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SOBRE EL PRIMADO NEGATIVO Y ALGUNAS DISGRESIONES MÁS

L.E.S.*

Imagen de Mohamed Hassan en Pixabay

Como su nombre lo indica, el primado negativo es una programación cancelatoria cuya función es bloquear la capacidad interpretativa del receptor respecto de un tema sobre el cual no se desea que avance ni se informe,ni elabore procesos racionales de entendimiento. Es una inducción informativa, perniciosa, visual, sonora o combinada con otros factores que el receptor recibe inicialmente siendo ardua tarea el desprogramarse de la misma, porque se fundamenta en una base atemporal, es decir no cronológica. Esto influye con más intensidad cuando el objeto del ataque no tiene un centro racional formado.

Trabaja sobre la emoción, posterior conmoción y una falsa y engañosa catarsis que devuelve a la calma, pero el efecto sigue actuando y el sellado no se rompió… Especialmente se utiliza como bloqueante para las mentes receptivamente blandas y difusas del rebaño a travésde los sistemas comunicacionales de difusión y manipulación, sean mentes infantiles por medio de los dibujos animados, las películas (Disney, Hollywood, etc.) y no solamente en los más jóvenes, también en política y entre aquellos individuos presuntamente mejor preparados, universitarios, instructores y demás que no son insensibles a su efecto pese a que se supone que deberían ser reactivos a la misma por su presunta interpretación racional de las cuestiones que se les presentan, pero por más formación o entrenamiento recibido posteriormente mucho antes han sido influidos y en la memoria emocional queda.

Ya en tiempos antiguos se registra la aplicación de este método con los medios adecuados de cada época que eran el arte, el teatro, la escultura, la literatura, la poesía etc., la prédica religiosa, el boca a boca en los mercados y muchos otros. Inclusive entre los trovadores provenzales (Mester de Juglaría) y la respuesta religiosa romana (Mester de Clerecía). Este sistema de influencias del individuo sobre el individuo ya funcionaba con asiduidad antes de la psicología, la psiquiatría, la sociología, la ingeniería social, etc. La corona inglesa utilizó a Shaskespeare y sus obras teatrales para influir en el segmento de su pueblo capaz de concurrir a un teatro y entender lo que decían.

Esta programación inductiva queda guardada en nuestra memoria atemporal afectivo[1]emocional (no cronológica, no racional) que, estimulada por una nueva presentación del tema, genera una reacción de carácter a veces explosivo, de rechazo inmediato y no relacionada con una situación o hecho especifico de una recordación cronológica, desconociendo la víctima su origen, por lo cual ésta se hace más fuerte influyendo específicamente sobre esta memoria emocional al aplicar una carga que despierta un bloqueo automático (no consciente de ningún modo) sobre un tema determinado que logra que el actor, ante esa reiteración, refuerce el bloqueo ―muchas veces violento― de no aceptación, de modo que sea rechazada de plano por una fuerte y virulenta reacción emocional que surge de lo más profundo de su ser con resentimiento, ya que se percibe como ofensiva, sintiéndose el programado agredido como si se lo tomase por tonto o ignorante. No debe confundirse con otras formas de programación, como por ejemplo las profecías falsas, que trabajan sobre el individuo induciendo un condicionamiento aceptativo que origine la creación de una masa crítica en la población para que determinados hechos que se desean ocurran, se plasmen (Los Simpson, la revista The Economist y sus tapas…). Esta última forma la trabajan las élites para generar condicionamientos fundamentados en el temor dando estos hechos como existentes y realizados cuando en realidad se van plasmar cuando la masa crítica los acepte. La gran herramienta de manipulación desde siempre ha sido el temor.

El fundamento de estas formas de programación debe buscarse en que la realización de una acción en el plano material va precedida de una elaboración inicial proveniente del mundo de las ideas. Primero está la onda, después ésta se puede manifestar como partícula en el plano tridimensional (Jean Pierre Garnier). Toda elaboración de una acción estratégica y su aplicación táctica en este plano para ser coronada por el éxito debe partir de este principio como condición indispensable e inflexible, por eso se debe instalar una idea, un concepto y su aceptación, lo que facilitará el camino material. Por eso la falacia de algunos grupos que propugnan cambios de situaciones por acciones violentas no es más que una acción errónea o maliciosa que favorece el empoderamiento y mayor afirmación de aquellos factores de poder que se pretenden combatir, quienes a veces las generan intencionalmente. Vale aquí estudiar la política de guerra y conquista de Israel con sus vecinos. «Atáquenme primero así puedo responder sin quedar como agresor» y más… Bibi Netanyahu, biografía. Un ejemplo de sinceridad…

