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¿QUÉ HA PASADO CON EL NACIONALISMO ARGENTINO? – Parte IV


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¿Volvemos a los recuerdos porque pretendemos enriquecernos con ellos o, por el contrario, porque deseamos ser pobres, como entonces, como cuando éramos unos pobres hombres, unos pobres diablos, unos pobres y heroicos? No lo sé.

Han pasado quince años y había olvidado muchas cosas. Y muchas decepciones han ocupado el lugar de los bríos de entonces. Pero he recordado al «espantajo» y los he sentido en la garganta, como entonces… ¿No sabéis a qué espantajo me refiero? Veré si acierto a expresarme con unas pocas palabras. Este Tiempo-Invocación es para él.

El espantajo o esperpento es la suma de todas las emociones que llevan al hombre al sacrificio. No es la guerra, ni la muerte… es la… no sé… lo es todo, desde el temblor de la piel a la maldición hecha plegaria. Algunos dicen que es la recompensa del soldado. Y que es una dama hermosísima y generosa con sus encantos. Pudiera ser hembra, aunque no lo aseguro, pues yo siempre le vi vestido de soldado; como nada tiene de hermoso y es tan enjuto de carnes que parece un esqueleto, me inclino a creer que se trata de un hombre.

¿Dónde diablos estaba? ¡Ah, sí! La gloria del soldado, decía, es un espantajo, medio loco, con una voz imposible llena de incoherencias y tremendas plegarias, haraposo ante el castigo eterno del viento. Cerrad los ojos, imaginad un espantajo cualquiera en un sembrado. Haced que ese campo gire vertiginosamente, entre todos los ruidos y luces de la guerra, bajo todas las intemperies… El esperpento estará siempre allí, entre los surcos convertidos en tumbas, voceando como un chiflado, rezando como el hombre que descubre a Dios en cada instante, temblando de frío. No fermenta los cuerpos con cantos gregorianos, precisamente; sólo está allí para que los caídos sientan perennemente la emoción estética más intensa que puede albergar el hombre: la del minuto exacto antes de la muerte. Ni asusta ni divierte, ni ensalza siquiera: acompaña.

Los camaradas que en Possad, y en Slutz, y en los muchos cementerios españoles lloraban al tener que abandonar a sus mejores, fueron también, durante corto tiempo, iguales al espantajo. Pero eran hombres y debían marcharse. El esperpento es también humano; pero no se marchará nunca. Estará siempre allí, para recordar, para emocionar, para responder a las preguntas sin respuesta.

Esto es lo que me obliga a escribir, principalmente. Porque pese a todo —y estoy hablando en nombre de mi generación frustrada— me ha bastado abrir un resquicio al recuerdo para encontrarme enseguida con la cara de los muertos. He visto la sombra del espantajo, eternamente fiel, agitando sus harapos y murmurando sus terribles imprecaciones y heme emocionado. Con ello he comprendido que nunca podré renegar de las horas pasadas, aunque mi experiencia actual me haga ver la tremenda ironía de un libro de guerra reviviendo lo que estaba muerto, recordando lo que se tiene empeño en olvidar.

Tomás Salvador

Leyendo a Tomás Salvador, me preguntaba, luego del escarnio al cual han sido sometidas nuestras FFAA y FFSS; ¿dónde ha quedado la gloria del soldado? ¿por qué nuestra sociedad ha dejado que caiga en saco roto el sacrificio de nuestros hombres de armas? ¿por qué hemos mancillado el uniforme y la memoria de los caídos en combate en las últimas cinco décadas?… ¿por qué hemos sido espectadores silenciosos ante la destrucción del brazo armado de la Patria por parte de gobiernos serviles al imperio sinárquico del Nuevo Orden Mundial?

¿Quiénes serán los privilegiados merecedores de las palabras que al igual que aquellos a quienes fueron dirigidas en julio del ’44, lleven sobre sus espaldas la responsabilidad de poner nuevamente de pie a la Patria mancillada:

“Vosotros constituís la primera gran Unidad que vuelve a ver el cielo y el suelo de la patria traicionada, dividida y atormentada por el enemigo. Constituís, por lo tanto, la columna maestra del templo, la piedra liminar de la nueva construcción de las Fuerzas Armadas…

Con vuestro denodado empeño antes del combate, durante él y después, estoy seguro de que no defraudaréis las esperanzas de la Patria, sino que le abriréis el camino de la liberación y de la victoria…

Por lo que respecta a la política, las ideas deben ser extremadamente precisas. Sobre todo en un periodo de transición y de crisis, las consignas deben tener el timbre y la dureza de los metales…”

Vemos transcurrir periodo tras periodo, gobierno tras gobierno y la situación nacional en vez de mejorar…empeora. Discursos floridos hacia uno u otro sector de la sociedad, según sople el viento, que lo único que logran es la sucesión de gobernantes ineptos y traidores a la Patria que lo único en que son consecuentes es en la entrega del patrimonio de todos los argentinos y en la destrucción sistemática de la sociedad y de sus FFAA y  FFSS. El nivel cultural de las últimas generaciones es paupérrimo, la situación social es apremiante en la mayoría del territorio argentino y la suma de todos esos factores da como resultado la perpetuación del populismo.

