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RELEVANCIA DE LA ELECCIÓN DEL 2021 DE LOS CUATRO PILARES DE LA DIRECCIÓN POLÍTICA DE VIETNAM

Ruvislei González Saez*

Nguyen Xuan Phuc nominado para cargo de presidente del país. Imagen: LuatVietnam.

El año 2021 apenas ha llegado a medio término y Vietnam ha vivido importantes momentos que impactarán en el futuro del país y enfocados en el centenario de la independencia en el 2045. Actualmente vive un momento político de gran valor, a partir de la asunción de tres de los cuatro pilares del poder en la nación del Sudeste Asiático este cinco de abril. En el mes de enero, tras la celebración del XIII Congreso Nacional del Partido Comunista de Vietnam (PCV) fue relegido por tercera vez, Nguyen Phu Trong como secretario general. El líder partidista había sido también desde el 2018 el presidente vietnamita, luego del fallecimiento del Jefe de Estado, Tran Dai Quang.

La XI Sesión de la XIV legislatura de la Asamblea Nacional (AN), ha tenido como prioridad la elección del nuevo presidente de este órgano, el presidente del país y el primer ministro. En ese sentido, el ente legislativo aprobó una resolución el dos de abril acerca del relevo de Nguyen Phu Trong al cargo de presidente para retornar a la premisa de la existencia de los cuatro pilares del poder vietnamita, es decir, el secretario general del PCV, el presidente de la República, el primer ministro y el presidente de la AN.

El pasado 31 de marzo fue elegido como presidente de la AN y titular del Consejo Nacional Electoral el miembro del Buró Político y también secretario del Comité del PCV, Vuong Ding Hue (64 años). El nuevo jefe del legislativo había asumido responsabilidades tanto en el Buró Político del Comité Central del PCV como en el gobierno como viceprimer ministro en el período 2016-2020, entre otras anteriormente.

Luego de la elección del nuevo presidente de la AN, se procedió al relevo del primer ministro y el presidente del país a partir del dos de abril. En ese sentido, el máximo líder partidista Phu Trong presentó el informe para relevar a Nguyen Xuan Phuc del cargo de primer ministro. Finalmente entre varios candidatos, Xuan Phuc fue elegido como nuevo presidente del país (66 años). Su experiencia en el Buró Político del Comité Central del PCV, como viceprimer ministro en el período 2011-2016 y como premier en 2016-2020, es un referente para la labor como nuevo Jefe de Estado para la etapa 2021-2026. El desempeño de Xuan Phuc sobresalió al frente del gobierno en el año 2020 conduciendo a Vietnam como uno de los países más exitosos en el combate a la pandemia de la Covid-19 bajo las directrices del PCV. En los últimos años, excepto el 2020, Vietnam tuvo los niveles de crecimientos más elevados en más de una década, 7,08% en el 2018 y 7,02% del PIB en 2019. Incluso en el 2020, fue la economía de mayor crecimiento en Asia, 2,9% del PIB y una de las 10 del mundo.

Por otro lado, el primero de abril se presentó la propuesta de relevar al primer ministro. Luego de los debates y votaciones por el órgano legislativo fue nombrado Pham Minh Chính (63 años), jefe de la Comisión de Organización del Comité Central del PCV como jefe del Gobierno vietnamita para el período 2021-2026. Pham Minh Chính es Doctor de Ciencias del Derecho, desempeñó otras responsabilidades como viceministro de Seguridad Pública y secretario del Comité del PCV de la Provincia de Quang Ninh.

En el período que se desempeñó como secretario del Comité Provincial del Partido de Quang Ninh, Minh Chính, fue destacado por su capacidad de trabajo, estilo de dirección, así como por el espíritu revolucionario de avanzar en la renovación del país. Ello contribuyó a que la provincia norteña de Quang Ninh alcanzara importantes logros y le convirtió́ en uno de los casos más mencionados en las reuniones de trabajo del gobierno y en los medios de comunicación social. Cuando fue dirigente de la provincia, uno de sus grandes planteamientos fue la sugerencia sobre los mecanismos especiales para la construcción de dos Zonas Económicas en las localidades de Mong Cai y Van Don en el Plan del Desarrollo a largo plazo de la provincia de Quang Ninh.

