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GEOPOLÍTICA Y ALIMENTOS. EL DESAFÍO DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA FRENTE A LA COMPETENCIA INTERNACIONAL POR LOS RECURSOS NATURALES.

Introducción del libro de Juan José Borrell, 2019, Buenos Aires: Editorial Biblos

Juan José Borrell*

El suministro alimentario es un asunto vital para la geopolítica mundial. En las últimas décadas la competencia internacional por los recursos naturales ha generado la inclusión de los alimentos en ponderaciones estratégicas y de seguridad de potencias centrales y emergentes. En un mundo donde una de cada nueve personas padece hambre crónica y espera aumentar al año 2050 su población a más de 9.300 millones, cobra significativa importancia analizar los factores geopolíticos que condicionan el suministro alimentario. El sistema agroalimentario mundial, hegemonizado por Estados Unidos de Norteamérica durante la Guerra Fría, ha estado sujeto a un proceso de reconfiguración estructural por el efecto de una difusión mundial del poder desde comienzos del siglo XXI. En paralelo, países en desarrollo acentuaron la tendencia hacia una mayor periferización, lo cual implica posicionamientos subordinados al circuito agroalimentario y la vulneración de las condiciones para que la población local alcance la seguridad alimentaria. El caso de Argentina durante el período 1996-2016 es referencial. Desde una perspectiva realista este libro contribuye a formar una mirada crítica y a develar mitos sobre los desafíos y tendencias a futuro en materia agroalimentaria.

 

Link: https://www.editorialbiblos.com.ar/libro/geopolitica-y-alimentos_99614/

El tema de Geopolítica y Alimentos es la incidencia de la competencia internacional por los recursos naturales en la seguridad alimentaria. El libro tiene como objetivo central analizar desde una perspectiva geopolítica los factores mundiales o tendencias que inciden en el sistema agroalimentario internacional, en particular las dinámicas de apropiación, acaparamiento y control de recursos naturales que incluyen al suministro alimentario, y de este modo comprender las condicionantes de la seguridad alimentaria tanto en un plano mundial como local.   

El concepto de seguridad alimentaria, formulado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO-ONU), refiere a que ésta existe cuando todas las personas tienen acceso físico y/o económico permanente a suficientes alimentos nutritivos e inocuos para cubrir sus necesidades alimenticias según sus preferencias culturales para una vida sana y activa. Actualmente se estima que a nivel mundial existen aproximadamente 821 millones de personas que padecen inseguridad alimentaria o hambre crónica —una de cada nueve personas en el planeta—, de las cuales cerca de 40 millones se encuentran en la región América Latina y Caribe (FAO, 2018). De acuerdo con los Objetivos de Desarrollo del Milenio establecidos por ONU y consignados por los países miembros del organismo, se espera solucionar el desafío mayor de la subalimentación y el hambre en el mundo hacia el año 2030.

Según la FAO, la seguridad alimentaria en sus cuatro dimensiones constitutivas —disponibilidad, estabilidad, acceso y utilización— debería ser garantizada para toda la población por las acciones que disponen los Estados respecto al suministro alimentario. Aunque en el proceso de diseño de políticas públicas y toma de decisión deben también contemplar la interacción del propio país respecto a la economía política internacional, en particular la manera en que los componentes del sistema alimentario doméstico se relacionan con el sistema agroalimentario internacional.

En este sentido, ciertos factores mundiales o tendencias geopolíticas pesadas inciden en la economía política de los países; en particular el trabajo considera el fenómeno de competencia por los recursos naturales. Lo que algunos especialistas han dado en denominar competencia por los recursos naturales refiere a un complejo conjunto de dinámicas a nivel mundial, particularmente acentuado desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad, en las que una diversidad de actores estatales y corporativos pugnan por acceder, acaparar, apropiarse y controlar fuentes, yacimientos, circuitos de extracción, comercialización, transformación y/o consumo de recursos naturales. En lo que respecta a los alimentos, los recursos naturales que son objeto de dicha competencia incluyen directamente ítems agrícolas particulares como trigo, maíz, arroz y soja entre otros, pero más aún recursos básicos necesarios para su producción, como tierra fértil, agua y biodiversidad, así como también recursos que parecieran no tener relación directa como los hidrocarburos pero que son vitales para el circuito agroindustrial. Diversos procesos como la carrera por el petróleo son más conocidos, sin embargo otras dinámicas recientes menos conocidas —por ejemplo el acaparamiento de tierras (land grabbing) y la apropiación de recursos genéticos— presentan desafíos cruciales que deberían ser investigados y ponderados en el diseño y aplicación de políticas que tienen como objetivo garantizar el acceso y la disponibilidad de un suministro alimentario.

El tema de investigación de Geopolítica y Alimentos adquirió relevancia internacional en el contexto de marcado aumento del precio de los alimentos en los años 2007-2008. Desde entonces quienes se dedicaron a investigar y divulgar dicha cuestión —agencias gubernamentales para el desarrollo, organismos internacionales y especialistas universitarios de países centrales entre otros— dispusieron información cuantitativa de medios y recursos involucrados, sin embargo el área temática quedó vacante en lo que respecta a comprender la dinámica de competencia internacional en sí. Es decir, no sólo considerar en una visión de conjunto por ejemplo la incidencia de la matriz hidrocarburífera en la relación costo-ganancia del sistema agroproductivo o las mejoras técnicas agronómicas para obtener mayores rindes, sino que la lógica geoestratégica de competencia por los recursos naturales, la cual se relaciona directamente con la noción de competencia posicional internacional del campo disciplinar de la geopolítica y la política internacional. En paralelo, otra significativa vacancia que presentaba esta temática era la manera que incidía la competencia por los recursos naturales en la seguridad alimentaria, cuestión que se aborda en la investigación como objetivo principal. En otras palabras, el modo que por un lado a nivel sistémico dicha tendencia geopolítica pesada incide en el circuito de suministro alimentario mundial, y por otro la manera que condiciona el suministro alimentario de un país periférico, vital para la seguridad alimentaria de la población local.

Por lo cual, el período marco que aborda el texto comprende dos décadas, iniciando en el año 1996 con el cambio clave que implica para el sistema agroalimentario internacional la introducción y expansión del modelo de cultivos con semillas genéticamente modificadas, y cerrando en el año 2016 con la significativa reconfiguración a nivel estructural que adquiere el sistema agroalimentario internacional a consecuencia de los procesos de las dos décadas previas —entre ellos la competencia internacional. Vale destacar que los procesos mundiales en materia agroalimentaria durante el período seleccionado, y durante el tiempo de elaboración del trabajo, han tenido un ritmo vertiginoso. Un lustro atrás el escenario era diferente, derivado de ello también los supuestos del conocimiento e interrogantes. Actualmente la configuración del sistema agroalimentario es distinta, y dada la velocidad de los procesos estructurales mundiales es altamente probable que en el corto plazo vuelva a reconfigurarse.

Metodológicamente, sin pretender caer en la rigidez de las taxonomías convencionales de las disciplinas ni en un encorsetamiento explicativo causa-efecto, como si las unidades de análisis del tema fuesen objetos cerrados mensurables y los procesos globales movimientos mecánicos cuantificables y predecibles, la investigación establece de manera aproximada algunas variables generales de análisis: en primer lugar parte del supuesto que la configuración geopolítica mundial está integrada por un amplio conjunto de actores estatales y corporativos principalmente que están en pugna permanente en pos de mejorar su posición en el sistema mundial y su quantum de poder, por lo que los posicionamientos son diferenciados y conforman un sociograma asimétrico y jerárquico de actores. En este sentido, esa dimensión mundial que es dinámica y competitiva, protagonizada por los actores con mayores capitales de poder económico y militar —denominados comúnmente potencias de primer y segundo orden— tiene un carácter independiente. Es decir, inevitablemente desde un nivel sistémico puede influir en procesos a nivel subsistémico, aunque no necesariamente los determine. De aquí que el fenómeno singular que adquiere cierta condición de causalidad en el esquema explicativo de la investigación es la dinámica de competencia internacional por los recursos naturales, proceso tributario de la dinámica mayor antes mencionada de competencia posicional sistémica.

Por su parte, la dinámica de competencia internacional por los recursos naturales que incluye a los alimentos, incide en la seguridad alimentaria a través de los componentes que conforman el sistema de suministro agroalimentario. Como la seguridad alimentaria está en estrecha relación con el suministro de alimentos, la configuración que tiene dicho circuito, más allá de poseer características propias, es afectada por la dinámica de competencia internacional. En este sentido, la investigación establece que la configuración particular del sistema agroalimentario internacional, está influida por la competencia internacional por los recursos naturales y a su vez incide en las condiciones de la seguridad alimentaria. Es decir, articula ambas instancias, es influida y a la vez influye. Esta situación de estar en medio de la interrelación explicativa, le confiere el carácter de fenómeno interviniente. En particular —y este es un aporte original del libro— por su configuración desde el contexto de la segunda post-guerra mundial y durante el período de la Guerra Fría, podemos afirmar que constituye lo que denomino un poder estructural agroalimentario. Dicha matriz estructural específica, coincide de manera tributaria con la conformación de un poder de tipo estructural a nivel sistémico que durante el período mencionado tuvo su epicentro en los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU).

Finalmente, luego de caracterizar las tendencias geopolíticas pesadas y la consecuente reconfiguración del poder estructural agroalimentario durante el período 1996-2016 —efecto de la dinámica de competencia internacional por los recursos— se pondera por un lado su incidencia negativa en las dimensiones de la seguridad alimentaria, y por otro la relación funcional que establece con sistemas agroalimentarios de países en desarrollo y/o menos desarrollados, tomándose Argentina como caso de referencia de periferización subordinada.

Los dos principales interrogantes a elucidar entonces son: primero, ¿cómo incide la competencia internacional por los recursos naturales durante el período 1996-2016 en la configuración del poder estructural agroalimentario heredado de la Guerra Fría? ¿Genera una difusión mundial del poder entre distintos actores o un fortalecimiento de la matriz estructural de poder con epicentro en EEUU? En segundo plano, derivado de lo anterior, ¿a partir de qué factores el sistema agroalimentario argentino establece una relación de subordinación al poder estructural agroalimentario de manera tal que es funcional a su fortalecimiento y a la vulneración de las dimensiones de la seguridad alimentaria nacional?

Cada pregunta problema tiene como objetivo específico, en primer lugar, identificar los componentes del poder estructural agroalimentario e interpretar su significancia geopolítica mundial. Luego, analizar la incidencia de la competencia internacional por los recursos naturales en la configuración del poder estructural agroalimentario, a partir de identificar ciertas dinámicas mundiales de apropiación, acaparamiento y control de recursos naturales durante el período seleccionado. Por otro lado atendiendo al interrogante sobre el caso argentino, identificar los componentes de su sistema agroalimentario que implican una relación subordinada y funcional respecto al poder estructural agroalimentario internacional.

