 millones de dólares o 110%). En igual período, el incremento de las importaciones anuales de Corea del Sur desde Vietnam fue justificado por un aumento en compras de reactores nucleares, calderas, maquinaria y electrodomésticos (139 millones de dólares o 79,9%), maquinarias eléctricas, equipos y piezas (89,6 millones de dólares o 12,3%), así como plásticos y artículos derivados de los mismos (15 millones de dólares o 73,1%). (OEC, 2022)

En cambio, para Vietnam, la República de Corea constituyó el tercer socio comercial global bilateral en 2021. Si bien es el tercer destino de las exportaciones vietnamitas luego de Estados Unidos y China, en el marco de las importaciones es el segundo proveedor después del gigante asiático (ver gráfico 1). En ese sentido, debe destacarse la relevancia comercial de las relaciones en el actual contexto.

 Gráfico 1: Principales socios comerciales de Vietnam en miles de millones de dólares en 2021.

Fuente: Departamento General de Aduanas de Vietnam, 2022.

En cuanto a las inversiones extranjeras directas (IED), Corea del Sur ha sido muy relevante para Vietnam incluso desde los primeros momentos en que se establecieron las relaciones. Aunque ambas naciones establecieron relaciones diplomáticas en 1992, desde que se promulgó la Ley de Inversiones de 1987 de Vietnam y en medio de un bloqueo económico y financiero de Estados Unidos hacia este país, se puede decir que Corea del Sur tuvo una posición significativa al convertirse en el período 1988-1996 en el quinto mayor inversor en la nación del Sudeste Asiático después de Singapur, Taiwán (China), Japón y Hong Kong (China) con más de 3 mil millones de dólares. (González, 2018: 285).

En los últimos años actuales, la República de Corea ha sido el mayor inversor externo de Vietnam. En el 2021 continuó siéndolo con 9.223 proyectos y un capital registrado acumulado de 74.700 millones de dólares a finales de año. En el 2022, el país pasó a ocupar el segundo lugar con 4,9 mil millones de dólares de inversión total en Vietnam (ver gráfico 2). A lo largo de los años, las actividades de inversión de Corea del Sur a Vietnam se han expandido más allá del sector manufacturero tecnológico a otros sectores económicos, tanto en inversión directa como indirecta, como comercio minorista, seguros financieros, bienes raíces, servicios y entretenimiento. Es comprensible por qué el país atrae a inversores extranjeros, especialmente a los de Corea del Sur, ya que el país cuenta con una fuerza laboral de alta calidad, similitudes culturales y la proximidad de los dos países. (Nguyen, 2022)

Gráfico 2: Cinco principales mayores inversionistas de Vietnam en el 2022 en miles de millones de dólares.

Fuente: https://arc-group.com/investment-outlook-vietnam-2023/

Si bien las empresas de Corea del Sur han estado invirtiendo en Vietnam en sectores económicos diversificados, la industria electrónica sigue siendo lo más destacado. Desde que Samsung hizo su primera inversión en el país, le han seguido una gran cantidad de empresas surcoreanas, como LG, SK, Posco y Lotte, entre otras. Uno de los factores más importantes para las empresas extranjeras son las políticas de incentivos fiscales de Vietnam. (Nguyen, 2022)

Samsung Vietnam opera actualmente seis plantas de fabricación en Bac Ninh, Thai Nguyen y Ho Chi Minh City, un centro de investigación y desarrollo (I+D) en Hanoi y una entidad de ventas. En el plan de desarrollo de Samsung, Vietnam está superando su papel como base de producción global clave y se convertirá en un centro estratégico para I+D. Actualmente, Samsung está construyendo un nuevo Centro de Investigación y Desarrollo en Hanoi, con una escala de inversión de hasta 220 millones de dólares, para mejorar su capacidad de investigación y desarrollo a mediano y largo plazo. (…) Se centrará en investigar las nuevas tendencias tecnológicas del mundo como inteligencia artificial, Big Data, internet de las cosas, etc. (Chia, 2022)

Actualmente, más del 50% de los productos de teléfonos Samsung se producen en Vietnam. Los teléfonos inteligentes fabricados en las fábricas de Samsung en la nación se exportan a 128 países y territorios de todo el mundo (…). El valor de los productos de Samsung fabricados en Vietnam contribuye a las exportaciones del país. En 2021, los productos de Samsung representaron el 20% de las exportaciones totales de Vietnam (…). Por otro lado, el valor interno creado por los productos electrónicos exportados, como teléfonos, computadoras y componentes de las empresas de IED, alcanzó alrededor de 16.800 millones de dólares, lo que equivale a alrededor del 4,6% del producto interno bruto (PIB) de Vietnam. (Thái, 2022)

