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SOBERANÍA

Iris Speroni*

El divorcio del pueblo y de la élite es total.

Por suerte.

 

El 20 de noviembre es el Día de la Soberanía Nacional, aniversario de la batalla de la Vuelta de Obligado.

Actualmente, la Argentina está intervenida (1). 

A partir de 1983 la capitulación fue total, como consecuencia de perder la Guerra del Atlántico Sur. A partir de entonces, todos los gobiernos, sin distinción de banderías, se prestaron a bajar la agenda diseñada en el exterior y a ser los interventores que la implementen. A cambio, recibieron y reciben grandes beneficios económicos personales.

Las cesiones son algunas sutiles y otras descaradas.

Ejemplos:

  • La flota que conecta Buenos Aires con Colonia es uruguaya.
  • El 98% de la flota fluvial mercante en el Río Paraná es paraguaya.
  • Las empresas que explotan oro y tierras raras en los Andes son del Commonwealth (2).
  • La destrucción del FFCC, sustituido por los camiones (3) para la carga y por los micros para los pasajeros (4).

Durante el gobierno de Menem las empresas de servicios públicos pasaron a ser gerenciadas por empresas de estados de países que pertenecen a la OTAN (italianas, españolas y francesas) o en su defecto, por chilenos. De forma tal que si hubieran querido dejarnos sin luz o teléfono, hubieran podido. Una vez que se les pasó el susto de un Malvinas II, se deshicieron de ellas. Diseñado y promovido por el Banco Mundial (Plan Brady).

La destrucción de las FFAA fue implementada en pasos pero sin pausa. No era un tema menor para el exterior: desde Malvinas la Argentina se había convertido en una wild card, en una incógnita indomable. Alfonsín se destacó por: reconocer la deuda contraída durante el gobierno militar, destruir moralmente y dejar sin presupuesto a las FFAA, cerrar el proyecto del misil Cóndor y entrar al Mercosur con Sarney (5).

Menem continuó su política de bajo presupuesto para las FFAA, descabezó a gran parte de la oficialidad y perseveró en la desmalvinización. Desguazó Fabricaciones Militares e YPF, dejándonos sin productos estratégicos como aleaciones raras, químicos, explosivos, fertilizantes, plaguicidas, los cuales o bien dejaron de fabricarse localmente o fueron entregados a extranjeros. Le cedió la Fábrica Militar de Aviones a los ingleses (alto simbolismo: entregarla luego de que la FAA hiciera desastres con la flota inglesa).

El kirchnerato puso a Nilda Garré al frente de las FFAA primero, de la Seguridad Interior, después. Continuó con la política de bajo presupuesto y que el equipamiento cayera en la obsolescencia (6). Durante su ministerio, las áreas que decidían los ascensos estaban en manos de agentes de Amnistía Internacional sede Argentina. Como si ese filtro fuera insuficiente, luego el senado giraba los pliegos al CELS, al que le otorgaba poder de veto. Garré, además, es quien autorizó a Lewis construir una pista de aterrizaje apta para Boeings. Luego, a cargo de Seguridad Interior abandonó las fronteras bajo la excusa de llevar Gendarmería a la provincia de Buenos Aires.

Peor aún es la gestión de Macri, responsable del fallecimiento de 44 compatriotas que yacen en el lecho del Mar Argentino.

En 1994 se modifica la Constitución Nacional la cual se auto-subordina automáticamente al orden internacional. Jaque mate.

Deshuesados

Es como si cada gobierno, año a año, rompiera un hueso. 1983: fémur izquierdo, 1984: tibia derecha; 1985: clavícula derecha; …1994: parietal izquierdo; …1997: metatarso izquierdo;…2000: falanges mano derecha; 2001: cinco costillas; …2005: mandíbula; 2006: omóplato derecho;…;2014: coxis;…2021: pelvis. Hasta que quedamos reducidos a una masa informe y sanguinolenta sin posibilidad de movernos.

Hoy, 40 años después de finalizada la Guerra, seguimos bajo embargo de compra de armamento. ¿Tanto miedo nos tienen? Parece que sí.

El camino de la Liberación

Los pasos operativos son relativamente sencillos y se resume en: volver a la senda que nunca debimos abandonar.