En sus años como máximo dirigente de la provincia de Quang Ninh, Phạm Minh Chính dejó marcas como líder con atrevidas experiencias renovadoras y eficaces, entre ellas, el programa, devenido en ejemplo para otros territorios del modelo experimental de simplificar y unificar algunos organismos consultivos del Comité́ del Partido con los organismos del Comité́ Popular (Gobierno local) del mismo nivel que tienen funciones y tareas similares. La realización de estas acciones contribuyó fuertemente a la renovación del estilo de dirección del Partido, a la elevación de la eficiencia del funcionamiento del sistema político.

Ya en el cargo de Jefe de la Comisión de Organización del Comité Central del PCV, Pham Minh Chính contribuyó en el proceso de organización partidista y reforzó la motivación de que los cuadros y militantes partidistas expresen justamente lo que piensen y deseen respondiendo a los anhelos de la sociedad y las demandas del país en la actual y compleja situación. Con profundas experiencias, destacada capacidad, personalidad y visión estratégica, contribuirá al logro de los objetivos propuestos en el congreso del Partido en la etapa correspondiente, favoreciendo al desarrollo fuerte y sostenido en el camino de la construcción del socialismo con las características vietnamitas.

En este proceso de elección de los cuatro principales cargos del país para el período 2021-2026, que acaba de concluir este cinco de abril, y que fue iniciado con el XIII Congreso Nacional del PCV con la relección de Nguyen Phu Trong como máximo líder, se destacó también la línea a seguir hacia el futuro inmediato y a largo plazo con una visión estratégica de la construcción socialista. En este magno evento se evaluaron los resultados del cumplimiento de la Resolución del XII Congreso y de los diez años de implementación de la Plataforma Nacional de la Construcción en el período de transición al socialismo de 1991 (modificada y desarrolla en 2011). También se enfocaron en el análisis de los diez años de implementación de la Estrategia de Desarrollo Socioeconómico 2011-2020, los 30 años de implementación de la Plataforma de 1991 y 35 años de implementación de la obra de Renovación (Doi Moi).

En 1985, Vietnam era considerado uno de los 35 países más atrasados del mundo (Banco Mundial, 1985). En 2020 en medio de una compleja pandemia que impactó a nivel global Vietnam fue el país de mayor crecimiento de su producto interno bruto (PIB) con una tasa de 2,9% y una de las 15 economías más dinámicas en los últimos cinco años. A la vez, se prevé que para el 2045 sea una economía desarrollada y se ubique entre las primeras 22 del mundo. Pero para ello el magno evento celebrado definió una serie de elementos a seguir a partir de la compleja situación internacional. En particular, en 2020, la pandemia de Covid-19 impactó negativamente sobre el desarrollo socioeconómico. Sin embargo, el país ha restablecido gradualmente la producción, la comercialización y las actividades socioeconómicas.

Vietnam es el primer exportador mundial de pimienta del mundo. En el 2019 fue el segundo exportador mundial de café después de Brasil y en el 2021 ocupó la misma posición pero en el sector de la madera, superando a Italia y Alemania. Ocupa el tercer lugar en las producciones de calzado por detrás de China e India. Hasta febrero de 2020 la nación asiática fue el tercer exportador mundial de ropa (28 mil millones de dólares) después de China (158 mil millones de dólares) y Bangladesh (33 mil millones de dólares). Ha sido desde 2016 hasta septiembre de 2020, el tercer exportador mundial de arroz, luego de India y Tailandia, a pesar del fuerte impacto de los efectos del cambio climático. A su vez, el país indochino representó la posición 12 como exportador mundial de productos electrónicos y el tercero en el Sudeste Asiático en el 2019. En 2020 el Grupo vietnamita VINFAST inauguró oficialmente su primer auto eléctrico. Es el primer país con internet más barato en el Sudeste Asiático, el sexto en toda Asia y el 12 en el mundo, pero el tercero después de Singapur y Tailandia en avanzar en el desarrollo de la tecnología de 5G.

En medio de estos resultados, el país debe enfrentar muchos desafíos, los cuales fueron reconocidos por el magno evento partidista. En ese sentido, los delegados al XIII aprobaron la resolución de mantenerse firme en el Marxismo-Leninismo y el pensamiento de Ho Chi Minh, aplicándolos constantemente y desarrollándolos con creatividad. A su vez, confirmaron centrarse en los objetivos de independencia nacional y el socialismo.

