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EL NUEVO ORDEN MUNDIAL: ECONOMÍA Y PAZ

Giancarlo Elia Valori*

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Los cambios globales en el cambio del milenio y la epidemia del siglo están actualmente entrelazados. La economía mundial está luchando por recuperarse y se enfrenta a muchos desafíos complejos. La globalización económica enfrenta a vientos en contra. ¿Hacia dónde se dirige el mundo? ¿Será más abierto o más cerrado que ahora? ¿Cooperación o confrontación?

Esta es la razón por la que es necesario hacer hincapié continuamente en la necesidad de construir una economía mundial abierta. No debe haber restricciones ni cambios de tendencia. Tenemos que estar en el lado correcto de la historia, expandiéndonos implacablemente abriéndonos completamente a todas las innovaciones que podamos controlar como, con suerte, la Inteligencia Artificial ―entre otras― de la que hablaremos más adelante en relación con un nuevo orden económico mundial. Necesitamos construir una comunidad con un futuro compartido para toda la humanidad. El planeta está circunscrito: no hay más terrae nullius ―en el sentido más amplio― que conquistar, o pueblos «educados» a través de la falsa, mistificante e hipócrita «carga del hombre blanco» o varios «destinos manifiestos» adivinadores que se impongan a otros con bombas inteligentes o guerras humanitarias.

Construir una economía mundial abierta es una opción inevitable en línea con la tendencia histórica de desarrollo igualitario, o más bien con la eliminación de los restos coloniales, neocoloniales e imperialistas. La globalización económica igualitaria es el único camino para el desarrollo de la sociedad humana. La globalización económica es históricamente el requisito previo objetivo para el desarrollo de las fuerzas productivas sociales, y el resultado inevitable del progreso científico y tecnológico ha dado un gran impulso al crecimiento económico mundial. Ha favorecido el flujo de bienes y capitales, el progreso de la ciencia, la tecnología y la civilización: de hecho, la Inteligencia Artificial, que parecía ciencia ficción, puede parecer una ucronía, pero es una realidad objetiva.

Los intercambios entre los pueblos están en consonancia con los intereses comunes de todos los Estados. En el mundo actual, un nuevo paso de revolución científica y tecnológica, así como de transformación industrial, demuestra ser cada vez un desarrollo profundo. El sistema de gobernanza global está cambiando profundamente y el modelo internacional se ve afectado, acelerando así el proceso.

Los intereses de todos los países están entrelazados y el destino es compartido. La cooperación y las relaciones mutuamente beneficiosas ―en el caso de las relaciones bilaterales― se están convirtiendo en la tendencia general. La paz, el desarrollo, la cooperación y el beneficio mutuo deberían ser la tendencia de los tiempos actuales, incluso si aún no se logran debido a las necesidades y demandas de la industria de guerra internacional (ver el caso de la guerra entre Ucrania y Rusia).

Después de todo, nadie puede hacer frente en soledad a los diversos desafíos que enfrenta la humanidad, y ningún país puede convertirse geográficamente en una isla cerrada en sí misma, como el Reino Unido que dominó el mundo en el siglo XIX, seguida más tarde por su antigua colonia, los Estados Unidos de América.

La apertura trae progreso y, a la inversa, el aislamiento inevitablemente dejará atrás a quienes la apoyan. Si un país quiere desarrollarse y prosperar, debe comprender, seguir y adaptarse a la tendencia general del desarrollo mundial, de lo contrario inevitablemente será dejado atrás por la Historia. El proyecto deseado de un nuevo orden económico mundial persigue firmemente una estrategia para liberalizar y facilitar el comercio y las políticas de inversión de alto nivel, y promueve la creación de un patrón de contactos y relaciones que vinculen la tierra, el mar, el extranjero, el Este y el Oeste, que son los promotores fundamentales de un enfoque global común de mente abierta. Son los pivotes de una fuente estable de fuerza y poder para el crecimiento económico mundial, regulada por el jus gentium.

La construcción de una economía mundial abierta es un requisito previo ineludible para avanzar y adherirse a los valores comunes de toda la humanidad. Los países tienen historias, culturas, sistemas y niveles de desarrollo diferentes, pero los pueblos de cada Estado persiguen los valores comunes de paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad para toda la humanidad: gens una sumus. El valor común de toda la humanidad encarna el consenso sobre el respeto de los valores de cada civilización humana diferente. Representa la búsqueda común de la humanidad por un futuro mejor y también es un símbolo importante del progreso humano.

El hecho de construir una economía mundial abierta, de fomentar la globalización económica de una manera más abierta, inclusiva, equilibrada y beneficiosa para todos, de buscar la cooperación en lugar de la guerra y / o la confrontación política, de abrazar la apertura en lugar de la estrechez de miras, de buscar el beneficio mutuo y evitar un juego de suma cero significa promover conscientemente la adhesión a los sentimientos y sentimientos comunes de toda la humanidad.

La práctica ha demostrado que el desarrollo pacífico del mundo es inseparable de la apertura y la tolerancia mutuas. Cualquier unilateralismo e interés propio extremo son totalmente inviables. La participación en «círculos internos» también debe ser totalmente rechazada. Lo mismo es cierto para desencadenar la confrontación a lo largo de líneas políticas ideológicas obsoletas, que en el pasado significaba oprimir a los débiles para que el ganador pudiera tomarlo todo. El particularismo de las autodenominadas élites económico-políticas e ideológicamente imponentes es un callejón sin salida cada vez más estrecho. Creerse depositario de la verdad y querer imponer el propio modelo a los Estados, países y naciones, así como a los pueblos, es un crimen moral y, sobre todo, fáctico.