Destruyen todos los estratos de la sociedad en base a mentiras repetidas una y otra vez, de manera que se hace eternamente vigente la frase de François Marie Arouet, Voltaire, (filósofo francés):

“La verdad es lo que se hace creer.”

Hoy nos encontramos gobernados nuevamente por un gobierno que se autodenomina “camporista” y canta loas a Héctor J. Cámpora y su nefasto entorno, es más, una de las agrupaciones más influyentes dentro del gobierno es “La Cámpora”, pero, ¿quién fue Cámpora?.

Héctor J. Cámpora integró el entorno de Perón, pero fue desalojado del mismo con demasiada rapidez. Recordemos que llegó al poder en 1973 en unas elecciones con Perón proscrito y bajo el lema: “Cámpora al gobierno, Perón al poder”. El presidente Cámpora estaba en otra jugada política y con otros tipos que pertenecían sin duda a otro poder sinárquico, pero que en definitiva en la cumbre, se dan la mano, porque son la misma cosa. Fue miembro de la P2 italiana, pero la fuerza del marxismo lo tenía aherrojado. El desborde de la tendencia, sin jefes ni disciplina, hicieron que Cámpora perdiera el gobierno y López Rega lo capitalizó con Lastiri. De allí en adelante, el cerrojo en torno a Perón se agudizó y el caudillo quedó encerrado por el lopezreguismo, sin capacidad, doctrina, ni jerarquía ética-moral. Perón estaba viejo y enfermo, su capacidad de maniobra estaba casi agotada, con mala atención de su salud y con viajes extenuantes sea al Paraguay o al famoso portaaviones. Cámpora más vale representaba el otro entorno que se le trató de hacer a Perón, a través de la famosa patria socialista, implementada por jóvenes burgueses que se olvidaron que Perón tenía una doctrina y una tercera posición enunciada con toda claridad por el año 1945.

Amigo comprometido de los guerrilleros, abrió las cárceles en el llamado Devotazo, el mismo día de su asunción a la presidencia de la Nación argentina, 25 de mayo de 1973, militantes de las organizaciones guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), y Montoneros concurrieron masivamente al acto de la Plaza de Mayo y luego se desplazaron hacia la cárcel de Villa Devoto, a la que rodearon y comenzaron a presionar sobre las puertas, echando por tierra el trabajo hecho por la Nación para quitar de circulación a estas lacras de la sociedad, reabriendo el juego que se tornó más sádico y sangriento, ya que el cautiverio exacerbó su virulencia. Perón los echó de la Plaza de Mayo y Cámpora los liberó y acogió. Éstos son los valores que maneja el actual gobierno, que de peronista tiene el mismo porcentaje que de honesto.

En nuestro tiempo, los poderosos universalistas, el N.O.M., no pueden como antaño dominar las naciones con sus ejércitos o sus marines de desembarco, entrando a sangre y fuego en los pueblos de cualquier parte del mundo, salvo contadas excepciones como Libia e Irak aduciendo terrorismo. Ese procedimiento es muy caro. Es más fácil organizar logias, clubes, institutos, bancos o políticas siniestras para dominar al resto de las naciones sea con políticos venales, partidos oportunistas, intereses elevados, dumpings contra la producción, precios agropecuarios no compensatorios, mercaderías subvencionadas, créditos para falsas obras de “progreso” y “desarrollo”, etc. Todo lo que venimos viendo el último medio siglo.

Aurelio Peccei, presidente del Club de Roma, miembro de los Bilderbergers y de la Sinaquía, en un discurso pronunciado en 1979, le daba a la Argentina un papel agroproductor, pero esa producción manejada por ellos, desde la siembra, la recolección, la venta y el traslado. Esas son las ideas del universalismo europeo contra las naciones del mundo. También es idea de los sinarcas que el Beagle, la Tierra del Fuego, la Patagonia, las islas del sur y la Antártida, no le pertenecen a la Argentina, ni desde luego a Chile, sino que son reservas del universalismo, para la humanidad. Lo mismo sucede con otros grupos humanos de la Tierra, nada es de ellos. Solo los universales o demócratas-sociales europeos pueden mandar y decidir, ellos sí son inteligentes, democráticos y capaces, el resto debe obedecer y trabajar en aquello que se le ordene.

Analizaremos brevemente el final del gobierno de Fernando de la Rúa y los cinco presidentes en los siguientes once días.

En medio de una ola de protestas sociales que arrojaron 40 muertos y más de 100 heridos, el helicóptero alejó ese 20 de diciembre de 2001 al por entonces presidente Fernando de la Rúa de la Casa Rosada, habiendo dejado firmada su renuncia al cargo. La crisis fue política, económica, social e institucional, potenciada por una revuelta popular generalizada bajo el lema «íQue se vayan todos!»

Once días después asumiría en su lugar Eduardo Duhalde y en el medio otros tres presidentes ocuparían el principal sillón presidencial:

21 de diciembre: la última acción de De la Rúa fue levantar el estado de sitio, mientras que el Congreso de la Nación elegía como presidente provisional al titular del Senado, Ramón Puerta. El Partido Justicialista propone como presidente interino al por entonces gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá y convoca a elecciones anticipadas para el 3 de marzo.

