PALABRAS POR EL DÍA DE LA SOBERANÍA NACIONAL

Marcelo Alvarado, Veterano de Guerra de Malvinas

VGM Marcelo Alvarado

Palabras pronunciadas el 19 noviembre 2022 en el Acto por la Soberanía Nacional en la Plaza San Martín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

Compatriotas:

Un 20 de Noviembre de 1845 se tensaban cadenas sobre pequeñas barcazas, se preparaban baterías costeras en el margen derecho del río Paraná, más precisamente en Vuelta de Obligado. Allí, dónde el río se angosta, las fuerzas patriotas, al mando del general Don Lucio Norberto Mansilla junto a milicias y paisanos, con 30 cañones de corto alcance frente a más de 400 cañones de la flota invasora se disponían a presentar batalla a las embarcaciones anglo francesas, esos heroicos compatriotas, llenos de coraje y valor se enfrentaban así a los imperios más poderosos de la época.

Hace 40 años y a los casi 137 años de aquellos gloriosos días, durante abril de 1982 preparábamos, nuevamente las defensas de otra costa de nuestra Patria, nos preparábamos para defender nuestras irredentas islas Malvinas frente al imperio más poderoso de la tierra y nuevamente en la vereda del frente nuestro enemigo natural, otra vez Inglaterra y esta vez secundada por la OTAN.

Es así que nuevamente enfrentábamos a otra alianza imperial. Estos dos grandes acontecimientos de la historia de nuestra patria que se emparentan y de nuevo el mismo enemigo que desde 1806 y 1807 nos ha empujado siempre al borde del abismo, el mismo abismo que aún hoy desde adentro, los progres, los liberales y anarcos, los internacionalistas y el marxismo cultural intentan socavar los pilares fundacionales de nuestra nación. Nación que nació bajo el signo de la Fe, nación hispano católica, la de los valores que nos inculcaron nuestros próceres, la cultura, la tradición, el honor, la hidalguía, la del Bien, la verdad y la belleza.

Es esta misma Nación, esta misma Patria a la que fuimos a defender en 1982 en la turba malvinera. Y claro, ya sabemos nuevamente el resultado y fue el mismo que conocieron los patriotas de 1845. Pero les aseguro que muchos de nosotros no nos rendimos y no capitularemos nunca, solo nos hemos replegado.

Algunos llevamos 40 años dando batallas, batallas contra la traición, contra la desidia, contra desesperanza, contra el olvido, ¡contra la desmalvinización!

Sabemos que Dios es quien otorga la victoria y frente a Él y solo a Él e inclinados, es que siempre le pediremos la victoria pendiente.

Han pasado ya 177 años de la batalla de Obligado y al general Mansilla y a sus hombres no les importó la superioridad del enemigo, ni los escasos medios con que contaban y quizás no les importó su propia vida, sino que les importó la propia Patria. Patria que se identificaba en la identidad individual y que providentemente se identifica en la Nación, y me recuerda que 40 años atrás tampoco teníamos todos los medios adecuados para la batalla, pero si teníamos el entusiasmo providente de la Fe y Rosario al cuello rezábamos fervientemente para no desfallecer al momento supremo de enfrentarnos al mismo enemigo de hace 177 años.

Sí, no importaron los escasos medios que teníamos, sino importaban los fines y los fines son la Patria misma.

En 1806 y 1807 el pueblo de la ciudad de Buenos Aires, y no sus circunstanciales autoridades, humilló a los británicos en las calles porteñas. Algo impensable para las tropas de Su Majestad Británica.

Cabe aquí preguntarnos hoy, ¿cómo es que estas actitudes de nuestra historia no guíe los pasos de la clase política y dirigente de hoy?

Esos que declaman presurosamente soberanía por aquí, soberanía por allá, pero al mismo tiempo son incapaces de defender no solo la integridad territorial, sino la Soberanía de la Patria toda. Soberanía que no es simplemente el límite geográfico de nuestro país, soberanía también es educación, es cultura, es tradición, es la moneda, es el trabajo, es dignidad, es bien común, es seguridad, es libertad, es familia, es orden social, es valores genuinos, es el respeto a las instituciones fundacionales de la Patria.

Resulta que hoy vemos de manera pasiva como se ataca a la Soberanía desde los estrados internacionales a través de distintos organismos mundiales, con pretextos efímeros y con la complicidad de los actores locales y digo de manera pasiva, porque la sociedad ha sido incapaz de sobreponerse a la derrota de Malvinas durante muchos años.

