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ESTADOS UNIDOS: SISTEMA POLÍTICO Y PODER DISCURSIVO EN TIEMPOS DE ELECCIONES Y CRISIS

Gleydis Sanamé Chávez*

Imagen de Prawny en Pixabay

Por años los estudios teóricos de la comunicación han confirmado, tras el constante devenir de corrientes y escuelas, la importancia de los medios de comunicación masiva en el engranaje de los sistemas políticos de los estados, e incluso, más allá de las fronteras de los mismos.

Estados Unidos de América (EE.UU) exhibe una larga, sólida y hasta elogiada historia; representa una nación de trascendentales hitos políticos: colonización, racismo, esclavitud, sangre, dinero, chantajes, ilegalidad, gloria, éxito, libertad, etc.; sin embargo, la mayoría constituye el resultado de profundos y bien meditados trabajos de convencimiento.

No debe olvidarse cómo ya desde temprana edad nacional, hacia 1828, Andrew Jackson, el séptimo presidente de dicho país, experimentó, como aspirante, la articulación por vez primera de una campaña electoral (Sánchez-Parodi, 2014: 43), donde los resultados exhibieron un aumento al doble, del número de votantes de años anteriores.

Una consecuencia de dichas acciones de Jackson fue la conformación, sin antecedentes, de partidos políticos en el país, pero también, y no debe ser obviado, la conformación embrionaria de pequeños medios de comunicación a disposición de los intereses de las diversas posiciones, lo cual tejió el fundamento de lo que sería la actual y monstruosa maquinaria de discursos en función de alianzas.

La guerra mediática entre Pulitzer y Teodore Herlz a fines del siglo XIX; las campañas de convencimiento popular para la entrada de EE.UU. en la Primera Guerra Mundial; los mensajes lanzados para justificar los ataques a Pearl Harbor en 1941; la propaganda antisoviética; la entronización del Macartismo; la justificación ante la opinión pública de hechos como la guerra en Vietnam, el golfo Pérsico, Afganistán, Iraq, Libia o Siria; y hasta las exorbitantes inversiones económicas sobre intereses partidistas, son ejemplos de lo que devino de aquel experimento político.

Tratándose de un fenómeno transversal y complejo en dicha realidad nacional, vale la pena disertar sobre el mismo; por ello, teniendo en cuenta el importante papel instrumental de los Medios de Comunicación Masiva en el alcance de objetivos políticos, el presente estudio intentará dilucidar cómo se manifiesta la relación medios de comunicación – opinión pública – poder político en los Estados Unidos.

Discurso mediático: arte de supervivencia

Michel Foucault (1992) en una intervención académica en el Collége de France, dijo que “el discurso, por más que en apariencia sea poca cosa, las prohibiciones que recaen sobre él, revelan muy pronto… su vinculación con el deseo y con el poder. Y esto no tiene nada de extraño: ya que el discurso —el psicoanálisis nos lo ha mostrado— no es simplemente lo que manifiesta el deseo; es también lo que es el objeto del deseo; y ya que —esto la historia no cesa de enseñárnoslo— el discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse” (Foucault, 1992: 6).

A través de los siglos, los medios de comunicación han conquistado un puesto medular en la gestión y consolidación del poder en los distintos estadios sociales y para las clases en regencia. En el mismo sentido en que la Iglesia Católica de Roma, durante el Medioevo, hizo de los periódicos y anuncios un mecanismo de proliferación de fe y reafirmación de ésta en la conciencia social, o la Revolución Francesa trajo con el jacobinismo las gacetillas de inspiración revolucionaria y sentimiento de clase (burguesa), hoy hasta la publicación que se dice más neutral y objetiva es transversalizada por una cosmovisión, esparcida desde una ideología que busca afianzar un estatus.

El mecanismo más cimentado en el juego de los discursos, como legitimadores de una razón, es aludir a que el mensaje expresado es lo verdadero y el del contrario, lo falso. A propósito Foucault (1970) acota que “esta voluntad de verdad, como los otros sistemas de exclusión, se apoya en un soporte institucional… reforzada y acompañada por una densa serie de prácticas como la pedagogía, como el sistema de libros, la edición, las bibliotecas, como las sociedades de sabios de antaño, los laboratorios actuales. Pero es acompañada también… por la forma que tiene el saber de ponerse en práctica en una sociedad, en la que es valorizado, distribuido, repartido y en cierta forma atribuido” (Foucault, 1970: 10).

Con esta percepción “foucaultneana” de la parcialidad y mercantilidad del conocimiento, cabe destacar que la relación entre medios de comunicación y receptores es dialéctica, donde estos últimos no son entes pasivos sino que también tributan a la conformación de agendas.

La función primordial de dar a conocer, de los medios y del ejercicio del periodismo, se sostiene en la creciente necesidad por los destinatarios de la comprensión de los hechos que definen su existencia, de ahí la prestancia de un diseño claro para escoger los acontecimientos de interés para el público y la coincidencia de los deseos de este con los de los emisores.

Hernando Cuadrado plantea que “los hechos existen porque los publican los medios de comunicación” (Cuadrado, 2002: 262); afirmación a raíz de la cual la periodista Jessica Rivero en su Trabajo de Diploma inserta que “aunque algunos sucesos no cumplen los requisitos necesarios para ser de interés público, se convierten en noticia al ser seleccionados por los medios”. (Rivero, 2014:17)

A propósito, dicha autora agrega que los mismos “son un negocio, principalmente en sociedades de modelo económico capitalista, por lo tanto, se tienen que regir por variables del mercado. Deben priorizar algunos temas o acontecimientos por sobre otros. En esta jerarquización priman motivaciones inherentes a los partidos o gobiernos a los que responden, y no siempre cuestiones relacionadas con lo que realmente interesa a los destinatarios”. (Rivero, 2014:17)

Entonces, no escapa de ese mundo mostrado en noticias lo transversal de las percepciones del propio periodista, quien se convierte en constructor de una realidad que se pretende objetiva, cuando no es más que objetivada.

En igual sentido, Lorenzo Gomis concuerda que “en la gama de percepciones que se dan en la vida cotidiana hay que acotar la percepción periodística del entorno, pues lo que los medios escogen y montan es lo que laboriosamente forma la imagen periodística de la realidad que ellos ofrecen: su imagen del presente social”. (Gomis, 1991: 14)

Los medios de comunicación pueden llamarse articuladores de lo entendido como actualidad, desde el mismo momento donde se escoge qué noticias publicar y cómo, se incide en la caracterización de circunstancias.

Al fenómeno de conocimiento articulado entre los destinatarios se le conoce como opinión pública, definido por Elisabeth Noelle Neumann como “la opinión dominante que obliga a la conformidad de actitud y comportamiento, en la medida en que amenaza con el aislamiento al individuo disconforme o con la pérdida de apoyo popular al hombre político”. (Neumann, 1974: 44)

Mientras, para el filósofo italiano Antonio Gramsci: “La opinión pública es el contenido político de la voluntad política pública que podría ser discordante: por eso existe la lucha por el monopolio de los órganos de la opinión pública; periódicos, partidos, parlamento, de modo que una sola fuerza modele la opinión y con ello la voluntad política nacional, convirtiendo a los disidentes en un polvillo individual e inorgánico.” (Gramsci, 1976: 196)

Por ello, en todo el entramado de estudios de la comunicación se ha establecido una relación prácticamente inmutable: la del discurso mediático con la ideología y el poder político.

