HIDROCARBUROS, ALEMANIA Y RUSIA: PESE A LAS SANCIONES CONTINÚA LA CONSTRUCCIÓN DE NORD STREAM 2

Isabel Cecilia Stanganelli*

El sistema de gasoductos y los contratos de gas firmados por Moscú fueron un pilar en sus relaciones con Europa occidental durante el último medio siglo, aunque a principios de la década de 1980 las relaciones estuvieron próximas a interrumpirse debido a la intervención de Estados Unidos destinada a impedir la construcción del gasoducto Yamal (originalmente Northern Lights) que, desde Siberia occidental —a 4.500 Kms. de distancia— abastecería a diez países de Europa occidental: Alemania —occidental—, Austria, Bélgica, Finlandia, Grecia, Italia, Francia, Países Bajos, Suecia y Suiza. La intercesión de Japón y de capitales de Estados Unidos para financiar la obra permitieron que desde 1984 Yamal y sus ramales resultara el primer emprendimiento de magnitud entre ambos bloques durante la Guerra Fría. La interrelación energética sobrevivió a la Guerra Fría, al proceso de reunificación de Alemania y a la desunión soviética.

Finalmente la brecha se abrió en 2014, cuando se sumó la crisis política iniciada en Ucrania en noviembre 2013 que culminó en febrero de 2014 con el golpe de Estado condenado por Rusia y elogiado por Washington que derrocó a Viktor Yanukovich. Uno de los primeros actores en reaccionar contra Rusia fue nuevamente Estados Unidos.

Al golpe de Estado se sumó la protección que Rusia siempre reclamó para la población de origen ruso en el exterior, el apoyo inmediato de Washington al nuevo gobierno interino y la voluntad de importantes sectores de Ucrania oriental y Crimea de incorporarse a la Federación, concretada de facto en el caso de Crimea —luego de un plebiscito no reconocido internacionalmente— en marzo 2014.

Washington encabezó la aplicación de sanciones contra individuos relacionados con Rusia, con Crimea y con Vladimir Putin, pronto emulada por los principales líderes de la Unión Europea, además de los de Noruega, Japón, Australia

 

[1].

Pronto se sucedieron sanciones económicas contra bancos y empresas petroleras rusas, a las que se incorporaron otros sectores energéticos y de defensa, sin haber logrado con ello eliminar la guerra civil en Ucrania y afectando en cambio las relaciones políticas y económicas de la Unión Europea, Rusia y otros Estados, ofreciéndonos un panorama similar al de los peores momentos de la Guerra Fría. Por el momento y en líneas generales, solo vemos una Unión Europea cada vez más dependiente en materia de política exterior. Además, en el futuro previsible, Rusia seguirá siendo un proveedor importante de energía europeo pues su gas natural resulta comparativamente más económico.

Entre las opciones nos interesa el gasoducto submarino Nord Stream —de 1240 Kms. e inaugurado en 2011— que parte de Rusia y abastece directamente a Alemania bajo el mar Báltico y desde ahí a Dinamarca, Francia y Países Bajos, además de llegar por el ramal Opal hasta el límite de la República Checa. Su capacidad es de 55.000 millones de m3 de gas/año, volumen que se planeaba incrementar incorporando otros dos ductos, uno de los cuales llegaría hasta el Reino Unido. Esta ampliación fue suspendida en 2015. En 2012 la Comisión Europea exigió a Gazprom una reducción del 50% del combustible enviado por el gasoducto Opal, aduciendo que éste ducto no cumplía con la normativa antimonopolio de la Unión Europea —el Tercer Paquete Energético” (TPE) de 2009—, que prohíbe que la empresa de producción y transporte de hidrocarburos sea la misma —en este caso Gazprom— y establece la libre circulación de gas para todos los Estados de la red de gasoductos. A principios de 2015 la Comisión Europea continuaba postergando la decisión sobre esta restricción.