Sólo con una actitud altamente responsable hacia el futuro y el destino de la humanidad podremos promover la construcción de una economía mundial abierta y practicar la gobernanza mundial con amplias consultas como contribución conjunta a los beneficios compartidos. Apoyar los intercambios y el aprendizaje mutuo entre diferentes fuentes de conocimiento es la forma correcta para que el mundo crezca más. Esto significa estar en el lado correcto de la Historia y continuar promoviendo la construcción de nuevos órdenes mundiales económicos y políticos.

La humanidad está emergiendo actualmente de un período histórico particular. La epidemia de Covid-19 ha afectado de lleno al planeta y hemos sostenido cambios globales no vistos desde hace más de un siglo, como recordatorio de la pandemia de gripe española. Las cadenas industriales y de suministro mundiales se han visto afectadas. A menudo ha habido casos de unilateralismo, proteccionismo e intimidación interestatal, es decir, riesgos e incertidumbres en la comunidad internacional. El mundo, sin embargo, no ha vuelto a un estado de cierre y separación mutuos totales. La cooperación abierta sigue manteniéndose como una tendencia histórica y las posibilidades de beneficios comunes para todos siguen siendo lo que las personas, es decir, los ciudadanos, quieren y desean.

Sobre la base de estos principios, no sólo las personas individuales ganarán impulso para el desarrollo en el futuro, sino que el mundo se beneficiará aún más. Con este fin, por un lado, es crucial establecer una visión general y perseguir firmemente una estrategia mutuamente beneficiosa de apertura para todos. Esto significa globalizarse con una actitud proactiva e insistir en la implementación de una cooperación más amplia entre los Estados, de modo que se pueda alcanzar un alcance más amplio y una conciencia más profunda de la apertura al mundo exterior. Solo tomando medidas en este mundo podremos lograr un mayor nivel de participación.

El sistema de una economía abierta acelerará la construcción de un nuevo modelo de desarrollo con el ciclo doméstico como estructura principal y los ciclos nacionales e internacionales promoviéndose mutuamente, a fin de crear nuevas ventajas en la cooperación económica internacional y la libre competencia.

Por otro lado, necesitamos promover la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales, adherirnos al concepto correcto de justicia e intereses en el comercio internacional, y oponernos a todas las formas de proteccionismo, hegemonismo y mentalidad de Guerra Fría. Esto no solo alienta a los países a aprovechar plenamente sus ventajas comparativas y optimizar conjuntamente la asignación de recursos económicos mundiales, sino que también fomenta la construcción de una cadena de valor global para beneficios compartidos que puede promover un mercado global en beneficio de todas las partes. Esto significa crear un sistema de comercio multilateral y no discriminatorio libre en beneficio de la estabilidad económica mundial, la recuperación posterior a la COVID y el desarrollo sostenible.

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia.

 

Traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción.

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EL PRESIDENTE DE LA XUNTA DE GALICIA VISITARÁ ARGENTINA

Marcelo Javier de los Reyes*

Presidente de la Xunta, Alfonso Rueda

A mediados de septiembre, los medios de Galicia y de Argentina difundieron que el Presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, llevará a cabo una visita a la Argentina y Uruguay entre los días 13 y 17 de octubre.

Se trata de un viaje oficial cuyo objetivo es reforzar los lazos con la colectividad gallega y estrechar las relaciones con ambos países. Llama la atención que ambos países constituyan del destino de su primer viaje oficial, más allá que Argentina sea uno de los principales destinos elegidos por la diáspora gallega.

Alfonso Rueda ha sido el Vicepresidente de la Xunta como sucesor de Alberto Núñez Feijóo —Presidente entre 2009 y 2022—, quien asumió en abril la presidencia del Partido Popular (PP) y debió establecerse en Madrid. El nuevo titular de la Xunta, quien asumió el cargo el 12 de mayo, es un gran conocedor de la acción exterior de Galicia, ya que tuvo a su cargo esa función y la cooperación internacional entre sus competencias directas mientras ejerció la vicepresidencia. Debe destacarse, del mismo modo, que es un apasionado del Camino Xacobeo, del Camino de Santiago, el cual lo ha transitado docenas de veces en bicicleta, deporte del cual es un apasionado. De hecho, esta visita oficial tiene por propósito promocionar a Galicia y al Camino de Santiago.

Alfonso Rueda Valenzuela nació en Pontevedra en 1968 y su primer cargo público fue el de secretario municipal en A Cañiza, a la vez que era concejal del Partido Popular.

Es el sexto presidente autonómico de Galicia, cargo al que llegó con el apoyo de la mayoría absoluta del PP y si bien manifestó que continuará con la política delineada por Núñez Feijóo se preocupó por aclarar que no se tratará de «continuismo».

La agenda de su visita a la Argentina y a Uruguay incluye reuniones con representantes diplomáticos españoles y con altas autoridades de ambos países. Como un anticipo de este viaje ha mantenido videoconferencias con algunos funcionarios, como por ejemplo con el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Horacio Rodríguez Larreta, a quien ha invitado a visitar Galicia antes de que finalice este Año Santo Xacobeo.