A todo lo anterior se suma la existencia de estrategias discursivas, las cuales se emplean para lograr en la opinión pública la influencia anhelada con los mensajes. ¿Modos de llevarlas a cabo?:

  • Los temas (macroestructuras semánticas) organizan globalmente el significado del discurso. Las proposiciones relevantes serán colocadas en una posición más alta, en la jerarquía del modelo, que las proposiciones menos importantes.
  • Los esquemas discursivos (superestructuras, esquemas textuales) organizan primariamente las categorías convencionales que definen la entera «forma» canónica de un discurso, y por tanto parecen menos relevantes para la construcción de modelos. (Titulares y conclusiones, por ejemplo)
  • El estilo. Las estructuras léxicas y sintácticas de superficie son susceptibles de variar en función del contexto.
  • Los recursos retóricos como los símiles, las metáforas, los eufemismos, etc., al igual que los esquemas globales, no influencian directamente el significado. Más bien lo hacen resaltar o lo difuminan, y con ello también la importancia de los acontecimientos en un modelo. (Van Dijk, 1997: 32)

A propósito de dicha correspondencia entre los mensajes y los intereses políticos, Louis Althusser[1], heredero de la filosofía marxista, en su obra Ideología y aparatos ideológicos del Estado (1969), establece que la ideología es esparcida por el Estado a través de lo concebido como Aparatos Ideológicos del Estado, que incluye: sistema de las distintas iglesias; sistema de escuelas públicas y privadas; familia; sistema jurídico; sistema político – formado por los diversos partidos-; sindicatos; medios de comunicación; sistema cultural (literatura, artes, deportes, etc.)

El concepto de ideología que este autor instaura se vincula con la noción gramsciana de hegemonía. La definió como “el terreno de la lucha por el control de los significados (…) el campo de la lucha por la conquista de la hegemonía en el terreno de las representaciones simbólicas.”

A todo ello se vinculan las nociones de sistema político, legitimación y consenso, así como una gran resultante: la estructura de medios como un subsistema dentro del político.

Para el reconocido historiador e investigador cubano Dr. Ernesto Domínguez López “el sistema político, el económico, el simbólico y la estructura sociodemográfica son subsistemas de la sociedad en su conjunto, del complexus cultural”; sobre el sistema político específicamente apunta que es “complejo, dinámico, adaptativo y abierto. Es el subsistema formado por las relaciones específicamente políticas, la gestión del poder, y se interpenetra con sus homólogos económico, jerárquico y simbólico[2].

Igualmente, agrega que “el sistema político está abierto a las influencias del medio en el cual existe, y está integrado por una amplísima y diversa red multidimensional de relaciones entrecruzadas e implicadas, de la cual participa una gran diversidad de agentes, con posiciones relativas diferentes dentro de un amplio ordenamiento jerárquico[3].

Vale aclarar que dentro de los agentes activos dentro del ordenamiento jerárquico están incluidos los medios de comunicación, incluso como actores definitorios en la reproducción del propio sistema político.

En relación con ello, Domínguez López puntualiza quela incorporación de sectores crecientes de las poblaciones en las procesos políticos… hicieron necesario reforzar los mecanismos de legitimación de los regímenes políticos, incluyendo la resignificación e implementación de la representación[4].

Y es precisamente en ese proceso de legitimación y representación donde juegan papel los Medios de Comunicación; a propósito, en el año 1993, en su libro Ideología y Cultura Moderna, el estudioso británico John B. Thompson definió la legitimación como  “la acción de  manejar el discurso en el sentido que logre legitimar las relaciones de dominación existentes, busca la manera en que todo parezca normal y socialmente aceptado.” (Thompson, 1993: 30)

Dentro de esa voluntad emisora  de hacer coincidir puntos de vista en los receptores se impulsa intencionadamente la creación de un consenso, cuyo punto más elevado es el estado de normalidad perceptiva, donde la retórica y los puntos de narrativización crean una representación mental de la realidad social que propicia, a través de intereses y con el paso de los años, el fortalecimiento del sistema político.

Estados Unidos: medios y sistema político

Estados Unidos de América es una nación con gran número de emisores: periódicos, revistas, canales radiales, televisión, páginas webs, blogs o usuarios de redes sociales, que constantemente crean un inmenso número de contenidos; unos, cercanos a líneas políticas gubernamentales, otros, contrarios a estos, y algunos en puntos medios, ni conservadores, ni liberales.

En el ámbito de los estudios teóricos comunicológicos existe una disciplina nombrada Economía Política de la Comunicación que se encarga de investigar sobre los nexos entre medios de comunicación y empresas o emporios económicos, los niveles de concentración de aquellos en función de beneficios de privados, así como su conversión en actores políticos no formales al ser portavoces de intereses con prioridad para determinados poderes.

Acorde con los apuntes previos a este epígrafe, Bernadette Califano, de la Revista Mexicana de Opinión Publica afirma que “más allá de su lugar como intermediarios entre los hechos y las audiencias, los medios de comunicación son actores políticos con intereses particulares que se mueven en un campo atravesado por relaciones de poder… poseen un papel activo no sólo en la formación de la opinión pública, sino también en el desarrollo del proceso político. En este sentido… es posible rastrear algunas estrategias políticas trazadas por las empresas de medios de comunicación a partir del análisis de la selección, inclusión o exclusión de los acontecimientos en sus agendas mediáticas, y de la jerarquización y el tratamiento periodístico que reciben.” (Califano, 2015: 63)

Para demostrar esta tesis y llegar a una respuesta para el problema general de este escrito se impone la necesidad de exponer de manera general algunos datos sobre la relación en cuestión.

Primeramente, podemos decir en sentido general que, dentro el país más poderoso del mundo, la élite económica cada vez se imbrica más con la élite política; los sectores privados se agencian cada año llevar adelante el control de los órganos gubernamentales (ya sea a nivel estadual o federal), eslabón que significa un paso de avanzada, pues tributa a la garantía de control o actividad sobre la jurisdicción que pudiera otorgar ventajas corporativas[5].

Y, cíclicamente, al tomar cierta influencia sobre determinadas esferas de interés, se unen al apoyo financiero a determinados medios de comunicaciones que sean capaces primero de llevar mensajes de convencimiento sobre temas actuales “de interés”, y, segundo, en tiempos de comicios, preparar la opinión publica en función de determinado candidato por el cual dichas élites económico políticas se inclinan.

Teniendo siempre en cuenta que en Estados Unidos una campaña política no es nada sin una fuerte maquinaria mediática, y por consiguiente, una sólida financiación, Ana Isabel Segovia agrega que no podemos dejar de lado otras dos importantes formas de presión sobre el poder ejecutivo y legislativo: los lobbies y las contribuciones a las campañas de candidatos y partidos políticos. Por ejemplo, los datos de los que disponemos de las elecciones presidenciales de 1996 hablan de una donación de dos billones de dólares por parte de las corporaciones. En este sentido es interesante revisar la lista de los 400 contribuyentes más importantes que anualmente realiza la revista Mother Jones (desde el año 1996)[6].

Y continúa:En ella se dan cita empresarios, industriales y financieros de todos los sectores de la vida económica estadounidense, frecuentemente repetidos año tras año, aunque intercambiando sus posiciones[7]. Dos cosas llaman la atención a primera vista: la mayoría de las donaciones personales no se hacen a un solo partido, sino a ambos (aunque existan contribuciones únicamente a demócratas o republicanos), lo que pone de manifiesto no sólo cómo se «cubren las espaldas» salga quien salga elegido, sino también que esperan más o menos los mismos favores de marcos ideológicos supuestamente distintos.”

En la realidad especifica de los Estados Unidos, los medios con gran concentración de bienes, alcance, influencia discursiva y legitimidad social, son más que simples creadores y emisores de contenido intencionado, pasan a ser actores políticos; primero, por crear representaciones sobre el poder, y, segundo,  por el simple hecho de impactar en la agenda política a través del respaldo social otorgado a sus publicaciones, las cuales pueden convertirse en suntuosas proposiciones a debate.

Por ejemplo, como afirma Ana Isabel Segovia: “Cuanto más poder detente una empresa de medios de difusión tanto más tendrá que preocuparse el jefe de gobierno que llegue a disgustarla. Sus lobbies más importantes son la American Newspapers Publishers Association y la National Association of Broadcasters. Siguiendo esta regla, los resultados obtenidos son impresionantes: los periódicos han conseguido ser eximidos de leyes que regulan el trabajo infantil, o pagar aranceles a la importación de papel e impuestos favorablemente bajos; y los radiodifusores fueron capaces de detener la difusión del cable durante más de diez años y de obtener (como veremos) la progresiva desregulación del sector.” (Segovia, 2001: 89)

Otro ejemplo de influencia de las corporaciones mediáticas como actores políticos quedó expuesto en 1969 cuando Richard Nixon recibió de Hearst Corporation y otras seis compañías un trato donde le ofrecían darle apoyo a través de sus cadenas de transmisión si era capaz de eximirlos de la ley anti- monopolio; Nixon aceptó el acuerdo y la Ley de Protección de Prensa fue aprobada ese mismo año, lo cual le valió un extraordinario apoyo en la elecciones de 1972, a pesar del escándalo Watergate[8].