De aquí que la proposición central de Geopolítica y Alimentos plantea que en el marco de la competencia internacional por los recursos naturales durante el período 1996-2016, Argentina a partir de su sistema agroalimentario establece una relación subordinada respecto al poder estructural agroalimentario internacional, vulnerando las dimensiones de la seguridad alimentaria nacional.

Para su desarrollo el cuerpo del libro se divide en cinco capítulos. Cada uno aborda las variables centrales de la investigación, a excepción del primero que establece los conceptos, perspectivas teóricas e interrogantes que contribuyen al análisis.

El primer capítulo entonces realiza un desarrollo de las distintas perspectivas teóricas y nociones —aunque cada sección ameritaría al menos un volumen para su debido tratamiento— y presenta el enfoque epistemológico interdisciplinario de la investigación, a partir de comprender que los supuestos subyacentes de las ciencias sociales convencionales no son suficientes para abordar la temática en su complejidad. En este sentido, se toman conceptos y perspectivas de subcampos como la geopolítica, la política internacional y la economía política que permiten una aproximación realista y crítica al conocimiento desde un enfoque analítico cualitativo.

El segundo capítulo desarrolla la conformación y evolución del poder estructural agroalimentario durante el período de la Guerra Fría como una manifestación de la situación excepcional que goza los EEUU finalizada la gran contienda bélica en 1945. El concepto se desarrolla a partir del aporte conceptual de la economista y politóloga inglesa Susan Strange, focalizando en las estructuras particulares que contribuyeron a su formación respecto al sistema agroalimentario mundial. Se priorizan cuatro facetas: la seguridad geoestratégica, el orden económico-político internacional y su incidencia en la comercialización granaria, el cambio tecnológico y ampliación al agro de la matriz industrial hidrocarburífera, y la política denominada desarrollo internacional en el marco de la doctrina de la Contención.

El tercer capítulo aborda la dinámica general de competencia internacional finalizada la Guerra Fría en el contexto de expansión económica mundial de la década de 1990; así como también el modo que esto incide en la elaboración de las agendas de seguridad estratégica y la percepción de amenazas de las potencias centrales atlánticas, haciendo especial hincapié en la ponderación de tendencias geopolíticas pesadas que comprenden de manera general al suministro alimentario como el crecimiento de la población mundial y la securitización de lo ambiental.  

El siguiente capítulo, derivado del anterior, aborda los procesos globales de apropiación, acaparamiento y control de recursos naturales en el período seleccionado. En particular, se destacan las acciones y dinámicas que involucran indirectamente al suministro alimentario —hidrocarburos, tierra fértil, agua potable y biodiversidad— y que también incluyen la problemática de los recursos naturales en las agendas de seguridad de las potencias atlánticas, tomando distancia analítica de los documentos y bibliografía que emiten tales planteos, a los efectos de elaborar una perspectiva propia.   

Finalmente el quinto capítulo, trata por un lado la reconfiguración del poder estructural agroalimentario durante el período 1996-2016 y por otro lado de manera relacionada el caso argentino. Esto implica una doble perspectiva geopolítica: una dimensión de tipo simétrico que corresponde a la dinámica horizontal de competencia entre potencias económicas de Europa, EEUU, Japón y recientemente China; y desde una dimensión de tipo asimétrico corresponde a la dinámica vertical entre las potencias centrales mencionadas y países en la periferia mundial, en particular Argentina.

Por el análisis de carácter geopolítico del libro, cabe aclarar que si bien en algunas secciones se emplean datos estadísticos y diagramas de flujo, es sólo a título ilustrativo, como mero recurso didáctico con el objeto de facilitar la comprensión significativa de algún fenómeno o proceso más general. De ninguna manera el enfoque de la investigación es nomotético ni cuantitativista. Lo que es aún más, pretender hacer un estudio cuantitativo en esta temática sería una gran ingenuidad. Por tomar dos grandes ejemplos que demuestran de manera realista que no es factible un abordaje desde dicha metodología: primero, el número de personas que padecen subalimentación crónica. La misma FAO ha variado en su reporte oficial del estado de la inseguridad alimentaria mundial la cifra total de un año a otro (2011-2012) en más de 250 millones de personas, reconociendo que su método de medición no es exacto, tiene un amplio margen de error, y está sujeto en algunos países menos desarrollados a que entes nacionales procuren datos censales; cuando en diversos casos tales instituciones no existen, menos los censos, a veces tampoco la voluntad política de reconocer el estado nutricional de la población doméstica, o lo que es todavía más: tampoco existe un Estado en todo el territorio que figura en un mapa por fuera de una ciudad capital. En algunas subregiones del África subsahariana, áreas grises sin presencia estatal o en situación de conflicto armado, las estadísticas se grafican por aproximación estimativa desde una oficina técnica en la sede del organismo en Roma sin medición en terreno de indicadores nutricionales y de salud de las personas referidas como “los hambrientos”. ¿Cómo resuelve entonces el gobierno de un país débil los indicadores (inexistentes) de emaciación y retraso del crecimiento infantil o anemia en mujeres lactantes, careciendo de capacidades para la proyección estatal a su entero territorio?

El segundo ejemplo de imposibilidad de estudio cuantitativo riguroso, más allá de lo superficial de los discursos corporativos o las cifras del comercio granario mundial que son de relativo fácil acceso, es que no existe información pública fehaciente sobre la relación autoridad-mercado. La naturaleza privada del sistema agroalimentario donde grandes corporaciones transnacionales articulan oligopólicamente el entero circuito, vuelve muy difícil conocer el grado de influencia del conglomerado del agribusiness internacional sobre la política nacional, el origen de una decisión político-económica en el inmenso mar del sistema agroalimentario mundial, o bien el real alcance político de un ministro de un país periférico, cuando —a modo de analogía— una corporación del conglomerado alimentario como Coca-Cola tiene mayores ganancias anuales que el PBI de un país latinoamericano rico en recursos como Bolivia.

De igual manera, la configuración del poder estructural agroalimentario presenta la dificultad de ahondar en la descripción de sus componentes a los efectos de lograr un esquema detallado de, en palabras de Strange, «el quién-obtiene-qué en el sistema como un todo». Por lo que de la investigación surgen algunos interrogantes que es preciso entender que no tienen respuesta, otros no son operacionalizables, o bien la información no es accesible y la respuesta se formula por inferencias o aproximación comprensiva; por ejemplo: no es posible acceder públicamente a información fidedigna sobre qué volúmenes de cereales acopian y comercializan a nivel mundial grandes traders como Cargill, Bunge o Dreyfus, y cómo incide dicho oligopolio en la formación del precio internacional de las commodities. Tampoco saber quiénes son los propietarios del capital de las compañías navieras en la era de las finanzas transnacionales y qué volúmenes reales de cereales trasportan. A todas luces la acción de los grandes actores del comercio cerealero mundial no coincide con los principios enarbolados de estabilidad, predictibilidad y libre oferta-demanda, ya que la clave del circuito es el control oligopólico y gestión de la volatilidad del precio internacional.

La realidad indica sin lugar a dudas el principio que el conocimiento es poder y que una de las condiciones puras del poder es el control de la información que debe circular. De todos modos, ello no es impedimento para la realización de una investigación desde otro enfoque epistemológico-metodológico. En rigor de verdad, dada la importancia del sistema agroalimentario en su dimensión internacional y doméstica el cual involucra los intereses geoestratégicos de las potencias centrales del planeta, pretender comprenderlo desde el cuantitativismo econométrico o la técnica aplicada de las ciencias biológicas, resultaría funcional a dejar fuera del análisis las condicionantes políticas y los juegos de poder. Por lo que el análisis general propuesto del libro es de carácter geopolítico, realista y elaborado desde la perspectiva de un país periférico. Quiere decir esto que procura ser objetivo respecto a distintos sectores e instituciones, pero además indagador incluso de los supuestos “evidentes” y las preguntas sin respuesta.

En los últimos años ha proliferado cierta bibliografía académica e institucional que aborda aspectos y relaciones del sistema agroalimentario a nivel internacional y en casos locales. Sin embargo, al principio del período seleccionado cuando comenzaron a aplicarse los cultivos con organismos genéticamente modificados (OGM), por fuera del ámbito supuestamente neutral de la técnica y del optimismo rentístico del sector agropecuario, la bibliografía académica internacional con mirada crítica del impacto de los transgénicos era escueta o bien inexistente; algunos estudios provenían de asociaciones civiles ambientalistas. A casi una década de iniciado el proceso, comenzaron a aparecer algunos estudios internacionales pero con perspectivas “desde el Norte”. Existía por lo tanto un vacío disciplinar que no lo ocuparon los estudios que investigaron los efectos ambientales del uso de la dupla transgénicos-agroquímicos, ni los trabajos de sociología rural sobre la implementación en gran escala de la siembra directa, así como tampoco los valiosos pero puntuales estudios que en su momento denunciaron el sistema internacional de patentes sobre la propiedad intelectual en materia biotecnológica. En este sentido, un aporte de Geopolítica y Alimentos no ponderado antes por otros autores, consiste en analizar de manera integral con una perspectiva geoestratégica la matriz agroproductiva actual en tanto herencia singular del período de la Guerra Fría. Por sus componentes, la matriz agroproductiva puede ser entendida como el dispositivo particular que a nivel sistémico contribuye por un lado a dinamizar la competencia internacional por los recursos naturales, y por otro a reforzar el poder estructural agroalimentario.

Al respecto, tampoco existe casi bibliografía en el subcampo de la seguridad internacional que en el conjunto de elementos que son objeto de la competencia por los recursos naturales incluya a la biodiversidad genética, exceptuando los estudios en materia de bioterrorismo que tratan el riesgo que presenta el empleo de OGM como arma bionanotecnológica. De los recursos naturales objeto de la competencia (hidrocarburos, tierra fértil y agua potable), pocos analistas académicos han incluido a los alimentos, y en particular los recursos genéticos vitales para la producción agroalimentaria. De aquí que la investigación parte del presupuesto que el sistema agroalimentario está incluido en la competencia internacional por los recursos naturales, y que particularmente la biotecnología es un instrumento potenciador de dicha dinámica.

Lo anterior no implica que en ámbitos no académicos se haya omitido abordar la cuestión del suministro de alimentos como objeto de competencia internacional y su contribución a la seguridad mundial. Por el contrario, el tema adquiere prioridad en las agendas de seguridad de potencias atlánticas a partir del fenómeno de aumento del precio internacional de las commodities agrícolas de 2007-2008. Reportes de influyentes agencias gubernamentales y think-tanks norteamericanos y británicos incluyen desde entonces al suministro alimentario como asunto central en la percepción de amenazas para la seguridad. Al mismo tiempo organismos multilaterales especializados abordaron en estudios económicos las causas internacionales y riesgos de la tendencia al alza del precio de las materias primas alimenticias. En los últimos años, casi fuera ya del período investigado, por la dimensión del circuito internacional y los factores geopolíticos intervinientes en la elaboración de prospectivas a mediano y largo plazo, se acentuó la tendencia de comprender al suministro alimentario como un asunto de seguridad internacional.