Rueda tomará contacto con las numerosas instituciones de la colectividad gallega de Argentina «ya que este será un asunto prioritario en la primera visita de Rueda a los dos territorios».

La gran cantidad de gallegos que llegaron a la Argentina se estima que ronda el 17% de la inmigración europea, de ahí que de manera afectiva —y no despectiva como suele creerse— se les ha denominado a los españoles genéricamente como «gallegos». Aproximadamente 1.110.000 gallegos arribaron a la Argentina entre 1857 y 1960, por lo que se la denomina la «quinta provincia gallega». El escritor gallego Manuel Rivas estima ese número en 1.180.000 y la considera «una de las mayores diásporas de la humanidad»[1]. En la entrevista de referencia cuenta lo que llevó a que muchos gallegos vinieran a la Argentina y el desgarro que significó para las familias, hermanos y familiares que jamás volvieron a encontrarse.

Haré aquí una digresión. En mi caso, que también soy español, tres de mis abuelos han venido de España, pero ninguno de ellos de Galicia, sino de Castilla León (Soria), de Asturias (Soto de Caso) y de Cádiz. Mis abuelos maternos contrajeron matrimonio en Uruguay, con lo cual la visita del Presidente de la Xunta visitará los dos países a los que mis antecesores en el camino de la vida se vincularon a partir de su exilio. No obstante, en mi niñez tuve la oportunidad de tener varios compañeros de escuela cuyos padres eran gallegos.

El aporte gallego a la Argentina ha sido de gran consideración, pues han fundado numerosas asociaciones, tanto culturales, como educativas —por ejemplo el Instituto Argentino Gallego Santiago Apóstol de Buenos Aires—, como así también en el marco del sistema de salud, en el que cabe mencionar el Centro Gallego, cuyo origen se remonta a 1907 para darle contención a la colectividad gallega y bien pronto comenzó a brindar una atención médica básica hasta que en 1917 se estableció en el edificio en el que actualmente funciona el reconocido hospital privado «Centro Gallego».

Instituto Argentino Gallego Santiago Apóstol de Buenos Aires.
Centro Gallego de Buenos Aires.

Tan relevante ha sido la inmigración gallega que hace unos años atrás Aerolíneas Argentinas tenía vuelos directos a Santiago de Compostela además del destino a Madrid.

Sin embargo, no todas son flores en la relación actual entre Galicia y Argentina y esto debido al conflicto que nuestro país tiene en el Atlántico Sur con motivo de la usurpación de nuestro territorio por parte del Reino Unido, más precisamente nuestras islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. En nuestra página web de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG), el Dr. César Augusto Lerena ha publicado numerosos artículos sobre la soberanía argentina en ese espacio geográfico que abarcan incluso la cuestión de la pesca con críticas a España y en especial a las flotas pesqueras gallegas. La razón no es que la Argentina no desee las inversiones españolas sino que, en particular, la flota gallega pesca con las licencias que el gobierno ilegal británico le otorga sin beneficios para nuestro país[2]. En 2019 estimaba que de los 500 barcos que operan el Atlántico Sur, unos 250 fueron construidos en astilleros gallegos[3].

Foto: La Voz de Galicia.

No es necesario leer los medios argentinos para informarse sobre esta cuestión. Los medios de Galicia también lo reflejan, como puede leerse por ejemplo en La Voz de Galicia, en un artículo que se refiere a la flota de buques de altura de Vigo y Marín que zarparon este año hacia las islas Malvinas para iniciar la temporada de pesca del calamar:

En el caso de las Malvinas, trabajan más de 900 tripulantes directamente, cada uno de los cuales genera entre cuatro y cinco puestos de trabajo en tierra. Cada barco puede llevar entre 45 y 65 personas a bordo, dependiendo del tamaño.[4]

En el artículo se menciona que en 2021 tuvo lugar «la segunda mejor temporada de la historia con unas capturas del calamar de Malvinas de 95.620 toneladas, solo superadas por las 98.409 del año 1995» y que se esperan similares resultados para el presente año. Asimismo menciona que la flota gallega cuenta con la tranquilidad del acuerdo con el gobierno ilegal de las islas, pues está vigente hasta el año 2030.

En 2021, en la primera campaña a las Malvinas, se descargaron en los puertos de Galicia 58.000 toneladas de calamar patagónico[5].

Sería positivo que el Presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, tome nota de esta situación porque las empresas gallegas no solo convalidan la presencia británica que usurpa territorio argentino —a pesar del Brexit— sino que también implica la extracción de recursos argentinos sin, al menos, generar puestos de trabajo en astilleros o empresas procesadoras del producto que extraen sus buques.

Esto no sería tan grave si no fuera porque, además, Galicia está avalando que sus empresas firmen acuerdos con los mismos que usurpan Gibraltar.

Quizás haya que repensar más seriamente que los países hispanoamericanos y España deban, necesariamente, estrechar sus relaciones al punto de organizar una «mancomunidad de naciones» a imitación de lo que ha hecho el Reino Unido, pero ecuánime, de modo tal que pueda establecerse un nuevo modelo de desarrollo de beneficio mutuo.