Otra realidad palpable del nivel de intromisión de los consorcios mediáticos en la actividad política lo constituye el alto número de proyectos de ley (sin aprobar) para reducir los costes de publicidad en campañas electorales.

Por ejemplo, en 1998 Clinton intentó llevar la propuesta a la Federal Communications Commission, tras hacer alusión en el Discurso sobre el Estado de la Nación, sin embargo, nada fructificó, la National Association of Broadcasters (NAB) acusó de anticonstitucional dicha aspiración por no estar a tono con la Primera Enmienda de la Constitución, cuyo texto hace referencia a la libertad de prensa[9].

A propósito, un momento cumbre, relativo al financiamiento de las campañas electorales, lo tuvo Barack Obama hacia 2008. Recordemos que el entonces candidato a presidente materializó con gran éxito, por vez primera, el empleo en campaña de las redes sociales digitales; para junio de dicho año su equipo comunicó no aceptar el dinero de los fondos federales equivalentes de acuerdo con lo establecido en la Ley Bipartidista de Reforma de Campaña (Electoral); según expertos dicho paso podría haber afectado los gastos directos de sus agentes a una cuantía de 170 millones de dólares, la idea para ellos era recaudar 500 millones, e incluso fue elevado a 750 millones. (Sánchez- Parodi, 2014: 177)

Pero las ambiciones de Obama implicaban poner las estrategias de las Redes Sociales en el centro de su campaña. Ya no sería un uso más de las mismas, sino un proyecto a través de ellas; no por cualquier cosa contrató al joven Chris Hughes[10], cofundador de Facebook, acto que demuestra como las grandes corporaciones mediáticas se unen a candidatos políticos y pasan a ser patrocinadores e ideólogos de proyectos discursivos con el objetivo explícito de impulsarlos al poder, cuyo logro implica recibir de vuelta el favor.

Esta campaña de Barack Obama puso de manifiesto las ventajas que involucra el buen manejo del llamado Marketing Político y Electoral[11], el cual ha tenido varias etapas en la historia de los Estados Unidos, la primera de ellas entre 1952 y 1960, que “se caracterizó por ser la primera vez que los dos principales partidos en disputa destinan presupuesto en la comunicación política, además de hacer uso de medios como la televisión, también implementaron conceptos del marketing comercial. Por ejemplo, John F. Kennedy fue uno de los primeros en aceptar aprendizaje de ciertas técnicas de actuación para desenvolverse de una manera adecuada en televisión, lo que se convirtió en una ventaja en su famoso debate televisado por Richard Nixon. Por otra parte, en 1956 se crearon los “spots negativos” los cuales se refieren a la idea de presentar el candidato contrario de forma negativa.” (Yanquen, 2017: 21)

Por su parte, tampoco debe asombrar, para los momentos actuales, el inesperado ascenso al poder en 2016 de Donald Trump, teniendo en cuenta que ha sido un hombre de shows televisivos, con gran número de seguidores y años de experiencia, con una imagen pública cultivada, cuyo éxito de campaña no solo se le debe a los temas que llevó a debate y a los eslóganes de los cuales se apropió, sino también al personaje mediático que ya era y al trabajo que, behind curtains, le propiciaron otros conglomerados de la información.

Donald Trump, el coronavirus y la guerra discursiva

Todas las administraciones de los Estados Unidos, independientemente de los denominadores comunes, han portado su sello distintivo. Unas más diplomáticas, otras más agresivas; unas con presidentes excelsos, otras donde los excelsos eran los Secretarios de Estado (como Kissinger) o los Vicepresidentes (como Dick Cheeney); unas dentro de conflictos magnánimos (como la de Roosevelt), otras inmersas en crisis mundiales donde el fuego no fue protagonista (como la de Kennedy).

Sin embargo, aunque tiene sus hechos característicos, la presidencia de Donald Trump ha llegado para destacar, como nunca antes, el papel de los medios de comunicación en la conformación de una imagen pública, de la idea de un discurso nacional, de la existencia de uno o varios enemigos, o de la inoperancia de los organismos internacionales; en esencia, en la consolidación de una percepción de un orden mundial como contrario a los intereses administrativos, cuando en realidad es una materialización de los mismos.

Desde las primeras campañas de Trump, mucho antes de ser presidente, habían comenzado los estudios al fenómeno discursivo que protagonizaba; desde entonces hacia acá, son numerosas las cuartillas que sobre el mismo han sido escritas. No obstante, varios teóricos de la comunicación han asociado y reconocen la consolidación de dos herramientas fundamentales con el arribo de este personaje a la Oficina Oval: las fake news o noticias falsas y la posverdad.

Ambos fenómenos no surgieron en los comicios que llevarían a un nuevo gobierno a la Casa Blanca, pero sí alcanzaron, junto a las campañas para el proceso del Brexit, características notables como en ningún otro momento: la falta de credibilidad en los medios oficiales y otros tipos de instituciones, el protagonismo cada vez mayor de las redes sociales y su asunción como vías de acceso a la información, y el descrédito constante de figuras políticas y sus gestiones gubernamentales.

La posverdad constituye la estrategia por la cual el discurso político se ampara en las sensibilidades populares y los sentimientos, trata de decir lo que el electorado quiere escuchar, apela a las decepciones como alternativa única y de desmontaje del discurso tradicionalista; es antigua, pero tomó mayor auge a raíz de la creciente crisis sistémica y sus afluentes, como la no gobernanza y la no representación.

El estudioso George Lakoff (2004) en su libro “No pienses en un elefante”, a decir de la investigadora Priscilla Muñoz Sanhueza (2017: 16): “explica que la ciudadanía más allá de votar por lo que se relaciona con sus intereses, lo hace por la identidad y los valores con los que se identifica, ya que se activa un determinado modelo de comprensión de la política. Según explica, los marcos son el modo desde el cual se ve el mundo y por lo tanto para que la verdad sea aceptada debe encajar con estos marcos, sino los hechos son desechados.”

Mientras, el Diccionario de Oxford, asume que el término posverdad se refiere a “pertenecer a un tiempo en el cual el concepto especificado se ha vuelto insignificante o irrelevante”; algo así como que la verdad no es el centro de interés. (Muñoz Sanhueza, 2017: 17)

Entendiendo desde una relación teórico-práctica lo anteriormente expuesto, ¿Cómo no relacionar a la figura de Donald Trump con las falsas informaciones, el relativismo o las acusaciones y opiniones infundadas?

Desde sus inicios de campaña, y mucho antes —recordemos las acusaciones contra Barack Obama sobre su lugar de nacimiento—, este insólito Jefe de Estado (cuyo financiamiento de campaña devino en gran parte de su propio bolsillo) apeló a acusaciones sin pruebas de todo tipo: los inmigrantes como culpables de los problemas económicos internos de los Estados Unidos; el cambio climático como falso diagnóstico científico; China como el enemigo más grande que enfrenta el planeta; el Acuerdo Nuclear firmado con Irán (JCPOA, por sus siglas en inglés) como el peor convenio jamás logrado —valorado por analistas como un éxito diplomático—; el Estado Islámico como una creación de Hillary Clinton y Barack Obama; los gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte y Cuba como las dictaduras más crueles; entre otros muchos.

En tiempos de pandemia —una fase de estricta prueba para su desempeño como político y para el sistema capitalista en general— el polémico Comandante en Jefe ha sido fructífero en la conformación de una imagen pública sobre la amenaza sanitaria.

Si ya no bastaba la guerra económica contra Beijing, las acusaciones por robo de tecnología, las advertencias por “amenaza” imperialista desde Pekín, etcétera, la situación en Wuhan de finales de 2019 se comportó como anillo para un dedo del magnate en aras de redireccionar la propaganda belicista contra el Gigante Asiático.

La primera y más contundente acusación fue responsabilizar a China por la enfermedad. Dicha posición se ha mantenido hasta la actualidad independientemente de que especialistas sanitarios han declarado que pudo haber surgido en cualquier otra nación, lo han asociado a un hecho de transmisión de animales a personas.