Los líderes elegidos para el nuevo período deberán trabajar para seguir fortaleciendo la construcción y rectificación del Partido, así como desplegar su naturaleza de clase obrera. Además, elevar la capacidad dirigente de gobernar y la combatividad del Partido; construir este y el sistema político transparente, fuerte, integral, edificar un aparato estatal ligero y eficiente. Ello conduce a trabajar en la elevación de la calidad y reestructuración de cuadros, funcionarios y empleados públicos, especialmente el contingente de cuadros de nivel estratégico, los jefes con cualidades, capacidad y reputación, con estrechos vínculos con el pueblo como factor crucial que determina el éxito de la causa de la construcción socialista y el desarrollo nacional, así como la defensa de la Patria.

Como objetivos estratégicos y específicos, Vietnam se propone para el año 2025 en ocasión del 50º Aniversario de la liberación total de Vietnam del Sur y la reunificación del país, ser un país en desarrollo con la industria orientada a la modernización, superando el nivel de ingresos medios bajos. Para el año 2030, ocasión del centenario de fundación del PCV ser un país en desarrollo con una industria moderna y altos ingresos medios. Mientras que para el año 2045, ocasión del centenario de la fundación de la República Democrática de Vietnam, hoy República Socialista de Vietnam, convertirse en un país desarrollado con altos ingresos.

Bajo la dirección del PCV y la acción de los nuevos líderes se propone que Vietnam tenga un crecimiento para los próximos años entre el 6,5 y el 7%, llegando a un PIB per cápita de entre 4.700 y 5.000 dólares. Se inicia un período con una visión de alcanzar el 2025 con un mayor nivel de industrialización en el que el sector industrial de procesamiento y manufactura supere el 25% del PIB y la economía digital sea de alrededor del 20%. Mientras, como propósitos sociales, Vietnam aspira a llegar al 2025 con una tasa de desempleo en las áreas urbanas por debajo del 4%; la tasa de pobreza multidimensional de alrededor de 1 – 1,5% cuando en los últimos años ha logrado sacar alrededor de 40 millones de personas de la pobreza. A la vez, pretende lograr 10 médicos y 30 camas de pacientes/10.000 personas; la tasa de participación en el seguro médico alcanzará el 95% de la población; la esperanza de vida ser de 74,5 años; por citar algunos ejemplos.

Para el nuevo período 2021-2026 en política externa Vietnam continuará con los principios expresados en el Libro Blanco de Defensa de 2019: “Vietnam no se unirá a ninguna alianza militar, no se asociará con una de las partes para oponerse a otra y no permitirá que ningún país extranjero establezca una base militar en el país”. Bajo un enfoque proactivo en el escenario multilateral justo en el momento que asumen los nuevos principales líderes para la próxima etapa, desempeña la posición de presidente rotatorio del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En ese sentido, promoverá la paz y la estabilidad, así como la resolución de conflictos mediante negociaciones, seguirá profundizando su relacionamiento con las principales organizaciones internacionales y especialmente la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).

En el escenario actual Vietnam promoverá los lazos con América Latina y el Caribe, tanto a nivel político-diplomático como económico y comercial. Cuba, seguirá teniendo una gran prioridad, a partir de las profundas relaciones de hermandad que unen a ambos Partidos, Estados y Pueblos. El secretario general del PCV, Nguyen Phu Trong ha visitado Cuba reiteradas veces, primero como presidente de la Asamblea Nacional en 2020 y como líder partidista en 2012 y 2018. En su última gira a la nación caribeña expresó: “Esta no es una visita, sino un regreso para reunirme con mis hermanos”.

Por otro lado, el nuevo presidente Nguyen Xuan Phuc ha tenido siempre una especial atención a las delegaciones cubanas que visitan Hanoi en su condición anterior como primer ministro y continuará manteniendo el estrecho vínculo con Cuba. En tanto, el nuevo jefe de Gobierno, Pham Minh Chính seguirá la línea de la renovación y la profundización del excelente Estado de las relaciones bilaterales, teniendo en cuenta la necesidad de elevar las relaciones económicas al mismo nivel de las políticas. Para ello se cuenta como base la Agenda Económica Bilateral para el período 2020-2025 y el propósito de elevar el intercambio comercial a 500 millones de dólares para ese año que concluye la agenda prevista.

