CAMUFLAGE

Iris Speroni (gab: https://gab.com/Iris_Speroni)*

No es más que una pobre e inepta excusa para justificar la intervención de los mercados.

 

El día jueves el gobierno presentó como propio un proyecto de ley del Consejo Agroindustrial Argentino.

Tanto Telam como Página 12 cubrieron el evento con palabras elogiosas.

Página 12

“La iniciativa apunta a beneficiar a la producción agropecuaria y agroindustrial de las 24 cadenas de valor del país. Y busca generar divisas y nuevos puestos de trabajo”.

TELAM

“El presidente Alberto Fernández presentó este jueves el proyecto de ley que crea el Régimen de Fomento al Desarrollo Agroindustrial, una iniciativa que apunta a consolidar el desarrollo de la cadena sectorial a partir de la promoción de nuevas inversiones, la creación de 700.000 nuevos puestos de trabajo hasta 2030 y la incorporación de tecnologías de última generación a partir de una serie de beneficios fiscales e incentivos productivos”.

Casa Rosada

“EN VIVO | El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner presentan el proyecto de ley de ‘Fomento al Desarrollo Agroindustrial’  “.

Mejoras impositivas

Amortización acelerada de inversiones para el impuesto a las ganancias. Favorece a las grandes empresas que elaboran los productos agropecuarios (frigoríficos, molinos, aceiteras, usinas lácteas) las cuales cuentan con inversiones de capital de magnitud.

Agrofy News

“Amortización acelerada en 3 años, en lugar de 10 años o más de acuerdo al tipo de inversión en cada sector del agro”…contempla la devolución de IVA en tres cuotas…Esta iniciativa alcanza a plantas frigoríficas, acopios, usinas lácteas, plantas de balanceado, planta de tratamiento de frutas, entre otras producciones».

«Para alcanzar el beneficio habrá una Ventanilla Única Digital y allí deberán inscribirse los interesados en acceder a los beneficios de la presente ley. Sin embargo, deberán cumplir con los requisitos como volumen de ventas, de exportaciones, inversiones, entre otras”.

La negrita me pertenece.

Aun cuando se pueda amortizar aceleradamente, con una inflación del 50% ¿En un año, cuánto valdrá a precio histórico un tercio de la máquina? Engañapichanga.

Esto más allá de que: a) no debería haber IVA a las inversiones, b) la amortización (p/ IIGG) debería ser 100% al año de compra, como en EEUU.

Demás está decir que ningún productor ni ninguna pyme pueden hacer frente al fárrago de requisitos que impone la insaciable “Ventanilla Única Digital”. Esto sólo sirve a los grandes.

IVA INVERSIONES. “Devolución con condiciones especiales”. Nuevamente, una serie de requisitos tal que tendrán la misma suerte que los reintegros de derechos de exportación, también prometidos por el Ministro Domínguez. Que fueron devueltos, poco, tarde o nunca o, como sucedió al principio del gobierno de Fernández, embolsados por las aceiteras.

Semillas

Esto es sencillamente fantástico. Tuve que leerlo varias veces para convencerme.

Agrofy

“Certificado de crédito fiscal intransferible, hasta el 50 % de los gastos y erogaciones deducibles del Impuesto a las Ganancias correspondientes a adquisiciones de fertilizantes orgánicos e inorgánicos, insumos y fertilizantes e insumos biológicos, semillas autógamas, forrajeras y hortícolas, debidamente identificadas y fiscalizadas”.

Fíjense que Página 12 habla de “semillas…de producción nacional”.

Según este proyecto los contribuyentes favoreceremos el negocio de las semilleras internacionales como Bayer o Syngenta. Actualmente, el Estado le da al productor un dólar del 50% al 33% del valor real, por lo que éste ha decidido reducir las inversiones en semilla y agroquímicos (fertilizantes, agroquímicos). El gobierno con el objeto de que su política cambiaria y aduanera no perjudique a las empresas multinacionales inventa estos paliativos. Es hacerle el traje a Quasimodo.

La solución no es lo que propone ni el gobierno ni los proveedores. La solución es pagar el precio pleno a quien trabaja. Dólar único no manipulado; eliminación de los derechos de exportación.

Respecto a la semilla y los royalties: hemos puesto fortunas en el INTA por décadas. Tal vez más dinero que el que gastó Monsanto, Bayer, Nidera, Syngenta en Investigación y Desarrollo. ¿Dónde están nuestras patentes? ¿Por qué nuestros científicos no patentaron las semillas cuya investigación pagamos todos?

Hacienda – Incentivos a la Faena

Retrasar el momento de pago de ganancias si el animal supera un determinado peso (400 kg vivo o 225 kg res con hueso en gancho).