Durante muchos años los VGM hemos padecido y sufrido lo que llamamos la desmalvinización que propugnó el politólogo francés llamado Alain Rouquie, junto a los serviles locales.

Y tras largas décadas de discurso cuasi-oficial, y a veces hasta oficial, por el que según sus voceros deberíamos hasta pedir perdón por haber recuperado lo que nos pertenece, asistimos al vergonzoso espectáculo de ver atacada la figura misma de los héroes que dieron su vida por la Patria.

Según este relato salvaje, no hubo gesta del pueblo argentino, entonces no hay héroes, sino pobres chicos engañados y manipulados, mandados a una muerte sin sentido. Es el modelo de las víctimas, despojando a los combatientes de protagonismo y que los cristaliza en la minoría de edad. Y este modelo de víctimas, apunta a destruir el concepto de héroes.

Así el sentido profundamente evocativo, e imitativo que suscita la figura del héroe de Malvinas, se impone su “deconstrucción”, es decir, eliminarlo de la memoria popular y rebajarlo a la categoría de víctima. Un guion perfectamente elaborado en Londres.

Es comprensible que el enemigo proponga esto de la desmalvinización, pero es incomprensible que supuestos criollos sean capaces de seguir esos postulados y creer que los argentinos somos como empanadas que se comen con solo abrir la boca.

Y creo que la importancia de sostener esta desmalvinización es que les resulta incomprensible a los poderosos del mundo, que en nuestra Patria y en nuestra historia reciente, haya habido miles de jóvenes argentinos que fueron capaces de anteponer valores espirituales, de trascendencia y de sentido profundo de la vida, a los valores materiales y al profundo hedonismo al que someten hoy por hoy a nuestras juventudes, llevándolos de las narices a perderse en los postulados de la droga y de la vida fácil.

Y es comprensible que los enemigos de la nacionalidad propongan esto, porque la memoria sobre el Héroe, es un faro testigo de que ningún joven está condenado a vegetar de un hedonismo consumista, sino que todos son capaces de darle sentido profundo a la existencia de los valores que nos legaron nuestros antecesores, como San Martín, Belgrano, Güemes, Rosas y tantos otros nobles varones de nuestra independencia. Y para mal de ellos, y para bien nuestro, “LA ARGENTINA TIENE HEROES”  y tiene héroes de la talla de Giachino, de Estévez, de Cisneros, del soldado maestro Julio Cao y de 649 que hacen vigilia eterna en los mares, en los cielos y en la turba malvinera.

Veteranos de Guerra de Malvinas presentes en al Acto por la Soberanía Nacional

Y la ARGENTINA TIENE HEROES que aún no están en el bronce de la eternidad, tiene héroes que caminan jubilosos entre nuestras vecindades, como Carballo, como Owen Cripa, como el cabo Baruzzo y como tanto otros veteranos anónimos que le dan a la Patria todo lo que pueden con los escasos medios propios.

Y es por ellos que hoy los llamo a Resistir para Reconquistar, para Reconquistar el espíritu y los valores que antepusieron esos patriotas que nos legaron estos valores que tanto nos identifican.

Compatriotas, hace algún tiempo escuché decir a un camarada en su discurso de homenaje al querido coronel Seineldín, y de manera metafórica decía que había que atreverse a ir en contramano por la Panamericana en hora pico, y que son miles los que venían de frente; y si, vamos a contramano pero en la dirección correcta; porque resulta que vamos a contramano de este mundo globalizado que nos socava con sus imposiciones ideologizadas y con la guerra que no vemos, la clase de guerra que intenta asesinar no con balas y bombas que matan el cuerpo, sino con balas y bombas que matan el alma, la voluntad, la inteligencia, el idioma, la palabra para someternos y esclavizarnos a su voluntad.

Y resulta que cabe aquí preguntarnos: ¿qué haremos ante esto?

Y resulta que solo puedo responder: como el ingenio criollo de 1845 y de 1982 ante la carencia de medios, es forjar una nueva “Cadena de Resistencia y Unidad Patriótica” como la que puso el general Mansilla ante el atropello de las potencias extranjeras. Cadena que sea forjada bajo el espíritu de los héroes de Obligado y de Malvinas, para que en ella sepamos que no estamos solos librando este combate, que el orden sobrenatural esta de nuestro lado y que solo así podremos “Resistir y Reconquistar”.

Dice la letra de una poesía maravillosa hecha canción: “Valió el fuego y el hielo, las noches sin descanso y valió acampar al viento con la Gloria”.