La nueva dirección política profundizará los lazos con la región de América Latina y el Caribe, especialmente con los países con una histórica relación y otros que han venido reforzando los vínculos. En ese sentido, es importante resaltar los casos de Venezuela, Nicaragua, Bolivia, México, Chile, Argentina, Brasil, Perú, Colombia, Uruguay, Panamá y República Dominicana por solo citar algunos casos. En lo económico-comercial Vietnam tiene un acuerdo de libre comercio bilateral con Chile y participa como miembro del Acuerdo Progresivo e Integral de Asociación Transpacífico (CPTPP) junto a Chile, México y Perú en la zona. En las relaciones comerciales Brasil constituye el principal socio comercial, mientras Argentina el segundo y México el tercero; este último con un saldo altamente superavitario para Hanoi. Le siguen Chile, Colombia, Perú y Panamá.

* Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), Cuba. Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos y Globales (SAEEG), Argentina.

 

 

Referencias

  • Banco Mundial. World Development Report ISSN 0163-5085. Washington, USA. 1985.
  • General Department Customs of Vietnam. Statistics of export and import by country-mains exports and imports. <https://www.customs.gov.vn.> [Consulta: 2021].
  • González Saez, Ruvislei. 82. Relevancia del XIII Congreso del Partido Comunista de Vietnam en tiempos de pandemia. Sociedad Argentina de Estudios Estratégicos. <https://www.saeeg.org/index.php/2021/02/05/relevancia-del-xiii-congreso-del-partido-comunista-de-vietnam-en-tiempos-de-pandemia/amp/.> [Consulta: 2021].
  • Ministerio de Defensa Nacional de Vietnam. IV Libro Blanco de Defensa. ISBN: 978-604-57-5163-3. Hanoi, Vietnam: National Political Publishing House, 2019.
  • Aprueban resolución sobre relevo del primer ministro de Vietnam. 2021. <https://es.vietnamplus.vn.> [Consulta: 2021].

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CARLOS MENEM (1930-2021)

Santiago González

Encaminó a la Argentina por el derrotero de la posmodernidad, y la dotó de una institucionalidad perversa

Armado de un desparpajo a toda prueba, una simpatía arrolladora y una confianza en sí mismo inquebrantable, Carlos Menem condujo durante diez años los destinos de la Argentina y la entregó a sus sucesores firmemente encaminada por el derrotero de la posmodernidad. Adelantó la faena de destrucción del orden conservador iniciada por los militares de 1976 y continuada por su predecesor Raúl Alfonsín sin edificar nada en su reemplazo, lo cual no significa realmente un fracaso porque de eso se trata precisamente la posmodernidad: nihilismo extremo como condición para la imposición de un nuevo orden.

Menem sobresale entre todos los presidentes desde el restablecimiento del sistema democrático porque fue el único que hizo algo en algún sentido, que tomó decisiones audaces y afrontó las consecuencias. El resto de sus pares se dedicó a administrar la decadencia o a robar. O las dos cosas juntas. Su llegada a la Casa Rosada coincidió con la caída del Muro, y él entendió rápidamente que se avecinaban nuevos tiempos, con nuevas reglas de juego, a las que era necesario acomodar un país ya por entonces peligrosamente rezagado.

Sus detractores lo acusan de haberse atenido a las recetas del llamado Consenso de Washington, como si eso significara responder a los mandatos del Norte. Pero es un alegato tan ingenuo como el de atribuir el socialismo de los sesenta a los mandatos de La Habana. Por encima de esas influencias, reales sin duda, existe algo que se llama el espíritu de la época, y así como en los sesenta se pensaba que el mundo marchaba inexorablemente hacia el socialismo, en los noventa, bajo la guía espiritual de Reagan-Thatcher-Juan Pablo II, nadie dudaba de su decidido avance hacia lo que hoy describimos convencionalmente como neoliberalismo.