En definitiva, las fuerzas de fondo que dinamizan y dan rumbo al entero circuito agroalimentario mundial, escapan al saber técnico aplicado y fragmentado convencional de ámbitos universitarios y empresariales. Es labor de la geopolítica procurar realizar el esfuerzo de comprensión de la compleja madeja que imbrica el sistema agroalimentario internacional con la seguridad alimentaria. Esa es la tarea que Geopolítica y Alimentos invita a recorrer.

Juan José Borrell*

Profesor Titular de Geopolítica en nivel posgrado, Universidad de la Defensa Nacional (ESG, UNDEF), Buenos Aires. Profesor Adjunto e Investigador, Universidad Nacional de Rosario (UNR). Miembro de la Delegación Argentina ante la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Roma, 2011 a 2018

HACE TAN SOLO UN AÑO

F. Javier Blasco*

Solemos decir, porque resulta ser casi siempre cierto, que el tiempo corre mucho. Que las cosas pasan a una gran velocidad y que la llegada de los sucesivos aniversarios nos suele sorprender casi siempre por la celeridad con lo que lo hacen. Sin embargo, aunque muchas veces parezca que fue ayer, en algunos casos y por circunstancias no muy fácilmente explicables, el mismo periodo de tiempo en otros contextos discurre muy lentamente; tanto, que parece que el tramo transcurrido haya sido dos o tres veces el que realmente ha pasado.

Esto es lo que aparentemente nos sucede a muchos con los tristes acontecimientos de Barcelona y Cambrils. Dos ciudades españolas que, ahora hace justamente un año, fueron azotadas por el terrible e indiscriminado zarpazo del terrorismo yihadista y que, por causas no muy bien explicables ni explicadas, supusieron el aldabonazo de salida de hechos de mayor envergadura y totalmente ajenos al tema en cuestión. Ha transcurrido sólo un año de aquellos hechos y, al menos personalmente, me parece que ha pasado mucho más tiempo.

Atentado en Barcelona, 2018.

Al preguntarme el porqué de esta sutil diferencia en la apreciación de los tiempos pasados, sólo encuentro una respuesta plausible a todo ello. Son tantas las cosas ocurridas, tan pocos los aciertos, muchos los errores y tantísimas las situaciones ―clasificadas como mínimo de estrambóticas― que hemos tenido que vivir, compartir, sufrir y hasta soportar los españoles en tal periodo de tiempo; que este año, al menos a mí, se me ha hecho interminable. 

Para empezar, la misma gestión política y policial cercana y posterior a los atentados y para la búsqueda y captura de sus instigadores y perpetradores dejó mucho que desear[1]. Pronto surgieron muchas dudas y bastantes voces se alzaron inconformes con la gestión y el intercambio de información entre las diferentes fuerzas policiales en España por mucho que algunos de aquellos responsables y los gobiernos centrales y autonómicos hayan querido echar tierra sobre este punto. Inconformidades políticas, que pronto trataron de ser escondidas bajo la bandera de un inventado ataque contra el independentismo y tras la muy española costumbre de echar todas las culpas a la otra parte, aunque no hubiera tenido ocasión de participar en los hechos o sus posteriores consecuencias. Aunque algunas, hoy mismo, siguen ocupando una prioridad en las declaraciones y pensamientos de muchos responsables actuales.

Las mencionadas malas gestiones por parte de las autoridades regionales y la muy cuestionada capacidad de la policía catalana; así como su dramática y definitiva resolución de no dejar vivo a ningún actor o implicado testigo ―salvo el que sobrevivió a la tremenda explosión en Alcanar la noche anterior[2]― dieron paso a falsos testimonios, coberturas inéditas, precipitadas o muy cuestionadas condecoraciones y graves salidas de tono. 

Por lo que veo, aún persisten en estos días cuando al cumplirse un año de tales eventos, se ha pretendido usar dicho aniversario como un acto de reconocimiento y agradecimiento a las autoridades y fuerzas policiales cosa que, de forma aparente, amable e inteligentemente han rehusado los implicados. Además, el propio ex presidente Puigdemont, acaba de hacer unas escabrosas declaraciones culpando de los atentados a la falta de información de la Guardia Civil y del CNI a los mossos para que estos fracasaran. La vuelta a la tortilla, tal y como suele hacer este elemento en todo lo que le atañe a su persona y responsabilidades. En cualquier caso, o las renuncias a ser homenajeados eran muy débiles o las ganas de hacerlo eran muchas y hemos presenciado varias de ellas.  

Situación aquella originaria, que se cerró en falso y se aprovechó para realizar, en su lugar, un acto totalmente programado de exaltación al independentismo y desprecio a España y a su Jefe de Estado, bajo la cobertura de una manida y bien calculada manifestación popular que, “oficialmente” se enmarcaba el 27 de agosto[3] en un acto de afecto y apoyo a las víctimas en Cataluña.

Posteriormente, a la vista de que los “ultrajes habían salido gratis” y con las experiencias de años anteriores en procesos similares, las autoridades catalanas ―tanto en su gobierno como en el parlamento― comenzaron una frenética actividad encauzada y claramente dirigida a dar un paso más en un proceso llamado “de desconexión” con el resto de España. Los pasos dados eran más valientes y profundos que los de 2014 y por tanto claramente anticonstitucionales y fuera de toda lógica o ley seria.

Los independentistas y separatistas catalanes, apoyados directa o indirectamente por los populistas procedieron el 6 y el 7 de septiembre a la votación (en urna para no ser identificados), aprobación y publicación de dos leyes ―la Ley de referéndum a celebrarse el 1° de octubre y la Ley de transitoriedad― que nadie podía tomarse en serio salvo, aquellos “extraterrestres” que saltándose a la torera toda lógica, sólo veían en sus leyes el orden, el respeto y la legalidad aunque estas fueran totalmente en contra del orden constitucional previamente establecido para España y aprobado en su día (1978) por todos los españoles ―por cierto, de forma mayoritaria por los ciudadanos catalanes[4]. Tanto el gobierno como el Tribunal Constitucional (TC), como ya veremos con más detalle, reaccionaron con celeridad y ambas leyes fueron anuladas y suspendida la convocatoria de referéndum para la independencia del 1-O.

La mencionada manifestación a finales de agosto no fue más que un ensayo de lo que ocurriría el 11 de septiembre, día de la Diada (Fiesta nacional de Cataluña) donde todos pudimos comprobar que los ánimos se estaban caldeando mucho y las cosas no apuntaban a nada bueno.

Se sabe que España no suele ser tierra de grandes compromisos y acuerdos internos. Tenemos unos partidos políticos que aprovechan cualquier coyuntura, incluso las más graves y comprometedoras, para hacer leña del árbol caído y tratar de sacar réditos partidistas o electorales. No iba a ser menos en esta ocasión, a pesar de ser la segunda situación de auténtica gravedad ―segundo golpe de Estado― tras el que sufrimos, sin graves consecuencias personales, a manos de ciertos exaltados militares el 23 de febrero de 1981.

El entonces presidente del gobierno, Mariano Rajoy, persona caracterizada por su gran dificultad para la agitada movilidad, salvo cuando se dedica a dar sus paseos matinales, decidió tomar esta situación con auténtica calma, esperar a que las aguas volvieran por sí mismas a su cauce y esperó ―aunque real y legalmente no era necesario― a que el resto de partidos llamados constitucionalistas (PSOE y Ciudadanos) compartieran sus temores y pesadillas, despertaran en sí mismos su compromiso con España y acudieran en apoyo del gobierno de forma plena y desinteresada.

No era la primera vez en la que recientemente España volviera a afrontar ofensas y situaciones de intentos de secesionismo por parte de las propias autoridades y gobiernos autonómicos; los vascos en su día, aunque con menor intensidad y calado[5] y, más recientemente, los catalanes. El nunca reconocido oficialmente referéndum y espuriamente llamado “proceso participativo sobre el futuro político de Cataluña” (conocido por el numerónimo 9-N) fue un proceso llevado a cabo en noviembre de 2014 por el entonces presidente de la Generalidad, Artur Mas y planteado como un plebiscito y alternativa a la negativa estatal sobre un referéndum legal sobre la autodeterminación en Cataluña. Proceso que, inmediatamente, fue recurrido por el gobierno ante el TC y fue derogado por dicho tribunal en su totalidad o aplicación.

Desde mi humilde punto vista, creo que el proceso, sus orígenes, causas, evolución, celebración y participación no fueron tomadas por el propio gobierno con la necesaria seriedad y gravedad que exigía la situación. Se resolvió con la mencionada decisión del TC sobre la nulidad del mismo y una especie de pantomima legal, en su mínima expresión, en la que se acusó a Más y a algunos de sus más inmediatos colaboradores solo de los delitos menores cometidos por ellos, entre otros muchos y de mayor gravedad. 

Como consecuencia de aquella charada, a los promotores y responsables se les impuso unas irrisorias penas de multa económica e inhabilitación para cargo público durante unos pocos meses. Lo más lacerante, para el resto de los españoles y gran acicate para los secesionistas catalanes fue que ni la fiscalía ni el tribunal competente se plantearon atender a las lógicas reclamaciones de las acusaciones particulares sobre delitos mayores como la muy necesaria y suficientemente probada malversación de fondos públicos. Tuvo que venir más tarde el Tribunal de Cuentas para poner de manifiesto dicha malversación. El problema estriba ahora en el alcance de las atribuciones de este otro tribuna[6], por lo que las penas impuestas por él son de otro y menor calado.

Como consecuencia de aquellas tibias actuaciones, aquí tenemos al Señor Más, fuera de todo cargo oficial pero rondando todos los pasteles cual mosca golosa y formando parte, clara o un poco a la sombra, de los comités organizadores de todo tipo de actos rebeldes he invitado de honor en todos los actos o eventos de afrenta a España, su Constitución y al resto de los españoles.

Puede decirse, sin temor a graves equivocaciones, que el propio proceso de 2014, el haberlo cerrado en falso y la incomprensible, sutil y blanda forma de tratar juzgar a sus máximos responsables fueron los que constituyeron la semilla de lo que, años más tarde, hemos vivido en Cataluña en particular y en España en general; de aquellos polvos vienen estos pesados y pegadizos lodos. Reaccionar más tarde, con una mano mucho más dura ante hechos similares podría ser tomado como revanchismo y muy mal visto externamente. Fue, precisamente, dicho punto el que precisamente se ha tratado de exagerar y trasladar por los independentistas y separatistas a nivel local, nacional e internacional en búsqueda de todo tipo de simpatías y no pocos apoyos legales y políticos.