Se trata de poner orden:

  • pertrechar a las FFAA que deben ocuparse únicamente de las amenazas externas, tema no menor cuando la Argentina tiene un tercio de su superficie ocupada por una potencia extranjera;
  • enviar a la Gendarmería a la frontera;
  • reconstruir la Policía Federal como …bueno, fuerza policial de la Nación;
  • reorganizar la inteligencia tal que se ocupe de las amenazas (terrorismo, narcotráfico internacional, corrupción, lavado de dinero, potencias extranjeras como Inglaterra).
  • exigir que Migraciones se ocupe de … las migraciones, que las escuelas eduquen y no sean fuente de propaganda de la Agenda 2030;
  • cerrar cientos de dependencias que sirven a la intervención y no al país;
  • rediseñar el Servicio Exterior;
  • reinvertir en infraestructura nacional;
    • Reconstruir la flota y los astilleros,
    • Autoabastecernos en energía eléctrica y combustibles;
  • recuperar la pesca;
  • generar las condiciones para que todas las familias construyan sus casas y puedan criar muchos hijos cada una;
  • crecer a 100 millones de personas;
  • cobijar a todos los cristianos perseguidos del mundo.

Acabar con la inseguridad. No es complicado si hay decisión política. Básicamente que la policía y el poder judicial trabajen. Echar a los hippies.

Tener un tipo de cambio alto, que favorezca a las economías regionales y el establecimiento de población en las provincias. Bajar la carga impositiva al 25% del PBI, de forma tal que las familias puedan reconstruir sus patrimonios. Cortar la sangría de los intereses de la deuda pública (es más fácil de lo que se cree).

En fin, área por área, volver al carril tradicional y dejar esta carrera demente a la que nos someten los interventores.

Paso previo ineludible

Si algo ha quedado claro es que el pueblo no se abraza a las imbecilidades que proponen desde el poder. No adhiere a la agenda 2030, LGTB, INADI, calentamiento global y otros delirios. La cantidad de gente que concurre a las carreras de Turismo Carretera y los cánticos de las hinchadas de fútbol lo confirma. El divorcio del pueblo y de la élite es total. Por suerte.

Este punto ha quedado firme. Si en diez años, a pesar del bombardeo mediático permanente, no han convencido al pueblo, ya no lo lograrán.

Sobre esta premisa debemos organizar la reconstrucción y la reconquista popular de la Nación Argentina.

Confieso que estos últimos días he recibido dos grandes alegrías: la primera, la arenga del capitán Messi a la Selección durante la Copa América y la segunda, el cántico de hinchas argentinos sobre la selección francesa de fútbol.

Pueblo Argentino 1 – Élites 0.

El problema máximo actual no es el hambre del pueblo, la desocupación, el subsidio a las importaciones, el castigo a las exportaciones, la succión de la industria por Brasil, el dineroducto a la banca o el cáncer que significa la industria automotriz.

No.

El principal problema es que no tenemos ninguna fuerza política que represente el deseo de salir de esa situación.

Nadie que represente los intereses del pueblo (ya sea de un obrero, un peón rural, una enfermera, un policía o un gran empresario exportador de maní).

Por lo tanto lo que debemos hacer es buscar la forma de tomar el poder y echarlos a todos.

En primer lugar a todas las fundaciones, asociaciones ONG’s extranjeras, las cuales sólo son representantes de potencias enemigas de la Argentina, en particular las que dependen del Foreign Office, de MI6 y del Departamento de Estado.

Luego, inhibir políticamente a todos los representantes de gobiernos extranjeros que actualmente se desempeñen en el gobierno argentino en cualquiera de los tres poderes.

Por último, desactivar todos los organismos estatales creados para implementar la agenda extranjera en nuestro país.

A partir de ahí podremos empezar la reconquista; a reconstruir nuestra nación.

En política internacional: entrar en los BRICS, ampliar el comercio con EEUU, quintuplicar las exportaciones, expulsar a los británicos del territorio nacional a como dé lugar. Llevarse bien con todos y no ser amigo de nadie. Ocupar nuestro lugar como potencia y líder mundial. A largo plazo, reconstruir el Virreinato del Río de la Plata. Invertir fuertemente en softpower en todo el mundo. Tenemos con qué.