Más de la mitad de los 400 surcoreanos con activos por valor de más de 831.000 dólares expresaron interés en inversiones inmobiliarias en el extranjero, según el Informe sobre la riqueza de Corea 2019 publicado por KB Financial Group Research Institute, un grupo de expertos financieros privados. De estos, el 57,1% dijo que quería invertir en Vietnam, seguido de Singapur (32,1%), China (30,7%) y Malasia (26,4%). Entre aquellos con activos totales por valor de menos de 4,16 millones de dólares, que representaron el 60% de los encuestados, el 57,6% dijo que prefería los bienes raíces vietnamitas, seguido por Singapur (31,8%), China continental (30,6%), Malasia (25,9%), Europa (17,6%), Estados Unidos (10,6%), Hong Kong (9,4%) y Japón (4,7%). Entre el 40% restante con activos por valor de más 4,16 millones de dólares, el 56,4% expresó su interés en invertir en el mercado vietnamita, seguido por Singapur (32,7%), China (30,9%), Malasia (27,3%), Europa (23,6%), Estados Unidos (18,2%), Hong Kong (10,9%) y Japón (9,1%). (Ver gráfico 3) (Nguyen Quy, 2019) 

Gráfico 3: Mercados preferidos por los millonarios coreanos en 2019.

Fuente: Nguyen Quy, 2019.

En cuanto a la Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD), Corea del Sur es el segundo mayor donante de Vietnam, que suministró 1.500 millones de dólares entre 2016 y 2020 a través del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Económico de Corea (EDCF). A su vez, Vietnam es el mayor receptor de la AOD de Corea del Sur (imagen 1) que se centra en cinco sectores clave, a saber, la transformación digital, la educación terciaria, la construcción de la comunidad de Corea del Sur-Mekong, la ciudad inteligente y el transporte. Anteriormente, el Representante de la Organización Mundial de la Salud en Vietnam Kidong Park expresó que la mejora de la salud pública debería incluirse en los campos que reciben la AOD de Corea del Sur. La medida sería muy útil para permitir que el país desarrolle su economía y otra razón es que vale la pena conocer el modelo de atención médica sudcoreano. (Minh, 2021) 

Imagen 1: Principales destinos de la ODA de Corea del Sur en 2019.

Fuente: Ministry of Foreign Affairs of Republic of Korea (2022a).

Entre los proyectos desarrollados en el marco de la AOD por parte de Corea del Sur en Vietnam y financiado por la Agencia Coreana para la Cooperación Internacional (KOICA) o el Banco de Exportación e Importación de Corea del Sur (Korea Eximbank), u otras entidades de la nación del Este de Asia se encuentran alrededor de 22 proyectos, algunos de los que se pueden citar son: Proyecto Corredor Costero Sur GMS (Fase I), Proyecto del Corredor Costero Sur GMS (Fase II), Construcción del proyecto de desvío de Rach Gia, Proyecto de construcción del puente Vam Cong Korea, Proyecto de construcción de carreteras de conexión del puente Vam Cong, Proyecto de suministro de agua de Hoa Khanh Tay, Proyecto de Suministro de Equipos Médicos para el Hospital General Regional Tan Chau, An, etc. (Lee et. al, 2020: 375)

En cuanto al intercambio pueblo a pueblo o migración debe destacarse que el número de vietnamitas en Corea del Sur supera los 200.000 y ahora cuenta como la mayor población después de los chinos, de los cuales hay alrededor de un millón (aunque más de dos tercios de ellos son de etnia coreana). En general, la demanda de inmigrantes extranjeros en Corea del Sur ha aumentado constantemente. El aumento es impulsado por múltiples factores: la baja tasa de natalidad de Corea del Sur, el envejecimiento de la población, la migración rural-urbana, la rápida industrialización, la afluencia de turistas coreanos a Vietnam y la inversión dirigida a esta nación. La Nueva Política del Sur de Corea del Sur hacia el Sudeste Asiático, que busca intensificar los vínculos entre Corea y la ASEAN, proporciona el contexto más amplio para esta tendencia. (Small, 2021)

En 2009, el 47% de los matrimonios extranjeros en Corea del Sur involucraron cónyuges vietnamitas. En la primera década del siglo XXI, los matrimonios transfronterizos vietnamitas-sudcoreanos se multiplicaron por cien. La migración a Corea del Sur también se extiende a la educación, donde las universidades coreanas han tratado de impulsar la disminución de las inscripciones mediante la contratación de más estudiantes extranjeros. De los más de 60.000 inmigrantes vietnamitas que llegaron en 2019, el 26,9 % tenía visas de estudio/pasantía, el 36,9 % tenía visas temporales, el 23,4 % eran inmigrantes por matrimonio y 13,4% visas de trabajo (Korean statistical information service, 2022)

En el proceso de la migración vietnamita también tienen que ver los matrimonios de las mujeres de la nación indochina con coreanos a partir de la desproporción entre mujeres y hombres en esta nación del Este de Asia. En sentido general es importante destacar que hasta 2020 el número de vietnamitas que viven en Corea del Sur son 211,243 personas, mientras el número de sudcoreanos que viven en Vietnam no es distante, 156.330. En cuanto a los turistas sudcoreanos que visitan la tierra de Ho Chi Minh en 2020 fueron 819.089, una cifra considerable y teniendo en cuenta que el turista sudcoreano es de alto consumo, puede plantearse que fue de gran contribución a la economía vietnamita. En tanto, el número de turistas de la nación indochina a Corea del Sur ascendió en el propio año a 112 938. (Ministry of Foreign Affairs of Republic of Korea, 2022b).