Si, valió la sangre del capitán Giachino, valió la carta del teniente Estévez, valió la carta del soldado maestro Julio Cao a sus alumnos de tercer grado, valió el frío, valió el hambre, valió la noches estrelladas al descampado, valió la noches de lluvia y valió la nieve, valió ese profundo amor a la Patria que duele hasta los huesos.

Los VGM tenemos el deber de no olvidar y de servir para que la memoria de los que allí quedaron no sea olvidada ni tergiversada.

Estoy seguro que Dios nos ha puesto esta Causa en el camino y para que ésta sirva como ejemplo, para que en un futuro no lejano nuestra Patria, nuestra sociedad sea una Patria mejor para sí y para nuestra descendencia.

Malvinas y Obligado tienen una misma traza y un mismo fin, decía el general Mansilla: “¡Vedlos, camaradas, allí los tenéis! Considerad el tamaño del insulto que vienen haciendo a la soberanía de nuestra Patria, al navegar las aguas de un río que corre por el territorio de nuestra República, sin más título que la fuerza con que se creen poderosos! ¡Pero se engañan esos miserables, aquí no lo serán! Tremole el pabellón azul y blanco y muramos todos antes que verlo bajar de donde flamea”.

Malvinas y Obligado nos une en un mismo sentido, sentido de la búsqueda universal de nuestro destino histórico, búsqueda que hoy nos haga despertar el alma de este letargo cruel al cual nos someten las ataduras exteriores e interiores, debemos buscar imperiosamente el camino que nos lleve a ese destino.

Resistir para Reconquistar es nuestro lema de hoy, pero que implica unirnos en lo fundamental, dejar de lado todo aquello que nos separa de lo importante y tomar el ejemplo de los Héroes a los que no les importó nada más que la Patria misma.

Los enemigos son miles y vienen revestidos de distintos colores como el arco iris, el verde de la muerte, el de la pseudo cultura y también del pseudo indigenismo, y esos son miles y salen todos del mismo lugar y cada día que pasa nos ponen al borde del abismo. “Vedlos camaradas, allí los tenéis” vienen por nosotros, preguntémonos qué haremos.

No desfallezcamos, aún nos queda el último Rosario!

Viva la Patria!

¡Malvinas Volveremos!

GUAYANA ESEQUIBA: LA SENTENCIA (EN ESTRICTO DERECHO) FAVORECERÁ A VENEZUELA

Abraham Gómez R.*

Aunque luzca un poco temeraria la siguiente aseveración —por cierto, repetida con insistencia en bastantes escenarios— pareciera que condensa mucha verdad: “en el concierto de las relaciones internacionales, los países no tienen amigos sino intereses”; revelado y manifestado en el presente caso litigioso, del cual me he venido ocupando —particularmente— desde hace casi cinco décadas.

La Zona en Reclamación siempre ha sido considerada de un extraordinario potencial energético, tanto por las reservas probables y probadas de los recursos petroleros, la calidad de los mismos; los incuantificables caudales de agua; las factibilidades para desarrollar sendos planes sustentables de generación de energía eléctrica, programas agroindustriales, minero, maderero, piscícolas etc. Por otra parte, a la extraordinaria ubicación geoestratégica, añádase su proyección atlántica e interconexión con los países de Suramérica y con el resto del mundo.

Hay un enjambre de empresas operando, bajo la coordinación de la Exxon-Mobil; la cual fija los procedimientos en el área para  la Shell holandesa; diseña los planes para la CGX estadounidense; establece las cuotas de explotación a la Anadarko canadiense y a la CNOON china; en fin, se conoce que sobrepasan de 52 compañías que allí se instalaron, procedentes de muchos países que se dicen amigos de Venezuela; incluso algunas naciones que hemos estado apoyando a través de Petrocaribe.

Guyana está esperando la decisión de la Corte Internacional de Justicia para definir si solicitan su incorporación a la OPEP o quedarse como agente independiente. La incertidumbre jurídica también arropa a las empresas que esquilman nuestros recursos. Ellos que se atengan a las consecuencias.

Que quede claro que Guyana no es un país petrolero. Esos recursos no le pertenecen.

En todo caso, declaramos y denunciamos —una y mil veces más— que esos incalculables recursos nunca han sido ni británicos ni guyaneses. Ya nos ocuparemos de eso; por lo pronto, tenemos una reclamación centenaria que ahora se dirime en la Sala Juzgadora de la ONU; juicio para el cual estamos plenamente preparados con nuestros justos títulos traslaticios. Los dos más importantes son:  la Real Cédula de Carlos III, al crear la Capitanía General de Venezuela, el 08 de septiembre de 1777 y el Tratado de Paz y Amistad entre España y Venezuela, del 30 de marzo de 1845, donde nos reconocen las Independencia y la extensión territorial que teníamos para 1810.