Esto podría ser incorporado a la agenda de temas entre Galicia y Argentina, las que podrían constituirse en las promotoras de una nueva asociación estratégica en un mundo en el que conviven el globalismo y la fragmentación y así trabajar para que se haga realidad lo que tanto proclamamos: «Gibraltar español, Esequibo venezolano y Malvinas argentinas».

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Carlos E. Cuémar Centenera. «Manuel Rivas, escritor gallego. “Argentina y Galicia son como un país simbiótico”». El País (España), 28/04/2016, https://elpais.com/cultura/2016/04/28/actualidad/1461866539_708616.html, [consulta: 08/10/2022].

[2] César Augusto Lerena. «Las inversiones pesqueras gallegas en la Argentina». Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG, 20/09/2019, https://saeeg.org/index.php/2019/09/20/las-inversiones-pesqueras-gallegas-en-la-argentina/, [consulta: 08/10/2022].

[3] Ídem.

[4] Luis Carlos Llera. «La flota gallega parte para Malvinas con un alza del 61 % en el combustible». La Voz de Galicia, https://www.lavozdegalicia.es/noticia/somosmar/2022/01/13/flota-gallega-parte-malvinas-alza-61-combustible/0003_202201G13P30992.htm, [consulta: 08/10/2022].

[5] Luis Carlos Llera. «Barcos de Vigo y Marín cierran una buena campaña de calamar en Malvinas». La Voz de Galicia, 15/06/2021, https://www.lavozdegalicia.es/noticia/somosmar/pesca-marisqueo/2021/06/15/barcos-vigo-marin-cierran-buena-campana-calamar-malvinas/0003_202106G15P29993.htm [consulta: 08/10/2022].

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LAS POSIBILIDADES DE ARGENTINA EN ÁFRICA

Marcelo Javier de los Reyes*

«Es hora de que hagamos un «cambio cultural» hacia adentro para que podamos proyectarnos hacia afuera».

 
Lazos históricos y culturales

En primer lugar debemos considerar que entre África y Argentina existen lazos históricos y culturales que deberían favorecer las relaciones entre nuestro país y ese continente.

Durante el período en que nuestro país formó parte del Imperio español la población afrodescendiente era numerosa aún antes de la creación del territorio del Virreinato del Río de la Plata en 1776, por orden de Carlos III. Esa inmigración tuvo su origen en la trata atlántica y se estima que al momento de la emancipación la población negra alcanzaba aproximadamente el 30%, aunque en algunas ciudades o regiones podía llegar al 50%.

Con todo, a pesar de la esclavitud, los africanos en Buenos Aires tuvieron mejor suerte que aquellos que fueron destinados a las plantaciones u otras actividades, ya que se los empleaba para el servicio doméstico o se los instruía en algunas labores u oficios, recibiendo incluso alguna retribución económica o salario.

Nuestra historia cuenta con afrodescendientes destacados:

    • Juan Bautista Cabral (1789-1813), correntino, el soldado que formó parte de aquellos 120 granaderos que acompañaron al general San Martín en la batalla de San Lorenzo (3 de febrero de 1813) y quien le salvó la vida cuando el Libertador quedó atrapado tras el derribo de su caballo. Cabral repitió casi idénticamente lo que había hecho el soldado Juan de Dios, cuando el 23 de junio de 1808, San Martín al frente de un destacamento de veintiún hombres derrotó a fuerzas de Napoleón superiores en número en Arjonilla. San Martín estuvo a punto de morir pero Juan de Dios le salvó la vida.
    • María Remedios del Valle, «Remedios Rosas»[1] (1766 o 1767- 1847) quien actuó como enfermera en Buenos Aires durante la invasión inglesa de 1807, fue una de las «niñas de Ayohuma» y estuvo enlistada en varias batallas. Manuel Belgrano la nombró capitana del Ejército del Norte —su Ejército— por su compromiso, disciplina y lealtad.
    • Antonio Ruiz, «el Negro Falucho», quien fue fusilado durante el amotinamiento de las tropas americanas en el Callao por resistirse a rendir honores a la bandera española, luego de arriar la insignia argentina y evitar que cayera en manos de los sublevados.
    • Cayetano Alberto Silva (nacido en 1873 en la ciudad de San Carlos, en el Departamento de Maldonado, en la Banda Oriental), compositor de la Marcha de San Lorenzo, sin letra, estrenada oficialmente el 28 de octubre de 1902 en el Convento de San Carlos, donde tuvo lugar la batalla de San Lorenzo.

Los afrodescendientes tuvieron una actuación destacada durante las guerras de la independencia y en las guerras civiles, en las que perecieron varios de ellos, pero su participación fue invisibilizada por la historia.

Otros fallecieron con la epidemia de fiebre amarilla que asoló la zona ribereña de Buenos Aires en 1870, en la cual residía buena parte de la población negra. No obstante, hacia 1850, aun se estimaba que el 40% de la población de Buenos Aires era negra o descendiente de negros.

La disminución del porcentaje de la población afrodescendiente se debió a estas cuestiones pero también a la inmigración masiva de europeos a partir de 1870, lo que llevó a que los negros fueran desplazados por no tratarse de una mano de obra calificada.

Les debemos a ellos además de su valioso esfuerzo de guerra su aporte a nuestra cultura, especialmente perceptibles en la música —cuyas huellas pueden rastrearse en el tango o la milonga por ejemplo—, la payada, la literatura y la gastronomía.