En cuanto a la posición de las principales empresas petroleras, el director de la petrolera francesa Total, Christophe de Margerie, declaró que Europa debía focalizarse en hacer más seguros los envíos desde Rusia, incluyendo opciones que evitaran a Ucrania y dio como ejemplo Nord Stream, construida para evitar pasar por Ucrania y no para evitar el gas ruso. Cualquier reducción deliberada de importaciones a Rusia resultará en importaciones más onerosas de otros productores cuyos objetivos podrían no gustarnos”, agregó Christophe de Margerie. De Margerie murió en un raro accidente en octubre 2014, cuando su avión chocó con una máquina quitanieves durante el despegue en el aeropuerto moscovita Vnukovo. De Margerie no era partidario de las sanciones de la Unión Europea contra Rusia, sino del “diálogo constructivo” que requiere “la interdependencia económica”.

Rusia —y con antelación la URSS— ha sido uno de los más seguros y estables proveedores de hidrocarburos hacia Europa. Pero se han ido incorporando algunos elementos preocupantes:

  • Europa desea diversificar sus fuentes de aprovisionamiento energético pues considera su excesiva dependencia de Rusia una cuestión de seguridad.
  • Ucrania, como país de tránsito de los ductos, ha causado interrupciones y escasez.
  • En la nueva Doctrina de Seguridad rusa es fuente de preocupación la amenaza de la Alianza atlántica, que considera a los cambios en los precios de los recursos energéticos como una forma de agresión.

Rusia ya poseía terminales de petróleo en el Báltico en San Petersburgo, pero en 2001, cuando se conocieron las intenciones de Washington de incorporar a las Repúblicas Bálticas en la OTAN, el presidente Vladimir Putin aprobó el desarrollo de un mayor puerto en el Báltico ruso, destinado a eliminar las exportaciones rusas a través de Letonia, Lituania y Polonia. En 2005 se negoció el gasoducto Nord Stream entre Vladimir Putin y Gerhard Schröder, estableciéndose que su trayecto uniría el puerto de Vyborg, cerca de San Petersburgo, con Lubmin, cerca de Greifswald, en Alemania oriental, mediante dos tuberías paralelas con un recorrido de 1.220 kms.

La construcción del sistema de ductos del Báltico se inició a finales de ese mismo año, 2005, y debía abastecer hasta el Reino Unido y Estados Unidos previo embarque en buques de gas natural licuado. Como estaba previsto, la primera tubería unió a Rusia y Alemania hacia fines de 2011 y su complementaria en 2012. Ya finalizados los dos ductos, comenzaron a abastecer anualmente a Alemania con más de 55 mil millones de m3 de gas. Moscú esperaba de esta manera ser capaz de vender gas a Europa sin riesgos de conflictos con países de tránsito. Gazprom era propietaria del 51% del emprendimiento, las alemanas E.ON y BASF del 20% y Gasunie de Países Bajos el 9% restante. El porcentaje alemán se reduciría con posteriores prolongaciones del ducto al 15,5%, al incorporarse la francesa GdF SUEZ.

La firma de este emprendimiento fue el último acto de Gerhard Schröder como canciller y provocó protestas del gobierno pro Washington de Polonia, así como del de Ucrania, ya que ambos perdían el control del ducto que fluye de Rusia.

A pesar de sus cercanos nexos con la administración Bush, la canciller Angela Merkel también aceptó el proyecto: “Nuestro objetivo común es una asociación energética basada en la igualdad, orientada a largo plazo. Se trata de ofrecer a las empresas en ambos lados de oportunidades para la cooperación y el crecimiento. De hecho, Nord Stream demuestra el enorme potencial económico arraigado en esta asociación.” Nord Stream es un proyecto energético prioritario de la Unión Europea: hacia 2030 podría proveer 25% de las necesidades energéticas europeas.