23 de diciembre: jura Rodríguez Saá como presidente y en su mensaje al país anuncia la suspensión en los pagos de la deuda externa. Decide extender el feriado bancario hasta el 2 de enero y la creación de una nueva moneda (el argentino), que circulará de manera paralela con el peso y el dólar.

El puntano realiza una serie de reuniones y con sus asesores afina los números de lo que sería el presupuesto nacional para el año siguiente. A la central de los trabajadores les explica cómo será la nueva moneda, les pide paciencia a los acreedores externos y mantiene las restricciones para el retiro de fondos de los bancos.

Esto lleva a nuevos incidentes callejeros que reclaman la renuncia de los flamantes funcionarios. Nuevos detenidos y heridos se producen en las protestas. Esto provoca la convocatoria de una cumbre de gobernadores peronistas en Chapadmalal, pero la ausencia de algunos lo deja sin sustento. Esto motiva la renuncia del puntano y acusa a De la Sota de mezquindad.

31 de diciembre: El presidente del Senado, Ramón Puerta, también presenta su renuncia por lo que el titular de la cámara baja, Eduardo Camaño, asume de manera interina la jefatura del Estado y convoca de urgencia a la Asamblea Legislativa.

1 de enero: Eduardo Duhalde, por entonces senador nacional y que había sido derrotado por De la Rúa en las elecciones de 1999, es elegido por aclamación para terminar el mandato del ex presidente radical.

Cinco presidentes en apenas once días, algo digno para ingresar en el libro de los récord Guiness y que provocó la risa hasta de Arnold Schwarzenegger, que no dudó en burlarse del por entonces joven Marley en una entrevista para su ciclo Teleshow, y le preguntó si sabía cuál era el nombre de su presidente en ese momento.

El ex Vicepresidente de Menem quedó al frente del Gobierno nacional hasta cumplir el mandato del radical, en diciembre de 2003.

En la próxima entrega analizaremos el primer mandato de la “década ganada” por el matrimonio Kirchner Ostoić – Fernández Wilhelm, y la frase aduce a que si hubo un ganador en esa década, ha sido el matrimonio citado, sin lugar a dudas.

«GRAVE AMENAZA ES PARA EL HOMBRE SER GOBERNADO POR PODERES OCULTOS. ESTO ACONTECE CUANDO EL QUE MANDA NO ES EL MISMO QUE FIRMA».

CONDE DE ROMANONES

Por Der Landsmann para Saeeg


Notas:

  • División 250 – Tomás Salvador
  • Guillermo Landera – El entorno de Juan D. Perón
  • https://www.losandes.com.ar/article/view?slug=la-renuncia-de-de-la-rua-y-los-cinco-presidentes-en-once-dias
  • Guillermo A. Terrera – LA SINARQUIA

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AMÉRICA CAUTIVA. LA APREMIANTE NECESIDAD DE CONSTRUIR UNA IDENTIDAD Y UN MODELO DE DESARROLLO PROPIO.

Marcelo Javier de los Reyes*

 Guillermo Emilio Magrassi

El origen de “América Latina”

El sociólogo y antropólogo argentino Guillermo Emilio Magrassi (1936-1989), conducía a mediados de la década de los 80 el programa de televisión “La aventura del hombre”, uno de los mejores programas de esa época. En la introducción de los documentales siempre hacía un valioso aporte intelectual, sobre todo para quienes cursábamos por entonces carreras humanísticas. En aquella época no había Internet ni cable y la televisión se limitaba a prácticamente cinco canales, por lo que estos comentarios previos eran sumamente enriquecedores.

Uno de ellos lo dedicó a exponer el origen de por qué nosotros somos “latinoamericanos” y no “americanos”.

Los orígenes de nuestra denominación se remontan a la colonización y a la puja que existía entre las potencias europeas, a la que luego se sumaron los Estados Unidos, ambicionando conformar una América “sin europeos”, como lo expresara la doctrina Monroe (1823).

Michel Chevalier (1806-1879), escritor y economista francés, fue quien acuñó el término “latina” para referirse a la parte hispana y portuguesa del continente americano y lo hizo en la recopilación de sus cartas titulada Lettres sur l’Amérique du Nord (1837), escritas durante su estadía en los Estados Unidos. A su criterio Francia, la nación latina más importante, estaba llamada a erigirse como la regente sobre los pueblos de América del Sur, esos pueblos hispanoamericanos que veía con desdén.

Michel Chevalier. “Lettres sur L’Amérique du Nord”. Editorial: Charles Gosselin et Cie, Paris, 1837.