El punto flojo de todo factor de poder comienza a manifestarse y crecer cuando se afirma muy exitosamente en el plano material ya que hay una tendencia al acomodamiento y a veces reposo de sus integrantes que han sufrido un desgaste en la lucha inicial y por consiguiente los lleva a un inexorable abandono de la conexión con la fuente ideológica original ya que la aplicación material exige nuevos y distintos esfuerzos. Estos esfuerzos así como conducen al empoderamiento también conllevan el principio de la decadencia. Una buena aplicación táctico-estratégica implica el desarrollo de estos pasos a través del tiempo. El mejor modo de ejecutar una ingeniería social de conducción y sometimiento de un rebaño se fundamenta en la aplicación del primado negativo, las falsas profecías y el dar hechos a cumplirse por ya cumplidos y activos. Ciertos investigadores y pensadores, algunos de ellos con fundamentación religiosa herética sostienen que la dirección de nuestro destinos proviene de entidades de otro plano (Salvador Freixedo, jesuita, La Granja Humana); indican que existe una ley cósmica inexorable por sus consecuencias que para salvarse de las mismas de la acción debe ser manifestada previamente: por ejemplo, «El que avisa no traiciona»; Israel es el pueblo de Dios y tenemos derecho a tomar las tierras prometidas, también tenemos derecho a eliminar a los goi porque son animales, no humanos ni seres estelares como nosotros, mensajes que suelen transmitirse al rebaño por medio de prédicas rabínicas fanáticas, películas, cuentos, obras de teatro y cualquier medio manejable al alcance. Estas ideas resultan en la coronación de la aplicación de todas las acciones concernientes a lograr objetivos en el plano material sin que haya castigo divino, consecuencia de la idea protestante y aún anteriores que reza que «si soy exitoso y gano poder y dinero esto confirma que Dios me acepta y quiere…». El origen pernicioso de esta falacia puede acreditarse también al monje Servita Paolo Sarpi, cerebro de la mafia veneciana que enfrentó al Vaticano, quien fue el generador del movimiento que posteriormente se coronó con las acciones de Calvino y de Lutero y de las cuales sufrimos las consecuencias del avance arrollador del materialismo.

* Periodista. Argentina.

LA CONECTIVIDAD Y SU IMPLICANCIA ESTRATÉGICA PARA ARGENTINA EN LA «CONECTOGRAFÍA» MUNDIAL

Martín Rafael López*

Imagen: geralt en Pixabay, https://pixabay.com/es/photos/globo-red-conectividad-conectar-2679754/.

Desde las postrimerías del siglo XX se ha intentado identificar y comprender el impacto del exponencial desarrollo tecnológico y sus consecuencias para la sociedad a nivel local-global.

Tan es así que ya desde aquel entonces el prestigioso sociólogo alemán Ulrich Beck se preguntaba qué era realmente la globalización y/o el globalismo. La primera dificultad con la que se encontró el autor fue desentrañar la polivalencia y ambigüedad de estos términos y de sus múltiples dimensiones de análisis para su comprensión.

Los detractores al entendimiento de la emergencia de un mundo globalizado como un «nuevo fenómeno» plantearon que desde ya hacía mucho tiempo era posible aseverar la existencia de un mundo interconectado: con una sociedad abierta al mismo y en donde ninguna entidad política o grupo podía vivir al margen de los demás.

Sin embargo, presuponer esta postura de «sociedad mundial» como una «pluralidad homogénea» no tiene en cuenta la autopercepción disímil que puede poseer cada sociedad acerca de su propia identidad previa a ser inmiscuida en el entramado de la totalidad de relaciones sociales, económicas, políticas y/oi culturales que se pueden producir a nivel global.

Para una primera aproximación al concepto, Beck sugería que la globalización puede ser entendida como aquellos procesos a través de los cuales los Estados se entremezclan e imbrican mediante actores transnacionales y sus respectivas probabilidades de poder, orientaciones, identidades y entramados varios.

Empero, la globalización no es lo mismo que la conectividad. De hecho, resulta dable aclarar que la globalización es sólo el volumen de uso de la conectividad, la cual es entendida como la creciente capacidad de interacción a través de las redes de transporte, energía y comunicaciones.

Impulsar la conectividad es imprescindible para mejorar la vinculación de las sociedades e impactar positivamente en sus estructuras productivas, logrando así promocionar las nuevas relaciones de producción propias de la denominada economía del conocimiento.