Pagar ganancias cuando se cobra el producto es lo correcto. En contra de las excepciones; debería ser así para todas las empresas del país. Dicho esto, esta medida tiene tufillo a favor de los feedlots; una constante kirchnerista.

Fondos Comunes de Inversión y Fideicomisos

Pago de ganancias al momento de distribución de utilidades.

Totalmente en contra. La ley debe ser pareja para todos. Si es al momento de distribuir dividendos, debería ser para todas las empresas, no sólo para algunas. La igualdad ante la ley es un baluarte constitucional.

Me pregunto cuántos políticos tienen intereses en fideicomisos ganaderos o de siembra para que evalúen considerar este disparate.

Envoltorio

El papel celofán con lo que se envuelve este caballo de Troya lo definió muy bien Página 12: nuevos 70.000 de trabajo, exportaciones por US$ 100.000 millones y, en un ataque de paroxismo y desconexión con la realidad, Domínguez auguró 200 MM de tn.

Siempre que las grandes empresas solicitan exenciones o preferencias impositivas, a cambio prometen puestos de trabajo y, para convencer a los políticos, dólares de exportación. Las divisas son la droga de preferencia de los políticos. Necesitan muchas y baratas para poder convertir de pesos a dólares su canuto. Ahora que los compran a mitad de precio, están de parabienes.

Políticos argentinos festejan comprar dólares a $ 98 el viernes 01 de octubre de 2021.

Todo lo que pide el Consejo Agroindustrial Argentino lo adelantó De Mendiguren hace unos meses atrás por la Televisión Pública. Por supuesto nada de esto servirá para los objetivos enunciados porque no existe cadena de causa y efecto entre los privilegios que contempla el proyecto de ley y las promesas efectuadas.

Ministro Domínguez

Como si esto fuera poco, Domínguez, en su incansable intento de enemistarse con los productores, sostuvo que la carne, el trigo y el maíz son “bienes culturales”. No es más que una pobre e inepta excusa para justificar la intervención de los mercados de esos tres productos. No es su primera vez. Ya hizo pingües negocios con los ROEs de trigo y maíz en su actuación anterior. Domínguez es el autor de nefastas iniciativas como  “Maíz Plus” y “Trigo Plus”; “Programa Estratégico Agropecuario”, a la vez que llenaba de personas no idóneas el Ministerio de Agricultura y el INTA.

Productores Agropecuarios

Nada de lo que postula este proyecto de ley servirá a los productores argentinos. Podrá serle útil a Bayer. Tal vez, y no es seguro. Pero no al productor. Tampoco a las provincias. Esto último lo aclaro porque el gobierno le dirá a gobernadores y senadores que esto llevará rentabilidad, trabajo y prosperidad a sus pagos. Nada de eso sucederá, simplemente porque el efecto de las medidas no aumenta la inversión, ni la producción, ni el trabajo bien remunerado.

Lo que los productores necesitan es sencillo:

  • Que los dólares se paguen a valor libre o mejor aún, en dólares físicos. Que el trader venda en dólares al exterior y le pague a acopios o productores individuales en dólares. Mejor aún, que el 100% de las transacciones pase por alguna de las bolsas de cereales del país, preferentemente en dólares.
  • Que se eliminen los derechos de exportación.
  • Que se elimine el impuesto interno a los combustibles.
  • Que se elimine IVA a todo forraje, combustible, alimento o servicio público.
  • Que se eliminen todos los adelantos impositivos.
  • Que se reinstale el ajuste por inflación. 
  • Que se arreglen los caminos rurales con el dinero que se cobra para caminos rurales.
  • Que haya servicio médico, policial y docente en las zonas rurales. 

Entonces sí podemos empezar a hablar de cuotas de amortización de capital en los balances fiscales y de distribución de dividendos.

Efectos colaterales de la confiscación del 70% de venta de los productos por parte del estado: los bajos salarios de los trabajadores. Un peón en una granja de cerdos en EEUU gana alrededor de 41 mil dólares anuales. Un trabajador de un rancho ganadero (vacuno) entre 30 y 35 mil dólares anuales. Eso sucede porque los productores cobran el precio pleno por su producto y porque los impuestos son la cuarta parte de los nuestros, con lo que pueden pagar mejores sueldos.

En Argentina pierde el productor y el trabajador mientras se benefician los funcionarios y quedan más o menos incólumes las empresas proveedoras (semillas y agroquímicos, en su mayoría extranjeras) y las de elaboración y comercialización.

Propuesta

No avalar la ley. Explicar con honestidad y sin miedos por qué y a quién favorece. 