Otra “gran” perspectiva del presidente fue asociar los números de víctimas mortales por coronavirus a la insignificancia. Por ejemplo, sobre los meses de marzo y abril declaró públicamente que si en Estados Unidos la tasa de muertos rondaba las 100 mil o 200 mil significaría la muestra de un buen trabajo de su gobierno; afirmación no poco díscola y que no supera la barbárica exhortación a las inyecciones “inmunizadoras” con desinfectantes.

Igualmente, como muestra de los intereses que representa, anunció la apertura precoz de la economía en tiempos de cuarentena, advirtiendo que la población norteamericana debería prepararse para tener más muertos ante la “impostergable necesidad” de comercialización.

Además, como materialización genuina de desinformación y apego a las fake news, su Secretario de Estado, Mike Pompeo, ha arremetido contra el personal médico cubano, asociando su humilde y humana actividad con esclavitud y subyugación ante el gobierno cubano.

Uno de los sociólogos británicos más importantes, John B. Thompson, incorporó una nueva forma de análisis de la relación ideología – contexto – medios de comunicación en los estudios comunicológicos bajo el modelo de la Hermenéutica Profunda.

Dentro de los modos (estrategias) que Thompson asume para la ideología en los discursos se encuentra la simulación, la cual define como: manejos de la mentira y el fingimiento sobre la realidad de las relaciones existentes de dominación para desviar la atención de las personas y lograr así la permanencia del estatus (Sanamé, 2018: 37). Dicho fenómeno discursivo tomó cuerpo en el nuevo intento de invasión a inicios del mes de abril a la República Bolivariana de Venezuela, bajo las crudas realidades traídas por la crisis pandémica, como un hecho que intentó desvirtuar el desastre sanitario interno de Estados Unidos, ya para esa época como epicentro del coronavirus con más de 50 mil muertos. También, no como estrategia aislada, se ha percibido la técnica autopresentación positiva de nosotros y la presentación negativa de los otros, recalcada por el ineludible Teun Van Dijk, la cual consiste en favorecer los intereses propios mediante la exposición de los hechos.

Habría que sumar además los constantes ataques verbales contra el gobierno de Irán o el recrudecimiento de sanciones hacia dicho país y también hacia Venezuela, actos que demuestran como lo importante va más allá de las necesidades de los pueblos; en tiempos de crisis los intereses son intocables. 

Conclusiones

El sistema político de los Estados Unidos, desde su fundación, ha permitido en su engranaje y funcionamiento la consolidación de relaciones de intereses entre élites del poder político y los medios de comunicación. Dicho binomio no ha gozado de igual fuerza en todas las épocas de la historia de la nación. Durante el siglo XIX, los esfuerzos mediáticos se concentraban más en el apoyo a campañas de partidos que no tenían el nivel de gastos que a partir del siglo XX comenzaron a ostentar.

Pero en la cosmovisión del poder estadounidense, tener el control económico es poseer el poder político, sin embargo, el primer paso viene desde el impulso dado por el control de medios; ahí es donde radica la maquiavélica relación.

El nexo trabaja en función de reproducir un establishment, una alegoría del pasado, una metáfora del futuro, un espejismo de la realidad; la constante acción propagandística y publicista posee la misión de asegurar en los destinatarios la visión de un país triunfador; donde la administración en turno se ocupa de criticar la anterior sin materializar verdaderos cambios; donde la historia nacional no es contada con todos sus matices; donde las guerras en el exterior no son vistas como provocadas por intereses económicos, sino como lucha contra el terrorismo; donde los filmes, las series, la McDonald, Mickey Mouse, el show de Oprah o cualquier otro, son más importantes que entender lo que realmente vive la infancia en Yemen o los verdaderos actos del gobierno de Tel Aviv en Cisjordania. Donde los números de muertes por pandemias son más asociadas a las enfermedades en sí mismas que a la inoperancia de los sistemas de salud.

Tales desatinos no son hijos de la casualidad. Responden a una élite que cada año garantiza la concentración de más emisores de información que sean capaces, desde su configuración como plataformas, de generar contenidos que reporten ganancia intelectual y también económica, cuyos fines no son otros, como un incansable ciclo, que el financiamiento de movimientos políticos, campañas y partidos, capaces de continuar legitimando y alimentando el ya bicentenario sistema que les da vida.

* Investigadora del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de Cuba, en el Departamento de África y Medio Oriente. Licenciada en Periodismo (2018). Maestrante en Historia Contemporánea y Relaciones Internacionales en Universidad de La Habana.

 

Bibliografía

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———————- (1970): El orden del discurso. Barcelona. Editorial Fábula Tusquets.

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Rivero Rodríguez, J. (2014): Chávez somos todos. Tesis de Diploma en opción al título de Licenciada en Periodismo. Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana.

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Sánchez- Parodi, Ramón (2014): El espectáculo electoral más costoso del mundo. Editorial Ciencias Sociales.

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Referencias

[1] Para profundizar consultar: Althusser, L.: Ideología y aparatos ideológicos del Estado, Freud y Lacan. p.24. Disponible en: www.philosophia.cl/EscueladefilosofíaUniversidadARCIS  

[2] Para profundizar consultar: Domínguez López, Dr. Ernesto y Barrera Rodríguez, Seida: Estados Unidos en transición. Cambios resistencias y realineamientos. Pág. 8. Versión Digital.

[3] Ídem, p. 9.

[4] Ídem

[5] Consultar en: Segovia Alonso, Ana Isabel (2001): La estructura de los medios de comunicación en Estados Unidos: análisis crítico del proceso de concentración de los multimedia. Tesis de Doctorado. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Ciencias de la Información. Pág. 73. ISBN: 84-669-2229-6

[6] Idem: Pág. 76

[7] En 1998 los 10 primeros contribuyentes fueron: Richard y Helen DeVos (Armway Corp.), Peter Buttenwieser, Bernard e Irene Schwartz (Loral Space & Communications), Carl y Edyth Lindner (Chiquita Brands International), John Childs (finanzas), Daniel Abraham (Slim-Fast, Thompson Medical), Alan Solomon y Susan Lewis (sanidad), Julian y Josephine Robertson (Tiger Management), Orin Kramer (Kramer Spellman), David y Sylvia Steiner (negocios inmobiliarios). Información procedente de www.motherjones.com.

[8] Idem.

[9] Para más información consultar la Constitución de los Estados Unidos de América.

[10] Ver en: López Paredes, Marco y Cabrera Silva, Tatiana: Campaña política a través de redes sociales. Revista ComHumanitas. Vol. 5. No. 1 Año 5 · Págs.: 69

[11] Según  Herreros (1989: 197):  El marketing político, en general, debe entenderse como el conjunto de técnicas empleadas para influir en las actitudes y en las conductas ciudadanas en favor de ideas, programas y actuaciones de organismos o personas determinadas que detentan el poder, intentan mantenerlo y consolidarlo, o aspiran a conseguirlo. El marketing electoral se refiere con exclusividad al planteamiento, realización y difusión de unos determinados mensajes con ocasión de la puesta en marcha de procesos electorales, para designar el gobierno de una determinada comunidad política; se trata, por tanto, de una variante específica del marketing político.