Desde lo histórico también debemos recordar que Guinea Ecuatorial —único país de África que habla español— dependió administrativamente del Virreinato del Río de la Plata por el Tratado de San Ildefonso (1777)[2] y el Tratado de El Pardo (1778)[3].

La historia también nos ofrece otros hechos que nos vinculan con África y es que las invasiones inglesas de 1806 y 1807 provinieron desde la Ciudad del Cabo.

Primeras misiones comerciales y política exterior hacia África

Las independencias de los países africanos comenzaron a fines de la década de 1950 como una consecuencia de la situación de los imperios coloniales europeos durante la segunda postguerra y la emergencia de dos nuevos actores que se posicionaron en la comunidad internacional: los Estados Unidos y la Unión Soviética.

En el año de 1960 muchos países africanos alcanzaron su independencia. Bien pronto, la Argentina miró hacia los nuevos países a los que les reconoció su independencia.

El entonces presidente Dr. Arturo Frondizi nombró al Dr. Juan Llamazares para que  encabezara una misión especial al continente africano y al Cercano Oriente, la cual tenía debía recorrer diez países con el objetivo de encontrar nuevos mercados para incrementar los intercambios comerciales de nuestro país.

En plena misión del Dr. Llamazares —que se extendió entre el 14 de marzo y el 24 de mayo de 1962— se produjo el golpe de Estado que derrocó al presidente Frondizi, el 29 de marzo de 1962. A partir de esa experiencia, el Dr. Llamazares publicó su libro titulado «Como vender en África»[4] y creó, en 1973, la Escuela Argentina de Exportación, que formó numerosos profesionales dentro de la Fundación del Banco de Boston, tras su paso como secretario de Comercio Exterior de la Nación, en 1971[5].

En 1965, durante la presidencia del Dr. Arturo Umberto Illia, una nueva misión fue destinada a África presidida por el embajador Carlos Alberto Leguizamón pero tampoco obtuvo resultados positivos[6].

En 1974, durante el tercer gobierno del presidente Juan Domingo Perón, una nueva misión comercial fue enviada al continente africano sin mayores repercusiones.

Con motivo del Conflicto del Atlántico Sur, en 1982, el gobierno cívico militar del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional se aproximó a los Países No Alineados debido a la política a favor de la descolonización de sus miembros. Significaba una gran presencia en las Naciones Unidas en el marco de la Guerra Fría.

En este sentido, con la vuelta a la democracia en diciembre de 1983, el presidente Dr. Raúl Alfonsín, consideró apropiado mantener una participación activa en los foros de los Países No Alineados, más aún debido a que procuraba una tercera posición en ese mundo caracterizado por la Guerra Fría.

En función de ello, el 21 de mayo de 1986, el gobierno de Alfonsín anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Sudáfrica. Argentina había protestado por los ataques que Sudáfrica había llevado a cabo contra sus vecinos Botsuana, Zambia y Zimbabue. Cabe recordar que por esos años los gobiernos sudafricanos implementaban la política racista del apartheid y mantenía tensas relaciones con sus países vecinos. La balanza comercial bilateral era superavitaria en favor de la Argentina pero la ruptura implicó la suspensión de los vuelos directos entre Buenos Aires y Johannesburgo y el traslado de la Embajada Argentina a Zimbabue.

El canciller Dante Caputo fue el primer canciller argentino que realizó una gira por África en abril de 1988, visitando Angola, Cabo Verde, Côte d’Ivoire, Gabón y Ghana. Otro paso trascendental, en el marco del gobierno del presidente Alfonsín, fue el establecimiento, en 1986, de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCAS), a través de la Resolución 41/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que constituye un foro de vinculación entre los tres países ribereños del Atlántico Sur de América (Argentina, Brasil y Uruguay) con veintiún países ribereños de África, es decir, un total de veinticuatro Estados ribereños del Atlántico Sur. Se trata, además, de  una plataforma donde la Argentina reafirma continuamente sus derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Asimismo, en este foro se condena la presencia militar británica en el Atlántico Sur y se reafirma la importancia de no permitir la presencia de armas nucleares en dicha zona.

En 2021 la Cancillería Argentina emitió un comunicado de prensa mediante el cual afirmaba que la Argentina había trabajado junto a Brasil y Uruguay para relanzar esta iniciativa. En este sentido, la cancillería informó que durante la 94ª Sesión Plenaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas se había adoptado una nueva resolución, que revitalizaba la ZPCAS, cuya última normativa databa del año 2015. La región del Atlántico Sur es una gran área geoestratégica con riquísimos recursos naturales en la que no sólo debe ponerse el foco en la paz y la cooperación, sino también en que se constituya en una zona libre de armas nucleares y de potencias extra regionales, situación que no se cumple en tanto el Reino Unido continúa usurpando el territorio soberano argentino correspondiente a las islas Malvinas.

En la década de 1990, durante el la presidencia de Carlos Menem se restablecieron las relaciones diplomáticas con Sudáfrica, más precisamente en agosto de 1991. Menem visitó ese país y se reunió con el presidente Nelson Mandela. Por su parte, el mandatario africano realizó una visita oficial a la Argentina entre los días 22 y 24 de julio de 1998.