Volviendo al relato de hechos más cercanos, el gobierno continuaba vacilando en su necesaria y obligada toma de decisiones de calado y profundidad y mostraba muchos titubeos[7]. Como ya se ha mencionado, la oposición ―oficialmente más cercana al mismo― adoptó una increíble y vil postura, muy poco sincera, totalmente ajena a los intereses de España y en busca de réditos propios a base de dilatar las decisiones del gobierno, ponerle trabas de todo tipo ―incluso legales―, poner en duda la eficiencia de los mecanismos del Estado para afrontar estas situaciones[8], procurar navegar entre dos aguas, exigiendo actuaciones muy edulcoradas y poco o nada efectivas y teniendo más en cuenta en sus actuaciones la obtención de los mayores réditos posibles para próximos procesos electorales que esforzarse en acotar y acogotar la labor y movimientos ilegales del gobierno y otras autoridades o estamentos oficiales catalanes.

En definitiva, ninguno de aquellos dos partidos apoyó sin fisuras al gobierno, la Constitución, su mandato y la fuerte aplicación de la Ley. También, debo decir, que el propio PP, debido a la forma tímida o más bien temerosa de actuar ante graves situaciones de crisis, se sintió satisfecho con el bodrio logrado entre todos e incluso le supuso un cierto alivio, ya que no quería ser acusado de totalista y para poder escudarse en los demás, si las cosas salieran mal.

El resto de partidos, nacionalistas, separatistas, populistas y filo terroristas se frotaban las manos al entender que ante tal situación de potencial descalabro, más tarde o temprano, algo ganarían y comenzaron sus preparativos para adoptar un mayor protagonismo en breve tiempo. Todo se movía, en todos los sentidos, aunque el ruido que se hacía no era mucho pero si bastante insistente. En cualquier caso, era el suficiente para que un buen analista o un avezado experto en inteligencia interna dedujera que algo gordo podría pasar; muchos lo pensaban, menos al parecer el propio gobierno, que contaba con todos los medios de inteligencia y análisis a su servicio.

La situación se fue complicando a lo largo del mes de septiembre tras diversas medidas políticas y judiciales tomadas sobre la Generalitat y los poderes transferidos a la misma. Se sucedieron casi a diario y la situación estuvo a punto de desbocarse en varios momentos, sobre todo cuando se adoptó la decisión de intervenir las cuentas de la Generalitat el mismo 15 de septiembre. El 20 del mismo mes las investigaciones policiales llevaron a la detención de varios cargos políticos catalanes y al registro de determinados organismos oficiales dando lugar a un “levantamiento” en toda regla frente a dichos locales con el secuestro durante horas de agentes judiciales y elementos de protección de la Guardia Civil. Un acto vandálico que acabó con el destrozo total de los medios de transporte de la escolta y el robo momentáneo de sus armas largas, depositadas en los mismos aunque, desde el primer momento, se pretendió y pretende vender interna y externamente como totalmente pacífico y dentro de la tan manida libertad de expresión.

Como consecuencia de lo anterior, el 22 de septiembre la Audiencia Nacional esgrimió el delito de sedición contra los cabecillas civiles de las revueltas y el 23 se asumió el control de los mossos por parte del ministro de Interior. El 27 de septiembre el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ordenó el cierre de todos los locales donde se previera celebrar el referéndum del 1-O. El 28 se reunió la junta de coordinación bajo la presidencia “ficticia” de Puigdemont y se incautaron millones de papeletas y sobres electorales en diversas imprentas industriales y el 29 el Govern acredita para votar a 5,3 millones de personas en 2.315 centros en Cataluña, con un dispositivo de 6.249 mesas y 7.235 personas implicadas para la celebración de la consulta ilegal. El conseller de la Presidencia, Jordi Turull, ha asegurado que “el domingo se votará”, entre las 9 y las 20 horas. Todo este rápido relato de los sucesivos y diferentes pasos, acciones y reacciones, supuso que se generara mucha tensión a nivel local, nacional e internacional.

Resaltar y no olvidar que la noche del día 30 la mayoría de los lugares y colegios designados para la votación ilegal fueron “ocupados” por catalanes separatistas escudados en sus hijos menores de edad con el pretexto de realizar “actividades extraescolares nocturnas”. Los mossos acudieron a la mayor parte de ellos por parejas y muy amistosamente, tomaron nota y sólo les “advirtieron verbalmente” de que no se podría realizar ningún acto ilegal. Toda una farsa para evitar que el juzgado de Barcelona a cargo de las actuaciones, sospechase cualquier tipo de actuación ilegal.

Como resumen y análisis del párrafo anterior, se puede asegurar que tras aprobarse por su cuenta la celebración del referéndum, a pesar de que el TC lo hubiera declarado ilegal y que el gobierno de España asegurara hasta la saciedad que el mencionado referéndum del 1-O no se iba a celebrar, los acontecimientos se sucedieron aderezados por la pasividad e incluso connivencia, en muchos casos de los mossos ante los necesarios movimientos en la calle y “colegios electorales”. Además, en muchos de ellos, se mostró una inusitada violencia individual y colectiva ―claramente dirigida por las diferentes ramificaciones políticas del gobierno de la Generalitat que esperaban pertrechados la llegada de las FCSE―, violencia que fue en aumento y encaminada a envalentonar los necesarios apoyos ciudadanos a participar con sus votos en la senda del separatismo.

De nada valió que se incrementase en mucho la presencia y actividad de las FCSE principalmente en unidades de investigación y antidisturbios, ni tampoco el haber creado una comisión de coordinación de todas las fuerzas policiales participantes bajo la dirección de un representante del Estado ―que pronto se mostró era totalmente falsa por parte de los mossos y políticos catalanes integrados en la misma―, así como haber logrado previamente determinadas requisas de material.

Tampoco amedrentaron en nada las muy aparentes, aunque extrañas, medidas y órdenes judiciales para impedir que el referéndum se celebrara (todas ellas incumplidas). A pesar de todo lo anterior, el mal llamado referéndum se celebró, aunque no de forma oficial, con poca, algo o mucha violencia, según los casos, por parte de los encargados de mantener las mesas y con ninguna de las mínimas garantías que en cualquier proceso electoral ―incluso en una votación de comunidad de propietarios― se debe cumplir.

Todo el mundo votó donde y cuantas veces quiso, sin censo y sin control alguno ni en el propio proceso ni el sistema de recuentos pero, a pesar de todo ello, sus instigadores y gran parte de la muy previamente preparada y totalmente manoseada opinión internacional dieron su falso resultado por válido y hasta por legal.

A lo largo del 1-O se realizaron una serie de paripés: se engañó a las fuerzas policiales del Estado, se montaron diversos disturbios ad-hoc, muchos simulacros de agresiones policiales y se cayó en una sucesión de graves errores policiales, de inteligencia, políticos, jurídicos, sociales y de comunicación. El parto, se había realizado; ejecutado en gran y casi irreparable daño y explotado al máximo el follón internacional dejando, tal y como se pretendía, la imagen de España, nuestros políticos, jueces y FCSE a la altura del país menos calificado del mundo en capacidades y aplicaciones democráticas. Un total desastre de gestión de todo tipo, un gran fallo político, social, policial, judicial, de inteligencia, diplomático y sobre todo de contra información. Peor no se pudo gestionar[9].

Para completar la salsa de esta macabra ensalada, la mayor parte de los medios de comunicación nacionales se unieron a los malintencionados o grata y previamente agasajados y ―pagados medios extranjeros en la difusión de todo tipo de noticas e imágenes muchas falsas y otras de eventos anteriores y hasta no españoles― que sumieron a toda España en la máxima desolación e incomprensión. Situación ésta que fue la mayor semilla que provocó la activación del más importante cáncer que propició el absoluto declive de Rajoy y de su gobierno. Fenómeno éste que, como todos bien sabemos, fue muy bien aprovechado por los socialistas en la moción de censura presentada a finales de mayo por su, entonces, decreciente secretario general, Pedro Sánchez. El hombre que, directa e indirectamente, más influyó en que las medidas del gobierno fueran lo más cortas en el tiempo e ineficaces posibles para asegurarse el fracaso de la gestión de dicha situación, como así ocurrió. Sus actuaciones no fueron improvisadas, respondían a un plan a medio plazo que nadie, con responsabilidad para ello, supo o no quiso desenmascarar[10].

Algún día, si la historia lo permite y hay voluntad política para ello, habrá que levantar todas las alfombras y abrir las cloacas sobre este caso ―que supuso un verdadero, muy bien calculado y engrasado golpe de Estado realizado por los políticos en nombre de su “Democracia” en un país plenamente garantista y democrático ante la cuasi pasividad internacional― y se pueda analizar en detalle que es lo que verdaderamente pasó, quiénes tuvieron las mayores responsabilidades en aquello, cómo se llegaron a coordinar los separatistas tan detalladamente y, lo que aún es más importante, tratar de descubrir cuáles fueron los verdaderos motivos ocultos, si los hay, que les llevaron a esto, solos o junto a otros actores internos o externos a apoyarlo directa o indirectamente. Espero que no nos pase como lo que ocurrió con el (aún no esclarecidos atentados…) todavía esclarecimiento de los atentados del 11-M en Madrid.

La olla estaba ya a mucha presión; algo debía ocurrir para que las cosas se decantaran en un sentido u otro y, por sorpresa, el día 3 de octubre, Su Majestad el Rey, como Jefe del Estado, se dirigió a toda la nación en un discurso muy claro y ejemplar[11]. Discurso, que, como buen líder que se supone que es, además de poner negro sobre blanco su papel como tal y los términos legales y reales de la situación, marcó claramente las tareas y el camino a seguir para los tres poderes del Estado, con un marcado acento hacia los poderes legislativo y ejecutivo. Discurso que, como es lógico. no cayó nada bien entre gran parte de la sociedad civil y política catalana y sólo por este hecho se le ha hecho merecedor de sucesivos ataques, muestras de desagravio y feos institucionales de muy baja estofa. Ataques que, por cierto, ninguno ―aunque algunos fueron muy graves y denunciados― ha sido juzgado como tal. Todos ellos sobreseídos, al entender los diferentes tribunales implicados que, de nuevo, es parte de nuestro acervo y forma de ser muy popular y del elevado sentido e importancia que nuestra legislación y judicatura le da a la “Libertad de Expresión”.

Envalentonados por el aparente “éxito” interno y externo de sus gestiones y mentiras, tras muchos tiras y aflojas, presiones por diferentes bandos y operaciones vacías de contenido real, el 10 de octubre el todavía presidente de la Generalitat, Puigdemont declaró unilateralmente la independencia (DUI) de Cataluña en forma de república[12]. Fue la declaración más efímera de toda la historia mundial y fue tan rara que, hasta él mismo, ha tardado mucho tiempo en reconocer que se produjo efectivamente.