En fin, buscar la prosperidad del pueblo, para su felicidad y la grandeza de la Nación.

De algo estoy convencida: somos la mayoría.

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

 

Notas

(1) Por lo menos desde 1983, si bien se pueden plantear fechas anteriores como pérdidas parciales de soberanía. Podemos tomar 1955 y 1976 como posibles, si bien no las únicas. 

(2) Nada de esto es cedido gratis por los interventores. Las empresas mineras reservan una parte del paquete accionario (6%) para los políticos locales. Los uruguayos que explotan el ferry son testaferros de políticos argentinos.

(3) En Chile, tener el 100% del movimiento de carga en camión fue una estrategia de la CIA para paralizar el país en 1973 durante el gobierno de Allende.

(4) Las empresas de transportes de pasajeros son de políticos con o sin testaferros en el medio.

(5) Lo que produjo la desindustrialización argentina

(6) Ella sola es responsable de la muerte de varios oficiales de la Fuerza Aérea. Vidas valiosas de por sí, además de que es carísimo formar a un piloto.

Lecturas relacionadas

Nuestra tragedia: cancelar en 1982 nuestro proyecto de nación

http://iris-speroni.blogspot.com/2019/06/nuestra-tragedia-cancelar-en-1982.html

 

Artículo publicado el 19/11/2022 por Restaurar, http://restaurarg.blogspot.com/2022/11/soberania.html

HAMBRUNA

Iris Speroni*

Tilingas o chantas que no pueden explicar en qué gastan el dinero ni los resultados de su gestión.

 

¿Qué es el hambre?

¿Qué es una hambruna?

Según la Real Academia Española:

hambre

Del lat. vulg. *famen, -ĭnis, y este del lat. fames.

      1. f. Gana y necesidad de comer.
      2. f. Escasez de alimentos básicos, que causa carestía y miseria generalizada.
      3. f. Apetito o deseo ardiente de algo.

hambruna

      1. f. hambre (‖ escasez generalizada de alimentos).

Los argentinos nos vemos bombardeados en los medios por dos corrientes de propaganda respecto al hambre.

    • ONU. Agenda 2030. Davos. Build Back Better. Gran Reseteo. Etc.
    • Local. “El hambre tan temida”. “La mesa del hambre”. Los “merenderos”. Desarrollo Social. Planes sociales. Etc.

La primera, neomaltusiana, está plagada de contradicciones. Por un lado sostiene que hay hambre en el mundo y por otro intenta reglamentar/prohibir/limitar la producción de alimentos. Nosotros, que somos inteligentes, sabemos que es un intento de cartelizar la producción y comercialización de productos agropecuarios (para todos los usos, alimentarios y otros) en concordancia con proseguir el viejo sueño de las élites occidentales de limitar la población como herramienta de control político. La mayoría de la humanidad vive fuera de la órbita occidental y no le presta atención a estos divagues.

Tony Milne, matemático escocés y autor de “Famine: Ireland, India and China, and the British Empire”, [Hambruna: Irlanda, India y China, y el Imperio Británico] ha estudiado la relación entre impuestos y hambrunas. Sostiene que éstas son provocadas por el sistema político y no por situaciones naturales. El Imperio Británico, desde su unificación en 1703, desarrolló un eficiente sistema impositivo y de aduanas (heredado de los normandos) que le permitió: a. financiar una flota poderosa; b. con el tiempo controlar un cuarto de la humanidad; c. una consecuencia del sistema fueron hambrunas periódicas y recurrentes en los territorios dominados.

El ciclo que describe es: los impuestos se llevan los excedentes de la población, lo que le impide tener acopios para los malos tiempos. Las hambrunas citadas (Irlanda, India, China) no fueron por escasez de comida, sino por escasez de dinero por parte de los sectores más pobres de la población para comprarla.