El filósofo e historiador argentino Arturo Andrés Roig (1922-2012), en su libro Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano[1] se explayó sobre los nombres que, sucesivamente, fueron dados al continente:

En los siglos XVI Y XVII se hablaba de las Américas que integraban el Imperio español y el portugués, denominándolas “Indias Occidentales”, “Nuevo Mundo”, “Nuevo Orbe”, etc. En el siglo XVIII se generalizó el ya por entonces antiguo término “América”, y en relación con él aparecieron los de “América Española” y “América Portuguesa”. Más tarde, en el siglo XIX, pasada su primera mitad, se hablará de “América Latina”. A comienzo del siglo XX, y sin que dejaran de usarse a veces y en particular los nombres que se imponen desde la segunda mitad del siglo XVIII, se hablará de “Hispanoamérica”, “Iberoamérica”, “Indoamérica”, “Euroamérica”, “Eurindia”, etc.

Arturo Andrés Roig (1922-2012)

Asimismo, Roig se explayó sobre el origen francés de “América Latina” y al sentido que le dieron dos intelectuales americanos: el chileno Francisco Bilbao (1823-1865) y el colombiano José María Torres Caicedo (1830-1889). Ambos lo hicieron en 1856, Francisco Bilbao en una conferencia dictada en París el 24 de junio y José María Torres Caicedo en un poema titulado Las dos Américas, también en París el 2 de septiembre[2]. Francisco Bilbao le dio al término una impronta anticolonialista, antiimperialista. Por su parte Torres Caicedo marcó las diferencias entre el norte y el sur. Así comienza el poema de Torres Caicedo:

Rica, potente, activa y venturosa

Se levanta de América en el Norte

Una nación sin reyes y sin corte,

De sí señora —esclava de la ley;

Débil ayer, escasa de habitantes,

Al ver que Albión su libertad robaba,

¡Atrás, gritó: la servidumbre acaba,

Porque hoy un Pueblo se proclama rey!

En su poema habla del odio del “yankee” a la raza española y sus ambiciones sobre el resto de América. Ya mencionaba que la “Unión” era imposible y que el sur y el norte tendían a separarse. Torres Caicedo, además de señalar la diferencia entre las partes, mencionó en su poesía a “América Central”, a “América del Sur” y a “la raza de América Latina” que al frente tiene la raza sajona.

Luego, el término “América Latina” fue utilizado en 1861 por el francés Lazare Maurice Tisserand (1822-1893) y fue coincidente con la invasión de Napoleón III a México, es decir que tuvo su origen en las ambiciones imperialistas de Francia en América —en el marco de la reestructuración de su “gloria imperial” emprendida por el sobrino del primer Napoleón— e intentó identificar a los países colonizados por los españoles, los portugueses y los franceses dentro de un mismo bloque. Esta utilización del término se enmarcaba en una “ideología panlatinista”, acuñada por los franceses y bien acogida por varios escritores hispanoamericanos[3]. Por esos años Francia deseaba imponer su autoridad ante Rusia, el Reino Unido y una Alemania que estaba forjando su identidad.

La intervención francesa en México. Secretaría de la Defensa Nacional, Gobierno de México,<https://www.gob.mx/sedena/documentos/la-intervencion-francesa>

Esa identificación geográfica y cultural aún continúa. En la actualidad se conoce a “América” sólo como a los Estados Unidos y a los países que fueron otrora colonias españolas, portuguesas y francesas como “América Latina” —que en realidad constituyen geográfica y demográficamente la mayor parte de América—, deformando la concepción histórica americana. ¿Por qué no se habla de una América —en referencia a los países iberoamericanos— y de una “Angloamérica”? Digo Angloamérica porque tampoco es correcto llamarla como “anglosajona” —otra confusión terminológica creada adrede— ya que según el diccionario de la Real Academia Española los sajones son los habitantes de Sajonia, Alemania. Claro que una parte de ese pueblo germánico que habitaba antiguamente en la desembocadura del Elba, se estableció en las islas británicas en el siglo V, pero eso no lleva a que al conjunto de pueblos de esas islas se los considere sajones. Los celtas, por ejemplo, no lo eran ni lo son actualmente.

Evidentemente esta cuestión de considerar a los estadounidenses —no “norteamericanos”— como “americanos” tiene una intencionalidad que también ancló en el expansionismo de los Estados Unidos que se remonta a las primeras décadas del siglo XIX.

A propósito de esta clasificación, cabe aclarar que fueron los españoles quienes llegaron primero a estas tierras y descubrieron un nuevo continente. También fue la difusión de los mapas del nuevo continente realizados por el navegante florentino Amerigo Vespucci (1454-1512) —quien se persuadió de que no se trataba de las Indias sino de otras tierras—. De ahí que a estas tierras se las denominara posteriormente “América”.

El primer mapa que hace referencia directa a América en su nomenclatura es la Universalis Cosmographia Secundum Ptholomei Traditionem e Et Americi Vespucci, carta geográfica realizada por Martín Waldseemüller y publicada en 1507.

A los españoles les siguieron, bien pronto, otros “latinos”: los portugueses. España y Portugal eran las grandes potencias de la época.

Del mismo modo me parece interesante mencionar que no fueron los británicos o los franceses los primeros en llegar a la “Angloameríca” o “Francoamérica”, es decir la región norte del continente, sino un militar español quien —según una versión carente de datos históricos— buscaba la fuente del rejuvenecimiento. Juan Ponce de León (1460-1521), siguiendo las indicaciones de los aborígenes para encontrar esa fuente de aguas que rejuvenecían, desembarcó en Pascua de 1513 en un territorio que denominó La Florida y, con anterioridad, había descubierto Puerto Rico. En 1521 retornó a La Florida para fundar una colonia como gobernador.