Ya entonces la presión sobre la construcción del gasoducto llegó a ser de tal magnitud que en numerosas oportunidades el presidente Putin advirtió que anularía todo el proyecto y exportaría el gas a través de buques metaneros en la forma de gas natural licuado. Alemania era la principal afectada por las dilaciones de Suecia referidas a cuestiones ambientales y la situación llegó a ser delicada entre ambos Estados. A pesar del rechazo rotundo manifestado por Polonia a este emprendimiento, a último momento comenzó a manifestarse interesada en recibir gas de Nord Stream para reducir su dependencia de Belarús. Con otras, las objeciones eran de índole política. De todos modos, hacía décadas que el mar del Norte estaba surcado por tuberías submarinas sin tantas contemplaciones ecológicas.

En octubre de 2010 se inició la etapa de construcción de la sección finlandesa de Nord Stream, a cargo de la compañía suiza Allseas.

En cuanto al gasoducto Opal, ofrece un enlace desde Nord Stream, en el noreste de Alemania hasta la República Checa. Tiene una capacidad de 36 bm3 pero operó a la mitad de su capacidad desde 2011. Recién a fines de 2016 un fallo de la Unión Europea otorgó a Gazprom mayor acceso al gasoducto Opal.

La disputa energética sobre “el tercer paquete energético” —y otros diez litigios pendientes— entre Rusia y la Unión Europea en la OMC quedó paralizada desde diciembre 2019 cuando caducaron los mandatos de dos de sus tres jueces. Estados Unidos lleva dos años bloqueando nuevos nombramientos.

 

Nord Stream 2

A mediados de enero 2021 se reanudaron las obras del gasoducto Nord Stream 2, paralelo al Nord Stream, concebido para asegurar el suministro energético de buena parte del continente y que se ha transformado en un problema a nivel internacional. Luego de los epítetos de Biden contra Putin —quien se burla de la edad del primero (78)—, Biden amenaza con sanciones contra el gasoducto Nord Stream 2. El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, llamó a todas las entidades implicadas en el controvertido proyecto a que se retiren o enfrentarán sanciones de Estados Unidos. Blinken considera que Nord Stream 2 es un mal negocio para Alemania, para Ucrania y para sus aliados y socios de Europa Central y del Este y que dividirá y debilitará la seguridad energética europea. Además reiteró que Estados Unidos sancionará a cualquier entidad involucrada en su construcción (en Europa).

La construcción de este gasoducto es objeto de una enorme tensión en la Unión Europea, posiblemente relacionada con las crecientes turbulencias entre Washington y Moscú.

 

* Profesora y Doctora en Geografía (UNLP). Magíster en Relaciones Internacionales (UNLP). Secretaria Académica del CEID y de la SAEEG. Es experta en cuestiones de Geopolítica, Política Internacional y en Fuentes de energía, cambio climático y su impacto en poblaciones carenciadas. 

 

Referencia

[1] Para ampliar este tópico véase Stanganelli, I. “Ucraína: As sacións intenacionais, debates e consecuencias internacionais”. En: Tempo exterior, Revista de Análise e Estudos Internacionais. Instituto Galego de Análise e Estudos Internacionais, IGADI, vol. XI, N° 29, Galicia, España. Xulio-Decembro 2014.

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PREOCUPA FALTA DE CAUDAL EN HIDROVÍA PARAGUAY-PARANÁ

Agustín Saavedra Weise*

Al margen de la tremenda sequía del año pasado que afectó a todo el sistema fluvial de la Hidrovía Paraguay-Paraná, ahora asoman nuevos horizontes sombríos. Los expertos en la materia señalan que el río Paraná continuará bajando al menos por dos meses más. El hidrómetro de Rosario está midiendo poco más de un metro, algo superior a los escasos 63 centímetros del año pasado, pero lejos aún de los tres metros que se tenían en 2019. La recurrencia de la sequía dificultará enormemente las exportaciones por medio de la vía fluvial. Frente a esta variante —fruto de la casquivana naturaleza, como también probablemente de las anomalías del cambio climático— y que provoca justificada alarma, se requieren urgentes acciones. Recordemos que Bolivia tiene tres puertos comerciales que acceden a la hidrovía mediante el Canal Tamengo: Jennefer, Aguirre y Gravetal.