En 2023 existen más de 170 mil surcoreanos radicados en el país indochino y alrededor de 270.000 vietnamitas residen en Corea del Sur. Hay más de 60 000 estudiantes vietnamitas en la nación del Este de Asia. Este es un puente importante para contribuir a llevar las relaciones bilaterales a un nuevo nivel. (Vna, 2023)

Resultados políticos de la visita del presidente de Corea del Sur a Hanoi

Un elemento distintivo de la visita del presidente sudcoreano Yoon del 22 al 24 de junio de 2023, es que fue recibido por los cuatro pilares del poder vietnamita. Es decir, fue recibido por el secretario general del PCV, Nguyen Phu Trong, sostuvo conversaciones con Van Thuong, y se reunió con el primer ministro Pham Minh Chinh y el titular de la Asamblea Nacional Vuong Dinh Hue. En los encuentros, los dirigentes vietnamitas consideraron que la visita del presidente sudcoreano, realizada después de que los dos países elevaron sus nexos a nivel de Asociación Estratégica Integral a finales de 2022, marca un nuevo hito y contribuye a profundizar los nexos bilaterales

En la reunión con el máximo líder vietnamita, Nguyen Phu Trong, este abogó por el fortalecimiento de la comprensión mutua y la confianza política entre las dos naciones mediante el mantenimiento de los intercambios de delegaciones y contactos de diferentes niveles. Mientras el mandatario sudcoreano aseguró que Vietnam es el país central de la cooperación de Seúl en Asia. (VNA, 2023a) En el propio año 2023, en enero, Phu Trong, había recibido al presidente de la Asamblea Nacional de Corea del Sur, Kim Jin Pyo.

El presidente sudcoreano Yoon Suk Yeol también se reunió con su homólogo, Vo Van Thuong. Los líderes de ambos países mantuvieron una reunión a puerta cerrada, a la que sucedió otra ampliada en el Palacio Presidencial de Hanói donde acordaron un plan de acción para concretar su relación de socios estratégicos integrales. Ambos países decidieron impulsar la cooperación estratégica en diplomacia y seguridad. En marzo de 2023, ya habían acordado regularizar las reuniones interministeriales de defensa de ambos países, y en esta ocasión optaron por estrechar la comunicación estratégica normalizando las reuniones entre ministros de Relaciones Exteriores.

En el encuentro se aprovechó para que la Guardia Costera de Corea del Sur y el Ministerio de Seguridad Pública de Vietnam también firmaran un memorándum de entendimiento (MOU) bajo el cual Seúl ayudará a reforzar las capacidades de seguridad marítima de Hanoi.

Por otra parte, el primer ministro vietnamita, Pham Minh Chinh, y el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, acordaron que ambos países se esfuerzan por fomentar la cooperación bilateral de beneficios mutuos. Esta fue la segunda reunión entre Yoon y Chinh en un mes, ya que los dos mantuvieron diálogos, en mayo, al margen de una cumbre del Grupo de los Siete (G-7) en Hiroshima, Japón. Las dos partes discutieron medidas para fortalecer las relaciones bilaterales en los campos de la política, la diplomacia, la defensa y la seguridad, la economía, el comercio, la inversión, el trabajo, la ciencia y la tecnología, así como los intercambios pueblo a pueblo, entre otros sectores.

El jefe del gobierno vietnamita sugirió que las dos partes implementen efectivamente el Acuerdo de Libre Comercio bilateral (VKFTA) y el acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP), para impulsar el comercio bilateral a 100 mil millones de dólares y avanzar hacia 150 mil millones de dólares en 2030. Instó a Corea del Sur a continuar abriendo más su mercado a los productos agrícolas y acuáticos y a las frutas de temporada de Vietnam, para ayudar a las empresas vietnamitas a participar de manera más profunda en las cadenas de suministro globales de las empresas sudcoreanas y alentar a sus empresas a que inviertan o incrementen sus inversiones en este país indochino. El premier invitó a las empresas sudcoreanas a invertir en proyectos nacionales clave y proyectos de construcción de centrales térmicas y centrales eléctricas de gas natural licuado (GNL) en Vietnam. Hizo un llamado para que continúe creando condiciones favorables para la inversión vietnamita en su territorio, así como para considerar a Vietnam como un destino estratégico para construir centros de I+D y fomentar la transferencia de tecnologías. (VNA, 2023b)