Éste es un gobierno multinacional friendly. En el discurso inaugural Fernández aclaró que favorecería a las mineras, a las petroleras y que la cuenta la pagaría el productor. No olvidemos que un 20% del comercio internacional de granos y oleaginosas está en manos del gobierno chino, gran amigo de Fernández y Fernández.

No es tiempo para sentarse a conversar. Hay que apretar los dientes y esperar el resultado de las elecciones de noviembre. Ir a la justicia con cada ilegalidad como la intervención de los mercados de carne, trigo y maíz. Y recordar que el Infierno guarda un lugar especial para los traidores.

Esto es a degüello, muchachos.

Cualquier otra cosa es perder el tiempo y el buen nombre.


«Camuflage» interpretado por Julio Sosa

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Artículo publicado originalmente el 02/10/2021 en Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2021/10/camuflage.html

OTRO FRACASO ENCUBIERTO EN AFGANISTÁN

Isabel Stanganelli*

“Afganistán es el modelo de lo que

se puede alcanzar en Iraq”.

George W. Bush

 

Drogas y terrorismo comparten geografía, dinero y violencia. Si fuera un negocio lícito, las drogas serían el tercer producto mundial de comercio, detrás del petróleo y de las armas. Sin embargo, el narcotráfico no solo es ilegal sino que suele ser sostener otras actividades ilegales —por ejemplo el tráfico de armas— y mantiene vinculaciones con muchas otras que forman parte del gran espectro del crimen organizado.

El opio, producto de la adormidera, es la base para producir morfina, goma de opio y heroína. Así como el Triángulo de Oro —Myanmar, Laos, Tailandia— fue fruto de la Guerra Fría, la Media Luna de Oro con origen en Afganistán lo es de la post Guerra Fría. Hoy es un gran abanico de rutas que se irradian en todas las direcciones posibles con centro en ese país.

En 2003, una hectárea de trigo rendía US$ 350. La misma superficie sembrada con adormidera requería US$ 320 en semillas y rendía US$ 6.150, casi 18 veces más. Tiene menos requerimientos, amplio mercado y puede ser conservado indefinidamente. Muy afectados por décadas de guerras, pobreza endémica y sequías frecuentes y prolongadas, esta actividad permite a los afganos comprar armas, alimentos, protección…

Por otra parte el rendimiento del cultivo hizo elevar el salario de la mano de obra por lo cual se detuvieron las tareas de reconstrucción de puentes y rutas, basadas en menores salarios. Los techos y las escuelas quedaron esperando ante la falta de mano de obra disponible. Mientras el comercio de drogas se expande, los esfuerzos legales para combatirlo quedan rezagados. 

Evolución de los cultivos

Si bien los cultivos en Afganistán son ancestrales, el uso comercial de la adormidera se inició durante la ocupación soviética del país, entre 1979-89, con los muyahidines —sostenidos por la CIA (y Rambo)—. Enviaban la morfina base a Pakistán con conocimiento de la CIA —que sostenía la resistencia— o a Turquía, donde mediante refinación se transformaba en heroína.

La resistencia a la URSS y la posterior guerra civil destruyeron las infraestructuras agrícolas, los principales canales de irrigación y rutas al mercado. Tras el retiro soviético, el país perdió los subsidios de Moscú y no recibió más ayuda de Washington ni —salvo de Pakistán— del resto del mundo. Fue la etapa de la guerra civil entre los grupos que habían repelido la invasión soviética pero que no lograron ponerse de acuerdo para el gobierno de la liberada república. Los señores regionales, líderes de tribus y clanes lucharon entre sí, provistos de importantes fuerzas a las que pagaban, alimentaban, vestían y armaban —y cuya fidelidad compraban— con el dinero que aportaban los crecientes cultivos de adormidera.

En la década de los ‘90 Afganistán ya producía más de 2.000 toneladas/año de opio, superando a Myanmar —1.000 toneladas— y Laos y Colombia con 100 toneladas/año cada una.

Hacia 1996 el triunfante gobierno talibán redujo su producción y solicitó ayuda internacional para subsidiar a los campesinos. Se enviaron en total 3,2 millones de dólares en cinco años —unos 630.000 cada año—[1]. Como consecuencia, los cultivos en Afganistán se incrementaron. El mercado ya abarcaba Europa Occidental, Rusia, Asia Central, Pakistán e Irán. Hacia 1999 Afganistán producía 4.565 toneladas (70% del total mundial), más que todo el resto del mundo incluyendo el Triángulo de Oro.