LA ESTRATEGIA DE VIETNAM HACIA SU EMIGRACIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS (2010-2018)

Joy Puentes Saldise*

 

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Introducción

Los años de guerra que arrasaron Vietnam como Estado independiente de 1945 a 1975 se caracterizaron por inmensos sufrimientos y por desplazamientos masivos de personas. En el propio año de la independencia de la nación indochina, en el año 1945, la población vietnamita residente en los Estados Unidos no sobrepasaba un par de cientos que, por motivos diversos, se habían establecido allí desde el comienzo de la insurgencia revolucionaria gestada por Ho Chi Minh. Para esta fecha los mayores asentamientos vietnamitas fuera del territorio nacional se encontraban en Francia, que fungía como metrópoli desde el siglo XIX, país adonde las familias con mayor poder adquisitivo mandaban a sus hijos a cursar estudios universitarios. Además, por ser el referente de desarrollo y prosperidad además de antigua metrópolis. Sin embargo, posterior a la década de los años 60 del pasado siglo, el patrón migratorio vietnamita giró su dirección hacia los Estados Unidos. Las razones estuvieron en la apertura estadounidense para que los hijos de empresarios de Saigón estudiasen, mientras, Francia dejaba de cubrir las expectativas de los migrantes por sus políticas discriminatorias hacia ellos. Existe otro elemento sobre este particular brindado por Stephen Castles:

Además la presencia militar estadounidense en Corea, Vietnam y otros países asiáticos estimuló la creación de vínculos transnacionales al mismo tiempo que benefició, de manera directa, el movimiento bajo la figura de las esposas del personal militar estadounidense.[1]

En los días que precedieron a la caída de Saigón, en abril de 1975, unos 140.000 vietnamitas estrechamente vinculados con el anterior gobierno de Vietnam del Sur, fueron evacuados del país y reasentados en los Estados Unidos.

Otro fue el Programa de Reasentamiento de los Refugiados Indochinos que en solo 3 semanas del año 1975, estimuló la entrada de más 140.000 indochinos, 89% de ellos vietnamitas. Además de los mencionados programas de refugiados políticos, la política estadounidense favoreció a los refugiados de países socialistas en su sistema de cuotas. Un solo ejemplo nos ilustra esa afirmación. En el año 1982, el 70% de los refugiados provenían de Vietnam y Kampuchea[2].[3]

Bajo el auspicio de un acta promulgada por el Congreso estadounidense en 1975, se permitió la entrada de los vietnamitas bajo un régimen especial de tratamiento que otorgaba facilidades para una rápida adaptación al nuevo país, facilidades en el orden migratorio y laboral, pero que contenía la aplicación de una “libertad condicional” discriminatoria a estos inmigrantes[4]. A este primer grupo de refugiados les fue bien en los Estados Unidos. La mayoría de ellos pertenecían a la clase media urbana del sur de Vietnam. De los cabezas de familia, más de la cuarta parte tenían educación universitaria y más del 40% había cursado enseñanza secundaria. Surgieron comunidades vietnamitas en California, Texas y Washington DC., y rápidamente negocios vietnamitas abastecieron a las nuevas comunidades.

Al término de 1978 el número de personas que huían de Vietnam por mar se había cuadruplicado. El 70% de los esos solicitantes de asilo eran vietnamitas de origen chino (minoría étnica Hoa). Esta nueva ola (la segunda) de refugiados vietnamitas comenzó a llegar también a los Estados Unidos en 1978. Eran los “refugiados del mar” o boat people[5] , que huían por el temor a ser reprendidos en Vietnam, especialmente los vietnamitas de etnia china. El número total de refugiados del mar vietnamitas que entraron entre 1978 y 1997 en los Estados Unidos se estima en más de 400.000 (ACNUR, 2009).

De manera especial, con la llegada a principio de los 80 de los boat people a los Estados Unidos, el gobierno tuvo que adoptar una nueva resolución respecto al tratamiento que se les daría a estos inmigrantes. En 1980 el Congreso aprobó la “Refugee Act of 1980” con la cual otorgaba el estatus de refugiados a estos emigrantes, lo que constituyó una ley de ajuste particular para los vietnamitas. Esta acta constituyó un incentivo muy fuerte para los vietnamitas que deseaban prosperar económicamente, lo que generó una explosión de boat people vietnamitas.

El 30 de julio de 1989, los gobiernos de los ESTADOS UNIDOS y Vietnam dieron a conocer una declaración conjunta en la que afirmaban que habían llegado a un acuerdo sobre la emigración de ex presos políticos y sus familias. Con ese acuerdo, las salidas al amparo del Programa de Salidas Organizadas aumentaron considerablemente, alcanzando un máximo de 86.451 en 1991. En esta cifra se incluían 21.500 ex internos de campos de reeducación y familiares, y casi 18.000 niños asiático- estadounidenses, hijos de soldados estadounidenses que habían servido al Ejército vietnamita del sur.

En resumen, de los refugiados vietnamitas que se establecieron en países occidentales entre 1975 y 1995, el 64 % fue aceptado por los ESTADOS UNIDOS, 12 % fue aceptado por Australia y el 12 % por Canadá. Entre los países europeos, Francia recibió el número más grande, aunque este número solamente representa un 3%.[6]

Esta cita explica por qué la mayoría de los emigrados vietnamitas residen actualmente en los Estados Unidos. Para Washington aceptar estos inmigrantes resultaba en un deber y en un objetivo estratégico para utilizarlos contra el gobierno de Vietnam.

En 2017, más de 1.4 millones de vietnamitas residían en los Estados Unidos, constituyendo el 3% de los 44.5 millones de inmigrantes de la nación y representando el sexto grupo de nacidos en el extranjero más grande del país. Coincidiendo con el lugar primario de asentamiento, la población vietnamita en los Estados Unidos se ubica actualmente en seis estados: California tiene el número más grande de inmigrantes (446.397, o 39,9 %), seguido por Texas (129.779, o 11,6%), Washington (49.084, o 4,4%), Virginia (37.841, o 3,4 %), Florida (37.076, o 3,3%) y Massachusetts (33.933, o 3,0%)(Terrazas, Aaron, 2008)[7]. Estos asentamientos coinciden con los centros donde los emigrados recibieron asistencia a su llegada a los Estados Unidos.

Acciones dirigidas a utilizar a la comunidad vietnamita residente en el exterior como parte de su desarrollo integral.

El tratamiento del Partido Comunista y el gobierno vietnamitas hacia la comunidad radicada en el exterior ha ido en aumento. Desde hace más de 40 años los líderes de la nación del Sudeste Asiático han puesto su empeño en resarcir y borrar cualquier huella de rencor que todavía tengan los emigrados hacia el sistema político vietnamita. Se esfuerzan también en enfocar a estos en la necesidad de avanzar juntos en aras de la independencia y unidad nacional.

De acuerdo con cifras oficiales de 2018 (Oficina General de Estadísticas de Vietnam, 2018), más de cuatro millones y medio de vietnamitas viven actualmente en más de 100 naciones de todo el mundo. Aunque en un primer momento la dirigencia vietnamita subvaloró los aportes que podría proporcionar la comunidad vietnamita en el exterior, hoy están claras la estrategia y las tácticas para trabajar con los mismos. El tratamiento a la comunidad vietnamita en el exterior ha tomado auge e importancia con el transcurso de los años[8]. En 1976 en el IV y luego en el V Congreso del Partido Comunista de Vietnam (PCV, 1980) se recogen los puntos de vista de la dirigencia vietnamita y su valoración a futuro de los aportes que podría brindar este sector.

Durante los años transcurridos, nuestros compatriotas residentes en el extranjero, siempre se han dirigido hacia su patria querida y han contribuido activamente a la lucha patriótica contra la agresión norteamericana. En la nueva etapa seguramente sumarán los esfuerzos a sus compatriotas en el país por restaurar y desarrollar la economía, la cultura, la ciencia y las técnicas y aportar contribuciones más importantes en la reconstrucción del país.[9]

La celebración del VI Congreso del Partido, en 1986, marcó un hito en la historia de la República Socialista de Vietnam, porque trazó las premisas de la reforma que cambiaría el rumbo hacia el desarrollo del país, la Renovación o Doi Moi, y se esbozaron algunas ideas para hacerle entender a los emigrados la importancia de su aporte al desarrollo de su país natal.

Crear condiciones favorables para que los vietnamitas residentes en el extranjero edifiquen el bloque de unión comunitaria incorporándose a la sociedad del país donde residen y al mismo tiempo ligándose estrechamente a la tierra natal, para contribuir de esa manera a la construcción nacional.[10]

Para llevar a cabo la estrategia hacia la comunidad en el exterior, el gobierno vietnamita ha implementado una serie de tácticas para la consecución de sus planes. Estas medidas del gobierno vietnamita están encaminadas a contrarrestar las campañas de difamación impulsadas, principalmente, en los Estados Unidos y sus críticas a los Derechos Humanos y lograr en la comunidad emigrada una percepción favorable a la gestión de las autoridades vietnamitas. El presente trabajo tiene como propósito  identificar y analizar las medidas más importantes que componen la estrategia del gobierno vietnamita hacia la comunidad residente en el exterior, particularmente en los Estados Unidos, en el período 2010-2018.