En el encuentro con el titular de la Asamblea Nacional, Vuong Dinh Hue, ambas partes expresaron que han cooperado estrechamente y se han apoyado mutuamente en foros interparlamentarios multilaterales como la Unión Interparlamentaria y otros organismos, contribuyendo activamente al mantenimiento de la paz, la estabilidad y la cooperación en la región y el mundo. El líder parlamentario vietnamita tras referirse a las inversiones y la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) suministrada por parte de Corea del Sur para Vietnam, sugirió que ambas partes continúen fortaleciendo la cooperación en el campo de la defensa, seguridad y empleos, además de implementar pronto el acuerdo sobre el seguro social firmado en 2021.

Resultados económicos de la visita del presidente sudcoreano a Hanoi

Corea del Sur y Vietnam con la visita del mandatario Yoon acordaron hacer esfuerzos conjuntos para duplicar el comercio bilateral, hasta los 150.000 millones de dólares, para 2030, y profundizar la cooperación en la industria de minerales clave (tierras raras) y los objetivos de cero emisiones netas. (Yonhap, 2023a)

Los ministerios de Comercio de ambas naciones acordaron establecer un grupo de trabajo, llamado “PLUS”, en sus respectivos países, dirigido por funcionarios de nivel directivo, el cual se encargará de intercambiar información sobre la situación comercial e industrial, ayudar a tratar problemas a los que se enfrentan sus empresas y explorar oportunidades de nuevos negocios. Se espera que la mejora de las condiciones del comercio ayude a ambas partes a lograr el objetivo de un comercio bilateral de 150.000 millones de dólares para 2030. (Yonhap, 2023a)

En otro MOU, ambas partes acordaron establecer un centro para gestionar las cadenas de suministro de minerales de las llamadas tierras raras, ya que Vietnam es un país abundante en estos recursos, mientras que Corea del Sur cuenta con las tecnologías avanzadas pertinentes. El centro tendrá la misión de realizar proyectos conjuntos de investigación y programas de capacitación para la exploración y el proceso de minerales clave y apoyar las empresas de ambas naciones para garantizar cadenas de suministro estables y mayores posibilidades de inversión.

El Ministerio de Comercio de Corea del Sur también firmó un acuerdo con el Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente de Vietnam para responder conjuntamente al cambio climático mediante proyectos conjuntos de neutralidad de carbono e impulsar la cooperación en materia de energías renovables e instalaciones de bajas emisiones.

Por otro lado, el ministerio de Economía y Finanzas de Corea del Sur llegó a un acuerdo con Vietnam para proporcionar créditos a bajo tipo de interés al país del Sudeste Asiático, como parte de sus esfuerzos para ampliar los lazos económicos bilaterales. Ofrecerá a Vietnam 2.000 millones de dólares, a través del Fondo EDCF[2]. Otros 2.000 millones de dólares se brindarán a través del Mecanismo para la Promoción del Desarrollo Económico (EDPF). (Yonhap, 2023b)

El fondo de 2.000 millones de dólares, proporcionado a través del EDCF para el período 2024-2030, supone un aumento drástico, en comparación con los 1.500 millones de dólares del período 2016-2023. El EDPF, por su parte, será operado por el Banco de Desarrollo de Corea del Sur (KDB), operado por el Estado. (Yonhap, 2023b)

Ambos gobiernos concretaron 17 MOU como formas de impulsar la cooperación en diferentes áreas. Corea del Sur destinará a Vietnam una ayuda no reembolsable de 200 millones de dólares para el período 2024-2027 al servicio de los campos de medio ambiente, cambio climático, salud, educación y transformación digital. También insistió en un plan para incentivar la investigación conjunta con una financiación de 30 millones de dólares para los próximos 10 años, con el fin de apoyar a Vietnam en la innovación científica y tecnológica. (Nhan Dan, 2023a)

En el Foro Empresarial Vietnam Corea del Sur participaron unos 600 empresarios y funcionarios gubernamentales de los dos países. Entre los asistentes al foro figuraron los jefes de los principales conglomerados de Corea del Sur, incluidos el presidente de Samsung Electronics, Lee Jae-yong, el presidente del Grupo SK, Chey Tae-won, y el presidente ejecutivo del Grupo Hyundai Motor, Euisun Chung.

 Conclusiones

Más allá de la situación del conflicto de la península coreana, Vietnam ha sabido mantener un cuidadoso equilibrio entre los asuntos relativos a las tensiones y el relacionamiento con ambas coreas, como parte de su política de ser amigo de todos. No es casual que en un período de tensiones desde el año 2022 hasta la actualidad, a pesar de ello se hayan mantenido no solo los intercambios de delegaciones al más alto nivel entre Vietnam y la República de Corea, sino también que se elevaran las relaciones al de Asociación Estratégica Integral.