En 2020 se produjo una gran sequía que no se presentaba desde más de medio siglo atrás; ahora nuevamente se inicia el proceso, algo que justificadamente genera problemas en torno a la navegabilidad, tanto en la zona alta del curso fluvial como en las zonas bajas. El 80% de la gigantesca producción agropecuaria argentina utiliza la hidrovía, la que al mismo tiempo es de uso vital para el Paraguay y también para nuestro país, sobre todo en función de los productos agrícolas del oriente boliviano. Una recurrente situación de sequía traerá muchos inconvenientes; urge procurar soluciones o paliativos en el tiempo más breve posible.

Es necesario que el Comité Intergubernamental de la Hidrovía inicie trabajos de inmediato en torno al tema y que las empresas que tienen a su cargo el dragado y otros servicios complementarios mejoren al máximo la calidad de sus trabajos para intentar minimizar el problema de la sequía. Pero, aun así, hay un límite. Por muy bien diseñada que esté, una barcaza apta para la hidrovía debe contar con mínimos de profundidad para navegar sin problemas y transportar carga útil.

Los que saben de estos temas a fondo afirman que la altura estándar se ubica en los 2,47 metros para que los barcos puedan salir con 34 pies, más o menos 10 metros. La escasa profundidad trae complicaciones, ya que los barcos no pueden llevar la misma carga con respecto a una situación normal. La Comisión de Transporte de la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que la bajante ya generó sobrecostos por 300 millones de dólares en el transporte. En Asunción se ha propuesto usar parte de las aguas de la gigantesca represa de Itaipú para intentar subir el nivel hídrico del río Paraguay.

Obviamente, las barcazas que salen de las zonas de Paraguay y Bolivia son las que están más complicadas y algunas quedan varadas. En la parte inferior del curso de agua hay mejores dragados y balizamientos, lo que permite una navegación más segura, algo que no sucede en la parte superior de la hidrovía. Mayor razón —ante esta crisis ya recurrente— para una decidida actuación multinacional de los países que forman la Cuenca del Plata (particularmente Argentina, Bolivia y Paraguay, los principales usuarios) en torno a este problema, el que debe resolverse tan pronto sea posible. Por su lado, Brasil y Uruguay —los otros dos miembros del sistema platense— deben poner de su parte lo que les sea posible en la solución de esta álgida situación, que afecta no solo la navegabilidad sino hasta la propia economía de los países que surcan ese vital curso de agua que es la Hidrovía Paraguay-Paraná.

 

*Ex canciller, economista y politólogo. Miembro del CEID y de la SAEEG. www.agustinsaavedraweise.com

 

Nota original publicada en El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, https://eldeber.com.bo/opinion/preocupa-falta-de-caudal-en-hidrovia-paraguay-parana_231890

¿SERÁ 2021 EL AÑO DEL DESHIELO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES PARA TURQUÍA?

Giancarlo Elia Valori*

En los últimos años, después del torpe y desacertado golpe de Estado que intentó derrocarlo en 2016, el presidente de Turquía Erdogan ha adoptado actitudes cada vez más extremistas y políticas internas e internacionales que prácticamente han aislado a Turquía no sólo de sus aliados tradicionales de la OTAN (de los cuales ha sido socio desde la fundación de la OTAN), sino también de casi todos sus homólogos geopolíticos en Medio Oriente.

En su intento de desempeñar un papel destacado en los juegos en marcha en la región mediterránea y del Cercano Oriente, desde Siria hasta Libia, pasando por Nagorno-Karabaj, el presidente Erdogan ha dado a la diplomacia de su país una deriva islamista —basada, en particular, en el apoyo al movimiento fundamentalista de los Hermanos Musulmanes— que si, por un lado, lo ha fortalecido internamente, por otro le ha llevado a hacer más enemigos de los que razonablemente podría soportar.