Así, además, poseemos suficientes elementos probatorios para exponer y alegar que la Guayana Esequiba siempre ha sido nuestra jurídica, cartográfica e históricamente.

Ha habido una ocupación abusiva de las transnacionales, a partir de concesiones fraudulentas e ilegales que recibieron de los gobiernos guyaneses. Entregas impregnadas de añagaza económica.

Son muchísimas empresas, cuyos representantes   saben, por exploraciones científicas, lo que allí está en juego.

Este territorio nos lo arrebataron. Fuimos vilmente despojados con el denominado Laudo Arbitral de París de 1899, que desde entonces calificamos tal documento de írrito y nulo, y por lo tanto inexistente jurídicamente.

Esta contención —la más prolongada en América y el asunto más importante de Política Exterior de nuestro país— nos necesita unidos, con criterios sólidos.

Ha aflorado muy buena expectativa y conciencia en toda Venezuela

Para este jueves 17 de noviembre, nos corresponde comparecer por ante La Corte a nuestra primera Audiencia Pública, para ratificar la petición de inadmisibilidad de la demanda que nos hizo la contraparte guyanesa, el 29 de marzo del 2018.

La Corte escuchará la narrativa de los hechos y la fundamentación en derecho que hará nuestra elogiada delegación de Agente, Coagentes y cuerpo de asesores; todo lo anterior en base a la Excepción Preliminar que introdujimos, como cuestión incidental, a lo cual tenemos legítima opción como parte demandada. Solicitaremos en el mismo acto procesal que la Sala Sentenciadora se pronuncie previamente, desestimando la acción interpuesta por Guyana contra nosotros; antes de ir a conocer el fondo del asunto controvertido, según sea la decisión.

La Corte ha resuelto en una serie de sentencias, que han creado jurisprudencias, que un título jurídico preexistente prevalece sobre una ocupación de un territorio en controversia, por parte de otro Estado.

No hay la más mínima posibilidad de que Guyana pueda salir airosa en este pleito. No tiene cómo, procesalmente; ni con qué, jurídica, histórica o cartográficamente.

Porque, en el supuesto absurdo de que la Corte le confiera —en los próximos meses— carácter estimatorio a la demanda; entonces damos por trabada la litis e iríamos a la fase probatoria, quizás en marzo del venidero año; precisamente, etapa para la cual estamos apertrechados con nuestro irrebatible acervo, los justos títulos arriba mencionados y otros elementos de probanza que no admite prueba en contrario.

Sin embargo, responsablemente advierto que la comparecencia o no de nuestra delegación —a partir de lo que decida la Corte de la señalada cuestión incidental— es una determinación del Jefe de Estado, quien rige la Política Exterior de Venezuela, según lo contempla el artículo 236 de nuestra Constitución Nacional.

En esta interesantísima controversia, no hay vuelta atrás. Tanto es así que las empresas transnacionales que están operando —mediante las ilegales concesiones otorgadas por Guyana— se encuentran en un serio proceso de análisis de la situación a futuro; calculando escenarios y probabilidades.

También debo explicar que la Corte podría llegar a sentenciar en nuestra ausencia, conforme al artículo 53 de su Estatuto; en caso de que avance el Proceso a sus etapas sucesivas, luego del mencionado pronunciamiento previo a la Excepción Preliminar, incoada por nosotros.

He hecho esta severa advertencia en todas mis conferencias —presenciales y on-line—, en los siguientes términos: sería desastroso si nos peleamos internamente; si cada quien cree que le puede sacar provecho para su parcela política-partidista; o si cometemos el grave error de ausentamos de la Corte; porque, de todas maneras, el juicio continuaría su curso; siempre y cuando se admita la demanda.

Insisto en señalar que debemos reforzar la estructuración, sin recelos ni mezquindades, de un bloque de defensa compacto, para contrarrestar las acechanzas de la parte que nos adversa en este pleito; quienes se han desatado por todos los medios a indisponer a Venezuela, en cualquier evento internacional.

La contención por la Guayana Esequiba rebasa los egos individualistas mal curados, los particularismos confesionales, raciales o de cualquier otra índole.