El relacionamiento entre Hanoi y Seúl ha permitido una contribución sustantiva al crecimiento y desarrollo de Vietnam y en sentido general al mutuo beneficio.  La contribución de la nación del Este de Asia a Vietnam ha sido destacable en todos los planos, especialmente el económico en el que el monto de las empresas sudcoreanas ha llegado a representar el 20% del total de las exportaciones vietnamitas, sin hacer mención al PIB. Por otro lado, el intercambio pueblo a pueblo ha ido creciendo significativamente por diversos factores socioculturales e impacta positivamente sobre las relaciones culturales bilaterales que se reflejado en la mezcla del K-pop con el V-pop.

Con la visita del presidente sudcoreano a Vietnam, Los dos países firmaron 17 acuerdos y documentos con ocasión de la cumbre, entre ellos un plan de acción para la implementación de la asociación estratégica integral establecida el año pasado, un acuerdo que reconoce mutuamente las licencias de conducir internacionales de ambos países y un MOU en el que se esbozan las normas para la expedición de permisos de trabajo a los trabajadores vietnamitas en Corea del Sur. Se destacaron 111 MOU de cooperación empresarial en 20 campos firmados, centrados en la industria de defensa, atención médica, vehículos eléctricos y minerales básicos. (Nhan Dan, 2023b)

La experiencia de vínculos entre estas dos naciones, no ha incidido negativamente en el compromiso histórico vietnamita y en el apoyo permanente a la RPDC en todos los foros, incluyendo los multilaterales. Incluso ha devenido como interlocutor o intermediario para la reducción de tensiones en la península coreana. La proyección de Vietnam en sus relaciones con Seúl está definida en primer lugar por los intereses nacionales y en segundo lugar por la soberanía e independencia de su política exterior, ello está determinado por la política impulsada desde el XI congreso nacional del Partido Comunista de ser “amigo de todos los países”.

La visita del presidente sudcoreano Yoon a Vietnam constituyó un éxito de las relaciones bilaterales, centradas en el campo de la economía, la ciencia y la tecnología y los lasos socioculturales. Ambas partes reflejaron la voluntad de avanzar en el relacionamiento integral sobre la base del mutuo beneficio. En medio de las complejidades del escenario internacional actual, las dos naciones han sabido centrarse en los asuntos más relevantes de la agenda bilateral y de una manera equilibrada lograron tomar posiciones comunes de la agenda multilateral.

 

* Investigador titular del Centro de Investigaciones de Política Internacional (Cuba). Miembro de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos (SAEEG)

 

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Notas aclaratorias

[1] El autor se refiere a una aproximación debido a que las cifras de comercio que emiten las autoridades aduaneras de Corea del Sur y Vietnam no coinciden exactamente.

[2] Corea del Sur tiene como objetivo expandir la presencia de las firmas sudcoreanas, mediante la implementación de programas de infraestructura de alto valor, como proyectos ferroviarios de alta velocidad, de capacidad media y de metro, a través del EDCF y el EDPF. Seúl lanzó, en 1987, el programa del EDCF para ayudar a los países en vías de desarrollo con sus infraestructuras básicas.

 

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A CINCUENTA AÑOS DEL PLAN TRIENAL 1974-77 QUE PUDO CAMBIAR EL ACTUAL ATRASO MARÍTIMO Y PESQUERO

César Augusto Lerena*

En estos días concluimos nuestro trabajo “Plan Nacional de Pesca” que incluye “Cien acciones y sus efectos para potenciar la pesca y recuperar el Atlántico Sur” además de un proyecto de reforma de la ley Federal de Pesca (Ley 24.922) que nos llevó a estudiar toda la legislación de Suramérica y el Caribe, la de Estados Unidos y la de la Unión Europea. Analizamos también el Plan Trienal 1974-77 que quedó trunco por el golpe de 1976 y que no parecen haber leído y mucho menos ejecutado ninguno de los responsables de cuidar nuestra soberanía en el territorio marítimo y continental y desarrollar los pueblos patagónicos a través de la producción pesquera, naval y portuaria, en los últimos cincuenta años.

Tal vez, la contienda electoral de 2023 justifique la lectura de las 357 páginas de este Plan Trienal que deja en evidencia, que fuera del esfuerzo privado, empresario y del trabajo, el Estado ha estado ausente en el desarrollo de la actividad marítima y pesquera y, ello se verifica en la falta de cumplimiento de los objetivos y la asignación de fondos que para la promoción y crecimiento de este sector la Argentina tenía prevista hace cincuenta años.