Durante el gobierno del presidente Menem, de origen árabe, existió una relación estrecha con Libia debido al interés del presidente Muammar el Gaddafi de contar con el misil Cóndor desarrollado por entonces por la Argentina. Con ese fin, el líder libio respaldó la campaña electoral de Menem en 1989. Las revelaciones sobre esta relación fueron formuladas por el ex ministro de Economía argentino Domingo Cavallo en el curso de la presentación de su libro El peso del poder. Según el propio Cavallo, en oportunidad de una cumbre del Movimiento de Países No Alineados en Belgrado, Menem mantuvo una entrevista con Gaddafi en la Embajada libia en esa ciudad, donde nuevamente surgió el interés del presidente libio por el misil. Menem, ante Gaddafi, habría descalificado al misil Cóndor diciendo que se trataba de una «cañita voladora», lo que no provocó una disminución del interés de Gaddafi por el proyecto. Poco después, el presidente argentino, procedió a desactivar ese importante proyecto argentino desarrollado por el comodoro Miguel Vicente Guerrero debido a las presiones que ejercieron Estados Unidos, el Reino Unido e Israel[7].  Tras esta decisión, la relación con Libia se resintió.

No obstante, el gobierno de Menem tampoco mostró interés por África y en 1991 se cerraron las embajadas argentinas en Tanzania, Etiopía y Côte d’Ivoire, en 1992 la del Zaire y en 1993 la de Gabón. De este modo, en el África Subsahariana solo quedaron las sedes diplomáticas en Kenia, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Zimbabue[8].

Durante las dos presidencias de Menem se mantuvo un muy bajo nivel de relación con los países del África Subsahariana pero se profundizó la actividad diplomática hacia los países de África del Norte. Aun así, y acorde con una visión de la política exterior que favorecía las «relaciones carnales» con Estados Unidos y propugnaba una amplia participación de las fuerzas armadas en la operaciones de paz de las Naciones Unidas, Argentina se relacionó con el continente africano a partir de su participación en las fuerzas de paz que se desplegaban en el escenario de los conflictos armados africanos. De esta forma, cascos azules y cascos blancos argentinos se desplegaron en Angola, Mozambique, Guinea Ecuatorial, Ruanda, y el Sahara Occidental.

Durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y de su esposa Cristina Fernández de Kirchner (2007 – 2015) buscaron tenderse algunas acciones concretas en torno al continente. Se procedió a la apertura de las embajadas en Angola (2005) y Mozambique (2013-2016) y a la reapertura de la representación en Etiopía (2015). Se sumaron una multiplicidad de acuerdos y visitas diplomáticas a uno y otro lado del Atlántico.

En 2007, los directores de África Subsahariana y de África del Norte y Medio Oriente de la Cancillería Argentina tuvieron una gran iniciativa que consistió en convocar a académicos que se especializaban en esas regiones para que aportaran ideas y propuestas a fin de profundizar las relaciones entre nuestro país con el continente africano[9]. Lamentablemente, esa buena iniciativa en la quedó en la nada.

Participé de esas reuniones y realicé algunas propuestas que tendían a incrementar el «poder blando» de la Argentina con la creación un instituto que imitara al Instituto Cervantes de España, el Instituto José Hernández con el objetivo de difundir la lengua española y la cultura argentina en el exterior[10].

Entre otras propuestas, también con fin de desarrollar el «poder blando» pero con un espíritu más comercial y de expansión de nuestro país había propuesto la creación de un hub aéreo en Guinea Ecuatorial que favoreciera a nuestra línea de bandera, Aerolíneas Argentinas, a empresas constructoras así como a Aeropuertos 2000. Desde ese hub se podrían establecer rutas aéreas al interior de África o bien continuar con otros vuelos a los países de Medio Oriente, del Golfo o al Lejano Oriente[11]

Como ya mencioné, Guinea Ecuatorial ha tenido lazos históricos con el entonces Virreinato del Río de la Plata pero antes de que se crearan sus primeras universidades firmaron convenios con la Universidad Nacional de La Plata y varios jóvenes de ese país vinieron a estudiar a la Argentina.

Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en febrero de 2008, el presidente ecuatoguineano Teodoro Obiang visitó la Argentina. Había interés porque ese país tiene inmensos recursos hidrocarburíferos pero la reunión se malogró porque la presidente argentina le reprochó la situación de los derechos humanos en su país.

A pesar de que durante ese gobierno el entonces canciller Héctor Timerman sostuvo en esa ocasión que el continente africano era una «prioridad de nuestra política exterior», la política exterior argentina no mostró cambios en los hechos.

La apertura de la embajada en Senegal que fue concretada recién en 2021 a pesar de que el decreto de apertura era del año 2015.

En febrero de 2022, en el marco del Segmento de Alto Nivel del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, el Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero y la Ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica, Naledi Pandor, mantuvieron un encuentro bilateral en el que abordaron diversos temas. Conmemoraron el 30° Aniversario del Restablecimiento de las Relaciones Diplomáticas entre ambos países pero avanzaron en la profundización de la cooperación bilateral en derechos humanos, ciencia y tecnología, cultura, temas agrícolas, arte y  deportes.

También pusieron énfasis en el ámbito de la alta tecnología como ser la cooperación espacial —que incluiría la participación de la empresa argentina INVAP— así como la cooperación en el campo de la energía nuclear.

Para sintetizar, en la actualidad la República Argentina cuenta con representaciones diplomáticas en el norte de África en Argelia, Egipto, Marruecos y Túnez, y en el África Subsahariana en Angola, Etiopía, Kenia, Mozambique, Nigeria (con un excesivo número de concurrencias al igual que Kenia), Senegal y Sudáfrica.