Las instituciones regionales, una muestra de la subordinación

Los verdaderos americanos, como hemos asumido conscientemente nuestra subordinación al imperio que sea, hemos creado una serie de instituciones en las que dejamos en claro que son “latinoamericanas” y no “americanas” como, por ejemplo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (COPPAL) y el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA).

Cuando se creó una nueva institución que intentaría quitarle protagonismo y poder a la Organización de Estados Americanos (OEA), hegemonizada por Estados Unidos, nuevamente se utilizó una denominación que pondría en evidencia esa subordinación y que, de hecho, limitaría su ampliación a otros países del continente. De este modo, como resultado de las Declaraciones de Cusco (8 de diciembre de 2004), de Brasilia (30 de septiembre de 2005) y Cochabamba (9 de diciembre de 2006) y en ocasión de la firma del Tratado Constitutivo en Brasilia, en mayo de 2008, se estableció la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), del cual participaron Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.

En el preámbulo de ese Tratado Constitutivo manifestaron “su determinación de construir una identidad y ciudadanía suramericanas y desarrollar un espacio regional integrado en lo político, económico, social, cultural, ambiental, energético y de infraestructura, para contribuir al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe”. La integración, la unión, el desarrollo sostenible, el bienestar de los pueblos y la resolución de los problemas regionales (pobreza, exclusión y desigualdad social), la integración energética, la integración industrial y productiva, el intercambio de información y de experiencias en materia de defensa, formaron parte de los objetivos constitutivos de la UNASUR[4].

Su creación se debió a que varios gobiernos de la región —los de Néstor Kirchner en Argentina, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador— se enrolaban ideológicamente en lo que se ha dado en llamar “progresismo”, vinculado a las tendencias desarrollistas, es decir que procuraba el desarrollo y el progreso de la sociedad en todos los ámbitos, particularmente en el político-social. De alguna manera, el progresismo es afín a la ideología de izquierda.

Desde entonces el mapa ideológico de la región ha sufrido grandes cambios en el sur de América y varios países han dado un giro hacia el centro y la derecha —o dicho de otro modo, hacia gobiernos más “liberales”—, como Ecuador con Lenin Moreno, Brasil con Jair Bolsonaro, Argentina con Mauricio Macri y, a fines de noviembre de 2019, Uruguay con el triunfo electoral de Luis Lacalle Pou. Sin embargo, en 2019, una serie de convulsiones que conmocionaron a Ecuador, Chile —considerado el “país modelo” de la región— y Bolivia, país donde los levantamientos de los sectores opositores derivaron en la renuncia y en el exilio de Evo Morales y en el nombramiento de Jeanine Añez como presidente.

Como consecuencia de estos cambios de gobierno, varios países de la región se retiraron de la UNASUR. Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Paraguay tomaron esa decisión.

El 12 de abril de 2019, la Argentina “denunció el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), a través de una comunicación dirigida a la República del Ecuador en su calidad de depositario y una nota detallada al Presidente Pro Tempore de este organismo regional, el Canciller del Estado Plurinacional de Bolivia”[5]. El comunicado de la Cancillería Argentina agrega:

Esta decisión fue tomada en el marco de la crisis que aqueja a ese Organismo, manifestada en la acefalía de la Secretaría General por más de dos años, así como una agenda con alto contenido ideológico y muy alejada de sus objetivos iniciales y el desorden administrativo que prevaleció en la organización los últimos tiempos. Este diagnóstico sobre la situación de la UNASUR es compartido por varios países de la región, algunos de los cuales, tal el caso de Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú, también tomaron la decisión de retirarse de la Unión.

Al comunicar su decisión a la Presidencia Pro Tempore, la Argentina ratificó su vocación y voluntad integracionista así como su disposición a explorar alternativas de integración regional más eficientes y con resultados tangibles para nuestras sociedades.

Al retirarse Ecuador, se consideraba que la sede del organismo se trasladaría a Bolivia pero la renuncia de Evo Morales abre dudas sobre el futuro del organismo. El 15 de noviembre de 2019, la canciller interina de Bolivia, Karen Longaric, confirmó que su gobierno decidió la salida del país de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y que analiza también el retiro de la UNASUR[6].

Como resultado de ello, solo Guyana, Surinam, Uruguay y Venezuela permanecerían actualmente como miembros de la UNASUR, es decir cuatro de los doce países firmantes.

En este contexto de cambios, mientras que Uruguay gira hacia la centroderecha con Luis Lacalle Pou, poniendo fin a 15 años de gobiernos del izquierdista Frente Amplio, Argentina retoma el camino del progresismo con Alberto Fernández, tras cuatro años de gobierno de Mauricio Macri, quien dejó a su país en una crisis económica y moral.