Contribuyeron a la elaboración de este Plan Trienal —en la parte referida a esta materia— además de los Ministerios pertinentes, empresas del Estado, muchas de las cuales fueron vaciadas, desfinanciadas o privatizadas: Administración General de Puertos; Astilleros y Fábricas Navales del Estado S.A. (Astilleros Río Santiago); Atanor SA; Carboquímica Argentina Sociedad Mixta Comercial; Dirección General de Fabricaciones Militares; Fabricaciones Militares Aceros Ohler SA; Empresa Líneas Marítimas Argentinas S.A (ELMA).; Empresa Flota Fluvial del Estado Argentino; Hidronor S.A.; Hierro Patagónico de Sierra Grande SA; Minera Industrias Mecánicas del Estado SA; Petroquímica Bahía Blanca SAIC; Petroquímica Comodoro Rivadavia SA; Petroquímica General Mosconi; Soc. Mixta Siderurgia Argentina; SA Mixta Aceros Especiales; Talleres Navales Dársena Norte SA; Yacimientos Petrolíferos Fiscales; etc. No fue el fruto de apresuradas plataformas políticas electorales.

Se introducía al Plan con un Preámbulo cuya vigencia sigue intacta: “La Argentina sufre una de las peores formas de destrucción: el sojuzgamiento y el estancamiento. Ahora debe reconstruirse lo destruido. Ante todo, la fe en nosotros mismos, en nuestra propia capacidad para crear una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana; para ello, debemos reconstruir nuestras instituciones y su capacidad de realizar grandes obras y profundas transformaciones. y, paralelamente, consolidar la unidad nacional, en una sociedad dinámica, cuyo ámbito no sea degradado por la explotación indiscriminada de nuestros recursos naturales”.

El Plan en lo relativo a la construcción naval tenía por finalidad obtener un considerable incremento del tonelaje de nuestra marina mercante, a la par de incrementar sustancialmente el nivel de producción de los astilleros nacionales. En el período 1964/72, el tonelaje incorporado a nuestra bandera alcanzó a 655.643 TPB; de los cuales el 30% fueron barcos nuevos y de éstos el 53% fue provisto por los astilleros nacionales. El Plan indicaba que el total de embarcaciones a construir en los próximos cinco años alcanzaría a 136 con 514.000 TPB. Los astilleros grandes del país construirían 22 buques, con un total de 502.200 TPB, de los cuales el 52 % correspondían a los armadores estatales y el 48% a los armadores privados, en tanto que los astilleros medianos construirían 108 buques con 12.000 TPB para los armadores estatales y 6 remolcadores para armadores privados. De los 22 buques a construir por los astilleros grandes diez serían graneleros, seis cargueros, cuatro para carga frigorífica y 2 buques-tanque para YPF. Dado que en el último trienio el promedio anual de tonelaje entregado por todos los astilleros fue de menos de 50.000 toneladas, este programa de construcción implicaría duplicar su nivel de actividad. De este modo el programa, a la par de incrementar significativamente la capacidad de transporte de nuestra marina mercante, representaba una fuente de ocupación de magnitud y un mejor aprovechamiento de la capacidad de producción instalada en el país. El costo total del programa era superior a 4 mil millones de pesos, de los cuales, correspondían más de 3 mil millones a los astilleros grandes (buques de más de 5.000 toneladas de porte bruto) y casi mil millones de pesos a los astilleros medianos. Hay quienes dicen que no haber ejecutado este plan le significa a la Argentina una pérdida de 4 a 5 mil millones de dólares anuales en fletes. Según Barletti, “lo correcto sería expresar que la Argentina no participa de los fletes marítimos internacionales que genera su comercio exterior por no contar con empresas navieras dedicadas al transporte internacional o de ultramar radicadas en el país».

El Plan Trienal indicaba que el transporte por agua debía recuperar el papel que le correspondía en el transporte de mercaderías a granel de bajo valor unitario y distancias largas y debería, además, introducir otros tráficos adaptables también hoy al transporte por agua como resultado de las nuevas técnicas de transporte intermodal. Se aseguraría el reequipamiento de la flota de ELMA a fin de sustituir los buques obsoletos por unidades de mayor porte y evitar el uso excesivo de buques extranjeros alquilados. Se ponía especial énfasis en los buques graneleros. En cuanto a las vías fluviales, se impulsaba el uso del transporte por empuje. La flota Fluvial Estatal realizaría las inversiones necesarias para satisfacer la creciente demanda para este sistema de transporte. Por cierto, esta parte del plan sigue pendiente porque la producción de los pueblos del litoral patagónico sigue trasportándose por vía terrestre, con el consiguiente mayor costo y contaminación ambiental.