Si Menem tomó ese rumbo no fue por cuestiones ideológicas, que no le importaban. Los redactores de obituarios renunciaron a la idea de encontrar una cita suya que resumiera el espíritu de su gestión. Ni fue una persona particularmente consagrada a alguna causa o vocación patriótica. Menem fue sobre todo un político pragmático y ambicioso que decidió hacerse cargo de un país atrasado, con la infraestructura destruida, endeudado, empobrecido, azotado por las hiperinflaciones y los saqueos. El achicamiento del estado, la estabilidad monetaria y la apertura económica no eran opciones ideológicas, eran imposiciones de la realidad.

Lo que decidió a Menem a asumir esa responsabilidad, antes que la ideología o el patriotismo o la codicia, fue el ansia de poder. El poder era su dios, su patria y su maestro; lo disfrutaba sin disimulo, y a sus demandas podía ceder cualquier principio, convicción o lealtad. En el altar de esa pasión, el riojano sacrificó partes entrañables de su vida, y también partes entrañables de la nuestra. Ofrendas que no eran exigidas en su totalidad por el modelo económico adoptado, sino por su bulímica necesidad de acumular, conservar e incrementar poder.

Su desdén por las cuestiones ideológicas le permitió exhibir un perfil ecuménico al disponer la repatriación de los restos de Juan Manuel de Rosas, estrechar en un abrazo al almirante Isaac Rojas, figura consular del antiperonismo, e indultar por igual a guerrilleros y militares condenados por los enfrentamientos de los setenta, pero cuando sintió su autoridad amenazada por el coronel Mohamed Seineldín no lo eximió de un largo encarcelamiento, y echó de la residencia presidencial a su propia esposa Zulema Yoma, quien le recordaba sus compromisos previos con Seineldín. (“Cuidado, coronel, que éste lo va a traicionar”, le dijo Zulema refiriéndose a Menem, según relató el militar).

A quienes atravesamos su presidencia, Menem nos dio una década de serenidad económica desconocida, y una sensación de libertad para andar por el mundo, o para ponernos en contacto con las cosas del mundo, que también resultó una novedad para los nacidos y criados en una Argentina cerrada. Los camporistas y otros millenials se sorprenderían al enterarse de que ese ambiente de tecnología y comunicaciones que los rodea, y que consideran natural, es posible gracias a Menem. Dos de las grandes fuentes de divisas que hoy mantienen el país andando —la informática y la agroindustria— nacieron o se modernizaron en el marco de la apertura menemista. Las cosechas salen por rutas y puertos construidos durante los noventa.

Los desarrolladores y habitantes de los barrios privados que florecieron como hongos en esa década seguramente saben que su saludable estilo de vida se debe a que Menem modernizó y amplió la infraestructura vial, y a que las empresas de servicios privatizadas por Menem pudieron acudir rápida y eficazmente a proveerles de lo necesario. Muchos jubilados que hoy comprueban con angustia cómo se diluye su estipendio mensual deben recordar que Menem había creado un sistema sustentable donde sus aportes y sus réditos estaban identificados con nombre y apellido.

No es poca cosa ese legado positivo apenas esbozado, pero tampoco es toda la que pudo ser, dada la profundidad y dureza de las reformas encaradas por su gobierno, ni toda la que fue benefició al país. A la Argentina menemista le faltó un ingrediente decisivo para proyectarse en el tiempo, un ingrediente que Domingo Cavallo, y también Gustavo Béliz, reclamaron hasta la exasperación: institucionalidad, gobierno de la ley, transparencia administrativa, gestión eficiente. Pero ambos funcionarios fueron expulsados del gabinete, porque sus demandas chocaban contra las obsesivas ambiciones del presidente por eternizarse en el poder, ambiciones que explican su legado negativo.

La consecuencia inmediata de esa falta de un orden que reemplazara el que se estaba demoliendo fue que nadie creyó en la Argentina del Consenso de Washington, más allá de su incorporación al G-20 0 el tratamiento brindado a Menem en los Estados Unidos, similar al calificativo de “general majestuoso” dispensado en la década anterior al general Leopoldo Galtieri. No creyeron los argentinos, encantados con la posibilidad de sacar la plata afuera sin problemas, ni tampoco creyeron los extranjeros, que volcaron sobre el país más capitales especulativos que inversiones reales, y cuando invirtieron fue en la compra de empresas ya instaladas y con rentabilidad garantizada o cosas parecidas.