Análisis de los discursos de los dirigentes vietnamitas hacia la comunidad vietnamita en los Estados Unidos

Según Xuan (2004) el gobierno vietnamita tuvo que resolver tres problemas fundamentales a la hora de normalizar sus relaciones con la comunidad vietnamita emigrada, los aspectos psicológico, legal y político, además del reconocimiento de algunos errores cometidos por el gobierno. Todo esto constituía parte de la agenda que debía llevar este para ganarse la confianza de su emigración.

Con la eliminación del bloqueo económico y financiero estadounidense hacia Vietnam en 1994 y el establecimiento de las relaciones entre Vietnam y Estados Unidos en 1995, la política de Vietnam hacia sus emigrados comenzó a llegar de manera directa a través de la embajada y consulado instalados en este territorio. Esto permitió que la comunidad vietnamita en la nación americana conociera de primera mano las disposiciones implementadas por Vietnam hacia ellos, escuchara por primera vez el discurso de los diplomáticos vietnamitas y conocieran de primera mano la realidad de su país de origen. La Resolución 36 del Partido Comunista de Vietnam del 2004, fijó las líneas del tratamiento de las autoridades vietnamitas hacia sus emigrados:

La política sobre vietnamitas en el extranjero debe reflejar la tradición de la unión nacional, que está basada en el nacionalismo , el patriotismo y el orgullo nacional además de los objetivos comunes de cada vietnamita que son asegurar la independencia nacional e integridad territorial.

Esta resolución marca claramente la intención de los dirigentes de alejarse del discurso con enfoque marcadamente ideológico para llevarlo a uno más nacionalista, con el objetivo principal de captar la mayor cantidad de emigrados en pos del desarrollo de Vietnam.

Desde el establecimiento de las relaciones y el desarrollo de  visitas oficiales de líderes vietnamitas a los Estados Unidos, se destacó una línea marcada de sostener encuentros con la comunidad residente  en ese país, incentivadas por el Partido Comunista de Vietnam. Estos encuentros con intelectuales, empresarios, etc., se enmarcaron en una tarea para lograr sensibilizarlos hacia su país de origen y tocó los temas fundamentales de la política de Vietnam hacia sus emigrantes, enfocando los aportes que podría hacer este sector (dígase inversión, remesas y transferencia de tecnología) en las esferas prioritarias para el desarrollo de Vietnam.

En el año 2007 la visita del entonces presidente vietnamita Nguyen Minh Triet a los Estados Unidos fue un acontecimiento importante que contribuyó a fijar aún más las bases de cooperación entre Vietnam y la comunidad vietnamita radicada en los Estados Unidos. Desde su llegada al aeropuerto el presidente vietnamita anunció, como medida favorable para una mejor relación entre las  comunidades vietnamitas en el exterior y el gobierno, la eliminación de visado para la entrada a Vietnam a partir de septiembre de ese año.

¿Por qué venimos aquí? Porque queremos expresar nuestras opiniones y sentimientos y deseamos conocer los suyos. Somos vietnamitas. Debemos cerrar el pasado. Así que vamos a entendernos y unámonos porque somos descendientes de la misma madre: Vietnam. Nosotros debemos hacer a nuestro país más y más poderoso. (Nguyên Hô, Hoáng, 2009)

En el año 2015, por primera vez en la historia de las relaciones diplomáticas un secretario general del Partido Comunista de Vietnam visitó oficialmente Estados Unidos y se entrevistó con el entonces presidente Barack Obama quien le reconoció como la máxima figura política del país. Durante su estancia en Estados Unidos el político vietnamita sostuvo numerosos intercambios con la comunidad vietnamita residente en el exterior en especial con figuras influyentes dentro del mismo, recalcando la importancia que les concede el partido a sus emigrados para el desarrollo del país.

En su visita oficial a los Estados Unidos en 2017 el primer ministro Nguyen Xuan Phuc ofreció una recepción para varios empresarios e intelectuales de ascendencia vietnamita. En la reunión, el primer ministro habló de los esfuerzos y contribuciones realizados por empresarios e intelectuales vietnamitas en el extranjero para acelerar de manera integral las relaciones Vietnam-Estados Unidos, así como también, mejorar la reputación de la comunidad vietnamita en territorio estadounidense. Xuan Phuc informó a los delegados sobre el desempeño socioeconómico de Vietnam en los últimos años, reiterando la política del partido, el Estado y gobierno de considerar siempre a los vietnamitas en el extranjero como parte integral de la nación. El jefe del gobierno instó a los residentes en el exterior a interesarse por el desarrollo del país, afirmando que siempre respeta y escucha sus opiniones constructivas.

Trabajo con los jóvenes vietnamitas nacidos en el exterior

Uno de los retos actuales de la política vietnamita hacia sus emigrados se encuentra en hacer perdurable el apoyo de estos en el tiempo. Como ya se abordó, Vietnam apeló a los fuertes sentimientos patrióticos de los emigrados hacia su país de origen en los primeros años de implementación de medidas hacia su comunidad en el exterior. En la actualidad constituye un desafío inculcar estos sentimientos a las nuevas generaciones hijos de emigrados.

Si bien la comunidad vietnamita residente en el exterior ha propiciado el cultivo de las tradiciones en especial el aprendizaje de la lengua, resulta más difícil para los hijos de los emigrados (permeados ya por la cultura del mundo occidental) asimilar los valores y costumbres de la cultura de sus ancestros. Se presenta entonces para las autoridades vietnamitas el reto de incentivar el interés y el amor de los jóvenes hacia la Patria de sus padres. Por estas razones Vietnam desde los años 90 ha incorporado dentro de sus objetivos de trabajo con la comunidad emigrada, el captar la masa de hijos emigrados a favor del desarrollo del país y sobre todo en el conocimiento de la realidad de Vietnam. Es importante lograr estos fines, ello representa mantener la continuidad de las relaciones entre los emigrados y Vietnam y por ende el apoyo al desarrollo del país.

La Resolución 36 del Partido Comunista de Vietnam en el 2004 perfiló las líneas de trabajo que se seguirían para lograr el fin propuesto. En la consecución de estos planes el partido delegó la ejecución de las medidas al Frente de la Patria pero sobre todo a la Unión de Jóvenes Comunistas Ho Chi Min con la máxima de: reunir a los jóvenes y estudiantes vietnamitas en el extranjero para edificar una comunidad solidaria que preserve la identidad cultural vietnamita.

Es necesario mantener la lengua vietnamita y la cultura vietnamita viva dentro de la comunidad vietnamita en el exterior, sobre todo entre la generación más joven. (…) movilizar a los vietnamitas en el extranjero a que apunten sus ayudas hacia la Patria especialmente motivar a los jóvenes emigrados en esta tarea sobre la base voluntaria y de conformidad con las leyes y costumbres de su país de residencia.

A criterio del autor, las acciones más utilizadas por las autoridades vietnamitas en su trabajo con los jóvenes son:

  • Celebración anual de campamentos de verano para jóvenes emigrados. En estos campamentos además de realizarse actividades culturales, se les brinda una información actualizada de los logros y retos de Vietnam. Este encuentro sirve también para establecer un diálogo entre las autoridades vietnamitas y los jóvenes emigrados.
  • Realización de giras culturales por los asentamientos de vietnamitas en el exterior. Estas giras están integradas por los artistas más afamados de Vietnam. Las mayores giras realizadas, han tenido lugar en los Estados Unidos país donde se lleva a cabo esta acción de manera sistemática. A su vez las autoridades vietnamitas han promovido la realización de eventos artísticos de los artistas emigrados en su país natal.

Actualmente el número de estudiantes vietnamitas emigrados ronda la cifra de 500 mil, la mayoría de ellos cursando estudios universitarios y técnicos y radicados en países del primer mundo. Representan estos jóvenes para Vietnam, entonces, su mayor inversión a futuro. Realizar acciones efectivas con ellos representará la perdurabilidad del apoyo de la comunidad vietnamita emigrada al desarrollo de Vietnam y sobre todo un canal efectivo para que se conozca la realidad de Vietnam.