Entre 1945 y 1849 hubo una Gran Hambruna irlandesa (en inglés Great Famine o Great Hunger y en irlandés An Gorta Mór o An Drochshaol). Millones de irlandeses perecieron y otros tantos emigraron. El ciclo es el siguiente: la malnutrición o subnutrición sostenida, primero consume las reservas del cuerpo y luego deteriora el sistema inmunológico de la persona, hasta que esta contrae una enfermedad que el cuerpo no puede combatir y fallece; otros simplemente murieron de inanición. Debo recalcar que durante esos años el país exportó enormes cantidades de comida, en particular carne vacuna y porcina y barriles de manteca, a Inglaterra. Esto último consta en los registros aduaneros, públicos y disponibles. El sistema político impedía que la población nativa accediera a esa producción. Irlanda todavía no recuperó la población que perdió hace 170 años atrás.

Sostiene Tony Milne, libro citado, prefacio (la traducción es mía). Debo aclarar que el autor denomina “cobradores de impuestos” (tax-collectors) a todos los funcionarios del gobierno, ya que a su entender, la única función de éste es recaudar impuestos:

[Funcionarios públicos] primero defendieron sus acciones, luego justificaron su inacción, más tarde intentaron esconder o minimizar los problemas más obvios, y finalmente culparon a los nativos. El gerenciamiento de la hambruna se convirtió en un proceso político que continúa hasta hoy en el SXXI”.

Prosigue en el capítulo I:

Jared Diamond lista tres estrategias adoptadas por las sociedades tradicionales para evitar las hambrunas: guardar comida, diversificar la dieta, y dispersar o concentrar población. Los recaudadores de impuestos impiden, mediante políticas públicas, que esas estrategias puedan llevarse a cabo o que sean exitosas”.

El Sr. Milne sostiene que todas las leyes supuestamente ambientalistas que quieren imponer en el mundo hoy tienen por objetivo el control de la producción de alimentos y dejar afuera de las decisiones alimentarias a los comunes.

Juan José Borrell, es su magnífico libro “Geopolítica y Alimentos”, Ed. Biblos, describe cómo es el control de los alimentos por parte de las potencias y las grandes empresas y desenmascara el rol de la FAO y otras organizaciones dependientes de la ONU, como UNICEF. Donde el supuesto altruismo para con las poblaciones desfavorecidas, en realidad encubre deshacerse de excedentes —que son vendidos a la ONU a precios de primera—. Una de las múltiples consecuencias negativas de la intervención de la FAO es condenar a los agricultores locales a la quiebra por competencia desleal de las importaciones a precio cero.

Los argentinos debemos:

– Desarrollar una argumentación para hacer frente a la Agenda 2030, al ambientalismo, a los que quieren sacrificar vacunos o hacernos comer grillos.

– Formular estrategias para defender nuestros intereses de quienes desean manipular —aún más— los mercados de los alimentos.

– Construir una posición propia que resguarde los intereses del país y de sus agricultores y ganaderos.

Hoy, el gobierno patea en contra (como lo demuestra la desaparición de 100.000 productores en los últimos 15 años), y las cámaras patronales no muestran estrategia, programas o ideas.

La oposición se alinea con el gobierno, impostando diferencias mínimas.

Mi solución fáctica es sencilla: bajar los impuestos a los productores (DEX y tipo de cambio).

La lucha ideológica es toda otra historia y más compleja: habrá que darla en los escenarios internacionales con inteligencia, profesionalismo y picardía, y en el frente interno con determinación e impiedad: los interventores, los caballos de Troya, los traidores y los caídos del catre son más de lo que parece. 

La Mesa del Hambre

En diciembre 2019, el presidente Fernández, a días de asumir, armó una gran campaña publicitaria sobre el hambre en la Argentina. Se reunió con figurones y presionó a los legisladores para que sacaran un impuesto más —porque, ya saben, el hambre es atroz—. Salió en tiempo récord y los políticos se fueron de vacaciones en enero 2020. Fue todo un montaje para que la oposición tuviera una excusa para sumarse al voto del tributo.

Sobre el hambre nadie dio una cifra o un dato. La oposición no lo pidió.

¿Existe hambre en la Argentina? Sí, claro, lo dicen las estadísticas que produce la UCA, juez y parte en este entuerto.

¿Existe gente con hambre en Argentina? Si las personas que veo revolver comida todos los santos días y comer de los tachos es prueba de ello, sí, hay hambre o al menos algunos compatriotas la pasan muy mal.