En un juego de acción-reacción o como consecuencia de procesos políticos y judiciales independientes, aunque realizados en paralelo, el 16 de octubre la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, encarceló a los líderes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, y de Òmniun Cultural, Jordi Cuixart, por sedición. El 17 octubre el TC considera nula, por inconstitucional, la ley del referéndum catalán de independencia del 1° de octubre.

Las reacciones de la “población catalana silenciada o silente” durante la mayor parte de este proceso y con ciertos apoyos del resto de España dieron lugar a diversas manifestaciones en apoyo a España, su indisolubilidad, la unidad entre los españoles y el respeto a la Constitución. Manifestaciones, de entre las que cabe destacar la multitudinaria celebrada el 9 de octubre[13], aunque también provocaron sus correspondientes reacciones por parte de los separatistas.

Desde aquella demostración nacional, muchos hogares en toda la geografía de España colgaron sus banderas nacionales en un acto espontáneo que jamás había ocurrido ni siquiera tras las pocas glorias deportivas nacionales. De hecho, en muchos de los hogares tuvieron que comprar su bandera ya que ni siquiera tenían una guardada en sus armarios. Ahí han quedado, la mayoría un tanto deslucidas por el paso del tiempo y otras muchas retiradas tras unos días de euforia.

Los crecientes malestares políticos y sociales en España, el claro, tajante y apremiante mensaje del Rey, la involución a peor de los acontecimientos tras tantas concesiones a unos y a otros y las demasiadas trágalas con los catalanes y los partidos autodefinidos como constitucionalistas y sobre todo con el que poco tiempo atrás se demostró ser el más peligroso “aliado del gobierno, el Señor Sánchez ―que le exigió a Rajoy cosas que este nunca le debió conceder, como no ejercer el control de los medios de comunicación oficiales catalanes― obligaron a que por fin el 21 de octubre, el Señor Rajoy, Presidente del Gobierno, en función de sus atribuciones, oído el preceptivo parecer del Consejo de Estado y tras la aprobación de su plan por mayoría absoluta en el Senado, se decidió a la aplicación del Artículo 155 de la Constitución española en Cataluña y sobre sus autoridades aunque como pudimos luego comprobar bajo la modalidad de muy corto alcance y menor intensidad. En cualquier caso, muchos pensamos que estábamos ante una situación que yo llegué a definir como “las dos Españas”[14] y durante varios días pasé una gran vergüenza.

La anunciada maniobra de convocar elecciones en un plazo de seis meses en Cataluña[15], sirvió de poco como pensábamos algunos, pero cogió por sorpresa a todos los implicados en un bando y en otro y sobre todo acalló al más cambiante, impaciente y nefasto de los socios que jamás uno puede buscarse para formar o mantenerse en un gobierno; el Señor Rivera líder de Ciudadanos, quien desde el mismo momento de dicha decisión puso manos a la obra a todo su partido para la búsqueda de votos contra viento y marea y sin analizar las consecuencias que iba a tener el desprestigiar y desnudar a sus “compañeros de viaje” como luego ocurrió. Sánchez también tuvo que adaptarse a esta decisión tan temprana, porque estaba bien claro, que no la esperaba en absoluto.

Definitivamente, los hechos se sucedieron y precipitaron totalmente como consecuencia de que el 27 de octubre el Parlament declarara la independencia de Cataluña. Rajoy cesó a Puigdemont y al Govern y ―en un aparente golpe de efecto, pero de muy escasa eficacia como posteriormente se vio―, convocó elecciones para el 21 de diciembre en aplicación de los poderes que le otorgaba el artículo 155. Decisión que acortaba aún más el escaso plazo de tiempo que los constitucionalistas se habían dado para la celebración de dichas elecciones. El 28 de octubre la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, asumió las competencias de la Presidencia de la Generalitat. El 30 octubre la Fiscalía se querelló contra Puigdemont y el resto del Govern por rebelión, sedición y malversación. Puigdemont, conocedor de dicha noticia, decide “viajar” a Bruselas y huye de España acompañado de cinco exconsejeros. El 2 de noviembre se determina la prisión incondicional sin fianza para Oriol Junqueras y siete exconsejeros y con fianza de € 50.000 para el exconsejero Santi Vila. El 8 de noviembre el TC anula la DUI. El 9 de noviembre la expresidente del Parlament, Carme Forcadell y los miembros de la Mesa acatan el 155 y dan valor simbólico a la DUI. El 24 de noviembre el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, asume la causa contra el Govern y los líderes de ANC y Ómnium. El 1° de diciembre los ocho ex consellers y los líderes de ANC y Òmnium acatan ante el juez del Supremo la Constitución y la legalidad vigente, así como la aplicación del artículo 155. El 5 de diciembre arranca la campaña para las elecciones autonómicas del 21 de diciembre. Mientras tanto y como primera consecuencia ―esta situación provocada por unos insensatos, que en privado y hasta en público afirmaron no saber lo que hacían o hacerlo a modo de broma― costó una millonada (casi € 30.000 millones) a los recursos y depósitos económicos de y en Cataluña[16].

Desde que se supo la fecha de las elecciones, los partidos constitucionalistas se lanzaron a una aún mayor desenfrenada carrera para arañar el mayor número de votos posibles y, uno en concreto, Ciudadanos, de nuevo y al oler sangre, no dudó en poner todo tipo de trabas, zancadillas o echar todo tipo de basuras, embustes y medias verdades sobre sus “compañeros de viaje”. Hecho este muy irreflexivo e inútil porque, además de no servir para nada tangible, sólo valió para que se rompiera la endeble cohesión del grupo constitucionalista. Mientras que, por parte de los independentistas y separatistas, si bien cada uno hizo su propia campaña e incluso la CUP amagó con no presentar candidatura a los comicios, siempre se dibujaba un horizonte de cohesión y apoyos mutuos cualesquiera que fueran los resultados finales de dicho proceso electoral.

El 21 de diciembre, tal y como estaba previsto, se celebraron las elecciones regionales con la victoria de Ciudadanos por lo que se convirtió en la primera fuerza política en Cataluña, pero su triunfo no evitó una mayoría parlamentaria del bloque independentista[17]. Los comicios, pese a las mencionadas dudas iniciales que suscitaron para algunos partidos políticos, registraron un récord histórico de participación con el 79,04%.

Nos hemos pasado parte del final de 2017 y lo que va del año 2018 distrayendo a las opiniones públicas nacionales y extranjeras con una serie de actos propios de auténticas películas de agentes secretos o comedias sobre temáticas judiciales. Manifestándonos en pro y en contra del proceso, jugando al gato y al ratón, empleando espías o guardaespaldas no muy legales, retorciendo las leyes y la Constitución, montando costosos garitos en países extranjeros, plagando Cataluña y otras ciudades extranjeras de lazos, lacitos, lazasos o cruces amarillas en una bobalicona representación de injusticia legal en la que se afirma que en España hay presos políticos y no políticos presos, dando inútiles ruedas de prensa, editando órdenes europeas de detención o eurórdenes, provocando falaces detenciones, juicios en paralelo, puestas en libertad, reiterados retiros de dichas órdenes y hasta denunciando fuera a nuestros jueces y tribunales para que estos sean puestos en tela de juicio o impropiamente juzgados por tribunales extranjeros.

Un completo espectáculo que, a pesar de las banales apariencias, ha servido para poner de manifiesto un grave fallo de la jurisprudencia europea, la poca o la mucha determinación de algunos jueces o tribunales de poca monta y hasta de partidos políticos extranjeros para inmiscuirse en asuntos propios de España que no le debían afectar en absoluto y, lo que es peor, como acicate a las fuerzas independentistas sobre la idoneidad de las bases legales de sus aventuras, o al menos, como prueba de la hipotética exageración de nuestros responsables en aplicar justicia.

Mucho me temo, que este vodevil jurídico, político y mediático no ha terminado todavía y dada la oportunista forma de entender las cosas de Sánchez y las muchas deudas que este tiene contraídas con los separatistas, pronto veremos a España y sus jueces sentados en banquillos de extraños tribunales internacionales sobre derechos que siempre fallan en favor de los más extraños y peculiares delincuentes o de países que estando francamente a mucha distancia de España en valores y modos democráticos, se empeñan en meter las narices en asuntos que no son de su incumbencia ya que cuentan con letrados y abogados que son verdaderos especialistas en defender a terroristas y lo más granado de las peores clases políticas escarbando entre los más profundos resquicios de determinadas leyes caducas, poco o nada entendibles ni claras o fuera de sentido[18] [19].

Estamos a la espera de que se celebren los correspondientes juicios a los diferentes activistas políticos ya encausados; posiblemente será para este otoño, eso si el gobierno actual, siguiendo una incomprensible pero recalcitrante manía socialista de romper todo lo que funciona o ya está consensuado con las fuerzas políticas más importantes, no mete sus narices ―a través de la Fiscalía General del Estado― y hace que de nuevo “las togas de los letrados se manchen con el polvo de los caminos” en aras de contentar a los separatistas e independentistas en busca de arrimarlos a ese bálsamo que según, Sánchez, lo cura todo; la nación de naciones o una España federal asimétrica. Lo veremos en breve.

En clave política interna, no hemos estado menos sorprendentes. Sobre la base de las erráticas políticas de Rajoy sobre el tema catalán, su enorme confusión, el grave error al no saber ver las verdaderas intenciones de Sánchez al “apoyar” al gobierno en la conducción de dicha crisis y un comentario, fuera de contexto, inoportuno y de muy poca apariencia legal de un juez de clara y muy conocida tendencia progresista, incluido en una sentencia, aún no firme, sobre determinadas financiaciones ilegales del PP en unos comicios locales en dos ciudades de la Comunidad de Madrid. Sánchez se inventó una trama e irresistible angustia nacional tan apabullante y falsa que ni siquiera él ni sus más próximos allegados y colaboradores creyeron en ella. Dispararon sin prepararse, sin apuntar y con los ojos cerrados pero dieron en el blanco.

A principios de junio hemos vivido uno de los procesos que, aunque legales, nadie debe recurrir a ellos por el peso de la carga que los compromisos contraídos con los que te apoyan en dicha aventura suponen para tu propio partido muy democrático y fundamentalmente para el resto de España[20].

Cuando Rajoy se encontraba feliz y contento de haber aprobado los presupuestos generales para 2018 y se aprestaba a hacerlo con los del 2019, tras el “apoyo” tremendamente interesado y al más puro estilo de Judas Iscariote por parte del PNV y a pesar de que la incómoda mosca borriquera llamada Rivera seguía tratando de molestar e incluso provocar una grave hinchazón con sus picaduras sobre la corrupción; aparece Sánchez con muy vanos argumentos en los que basar su moción de censura “constructiva”. Sin plan, ni programa ni presupuesto y solo con la intención de hacerse con el sillón de la Moncloa al precio que sea[21] y mintiendo sobre el periodo de efectividad de su gobierno, escondió sus verdaderas intenciones que eran, como buen amante de ello,  gozar de todos los lujos, privilegios y mamandurrias que pueda sacar al cargo y aprovecharlo para, de paso, colocar a todos sus amiguetes, familiares y allegados.