Por lo que pueda venir —en todo caso— debemos mantenernos unánimemente comprometidos con nuestra venezolanidad y en pro de la Guayana Esequiba y de los Esequibanos.

 

* Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua. Miembro del Instituto de Estudios Fronterizos de Venezuela (IDEFV). Asesor de la Comisión de Defensa del Esequibo y la Soberanía Territorial. Asesor de la Fundación Venezuela Esequiba.

HAMBRUNA

Iris Speroni*

Tilingas o chantas que no pueden explicar en qué gastan el dinero ni los resultados de su gestión.

 

¿Qué es el hambre?

¿Qué es una hambruna?

Según la Real Academia Española:

hambre

Del lat. vulg. *famen, -ĭnis, y este del lat. fames.

      1. f. Gana y necesidad de comer.
      2. f. Escasez de alimentos básicos, que causa carestía y miseria generalizada.
      3. f. Apetito o deseo ardiente de algo.

hambruna

      1. f. hambre (‖ escasez generalizada de alimentos).

Los argentinos nos vemos bombardeados en los medios por dos corrientes de propaganda respecto al hambre.

    • ONU. Agenda 2030. Davos. Build Back Better. Gran Reseteo. Etc.
    • Local. “El hambre tan temida”. “La mesa del hambre”. Los “merenderos”. Desarrollo Social. Planes sociales. Etc.

La primera, neomaltusiana, está plagada de contradicciones. Por un lado sostiene que hay hambre en el mundo y por otro intenta reglamentar/prohibir/limitar la producción de alimentos. Nosotros, que somos inteligentes, sabemos que es un intento de cartelizar la producción y comercialización de productos agropecuarios (para todos los usos, alimentarios y otros) en concordancia con proseguir el viejo sueño de las élites occidentales de limitar la población como herramienta de control político. La mayoría de la humanidad vive fuera de la órbita occidental y no le presta atención a estos divagues.

Tony Milne, matemático escocés y autor de “Famine: Ireland, India and China, and the British Empire”, [Hambruna: Irlanda, India y China, y el Imperio Británico] ha estudiado la relación entre impuestos y hambrunas. Sostiene que éstas son provocadas por el sistema político y no por situaciones naturales. El Imperio Británico, desde su unificación en 1703, desarrolló un eficiente sistema impositivo y de aduanas (heredado de los normandos) que le permitió: a. financiar una flota poderosa; b. con el tiempo controlar un cuarto de la humanidad; c. una consecuencia del sistema fueron hambrunas periódicas y recurrentes en los territorios dominados.

El ciclo que describe es: los impuestos se llevan los excedentes de la población, lo que le impide tener acopios para los malos tiempos. Las hambrunas citadas (Irlanda, India, China) no fueron por escasez de comida, sino por escasez de dinero por parte de los sectores más pobres de la población para comprarla.

Entre 1945 y 1849 hubo una Gran Hambruna irlandesa (en inglés Great Famine o Great Hunger y en irlandés An Gorta Mór o An Drochshaol). Millones de irlandeses perecieron y otros tantos emigraron. El ciclo es el siguiente: la malnutrición o subnutrición sostenida, primero consume las reservas del cuerpo y luego deteriora el sistema inmunológico de la persona, hasta que esta contrae una enfermedad que el cuerpo no puede combatir y fallece; otros simplemente murieron de inanición. Debo recalcar que durante esos años el país exportó enormes cantidades de comida, en particular carne vacuna y porcina y barriles de manteca, a Inglaterra. Esto último consta en los registros aduaneros, públicos y disponibles. El sistema político impedía que la población nativa accediera a esa producción. Irlanda todavía no recuperó la población que perdió hace 170 años atrás.

Sostiene Tony Milne, libro citado, prefacio (la traducción es mía). Debo aclarar que el autor denomina “cobradores de impuestos” (tax-collectors) a todos los funcionarios del gobierno, ya que a su entender, la única función de éste es recaudar impuestos:

[Funcionarios públicos] primero defendieron sus acciones, luego justificaron su inacción, más tarde intentaron esconder o minimizar los problemas más obvios, y finalmente culparon a los nativos. El gerenciamiento de la hambruna se convirtió en un proceso político que continúa hasta hoy en el SXXI”.

Prosigue en el capítulo I:

Jared Diamond lista tres estrategias adoptadas por las sociedades tradicionales para evitar las hambrunas: guardar comida, diversificar la dieta, y dispersar o concentrar población. Los recaudadores de impuestos impiden, mediante políticas públicas, que esas estrategias puedan llevarse a cabo o que sean exitosas”.