Es decir que Argentina cuenta con 11 misiones diplomáticas en todo el continente africano. Por su parte, Brasil tiene 33 misiones diplomáticas. Podrá argumentarse que mantener las embajadas en el exterior supone un alto costo para el presupuesto nacional y que nuestro socio del MERCOSUR está en una mejor situación económica. Pero esto no parecería ser la limitante: Cuba cuenta con 33 misiones diplomáticas en África, al igual que Brasil.

Algunas reflexiones finales

Como podemos apreciar, sesenta años después de la Misión Llamazares, la política diplomática, comercial, cultural y política respecto de África sigue siendo una asignatura pendiente para la República Argentina.

Desde el punto de vista comercial, la relación con el continente ha sido tradicionalmente mayor con los países del norte del continente como Argelia, Egipto, Marruecos y Túnez y, en menor medida, con los del África Subsahariana, particularmente con Kenia, Nigeria y Sudáfrica. No obstante, por diversos motivos no se ha logrado desarrollar todo el potencial comercial que permitiría y promete si nuestro país asumiera una mayor iniciativa.

Podemos pensar que África está lejos pero si tomamos en cuenta la distancia, la Argentina se encuentra prácticamente más cerca de Sudáfrica (7.411 kms) o de Senegal (7.159 kms) que de México (7.973 kms), es decir, por lo tanto, más cerca que de Estados Unidos o Europa. Claro está que los lazos culturales con México son mucho más fuertes.

Las posibilidades que tiene la Argentina en África son infinitas pero hace falta que se tomen decisiones políticas.

Con respecto a la ZPCAS, Argentina podría ofrecer un edificio para crear una Secretaría General para ese foro con sede en nuestro país y que el secretario general que los países miembros designen tendría su sede en la Argentina. Es evidente que tendrá un costo para nuestro país pero nuevamente debemos pensar en el «poder blando». La ZPCAS como las cumbres América del Sur – África (ASA) constituyen foros de respaldo a la Argentina en sus derechos soberanos en las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. Sin embargo, en junio de 2022 dos países de la ZPCAS, ex colonias francesas, Gabón y Togo, se han sumado a la Mancomunidad Británica (Commonwealth) por lo que es de esperar que en el futuro no acompañen a la Argentina en sus justos reclamos.

También sería necesario no menospreciar los vínculos militares que deberían considerarse como prioritarios, tanto por integrar la ZPCAS como por las posibilidades que le podrían dar a la Argentina si se considerase reconstruir la industria nacional de defensa.

Debo destacar que más allá de los limitados vínculos diplomáticos, no ha habido una política exterior coherente, constante, con objetivos claros hacia África. Si uno observa la política de Cuba respecto al continente africano es mucho más activa y en pocos años las embajadas africanas en La Habana han pasado de 18 a 24 en la actualidad mientras que las representaciones africanas en Buenos Aires se limitan a 7 (Angola, Argelia, República Democrática del Congo, Egipto, Nigeria, Sudáfrica y Túnez). Cuba destina hacia África una gran cooperación en el ámbito de la medicina y de los medicamentos. No me cabe duda que Argentina podría desarrollar una cooperación de alto nivel en ese sentido.

Finalmente, cabe hacer una autocrítica mayor porque no se puede pensar una política exterior argentina hacia África sin más. Se debe planificar nuestra política exterior hacia África en el marco de una política exterior que debe formar parte de una Planificación Estratégica Nacional. Esto nos lleva a repensar nuestros Objetivos Nacionales y a ordenar nuestra política institucional y económica para favorecer nuestras exportaciones en lugar de poner obstáculos. La Argentina debe incrementar la producción y favorecer al sector agropecuario, incluida la industria vinculada a la actividad agropecuaria, a beneficiar a las pymes, las cuales podrían encontrar un mercado sumamente interesante en África. Muchas empresas y pymes argentinas operan en ese continente motivadas por sus propias iniciativas y esfuerzos individuales, sin ningún respaldo desde la Cancillería o desde el gobierno nacional.

 

«No se puede pensar una política exterior argentina hacia África sin más. Se debe planificar nuestra política exterior hacia África en el marco de una política exterior que debe formar parte de una Planificación Estratégica Nacional».

 

Argentina debe mantener y ampliar el programa de Cooperación Argentino FOAR y promocionar el Comercio Exterior como forma de asegurar el ingreso de divisas, para lo cual se requiere de una participación activa de las Representaciones Diplomáticas y Consulares.

Es hora de que hagamos un «cambio cultural» hacia adentro para que podamos proyectarnos hacia afuera. Nuestra dirigencia debe cambiar su visión y sobre todo tomar debida nota del giro que se está produciendo en algunos países de África en el contexto del conflicto Ucrania – Rusia, o más específicamente, «Occidente – Rusia», así como que el foco de atracción del mundo se ha desplazado del Atlántico al Indo-Pacífico.

 

Presentación realizada en la Jornada «África en el sistema internacional», organizada por ANU-AR y llevada a cabo el día 4 de octubre de 2022 en la Biblioteca Nacional, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

* Licenciado en Historia (UBA). Doctor en Relaciones Internacionales (AIU, Estados Unidos). Director ejecutivo de la Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG). Profesor de Inteligencia de la Maestría en Inteligencia Estratégica Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.