Aquí estamos con un gobierno que vive de golpes de efecto y al que a pesar de haberse formado a toda prisa, sin formación previa y por aluvión, algunos se apresuraron a calificar de “estrella”; aunque yo no veo que luzcan otras cosas más que sus muchos errores, declaraciones contrapuestas y muchas precipitaciones. Actuaciones estas que, algunas serán pronto borradas de la memoria de los españoles por inapropiadas o claramente fruto de un calentón político de personas precipitadas e inexpertas; pero, otras como el tema de la guerra sin cuartel al Diésel, sin fijar alternativas, plazos, compensaciones y salidas, pueden, nada más llegue el otoño, provocar un desplome gravísimo en la industria directa o indirecta del automóvil española —uno de los grandes pilares de nuestro PIB— y del comercio interno y externo del ramo; amén de dejar a una inmensa de españoles con cara de bobo, si se me permite dicha expresión, tras haber sido dirigidos durante muchos años a la compra de un producto subvencionado y por ello más barato, que ahora, en breve será combatido hasta erradicarlo.

Otros aspectos importantes para la vida social española como la reforma laboral, el mantenimiento del sistema de pensiones, la reforma y modernización de la educación, el tema salarial, las coberturas reales de la seguridad social y el sistema de financiación regional entre otros, ya han quedado aparcados para otra legislatura por entender el gobierno, que a pesar de estar dispuesto a permanecer —contra viento y marea y con tan poco escaños propios reales— hasta agotar la legislatura, no tienen el suficiente tiempo para llevarlos a cabo. Es por esto por lo que yo no veo donde está la tan cacareada estrella.

Aparte del tema financiero, la educación y las pensiones, hay dos temas muy preocupantes que también son fruto de la improvisación y especial forma de aparentar de nuestro flamante presidente, el tema de la inmigración y, de nuevo, las relaciones con Cataluña. En ambos temas el gobierno con su presidente a la cabeza se han lanzado a la piscina sin comprobar antes si existe agua y cuál es el calado de esta en el caso de que hubiese algo de ella.

Mucho me temo que las innecesarias precipitaciones en ambas, solo serán motivo de problemas para el gobierno, para España y los españoles. Son temas muy importantes y graves como para ser tomados a la ligera. No se puede pretender que con llegar con cara de listo y de un plumazo, aunque con aparente buena voluntad, tratar de arreglar grandes y graves problemas muy enraizados y atorados en el tiempo y las costumbres. Ninguno de ellos se acaba con soluciones de aliño pasajero o provisionales. Tampoco se pueden afrontar de forma unilateral, contando con tan pocos escaños y con los “variables e interesados apoyos” de aquellos que solo sueñan con partir España.

Para cercarse a la solución de estos últimos grandes temas, hay que llegar a grandes consensos con políticas de Estado para asegurar una continuidad. Sería increíble que Sánchez pensara que él, los independentistas, los populistas, los separatistas y los filoterroristas son los que tienen la llave del futuro, el progreso y la paz social en el conjunto de España. Si, a pesar de todo ello, lo consiguiera; yo estaría dispuesto a creer en todo tipo de milagros.

Ha pasado un año solo de aquellos primeros importantes hechos en Cataluña. A pesar de tantos intentos para formar gobiernos democráticos, no se ha resuelto nada, ni veo que esté algo en vías de solución. Pero sí  veo algunas cosas muy alarmantes; las propias víctimas acaban de declarar estar cansadas, abochornadas y dejadas de lado por los políticos y sus intereses; a SM el Rey se le sigue, incluso hoy mismo, ultrajando en Cataluña y tiene cada vez más y mayores dificultades para aparecer por aquellas tierras en el ejercicio de sus funciones; es más, cuando lo hace o se le esconde en propiedades privadas —aunque sea para actos oficiales— o en segundas filas y solo le recibe el Delegado del gobierno para que no cobre el protagonismo que se merece y los políticos separatistas o contrarios a ello aprovechan estos actos —que tanto les cuesta consensuar— para azuzar a sus masas tal y como se ha visto hoy el Barcelona[22]. Pero, lo que si tengo claro es que se han sucedido demasiadas cosas en todos los planos políticos, judiciales, policiales y sociales nacionales y extranjeros; tantas que me parece haber sido de varios lustros el periodo de tiempo transcurrido. Será porque todo esto es muy cansino; porque casi nada de ello nos parece bien o porque es siempre más de lo mismo. El tiempo, a pesar de que corre y mucho; de un año a esta parte y en lo referente a Cataluña, no lo hace tanto.

NOTA del Autor

En cualquier caso, dado el número de políticos implicados y la complejidad del caso y por si alguien tiene interés particular en obtener más detalles de alguno de ellos, adjunto un link muy esclarecedor persona a persona de todos los implicados en este proceso en su día y la situación judicial en la que algunos de ellos se encuentra actualmente[23]

* Coronel del ET (retirado)

Artículo publicado en https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/hace-tan-solo-un-ano

Referencias:

[1] F. Javier Blasco. “Aciertos y errores frente a los últimos atentados en España”. 22/08/2017, <https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/acierto-y-errores-frente-a-los-ultimos-atentados-en-espana>.

[2] Por cierto, punto clave y fundamental en el desarrollo de los hechos, ya que la explosión accidental de lo almacenado en dicho lugar, no sólo precipitó los actos del día siguiente en otro atentado de menor intensidad, sino que constituyó el primer error grave policial, ya que los mossos no le dieron importancia, rechazaron las dudas de la juez de guardia y evitaron que las avezadas narices de la Guardia Civil se dieran cuenta de que aquello no era una “casual explosión de gas en un centro de venta de drogas”. Se perdieron 17 horas decisivas para haber realizado cualquier tipo de acción preventiva y se pudieron haber evitado los atentados acaecidos.

[3] F. Javier Blasco. “Los atentados en Cataluña, sus mentiras, falacias y desviaciones”. 28/08/2017, <https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/los-atentados-en-cataluna-sus-mentiras-falacias-y-desviaciones>.

[4] F. Javier Blasco. “¿Dónde estamos?”. Septiembre de 2017, <https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/-donde-estamos>.

[5] “El Congreso rechaza el plan Ibarretxe por 313 votos en contra”. 20 Minutos, 02/02/2005, <https://www.20minutos.es/noticia/2637/0/ibarretxe/plan/soberanista/>.

[6] Sitio web del Tribunal de Cuentas, Funciones de Fiscalización y Enjuiciamiento, <http://www.tcu.es/tribunal-de-cuentas/es/la-institucion/regimen-juridico-y-economico/funciones/>.

[7] F. Javier Blasco. “Decisión para resolver”. 02/10/2017, <https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/decision-para-resolver>.

[8] Famosa fue la expresión de Rivera, días previos, sobre el Art. 155 de la Constitución; alegando que era lo mismo que “intentar matar moscas a cañonazos”. Poco después, parecía que él era el inventor y único defensor de la aplicación del sistema.

[9] F. Javier Blasco. “Lecciones aprendidas del 1-O”. 08/10/2017. <https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/lecciones-aprendidas-del-1-O>.

[10] Llegado a este punto y a la vista de actuaciones, declaraciones, nombramientos y ascensos fulgurante, destituciones fulminantes y otros tejemanejes políticos y sociales realizados en España en los últimos tres meses, no me atrevo a asegurar ni a descartar absolutamente nada de nada.

[11] “Texto íntegro del discurso del Rey a la nación sobre la situación en Cataluña”. EFE (Madrid), 03/10/2017, <https://www.efe.com/efe/espana/portada/texto-integro-del-discurso-rey-a-la-nacion-sobre-situacion-en-cataluna/10010-3398111#>.

[12] Miquel Noguer, Camilo S. Baquero. “Puigdemont prolonga la tensión con una secesión en diferido”. El País, 11/10/2017, <https://elpais.com/ccaa/2017/10/10/catalunya/1507624143_410500.html>.

[13] Àngels Piñol. “Masiva manifestación en Barcelona a favor de la Constitución y la unidad de España”. El País, 09/10/2017, <https://elpais.com/ccaa/2017/10/08/catalunya/1507444172_851999.html>.

[14] F. Javier Blasco. “Las dos Españas”. 22/10/2017, <https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/las-dos-espanas>.

[15] Muchos pensábamos y más tarde se demostró, no era el plazo mejor para realizar un nuevo proceso electoral con todo el caldero en plena ebullición, el fuego instalado en las calles y los odios a flor de piel.

[16] “El referéndum ilegal provocó la espantada de 30.000 millones de Cataluña: el 16% de sus depósitos”. Okdiario, 15/08/2018, <https://okdiario.com/economia/2018/08/15/proces-provoco-espantada-cataluna-del-16-sus-depositos-casi-30-000-millones-2989955?utm_source=onesignal&utm_medium=notificacion>.

[17] Carlos Garcés, Virginia Hernández, Carol Álvarez. “Resultados de las elecciones catalanas en directo: Ciudadanos gana en votos y escaños; los independentistas suman mayoría absoluta”. El Mundo, 22/12/2017, <http://www.elmundo.es/cataluna/2017/12/21/5a3c30c2ca474108458b4604.html>.

[18] “Llarena pide el amparo al CGPJ por el “fraudulento ataque” contra él en Bélgica”. MSN, 15/08/2018, <https://www.msn.com/es-es/noticias/espana/llarena-pide-el-amparo-al-cgpj-por-el-“fraudulento-ataque”-contra-él-en-bélgica/ar-BBLY1co?ocid=spartandhp>.

[19] “El CGPJ ampara al juez Llarena ante el ‘ataque planificado’ a su independencia”. El Independiente, 16/08/2018, <https://www.elindependiente.com/politica/2018/08/16/cgpj-ampara-juez-llarena-ante-ataque-planificado-independencia/?utm_campaign=not&utm_source=not_web&utm_medium=navegador>.

[20] <https://www.elconfidencial.com/espana/2018-05-28/mesa-congreso-luz-verde-mocion-ana-pastor-rajoy_1570042/>.

[21] F. Javier Blasco. Quo vadis España. 28/05/2018, <https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/quo-vadis-espana>.

[22] Almudena Martínez-Fornés, Anna Cabeza, Jesús Hierro. “El Rey, a las víctimas del 17-A: «Estamos con vosotros»”. ABC (Casa Real), < https://www.abc.es/espana/casa-real/abci-victimas-17-a-estamos-vosotros-201808171134_noticia.html >.

[23] “Desafío independentista”. El País. <https://elpais.com/especiales/2017/referendum-independencia-cataluna/>.