El Sr. Milne sostiene que todas las leyes supuestamente ambientalistas que quieren imponer en el mundo hoy tienen por objetivo el control de la producción de alimentos y dejar afuera de las decisiones alimentarias a los comunes.

Juan José Borrell, es su magnífico libro “Geopolítica y Alimentos”, Ed. Biblos, describe cómo es el control de los alimentos por parte de las potencias y las grandes empresas y desenmascara el rol de la FAO y otras organizaciones dependientes de la ONU, como UNICEF. Donde el supuesto altruismo para con las poblaciones desfavorecidas, en realidad encubre deshacerse de excedentes —que son vendidos a la ONU a precios de primera—. Una de las múltiples consecuencias negativas de la intervención de la FAO es condenar a los agricultores locales a la quiebra por competencia desleal de las importaciones a precio cero.

Los argentinos debemos:

– Desarrollar una argumentación para hacer frente a la Agenda 2030, al ambientalismo, a los que quieren sacrificar vacunos o hacernos comer grillos.

– Formular estrategias para defender nuestros intereses de quienes desean manipular —aún más— los mercados de los alimentos.

– Construir una posición propia que resguarde los intereses del país y de sus agricultores y ganaderos.

Hoy, el gobierno patea en contra (como lo demuestra la desaparición de 100.000 productores en los últimos 15 años), y las cámaras patronales no muestran estrategia, programas o ideas.

La oposición se alinea con el gobierno, impostando diferencias mínimas.

Mi solución fáctica es sencilla: bajar los impuestos a los productores (DEX y tipo de cambio).

La lucha ideológica es toda otra historia y más compleja: habrá que darla en los escenarios internacionales con inteligencia, profesionalismo y picardía, y en el frente interno con determinación e impiedad: los interventores, los caballos de Troya, los traidores y los caídos del catre son más de lo que parece. 

La Mesa del Hambre

En diciembre 2019, el presidente Fernández, a días de asumir, armó una gran campaña publicitaria sobre el hambre en la Argentina. Se reunió con figurones y presionó a los legisladores para que sacaran un impuesto más —porque, ya saben, el hambre es atroz—. Salió en tiempo récord y los políticos se fueron de vacaciones en enero 2020. Fue todo un montaje para que la oposición tuviera una excusa para sumarse al voto del tributo.

Sobre el hambre nadie dio una cifra o un dato. La oposición no lo pidió.

¿Existe hambre en la Argentina? Sí, claro, lo dicen las estadísticas que produce la UCA, juez y parte en este entuerto.

¿Existe gente con hambre en Argentina? Si las personas que veo revolver comida todos los santos días y comer de los tachos es prueba de ello, sí, hay hambre o al menos algunos compatriotas la pasan muy mal.

Sin embargo, resulta extraño que en un país con el mayor consumo de carnes de todo el mundo detrás de EEUU, con consumo anual promedio de 240 huevos por habitante (también excepcional) y de 96 kg per cápita por año de trigo (también alto), la población pase hambre.

Cada vez suena más razonable la afirmación de la ex presidente, en Roma, en el Congreso de la FAO, que la pobreza no llega al 6% del total.

Ahora bien, ¿qué es pobreza? Si el sueldo promedio es de US$ 250, si millones de jubilados ganan menos de US$ 100 mensuales y claramente tienen dificultades para una comida diaria, si la población se ve mal vestida, mal entrazada, mal abrigada, entonces algo anda muy mal.

Una de las cosas que no funcionan son los ministerios de Desarrollo Social. Porque ni desarrollan ni son sociales. En manos de tilingas como Stanley o de chantas como Arroyo, no pueden explicar en qué gastan el dinero ni los resultados de gestión. Larroque trajinó La Cárcova con el padre Pepe. ¿Aprendió algo? Los niños a la ribera del Reconquista andaban descalzos, con frío y lluvia. ¿Larroque les compró zapatillas, al menos?

Nuestros funcionarios en el área no tienen formación, ni ideas para cambiar la realidad, ni calle. Se trata solamente de un negocio para administrar fondos públicos. A su vez los “referentes sociales” son los primeros interesados en que la pobreza real o aparente nunca se esfume. Sin “hambre”, no hay planes, no hay negocio.

La primera medida para tratar de poner un poco de orden en esta infamia que humilla a millones de compatriotas y desangra a impuestos al resto es comenzar a manejar cifras, datos, estadísticas.

Porque algo no cierra. Algo huele muy mal y no en Dinamarca.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales

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