Dicho esto, resulta irrefutable que la conectividad es una necesidad fundamental de la era actual. El auge de las redes de comunicación, la big data, la infotecnología, la inteligencia artificial, el 5G y las criptomonedas son sólo algunos ejemplos de otros tantos servicios y productos logrados a partir de la planificación de políticas públicas que incentivaron la promoción de la investigación y el desarrollo de infraestructura crítica para la innovación.

Este contexto propició escalonadamente el origen del ciberespacio y delimitó una «nueva frontera digital» que, dado su carácter transnacional y no territorial, desafía la soberanía de los Estados y se convierte en un nuevo teatro de operaciones para la concreción y el resguardo del interés nacional.

Estas características, rasgos y tendencias que continúan moldeando el escenario internacional conllevaron a que también las tensiones y conflictos (que otrora se desarrollaban casi exclusivamente en el plano político-militar) se produzcan en nuevas dimensiones de carácter económico-tecnológico y en donde reviste de total importancia la «geoconectividad». Sin ir más lejos, el escalonamiento de las tensiones en torno al enfrentamiento tecnológico-comercial entre Estados Unidos y la República Popular China fue -y es- un ejemplo de ello.

El caso argentino en la «conectografía» mundial

El reconocido analista internacional de origen indio,  Parag Khanna, va más allá de los planteos preliminares y plantea la existencia de un nuevo orden mundial de «conexión». El mismo está signado por la emergencia y rápida expansión de redes que posibilitan la transferencia eficaz y eficiente no sólo de bienes y capital, sino también de conocimientos y tecnología.

Esta extensa conectividad geográfica global o «conectografía planetaria» se plantea como otra forma de estudiar y debatir la geografía, en función de dimensiones estratégicas como la construcción y el resguardo de infraestructura crítica o de cadenas de valor agregado de interés en términos geopolíticos y geoeconómicos.

Reflexionando en tal sentido, los incipientes debates académicos plantean que uno de los desafíos mundiales al desarrollo de la conectividad es la disputa contemporánea por la implementación de la red de cables submarinos.

Estos cables, que suman un total de 530 alrededor del mundo, son la base de la red global de telecomunicaciones que posibilitan el uso de Internet. Más allá del imaginario vulgar por el cual vinculamos la conectividad a una necesidad exclusivamente espacial y vinculada al uso de satélites, solo el 1% de la transferencia de datos a nivel mundial se transmiten por esta vía, mientras que el restante 99% viaja por redes de cables submarinos tendidos en los lechos marinos a escala global.

Mapa de cables submarinos, TeleGeography, https://www.submarinecablemap.com/

Frente a este panorama, la dotación de fibra óptica es un objetivo que reviste de importancia geoestratégica y que todo Estado debe contemplar y valorar como un activo crítico y vital.

En el caso de Argentina, «Firmina» es el nombre del último cable submarino que comenzó su funcionamiento a principios de este año e ingresó al país a través de una estación de amarre localizada en el balneario de la ciudad de Las Toninas, perteneciente al Partido de la Costa de la Provincia de Buenos Aires.

Su instalación estuvo a cargo de las empresas Google y Telxius y requirió el tendido de alrededor de 13.500 km de cable desde Myrtle Beach (playa ubicada en Carolina del Sur, en la costa este de Estados Unidos) hasta el balneario bonaerense.

Este nuevo tendido fue realizado con el objetivo de mejorar el funcionamiento y la prestación del servicio que brinda «Tannat», otro cable puesto en funciones en el año 2020 y gestionado por la misma empresa estadounidense en conjunto a Alcatel.

Empero, también se encuentran tendidos otros cables como el «Malbec», «SAM-1», «Atlantis II» o el «Unisur» operados por otras firmas joint venture o conglomerados creados para tal fin.

Exceptuando las especificaciones de seguridad técnicas y operativas del servicio, es interesante al menos advertir que el requerimiento logístico necesario para su funcionamiento involucra la garantía de seguridad del tendido físico de estos cables en el balneario argentino.

En un contexto de mayor vulnerabilidad a ataques cibernéticos o por medio del empleo de vehículos no tripulados (sin posibilidad de ser identificados), el empleo de los medios adecuados y pertinentes para el resguardo de la transferencia y el almacenamiento de la información se traduce como un imperativo estratégico crucial para nuestro Estado nacional.

 

* Licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales (UCALP). Profesor de Relaciones Internacionales (UCALP). Diplomado en Estudios Estratégicos Chinos (UNDEF). Miembro investigador del Centro de Estudios Chinos (IRI – UNLP). Coordinador del Área Estudios Internacionales (IAPE – UCALP).

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