Autor del libro “Inteligencia y Relaciones Internacionales. Un vínculo antiguo y su revalorización actual para la toma de decisiones”, Buenos Aires: Editorial Almaluz, 2019.

Embajador Académico de la Fundación Internacionalista de Bolivia (FIB).

Investigador Senior del IGADI, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional, Pontevedra, España.

 

Referencias

[1] Tras la guerra de independencia vivió en la indigencia hasta que en 1827 el general Juan José Viamonte, a la sazón diputado, la reconoció en la calle en Buenos Aires y solicitó una pensión para la heroína. Luego, el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, la promovió a sargento mayor y le aumentó su pensión a 30 pesos, una suma considerable para la época. En agradecimiento ella cambió su nombre a Remedios Rosas.

[2]  Desde el Tratado de Tordesillas (1494), las disputas de límites entre España y Portugal persistieron, a  excepción de cuando ambas coronas  se unificaron en la casa de Austria (1580-1640). A través del Tratado de San Ildefonso de 1777 se fijaron las fronteras entre ambos países en América del Sur. Los portugueses cedieron la Colonia del Sacramento, que habían fundado en territorio español, y la Isla San Gabriel (sur del actual Uruguay), a España, más las islas de Annobón y Fernando Poo en aguas de la Guinea, a cambio de la retirada española de la isla de Santa Catalina, en la costa sur de Brasil.

[3] El Tratado de El Pardo, del 11 de marzo de 1778, fue un Tratado de amistad, comercio, neutralidad y garantía recíproca firmado entre España y Portugal por la que ésta cede a España las islas de Fernando Poo y Annabón.

[4] Cfr. Llamazares, Juan. Como vender en Africa, (1972) Colombia: OEA – CIPE.

[5] Su vocación por el comercio exterior lo llevó a recibir la condecoración de la Orden al Mérito por parte del gobierno de Polonia como resultado de su labor en el acercamiento comercial con la Argentina.

[6] Marcelo Javier de los Reyes. “Relaciones Argentino Africanas”. En: Seminario La Argentina y el África Subsahariana: hacia una relación transatlántica, organizado por el Instituto de Política Exterior de la Fundación Novum Millenium y el Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo, CEID (Serie Documentos de Trabajo), Buenos Aires, 15 y 16 de mayo de 2000, p. 35-41.

[7] Aznárez, Juan Jesús. «Un ex ministro de Menem le acusa de haber recibido dinero de Gaddafi». El País (España), 27/06/1997, https://elpais.com/diario/1997/06/28/internacional/867448815_850215.html.

[8] La Argentina ocupó el Consejo de Seguridad de la ONU en 1994-95 y en 1998-1999. En el primer período, Argentina fue uno de los principales actores para que el Consejo de Seguridad considerara como un “genocidio” los sucesos que se desarrollaban en Ruanda.

[9] Luego de tres encuentros en el Ministerio de Relaciones Exteriores, la dirección de África Subsahariana, el 6 de septiembre de 2007, organizó un panel en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN) a la que concurrieron los alumnos de ese instituto y algunos diplomáticos en actividad.

[10] Marcelo Javier de los Reyes. “Argentina y su inexistente poder blando”. Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales, SAEEG, 03/06/2021, https://saeeg.org/index.php/2021/06/03/argentina-y-su-inexistente-poder-blando/.

[11] Ídem.

 

Bibliografía

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Coria, Juan Carlos. Pasado y presente de los Negros en Buenos Aires. Buenos Aires: Editorial J. A. Roca, 1997.

La Nación. «Fuerte reproche de Guinea Ecuatorial a Cristina Kirchner. El gobierno de Obiang respondió a las críticas presidenciales», 21/02/2008,  https://www.lanacion.com.ar/politica/fuerte-reproche-de-guinea-ecuatorial-a-cristina-kirchner-nid989213/.

Llamazares, Juan. Como vender en Africa, Colombia: OEA – CIPE, Colombia, 1972.

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Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. «Se reactiva la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur». Información para la Prensa N°: 290/21, 30/07/2021, https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/se-reactiva-la-zona-de-paz-y-cooperacion-del-atlantico-sur.

Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. «El MINCYT presentó el Programa Exportar Conocimiento a las Embajadas argentinas en África», 13/08/2021, https://www.argentina.gob.ar/noticias/el-mincyt-presento-el-programa-exportar-conocimiento-las-embajadas-argentinas-en-africa.

Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. «El canciller Santiago Cafiero se reunió en Ginebra con su par de Sudáfrica, para profundizar el intercambio comercial y la apertura de mercados», Información para la Prensa N° 107/22, 28/02/2022, https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/el-canciller-santiago-cafiero-se-reunio-en-ginebra-con-su-par-de-sudafrica-para.

Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto (sf). «Apostando a la cooperación Sur-Sur con África»,  https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/boletin/apostando-por-la-cooperacion-sur-sur-con-africa.

Montalbano, William D. «Argentina Breaks Diplomatic Ties With S. Africa». Los Angeles Times, 23/05/1986, https://www.latimes.com/archives/la-xpm-1986-05-23-mn-23671-story.html

Reyes, Marcelo Javier de los (comp). Africa ante el tercer milenio. Actas del Simposio Electrónico Internacional. Buenos Aires: Centro de Estudios Internacionales para el Desarrollo (CEID), 2000.

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