Respecto a la Industria Pesquera, el Plan refería a que la falta de una política coherente y estable de promoción de la actividad pesquera marítima que originó fuertes fluctuaciones de los niveles de producción y comercialización del sector. La demanda actual y el proceso de inversión de los últimos años han producido una brecha del orden de las 300.000 toneladas por año, entre la capacidad total de la captura y el desembarco efectivo en el año 1973. Un crecimiento adecuado se lograría a través de un incremento sustancial en la demanda interna, que·acompañase al incremento producido en los últimos años en las exportaciones. Esta tendencia parece acentuarse para el próximo quinquenio, actuando como factor determinante el nivel de la producción mundial y la escasez de productos proteicos. Por lo tanto, dice el Plan serán objetivos del sector: consolidar la tendencia a la exportación de productos de mayor grado de elaboración, pero que en 2023 un 60% aún sigue sin valor agregado; promover el desarrollo de la industria naval argentina; que, en 2023 sigue importando buques para la pesca, la investigación pesquera y las fuerzas armadas.

El Plan haría posible aumentar el consumo per cápita anual de 6,60 kg. en 1973 a 13,20 kg. en 1977 y 18,5 en 1980, con un incremento de las exportaciones de 70 mil toneladas en 1973 a 250 mil en 1977 y 450 mil en 1980, número similar a 2022. El cumplimiento de las metas de consumo interno, no se cumplió y en 2023 solo alcanza a los 4,5 kg de consumo per cápita, el más bajo de Latinoamérica y el Caribe, cuyo consumo promedio alcanza a los 10 kg. No podía esperarse otro resultado. Desde 1974 a la fecha nada se hizo al respecto.

Para el período del Plan la inversión sería de 1.500 millones. La mano de obra ocupada por el sector pasaría de 14.000 personas en 1973 a 34.000 en 1977; pero en 2023 alcanzan a solo 20.000 empleos registrados, reduciéndose incluso a los operarios que trabajaban en el sector en la década del 90, pese a que en esta época se incorporaron máquinas descabezadoras, fileteadoras, etc. que luego se desactivaron porque los rendimientos eran menores al trabajo manual. Gran parte del problema es la política extractiva y de proceso a bordo que se lleva.

Entre las medidas a tomar estaban la promoción del consumo de productos frescos y congelados; creación de un sistema de distribución y’ comercialización eficiente; estimular la creación de mercados de concentración y centros de distribución para el pescado de consumo fresco; promover la capacitación a todos los niveles y en función de las necesidades nacionales.

El programa de desarrollo pesquero tenía por propósito el aprovechamiento acelerado integral y racional de los recursos naturales del litoral marítimo, de modo de mejorar la dieta de nuestra población y lograr un fuerte incremento ·de las exportaciones de productos de la pesca. El programa implicaba en forma directa, la construcción de buques, el perfeccionamiento de la infraestructura portuaria existente y la creación de nuevas instalaciones, el perfeccionamiento y racionalización de la red de comercialización y distribución y el desarrollo de la industria derivada. El proyecto preveía una fuerte expansión de las capturas en el litoral marítimo patagónico, llegando al 63 % en 1977 y 83 % en 1980, del total nacional. Pese a que los subsecretarios de Pesca fueron de origen patagónico, el 50% de los desembarcos de estos puertos igualan al desembarco de Mar del Plata.

El Plan indicaba que las inversiones en infraestructura, medios de captura e industrias, serían fuente de demanda para otras ramas industriales y para la construcción. El programa, además impulsaría el desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías. Le correspondería al Estado una participación muy decidida, que incluiría: la formación de recursos humanos; desarrollo de la investigación en materia· pesquera; otorgamiento de créditos y subsidios a pescadores, armadores e industriales; establecer un sistema de perfeccionamiento de la calidad; regularizar la comercialización; difundir recetas de fácil preparación en base a los productos más abundantes; organizar campañas de promoción de la demanda; multiplicar las bocas de expendio; crear un sistema de distribución y comercialización capaz de abastecer satisfactoriamente a todo el país; establecer un ente estatal único para la expansión de los productos pesqueros; desarrollar productos elaborados con especies argentinas de alto valor agregado y compatibles con las posibilidades de expansión de la demanda externa; realizar acuerdos para lograr el acceso a los mercados -de los países fuertemente proteccionistas. Nada de esto se ha ejecutado desde el Estado y los negocios son fruto de esfuerzo privado, en buena hora, pero los aranceles de importación de los importadores no se han compensado en el país.

El Plan trienal indicaba que las acciones previstas permitirán elevar la captura de 275 mil toneladas en 1973, a 723 mil toneladas en 1977 y en 1.152 toneladas en 1980. Nada que ocurra en 2023, cuyas capturas alcanzan a las 800 mil toneladas y ello puede deberse a que la Autoridad de Aplicación no ha resuelto el descarte del 30% que refieren los organismos técnicos y de auditoría. Muchos miles de millones de dólares perdidos de 1974 a la fecha. Sin contar con la pesca ilegal que se realiza en el área de Malvinas y sobre los recursos migratorios originarios de la Zona Económica Exclusiva en alta mar.