El canciller argentino, Felipe Solá, ha manifestado la intención de que la Argentina regrese a la UNASUR y afirmó que la decisión de no invitar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a la asunción de Alberto Fernández a la presidencia fue “una medida estratégica” para avanzar con el objetivo de “recrear” la UNASUR junto a países que son críticos del gobierno venezolano. Agregó que se encuentran dialogando con seis o siete países para “entablar conversaciones positivas” en ese sentido[7].

El potencial de la región

En 2013 expertos de la UNASUR propusieron realizar un inventario de las riquezas naturales de la región, así como la creación de un instituto de altos estudios sobre esta temática con el fin de diseñar estrategias para su aprovechamiento[8]. En la actualidad, la región —de una extensión de 17 millones de kilómetros cuadrados— cuenta con una población superior a los 400 millones de habitantes, posee el 32% del agua dulce y una gran riqueza en términos de biodiversidad (ocho millones de kilómetros cuadrados de bosques, dos océanos). En América del Sur también se encuentra “el triángulo del litio” —conformado por Argentina, Bolivia y Chile— que, según datos de 2018 del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), concentra alrededor del 67% de las reservas probadas de ese mineral y cerca de la mitad de la oferta global[9]. Otros informes consideran que ese porcentaje es aún mayor. Por su parte, Perú tendría uno de las mayores reservas de litio en Puno[10]. Este mineral es esencial para la fabricación de baterías de celulares, computadoras portátiles y autos eléctricos.

Venezuela es el país con mayores reservas mundiales de petróleo, 302.300 millones de barriles (1° de enero de 2018), conforme a información estadística obtenida de The World Factbook de la CIA (Central Intelligence Agency) de los Estados Unidos. En el listado de los países con las mayores reservas de petróleo del mundo se encuentra Brasil en el puesto número 14 (12.630 millones), Ecuador en el puesto 17 (8.273 millones) y Argentina en el 32 (2.162 millones).

Con respecto a las reservas mundiales de gas —según el The World Factbook—, Venezuela se encuentra en el 7° lugar de la lista. Sin embargo, el megayacimiento hidrocarburífero no convencional de Argentina, Vaca Muerta, sería la segunda reserva más grande de gas no convencional y la cuarta de petróleo no convencional[11].

Vaca Muerta es una formación sedimentaria depositada en un mar de edad jurásica, en la Cuenca Neuquina. Fue denominada así en 1931 por el doctor en Geología y Paleontología estadounidense Charles Edwin Weaver (1880-1958).

La región cuenta, además, con otros minerales como plata (42%), cobre (38%), estaño (33%), hierro (21%), níquel (14%) y otro recurso estratégico que se inserta en la guerra comercial entre Estados Unidos y China: las denominadas “tierras raras”, que no son ni “tierras” ni “raras” sino un grupo muy variado de elementos químicos y tampoco son tan escasos. Por el contrario, son bastante abundantes, como por ejemplo el cerio que es el elemento 25º en la tabla de abundancia en la corteza terrestre, parecido al cobre[12]. Se trata de un conjunto de 17 elementos químicos: escandio, itrio y los 15 elementos del grupo de los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometeo, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio). Estos elementos son vitales en la industria de alta tecnología.

La mayor parte de esas reservas se encuentran fundamentalmente en China[13] y en el marco de la guerra comercial entre ambas potencias, China consideró limitar la exportación de estos minerales críticos[14]. En la región, Brasil es —aunque muy lejos de China— el país que cuenta con reservas de estas tierras raras y que, actualmente, se encuentra alineado a los Estados Unidos, por lo que puede ser considerado como un proveedor de esos elementos si China decidiera no suministrárselos en el caso que la tensión se incremente entre ambas potencias.

Entre los puntos que deben considerarse es que la región es una gran productora y exportadora de alimentos y que sus habitantes hablan dos lenguas mutuamente inteligibles.

A modo de conclusión

En función de lo expuesto, creo conveniente citar nuevamente a Guillermo Emilio Magrassi quien, acaso por haber fallecido joven, no logró sembrar en profundidad sus ideas ni en nuestro país ni en América. En 1985, cuatro años antes de su muerte, escribió:

El país, al igual que la nación, sigue fragmentado. Somos como un archipiélago de islas separadas, vertical y horizontalmente, social y culturalmente. No basta siquiera con que podamos llegar a reconocer nuestra plurietnicidad, ni que lleguemos a encontrar en nuestra realidad pluricultural un motivo más o menos fundamental para ser pluralistas. Somos dependientes, periféricos, sobre todo culturalmente y porque no nos conocemos.

Esta visión acerca de la Argentina bien puede ser extrapolada y llevada a América. Tal vez cuando se refirió a “la nación” también podría haberlo hecho a América ya que podemos preguntarnos si es diferente la situación respecto a los denominados países latinoamericanos. Se escucha a la dirigencia hablar de “modelos”, de “imperialismo”, de “igualdad”, de “progresismo”, de “inclusión”, de “transparencia”, del éxito en la reducción de la pobreza, se ha reescrito la historia, se han puesto nuevos próceres en los altares pero casi nada ha cambiado. Prácticamente en absoluto. América sigue cautiva en la periferia, sigue cautiva de sus propias indefiniciones.