Sin embargo, resulta extraño que en un país con el mayor consumo de carnes de todo el mundo detrás de EEUU, con consumo anual promedio de 240 huevos por habitante (también excepcional) y de 96 kg per cápita por año de trigo (también alto), la población pase hambre.

Cada vez suena más razonable la afirmación de la ex presidente, en Roma, en el Congreso de la FAO, que la pobreza no llega al 6% del total.

Ahora bien, ¿qué es pobreza? Si el sueldo promedio es de US$ 250, si millones de jubilados ganan menos de US$ 100 mensuales y claramente tienen dificultades para una comida diaria, si la población se ve mal vestida, mal entrazada, mal abrigada, entonces algo anda muy mal.

Una de las cosas que no funcionan son los ministerios de Desarrollo Social. Porque ni desarrollan ni son sociales. En manos de tilingas como Stanley o de chantas como Arroyo, no pueden explicar en qué gastan el dinero ni los resultados de gestión. Larroque trajinó La Cárcova con el padre Pepe. ¿Aprendió algo? Los niños a la ribera del Reconquista andaban descalzos, con frío y lluvia. ¿Larroque les compró zapatillas, al menos?

Nuestros funcionarios en el área no tienen formación, ni ideas para cambiar la realidad, ni calle. Se trata solamente de un negocio para administrar fondos públicos. A su vez los “referentes sociales” son los primeros interesados en que la pobreza real o aparente nunca se esfume. Sin “hambre”, no hay planes, no hay negocio.

La primera medida para tratar de poner un poco de orden en esta infamia que humilla a millones de compatriotas y desangra a impuestos al resto es comenzar a manejar cifras, datos, estadísticas.

Porque algo no cierra. Algo huele muy mal y no en Dinamarca.

 

* Licenciada de Economía (UBA), Master en Finanzas (UCEMA), Posgrado Agronegocios, Agronomía (UBA).

ARGENTINA, QUÉ MOMENTO… UN GOBIERNO QUEBRADO

Juan Carlos Neves*

La dupla que compone el poder ejecutivo de Argentina presenta la singularidad de que el presidente, Fernández Alberto, fue escogido por la vicepresidenta, Fernández Cristina, que es quien tiene el poder político y territorial, lo que le permite detentar el poder real.

El proyecto que los unió fue una construcción típicamente de izquierda populista, con funcionarios provenientes de las llamadas «organizaciones sociales» que se apoyan en la creencia de que una emisión indiscriminada y volcada a financiar el consumo redunda en un círculo virtuoso, capaz de traer bienestar a las masas de desocupados subsidiados y sostenidos por el aporte estatal.

Pues bien, el proyecto ha fracasado.

No solo porque el modelo político demostró su inviabilidad por los choques del presidente y su vice, debido a los impiadosos ataques con que esta última trató de despegarse de los fracasos de la gestión, sino, y fundamentalmente, porque las variables económicas alcanzaron tal nivel de desborde que la caída del gobierno asomaba como inevitable.

En este punto, el gobierno de izquierda «nacional y popular” arrió sus banderas, inclinó la cabeza y entregó el manejo de la economía a Sergio Massa, socio menor de la coalición, que apunta a encarar un ajuste al más típico estilo ortodoxo para conformar al Fondo Monetario Internacional pero, sobre todo, para lograr sobrevivir.

Es posible y sumamente probable que en breve, las bases que apoyaron la llegada de los Fernández al gobierno, se rebelen contra esta nueva política absolutamente ajena a los postulados por los que votaron. Se teme que esta insatisfacción se dirima en las calles, donde ya se ven multitudinarias manifestaciones de detentadores de planes, que resultan insuficientes ante la flagrante inflación,  quienes por ahora organizan «piquetes» pacíficos pero capaces de interrumpir y alterar la vida cotidiana de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores.

Sería aventurado pronosticar si el Ministro Sergio Massa podrá encauzar la situación económica pero lo que está fuera de toda duda es que el proyecto del Gobierno quebró y se derrumbó en sus posturas ideológicas y quedó palmariamente demostrado que las políticas de izquierda populista pueden servir para ganar una elección pero son inútiles si se trata de conducir un país a la prosperidad y el éxito.