Las inversiones del Plan en el período 1974/77 alcanzarían a 1.516 millones de pesos, correspondiendo el 76 % a la adquisición de barcos, el 9 % al desarrollo de la industria derivada, 8 % para infraestructura y el resto para mejoras en la comercialización, investigación y formación de recursos humanos.

Respecto al rol de la pesca en el desarrollo regional el objetivo era equilibrar y armonizar el desarrollo de las distintas regiones del país mediante una acción que asigne carácter prioritario a las obras de infraestructura que sirvan al progreso social y a la ordenada y racional expansión de la propiedad y productividad agropecuaria: Ya hemos visto que eso no ha ocurrido, en especial con el desequilibrio que hay entre los puertos patagónicos. Asimismo, dice el Plan, el desarrollo pesquero adquiere un carácter perentorio. El impulso del desarrollo de la actividad manufacturera de producción regional considerando en particular la aplicación de tarifas diferenciales para los servicios públicos que constituyen insumos para aquellas producciones y, la revisión del régimen de coparticipación federal con miras a una más equitativa distribución de la recaudación fiscal.

Se promovía la instrumentación e inicio sin demora de los planes de desarrollo pesquero, dentro de un concepto de regionalización económica, para terminar con el estado de postración y vaciamiento del interior del país y, dentro del eje central de la política alimentaria se promovía un Programa de Fomento de Consumo de Pescado; el fomento mediante el crédito y exenciones impositivas, la industria de construcciones navales del sector de pesca; ejercer soberanía sobre todos los recursos y aprovechamiento de la Plataforma Continental y Mar Epicontinental dentro de las 200 millas y defensa contra la explotación irracional de sus recursos.

En materia de Puertos, afín de mejorar e incrementar la capacidad portuaria del país, superando definitivamente los problemas y limitaciones del Puerto de Buenos Aires, el Plan preveía, en el plazo más breve, que los estudios técnicos permitan la construcción del puerto de aguas profundas en Punta Médanos. Su funcionamiento a 50 pies de calado, lo cual contemplaba suficientemente las previsiones de la evolución de la tecnología naval y la operación de todo tipo de buques, en especial graneleros de gran porte: “La construcción del puerto de aguas profundas excede en su significación a las importantes repercusiones en el comercio de ultramar”. Su localización implicaba crear un importante centro de desarrollo urbano, el que sería provisto de toda la infraestructura de servicio y el desarrollo de importantes inversiones complementarias en actividades auxiliares y conexas a la exportación y el comercio internacional. Asimismo, debería adecuarse la infraestructura vial y ferroviaria para facilitar la convergencia de la producción hacia el puerto; esto significaría en los hechos una reestructuración del espacio, creando nuevos flujos de transporte y modificando la actual estructura de costos de la actividad. Todo ello, en suma, tendría un efecto dinamizador sobre el nivel de producción de importantes zonas agrarias no suficientemente explotadas aún, fortaleciendo y reestructurando los ejes del crecimiento del territorio argentino y contribuyendo, en definitiva, a la integración nacional. Por cierto, la situación de aislamiento del continente de Tierra del Fuego en 2023 resulta absolutamente inaceptable.

Se promoverá —decía el Plan— la construcción de nuevos puertos y el mejoramiento de los existentes, así como la apertura de canales navegables y, como vemos, el Puerto de Mar del Plata tiene más de cien años sin mejoras sustanciales y el puerto de Río Grande en Tierra del Fuego, es una materia de soberanía y operatividad pendiente, pese a encontrarse en un punto estratégico en el Atlántico Sudoccidental, frente a Malvinas, al área marítima ocupada por el Reino Unido y el acceso a la Antártida y los océanos Pacífico e Índico.

Por supuesto daremos a conocer nuestro trabajo “Plan Nacional de Pesca” que incluye “Cien acciones y sus efectos para potenciar la pesca y recuperar el Atlántico Sur” además, de un proyecto de reforma de la ley Federal de Pesca (24.922); pero sería interesante que los candidatos de los distintos partidos políticos digan que van a hacer respecto al Atlántico Sur y Malvinas y, las actividades pesqueras, navales y portuarias.

 

* Experto en Atlántico Sur y Pesca. Ex Secretario de Estado. Presidente de la Fundación Agustina Lerena (Fundada el 21/10/2002), Presidente Centro de Estudios para la Pesca Latinoamericana, CESPEL (Fundada el 02/04/1989).

Autor de “Malvinas 1982-2022. Una gesta heroica y 40 años de entrega” (2021) y de “Pesca Ilegal y Recursos Pesqueros Migratorios Originarios de los Estados Ribereños de Latinoamérica y El Caribe” (2022).