A Menem le corresponde el dudoso mérito de haber introducido el cinismo en las prácticas políticas argentinas, lo cual no ayudaba mucho en materia de credibilidad. Mejores o peores, civiles o militares, los dirigentes locales se habían cuidado siempre de guardar cierta correspondencia entre sus palabras y sus actos. Menem fue el primero en desentenderse de lo dicho, y ufanarse de ello: “Si les decía lo que pensaba hacer, no me votaba nadie”. Todos aprendieron la lección. Menem pudo burlarse de sus compromisos con Seineldín, pero muchos sostienen con fundamento que pagó caro el incumplimiento de unos acuerdos no escritos con la jerarquía política siria

El capitalismo prebendario no fue una creación de Menem pero el manejo en muchos casos desaprensivo de la política de privatizaciones por parte de su gobierno lo fortaleció, y lo convirtió en los hechos en una práctica aceptada, que sus sucesores de todo signo elevarían luego a niveles sorprendentes incluso para un país acostumbrado a convivir con la corrupción. El contexto de las privatizaciones menemistas fue asimismo el caldo de cultivo para el saqueo de los recursos del estado que, desde entonces, se practica sin culpa, en todos los niveles de gobierno, como si fuera un derecho adjunto al cargo electivo.

La subordinación de la justicia al poder político, la integración de cortes adictas, la interacción entre determinados tribunales y los servicios de inteligencia, no eran cuestiones desconocidas antes de Menem, pero eran excepcionales y puntuales. El menemismo las institucionalizó. Bien podría decirse que el menemismo dotó al país de una institucionalidad perversa, cuyo punto culminante es la Constitución de 1994, quizás lo más detestable de su legado, cuando Alfonsín cedió al ansia de poder de Menem para obtener a cambio el sometimiento del Estado argentino a los designios de la socialdemocracia.

Con Menem, finalmente, el peronismo entró en lo que otra parte describí como su tercera etapa histórica, la etapa mafiosa, como maquinaria electoral de alquiler sin doctrina ni otro propósito que no sea el de facilitar el acceso al poder de quienes les paguen por sus servicios, como hace el kirchnerismo desde 2003. La misma desnaturalización sufrieron los sindicatos desde la llegada de Saúl Menem y el ocaso de Saúl Ubaldini. Sus líderes históricos, eternizados en la conducción de los gremios, ineptos para cualquier batalla, corrieron la suerte de todo organismo emasculado: engordaron.

En su mayoría, los críticos de Menem suelen asociar su legado negativo a su supuesta adhesión al socorrido neoliberalismo. Pero no pueden explicar qué parte del neoliberalismo le exigía liquidar los ferrocarriles. O eliminar la educación técnica. O entregar al extranjero los recursos pesqueros y mineros. O ceder YPF a los españoles. O muchos otros ejemplos similares que guarda la memoria colectiva. Todos y cada uno deben explicarse seguramente de otra manera, que probablemente comience con un susurro halagador al oído de Menem, como el que le dedicó el ex rey Juan Carlos en beneficio de Repsol.

El menemismo no perduró como corriente política, pero hizo escuela. En agosto de 2001, desde la prisión donde cumplió más de una década de condena por su levantamiento de 1990, Seineldín le escribió a Menem: “Debo recordarle que para recuperar lo que usted destruyó en diez años se necesitarán por lo menos sesenta años, y cuatro generaciones trabajando a fondo”. Pronto se va a cumplir un tercio de ese plazo, y el proceso de desintegración de la nación argentina, iniciado por los militares, continuado por Alfonsín, institucionalizado por Menem y perfeccionado por sus herederos kirchneristas y macristas sigue su marcha posmoderna hacia un nuevo orden no decidido por sus ciudadanos.

 

Publicado originalmente el 15/02/2021 en https://gauchomalo.com.ar/carlos-menem-1930-2021/  , “El sitio de Santiago González”

Santiago González

 

 

UNA ESTRATEGIA GLOBAL PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE. LA ENERGÍA Y EL MEDIO AMBIENTE VAN DE LA MANO.

Giancarlo Elia Valori*

Imagen de Sebastian Ganso en Pixabay

Los años 2020 y 2021 pasarán a la historia como el período de dos años de la pandemia Covid-19, una catástrofe sanitaria mundial que, aunque menos grave que las dos grandes pandemias del siglo XX —la pandemia de gripe española de 1918-1920 y la pandemia de gripe asiática de 1958-1960— ha causado y sigue causando no sólo problemas de salud extremadamente graves para millones de ciudadanos del mundo, pero también graves repercusiones sociales y económicas negativas.