Una oposición confundida

Cuando se habla de oposición en Argentina la referencia obligada es la coalición que gobernó entre los años 2015 y 2019 en el que fueron derrotados por el actual gobierno del «Frente de Todos». Esta coalición la constituyen esencialmente el tradicional partido Radical y el joven partido PRO, fundado por el ex presidente Mauricio Macri, más algunos socios menores.

Luego del triunfo que obtuvieron en las elecciones legislativas de medio término en el año 2021, los líderes de esta coalición denominada JUNTOS comenzaron a solazarse leyendo encuestas que les permiten suponer que regresarán al gobierno en las próximas elecciones presidenciales del año 2023.

Existen, sin embargo, dos elementos negativos que ponen en cuestión ese pronóstico.

En primer término los antecedentes próximos, ya que JUNTOS estuvo lejos de satisfacer las expectativas en su anterior período de gestión en el que mantuvo una inflación elevada y creciente y aumentó los planes y subsidios. Además defraudó a quienes esperaban que terminara con el uso político de los derechos humanos, promovió leyes ajenas a sus bases como el proyecto de legalización del aborto y terminó contrayendo un préstamo de más de 40.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional que no dejó beneficios visibles pero sí una deuda impagable en el corto plazo que condiciona la política económica y social por largo tiempo.

En segundo lugar, la proximidad de una posible acceso al poder ha exacerbado las ambiciones personales de los líderes de la alianza JUNTOS, al punto que ya manifestaron su voluntad presidencial nueve posibles candidatos, quienes también han comenzado a atacarse y criticarse, solapada y a veces abiertamente, contribuyendo al rechazo de la ciudadanía a los devaneos de la llamada «clase política».

Sin embargo, lo que más confunde a la oposición son las contradicciones a la hora de decidir cuál es la mejor actitud para aprovechar este momento de  desconcierto del oficialismo. Mientras algunos líderes piensan que deberían salir a criticar y proponer alternativas, según el manual clásico de los opositores, otros especulan con que lo mejor que pueden hacer es permanecer quietos y callados, dejando que el gobierno se desgaste y derrumbe solo, de modo de no ser acusados de conspirar contra el país y sus instituciones ni exponer prematuramente sus planes y proyectos.

Lo cierto es que entre el gobierno que no sabe qué hacer y la oposición que no quiere exponerse, la Argentina camina a los tumbos, con un destino incierto y es lícito preguntarse que quedará de la otrora próspera nación cuando llegue la hora del recambio presidencial.

Otras alternativas

El oficialismo y la oposición han llevado sus diferencias a tal punto que hace tiempo se habla de que se ha creado una «grieta» entre ellos. Ya no se trata simplemente del enfrentamiento de dos modelos económicos o políticos. Las disputas se han personalizado y van acompañadas de denuncias judiciales en las que cada parte se apoya en los sectores de la justicia que le son afines y acusan al oponente de parcialidad y manipulación judicial. No basta con vencer al adversario, el odio es tal que es necesario destruirlo.

La ciudadanía imparcial tiende a creer toda denuncia de corrupción y el repudio a la «clase política» va ganando espacio en amplios sectores que sienten un rechazo generalizado y peligroso hacia los representantes de ambos sectores. Cabe preguntarse qué posibilidades de éxito puede tener quien gane las próximas elecciones si debe enfrentar desde el primer día una oposición despiadada y obstruccionista.

Es en este punto que resulta necesario observar la aparición de nuevas alternativas que fuera de la lógica de la “grieta” puedan atraer a los desencantados electores.

Anarquistas disfrazados de liberales

En el contexto descripto hizo su aparición Javier Milei, un economista que se manifiesta como anarco-capitalista y presenta propuestas extremistas y desmesuradas, tales como cerrar el Banco Central o dolarizar la economía.

Su estilo desenfadado y su perfil alejado de la apariencia de los políticos tradicionales, a quienes denomina «la casta», le permitieron un rápido ascenso ganando popularidad en sectores juveniles que se hacen llamar «libertarios».

Sin embargo, sus declaraciones desaforadas y carentes de sensibilidad, ya que llegó al extremo de afirmar que la compra venta de órganos debería ser una operación de mercado más, le han puesto un límite a su crecimiento y a sus aspiraciones.