En 2000, en plena época de cosecha —julio— el Mullah Omar prohibió los cultivos e hizo incendiar los laboratorios de heroína y encarcelar a los campesinos que no destruyeran sus cultivos, si bien no prohibió el comercio de los stocks existentes[2]. Esto se debió a que EEUU afirmaba que el gobierno se sostenía con los ingresos provenientes del comercio de la droga y la medida estaba destinada a probar que no era verdad.

En 2001 se produjeron 185 toneladas. Es decir 96% de reducción en escasos meses. Las provincias bajo gobierno talibán casi no tenían cultivos. Las toneladas de ese año correspondieron a áreas bajo el control de la Alianza del Norte e incluso se incrementaron en áreas no tradicionales, beneficiadas por los mayores precios generados por la menor oferta.

La llamativa reducción en 2001 (es muy difícil en un instante bajar el 96% de cualquier tendencia) fue objeto de numerosas especulaciones: ¿se buscaba reducir la oferta para aumentar su precio? (personalmente no creo pues esto beneficiaria a la Alianza septentrional); ¿reconocimiento del gobierno por la ONU?; ¿levantamiento de sanciones y ayuda internacional? Al menos la solicitaron. En ese momento diplomáticos occidentales advirtieron que si se perdía este gesto los cultivos volverían. Pero el presidente Bush Jr. impidió toda rehabilitación diplomática de los talibán al reclamar la entrega de Osama bin Laden.

En 2002, ya sin los talibán, las Naciones Unidas admitieron —con las tropas occidentales— el colapso total de la ley y el orden en Afganistán. El poco dinero destinado a compensar el cambio de cultivos y la falta de industrias para procesar otros no resultó y la adormidera comenzó a recuperar áreas y por consiguiente la producción (3.200 toneladas). Mazar-i-Sharif y Khanabad incorporaron además cultivos de cannabis —marihuana—. Entre ambas y con el país ocupado, generaron ingresos de US$ 1.300 millones, más que lo recibido en concepto de ayuda exterior por el país ese año.

La alianza ocupante entregó en 2003 semillas de trigo para sustituir cultivos, pero curiosamente en esos lugares fue donde más se cultivó amapola: 6% más que en 2002, 75% del opio del mundo. Los funcionarios a cargo de la reducción de cultivos temían ataques de los campesinos pues los alternativos de trigo resultaron desastrosos.

Este comercio aportó ese año US$ 2.300 millones. Los locales por pocos dólares negaban haber visto siquiera laboratorios y destruían cultivos solo a orillas del camino. Solamente en la provincia de Wardak, próxima a Kabul, la normativa del gobierno fue exitosa. Sus 400 familias, que en 2003 cultivaron 5.400 Ha, destruyeron los cultivos de opio en junio de 2004. La sensación imperante es: ¡ahora no tenemos nada! Cerca se han instalado minas antipersonales para evitar el re-cultivo.

En el resto de Afganistán la tendencia continuó. La Oficina de Drogas y Crimen de la ONU —UNODC— indicó que muchos campesinos incrementaban sus hectáreas cultivadas, otros comenzaban sus cultivos y que ya habían incorporado maquinaria, algo nunca antes destinado a cultivos.

Hace más de una década que los observadores de la ONU señalaban que el país podía colapsar ante las permanentes amenazas de las milicias armadas, la pobreza, la corrupción y la narco-economía.

Mientras la ISAF se ocupaba de Kabul[3], EEUU y el Reino Unido actuaban militarmente en el sur. Pero sus intereses no coincidían. EEUU exportaba valores: libertad, democracia, derechos de las mujeres y en suma, lucha contra el terrorismo. Acusaban a la OTAN y a la ISAF de dejarles la carga más pesada.

El Reino Unido debía responder a acusaciones domésticas: los británicos consumían entre el 50 y el 65% de la heroína introducida en toda la UE y el 90% provenía de Afganistán.

En 2001 Tony Blair indicó que el Reino Unido iba a Afganistán a parar el flujo de drogas y que la remoción de los talibán lo lograría. Pero resultó que las armas que éstos compraban eran pagadas con la vida de los adictos en las calles británicas.

En julio 2000 el opio en Afganistán valía 44 U$S/Kg, después de S-11: 95 U$S. Actualmente supera los 150 U$S el Kg. Debemos tener presente cómo se va encareciendo el producto hasta su destino final.

Actualmente Afganistán cuenta con una superficie destinada para el cultivo de adormidera en constante crecimiento: según cifras de la ONU pasó de 70.000 hectáreas en 1994 a alrededor 250.000 hectáreas en los últimos cuatro años.

En 2021, luego de 20 años, los EEUU se han retirado del país sin alcanzar ninguno de sus objetivos.