Una vez que el mundo haya superado la emergencia sanitaria, gracias a las vacunas y a la “inmunidad del rebaño”, todas las naciones se ocuparán de las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, contra la cual se medirá la capacidad de los gobiernos para garantizar a sus ciudadanos no sólo la protección de la salud, sino también nuevas y más adecuadas condiciones de vida.

Será un reto complejo que, sin embargo, también podría ser una oportunidad histórica para lanzar nuevos modelos de desarrollo capaces de mejorar no sólo las condiciones de vida de las personas, sino también el entorno en el que vivimos, con nuevas y audaces políticas energéticas.

Afortunadamente, los planes para recuperarse de las desastrosas consecuencias económicas de la pandemia están orientados a lo que se ha definido en Italia —incluso a nivel institucional— como la “Transición ecológica”, una fórmula destinada a planificar y orientar la salida de la crisis económica hacia un uso cada vez más amplio de las fuentes de energía alternativas.

Según el último informe (diciembre de 2020) de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), “las energías renovables pueden definirse como casi inmunes a los aspectos económicos de la pandemia”.

Aunque la demanda mundial de energía disminuyó un 5% en 2020 debido al colapso de la producción industrial, el consumo de energía solar, eólica y undimotriz aumentó un 7% en el mismo período.

Además, la crisis sanitaria está llevando al cierre gradual de la antigua infraestructura de combustibles fósiles. La Directora Ejecutiva de la AIE, Faith Birol, sin embargo, dijo que “las energías renovables son resistentes a la crisis del Covid-19, pero no a la incertidumbre política… los gobiernos deben contribuir a lograr una recuperación sostenible con la transición a la energía limpia”.

Como ha subrayado Birol, si “las políticas prometidas por el Presidente Biden durante la campaña electoral se implementan en los Estados Unidos”, ese país podría aportar una contribución importante a la descarbonización del sector energético en los próximos años.

Sin embargo, el nuevo Presidente, como primera medida adoptada apenas unas horas después de asumir el cargo, firmó la directiva para que los Estados Unidos volvieran a estar en el ámbito de los Acuerdos de París de 2012 sobre la lucha contra el cambio climático, acuerdos de los que Donald Trump se había desvinculado flagrantemente.

Según el estudio de la AIE, las energías renovables crecerán sustancialmente en todo el mundo en 2021, impulsadas por el compromiso y los esfuerzos de China y de los Estados Unidos, mientras que la India y Europa también desempeñarán su papel con un crecimiento del 10% en la producción de energía limpia.

Las tecnologías más exitosas serán las de los sectores eólico, hidroeléctrico, marino y fotovoltaico.

De nuevo, según la AIE, “la capacidad total instalada de energía eólica, solar y marina está destinada a superar al gas natural en 2023 y el carbón en 2024”.

Sin embargo, en opinión de todos los expertos, el auge de las energías renovables y la consiguiente mayor protección del medio ambiente serán guiados y dirigidos por la política, con el fin de ganar la apuesta de una salida positiva de la crisis del Covid-19, no sólo con un retorno al status quo prepandémico, sino también y sobre todo con la colocación de bases sólidas para un mundo mejor.

Como se mencionó anteriormente, China está demostrando ser la fuerza impulsora detrás del “giro verde” en la producción de energía.

Después de ser uno de los países más responsables de la contaminación global y el calentamiento global debido al ritmo de su desarrollo económico, la República Popular China ha puesto en marcha un nuevo plan quinquenal (el 14º) en el que —como dijo el joven Ministro de Recursos Naturales, Lu Hao— “China desarrollará y promoverá la coexistencia armoniosa del hombre y la naturaleza, mediante la mejora integral de la eficiencia del uso de los recursos y un equilibrio adecuado entre la protección y el desarrollo”.

Es un compromiso importante que China ha emprendido inmediatamente, promoviendo concretamente la investigación y el desarrollo en el campo de la producción de electricidad a partir de las olas del mar y la producción de hidrógeno a través de la electrólisis del agua, también a través de modelos innovadores de cooperación científica con Europa.