Resulta impensable que tal personaje pueda llegar a sumar la masa crítica para ser presidente y es probable que aproveche los números que conserva en las encuestas para sumarse a una alianza con alguno de los sectores de la odiada «casta», a los que ha comenzado a eximir de culpas en sus flamígeros discursos.

La centro derecha. Nacionalista, patriótica y espiritual

La centro derecha, que es la derecha que acepta y participa del juego democrático, nunca ha tenido una oportunidad real en la Argentina.

Algunos pretendieron ubicar en ese espacio al partido de Mauricio Macri que se preocupó de aclarar en su discurso y en los hechos, cuan distante está del pensamiento de derecha. También se suele caratular en el espectro de la derecha a los partidos liberales, que en su rechazo a las nociones de soberanía económica, Patria y Estado, marcan una diferencia ideológica sustancial con los postulados de derecha.

Lo cierto es que en este momento histórico, podemos afirmar que está naciendo en Argentina un movimiento de centro derecha, patriótico, nacionalista y desarrollista que por primera vez está tratando de articular en una alianza a múltiples expresiones políticas que hasta el presente han competido en forma independiente y desorganizada.

Me permito afirmarlo con certeza porque el partido que presido, Nueva Unión Ciudadana, forma parte de ese intento de organización que aspira a presentar un candidato propio, ajeno a la «grieta», en las elecciones presidenciales de 2023.

La centro derecha y el nacionalismo han dejado de ser demonizados en el mundo, a pesar del esfuerzo que siguen haciendo los sectores de izquierda y los mal llamados «progresistas» para asimilarlos ideológicamente al nazismo o al fascismo.

Lo cierto es que el pensamiento y los postulados de derecha, sólidos y adaptados a los tiempos han alcanzado el poder en países tan importantes como Estados Unidos, de la mano de Donald Trump o en Brasil, bajo el gobierno de Bolsonaro. En la Unión Europea la centro derecha es mayoría en el Parlamento Europeo y compite con posibilidades en casi todos los países de Europa Central. Es tiempo de que en Argentina dejemos de lado los prejuicios y abramos el camino a la política de una alianza de centro derecha nacionalista que no se oculte tras eufemismos vergonzantes.

Los que queremos plantear seriamente esta alternativa sostenemos:

    • La fe en Dios, fuente de toda razón y justicia.
    • La defensa de la Patria, la soberanía y los valores nacionales.
    • La defensa de la vida, la familia tradicional y la educación pública.
    • Repudiamos y combatimos la corrupción moral y política.
    • Enfrentaremos la criminalidad y el narcotráfico con todas las fuerzas de la justicia, sin medias tintas, y con la firmeza con que solo puede hacerlo la derecha.
    • Apoyamos la producción nacional, agrícologanadera, e industrial, el desarrollo científico y la economía del conocimiento, fruto de la inteligencia y la creatividad de nuestros hombres y mujeres.
    • Estamos decididos a evitar que la Argentina caiga en las redes de las izquierdas comunistas, totalitarias y populistas.
    • Reivindicamos el accionar de nuestras Fuerzas Armadas, de seguridad y policiales como baluartes de nuestra Defensa y Seguridad Nacional.
    • Abrimos nuestro corazón a todos los pueblos del mundo de buena voluntad pero decididos a no atar nuestra bandera al carro triunfal de ningún vencedor de la tierra.

Con estas premisas y un detallado programa de planes y proyectos, pronto se verá en el panorama político esta alternativa de centro derecha, nacionalista, patriótica, federal y plena de fe.

Argentina se enfrenta a un momento crucial de su historia contemporánea y es importante que los ciudadanos dispongan de todas las opciones, puedan votar buscando lo mejor para nuestra nación y no queden sometidos a la eterna e infructuosa búsqueda del «mal menor».

 

* Contralmirante Retirado, Veterano de Guerra de Malvinas. Licenciado en Sistemas Navales. Master en Relaciones Internacionales. Master en Ciencias en Management. Presidente del Partido Nueva Unión Ciudadana.

 

Artículo publicado originalmente el 12/08/2022 en Prisionero en Argentina, https://prisioneroenargentina.com/index.php/2022/08/12/un-gobierno-quebrado/.