El pico del aislamiento internacional de Turquía se mostró descaradamente en octubre del año pasado cuando, después del brutal asesinato en Francia del profesor Samuel Paty, decapitado en la calle por un extremista musulmán de origen azerí porque era “culpable” de haber expuesto las infames caricaturas de Charlie Hebdo sobre Mahoma en las aulas, el presidente Macron arremetió contra aquellos que, “a la sombra de Mahoma” , avivaban las llamas del islamismo radical en Francia con el objetivo de despertar a los jóvenes musulmanes y animarlos a convertir su ira en la marginación social y económica en conflictos religiosos.

Por orden del presidente francés, las fuerzas de seguridad comenzaron a investigar y realizar registros en los círculos salafistas franceses controlados por unos trescientos imanes turcos que se habían instalado en Francia.

Las palabras de Macron y las iniciativas de las fuerzas de seguridad francesas contra el fundamentalismo islámico en Francia desataron la ira del presidente turco, que no dudó en llamar a su colega francés “un cerebro de muerto” que trataba a los musulmanes en Francia “como los judíos fueron tratados en la Alemania de Hitler”.

Las palabras del presidente Erdogan han añadido combustible al fuego de las ya difíciles relaciones entre Francia y la minoría de salafistas activos en el país: pocos días después de las declaraciones públicas de Erdogan, un joven tunecino en Niza mató a tres personas gritando “Alla akhbar”  en la catedral de Niza.

En esa coyuntura, Francia retiró a su embajador de Ankara, congelando sus relaciones con un país que durante décadas había sido considerado un sólido socio comercial, político y militar.

A finales de 2020, las relaciones internacionales de Turquía alcanzaron el nivel más bajo de la historia reciente.

Incluso afirmaciones justificadas como la solicitud de redefinir las fronteras marítimas con Grecia han dejado de ser apoyadas por diplomáticos europeos, mientras que el activismo en Libia para apoyar al Presidente del “Gobierno de Acuerdo Nacional” (GNA), impuesto por las Naciones Unidas pero apoyado por milicias islamistas, ha puesto a Ankara en un curso de colisión con Rusia y Egipto que, a su vez, se han puesto del lado del señor de la guerra “secular” de Cirenaica, Khalifa Haftar.

A finales del año pasado, un país como Turquía que, debido a su pragmatismo en política exterior, no sólo había sido considerado digno de pertenecer a la OTAN, sino también considerado un socio fiable y creíble durante décadas por Europa y los Estados Unidos, se encontró en total aislamiento a nivel internacional y en grandes dificultades a nivel nacional, debido a los efectos de la pandemia y una creciente crisis económica.

Es probablemente en este contexto que, desde principios de este año, el Presidente Erdogan ha cambiado de estrategia y ha lanzado lo que los observadores internacionales han llamado la “ofensiva del encanto”, en un intento de reabrir los canales de diálogo entre Turquía y los países occidentales y las potencias regionales en Medio Oriente (de Israel a Egipto, de Arabia Saudí a los Emiratos), un diálogo que había sido congelado debido a la decisión imprudente y mal considerada de apoyar, siempre y en cualquier caso, a los Hermanos Musulmanes.

Después de iniciar un canal secreto de cooperación con Israel en un intento de encontrar una solución a la guerra civil a pequeña escala sobre Nagorno-Karabaj —en la que Turquía, con el soporte “clandestino” de Israel, apoyó con éxito las razones de los turcomanos musulmanes azerbaiyanos, en detrimento de la mayoría armenia cristiana—, el presidente Erdogan decidió reabrir las relaciones con Egipto.

Después de ocho años de tensas o ausentes relaciones, Turquía ha reabierto la puerta al diálogo con Egipto bajo la bandera de una “Realpolitik” que el presidente Erdogan parecía haber olvidado.

Desde 2013, cuando el general Al Sisi derrocó al gobierno del presidente Morsi —líder de los Hermanos Musulmanes en Egipto y ganador de las elecciones de 2012—, el presidente Erdogan lo había llamado repetidamente “un asesino” y “un tirano”. Las relaciones entre los dos países se habían enfriado definitivamente cuando el presidente turco había dado descaradamente refugio y asilo político a todos los asesores y colaboradores de Morsi y a todos los miembros de los Hermanos Musulmanes que habían huido a Turquía para escapar de la represión.