Los americanos del sur recurrimos a discursos ampulosos, a la creación de instituciones que demuestran escasa operatividad y no vamos al meollo del problema que, precisamente, se dirime entre integración y desintegración. La realidad es que en nuestros discursos se utiliza mucho el término “integración” pero en el fondo no avanzamos en ese camino a través de verdaderas metas comunes, de grandes obras de infraestructura —como un ferrocarril que abarque la región y permita la extracción de la producción y las importaciones con bajo costo de transporte y menor contaminación— o la creación de grandes empresas que nos pongan en el centro del escenario internacional. No desarrollamos una industria común para la defensa y nuestros países siguen integrando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), creado en 1947 —un año antes que la OEA— en función de los intereses de Estados Unidos, pero que quedó sepultado cuando Argentina quiso activarlo en 1982 durante el Conflicto del Atlántico Sur. No solo resulta inexplicable que la Argentina continúe formando parte de ese tratado sino que se haya intentado activarlo para “discutir la situación venezolana”, como un esfuerzo para que los países de la región tomen medidas contra países como Venezuela y Nicaragua, debido a que no se ha logrado un consenso en el seno de la OEA para presionar al gobierno de Maduro[15].

La dirigencia de la región tampoco ha encarado uno de nuestros mayores flagelos que es la corrupción, madre de buena parte de nuestros problemas económicos y sociales.

En líneas generales, carecemos de una dirigencia con un pensamiento geopolítico y estratégico. Carecemos de estadistas. En realidad, el mundo carece de estadistas como así también de filósofos o pensadores acordes a estos tiempos. A raíz de ello, nuestra América sigue sin definir su horizonte ni su identidad y, de esa manera, favorece los propósitos a los que se opone. La cuestión de la identidad es fundamental en el campo de las relaciones internacionales y un paso primordial para que la región encuentre su lugar en el mundo.

Debe reconocerse que, con todas sus falencias, se ha logrado una gran estabilidad en términos democráticos pero “democracia” no es una palabra mágica y nuestras sociedades esperan muchas respuestas y el pago de grandes “deudas internas”. Prueba de ello han sido las reacciones sociales de diverso signo en varios países de la región en 2019. Mientras tanto su dirigencia continúa aislada, distante y fragmentada de la masa poblacional y esquiva los grandes desafíos en pos de sus propios intereses.

Los países americanos se debaten entre dos polos, “progresismo” o “liberalismo”, ajenos a nuestros intereses y valores, sin lograr encontrar un modelo político propio, con objetivos propios y que respondan a los intereses de las naciones americanas como a los de sus respectivas poblaciones.

* Licenciado en Historia egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (1991). Doctor en Relaciones Internacionales, School of Social and Human Studies, Atlantic International University (AIU), Honolulu, Hawaii, Estados Unidos. Director de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Editor del Anuario del Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID). Autor de numerosos artículos publicados tanto en revistas académicas como en libros nacionales e internacionales y sitios web de Brasil, España, Polonia, Rusia y Corea. “Autor del libro Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires, Editorial Almaluz. 

** El presente artículo es una actualización y ampliación del artículo “América: el fracaso en la búsqueda de su identidad y de su unidad”, publicado por el CEID el 14/02/2011. Se aprecia que la tendencia a no definir una identidad y un modelo de desarrollo se ha agudizado.

Referencias

[1] Arturo Andrés Roig. Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano. México: Fondo de Cultura Económica, 1981.

[2] Ídem.

[3] Ídem.

[4] “Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas”. Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, <https://www.cancilleria.gov.co/sites/default/files/tratado-constitutivo-unasur.pdf>, [consulta: 20/11/2019].

[5] “La Argentina se retira de la UNASUR”. Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto (República Argentina), Información para la Prensa N° 145/19, 12/04/2019, <https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/la-argentina-se-retira-de-la-unasur>.

[6] “Bolivia anuncia su retiro de la Alba y analiza su salida de Unasur”. EFE, 15/11/ 2019, <https://www.efe.com/efe/america/politica/bolivia-anuncia-su-retiro-de-la-alba-y-analiza-salida-unasur/20000035-4112073#>, [consulta: 16/11/2019].

[7] “El canciller Solá se refirió al regreso de la Unasur”. Jornada  (Argentina), 13/12/2019, <https://www.diariojornada.com.ar/261469/paismundo/el_canciller_sola_se_refirio_al_regreso_de_la_unasur/ >, [consulta: 14/12/2019].

[8] “Unasur plantea inventario para aprovechar la riqueza regional”. La Razón (La Paz, Bolivia), 30/05/2013, <http://www.la-razon.com/mundo/Unasur-inventario-aprovechar-riqueza-regional_0_1841815940.html>, [consulta: 10/10/2019].

[9] Andrés López, Martín Obaya, Paulo Pascuini, Adrián Ramos. “Litio en la Argentina. Oportunidades y desafíos para el desarrollo de la cadena de valor”. Ministerio de Educación, Ciencia, Cultura y Tecnología (Presidencia de la Nación), Banco Interamericano de Dearrollo (BID), 2019, 162 p., <https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/bid-litio-final.pdf>, [consulta: 20/11/2019].