 

CAOS EN SIRIA: DESACUERDOS INTERNACIONALES Y EL AVANCE DEL CALIFATO

Isabel Stanganellli*

 

Introducción

A pesar de haber transitado su “primavera árabe” en 2011, en 2013 el presidente sirio Bashar al Assad mantenía un firme control sobre Damasco y gran parte del país, aunque los rebeldes ya habían logrado dominar varias regiones del territorio sirio[1].

Sin embargo en abril 2015 diversos grupos de derechos humanos calculaban que el conflicto ha resultado en la muerte de más de 220.000 personas y millones de refugiados.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Gutiérrez, advirtió ya en 2013 que en caso de una guerra civil en Siria sería imposible contener las consecuencias humanas, políticas y de seguridad. La organización no gubernamental británica Save the Children indicó que cada vez más menores estaban siendo reclutados por los dos principales grupos combatientes y UNICEF anunció que casi 2 millones de menores de 18 años enfrentaban una situación de extrema pobreza, que casi 800.000 menores de 14 años no tenían hogar y más de 500.000 niños habían dejado Siria debido a la violencia[2].

La posibilidad de una intervención externa que lograra finalmente derrocar a al Assad podía llevar al caos por lo que era una decisión de alto riesgo que Occidente no deseaba tomar, dados los resultados de las restantes revoluciones en el mundo árabe en 2011. En Siria, la oposición podía enfrentarse entre sí, pues abarcaba un gran espectro que incluía a algunos grupos radicalizados y si esta situación ocurría, podía tener consecuencias regionales que cambiaran el panorama estratégico. Además podían dar lugar a la distribución de armas químicas a países vecinos o a ataques con las mismas[3]. Otra posibilidad era la de que Siria se desintegrara en numerosos Estados[4].

El presidente sirio al Assad sostenía que entre los rebeldes predominaban los jihadistas y que estaban relacionados con al-Qaeda.

En septiembre 2013 Vladimir Putin lanzó una iniciativa sobre Siria para evitar un ataque militar estadounidense y al mismo tiempo eliminar la amenaza de las armas químicas de Siria. La adopción de tal iniciativa fue considerada un éxito rotundo de Putin e hizo que se evaluara otorgarle el premio Nobel de la Paz ese año.

La iniciativa también ofrecía al presidente Obama la posibilidad de evitar acciones militares que la mayoría de los estadounidenses no aprobaban —así como Rusia, China y otros Estados—[5].

Tanto la ONU como la Unión Europea y el Vaticano respaldaron la búsqueda de una solución política en Siria. Bashar al Assad anunció que pondría las armas químicas de su país bajo control internacional y que remitiría a la ONU la documentación necesaria para preparar un acuerdo sobre dichas armas[6]. El gobierno de Bashar al Assad aceptó destruir este arsenal como parte de un acuerdo con Estados Unidos y Rusia.

La situación parecía estar bajo control.

El año 2014 cambió toda la situación estratégica

1.- La destitución del presidente ucraniano Viktor Yanukovich en Ucrania, el plebiscito en Crimea en marzo —considerado ilegal por la UE y EEUU— y la posterior incorporación de la península a la Federación de Rusia hizo que la OTAN suspendiera en marzo sus relaciones militares con Rusia. Como consecuencia fue suspendida la primera operación conjunta OTAN-Rusia, una misión de escolta naval rusa para el buque estadounidense Cape Ray, usado para recibir y eliminar con seguridad las armas químicas de Siria. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen confirmó que “Rusia no participará en el acompañamiento de la nave estadounidense”[7]. Aun así, a fines de ese mes el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, declaró que confiaba en que la crisis de Crimea no dañaría la cooperación con Rusia en los esfuerzos internacionales para destruir las armas químicas de Siria.

A mediados de marzo 2014 Kerry confirmó que aproximadamente la mitad del arsenal de armas químicas de Siria ya había sido entregada o destruida dentro del país. “Eso es significativo, pero es importante que eliminemos todas las armas (químicas)”, dijo[8].

2.- Se produjo la separación irreconciliable de los grupos relacionados con al Qaeda, especialmente Jabhat al-Nusra, de los que conformaban el ISIL. Si bien ambos son sunnitas, sus objetivos difieren radicalmente. Y el primer escenario de este conflicto dentro del conflicto fue Siria, pronto ampliado al norte de Iraq.

3.- Desde febrero 2014 se estaban aplicando sanciones internacionales contra Moscú, —antes del plebiscito en Crimea— dirigidas por EEUU y pronto emuladas por la UE y otros Estados como Noruega y Japón, mientras algunos altos funcionarios de EEUU dudaban si la cuestión de Crimea justificaba el deterioro de las relaciones con Moscú y al mismo tiempo perjudicaba los intereses geopolíticos a mediano plazo de Washington.

La diplomacia rusa sirvió enormemente a los intereses de Washington en esta crisis de Medio Oriente. Sin la oportuna intervención de Rusia, Bashar al Assad nunca habría accedido a renunciar a su arsenal de armas químicas. El Kremlin apoya al actual gobierno sirio, entendiendo que la alternativa sería una guerra civil que podía conducir a una victoria de jihadistas[9].

4.- Occidente redobló sus esfuerzos para deponer a al Assad. En mayo 2014 Rusia calificó de «destructivos» a los países occidentales y árabes que acordaron aumentar el apoyo a los opositores de Bashar al Assad. El Viceministro de relaciones exteriores, Mikhail Bogdanov, respondió que «A diferencia de algunos de nuestros socios occidentales, trabajamos con todas las partes sirias, no apoyando a una contra la otra. (…) Para nosotros, el enfoque de Londres es destructivo”[10].

En julio 2014, Rusia elogió a al Assad en su lucha contra los terroristas a los que ambos consideraban agentes extranjeros trabajando para derrocar al gobierno legítimo. Como se divulgó en diversos medios que la campaña de al Assad era una guerra sectaria contra los musulmanes sunitas, los medios rusos indicaron que era la oposición, no el régimen, quien estaba llevando a cabo una guerra sectaria.[11]

5.- En junio, el embajador de Rusia ante la ONU, Ambal Vitaly Churkin, dijo que con los avances del grupo Estado Islámico en Iraq y el Levante (ISIL) había brotado un estado terrorista que se extendía desde la segunda ciudad de Siria, Alepo, hasta la capital de Iraq, Bagdad.

Efectivamente, a fines de junio el ISIL declaró un califato islámico (sunnita) constituido por territorios de Iraq y Siria, donde impuso la sharia. El objetivo declarado del ISIL es el establecimiento de un califato que respete los límites máximos del califato abásida durante el gobierno de Harum al-Rashid (786-809)

Un mes más tarde y basado en un borrador de declaración redactado por Rusia, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó por unanimidad cualquier venta de petróleo de Siria o Iraq por parte de grupos terroristas apuntando específicamente a dos ya sujetos a sanciones de la ONU: Jabhat al-Nusra, asociado a al Qaeda y uno de los más poderosos grupos de rebeldes en Siria, y el ISIL, que se había apoderado de una amplia franja de territorio en Siria Oriental unificándola con Iraq occidental y pasó a denominarla Estado Islámico (EI)[12].

[13]

Ambos grupos se habían apropiado de yacimientos petroleros y oleoductos en Siria e Iraq que podían generar ingresos económicos que facilitarían sus esfuerzos de reclutamiento y su capacidad operativa para organizar y llevar a cabo ataques terroristas. El primer borrador de la resolución sólo mencionaba los yacimientos de petróleo en Siria, pero se añadieron los de Iraq durante las negociaciones sobre el texto final.

Armas para Siria

Aunque los ciudadanos estaban convencidos que Washington no estaba colaborando con armas para los rebeldes, después se supo que desde abril 2013 la CIA sí lo estaba haciendo[14].

Ya en marzo 2013 el Reino Unido y Francia habían solicitado levantar el embargo de armas impuesto a Siria para permitir a Europa ofrecer armas a los grupos rebeldes que se oponían a al Assad, aún corriendo el riesgo de militarizar el conflicto.

Junto a la iniciativa europea, un mes más tarde EEUU aportó $ 500 millones de dólares para las facciones opuestas a Bashar al Assad para “entrenar y equipar a la oposición armada de Siria para defender el pueblo sirio, estabilizar las zonas bajo control de la oposición, facilitar la prestación de los servicios esenciales, contrarrestar las amenazas terroristas y promover las condiciones para una solución negociada”, dijo en un comunicado la Casa Blanca[15].

Sergei Lavrov confirmó a mediados de abril 2015 que Rusia está armando a Iraq y Siria para ayudarlos a combatir el EI, considerando a ese grupo radicalizado la principal amenaza contra la seguridad de su propio país. Rusia ha criticado los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos contra posiciones del Estado Islámico en Siria e Iraq sin la anuencia del presidente y alentó a Washington a trabajar con al Assad. «Estamos ayudando más que ningún otro Estado a Iraq y Siria, al proveer armas a sus ejércitos y fuerzas de seguridad «, dijo Lavrov[16].

Un alto funcionario del Pentágono dijo que los ataques aéreos de Estados Unidos contra el ISIL solo lograron interrumpir parcialmente su avance. William Mayville Jr, director de comunicaciones del estado mayor conjunto de EEUU, advirtió que “Es poco probable que estos ataques afecten las capacidades globales de ISIL o sus operaciones en otras zonas de Iraq y Siria”[17].

Según Obama, los ataques aéreos de Estados Unidos podrían continuar durante meses, pero Georgy Mirsky, investigador en el Instituto de economía mundial y relaciones internacionales de Moscú señaló que el islamismo radical es una amenaza para Rusia y también para Occidente y requiere tareas conjuntas. Esto es más difícil pues la situación entre Rusia, Estados Unidos y Occidente en general se deterioró aún más con los dichos y pedido de asilo político del ex contratista de inteligencia estadounidense Edward Snowden.

A mediados de agosto el senador John McCain, conocido por sus posturas aguerridas, pidió ataques en contra de ISIL en Siria. Irónicamente, en 2012 McCain pidió que Estados Unidos lanzara un ataque contra el gobierno de al Assad que estaba luchado contra lo que actualmente es el ISIL.

El necesario acuerdo no llega

En la Conferencia de la OTAN en Gales en septiembre 2014, los líderes de la Alianza reconocieron que necesitaban ayuda rusa para superar el extremismo islámico en Siria e Iraq. Mientras los líderes norteamericanos han buscado apoyo para sus objetivos en Siria e Iraq, pasando por alto a Rusia, aliado clave con el que numerosos Estados árabes tienen estrechas relaciones[18].

Los conflictos del Medio Oriente entraron en una nueva era el 24 de septiembre de 2014 cuando Estados Unidos, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Bahrein y Qatar iniciaron ataques aéreos en Siria contra el ISIL y el frente al-Nusra (el ala sirio de al-Qaida).