El 12 de marzo de 2021, en una declaración sorpresa, el presidente Erdogan admitió en una conferencia de prensa que había “tomado medidas diplomáticas” para lograr la “reconciliación con Egipto”.

El ministro de Asuntos Exteriores, Melvut Cavusoglu, confirmó ese cambio de línea política diciendo que “después de años de hostilidad y desconfianza mutua… había llegado el momento de reiniciar gradualmente los contactos con Egipto”.

Según fuentes diplomáticas, hay dos razones principales que han convencido al presidente turco para cambiar su actitud hacia su (probablemente antiguo) rival Al Sisi.

La primera se remonta al total y ya sofocante aislamiento de Turquía en toda la región del Mediterráneo y de Medio Oriente.

La segunda es mucho más práctica y pragmática: la posibilidad de discutir con Egipto una nueva definición de las fronteras marítimas de Turquía en el Mediterráneo podría permitir a Turquía negociar —desde una posición más sólida— el problema de las “12 millas” y permitirle extender, dentro de límites aceptables, las fronteras de las aguas territoriales, actualmente “estranguladas” y cubiertas por la proximidad de las islas griegas a la costa turca.

Según el gobierno turco, un acuerdo entre Turquía y Egipto sobre fronteras marítimas podría conducir a un nuevo acuerdo sobre el mismo tema con Israel, útil para la explotación conjunta de los campos submarinos de gas frente a Chipre, Egipto e Israel.

Según fuentes muy fiables y cualificadas, el jefe del Servicio Secreto turco (MIT), general Hakan Fidan, ha recibido órdenes directas del presidente Erdogan de restablecer los contactos y las relaciones (interrumpidos desde 2013) con el Servicio Secreto egipcio, el Mukhabarat Al Amma.

Gracias al compromiso personal del emir de Qatar, Tamin Ben Hamad al Thani, quien es el último aliado del presidente Erdogan que permanece en la región, el MIT ha establecido contactos con colegas egipcios a principios de marzo de este año y, como gesto de cooperación hacia Egipto, las autoridades de seguridad turcas han colocado a treinta “Hermanos Musulmanes” egipcios, que habían sido acogidos como refugiados en Turquía, bajo estricto control de seguridad en vista de su posible extradición.

Mientras tanto, las autoridades turcas han pedido a los tres canales de televisión egipcios “alojados” en Turquía, a saber, las cadenas Al Shaq, Mekamleen y Watan, que bajen el tono de sus críticas contra el gobierno egipcio y dejen de insultar al presidente egipcio Al Sisi. A los tres canales se les ha pedido abruptamente que “revisen sus políticas editoriales” si quieren seguir disfrutando de la hospitalidad turca.

Según fuentes de prensa saudíes, muchos miembros de los Hermanos Musulmanes que se han refugiado en Turquía han sido presuntamente puestos bajo arresto domiciliario.

La diplomacia puesta en marcha por el presidente Erdogan a través del MIT está empezando a dar sus frutos: los contactos entre Fidan y su homólogo egipcio, el general Abbas Kamel, han llevado a un acuerdo en Libia que ha favorecido el nombramiento de Abdelhamid Dabaiba como presidente del “Gobierno de Acuerdo Nacional” para reemplazar al ahora desacreditado Fayez Al Sarraj.

También gracias al compromiso tras bambalinas de los servicios secretos turcos y egipcios, bajo la supervisión vigilante del Mossad israelí, la “ofensiva del encanto” del presidente Erdogan está empezando a dar sus frutos y, después de años de movimientos desconsiderados, imprudentes y aventureros, probablemente llevará a Turquía de vuelta a la mesa de negociaciones, después de renunciar al fundamentalismo musulmán, contribuyendo así a la búsqueda del “deshielo” en las relaciones internacionales que el mundo necesita para reparar el enorme daño causado por la pandemia.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

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