[10] Litio: ¿Cuáles son los países con más reservas de este mineral? RPP Noticias (Perú), 18/07/2019,  <https://rpp.pe/economia/economia/litio-cuales-son-los-paises-con-mas-reservas-de-este-mineral-noticia-1137165>, [consulta: 01/08/2019].

[11] “Segunda reserva mundial: Vaca Muerta se llama la gran carta de crecimiento argentino”. BBVA, 16/12/2017, <https://www.bbva.com/es/segunda-reserva-mundial-vaca-muerta-llama-gran-carta-crecimiento-argentino/>, [consulta: 01/08/2019].

[12] Manuel Regueiro y González-Barros. “¿Qué son las tierras raras?”. Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (España), 28/05/2019, <https://www.icog.es/TyT/index.php/2019/05/que-son-las-tierras-raras/>, [consulta: 11/06/2019].

[13] Ídem.

[14] Macarena Vidal Liy. “China afila sus armas en la guerra fría tecnológica que ha llegado para quedarse”. El País (España), 25/05/2019, <https://elpais.com/economia/2019/05/24/actualidad/1558721900_205236.html>, [consulta: 11/06/2019].

[15] Joel Gutiérrez. “El TIAR podría ser usado contra Venezuela ante falta de votos en la OEA, según diplomáticos”. VOA, 03/12/2019, <https://www.voanoticias.com/a/el-tiar-podria-ser-usado-contra-venezuela-ante-falta-de-votos-en-oea-segun-diplomaticos/5191566.html>, [consulta: 05/12/2019].

EL MAPA IDEOLÓGICO DE AMÉRICA LATINA

Editorial de El Deber* 

El mosaico político-ideológico latinoamericano —en esta época de convulsiones de diversa índole y origen— ha mutado varias veces y puede seguir cambiando aún.

Son nutridos los análisis al respecto, así que tampoco seremos muy originales, pero sí cabe afirmar que en líneas generales hubo un debilitamiento de las llamadas “líneas populistas”, al principio demagógicamente autoproclamadas “progresistas”, aunque con los años han caído en dramáticas regresiones. Los casos aún vigentes son los de Daniel Ortega en Nicaragua y Nicolás Maduro en Venezuela. Ambos son duramente criticados por la comunidad internacional, pero hasta el momento siguen manteniéndose, con el apoyo de aparatos represivos policiales y militares.

En materia de giros hacia corrientes no izquierdistas cabe citar en el reciente pasado los casos de Mauricio Macri en Argentina y de Jair Bolsonaro en Brasil. El primero acaba de concluir su mandato: entregó el bastón presidencial al peronista Alberto Fernández, retomando así la República Argentina el giro hacia la izquierda populista tras un solo periodo de centrismo moderado, afectado éste por una fuerte inflación y crisis sociales.

En la vecina orilla rioplatense (Uruguay) se acaba de dar otro giro: esta vez hacia el centro, luego de haber perdido su dominio de 14 años el izquierdista Frente Amplio. Anteriormente, Colombia, Perú y Ecuador ya habían girado hacia posiciones moderadas.

El caso más espectacular y controvertido ha sido el boliviano. Tras el escándalo de un indesmentible fraude electoral, el indignado pueblo boliviano salió espontáneamente a las calles y con un pacifismo verdaderamente admirable logró sacudirse tras 21 días de paro el yugo de casi 14 años de la tiranía pseudo constitucional de Evo Morales.

El presidente cocalero optó por renunciar y abandonar el país dejándolo librado a su propia suerte, no sin antes instigar a la violencia; ahora lo sigue haciendo desde el exterior.

Aun así, primó la institucionalidad, se prosiguió con lo señalado constitucionalmente en materia de prelación ante la acefalía presidencial y de ahí el Gobierno legal y legítimo que hoy preside Jeanine Añez. En ningún momento hubo golpe de Estado, pero algunos lo tildan de esa manera, por ignorancia o sesgo ideológico. La realidad nos señala más bien el feliz retorno de la institucionalidad democrática boliviana luego de casi tres lustros.

El mapa se completa con el giro de México. Desde enero 2019 impera allí la izquierda de López Obrador. El presidente mexicano trató de posicionarse como caudillo regional del “progresismo de izquierda” pero no ha logrado hacerlo. Y no solo contribuyó en contra de las ambiciones de “AMLO” el breve y controvertido exilio de Evo Morales.

La propia limitación azteca por su relación fronteriza con la superpotencia estadunidense, sumando las lógicas prioridades e inhibiciones de esa relación, han hecho que lo ambicionado por AMLO no prospere, no tiene la fuerza para ello.

Así llegamos al mapa actual, que cada lector puede diseñar y rediseñar a su antojo. Probables cambios se avizoran, ya veremos. El péndulo seguirá girando. Lo importante es que el pluralismo democrático persista y que las pocas dictaduras remanentes pronto sean apenas un triste recuerdo.

* Tomado de El Deber, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, <https://www.eldeber.com.bo/159719_el-mapa-ideologico-de-america-latina >.