Estímulo a las remesas

Una de las prioridades de Vietnam respecto a su emigración radicada en el exterior son las remesas enviadas por estos, ya que constituyen un factor importante para el  desarrollo del país. La importancia de las mismas radica en que actúan como agente principal para lograr en las familias un mayor poder adquisitivo, además constituyen un elemento principal para la estabilidad de los hogares y la eliminación de la pobreza. Las medidas para incentivar el envío de estas a través de los años han sufrido muchas modificaciones, encaminadas a eliminar barreras reguladoras de su flujo. Para las autoridades vietnamitas la comunidad radicada en los Estados Unidos representa una prioridad debido a la cantidad de emigrados en dicho país y sobre todo del desarrollo de esta comunidad en el país de residencia.

En el año 2002, el entonces primer ministro Phan Van Khai, firmó la decisión 78/2002 / QD – TTg que enmendó y complementó la decisión 170/1999 / QD – TTg del 19 de agosto de 1999 (referida a las cuestiones de la remesa) con el objetivo de animar a los vietnamitas en el extranjero a transferir dinero hacia Vietnam, fortaleciendo esta medida.

Según una encuesta realizada por el Instituto Central de Gestión Económica (Informe del Centro de Gestión Económica, 2018), alrededor del 57% del importe total de remesas provienen de la diáspora radicada en Estados Unidos, un 8.4% de Canadá, 6% de Alemania y el 4% de Francia.

Las remesas sirven como una valiosa fuente de inversiones en organizaciones benéficas para niños, personas mayores, familias de bajos ingresos, iglesias y escuelas. En segundo lugar, esta es una fuente estable de suministro de divisas, lo que ayuda a financiar la economía real. Según el Banco Estatal de Vietnam (2018) siete de cada 10 dólares que recibe el país por vía de las remesas se invierten en empresas. Casi el 16% de las remesas de los vietnamitas en el extranjero se invierten en negocios y el 20% en bienes raíces. El primero de julio de 2015,  la Ley de Vivienda permitió que los no residentes compraran casas y terrenos en Vietnam. Esta apertura permitió un mayor desarrollo del sector inmobiliario en el país. Según los expertos, entre las razones que alientan a los expatriados a enviar e invertir más dinero en Vietnam figuran una economía próspera —en el 2018 creció 7,08%— y un sistema de leyes que les permite tanto a ellos como a extranjeros comprar propiedades y casas.

Vietnam se sitúa entre los 10 países receptores de remesas en importancia en el mundo. Hasta diciembre de 2018, el dinero enviado por los connacionales desde el extranjero alcanzó los 5.200 millones de dólares estadounidenses, aumentando un 6% en relación con el 2017. Si antes los emigrados destinaban este capital a sus familiares, ahora prestan más atención a desarrollar negocios según el modelo familiar o la asociación inversionista. Por eso, el aumento de las remesas y las inversiones de esta comunidad reviste un significado importante para el avance de Vietnam, cuyos logros en los últimos años cuentan con una aportación muy trascendental de los compatriotas en ultramar.

Inversión Directa de vietnamitas emigrados

La inversión de capital foráneo para Vietnam resulta de vital importancia como para cualquier país del mundo que se encuentre abierto a la inversión, pues estos contribuyen a la generación de puestos de trabajo y a la producción de bienes sociales. Sin embargo, para el gobierno vietnamita resulta de mayor utilidad que dicho capital provenga de sus emigrados porque siguiendo su propia manera de hacer política resulta más fácil hacerle entender a un compatriota las particularidades de la inversión en el país, lo cual incentiva los vínculos con su patria y constituye un puente para que otros inversores vietnamitas (o no) radicados en el exterior inviertan en Vietnam. La Ley de Inversión Extranjera y de Empresas de 2010 ha pasado por varias modificaciones —las más recientes aprobadas fueron en el 2014— buscando siempre adaptar las mismas a las condiciones objetivas del momento, persiguiendo los siguientes objetivos:

  • Para recaudar más fondos en forma de inversiones en el extranjero y atraer la experiencia de gestión para mejorar las posibilidades de creación de empresas;
  • Fomentar las relaciones comerciales entre locales y empresas internacionales para compartir habilidades y tecnologías.

La diáspora vietnamita también invierte en el desarrollo de la agricultura y el procesamiento de mariscos como productos de “comercio étnico”, es decir, exportación de bienes para el consumo de los emigrados asentados en otros países. Esto proporciona a los exportadores vietnamitas un nicho estable en el segmento de comercio de exportación. Estados Unidos es el mayor importador de panga de Vietnam y la tasa de crecimiento anual de la oferta de mariscos a los Estados Unidos es del 10%. La producción de mariscos se ha convertido en una fuente importante de ingresos en la economía nacional. Empresas y negocios de este tipo con emigrados predominan en el sur como Ho Chi Minh, Dong Nai y las provincias de Binh Duong. Una de las razones importantes para ello es que es el sur de Vietnam es el hogar de muchos de ellos o de sus padres.

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Vietnam (MOFA 2018), declaró que la diáspora vietnamita invirtió, en el año 2018, en más de 3.200 proyectos en Vietnam con un monto aproximado de 5.7 mil millones de dólares. La mayor parte de la inversión fue hacia los negocios vinculados a los servicios, el turismo y el sector agroalimentario.

Utilización de recursos humanos formados en el exterior

En el 2004 con la promulgación de la Resolución 36 se impulsó la implementación de nuevas políticas, destinadas a captar la ayuda de los intelectuales vietnamitas radicados en el exterior:

Crear nuevas políticas con el fin de atraer a nuestros intelectuales radicados en el exterior, dirigidas a la causa del desarrollo nacional; desarrollar un mecanismo satisfactorio de incentivos y recompensas para expertos vietnamitas en el extranjero e intelectuales que acumulen novedosos conocimientos y destrezas y que puedan asesorar el gobierno en la dirección, la transferencia de la tecnología, las artes nacionales y el desarrollo cultural.

Para Vietnam resulta imprescindible contar con los intelectuales para su desarrollo, dadas las aspiraciones de convertirse en un país desarrollado para el 2020, por lo que utilizar el know how de este sector es una prioridad. Hasta 1999 la dirigencia vietnamita encargaba al Ministerio de Ciencias y Tecnologías la elaboración de medidas destinadas a facilitar el regreso de los intelectuales vietnamitas radicados en el extranjero para trabajar en su país. Como iniciativa para introducir las experiencias de los intelectuales residentes en los Estados Unidos en Vietnam, ambos países (a instancia de los emigrados vietnamitas y el propio gobierno de Vietnam) a finales del 2000 firmaron un acuerdo[11]. En este acuerdo el gobierno estadounidense se comprometía a recibir y brindar educación.

El Ministerio de Ciencias y Tecnologías de Vietnam a partir del 2008 preparó una nueva estrategia para estimular el regreso de los intelectuales emigrados. Los incentivos del plan estaban encaminados a proponer un paquete salarial más atractivo para los científicos, ofrecer ayuda estatal para la financiación de proyectos de investigación y gradualmente la compra de equipos de avanzada tecnología. La estrategia costó 80 millones de dólares aproximadamente (70% aportado por el Estado vietnamita) enfocado en aumentar los sueldos, brindar transporte y las exenciones de visa a los intelectuales emigrados que presten servicio en Vietnam.

Con esta medida el gobierno de Vietnam aseguró: primero una llamada a sus intelectuales emigrados a que brinden sus servicios a la patria y segundo impulsar el sector de las tecnologías en Vietnam. Según la agencia de noticias VNA (2019) alrededor de 200 expertos e intelectuales versados en materias prioritarias para el desarrollo de Vietnam, visitan su país natal cada año con el propósito de transmitir sus experiencias y conocimientos a sus homólogos en Vietnam. El 30.31% de estos intelectuales de ultramar tienen residencia en los Estados Unidos por lo que se hace necesario y prioritario continuar las políticas de Vietnam hacia esta comunidad por los beneficios que pueden aportar.