Gracias al opio este país ahora cuenta con recursos económicos más que suficientes para reconstruirse económicamente. Pero el trauma de siglos de atropellos sufridos —debido a la avidez de unos pocos o a lo estratégico de su posición— determina un futuro extremadamente incierto.

* Profesora y Doctora en Geografía (UNLP). Magíster en Relaciones Internacionales (UNLP). Secretaria Académica del CEID y de la SAEEG. Es experta en cuestiones de Geopolítica, Política Internacional y en Fuentes de energía, cambio climático y su impacto en poblaciones carenciadas.

 

Referencias

[1] Solamente en 1997 Laos recibió 4,2 millones de ayuda internacional y en 1998 Colombia 399 millones.

[2] La amapola se siembra entre septiembre y enero -dependiendo de las regiones-. En julio lo no cosechado debía ser destruido.

[3] De hecho jamás se dieron condiciones de seguridad como para que se alejaran demasiado de Kabul.

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DE PETER DRUCKER: SEIS REGLAS PARA GOBERNANTES

Agustín Saavedra Weise*

Tiempo atrás el analista estadounidense Peter Drucker (1909-2005) enumeró (mediante el “Wall Street Journal”) las reglas que deberían seguir los presidentes norteamericanos para cumplir adecuadamente con sus mandatos. Las realidades de América Latina en general y de Bolivia en particular son muy diferentes, pero aun así vale la pena reproducir y comentar los juicios de Drucker, pues de alguna manera pueden ser válidos para cualquier administración.

La primera regla se refiere justamente a lo que es necesario hacer. No se hace lo que uno quiere o cree que debe hacer, sino lo que verdaderamente hay que hacer, en función de las circunstancias propias del momento y de las situaciones puntuales que se presenten.

La segunda exigencia es: concéntrese, no se diversifique. Drucker considera que puede haber más de media docena de respuestas en torno a lo que es necesario hacer, pero un gobernante tiene que ser capaz de arriesgarse en torno a una sola cuestión esencial y llevarla a cabo. Caso contrario fracasará. Drucker el caso de Lyndon Johnson, que quiso lidiar simultáneamente con su proyecto de la “Gran Sociedad” para erradicar la pobreza y con la guerra de Vietnam. Como es sabido, terminó perdiendo en los dos campos.

No apueste jamás sobre una cosa segura, es la norma número tres. Según Drucker “siempre falla el tiro”; no hay que creer jamás que lo propuesto o empujado, saldrá adelante como si fuera una operación matemática. Muchos presidentes han cometido errores en este sentido, desde el legendario Franklin Delano Roosevelt hasta hoy en día. En el tórrido mundo de la política de alto nivel, nada es seguro.

La cuarta regla es fundamental pero muchas veces olvidada: un presidente efectivo no “microadministra”. Es aquí, en la multiplicidad de datos que escapan hasta a la persona más inteligente y organizada, donde muchos jefes de Estado fracasan. La tendencia al detalle, a revisar lo mínimo, hace perder perspectiva global, desperdicia la labor de sus principales colaboradores y se termina fracasando lamentablemente.

Esto no le pasó a Reagan, que desdeñaba la mini administración pero sí perjudicó grandemente a Johnson y a Jimmy Carter, ambos detallistas en exceso, con tendencia a participar hasta de las más pequeñas decisiones. Los dos olvidaron esta regla, que significa que lo que el presidente no tenga por qué hacer, sencillamente no debe hacerlo. Un primer mandatario es el ejecutivo principal y supervisor global, no un jefe de operaciones, que sí debe sumirse en la maraña de información. Para eso están los ministros y otros funcionarios. Un presidente debe saber delegar.

La quinta regla es también muy importante y el no acatarla puede precipitar lamentables consecuencias: un presidente no tiene amigos en la administración. No se puede confiar en los amigos del presidente: tarde o temprano se verán tentados a usar de su influencia o terminarán siendo perjudiciales. El “amiguerío” ha probado ser funesto, tanto en EEUU como en muchas otras latitudes.

La sexta y última regla es el consejo de Harry Truman al entonces flamante presidente John Kennedy en 1960: “Una vez que uno resulta electo, deja de hacer campaña”. Es decir, hay que ponerse a trabajar en serio, con pragmatismo y dedicación. Gobernar para todos, ya no seguir con los lemas previos a la elección y ciertamente, tomar en cuenta las otras cinco normas.

Interesantes en verdad estas seis reglas. Dejamos ahora en manos del amigo lector detectar cuáles de ellas han sido cumplidas (o violadas) por los mandatarios bolivianos del pasado y del presente.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/de-peter-drucker-seis-reglas-para-gobernantes_249490

Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales

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