Rusia ha cuestionado la legalidad de la participación de Estados Unidos en Siria, pero hasta Teherán desde hace varios meses había mostrado disposición a trabajar con EEUU y Occidente. El presidente iraní Hassan Rouhani se reunió con su par ruso a principios de septiembre con el objetivo de mejorar vínculos bilaterales, que incluyen mayor apoyo para Siria.

A pesar de la crisis, las desinteligencias continúan

Mientras nos acercamos a fines de 2014, Rusia, junto con Irán e Iraq, han buscado rehabilitar la imagen de Bashar al Assad. En cambio Estados Unidos ha afirmado categóricamente que busca su destitución. Esta posición tan radical es insostenible y afecta los intereses estadounidenses de derrotar al Estado Islámico y sus afiliados[19].

Ante las atrocidades atribuidas al Estado Islámico podríamos preguntarnos si los analistas en Washington evaluaron que tal vez, el presidente Vladimir Putin tenía razón sobre Siria. Por supuesto, dada la actual situación internacional, tal reconocimiento es improbable. Desde el comienzo la lógica rusa respecto de Siria ha sido más sólida que la estadounidense. La lógica estadounidense para Siria fue empañada por la visión que Estados Unidos tiene de sí mismo y que puede sostener debido a su enorme potencia militar y a la influencia que ejerce sobre numerosas potencias y Organizaciones aliadas. Desde su posición, Estados Unidos podría fácilmente destituir a al Assad. Rusia, por el contrario ha experimentado caos y humillación tras los cambios de régimen hasta en su propio territorio.

Rusia ha sostenido que al Assad no podía simplemente renunciar o ser depuesto mientras la guerra civil hacía estragos en el país, porque había una clara posibilidad de que alguien aún peor aprovechara el caos y rápidamente llenara ese vacío. Rusia sostuvo que tenía más sentido tratar con actores estatales, como al Assad, que son más previsibles que los actores no estatales. Y fueron los rusos quienes, desde el principio, advirtieron sobre diversos grupos rebeldes en Siria, señalando que algunos eran extremistas o tenían vínculos con organizaciones extremistas en la región.

Las recientes victorias militares del Estado Islámico han avalado la lectura de Rusia[20].

Pero la posición de EEUU tiene seguidores. La visita del presidente ruso a Turquía a fines de noviembre 2014 fue fructífera, pero se mantuvieron importantes diferencias sobre Siria. El presidente turco, Tayyip Erdogan, se opone al respaldo de Rusia a Bashar al Assad[21]. De hecho ya en junio la propuesta de Australia, Luxemburgo y Jordania de permitir el ingreso de ayuda humanitaria a Siria a través de Turquía, Iraq y Jordania había sido rechazada por Estambul[22].

Unidos por una profunda hostilidad hacia los islamistas, el presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi —cuyas relaciones con EEUU son cada vez restringidas— y su par de Rusia fortalecieron su compromiso a luchar contra la amenaza del terrorismo.

En marzo de 2015 la relación del Medio Oriente sunnita con Rusia se redujo notablemente. Contribuyeron con ello por una parte la visita del presidente ucraniano Petro Poroshenko a Abu Dhabi —considerada un desaire para Rusia— y el ascenso del rey saudí Salman al trono y por otra la visita del Secretario de Consejo de seguridad ruso, Nikolai Patrushev, a Egipto y los Emiratos Árabes —muy críticos sobre cualquier acuerdo nuclear de Rusia con Irán— para discutir la situación en Libia y los avances en la relación con Irán y Siria molestaron a Washington.

La República Islámica busca apuntalar su posición en el Levante y Yemen. Moscú tendrá a Irán como un aliado en su apoyo a al Assad mientras los Estados árabes del Golfo continuarán culpando a Moscú de apoyar a los chiítas contra los sunitas[23].

Fracaso de propuestas de paz en 2015

La ronda de conversaciones sobre el conflicto de Siria realizada con el gobierno de Damasco en Moscú, que terminó el 29 de enero de 2015, fue rechazada por la oposición política en Siria y por no incluir a los principales grupos insurgentes en el país, esperaba que una nueva ronda en abril 2015 aportara soluciones[24].

La nueva ronda celebrada entre el 6 y el 10 de abril 2015 para poner fin al conflicto en Siria y centrarse en cuestiones humanitarias resultó boicoteada por Coalición Nacional Siria, la pro occidental y con sede en Estambul, que anunció que participaría en ellas sólo si las conversaciones conducían a la renuncia de al Assad[25].

El ministro de relaciones exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que la ausencia de este grupo de la oposición no debía sobrevaluarse.

A pesar que Rusia advirtió que luchar contra el terrorismo en Siria debía ser prioritario y del pedido a la oposición de colaborar con al Assad a tal fin, esta reunión también fracasó. Las delegaciones acordaron en la necesidad de luchar contra el terrorismo y poner fin a la intervención extranjera pero discreparon sobre exactamente qué significaba esta conclusión[26].

Conclusiones

El teórico militar del siglo XIX Carl von Clausewitz dio una definición clásica de guerra como la «continuación de la política por otros medios». Teniendo en cuenta la estrategia de Occidente durante varias crisis en los últimos años, parece que los líderes estadounidenses y europeos han revisado radicalmente esa idea y ven a la guerra no tanto como una continuación de la política sino como una alternativa a ella. La más reciente confirmación de esta observación son los bombardeos de Washington contra el Estado Islámico, iniciados en septiembre 2014 -junto con el Reino Unido y posiblemente Francia- en una campaña que podría durar varios años. Por cierto, los bombardeos no resolverán la cuestión del extremismo islámico en Siria e Iraq como no lo lograron en Libia o Afganistán.

La campaña de bombardeos inevitablemente seguirá alimentando al mismo extremismo islámico que Occidente está intentando eliminar.

Dada su proximidad y mayor conocimiento, la comunidad mundial no puede lograr una solución duradera al extremismo en Medio Oriente sin la participación de Siria, Irán y Rusia. Parece que la única solución viable es la de formar la coalición lo más amplia posible para aislar a los extremistas y dar paso a grupos moderados tanto sunnitas como chiítas, tanto en Siria como en otros escenarios conflictivos en Medio Oriente.

* Profesora de Geografía de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Magister en Relaciones Internacionales graduada en la UNLP. Doctora en Geografía, UNLP. Secretaria académica del CEID.

NOTA: Ponencia oficial del XXVII Simposio Electrónico Internacional “Medio Oriente y Norte de África: problemáticas actuales en un escenario cambiante”, organizado por el Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID), mayo de 2015.

 

Referencias 

[1] Para más información véase Stanganelli, Isabel. “Repercusiones regionales e internacionales de la primavera árabe: Siria y la cuestión de las armas químicas”. En XXV Simposio Electrónico Internacional, CEID, Buenos Aires, mayo 2013.

[2] Jonathan Marcus. “Siria: dos años de un conflicto que no parece tener salida”. BBC Mundo, 16/3/13 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/03/130315_siria_aniversario_dos_anios_conflicto_men.shtml

[3] Bob Rigg. “West faces chemical fait accompli in Syria”. En Asia Times, abril 11 de 2013, http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MID-02-110413.html

[4] Rusia tiene presencia en el mar Mediterráneo oriental con el puerto Tartus, en Siria.

[5] Rosenberg, Steven. “Siria: Rusia un paso adelante de EE.UU.”. En BBC Mundo, sept. 12 de 2013. Disponible en http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/09/130912_siria_rusia_diplomacia_am Sitio visitado abr. 25, 2015

[6] Siria declaró ante la ONU poseer 1.300 toneladas de armas químicas.

[7] “NATO Suspends Military Relations With Russia”. En The Moscow Times, mar. 07, 2014. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/495758.html? V. mar.10, 2014.

[8] “Kerry Hopes Crimea Won’t Hit Russian Cooperation on Syrian Weapons”. En Reuters, mar. 25, 2014. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/496724.html? V. mar 26, 2014

[9] Lozansky, Edward.  “7 Reasons Obama Should Forget About Crimea”. En TMT, abr. 01, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/497152.html? V. abr 3, 2014.

[10] “Russia Criticizes Western Support for Syrian Opposition”. En Reuters, may. 16, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/500222.html? V. may 20, 2014.

[11] Miller, James. “Putin Practiced His Ukraine Strategy in Syria”. En TMT, jul. 16, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/503581.html? V. jul 18, 2014-

[12] “UN Adopts Russian Statement Condemning Terrorist Oil Sales”. En The Associated Press, jul. 28, 2014.  http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/504207.html? V. jul. 30, 2014.

[13] diarioelprisma.es Sitio visitado el 25 de abril de 2015.

[14] Jared Metzker. “Cold War lessons applied to Syria”. En Asia Times, 24/4/13. http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MID-02-240413.html

[15] Dolgov, Anna “White House Wants $1 Billion War Funding to Help ‘Friends’ Like Ukraine”. En TMT, jun. 27, 2014. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/502609.html? V. jun 30, 2014.

[16] “Russia Arming Iraq and Syria to Fight Islamic State, Lavrov Says”. En Reuters, abr. 22, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/519573.html? V. abr. 24, 2015

[17] Nechepurenko, Ivan «Can Radical Islamists Drive Russia and the West Back to Each Other?”. En TMT, ag. 12, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/505021.html? V. ag. 15, 2014.

[18] Petro, Nicolai N. “Russia and NATO Should Be Allies, Not Enemies”. En TMT, sep. 29, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/508063.html? V. sep. 30, 2014.

[19] Karasik, Theodore y Galustian, Richard. “Middle East Threat Must Unite Russia and U.S.” En TMT, oct. 07, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/508581.html? V. oct. 9, 2014.

[20] Antonova, Natalia. “Russia Is Right About Syria”. En TMT, oct. 12, 2014. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/509291.html? V. oct. 13, 2014.

[21] “Putin Heads to Ankara to Deepen Energy Ties With Turkey”. En Reuters, nov. 30, 2014. http://www.themoscowtimes.com/top_stories/article/newsletter/512052.html? V dic. 3, 2014.

[22] “Australia´s UN Envoy Criticizes Russian Plans to Boost Syria Aid”. En Reuters, jun. 20, 2014. En http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/502232.html V. jun. 22, 2014.

[23] Karasik, Theodore. “Middle East Is Keeping a Cautious Eye on Russia”. En TMT, mar. 23, 2015. http://www.themoscowtimes.com/opinion/article/newsletter/517897.html V. mar 24, 2015.

[24] “Putin and Egypt’s Sisi Reaffirm Commitment to Fighting Terrorism”. En Reuters, feb. 11, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/515734.html? V. feb. 12, 2014.

[25] “Expectations Low After First Day of Russia-Hosted Syria Talks”. En Reuters, abr. 06, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/518680.html? V. abr 8, 2015.

[26] “No Hope for Peace as Syria Talks End in Moscow”. En Reuters, abr. 10, 2015. http://www.themoscowtimes.com/news/article/newsletter/518919.html? V abr. 11, 2015.