En su plan quinquenal, China prevé que en 2030 las emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB se reducirán en un 65% en comparación con 2005, y que las energías renovables y limpias ocuparán el primer lugar en la producción de energía.

La Unión Europea invertirá 470.000 millones de euros en proyectos de investigación y desarrollo en el ámbito de las energías limpias, con especial atención a la producción de energía a partir del hidrógeno —como parte de un proyecto lanzado en el verano de 2020, denominado “Estrategia de Energía del Hidrógeno”— gracias al cual para 2024 la Unión Europea se equipará con dispositivos para la electrólisis del hidrógeno renovable, capaces de superar las energías no renovables y contaminantes, con la producción de un millón de toneladas de hidrógeno limpio.

Europa siempre ha estado a la vanguardia de la producción de energía marina y ha desarrollado tecnologías que se han extendido rápidamente a los Estados Unidos, Australia y, sobre todo, a China.

Italia está a la vanguardia de la investigación y producción de energía limpia a partir de ondas e hidrógeno.

Ha desarrollado el Penguin Wave Energy Converter, un dispositivo que —situado a una profundidad de 50 metros en agua de mar— produce energía sin ningún impacto negativo en la flora y en la fauna.

Lo mismo ocurre con el convertidor de energía de onda marina inercial (ISWEC). Se trata de un dispositivo que, ocupando un tramo marítimo de sólo 150 metros cuadrados, produce 250 MWh de electricidad al año, reduciendo así la producción y las emisiones de CO2 en 68 toneladas al año.

Los equipos para la producción de hidrógeno a través de la electrólisis a escala industrial también se fabricarán en Italia y producirán 100.000 toneladas de hidrógeno “limpio” anualmente en los próximos 15 años.

En esta perspectiva, el “Proyecto de Cooperación China-Europa para la Generación de Energía y la Producción de Hidrógeno a partir de olas marinas y otras fuentes de energía renovables” está tomando forma, por iniciativa del Grupo Mundial Internacional con sede en Roma y del “Centro Nacional de Tecnología Oceánica”, con sede en Shenzen.

El acuerdo tiene por objeto sentar las bases para el desarrollo de sinergias y esfuerzos coordinados, que se extenderán desde Europa al resto del mundo a través de la “Iniciativa de la Franja y la Ruta”, para la producción de energía limpia a partir de las olas del mar en un mundo donde el 40% de la población vive a menos de 100 kilómetros del mar más cercano.

En las próximas décadas, la producción de energía limpia y el abandono gradual de las fuentes de producción más contaminantes no sólo tendrán efectos económicos positivos en el campo de la producción industrial.

La energía limpia está destinada a convertirse en un factor de crecimiento equilibrado y sostenible, sentando así las bases de nuevos modelos de desarrollo socioeconómico que allanan el camino para una globalización efectiva de los problemas climáticos y ambientales creados por estos modelos de producción del siglo XX que, aunque han contribuido al progreso de la humanidad, también habían llegado al punto de provocar su colapso.

Europa, Estados Unidos, China e Italia pueden convertirse en los centros de gravedad de una estrategia para “volverse verdes”, capaz de proteger no sólo el bienestar de las generaciones futuras, sino también su salud.

En el mundo venidero después de la pandemia, el medio ambiente debe dejar de ser un mero activo a proteger y salvaguardar, para convertirse en el motor de un nuevo modelo de desarrollo más humano, más eficiente, más limpio e inteligente.

 

* Copresidente del Consejo Asesor Honoris Causa. El Profesor Giancarlo Elia Valori es un eminente economista y empresario italiano. Posee prestigiosas distinciones académicas y órdenes nacionales. Ha dado conferencias sobre asuntos internacionales y economía en las principales universidades del mundo, como la Universidad de Pekín, la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Yeshiva de Nueva York. Actualmente preside el «International World Group», es también presidente honorario de Huawei Italia, asesor económico del gigante chino HNA Group y miembro de la Junta de Ayan-Holding. En 1992 fue nombrado Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, con esta motivación: “Un hombre que puede ver a través de las fronteras para entender el mundo” y en 2002 recibió el título de “Honorable” de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia. 

Artículo traducido al español por el Equipo de la SAEEG con expresa autorización del autor. Prohibida su reproducción. 

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