Actualmente, de los más de 3 millones de vietnamitas radicados en el exterior, cerca de 300 mil emigrados son universitarios o técnicos calificados, incluidos personal que ostenta cargos importantes en centros de investigaciones y organizaciones internacionales. La mayoría de ellos se encuentran radicados en los Estados Unidos, a criterio del autor constituyen un puente apreciable para que Vietnam conciba tecnologías de punta, extienda sus lazos económicos y se inserte positivamente a nivel internacional.

Una nueva estrategia gubernamental ha sido la creación de un foro temático “Los vietnamitas de ultramar”, intelectuales y expertos aportan opiniones a la desarrollo e integración económica del país durante el período 2016-2020.  Más de 100 vietnamitas en el extranjero (especialistas en economía de las universidades de Estados Unidos, Francia, Australia y Japón u organizaciones internacionales, etc.) se unieron a sus colegas domésticos para discutir los desafíos de la reestructuración de la economía, mejora de la administración, reforma del sistema financiero, del sistema y educación superior, con el objetivo de una formación cualificada y desarrollando la política industrial, la agricultura, y negocios.

En abril de 2016 el gobierno anunció un plan de acción para promover la implementación de la Resolución Nº 36-NQ / TW del noveno Buró Político del Partido Comunista sobre los vietnamitas en el extranjero de 2016 a 2020.  El 19 de mayo, el Buró Político emitió la Instrucción No. 45- CT / TW para acelerar la implementación de la Resolución No. 36-NQ / TW el 26 de marzo de 2004 sobre vietnamitas en el extranjero.

Para lograr los objetivos establecidos por el Buró Político, el gobierno solicitó a los ministerios, agencias y comités populares provinciales y municipales que realizaran e implementaran la resolución y la instrucción. Los objetivos incluyeron ayudar a los vietnamitas en el extranjero a tener vidas estables e integrarse en sus países de adopción, modificando y perfeccionando políticas y leyes relacionadas con su bienestar, y ayudándoles a mantenerse conectados con el idioma y la cultura vietnamita. Se alienta a las provincias y ciudades a intensificar las actividades para conectar a los vietnamitas en el extranjero, facilitar los procedimientos que les permitan regresar a Vietnam y coordinar con las agencias de seguridad para protegerlos. Se alienta a los ministerios a proponer medidas para fortalecer la protección y la gestión de los ciudadanos vietnamitas en el extranjero —los trabajadores y estudiantes que estudian en el extranjero— y la adopción y matrimonio con personas extranjeras.

Conclusiones

La comunidad vietnamita radicada en los Estados Unidos constituye para Vietnam un sector estratégico a trabajar dentro de la totalidad de sus emigrados en general, debido a su ascenso económico en ese país y la ascendencia política en sus localidades de residencia.

La estrategia seguida por Vietnam con sus emigrados en los Estados Unidos, está destinada a incentivar sus contribuciones en el desarrollo de su país y en propagar la realidad vietnamita.

Las autoridades vietnamitas han implementado una serie de medidas con el fin de lograr un acercamiento con sus emigrados. Estas tácticas van dirigidas a explotar sectores prioritarios para la economía de Vietnam (remesas, inversión y acceso a nuevas tecnologías).

Incentivar el flujo de remesas constituye uno de los principales ejes de la estrategia de Vietnam hacia sus emigrados. Estas remesas han ayudado a combatir la pobreza y los problemas sociales en el país, además de elevar el nivel de vida de las familias receptoras. Por ello el gobierno vietnamita desde 1980 viene implementando medidas con el fin de estimular su flujo. Especial atención le merece al gobierno el envío de remesas desde los Estados Unidos, pues representan un gran porcentaje del total. Por estas razones los lideres vietnamitas en sus discursos hacia la emigración distinguen el aporte realizado por la comunidad emigrada por esta vía como una manera patriótica de ayudar a su país de origen.

Para un país en desarrollo como Vietnam la inversión extranjera directa representa un pilar estratégico en su perfeccionamiento. El estímulo a la inversión de sus emigrados, se centra particularmente en los radicados en los Estados Unidos. Esta deferencia se debe a la pujanza económica que tiene dicha comunidad en ese país y también porque Estados Unidos es el principal socio comercial de Vietnam fuera de la región del sudeste asiático.

La implementación de medidas para estimular la cooperación de los intelectuales emigrados representa una de las tácticas más importantes para que Vietnam acceda a nuevas tecnologías y conocimientos técnicos en diferentes campos de la ciencia en general. Resulta primordial establecer una cooperación efectiva con este sector, pues representa un puente para la introducción al país de nuevas tecnologías, nuevos conocimientos en ramas prioritarias para el desarrollo del país.

 

Anexos

Anexo 1. Población de inmigrantes vietnamitas en los Estados Unidos, 1980-2017.

Fuente: https://www.migrationpolicy.org/article/vietnamese-immigrants-united-states-5.

Anexo 2. Principales estados de residencia para los vietnamitas en los Estados Unidos, 2012-16.

Fuente: https://www.migrationpolicy.org/article/vietnamese-immigrants-united-states-5.

Anexo 3. Trabajadores ocupados en la fuerza laboral civil (mayores de 16 años) por ocupación y origen.

Fuente: https://www.migrationpolicy.org/article/vietnamese-immigrants-united-states-5.

Anexo 4. Llegadas de refugiados vietnamitas e inmigrantes vietnamitas otorgados como residencia permanente legal (LPR, por sus siglas en inglés) como refugiados y asilados o por medio de vínculos familiares, 1975-2016.

Anexo 5. Flujos de remesas anuales a Vietnam, 2000–17.

 

Fuente: https://www.migrationpolicy.org/article/vietnamese-immigrants-united-states-5.

* Licenciado en Derecho, Universidad de la Habana. Instituto Superior de Relaciones Internacionales de Cuba.

 

Referencias

[1] Castles, Stephen “Coyuntura y debate. Las nuevas migraciones del continente asiático”. 2001, <http//www.castles.migrations/doc/pdf>, [consulta: 2009].

[2] Hoy Reino de Camboya

[3] Álvarez Acosta, María Elena. Siglo XX: migraciones humanas. La Habana: Editora Política, 2005.p. 132.

[4] “The Indochina Migration and Refugee Act”. Uno de los principales promotores de esta acta, fue el senador Ted Kennedy. Para ver una valoración de dicha ley: Silverman, Edwin B. “Indochina Legacy: The Refugee Act of 1980”. Publius, 10, no. 1, Winter 1980, p. 27–41.

[5] Término con el que se conoce a los más de 2 millones de vietnamitas que, a bordo de embarcaciones precarias, trataron de emigrar entre 1975 y 1992. Aunque es difícil precisar cifras exactas por los que perecieron en el mar (naufragios, accidentes, desnutrición o piratería), los Boat People fueron la mayor diáspora marítima en calidad de refugiados del siglo XX, muy por delante de los balseros cubanos y las pateras africanas. Tras abandonar Vietnam, algunos fueron rescatados por buques y cargueros extranjeros en aguas internacionales y otros trataron de alcanzar las costas de países próximos como Tailandia, Malasia, Singapur e incluso Filipinas.

[6] Merli, M. Giovanna. “Estimation of international migration for Vietnam, 1979-1989”. Center for Studies in Demography and Ecology, Department of Sociology, University of Washington. <http://csde.washington.edu/downloads/97-4.pdf>, [consulta: 2019].

[7] Terrazas, Aaron. “Vietnamese Immigrants in the United States”. Migration Policy Institute, 12/08/2008, <https://www.migrationpolicy.org/article/vietnamese-immigrants-united-states-0>.

[8] Las primeras referencias sobre el trabajo hacia la comunidad vietnamita en el exterior se encuentran en los documentos escritos por Ho Chi Minh al final de su vida. En eso documentos Ho Chi Minh abogaba por la unidad de Vietnam territorial, cultural y vincular a los de afuera con el desarrollo del país. En el período de 1975 a la actualidad las autoridades vietnamitas buscaron en este sector apoyo para enfrentar los problemas económicos que afectaban el país.

[9] Documentos, IV Congreso del Partido Comunista de Vietnam, 1977. p 152.

[10] Documentos VI Congreso del Partido Comunista de Vietnam, 1977. p 74.

[11] Ley nº 106-334, 12/12/2000, sección 206.